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E REQUIERE, NECESARIAMENTE, DE UNA SENTENCIA JUDICIAL QUE LA DECLARE?

Uno de los modos de adquirir el dominio es la PRESCRIPCION. El fondo jurídico del interesante
asunto, materia de este análisis, consiste en determinar en que momento se adquiere un bien por
el modo Prescripción. ¿Será, simplemente, cuando se han cumplido los requisitos de posesión mas
tiempo?

¿O siempre se requerirá que, ADEMAS, un Juez declare, dentro de un Juicio, que ha operado la
Prescripción?

Estas preguntas cobran actualidad por la creencia, o tendencia, de algunos Abogados de proponer
Juicio de Prescripción Adquisitiva (aún cuando sea "contra cualquiera" o "contra todo el mundo")
dizque como indispensable fórmula legal de obtener una sentencia declarativa para adquirir el
dominio de las cosas.

Comprendemos que las cuestiones legales suelen estar sujetas a distintas formas de apreciación,
lo que determina la posibilidad de interpretarlas, ocurriendo muchas veces que las razones que se
invoquen en determinado sentido pueden, inclusive, rectificar reiteradas posiciones erróneas
anteriores, siendo importante proceder al análisis de los casos legales con ánimo de verdadera
investigación, no predispuesto a una determinada manera de interpretar y aplicar las normas
legales, que puede haber sido equivocada.

Inclusive, y aún frente a fallos de la Excelentísima Corte Suprema de Justicia, juega papel
preponderante de actitud del investigador de la Ley, a que me refiero, añadiendo que acerca de
los fallos que suelen invocarse en favor de una tesis siempre es importante inquirir cuales fueron
los planteamientos que esgrimieron los litigantes en defensa de su derecho, y todos los que se
dejaron de argumentar y exponer, a punto tal de que es fundamental conocer lo que se propuso y
se planteó para poder evaluar el exacto contenido jurídico de una opinión o de un fallo.

DESARROLLO DEL TEMA

En nuestro criterio, y por el análisis de las disposiciones legales aplicables a esta materia,
sostenemos fundamentalmente que: la prescripción, como MODO de adquirir el dominio, confiere
la propiedad por el simple hecho de HABER POSEIDO una cosa, DURANTE EL TIEMPO que señala la
Ley y con los requisitos que ella indica (ejemplo, si se trata de Prescripción Ordinaria es requisito el
Justo Título; si se trata de Prescripción Extraordinaria es requisito que quién prescribe, si fue
"mero tenedor" que se auto-convirtió en poseedor, no haya poseido con violencia ni
clandestinidad).- No se requiere, pues, en todos los casos de prescripción adquisitiva de dominio,
de una sentencia judicial que declare tal prescripción en favor del prescribiente, FALLO QUE SOLO
SERA NECESARIO OBTENER CUANDO SE PROMUEVA UN JUICIO CONTRA DICHO PRESCRIBIENTE, O
CUANDO ESTE SE VEA PRECISADO A PLANTEAR LITIGIO JUDICIAL CONTRA ALGUIEN QUE ENERVA
SU POSESION O DESCONOCE SU DERECHO.

Ese es mi criterio, que paso a exponer, fundamentalmente, en el presente estudio.

1.- Empezaremos por recordar que ninguno de los modos de adquirir dominio, sean originarios o
derivativos, exigen, para su existencia o presencia, declaración judicial, ni de Autoridad alguna.

El artículo 622 del Código Civil enumera cuales son los modos de adquirir la propiedad y dice:

Art. 622.- Los modos de adquirir el dominio son la ocupación, la accesión, la tradición, la sucesión
por causa de muerte y la prescripción.

De la adquisición de dominio por estos dos últimos medios se tratará en el libro de la sucesión por
causa de muerte y al fin de este Código.

Además, también se adquiere el dominio por mandato de la ley, como en el caso del artículo 620
del indicado Código.

Si examinamos las normas que rigen cada modo de adquirir la propiedad, encontraremos,
invariablemente, que ellos confieren el dominio por el mero hecho de que ocurran los
presupuestos que señala la Ley, sin que en ninguno de los casos se exija la declaración de un Juez
o de una autoridad para que surja la propiedad.
1-a. Los diversos casos de ocupación (la caza, la pesca, el hallazgo, etc.), indicados en el TITULO IV
del libro Segundo del Código Civil, sólo requieren del cumplimiento de determinados hechos, pero
ningún Juez tiene que declarar que ha operado la ocupación como modo de adquirir.

1-b. La Accesión, tratada en el TITULO V del referido libro del Código Civil, sólo exige que sucedan
los hechos que la Ley señala (que algo se junte a una cosa; que un predio produzca frutos, etc.), sin
que sea necesario que un Juez declare que se ha adquirido la propiedad por accesión.

1-c.La Tradición es un modo de adquirir la propiedad que se produce cuando, existiendo como
antecedente indispensable un título translativo de dominio, se realiza la tradición, en la forma que
indica la Ley (entrega material, inscripción, etc). Así lo establece el TITULO VI del Libro Segundo del
Código aludido, y en ninguno de los casos se requiere, para que ocurra la tradición, que un Juez la
declare.

1-d. La Sucesión por Causa de Muerte confiere el dominio al heredero por el mero hecho del
fallecimiento del causante, y sólo requiere que esa calidad de heredero la otorguen el Testamento
o la Ley. No es necesario que un Juez declare que alguien es heredero para que opere el modo
"Sucesión", pues el artículo 1020 del Código Civil expresa que la herencia se difiere al heredero en
el momento del fallecimiento de la persona de cuya sucesión se trata, y lo único que interesa es
saber quién es el heredero, y eso lo determinan el testamento o la Ley.

1-e. La Prescripción es un modo de adquirir el dominio que no tiene porque ser tratado de una
manera diferente que los otros modos. El artículo 2416 del Código Civil dice:

"Art. 2.416.- Prescripción es un modo de adquirir las cosas ajenas, o de extinguir las acciones o
derechos ajenos, por haberse poseido las cosas, o no haberse ejercido dichas acciones y derechos,
durante cierto tiempo, y concurriendo los demás requisitos legales. Una acción o derecho se dice
que prescribe cuando se extingue por la Prescripción".

En consecuencia, solo se requiere, para que exista la Prescripción adquisitiva, que una persona
posea un bien durante determinado tiempo, debiendo realizarse la posesión y transcurrir el
tiempo de conformidad con los requisitos legales.
El Código Civil no dice –ni tenía porque decirlo– que la Prescripción debe ser necesariamente
declarada por el Juez, para que se cumpla. El artículo 2.417 del Código Civil, que ya analizaremos,
cuando expresa que el Juez no puede declarar la Prescripción de oficio, se está refiriendo,
obviamente, a aquellos casos en que se discute al prescribiente su dominio sobre un bien que él
ha obtenido por el modo de prescripción, es decir cuando hay conflicto, que es cuando intervienen
los Jueces. Si el litigio judicial no existe, por cuanto nadie objeta el derecho de quién prescribe,
entonces no se necesita sentencia de Juez declarando la Prescripción. 2.- En realidad, y como un
comentario general y común a todos los modos de adquirir dominio, debemos destacar que
resulta jurídicamente innecesario, y totalmente fuera de lugar, acudir al Poder Judicial para que
dicte una sentencia declarando que alguien tiene derecho de dominio sobre un bien... si nadie le
está disputando tal derecho, pues la esencia de la función jurisdiccional es, precisamente,
RECONOCER, ESTABLECER EL DERECHO, a base de la interpretación de la Ley, CUANDO ESTE HA
SIDO VIOLADO O DESCONOCIDO Y SURGE EL CONFLICTO ENTRE LAS PARTES.

A ningún dueño de un inmueble, adquirido, por ejemplo, por tradición, se le ocurriría acudir ante
un Juez para que declare que es dueño... pero la situación cambia si un tercero le desconoce su
dominio, pues entonces tiene que mediar la intervención del Juez.

3.- La Prescripción.

El artículo 2.416 del Código Civil, ya transcrito antes, establece las bases legales para la existencia
del modo de adquirir Prescripción: posesión y tiempo, debiéndose observar en cada clase de
Prescripción los requisitos que el derecho establece y que están señalados al tratar de la
"ordinaria" y la "extraordinaria". Pero lo importante es poner de relieve, destacar, que en ambas
clases de Prescripción son comunes e invariables los dos elementos: Posesión y tiempo. Y también
debe observarse que, en ninguna de ellas, se requiere, como exigencia legal, de una declaración
judicial que la reconozca, salvo, naturalmente, el caso de que surja un conflicto, un juicio, que
necesariamente tendrá que terminar con una sentencia, y es en este caso que se aplicará aquello
de que el Juez no puede declarar la Prescripción en favor de quien no la alega en su defensa.

A.- Prescripción Ordinaria.-

La Propiedad puede adquirirse por Prescripción Ordinaria, y el artículo 2.431 del Código Civil
dispone:
Art. 2.431.- Para ganar la Prescripción Ordinaria se necesita posesión regular no interrumpida,
durante el tiempo que las leyes requieren".

Como se apreciará, surgen como elementos básicos de este tipo de Prescripción Adquisitiva
Ordinaria la posesión y el tiempo, pero como de acuerdo con el concepto general sobre esta
materia deben concurrir, además, los "requisitos legales", tenemos que la posesión, en esta clase
de Prescripción, debe ser "regular", o sea iniciada al amparo de Justo Título, proveniente, en los
translaticios de dominio, de quien no era propietario de la cosa (pues si el tradente era dueño,
entonces opera el modo "tradición") y con buena fé (Art. 736 del Código Civil), teniendo que
transcurrir, para lograr la propiedad por Prescripción, tres años o cinco años de tal posesión si se
trata de bienes muebles o inmuebles, respectivamente. Pero en ninguno de los artículos de Ley,
que regulan esta clase de Prescripción, encontramos la necesidad de que un Juez la declare.

B.- Prescripción Extraordinaria.

Igualmente, el dominio puede adquirirse por Prescripción Extraordinaria, que para cumplirse no
requiere sino del hecho material de la "posesión" y del elemento "tiempo", sin que sea menester
título Jurídico de ninguna clase, lo que la diferencia de la Prescripción Ordinaria para la que es
indispensable Justo Título que, si es translaticio de dominio, está constituido por un acto o
contrato.

Esta clase de Prescripción también está sometida a determinados requisitos y, por ejemplo, si
quien ha iniciado la posesión era, inmediatamente antes, un mero tenedor de la cosa (ejemplo, un
arrendatario que, como tal, reconocía dominio ajeno) entonces será indispensable que pruebe
haber desconocido, descartado, su condición de mero tenedor, y, en cambio, haber poseído (lo
que implica ánimo de señor y dueño) sin violencia ni clandestinidad.

El tiempo, para esta clase de Prescripción, es de quince años. La Ley regla la Prescripción
Extraordinaria en los artículos 2.434 y 2.435 del Código Civil.

Pero lo importante es destacar que tampoco para la Prescripción adquisitiva Extraordinaria se


requiere, necesariamente, que un Juez la declare en sentencia, lo que se demuestra con la lectura
de los artículos de Ley que se refieren a ella.
4.- En demostración clara y evidente de que la prescripción adquisitiva surge y se cumple por el
mero hecho de la posesión durante el tiempo de Ley, vamos a transcribir un artículo del Código
Civil que deja fuera de toda duda que no hay necesidad jurídica de que un Juez la declare en
sentencia.

"Art. 2.418.- La Prescripción puede ser renunciada expresa o tácitamente, pero sólo después de
cumplida.

Renúnciase tácitamente, cuando el que puede alegarla manifiesta por un hecho suyo, que
reconoce el derecho del dueño o del acreedor, por ejemplo, cuando cumplidas las condiciones
legales de la prescripción, el poseedor de la cosa lo toma en arriendo, o el que debe dinero paga
intereses o pide plazo.

El inciso primero del artículo transcrito indica claramente que una persona tiene derecho a
renunciar a la Prescripción, pero solo cuando está CUMPLIDA. Tal es el único requisito para
renunciarla: que esté cumplida.
REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

JUZGADO PRIMERO EN LO CIVIL

REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

EN SU NOMBRE

JUZGADO PRIMERO DE PRIMERA INSTANCIA EN LO CIVIL, MERCANTIL, DEL TRANSITO Y AGRARIO


DE LA CIRCUNSCRIPCION JUDICIAL

DEL ESTADO VARGAS

195° y 146°

EXPEDIENTE N°: 5134

ACTORA: MARIA DIONISIA FAJARDO DE DA SILVA, venezolana, mayor de edad, viuda, oficinista, de
este domicilio y titular de la cédula de identidad N° 982.507.

APODERADOS JUDICIALES DE LA PARTE ACTORA: HECTOR RAFAEL ANTOIMA FERNANDEZ y ALI


MARCELO RIOS HERRERA, abogados en ejercicio e inscritos en el Inpreabogado bajo los Nros.
72.338 y 1579, respectivamente.

DEMANDADOS: JOSE PEREZ RUANOVA, MANUEL AUGUSTO DE OLIVEIRA DE JESUS y JOSE MARIA
DA SILVA DA SILVA. Venezolanos los dos primeros y portugués el tercero y titulares de las Cédulas
de Identidad N°s 1.857.625, 3.156.736 y E-19.778, respectivamente.

DEFENSORA AD-LITEM DE LA PARTE DEMANDADA: JUDITH COROMOTO FAJARDO HERNANDEZ,


abogada en ejercicio e inscrita en el Inpreabogado bajo el N° 104.623.

MOTIVO: PRESCRIPCION ADQUISITIVA (VÍA EJECUTIVA).

-I-

Previa distribución correspondió conocer a este tribunal del juicio de PRESCRIPCION ADQUISITIVA
incoado por MARIA DIONISIA FAJARDO DE DA SILVA, venezolana, mayor de edad, viuda, oficinista,
de este domicilio y titular de la cédula de identidad N° 982.507 contra JOSE PEREZ RUANOVA,
MANUEL AUGUSTO DE OLIVEIRA DE JESUS y JOSE MARIA DA SILVA DA SILVA. Venezolanos los dos
primeros y portugués el tercero y titulares de las Cédulas de Identidad N°s 1.857.625, 3.156.736 y
E-19.778, respectivamente.

Acompañados los recaudos respectivos, el 04/10/2001.


Agotada la citación personal de la parte demandada, se le designó Defensor Ad-litem en la
persona de la Dra. JUDITH FAJARDO, quien dentro de la oportunidad legal para ello, dio
contestación a la demanda

Ambas partes promovieron pruebas, las cuales providenció el tribunal.

En la oportunidad de presentar Informes, solo la parte actora hizo uso de este derecho.

El 21/10/2005, la Dra. Ana Teresa Ayala se avocó al conocimiento de la presente causa y difirió la
oportunidad para dictar sentencia

En fecha 23/10/2005, la suscrita se avocó al conocimiento de la presente causa..

-II-

Siendo la oportunidad para decidir, el tribunal observa:

Adujo la parte actora en el libelo de demanda lo siguiente:

1. Que según consta de documento protocolizado ante la Oficina Subalterna de Registro del Primer
Circuito del Municipio Vargas, bajo el N° 20, Protocolo Primero, Tomo 5 del Tercer Trimestre de
1969, los ciudadanos JOSE PEREZ RUANOVA, MANUEL AUGUSTO DE OLIVEIRA DE JESUS y JOSE
MARIA DA SILVA DA SILVA, adquirieron una parcela de terreno de la exclusiva propiedad del señor
TOBIAS ITRIAGO, situada en la Urbanización WEEK END, dentro de los linderos generales del fundo
“CATIA ADENTRO”, ubicado en la Parroquia Maiquetía del Departamento Vargas del Distrito
Federal, hoy Estado Vargas, con las siguientes determinaciones y linderos: Tiene frente a la
prolongación de la calle de atrás de la Urbanización “WEEK END”, estando distinguida con el N° 11
de la manzana 13 de dicha Urbanización, y con una cabida de 1.115 metros cuadrados, que
comprende terrenos planos y quebrados, dentro de un perímetro irregular comprendida dentro
de los siguientes linderos: NORTE: En 40 metros aproximadamente, la prolongación de la calle
atrás de la urbanización “WEEK END”, por su borde meridional hasta encontrar el eje de la
quebrada de la tejería; por el ESTE: Parcela N° 10 de la manzana N° 13 de la Urbanización “WEEK
END” en 25 metros; por el SUR: En 45 metros, la sección o parcela número dos (2) del conjunto
formado por las manzanas N°s. trece (13) y diecisiete (17) de la Urbanización “WEEK END”; y por el
OESTE: El eje de la quebrada de La tejería;

2. Que en fecha 30/11/71, según documento N° 74, Tomo 9; MANUEL AUGUSTO DE OLIVEIRA DE
JESUS y JOSE MARIA DA SILVA, constituyen hipoteca sobre derechos de propiedad de construcción
y terreno a favor de JOSE PEREZ RUANOVA;

3. Que sobre el terreno deslindado en el punto 1 del presente escrito, los ciudadanos JOSE PEREZ
RUANOVA, MANUEL AUGUSTO DE OLIVEIRA DE JESUS y JOSE MARIA DA SILVA, construyeron un
local comercial, lo cual consta en el Titulo Supletorio levantado por el Juzgado Octavo de Primera
Instancia en lo Civil de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda, el
10/11/71.
4. Que desde la fecha en que fueron construidas las bienhechurías, o sea, 10/11/71 hasta el día de
hoy, viene poseyendo en forma pacífica, inequívoca, ininterrumpida, con ánimo de dueña y en
forma exclusiva, todas las bienhechurías, es así que todos los servicios, así como los pagos de
impuestos municipales, han sido por su cuenta, como se evidencia de los documentos que se
acompañan, lo que confirma la posesión legítima, continúa, ni interrumpida, pacífica, pública, no
equívoca y con el ánimo de dueño, que requiere el artículo 772 del Código Civil, dándose así los
elementos para que proceda la Prescripción Adquisitiva o Usucapión, como lo establece el artículo
1953 eiusdem;

5. Que por los motivos expuestos, demanda a los ciudadanos JOSE PEREZ RUANOVA, MANUEL
AUGUSTO DE OLIVEIRA DE JESUS y JOSE MARIA DA SILVA, en virtud de que por la posesión
legítima ejercida se ha consolidado la prescripción adquisitiva del inmueble descrito a su favor;

6. Que convengan o en su defecto sean condenados a ello por este tribunal, en que los derechos y
acciones derivadas de los documentos en donde consta la propiedad y posesión de la parcela N°
11, de la Urbanización WeeK End y las bienhechurías, han prescrito a su favor y los antiguos
propietarios de la parcela y bienhechurías señaladas, no tienen ningún derecho de propiedad
sobre éstos;

7. Que la sentencia dictada, le sirva de Justo Titulo de propiedad;

Acompañó los siguientes documentos:

1. Poder;

2. Copia certificada del documento de Propiedad del inmueble objeto del presente proceso,
expedida por la Oficina Subalterna del Primer Circuito de Registro del Estado Vargas de fecha
12/1/2001;

3. Copia certificada debidamente registrada en la Oficina de Registro anteriormente mencionada,


de Titulo Supletorio expedido por el Juzgado Octavo de Primera Instancia en lo Civil de la
Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda, a favor de los ciudadanos JOSE
PEREZ RUANOVA, MANUEL AUGUSTO DE OLIVEIRA DE JESUS y JOSE MARIA DA SILVA, sobre las
bienhechurías construidas sobre el terreno de su propiedad;

4. Certificación de Gravámenes expedida por el Registrador Subalterno del Segundo Circuito de


Registro Público del Estado Vargas, de fecha 10/4/2001.

En su contestación a la demanda la Defensora Ad-litem designada, señaló:

1. Niego, rechazo y contradigo en todas y cada una de sus partes tanto en los hechos como en el
derecho en el cual se fundamenta la presente demanda.

Ambas partes promovieron pruebas, en los siguientes términos:

PARTE ACTORA:
1. Reprodujo el merito favorable de los autos, en especial de todos aquellos en los que queda
demostrado que el tiempo transcurrido en su beneficio, hace que opere la Prescripción Adquisitiva
o Usucapión;

2. Ratificó y reprodujo tanto los documentos como los hechos que integran el libelo.

PARTE DEMANDADA:

1. Reprodujo a su favor el mérito favorable de autos.

Siendo la oportunidad para decidir, el tribunal observa:

Conforme la Ley, la Jurisprudencia y la Doctrina, para adquirir por PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA, se


requieren de ciertos elementos condicionantes y concurrentes, los cuales se resumen de la
siguiente manera:

a) Que se trate de cosas susceptibles de posesión.

b) Posesión legítima – continua, no interrumpida, pacífica, pública, no equívoca y con intención de


tener la cosa como suya propia -.

c) El transcurso de un tiempo determinado.

Siendo que según ha dispuesto la Jurisprudencia, el tiempo es el elemento preponderante en


materia de prescripción, aún cuando su solo transcurso no es suficiente para la consumación de
aquella, analizará en primer lugar esta Sentenciadora, si ha transcurrido en el caso de autos el
tiempo requerido por la Ley para que opere la Prescripción Adquisitiva.

En el libelo de demanda, la parte actora indica que desde el 10/11/71 viene poseyendo el local
comercial construido sobre la parcela de terreno situada en la Urbanización WEEK END, dentro de
los linderos generales del fundo “CATIA ADENTRO”, ubicado en la Parroquia Maiquetía del
Departamento Vargas del Distrito Federal, hoy Estado Vargas, con las siguientes determinaciones y
linderos: Tiene frente a la prolongación de la calle de atrás de la Urbanización “WEEK END”,
estando distinguida con el N° 11 de la manzana 13 de dicha Urbanización, y con una cabida de
1.115 metros cuadrados, que comprende terrenos planos y quebrados, dentro de un perímetro
irregular comprendida dentro de los siguientes linderos: NORTE: En 40 metros aproximadamente,
la prolongación de la calle atrás de la urbanización “WEEK END”, por su borde meridional hasta
encontrar el eje de la quebrada de la tejería; por el ESTE: Parcela N° 10 de la manzana N° 13 de la
Urbanización “WEEK END” en 25 metros; por el SUR: En 45 metros, la sección o parcela número
dos (2) del conjunto formado por las manzanas N°s. trece (13) y diecisiete (17) de la Urbanización
“WEEK END”; y por el OESTE: El eje de la quebrada de La tejería; la parcela de terreno signada con
el Nº 101-B; local éste que construyeron los ciudadanos JOSE PEREZ RUANOVA; MANUEL
AUGUSTO DE OLIVEIRA DE JESUS Y JOSE MARIA DA SILVA, con una superficie de 160 metros
cuadrado.
Ahora bien, no consta a los autos probanza alguna que haga presumir a esta juzgadora que
efectivamente la ciudadana MARIA DIONISIA FAJARDO de DA SILVA, posee el inmueble desde el
10/11/71, hasta la presente fecha, lo que haría presumir el intermedio del lapso, es decir, hace
más de veinte (20) años, pues la parte actora ni siquiera acompañó los documentos que señaló en
el libelo, demostraban el pago de servicios e impuestos del inmueble objeto de la presente acción.
Así se establece.

En relación al segundo requisito relativo a la Posesión legítima – continua, no interrumpida,


pacífica, pública, no equívoca y con intención de tener la cosa como suya propia, observa esta
juzgadora que tampoco fue aportada prueba alguna que demostrara tal alegato. Y así se establece.

De autos se desprende que lo único que quedó demostrado en el caso de autos, es que el
inmueble que da origen a este litigio es propiedad de los ciudadanos JOSE PEREZ RUANOVA,
MANUEL AUGUSTO DE OLIVEIRA DE JESUS y JOSE MARIA DA SILVA, según consta de documento
Protocolizado ante la Oficina Subalterna del Primer Circuito de Registro del Estado Vargas bajo el
N° 20, Protocolo V, Tercer Trimestre de 1969, así como las bienhechurias construidas sobre el
mismo, protocolizadas ante esa misma Oficina de Registro bajo el N° 35, folio 140, Protocolo
Primero, Tomo IV, Cuarto Trimestre de 1971.

Ahora bien, no constando en autos prueba alguna que demuestre a esta juzgadora que la
ciudadana MARIA DIONISIA FAJARDO de DA SILVA, posee el inmueble objeto del presente proceso
desde el 10/11/71, es decir, hace más de veinte (20) años, ni demostró la Posesión legítima –
continua, no interrumpida, pacífica, pública, no equívoca y con intención de tener la cosa como
suya propia, no le queda más a esta Juzgadora que declarar improcedente la acción. Y ASI SE
DECIDE.

Por los razonamientos anteriormente expuestos, este tribunal Primero de Primera Instancia en lo
Civil, Mercantil, del Tránsito y Agrario de la Circunscripción Judicial del Estado Vargas, en nombre
de la República y por autoridad de la Ley, declara:

PRIMERO: SIN LUGAR la demanda de PRESCRIPCION ADQUISITIVA intentada por la ciudadana


MARIA DIONISIA FAJARDO de DA SILVA contra los ciudadanos JOSE PEREZ RUANOVA, MANUEL
AUGUSTO DE OLIVEIRA DE JESUS y JOSE MARIA DA SILVA.

SEGUNDO: Se condena en costas a la parte actora por haber resultado totalmente vencida.

TERCERO: Por cuanto la presente decisión se publica fuera del lapso legal para ello, se ordena la
notificación de las partes, conforme lo prevé el artículo 251 del Código de Procedimiento Civil, en
concordancia con el artículo 233 eiusdem.

REGÍSTRESE Y PUBLÍQUESE

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho del Juzgado Primero de Primera Instancia en lo
Civil, Mercantil, del Tránsito y Agrario de la Circunscripción Judicial del Estado Vargas, en
Maiquetía, a los veintitrés (23) días del mes de Noviembre de 2005. Años 195° y 146°.
LA JUEZ

DRA. MERCEDES SOLIRZANO M.

LA SECRETARIA

YASMILA PAREDES

SENTENCIA: DEFINITIVA

MATERIA: CIVIL BIENES

MOTIVO: PRESCRIPCION ADQUISITIVA

EXPEDIENTE N° 5134

MSM/Angela

En la misma fecha se registró y publicó la anterior sentencia, siendo las12:45 p.m.

LA SECRETARIA

YASMILA PAREDES

oviene del latín "USUS" que significa usar una cosa y de "CAPERE" que equivale a tomar. En el
Derecho Romano la institución de la usucapio era utilizada para la adquisición del dominio por la
posesión (usus) durante un cierto tiempo.

Subcapítulo 1.2.

DERECHO ROMANO PRECLASICO

Esta institución, exclusiva del derecho quiritario, tenía por finalidad, en convertir en propietario a
aquel que no detentaba esta situación jurídica ya sea, porque el que le había trasmitido la cosa no
lo era o no se había respetado las formalidades legales. Por lo tanto, los peregrinos no tenían la
posibilidad de utilizar este instituto por ser este un modo de adquisición del derecho civil

Subcapítulo 1.3

LA BUENA FE EN EL DERECHO ROMANO

Se discutía si el antiguo Derecho Romano exigía la buena fe coma elemento necesario para llegar a
usucapir. Parece que este elemento ético de la "BONA FIDES", fue agregado con posterioridad,
cuando el derecho progresa y se espiritualiza. Dicha buena fe, se daba cuando alguien que poseía
una cosa creía que quién se la trasmitió era el verdadero propietario o que nadie tenía un derecho
mejor que el suyo. Evidentemente, descansaba sobre una creencia subjetiva errónea. El error que
admitía era el error de hecho, no sirviendo para la usucapión el error de derecho. Por lo tanto, de
aquí en más, los elementos necesarios para la usucapion ordinaria serán el justo título (FUSTA
CAUSA POSSIDENDI) y la buena fe (BONA FIDES), lo que queda detalladamente legislado en el
derecho justinianeo. Empero, en esta etapa, nos encontramos con casos anormales de usucapión,
entre los que podemos mencionar la "usucapio pro herede " y la "usurreptio", verdaderos
vestigios del antiguo derecho y que eran denominadas en común como "usucapio ex lucrativa
causa" en oposición a la usucapión normal, que se la llamaba "PRO SUO".

Sostiene que la usucapión es una investidura formal mediante la cual una posesión se transforma
en propiedad. Es pues, algo más que un nuevo medio de prueba de la propiedad, o un mero
instrumento al servicio de la seguridad del tráfico, es la identidad misma de la propiedad como
investidura formal ligada a la posesión".[1]

La usucapión puede ser un efecto de la posesión, conduciendo ésta a aquélla.[2]

La usucapión es la adquisición, por el poseedor de una cosa, del derecho de propiedad o de otro
derecho real sobre esa cosa, por efecto de la posesión prolongada durante cierto plazo.[3]

La prescripción adquisitiva es un modo originario de adquirir la propiedad y un modo de prueba de


la propiedad. En unos casos sirve para convertir en propietario al poseedor y en otros para que el
propietario pruebe su derecho de propiedad.[4]
Esta segunda concepción de la prescripción es la que se utiliza con mayor frecuencia. Por ejemplo,
si un inmueble ha sido transferido en propiedad varias veces durante el plazo de prescripción, el
actual poseedor puede adicionar a su plazo posesorio al de aquel que le transmitió válidamente el
bien.[5]

Si todas las transferencias son válidas, el derecho de propiedad del actual poseedor es inobjetable
y para acreditarlo ya no tiene la necesidad de probar la validez de las transferencias hechas con
anterioridad a la fecha de inicio del plazo de prescripción, porque allí se acaba la investigación
retrospectiva.

Existen, pues, dos tendencias en la doctrina: una predominante, mediante la cual por el transcurso
del tiempo, el poseedor bajo ciertas circunstancias se convierte en propietario[6]y la otra, que
afirma, que es un medio de prueba.[7]

De las nociones reseñadas, y con buen pulso y rigor académico, el fundamento de la prescripción
adquisitiva reposa en un principio de puro derecho, al tratarse de una institución establecida en
base a la equidad y que interesa a la sociedad conservar el principio de la seguridad del dominio,
como presupuesto necesario de la paz social, evitando conflictos en el área dominal.[8]

La prescripción adquisitiva o usucapión es un modo de adquisición de la propiedad bastante


menos frecuente que la convención. Se puede considerar que es raro, particularmente en materia
inmobiliaria, que un individuo posea un inmueble con la voluntad de comportarse como
propietario. Empero, la prescripción adquisitiva, llamada también usucapión, es una institución
útil, en la medida en que un individuo cuyo título de adquisición es irregular o no tiene título
alguno susceptible de ser protegido, se haya comportado como propietario durante treinta años
sin haber sido perturbado por el verdadero propietario.

CAPITULO II

Objeto general

Subcapítulo 2.1.
BASE LEGAL

Código Civil

LIBRO V - DERECHOS REALES

SECCION TERCERA - Derechos reales principales

Partes: 1, 2

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Comentarios

Viernes, 17 de Mayo de 2013 a las 18:38 | 0 votar negativo votar positivo

Juan Guillermo Vigil Quijano

Este trabajo de investigacion en su dcebida oportunidad que abarca un tema para muchas
personas que necesitan de cpomo afrontar en la practica el proceso de una propiedad inmueble
que muchos invaden pero que con un cieto tiempo de quien nadie reclame y al mismo tiempo con
los pagos correspondientes por hacer uso y derecho de ese bien como propio y si algiuien puede
ahindar sobre este tema le garantizo que actualmente sucede mucho para el derecho creo yo es
un gran aporte y por las vista se ve que esta bastante solicitado y quienes estan por usarlo para
diferentes trabajos de investigacion exitos en todo

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos82/prescripcion-adquisitiva-dominio-


inmueble/prescripcion-adquisitiva-dominio-inmueble.shtml#ixzz3QADCbsU6
Efectos personales del matrimonio

El artículo 102 de nuestro Código Civil define al matrimonio como “un contrato solemne por el
cual un hombre y una mujer se unen actual e indisolublemente, y por toda la vida, con el fin de
vivir juntos, de procrear, y de auxiliarse mutuamente”. De este “contrato” derivan cuatro grandes
efectos, a saber: efectos personales, patrimoniales, en materia de filiación y en materia sucesoria.
En este artículo nos abocaremos a la exposición de los efectos personales.

La regulación normativa de estos efectos la encontramos en los artículos 131 y siguientes del
Código Civil, en un título llamado “Obligaciones y Derechos entre los Cónyuges”, y pese a que se
refiere a ellos como “obligaciones”, no es correcto afirmar que efectivamente estemos en
presencia de obligaciones, no al menos en un sentido técnico, ya que en la mayoría de los casos
los imperativos jurídicos allí contemplados tienen el carácter de “deberes jurídicos”. En estos
casos, no es posible obtener su cumplimiento por la vía forzada, es decir, carecen de coercibilidad.

II. Características de los deberes entre los cónyuges

Rigen sólo para los cónyuges. Esto a diferencia de lo que ocurre en materia de regímenes
patrimoniales, en que los destinatarios son los cónyuges, pero a su vez, esta normativa también
afecta a terceros.

Son recíprocos. Hasta antes de la Ley Nº 18.802 (9 de junio de 1989) era posible distinguir dos
clases de deberes: comunes e individuales. Así, por ejemplo, la mujer le debía individualmente
obediencia al marido (se hablaba de una potestad marital) y tenía la obligación de seguirlo. Esto
terminó con la mencionada ley, cuya lógica buscaba igualar la condición jurídica de la mujer.

Marcado contenido ético. El Legislador quiere poner en evidencia que la comunidad de vida que
implica el matrimonio requiere el cumplimiento de una serie de deberes.

Son necesarios. Para efectos de satisfacer y cumplir los fines del matrimonio, indicados por el
Legislador en la definición contenida en el ya mencionado artículo 102 del Código Civil. “[…]con el
fin de vivir juntos, procrear y auxiliarse mutuamente”. A esos fines apunta directamente el
establecimiento de los deberes.

III. Derechos y deberes entre los cónyuges

a) Deber de fidelidad
Consagrado en los artículos 131 y 132, la doctrina está de acuerdo en que estas normas aluden a
un deber de lealtad en el ámbito sexual. El artículo 132 señala que “El adulterio constituye una
grave infracción al deber de fidelidad que impone el matrimonio y da origen a las sanciones que la
ley prevé”. El adulterio constituye, en el actual sistema, una infracción de carácter civil. En un
momento histórico tuvo sanción penal. Está definido como una grave infracción al deber de
fidelidad que impone el matrimonio, precisando que cometen adulterio, la mujer casada que yace
con varón que no sea su marido y el varón casado que yace con una mujer que no sea su cónyuge.

b) Deber de socorro recíproco

El artículo 131 establece que “Los cónyuges están obligados a guardarse fe, a socorrerse y
ayudarse mutuamente en todas las circunstancias de la vida”. Estamos en presencia de un deber
de contenido patrimonial y que está especialmente ligado al deber que pesa sobre los cónyuges de
darse alimentos en función de lo dispuesto por el artículo 321 del Código Civil. Existen autores que
sostienen que el deber de socorro es lo mismo que el de prestar alimentos, sin embargo, la
mayoría piensa que este último es sólo una manifestación de aquél, ya que el deber de socorro no
se agotaría en el de dar alimentos.

c) Deber de ayuda mutua

Fundamentado en el artículo 131 antes mencionado, la doctrina indica que se materializa en los
cuidados personales constantes que los cónyuges deben darse durante la vigencia del matrimonio.
Los autores señalan que está determinado por el fin del bien de los cónyuges que es el que ordena
una comunidad de vida; la solidaridad conyugal aparece como uno de sus elementos constitutivos
e impone un deber de estar al lado del otro como sostén y amparo.

d) Deber de respeto y protección recíproca

El artículo 131, en su segunda parte, señala que “El marido y la mujer se deben respeto y
protección recíprocos”. Antes de la entrada en vigencia de la Ley Nº 18.802, la norma señalaba
que la mujer debía respeto a su marido y el marido debía protección a su mujer, sin embargo, con
la modificación ambos se deben respeto y protección mutua.

e) Deber de vivir en un hogar común


El artículo 133 del Código Civil establece que “Ambos cónyuges tienen el derecho y el deber de
vivir en el hogar común, salvo que a alguno de ellos le asistan razones graves para no hacerlo”. El
mismo legislador se encarga de señalar que este deber podría incumplirse, si a algún cónyuge le
asisten razones graves para ello. Sin embargo, la norma no precisa cuales serían aquellas razones,
por lo que su calificación corresponderá al juez.

f) Deber de cohabitación

La cohabitación alude a la convivencia sexual de la pareja. Encuentra su fundamento en el artículo


102, en la misma definición de matrimonio que señala como uno de los fines del mismo, la
procreación. Es lo que se denomina el “débito conyugal” y se refiere al deber que pesa sobre los
cónyuges de mantener relaciones sexuales entre sí, para materializar uno de los fines del
matrimonio como es la procreación.

g) Deber de auxilio y expensas para la litis

El artículo 136 establece que “Los cónyuges serán obligados a suministrarse los auxilios que
necesiten para sus acciones o defensas judiciales. El marido deberá, además, si está casado en
sociedad conyugal, proveer a la mujer de las expensas para la litis que ésta siga en su contra, si no
tiene los bienes a que se refieren los artículos 150, 166 y 167, o ellos fueren insuficientes”. De la
norma transcrita, primero se extrae el deber de auxilio para la litis que pesa sobre ambos
cónyuges, ya sea que obren en calidad de demandante o de demandado. El segundo deber pesa
exclusivamente sobre el marido casado bajo sociedad conyugal, y consiste en que él está obligado
a proveer a su mujer de expensas cuando haya ejercido una demanda en su contra. La excepción
está dada cuando la mujer tiene patrimonios especiales suficientes para asumir los gastos.

do acto jurídico genera consecuencias, no es la excepción el divorcio el cual una vez declarado
genera unos efectos que se encuentran consagrados en el código civil; los efectos del divorcio se
definen por el artículo 160 del código civil, modificado por el artículo 11 de la ley 25 de 1992, de la
siguiente manera:

“Ejecutoriada la sentencia que decrete el divorcio, queda disuelto el vinculo en el matrimonio civil
y cesan los efectos civiles del matrimonio religioso. Así mismo, se disuelve la sociedad conyugal,
pero subsisten los deberes y derechos de las partes respecto de los hijos comunes y, según el caso,
los derechos y deberes alimentarios de los cónyuges entre sí”
Entonces al divorciarse una pareja su sociedad conyugal se disuelve y se debe proceder a
liquidarla, es decir, a repartir los bienes que le corresponden a cada cónyuge, claro está después
de pagar las deudas sociales existentes. Además la patria potestad de los hijos sigue
correspondiendo a los dos al igual que la educación y los alimentos de estos.

Cuando las causales del divorcio hayan sido las siguientes:

Las relaciones sexuales extramatrimoniales de uno de los cónyuges.

El grave e injustificado incumplimiento de los deberes conyugales.

La violencia (ultrajes, trato cruel y maltratamiento de obra).

La embriaguez habitual.

El uso de sustancias alucinógenas o estupefacientes.

Toda conducta tendiente a corromper o pervertir al otro o a los hijos o a personas que estén
bajo su cuidado y convivan bajo el mismo techo.

En el caso de que el divorcio se haya dado por cualquiera de las causales antes mencionadas, el
cónyuge inocente, es decir, el que no incurrió en la causal sino el que la alego para divorciarse,
puede revocar las donaciones que haya hecho al cónyuge culpable en razón del matrimonio; otro
efecto del divorcio es que, ninguno de los divorciados podrá invocar la calidad de cónyuge
sobreviviente para heredar abintestato, ni pedir porción conyugal.

Por último cuando el divorcio de un matrimonio celebrado en Colombia se ha decretado en el


exterior, se regirá por las normas del domicilio conyugal, pero no producirá efectos de disolución,
si la causal respectiva no es admitida por la ley colombiana y el demandado no haya sido
notificado personalmente o emplazado según la ley de su domicilio.

el Matrimonio

Capítulo I
De los esponsales, del matrimonio y su celebración, y de los requisitos necesarios para contraerlo

Sección I

De los esponsales

Artículo 41 La promesa reciproca de futuro matrimonio no engendra la obligación legal de


contraerlo, ni de cumplir la prestación que haya sido estipulada para el caso de inejecución de la
promesa.

Artículo 42 La promesa consta de los carteles ordenados en el Capítulo II de este Título o de otro
documento público, la parte que sin justo motivo rehusare cumplirla, satisfará a la otra los gastos
que haya hecho por causa del prometido matrimonio.

Artículo 43 La demanda a que se refiere el artículo anterior, no se admitirá si no se acompaña a


ella la comprobación auténtica de los carteles o el documento publico arriba expresado.

Tampoco lo será después de dos años contados desde el día en que pudo exigirse el cumplimiento
de la promesa.

Sección II

Del matrimonio y de su celebración

Artículo 44 El matrimonio no puede contraerse sino entre un solo hombre y una sola mujer. La Ley
no reconoce otro matrimonio contraído en Venezuela sino el que se reglamenta por el presente
Título, siendo el único que producirá efectos legales, tanto respecto de las personas como
respecto de los bienes.
Artículo 45 Después de celebrado el matrimonio con arreglo a las disposiciones de este Título,
podrán los contrayentes, según los dictámenes de su conciencia, cumplir con los ritos de la religión
que profesen; pero este acto no podrá efectuarse sin que al ministro del culto o al que deba
presenciarlo, le sea presentada la certificación de haberse celebrado el matrimonio conforme a lo
dispuesto en este Título.

Sección III

De los requisitos necesarios para contraer matrimonio

Artículo 46 No pueden contraer válidamente matrimonio la mujer que no haya cumplido catorce
(14) años de edad y el varón que no haya cumplido dieciséis (16) años.

Artículo 47 No puede contraer validamente matrimonio el que adolece de impotencia manifiesta y


permanente.

Artículo 48 Tampoco puede contraer válidamente matrimonio el entredicho por causa de


demencia ni el que no se halle en: su juicio.

Si la interdicción ha sido únicamente promovida, se suspenderá la celebración del matrimonio


hasta que la autoridad judicial haya decidido definitivamente.

Artículo 49 Para que el consentimiento sea valido debe ser libre. En el caso de rapto no será válido
el consentimiento si no se presta o ratifica después de devuelta la persona a su plena libertad. Se
reputa que no hay consentimiento cuando existe error respecto de la identidad de la persona.

Artículo 50 No se permite ni es válido el matrimonio contraído por una persona ligada por otro
anterior, ni el de un ministro de cualquier culto a quien le sea prohibido el matrimonio por su
respectiva religión.
Artículo 51 No se permite ni es válido el matrimonio entre ascendientes y descendientes ni entre
afines en línea recta.

Artículo 52 Tampoco se permite ni es válido el matrimonio entre hermanos.

Artículo 53 No se permite el matrimonio entre tíos y sobrinos, ni entre tíos y los descendientes de
los sobrinos. Tampoco se permite el matrimonio entre cuñados cuando el que produjo la afinidad
quedó disuelto por divorcio.

Artículo 54 No es permitido ni valido el matrimonio del adoptante con el adoptado y sus


descendientes, entre el adoptante y el cónyuge del adoptado, ni entre el adoptado y el cónyuge
del adoptante, mientras dure la adopción.

Artículo 55 No se permite ni es válido el matrimonio entre el condenado como reo o cómplice de


homicidio ejecutado, frustrado o intentado contra uno de los cónyuges, y el otro cónyuge.

Mientras estuviere pendiente el juicio criminal, tampoco podrá celebrarse el matrimonio.

Artículo 56 No podrá contraer matrimonio el encausado por rapto, violación o seducción, mientras
dure el juicio criminal que se le forme y mientras no cumpla la pena a que haya sido condenado, a
no ser que lo celebre con la mujer agraviada.

Artículo 57 La mujer no puede contraer validamente matrimonio sino después de diez (10) meses
contados a partir de la anulación o disolución del anterior matrimonio, excepto en el caso de que
antes de dicho lapso haya ocurrido el parto o produzca evidencia medica documentada de la cual
resulte que no está embarazada.

Artículo 58 No se permite el matrimonio del tutor o curador o alguno de sus descendientes con la
persona que tiene o han tenido bajo su protección, en tanto que, fenecida la tutela o curatela, no
haya recaído la aprobación de las cuentas de su cargo; salvo que el Juez ante quien se constituyó
la tutela o el del domicilio del tutor, por causas graves, expida la autorización.
Artículo 59 El menor de edad no puede contraer matrimonio sin el consentimiento de sus padres.

En caso de desacuerdo entre los padres, o de imposibilidad de manifestarlo, corresponderá al Juez


de Menores del domicilio del menor autorizar o no el matrimonio, oída la opinión de los padres si
fuere posible. Contra estas decisiones no habrá recurso alguno.

Artículo 60 A falta del padre y de la madre se necesita el consentimiento de los abuelos y abuelas
del menor. En caso de desacuerdo bastara que consientan en el matrimonio dos de ellos. Si esto
no fuere posible, corresponderá al Juez de Menores del domicilio del menor autorizar o no el
matrimonio, oída la opinión de los abuelos y abuelas. Contra esta decisión no habrá recurso
alguno.

Artículo 61 A falta de padres, abuelos y abuelas, se necesita el consentimiento del tutor; si este no
existe, se pedirá la autorización del Juez de Menores del domicilio del menor.

Artículo 62 No se requerirá la edad prescrita en el artículo 46:

1º. A la mujer menor que haya dado a luz un hijo o que se encuentre en estado de gravidez.

2º. Al varón menor cuando, la mujer con la que quiere contraer matrimonio ha concebido un hijo
que aquél reconoce como suyo o que ha sido declarado judicialmente como tal.

Artículo 63 Contra la negativa de consentimiento por parte de los llamados por la Ley a darlo no
habrá recurso alguno, salvo que la negativa fuere del tutor, caso en el cual podrá ocurrirse al Juez
de Primera instancia del domicilio del menor para que resuelva lo conveniente.

Artículo 64 se entiende que faltan el padre, la madre o los ascendientes, no solo por haber
fallecido, sino también por los motivos siguientes;
1°. Demencia perpetua o temporal, mientras dure.

2°. Declaración o presunción de ausencia, o estada en países extranjeros de donde no puede


obtenerse Contestación en menos de tres meses.

3°. La condenación a pena que lleve consigo la inhabilitación, mientras dure este.

4°. Privación, por sentencia, de la patria potestad.

Artículo 65 Los Jueces de Primera instancia en lo Civil pueden dispensar el impedimento que existe
entre los tíos y sobrinos de cualquier grado y entre los cuñados.

Capítulo II

De las formalidades que deben preceder al contrato de matrimonio

Artículo 66 Las personas que quieran contraer matrimonio lo manifestarán así ante uno de los
funcionarios, de la residencia de cualquiera de los contrayentes, autorizados para presenciarlo e
indicarán el que han escogido, entre los facultados por la Ley, para celebrarlo; y expresaran,
además, bajo juramento, su nombre, apellido, edad, estado, profesión y domicilio, y el nombre y
apellido del padre y de la madre de cada uno de ellos, de todo lo cual se extenderá un acta que
firmarán el funcionario, las partes u otro a su ruego, si ellas no pudieren o no supieren hacerlo, y el
Secretario.

Cuando el futuro contrayente fuere el mismo funcionario o alguno de sus parientes dentro del
cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad, no podrá intervenir en la formación del
expediente ni en la celebración del matrimonio.

Artículo 67 La manifestación de que trata el artículo anterior se hará por ambos contrayentes
personalmente o por mandatario con poder especial: y deberán ser asistidos de las personas cuyo
consentimiento o autorización sea necesario para la celebración del matrimonio, a menos que
presenten en el mismo acto documento auténtico en que conste el consentimiento o la
autorización.

La presentación del documento autentico de esponsales, es suficiente para que cualquiera de los
contrayentes pueda por sí solo hacer la manifestación, sin perjuicio de los demás requisitos que
prescribe este artículo.

Cuando el funcionario ante el cual se haga la manifestación no sea el escogido para celebrar el
matrimonio, hará a este la respectiva participación, a objeto de que proceda a fijar el cartel en su
jurisdicción y de aviso del cumplimiento de tal formalidad como queda indicado.

Artículo 68 El funcionario ante quien se ha hecho la manifestación fijará un cartel contentivo de


ella en uno de los sitios más públicos del lugar donde cada uno de los contrayentes tenga su
domicilio o residencia.

El cartel permanecerá fijado por ocho días continuos antes de la celebración del matrimonio,
haciéndose constar en el expediente respectivo la fecha de la fijación.

Caso de variación de domicilio o residencia, si esta última fuere menor de seis meses, se hará
también la fijación del cartel en la Parroquia o Municipio del anterior domicilio o residencia, y, al
efecto, el funcionario ante quien se haya hecho la manifestación, trasmitirá por la vía más rápida,
aun por telégrafo, el contenido del cartel, a otro funcionario del domicilio o residencia anterior.
Este último deberá avisar el cumplimiento de la formalidad, indicando la fecha de la fijación del
cartel.

Si alguno de los contrayentes no tuviere un año por lo menos de domicilio o residencia en la


república, el funcionario ante quien se hizo la manifestación, la hará publicar en un periódico de la
localidad, o de la más cercana si en aquélla no lo hubiere, treinta días antes de la fijación del
cartel, salvo que presenten una justificación igual a la prevista en el artículo 108.

Artículo 69 El funcionario ante quien se haga manifestación de la voluntad de contraer


matrimonio, formará un expediente, que deberá contener:
1°. El acta de esponsales.

2°. Todo lo relativo a la fijación de los carteles.

3°. Copia de las partidas de nacimiento de los futuros contrayentes. Las cuales no deberán datar
de más de seis meses antes de la celebración del matrimonio.

4°. Los documentos que acreditan la dispensa de los impedimentos que pudieren existir para la
celebración del matrimonio.

5°. En el caso de segundo o ulterior matrimonio, copia certificada del acta de defunción del
cónyuge fallecido, o copia certificada de la sentencia firme que declaro nulo o disuelto el
matrimonio anterior, con la constancia de estar ejecutoriada.

6°. Las pruebas que exige el artículo 111 de este Código.

7°. En los casos de oposición al matrimonio, copia certificada de la decisión firme que la haya
declarado sin lugar.

8°. Los documentos que exige el artículo 108 de este Código, si se trata de extranjeros.

Las partidas de nacimiento de los futuros contrayentes y la copia certificada de las actas de
defunción de los cónyuges fallecidos podrán suplirse con una justificación evacuada ante un Juez.
Los testigos deberán ser de notoria honorabilidad y darán razón circunstanciada de su dicho.

El mismo funcionario ante quien se haga la manifestación a que se contrae el presente artículo,
advertirá a los contrayentes la conveniencia a da comprobar su estado de salud previamente a la
consumación del matrimonio, a los fines de asegurar en la mejor manera posible una buena
procreación. De todo lo cual dejara constancia en el expediente.

En el caso de que el funcionario ante quien se haya hecho la manifestación no sea el escogido para
celebrar el matrimonio, el expediente expresado deberá ser remitido a este último, una vez
vencido el lapso señalado en el artículo anterior.

Artículo 70 Podrá prescindirse de los documentos indicados en el artículo anterior y de la previa


fijación de carteles, cuando los contrayentes deseen legalizar la unión concubinaria existente en
que hayan estado viviendo. Esta circunstancia se certificará expresamente en la partida
matrimonial.

Si alguno de los contrayentes o ambos, tuvieren hijos menores bajó su patria potestad, deberán
dentro de los tres (3) meses siguientes a la celebración del matrimonio, practicar el inventario de
los bienes propios de sus hijos conforme a lo establecido en el Capítulo VII de este Título.

Artículo 71 Ningún funcionario que intervenga en la formación del expediente esponsalicio, o que
expida certificaciones, o copias certificadas, o evacue justificativos que hayan de llevarse a ese
expediente, podrá cobrar derechos ni emolumentos de ninguna especie y todas las diligencias y
actas respectivas serán extendidas en papel común y sin estampillas.

La disposición contenida en este artículo deberá ser fijada en letras grandes y en lugar visible en
las oficinas de los respectivos funcionarios.

Capítulo III

De las oposiciones al matrimonio

Artículo 72 El padre, la madre, los abuelos, el hermano, la hermana, el tío, la tía y el tutor o
curador, pueden hacer oposición al matrimonio por toda causa que, según la Ley, obste a su
celebración.
Artículo 73 Derogado.

Artículo 74 El derecho de hacer oposición compete también al cónyuge de la persona que quiera
contraer otro matrimonio.

Artículo 75 Si se trata del matrimonio que quiera contraer la mujer en contravención del artículo
57, el derecho de hacer oposición corresponde a sus ascendientes y a los ascendientes,
descendientes y hermanos del marido. En caso de un matrimonio anterior que se ha anulado o
disuelto, el derecho de hacer oposición al que se quiera contraer después, corresponde también a
aquél con quien se había contraído.

Artículo 76 El Síndico Procurador Municipal del domicilio o residencia de cualquiera de los


esposos, debe hacer oposición al matrimonio si tiene noticia fundada de que existe cualquier
impedimento de los declarados por la Ley.

Artículo 77 La oposición al matrimonio se hará ante el funcionario que haya recibido la


manifestación de voluntad de los futuros contrayentes o ante el escogido para presenciarlo, en
escrito firmado por el que la hace o por su apoderado con poder especial, en el cual se enunciará
la calidad que da el derecho de formar la oposición y se expondrán los fundamentos de ésta.

Artículo 78 Hecha la oposición por quien tenga carácter legal para hacerla, y fundada en una causa
admitida por la Ley, no podrá procederse a la celebración del matrimonio mientras el Juez de
Primera instancia, a quien se pasará el expediente, no haya declarado sin lugar la oposición. Aun
en el caso de ser retirada ésta, dicho Juez decidirá si debe o no seguirse.

Cuando la oposición se fundare en la falta de licencia por razón de menor edad, sólo se abrirá el
juicio de que se trata, si el interesado sostuviere que es mayor o que ha obtenida la licencia.

Artículo 79 Cuando el funcionario encargado de la substanciación del expediente de esponsales o


el escogido para celebrar el matrimonio, tuviere noticia fundada de que existe algún impedimento
que obste legalmente a su celebración, procederá sin pérdida de tiempo a hacer la averiguación
del caso, y hecha que sea, remitirá todo lo actuado al Juez de Primera instancia, procediéndose
como en el caso de oposición.

Artículo 80 Si la oposición se declarare sin lugar, los que la hayan hecho, salvo los ascendientes y el
Síndico Procurador Municipal, podrán ser condenados en daños y perjuicios.

También podrán serlo los denunciantes y testigos.

Capítulo IV

De la celebración del matrimonio

Artículo 81 El matrimonio no podrá celebrarse sino después de vencidos los ocho días a que se
refiere el artículo 68, salvo lo dispuesto en los artículos 70 y 96 y si no se celebrare dentro de los
seis meses siguientes contados a partir de la fecha del acta esponsalicia, no podrá efectuarse sin
haberse llenado de nuevo las formalidades prescritas en el Capítulo II de este Título.

Artículo 82 El matrimonio se celebrará ante uno cualquiera de los siguientes funcionarios: Primera
Autoridad Civil de la Parroquia o Municipio, Presidente de la Junta Comunal, Juez de la Parroquia o
Municipio, Jefe Civil del Distrito o Presidente del Concejo Municipal. Cuando el funcionario natural
este impedido, presenciará el matrimonio el que haga sus veces u otro funcionario de la misma
jurisdicción de los facultados por este artículo, haciéndose constar en el acta el impedimento.

Los Presidentes de Estado y gobernadores de los Territorios Federales, deberán facultar a


personas idóneas para autorizar todas las diligencias relativas al matrimonio y su celebración, si los
contrayentes residen en campos, caseríos, vecindarios y otros lugares alejados de los centros
urbanos.

En todos los casos, el acto se verificara en presencia de dos testigos, y quien lo autorice deberá
estar asistido de su Secretario, si lo tuviere, o de uno que nombrare al efecto.
Artículo 83 Si se tratare de militares en activo servicio, se considerara residencia de los mismos el
territorio donde se halle, aunque sea accidentalmente, el cuerpo a que pertenezcan o en que deba
radicarse el empleo, cargo o comisión militar que estuvieren desempeñando.

Artículo 84 El funcionario ante quien haya de celebrarse un matrimonio, se negara a presenciarlo


cuando sean insuficientes los documentos producidos o cuando falten formalidades preceptuadas
por la Ley; pero las partes podrán ocurrir al Juez de Primera instancia de la jurisdicción quien en
vista del expediente que se le enviará, decidirá breve y sumariamente, si debe o no procederse a la
celebración del matrimonio. De la decisión podrá apelarse libremente.

Artículo 85 El matrimonio podrá celebrarse por medio de apoderado, constituido por poder
especial otorgado ante un Registro Público o por ante el funcionario competente si se confiere en
el extranjero, en el cual poder se determinará la persona con quien haya de contraerse y las
demás circunstancias que respecto de los contrayentes deben expresarse en el acta de
matrimonio conforme el artículo 89. Si antes de que el apoderado contraiga el matrimonio el
poderdante revocare el poder o se casare validamente, el matrimonio por poder será nulo.

Artículo 86 El matrimonio se celebrará públicamente el día acordado por los contrayentes, en el


Despacho del funcionario que va a presenciarlo. Además de este, deberán estar presentes dos
testigos, por lo menos, de uno u otro sexo, mayores de veintiún años y los cuales pueden ser
parientes, en cualquier grado, de los contrayentes.

Artículo 87 Puede también celebrarse el acto fuera del Despacho del funcionario si así lo pidieren
los futuros contrayentes y no encontrare aquél inconveniente alguno para ello.

El funcionario deberá autorizar el matrimonio fuera de su Despacho, si uno de los futuros


contrayentes estuviese fundadamente impedido.

En todo caso de celebración de un matrimonio fuera del Despacho del funcionario, el número de
testigos será de cuatro por lo menos, mayores de edad, y dos de ellos no han de estar ligados con
ninguno de los futuros contrayentes por parentesco dentro del cuarto grado de consanguinidad o
segundo de afinidad.
Los interesados proporcionarán vehículos; y nada podrán cobrar ni recibir los funcionarios por la
traslación.

Artículo 88 En la celebración del matrimonio se observarán las formalidades siguientes:

Reunidos el funcionario que autorice el acto, su Secretario, los contrayentes y los testigos, el
Secretario dará lectura a la Sección I del Capítulo XI del presente Título, que trata de los deberes y
derechos de los cónyuges, y enseguida dicho funcionario recibirá de los contrayentes uno después
del otro, la declaración de que ellos se toman por marido y mujer, respectivamente y los declarara
unidos en matrimonio en nombre de la República y por autoridad de la Ley.

Artículo 89 De todo matrimonio que se celebre se extenderá inmediatamente un acta en la que se


exprese:

1°. El nombre, apellido, cédula de identidad, edad, profesión, lugar de nacimiento y domicilio de
cada uno de los esposos.

2º. Los nombres, apellidos, profesión y domicilio del padre y de la madre de cada uno de ellos.

3º. La declaración de los contrayentes de tomarse por marido y mujer.

4º. La declaración que hicieren los contrayentes, en su caso acerca del reconocimiento de hijos
con expresión del nombre, la edad y municipio o Parroquia donde se asentó la partida de
nacimiento de cada uno de ellos.

5º. El nombre, apellido, cédula de identidad edad, profesión y domicilio de cada uno de los
testigos.

El acta será firmada por el funcionario público que autorice el matrimonio, por su Secretario, por
los contrayentes, si pudieren y supieren firmar, y por los testigos.
Artículo 90 Cuando se trate de mudos o sordomudos, no se requiere para el acto del matrimonio
la habilitación especial a que se refiere el artículo 410 de este Código. La manifestación de
voluntad de éstos se hará por escrito, si saben y pueden escribir, y en el acta se hará constar esta
circunstancia.

Si los mudos y los sordomudos no supieren o no pudieren escribir, serán asistidos, en el acto, de su
curador; y si no lo tuvieren, de uno especial nombrado por el Juez de Primera instancia. El curador
suscribirá el acta.

Si alguno de los contrayentes no conociere el idioma castellano, será asistido en el acto por un
intérprete que él mismo llevará, el cual suscribirá el acta.

Artículo 91 Cuando quien presencie el matrimonio sea la Primera Autoridad Civil del Municipio o
Parroquia, extenderá el acta en uno de los dos ejemplares del registro de matrimonios, y la
copiará y certificara en el otro.

Si el matrimonio se celebrare ante cualquiera otro funcionario autorizado, se extenderá el acta en


el libro de registro de matrimonios, y enviará de ella inmediatamente copia certificada a la Primera
Autoridad Civil del Municipio, quien la copiará y certificará con toda preferencia en los dos libros
respectivos.

También, para que la certifique en el registro de matrimonios, enviará la Primera Autoridad Civil
del Municipio o Parroquia al Presidente del Concejo Municipal, copia certificada del acta del
matrimonio que autorice cualquier otro funcionario que no sea el Presidente del Concejo
Municipal.

Los expedientes de matrimonios celebrados ante otro funcionario que no sea el Presidente del
Concejo Municipal, serán remitidos a éste, para su archivo, dentro de los tres días siguientes a la
celebración.
El funcionarlo que autorice el matrimonio entregará a los interesados, a la mayor brevedad
posible, copla certificada del acta de matrimonio.

Artículo 92 El Presidente del Concejo Municipal remitirá inmediatamente copia certificada del acta
del matrimonio que haya presenciado, así cómo de las copias que reciba en virtud del artículo
anterior, a la Primera Autoridad Civil de las Parroquias o Municipios a que corresponda el lugar del
nacimiento de los cónyuges, para que la inserte en el libro correspondiente, y anote el acta de
nacimiento del cónyuge respectivo con la fecha del acta de matrimonio.

La Primera Autoridad Civil de la Parroquia o Municipio, a su vez, remitirá al Registrador Principal


una copia de las notas marginales que inserte, para que este funcionario verifique igual anotación
en el duplicado de los Libros de Nacimiento que reposan en el Archivo de la Oficina a su cargo.

Artículo 93 El funcionario que haya autorizado el matrimonio entregará en el mismo acto a los
contrayentes la certificación a que se refiere el artículo 45.

Artículo 94 El acto del matrimonio será público en todo caso y no podrá vedarse a nadie asistir a su
celebración.

Artículo 95 A los funcionarios que infringieren las prohibiciones establecidas de cobrar o recibir
emolumentos, se les seguirá el juicio penal correspondiente.

Capítulo V

Del matrimonio en artículo de muerte

Artículo 96 En el caso en que uno de los contrayentes o ambos se hallaren en artículo de muerte,
los funcionarios a que se refiere el artículo 82 podrán autorizar el matrimonio con prescindencia
de la fijación de carteles y de los requisitos establecidos en el artículo 69, aún cuando alguno de
los contrayentes o ambos fueren transeúntes. Si la urgencia lo impusiere, podrá hasta prescindirse
de la lectura de la Sección que trata "De los deberes y derechos de los cónyuges".
El funcionario se constituirá con su Secretario, o con el que nombre para el caso, en el lugar donde
se hallen las partes en impedimento, y en presencia de dos testigos de uno u otro sexo, mayores
de edad, que pueden ser parientes en cualquier grado de los contrayentes, procederá a la
celebración del matrimonio. El acta original se extenderá de conformidad con el artículo 89 en el
libro o libros del registro respectivo, si pudieren éstos trasladarse sin pérdida de tiempo; caso de
no poderse trasladar los libros, se extenderá el acta en papel común e inmediatamente después se
copiará y certificará en libro o libros correspondientes. En el acta se hará constar, además, el lugar,
fecha y hora en que se efectuó el matrimonio; las circunstancias de artículo de muerte; mención
de haberse producido la certificación comprobatoria de la circunstancia; y apreciación de los
testigos de parecer hallarse en estado de lucidez mental el o los contrayentes impedidos.

Si fuere posible, otra persona, mayor de edad, que no sea de los testigos del acta, firmará a luego
del contrayente que no supiere o no pudiere hacerlo.

El funcionario dejará en poder de los contrayentes copia certificada del acta de matrimonio.

Artículo 97 Los funcionarios llamados por la Ley a autorizar el matrimonio, están obligados a
concurrir, sin demora alguna; al lugar donde se hallen los contrayentes para autorizar el
matrimonio en artículo de muerte.

Artículo 98 Cuando en el caso referido de artículo de muerte no fuese fácil o inmediata la


concurrencia de alguno de los funcionarios autorizados por, el artículo 82 para presenciar el
matrimonio, este podrá celebrarse en presencia de tres (3) personas, mayores de edad, que no
estén ligados con ninguno de los contrayentes por parentesco dentro del cuarto grado de
consanguinidad o segundo de afinidad, siempre que uno de ellos, por lo menos, sepa leer y
escribir.

Una de las personas que sepa leer y escribir presidirá el acto, y recibirá de los contrayentes la
declaración de que se toman por marido y mujer, respectivamente.

Inmediatamente se extenderá el acta en papel común y en la forma ya expresada, dejando


constancia de la existencia de los hijos que hubieren procreado. Quien haya presidido dejará una
copia certificada de ella en poder de los contrayentes, y el acta original se entregará, en el término
de la distancia, a la Primera Autoridad Civil de la Parroquia o Municipio.

Cumplidos los requisitos que establece el artículo siguiente, dicha autoridad civil insertará el acta
en los libros correspondientes, certificada por él, por el Secretario, y las enviará para su inserción
al Presidente del Concejo Municipal.

Artículo 99 Antes de insertar el acta de matrimonio, la Primera Autoridad Civil de la Parroquia o


Municipio, por sí o por medio de un Juez comisionado al efecto, interrogará a las personas que
figuren en dicha acta y a los que hubiesen certificado el artículo de muerte, conforme al artículo
102, acerca de todas las circunstancias del matrimonio y del estado de los contrayentes, a fin de
cerciorarse de si se han cumplido los extremos de Ley.

Si el funcionario encontrare que se han cometido irregularidades sustanciales, insertará siempre el


acta; pero pasará copia de todo lo actuado al Síndico Procurador Municipal a los efectos legales
consiguientes.

Artículo 100 Celebrado el matrimonio en caso de artículo de muerte, los contrayentes quedan
obligados a presentar, al Concejo Municipal de la jurisdicción, dentro de seis meses, la
documentación comprobatoria de que pudieron casarse legítimamente, conforme a las
disposiciones de este Título. No efectuada la presentación, el Presidente del Concejo Municipal lo
notificara al Síndico Procurador Municipal para que efectúe las averiguaciones del caso.

Artículo 101 Los Jefes de Cuerpos Militares en campaña, podrán también autorizar el matrimonio
en artículo de muerte de los individuos pertenecientes a cuerpos sometidos a su mando.

Los Comandantes de buques de guerra y los Capitanes de buques mercantes, podrán ejercer
análogas funciones en los matrimonios que se celebren a bordo en caso de artículo de muerte.

Unos y otros se sujetarán a las prescripciones del presente Capítulo.


Artículo 102 Para la celebración del matrimonio de que trata este Capítulo, se requiere la
certificación escrita de hallarse uno de los contrayentes o ambos en artículo de muerte; esta
certificación deberá extenderse por un médico titular. Cuando esto no pudiere lograrse
oportunamente, dos personas mayores de edad podrán certificar la circunstancia de artículo de
muerte que a su juicio exista.

Capítulo VI

Del matrimonio de los Venezolanos en países extranjeros y del de los extranjeros en Venezuela

Sección I

Del matrimonio de los venezolanos en países extranjeros

Artículo 103 El venezolano que contrajere matrimonio en un país extranjero deberá remitir,
dentro de los seis meses de haberse celebrado el matrimonio, a la Primera Autoridad Civil de la
Parroquia o Municipio de su último domicilio en Venezuela, copia legalizada del acta de
matrimonio, a los fines de la inserción y de las actuaciones ordenadas en el artículo 92.

Sección II

Del matrimonio de los extranjeros en Venezuela

Artículo 104 Aunque lo autoricen las leyes personales de ambos pretendientes, ningún matrimonio
podrá ser celebrado en territorio venezolano con infracción de los impedimentos dirimentes
establecidos en la sección que trata "De los requisitos necesarios para contraer matrimonio".

Artículo 105 No se reconocerán en Venezuela los impedimentos del matrimonio establecidos por
la Ley nacional del extranjero que pretenda contraerlo en Venezuela, cuando se fundaren en
diferencias de raza, rango o religión.
Artículo 106 No impide el matrimonio del extranjero en Venezuela la falta de permiso y del acto
respetuoso que, como previos, exija su ley nacional, salvo que se trate del consentimiento que,
según ésta, debe obtenerse de los ascendientes, tutores u otros representantes legales en el caso
de menores.

Artículo 107 La condenación penal recaída en país extranjero por homicidio consumado, frustrado
o intentado en la persona de un cónyuge tendrá el mismo efecto que si hubiese sido dictada en
Venezuela, en cuanto a impedir el matrimonio del reo con el otro cónyuge.

Artículo 108 El extranjero no puede contraer válidamente matrimonio en Venezuela sino ante el
competente funcionario venezolano o ante las personas a que se refiere el artículo 98, y llenando
todas las formalidades pautadas por la Ley venezolana, sin que puedan exigírseles otras
especiales, salvo la de presentar pruebas fehacientes de que es soltero, viudo o divorciado y hábil
para contraer matrimonio según su Ley nacional; o, por lo menos, un justificativo, evacuado
judicialmente, en el cual tres testigos, cuando menos, mayores de edad y que den razón fundada y
circunstanciada de sus dichos, declaren bajo juramento, afirmando la expresada capacidad.

Los testigos serán previamente informados por el Juez de las penas en que, según el Código Penal,
incurrirán si declaran falsamente, y esta circunstancia se hará constar en el acta de cada
declaración.

La prueba del divorcio y la de anulación de un matrimonio anterior no se la podrá suplir con


justificación de testigos en ningún caso; se la hará siempre mediante presentación de la sentencia
definitiva que haya recaído en el asunto y cuya ejecutoria esté ya declarada.

Artículo 109 El matrimonio extranjero que se domiciliare en Venezuela, deberá presentar, dentro
del primer año de su venida al país, a la Primera Autoridad Civil de la Parroquia o Municipio
respectivo, copia legalizada del acta de matrimonio para su inserción en los Libros de Registro
Civil.

Capítulo VII
De las nupcias de quienes tengan menores bajo su potestad

Artículo 110 Cualquier persona que vaya a casarse y tenga hijos menores bajo su potestad,
ocurrirá ante el Juez de Menores de su domicilio para que les nombre un curador ad hoc.

Si existen bienes propios de los hijos, el Juez procederá a inventariarlos con intervención del
curador, del otro progenitor que ejerce la patria potestad y de dos (2) testigos que nombre al
efecto.

Cuando haya bienes situados fuera de la jurisdicción del Juez y la naturaleza de ellos lo reclame, se
dará comisión para practicar el inventario con las formalidades ya dichas.

Si no se conocieren bienes, el curado, hechas las averiguaciones del caso, así lo hará constar.

Artículo 111 No podrá celebrarse el matrimonio de quien tuviere hijos menores bajo su potestad,
sin que se presenten, originales, las actuaciones a que se refiere el artículo anterior.

Artículo 112 Quien, hallándose en las circunstancias expresadas, haya dejado de cumplir las
formalidades prescritas, y el que contrajere matrimonio con aquél, serán responsables
solidariamente de los perjuicios que ocasionen a los hijos.

Capítulo VIII

De la prueba de la celebración del matrimonio

Artículo 113 Nadie puede reclamar los efectos civiles del matrimonio si no presenta copia
certificada del acta de su celebración, excepto en los casos previstos en los artículos 211 y 458.
Artículo 114 No puede invocarse la nulidad del acta de la celebración del matrimonio por
irregularidades de forma cuando existe la posesión de estado.

Artículo 115 Cuando haya indicios de que por dolo o culpa del funcionario respectivo, no se ha
inscrito el acta de matrimonio en el registro destinado a este objeto, los cónyuges pueden pedir
que se declare la existencia de matrimonio, según las reglas establecidas en el artículo 458,
siempre que concurran las circunstancias siguientes:

1°. Que se presente prueba auténtica de la publicación o fijación del cartel de matrimonio, salvo
los casos previstos en los artículos 70, 96 y 101.

2°. Que exista prueba plena de posesión de estado conforme.

Artículo 116 Si la prueba de la celebración legal de un matrimonio resulta de un juicio penal, la


inscripción en el Registro Civil, de la sentencia ejecutoriada que así lo declare, tendrá igual fuerza
probatoria que el acta civil del matrimonio.

Capítulo IX

De la anulación del matrimonio

Artículo 117 La nulidad del matrimonio celebrado en contravención a los artículos 46, 51, 52, 55 y
56, puede demandarse por los mismos cónyuges, por sus ascendientes, por el Síndico Procurador
Municipal y por todos los que tengan interés actual.

Las mismas personas pueden impugnar el matrimonio autorizado por un funcionario


incompetente o sin asistencia de los testigos requeridos.

Transcurrido un año de la celebración del matrimonio, no se admitirá la demanda de nulidad por la


incompetencia del funcionario que lo presenció o por inasistencia de los testigos requeridos.
Artículo 118 La nulidad del matrimonio contraído sin consentimiento libre, solo puede
demandarse por aquél de los cónyuges cuyo consentimiento no fue libre.

Cuando hubiere error en la persona, la acción de nulidad sólo puede intentarse por el cónyuge que
fue inducido a error.

No es admisible la demanda de nulidad por las razones expresadas, si hubo cohabitación por un
mes después que el cónyuge recobró su plena libertad o reconoció el error.

Artículo 119 La nulidad por impotencia manifiesta y permanente anterior al matrimonio sólo
puede demandarse por el otro cónyuge.

Artículo 120 El matrimonio contraído por personas que no hubiesen llegado a la edad requerida
para contraerlo validamente, no podrá impugnarse:

1º. Cuando los contrayentes hayan alcanzado dicha edad sin que se haya iniciado el juicio
correspondiente;

2º. Cuando la mujer que no tenga la edad exigida, haya concebido.

Este matrimonio no puede impugnarse por los ascendientes ni por el tutor que hayan prestado su
consentimiento.

Artículo 121 El matrimonio celebrado por un entredicho, o cuando ya sufría la enfermedad por la
cual se pronunció la interdicción, puede ser impugnado por su tutor, por el mismo entredicho ya
rehabilitado, por el otro cónyuge y por el Síndico Procurador Municipal. La anulación no podrá
pronunciarse si la cohabitación continuó por un mes después de revocada la interdicción.
Artículo 122 La nulidad del matrimonio celebrado en contravención al primer caso del artículo 50,
puede declararse a solicitud de los cónyuges inocentes de ambos matrimonios, de los
ascendientes de éstos, como de los del cónyuge culpable, de los que tengan interés actual en ella y
del Síndico Procurador Municipal. Si los nuevos cónyuges o cualquiera de los interesados,
sostuvieren la invalidez del matrimonio anterior, deberá decidirse sobre la validez o invalidez de
ambos matrimonios en un mismo expediente.

En el caso de este artículo, el matrimonio contraído por el cónyuge de un presunto o declarado


ausente, no puede atacarse mientras dure la ausencia.

Si la nulidad fuere por contravención al segundo caso del artículo 50, podrá declararse a solicitud
de la esposa, de los ascendientes de ambos cónyuges, de los que tengan interés legítimo y actual
en ella, del Síndico Procurador Municipal y del correspondiente Prelado.

Artículo 123 La nulidad del matrimonio contraído en contravención al artículo 54, sólo podrán
intentarla el Síndico Procurador Municipal y quien tenga interés actual.

Artículo 124 Las acciones de nulidad no pueden promoverse por el Síndico Procurador Municipal
después de la muerte de uno de los cónyuges.

Artículo 125 Inmediatamente después que se demande la nulidad del matrimonio, el Tribunal
puede, a instancia del actor o de cualquiera de los cónyuges, o bien de oficio cuando uno de estos
fuere menor de edad y en vista de las pruebas conducentes, dictar la separación de los cónyuges; y
de las medidas provisionales que establece el artículo 191, las que fueren procedentes.

Artículo 126 Ejecutoriada la sentencia que anula un matrimonio, se pasará copia de ella al
funcionario o funcionarios encargados de la conservación de los registros en que se asentó el acta
de su celebración, a los efectos del artículo 475.

Artículo 127 El matrimonio declarado nulo produce efectos civiles, tanto respecto de los cónyuges
como respecto de los hijos, aun nacidos antes del matrimonio, si ha sido contraído de buena fe por
ambos contrayentes.
Si sólo hubo buena fe de uno de los cónyuges, el matrimonio surte efectos civiles únicamente en
favor de él y de los hijos.

Si hubo mala fe de ambos cónyuges, el matrimonio sólo produce efectos civiles respecto de los
hijos.

Artículo 128 La sentencia que anule el matrimonio determinará el progenitor que habrá de tener a
su cargo la guarda de los hijos y la proporción en que cada progenitor contribuirá en el pago de la
pensión alimentaria.

El Juez decidirá de conformidad con lo dispuesto en la Ley Especial sobre la materia.

Artículo 129 Cuando en el juicio de nulidad de un matrimonio, resultare algún hecho punible de
uno o de ambos cónyuges, el Tribunal que conoce del asunto remitirá copia de las piezas
correspondientes al Juez de la jurisdicción penal para que ante éste se siga el juicio
correspondiente.

Artículo 130 En todas las causas de nulidad intervendrá el Representante del Ministerio Público.

Capítulo X

De las sanciones

Artículo 131 Independientemente de las sanciones impuestas a los cónyuges por otras leyes,
cuando ocurra violación de disposiciones relativas al matrimonio se aplicarán las siguientes:
1°. Si se violare el artículo 53 por no haberse pedido la dispensa, los contrayentes serán penados
con multa de quinientos (500) a dos mil (2.000) bolívares. Cuando pedida la dispensa hubiere sido
negada, se les impondrá una multa hasta de tres mil bolívares (Bs. 3.000).

2°. Si se violare el artículo 58, el tutor o curador será privado de toda remuneración por razón del
cargo.

3°. Si se violare el artículo 59, se castigará al autor de la falta con la privación de la administración
de sus bienes hasta que llegue a la mayoridad.

Artículo 132 En los casos del artículo anterior pueden pedir la aplicación de la pena las mismas
personas que pudieron hacer oposición al matrimonio, excepto las que, habiendo podido
oponerse no lo hicieron y las que lo hubieren aprobado.

La expresada petición sólo podrá hacerse dentro del año siguiente a la comisión de la infracción. Si
el matrimonio se celebró en un país extranjero, el lapso fijado no empezará a correr sino desde
que los contraventores regresen al país.

Artículo 133 Las violaciones por parte de funcionarios públicos, de las disposiciones relativas al
matrimonio y que no constituyan delito, se castigarán con multas de dos mil (2.000) a cinco mil
(5.000) bolívares. Puede promover la aplicación de esta pena cualquier ciudadano, siempre que no
esté incluido en la excepción del artículo anterior, ante el Juez de Primera Instancia en lo Civil,
quien podrá también proceder de oficio.

Artículo 134 Es competente para imponer las sanciones a que se contraen los artículos 131 y 133,
el Juez de Primera instancia en lo Civil, y las decisiones que éste dicte serán consultadas con el
Superior.

Artículo 135 Las multas a que se contrae el artículo 133.se impondrán a favor de las Rentas
Municipales del lugar donde se cometió la infracción, con destino a la beneficencia pública.
Artículo 136 Las sanciones a que se contraen los artículos 131 y 133, prescriben a los tres años
después de la celebración del matrimonio.

Capítulo XI

De los efectos del matrimonio

Sección I

De los deberes y derechos de los cónyuges

Artículo 137 Con el matrimonio el marido y la mujer adquieren los mismos derechos y asumen los
mismos deberes. Del matrimonio deriva la obligación de los cónyuges de vivir juntos, guardarse
fidelidad y socorrerse mutuamente.

La mujer casada podrá usar el apellido del marido. Este derecho subsiste aún después de la
disolución del matrimonio por causa de muerte, mientras no contraiga nuevas nupcias.

La negativa de la mujer casada a usar el apellido del marido no se considerará, en ningún caso,
como falta a los deberes que la Ley impone por efecto del matrimonio.

Artículo 138 El Juez de Primera Instancia en lo Civil podrá, por justa causa plenamente
comprobada, autorizar a cualquiera de los cónyuges a separarse temporalmente de la residencia
común.

Artículo 139 El marido y la mujer están obligados a contribuir en la medida de los recursos de cada
uno, al cuidado y mantenimiento del hogar común, y a las cargas y demás gastos matrimoniales.
En esta misma forma ambos cónyuges deben asistirse recíprocamente en la satisfacción de sus
necesidades. Esta obligación cesa para con el cónyuge que se separe del hogar sin justa causa.

El cónyuge que dejare de cumplir, sin causa justificada, con estas obligaciones, podrá ser obligado
judicialmente a ello, a solicitud del otro.

Artículo 140 Los cónyuges, de mutuo acuerdo, tomarán las decisiones relativas a la vida familiar, y
fijarán el domicilio conyugal.

Artículo 140A El domicilio conyugal será el lugar donde el marido y la mujer tengan establecida de
mutuo acuerdo, su residencia. En caso de que los cónyuges tuvieren residencias separadas, de
hecho o en virtud de la autorización judicial prevista en el artículo 138, el domicilio conyugal será
el lugar de la última residencia común.

El cambio de residencia sólo podrá hacerse si ambos cónyuges están de acuerdo en ello.

Sección II

Del régimen de los bienes

§ 1°

De las capitulaciones matrimoniales

Artículo 141 El matrimonio, en lo que se relaciona con los bienes, se rige por las convenciones de
las partes y por la Ley.

Artículo 142 Serán nulos los pactos que los esposos hicieren contra las leyes o las buenas
costumbres, o en detrimento de los derechos y obligaciones que respectivamente tienen en la
familia, y los contrarios a las disposiciones prohibitivas de este Código y a las establecidas sobre
divorcio, separación de cuerpos, emancipación, tutela, sucesión hereditaria.

Artículo 143 Las capitulaciones matrimoniales deberán constituirse por instrumento otorgado ante
un Registrador Subalterno antes de la celebración del matrimonio; pero podrán hacerse constar
por documento auténtico que deberá ser inscrito en la Oficina Subalterna de Registro de la
jurisdicción del lugar donde se celebre el matrimonio, antes de la celebración de éste, so pena de
nulidad.

Artículo 144 Para la validez de las modificaciones en las capitulaciones matrimoniales, es necesario
que se registren con anterioridad a la celebración del matrimonio, de conformidad con el artículo
precedente, y que todas las personas que han sido parte en las capitulaciones presten su
consentimiento a la modificación.

Artículo 145 Toda modificación en las capitulaciones matrimoniales, aunque revestida de las
formalidades preceptuadas en el artículo anterior, queda sin efecto respecto a terceros, si al
margen de los protocolos del instrumento respectivo no se ha anotado la existencia de la escritura
que contenga la modificación.

No se dará copia del instrumento de capitulaciones matrimoniales sin la inserción de la predicha


nota, so pena para quien lo hiciere de pagar una multa, que le será impuesta por su superior, de
cien a mil bolívares, quedando a salvo las acciones civiles o penales a que dicha omisión diere
lugar.

Artículo 146 El menor que con arreglo a la Ley pueda casarse, puede celebrar capitulaciones
matrimoniales, así como hacer donaciones al otro contrayente, con la asistencia y aprobación de la
persona cuyo consentimiento es necesario para la celebración del matrimonio.

Artículo 147 Para la validez de las convenciones matrimoniales y de las donaciones hechas con
motivo del matrimonio, por quien esté inhabilitado, o se le esté siguiendo, Juicio de Inhabilitación,
es necesaria la asistencia y aprobación del curador que tenga, o del que se nombre al efecto si no
se le hubiere nombrado; además, deben ser aprobadas por el Juez con conocimiento de causa.
§ 2º

De la comunidad de bienes

Artículo 148 Entre marido y mujer, si no hubiere convención en contrario, son comunes, de por
mitad, las ganancias o beneficios que se obtengan durante el matrimonio.

Artículo 149 Esta comunidad de los bienes gananciales comienza precisamente el día de la
celebración del matrimonio; cualquiera estipulación contraria será nula.

Artículo 150 La comunidad de bienes entre los cónyuges se rige por las reglas del contrato de
sociedad, en cuanto no se opongan a lo determinado en este Capítulo.

§ 3º

De los bienes de los cónyuges

Primera Parte

De los bienes propios de los cónyuges

Artículo 151 Son bienes propios de los cónyuges los que pertenecen al marido y a la mujer al
tiempo de contraer matrimonio, y los que durante éste adquieran por donación, herencia, legado
o por cualquier otro Título lucrativo. Son también propios los bienes derivados de las acciones
naturales y la plusvalía de dichos bienes, los tesoros, bienes muebles abandonados que hallare
alguno de los cónyuges, así como los vestidos, joyas y otros enseres u objetos de uso personal o
exclusivo de la mujer o el marido, Artículo 152 Se hacen propios del respectivo cónyuge los bienes
adquiridos durante el matrimonio:
1º. Por permuta con otros bienes propios del cónyuge.

2º. Por derecho de retracto ejercido sobre los bienes propios por el respectivo cónyuge y con
dinero de su patrimonio.

3º. Por dación en pago hecha al respectivo cónyuge por obligaciones provenientes de bienes
propios.

4º. Los que adquiera durante el matrimonio o a título oneroso, cuando la causa de adquisición ha
precedido al casamiento.

5º. La indemnización por accidentes o por seguros de vida, de daños personales o de


enfermedades, deducidas las primas pagadas por la comunidad.

6º. Por compra hecha con dinero proveniente de la enajenación de otros bienes propios del
cónyuge adquirente.

7º. Por compra hecha con dinero propio del cónyuge adquirente, siempre que haga constar la
procedencia del dinero y que la adquisición la hace para sí.

En caso de fraude, quedan a salvo las acciones de los perjudicados para hacer declarar
Judicialmente a quién corresponde la propiedad adquirida.

Artículo 153 Los bienes donados o dejados en testamento conjuntamente a los cónyuges con
designación de partes determinadas, les pertenecen como bienes propios en la proporción
determinada por el donante o por el testador, y, a falta de designación, por mitad.

Artículo 154 Cada cónyuge tiene la libre administración y disposición de sus propios bienes: pero
no podrá disponer de ellos a título gratuito, ni renunciar herencias o legados, sin el
consentimiento del otro.
Artículo 155 Los actos de administración que uno de los cónyuges ejecute por el otro, con la
tolerancia de este, son válidos.

Segunda Parte

De los bienes comunes de los cónyuges

Artículo 156 Son bienes de la comunidad:

1º. Los bienes adquiridos por Título oneroso durante el matrimonio, a costa del caudal común,
bien se haga la adquisición a nombre de la comunidad o al de uno de los cónyuges.

2º. Los obtenidos por la industria, profesión, oficio, sueldo o trabajo de alguno de los cónyuges.

3º. Los frutos, rentas o intereses devengados durante el matrimonio, procedentes de los bienes
comunes o de los peculiares de cada uno de los cónyuges.

Artículo 157 Cuando pertenezca a uno de los cónyuges una cantidad pagadera en cierto número
de años, no corresponden a la comunidad las cantidades cobradas en los plazos vencidos durante
el matrimonio, sino se estimarán como parte de los bienes propios, deducidos los gastos de su
cobranza.

Artículo 158 El derecho de usufructo o de pensión, forma parte de los bienes propios del cónyuge
a quien pertenece; pero las pensiones y frutos correspondientes a los primeros veinte años del
matrimonio, corresponden a la comunidad en los cuatro quintos. De los veinte años en adelante
todos los frutos y pensiones corresponden a la comunidad.

Artículo 159 Derogado.


Artículo 160 Los frutos de los bienes restituibles en especie, pendientes a la disolución del
matrimonio, se prorratearán, aplicándose a la comunidad lo que corresponda al número de días
que haya durado en el último año, el cual se comenzará a contar desde el aniversario de la
celebración del matrimonio.

Artículo 161 Los bienes donados o prometidos a uno de los cónyuges, por razón del matrimonio,
aun antes de su celebración, son de la comunidad, a menos que el donante manifieste lo
contrario.

Artículo 162 En el caso del artículo anterior, el donante esta obligado al saneamiento de los bienes
y debe intereses por ellos desde el día en que debió hacerse la entrega, y, a falta de plazo, desde la
celebración del matrimonio.

Artículo 163 El aumento de valor por mejoras hechas en los bienes propios de los cónyuges, con
dinero de la comunidad, o por industria de los cónyuges, pertenece a la comunidad.

Artículo 164 Se presume que pertenecen a la comunidad todos los bienes existentes mientras no
se pruebe que son propios de alguno de los cónyuges.

§ 4º

De las cargas de la comunidad

Artículo 165 Son de cargo de la comunidad:

1°. Todas las deudas y obligaciones contraídas por cualquiera de los cónyuges en los casos en que
pueda obligar a la comunidad.
2°. Los réditos caídos y los intereses vencidos durante el matrimonio, a que estuvieren afectos, así
los bienes propios de los cónyuges como los comunes.

3°. Las reparaciones menores o de conservación, ejecutadas durante el matrimonio en los bienes
propios de cada uno de los cónyuges.

4°. Todos los gastos que acarree la administración de la comunidad.

5°. El mantenimiento de la familia y la educación de los hijos comunes y también los de uno solo
de los cónyuges en los casos en que tienen derecho a alimentos.

6°. Los alimentos que cualquiera de los cónyuges esté obligado por la Ley a dar a sus ascendientes,
siempre que no puedan hacerlo con el producto de sus bienes propios.

Artículo 166 También son de cargo de la comunidad las donaciones hechas, por cualquier causa, a
los hijos comunes, de mutuo acuerdo, por los cónyuges.

Si los bienes gananciales no alcanzaren, los cónyuges responderán de la diferencia, con sus bienes
propios, de por mitad.

Artículo 167 La responsabilidad civil por acto ilícito de un cónyuge no perjudica al otro en sus
bienes propios ni en su parte de los comunes.

§ 5º

De la administración de la comunidad

Artículo 168 Cada uno de los cónyuges podrá administrar por sí solo los bienes de la comunidad
que hubiere adquirido con su trabajo personal o por cualquier otro título legítimo; la legitimación
en juicio, para los actos relativos a la misma corresponderá al que los haya realizado. Se requerirá
del consentimiento de ambos para enajenar a título gratuito u oneroso o para gravar los bienes
gananciales, cuando se trata de inmuebles, derechos o bienes muebles sometidos a régimen de
publicidad, acciones, obligaciones y cuotas de compañías, fondos de comercio, así como aportes
de dichos bienes a sociedades. En estos casos la legitimación en juicio para las respectivas acciones
corresponderá a los dos en forma conjunta.

El Juez podrá autorizar a uno de los cónyuges para que realice por si solo, sobre bienes de la
comunidad, alguno de los actos para cuya validez se requiere el consentimiento del otro, cuando
éste se encuentre imposibilitado para manifestar su voluntad y los intereses del matrimonio y de
la familia así lo impongan. Igualmente el Juez podrá acordar que el acto lo realice uno de los
cónyuges cuando la negativa del otro fuere injustificada y los mismos intereses matrimoniales y
familiares así lo exijan. En estos casos el Juez decidirá con conocimiento de causa y previa
audiencia del otro cónyuge, si éste no estuviere imposibilitado, tomando en consideración la
inversión que haya de darse a los fondos provenientes de dichos actos.

Artículo 169 Los bienes provenientes de las donaciones hechas a los cónyuges por motivo del
matrimonio son administrados por el cónyuge a cuyo nombre se hizo la donación; si la donación se
ha hecho a nombre de ambos, la administración corresponde al marido y a la mujer en los
términos previstos en el artículo 168.

Artículo 170 Los actos cumplidos por el cónyuge sin el necesario consentimiento del otro y no
convalidados por éste, son anulables cuando quien haya participado en algún acto de disposición
con el cónyuge actuante tuviere motivo para conocer que los bienes afectados por dichos actos
pertenecían a la comunidad conyugal.

Quedan a salvo los derechos de los terceros de buena fe que, no habiendo participado en el acto
realizado con el cónyuge, hubiesen registrado su título con anterioridad al registro de la demanda
de nulidad.

En caso de bienes inmuebles se procederá a estampar en el protocolo correspondiente la nota


marginal referente a la demanda de nulidad; en los otros casos, se tomarán las providencias que
garanticen la protección de los terceros de buena fe.
La acción corresponde al cónyuge cuyo consentimiento era necesario y caducará a los cinco (5)
años de la inscripción del acto en los registros correspondientes o en los libros de las sociedades si
se trata de acciones, obligaciones o cuotas de participación. Esta acción se transmitirá a los
herederos del cónyuge legitimado si éste fallece dentro del lapso útil para intentarla.

Cuando no procede la nulidad, el cónyuge afectado sólo tendrá acción contra el otro por los daños
y perjuicios que le hubiere causado. Esta acción caducará al año de la fecha en que ha tenido
conocimiento del acto y, en todo caso, al año después de la disolución de la comunidad conyugal.

Artículo 171 En el caso de que alguno de los cónyuges se exceda de los límites de una
administración regular o arriesgue con imprudencia los bienes comunes que está administrando,
el Juez podrá, a solicitud del otro cónyuge, dictar las providencias que estime conducentes a evitar
aquel peligro, previo conocimiento de causa. De lo decidido se oirá apelación en un solo efecto, si
se acordaren las medidas y libremente, en caso contrario.

Si las medidas tomadas no bastaren, el cónyuge perjudicado podrá pedir separación de bienes.

Artículo 172 Cuando alguno de los cónyuges, esté sometido a tutela o curatela, dejará de ejercer la
administración de los bienes comunes, y el otro administrará por sí sólo. Para los actos que
requieren el consentimiento de ambos cónyuges, será necesaria la autorización del Juez. En
ningún caso el cónyuge administrador podrá realizar actos a título gratuito.

Si ambos cónyuges están sometidos a curatela administrarán los bienes comunes en la forma
prevista en los artículos 168 y siguientes, pero de conformidad con el régimen de protección a que
están sometidos. Si uno de los cónyuges está sometido a tutela y el otro a curatela, administrará
este último en los términos de la disposición anterior. Cuando ambos cónyuges estén sometidos a
tutela el Juez designará un curador especial, quien ejercerá la administración de los bienes
comunes; sin embargo necesitará autorización del Juez para los actos que requieren el
consentimiento de ambos cónyuges y en ningún caso podrá realizar actos a título gratuito.

§ 6º

De la disolución y de la liquidación de la comunidad


Artículo 173 La comunidad de los bienes en el matrimonio se extingue por el hecho de disolverse
éste o cuando se le declare nulo, En este último caso, el cónyuge que hubiere obrado con mala fe
no tendrá parte en los gananciales.

Si hubiere mala fe de parte de ambos cónyuges, los gananciales corresponderán a los hijos, y sólo
en defecto de éstos, a los contrayentes.

También se disuelve la comunidad por la ausencia declarada y por la quiebra de uno de los
cónyuges, y por la separación judicial de bienes, en los casos autorizados por este Código.

Toda disolución y liquidación voluntaria es nula, salvo lo dispuesto en el artículo 190.

Artículo 174 Demandada la separación, podrá el Juez, a petición de alguno de los cónyuges dictar
las providencias que estimare convenientes a la seguridad de los bienes comunes, mientras dure el
juicio.

Artículo 175 Acordada la separación queda extinguida la comunidad y se hará la liquidación de


ésta.

Artículo 176 La demanda de separación de bienes y la sentencia ejecutoriada en que aquella se


declare, deben registrarse.

Artículo 177 La separación de bienes no perjudica los derechos adquiridos por los acreedores;
pero los efectos de la sentencia se retrotraen a la fecha del registro de la demanda.

Artículo 178 Los acreedores de la mujer o del marido no pueden, sin su consentimiento, pedir la
separación de bienes.
Artículo 179 En caso de restablecerse la comunidad, sus efectos son como si la separación no se
hubiere efectuado, sin perjuicio de los derechos adquiridos por terceros durante la separación.

El restablecimiento deberá constar en instrumento registrado.

Artículo 180 De las obligaciones de la comunidad se responderá con los bienes de la misma y si
estos no fueren suficientes, el cónyuge que haya contraído la obligación responderá
subsidiariamente con sus bienes propios, a menos que el otro cónyuge haya consentido el acto,
caso en el cual ambos responderán de por mitad con sus bienes propios.

De las obligaciones contraídas por los cónyuges en la administración de sus bienes propios
responden con estos y subsidiariamente con los bienes que le correspondan en la comunidad.

Artículo 181 Los cónyuges separados de bienes deben contribuir en proporción de su fortuna a los
gastos de alimentos y educación de los hijos.

Artículo 182 Se deducirá de la masa de la comunidad el valor de los bienes propios que hayan
perecido sin culpa de los cónyuges hasta el monto de los bienes gananciales.

Artículo 183 En todo lo relativo a la división de la comunidad que no esté determinado en este
Capítulo, se observará lo que se establece respecto de la partición.

Capítulo XII

De la disolución del matrimonio y de la separación de cuerpos

Artículo 184 Todo matrimonio válido se disuelve por la muerte de uno de los cónyuges y por
divorcio.
Sección I

Del divorcio

Artículo 185 Son causales únicas de divorcio:

1º. El adulterio.

2º. El abandono voluntario.

3º. Los excesos, sevicia e injurias graves que hagan imposible la vida en común.

4º. El conato de uno de los cónyuges para corromper o prostituir al otro cónyuge, o a sus hijos, así
como la connivencia en su corrupción o prostitución.

5º. La condenación a presidio.

6º. La adición alcohólica u otras formas graves de fármaco dependencia que hagan imposible la
vida en común.

7º. La interdicción por causa de perturbaciones psiquiátricas graves que imposibilite la vida en
común. En este caso el Juez no decretará el divorcio sin antes procurar la manutención y el
tratamiento médico del enfermo.

También se podrá declarar el divorcio por el transcurso de más de un año, después de declarada la
separación de cuerpos, sin haber ocurrido en dicho lapso la reconciliación de los cónyuges.
En este caso el Tribunal, procediendo sumariamente y a petición de cualquiera de ellos, declarará
la conversión de separación de cuerpos en divorcio, previa notificación del otro cónyuge y con
vista del procedimiento anterior.

Artículo 185A Cuando los cónyuges han permanecido separados de hecho por más de cinco (5)
años, cualquiera de ellos podrá solicitar el divorcio, alegando ruptura prolongada de la vida en
común.

Con la solicitud deberá acompañar copia certificada de la partida de matrimonio.

En caso de que la solicitud sea presentada por un extranjero que hubiere contraído matrimonio en
el exterior, deberá acreditar constancia de residencia de diez (10) años en el país.

Admitida la solicitud, el Juez librará sendas boletas de citación al otro cónyuge y al Fiscal del
Ministerio Público, enviándoles además, copia de la solicitud.

El otro cónyuge deberá comparecer personalmente ante el Juez en la tercera audiencia después
de citado. Si reconociere el hecho y si el Fiscal del Ministerio Público no hiciere oposición dentro
de las diez audiencias siguientes, el Juez declarará el divorcio en la duodécima audiencia siguiente
a la comparecencia de los interesados.

Si el otro cónyuge no compareciere personalmente o si al comparecer negare el hecho, o si el


Fiscal del Ministerio Público lo objetare, se declarará terminado el procedimiento y se ordenará el
archivo del expediente.

Artículo 186 Ejecutoria la sentencia que declaró el divorcio, queda disuelto el matrimonio, y cesará
la comunidad entre los cónyuges y se procederá a liquidarla. Las partes podrán contraer
libremente nuevo matrimonio observándose lo dispuesto en el artículo 57.
Artículo 187 Si la tutela del entredicho divorciado era ejercida por su cónyuge, se procederá de
conformidad con lo dispuesto en los artículos 398 y 399; pero en este caso, el Juez tomará, a
solicitud del tutor o de oficio, las medidas previstas en el ordinal 7 del artículo 185.

Estas medidas, cesarán en el caso de muerte del obligado del beneficiario o cuando este último es
rehabilitado.

Sección II

De la separación de cuerpos

Artículo 188 La separación de cuerpos suspende la vida común de los casados.

Artículo 189 Son causas únicas de separación de cuerpos las seis primeras que establece el artículo
185 para el divorcio, y el mutuo consentimiento. En este último caso el Juez declarará la
separación en el mismo acto en que fuere presentada la manifestación personalmente por los
cónyuges.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos82/codigo-civil-venezuela/codigo-civil-


venezuela2.shtml#ixzz3QAFjGoAA
Así pues, resulta impretermitible advertir que dentro de sus múltiples

posibilidades, una de sus expresiones es la vulneración del deber de

cohabitación previsto en el artículo 137 eiusdem, entendido este deber

como la obligación de ambos cónyuges de vivir bajo el mismo techo o

domicilio conyugal

, no obstante,

es

e no es su único contenido eventual

de argumentación, ya que su espectro forense es mucho más amplio,

que tan sólo el injustificado desprendimiento efectivo de uno de los

consortes del hogar común, sino que efectivamente se trata de una

multidimensional variedad de comportamientos, entre los cuales se

ab

arcarían diversos quebrantamientos autónomos de otros deberes

como lo son, el socorro mutuo, la asistencia recíproca intraconyugal

inclusive la contribución a cargas comunes que derivan del matrimonio,

supuestos que estudiaremos con detenimiento a lo largo de este

opúsculo.

Es oportuno comentar que esta publicación en realidad forma parte de

un capítulo de un trabajo de mayor extensión, que actualmente se

encuentra en imprenta y será publicado con formato de libro, que versa

sobre un análisis crítico de todas las causales litigiosas que pudieran

acarrear la desvinculación de la unión marital en Venezuela, sin

embargo, en atención a esa particular amplitud y mutabilidad del


contenido del abandono voluntario, junto con su cotidiano por no decir

desmedido uso en los foros jurisdiccionales, -al igual que la causal de

injuria grave

-, es por lo que, se impone su evaluación independiente

como

un

aporte académico para su discusión doctrinal y eventua

revisión por los órganos jurisdiccionales.

AMBITO CONCEPTUAL.

Esta singular noción de “domicilio conyugal” usada por el legislador civil venezolano, dista de la
idea de

“domicilio” como asiento principal de los negocios e interés, prevista en e

l artículo 27 del Código Civil

Venezolano de 1942 reformado en 1982. Realmente el “domicilio conyugal” se equipara con la


noción de

residencia marital u hogar común de los esposos.

Último supuesto del numeral 3 del artículo 185 del Código Civil Venezolano.

Por abandono voluntario se entiende, el flagrante incumplimiento

grave, intencional e injustificado, por parte de uno de los cónyuges, de

los deberes conyugales establecidos en los preceptos 137 y 139 del

Código Civil Vigente, que no tuviesen una fórmula de sanción autónoma

como causal para disolver el vínculo conyugal.


Apriorísticamente es importante destacar la cualidad de “causal laxa o

genérica” del abandono voluntario, pues es ampliamen

te utilizada por

los abogados litigantes al momento de incoar acciones dirigidas a la

disolución del vínculo conyugal, ya que eventualmente cabría dentro de

sus posibles supuestos, cualquier infracción, atentado, vulneración,

desamparo o negligencia en el cumplimiento de aquellos deberes

conyugales enumerados en los artículos 137 al 139 del Código Civil

Sin embargo, como ya afirmamos precedentemente la procedencia de

esta causal se restringe estrictamente a los deberes matrimoniales

enumerados como el de cohabitación, asistencia recíproca, socorro

mutuo y contribución a las cargas comunes, con expresa exclusión de

ciertos deberes conyugales como el de fidelidad que de ser vulnerado

tendría una causal propia que tipificase autónomamente la disolución

del vínculo, como sería el adulterio, por lo ello, sin lugar a dudas al

abandono voluntario se le ha reconocido su carácter de causal residual

y amplia para disolver el vínculo marital. “Por ello, en el libelo de la

demanda en que se hace valer esta causal, la parte actora está en el

deber de especificar concretamente los hechos que constituyen la

infracción, con ello se logra evitar, además que, se ponga en trance de

indefensión al demandado, se permitiera a aquélla hacer uso de dicha

Ver

SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, SALA DE CASACION CIVIL


de fecha

15/06/59 Gaceta Forense Nº.24. 2a.etapa Pg.235

causal”

de manera desmedida o abusiva, acarreando un verdadero

fraude a la ley y a lo deseado por el legislador.

Uno de los primeros fallos jurisdiccionales que reconocieron la

amplitud aludida de la causal de abandono voluntario, fue el fallo de la

Corte Federal y de Casación del año 1932, al exponer que:

“El abandono voluntario ... es la dejación o

desamparo que uno hace, sea de una persona a quien

debía cuidar, sea de una cosa que le pertenece, sea

de una acción que había entablado en justicia; que el

consume (sic) que no vive junto con el otro cónyuge,

ni lo socorre, ni lo protege, ni satisface sus

necesidades, sin causa justificada, lo ha abandonado,

porque puede haber abandono voluntario por la

deliberada violación de cualquiera de las sagradas

obligaciones que impone la

ley a los cónyuges ...”

Por otra parte, es significativo advertir que por abandono voluntario, no

se entiende únicamente la sustracción o separación del hogar común

marital por parte de uno de los cónyuges, - entendida como la simple

ausencia física de uno de los cónyuges del domicilio conyugal- lo cual

atentaría exclusivamente contra el deber de cohabitación, como

generalmente se ha entendido por razones históricas, ya que ésta, es


sólo una de las múltiples fórmulas concebidas dentro de esta causal

laxa, y en sí misma, no agota todo el cúmulo plurisubjetivo de

posibilidades dúctiles de mayor espectro que puede emerger de la

causal continente de abandono voluntario.

SENTENCIA DEL JUZGADO PRIMERO DE PRIMERA INSTANCIA EN LO CIVIL,

MERCANTIL, Y DEL TRÁNSITO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO

MIRANDA

Este planteamiento particularmente dúctil ha sido recogido en el fallo

del Juzgado Primero de Primera Instancia de Familia y Menores de la

Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, en fecha 02

de marzo de 1998, donde se dejó sentado que:

“Nuestra casación (sic) ha dado al abandono

voluntario un concepto suficientemente amplio al

exponer: “Se entiende por abandono voluntario el

incumplimiento grave, injustificado y ocurrido en

forma intencional por parte de una (sic) de los

cónyuges, respectos (sic) a las obligaciones de

cohabitación, asistencia, socorro y protección que e

matrimonio le impone en forma recíproca. Este

abandono puede o no incluir el desplazamiento

efectivo del cónyuge culpable fuera del hogar, ya que

esa posibilidad configura una de las muchas maneras

como uno de los cónyuges puede exteriorizar el


incumplimiento de las obligaciones que le

corresponden; pero ha de creerse por tal motivo que

existan dos causales autónomas de abandono, física

una, moral o afectiva la otra; ya que en todo instante

el abandono voluntario pueda configurar el

incumplimiento en sí de las obligaciones no por la

manera como se las incumpla”.

PRECEPTUACION EN LOS DIVERSOS CODIGOS CIVILES.

La causal de abandono voluntario apareció por primera vez

contemplada en el Decreto de fecha 1º de enero de 1873, dimanado por

SENTENCIA DEL JUZGADO PRIMERO DE PRIMERA INSTANCIA DE FAMILIA Y MENORES

DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ÁREA METROPOLITANA DE CARACAS,

en fecha

02 de marzo de 1998.

Antonio Guzmán Blanco, sobre esponsales y matrimonio civil, en su

artículo 93 ordinal 2º, donde nació acumulada al exceso, sevicia o

injuria grave, al contemplarse que:

“Son causas legítimas de Divorcio: ...

2º. El Abandono Voluntario y los Excesos, Sevicia o Injuria G

rave.”

Tal redacción permaneció inmutable durante los Códigos Civiles de

1880, 1896 y 1904, y no fue sino hasta el Código Civil de corte

Gomecista de 1916, cuando se estableció como causal autónoma,

separándola de los excesos, sevicia e injuria grave, al establecer en su


artículo 189 que:

“Son causas legítimas de divorcio: ...

2º. El abandono voluntario del hogar.”

Justamente fue por esa modificación semántica que ese Código Civil de

1916 hizo al anexar el término “del hogar”, donde surgió la

generalizada y errada creencia histórica de identificar exclusivamente al

abandono voluntario con la vulneración o infracción del deber de

cohabitación, materializada con la separación o desasimiento físico sin

justa causa que haga uno de los cónyuges del domicilio conyugal;

excluyendo la afectación o incumplimiento de otros diferenciados

deberes conyugales que también en la realidad forman parte del elenco

de posibilidades que viabilizan la procedencia de esta causal.

Afortunadamente, esta anexión semántica de

“del hogar”, fue suprimida

en el subsiguiente Código Civil de 1922, en el artículo signado con el

mismo número 189, y a partir de entonces, por abandono voluntario se

entiende no sólo por el quebrantamiento del deber conyugal de

cohabitación sino se ha expandido y reorbitado para abarcar inclusive

la vulneración de otros deberes de igual naturaleza marital, situación

que ha permanecido incólume e inmutable hasta nuestros días, con la

siguiente redacción:

“Son causas legítimas de Divorcio: ...

2º. El A

bandono Voluntario”.

ELEMENTOS CONFIGURATIVOS DE LA CAUSAL DE ABANDONO VOLUNTARIO

.
De la propia enunciación de la causal citada, casi toda la doctrina ha

sido unánime al establecer una dualidad o bicefalia de elementos

configurativos a efectos probatorios de la procedencia del abandono

voluntario, a saber, por una parte, la existencia de un elemento objetivo

constituido por el hecho material externo que evidencie el

quebrantamiento por dejadez o desidia de alguno de los deberes

conyugales enunciados; y por otra parte, el elemento subjetivo,

encarnado por la volición interna, animo o intencionalidad del cónyuge

culpable de incurrir en el abandono o de omitir el cumplimiento de los

deberes conyugales generados por el estado conyugal, - lo que ha sido

catalogado por la jurisprudencia del derecho comparado como malicia

en la desidia

A éstos dos elementos tradicionales nos permitimos agregar un tercero,

encarnado y configurado por la injustificación de la conducta violatoria

del deber conyugal, por cuanto no sólo bastaría la materialización del

abandono y la voluntariedad de abandonar, sino que también resulta

impretermitible al efecto de su viabilidad, que no exista justa causa en

tal abandono, pues de ser justificado por la intervención de motivos

Es el caso de múltiples decisiones judiciales de Argentina y Uruguay.

externos e irresistibles a quien se le impute el abandono, no procedería

la acción de disolución del vínculo matrimonial bajo la égida de esta

específica causal.

Un ejemplo fáctico sería el caso de la expulsión de un cónyuge por su


consorte del hogar conyugal, con lo cual se le impide no sólo la

cohabitación sino también la convivencia regular, aunado al hecho de

no dejarle sus ropas ni pertenencias, es esta situación es evidente que

no se estaría gestando un abandono voluntario por el expulsado, sino

por el contrario es el consorte que lo expulsó forzosamente del

domicilio conyugal, quien esta incurso en un verdadero acto de

abandono intencional.

De manera pues que en el caso especial de la afectación del deber de

cohabitación, el hecho unívoco de la ausencia de uno de los cónyuges

del domicilio conyugal, por si solo no implica la incursión en la causal,

sino en la medida en que dicho desplazamiento este aunado a

elementos voluntarios y sobre los cuales no existan motivos

justificatorios.

ELEMENTOS PROBATORIOS DEL ABANDONO VOLUNTARIO

De la simple enunciación de los elementos configurativos podemos

fácilmente deducir que no basta demostrar probatoriamente el hecho

material de abandono o dejadez, sino también la voluntariedad e

inclusive la injustificación en el obrar de la realización de la conducta,

ya que:

“... debe inquirirse, en lo posible, causas, motivos,

circunstancias diversas que lleva al ánimo del juez,

convicción de (sic) que el abandono ha sido libre,

caprichoso, deliberado y no hijo de circunstancias

contrarias al querer del cónyuge aparentemente

culpable ... si bien es cierto que la Corte en otras


decisiones ha declarado que el abandono se presume

“voluntario”, ello debe entenderse no el simple

abandono material que no es siempre prueba

suficiente abandono voluntario, ....sino el abandono

rodeado de determinados hechos apreciables por los

sentidos, de los que se pueda presumir la

voluntariedad de ese abandono. Lo que no puede

exigirse al actor es la prueba directa de esa

voluntariedad, es decir, exigirle la prueba de un

hecho negativo, pues, como la misma Corte lo tiene

establecido, no hay medio de prueba directa de la

voluntad propia y menos de la ajena; ella, de fuero

interno, sólo se presume o deduce de actos o hechos

externos apreciable por los

sentidos”.

De lo anteriormente transcrito emerge la inversión de la carga de la

prueba para el demandado, ya que en este específico caso de la

voluntariedad del abandono

la cual no puede ser probada por medios

directos por ser un hecho negativo e inter

no

-, corresponde al cónyuge

demandado


por ejemplo en el caso de la sustracción o alejamiento del

hogar conyugal- desvirtuar la presunción de voluntariedad en su contra

con la irrebatible demostración y comprobación inequívoca de las

causas justificantes, valederas o válidas que tuvo para asumir tal

actitud, ya sean ajenas o propias, externas o internas, evidenciando las

razones legítimas que le impulsaron a tomar esa determinación extrema

de incumplir -como pudiera ser un justificativo o dispensa judicial

otorgado previamente al desplazamiento de domicilio conyugal por

razones laborales o motivado a razones de salud; o otras causas de

fuerza mayor irresistibles, como peligro físico para evitar un mal grave

SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, SALA DE CASACION CIVIL,

de fecha 29

de Septiembre de 1982, Jurisprudencia Ramírez y Garay Año 1982. Nº. 538-

82

o inminente contra su persona, o que le impidan el ejecutar su deber de

cumplimiento-, pues de lo contrario su proceder se presumirá como

voluntario.

Así pues que al demandante sólo le correspondería acreditar el hecho

material del abandono y en la medida de sus posibilidades probatorias

demostrar algunos elementos y circunstancias diversas que hagan

inferir al Juez, la no coacción o apremio sobre la esfera volitiva del

demandado en la consumación del abandono.

Otra decisión significativa de ser aludida en materia de prueba del

abandono voluntario, que trata el tercer elemento aludido referido a la

injustificación en la conducta lesiva del específico deber conyugal de


cohabitación, es la dimanada por la Corte Federal y de Casación en el

año 1934, al esgrimir que:

“...el abandono voluntario ha de ser f

urtivo y

fugitivo, conceptos a los cuales no es posible oponer

el de abandono convenido, pues quien furtivamente

huye para consumar un abandono conyugal, ni da

consentimeinto (sic) ni procede con el del abandono

y tampoco podría ser el abandono materia de

convenio, porque siendo un hecho ilícito, contrario al

orden público y a las buenas costumbres, no puede

ser pactado ni convenido...”

Aún cuando los deberes conyugales son de orden público por lo tanto

son irrelajables e inderogables por los cónyuges, por ende no es posible

sujetarlos a acuerdo, pacto o convenio, por cuanto serían nulos, en

materia procesal, si ambos consortes deciden bilateralmente cesar en el

cumplimiento de deberes conyugales por mutuo consenso, aún cuando

no es un elemento de justificación para incumplir, si se produciría una

eventual deslegitimación a los efectos de demandar esa actitud de

quebrantamiento como causal invocable de abandono, pues la

premeditación recíproca en cesar el cumplimiento del deber conyugal,

suprime cualquier eventual propósito de unilateralmente eludir la

observancia de las obligaciones que impone el matrimonio. Tanto es así

que inclusive en la reforma del Código Civil de 1982, para el caso

específico del deber de cohabitación, se preceptuó en el artículo 185 A,

la factibilidad de ese consenso en la fractura del deber conyugal,


otorgando unos efectos de reconocimiento judicial a esa situación

fáctica para la procedencia de la declaratoria del divorcio.

Es importante advertir que la consagración del abandono voluntario

como causal genero o continente y su expresión particular o especie de

la fractura del deber de cohabitación, busca como fin primordial el

mantenimiento de la armoniosa convivencia estable y permanente en el

domicilio conyugal, aún a costa de desavenencias cotidianas que

pueden surgir de esa misma constancia, pues de manera alguna esos

desacuerdo y discrepancias

a no ser que revistan tal gravedad y

magnitud- lograran constituirse en verdaderos motivos legales para que

uno de los integrantes del vínculo conyugal pudiera retirarse o

desasirse del hogar común como sede o asiento principal de la pareja

matrimonial, o que se abstenga o deje de cumplir con sus deberes

matrimoniales en sus otras expresiones.

Del mismo modo, resulta obvio que si un sujeto unido en matrimonio

decide unilateralmente alejarse del domicilio conyugal conculcando el

deber de cohabitación que pende sobre sus hombros, de manera

correlativa por lo general y casi automáticamente cesa en el

cumplimiento de otros deberes insitos al estado marital, ya que la

sustracción física viene acompañada de incumplimientos paralelos de

esas obligaciones, como serían entre otros, el eludir la responsabilidad

Interstitial infomation?

Interstitial infomation?
Son aquellas que se solicitan con anterioridad a la interposición ante el Juzgado de la demanda de
separación o divorcio. Para formular esta solicitud no será precisa la intervención de procurador y
abogado, pero si será necesaria dicha intervención para todo escrito y actuación posterior. Los
efectos y medidas acordados sólo subsistirán si, dentro de los treinta días siguientes a su adopción
se presenta la demanda de nulidad, separación o divorcio.

Para ello debe presentarse escrito en la que se expondrán los datos de las partes, los hechos y las
circunstancias que dan lugar a su solicitud y las medidas concretas que se solicitan; aportado con
la misma las certificaciones de matrimonio y de nacimiento de los hijos y aquellos otros
documentos que justifiquen o avalen las medidas que se solicitan.

Una vez presentada la demanda tendrá los siguientes efectos de forma automática:

Los cónyuges puedan vivir separados y cesa la presunción de convivencia conyugal.

Quedan revocados los consentimientos y poderes que cualquiera de los cónyuges hubiera
otorgado al otro.

Entre las medidas que se pueden solicitar y que debe acordar el Juez se encuentran las siguientes:

Determinar, en interés de los hijos, con cuál de los cónyuges han de quedar los sujetos a la
patria potestad de ambos y tomar las disposiciones apropiadas de acuerdo con lo establecido en
este Código y, en particular, la forma en que el cónyuge que no ejerza la guarda y custodia de los
hijos podrá cumplir el deber de velar por éstos y el tiempo, modo y lugar en que podrá comunicar
con ellos y tenerlos en su compañía.

Excepcionalmente, los hijos podrán ser encomendados a los abuelos, parientes u otras personas
que así lo consintieren y, de no haberlos, a una institución idónea, confiriéndoseles las funciones
tutelares que ejercerán bajo la autoridad del juez.
Cuando exista riesgo de sustracción del menor por alguno de los cónyuges o por terceras
personas podrán adoptarse las medidas necesarias y, en particular, las siguientes:

Prohibición de salida del territorio nacional, salvo autorización judicial previa.

Prohibición de expedición del pasaporte al menor o retirada del mismo si ya se hubiere


expedido.

Sometimiento a autorización judicial previa de cualquier cambio de domicilio del menor.

Determinar, teniendo en cuenta el interés familiar más necesitado de protección, cuál de los
cónyuges ha de continuar en el uso de la vivienda familiar y asimismo, previo inventario, los bienes
y objetos del ajuar que continúan en ésta y los que se ha de llevar el otro cónyuge, así como
también las medidas cautelares convenientes para conservar el derecho de cada uno.

Fijar la contribución de cada cónyuge a las cargas del matrimonio, incluidas, si procede, las litis
expensas , establecer las bases para la actualización de cantidades y disponer las garantías,
depósitos, retenciones u otras medidas cautelares convenientes, a fin de asegurar la efectividad
de lo que por estos conceptos un cónyuge haya de abonar al otro.

Se considerará contribución a dichas cargas el trabajo que uno de los cónyuges dedicará a la
atención de los hijos comunes sujetos a patria potestad.

Señalar, atendidas las circunstancias, los bienes gananciales o comunes que, previo inventario,
se hayan de entregar a uno u otro cónyuge y las reglas que deban observar en la administración y
disposición, así como en la obligatoria rendición de cuentas sobre los bienes comunes o parte de
ellos que reciban y los que adquieran en lo sucesivo.

Determinar, en su caso, el régimen de administración y disposición de aquellos bienes privativos


que por capitulaciones o escritura pública estuvieran especialmente afectados a las cargas del
matrimonio.
A la vista de la solicitud, el Tribunal mandará citar a los cónyuges y, si hubiere hijos menores o
incapacitados, al Ministerio Fiscal, a una comparecencia, en la que se intentará un acuerdo de las
partes y que se celebrará en los diez días siguientes. A dicha comparecencia deberá acudir el
cónyuge demandado asistido por su abogado y representado por su Procurador. La falta de
asistencia, sin causa justificada, de alguno de los cónyuges a la comparecencia podrá determinar
que se consideren admitidos los hechos alegados por el cónyuge presente para fundamentar sus
peticiones sobre medidas provisionales de carácter patrimonial.

El juez acordará las medidas oportunas y contra esta resolución no cabe recurso alguno.

Estas medidas sólo subsistirán si, dentro de los treinta días siguientes a su adopción se presenta la
demanda de nulidad, separación o divorcio y, en todo caso, terminan cuando son sustituidas por
las que se establezcan más adelante en la sentencia que ponga fin al procedimiento de separación
o divorcio.

Medidas provisionales simultáneas a la demanda

El cónyuge que solicite la nulidad de su matrimonio, la separación o el divorcio podrá pedir en la


demanda lo que considere oportuno sobre las medidas provisionales a adoptar, siempre que no se
hubieren adoptado con anterioridad. También podrán ambos cónyuges someter a la aprobación
del tribunal el acuerdo a que hubieren llegado sobre tales cuestiones. Dicho acuerdo no será
vinculante para las pretensiones respectivas de las partes ni para la decisión que pueda adoptar el
tribunal en lo que respecta a las medidas definitivas. También podrá solicitar medidas
provisionales el cónyuge demandado en la contestación de la demanda.

Una vez admitida la demanda tendrá los siguientes efectos de forma automática:

Los cónyuges puedan vivir separados y cesa la presunción de convivencia conyugal.

Quedan revocados los consentimientos y poderes que cualquiera de los cónyuges hubiera
otorgado al otro.

Entre las medidas que se pueden solicitar y que debe acordar el Juez se encuentran las siguientes:
Determinar, en interés de los hijos, con cuál de los cónyuges han de quedar los sujetos a la
patria potestad de ambos y tomar las disposiciones apropiadas de acuerdo con lo establecido en
este Código y, en particular, la forma en que el cónyuge que no ejerza la guarda y custodia de los
hijos podrá cumplir el deber de velar por éstos y el tiempo, modo y lugar en que podrá comunicar
con ellos y tenerlos en su compañía.

Excepcionalmente, los hijos podrán ser encomendados a los abuelos, parientes u otras personas
que así lo consintieren y, de no haberlos, a una institución idónea, confiriéndoseles las funciones
tutelares que ejercerán bajo la autoridad del juez.

Cuando exista riesgo de sustracción del menor por alguno de los cónyuges o por terceras
personas podrán adoptarse las medidas necesarias y, en particular, las siguientes:

Prohibición de salida del territorio nacional, salvo autorización judicial previa.

Prohibición de expedición del pasaporte al menor o retirada del mismo si ya se hubiere


expedido.

Sometimiento a autorización judicial previa de cualquier cambio de domicilio del menor.

Determinar, teniendo en cuenta el interés familiar más necesitado de protección, cuál de los
cónyuges ha de continuar en el uso de la vivienda familiar y asimismo, previo inventario, los bienes
y objetos del ajuar que continúan en ésta y los que se ha de llevar el otro cónyuge, así como
también las medidas cautelares convenientes para conservar el derecho de cada uno.

Fijar la contribución de cada cónyuge a las cargas del matrimonio, incluidas, si procede, las litis
expensas , establecer las bases para la actualización de cantidades y disponer las garantías,
depósitos, retenciones u otras medidas cautelares convenientes, a fin de asegurar la efectividad
de lo que por estos conceptos un cónyuge haya de abonar al otro.

Se considerará contribución a dichas cargas el trabajo que uno de los cónyuges dedicará a la
atención de los hijos comunes sujetos a patria potestad.
Señalar, atendidas las circunstancias, los bienes gananciales o comunes que, previo inventario,
se hayan de entregar a uno u otro cónyuge y las reglas que deban observar en la administración y
disposición, así como en la obligatoria rendición de cuentas sobre los bienes comunes o parte de
ellos que reciban y los que adquieran en lo sucesivo.

Determinar, en su caso, el régimen de administración y disposición de aquellos bienes privativos


que por capitulaciones o escritura pública estuvieran especialmente afectados a las cargas del
matrimonio.

El tribunal resolverá sobre estas cuestiones y antes dictar la resolución, se convocará a los
cónyuges y, en su caso, al Ministerio Fiscal. Contra el auto que se dicte no cabe recurso alguno.

Las medidas provisionales quedarán sin efecto cuando sean sustituidas por las medidad definitivas
que establezca la sentencia o cuando se ponga fin al procedimiento de otro modo.

Más Información: Guía sobre la separación, el divorcio y la nulidad matrimonial

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Pongamos un ejemplo: Un esposo compra por documento un inmueble y declara expresamente:


“Que adquiere ese inmueble, con dinero de su propio peculio, por lo tanto no ingresan a la
comunidad conyugal que formó con la Sra. X. Por su parte, la Sra X declara que es cierto lo
declarado por su esposo el Sr. Y, y que a todo evento hace constar que tales bienes son de su
exclusiva propiedad y no ingresan a la sociedad conyugal”. ¿Estas declaraciones contenidas en el
documento de adquisición, son suficientes para decir que estos bienes no forman parte de la
propiedad de la comunidad conyugal? El artículo 148 del Código Civil señala: “Entre marido y
mujer, si no hubiere convención en contrario, son comunes de por mitad, las ganancias o
beneficios que se obtengan durante el matrimonio”. Artículo 151. “SON BIENES PROPIOS DE LOS
CÓNYUGES los que pertenecen al marido y a la mujer al tiempo de contraer matrimonio, y los que
durante éste adquieran por donación, herencia, legado o por cualquier otro título lucrativo”.
Artículo 152. “Se hacen propios del respectivo cónyuge los bienes adquiridos durante el
matrimonio:… 7° Por compra hecha con dinero propio del cónyuge adquirente, siempre que haga
constar la procedencia del dinero y que la adquisición la hace para sí”. Artículo 156. “SON BIENES
DE LA COMUNIDAD: 1° Los bienes adquiridos por título oneroso durante el matrimonio, a costa del
caudal común, bien se hagan la adquisición a nombre de la comunidad o al de uno de los
cónyuges. 2° Los obtenidos por la industria, profesión, oficio, sueldo o trabajo de alguno de los
cónyuges. 3° Los frutos, rentas o intereses devengados durante el matrimonio, procedentes de los
bienes comunes o de los peculiares de cada uno de los cónyuges. Por otra parte, son bienes
comunes los ingresos percibidos por cualquiera de los cónyuges, provenientes de su profesión,
trabajo, industria, jubilación, cesantía, durante la vigencia del matrimonio. Artículo 1650. Se
prohíbe toda sociedad a título universal, sea de bienes presentes y venideros, o de otros u otros.
Se prohíbe asimismo toda sociedad de ganancias a título universal excepto entre cónyuges.
Pueden, con todo, ponerse en sociedad cuantos bienes se quieran, especificados. LA COMUNIDAD
DE BIENES O CONYUGAL ES UN RÉGIMEN SUPLETORIO DE LA VOLUNTAD DE LOS CONTRAYENTES,
recuérdese que el artículo 148 del Código Civil, señala a falta de convención, (a falta de
Capitulaciones Matrimoniales), rige lo señalado en ese artículo (la Comunidad Conyugal), ser de
ambos cónyuges, lo que adquieran durante el matrimonio por su actividad y sus ingresos, es decir
los gananciales. SON GANANCIALES, los muebles e inmuebles, corporales o incorporales, que los
esposos adquieran en el curso del matrimonio por medio distinto de donación o sucesión y el fruto
del trabajo de los cónyuges. Entonces volviendo al ejemplo inicial, las declaraciones contenidas en
el documento de adquisición del bien, durante el matrimonio, que textualmente señalan que el
dinero proviene en parte del ejercicio de libre comercio, de pequeños ahorros acumulados y el
fruto personal del trabajo del legítimo cónyuge se convierte en afirmación que el dinero proviene
de la comunidad conyugal, ello a tenor del artículo 152 y 156 supra citados. Salvo que se
demostrara que los recursos (dinero) provienen de fecha anterior a la celebración del matrimonio.
Igualmente NO basta la afirmación de los cónyuges de que están de acuerdo con la frase: “…hago
constar que tales bienes son de su exclusiva propiedad y no ingresan a la sociedad conyugal”,
puesto que no son válidas las convenciones en contrario de los cónyuges sobre la comunidad
conyugal. SE REQUIEREN 2 CONDICIONES PARA DEFINIR LOS BIENES COMO PROPIOS DE UNO DE
LOS CÓNYUGES, 1.- Que se haga constar que la adquisición se hizo para sí, lo cual esta conforme
con las declaraciones del ejemplo. 2.- Que la compra sea hecha con dinero propio del cónyuge
adquirente, condición que no se cumple en el ejemplo, pues se afirma que la adquisición se hizo
con el dinero proveniente en parte del ejercicio del libre comercio, de pequeños ahorros
acumulados y del fruto personal de su profesión, actividades hechas durante la comunidad
conyugal sin demostrar en ningún momento que fueran originados en fecha anterior a la
celebración del matrimonio. Por todos los argumentos explanados un juez forzosamente declarará
que los bienes sometidos a su estudio son parte de la Comunidad Conyugal.

Dra. Ana Santander.

Publicado por Escritorio Jurídico Ana Santander y Asociados en 11:16

Etiquetas: ana ines santander ortiz, BIENES COMUNES, BIENES PROPIOS, capitulaciones
matrimoniales

270 comentarios:
eljuris5 de enero de 2011, 10:26

Ante todo un saludo y unas felicitaciones por este gran blog. que sirve a todos de gran utilidad .
sobre todo a los estudiantes de derecho..le escribo por una inquietud que tengo, una pareja de
esposos quieren vender un inmueble, el cual se encuentra en otro estado diferente al del domicilio
en el que encuentran ahora...ahora bien, en vista de que uno de ellos no puede dirigirse al otro
estado, por muchas ocupaciones...que se puede hacer para que uno de ellos se encarge de la
gestion de la venta del inmueble...se puede hacer una autorizacion simplemente con la firma de
uno de ellos o de ambos...o hay que notariarlas o algo por el estilo...muchas gracias

Responder

Escritorio Jurídico Ana Santander y Asociados8 de enero de 2011, 10:38

Al Sr Eljuris le explico: La situación es muy sencilla, se debe redactar un Poder de Administración


y Disposición, en el cual el esposo que no se puede trasladar faculte al esposo que si se puede
trasladar a celebrar a venta,fijar el precio de la misma, firmar en los protocolos respectivos y
recibir el dinero. Igualmente en el texto del mismo, se deberá hacer mucho hincapié en la
descripción del inmueble en cuestión y los datos de registro del mismo.Este Poder deberá ser
posteriormente registrado para surtir los efectos legales subsiguientes. Dra.Ana Santander. 0414-
2070727.

Responder

eljuris1 de febrero de 2011, 8:52

muchas gracias doctora por su respuesta oportuna y eficaz...y por servir de luces a las personas
y estudiantes de derecho que tienen sed de conocimiento en el ambito juridico...ha otra cosa este
poder se registra en el registro inmobiliario o en la notaria

Responder

Escritorio Jurídico Ana Santander y Asociados2 de febrero de 2011, 7:15

Al Sr Eljuris, le explico: Ante todo gracias por su gentil comentario. El Poder puede ser
primariamente notariado, en cualquier Notaría y posteriormente registrado en la Oficina de
Registro Público (antes Subalterno) correspondiente a la jurisdicción del inmueble. Igualmente, se
puede incluir, (ya en el propio documento de venta) una coletilla que indique que con la "debida
antelación al registro de la venta", se protocolice el poder en cuestión, lo que quiere decir, que
también cabe la posibilidad de registrar tanto la venta como el poder en un mismo acto. Dra. Ana
Santander. Mayor Información 0414-2070727

Responder

Anónimo6 de mayo de 2011, 13:48

buenas tardes, excelente este blog para todos los estudiantes de derecho, así mismo, tengo una
inquietud que surgió en clases y quiero hacer de su conocimiento, por cuanto no he conseguido
respuesta exacta, el señor X suscribe una opción a compra para tramitar la compra de un bien
inmueble mediante financiamiento de crédito hipotecario, así mismo deja constancia de haber
cancelado en ese acto el 30% del monto total de la venta, la institución financiera aprueba el
credito en cuestión, a los tres meses contrae matrimonio y en ese mismo periodo remiten el
documento definitivo de venta con la hipoteca de primer grado a favor del banco, el señor X
continuando cancelando el credito el cual se le deducia de su cuenta personal. Se divorcia de la
señora y un año y medio despues de disuelto el vinculo conyugal el señor X cancela la totalidad del
credito hipotecario; el bien en mención es un bien propio o forma parte de la comunidad
conyugal? la sra Y debe cancelarle lo aportado? muchas gracias en su respuesta y la ayuda
brindada

Responder

oltero compré una casa con hipoteca que la pagué cuando era casado ... ¿es la casa un bien propio
o un bien común?

Compartir:

casa.jpgVarias veces ocurre que siendo solteros compramos un inmueble con una hipoteca de 15 o
20 años y luego nos casamos.

La hipoteca es pagada durante el matrimonio y la pregunta es casi inmediata cuando surgen


problemas conyugales ...¿esa casa o departamento es un bien propio dado que lo compré cuando
era soltero o es un bien de la sociedad conyugal dado que la hipoteca se pagó cuando ya era
casado?
La consulta no es inusual al extremo que ha sido objeto de varios comentarios en el artículo que
escribí sobre la manera de tener una Separación de Patrimonios entre Cónyuges.

Primero voy a dar el marco general normativo y luego plantearé algunos supuestos para aclarar lo
que quiero explicar y en donde recién daré respuestas directas incluyendo la respuesta a la
pregunta planteada en el título del artículo.

Marco General

En el artículo 302 del Código Civil se señala qué son bienes propios y resulta claro que un inmueble
(casa o departamento) comprado antes del matrimonio resulta un bien propio (vendría a ser el
inciso 1). La respuesta se complica sin embargo, cuando existe una deuda pendiente como
veremos en los ejemplos.

Transcribo dicho artículo:

Artículo 302.- Bienes propios

Son bienes propios de cada cónyuge:

1.- Los que aporte al iniciarse el régimen de sociedad de gananciales.

2.- Los que adquiera durante la vigencia de dicho régimen a título oneroso, cuando la causa de
adquisición ha precedido a aquélla.

3.- Los que adquiera durante la vigencia del régimen a título gratuito.

4.- La indemnización por accidentes o por seguros de vida, de daños personales o de


enfermedades, deducidas las primas pagadas con bienes de la sociedad.
5.- Los derechos de autor e inventor.

6.- Los libros, instrumentos y útiles para el ejercicio de la profesión o trabajo, salvo que sean
accesorios de una empresa que no tenga la calidad de bien propio.

7.- Las acciones y las participaciones de sociedades que se distribuyan gratuitamente entre los
socios por revaluación del patrimonio social, cuando esas acciones o participaciones sean bien
propio.

8.- La renta vitalicia a título gratuito y la convenida a título oneroso cuando la


contraprestación constituye bien propio.

9.- Los vestidos y objetos de uso personal, así como los diplomas, condecoraciones,
correspondencia y recuerdos de familia.

En otro artículo, el artículo 310 del Código Civil, se dice que cosa son bienes sociales(es decir
bienes de propiedad de la comunidad de bienes que se forma en una sociedad de gananciales
producto del matrimonio).

En dicho artículo se introduce un caso en particular al señalar que si estamos hablando de un


terreno comprado antes del matrimonio (bien propio), donde se construye un edificio cuando ya
estamos casados con sociedad de gananciales, entonces lo construido se convierte en un bien
social y se deberá solo reembolsar el valor del suelo.

Transcribo también este artículo 310:

Artículo 310.- Bienes sociales


Son bienes sociales todos los no comprendidos en el artículo 302, incluso los que cualquiera
de los cónyuges adquiera por su trabajo, industria o profesión; así como los frutos y productos de
todos los bienes propios y de la sociedad y las rentas de los derechos de autor e inventor.

También tienen la calidad de bienes sociales los edificios construídos a costa del caudal social
en suelo propio de uno de los cónyuges, abonándose a éste el valor del suelo al momento del
reembolso.

Supuestos Concretos de Ejemplo

Vamos entonces a los supuestos concretos para dar respuestas más precisas:

1. Contrato de compraventa realizado cuando era soltero y no tenía planeado casarme, el


inmueble se compra con una hipoteca a 20 o 15 años, me caso al segundo año de la hipoteca.

En este caso resulta claro que el inmueble que se compra es un bien propio. La compraventa se
concluye cuando era soltero y ni aún se pensaba en casar.

El hecho que la hipoteca se pague durante el matrimonio es irrelevante para la determinación que
el bien es un bien propio.

Lamentablemente el Código Civil peruano no establece una regla expresa sobre qué pasa con lo
pagado por la hipoteca durante el matrimonio si es que eso se pagó con bienes sociales.
Considero, sin embargo, que siguiendo las normas de enriquecimiento sin causa y soluciones
similares que da el derecho de otros países, cabría la posibilidad de pedir el reembolso de esas
sumas pagadas al momento de hacerse la liquidación de la sociedad de gananciales. Esto es una
zona gris que dependerá en todo caso del caso concreto.

2. Igual que el caso anterior pero yo compro con hipoteca sabiendo que me iba a casar.

Se aplica lo mismo del caso anterior dado que es irrelevante si sabía o no que me iba a casar. Lo
cierto es que compré el inmueble antes del matrimonio.

3. Compro una casa o departamento a plazos o con reserva de propiedad y termino de pagar el
inmueble cuando ya estoy casado.

A diferencia de los dos casos previos acá el contrato de compra venta no se llega a ejecutar a su
cabalidad antes del matrimonio.

Si bien en el caso de la compra venta a plazos la transferencia de propiedad del inmueble ya se


produjo (según el Código Civil la transferencia de inmuebles se da con el acuerdo de voluntades) el
contrato no se termina de ejecutar hasta después de casado.

El tema es aún más claro en el caso de una cláusula de reserva de propiedad o la existencia de una
condición que se cumpla cuando ya esté casado.

Acá la discusión se zanja con una correcta interpretación del inciso 2 del artículo 302 que
nuevamente transcribo sólo en dicha parte:

Artículo 302.- Bienes propios

Son bienes propios de cada cónyuge:


...

2.- Los que adquiera durante la vigencia de dicho régimen a título oneroso, cuando la causa de
adquisición ha precedido a aquélla.

...

En la doctrina existen diversas soluciones que se proponen pero el inciso 2 del artículo 302
propone como solución determinar cuando ocurrió la causa de la adquisición y en los ejemplos
propuestos ocurrieron antes del matrimonio y por ende serán bienes propios.

Igual habría que determinar como en los otros casos si existe la posibilidad de una compensación
bajo las normas de enriquecimiento sin causa cuando se liquida la sociedad de gananciales.

4. La sociedad conyugal construye sobre un terreno que es de propiedad de sólo uno de los
cónyuges.

En este caso se aplica la regla del segundo párrafo del artículo 310 donde se señala que lo
construido sera un bien social y se reembolsará el valor del terreno.

5. La sociedad conyugal construye sobre una casa que es de propiedad de sólo uno de los
cónyuges.

Adviertan que a diferencia del caso anterior no hablamos de un terreno sino de una casa ya
construida.
Este es el supuesto donde por ejemplo uno tiene un bien propio que es una casa de un piso y
luego de contraer matrimonio, la pareja construye sobre esa casa un segundo o tercer piso. El
segundo párrafo del artículo 310 habla de "suelo" es decir de "terreno" ¿qué pasa en esos casos?

En esos supuestos el bien será un bien social en una interpretación extensiva pero apropiada del
artículo 310.

Este supuesto es muchas veces relevante en procesos judiciales de ejecución de hipotecas cuando
se pide la nulidad de la hipoteca y de su ejecución por la falta de intervención de uno de los
cónyuges.

Espero no haber sido confuso, en todo caso vía comentarios puedo aclarar cualquier duda.

En algún comentario a otro artículo me reclaman respuestas directas pero lamentablemente en el


derecho hay zonas grises y la respuesta variará caso por caso y resulta por eso crucial que siempre
consulten con un abogado para que analice con cuidado todas las aristas y pruebas que puedan
existir en su caso particular.

19 comentarios

Por Gabriela el 3 de Agosto 2010 a las 06:27 PM

Mi hermano es soltero y acaba de comprar una casa mediante una hipoteca, en si todos pagamos
las cuotas (papá, mamá y quien habla) porque ese fue el acuerdo pero esta a nombre de el. mi
pregunta es. si el se casa y despues se llegara a divorciar, la casa podría formar parte de disputa o
su esposa se podría quedar con la casa? o por los vacios que existen en las leyes, el tendría que
hacer una separacion de bienes antes de casarse para que nosotros no nos veamos afectados?

Por Richard Arias el 4 de Agosto 2010 a las 12:56 PM

Buenos dias, expongo mi caso: mi abuelo tiene un hijo unico que es mi padre, mi abuela fallece y
el queda huerfano de madre.

Mi abuelo ya tenia su propiedad que le dejaron sus padres osea a herencia; entonces mi abuelo
conoce a alguien y se casa, luego fallece mi abuelo. entonces yo hago la sucesion intestada de mi
abuelo. Yo le expongo al notario que mi abuelo se caso con ella pero tenia su bien inmueble de
herencia, mas no por compra-venta.

Bueno, luego fallece su esposa, ella solo tiene una sobrino.

Preguntas?

Es posible que su difunta esposa tenga derecho a la propiedad de mi abuelo, teniendo en cuenta
que antes de casarse el ya tenia un hijo unico y a sabiendas que el bien inmueble era de herencia
familiar.

¿Puede la sobrina de la difunta tener derecho a lo que le correspondiera a la difunta; si a esta


sobrina apenas la vi en 2 veces en mi vida y ya tengo 38 años y nunca la vino a ver, La sobrina se
llevo a la difunta disque para que se distraiga asu casa y al mes siguiente nos llamo que acababa
de fallecer porque se cayo de las escaleras.

Agradezco de antemano su atencion y disculpe por ser tan extensivo mil gracias

Por sylvia el 4 de Agosto 2010 a las 01:02 PM

soy trabajadora de una muncipalidad, me dices que el beneficio de gratificaciones corresponde a


trabajadores de empresas estatales solamente. En este caso. ¿No me encuentro imersa en esta
disposicion?

Mi regimen laboral es el de CAS. Obviamente con evaluacion trimestralmente permanenetemente


el que genera mi contrato .

Le agradecere darme un alcance.

Por hernando el 4 de Agosto 2010 a las 03:33 PM

soy divorciado compre varias propiedades a nombre de mi empresa eirl, tengo otra pareja con la
que tengo varios hijos y pienso casarme pronto, ella tendra participacion sobre las propiedades
compradas a nombre de la empresa eirl

Por George el 4 de Agosto 2010 a las 04:05 PM

Se puede vender una casa que tiene hipoteca bancaria?

Por Antonio el 4 de Agosto 2010 a las 06:17 PM


Si este bien propio posteriormente se vende dentro del matrimonio, ¿la renta que se obtiene por
esta operación le pertenece a ambos conyuges?

Por Juan Carlos el 5 de Agosto 2010 a las 09:47 AM

todos estos articulos y la legislación se aplican tambien para las parejas que han contraido solo
matrimonio religioso? gracias

Por isabela el 5 de Agosto 2010 a las 09:43 PM

una casa que tiene 3 dueños con titulo en registros publicos puede ser hipotecada por dos de ellos
y si es asi si no pagan el prestamo se pierde toda la propiedad

Por Manuel Rodriguez el 9 de Agosto 2010 a las 11:25 AM

Mi esposa recibió una casa de su padre que es donde actualmente vivimos. Resulta que ahora ella
quiere vender la casa y yo no estoy de acuerdo. La actitud de mi esposa la considero irresponsable
ya que tenemos varios hijos y que en un futuro la casa podría servirle de ayuda. ¿Es posible que
pueda evitar esa venta?

Por Mary Ysabel el 18 de Agosto 2010 a las 05:05 PM

Buenas Tardes quisiera hacer una consulta.

Mi padre adquirio diversas propiedades, 35 años antes de casarse, siendo yo la unica hija, el jamas
fue casado hasta que lo hizo a los 85 años con una persona que aparecio derepente, el fallece a los
cinco años despues del matrimonio y hace la sucesion intestada la esposa y pretende quedarse
con el 50% de todos sus bienes adquiridos antes del matrimonio. Es legal eso, nunca compraron
nada dentro del matrimonio, ella tiene todos los bienes en su poder, no disfruto de nada, estoy
haciendo un proceso para que me pueda dar una propiedad.

Por vladimir el 1 de Septiembre 2010 a las 10:56 AM

No estoy de acuerdo con la posición de que el inmueble comprado de soltero (y pagado dentro del
matrimonio) es un bien propio. Pongo un ejemplo que roza con lo absurdo.
Dos meses antes de casarme obtengo un préstamo hipotecario para la compra de un
departamento de 100 mil dólares en donde el banco ni la constructora me exigen cuota inicial. Se
concreta la compra y se pacta que la primera cuota del préstamo se hará efectiva en el primer mes
de casado. Según su posición, el bien sería propio y no conyugal, cuando el íntegro del precio del
departamente se pagará con dinero de la sociedad.

Eso de pedir el reembolso usted la menciona solamente como una posibilidad, cuando la regla
debería ser que se considere el bien como conyugal, dependiendo del caso, con la deducción de lo
pagado antes del matrimonio...y no al revés como la señala usted.

Qué podría decir al respecto.

Por Mariza Mochcco Moriano el 2 de Septiembre 2010 a las 12:35 PM

Buenos dias, quisiera hacer una consulta: Tengo un Dpto. de 67 m2, actualmente pago arbitrios,
predial hace 2 años, pero este Dpto. es parte de 2,930 m2 de un terreno destinado a Mercado
pero que no funciona, quisiera hacer independizacion de mi Dpto. de 67 m2 que documentos
debo hacer como y donde iniciar esta independizacion gracias

Por marta el 2 de Septiembre 2010 a las 05:36 PM

buenos dias,mi consulta es la siguiente.cuando eramos novios,mi exmarido compro una casa y las
escrituras estaban a su nombre,y al poco tiempo nos casamos,y la hipoteca se cambio a nombre
de los dos,donde consta que se ha pagado conjuntamente.nos hemos divorciado y el ha vendido la
casa y se ha quedado con todo el dinero.tengo yo derecho a mi parte.

Por juan jorge el 2 de Septiembre 2010 a las 10:49 PM

Caso: Peru. Lima

Fallece una padre de familia, año 1985. Despues de 5 años, año 1990, se declara la sucesion y
division y particion, en escritura publica. Son tres herederos, mas la madre.

La madre conserva la casa donde vivia.


La escritura publica de division y particion se realiza en mayo 1990 (notaria) y luego se inscribe en
registros publicos y queda asentada la adjudicacion de la casa a la madre en los registros publicos
en febrero 1991.

Despues de 18 años, en al año 2008, la madre fallece. Se declara la sucesion y cuando se quiere
hacer la division y particion de la masa hereditaria (la casa donde vivia la madre) uno de los
hermanos (a partir de ahora el demandante) saca un documento privado de compraventa de la
casa hacia su persona realizado en agosto 1990 (ojo con las fechas) y en conciliacion solicita a los
otros hermanos ( los demandados) el reconocimiento del documento y el correspondiente
otorgamiento de la escritura publica.

Los demandados no reconocen ese derecho sustentado en:

1. - la nulidad del acto juridico sosteniendo que fue un acto simulado, manifestando indicios y
presunciones cuya vision de conjunto, segun ellos, conduce a la evidencia que el acto no podia ser
otra cosa que simulado.

2. - posterior a la venta supuesta de la casa (año 1990) se adjudico en registros publicos (año 1991)
la propiedad de la casa a la señora madre y que por lo tanto, al fallecimiento de la misma en
registros publicos la propiedad era de la madre y por sucesion le corresponden. Siendo ellos
herederos de buena fe, desde que los demandados desconocian del documento hasta despues del
fallecimiento de la madre

Ante la negativa del reconocimiento, el demandante inicia juicio de solicitud de otorgamiento de


escritura publica.

La pregunta es Se debe dar el otorgamiento de escritura publica?

Como dar otorgamiento de escritura publica si se cuestiona la validez del acto juridico?

Los demandados tienen derecho legal sobre la propiedad de la madre (por herencia)?

Por andreina el 15 de Septiembre 2010 a las 04:22 PM

buenas tardes amigo mi pregunta es la siguiente tengo una casa de 2 pisos que cuenta con dos
locales y 5 anexos y quiero vender pero no tengo titulo lo fuy a sacar y me dicen que tengo que
comprar la tierra para que me puedan entregar el titulo eso es sierto por favor ayudeme es que
estoy desesperada para vender

Por enrique el 2 de Octubre 2010 a las 04:26 PM

mi padre me vendio su casa construida en un terreno heredado de mi abuelo hace quince años en
el mes de julio del 1995 hicimos el contrato de compra ventta del inmueble .y lo registre en
registro publicos en diciembre del 1995.

pero mi padre se habia casado (mi padre era viudo) con otra señora el mes de mayo del 1995.

Ahora la señora me reclama la casa que construi con mi padre ya que mi padre fallecio ell febrero
del 2010.

me puede orientar al respecto.

Gracias

Por socorro torres villanueva el 11 de Octubre 2010 a las 07:46 PM

agradeceré su atención. María se casa con Juan que es brasilero. Al mes de casados compran una
casa para pagar a 10 años y un carro para pagar a 4 años. Al año de casados María sale en cinta y
Juan la abandona...se va al extranjero...Han pasado 4 años y María no sabe nada de Juan, además
las deudas están en cobranza judicial, debe pagar las deudas contraídas, va a hacer un gran
esfuerzo, pero teme que Juan cuando regrese reclame los bienes que a ella le va a costar tanto
pagar, ¿Qué debe hacer??

Por Azucena el 27 de Octubre 2010 a las 01:11 PM

Hola, mi esposo y yo otorgamos poder a mi hermano para que en nuestro nombre y


representación solicite un préstamo ante cualquier entidad bancaria y para ello le otorgamos la
facultad de poder gravar, hipotecar nuestro inmueble. Mi hermano solicita un préstamo ante una
entidad bancaria señalando que es a nombre propio pero señala que sus garantes somos nosotros
(mi esposo y yo) logra inscribirlo en registros públicos, pero el dinero nunca nos entrega. La
entidad bancaria solicita la ejecución de la garantía. Que demanda sería la más conveniente?
GRACIAS
Por victor chirinos el 30 de Noviembre 2010 a las 12:27 PM

Consulta....Yo me hice un prestamo a lo que era el ex Banco de Trabajo (Hoy Scotiabank).


supuestamente mi deuda ascendía a S/11,000.00 aprox. pero como hice el pago adelantado
cancelando la totalidad de la deuda, me dijeron que me rebajan los intereses y pague algo de S/
10.770. y centavos... Resulta que en la facturación posterior me aparecía los últimos consumos
más una diferencia de 1,000 soles, aduciendo que habían hecho un mal cálculo y que la supuesta
rebaja de los intereses no era tal. Presente mis sendos reclamos pero ninguno me fue notificado
válidamente y que posteriormente me he enterado que lo han denegado. Que puedo hacer la
dueda es del año 2007. Y según he podido averiguar mi deuda ahora es de casi S/. 7,000.00 Soles

Bienes y deudas en un divorcio o separación legal

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La división de bienes y deudas de un divorcio o separación legal a menudo es tan complicada, y el


costo de equivocarse es tan alto que debería hablar con un abogado antes de presentar sus
documentos, sobre todo si tiene algo de valor (o si tiene deudas significativas). Tenga en cuenta
que es posible que no tenga que contratar a un abogado para manejar todo el caso de divorcio y
separación, sólo la parte que trata los bienes y deudas del caso.

En esta sección encontrará información básica sobre las leyes de California que tratan lo que
ocurre con los bienes y deudas cuando los cónyuges o parejas de hecho eligen dar por terminada
su relación.

Cómo comprender los bienes

Los bienes son cualquier cosa que se pueda comprar o vender, como por ejemplo:

Una casa,

Carros

Muebles, o

Ropa.
Los bienes también son cualquier cosa que tiene valor, como por ejemplo:

Cuentas bancarias y dinero en efectivo,

Depósitos de seguridad para departamentos,

Planes de pensión,

Planes 401(k),

Acciones,

Seguro de vida que tiene un valor en efectivo,

Una empresa, o

Una patente.

Cuando se divorcia o se separa legalmente, la corte toma decisiones sobre cómo repartir los
bienes que los cónyuges o parejas de hecho compraron durante el matrimonio.

Aunque no quiera enfrentar estos temas, o por más que hayan repartido sus bienes
informalmente cuando se separaron, la corte igualmente tiene que dictar una orden formal sobre
estos temas.

Esto no significa que tenga que comparecer ante un juez para decidir estos temas. A menudo, las
parejas pueden llegar a un acuerdo para dividir sus bienes (y sus deudas). Pero cuando se divorcia,
el juez tiene que aprobar ese acuerdo. Hasta que ello ocurra, los bienes que adquirió durante el
matrimonio o pareja de hecho pertenecen a ambos, sin importar quién los esté usando o quién
tenga control de los bienes. Lo mismo es cierto de las deudas. Si los divide con su cónyuge o pareja
de hecho sin una orden de la corte (o sin que un juez firme su acuerdo), la deuda sigue
perteneciendo a los 2 y ambos son responsables por la deuda, aunque la dividan informalmente.

Para comprender cómo dividir sus bienes y deudas para poder finalizar su divorcio o separación
legal, tiene que comprender cómo funcionan las leyes de bienes en California cuando dos
personas están casadas o forman una pareja de hecho. El resto de esta sección le explicará estas
leyes.

Bienes comunitarios y bienes separados

California es un estado con bienes comunitarios. Esto significa que un matrimonio o el registro de
una pareja de hecho convierte a 2 personas en 1 “comunidad” legal. Entonces los bienes que
adquiere la pareja durante el matrimonio/pareja de hecho son “bienes comunitarios”. Y la deuda
que una pareja adquiere durante el matrimonio/pareja de hecho también es una “deuda
comunitaria”.

Haga clic para ver la definición de cada término que necesita saber:

Bienes comunitarios y cuasi-comunitarios

Bienes separados

Mezcla de bienes comunitarios y separados – Combinación

Bienes comunitarios y cuasi-comunitarios

Los bienes comunitarios en general son todo lo que tienen los cónyuges o miembros de la pareja
de hecho en común. Incluye todo que se haya comprado u obtenido mientras estuvo casado o en
una pareja de hecho – incluyendo las deudas – que no sea un regalo o herencia.

Los bienes comunitarios también incluyen todos los ingresos que cualquiera de los cónyuges o
miembros de la pareja de hecho (o ambos) haya ganado durante el matrimonio y todo lo que se
compró con esos ingresos. En general puede saber si un bien es comunitario determinando el
origen del dinero que se usó para comprarlos. Si el dinero para hacer la compra se ganó durante el
matrimonio o pareja de hecho, los bienes pertenecen a la comunidad.

Por ejemplo, si compró un carro con dinero que estaba ahorrando de su cheque de paga todos los
meses, y ganó este dinero durante el matrimonio/pareja de hecho, el carro les pertenece a usted y
a su cónyuge o pareja de hecho, aunque lo haya pagado sólo usted. Eso se debe a que los ahorros
que tiene de su cheque de paga son bienes comunitarios, ya que ganó este dinero durante el
matrimonio/pareja de hecho.

Los bienes comunitarios incluyen todas las obligaciones financieras (deudas) acumuladas durante
su matrimonio o pareja de hecho. Esto es cierto aunque la deuda haya sido incurrida por sólo 1
persona, o aunque la tarjeta de crédito haya estado a nombre de solamente 1 cónyuge o miembro
de la pareja de hecho.

En California, cada cónyuge o pareja de hecho es dueño de la mitad de los bienes comunitarios. Y,
cada cónyuge o miembro de la pareja es responsable por la mitad de las deudas. Las propiedades y
deudas comunitarias en general se reparten en forma equitativa.

Es posible que tenga más propiedades comunitarias de lo que se imagina. Por ejemplo, es posible
que no sepa que, si su cónyuge o pareja de hecho tiene un plan de pensiones, usted tiene derecho
a parte del dinero de ese plan, si se ganó alguna parte del dinero durante su matrimonio o pareja
de hecho. También es posible que tenga más deudas comunitarias de lo que se imagina. Es posible
que su cónyuge o pareja de hecho haya adquirido deuda en su nombre sin que usted se entere. Si
la deuda fue incurrida durante el matrimonio o pareja de hecho, también le pertenece a usted.

Los bienes cuasi-comunitarios se refieren a cualquier tipo de bien que fue adquirido por uno o
ambos cónyuges o parejas de hecho mientras que vivían en otro estado y que, si hubiera sido
adquirido en California, se hubiera categorizado como bien comunitario. Por decirlo de otra
manera, si usted o su cónyuge o pareja vivieron fuera de California durante su matrimonio o
pareja de hecho registrada, y ganaron dinero, se compraron una casa, o adquirieron cualquier otro
tipo de bien que en California hubiera sido un bien comunitario, ese bien se llama bien cuasi-
comunitario. Y, en un divorcio o separación legal en California, se tratará como bien comunitario.

Por ejemplo, digamos que usted y su cónyuge estuvieron viviendo en Nueva York durante parte de
su matrimonio, y que ambos estuvieron trabajando en Nueva York y también se compraron un
carro. Ahora, ustedes viven en California y están presentando una demanda de divorcio. Las
ganancias de sus respectivos empleos en Nueva York tanto como el carro se consideran bienes
cuasi-comunitarios porque, si hubieran estado trabajando en California y se hubieran comprado el
carro en California, ambos bienes se hubieran categorizado como bienes comunitarios. Así que, en
un divorcio en California, las ganancias y el carro se tratarán como bienes comunitarios

Bienes separados
Los bienes separados son cualquier cosa que le pertenecía antes de casarse o registrar su pareja
de hecho. Las herencias y regalos a 1 cónyuge o pareja de hecho, incluso durante el matrimonio o
pareja de hecho, también son bienes separados. Las rentas, ganancias u otro dinero que gane de
sus bienes separados también son bienes separados. Y los bienes que compra con bienes
separados también son bienes separados.

Por ejemplo, si compra un carro con el dinero que heredó de un pariente que falleció, el carro le
pertenece a usted, aunque lo haya comprado durante el matrimonio o pareja de hecho, porque se
compró con sus bienes separados.

Bienes separados también son cualquier cosa que adquiere después de la fecha de separación,
incluyendo el dinero que gana. Esta es una de las razones por las que la fecha de separación es tan
importante. Puede determinar si ciertos bienes o deudas son bienes comunitarios o separados.

Si tiene bienes separados, pertenecen sólo a usted, siempre que se hayan guardado por separado.
Las deudas también pueden ser separadas, como por ejemplo las tarjetas de crédito obtenidas
después de la fecha de separación.

Siempre determine el origen del dinero que se usó para comprar un artículo. De esta manera,
puede decidir si es un bien separado o un bien comunitario.

Mezcla de bienes comunitarios y separados – Combinación

A veces algo es en parte bienes separados y en parte bienes comunitarios. Esto se llama
“combinación” porque los bienes separados y bienes comunitarios se han mezclado. Cuando los
bienes son una combinación de bienes separados y comunitarios, puede ser muy complicado
saber cómo dividirlos.

Una situación común es cuando 1 parte era propietario de una casa antes del matrimonio o pareja
de hecho y después la vendió y usó las ganancias como pago inicial para otra casa después de
casarse, o después de registrar una pareja de hecho. El pago inicial para esta casa nueva se
consideraría un bien separado (ya que el dinero vino de la venta de una casa que le pertenecía a 1
persona antes del matrimonio o pareja de hecho). Pero si los pagos de hipoteca en la casa nueva
se hacen durante el matrimonio o pareja de hecho usando los ingresos de cualquiera de los dos, el
valor líquido adquirido por la casa como resultado del pago de la hipoteca es un bien comunitario.
El resultado es que el valor líquido de la casa es un bien mixto.

Otra situación común ocurre cuando usted o su cónyuge/pareja tienen un beneficio de pensión o
jubilación por un trabajo que tenía antes del matrimonio y que siguió teniendo durante el
matrimonio. Las contribuciones que hicieron cada uno a su pensión antes del matrimonio o pareja
de hecho registrada son bienes separados. Las contribuciones que se hicieron después de la fecha
de matrimonio o registro de la pareja de hecho, y antes de que se separaron son bienes
comunitarios. Después de que se separan, esas contribuciones vuelven a ser bienes separados. Es
complicado comprender exactamente cómo se divide una pensión, y es posible que necesite a un
experto en planes de pensión para ayudarlo. En algunas situaciones, si cada uno tiene una
pensión, es posible que ambos se puedan quedar con sus propias pensiones. Pero tienen que estar
seguros del valor de cada pensión.

En general, cuando un cónyuge/pareja de hecho tiene una pensión, es necesario obtener ayuda de
un abogado. Primero, una pensión puede ser uno de los activos más valiosos que tiene de su
matrimonio o pareja de hecho. Segundo, las reglas especiales que se aplican a pensiones son muy
técnicas y no se aplican a ningún otro tipo de activo. Un plan de pensión se debe “unir” como
parte de su caso de divorcio antes de que el juez pueda emitir una orden sobre cómo dividir la
pensión. Esta orden de la corte se llama una Orden calificada de relaciones domésticas, o QDRO. Si
comete un error, las consecuencias pueden ser serias. Vale la pena pagarle a un abogado para que
le prepare la QDRO.

Si tiene una duda sobre si un bien es propiedad comunitaria, propiedad separada o propiedad
mixta, también debe hablar con un abogado para que lo asesore. Lo mismo es cierto si no está
seguro de cómo pagar una deuda. Haga clic si necesita ayuda para encontrar un abogado.

ME PUEDEN QUITAR UNA CASA COMPRADA ANTES DEL MATRIMONIO?

¿Tengo una pregunta? Tengo una casa que adquirí y compre 6 años antes de casarme, me estoy
divorciando y mi ex pareja me ha comentado que va a reclamar la mitad de la casa porque
...mostrar más

Mejor respuesta
La Revoltosa (espa_a) respondido hace 5 años

Anda que vaya respuestas que te están dando.

A la Rana Rene ni caso. Lo menos que te puede pasar si haces lo que te dice es que impugnen la
venta, lo intermedio, que el "supuesto comprador" se la quede y te deje sin ella, lo peor, ir a la
cárcel por alzamiento de bienes.

En España no podrían quitártelo, ni en la mayoría de países sudamericanos. En Algunos estados de


Estados Unidos si. Depende de la legislación del país en el que te hayas casado.

Si siguen el sistema español de gananciales, los bienes anteriores al matrimonio pertenecen a cada
cónyuge. Si siguen el sistema de comunidad de bienes, como por ejemplo, en California, todos los
bienes al disolver el matrimonio se dividen, fueran de quien fueran con anterioridad.

Si tu abogado te dice que no pueden, es que probablemente no puedan, que sigan el sistema
español.

Comentario

Otras respuestas (10)

Calificada con más puntos

kakothemaster respondido hace 5 años


Las propiedades que se adquieren antes del matrimonio se conocen como privativas. Todo lo
que tu adquieras antes del matrimonio es tuyo. Ahora bien, lo que ella si te puede pedir es la
mitad de las aportaciones que pagaste o pagaron por la casa durante el matrimonio. Pero no, la
casa es tuya. Calcula lo que pagaste (las mensualidades) durante el matrimonio y algo de eso le
toca. Tambien le puede tocar algo del aumento en valor de la propiedad si este se logro por el
esfuerzo de ambos conyuges.

Pero la REGLA GENERAL ES QUE LO QUE SE ADQUIERE ANTES DEL MATRIMONIO ES DE QUIEN
LO ADQUIERE. Las capitulaciones matrimoniales o acuerdo de separacion de bienes, rige
solamente para lo que se compre durante el matrimonio y se tienen que otorgar antes de la
celebracion del mismo.

Tu abogado no esta mal...salvo que la ley alla sea diferente. Pero los paises latinoamericanos
basan su Codigo Civil en el Codigo Civil Espa~ol. No debes tener problemas, pero algun dinero le
tendras que dar.

SUERTE

Fuente(s):

ABOGADO

Comentario

Rana René respondido hace 5 años

sí, sí te la pueden quitar.

Te casaste por bienes mancumunados y todo lo tuyo es de él y viceversa. Sin importar cuando
compraste la casa, automáticamente es de él.

El otro abogado puede decir "si está a su nombre (el tuyo), y están casados por bienes
mancomunados, es de él también"

El consejo que puedo darte es el siguiente:

"vende" la casa. Lo coloco entre comillas porque en realidad no habra una venta como tal, sólo
cambiará de nombre la casa, digamos....se la "vendes" a tus padres y, a la hora del divorcio, habrá
que repartirlo todo, pero como la casa estará a nombre de un tercero, no podrían quitarseal a
ellos, asi que la casa se "salvará"; cuando el trámite del divorcio termine la casa puede ponerse a
tu nombre una vez más.

Debes tener cuidado en el asunto de las trabajadoras sociales pues son las que pueden decir
dónde y cómo vives y si se percatan de la casa, puede que la pensión se minimize e incluso no
haya tal.

La idea ya te la dí, toma tú la decisión. Mucha suerte.

Comentario

? respondido hace 2 meses

Como todos tenemos teléfonos en casa, esta aparato tan indispensable en día de hoy, tenía que
compra y uno para mi chica, como es tan pequeña lo adecuado es un teléfono de juguete
interesante pero lo que he comprado ha estado mucho más interesante de esto, un teléfono que
le ha encantado desde primer momento, un teléfono que imita muy bien un teléfono normal, un
teléfono con cual puede hablar con su amiga, si están jugando juntos, es el mejor juguete que le
he comprado, en su opinión.

Comentario

wifecita respondido hace 5 años

En primera cualquier bien adquirido antes del matrimonio es solamente del titular.

A menos que hayas hecho capitulaciones matrimoniales donde lo incluías en la sociedad


conyugal, pero de eso tu debes de acordarte o revisa tus papeles.

Por otra parte aunque estén casados por sociedad conyugal los cónyuge NO tienen derecho a
recibir un porcentaje respecto de herencias o premios ganados.

Cuando la gente se casa en sociedad conyugal creen que tienen derecho a todo y no es así.
La sociedad conyugal es solamente los bienes adquiridos (no regalados) por ambos o por uno
solo durante el matrimonio.

No importa que no hayas avisado que lo tenias cuando te casaste, eso no es obligatorio.

Comentario

Moni_Dangerous respondido hace 5 años

Si es posible que te la quiten, pero solo contrata a un abogado que te defienda.

Comentario

adriana respondido hace 5 años

cuando un artículo es derogado pierde su validez, no mencionas de donde eres y cuál fue el
regimen por el cual te casaste, separación de bienes o bienes mancomunales.
Independientemente de ello, los bienes adquiridos antes del matrimonio, así como los que
adquieres después de dictada la sentencia de un divorcio, siguen siendo propiedad de la persona
que los adquirio. En caso de que estes casado por bienes mancomunales, lo que puede pedir tú
contraparte es la liquidación de los bienes que se adquirieron en el matrimonio y sólo eso, no mas.

Espero te ayude la respuesta.

Saludos

Comentario

index2020 respondido hace 5 años

Hola luiper, de acuerdo a la legislación actual en México, cuando te casas eliges el régimen
matrimonial que va a regir durante su unión, y es apartir de este momento cuando empieza a
tener efectos legales ya sea el régimen de sociedad conyugal o el de separación de bienes, por lo
tanto todo lo que haya sucedido antes no cuenta para efectos de repartición en sociedad
conyugal, es mentira que debas darle la mitad, si gustas más asesoría envíame un mail y con gusto
te ayudamos

A REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

EN SU NOMBRE

JUZGADO SEGUNDO DE PRIMERA INSTANCIA EN LO CIVIL, MERCANTIL Y DEL TRANSITO DE LA


CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO MÉRIDA

199º y 151º

PARTE NARRATIVA

Mediante auto que riela a los folios 27 y 28 se admitió la demanda por reconocimiento de bienes
de la sociedad conyugal que fuera interpuesta por el ciudadano JORGE ENRIQUE ALVARADO,
venezolano, mayor de edad, titular de la cédula de identidad 1.809.799, divorciado, médico,
domiciliado en esta ciudad de Mérida, Estado Mérida y civilmente hábil, en contra de la ciudadana
LORENA DE VALLE ALVIAREZ PAREDES, venezolana, mayor de edad, titular de la cédula de
identidad número 8.028.418, médico, domiciliada igualmente en Mérida, Estado Mérida y
civilmente hábil.

En su escrito libelar la parte actora narró entre otros hechos los siguientes:

A) Que a los fines de adquirir un inmueble que le sirviera de futura vivienda, gestionó con el
ciudadano MIGUEL PIETRANTONIO, venezolano mayor de edad, casado y de este domicilio, la
adquisición de un apartamento que estaba vendiendo.

B) Que le hizo entrega, al referido ciudadano de la cantidad de CINCO MIL BOLÍVARES FUERTES
(Bs. F. 5.000,oo), mediante cheque número 633626 de su cuenta personal signada con el número
01050092301092007156, de fecha 14 de enero del 2.000, del Banco Mercantil a nombre del
precitado ciudadano MIGUEL PIETRANTONIO.

C) Que tal negociación no se concretó hasta 2 semanas antes de contraer matrimonio con la
ciudadana LORENA DE VALLE ALVIAREZ PAREDES, el día 22 de noviembre del 2.000, según acta
número 80 emitida por la Prefectura Civil de la Parroquia “El Sagrario” del Municipio Libertador de
Mérida, Estado Mérida.

D) Que en fecha 3 de octubre del 2.007, fue disuelto el vínculo matrimonial, conforme sentencia
proferida por el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de
Mérida Estado Mérida, la cual quedó firme según auto de fecha 16 de octubre de 2.007.

E) Que en la señalada sentencia quedó establecido en la dispositiva tercera lo siguiente: “…por


haberse adquirido bienes durante la unión conyugal procédase a la partición de los bienes
conforme a Ley, una vez que quede firme la presente decisión…”.

F) Que el apartamento en cuestión se identifica con el número 7-11-C, ubicado en el tercer piso
del Bloque “C” del “Conjunto Residencial Tibisay”, situado en la Avenida Urdaneta de esta ciudad
de Mérida, Estado Mérida, con un área de CIENTO CATORCE METROS CON CERO SEIS
CENTÍMETROS CUADRADOS (114,06 MTS2), constituido por un recibo comedor, 3 dormitorios
principales, 2 baños, baño de servicio, cocina, lavadero, balcón, 3 closets y un puesto de
estacionamiento en el sótano del edificio, comprendido dentro de los siguientes linderos: NORTE:
Fachada principal oeste del edificio. SUR: Fachada que da al patio interno izquierdo del Edificio
“C”, ESTE: Fachada lateral izquierda del Edificio “C”, y OESTE: Con Pasillo y Área de circulación de la
planta respectiva del Edificio “C” y con la fachada derecha que da al pasillo de acceso al Edificio
“C”, al que le corresponde un porcentaje de condominio del 1,0441667% inseparable de la
propiedad sobre las cosas y cargas comunes del edificio.

G) Que el precio pactado para la venta del inmueble fue por la cantidad de VEINTISIETE MIL
BOLÍVARES FUERTES (Bs. F. 27.000,oo), y se estableció que para su compra definitiva, él aportaría
la cantidad de CINCO MIL BOLÍVARES FUERTES (Bs. F. 5.000,oo), además del pago de todos los
gastos que le exigiera el Banco Mercantil a su futura esposa, ciudadana LORENA DEL VALLE
ALVIAREZ PAREDES, para el otorgamiento de un préstamo por la cantidad de DIECISIETE MIL
BOLÍVARES FUERTES (Bs. F. 17.000,oo) y sería con ese préstamo que se pagaría la diferencia del
precio cerrándose así la negociación, habiendo aceptado que la adquisición y el documento de
propiedad se extendería a su nombre, ya que, la demandada tramitaría y obtendría
personalmente el resto del dinero para pagar el apartamento, mediante un préstamo a interés del
Banco Mercantil C.A., (Banco Universal), con base al “Decreto con Rango y Fuerza de Ley que
regula el Subsistema de Vivienda y Política Habitacional”, y con la aplicación de las normas de
operación 863.

H) Que quedaron consensualmente obligados a pagar dicho préstamo mediante DOSCIENTAS


CUARENTA (240) mensualidades consecutivas en el plazo de 20 años. Dichas cuotas aproximadas a
razón de DOSCIENTOS OCHENTA Y OCHO BOLÍVARES FUERTES CON TRECE CÉNTIMOS (Bs. F.
288,13), siendo la primera en pagar la de fecha 07 de diciembre del 2.000, al cumplirse el primer
mes de la protocolización del documento de venta, hecho ocurrido ya dentro de su vida conyugal.

I) Que la mencionada operación de compra venta fue realizada entre los ciudadanos MIGUEL
PIETRANTONIO FIORE y NANCY DALTA DE PIETRANTONIO, 15 días antes de la celebración de su
matrimonio conforme documento registrado en la Oficina Subalterna de Registro Público del
Distrito Libertador de este Estado Mérida, en fecha 7 de noviembre del 2.000, anotado bajo el
número 30, folios del 174 al 185, Protocolo Primero, Tomo 14.

J) Que pagó con dinero de su profesión y trabajo como médico y profesor universitario, la cantidad
de 94 cuotas mensuales mediante transferencias bancarias en el Banco Mercantil Agencia de la
“Torre de los Andes”.

K) Que la mitad de las 94 mensualidades financieras, es decir 47 son de su aporte personal a la


cancelación de dicha deuda y las restantes 47 serían las que se cargarían al abono de su esposa
LORENA DEL VALLE ALVIAREZ PAREDES, ya que el pago de la 94 cuotas se hicieron con dinero de la
comunidad conyugal, conforme a lo establecido en los artículos 148, 149, 150, ordinales 1ro y 2do
del artículo 156 entre otros del Código Civil.

L) Que de lo anterior se deduce que aportó la cuota inicial de DIEZ MIL BOLÍVARES FUERTES (Bs. F.
10.000,oo), en abono al precio original del inmueble y además durante el matrimonio abonó la
mitad del valor de las (94) cuotas mensuales consecutivas, es decir 47 cuotas mensuales al pago
del préstamo que con garantía hipotecaria había contraído con su entonces esposa LORENA DEL
VALLE ALVIAREZ PAREDES, con el Banco Mercantil, sumando al dinero entregado por él al Banco
para los gastos del otorgamiento del préstamo.

M) Señaló que invirtió en la compra del apartamento, la suma de DIEZ MIL BOLÍVARES FUERTES
(Bs. F. 10.000,oo), que representan el 37,03% del valor de compra del apartamento.

N) Que en cuanto al crédito reflejado en el documento público de adquisición, representado en


240 cuotas, calculadas cada una en la suma de DOSCIENTAS OCHENTA Y OCHO MIL CIENTO
TREINTA Y TRES BOLÍVARES CON TRECE CÉNTIMOS (Bs. 288.133,13), hoy DOSCIENTOS OCHENTA Y
OCHO BOLÍVARES FUERTES CON TRECE CÉNTIMOS (Bs. F. 288,13), las que alcanzarían en su
totalidad a la suma de SESENTA Y NUEVE MIL CIENTO CINCUENTA Y UN BOLÍVARES FUERTES CON
NOVENTA Y CINCO CENTÍMOS (Bs. 69.151,95) aproximadamente por la variación de las tasas de
interés.

O) Que pagó CUARENTA Y SIETE (47) mensualidades a la misma tasa de interés variable de dicho
préstamo con garantía de hipoteca legal habitacional.

P) Que esos abonos representarían la suma de TRECE MIL OCHOCIENTOS TREINTA BOLÍVARES
FUERTES CON TREINTA Y NUEVE CÈNTIMOS (Bs. F. 13.830,39) aproximadamente, para un
porcentaje de inversión de ese crédito hipotecario habitacional del (19,58%) del total del valor de
las 240 cuotas mensuales consecutivas.
Q) Que su inversión en el precio inicial del inmueble fue de (37,03%) de su valor y su inversión en
el pago del crédito financiero hasta el día de la disolución del matrimonio (03/10/2.007) fue de
(19,99%) del valor total de las 240 cuotas financieras consecutivas, lo que en total suma la
cantidad de CINCUENTA Y SEIS COMA SESENTA Y UN POR CIENTO (56,61%) del valor total del
apartamento y que en esa misma proporción sobre el valor comercial del apartamento (hoy), debe
liquidarse en su debida oportunidad tal comunidad con su respectiva indexación.

R) Solicitó al Tribunal que mediante prueba de informes de conformidad con el artículo 433 del
Código de Procedimiento Civil, se dirija a la agencia del Banco Mercantil, a los fines de que remita
a este Tribunal, un corte de cuenta que comprenda los abonos realizados al préstamo con interés,
para el pago del apartamento aquí identificado desde el día 07 de diciembre del 2.000, fecha del
primer pago hasta el día 03 de octubre de 2.007, fecha de la sentencia de divorcio.

S) Que demandó a la ciudadana LORENA DEL VALLE ALVIAREZ PAREDES, para que convenga en:

• Reconocer y aceptar que para la fecha de la disolución del matrimonio y aún para hoy tiene
invertidos en el apartamento identificado en el escrito libelar el equivalente al (56,61%) de su
valor y de que esa misma proporción le corresponde en propiedad.

• Reconocer y aceptar que hasta tanto la petición anterior no se resuelva, no habrá entre ellos
partición de bienes comunes ni ejecución de convenios.

• Que en caso de contradicción, demanda por vía subsidiaria y con fundamento en los mismos
hechos, para que reconozca y acepte (ella) que sólo prestó su nombre en sustitución del suyo para
la adquisición del apartamento.Suministró dos direcciones de la demandada para su citación.

T) Señaló estampar posiciones juradas a la demandada, así como su obligación de quedar


recíprocamente obligado a responder las que le sean estampadas y de que ello se haga constar
tanto en el auto de admisión de la demanda como en la boleta de citación correspondiente.

U) Fundamentó la demanda en los depósitos y/o transferencias bancarias que realice desde sus
cuentas bancarias en el Banco Mercantil, Edif. Torre Los Andes, a su cuenta de ahorros en el
mismo Banco número 000065422023 y en los artículos 148, 149, 150, 156 ordinales 1, 2 y 164
entre otros del Código Civil al igual que en los artículos 1.184, 1.281y 1.360 eiusdem.

V) Indicó su domicilio procesal.

W) Estimó la demanda en la cantidad de CUARENTA MIL BOLÍVARES FUERTES (Bs. F. 40.000,oo).


Pidió al Tribunal que ordene las posiciones juradas solicitadas y de que dicté medida de
prohibición de enajenar y gravar el inmueble oficiando lo conducente al ciudadano Registrador
Subalterno del Municipio Libertador, por estar en esa oficina el documento de adquisición. Solicitó
igualmente, que la demanda sea admitida, con expresa condenatoria en costas.
X) Advirtió que le asiste en este acto el abogado Alexis Mendoza Volcanes, ya identificado ut
supra. Así mismo, indicó que consignó los siguientes documentos:

• Una copia del acta número 80 del matrimonio.

• Una copia certificada de la sentencia de divorcio.

• Una copia certificada del documento de propiedad del apartamento en mención.

• Dos copias de sendos telegramas y sus recibos postales.

• Una copia del acta 96 de fecha 21/09/2.007, levantada por la Prefectura de la Parroquia El Llano
de esta ciudad de Mérida, esto en 21 folios.

Se infiere del folio 37 al 55, escrito de contestación de demanda suscrito por la demandada
LORENA DEL VALLE ALVIAREZ PAREDES, asistida por el abogado ALFONSO ISAAC LEÓN AVENDAÑO,
inscrito en el Inpreabogado bajo el número 31.773, mediante el señalado escrito fue argumentado
entre otros hechos los siguientes:

1) Rechazó y contradijo tanto en los hechos como en el derecho la totalidad del contenido de la
pretensión incoada por cuanto la misma se funda en afirmaciones falsas y sin sustento legal
alguno.

2) Que es evidente que el pago que dice el accionante haber hecho en fecha 14 de enero de 2.000,
a favor del ciudadano MIGUEL PIETRANTONIO por la suma de CINCO MIL BOLÍVARES FUERTES (Bs.
F. 5.000,oo), se produjo durante la vigencia de la unión matrimonial con su cónyuge para ese
entonces 14 de enero de 2.000, ciudadana FANNY CECILIA COLMENARES, pago este realizado
durante la vigencia de un matrimonio anterior, pretendiendo imputárselo al matrimonio siguiente.

3) Que el actor no puede pretender que dentro de su anterior matrimonio ya avizoraba un futuro
entre ellos e incluso invertir para éste en su nombre.

4) Que el accionante inició el trámite de su primera ruptura conyugal, por escrito dirigido al
Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción
Judicial del Estado Mérida, en fecha 4 de julio del 2.000, expediente número 18.483, dictando
sentencia de divorcio en fecha 25 de septiembre de 2.000, declarada firme en fecha 2 de octubre
de 2.000.

5) Que el accionado para la fecha en que entregó el precitado cheque no tenía ninguna relación ni
de unidad conyugal con su persona, más aún cuando no había disuelto su unión con la señora
Colmenares.
6) Que es cierto que su vínculo matrimonial con el caballero en referencia, quedó disuelto como lo
afirma el demandante.

7) Que del contenido de la solicitud de divorcio amparada en el artículo 185-A del Código Civil, que
originó el expediente número 21.852, que produjo la sentencia de divorcio dictada por el Juzgado
Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
Estado Mérida, se desprende claramente que ambas partes establecieron el régimen patrimonial,
es decir, cuales fueron los bienes adquiridos por la comunidad conyugal y como pretendieron
liquidarlos.

8) Que nada más elocuente que los cónyuges expongan ante un Juez, no solo la voluntad de poner
fin a la vida en común, sino además le señalen lo bienes adquiridos en comunidad y la forma
amistosa de liquidarlos.

9) Que el apartamento en referencia no aparece en ninguna parte, pues tal y como lo expusieron
en el documento de divorcio, los bienes propios constan en los respectivos documentos de
adquisición debidamente registrados.

10) Que el demandante pretende darle una interpretación de negocio al señalar, que su
patrimonio fue dirigido a la adquisición del bien que ya había sido adquirido por la cónyuge
LORENA DEL VALLE ALVIAREZ, antes del matrimonio, que de haber sido como lo expone el
accionante, lo lógico es que hubiera aperturado un fideicomiso que es la figura legal bancaria.

11) Señaló que sin duda alguna la confesión más evidente y contundente del demandante, de que
el bien que pretende como suyo, fue adquirido por ella antes del matrimonio, es cuando señaló
que aportó la cuota inicial de DIEZ MIL BOLÍVARES FUERTES (Bs. F.10.000,oo), en abono al precio
original para la adquisición de dicho inmuebles antes de matrimonio y además, durante el
matrimonio abonó la mitad del valor de las (94) cuotas mensuales consecutivas, es decir (47)
cuotas mensuales al pago del préstamo que con garantía hipotecaria había contraído su entonces
esposa LORENA DEL VALLE ALVIAREZ PAREDES, con el Banco Mercantil.

12) Rechazó el petitorio solicitado por la parte actora en cuanto; a que se le reconozca y acepte
que para la fecha de disolución del matrimonio, tiene invertidos en el apartamento el equivalente
56,61% de su valor y de que en esa misma proporción le corresponde en propiedad, pues no es
cierto que el actor haya invertido en el inmueble reconocido y señalado como su propiedad,
ninguna cantidad de dinero, ni para la adquisición, ni para su mantenimiento, menos aún para el
abono de las cuotas correspondientes de la Ley Política habitacional. Que sobre ese particular, en
el momento de la compra del inmueble, esto es 07 de noviembre del 2.000, compra efectuada,
antes de la celebración del matrimonio con el demandante (su ex cónyuge), la hizo cancelando en
ese momento la totalidad del monto del inmueble, tal como se señala en el texto del documento
de compra venta, cuando se señala: “…EL precio de la venta es la cantidad de VEINTISIETE
MILLONES DE BOLÍVARES (Bs. 27.000.000,oo), que de la compradora damos por recibido…”, que
de tal manera dicho inmueble lo canceló totalmente en el mismo acto y así le fue trasferida la
propiedad y posesión. Que después de realizada esa negociación contrajo matrimonio con el
demandante.

13) Que respecto del petitorio solicitado por el actor en cuanto a reconocer y aceptar que, hasta
tanto la petición anterior no sea legalmente resuelta, no habría en ellos partición de bienes
comunes, ni ejecución de convenios; reiteró su rechazó señalando que por voluntad de las partes,
con arreglo a la ley, en la solicitud del escrito de divorcio, habían señalado de común acuerdo que
poseían muebles e inmuebles cuya titularidad consta en los respectivos documentos públicos y/o
privados de adquisición de la propiedad, incluyendo la sentencia definitiva de divorcio del
ciudadano JORGE ENRIQUE ALVARADO, documentos todos de los cuales se evidencia que tales
adquisiciones se produjeron con anterioridad a la fecha de la celebración de su matrimonio, es
decir, antes del día 22 de noviembre de 2.000, antes del matrimonio, conforme consta en los
respectivos documentos de adquisición, dejando clara y expresa constancia que sólo adquirieron
durante la sociedad conyugal un bien mueble consistente en un vehículo.

14) Rechazó y contradijo lo señalado por la parte actora en su petitorio en cuanto que reconozca y
acepte que ella solo prestó su nombre en sustitución del suyo para la adquisición del apartamento,
dada por la confianza en contraer futuro matrimonio. Lo cual es una conducta deshonesta, dudosa
y fraudulenta por parte del demandante.

15) Que es una profesional egresada de la Universidad de los Andes, que cumplió con todos los
requisitos, para la solicitud y posterior otorgamiento de un crédito hipotecario para la adquisición
de vivienda única, aprobado por el Banco Mercantil el día 25 de octubre del 2.000, con sujeción al
“Decreto con Rango y Fuerza de Ley que regula el Subsistema de Vivienda y Política Habitacional”.

16) Que en la oportunidad en que adquirió el inmueble, estaba soltera, afiliada al Sistema de
Seguridad Social (cotizante de la Ley Política habitacional, a través de la Corporación de Salud-
Región Mérida. (Hospital Universitario de los Andes) como ahorrista habitacional, en Mérida
Entidad de Ahorro y Préstamo. Acotó que no prestaría su nombre, ni cedería sus derechos para
defraudar la administración pública.

17) Rechazó la estimación de la demanda por la cantidad de CUARENTA MIL BOLÍVARES FUERTES
(Bs. F. 40.000,oo), por considerarla ilógica y por no aparecer una discriminación pormenorizada en
lo que se funda la parte actora, que por lo tanto la observa como fraudulenta.

18) Advirtió sobre la conducta deshonesta del actor (ex cónyuge), al señalar que por ante el
Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción
Judicial del Estado Mérida, cursa en apelación, expediente signado con el número 19.465, en
donde el apoderado judicial del Conjunto Residencial Tibisay, interpone acción contra el
ciudadano JORGE ALVARADO (su ex cónyuge), atribuyéndole el carácter de propietario del
inmueble que hoy pretende partir. Que del contenido de la defensa en la aludida demanda, en el
escrito de contestación éste alegó la falta de cualidad e interés de su persona (JORGE ALVARADO),
para sostener el presente juicio, señalando que no era propietario de un apartamento y que en tal
sentido carecía de cualidad e interés para actuar como demandado. Que tal afirmación fue
corroborada en su escrito de promoción de pruebas y en el escrito de conclusiones.

19) Finalmente acotó que contrajo matrimonio civil con el accionante, en fecha 22 de noviembre
de 2.000, y que el inmueble objeto de litigio fue adquirido por ella y en su nombre en fecha 07 de
noviembre de 2.000.

20) Transcribió el artículo 151 del Código Civil, advirtiendo que de la referida norma se evidencia,
que el patrimonio de cada cónyuge está formado por la totalidad de los bienes de la que se es
dueño al tiempo de celebrar el matrimonio, es decir son bienes propios de los cónyuges los que
tengan para el momento del matrimonio y los que adquieran a título gratuito o no cada uno de
ellos durante el mismo.

21) Que del documento de adquisición del bien objeto de la demanda, se puede concluir que
efectivamente adquirió cuya partición se pretende, el día 07 de noviembre de 2.000, antes de
contraer matrimonio con el demandante en fecha 22 de noviembre de 2.000, es fácil concluir que
no forma parte de la comunidad conyugal, sino que es un bien propio de la cónyuge.

22) Que aceptar lo contrario sería infringir el artículo 151 del Código Civil, con lo cual se incurre en
una franca violación a la Ley.

23) Que en la oportunidad en que solicitó la declaratoria del divorcio por ruptura prolongada de la
vida en común, lo cual se hizo por ante el Tribunal Primero de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil y del Transito de la Circunscripción Judicial del Estado Mérida, en fecha 12 de julio de
2.007, señalaron cuales eran los bienes que integraban la comunidad conyugal.

24) Que mal puede pedir el accionante la partición de un bien, que concientemente no fue
adquirido en el matrimonio, pretendiendo sorprender al Tribunal incurriendo en fraude, al pedir la
partición de un bien que no forma parte de la comunidad conyugal lo cual fue aceptado por
confesión de ambos en la solicitud de divorcio.

25) Solicitó la declaratoria sin lugar de la acción propuesta, así como la condenatoria en costas a la
parte demandante.

26) Señaló su domicilio procesal.

Se infiere al folio 76 y 77 escrito de pruebas promovidas por la parte actora y del folio 78 al 89
escrito de pruebas producidas por la parte demandada, constata el Tribunal que del folio 198 al
200 se desprende auto de admisión de ambas pruebas.
Obra al folio 210 escrito de solicitud producido por la parte actora en virtud del cual pidió se
prorrogue el lapso procesal de evacuación hasta diez (10) días hábiles. Del folio 211 al 228, corre
decisión emitida por este Tribunal en virtud de la cual declaró lo siguiente:

• Con lugar la solicitud formulada.

• Se ordenó la prórroga de la fase evacuatoria del lapso probatorio a los fines de que se evacue la
prueba de informes, promovida por la parte actora, para lo cual le fue otorgado diez (10) días de
despacho.

Se evidencia del folio 322 al 328, escrito de informes producido por la parte actora.

El Tribunal para decidir hace previamente las siguientes consideraciones:

PARTE MOTIVA

PRIMERA: THEMA DECIDENDUM: El juicio por reconocimiento de bienes de la sociedad conyugal,


fue interpuesto por el ciudadano JORGE ENRIQUE ALVARADO, debidamente asistido por el
abogado en ejercicio ALEXIS MENDOZA VOLCANES, en contra de la ciudadana LORENA DEL VALLE
ALVIAREZ PAREDES.

Ahora bien, tanto los hechos narrados por la parte actora en el libelo de la demanda, como los
señalados por la parte accionada en la contestación de la demanda, fueron debidamente
especificados en la parte narrativa de este fallo.

Corresponde al Tribunal determinar: Si el bien constituido por el apartamento signado con el


número 7-11-C, ubicado en el tercer piso del Bloque C, del Conjunto Residencial Tibisay, pertenece
o no a la sociedad conyugal que mantuvieron las partes durante su unión conyugal, la procedencia
o no, del reconocimiento al actor respecto de que para la fecha de disolución del matrimonio tiene
invertido el equivalente al 56,61 %, del valor del inmueble y de que en esa proporción le
corresponde su propiedad, la verificación en cuanto al régimen patrimonial de ambas partes, la
comprobación de los aportes realizados o no por el actor en torno al inmueble en controversia, y
finalmente determinación de la procedencia o no de la acción incoada. Así quedó trabada la litis.
SEGUNDA: DE LAS PRUEBAS PROMOVIDAS POR LA PARTE ACTORA.

1) Valor y mérito jurídico probatorio de la confesión ficta incurrida por la ciudadana LORENA DEL
VALLE ALVIAREZ PAREDES, en cuanto a las posiciones juradas estampadas en fecha 28 de octubre
de 2.008.

Observa el Tribunal que al folio 69 y 70 corren las precitadas posiciones juradas las cuales se
transcriben textualmente así:

“En el día de hoy, martes veintiocho de octubre de 2008, siendo las NUEVE DE LA MAÑANA, día y
hora señalados por este Tribunal para que tenga lugar el ACTO DE POSICIONES JURADAS que debe
absolver la parte demandada en el presente proceso. Se abrió el acto previas las formalidades de
Ley. Se encuentran presentes: el solicitante de la prueba, ciudadano JORGE ENRIQUE ALVARADO,
venezolano, mayor de edad, titular de la cédula de identidad N° V-1.809.799, divorciado, médico,
asistido por el profesional abogado ANTONIO D’ JESUS MALDONADO, titular de la cédula de
identidad N° 8.023.675 inscrito bajo el Inpreabogado N° 1.757, de este domicilio y jurídicamente
hábil; también se encuentra presente en este acto la ciudadana LORENA DEL VALLE ALVIAREZ
PAREDES, venezolana, mayor de edad, titular de la cédula de identidad N° 8.028.418, médico,
divorciada, de este domicilio y hábil, con la asistencia jurídica del profesional abogado ALFONSO
ISAACC LEON AVENDAÑO, titular de la cédula de identidad N° V-3.990.878, inscrito en el
Inpreabogado bajo el N° 31.773, del mismo domicilio y jurídicamente hábil. Seguidamente el Juez
Titular de este Tribunal procedió a tomarle el juramento de Ley a la ciudadana LORENA DEL VALLE
ALVIAREZ PAREDES, quien juró decir la verdad y nada más que la verdad en el presente acto. En
este estado el Tribunal le concedió el derecho de palabra al abogado ANTONIO D’ JESUS
MALDONADO y concedido como le fue expuso: paso a estampar posiciones juradas a la ciudadana
LORENA DEL VALLE ALVIAREZ PAREDES, de la siguiente manera: PRIMERA: Diga la confesante, por
el juramento que acaba de prestar, cómo es verdad, que JORGE ENRIQUE ALVARADO y usted,
tiempo atrás antes de contraer matrimonio, acordaron comprarle al señor MIGUEL PIETRANTONIO
FIORE, el apartamento N° 11-C, ubicado en el tercer piso del Bloque C del Conjunto Residencial
Tibisay, ubicado en la Avenida Urdaneta de esta ciudad?. Respondió: No, no es cierto. SEGUNDA:
Diga la confesante, cómo es verdad, que las negociaciones para la compra de dicho apartamento,
se venían haciendo desde el comienzo del año 2000 y se concretaron el día 22 de noviembre del
mismo año 2000, apenas dos semanas antes de que ustedes contrajeran matrimonio? Respondió:
No, no es cierto. TERCERA: Diga la confesante, cómo es verdad que el precio de la compra del
apartamento en cuestión, fue establecido en la suma de entonces, VEINTISIETE MILLONES DE
BOLÍVARES hoy, VEINTISIETE MIL BOLÍVARES FUERTES? Respondió: No es cierto, por cuanto yo no
tenía ninguna negociación, con el señor Alvarado para el momento y no se había acordado ningún
precio para ese momento. CUARTA: Diga la demandada cómo es verdad, que en la celebración de
tal negociación sobre el apartamento en cuestión, Jorge Enrique Alvarado, aportó a la misma la
suma de entonces DIEZ MILLONES DE BOLÍVARES hoy DIEZ MIL BOLÍVARES FUERTES? Respondió:
Primero con la pregunta anterior no he hecho ninguna negociación, y para la segunda no estaba
casada para el momento, puesto que él estaba casado con su ex esposa Fanny Colmeras y no se de
esos DIEZ MIL BOLÍVARES FUERTES en que lo destinó. QUINTA: Diga la demandada, cómo es
verdad, que usted tuvo conocimiento de que el aporte de los entonces, DIEZ MILLONES DE
BOLÍVARES para comprar el apartamento fueron aportados por Jorge Enrique Alvarado de la
siguiente manera: a) Mediante un cheque de fecha 14 de enero de 2000, N° 633626, por la suma
de cinco millones de bolívares que le fue entregado a MIGUEL PIETRANTONIO FIORE, para que lo
cobrara en el Banco Mercantil, y b) mediante el traslado de CINCO MILLONES DE BOLÍVARES, de la
cuenta corriente o de ahorro que tiene el señor Jorge Alvarado en el mismo Banco Mercantil a la
cuenta de ahorros que usted abrió en ese mismo banco N° 000065422023.? Respondió: primero,
no tengo conocimiento sobre ese cheque, y sobre el traspaso de una cuenta no tengo
conocimiento sobre el traspaso del dinero que dice el señor Alvarado. SEXTA: Diga la confesante
por el respeto que merece su condición de médico, cómo es verdad que aportado los entonces
DIEZ MILLONES DE BOLÍVARES para la compra del apartamento aportados por Jorge Enrique
Alvarado, usted aperturó la cuenta de ahorros antes mencionada en el mismo banco mercantil
como requisito para tramitar y obtener un préstamo con garantía hipotecario con el mismo banco
mercantil para la compra del apartamento? Respondió: primero como médico siempre he tenido
respeto hacia los demás, y mí conducta es intachable como pediatra, no cabe esa afirmación al
principio de la pregunta, en cuanto no tengo conocimiento sobre esa cuenta del señor Alvarado
dice decir en la pregunta. SÉPTIMA: Diga la confesante cómo es verdad, que el precio de la compra
del apartamento en cuestión que fue entonces de VEINTISIETE MILLONES DE BOLÍVARES, usted los
pagó de la siguiente manera: a) Con el aporte antes mencionado hecho por Jorge Enrique Alvarado
de entonces DIEZ MILLONES DE BOLÍVARES y el resto de DIECISIETE MILLONES DE BOLÍVARES con
el préstamo de dinero que recibió del Banco Mercantil en amparo a la llamada Ley de Política
Habitacional? Respondió: No es cierto, vuelvo a reiterar, yo no he hecho ninguna negociación con
el señor Jorge Alvarado. OCTAVA: Diga la demandada, cómo es verdad que la suma de entonces
DIECISIETE MILLONES DE BOLÍVARES originadas en el préstamo hipotecario con el banco mercantil,
deberían pagarse en doscientas cuarenta cuotas mensuales y consecutivas a ese banco?
Respondió: Vuelvo a reiterar, yo no he tenido ninguna negociación con el señor Alvarado, y no sé
porque él tiene conocimiento de esos pagos. NOVENA: Diga la confesante cómo es verdad, que
esas doscientas cuarenta cuotas mensuales y consecutivas, se pagarían al Banco Mercantil
mencionado en un plazo de veinte años, contados a partir desde la fecha de la compra?
Respondió: Vuelvo a reiterar, que yo no tengo ninguna negociación con el señor Alvarado.
DÉCIMA: Diga la demandada cómo es verdad, que desde el pago de la primera mensualidad,
ocurrida al mes siguiente de la fecha de la compra hasta el 03 de noviembre del año 2007, todas
esas mensualidades, fueron pagadas por Jorge Enrique Alvarado en la vida matrimonial de ustedes
dos, mediante dinero transferido vía internet por su entonces esposo, ya mencionado a su cuenta
de ahorros N° 0065422023, que usted tiene en el mismo Banco Mercantil? Respondió: Tengo
entendido que cuando uno se casa los gastos son compartidos, si el señor Alvarado traspasaba
dinero a una cuenta era con la finalidad de pagos que ambos teníamos que hacer con los gastos de
los servicios que él colaboraba junto con los que yo aportaba con mi trabajo, nunca se aportó ese
dinero para lo que esta hablando en la pregunta. DÉCIMA PRIMERA: Diga la confesante con base a
la respuesta anterior, cómo es verdad que en la vida matrimonial suya con Jorge Enrique Alvarado
de las 240 cuotas mensuales se pagaron 94 únicamente por parte de su entonces esposo
mencionado? Respondió: No es cierto. DÉCIMA SEGUNDA: Diga La confesante cómo es verdad que
Jorge Enrique Alvarado tiene aproximadamente invertido en la adquisición del apartamento en
cuestión, un 56, 61% de su costo? Respondió: No es cierto. DÉCIMA TERCERA: Diga la confesante
por la contradicción y desconocimiento que hizo usted en la contestación de la demanda a los
petitorios de su ex marido Jorge Enrique Alvarado, que usted no aportó dinero alguno de su
patrimonio exclusivo para comprar ese apartamento? Respondió: No es cierto. Es todo no tengo
más preguntas que hacer”.

Respecto a la confesión ficta, alegada por la parte actora el Tribunal observa:

Establece el artículo 362 del Código de Procedimiento Civil que si la parte demandada no diere
contestación a la demanda dentro de los plazos indicados en el referido texto legal, se le tendrá
por confeso en cuanto no sea contraria a derecho la petición del demandante ni nada probare que
le favorezca. En el caso in comento la parte demandada dio contestación a la demanda, probó, y
su petición no es contraria a derecho.

Por cuanto consta en autos, que la parte demandada compareció asistida de abogado a dar
contestación a la demanda dentro del lapso legal contra ella interpuesta, es por lo que no incurrió
en confesión ficta, tal como lo establece el artículo 347 del Código de Procedimiento Civil. En este
sentido, la mencionada prueba no reviste eficacia jurídica probatoria alguna.

2) Valor y mérito jurídico probatorio del documento público debidamente protocolizado en la


Oficina Subalterna del Registro Público del Municipio Libertador del Estado Mérida, en fecha 07 de
noviembre del 2.000, anotado bajo el número 30, Protocolo Primero, Tomo 14, referido al
préstamo del dinero con garantía hipotecaria a favor del Banco Mercantil (Banco Universal)
Agencia Mérida.

Observa el Tribunal que del folio 13 al 22 corre en copias certificadas el referido documento, en
virtud del cual los ciudadanos MIGUEL PIETRANTONIO FIORE y NANCY DALTA DE PIETRANTONIO,
venden pura y simple, perfecta e irrevocable a la ciudadana LORENA DEL VALLE ALVIAREZ
PAREDES, el inmueble identificado como: Apartamento número 7-11-C ubicado en el Piso 3,
Bloque C, del Conjunto Residencial Tibisay, situado en la Avenida Urdaneta de la cuidad de Mérida,
Estado Mérida, por la cantidad de VEINTISIETE MILLONES DE BOLÍVARES (Bs. 27.000.000,oo)
equivalente hoy en la cantidad de VEINTISIETE MIL BOLÍVARES (Bs. F. 27.000,oo), constata el
Tribunal que del mismo documento se desprende que la entidad bancaria BANCO MERCANTIL
C.A., (BANCO UNIVERSAL), otorgó a la prestataria en calidad de préstamo a interés la cantidad de
DIECISIETE MILLONES DE BOLIVARES (Bs. 17.000.000,oo), con recursos provenientes del Fondo
Mutual Habitacional.

A tal documento público, este Tribunal le asigna el valor probatorio a que se contraen los artículos
1.357 y 1.360 del Código Civil, ya que dicho documento no fue tachado de falsedad conforme a los
artículos 438 y 439 del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo 1.380 del
Código Civil.

3) De la prueba de informes: La parte actora solicitó se oficie al Banco Mercantil (Banco Universal),
a los fines de recabar información sobre:

• El cheque signado con el número 633626, cuenta corriente número 01050092301092007156 de


fecha 14 de enero de 2.000, emitido por el ciudadano JORGE ENRIQUE ALVARADO, a favor del
ciudadano MIGUEL PIETRANTONIO FIORE, por la suma de CINCO MILLONES DE BOLÍVARES (Bs.
5.000.000,oo).

• Sobre el número o cantidad de traslados de dinero realizados desde la cuenta corriente número
01050092301092007156 y/o de la cuenta de ahorros número 01050298517298001094 a la cuenta
de ahorros número 0065422023 perteneciente a la demandada: LORENA DEL VALLE ALVIAREZ
PAREDES, en ese mismo banco, desde el mes de diciembre del 2.000, hasta el mes de octubre del
2.007, indicándose el monto de cada traslado y la suma total de los mismos.

• Sobre el destino del dinero depositado en la cuenta de ahorros número 0065422023


perteneciente a la ciudadana LORENA DEL VALLE ALVIAREZ PAREDES y el número total de las
amortizaciones realizadas con ese dinero depositado en su cuenta de ahorros número
000065422023 al pago del préstamo hipotecario con ese mismo Banco al que se contrae el
documento protocolizado en la Oficina Subalterna de Registro de Mérida, el día 07 de noviembre
del 2.000, anotado bajo el número 30, folios del 174 al 185, Protocolo Primero, Tomo 14.

• Se informe cual era el monto de dinero existente en la cuenta de ahorros número 0065422023,
para el día 07 de diciembre del 2.000; cual era el saldo en esa cuenta para el 01 de noviembre del
2.007, y si aparte de los depósitos efectuados a esa cuenta de ahorros proveniente de la cuenta
corriente número 01050092301092007156 o de la cuenta de ahorros número
01050298517298001094 suya, recibió o no otros depósitos de fuentes distintas a las señaladas y
finalmente para que informe si la cuenta de ahorros de la ciudadana LORENA DEL VALLE ALVIARES
PAREDES, continúa o no existiendo en dicha entidad bancaria.
Observa el Tribunal que a los folios 233 y 316, mediante oficios números 49606, de fecha 4 de
marzo de 2.009 y 17 de marzo de 2.009, la precitada entidad bancaria Banco Mercantil, dio
respuesta anexando lo siguiente:

• Copia del cheque número 36633626, de fecha 13-01-2.000, girado contra la cuenta corriente
número 1092007156, por la suma de Bs. 5.000.000,oo, a favor del ciudadano MIGUEL
PIETRANTONIO, así como también de la cédula de identidad.

• Los movimientos de la cuenta de ahorros número 0065422023, desde la fecha en que fue abierta
01-11-2.000, hasta la fecha en que fue cancelada 12-10-2.007, donde se observa los saldos
disponibles para las fechas 7 de diciembre del 2.000 y el 01 de noviembre de 2.007, de igual
manera las notas de débito para las amortizaciones de crédito de L.P.H.

• La relación de las amortizaciones realizadas al crédito de L.P.H, cabe destacar que las
mencionadas amortizaciones efectuadas desde la cuenta de ahorros número 0065422023, se
observa reflejadas hasta la línea resaltada por ellos, motivado a la cancelación de la cuenta, los
pagos restantes fueron realizados desde la otra cuenta.

• Relación de las transferencias efectuadas desde las cuentas: Corriente número 1092007156 y
ahorros número 7298001094, a la cuenta de ahorros número 00654422023, perteneciente a la
ciudadana LORENA DEL VALLE ALVIAREZ PAREDES.

Las resultas de la prueba anteriormente citada constan del folio 237 al 319 del expediente y este
Tribunal pasa a estudiar de manera pormenorizada el informe del Banco Mercantil remitido a este
Tribunal, en el cual, se verifica lo siguiente:

• En primer lugar, el pago de 83 cuotas del crédito de Ley de Política Habitacional, debitado de la
cuenta de ahorros número 0065-42202-3, perteneciente a la ciudadana LORENA DEL VALLE
ALVIAREZ PAREDES, en el periodo comprendido desde el 08 de diciembre de 2.000, hasta el 08 de
octubre de 2.007, para lo cual se realizó el siguiente cuadro:

Amortizaciones realizadas al crédito de L.P.H., debitados de la cuenta de ahorros del Banco


Mercantil número 0065-42202-3, perteneciente a la ciudadana LORENA DEL VALLE ALVIAREZ
PAREDES, durante el período comprendido desde el 08-12-00, hasta el 08-10-07, según consta en
el informe de la referida entidad bancaria que obra del folio 237 al 314.

Fecha de pago Monto de cuota


08-12-00 Bs. 310.160,01

08-01-01 310.152,88

08-02-01 310.154,53

08-03-01 310.138,26

09-04-01 286.953,66

08-05-01 281.224,27

08-06-01 281.213,62

09-07-01 281.202,81

08-08-01 281.191,83

10-09-01 281.180,69

09-10-01 281.169,39

08-11-01 281.157,92

11-12-01 281.146,29

08-01-02 281.134,48

08-02-02 281.122,49

08-03-02 281.110,33

08-04-02 281.097,99

08-05-02 281.085,46

10-06-02 281.072,75

08-07-02 281.059,85

08-08-02 281.046,76

09-09-02 281.033,48

08-10-02 281.020,00

08-11-02 281.006,32

09-12-02 280.992,45

08-01-03 280.978,35
10-02-03 280.964,07

10-03-03 280.949,55

08-04-03 280.934,84

09-05-03 280.919,90

09-06-03 280.904,74

14-07-03 280.931,00

08-08-03 280.873,74

08-09-03 280.857,90

09-10-03 280.841,82

11-11-03 280.825,51

09-12-03 280.808,95

09-01-04 280.792,15

09-02-04 280.775,10

09-03-04 280.757,80

12-04-04 280.740,24

10-05-04 280.722,45

08-06-04 280.704,55

12-07-04 280.686,01

09-08-04 280.667,39

09-09-04 280.648,50

11-10-04 280.629,33

08-11-04 280.609,87

08-12-04 280.590.12

11-01-05 280.570,09

10-02-05 253.066,25

09-03-05 208.329,44
11-04-05 208.283,60

13-05-05 208.247,38

13-06-05 208.205,77

11-07-05 208.163,75

08-08-05 205.949,27

08-09-05 197.463,28

11-10-05 197.415,59

21-11-05 197.547,58

20-12-05 197.486,66

10-01-06 197.270,02

03-03-06 197.576,06

08-03-06 193.940,10

10-04-06 193.469,50

08-05-06 191.416,16

09-06-06 191.362,39

17-07-06 191.442,53

10-08-06 191.253,53

08-09-06 190.632,24

16-10-06 187.242,52

13-11-06 187.061,85

12-12-06 187.003,31

15-01-07 187.054,14

09-02-07 186.884,90

20-03-07 187.016,15

24-04-07 187.021,49

08-05-07 186.705,80
08-06-07 186.642,49

09-07-07 186.580,72

08-08-07 186.518,46

10-09-07 186.455,72

08-10-07 186.392,49

TOTAL Bs. 21.745.936,63

Bs. F. 21.745,94

Del cuadro anterior se puede observar, que la sumatoria de las 83 cuotas de amortización del
Crédito de Ley de Política Habitacional efectuadas desde la cuenta de ahorros del Banco Mercantil
número 0065422023, perteneciente a la ciudadana LORENA DEL VALLE ALVIAREZ PAREDES, arroja
un monto total de VEINTIÚN MIL SETECIENTOS CUARENTA Y CINCO BOLÍVARES FUERTES CON
NOVENTA Y CUATRO CENTÍMOS (Bs. F. 21.745,94). Ahora bien, para el lapso de tiempo en que
fueron realizados dichas amortizaciones, el ciudadano JORGE ENRIQUE ALVARADO, se encontraba
casado con la ciudadana LORENA DEL VALLE ALVIAREZ PAREDES, por lo que la totalidad de lo
amortizado constituye parte de la unión conyugal; en este sentido el Tribunal determina, que el
ciudadano JORGE ENRIQUE ALVARADO, aportó legalmente la cantidad DIEZ MIL OCHOCIENTOS
SETENTA Y DOS BOLÍVARES FUERTES CON NOVENTA Y SIETE CÉNTIMOS (Bs. F. 10.872,97), cantidad
ésta que se subsume a la mitad de lo depositado, habida consideración de la comunidad existente.

• En segundo lugar, las 64 transferencias efectuadas desde la cuenta corriente número


1092007156 y la cuenta de ahorros número 7298001094, pertenecientes al ciudadano JORGE
ENRIQUE ALVARADO, a la cuenta de ahorros número 00654422023, perteneciente a la ciudadana
LORENA DEL VALLE ALVIAREZ PAREDES, en el período comprendido desde el 18 de enero de 2.002,
hasta el 09 de julio de 2.007, fueron realizadas en un lapso de tiempo en el cual los citados
ciudadanos se encontraban unidos en matrimonio civil, de lo cual se infiere, que dichas
transferencias monetarias, independientemente del uso que se les pudieran dar, formaban parte
de los bienes de la comunidad conyugal, que bien podría destinarse al pago del crédito
hipotecario, como a gastos comunes que ambos ciudadanos en su vida matrimonial pudieran
tener.
En virtud de la referida prueba este Juzgado, comparte el criterio sustentado por la Sala de
Casación Civil de la extinta Corte Suprema de Justicia, y relacionándolo con la valoración de la
prueba de informes, la cual expresó lo siguiente:

“...Ahora bien, la prueba de informes es una prueba legal incorporada en nuestro vigente Código
de las formas con más singular provecho, precisamente por la versatilidad y alcance de la misma,
ya que por su intermedio se logra incorporar a los autos elementos de hecho cuyo establecimiento
por los medios tradicionales se mostraba de difícil factura. Por ello precisamente el legislador no
estableció norma alguna expresa que sujetara la valoración de esta prueba, dejándola librada a la
sana crítica que ha de aplicar el juzgador en los términos del artículo 507 del mismo cuerpo de
normas (...) Lo anterior significa, siguiendo con ello la enseñanza del insigne procesalista EDUARDO
COUTURE (Couture-Eduardo; Las Reglas de la Sana Crítica en la apreciación de la prueba
testimonial. Revista de Derecho Jurisprudencial y Administración. Tomo XXXVII, Montevideo 1939,
p.272), que la censura en casación de la apreciación de la prueba de informes ex artículo 433 del
vigente Código de Procedimiento Civil, exige enmarcarse como la violación de una máxima de
experiencia según lo previsto en la parte in fine del primer aparte del ordinal 2º del artículo 313
eiusdem, en concordancia con el artículo 320 ibidem.

En este sentido la doctrina patria expresa:

“La prueba de informes (...) En cuanto a su valor probatorio, el Juez, ante la ausencia de una regla
expresa de valoración, se atendrá a la sana crítica, es decir, a su propio juicio de valor, derivado de
la lógica, la ciencia y la experiencia. La no apreciación de esta prueba por la regla de la sana crítica,
puede dar lugar a una de los casos de Casación sobre los hechos, según lo determina el aparte
primero del artículo 320 del Código de Procedimiento Civil. Sin embargo, de acuerdo una opinión
doctrinaria, la que comparto, la Casación no sólo podría constatar si fueron o no aplicadas las
reglas de la sana crítica, sino < también determinar si su aplicación fue realizada correctamente >.
(Duque Corredor; Román J.; Apuntaciones sobre el Procedimiento Civil Ordinario, Editorial Jurídica
Alva, S. R. L., Caracas, 1.990, p. 219)”

La prueba de informes que como tal no se trata de una confesión ni de una testimonial, ni su
finalidad es para ratificar los documentos de terceros, no obstante si es útil jurídicamente para
obtener la información de un tercero ajeno al proceso, sobre documentos indicados dentro del
juicio y en el caso de autos.
A esta prueba de informes, por estar interrelacionada con los otros elementos procesales antes
precitados, el Tribunal le asigna el valor jurídico probatorio y la correspondiente eficacia jurídica a
favor de la parte actora. Así se decide.

TERCERA: DE LAS PRUEBAS PROMOVIDAS POR LA PARTE DEMANDADA.

I) Valor y mérito jurídico probatorio del expediente número 18483, expedido por el Juzgado
Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
Estado Mérida.

Constata el Tribunal que del folio 91 al 147 corre el precitado expediente, emanado del Juzgado
Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
Estado Mérida, en el que aparece como solicitante(s): ALVARO JORGE ENRIQUE y FANNY CECILIA
COLMENARES DE ALVARADO, Motivo: Divorcio 185-A. A tal documento público, este Tribunal le
asigna el valor probatorio a que se contraen los artículos 1.357 y 1.360 del Código Civil, ya que
dicho documento no fue tachado de falsedad conforme a los artículos 438 y 439 del Código de
Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo 1.380 del Código Civil.

II) Valor y mérito jurídico probatorio del contenido de la totalidad del expediente número 21.852,
expedido por el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Estado Mérida.

Evidencia el Tribunal que del folio 148 al 197 corre inserto el mencionado expediente, relativo
también a un Divorcio 185-A, cuyos solicitantes son los ciudadanos LORENA DEL VALLE ALVIREZ
PAREDES y JORGE ENRIQUE ALVARADO. Igual que la anterior, el Tribunal le asigna el valor
probatorio a que se contraen los artículos 1.357 y 1.360 del Código Civil, ya que el mismo no fue
tachado de falsedad conforme a los artículos 438 y 439 del Código de Procedimiento Civil, en
concordancia con el artículo 1.380 del Código Civil, por tratarse de un documento público.

III) Valor y mérito jurídico probatorio del contenido del documento que en original, fue dirigido a
la entidad bancaria Banco Mercantil, a los efectos de dar cumplimiento con la resolución número
013, de fecha 02 de marzo de 2.005, emanada del Consejo Nacional de la Vivienda (CONAVI), y
publicada en la Gaceta Oficial número 38.145, de fecha 11 de marzo del 2.005, recibido en fecha
20 de agosto de 2.005, con firma y sello en original realizado por la funcionaria autorizada del
Banco Mercantil.
Observa el Tribunal que al folio 157, corre misiva de fecha 29 de agosto de 2.005, remitida por la
ciudadana LORENA DE VALLE ALVIAREZ PAREDES al Banco Mercantil, en virtud de la cual anexa:
Fotocopia de la constancia de registro del inmueble como vivienda principal de fecha 29-08-2.005,
expedida por el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT), la
cual hace constar que ella, efectuó el registro de su vivienda principal, el día 04-08-2.005, bajo el
número 1692, ubicado en el Bloque “C” Piso 3, Apartamento número 7-11-C, Municipio Libertador
del Estado Mérida, registrado ante la Oficina Subalterna de Registro Público del Municipio
Libertador del Estado Mérida, en fecha 7 de noviembre del año 2.000, bajo el número 30, Tomo
Décimo Cuarto, folios 174 al 185, Protocolo Primero, correspondiente al 4to Trimestre del citado
año. Acotó así mismo, que con la consignación de la constancia pre-nombrada, da cumplimiento a
lo establecido en la Resolución número 013 de fecha 02 de marzo de 2.005, emanada del Consejo
Nacional de Vivienda (CONAVI), publicada en la Gaceta Oficial número 38.145 de fecha 11 de
marzo de 2.005. Constata el Tribunal que la referida carta tiene el sello húmedo de la entidad
bancaria, Mercantil banco universal, debidamente firmada por la ciudadana Sonia A. Celis G
(IV-.941). Al referido documento, el Tribunal lo valora como documento privado, que no fue
impugnado por la parte actora, en orden a lo previsto en el artículo 430 del Código de
Procedimiento Civil, ni fueron desconocidas sus firmas, ni tachado con base a las previsiones
legales contenidas en el artículo 1.381 del Código Civil en concordancia con el artículo 443 del
Código de Procedimiento Civil, razones por las cuales se da por reconocido dicho documento
privado en orden a lo pautado en el artículo 444 del Código de Procedimiento Civil, en
concordancia con el artículo 1.363 del Código Civil. Así se decide.

IV) Valor y mérito jurídico probatorio de la constancia expedida por el Servicio Nacional Integrado
de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT) División de Tramitaciones Área de Certificación
y Registro Vivienda Principal, expedido por la Gerencia de Tributos Internos Región Los Andes.

Observa el Tribunal que al folio 158 corre constancia emitida por la División de Tramitaciones Área
de Certificación y Registro Vivienda Principal del Servicio Nacional Integrado de Administración
Aduanera y Tributaria (SENIAT), mediante la cual de conformidad con lo establecido en el artículo
17 parágrafo tercero y 89 de la Ley de Impuesto Sobre la Renta y artículo 194 al 200 del
Reglamento eiusdem, hace constar que la ciudadana ALVIAREZ PAREDES LORENA DEL VALLE,
efectuó el Registro de Vivienda Principal el día 04-08-2.005, bajo el número 1692, ubicada en la
Avenida Urdaneta, Conjunto Residencial Tibisay, Bloque C, Piso 3, apartamento número 7-11-C,
Municipio Libertador del Estado Mérida, debidamente registrado por ante la Oficina Subalterna de
Registro Público del Distrito Libertador del Estado Mérida, bajo el número 30, en fecha 7-11-2.000,
Tomo Décimo Cuarto, folios 174 al 185, Protocolo Primero, correspondiente al Cuarto Trimestre
del citado año, con título indicado y libre de gravamen. Tal documento público administrativo no
fue impugnado por la parte actora, siendo que es emanado de la Administración Pública, este
Tribunal lo valora como tal, es decir, como documento administrativo. Sobre este particular el
Juzgado observa que en reiteradas jurisprudencias se ha señalado que los documentos de los
funcionarios públicos, en ejercicio de sus competencias específicas, constituyen un género de
prueba instrumental, que por referirse a actos administrativos de diversa índole, su contenido
tiene el valor de una presunción respecto a la veracidad y legitimidad de su contenido, en razón
del principio de la ejecutividad y ejecutoriedad, que le atribuye el artículo 8 de la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativos, y que, por tanto, deben considerarse ciertos hasta prueba en
contrario, toda vez, que es posible desvirtuar la procedencia del documento administrativo por
cualquier otra prueba; en este sentido la referida prueba tiene eficacia jurídica probatoria.

V) Valor y mérito jurídico probatorio del expediente número 19.465, expedido por el Juzgado
Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
Estado Mérida.

Evidencia el Tribunal que del folio 159 al 197 corre en copias fotostáticas certificadas el referido
expediente por desalojo, demandante abogado DÁMASO ROMERO (actuando como apoderado
del Conjunto Residencial Tibisay). Demandado: JORGE ALVARADO. A las referidas copias
certificadas, el Tribunal les asigna el valor probatorio a que se contraen los artículos 1.357 y 1.360
del Código Civil, ya que las mismas no fueron tachadas de falsedad conforme a los artículos 438 y
439 del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo 1.380 del Código Civil.

CUARTA: DE LA PLUSVALIA EN EL MATRIMONIO: El Tribunal para determinar si el bien objeto de


litigio pertenece o no a la sociedad de bienes gananciales, se ve precisado a realizar un estudio
sobre el particular, para lo cual debe analizar una serie de normas legales, criterios doctrinarios y
jurisprudenciales.

1. DE LA COMUNIDAD CONYUGAL: En efecto, dispone el artículo 148 del Código Civil, que:

“Entre marido y mujer, si no hubiere convención en contrario, son comunes, de por mitad, las
ganancias y beneficios que se obtengan durante el matrimonio.”

Pudiendo definirse a la comunidad patrimonial conyugal, siguiendo al Civilista Francés ESCRICHE,


como:
“… la sociedad que por disposición expresa de la ley, existe entre marido y mujer desde el
momento de la celebración del matrimonio hasta su disolución, en virtud del cual, se hacen
comunes de ambos los bienes gananciales, de modo que después se partan por mitad entre ellos o
sus herederos, aunque el uno hubiese traído más capital que el otro.”

Para la Civilista Nacional ISABÉL GRISANTI AVELEDO DE LUIGI (Lecciones de Derecho de Familia.
Ed. Vadell, Undécima Edición, Pág. 236), la comunidad limitada de gananciales es:

“… es una especie de comunidad limitada en la cual integran la masa común de los bienes las
adquisiciones a título oneroso; es decir, las ganancias obtenidas por los cónyuges durante el
matrimonio por su trabajo y las rentas o productos de los bienes propios o comunes, conservando
cada uno de los esposos la propiedad exclusiva de los bienes que le pertenecían al tiempo del
matrimonio…”

De tales definiciones pueden destacarse dos (02) características propias de esa comunidad, la
primera de ellas, es la de su fecha de inicio o formación, debiendo traerse a colación el contenido
normativo del artículo 149 del Código Civil Venezolano, que expresa:

“Esta comunidad de los bienes gananciales comienza precisamente el día de la celebración del
matrimonio…”; y el segundo de los aspectos que se derivan de tal conceptualización, radica en
que, - como expresa el tratadista Venezolano RAÚL SOJO BIANCO -, (Apuntes de Derecho de
Familia Sucesiones. Ed. Mobil – Libros, Caracas 2001, Pág. 200): “… el haber común de los esposos
está limitado en principio a las ganancias o beneficios adquiridos a título oneroso por cualquiera
de los cónyuges o por ambos durante el matrimonio. Los bienes adquiridos antes del matrimonio
corresponden al adquiriente…”

Como puede observarse, la comunidad patrimonial conyugal, se inicia con la celebración del
matrimonio y existe un régimen de bienes independientes de esa comunidad, que son los bienes
propios de cada cónyuge, entre los cuales figuran los adquiridos con anterioridad. En efecto, como
expresa el Maestro Nacional FRANCISCO LÓPEZ HERRERA (Derecho de Familia. Ed. UCAB, Caracas
2006, Tomo II, Pág. 30), por ser el régimen de la comunidad de gananciales un sistema
matrimonial de comunidad limitada, a cada uno de los esposos corresponde además, dentro del
mismo, la exclusiva titularidad de determinados bienes y derechos: éstos son los bienes propios de
cada cónyuge.
En el régimen legal supletorio venezolano de comunidad de gananciales, cada cónyuge conserva la
exclusiva titularidad sobre los bienes y derechos que ya le pertenecían antes de la celebración del
matrimonio, tanto de los muebles como de los inmuebles, independientemente de que hubieran
sido adquiridos por actos onerosos o gratuitos. Por ser el régimen de comunidad de gananciales
un sistema matrimonial de comunidad limitada, a cada uno de los esposos corresponde además,
dentro del mismo, la exclusiva titularidad de determinados bienes y derechos: éstos son los bienes
propios de los cónyuges. Por otra parte existen bienes y derechos que pertenecen en común y de
por mitad a ambos esposos: son los bienes comunes; desde luego estos no forman un patrimonio
separado e independiente, sino que se encuentran confundidos y mezclados con los primeros.

En ese sentido, quien aquí juzga pasa a referirse a los bienes propios o particulares de cada
cónyuge, para ello considera imprescindible citar al autor Francisco López Herrera (2006), quien en
el texto titulado Derecho de Familia señala lo siguiente: “ (…) TODOS LOS BIENES HABIDOS ANTES
DEL MATRIMONIO. En el régimen legal supletorio venezolano de comunidad de gananciales, cada
cónyuge conserva la exclusiva titularidad sobre los bienes y derechos que ya le pertenecían antes
de la celebración del matrimonio, tanto mueble como inmueble e independientemente de que
hubieran sido adquiridos por actos onerosos o gratuitos (art. 151CC.) (…)”

Por otra parte, según el artículo 152 del Código Civil, se hacen propios del respectivo cónyuge los
bienes adquiridos durante el matrimonio:

“1º - Por permuta con otros bienes propios del cónyuge.

2º Por derecho de retracto ejercido sobre los bienes propios por el respectivo cónyuge y con
dinero de su patrimonio.

3º Por dación en pago hecha al respectivo cónyuge por obligaciones provenientes de bienes
propios.

4º Los que adquiera durante el matrimonio o a título oneroso, cuando la causa de adquisición ha
precedido al casamiento.
5º La indemnización por accidentes o por seguros de vida, de daños personales o de
enfermedades, deducidas las primas pagadas por la comunidad.

6º Por compra hecha con dinero proveniente de la enajenación de otros bienes propios del
cónyuge adquirente.

7º Por compra hecha con dinero propio del cónyuge adquirente, siempre que haga constar la
procedencia del dinero y que la adquisición la hace para sí.

En caso de fraude, quedan a salvo las acciones de los perjudicados para hacer declarar
judicialmente a quién corresponde la propiedad adquirida”.

El sistema legal venezolano vigente, prevé el régimen patrimonial matrimonial de libertad


contractual, pero prevé el régimen supletorio de comunidad limitada de gananciales, para el caso
de que los contrayentes decidan no hacer uso de esa libertad conferida por la ley.

De modo pues, que cuando los contrayentes no celebran capitulaciones matrimoniales los bienes
que adquieran a título oneroso durante el matrimonio y así como todas las ganancias y beneficios
que se obtengan durante mismo forman parte de la comunidad conyugal y pertenecen a ambos de
por mitad. Asimismo, tal y como lo afirma la demandada, existe un presunción legal iuris tantum
que indica que los bienes habidos en el matrimonio son comunes, salvo que se pruebe que son
propios de alguno de los cónyuges.

Por tanto, la ley es suficientemente clara en cuanto al régimen patrimonial matrimonial, de allí que
los bienes que se adquieren por cualquiera de los cónyuges pertenecen a la comunidad, a menos
que conste que se adquirió con dinero propio del cónyuge, proveniente de su patrimonio,
considerando que los cónyuges no pueden tener como privativamente de ellos sino los bienes que
les pertenecían antes de la celebración del matrimonio y los que durante este adquirieron por
herencia, legado o donación, así como los que han ha habido después por permuta, dación en
pago o inversión de esos valores hechas conforme a la ley.

Pues bien, el Código establece claramente cuales bienes habidos durante el matrimonio se hacen
propios del cónyuge, es decir, aquellos bienes que no forman parte del patrimonio común de los
cónyuges, entre los cuales establece lo bienes que se adquieran por la permuta de los bienes
propios, continúan siendo bienes propios pues estos bienes sustituyen a los permutados en las
misma condiciones.

Asimismo, artículo 156 del Código Civil, establece que: “Son bienes de la comunidad:

1º Los bienes adquiridos por título oneroso durante el matrimonio, a costa del caudal común, bien
se haga la adquisición a nombre de la comunidad o al de uno de los cónyuges.

2º Los obtenidos por la industria, profesión, oficio, sueldo o trabajo de alguno de los cónyuges.

3º Los frutos, rentas o intereses devengados durante el matrimonio, procedentes de los bienes
comunes o de los peculiares de cada uno de los cónyuges”.

2. MEJORAS SOBRE UN BIEN PROPIO: En cuanto a las mejoras efectuadas con respecto a un bien
propio de cualquiera de los cónyuges, que no es el asunto a resolver en este fallo, el artículo 163
del Código Civil, prevé:

“Artículo 163.-…El aumento de valor por mejoras hechas en los bienes propios de los cónyuges,
con dinero de la comunidad o por industria de los cónyuges, pertenece a la comunidad…”.

El artículo antes citado indica, que en tales supuestos lo que constituye el haber de la comunidad
es la plusvalía o aumento del valor, determinado por esas mejoras en los bienes propios;
independientemente de que ese mayor valor sea igual, superior o inferior a la inversión efectuada
con el caudal común o representada en el trabajo ejecutado.

Ahora bien, en cuanto al régimen patrimonial matrimonial, se ha establecido el derecho de


usufructo o de pensión tal y como lo prevé el artículo 158 del Código Civil, que determina: “El
derecho de usufructo o de pensión, forma parte de los bienes propios del cónyuge a quien
pertenece; pero las pensiones y frutos correspondientes a los primeros veinte años del
matrimonio, corresponden a la comunidad en los cuatro quintos. De los veinte años en adelante
los frutos y pensiones corresponden a la comunidad. Por tanto, este Juzgador debe señalar que
cuando el derecho productor de los frutos, rentas o intereses es un usufructo o una pensión
propiedad exclusiva (bien propio o particular de uno de los esposos), tales proventos no ingresan
totalmente a la comunidad, sino en el equivalente a sus cuatro quintas partes, durante los
primeros veinte años del matrimonio. Sólo después de veinte años, tales proventos corresponden
totalmente a la comunidad.

Del mismo modo es necesario destacar que el usufructo y la pensión habidos por uno de los
esposos antes del matrimonio le pertenecen en propiedad exclusiva; lo mismo que si los adquiere
durante el matrimonio por causa lucrativa (artículo 151 del Código Civil) o por acto a título
oneroso pero mediante subrogación de otros bienes propios (artículo 152 del Código Civil). En
cambio, si tales derechos son obtenidos durante el matrimonio con dinero o bienes comunes,
necesariamente ingresan en el caudal de la comunidad.

Con respecto a la manera y proporción en que deben repartirse los bienes pertenecientes a dicha
comunidad conyugal, conforme al artículo 150 del Código Civil, la misma se rige por las reglas del
contrato de sociedad, en cuanto no haya oposición y a los artículos 148 y 149 eiusdem, que
establecen las reglas si hay convención en contrario (Capitulaciones Matrimoniales), en ese
sentido son comunes de por mitad las ganancias o beneficios que se obtengan durante el
matrimonio y dicha comunidad comienza precisamente el día de la celebración del matrimonio,
aduciendo que cualquier estipulación contraria es nula.

3. SOBRE LA PLUSVALÍA: El artículo 151 del Código Civil Venezolano, dispone lo siguiente:

Artículo 151: “Son bienes propios de los cónyuges los que pertenecen al marido y a la mujer al
tiempo de contraer matrimonio, y los que durante éste adquieran por donación, herencia, legado
o por cualquier otro título lucrativo. Son también propios los bienes derivados de las acciones
naturales y la plusvalía de dichos bienes, los tesoros y bienes muebles abandonados que hallare
alguno de los cónyuges, así como los vestidos, joyas y otros enseres u objetos de uso personal o
exclusivo de la mujer o el marido. (Lo destacado y subrayado fue efectuado por el Tribunal)

Dicho artículo tiene su fuente probable, en el Código Civil Italiano, y fue incorporado por vez
primera a nuestro Código Civil de 1862, estando también, en la reforma de las Legislaciones Civiles
Nacionales de los años: 1867, 1873, 1880, 1896, 1904, 1916, 1922, 1942 y 1982, debiendo
observarse pues, que el patrimonio de cada cónyuge está formado por la totalidad de los bienes
de que es dueño al tiempo de celebrar el matrimonio. Pero, si no consta, la anterior procedencia
de los bienes al matrimonio o su adquisición durante éste por donación, herencia o legado, éstos
pertenecen de por mitad a los esposos en el concepto de bienes de la comunidad de gananciales.

En forma de conclusión se puede argüir, que en el sistema de comunidad de gananciales,


comporta que existen bienes propios de cada uno de los cónyuges y bienes comunes de ambos. En
general son bienes propios de los cónyuges, los que tenga para el momento del matrimonio y los
que adquieran a título gratuito cada uno de ellos durante el mismo, mientras que son
considerados bienes comunes, los que adquieran a título oneroso durante el matrimonio y los
obtenidos por razón de su profesión, oficio o trabajo por cualesquiera de los cónyuges.

Ciertamente, el legislador en el artículo 151 del Código Civil determina claramente cuales son lo
bienes propios de los cónyuges, cuando reseña: “Son bienes propios de los cónyuges los que
pertenecen al marido y a la mujer al tiempo de contraer matrimonio (…) Son también propios los
bienes derivados de las accesiones naturales y la plusvalía de dichos bienes (…).” Sin embargo, el
legislador ha consagrado que la plusvalía de los bienes propios derivada de mejoras hechas con
dinero común, pertenece a la comunidad. En consecuencia, la plusvalía propiamente dicha de los
bienes propios de los cónyuges, corresponde exclusivamente al propietario, pues se trata de una
adquisición lucrativa. En cambio, del aumento del valor por mejoras hechas en los bienes propios,
con dinero de la comunidad o por la industria de los esposos se considera común.

Con relación a la dispuesto en el artículo 151 del Código Civil, la Sala de Casación Civil del Tribunal
Supremo de Justicia, en sentencia de fecha 10 de Marzo de 2004, en el expediente N° 2002-
000273, Ponente Magistrado Franklin Arrieche, en el juicio por liquidación y partición de la
comunidad conyugal seguido por ARMINDA ELENA REYES ÁLVAREZ, contra HECTOR FRANCISCO
AUAJE FRANCESCHI, la Sala sostuvo lo siguiente:

“(…) Esa solución jurídica ha sido adoptada por otros ordenamientos jurídicos, como es el caso de
España, cuyo Código Civil establece en el artículo 1.357 que:

“Los bienes comprados a plazos por uno de los cónyuges antes de comenzar la sociedad tendrán
siempre carácter privativo, aun cuando la totalidad o parte del precio aplazado se satisfaga con
dinero ganancial...”, y en el 1.358 dispone que “Cuando conforme a este Código los bienes sean
privativos o gananciales, con independencia de la procedencia del caudal con que la adquisición se
realice, habrá de reembolsarse el valor satisfecho a costa, respectivamente, del caudal común o
del propio, mediante el reintegro de su importe actualizado al tiempo de la liquidación.”
(Resaltado de la Sala).Por las consideraciones expuestas, la Sala establece que el inmueble
adquirido antes de la celebración del matrimonio es propio del cónyuge y no pertenece a la
comunidad conyugal.(…)En consecuencia, el juez de alzada estableció acertadamente en el caso
concreto, que el bien comprado antes del matrimonio por el demandado, por ende, constituye un
bien propio (…) Por las razones expuestas, esta Sala declara improcedente la denuncia de
infracción del artículo 151 del Código Civil (…)” (Lo destacado y subrayado fue efectuado por el
Tribunal)

La Sala con respecto al artículo 151 del Código Civil, reitera este precedente jurisprudencial, con la
siguiente salvedad:

“Los pagos son imputables a la deuda contraída con motivo del préstamo hipotecario y no al
precio del inmueble pactado en la venta, como fue explicado con anterioridad;

La recompensa no es equivalente a la cantidad que fue cancelada, pues este crédito a favor de la
comunidad debe ser ajustado al valor actual para el momento de la partición.

Dicha indemnización debe ser reintegrada en su totalidad a la comunidad, para determinar con
exactitud cuál, es la masa partible, que en definitiva será repartida en partes iguales entre los
cónyuges”...

(omissis).

Por otra parte establece la misma sentencia en relación a la liquidación judicial que es el paso final
del proceso lo siguiente:

“...Es necesario especificar los bienes que integran la comunidad conyugal, a través de su
inventario y su calificación como gananciales, luego de lo cual deben ser determinadas las
recompensas a que haya lugar, para finalmente efectuar la valuación de los bienes y ajustar los
créditos de los cónyuges en el momento de la partición.

Sobre este particular, ANÍBAL DOMINICI en la obra citada, señala que en la partición "...la sociedad
está obligada a pagar a cada cónyuge lo que haya tomado de su patrimonio para satisfacer
obligaciones sociales, y cada cónyuge está obligado a pagar a la sociedad lo que ella le haya
suplido, sin deberlo hacer, en beneficio del patrimonio del cónyuge...". Agrega, que dichos
"...pagos pueden hacerse por colación, trayendo el cónyuge deudor a la masa en especie los
valores recibidos, por descuento o imputación, deduciéndolos de los que tiene derecho de recibir,
ó por compensación entre las sumas que uno u otro cónyuge deben a la masa social...". (Págs. 301
y 302).
Resta precisar que las recompensas no equivalen a las cantidades pagadas indebidamente a costa
de la comunidad, pues éstas deben ser ajustadas al valor actual para el momento de la partición.

La devaluación monetaria constituye uno de los problemas económicos y sociales de mayor


preocupación. La doctrina moderna clasifica a las obligaciones pecuniarias en deudas de dinero y
deudas de valor, las cuales se diferencian en la función económica que desempeña el dinero en
cada una de ellas. En la primera, es un instrumento de cambio y en la segunda es una medida de
valor.

En ese sentido, LUIS DIEZ PICAZO sostiene que en "...la deuda de dinero la función económica es
permitir el intercambio de cosas, los bienes o servicios por dinero. El dinero es el objeto
directamente buscado por el acreedor...", y coloca como ejemplos el precio en la compraventa, el
canon de arrendamiento y la remuneración de servicios de trabajo. Y respecto de las deudas de
valor, expresa que "...el dinero no cumple la función que resulta, buscado por sí mismo, sino que
es medida de valor de otras cosas o servicios respecto de los cuales el dinero funciona como
equivalente o sustitutivo...", y a título de ejemplo cita las deudas restitutorias, compensatorias o
indemnizatorias, como es el caso de enriquecimiento injustificado. (Fundamentos del Derecho Civil
Patrimonial, Tomo 11, Las Relaciones Obligatorias, Págs. 258 y 260).

Asimismo, el citado autor señala que esta distinción juega un papel importante respecto del riesgo
de la devaluación, pues "...La deuda de dinero presupone que el objeto de la prestación es la
entrega de un determinado número de piezas monetarias y que la prestación está concretada en
función de una predeterminada unidad de valor. En las deudas de valor la cuantía de la prestación
ha de llevarse a cabo en función de un determinado poder adquisitivo, pues sólo a partir de él se
produce la equivalencia...".

4. CONCLUSIÓN: De las normas precedentemente transcritas se evidencia que los bienes


adquiridos durante el matrimonio son los que pertenecen a la comunidad conyugal, no así los que
pertenecen a uno cualesquiera de los cónyuges al tiempo de contraer matrimonio. En otros
términos, los bienes adquiridos antes de las nupcias no forman parte de la comunidad conyugal,
pues cada uno de los esposos conserva la propiedad exclusiva de todos los bienes, muebles o
inmuebles, obtenidos a título gratuito u oneroso, que tenga para el tiempo en que contrae
matrimonio,

En ese sentido, las reglas concernientes al pasivo de la comunidad conyugal, previstas en los
artículos 165, 166 y 167 del Código Civil, no comprenden las deudas contraídas, por alguno de los
cónyuges antes del matrimonio, por cuanto éstas naturalmente no constituyen una carga de la
comunidad.
Cabe advertir que si el pago de la deuda por parte del cónyuge deudor ocurrió luego de celebrado
el matrimonio, debe presumirse hecho con dinero de la comunidad, de conformidad con lo
previsto en el artículo 164 del Código Civil, salvo que ello sea desvirtuado por prueba que
demuestre que dicho pago fue realizado por el obligado con dinero de su propio patrimonio.

De ser pagado el crédito propio de algún cónyuge a costa de la comunidad, se configura un


supuesto de enriquecimiento sin causa, pues ello constituye un incremento del capital de su
patrimonio y, por ende, éste tendría el deber de indemnizar por el provecho obtenido, de
conformidad con la regla general prevista en el artículo 1.184 del Código Civil, el cual dispone que
quien "...se enriquece sin causa en perjuicio de otras personas, está obligado a indemnizarla,
dentro del límite de su propio enriquecimiento, de todo lo que aquélla se haya empobrecido" .

Acorde con lo dispuesto en esta norma, resulta relevante expresar la opinión sostenida por el
jurista ANÍBAL DOMINICI, en su "obra Código Civil Venezolano, Tomo III, 3ra. Edición, Pág. 285.
Editorial Destino, 1982, de acuerdo con el cual:

"...las deudas y obligaciones del marido anteriores del matrimonio, no son de cargo de la
sociedad...", y en consecuencia "...el cónyuge no deudor tiene derecho de ser indemnizado por la
porción aplicada a las deudas anteriores, cuando se liquide la sociedad...".

Esas indemnizaciones o recompensas consisten en los créditos causados por el incremento del
patrimonio propio de alguno de los esposos a costa de la comunidad o la situación inversa, el
aumento del haber ganancial en perjuicio de los cónyuges.

Las recompensas persiguen mantener íntegra cada masa de los tres patrimonios que coexisten con
motivo del matrimonio:

El propio de cada esposo y el de la comunidad conyugal, teniendo en cuenta los bienes que
constituían cada uno de ellos en su inicio y los que fueron adicionándose o sustrayéndose
posteriormente, con el propósito de lograr correlativamente la determinación de la masa partible,
para lo cual es presupuesto indispensable determinar los créditos entre los cónyuges y la
comunidad, una vez que es disuelta la sociedad conyugal y antes de la partición.

Esas indemnizaciones persiguen evitar desequilibrios económicos de cada una de estos


patrimonios, mediante la reincorporación de los valores que se han desprendido de alguno de
ellos para ser aplicadas a otro, con lo cual resulta recompensados los perjuicios que la masa
ganancial o propia de un esposo ha sufrido, con motivo de dicha gestión.

Por consiguiente, si algún cónyuge paga una deuda propia a costa de la comunidad, nace un
crédito a favor de esta última y a cargo del primero, que deberá ser recompensado en la partición.
En ese caso, no puede afirmarse que los esposos sean deudores entre sí ni acreedores por sus
gananciales, pues ambos se encuentran en una situación de indivisión creada por la comunidad de
bienes, la cual constituye una entidad abstracta, sin personalidad jurídica propia, que es la
deudora de cada uno de ellos.

Acorde con estas consideraciones, la Sala en sentencia de fecha 6 de mayo de 1992, (ÁNGELA
SÁNCHEZ DE CARDOZO CONTRA LUIS ERNESTO TORRES OLIVARES), dejó sentado que por haber
comprado el demandado un inmueble con un crédito hipotecario antes de la celebración del
matrimonio y haber pagado el saldo restante "...cuando ya estaba vigente, la sociedad conyugal
que existió entre él y su esposa... debe indudablemente recompensar a la comunidad de
gananciales, porque obtuvo un provecho personal a costa de dicha comunidad. En consecuencia,
el esposo debe abonar a su ex cónyuge la mitad de lo que canceló por concepto de saldo final del
precio por el cual adquirió el inmueble que causa la plusvalía...".

En consecuencia, por ser una deuda de valor aquella que debe ser pagada para recompensar a la
comunidad, por el empleo de los fondos gananciales para amortizar y cancelar un crédito
contraído antes de la celebración del matrimonio, ésta debe ser actualizada en el momento de la
partición de acuerdo con los índices de inflación fijados por el Banco Central de Venezuela,
durante el tiempo transcurrido luego de verificado el pago.

Esa solución jurídica ha sido adoptada por otros ordenamientos jurídicos, como es el caso de
España, cuyo Código Civil establece en el artículo 1.357 que:

"Los bienes comprados a plazos por uno de los cónyuges antes de comenzar la sociedad tendrán
siempre carácter privativo, aun cuando la totalidad o parte del precio aplazado se satisfaga con
dinero ganancial...",

Y en el 1.358 dispone que:

"Cuando conforme a este Código los bienes sean privativos o gananciales, con independencia de la
procedencia del caudal con que la adquisición se realice, habrá de reembolsarse el valor satisfecho
a costa, respectivamente, del caudal común o del propio, mediante el reintegro de su importe
actualizado al tiempo de la liquidación".
Por las consideraciones expuestas, la Sala establece que el inmueble adquirido antes de la
celebración del matrimonio es propio del cónyuge y no pertenece a la comunidad conyugal. De ser
comprado con crédito hipotecario, el saldo pagado a costa de la comunidad debe ser
recompensado en la partición, en su valor actual...”

En consecuencia se tiene que son bienes propios de cada uno de los cónyuges, es decir, no son
bienes gananciales sino privativos de cada uno de los esposos los siguientes: Los que pertenecen al
marido o la mujer al tiempo de contraer matrimonio, conservando cada uno la propiedad exclusiva
de todos los bienes, muebles o inmuebles, obtenidos a título gratuito u oneroso, que tenga para el
tiempo en que contare matrimonio.

QUINTA. PARTE CONCLUSIVA:

1. Que el ciudadano JORGE ENRIQUE ALVARADO, para la fecha 14 de enero del año 2.000, estaba
casado con la ciudadana FANNY CECILIA COLMENARES.

2. Que el ciudadano JORGE ENRIQUE ALVARADO, se divorció de la mencionada ciudadana en fecha


25 de septiembre del 2.000, quedando firme dicha sentencia el 2 de octubre del 2.000.

3. Que el ciudadano JORGE ENRIQUE ALVARADO, se casó posteriormente con la ciudadana


LORENA DEL VALLE ALVIAREZ PAREDES, en fecha 22 de noviembre del 2.000.

4. Que el ciudadano en cuestión, se divorció de la ciudadana LORENA DEL VALLE ALVIAREZ


PAREDES, en fecha 3 de octubre de 2.007, quedando firme dicha sentencia, el día 16 de octubre de
2.007.

5. Que si bien, es cierto que en fecha 14 de enero del 2.000, el ciudadano JORGE ENRIQUE
ALVARADO, mediante cheque signado con el número 633626 de su cuenta personal número
01050092301092007156, del Banco Mercantil, entregó a nombre del ciudadano MIGUEL
PIETRANTONIO, la cantidad de CINCO MIL BOLÍVARES FUERTES (Bs. F. 5.000,oo), para la
adquisición de un apartamento, no quedó demostrado en autos que dicha cantidad incumbiese a
la sociedad conyugal mantenida con la ciudadana LORENA DEL VALLE ALVIAREZ PAREDES, siendo
que la misma fue iniciada a posteriori, esto es, en fecha 22 de noviembre del 2.000, según acta
signada con el número 80 expedida por el Prefecto Civil de la Parroquia El Sagrario del Municipio
Libertador del Estado Mérida.

6. Que el apartamento en controversia está identificado con el número 7-11-C, ubicado en el


tercer piso del Bloque “C”, del “Conjunto Residencial Tibisay”, situado en la Avenida Urdaneta de
esta ciudad de Mérida, Estado Mérida, con un área de CIENTO CATORCE METROS CON CERO SEIS
CENTÍMETROS CUADRADOS (114,06 MTS2), constituido por un recibo comedor, 3 dormitorios
principales, 2 baños, baño de servicio, cocina, lavadero, balcón, 3 closets y un puesto de
estacionamiento en el sótano del edificio, comprendido dentro de los siguientes linderos: NORTE:
Fachada Principal Oeste del edificio. SUR: Fachada que da al patio interno izquierdo del Edificio
“C”, ESTE: Fachada Lateral Izquierda del Edificio “C”, y OESTE: Con Pasillo y Área de circulación de
la planta respectiva del Edificio “C” y con la fachada derecha que da al pasillo de acceso al edificio
“C”, al que le corresponde un porcentaje de condominio del 1, 0441667% inseparable de la
propiedad sobre las cosas y cargas comunes del edificio.

7. Que la ciudadana LORENA DEL VALLE ALVIAREZ PAREDES, compró el señalado apartamento, a
los ciudadanos MIGUEL PIETRANTONIO FIORE Y NANCY DALTA DE PIETRANTONIO, esto en fecha 7
de noviembre del 2.000, por la cantidad total de VEINTISIETE MIL BOLÍVARES FUERTES (Bs. F.
27.000,oo).

8. Que dicha ciudadana LORENA DEL VALLE ALVIAREZ PAREDES, compró el indicado apartamento
con recursos provenientes del Fondo Mutual Habitacional (Banco Mercantil, C.A.) obteniendo un
préstamo a interés por la cantidad de DIECISIETE MIL BOLÍVARES FUERTES (Bs. F. 17.000, oo).

9. Que dos semanas después de dicha negociación, esto es 22 de noviembre del 2.000, la
ciudadana en cuestión contrajo matrimonio con el ciudadano JORGE ENRIQUE ALVARADO.

10. Que para la fecha 8 de diciembre del 2.000 fecha ésta, en que fue efectuado el primer pago de
la cuota mensual financiera correspondiente al Fondo Mutual Habitacional, dicha ciudadana
LORENA DEL VALLE ALVIAREZ PAREDES, ya estaba casada con el ciudadano JORGE ENRIQUE
ALVARADO, de tal manera que indiscutiblemente existía unión conyugal.

11. Que efectivamente tal y como quedó probado en autos, el ciudadano JORGE ENRIQUE
ALVARADO, efectivamente realizó varios traslados de dinero desde la cuenta corriente número
01050092301092007156 y/o de la cuenta de ahorros número 01050298517298001094, a la
cuenta de ahorros número 000065422023 perteneciente a la demandada, ciudadana LORENA DEL
VALLE ALVIAREZ PAREDES, esto desde el período comprendido desde el 08 de diciembre del 2.000,
hasta el 08 de octubre del 2.007, período en el cual ambos ciudadanos se encontraban unidos en
matrimonio.

12. Que durante el periodo comprendido desde el 08 de diciembre del 2.000, hasta el 08 de
octubre del 2.007, lapso en el cual los ciudadanos LORENA DEL VALLE ALVIAREZ PAREDES y JORGE
ENRIQUE ALVARADO, se encontraban unidos en matrimonio, se amortizaron al Crédito de Ley de
Política Habitacional, 83 cuotas por la cantidad de VEINTIÚN MIL SETECIENTOS CUARENTA Y CINCO
BOLÍVARES FUERTES CON NOVECENTOS CUARENTA CÉNTIMOS (Bs. F. 21.745,94), monto debitado
de la cuenta de ahorros número 0065-42202-3, perteneciente a la ciudadana LORENA DEL VALLE
ALVIAREZ PAREDES.
13. Que respecto de la anterior cantidad se desprende que el ciudadano JORGE ENRIQUE
ALVARADO, aportó legalmente la cantidad DIEZ MIL OCHOCIENTOS SETENTA Y DOS BOLÍVARES
FUERTES CON NOVENTA Y SIETE CÉNTIMOS (Bs. F. 10.872,97), cantidad ésta que se subsume a la
mitad de lo depositado, habida consideración de la comunidad existente.

14. Que en referencia al segundo pedimento, de la parte actora señala en su petitorio, que hasta
tanto la petición anterior no sea legalmente resuelta, no habrá entre ellos partición de bienes
comunes, ni ejecución de convenios, sobre este particular el Tribunal ha dejado sentado su criterio
en el presente fallo que en cuanto a lo siguiente:

• Que en cuanto al bien inmueble adquirido por la cónyuge, el mismo le corresponde a ella, por
haberlo adquirido antes de contraer matrimonio con el demandante, en orden a las
consideraciones que ya fueron indicadas.

• Que el aporte realizado por la parte actora antes de contraer matrimonio con la demandada, no
puede considerarse como perteneciente a la sociedad conyugal, por las razones ya señaladas.

• Que la plusvalía del inmueble adquirido antes del matrimonio por la parte accionada, no es
procedente, tal como antes se ha dejado establecido en el texto de este fallo.

• Que siendo un inmueble propiedad exclusiva de la accionada, el mismo no puede ser objeto de
partición.

15. Que con relación al tercer pedimento, quedó probado en autos que la ciudadana LORENA DEL
VALLE ALVIAREZ PAREDES, no prestó su nombre en sustitución de ciudadano JORGE ENRIQUE
ALVARADO, siendo que para la adquisición del inmueble en cuestión, dicha ciudadana utilizó los
mecanismos pertinentes, tal es el caso de la Ley de Política Habitacional.

16. Que de todo lo anteriormente descrito se concluye, que el ciudadano JORGE ENRIQUE
ALVARADO, invirtió en el apartamento objeto en controversia la cantidad de DIEZ MIL
OCHOCIENTOS SETENTA Y DOS BOLÍVARES FUERTES CON NOVENTA Y SIETE CÉNTIMOS (Bs. F.
10.872,97).

PARTE DISPOSITIVA
En mérito a las consideraciones que anteceden, este Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo
Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Mérida, procediendo en
nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, DECLARA:

PRIMERO: Parcialmente con lugar la demanda por RECONOCIMIENTO DE BIENES DE LA SOCIEDAD


CONYUGAL, interpuesta por el ciudadano JORGE ENRIQUE ALVARADO, asistido por el abogado
ALEXIS MENDOZA VOLCANES, en contra de la ciudadana LORENA DEL VALLE ALVIAREZ PAREDES.

SEGUNDO: Se reconoce la inversión realizada por el ciudadano JORGE ENRIQUE ALVARADO, (en el
inmueble ut supra mencionado), durante el periodo comprendido desde el 08 de diciembre del
2.000, hasta el 08 de octubre del 2.007; esto en la cantidad de DIEZ MIL OCHOCIENTOS SETENTA Y
DOS BOLÍVARES FUERTES CON NOVENTA Y SIETE CÉNTIMOS (Bs. F. 10.872,97), que constituye la
mitad de lo amortizado al Crédito de Ley de Política Habitacional, tomando como base a la
existencia de la comunidad conyugal existente para ese período de tiempo.

TERCERO: Por la naturaleza del fallo no hay especial condenatoria en costas.

CUARTO: Por cuanto la decisión sale fuera del lapso legal se acuerda la notificación de las partes,
para evitar la trasgresión de la norma constitucional que garantiza el derecho a la defensa y la
garantía del debido proceso de las partes, previstos en el encabezamiento y numeral 1º del
artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y cumplir asimismo con la
igualdad procesal de las partes prevista en el artículo 15 del Código de Procedimiento Civil, con el
entendido que en el día de despacho siguiente a aquél en que conste en los autos la última
notificación, comenzará a contarse el lapso de apelación a que se contrae el artículo 290 del
Código de Procedimiento Civil, para lo cual debe seguirse la forma prevista en los artículos 187,
292, 294, 297 y 298 eiusdem. Líbrense las correspondientes boletas de notificación.

NOTIFÍQUESE, PUBLÍQUESE, REGÍSTRESE Y DÉJESE COPIA.

DADA, FIRMADA Y SELLADA EN LA SALA DE DESPACHO DEL JUZGADO SEGUNDO DE PRIMERA


INSTANCIA EN LO CIVIL, MERCANTIL Y DEL TRÁNSITO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL
ESTADO MÉRIDA. Mérida, trece de abril de dos mil diez.

EL JUEZ TITULAR,
ALBIO CONTRERAS ZAMBRANO

LA SECRETARIA TEMPORAL,

YURAIMA PEÑA.

En la misma fecha se publicó la anterior sentencia, siendo las ocho y diez de la mañana. Conste.

LA SECRETARIA TEMPORAL,

YURAIMA PEÑA.

as capitulaciones matrimoniales

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Mazo de un juez y alianzas

Aunque pueda parecer poco romántico, el matrimonio supone un nuevo contrato económico legal
con consecuencias judiciales.

Se entiende por régimen económico matrimonial el conjunto de normas legales que delimitan los
intereses, derechos y obligaciones monetarios de los cónyuges. Este régimen económico se puede
pactar ante notario antes o después de la boda en un contrato conocido como “capitulaciones
matrimoniales”, que se inscribe en el Registro Civil junto con la notificación del matrimonio. Se
puede modificar en cualquier momento durante el matrimonio de común acuerdo por ambos
cónyuges.

El Código Civil Español contempla los siguientes regímenes económicos del matrimonio*:

Régimen de gananciales

Régimen de separación de bienes

Régimen de participación

* En territorio común. El Derecho Foral de Aragón, Cataluña, Baleares, Navarra y País Vasco puede
establecer otros regímenes distintos.

El régimen económico matrimonial elegido tiene mucha trascendencia, no sólo en caso de


separación y divorcio, sino también en las repercusiones ante terceros, como entidades de crédito
y otros acreedores.

Régimen de gananciales

Monedas divididas al 50%

En el régimen de gananciales, todas las ganancias y beneficios obtenidos por cualquiera de los
cónyuges, pasan a formar parte de un fondo o sociedad común, propiedad de ambos por partes
iguales. Este fondo deber ser administrado conjuntamente y en igualdad por los dos y servir para
hacer frente a todos los gastos familiares.

Hace falta el consentimiento de ambos cónyuges para vender bienes gananciales, pero también
para gestionar y administrarlos. Esto incluye las inversiones y cuentas bancarias, aunque se
permite que uno de los cónyuges realice gastos urgentes o de necesidad.

Es importante tener en cuenta que las deudas contraídas por un miembro de la pareja serán
responsabilidad de los dos, aún en el caso de poseer cuentas separadas.
La ley establece la presunción, salvo prueba de lo contrario, de que cualquier bien adquirido por
cualquiera de los cónyuges durante la vigencia de este régimen tiene carácter ganancial.

No obstante, pueden coexistir, y es muy frecuente que así sea, en un mismo matrimonio, bienes
gananciales con otros bienes privativos de cada cónyuge. Tienen este carácter privativo,
básicamente, los bienes adquiridos por cada uno antes de contraer matrimonio y los adquiridos
después a título gratuito (herencia o donación). También son privativos los bienes adquiridos
durante el matrimonio en sustitución de otros que tuvieran el mismo carácter.

Pueden coexistir bienes gananciales y privativos de cada cónyuge.

En los siguientes casos se da por disuelta la sociedad de gananciales:

Por disolución del matrimonio

Por muerte de uno de los cónyuges

Por declaración de nulidad

Por declaración judicial de separación de los cónyuges.

Al convenir los cónyuges un régimen económico distinto a través de capitulaciones


matrimoniales.

Por decisión judicial

Entonces se hace un inventario de todos los bienes gananciales y estos se liquidan (después de
pagar las deudas existentes), repartiéndose entre los cónyuges por partes iguales. Debe cambiarse
la titularidad de dichos bienes tras la disolución.

Régimen de separación de bienes

Dos muñecos con dinero, separados entre sí


En el régimen de separación de bienes existe independencia económica de cada cónyuge. Cada
miembro de la pareja puede adquirir, administrar y disponer de sus bienes y rentas obtenidas
(tanto los adquiridos antes como después del matrimonio) con entera libertad y no necesita el
consentimiento del otro para venderlos, alquilarlos y donarlos.

En el régimen de separación de bienes las deudas contraídas por uno de los cónyuges serán de su
exclusiva responsabilidad, sin que se comprometa el patrimonio del otro. Las deudas contraídas
por los dos cónyuges serán responsabilidad de los dos.

El régimen de separación de bienes supone que cada miembro de la pareja debe contribuir a
sufragar los gastos de la familia en proporción a sus respectivos recursos económicos. Es decir, si
uno trabaja y otro no, el activo se responsabilizará económicamente del segundo.

Para disponer de la vivienda habitual de la familia la Ley siempre exige el consentimiento de


ambos cónyuges, cualquiera que sea el régimen económico del matrimonio y con independencia
del carácter ganancial o privativo de dicha vivienda. Esto afecta a la constitución de préstamos
hipotecarios por parte de entidades de crédito. Siempre se debe exigir la firma de ambos cónyuges
para hipotecar la vivienda habitual.

Régimen de participación

En el régimen de participación, el menos utilizado en la práctica, cada cónyuge ostenta la


administración, disfrute y libre disposición de sus bienes, tanto los anteriores al matrimonio como
de los que adquiera después por cualquier título, como en el régimen de separación de bienes. No
obstante, cada cónyuge también adquiere el derecho a participar en las ganancias obtenidas por el
otro durante el tiempo en el que este régimen haya estado en vigor. Puede pactarse que la
participación en las ganancias entre los cónyuges sea distinta al 50%, pero tendrá que aplicarse a
las dos partes por igual y en la misma proporción para ambos patrimonios. El 50% será el tope
máximo cuando haya hijos no comunes.

Se realiza un inventario inicial de lo que aporta cada miembro y otro final en caso de disolución del
matrimonio.

¿Qué régimen económico es el más adecuado?


El régimen económico matrimonial más adecuado es aquel que se adapte a la situación particular
y necesidades de la pareja en cuestión.

En aquellos casos en los que los cónyuges no pacten de forma explícita un régimen económico
matrimonial, se aplicará el régimen de gananciales, salvo en Cataluña y las Islas Baleares, donde el
régimen por defecto es el de separación de bienes.

En cuanto a las parejas de hecho, normalmente se someten también a la separación de bienes si


no pactan lo contrario.

Precisamente por tratarse del régimen por defecto en el territorio común, y por simple tradición,
el de gananciales sigue siendo hoy día el más utilizado en España. Pero, aunque sea lo tradicional,
no significa necesariamente que sea el más idóneo en todos los casos, sobre todo si la decisión se
toma por desconocimiento de otras alternativas o por miedo de hablar del tema.

Por ejemplo, el régimen de separación de bienes puede ser indicado en los siguientes casos:

Cuando uno de los cónyuges tenga una empresa.

Cuando uno de los cónyuges tenga un patrimonio importante que quiere proteger ante
terceros.

En caso de segundas nupcias o cuando hay hijos no comunes, u otras obligaciones familiares de
carácter económico.

Conviene que cada miembro de la pareja conozca las implicaciones de cada régimen económico y
se deje asesorar antes de pactar las capitulaciones matrimoniales. Como en tantos otros aspectos
de la vida en pareja, la comunicación es clave.

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EFECTOS DEL MATRIMONIO

PECUNIARIOS, PATRIMONIALES O ECONÓMICOS: El principio es que hay libertad para escoger el


régimen económico bajo el cual se administrarán los bienes del matrimonio. Las capitulaciones se
firman antes del matrimonio y tienen efectos por toda la duración de éste, ellas son inmutables en
nuestro derecho, es decir, que no se pueden cambiar después de firmadas. En todo caso los bienes
que se hayan obtenido antes del matrimonio serán de cada cónyuge por separado, si éstos los
obtuvieron como solteros.

El otro régimen existente para el matrimonio es el de la Comunidad de Gananciales, que está


concebido como un régimen supletorio, aunque en la práctica es el más común, en este régimen
todos los bienes obtenidos por la pareja durante el matrimonio pertenecen a ambos cónyuges de
por mitad.

PERSONALES: Se refieren a las obligaciones de los cónyuges, indirectamente surte efectos para los
hijos y son de orden público en su mayoría.

EFECTOS PERSONALES DEL MATRIMONIO: Son de orden público, razón por la cual, las partes no
pueden modificar su forma o contenido. El matrimonio no produce parentesco porque los
cónyuges no son parientes entre sí, salvo que lo fueran antes del matrimonio, tal sería el caso de
un matrimonio entre primos. El matrimonio sí produce lazos familiares, no sólo de los cónyuges
entre sí, sino entre cada uno y la familia del otro.

Potestad Marital: Antiguamente el hombre tenía mayor poder dentro de la unión conyugal y era,
por supuesto, quien representaba al matrimonio. El código del 82 derogó esto y hoy en día ambos
cónyuges son iguales, así mismo el nuevo código igualó la situación de los hijos, acabando con la
distinción entre legítimos e ilegítimos Art. 137 CC: “Con el matrimonio el marido y la mujer
adquieren los mismos derechos y asumen los mismos deberes. Del matrimonio deriva la obligación
de los cónyuges de vivir juntos, guardarse fidelidad y socorrerse mutuamente.
La mujer casada podrá usar el apellido del marido. Este derecho subsiste aún después de la
disolución del matrimonio por causa de muerte, mientras no contraiga nuevas nupcias.

La negativa de la mujer casada a usar el apellido del marido no se considerará, en ningún caso,
como falta a los deberes que la Ley impone por efecto del matrimonio”.

Anteriormente el régimen era tan distinto que el adulterio de la mujer siempre era causal de
divorcio, pero el del hombre no lo era, salvo que el adulterio fuera notorio, es decir, que el
hombre sostuviera una concubina conocida, puesto que en este caso se consideraba tan grave el
adulterio que constituía una injuria grave hacia la cónyuge.

Caracteres Generales: Son deberes y derechos legales (obligaciones jurídicas),


independientemente de que a su vez, también tengan un carácter ético, religioso o tradicional.
Son además de orden público y no pueden someterse a condición o término, son recíprocos y en
principio iguales para ambos cónyuges. Normalmente no son coercibles, porque constituyen
obligaciones de hacer.

¿Cuáles son esos deberes y derechos?

Cohabitación: Se refiere al vivir juntos y, normalmente se le añade que la pareja tenga relaciones
sexuales, encuentra su fundamento en la naturaleza misma del matrimonio. Manojo, Feo y
Dominici (bajo la vigencia del código anterior), consideraban que por lo menos la obligación de
vivir en la misma casa era coercible Ej. Si la mujer no llegaba a la casa, el hombre podía llamar a la
policía para que se la trajeran, invocando para ello la potestad marital (y es que además, en el
viejo código el domicilio era designado por el hombre). Pero para Manojo dicha facultad de obligar
a la mujer sólo abarcaba el llevarla a la casa y, una vez en ella, la mujer era libre de hacer lo que
quería, porque lo contrario sería privarla ilegítimamente de su libertad.

La cohabitación puede sufrir separaciones temporales por múltiples razones (viajes, motivos de
salud, trabajo) Art. 198 CC: “El Juez de Primera Instancia en lo Civil podrá, por justa causa
plenamente comprobada, autorizar a cualquiera de los cónyuges a separarse temporalmente de la
residencia común”, el artículo constituye una excepción especial al deber de cohabitación, aunque
en la práctica dicha separación jamás se hace por justa causa, de hecho lo normal es que las parte
llevan dos testigos al tribunal y asunto resuelto, dichos testigos además suelen ser poco creíbles,
no hay control de la prueba, no se les repregunta y no se les examina.

Domicilio Conyugal: En el código viejo era fijado por el marido, lo mismo sucedía con la residencia,
por eso el domicilio de la mujer casada era el domicilio del marido. Hoy en día el domicilio
conyugal será el último lugar donde la pareja haya vivido junta Art. 140 CC: “Los cónyuges, de
mutuo acuerdo, tomarán las decisiones relativas a la vida familiar, y fijarán el domicilio conyugal” y
Art. 140 -A CC: “El domicilio conyugal será el lugar donde el marido y la mujer tengan establecida
de mutuo acuerdo, su residencia. En caso de que los cónyuges tuvieren residencias separadas, de
hecho o en virtud de la autorización judicial prevista en el artículo 138, el domicilio conyugal será
el lugar de la última residencia común. El cambio de residencia sólo podrá hacerse si ambos
cónyuges están de acuerdo en ello".

Se suspende la cohabitación:

Cuando hay una decisión de separación de cuerpos homologada por el juez o cuando éste la ha
dictado.

Cuando se inicia un juicio de nulidad matrimonial, hasta la conclusión de dicho proceso, es por
ello que durante la duración del mismo no existe la presunción de paternidad.

Deber de Fidelidad: Hoy en día se considera que el deber de fidelidad es exactamente igual para
ambos cónyuges (dice el profesor que en el derecho penal no era así). Consiste en que la persona
casada sólo podrá tener relaciones sexuales con su cónyuge, hay quienes dicen que lo que se
prohíbe es el adulterio como tal, pero el profesor no está de acuerdo porque si el hombre tiene
por ejemplo, relaciones con otro hombre, ello no sería un adulterio, pero sí constituiría una falta al
deber de fidelidad.

Cierta parte de la doctrina cree que sigue siendo distinto el tratamiento que se le debe dar al
adulterio de la mujer, puesto que si ella sale embarazada introduciría un elemento ajeno al
matrimonio (hijo) en su hogar; aunque en la práctica esto es verdad, para el profesor, sin
embargo, no constituye razón para establecer diferencias entre el adulterio femenino y el
masculino. Hay también quienes dicen que la mujer no tiene relaciones sexuales con un hombre
sin estar enamorada de él, mientras que el hombre sí las tiene porque es más básico, pero para el
profesor este es un elemento más de costumbre y machismo que uno psicológico, que carece de
validez y que, en todo caso pondría en peor situación al hombre que a la mujer.

Sanción: El incumplimiento de este deber ocasiona la causal de divorcio por adulterio, pero en la
práctica dicha causal no es utilizada normalmente porque no se admite presunción y es muy difícil
probar la existencia del adulterio.

Deber de asistencia y socorro: Se trata de un deber que tiene un marcado contenido moral,
conforme al cual los cónyuges deben ayudarse mutuamente en cualquier circunstancia y ayudarse
recíprocamente en la satisfacción de sus necesidades Art. 137 CC: “Con el matrimonio el marido y
la mujer adquieren los mismos derechos y asumen los mismos deberes. Del matrimonio deriva la
obligación de los cónyuges de vivir juntos, guardarse fidelidad y socorrerse mutuamente. La mujer
casada podrá usar el apellido del marido. Este derecho subsiste aún después de la disolución del
matrimonio por causa de muerte, mientras no contraiga nuevas nupcias. La negativa de la mujer
casada a usar el apellido del marido no se considerará, en ningún caso, como falta a los deberes
que la Ley impone por efecto del matrimonio”.

Art. 139 CC: “El marido y la mujer están obligados a contribuir en la medida de los recursos de
cada uno, al cuidado y mantenimiento del hogar común, y a las cargas y demás gastos
matrimoniales. En esta misma forma ambos cónyuges deben asistirse recíprocamente en la
satisfacción de sus necesidades. Esta obligación cesa para con el cónyuge que se separe del hogar
sin justa causa. El cónyuge que dejare de cumplir, sin causa justificada, con estas obligaciones,
podrá ser obligado judicialmente a ello, a solicitud del otro”.

Sanción: Es también causal de divorcio.

Derecho de usar el apellido del marido: Es el derecho que tiene toda mujer casada de colocarse el
apellido del marido después de su apellido de soltera o como su apellido principal (Ej. Mª
Rodríguez de Pérez o, Mª de Pérez) Art. 137 CC: “…La mujer casada podrá usar el apellido del
marido. Este derecho subsiste aún después de la disolución del matrimonio por causa de muerte,
mientras no contraiga nuevas nupcias. La negativa de la mujer casada a usar el apellido del marido
no se considerará, en ningún caso, como falta a los deberes que la Ley impone por efecto del
matrimonio”. Como derecho tiene carácter potestativo y el profesor aconseja a las mujeres
quedarse con su apellido de soltera, más aún si desempeñan una carrera, profesión o actividad, en
la cual se hayan formado un nombre y ello sea algo de gran relevancia Ej. Una mujer que sea
escritora durante su soltería (Mariana Brand) y tenga cierta fama, debería conservar su nombre de
soltera, porque le sería más difícil mantener a sus lectores si, una vez casada, utilizare el apellido
del marido, toda vez que éstos no sabrían de quien se trata (Mariana Brand de Escalante o,
Mariana de Escalante, no sería para los lectores una figura conocida).

5/I/2006

CONTINUACIÓN

Art. 137 CC: “: “Con el matrimonio el marido y la mujer adquieren los mismos derechos y asumen
los mismos deberes. Del matrimonio deriva la obligación de los cónyuges de vivir juntos, guardarse
fidelidad y socorrerse mutuamente.

La mujer casada podrá usar el apellido del marido. Este derecho subsiste aún después de la
disolución del matrimonio por causa de muerte, mientras no contraiga nuevas nupcias.

La negativa de la mujer casada a usar el apellido del marido no se considerará, en ningún caso,
como falta a los deberes que la Ley impone por efecto del matrimonio”. Deberes personales del
matrimonio.

COHABITACIÓN: Es un concepto que ha sido entendido en tres sentidos:

Cuando dos personas viven en un mismo lugar.

Vivir juntos como marido u mujer, es decir, que la pareja sostenga relaciones sexuales (visto en la
clase anterior) esta es la acepción utilizada por nuestro Código.

En sentido político, significa la coexistencia de varios partidos políticos, en situaciones de paz y


acuerdos Ej: Pacto de Punto Fijo.
El débito marital (relaciones sexuales), puede suspenderse temporalmente, por viajes,
enfermedades o alguna otra situación, pero también puede suspenderse totalmente, siendo esta
última suspensión una causal de divorcio Art. 185 CC: “Son causales únicas de divorcio:

1º El adulterio.

2º El abandono voluntario.

3º Los excesos, sevicia e injurias graves que hagan imposible la vida en común.

4º El conato de uno de los cónyuges para corromper o prostituir al otro cónyuge, o a sus hijos, así
como la connivencia en su corrupción o prostitución.

5º La condenación a presidio.

6º La adición alcohólica u otras formas graves de fármaco-dependencia que hagan imposible la


vida en común,

7º La interdicción por causa de perturbaciones psiquiátricas graves que imposibiliten la vida en


común. En este caso el Juez no decretará el divorcio sin antes procurar la manutención y el
tratamiento médico del enfermo”

Art. 189 CC: “Son causas únicas de separación de cuerpos las seis primeras que establece el
artículo 185 para el divorcio, y el mutuo consentimiento. En este último caso el Juez declarará la
separación en el mismo acto en que fuere presentada la manifestación personalmente por los
cónyuges”.
Se ha dicho que hay también acción de daños y perjuicios, en caso de incumplimiento de las
obligaciones matrimoniales, sin embargo esto es algo muy discutido por la doctrina, en general se
dice que el daño moral no procede en materia contractual, porque los contratos tienen un
carácter netamente económico y la pérdida que genera el daño moral no es susceptible de
valoración económica (Ej: La muerte de un hijo), las obligaciones matrimoniales son tan personales
que no debería haber daño moral en caso de incumplimiento, en definitiva la mayoría de los
autores consideran que dicha acción sí procede en este caso, pero aclara el profesor, que en la
práctica no se ha visto ningún caso de esto.

DEBER DE FIDELIDAD: Consiste en que el marido y la mujer sólo pueden tener relaciones sexuales
con sus cónyuges, porque si lo hacen con un tercero estarían faltando al deber de fidelidad. El
profesor considera que este deber no debe restringirse sólo al adulterio propiamente dicho (que
se lleve a cabo la relación sexual), pero la mayoría de los autores han considerado que el deber no
debe extenderse a citas, caricias y toqueteos, porque esto último sería una falta al Deber de
Asistencia y Socorro, por lo que no entraría en la calificación de adulterio, sin embargo, sí sería una
injuria grave y éstas también constituyen causales de divorcios, causales que son distintas del
Adulterio.

Dice el profesor que el problema con el adulterio es la dificultad que existe para probarlo Ej: El
simple hecho de que el cónyuge entrara a un hotel con otra persona no bastaría para probarlo,
tendría que probarse que realmente ambos sujetos sostuvieron relaciones sexuales durante el
encuentro Recordemos que bajo el Código anterior las consecuencias del adulterio eran distintas,
según lo cometiese el hombre o lo cometiese la mujer, en cuyo caso, era más grave (Ver clase
anterior).

Injuria Grave: Será lo que la sociedad correspondiente considere que es intolerable para el
matrimonio Para López Herrera (también para el profesor) nunca debieron existir diferencias entre
el adulterio de la mujer y el adulterio del hombre, aún cuando hoy en día algunos autores
sostienen que sí debería haberla.

DERECHO DE ASISTENCIA: un grupo mayoritario de autores consideran que el derecho/deber de


asistencia que asiste a los cónyuges tiene un carácter netamente afectivo y que el deber de
SOCORRO sólo se refiere a la asistencia económica que se deben los cónyuges como pareja. Existe
un grupo minoritario de autores que utilizan ambos términos indistintamente para referirse a la
asistencia económica y afectiva.
Nota: Muchachos pendientes con esto en el parcial, porque el profesor dijo que es cuestión de
cada quién escoger el término a utilizar (socorro o asistencia), sin embargo, dijo que no aceptaría
en el parcial que alguien nombrara en un momento deber de socorro como asistencia económica y
luego para referirse al mismo término utilizaran la expresión: deber de asistencia Escojan uno de
los dos términos.

Para el profesor el deber de asistencia tiene un carácter económico.

Apoyo Mutuo: Supone asistencia, cuidado entre marido y mujer por lo que si uno comete un delito
contra el otro el delito es agravado, porque se abusa de la confianza de la pareja Ej. La mujer que
envenena a su esposo.

El apoyo mutuo es muy importante en el caso de los entredichos, el cónyuge es el tutor, pero en
caso de divorcio es absurdo que el cónyuge continúe en esa posición, puesto que estaría actuando
en su representación y en representación de su cónyuge entredicho.

Socorro: Ya no se encuentra en el Art. 197 CC: “Con el matrimonio el marido y la mujer adquieren
los mismos derechos y asumen los mismos deberes. Del matrimonio deriva la obligación de los
cónyuges de vivir juntos, guardarse fidelidad y socorrerse mutuamente.

La mujer casada podrá usar el apellido del marido. Este derecho subsiste aún después de la
disolución del matrimonio por causa de muerte, mientras no contraiga nuevas nupcias.

La negativa de la mujer casada a usar el apellido del marido no se considerará, en ningún caso,
como falta a los deberes que la Ley impone por efecto del matrimonio”.

Hoy en día lo encontramos en el Art. 139 CC: “El marido y la mujer están obligados a contribuir en
la medida de los recursos de cada uno, al cuidado y mantenimiento del hogar común, y a las
cargas y demás gastos matrimoniales.
En esta misma forma ambos cónyuges deben asistirse recíprocamente en la satisfacción de sus
necesidades. Esta obligación cesa para con el cónyuge que se separe del hogar sin justa causa.

El cónyuge que dejare de cumplir, sin causa justificada, con estas obligaciones, podrá ser obligado
judicialmente a ello, a solicitud del otro” Como verán la obligación es tratada por nuestro Código
como una obligación de carácter económica, que se refiere a la satisfacción de las necesidades. El
artículo contiene una obligación alimentaria impropia, cuyo contenido es más amplio que el de la
obligación alimentaria propia.

OJO: No confundir la obligación legal PROPIA (en donde es indispensable el estado de necesidad),
con la IMPROPIA (la que se refiere a los hijos menores y a los cónyuges).

Art. 286 CC: “La persona casada, cualquiera que sea su edad, no podrá exigir alimentos a las
personas mencionadas en el artículo anterior sino en el caso de que su cónyuge se encuentre en el
mismo estado de necesidad o carezca de recursos o medios propios y suficientes para
suministrárselos; en caso contrario, la obligación de alimentos recae, en primer lugar, sobre dicho
cónyuge, de conformidad con las disposiciones que regulan esta obligación como un efecto del
matrimonio en el Título IV, Capítulo XI, Sección I del Libro Primero del presente Código” Esta
obligación es distinta a la establecida por el Art. 139 CC y no deben confundirse.

En principio las obligaciones entre cónyuges no son coercibles, porque como se dijo anteriormente
constituyen obligaciones de hacer. En otros países como Francia, existen multas que castigan el
incumplimiento de este tipo de obligaciones.

Domicilio Conyugal: En el código viejo era fijado por el marido, lo mismo sucedía con la residencia,
por eso el domicilio de la mujer casada era el domicilio del marido. Hoy en día el domicilio
conyugal será el último lugar donde la pareja haya vivido junta Art. 140 CC: “Los cónyuges, de
mutuo acuerdo, tomarán las decisiones relativas a la vida familiar, y fijarán el domicilio conyugal” y
Art. 140 -A CC: “El domicilio conyugal será el lugar donde el marido y la mujer tengan establecida
de mutuo acuerdo, su residencia. En caso de que los cónyuges tuvieren residencias separadas, de
hecho o en virtud de la autorización judicial prevista en el artículo 138, el domicilio conyugal será
el lugar de la última residencia común. El cambio de residencia sólo podrá hacerse si ambos
cónyuges están de acuerdo en ello".
Potestad Marital: Era el trato preferencial que tenía el hombre frente a la mujer bajo el código
anterior, hoy en día esto es algo que ha perdido vigencia. Antes: El domicilio lo fijaba el hombre,
quien además tenía la administración de los bienes de la pareja y tomaba las decisiones familiares,
la mujer por su parte estaba obligada a utilizar el apellido del marido, lo contrario se consideraba
una ofensa grave hacia éste y la no utilización del mismo podría ser, incluso causal de divorcio;
Ahora: Sucede todo lo contrario porque al igualarse los derechos de la mujer con los del hombre,
el domicilio y las decisiones familiares son tomadas de mutuo acuerdo, ambos tienen la
administración de los bienes y, la mujer no está obligada a llevar el apellido del marido.

RELACIONES ECONÓMICAS: En materia de relaciones económicas conyugales, la ley tiene un


carácter supletorio. En efecto, el principio es que los cónyuges deberían determinar de mutuo
acuerdo cuál es el régimen económico que desean seguir durante su matrimonio, esto es lo que
conocemos como Capitulaciones Matrimoniales, sólo en caso de que los futuros cónyuges no
lleguen a un acuerdo respecto al régimen económico a seguir, regirá entonces la Comunidad de
Gananciales, establecida por el Código Civil.

En todo caso, sea mediante Capitulaciones Matrimoniales o Comunidad de Gananciales, los


cónyuges están obligados a mantener un régimen económico, claramente establecido, durante su
matrimonio, con esto se busca proteger a los terceros que contraten con la pareja Art. 141 CC: “El
matrimonio, en lo que se relaciona con los bienes, se rige por las convenciones de las partes y por
la Ley”.

Capitulaciones Matrimoniales: Son unas convenciones existentes entre los futuros cónyuges con el
fin de reglar el régimen patrimonial que va a regir su matrimonio. Las capitulaciones, dicho de otra
forma son pactos o convenios perfeccionados por los futuros contrayentes con el objeto de
determinar el régimen económico o patrimonial del matrimonio:

1.- Constituyen un contrato previo al matrimonio, que sólo puede ser modificado antes de que se
efectúe el mismo, puesto que después del matrimonio dicho contrato es inmutable, es decir que
no podrá ser modificado durante el matrimonio. De las modificaciones hechas a las capitulaciones
antes del matrimonio, deberá dejarse constancia en el Registro, porque de lo contrario, dichas
modificaciones carecerán de valor. Ningún valor tienen las modificaciones hechas a las
capitulaciones después del matrimonio, porque como ya se dijo, una vez que se ha celebrado el
matrimonio, las capitulaciones son inmutables. Art. 143 CC: “Las capitulaciones matrimoniales
deberán constituirse por instrumento otorgado ante un Registrador Subalterno antes de la
celebración del matrimonio; pero podrán hacerse constar por documento auténtico que deberá
ser inscrito en la Oficina Subalterna de Registro de la jurisdicción del lugar donde se celebre el
matrimonio, antes de la celebración de éste, so pena de nulidad”.

Art. 144 CC: “Para la validez de las modificaciones en las capitulaciones matrimoniales, es
necesario que se registren con anterioridad a la celebración del matrimonio, de conformidad con
el artículo precedente, y que todas las personas que han sido parte en las capitulaciones presten
su consentimiento a la modificación”.

Art. 145 CC: “Toda modificación en las capitulaciones matrimoniales, aunque revestida de las
formalidades preceptuadas en el artículo anterior, queda sin efecto respecto a terceros, si al
margen de los protocolos del instrumento respectivo no se ha anotado la existencia de la escritura
que contenga la modificación.

No se dará copia del instrumento de capitulaciones matrimoniales sin la inserción de la predicha


nota, so pena para quien lo hiciere de pagar una multa, que le será impuesta por su superior, de
cien a mil bolívares, quedando a salvo las acciones civiles o penales a que dicha omisión diere
lugar”.

2.- Tienen pocas limitaciones Art. 142 CC: “Serán nulos los pactos que los esposos hicieren contra
las leyes o las buenas costumbres, o en detrimento de los derechos y obligaciones que
respectivamente tienen en la familia, y los contrarios a las disposiciones prohibitivas de este
Código y a las establecidas sobre divorcio, separación de cuerpos, emancipación, tutela y sucesión
hereditaria”.

3.- El pacto sobre sucesión futura está prohibido y, por tanto, será nula la cláusula de las
capitulaciones que establezca algo sobre sucesiones futuras, sin embargo, el resto de las
capitulaciones mantienen su validez. Dicho de otra forma, la nulidad sólo alcanza a la cláusula que
contenga alguna disposición sobre sucesiones futuras.

12/I/2006

CARACTERÍSTICAS DE LOS CONTRATOS:


Rige la autonomía de la voluntad.

Pueden formarse por mutuo consenso y disolverse por mutuo disenso.

Son modificables por acuerdo entre las partes.

Es necesario decir que ninguna de las tres características anteriores se encuentran en las
capitulaciones matrimoniales.

Desde Roma se distinguía entre el pacto y el contrato, siendo que, el pacto era de obligatorio
cumplimiento, aún cuando no estuviese revestido de formalidades; más adelante hubo una época
en la que no se establecían distinciones entre ambos conceptos. Como parte de esa antigua
discusión entre pacto y contrato, siempre se ha discutido si las instituciones del derecho de
familias son o no contratos y, en el caso específico del matrimonio y la adopción hay mayores
razones para creer que no son contratos, puesto que no gozan de las características enumeradas
anteriormente.

Sentencia: 13/X/1994 Sala de Casación Civil En esta ocasión la sala contó con los refuerzos de
personalidades del Derecho Civil, como lo son Parra Aranguren y Francisco López Herrera, y el
resultado fue una sentencia que resuelve el problema acerca del carácter de las capitulaciones
matrimoniales, la mayoría de los magistrados fueron de la opinión de que las capitulaciones sí son
contratos, puesto que el objeto de las mismas en nuestro país es netamente patrimonial, además
hay una gran libertad para escoger el régimen económico, las limitaciones a la autonomía de la
voluntad en este caso, están referidas a la prohibición de pactos sobre sucesiones futuras, y a la
conocida limitación en respeto del orden público y las buenas costumbres.

¿Qué estableció? Si sólo se dice que el régimen es Capitulaciones Matrimoniales, sin hacer
especificación distinta y específica, se considera que el objeto del contrato no está determinado, ni
tampoco es determinado como lo exige el código civil (Art. 1155 CC: “El objeto del contrato debe
ser posible, lícito, determinado o determinable”), al no cumplir el objeto con lo establecido en el
Art. 1155 CC el contrato carece de validez. En este caso se considera además, que el contrato
carece de manifestación de voluntad Jurisprudencia de Pierre Tapia, Tomo 10, Página 101, año
1994 (Si alguien la tiene por favor que me la facilite).

Pacto sobre sucesión futura: Es lógico que a la muerte de uno de los cónyuges el otro herede una
cantidad de bienes que pertenecieron al finado, pero la facultad de testar es personalísima y no
puede estar sometida a limitación alguna, así como yo no puedo someter mi consentimiento
matrimonial a ciertas condiciones, tampoco puede hacerse en caso de sucesiones.

Las capitulaciones entonces son:

Un contrato sinalagmático perfecto (bilateral): Porque su finalidad es determinar el régimen


conyugal de bienes, régimen del cual derivan obligaciones para ambos cónyuges.

Accesorias al matrimonio: porque están subordinadas al matrimonio que es el contrato principal,


tanto así que de no realizarse éste ellas carecen de validez.

Solemnes: porque para su perfeccionamiento deben cumplirse todas las formalidades previstas en
la ley.

En cuanto a la solemnidad se ha discutido acerca de cuál es el funcionario competente para darle


validez y fe pública a las capitulaciones, puesto que el Código establece que es el Registrador (Art.
143 CC) y La Ley del Registro Público y Notariado, establece que el notario también será
competente (Art. 74 Ley de Registro y Notariado). Como el profesor no quiso entrar en polémicas,
dijo que su mejor consejo es no fiarse y darle fe pública a las capitulaciones por ambas vías,
notariándolas primero y luego registrándolas. Art. 143 CC: “Las capitulaciones matrimoniales
deberán constituirse por instrumento otorgado ante un Registrador Subalterno antes de la
celebración del matrimonio; pero podrán hacerse constar por documento auténtico que deberá
ser inscrito en la Oficina Subalterna de Registro de la jurisdicción del lugar donde se celebre el
matrimonio, antes de la celebración de éste, so pena de nulidad” y Art. 74 Nº 8 Ley de Registro:
“Los Notarios son competentes en el ámbito de su jurisdicción para dar fe pública de todos los
actos, hechos y declaraciones que autoricen con tal carácter, particularmente de los siguientes: …
8º.- Capitulaciones matrimoniales”.
Una vez que las capitulaciones son aprobadas en el registro o en la notaría, pueden ser
modificadas, pero dicha modificación sólo tendrá efecto cuando se haya dejado la
correspondiente nota marginal en el documento inicial y se haga referencia a dicho documento,
en las nuevas capitulaciones, es decir, en el documento de modificación. Es importante resaltar
que si no se cumple con este procedimiento las nuevas capitulaciones carecerán de oponibilidad
frente a terceros Art. 144 CC: “Para la validez de las modificaciones en las capitulaciones
matrimoniales, es necesario que se registren con anterioridad a la celebración del matrimonio, de
conformidad con el artículo precedente, y que todas las personas que han sido parte en las
capitulaciones presten su consentimiento a la modificación”.

Art. 145 CC: “Toda modificación en las capitulaciones matrimoniales, aunque revestida de las
formalidades preceptuadas en el artículo anterior, queda sin efecto respecto a terceros, si al
margen de los protocolos del instrumento respectivo no se ha anotado la existencia de la escritura
que contenga la modificación.

No se dará copia del instrumento de capitulaciones matrimoniales sin la inserción de la predicha


nota, so pena para quien lo hiciere de pagar una multa, que le será impuesta por su superior, de
cien a mil bolívares, quedando a salvo las acciones civiles o penales a que dicha omisión diere
lugar”.

Como ya se dijo, las capitulaciones no pueden ser modificadas una vez que se ha realizado el
matrimonio y, según la doctrina dominante, esto responde a que el legislador busca proteger a los
terceros que contraten con la pareja El profesor no está de acuerdo con esto por considerar que si
el argumento es ese, debería existir la misma limitación en cuanto a la modificación de estatutos
de las compañías mercantiles.

Finalmente, en caso de incumplimiento por parte de uno de los cónyuges, el otro cónyuge puede
demandar la nulidad del contrato contentivo de las capitulaciones, como sucedería en caso de
incumplimiento de cualquier otro contrato Art. 1167 CC: “En el contrato bilateral, si una de las
partes no ejecuta su obligación, la otra puede a su elección reclamar judicialmente la ejecución del
contrato o la resolución del mismo, con los daños y perjuicios en ambos casos si hubiere lugar a
ello”.

Es importante entender que:


Que es un régimen que se aplica si NO se hacen capitulaciones matrimoniales.

Este Régimen empieza a entra en vigencia a partir del momento del matrimonio. De hecho el
propio Código reza lo siguiente: “…desde el mismo día del matrimonio….” (149 del CC).

No se extingue sino por las causales taxativamente señaladas en el Código Civil que ya se verán y
por lo tanto cualquier pacto que se haga al respecto será nulo; la regla general es que se extingue
cuando el matrimonio se disuelve, bien por muerte o divorcio o cuando se anula, pero también
hay casos, además de estos en que también se extingue el régimen de comunidad e gananciales.

Caducidad: Las capitulaciones otorgadas válidamente caducarán en caso de que la pareja nunca
llegue a casarse, la misma consecuencia acarrea la declaratoria de nulidad del matrimonio
válidamente celebrado.

NULIDAD DE LAS CAPITULACIONES MATRIMONIALES: Es una sanción, como en todo contrato


pueden ser nulas total o parcialmente.

Nulidad absoluta: Es la sanción que acarrea el otorgamiento de capitulaciones matrimoniales, en


el cual se han transgredido el orden público o las buenas costumbres. Se da en los siguientes
casos:

Cuando no se han cumplido las solemnidades impuestas por la ley.

Cuando se violen prohibiciones legales que hayan sido consagradas por razones de orden
público Ej. Las capitulaciones celebradas por un entredicho.

Cuando en las capitulaciones se haya pactado sobre una sucesión futura Pilas con esto porque
en una clase anterior él dijo que en ese caso era nula la cláusula contentiva del pacto, no las
capitulaciones.
Cuando el objeto no sea lícito, determinado o determinable.

Cuando las capitulaciones estén sometidas a modalidades o condiciones.

Nulidad relativa: Se produce cuando en la celebración de las nulidades se han transgredido normas
que el legislador haya establecido para proteger a uno o ambos cónyuges. Tal es el caso de:

Capitulaciones celebradas por un incapaz.

Cuando las capitulaciones se han realizado mediante la utilización de un poder y éste es


defectuoso.

Cuando las capitulaciones se hayan acordado con vicios del consentimiento.

Capitulaciones que incluyan cláusula que implique venta de la cosa ajena Según Grisanti, el
profesor no la nombró.

Cuando se hayan modificado y no se encuentre la nota marginal en el documento inicial.

Las celebradas por los menores autorizados por la ley para contraer matrimonio, sin que se le haya
autorizado para celebrarlas.

Las celebradas por las personas que se encuentren en proceso de inhabilitación, sin la autorización
de su curador o del que se le nombre al efecto o sin la autorización judicial.

DONACIONES CON OCASIÓN DEL MATRIMONIO: Sobre estas donaciones ya estudiamos algo en el
parcial pasado al hablar del matrimonio putativo (búsquense esa guía y refresquen
conocimientos). Este tipo de donaciones son muy similares a las donaciones comunes, dice el
profesor que como las donaciones constituyen una liberalidad el título que ellas otorgan no tiene
la misma validez que otros títulos, sin embargo se ha considerado que en las donaciones con
ocasión del matrimonio no hay una liberalidad total, sino que se busca evitar injusticias y grandes
diferencias entre el patrimonio de ambos cónyuges.

Las donaciones con ocasión del matrimonio no son revocables, lo mismo sucede con las
Donaciones Remuneratorias, que suelen hacerse con la intención de “pagar” un favor (Ej. Si
alguien me salva la vida y yo le dono un carro en señal de agradecimiento).

19/I/2006

RÉGIMEN ECONÓMICO SUPLETORIO:

COMUNIDAD DE GANANCIALES

En clases anteriores hablábamos de las Capitulaciones matrimoniales, explicábamos que es un


contrato mediante el cual los futuros cónyuges determinan de mutuo acuerdo cuál será el régimen
económico bajo el cual desean administrar su matrimonio. El código civil establece además el
régimen supletorio que conocemos como Comunidad de Gananciales y que sólo tendrá cabida
cuando los contrayentes no establezcan nada respecto al régimen bajo el cual desean administrar
sus bienes, aunque en la práctica el la comunidad de gananciales no es tan “supletorio” como lo
establece el código porque más del 90% de los matrimonios se rigen bajo esta figura.

Art. 148 CC: “Entre marido y mujer, si no hubiere convención en contrario, son comunes, de por
mitad, las ganancias o beneficios que se obtengan durante el matrimonio” El artículo precedente
ha dejado bien en claro que la comunidad de gananciales es un régimen supletorio que otorga de
por mitad a los cónyuges la propiedad sobre los bienes comunes. Más adelante se verá hasta qué
punto lo que se establece el artículo es verdad, porque el artículo consagra una afirmación “muy
general” de que todos los bienes o ganancias obtenidas durante el matrimonio son comunes, es
por ello que tenemos que ser muy precisos, porque hay una gran cantidad de bienes que se
adquieren durante el matrimonio que NO son comunes sino que son PROPIOS y lo establece el
mismo Código, pero ese artículo lo que hace es entrañar una idea general de lo que es la materia;
más exacto hubiese sido si hubiera señalado : “ los adquirido a título oneroso” en contraposición a
los adquiridos a título gratuito, puesto que los adquiridos a título “gratuito”, aun después del
matrimonio son “propios” , por regla; y los adquiridos título “oneroso” como regla ( porque
también tiene excepciones) son “comunes”. Es importante tener en cuenta que no todos los
bienes adquiridos durante el matrimonio forman parte de dicha comunidad, puesto que, como
veremos en adelante hay muchos bienes que, a pesar de ser adquiridos durante el matrimonio,
son propios (del cónyuge que los haya adquirido) Ej. Bienes adquiridos a título gratuito.

La comunidad de gananciales entra en vigencia a partir de la celebración del matrimonio y se


extinguirá por las causales señaladas taxativamente en el Código Civil Art. 149 CC: “Esta
comunidad de los bienes gananciales comienza precisamente el día de la celebración del
matrimonio; cualquiera estipulación contraria será nula”.

COMUNIDAD DE GANANCIALES: Es el régimen legal supletorio de los bienes en el matrimonio, en


virtud del cual cada cónyuge conserva para sí la propiedad de los bienes adquiridos antes del
matrimonio, los adquiridos a título gratuito y algunos bienes adquiridos a título oneroso
(especialmente aquellos que entren en el patrimonio de la persona en subrogación de algún bien
adquirido previo al matrimonio), serán también propios los bienes personalísimos, tales como los
usufructos, los derechos de autor, los de uso personal como la ropa y algunos otros bienes
establecidos especialmente.

Durante la vigencia del código anterior este régimen era llamado indistintamente “Sociedad
matrimonial” y “Comunidad matrimonial”, de aquel código quedan aún algunos vestigios, como
por ejemplo el Art. 150 CC que remite a las normas sobre sociedades Art. 150 CC: “La comunidad
de bienes entre los cónyuges se rige por las reglas del contrato de sociedad, en cuanto no se
opongan a lo determinado en este Capítulo”. La anterior remisión no deja de ser curiosa y nos
obliga a establecer de seguida algunas diferencias entre la Comunidad de Gananciales y la
Sociedad.

Nota: Es falsa la creencia de que en la Comunidad de Gananciales existen tres patrimonios: El


propio, el común y el de la Comunidad en general. La realidad es que se trata de dos patrimonios
(los de cada cónyuge) en los cuales existen distintos tipos de bienes (propios y comunes).

“Es el régimen legal supletorio (supletorio, porque suple el silencio de las partes o de una norma
expresa) de los bienes en el matrimonio, en virtud del cual cada cónyuge conserva para sí,
exclusivamente todos los bienes que tenía antes de casarse y los adquiridos durante el matrimonio
a título gratuito (salvando las excepciones, como es el caso de la donación, en aquél caso en que el
donante diga que la donación es para la comunidad) y algunos que adquiera a título oneroso, pero
que entren en subrogación de otros que eran propios (un ejemplo de este último caso sería: se
tiene un apartamento antes del matrimonio y el propietario se casa, luego, vende ese
apartamento y lo permuta por otro apartamento , el otro apartamento toma el lugar del
apartamento que se tenía antes de casarse, por lo tanto sigue siendo propio del propietario que
contrajo matrimonio , a pesar de que la permuta sea un contrato oneroso, entonces sigue siendo
de éste , porque lo que se hizo fue que el bien inmueble entró en lugar de otro), además son
también propios los bienes que son personalísimos (dentro de ellos el usufructo, por ejemplo) . El
Código nuevo, incluyó un renglón lógico, las cosas de uso personal”. Esta última definición la tomé
de una clase que me pasaron las muchachas de la mañana, gracias chicas…

COMUNIDAD ORDINARIA Vs. COMUNIDAD DE GANANCIALES:

COMUNIDAD ORDINARIA

COMUNIDAD DE GANANCIALES

Ubicación: Art. 759 al 770 CC.

Art. 148 al 183 CC.

Cantidad de propietarios: Hay varios propietarios de un solo bien y cada comunero es propietario
de un determinado porcentaje del bien (puede ser el 1%, el 10%, el 20%, etc.), pero la comunidad
como tal es propietaria del bien en su conjunto Ej. Los herederos son comuneros de los bienes que
han heredado.

Pueden haber cuantos comuneros se quiera.


Teóricamente sólo pueden haber dos propietarios (los cónyuges) de los bienes que conforman la
comunidad y SIEMPRE la proporción será de por mitad (cada uno es dueño del 50% de los bienes
de la comunidad). Excepción: El Matrimonio putativo Ej. El hombre musulmán que de buena fe
cree que en nuestro país se acepta la poligamia y contrae matrimonio con dos mujeres. Conforme
al profesor, en este caso la primera mujer no debería verse perjudicada por el segundo
matrimonio, así que el porcentaje de propiedad sobre los bienes sería así: Primera mujer 50%,
Hombre 50% dividido entre él y las siguientes esposas, si hay dos esposas el hombre y la segunda
esposa poseerían un 25% de los bienes cada uno.

Disposición: Los comuneros pueden disponer libremente de su cuota parte en el bien Ej. Si yo soy
dueña del 25% de una finca, yo puedo tomar esa parte y venderla, cederla, donarla, etc.

Los bienes de la comunidad de gananciales en principio no son de libre disposición Ej. Yo para
vender un bien de la comunidad necesito de la autorización de mi esposo.

Administración: Se requiere unanimidad entre los comuneros para las decisiones correspondientes
a la administración de los bienes.

Más adelante veremos que la administración de los bienes comunes de la pareja se maneja de una
manera distinta a la unanimidad.

Extinción: Subsiste después de la muerte de los comuneros, porque los herederos pueden ocupar
su lugar en la comunidad.

Se extingue con la muerte.

Fuente: Las fuentes de la comunidad ordinaria son muy variadas: donaciones, herencias, compra
conjunta, legados y otras.
La única fuente de la comunidad de gananciales es el Matrimonio.

La comunidad ordinaria es vista con malos ojos por el legislador, prueba de esto se encuentra en
algunas de las limitaciones que existen en su regulación (como que no pueden pactarse por más
de 5 años), por otra parte, normalmente son poco prácticas desde el punto de vista económico, ya
que con el pasar del tiempo la cantidad de comuneros suele ser mayor, hasta que, en un
determinado momento, a cada comunero le toca sólo una pequeña parte de dinero por su parte.

El régimen matrimonial es totalmente lógico porque la pareja busca mantener, al menos en


principio, el resto de sus vidas en comunidad y así como tienen entre sí deberes de asistencia y
socorro, es apenas lógico que los cónyuges mantengan algunos bienes en comunidad, ya que,
comparten una comunidad de vida.

SOCIEDADES Vs. COMUNIDAD DE GANANCIALES:

SOCIEDAD

COMUNIDAD DE GANANCIALES

Es un contrato que, entre otras cosas, persigue fines de lucro.

Ya en el primer parcial dejamos bien claro que el matrimonio no es un contrato y, como es de


suponer, no es de su esencia que persiga algún fin de lucro.
Pueden y, normalmente, adquieren personalidad jurídica.

No tiene personalidad jurídica, se trata de dos patrimonios en los cuales existen bienes comunes y
bienes propios.

Se forman por mutuo consenso y se extinguen por mutuo disenso, es decir, que se respeta la
autonomía de la voluntad de las partes.

El matrimonio se forma consensualmente, pero no puede disolverse de la misma manera, además


sus normas, suelen ser de orden público.

Cada socio va a recibir utilidades en proporción a su propiedad Ej. Si poseo el 30% de la propiedad,
en ese mismo porcentaje recibiré las utilidades percibidas por la sociedad.

Cada cónyuge recibe el 50% de las utilidades percibidas por la comunidad de gananciales y es algo
que no puede variar.

No se extinguen por muerte de los socios.

Se extingue por muerte de los cónyuges.

La administración de la sociedad se realiza por acuerdo entre los socios.


La administración de la comunidad se encuentra regida por el código civil.

No están permitidas las sociedades universales Primer aparte del Art. 1650 CC: “Se prohíbe toda
sociedad a título universal, sea de bienes presentes y venideros o de unos u otros…”.

Están permitidas las ganancias universales para la comunidad de gananciales Segundo aparte del
Art. 1650 CC: “Se prohíbe asimismo, toda sociedad de ganancias a título universal, excepto entre
cónyuges…”.

Son mutables, es decir, que pueden sufrir modificaciones, siempre que se acuerden por los socios.

La comunidad de gananciales no puede recibir modificaciones y se rige estrictamente por el


Código Civil, es inmutable.

CARACTERÍSTICAS: Conforme a los cuadros anteriores, podemos establecer una serie de


características de la comunidad de gananciales:

Sólo puede existir entre marido y mujer, está expresamente prohibida entre otras personas Art.
1650 CC: “Se prohíbe asimismo, toda sociedad de ganancias a título universal, excepto entre
cónyuges…”.

Las cuotas de copropiedad entre los cónyuges siempre son fijas e invariables, las ganancias a su
vez, siempre son comunes de por mitad Art. 148 CC: ““Entre marido y mujer, si no hubiere
convención en contrario, son comunes, de por mitad, las ganancias o beneficios que se obtengan
durante el matrimonio”.
No puede constituirse con anterioridad al matrimonio, so pena de nulidad de cualquier pacto en
contrario Art. 149 CC: “Esta comunidad de los bienes gananciales comienza precisamente el día de
la celebración del matrimonio; cualquiera estipulación contraria será nula”.

La regulación de la comunidad de gananciales es estrictamente legal y no puede estipularse nada


acerca de la misma por vía de la autonomía de voluntad. Esto obedece a que estamos en presencia
de un régimen supletorio y si los cónyuges hubiesen querido estipular algo sobre su régimen
patrimonial han podido convenir en Capitulaciones Matrimoniales.

No persigue fines de lucro, el fin último y principal de la Comunidad de Gananciales es conseguir el


buen funcionamiento de los deberes derivados del matrimonio.

COMPOSICIÓN DEL PATRIMONIO DE LOS CASADOS: Es falsa la creencia de que en la Comunidad de


Gananciales existen tres patrimonios: Los propios de cada cónyuge y el común. La realidad es que
se trata de dos patrimonios (los de cada cónyuge) en los cuales existen distintos tipos de bienes
(propios y comunes).

1.- BIENES PROPIOS DE LOS CÓNYUGES: Art. 151 CC: “Son bienes propios de los cónyuges los que
pertenecen al marido y a la mujer al tiempo de contraer matrimonio, y los que durante éste
adquieran por donación, herencia, legado o por cualquier otro título lucrativo. Son también
propios los bienes derivados de las acciones naturales y la plusvalía de dichos bienes, los tesoros y
bienes muebles abandonados que hallare alguno de los cónyuges, así como los vestidos, joyas y
otros enseres u objetos de uso personal o exclusivo de la mujer o el marido” al Art. 155 CC.

Todos los bienes habidos antes del matrimonio, es decir, cada cónyuge mantendrá la propiedad
exclusiva de todos los bienes, muebles o inmuebles, obtenidos a título gratuito u oneroso, que
tenga para el tiempo en que el matrimonio fue contraído. Excepción: Las donaciones hechas a uno
de los cónyuges con ocasión del matrimonio Art. 161 CC: “Los bienes donados o prometidos a uno
de los cónyuges, por razón del matrimonio, aun antes de su celebración, son de la comunidad, a
menos que el donante manifieste lo contrario”.

Todos los bienes adquiridos a título gratuito, es decir aquellos adquiridos durante el matrimonio
por: donación, herencia, legado o cualquier otro título gratuito (sin dar contraprestación alguna).
La herencia versa sobre una universalidad de bienes (Ej. Todos los bienes del de cujus se reparten
entre sus herederos), el legado versa sobre bienes concretos (Ej. Te lego mi casa).

Los tesoros (Art. 800 CC: “Es tesoro todo objeto mueble de valor que haya sido ocultado o
enterrado y cuya propiedad nadie pueda justificar. El tesoro pertenece al propietario del inmueble
o mueble en donde se encuentre. Si el tesoro se encontrare en un inmueble o mueble ajenos, con
tal que haya sido encontrado por el solo efecto de la casualidad, pertenecerá de por mitad al
propietario del inmueble o mueble donde se haya encontrado y al que lo hubiere hallado”); La
Accesión (Art. 561 CC: “Las agregaciones e incrementos de terreno que se forman sucesiva e
imperceptiblemente en los fundos situados a orillas de los ríos o arroyos, se llaman aluvión, y
pertenecen a los propietarios de estos fundos”, también los artículos siguientes), en el caso del
artículo precedente esos pedazos de terreno que se agreguen al fundo de uno de los cónyuges le
pertenecerán exclusivamente a éste.

Plusvalías: Técnicamente la palabra plusvalía se refiere al aumento del valor de un bien


determinado. Ahora bien, serán de propiedad exclusiva de uno de los cónyuges las plusvalías que
hayan sufrido sus bienes adquiridos con anterioridad a la celebración del matrimonio, siempre
que, dicho aumento sea producto de la casualidad Ej. Yo tenía una hacienda, no le he invertido ni
medio, pero construyen una autopista frente a ella y eso aumenta su valor.

Lo contrario sucede con las plusvalías obtenidas por un bien al cual se le ha invertido dinero de la
comunidad Ej. Yo tengo mi hacienda antes del matrimonio y del dinero de la comunidad le invierto
100Bs. Si gracias a esa inversión la hacienda aumenta su valor en 1000Bs, la plusvalía (esos
1000Bs) será de la comunidad.

Bienes adquiridos a título oneroso pero en subrogación de un bien propio Art. 152 CC: “Se hacen
propios del respectivo cónyuge los bienes adquiridos durante el matrimonio:

1.- Por permuta con otros bienes propios del cónyuge.

2.- Por derecho de retracto ejercido sobre los bienes propios por el respectivo cónyuge y con
dinero de su patrimonio…” , se refiere a: retracto convencional, venta con pacto de retracto,
retracto legal Art. 1534 CC: “El retracto convencional es un pacto por el cual el vendedor se
reserva recuperar la cosa vendida, mediante la restitución del precio y el reembolso de los gastos
que se expresan en el artículo 1.544…”; Art. 1546 CC: “El retracto legal es el derecho que tiene el
comunero de subrogarse al extraño que adquiera un derecho en la comunidad por compra o
dación en pago, con las mismas condiciones estipuladas en el contrato. Este derecho sólo podrá
ejercerse en el caso de que la cosa no pueda dividirse cómodamente o sin menoscabo”.

Art. 152 CC continuación: “…3.- Por dación en pago hecha al respectivo cónyuge por obligaciones
provenientes de bienes propios.

4.- Los que adquiera durante el matrimonio o a título oneroso, cuando la causa de adquisición ha
precedido al casamiento. …”, según el profesor sólo existe un caso que encuadre con lo
contemplado en este numeral y se encuentra en el Art. 157 CC: “Cuando pertenezca a uno de los
cónyuges una cantidad pagadera en cierto número de años, no corresponden a la comunidad las
cantidades cobradas en los plazos vencidos durante el matrimonio, sino se estimarán como parte
de los bienes propios, deducidos los gastos de su cobranza”.

5.- La indemnización por accidentes o por seguros de vida, de daños personales o de


enfermedades, deducidas las primas pagadas por la comunidad.

6.- Por compra hecha con dinero proveniente de la enajenación de otros bienes propios del
cónyuge adquirente.

7.- Por compra hecha con dinero propio del cónyuge adquirente, siempre que haga constar la
procedencia del dinero y que la adquisición la hace para sí.

En caso de fraude, quedan a salvo las acciones de los perjudicados para hacer declarar
judicialmente a quién corresponde la propiedad adquirida”. Finalmente el profesor explicó que el
gran parecido existente entre los numerales 6º y 7º se debe a una yuxtaposición de legislaciones
(los últimos tres códigos civiles), la diferencia radica en que el caso completado en el numeral 7º
se refiere al caso en que el dinero con el que se realiza la compra no necesariamente proviene de
un bien propio Ej. Una compra que se haga con un dinero que heredé; OJO: La constancia a la que
se refiere el numeral debe hacerla el cónyuge adquiriente para que adquiera valor frente a
terceros.
2.- BIENES PERSONALÍSIMOS: Este tipo de bienes son también de exclusiva propiedad del cónyuge
adquiriente, aún cuando estos bienes se hayan adquirido durante el matrimonio, a título oneroso
y con dinero proveniente de la comunidad, esto se debe a que los bienes personalísimos son
aquellos que se encuentran tan relacionados con el titular, que no pueden transmitirse, por ser
inherentes a la persona. Tales bienes son:

Indemnizaciones por seguros de vida, de daños personales o de enfermedades Art. 152,


numeral 5º CC: “Se hacen propios del respectivo cónyuge los bienes adquiridos durante el
matrimonio: …5.- La indemnización por accidentes o por seguros de vida, de daños personales o
de enfermedades, deducidas las primas pagadas por la comunidad…”.

Indemnización por accidentes: Deriva también del Ord. 5º del Artículo 152, en este caso
estaríamos hablando principalmente de las indemnizaciones percibidas por uno de los cónyuges
con ocasión de accidentes laborales, esto se debe a que los daños producidos por este tipo de
accidentes, son personales.

Indemnización por hecho ilícito: Es también lógico que si uno de los cónyuges es perjudicado, en
su persona o en sus bienes, por el hecho ilícito de un tercero, la indemnización que perciba por tal
concepto le pertenezca en propiedad exclusiva Art. 167 CC: “La responsabilidad civil por acto ilícito
de un cónyuge no perjudica al otro en sus bienes propios ni en su parte de los comunes”.

Derecho de uso y habitación: Ambos derechos son personalísimos y al serlo, también son
imposibles de ceder. El primero, el derecho de uso, es la facultad atribuida a una persona, de
servirse de la cosa de otro con el cargo de conservar la substancia de ella; o de tomar, sobre los
frutos de un fondo ajeno, lo que sea preciso para satisfacer las necesidades del usuario y de su
familia. El derecho de habitación es una modalidad del derecho de uso. En efecto, cuando el uso
se refiere a una casa y a la facultad de morar en ella, se llama derecho de habitación.

Pues bien, si un cónyuge, durante el matrimonio, adquiere a título oneroso y con bienes o dinero
común, un derecho de uso o uno de habitación, tales derechos corresponden en forma exclusiva al
cónyuge adquiriente, quien se hace deudor de la comunidad por el montante del precio que pagó,
con caudal común, por el derecho adquirido para sí. Nota: Muchachos todo lo referente a este
punto lo tomé textual del libro de Isabel Grisanti, porque el profesor sólo lo nombró entre los
bienes personalísimos y dijo que convenía refrescar los conocimientos, pero no dio mayor
explicación sobre el punto.
Derechos de autor: Recordemos que con el derecho de autor se reconocen las obras producto
del ingenio del individuo, desde luego si uno de los cónyuges tiene derechos de autor sobre obras
de su ingenio o sobre obvias del ingenio de un tercero, estamos hablando de un derecho
personalísimo que nada tendría que ver con los bienes de la comunidad. Pero si bien el derecho de
autor como tal es personalísimo, las ganancias producto de ese derecho de autor no lo son y, por
ende, pasan a formar parte de la comunidad. Art. 34 Ley sobre derecho de autor: “No obstante
cualquier cláusula en contrario de las capitulaciones matrimoniales, el derecho de autor
corresponde exclusivamente al cónyuge autor o derechohabiente del autor. En caso de comunidad
legal de bienes, el cónyuge titular del derecho podrá administrarlo y disponer de él sin las
limitaciones del artículo 154 del Código Civil.

Sin embargo, a la muerte del cónyuge autor, siempre que el otro cónyuge lo sobreviva, los
derechos de autor sobre las obras creadas durante el matrimonio, se incluirán dentro de los
bienes comunes a los efectos de la liquidación de la comunidad legal de bienes que entre ellos
existiere. Las disposiciones de esta ley, referentes a los derechohabientes del autor, son aplicables
al cónyuge respecto de su participación en estos bienes comunes”.

Art. 35 LSDA: “En el régimen de la comunidad legal de bienes, los proventos derivados de la
explotación de una obra del ingenio obtenidos durante el matrimonio, directamente o mediante la
cesión de los derechos de explotación, son bienes de la comunidad, pero su administración
corresponde exclusivamente al cónyuge autor o derechohabiente del autor”.

3.- BIENES COMUNES: Son aquellos que conforman la masa común a ambos cónyuges, también
llamados bienes gananciales Art. 156 CC: “Son bienes de la comunidad:

1º Los bienes adquiridos por título oneroso durante el matrimonio, a costa del caudal común, bien
se haga la adquisición a nombre de la comunidad o al de uno de los cónyuges.

2º Los obtenidos por la industria, profesión, oficio, sueldo o trabajo de alguno de los cónyuges.
3º Los frutos, rentas o intereses devengados durante el matrimonio, procedentes de los bienes
comunes o de los peculiares de cada uno de los cónyuges”. Cuando uno de los cónyuges adquiere
un bien con dinero común, se aplica también la regla de subrogación y el nuevo bien será común.

López Herrera nos habla del caso de los premios y loterías de la siguiente forma: “…debe tenerse
en cuenta que son de la comunidad y no del cónyuge adquiriente las ganancias obtenidas en
juegos, apuestas, loterías, etc.…”.

En los artículos siguientes se encuentran además enumerados otra serie de bienes que son
comunes:

Art. 158 CC: “El derecho de usufructo o de pensión, forma parte de los bienes propios del cónyuge
a quien pertenece; pero las pensiones y frutos correspondientes a los primeros veinte años del
matrimonio, corresponden a la comunidad en los cuatro quintos. De los veinte años en adelante
todos los frutos y pensiones corresponden a la comunidad” Los derechos de usufructo y de
pensión pueden ser propios de uno de los cónyuges si le pertenecían a éste, con anterioridad al
matrimonio, si fueron adquiridos durante el matrimonio pero a título gratuito o si los adquirieron
a título oneroso en subrogación de un bien propio. Pero en cualquier caso que estos derechos
hayan sido adquiridos con el caudal común, estaremos en presencia de bienes comunes.

La regla de que los bienes adquiridos por alguno de los cónyuges a título gratuito serán de su
propiedad exclusiva, encuentra una excepción cuando el bien provenga de una donación que se le
haya hecho con ocasión del matrimonio, salvo que el donante manifieste lo contrario Art. 161 CC:
“Los bienes donados o prometidos a uno de los cónyuges, por razón del matrimonio, aun antes de
su celebración, son de la comunidad, a menos que el donante manifieste lo contrario”.

Art. 162 CC: “En el caso del artículo anterior, el donante está obligado al saneamiento de los
bienes y debe intereses por ellos desde el día en que debió hacerse la entrega, y, a falta de plazo,
desde la celebración del matrimonio” En el caso regulado en este artículo, será también común el
producto del saneamiento por evicción, en caso de existir mora en la entrega del bien.

Art. 163 CC: “El aumento de valor por mejoras hechas en los bienes propios de los cónyuges, con
dinero de la comunidad, o por industria de los cónyuges, pertenece a la comunidad” Este caso ya
fue estudiado al hablar del caso de plusvalía en los bienes propios de uno de los cónyuges y
decíamos que siempre que el aumento en el valor de un bien se haya producido por inversión de
dinero común, dicho aumento pertenecerá a la comunidad, aún cuando el bien, sea propio de uno
de los cónyuges Ej. Yo tengo mi hacienda antes del matrimonio y del dinero de la comunidad le
invierto 100Bs. Si gracias a esa inversión la hacienda aumenta su valor en 1000Bs, la plusvalía (esos
1000Bs) será de la comunidad.

Finalmente, en cuanto a los bienes comunes existe una presunción juris tantum, conforme a la
cual, todos los bienes que se encuentren en un matrimonio regido por Comunidad de Gananciales,
serán comunes, salvo que se pruebe lo contrario (es decir, que se pruebe que pertenecen a alguno
de los cónyuges) Art. 164 CC: “Se presume que pertenecen a la comunidad todos los bienes
existentes mientras no se pruebe que son propios de alguno de los cónyuges”.

CARGAS DE LA COMUNIDAD: Son también llamadas Cargas Comunes y se refieren a las


obligaciones o deudas que hayan sido adquiridas por la pareja o por uno sólo de los cónyuges,
pero que por su origen, carácter o fines deben ser sufragadas, de por mitad, por ambos cónyuges
Art. 165 CC: “Son de cargo de la comunidad:

1º Todas las deudas y obligaciones contraídas por cualquiera de los cónyuges en los casos en que
pueda obligar a la comunidad.

2º Los réditos caídos y los intereses vencidos durante el matrimonio (no antes de celebrarse éste,
ni después de disolverse), a que estuvieren afectos, así los bienes propios de los cónyuges como
los comunes.

3º Las reparaciones menores o de conservación, ejecutadas durante el matrimonio en los bienes


propios de cada uno de los cónyuges.

4º Todos los gastos que acarrea la administración de la comunidad.

5º El mantenimiento de la familia y la educación de los hijos comunes y también los de uno solo de
los cónyuges en los casos en que tienen derecho a alimentos.
6º Los alimentos que cualquiera de los cónyuges esté obligado por la Ley a dar a sus ascendientes,
siempre que no puedan hacerlo con el producto de sus bienes propios”.

Art. 166 CC: “También son de cargo de la comunidad las donaciones hechas, por cualquier causa, a
los hijos comunes, de mutuo acuerdo, por los cónyuges.

Si los bienes gananciales no alcanzaren, los cónyuges responderán de la diferencia, con sus bienes
propios, de por mitad”.

Art. 167 CC: “La responsabilidad civil por acto ilícito de un cónyuge no perjudica al otro en sus
bienes propios ni en su parte de los comunes” La semana que viene veremos hasta dónde llega la
responsabilidad de los cónyuges por los actos del otro cónyuge.

26/I/2006

CARGAS DE LA COMUNIDAD: Son los gastos que por ley deben cubrir los cónyuges de por mitad.
Grisanti las define como las obligaciones o deudas adquiridas por los cónyuges o por uno de ellos,
pero que por su origen carácter y fines no deben ser imputadas a la responsabilidad particular de
uno u otro cónyuge, sino que deben ser soportadas de por mitad por ambos Art. 165 CC: “Son de
cargo de la comunidad:

1º Todas las deudas y obligaciones contraídas por cualquiera de los cónyuges en los casos en que
pueda obligar a la comunidad.

2º Los réditos caídos y los intereses vencidos durante el matrimonio (no antes de celebrarse éste,
ni después de disolverse), a que estuvieren afectos, así los bienes propios de los cónyuges como
los comunes.

3º Las reparaciones menores o de conservación, ejecutadas durante el matrimonio en los bienes


propios de cada uno de los cónyuges.
4º Todos los gastos que acarrea la administración de la comunidad.

5º El mantenimiento de la familia y la educación de los hijos comunes y también los de uno solo de
los cónyuges en los casos en que tienen derecho a alimentos.

6º Los alimentos que cualquiera de los cónyuges esté obligado por la Ley a dar a sus ascendientes,
siempre que no puedan hacerlo con el producto de sus bienes propios”.

Art. 166 CC: “También son de cargo de la comunidad las donaciones hechas, por cualquier causa, a
los hijos comunes, de mutuo acuerdo, por los cónyuges.

Si los bienes gananciales no alcanzaren, los cónyuges responderán de la diferencia, con sus bienes
propios, de por mitad”.

1.- Principio de responsabilidad por deuda: Conforme a este principio las cargas de la comunidad
deben ser sufragadas por ésta y subsidiariamente responderá cada cónyuge con su patrimonio
propio. En principio, los bienes propios servirán para sufragar las obligaciones cuando éstas hayan
sido contraídas por el cónyuge propietario de dichos bienes.

Cuando uno de los cónyuges actúa en nombre de la comunidad la obligación contraída será
sufragar con los bienes de la comunidad, también será sufragada por aquellos bienes de la
comunidad que dicho cónyuge esté autorizado para administrar.

Art. 16 Código de Comercio: “La mujer casada, mayor de edad, puede ejercer el comercio
separadamente del marido y obliga a la responsabilidad de sus actos sus bienes propios y los de la
comunidad conyugal cuya administración le corresponde.

Podrá igualmente afectar a dicha responsabilidad los demás bienes comunes con el
consentimiento expreso del marido”. Para el profesor esta norma es claramente discriminatoria y,
por lo tanto, inconstitucional, puesto que conforme a ella la mujer sólo podrá comprometer el
patrimonio conyugal cuando actúe bajo la autorización del marido, porque en este caso estaría
actuando con plenos poderes. La norma además contradice la letra del Art. 137 CC en el cual se
establece que los cónyuges tienen los mismos deberes y derechos en el matrimonio (incluida la
materia patrimonial), esta contradicción consigue su explicación en el hecho de que el Código de
Comercio es anterior al Código Civil y, por supuesto, a la Constitución Art. 137 CC: “Con el
matrimonio el marido y la mujer adquieren los mismos derechos y asumen los mismos deberes.
Del matrimonio deriva la obligación de los cónyuges de vivir juntos, guardarse fidelidad y
socorrerse mutuamente.

La mujer casada podrá usar el apellido del marido. Este derecho subsiste aún después de la
disolución del matrimonio por causa de muerte, mientras no contraiga nuevas nupcias.

La negativa de la mujer casada a usar el apellido del marido no se considerará, en ningún caso,
como falta a los deberes que la Ley impone por efecto del matrimonio”.

Nota: Lo más importante en cuanto al principio de responsabilidad por deuda es que los bienes
propios de cada cónyuge sólo serán prenda común de los acreedores cuando el respectivo
cónyuge haya actuado en el hecho que hace nacer la obligación.

El hecho ilícito de uno de los cónyuges no perjudica al otro Art. 167 CC: “La responsabilidad civil
por acto ilícito de un cónyuge no perjudica al otro en sus bienes propios ni en su parte de los
comunes”.

2.- Repartición de las deudas: Para entender este principio es necesario tener en cuenta que se
consideran bienes comunes única y exclusivamente los establecidos en los Arts. 165 y 166 CC Art.
165 CC: “Son de cargo de la comunidad:

1º Todas las deudas y obligaciones contraídas por cualquiera de los cónyuges en los casos en que
pueda obligar a la comunidad.

2º Los réditos caídos y los intereses vencidos durante el matrimonio (no antes de celebrarse éste,
ni después de disolverse), a que estuvieren afectos, así los bienes propios de los cónyuges como
los comunes.
3º Las reparaciones menores o de conservación, ejecutadas durante el matrimonio en los bienes
propios de cada uno de los cónyuges.

4º Todos los gastos que acarrea la administración de la comunidad.

5º El mantenimiento de la familia y la educación de los hijos comunes y también los de uno solo de
los cónyuges en los casos en que tienen derecho a alimentos.

6º Los alimentos que cualquiera de los cónyuges esté obligado por la Ley a dar a sus ascendientes,
siempre que no puedan hacerlo con el producto de sus bienes propios”.

Art. 166 CC: “También son de cargo de la comunidad las donaciones hechas, por cualquier causa, a
los hijos comunes, de mutuo acuerdo, por los cónyuges.

Si los bienes gananciales no alcanzaren, los cónyuges responderán de la diferencia, con sus bienes
propios, de por mitad”.

Tomando como punto de partida los artículos anteriores podemos decir que todas aquellas
obligaciones que no estén incluidas en los Arts. 165 y 166 CC son consideradas como propias del
cónyuge que las haya contraído Art. 180 CC: “De las obligaciones de la comunidad se responderá
con los bienes de la misma y si estos no fueren suficientes, el cónyuge que haya contraído la
obligación responderá subsidiariamente con sus bienes propios, a menos que el otro cónyuge haya
consentido el acto, caso en el cual ambos responderán de por mitad con sus bienes propios.

De las obligaciones contraídas por los cónyuges en la administración de sus bienes propios
responden con estos y subsidiariamente con los bienes que le correspondan en la comunidad”.

En caso de que uno de los cónyuges o ambos hubieren sufragado un gasto con sus bienes propios
y dicho gasto se encontrare inmerso dentro de las Cargas de la Comunidad, habrá derecho a
compensación del gasto, porque los cónyuges están obligados a sufragar las cargas comunes de
por mitad (ni más, ni menos), dicha compensación podrá hacerse en cualquier momento posterior
al gasto y, en caso de liquidación de la comunidad sin que se haya realizado la compensación, ésta
deberá realizarse obligatoriamente en ese momento Ej. Mi hijo tiene apendicitis y la operación
cuesta cuatro millones (4.000.000), dicha operación sería una carga de la comunidad, por lo que
mi esposo y yo deberíamos cancelarla de por mitad, es decir, dos millones (2.000.000) cada uno.
Supongamos que yo tengo el dinero y él por cualquier razón no la tiene, así que de mi dinero
propio yo pago la totalidad de la operación, tengo derecho a que él me devuelva los dos millones
que yo pagué por él, en cualquier momento. Si él no me los devuelve, siempre puedo pedirlos en
una eventual liquidación de la comunidad, digamos que por un divorcio.

Otro caso posible es que de los bienes comunes se sufrague una obligación particular de uno de
los esposos y, de ocurrir, la comunidad de gananciales tiene derecho a la respectiva compensación
Ej. Supongamos que con dinero común yo me compro un vestido que cuesta 200.000,ººBs. Yo
debería apenas tenga esa cantidad en mi patrimonio, reintegrarla al patrimonio común o, en su
defecto, sufragar de mi bolsillo algún gasto que signifique el mismo monto.

ADMINISTRACIÓN Y DISPOSICIÓN DE LOS BIENES: Recordemos que la comunidad de gananciales


es un patrimonio que está integrado por bienes propios y bienes comunes, éstos bienes tendrán
una administración determinada que debemos entrar a estudiar, dado que, hoy en día no es el
hombre quien administra la totalidad del patrimonio conyuga.

1.-ADMINISTRACIÓN DE LOS BIENES PROPIOS: La administración de los bienes propios es muy


simple y está regida por tres principios fundamentales:

Hay libertad de administración con los actos a título oneroso.

Hay restricciones cuando el acto a realizar sea a título gratuito.

En algunos casos se permite que uno de los cónyuges administre los bienes del otro.

RECORDATORIO IMPORTANTE:
Acto de Conservación: Son aquellos que tienden a preservar al bien de un peligro y el gasto que se
debe realizar para dicha preservación se considera ínfimo frente al peligro que corre el bien Ej. Un
bien que corre peligro de que un tercero lo adquiera por prescripción adquisitiva (usucapión),
supongamos que el bien vale unos doscientos millones (200.000.000) y para interrumpir la
prescripción el bien es registrado. Digamos que los gastos de registro fueron de dos millones
(2.000.00) Esto sería un claro acto de conservación porque el gasto de registro es mínimo
comparado con el valor del bien.

Actos de simple administración y actos de disposición: Sobre estas categorías de actos existen
varias teorías, explica el profesor que la más aceptada en la actualidad es aquella que indica que
para saber si un acto es de administración o de disposición se debe atender a la afectación que
dicho acto ejerza dentro del patrimonio del individuo Ej. Si Bill Gates que es el hombre más rico del
mundo vende una casa, probablemente eso sería un acto de simple administración porque para él
el costo de una casa representa una mínima parte de su patrimonio; pero si yo vendo mi casa
probablemente esa casa integre una gran parte de mi patrimonio, así que en mi caso se trataría de
un acto de disposición En definitiva, para el profesor son actos de disposición los que afectan una
parte importante del patrimonio de la persona.

Disposición de los bienes propios:

Cada cónyuge puede disponer libremente de sus bienes cuando el acto que realice sea a título
oneroso, sin embargo para disponer de sus bienes propios a título gratuito, cada cónyuge
necesitará de la autorización del otro. Explica el profesor que la razón de ser de esta disposición es
que si bien cada cónyuge tiene bienes propios, las rentas que produzcan dichos bienes serán de la
comunidad y una disposición a título gratuito de un bien propio de uno de los cónyuges que
produzca una renta disminuirá el patrimonio común Ej. Apartamento arrendado Art. 154 CC:
“Cada cónyuge tiene la libre administración y disposición de sus propios bienes: pero no podrá
disponer de ellos a título gratuito, ni renunciar herencias o legados, sin el consentimiento del
otro”.

El artículo 154 CC es también claro al establecer que los cónyuges no podrán renunciar a herencias
o legados, sin que su pareja preste consentimiento para ello. La razón de esta disposición es que,
al menos en teoría, cuando uno de los cónyuges renuncia a una herencia o un legado, su
patrimonio deja de incrementarse e incluso cuando los bienes que constituyen la herencia o
legado pueden producir frutos o rentas, no sólo deja de incrementarse el patrimonio del cónyuge,
sino que la comunidad dejará de percibir una determinada cantidad de ingresos. El profesor aclara
entonces que no siempre se tratará de una herencia que incremente el patrimonio del cónyuge
porque puede ser que los activos que la constituyan sean menores a los pasivos, en cuyo caso, el
patrimonio sólo se verá aumentado cuando la herencia es aceptada a beneficio de inventario
(cuando no se confunde el patrimonio del causante con el de los herederos y por esa razón los
acreedores del primero sólo podrán atacar los bienes de la herencia para satisfacer su acreencia,
tanto así, que de no verse su acreencia totalmente satisfecha deberá conformarse con lo que
recibió porque no podrán atacar los bienes de los herederos).

Grisanti Aveledo: Nos dice que los cónyuges sí podrán realizar enajenaciones a título gratuito por
actos mortis causa, porque éstos se perfeccionan al fallecer el causante (que en este caso sería el
cónyuge) y ese fallecimiento también disuelve la comunidad, así que al no haber comunidad,
tampoco se requiere consentimiento del cónyuge.

Esta autora agrega además que hay una EXCEPCIÓN gracias a la cual un cónyuge puede disponer
de un bien propio por acto entre vivos y a título gratuito, dicha excepción se refiere a los derechos
de autor que el cónyuge enajenante tenga sobre una obra de su ingenio o sobre el ingenio de un
tercero, la excepción es válida además cuando la disposición se realice en contra de la voluntad del
cónyuge Art. 34 Ley sobre derecho de autor: “No obstante cualquier cláusula en contrario de las
capitulaciones matrimoniales, el derecho de autor corresponde exclusivamente al cónyuge autor o
derechohabiente del autor. En caso de comunidad legal de bienes, el cónyuge titular del derecho
podrá administrarlo y disponer de él sin las limitaciones del artículo 154 del Código Civil…”.

Art. 155 CC: “Los actos de administración que uno de los cónyuges ejecute por el otro, con la
tolerancia de este, son válidos”. Tal como dijo el profesor el artículo es bastante claro en sí mismo
y sólo cabría agregar que la doctrina dominante ha considerado que los actos a los cuales se
refiere este artículo son básicamente actos de Simple Administración.

2.- ADMINISTRACIÓN DE LOS BIENES COMUNES: Una vez más se hace necesario recordar que con
la vigencia del Código Civil actual el hombre perdió la administración total de los bienes de la
Comunidad y lo común es que los bienes sean administrados por ambos cónyuges (algunos los
administra el hombre y algunos los administra la mujer). Esta situación de la doble administración
ha generado muchas discusiones en la doctrina puesto que la norma que la establece es muy vaga
y prácticamente deja a la interpretación del operador jurídico la decisión de cuáles son los bienes
que deberá administrar cada quien Art. 168 CC: “Cada uno de los cónyuges podrá administrar por
sí solo los bienes de la comunidad que hubiere adquirido con su trabajo personal o por cualquier
otro título legítimo; la legitimación en juicio, para los actos relativos a la misma corresponderá al
que los haya realizado. Se requerirá del consentimiento de ambos para enajenar a título gratuito u
oneroso o para gravar los bienes gananciales, cuando se trata de inmuebles, derechos o bienes
muebles sometidos a régimen de publicidad, acciones, obligaciones y cuotas de compañías, fondos
de comercio, así como aportes de dichos bienes a sociedades. En estos casos la legitimación en
juicio para las respectivas acciones corresponderá a los dos en forma conjunta.

El Juez podrá autorizar a uno de los cónyuges para que realice por sí solo, sobre bienes de la
comunidad, alguno de los actos para cuya validez se requiere el consentimiento del otro, cuando
éste se encuentre imposibilitado para manifestar su voluntad y los intereses del matrimonio y de
la familia así lo impongan. Igualmente el Juez podrá acordar que el acto lo realice uno de los
cónyuges cuando la negativa del otro fuere injustificada y los mismos intereses matrimoniales y
familiares así lo exijan. En estos casos el Juez decidirá con conocimiento de causa y previa
audiencia del otro cónyuge, si éste no estuviere imposibilitado, tomando en consideración la
inversión que haya de darse a los fondos provenientes de dichos actos”.

El principio general es que en la administración de los bienes comunes no se requiere autorización


y cada uno de los cónyuges actúa con plenos poderes en representación de la comunidad
conyugal, en este punto existe una completa unanimidad doctrinal.

El problema se nos presenta con la administración de aquellos bienes inmuebles o muebles


sometidos a publicidad, de los cuales el artículo habla en la siguiente manera: “…Se requerirá del
consentimiento de ambos para enajenar a título gratuito u oneroso o para gravar los bienes
gananciales, cuando se trata de inmuebles, derechos o bienes muebles sometidos a régimen de
publicidad, acciones, obligaciones y cuotas de compañías, fondos de comercio, así como aportes
de dichos bienes a sociedades…” ¿por qué se presentan problemas con esto? Porque en un
momento dado no se sabe cuáles son los bienes adquiridos por el trabajo o por cualquier otro
título legítimo, es decir, a los que se refiere la primera parte del artículo.

Posiciones doctrinales al respecto:

A.- Mélich Orsini: Considera que cada esposo tiene plena facultad para administrar aquellos bienes
que no sean “…inmuebles, derechos o bienes muebles sometidos a régimen de publicidad,
acciones, obligaciones y cuotas de compañías, fondos de comercio, así como aportes de dichos
bienes a sociedades…”, la tesis de este autor nos plantea una gran seguridad jurídica y este es un
punto a su favor.
Críticas: A la luz del planteamiento de Mélich la administración de este tipo de bienes SIEMPRE
será conjunta, sin que para ello importe cuál de los cónyuges es el propietario del bien, lo cual es
contrario a la primera parte del artículo que claramente expresa lo siguiente: “…Cada uno de los
cónyuges podrá administrar por sí solo los bienes de la comunidad que hubiere adquirido con su
trabajo personal o por cualquier otro título legítimo…”.

Si se toma esta teoría como cierta, necesariamente debemos creer que cada uno de los cónyuges
podría enajenar sin siquiera consultarle al otro alguno de los bienes a los que se refiere el artículo
y esto nos plantearía un serio problema en el caso de que ambos cónyuges por separado
enajenaran un mismo bien. La solución que Mélich nos brinda para este caso, sería la de aplicar el
Art. 1162 CC: “Cuando por diversos contratos se hubiese alguien obligado a dar o entregar alguna
cosa mueble por naturaleza, o un título al portador, a diferentes personas, se preferirá la persona
que primero haya tomado posesión efectiva con buena fe, aunque su título sea posterior en
fecha”, con lo cual se aplicaría además necesariamente el Art. 1924 CC: “Los documentos, actos y
sentencias que la Ley sujeta ya las formalidades del registro y que no hayan sido anteriormente
registrados, no tienen ningún efecto contra terceros, que por cualquier título, hayan adquirido y
conservado legalmente derechos sobre el inmueble.

Cuando la Ley exige un título registrado para hacer valer un derecho, no puede suplirse aquél con
otra clase de prueba, salvo disposiciones especiales”.

B.- López Herrera (FLH): Se plantea en primer lugar la pregunta de si la administración de los
bienes de la comunidad es conjunta o separada y concluye que la administración de los bienes
adquiridos por el trabajo personal de un cónyuge le corresponderá a dicho cónyuge, lo cual está
muy bien pero nos plantea otro problema: La dificultad que existe para saber cuál de los cónyuges
adquirió el bien.

López Herrera frente a esta dificultad de conocer al cónyuge adquiriente nos plantea una solución
muy práctica:

Si el bien está a nombre de uno de los cónyuges la administración le corresponderá a éste y en


caso de que el bien no esté a nombre de ninguno de los dos cónyuges, la administración le
corresponderá al cónyuge que lo tenga un su posesión (en el sentido jurídico de poseer, es decir,
comportarte como si se fuera el titular de un derecho o de una determinada relación jurídica).
Entonces para FLH los bienes que uno de los cónyuges posea o que estén a su nombre, estarán
bajo su administración y, en presencia de alguno de estos dos casos, la administración será
separada y excluyente (sólo la tendrá ese cónyuge).

Para este autor la enumeración que el artículo hace de bienes inmuebles y otros sometidos a
régimen de publicidad es taxativa (“…Se requerirá del consentimiento de ambos para enajenar a
título gratuito u oneroso o para gravar los bienes gananciales, cuando se trata de inmuebles,
derechos o bienes muebles sometidos a régimen de publicidad, acciones, obligaciones y cuotas de
compañías, fondos de comercio, así como aportes de dichos bienes a sociedades…”), según él la
Cogestión (gestión conjunta) es excepcional y no se refiere a cualquier acto de disposición.

En doctrina ha habido además grandes discusiones que buscan determinar si los cónyuges pueden
otorgarse poderes entre sí. En este tema hay unanimidad en la doctrina en cuanto a que los
cónyuges pueden otorgarse poderes especiales, que son aquellos que se refieren a una o varias
actividades en específico.

En cuanto a los poderes generales (para todos los actos) gran parte de la doctrina considera que
no puede permitirse que se otorguen este tipo de poderes entre los cónyuges, porque esto sería
contrario al Art. 168 CC: “Cada uno de los cónyuges podrá administrar por sí solo los bienes de la
comunidad que hubiere adquirido con su trabajo personal o por cualquier otro título legítimo; la
legitimación en juicio, para los actos relativos a la misma corresponderá al que los haya realizado.
Se requerirá del consentimiento de ambos para enajenar a título gratuito u oneroso o para gravar
los bienes gananciales, cuando se trata de inmuebles, derechos o bienes muebles sometidos a
régimen de publicidad, acciones, obligaciones y cuotas de compañías, fondos de comercio, así
como aportes de dichos bienes a sociedades. En estos casos la legitimación en juicio para las
respectivas acciones corresponderá a los dos en forma conjunta.

El Juez podrá autorizar a uno de los cónyuges para que realice por sí solo, sobre bienes de la
comunidad, alguno de los actos para cuya validez se requiere el consentimiento del otro, cuando
éste se encuentre imposibilitado para manifestar su voluntad y los intereses del matrimonio y de
la familia así lo impongan. Igualmente el Juez podrá acordar que el acto lo realice uno de los
cónyuges cuando la negativa del otro fuere injustificada y los mismos intereses matrimoniales y
familiares así lo exijan. En estos casos el Juez decidirá con conocimiento de causa y previa
audiencia del otro cónyuge, si éste no estuviere imposibilitado, tomando en consideración la
inversión que haya de darse a los fondos provenientes de dichos actos”. ¿POR QUÉ AFIRMA ESTO
PARTE DE LA DOCTRINA? Pues porque el Artículo 168 nace como una manera de darle igualdad a
la mujer en el matrimonio, barriendo con la disposición del código anterior conforme a la cual el
hombre administraba los bienes de la comunidad, entonces el sector de la doctrina que no está de
acuerdo con que los cónyuges se otorguen poderes generales afirma, que si la mujer pudiera
otorgarle un poder de este tipo al marido, se encontraría en una situación equivalente a la del
código anterior y, por lo tanto, el hombre podría aprovecharse de tal situación para colocar a la
mujer en situación de inferioridad económica dentro de la pareja.

Ahora bien, López Herrera y el profesor mantienen una posición distinta, porque según ellos es
totalmente ilógico que una persona pueda otorgarle un poder general a un extraño pero no pueda
otorgárselo a su cónyuge, sobre todo si consideramos que, al menos en principio, la persona de
mayor confianza que un individuo tiene es su cónyuge; en tal sentido, si podemos otorgarle un
poder a un tercero extraño a nosotros, con más razón debemos poder otorgárselo a quien sea
nuestro cónyuge. La afirmación encuentra mayor sustento cuando consideramos que la norma del
Art. 168 CC no es de orden público y prueba de ello es que las capitulaciones matrimoniales, no
son sino una manera de reglar la administración de los bienes del matrimonio, distinta del Art.
168.

Finalmente, considera López Herrera que si no fueren posibles los poderes generales otorgados al
cónyuge se estaría creando una incapacidad, por vía de interpretación, lo cual es completamente
absurdo. Si consideramos que el artículo 18 del código civil otorga plena capacidad a las personas
mayores de edad, sostener que una persona mayor de edad no podría crear un contrato mediante
el cual le otorga a su cónyuge la plena administración de los bienes, sería claramente sostener que
esa persona sufriría de una incapacidad, aún cuando cumpliere la edad reglamentaria para dichos
contratos Art. 18 CC: “Es mayor de edad quien haya cumplido dieciocho (18) años. El mayor de
edad es capaz para todos los actos de la vida civil, con las excepciones establecidas por
disposiciones especiales”.

López Herrera es sumamente claro al establecer que: “…es totalmente absurdo pretender que la
admisibilidad de los poderes generales en comentario, afecta el principio de la inmutabilidad del
régimen patrimonial matrimonial…”.

3.- CASOS ESPECIALES:

Administración irregular de los bienes comunes: Cuando uno de los cónyuges administre los
bienes comunes en forma tan irregular que los coloque en grave peligro, el otro cónyuge podrá
solicitarle al juez que dicte las medidas que considere pertinentes para rescatar dichos bienes de la
situación riesgosa Art. 171 CC: “En el caso de que alguno de los cónyuges se exceda de los límites
de una administración regular o arriesgue con imprudencia los bienes comunes que está
administrando, el Juez podrá, a solicitud del otro cónyuge, dictar las providencias que estime
conducentes a evitar aquel peligro, previo conocimiento de causa. De lo decidido se oirá apelación
en un solo efecto, si se acordaren las medidas y libremente, en caso contrario.

Si las medidas tomadas no bastaren, el cónyuge perjudicado podrá pedir separación de bienes”.

Ese derecho también asistirá a los acreedores del cónyuge que haga la solicitud, mediante el
ejercicio de la acción oblicua Art. 1278 CC: “Los acreedores pueden ejercer, para el cobro de lo que
se les deba, los derechos y las acciones del deudor, excepto los derechos que son exclusivamente
inherentes a la persona del deudor”.

Casos de Tutela o Curatela: Art. 172 CC: “Cuando alguno de los cónyuges, esté sometido a tutela o
curatela, dejará de ejercer la administración de los bienes comunes, y el otro administrará por sí
sólo. Para los actos que requieren el consentimiento de ambos cónyuges, será necesaria la
autorización del Juez. En ningún caso el cónyuge administrador podrá realizar actos a título
gratuito.

Si ambos cónyuges están sometidos a curatela administrarán los bienes comunes en la forma
prevista en los artículos 168 y siguientes, pero de conformidad con el régimen de protección a que
están sometidos. Si uno de los cónyuges está sometido a tutela y el otro a curatela, administrará
este último en los términos de la disposición anterior. Cuando ambos cónyuges estén sometidos a
tutela el Juez designará un curador especial, quien ejercerá la administración de los bienes
comunes; sin embargo necesitará autorización del Juez para los actos que requieren el
consentimiento de ambos cónyuges y en ningún caso podrá realizar actos a título gratuito”.

Cuando uno de los cónyuges esté sometido a tutela o curatela: Dejará de ejercer la administración
de los bienes que le correspondan y dicha administración será ejercida por el otro cónyuge Art.
172 CC, primer párrafo: “Cuando alguno de los cónyuges, esté sometido a tutela o curatela, dejará
de ejercer la administración de los bienes comunes, y el otro administrará por sí sólo. Para los
actos que requieren el consentimiento de ambos cónyuges, será necesaria la autorización del Juez.
En ningún caso el cónyuge administrador podrá realizar actos a título gratuito…”
Cuando ambos cónyuges están sometidos a curatela: Los esposos administrarán los bienes
comunes conforme a lo establecido en los Arts. 168 y 169 CC, pero de conformidad con el régimen
de curatela al que estén sometidos. Se hace necesario aclarar que estarán sometidos a curatela:
los menores emancipados, el ciego, el sordo mudo y el inhabilitado, ya sea este último por
debilidad de entendimiento o por prodigalidad. En estos casos, al menos en principio, el
inhabilitado es apto para realizar actos de simple administración e incluso actos de disposición,
salvo que el juez haya decidido que esa persona no podrá realizar actos que excedan de la simple
administración sin la autorización de su curador. Art. 172 CC, segundo párrafo: “…Si ambos
cónyuges están sometidos a curatela administrarán los bienes comunes en la forma prevista en los
artículos 168 y siguientes, pero de conformidad con el régimen de protección a que están
sometidos…”; Art. 168 CC: “Cada uno de los cónyuges podrá administrar por sí solo los bienes de la
comunidad que hubiere adquirido con su trabajo personal o por cualquier otro título legítimo; la
legitimación en juicio, para los actos relativos a la misma corresponderá al que los haya realizado.
Se requerirá del consentimiento de ambos para enajenar a título gratuito u oneroso o para gravar
los bienes gananciales, cuando se trata de inmuebles, derechos o bienes muebles sometidos a
régimen de publicidad, acciones, obligaciones y cuotas de compañías, fondos de comercio, así
como aportes de dichos bienes a sociedades. En estos casos la legitimación en juicio para las
respectivas acciones corresponderá a los dos en forma conjunta.

El Juez podrá autorizar a uno de los cónyuges para que realice por sí solo, sobre bienes de la
comunidad, alguno de los actos para cuya validez se requiere el consentimiento del otro, cuando
éste se encuentre imposibilitado para manifestar su voluntad y los intereses del matrimonio y de
la familia así lo impongan. Igualmente el Juez podrá acordar que el acto lo realice uno de los
cónyuges cuando la negativa del otro fuere injustificada y los mismos intereses matrimoniales y
familiares así lo exijan. En estos casos el Juez decidirá con conocimiento de causa y previa
audiencia del otro cónyuge, si éste no estuviere imposibilitado, tomando en consideración la
inversión que haya de darse a los fondos provenientes de dichos actos”; Art. 169 CC: “Los bienes
provenientes de las donaciones hechas a los cónyuges por motivo del matrimonio son
administrados por el cónyuge a cuyo nombre se hizo la donación; si la donación se ha hecho a
nombre de ambos, la administración corresponde al marido y a la mujer en los términos previstos
en el artículo 168”.

Cuando un cónyuge esté sometido a tutela y el otro a curatela: Todos los bienes comunes serán
administrados por el cónyuge que esté sometido a curatela Art. 172 CC: “…Si uno de los cónyuges
está sometido a tutela y el otro a curatela, administrará este último en los términos de la
disposición anterior…”.
Cuando ambos cónyuges estén sometidos a tutela: El juez deberá designar un curador especial
que administrará los bienes comunes, situación que para el profesor es sumamente curiosa,
puesto que, se requeriría de un tercer administrador, cuando lo lógico sería que la administración
la realizara el tutor de uno de los cónyuges o ambos tutores en conjunto Art. 172 CC, segundo
aparte: “…Cuando ambos cónyuges estén sometidos a tutela el Juez designará un curador especial,
quien ejercerá la administración de los bienes comunes; sin embargo necesitará autorización del
Juez para los actos que requieren el consentimiento de ambos cónyuges y en ningún caso podrá
realizar actos a título gratuito”.

Legitimación judicial para actos relativos a la administración de bienes comunes: La legitimación


para los juicios sobre un derecho que corresponde en común a ambos cónyuges es un acto de
administración de los bienes comunes (lato sensu) y, como tal, la acción corresponderá al cónyuge
que administra el bien o derecho común. Si en el juicio el demandante es un tercero, éste deberá
proponer la demanda contra el cónyuge que haya realizado el acto que haya dado lugar a la
demanda.

Finalmente: Considera el profesor que el artículo 170 del código es un tanto absurdo, debido a la
presunción de que los bienes que tenga cada uno de los cónyuges son comunes (presunción que,
como ya se dijo, es desvirtuable) Art. 170 CC: “Los actos cumplidos por el cónyuge sin el necesario
consentimiento del otro y no convalidados por éste, son anulables cuando quien haya participado
en algún acto de disposición con el cónyuge actuante tuviere motivo para conocer que los bienes
afectados por dichos actos pertenecían a la comunidad conyugal.

Quedan a salvo los derechos de los terceros de buena fe que, no habiendo participado en el acto
realizado con el cónyuge, hubiesen registrado su título con anterioridad al registro de la demanda
de nulidad.

En caso de bienes inmuebles se procederá a estampar en el protocolo correspondiente la nota


marginal referente a la demanda de nulidad; en los otros casos, se tomarán las providencias que
garanticen la protección de los terceros de buena fe.

La acción corresponde al cónyuge cuyo consentimiento era necesario y caducará a los cinco (5)
años de la inscripción del acto en los registros correspondientes o en los libros de las sociedades si
se trata de acciones, obligaciones o cuotas de participación. Esta acción se transmitirá a los
herederos del cónyuge legitimado si éste fallece dentro del lapso útil para intentarla.
Cuando no procede la nulidad el cónyuge afectado sólo tendrá acción contra el otro por los daños
y perjuicios que le hubiere causado. Esta acción caducará al año de la fecha en que ha tenido
conocimiento del acto y, en todo caso, al año después de la disolución de la comunidad conyugal”.

2/II/2006

DISOLUCIÓN DE LA COMUNIDAD

Al extinguirse la comunidad el régimen deja de producir sus efectos patrimoniales, en principio la


Comunidad de Gananciales sólo se extingue con la extinción del matrimonio, pero en casos
excepcionales puede ocurrir que se disuelva ésta sin disolverse el matrimonio. Es importante
resaltar que la Comunidad de Gananciales sólo se disolverá por las causas establecidas
taxativamente en la ley, causas que además, son de interpretación restrictiva. También se extingue
la comunidad por la declaración de nulidad del matrimonio; cuando hay matrimonio putativo la
comunidad produce plenos efectos hasta la declaración de nulidad, si uno de los cónyuges es de
buena fé los gananciales corresponden a ése, si ambos son de mala fe corresponden a los hijos y
de no haber hijos, corresponderán a ambos de por mitad Art. 173 CC: “La comunidad de los bienes
en el matrimonio se extingue por el hecho de disolverse éste o cuando se le declare nulo. En este
último caso, el cónyuge que hubiere obrado con mala fe no tendrá parte en los gananciales.

Si hubiere mala fe de parte de ambos cónyuges, los gananciales corresponderán a los hijos, y sólo
en defecto de éstos, a los contrayentes.

También se disuelve la comunidad por la ausencia declarada y por la quiebra de uno de los
cónyuges, y por la separación judicial de bienes, en los casos autorizados por este Código.

Toda disolución y liquidación voluntaria es nula, salvo lo dispuesto en el artículo 190”.

CASOS DE EXTINCIÓN:
Disolución del matrimonio: El matrimonio se extingue al disolverse el matrimonio, ya sea por
muerte de uno de los cónyuges o por divorcio, pero en éste caso es necesario que la sentencia
declare expresamente la extinción de la comunidad.

Nulidad del matrimonio: Será causal de extinción de la comunidad cuando la nulidad sea
declarada por una sentencia definitivamente firme, aún cuando la sentencia no lo declare en
forma expresa.

Ausencia declarada de uno de los cónyuges: Este es un punto que será explicado con calma
porque debemos ser cuidadosos con él. En principio diremos que para que la comunidad se
extinga por esta vía debe ser declarada la ausencia (cuando existen dudas razonables acerca de la
vida o muerte de la persona) por sentencia definitivamente firme, no bastará con la presunción de
ausencia. Refresquemos conceptos: Este es un recordatorio a grandes rasgos, en todo caso la
institución se encuentra en los Arts. 421 y siguientes del Código Civil.

La no presencia existe cuando la persona tiene menos de dos o tres años desaparecido, si la
persona dejó algún mandatario éste lo representará, puesto que se presume que esa es la persona
de su confianza y que si dejó mandatario es porque planeaba ausentarse por un cierto tiempo.
Pasados dos o tres años de la No presencia los herederos podrán solicitar que se haga la
declaración de ausencia, si la persona dejó mandatario se deben esperar tres años y si no lo ha
hecho con esperar dos años bastará Art. 421 CC: “Después de dos años de ausencia presunta o de
tres, si el ausente ha dejado mandatario para la administración de sus bienes, los presuntos
herederos ab-intestato y contradictoriamente con ellos los herederos testamentarios, y quien
tenga sobre los bienes del ausente derechos que dependan de su muerte, pueden pedir al Tribunal
que declare la ausencia”.

La declaración de ausencia produce efectos importantes en cuanto a la administración de los


bienes, entre ellos, que se le entrega la provisional posesión de los bienes a los presuntos
herederos Art. 426 CC: “Ejecutoriada la sentencia que declare la ausencia, el Tribunal, a solicitud
de cualquier interesado ordenará la apertura de los actos de última voluntad del ausente.

Los herederos del ausente, si éste hubiese muerto el día de las últimas noticias de su existencia, o
los herederos de aquéllos, pueden pedir al Juez la posesión provisional de los bienes.
También todos los que tengan sobre los bienes del ausente derechos que dependan de la
condición de su muerte, pueden pedir, contradictoriamente con los herederos, que se les acuerde
el ejercicio provisional de esos derechos.

Ni a los herederos ni a las demás personas precedentemente indicadas, se les pondrá en posesión
de los bienes ni en ejercicio de sus derechos eventuales, sino dando caución hipotecaria, prendaria
o fideyusoria, por una cantidad que fijará el Juez, o mediante cualesquiera otras precauciones que
estime convenientes en interés del ausente, si no se pudiere prestar la caución”.

La presunción de muerte ocurre después de los 10 años de ausencia de la persona, en cuyo caso:
Si el cónyuge del ausente se casa el matrimonio no es nulo, salvo que se compruebe la existencia
de la bigamia o que aparezca el ausente, esto sucede porque la presunción de muerte NO extingue
el matrimonio Art. 434 CC: “Si la ausencia ha continuado por espacio de diez años desde que fue
declarada, o si han transcurrido cien años desde el nacimiento del ausente, el Juez, a petición de
cualquier interesado, declarará la presunción de muerte del ausente, acordará la posesión
definitiva de los bienes y la cesación de las garantías que se hayan impuesto. Esta determinación
se publicará por la imprenta”. Nuestro Código establece además la llamada Presunción de muerte
por accidente, que tiene lugar cuando la persona ha desaparecido luego de que ha ocurrido una
catástrofe (Ej. Deslave de Vargas), razón por la cual, el tiempo exigido para la declaración de la
misma es más corto y su declaración produce los mismos efectos que la declaración de ausencia
Art. 438 CC: “Si una persona se ha encontrado en un naufragio, incendio, terremoto, guerra u otro
siniestro semejante, y a raíz de éste no se ha tenido noticia de su existencia, se presume que ha
muerto. Esta presunción será declarada por el Juez de Primera Instancia del domicilio, a petición
de cualquier presunto heredero ab-intestato o testamentario, o de quienquiera que tenga
acciones eventuales que dependan de la muerte de aquella persona, previa la comprobación de
los hechos.

La solicitud se publicará por la prensa durante tres meses, con intervalos de quince días por lo
menos. Pasado dicho período se procederá a la evacuación de las pruebas y a la declaración
consiguiente”.

Quiebra de uno de los cónyuges: En caso de quiebra la administración de los bienes del fallido la
tienen los acreedores y como es lógico no tiene ningún sentido que subsista la comunidad, razón
por la cual, una vez que uno de los cónyuges es declarado en quiebra por sentencia
definitivamente firme, se extingue la comunidad.
Separación Judicial de Bienes: Según el profesor esta separación judicial se produce en tres
casos: Separación de mutuo acuerdo, separación por acción judicial y por mala administración de
los bienes por parte de uno de los cónyuges.

Administración irregular de los bienes comunes: Cuando uno de los cónyuges administre en
forma irregular los bienes comunes, el otro puede acudir ante el juez para ponerlo en
conocimiento de la situación y que éste tome las medidas que considere pertinentes. Si las
medidas acordadas por el juez no fueren suficientes, el otro cónyuge puede pedir la separación de
bienes, la cual será tramitada por el Procedimiento Ordinario (se debe registrar el libelo de la
demanda, porque si la sentencia declara con lugar la acción, los efectos se cuentan a partir del
registro del libelo) Art. 171 CC: “En el caso de que alguno de los cónyuges se exceda de los límites
de una administración regular o arriesgue con imprudencia los bienes comunes que está
administrando, el Juez podrá, a solicitud del otro cónyuge, dictar las providencias que estime
conducentes a evitar aquel peligro, previo conocimiento de causa. De lo decidido se oirá apelación
en un solo efecto, si se acordaren las medidas y libremente, en caso contrario. Si las medidas
tomadas no bastaren, el cónyuge perjudicado podrá pedir separación de bienes”.

EFECTOS DE LA DISOLUCIÓN DE LA COMUNIDAD: El efecto principal es que se sustituye la


comunidad de gananciales por una comunidad ordinaria, entre los cónyuges o ex-cónyuges
(recuerden que se puede disolver subsistiendo el matrimonio) o sus herederos. Esa comunidad
ordinaria se rige por las disposiciones relativas a la comunidad ordinaria y sólo termina con la
liquidación de la misma, es posible que se nos remita a las normas de partición de herencias, esto
es así, porque la comunidad de gananciales es un régimen supletorio.

Desaparece la comunidad de los frutos de los bienes propios.

Todo lo adquirido por los cónyuges con su trabajo es propio.

La comunidad se sustituye por una comunidad ordinaria.

Cesan las limitaciones en cuanto a disposición de bienes, herencias y legados.

En principio, se mantiene la situación frente a terceros, porque las deudas no se dividen.


Subsisten los deberes frente a la familia y el derecho a alimentos entre esposo.

LIQUIDACIÓN DE BIENES COMUNES: Debemos recordar que el concepto de comunidad, implica


que dos o más personas tienen derechos sobre un mismo bien. Al liquidarse la comunidad
conyugal los derechos sobre los bienes comunes dejan de ser de por mitad y lo que se persigue es
que cada cónyuge se quede con la totalidad de cierto grupo de bienes, sacrificando otros Ej. El
matrimonio tenía los apartamentos 1 y 2, sobre los cuales cada cónyuge era propietario del 50%,
al liquidarse la comunidad, se le entregaría un apartamento a cada cónyuge, con lo cual cada uno
sería propietario del 100% sobre uno de los apartamentos, sacrificando el otro. Aclara el profesor
que no se trata de una operación tan sencilla como se ve en el ejemplo anterior, puesto que los
patrimonios de los cónyuges suelen ser heterogéneos (conformados por distintos tipos de bienes).
Recuerda además que al legislador no le gustan las comunidades, por razones económicas y de paz
social, es por ello que la Comunidad de Gananciales es el régimen supletorio, que además el
profesor recomienda liquidar lo antes posible.

Art. 768 CC: “A nadie puede obligarse a permanecer en comunidad y siempre puede cualquiera de
los partícipes demandar la partición.

Sin embargo, es válido el pacto de que se deba permanecer en comunidad por un tiempo
determinado, no mayor de cinco años.

La autoridad judicial, sin embargo, cuando lo exijan graves y urgentes circunstancias, puede
ordenar la división de la cosa común, aun antes del tiempo convenido”. Quien pretenda formar
parte en un juicio de partición requerirá de plena capacidad, ya que éste supone actos de
disposición.

Caracteres de la liquidación:

Cualquiera de los cónyuges tiene derecho a exigir la partición de los bienes comunes, ya que a
nadie puede obligarse a permanecer en comunidad y sabemos que, cuando se disuelve la
comunidad de gananciales, es sustituida por una comunidad ordinaria.
La liquidación y partición de la disuelta comunidad de gananciales es un acto de disposición por
lo que se requiere plena capacidad de las partes, si alguna de ellas fuere incapaz, debe ser
representada, asistida o autorizada según el régimen de protección que le corresponda.

La liquidación de la extinguida comunidad de gananciales puede hacerse judicial o


extrajudicialmente.

Etapas de la liquidación:

Levantamiento del inventario: En primer lugar se determina y avalúa el activo en común (muebles,
inmuebles y créditos contra terceros), incluyendo por ejemplo los frutos producidos por los bienes
propios de cada cónyuge que contribuyen a formar los bienes comunes. Luego se determina el
pasivo en común, es decir las deudas comunes que no hubieren sido satisfechas para el momento
de la liquidación, en la determinación del pasivo hay que tomar en cuenta las cargas comunes no
compensadas Ej. El caso de la operación de uno de los hijos pagada completamente por uno de los
cónyuges. Finalmente se determinan los activos líquidos, es decir la diferencia entre los activos y
los pasivos.

Formación de Lotes: Estos se forman integrando grupos de bienes que han de ser adjudicados en
propiedad exclusiva a cada uno de los cónyuges. En principio, los dos lotes deberían ser iguales,
para no perjudicar a ninguno de los cónyuges, el problema se encuentra en que no siempre se
puede hacer así (porque por ejemplo los cónyuges tenían una sola casa, que vale más que todos
los demás bienes), por lo tanto se ha llegado a la conclusión de que los lotes deben ser
equivalentes en valor económico y en tipos de bienes. Si a uno de los cónyuges se le debe una
compensación por haber satisfecho con bienes propios deudas comunes, debe entregársele; si
uno de los esposos ha asumido una carga común frente a un tercero, queda personalmente
responsabilizado por su deuda y en su lote deben incluirse vienes suficientes para satisfacerla.
Existe la figura conocida como las vueltas, que son empleadas cuando las personas no se ponen de
acuerdo Ej. Si el lote A, vale 50 millones más que el lote B, yo puedo pagarle a mi ex-cónyuge los
50 millones de mi propio peculio, para yo quedarme con dicho lote. Esto sucede si yo tengo
especial interés en algunos bienes que le adjudicaron al otro.

Adjudicación de Lotes: Es la atribución en propiedad exclusiva a cada uno de los comuneros, de los
bienes que integran su lote. La partición puede ser amistosa o judicial. Cuando es amistosa, el
traspaso de propiedad de cada lote a su adjudicatario se produce con la aprobación definitiva de la
partición. Cuando ésta es judicial, la transmisión de la propiedad ocurre cuando el tribunal declara
terminada y sellada la partición.

Efectos de la liquidación:

Cesación del estado de indivisión. Cada cónyuge o ex cónyuge se hace propietario exclusivo
de los bienes que integran su lote.

Efecto declarativo de la partición. Se presume que cada parte se hace propietario exclusivo
de los bienes constitutivos de su lote de partición, con efecto desde la fecha de la disolución de la
comunidad y que, desde entonces, no tuvo derecho alguno sobre los bienes que componen la
porción del otro.

Garantía de los lotes. Los cónyuges o ex -cónyuges se deben mutuo saneamiento por las
evicciones y perturbaciones procedentes de causa anterior a la partición, a menos que la evicción
se verifique por culpa de quien la sufre. Se garantizan además la existencia de los créditos y la
solvencia de los deudores de éstos.

Si alguna de las partes resulta perjudicada en más de la cuarta parte en la partición, tiene
derecho a pedir la Rescisión por Lesiones (institución que tiende a desaparecer, porque causa una
gran inseguridad jurídica, ya que en definitiva nadie sabe cuánto vale un bien) Ej. Si voy a vender
algo en 100Bs me parece que está barato, pero si lo voy a comprar en ese preció me parece que
está caro Art. 1.120 CC: “Las particiones pueden rescindirse por las mismas causas que dan lugar a
la rescisión de los contratos.

Puede también haber lugar a la rescisión, cuando uno de los coherederos ha padecido lesión que
exceda del cuarto de su parte en la partición. La simple omisión de un objeto de la herencia, no da
lugar a la acción de rescisión, sino a una partición suplementaria”.

Art. 179 CC: “En caso de restablecerse la comunidad, sus efectos son como si la separación no se
hubiere efectuado, sin perjuicio de los derechos adquiridos por terceros durante la separación. El
restablecimiento deberá constar en instrumento registrado” En todo caso siempre queda a salvo
los derechos adquiridos por terceros de buena fe durante el tiempo intermedio. En cuanto a la
posibilidad de reestablecer la comunidad, existe una gran discusión en la doctrina:

Isabel Grisanti, Dominici y Barrios Guzmán: Consideran que la comunidad conyugal puede
reestablecerse en todo caso que se haya disuelto por causa diferente a la disolución del
matrimonio (por muerte o divorcio), y a la nulidad del mismo. Tal posibilidad se impone en razón
de que, desaparecidos los obstáculos que determinaron su disolución, es natural que la
comunidad pueda resurgir. En consecuencia, conforme a esta posición siempre que se haya
disuelto la comunidad, subsistiendo el matrimonio, aquella puede reestablecerse. Entiéndase que
esto es en caso de ausencia, rehabilitación del cónyuge fallido o disolución de la comunidad por
sentencia firme y separación de bienes.

López Herrera y el profesor: consideran que no siempre puede reestablecerse la comunidad de


gananciales después que ha quedado disuelta y que ello procede sólo cuando la causa de su
extinción fue la separación de bienes entre los cónyuges por administración irregular o cuando
dicha separación de bienes resulta de la sentencia definitiva y firme que declare la separación de
cuerpos y de bienes o del decreto judicial de separación de cuerpos y de bienes, dictado con vista
a la solicitud hecha por los cónyuges de mutuo acuerdo. El profesor respetará la opinión de cada
quien en éste aspecto.

Aquí comenzamos con un nuevo tema

ACCIÓN DE DIVORCIO Y

SEPARACIÓN DE CUERPOS

La Disolución del matrimonio es la extinción de un matrimonio válidamente contraído. Éste puede


disolverse por divorcio o por muerte de alguno de los cónyuges Art. 184 CC: “Todo matrimonio
válido se disuelve por la muerte de uno de los cónyuges y por divorcio”.

Causas jurídicas de perturbación del matrimonio:


Divorcio.

Separación de Cuerpos.

Algunos dicen que la nulidad, pero el profesor no está de acuerdo con esto porque en ese caso,
nunca hubo un matrimonio que disolver.

Estas figuras que tienen como consecuencia terminar el matrimonio, responden a la idea de que,
aunque uno se case a perpetuidad, en el matrimonio se pueden presentar situaciones imposibles
de soportar y, tanto el divorcio como la separación de cuerpos, vienen a dar solución a dichas
situaciones. Se diferencian, como veremos más adelante, en sus efectos porque, el divorcio
termina el matrimonio, mientras que la separación de cuerpos sólo suspende algunos deberes del
matrimonio, como la cohabitación.

DIVORCIO: Es la causa legal de disolución del matrimonio. Es la ruptura o extinción de un


matrimonio válido, en vida de ambos cónyuges, en virtud de un pronunciamiento judicial.

Tipos de divorcio: El divorcio tiene una concepción distinta en cada corriente que lo estudia, las
cuales son:

Divorcio Sanción: En este caso se concibe al divorcio como un castigo para el cónyuge que ha
trasgredido en forma grave, intencional e injustificada, sus deberes conyugales. Es por ello, que en
estos casos el divorcio sólo podrá ser demandado por el cónyuge inocente Ej. Adulterio, abandono
involuntario e injurias graves.

Divorcio Remedio o Solución: Se concibe el divorcio como una solución al problema que
representa la subsistencia del matrimonio cuando el vínculo se ha hecho intolerable, cuando ya
estaba roto el vínculo, aunque subsistía el matrimonio como tal, independientemente de que esa
situación pueda imputársele a alguno de los cónyuges. En estos casos no hay que indagar el por
qué del fracaso conyugal, ni se le atribuye la culpa a ninguno de los cónyuges Ej. Demencia u otras
enfermedades graves, el mutuo acuerdo.
El divorcio es de orden público, no admite confesión porque ésta se prestaría para el fraude a la
ley (crear situaciones falsas que busquen disolver el vínculo), por otra parte, admitir la confesión,
sería el equivalente a admitir el divorcio por mutuo acuerdo. Si alguien es demandado por divorcio
y no asiste a la contestación, no hay confesión ficta, sino que se entiende que ha rechazado los
hechos y el derecho esgrimidos en el libelo.

El Divorcio además es excepcional y las causales del mismo, son taxativas y de interpretación
restrictiva, en nuestro país la mayoría de las causales de divorcio, provienen del divorcio sanción
Art. 185 CC: “Son causales únicas de divorcio:

1º El adulterio.

2º El abandono voluntario.

3º Los excesos, sevicia e injurias graves que hagan imposible la vida en común.

4º El conato de uno de los cónyuges para corromper o prostituir al otro cónyuge, o a sus hijos, así
como la connivencia en su corrupción o prostitución.

5º La condenación a presidio.

6º La adición alcohólica u otras formas graves de fármaco-dependencia que hagan imposible la


vida en común,

7º La interdicción por causa de perturbaciones psiquiátricas graves que imposibiliten la vida en


común. En este caso el Juez no decretará el divorcio sin antes procurar la manutención y el
tratamiento médico del enfermo.

También se podrá declarar el divorcio por el transcurso de más de un año, después de declarada la
separación de cuerpos, sin haber ocurrido en dicho lapso la reconciliación de los cónyuges.
En este caso el Tribunal, procediendo sumariamente y a petición de cualquiera de ellos, declarará
la conversión de separación de cuerpos en divorcio, previa notificación del otro cónyuge y con
vista del procedimiento anterior”.

Causales perentorias: Se trata de aquellos casos en los cuales el Juez no puede determinar si las
causas del divorcio fueron graves o no.

El adulterio: Es un caso curioso por la dificultad probatoria que encierra. Consiste en que una
persona casada tenga relaciones sexuales con una persona de otro sexo y distinta a su cónyuges.
Acá no caben las relaciones homosexuales, así como otras relaciones físicas que no lleguen a
producir el acto sexual, porque éstas estarían incluidas en la definición de injuria Grave que
también es causal de divorcio.

09/II/2006

Normalmente se ha aceptado que el divorcio tiene dos vertientes, según las causales a las cuales
obedece, así tenemos:

Divorcio Sanción: son causales de divorcio, que tienen cabida por incumplimientos graves de un
cónyuge a sus deberes matrimoniales, de manera injustificada e intencional, y son tan graves que
se hace imposible llevar vida marital con el otro cónyuge. En estos casos, hay un cónyuge que
ofende y un cónyuge inocente, la acción de divorcio corresponde a éste último. Este es el tipo de
divorcio predominante en nuestro código Ej. A la persona cuyo cónyuge mantenga amante pública
y reconocida, no se le puede decir, olvídate de eso y sigue viviendo con él o con ella.

Divorcio Solución: Hay dos causales distintas que obedecen al divorcio solución, que son, por
una parte, la interdicción por causa de perturbaciones mentales y, por otra, el transcurso de
tiempo separados de cuerpo ya sea de hecho o de derecho. En este caso deberá haber
transcurrido un (1) año si la separación es de derecho y de cinco (5) años si la separación es de
hecho.
Otra clasificación de las causales de divorcio:

Causales perentorias: son aquellas en las cuales el juez cuando se le plantea un juicio de divorcio
se le plantea una causal que no puede ser interpretada en cuanto a su gravedad por el juez, sino
que si el hecho que se alega se prueba, el juez necesariamente debe decretar el divorcio sin poder
decir si es o no suficientemente grave, o decir que no tiene importancia. Por ejemplo: la
condenación a presidio. Si ustedes presentan la sentencia donde el cónyuge esta condenado a
presidio, y pide el divorcio, debe dárselo, el juez no puede decir: “bueno lo condenaron a presidio
pero ese crimen no merecía eso” No tiene esa facultad.

Causales facultativas: el juez puede apreciar los hechos, puede decir que esos excesos no son
tan graves, si bien te levanto la voz, estuvo mal hecho, pero no por eso se va a acabar el
matrimonio, tiene que ser algo mas grave que eso, es decir, el juez tiene la apreciación de la
gravedad del hecho. Ej.: La causal de excesos, sevicia e injuria grave o la causal de abandono
voluntario. El juez puede apreciar estas causales, por eso se llaman facultativas.

Art. 185 CC: “Son causales únicas de divorcio:

1º El adulterio.

2º El abandono voluntario.

3º Los excesos, sevicia e injurias graves que hagan imposible la vida en común.

4º El conato de uno de los cónyuges para corromper o prostituir al otro cónyuge, o a sus hijos, así
como la connivencia en su corrupción o prostitución.

5º La condenación a presidio.
6º La adicción alcohólica u otras formas graves de fármaco-dependencia que hagan imposible la
vida en común.

7º La interdicción por causa de perturbaciones psiquiátricas graves que imposibiliten la vida en


común. En este caso el Juez no decretará el divorcio sin antes procurar la manutención y el
tratamiento médico del enfermo.

También se podrá declarar el divorcio por el transcurso de más de un año, después de declarada la
separación de cuerpos, sin haber ocurrido en dicho lapso la reconciliación de los cónyuges.

En este caso el Tribunal, procediendo sumariamente y a petición de cualquiera de ellos, declarará


la conversión de separación de cuerpos en divorcio, previa notificación del otro cónyuge y con
vista del procedimiento anterior”.

El adulterio: es el acto sexual entre un hombre y una mujer que no están casados entre sí, pero
donde al menos uno de los dos esta casado. Constituye una causal perentoria tanto para el
hombre como para la mujer. En varias oportunidades hemos dicho que en el código anterior el
adulterio del hombre no era causal de divorcio como tal, para que pudiera ser una causal de
divorcio, el hombre tenía que mantener concubina en forma pública y notoria, la otra razón por la
cual el adulterio era causal de divorcio, ocurría cuando se realizaban situaciones de tal gravedad,
que eran injuriantes para la mujer Ej. El hombre que llevara a la otra a la casa, es un ejemplo típico
en ese caso. Hoy en día, el adulterio sea del hombre o de la mujer es causal de divorcio. Cuando es
el acto sexual entre dos personas del mismo sexo donde al menos una de las personas esta casado
con otra, no hablamos de adulterio sino de Injuria Grave.

El Abandono voluntario: consiste en el incumplimiento grave intencional e injustificado de los


deberes de cohabitación, asistencia y socorro. Se puede abandonar al cónyuge sin dejar de vivir en
la misma casa. Por ejemplo: el hombre no se ocupa de nada en su casa, no trae sustento material,
tampoco cumple con el deber de asistencia y de socorro, de carácter patrimonial, de carácter
moral, de apoyo psicológico, solo va come, duerme. Hay un abandono evidente sin que se deje de
vivir en la misma casa.
Todas estas causales para que sean causales de divorcio, deben consistir en incumplimientos
graves, intencionales e injustificados. Ej. Si no va porque se lo llevo la recluta, o por una
enfermedad, no seria un incumplimiento grave, intencional e injustificado.

La tercera causal, tiene a su vez tres figuras, la ley habla de los excesos, sevicia e injuria grave.
Desde el punto de vista teórico y jurisprudencial se distinguen el exceso, la sevicia y la injuria
grave. El exceso implica un acto de violencia que pone en peligro la integridad o la vida de uno de
los cónyuges. La sevicia son también malos tratos, malos tratos físicos pero que no son tan graves
como para decir que se pone en peligro la integridad o la vida de esa persona. Por ejemplo
normalmente una cachetada no es tan grave como una puñalada, en un caso hablamos de sevicia
y en el otro de excesos, los dos casos son causales de divorcio. Otra menos grave es la injuria
grave, es violencia, pero de carácter moral, el desacreditar, no respetar la moral de una persona.
Ej. Que delante de una persona un cónyuge le diga al otro, mira cállate imbécil vete de aquí,
normalmente eso debe considerarse como una injuria grave.

En definitiva todas las causales de divorcio menos una debe considerarse como injuria grave.
Todos estos actos para que sean causales de divorcio tienen que ser graves, intencionales e
injustificados. Por ejemplo si le causas una lesión pero en defensa propia, se deben analizar los
hechos porque no necesariamente es una injuria grave.

Dentro de la injuria grave ha habido dos situaciones que antes se consideraban como casos de
injuria grave: uno era la negativa de uno de los dos de contraer matrimonio religioso luego del
matrimonio civil, cuando se tenía planeado realizar el matrimonio religioso. Era evidente que
accedía al matrimonio civil siempre y cuando luego se casaran por la iglesia. Todo esto ha variado.

Estos hechos de injuria y de excesos hay que verlos en cuanto a la costumbre, el nivel social y las
circunstancias que rodean el hecho. No es lo mismo entre una familia que esta acostumbrada a
hablarse entre marido y mujer a gritos y groserías, y que es normal entre ellos, entonces después
que ha pasado 40 veces, a la vez 41 lleguen a donde el juez y le digan esta vez si no, porque no
parece un trato diferente. Los matrimonios como las personas son peculiares, en unos una cosa
puede ser injuria grave y en el otro un hecho normal y corriente.

La otra cosa que antes era causal de divorcio por injuria grave y ahora no lo es, era la negativa de
la mujer de usar el apellido del marido. Consideraba antes el marido que porque la mujer no
quisiera usar su apellido era como despreciarlo, es que ella pensaba que el era menos que ella,
que su apellido era inferir al suyo, hoy en día hay norma expresa que dice que la mujer tiene ese
derecho de escoger si quiere o no utilizar el apellido del marido.

La cuarta causal es el conato de uno de los cónyuges para corromper o prostituir al otro cónyuge,
o a sus hijos, así como la connivencia en su corrupción o prostitución. Esto no requiere mayor
explicación. Antes se hablaba de corromper al otro cónyuge ahora incluye prostituir. Es una causal
de divorcio facultativa.

En cuanto a estas causales, si van a intentar un juicio de divorcio, no basta con decir injurio
gravemente a su esposa, o la golpeó gravemente, o la intento prostituir o corromper, eso no es
suficiente, habría que describir el hecho, si la insulto poner las palabras que uso aunque sean
groseras, porque sino no pueden probarlas, tienen que describir totalmente los hechos, tal cual
ocurrieron.

La quinta causal es la condenación a presidio. Las penas privativas de la libertad, las principales
que distingue el código penal son arresto, prisión y presidio, hay otras. El arresto no tiene ninguna
pena accesoria, generalmente se paga en jefaturas civiles, la prisión trae como consecuencia la
inhabilitación política y se paga en la cárcel, el presidio trae como penas accesorias la interdicción,
y el trabajo forzado. Con la nueva reforma se ha omitido la pena de presidio. El ordinal quinto solo
se refiere a la condenación a presidio, no habla ni de prisión ni de arresto. Esta causal es de
interpretación restrictiva, requiere sentencia definitivamente firme de un tribunal venezolano.
Generalmente se sostiene que las causales de divorcio implican un incumplimiento a deberes
matrimoniales, entonces para que una causal de divorcio ocurra tiene que ser posterior al
matrimonio. Si por ejemplo A mato a alguien por alguna causa y se lo dice a B antes de que se
casen, se lo vuelve a repetir cuando se van a casar, lo sabe luego del matrimonio, y luego lo
condenan a presidio y ella dice me divorcio, están condenando a A por una conducta que tuvo
antes de casarse no después de casarse, según el profesor para que sea causal de divorcio tiene
que ser un hecho personal, injustificado, intencional y grave. Si los hechos ocurrieron antes del
matrimonio y la sentencia ocurre después rompe la estructura de la idea de la acción de divorcio.

Las causales de divorcio tienen que ocurrir después del matrimonio y no antes. Hay quienes
sostienen que si una mujer le oculta al novio que tiene un hijo y al hijo se lo esta cuidando la
madre, luego de casados le dice la verdad, que tiene un hijo, para el profesor ese hecho no es
causal de divorcio, sino que es causal de nulidad, porque el hecho es anterior. Eso seria un error
no solo de identidad de la persona sino de cualidades de la persona. Uno no se casa con la
identidad física sino con un conjunto de cualidades que tiene una persona dentro de las cuales hay
cualidades esenciales y otras que no lo son. Por ejemplo, si se casa un individuo con un tercio que
es gay y luego lo descubre, en la tesis del profesor seria un error sobre circunstancias, condiciones
permanentes de las cualidades de la personalidad que son trascendentes y que pueden viciar el
consentimiento, y tan es así que si esa persona hubiese sabido que el otro era gay no se hubiera
casado con el mismo. Para algunos lo que cabe es divorcio, para el profesor es nulidad.

El hecho que después haya amnistía de la pena de todas formas la causal de condenación existe y
por lo tanto es causal de divorcio.

La sexta es la adicción alcohólica u otras formas graves de fármaco-dependencia que hagan


imposible la vida en común. El código anterior hablaba de embriaguez consuetudinaria. La
doctrina y la jurisprudencia decía que si bien la embriaguez consuetudinaria se refería al alcohol,
hay drogas que producen efectos semejantes a la embriaguez y por lo tanto debían incluirse
dentro de ella, el nuevo código quiso ser claro. En Venezuela el problema de la droga es reciente.

Cuando se solicita la separación de cuerpos de derecho y después de un año se quiera pedir la


conversión en divorcio, se puede probar que hubo reconciliación, en cuyo caso, lo más fácil es la
prueba de la vida en común, entonces llaman a prueba testimonial a las personas que los conocen
para corroborar que han vuelto o no a tener vida en común, Si no tiene esa prueba y la mujer sale
en estado, se considera en materia de separación de cuerpos, que el hecho de que la señora salga
en estado del hombre con quien estaba casada y este acepte que el hijo es de el, habiendo una
separación de cuerpos, implica reconciliación, por lo tanto no procede el divorcio.

No es así en el caso del Art. 185-A, donde si una pareja tiene un hijo de tres años, pero tienen 5
años separados, y el juez les pregunta, ¿y ese hijo? Bueno eso fue un encuentro casual, etc., el
divorcio si procede aunque no sea coherente. La separación de cuerpos puede ser contenciosa o
amistosa. A veces el legislador usa la palabra amistosa como contrapuesta a la vía judicial.

La separación por mutuo acuerdo es muy sencilla, el hombre y la mujer han convenido en
separarse de mutuo acuerdo, sin dar ninguna explicación ni ningún motivo. Además si se tienen
hijos menores, hay que decirlo y que han dispuesto ellos en cuanto a la guarda y a los deberes
alimentarios, y el juez debe declarar la separación en el mismo acto en que se pide. Eso dice la ley,
otra cosa hacen los jueces.
Art. 189 CC: “Causas únicas de separación de cuerpos. Son causas únicas de separación de cuerpos
las seis primeras que establece el artículo 185 para el divorcio, y el mutuo consentimiento. En este
último caso, el Juez declarará la separación en el mismo acto en que fuere presentada la
manifestación personalmente por los cónyuges”.

UN PAR DE COSAS IMPORTANTES:

Que vayan personalmente los cónyuges: personalmente quiere decir que no se puede hacer
Poder, esto tiene como razón de ser que quieren darle una oportunidad al juez para hacerle
reflexiones a los cónyuges para que se echen para atrás en la separación, tratar de convencerlos
de que no se divorcien. Estadísticamente el éxito es muy bajo. Hoy en día, hay unas prácticas en
algunos tribunales, permiten que si se da un poder ante el notario, y ponen el contenido exacto de
la separación de cuerpo, admiten ese poder. Para el profesor eso es equivocado, es contrario a la
letra de la ley. Eso tiene inconvenientes de que le quita la posibilidad teórica de que el juez los
convenza de que no se separen.

Que deben hacerlo en el mismo acto: es porque en el código no existía lo que ahora se llama
juzgado de distribución. Eso lo que quiere es evitar que los abogados lleven a los jueces amigos los
casos que los abogados presentan. Por lo tanto el juzgado de sustanciación hace un sorteo. El
profesor esta en contra de esa tesis, ya que un Estado debe tener jueces confiables, que sean
honestos y capaces. Dice también que de aceptar esto del sorteo, debería hacerse solamente para
los casos en que no hay acuerdo entre las partes, pero en los casos de jurisdicción graciosa, en que
no hay contraparte, es decir, si dos cónyuges están de acuerdo en firmar este documento, poco
importa ante cual juez lo lleves, y como los dos están de acuerdo que importa que el juez sea
amigo del abogado.

Entonces, uno presenta el caso ante el juez distribuidor, y eso lo va a enviar a otro juez que es el
que va a decidir, por lo tanto ese otro juez no va a decidir en el mismo acto en que uno presenta el
documento. Art. 189 CC: “…mutuo consentimiento. En este último caso, el Juez declarará la
separación en el mismo acto en que fuere presentada la manifestación personalmente por los
cónyuges”.

16/II/2006
DIVORCIO

(Segunda parte)

La separación de bienes se puede hacer en un capítulo aparte de la separación de cuerpos,


asimismo la comunidad conyugal puede liquidarse en el mismo acto, haciéndolo de la misma
forma, es decir, en capítulos separados, dentro de un mismo documento.

Art. 185-A: “Cuando los cónyuges han permanecido separados de hecho por más de cinco (5) años,
cualquiera de ellos podrá solicitar el divorcio, alegando ruptura prolongada de la vida en común.

Con la solicitud deberá acompañar copia certificada de la partida de matrimonio.

En caso de que la solicitud sea presentada por un extranjero que hubiere contraído matrimonio en
el exterior, deberá acreditar constancia de residencia de diez (10) años en el país.

Admitida la solicitud, el Juez librará sendas boletas de citación al otro cónyuge y al Fiscal del
Ministerio Público, enviándoles además, copia de la solicitud.

El otro cónyuge deberá comparecer personalmente ante el Juez en la tercera audiencia después
de citado. Si reconociere el hecho y si el Fiscal del Ministerio Público no hiciere oposición dentro
de las diez audiencias siguientes, el Juez declarará el divorcio en la duodécima audiencia siguiente
a la comparecencia de los interesados.

Si el otro cónyuge no compareciere personalmente o si al comparecer negare el hecho, o si el


Fiscal del Ministerio Público lo objetare, se declarará terminado el procedimiento y se ordenará el
archivo del expediente”. Procede cuando los esposos tienen cinco (5) años de separados, el
divorcio por este artículo debe ser solicitado por uno sólo de los cónyuges. Para el profesor esto es
prácticamente un divorcio por mutuo consentimiento. Es importante tener en cuenta que, una vez
solicitado el divorcio por uno de los cónyuges, el otro cónyuge o el fiscal del ministerio público
pueden hacer oposición al divorcio.
La causal a la que se refiere este artículo implica que sea alegada la “ruptura prolongada de la vida
en común”, si y sólo sí, han transcurrido cinco años de la separación.

El profesor comentó que hace muchos años los campesinos acostumbraban a mantener
concubinatos muy duraderos y que no se casaban porque habían muchas dificultades en conseguir
que el funcionario público acudiera a su localidad a casarles, adicionalmente formalizar la unión
convirtiéndola en un matrimonio podría traerles problemas, puesto que, era común que la
Guardia Nacional se apareciera en el matrimonio y se llevara al hombre a cumplir el servicio militar
obligatorio (recluta). Con la legalización del concubinato, se presentó un problema aún mayor y, es
que, aún cuando la pareja tuviera cierta cantidad de tiempo de haber interrumpido la vida en
común, se presumía que los hijos que tuviera la mujer, eran del concubino (misma presunción de
paternidad existente con el matrimonio), por ello se creó la figura del Art. 185-A, para que la mujer
pudiera separarse legalmente del marido y acabar con dicha presunción. Por su parte Grisanti
Aveledo expresa lo siguiente: “Se ha pretendido justificar la causal de divorcio basada en la
ruptura prolongada de la vida en común, argumentando que es una solución orientada a poner fin
a un matrimonio que estaba roto, aunque subsistía, y a los problemas de filiación que podían
presentarse como resultado de las uniones de hecho en que podía involucrarse cada cónyuge por
su lado”, esta cita viene a aclararnos lo que expresaba el profesor en clase.

Con este tipo de divorcio se abrió una puerta para muchas parejas que necesitaban resolver su
situación matrimonial rápidamente, tan es así que el Dr. Abreu decía que aproximadamente el
95% de los divorcios se dan por esta causal, el descaro ha sido tal, que ni los mismos jueces le
prestan atención al hecho de que la pareja se una para utilizar este artículo como un divorcio de
mutuo acuerdo. Hoy en día los jueces sólo se cuidan de que la pareja tenga más de cinco años de
casada, porque de lo contrario, mal podrían tener más de cinco años de separada.

Procedimiento: Es muy sencillo, en pocas palabras consiste en lo siguiente:

Uno de los cónyuges acude ante el juez a solicitar el divorcio. Tiene que ser UNO SÓLO, porque de
acudir los dos se considerará que hay un vicio en la solicitud, norma que es de orden público.

Se cita al otro cónyuge (quien deberá comparecer personalmente ante el juez, en la tercera
audiencia después de que ha sido citado) y al fiscal del ministerio público, quienes pueden hacer la
oposición.
Si el otro cónyuge reconoce la separación de hecho y el fiscal del ministerio público no hace la
oposición, dentro de las diez audiencias siguientes, el juez declarará el divorcio en la duodécima
(12) audiencia siguiente a la comparecencia de los interesados.

EFECTOS DEL DIVORCIO:

Entre los cónyuges:

En el aspecto personal: El efecto principal será la disolución del matrimonio, como


consecuencia del cual, se extinguen los deberes conyugales. En caso de que uno de los cónyuges
fuere entredicho y su tutela fuere ejercida por el otro cónyuge, deberá seguirse el procedimiento
indicado en los Arts. 398 y 399 CC, pudiendo además el tutor solicitar de oficio las medidas
preventivas expresadas en el Ord. 7º del Art. 185 CC, las cuales también podrán ser otorgadas de
oficio por el juez Art. 398 CC: “El cónyuge mayor de edad y no separado legalmente de bienes, es
de derecho tutor de su cónyuge entredicho. A falta del cónyuge, o cuando éste se halle impedido,
el padre y la madre, acordarán, con aprobación del Juez, cuál de ellos ejercerá la tutela del
entredicho”; Art. 399 CC: “A falta de cónyuge, de padre y madre o cuando éstos estuvieren
impedidos, el Juez nombrará tutor del modo previsto en el artículo 309, a menos que el padre y la
madre hayan nombrado tutor por testamento o por escritura pública previniendo el caso de
interdicción del hijo”; y Art. 185 CC, Ord. 7º: “Son causales únicas de divorcio: …7º La interdicción
por causa de perturbaciones psiquiátricas graves que imposibiliten la vida en común. En este caso
el Juez no decretará el divorcio sin antes procurar la manutención y el tratamiento médico del
enfermo”.

En el aspecto patrimonial:

Se extingue el régimen patrimonial matrimonial (capitulaciones matrimoniales o comunidad


de gananciales, según sea el caso), toda vez que éste siempre es accesorio al matrimonio.

Se extingue el derecho/deber alimentario familiar entre los ex-cónyuges. Pero se debe aclarar
que cuando el divorcio haya ocurrido conforme a alguna de las primeras seis causales del Art. 185
CC, es juez podrá hacer caer en cabeza del cónyuge culpable la pensión alimentaria para el
cónyuge que no haya originado el juicio, en aquellos casos en los cuales, por incapacidad física u
otro impedimento similar no pueda trabajar y carezca de otros medios para satisfacer sus
necesidades. En este caso la obligación subsistirá mientras dure la incapacidad y cesará con la
muerte del obligado, del beneficiario o si éste contrae nuevas nupcias Art. 185 CC: “Son causales
únicas de divorcio:

1º El adulterio.

2º El abandono voluntario.

3º Los excesos, sevicia e injurias graves que hagan imposible la vida en común.

4º El conato de uno de los cónyuges para corromper o prostituir al otro cónyuge, o a sus hijos,
así como la connivencia en su corrupción o prostitución.

5º La condenación a presidio.

6º La adición alcohólica u otras formas graves de fármaco-dependencia que hagan imposible


la vida en común…” y Art. 195 CC: “Cuando el divorcio haya sido declarado de conformidad con las
causales previstas en los ordinales 1º, 2º, 3º, 4º, 5º y 6º del artículo 185, el Tribunal que conozca
del mismo podrá, al declararlo, conceder pensión alimentaria al cónyuge que no haya dado causa
al juicio, cuando éste, por incapacidad física u otro impedimento similar, se encuentra
imposibilitado para trabajar y carece de otros medios para sufragar sus necesidades. Esta
obligación subsiste mientras dure la incapacidad o el impedimento y cesa con la muerte del
obligado, del beneficiario, o si éste último contrae nuevo matrimonio”.

Desaparece, como es lógico, la vocación hereditaria ab intestato que, recíprocamente,


corresponde a los cónyuges durante el matrimonio.

Con respecto a los hijos:


Cuando el divorcio encuentre su fundamento en las causales 4º, 5º y 6º del Art. 185 CC, el
cónyuge culpable perderá la patria potestad sobre sus hijos menores. La patria potestad será
otorgada al otro progenitor (se utiliza esta frase, porque no necesariamente tienen que ser hijos
comunes a la pareja, aunque ello sea lo más frecuente) y, en caso de que éste se encuentre
impedido para ejercerla o hubiere sido privado de ella, el juez abrirá la tutela. En los demás casos
el divorcio no produce la pérdida de la patria potestad Art. 185 CC: “Son causales de divorcio: …4º
El conato de uno de los cónyuges para corromper o prostituir al otro cónyuge, o a sus hijos, así
como la connivencia en su corrupción o prostitución…5º La condenación a presidio…6º La adición
alcohólica u otras formas graves de fármaco-dependencia que hagan imposible la vida en
común…”.

En relación con la guarda de los hijos, el juez competente decidirá en la sentencia de


divorcio y en interés del menor, la atribución de la guarda de los hijos a uno de los progenitores en
el lugar donde éste fije su residencia, pudiendo también confiarla a terceras personas, aptas para
ejercerlas. En todo caso, la guarda de los hijos menores de siete (7) años deberá ser ejercida por la
madre, salvo que, por graves motivos, el juez decida alguna otra cosa. El cónyuge a quien no se le
haya otorgado la guardia, conservará, sin embargo, todas las demás atribuciones derivadas de la
patria potestad, las cuales deberán ser ejercidas en conjunto por ambos progenitores.

En la sentencia definitiva de divorcio, el juez deberá determinar el régimen de visitas


que corresponderá al progenitor a quien no se le haya atribuido la guardia, asimismo deberá
determinar el monto de la pensión alimentaria que dicho progenitor deba a su(s) hijo(s), para lo
cual podrá asegurar su pago con las medidas que estime convenientes y que se encuentran
establecidas en la ley.

LA SEPARACIÓN DE CUERPOS: Consiste en suspender la vida en común de los casados, lo cual


hace mucho más difícil el cumplimiento de las obligaciones correspondientes al deber de
asistencia (socorro), es decir, apoyo y solidaridad con el cónyuge. Para Grisanti es la situación
jurídica en la que se encuentran los casados cuando, subsistiendo el matrimonio, ha quedado
suspendido entre ellos el deber conyugal de convivencia, por sentencia firme o decreto judicial de
separación de cuerpos. Su principal diferencia con el divorcio radica en que el divorcio extingue el
matrimonio, mientras que la separación de cuerpos sólo suspende el deber de convivencia
conyugal, sin llegar a disolver la unión matrimonial.

La separación de cuerpos puede ser de mutuo consentimiento o por vía judicial contenciosa.
En la de mutuo consentimiento, los esposos manifiestan su deseo de separarse de cuerpos y si
quieren también pueden pedir la separación de bienes. En este caso el juez deberá hacer un
llamado a la pareja, para fungir de mediador entre ellos, con aspiraciones de lograr una posible
reconciliación. Art. 188 CC: “La separación de cuerpos suspende la vida común de los casados”.

Separación de cuerpos contenciosa: Presupone una demanda fundamentada en alguna de las


causales de separación de cuerpos previstas por la ley, al ser contenciosa, implica un juicio y
culmina con una sentencia de separación de cuerpos. En este caso se habla de la separación
declarada por vía judicial, y esa conversión de divorcio no se produce de pleno derecho, sino que
debe solicitársele al juez para que este notifique a la otra parte y se declare el divorcio, insistimos
en recordar que NO opera de pleno derecho.

Ya hemos dicho que la separación de cuerpos contenciosa, comienza con la demanda


interpuesta por uno de los cónyuges y debe ser fundamentada en alguna de las causales de
separación de cuerpos previstas en la ley. El artículo 189 CC, establece que las causas de
separación de cuerpos son las seis primeras causas establecidas en el Art. 185 CC, por ello
hacemos énfasis en que sólo podrá demandarse la separación de cuerpos por las primeras seis
causales de divorcio establecidas en el artículo 185 CC.

Art. 185 CC: “Son causales únicas de divorcio:

1º El adulterio.

2º El abandono voluntario.

3º Los excesos, sevicia e injurias graves que hagan imposible la vida en común.

4º El conato de uno de los cónyuges para corromper o prostituir al otro cónyuge, o a sus hijos,
así como la connivencia en su corrupción o prostitución.

5º La condenación a presidio.
6º La adicción alcohólica u otras formas graves de fármaco-dependencia que hagan imposible
la vida en común.

7º La interdicción por causa de perturbaciones psiquiátricas graves que imposibiliten la vida


en común. En este caso el Juez no decretará el divorcio sin antes procurar la manutención y el
tratamiento médico del enfermo.

También se podrá declarar el divorcio por el transcurso de más de un año, después de


declarada la separación de cuerpos, sin haber ocurrido en dicho lapso la reconciliación de los
cónyuges.

En este caso el Tribunal, procediendo sumariamente y a petición de cualquiera de ellos,


declarará la conversión de separación de cuerpos en divorcio, previa notificación del otro cónyuge
y con vista del procedimiento anterior”.

Se debe destacar que por incongruencias en la promulgación del nuevo código la séptima
causal de divorcio (“La interdicción por causa de perturbaciones psiquiátricas graves que
imposibiliten la vida en común. En este caso el Juez no decretará el divorcio sin antes procurar la
manutención y el tratamiento médico del enfermo”), no es causal de separación de cuerpos. Esa
séptima causal que no se menciona es la referida a la interdicción. Sucede que en el código
anterior solo había seis causales enumeradas y también establecía que se declaraba el divorcio
después de cierto tiempo de la separación de cuerpos. Para algunos autores la séptima causal
debe considerarse válida, ya que, no se incluyo por un error del legislador. Pero el profesor
considera que si se acepta esa tesis, se estaría violentando el Art. 4 del CCV: “A la Ley debe
atribuírsele el sentido que aparece evidente del significado propio de las palabras, según la
conexión de ellas entre sí y la intención del legislador”. En definitiva, el profesor considera que
sólo caben las primeras seis causales de divorcio como causales de separación de cuerpos, de
cualquier manera la discusión doctrinaria es un tanto inútil, puesto que, en nuestro país, es
sumamente extraño que ocurra una separación de cuerpos contenciosa.

En este tipo de separación de cuerpos, el cónyuge demandante puede solicitar la separación


de bienes en el libelo de la demanda, caso en el cual, el libelo deberá registrarse ante la Oficina
Subalterna de registro de la jurisdicción competente al domicilio conyugal Art. 176 CC: “La
demanda de separación de bienes y la sentencia ejecutoriada en que aquella se declare, deben
registrarse”. Cuando se haya ejercido la facultad de solicitar la separación de bienes, junto con la
separación de cuerpos, el juez deberá declarar la separación de cuerpos al sentenciar el caso.

Si el cónyuge accionante no solicita la separación de bienes en el libelo de la demanda, el


cónyuge demandado puede solicitarla en la contestación de la demanda, aclarando que dicha
solicitud sólo puede ser hecha para el eventual caso en que se declare con lugar la separación de
cuerpos. En este caso deberá registrarse la contestación de la demanda. La doctrina ha dicho que
la posibilidad de que el cónyuge demandado solicite la separación de bienes, radica en que el Art.
190 CC otorga esa facultad a cualquiera de los cónyuges Art. 190 CC: “En todo caso de separación
de cuerpos, cualquiera de los cónyuges podrá pedir la separación de bienes, pero, si aquélla fuere
por mutuo consentimiento, la separación de bienes no producirá efectos contra terceros, sino
después de tres meses de protocolizada la declaratoria en la Oficina Subalterna de Registro del
domicilio conyugal”.

La sentencia definitiva y firme que declare la separación de cuerpos y de bienes deberá ser
registrada en la oficina subalterna del domicilio conyugal.

Separación de cuerpos por mutuo consentimiento: En esta especie de separación de cuerpos


no hay litigio, no hay controversia entre los cónyuges, no hay procedimiento contencioso. Ambos
esposos, de mutuo acuerdo, solicitan la separación al juez competente y éste, con vista a la
solicitud, decreta la separación Art. 189 CC: “Son causas únicas de separación de cuerpos las seis
primeras que establece el artículo 185 para el divorcio, y el mutuo consentimiento. En este último
caso el Juez declarará la separación en el mismo acto en que fuere presentada la manifestación
personalmente por los cónyuges”.

Existe cierto error en el artículo puesto que, la solicitud se presenta ante el juez de
distribución, pero no es éste el que va a decidir, sino que lo hará otro juez, el que resulte
conocedor del caso después de realizada la distribución. Cuando el artículo se refiere a
“presentada personalmente”, se presenta un inconveniente con la separación de cuerpos de
mutuo acuerdo presenta, ya que la presentación no puede hacerse apoderados, siendo necesario
que, en efecto, acudan ambos cónyuges al tribunal.

Si ambos esposos están también de acuerdo en solicitar la separación de bienes, deberán


hacer el pedimento en el mismo escrito, mediante el cual, solicitan de la autoridad judicial, la
declaración de la separación de cuerpos. Ahora bien, si ambos cónyuges están de acuerdo en
solicitar la separación de cuerpos, pero disienten en cuanto a la solicitud de la separación de
bienes, presentarán un escrito común mediante el cual hagan la primera solicitud 8separación de
cuerpos) y el cónyuge que desee además la segunda separación (la de bienes), podrá hacer la
solicitud de la disolución de la comunidad conyugal al juez competente mediante un escrito
separado, en el cual deberá indicar que lo hace en ejercicio de la facultad que le corresponde
conforme al Art. 190 CC Art. 190 CC: “En todo caso de separación de cuerpos, cualquiera de los
cónyuges podrá pedir la separación de bienes, pero, si aquélla fuere por mutuo consentimiento, la
separación de bienes no producirá efectos contra terceros, sino después de tres meses de
protocolizada la declaratoria en la Oficina Subalterna de Registro del domicilio conyugal”.

El juez deberá tomar en cuenta ambas solicitudes para luego declarar la separación de
cuerpos y de bienes, declaración que deberá ser registrada en la oficina subalterna de registro del
domicilio conyugal.

Finalmente, si los cónyuges en su solicitud de separación de cuerpos, omiten la solicitud de


separación de bienes, no hay ningún problema, puesto que, podrán realizarla más adelante Art.
162 CC, parágrafo segundo: “…La falta de manifestación acerca de la separación de bienes no
impedirá a los cónyuges optar por ella posteriormente, dentro del lapso de la separación…”.

EFECTOS DE LA SEPARACIÓN DE CUERPOS:

Entre los cónyuges:

Efectos personales: La separación legal de cuerpos no extingue el matrimonio, se suspende


el deber de convivencia conyugal, así como la vida en común de los esposos, como ya se dijo,
afecta el cumplimiento del deber de socorrerse mutuamente, deja abierta la posibilidad de la
conversión en divorcio (Art. 185 CC: “…También se podrá declarar el divorcio por el transcurso de
más de un año, después de declarada la separación de cuerpos, sin haber ocurrido en dicho lapso
la reconciliación de los cónyuges…”).

Efectos patrimoniales:
Como la separación de cuerpos no extingue el matrimonio, no queda extinguido el régimen
patrimonial por vía de consecuencia, sin embargo, con la separación de cuerpos cualquiera de los
cónyuges podrá pedir también la separación de bienes Art. 190 CC: “En todo caso de separación
de cuerpos, cualquiera de los cónyuges podrá pedir la separación de bienes, pero, si aquélla fuere
por mutuo consentimiento, la separación de bienes no producirá efectos contra terceros, sino
después de tres meses de protocolizada la declaratoria en la Oficina Subalterna de Registro del
domicilio conyugal”.

No se suspende la obligación alimentaria entre los esposos.

Cuando sólo se trate de separación de cuerpos, cada uno de los cónyuges conserva su
vocación hereditaria ab intestato en caso de fallecimiento del otro cónyuge. Ahora bien, cuando
junto con la separación de cuerpos exista una separación de vienes, cada uno de los cónyuges
pierde sus derechos sucesorios en la herencia ab intestato del otro, salvo prueba de reconciliación
(Art. 823 CC: “El matrimonio crea derechos sucesorios para el cónyuge de la persona de cuya
sucesión se trate. Estos derechos cesan con la separación de cuerpos y de bienes sea por mutuo
consentimiento, sea contenciosa, salvo prueba, en ambos casos, de reconciliación”).

En relación con los hijos: En cuanto a la patria potestad y la guarda de los hijos se aplican las
mismas disposiciones vistas para el caso del divorcio. Pero en cuanto al régimen de visitas y la
pensión alimentaria, los padres deberán ponerse de acuerdo en ello (puede ocurrir también con la
guarda de los hijos) y, a falta de acuerdo entre ellos, corresponderá al juez decidir lo que estime
conducente.

EFECTOS CONTRA TERCEROS DE LA SEPARACIÓN DE BIENES: Anteriormente explicamos que


debe registrarse el instrumento en el cual se haga la solicitud de separación de bienes, que puede
ser el libelo de la demanda o la contestación de la misma, según sea el caso. También se dijo que,
en cualquier caso, la sentencia que declare la separación de bienes también debe ser registrada.

Los efectos de la sentencia definitiva y firme que declare la separación de bienes, se


producen desde la fecha del registro de la demanda o de la contestación de la misma, pero no
afectan los derechos adquiridos por terceros con anterioridad a tal registro. Si no se hubiere
registrado la solicitud de separación de bienes, los efectos de la sentencia se producen a partir de
la fecha en que la sentencia haya quedado firme Art. 177 CC: “La separación de bienes no
perjudica los derechos adquiridos por los acreedores; pero los efectos de la sentencia se
retrotraen a la fecha del registro de la demanda”.

Cuando la separación de cuerpos por mutuo consentimiento va acompañada de separación


de bienes, el decreto de separación de cuerpos y de bienes debe ser protocolizado en una Oficina
Subalterna de Registro del domicilio conyugal, en este caso, la separación de bienes sólo produce
efectos frente a terceros, a los tres meses de efectuado dicho registro Art. 190 CC: “En todo caso
de separación de cuerpos, cualquiera de los cónyuges podrá pedir la separación de bienes, pero, si
aquélla fuere por mutuo consentimiento, la separación de bienes no producirá efectos contra
terceros, sino después de tres meses de protocolizada la declaratoria en la Oficina Subalterna de
Registro del domicilio conyugal”.

LA RECONCILIACIÓN: es el acuerdo de los cónyuges separados, de restablecer la normalidad


de su vida conyugal, que se manifiesta en la reanudación efectiva o continuación de la convivencia
matrimonial. Dicha reconciliación puede ser expresa o tácita, según los cónyuges hayan
formalizado la normalidad de su vida en común, o que ello se deduzca de su comportamiento.
Consiste en el perdón y la aceptación del mismo que se hacen los cónyuges de los motivos que
dieron lugar a la separación de cuerpos. Por supuesto que eso no tiene que ser un perdón que se
diga “perdón” y el otro conteste “te perdono”, puede ser tácito y dentro del perdón tácito está
básicamente la reanudación de la vida en común y si hacen eso sin decir nada, se entiende que ha
habido reconciliación, dicha reconciliación debe ser notificada al tribunal, pero no existe sanción a
la no notificación y es unánime la doctrina y la jurisprudencia, en afirmar que no tiene importancia
el que no se haya notificado al tribunal, eso es simplemente para el tribunal no caer en la
inobservancia del derecho.

El efecto de la reconciliación es que pone fin a cualquier causal de divorcio o de separación


de cuerpo que hubiere habido antes de la reconciliación, eso es un borrón y cuenta nueva,
después de la reconciliación no se puede volver a alegar esa causal de divorcio y para eso es que
se requiere la notificación del otro cónyuge, además esa notificación al otro es para darle el
derecho a la defensa y que oponga alguna de las dos defensas que se pueden oponer, tanto en
caso de divorcio como en caso de separación de cuerpos: 1.- Que no haya transcurrido el tiempo
de separación indicado en la ley, y 2.- que en el período de separación de cuerpo hubo
reconciliación.

En materia de reconciliación ha sido admitido que el hecho de que la mujer conciba un hijo
de su marido después de la separación de cuerpos implica la reconciliación, lo cual parece
evidente pues nadie encarga muchachos si están peleados entre sí, sin embargo, no es tan
evidente por la amplitud de criterios de los jueces, ya que, cuando se trata del Art. 185-A, que
requiere una separación de hecho por 5 o mas años, dicen que eso es un desliz que no tiene
importancia y que por lo tanto eso no es reconciliación, pero en el caso de separación de cuerpos
(en el cual se requiere esperar un año para solicitar la conversión a divorcio), han considerado que
eso sí es reconciliación. Evidentemente que es una contradicción que no tiene ninguna explicación,
salvo que, como dice el profesor, la jurisprudencia ha querido darle “luz verde” al Art. 185-A.

Cuando se alega la reconciliación y el otro cónyuge no está de acuerdo con que hubo
reconciliación de abre el procedimiento contemplado en el artículo 607 del CPC, entonces tendrán
los cónyuges 8 días para que prueben la reconciliación. En este caso, el tribunal procediendo
sumariamente y a petición de cualquiera de ellos declarará la conversión de separación de cuerpos
en divorcio previa notificación del otro cónyuge con vista al procedimiento anterior Art. 607 CPC:
“Si por resistencia de una parte a alguna medida legal del Juez, por abuso de algún funcionario, o
por alguna necesidad del procedimiento, una de las partes reclamare alguna providencia, el Juez
ordenará en el mismo día que la otra parte conteste en el siguiente, y hágalo ésta o no, resolverá a
más tardar dentro del tercer día, lo que considere justo; a menos que haya necesidad de
esclarecer algún hecho, caso en el cual abrirá una articulación por ocho días sin término de
distancia.

Si la resolución de la incidencia debiere influir en la decisión de la causa, el Juez resolverá la


articulación en la sentencia definitiva; en caso contrario decidirá al noveno día”.

Características de la reconciliación:

Es de orden público, porque se refiere al matrimonio y está dirigida a hacer cesar la


perturbación de las normales relaciones conyugales, derivada de la separación de cuerpos. Como
es de orden público, puede alegarse en cualquier estado y grado del proceso, y si aparece probada
en los autos, aunque no haya sido alegada por las partes, el juez debe apreciarla de oficio.

Obra de pleno derecho, dado el acuerdo entre los cónyuges, manifestado en el


restablecimiento de la normalidad de las relaciones matrimoniales, existe la reconciliación y ésta
produce sus efectos plenamente, sin necesidad de declaración judicial. Sin embargo, al haber
reconciliación los cónyuges deben notificarla al tribunal Art. 194 CC: “La reconciliación quita el
derecho de solicitar el divorcio o la separación de cuerpos por toda causa anterior a ella. Si
ocurriere en cualquier estado del juicio, pondrá término a éste; si ocurriere después de la
sentencia dictada en la separación de cuerpos, dejará sin efectos la ejecutoria; pero en uno y otro
caso, los cónyuges deberán ponerla en conocimiento del Tribunal que conozca o haya conocido de
la causa, para los efectos legales”. La determinación de si hubo reconciliación o no, es una
cuestión de hecho y, como tal, debe ser decidida por el juez de instancia.

Es irretractable, porque después que se produce, no es posible volver sobre ella con el fin
de destruir sus efectos, que se producen de pleno derecho, al perfeccionarse la misma.

CARACTERES COMUNES A LAS ACCIONES DE DIVORCIO Y DE SEPARACIÓN DE CUERPOS:

Carácter personal: Ambas acciones son personales porque corresponden exclusivamente


a los cónyuges, sólo pueden ser intentadas por el cónyuge interesado o por su apoderado judicial,
facultado, en forma expresa, a tal efecto. El cónyuge demandado debe serlo, también,
personalmente Art. 191 CC: “La acción de divorcio y la de separación de cuerpos, corresponde
exclusivamente a los cónyuges, siéndoles potestativo optar entre una u otra; pero no podrán
intentarse sino por el cónyuge que no haya dado causa a ellas…”.

A la luz del código vigente es posible demandar por divorcio al cónyuge entredicho, a través
del tutor, en vista de la séptima causal de divorcio, que trata de las perturbaciones psiquiátricas
graves, en este caso la demanda se hará a través del tutor.

Si alguno de los cónyuges es inhabilitado, debe actuar en el juicio asistido de su curador Art.
409 CC: “El débil de entendimiento cuyo estado no sea tan grave que dé lugar a la interdicción, y el
pródigo, podrán ser declarados por el Juez de Primera Instancia inhábiles para estar en juicio,
celebrar transacciones, dar ni tomar a préstamo, percibir sus créditos, dar liberaciones, enajenar o
gravar sus bienes, o para ejecutar cualquiera otro acto que exceda de la simple administración, sin
la asistencia de un curador que nombrará dicho Juez de la misma manera que da tutor a los
menores. La prohibición podrá extenderse hasta no permitir actos de simple administración sin la
intervención del curador, cuando sea necesaria esta medida…”.

Son acciones de orden público: Puesto que el divorcio busca disolver el matrimonio y la
separación de cuerpos busca suspender la convivencia conyugal. Al ser de orden público son
indisponibles, no pueden ser objeto de convenimiento, ni de transacción, pero sí es posible el
desistimiento (se entiende que hay desistimiento si el cónyuge demandante no concurre a la
contestación de la demanda o al primer acto conciliatorio) Art. 756 CPC: “Admitida la demanda de
divorcio o de separación de cuerpos, el Juez emplazará a ambas partes para un acto conciliatorio
en el cual las excitará a reconciliarse, haciéndoles al efecto las reflexiones conducentes. Este acto
tendrá lugar pasados que sean cuarenta y cinco días después de la citación del demandado, a la
hora que fije el Tribunal. A dicho acto comparecerán las partes personalmente y podrán hacerse
acompañar de parientes o amigos, en número no mayor de dos por cada parte. La falta de
comparecencia del demandante a este acto será causa de extinción del proceso”; y Art. 758 CPC:
“La falta de comparecencia del demandante al acto de contestación de la demanda causará la
extinción del proceso y la del demandado se estimará como contradicción de la demanda en todas
sus partes”. No hay confesión ficta en estos juicios, la inasistencia del demandado al acto de
contestación se entiende como contradicción de la demanda en todas sus partes, existen ciertos
límites probatorios para evitar transacciones entre las partes. Como se trata de una materia de
orden público, debe intervenir un representante del Ministerio Público, como parte de buena fe
Art. 196 CC: “En todas las causas de divorcio y de separación de cuerpos intervendrá como parte
de buena fe un representante del Ministerio Público”.

Son de carácter electivo: Es decir, que en caso de que exista alguna causal de divorcio, el
cónyuge demandante podrá optar entre ejercer la acción de divorcio o la de separación de
cuerpos Art. 191 CC: “La acción de divorcio y la de separación de cuerpos, corresponde
exclusivamente a los cónyuges, siéndoles potestativo optar entre una u otra; pero no podrán
intentarse sino por el cónyuge que no haya dado causa a ellas…”.

Finalmente, las medidas provisionales que puede dictar el juez se encuentran establecidas
en el Art. 191 CC: “La acción de divorcio y la de separación de cuerpos, corresponde
exclusivamente a los cónyuges, siéndoles potestativo optar entre una u otra; pero no podrán
intentarse sino por el cónyuge que no haya dado causa a ellas.

Admitida la demanda de divorcio o de separación de cuerpos, el Juez podrá dictar


provisionalmente las medidas siguientes:

1º Autorizar la separación de los cónyuges y determinar cuál de ellos, en atención a sus


necesidades o circunstancias, habrá de continuar habitando el inmueble que les servía de
alojamiento común, mientras dure el juicio, y salvo los derechos de terceros. En igualdad de
circunstancias, tendrá preferencia a permanecer en dicho inmueble aquel de los cónyuges a quien
se confiera la guarda de los hijos.
2º Confiar la guarda de los hijos menores, si los hubiere, a uno solo de los cónyuges y
señalar alimentos a los mismos; también podrá, si lo creyera conveniente, según las circunstancias,
poner a los menores en poder de terceras personas; en todos los casos hará asegurar el pago de la
pensión alimentaria de los hijos, y establecerá el régimen de visitas en beneficio del cónyuge a
quien no se haya atribuido la guarda.

3º Ordenar que se haga un inventario de los bienes comunes y dictar cualesquiera otras
medidas que estime conducentes para evitar la dilapidación, disposición u ocultamiento
fraudulento de dichos bienes.

A los fines de las medidas señaladas en este artículo el Juez podrá solicitar todas las
informaciones que considere convenientes”.

NOTA FINAL: Muchachos, como ya ustedes sabrán el profesor tiene fama de repetir
preguntas, de hecho en el primer parcial una de las preguntas que nos habían dicho la puso en el
examen. El parcial de los muchachos de la mañana constó de tres preguntas, no tengo la última
porque me la mandaron en un mensaje a mi celular y se me borró, si alguien la tiene por favor
avisen, de cualquier forma, aquí están dos de las tres preguntas:

Caracteres de las capitulaciones matrimoniales.

Administración de los bienes comunes de la comunidad de gananciales.

Esta es toda la materia del 2º Parcial ¡¡¡BUENA SUERTE!!!

Isabel Gristanti Aveledo. Lecciones de derecho de familia.

Curso de Derecho de Familias. López Herrera, Página 533.

Lecciones de Derecho de Familias. Página 299, último párrafo.


Lecciones de derecho de familias, pág. 307.

Aspectos fiscales de la disolución del régimen económico matrimonial (bienes gananciales /


separación de bienes)

Fecha: 07/03/2014

Introducción

Los regímenes matrimoniales existentes en territorio español, son tres

Gananciales: En éste y generalizando, al contraer matrimonio, los bienes adquiridos durante el


mismo y los aportados específicamente serán propiedad de la sociedad conyugal, sin distinción de
participaciones individuales, ni cuotas. Es decir, los bienes pertenecerán a la sociedad y no a los
cónyuges de forma individual, por lo tanto estos no pueden ejercitar individualmente derechos de
propiedad, surgiendo sólo en el momento en que la comunidad se disuelve un derecho de crédito,
el derecho a la cuota de liquidación.

Separación de bienes: Aquí los cónyuges mantienen la propiedad de los bienes de forma
individual, es decir, se retiene el dominio, administración y disfrute de los bienes, tanto los
aportados, como los adquiridos durante el matrimonio. En consecuencia los bienes comunes lo
serán en régimen de comunidad ordinaria o por cuotas y a la disolución del matrimonio,
generalmente, tendrá un tratamiento idéntico a la cualquier otra comunidad con independencia
de la relación entre los comuneros. Esto tiene unas consecuencias fiscales importantísimas, como
veremos más adelante.

Por último tenemos el régimen de participación que al ser su implantación muy escasa no será
objeto de análisis. Como curiosidad decir que pretende conjugar las ventajas de los dos regímenes
anteriores, el patrimonio está en separación de bienes y sólo se ponen en común las pérdidas y
ganancias obtenidas.

Impuestos involucrados en la disolución de las sociedades gananciales / separación de bienes


Los impuestos que juegan tanto en los disolución de la sociedad de gananciales, como en el caso
de separación de bienes, son tres:

el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y sobre Actos Jurídicos Documentados (ITP/AJD),

el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y ,

finalmente, el Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza urbana
[IIVTNU] (Plusvalía).

También advertir que dependiendo de los pactos podría llegar a devengarse al Impuesto sobre
Donaciones, que es incompatible con el ITP/AJD.

Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas

En el IRPF, se considera que no existe alteración en la composición del patrimonio en los siguientes
supuestos (LIRPF art.33.2):

- división de la cosa común, disolución de comunidades de bienes o separación de comuneros;

- disolución de la sociedad de gananciales o extinción del régimen económico-matrimonial de


participación.

Por tanto, en estos supuestos no existe ganancia o pérdida, sino que ésta se producirá cuando los
bienes o derechos salgan del patrimonio del adjudicatario. Se tomará como valor y fecha de
adquisición los correspondientes a la adquisición inicial y no a la adjudicación, de modo que no se
produzca una actualización de valores prohibida por el precepto. Por tanto, la liquidación de la
sociedad conyugal, o de la comunidad de bienes se caracteriza por las notas de neutralidad y
diferimiento.

Así, no sólo en el caso de la disolución de la sociedad de gananciales no se produce en ese


momento una ganancia o pérdida sujeta en renta, por tratarse no de una alteración en la
composición del patrimonio, sino una mera especificación de derechos, sino que, también, en
aquellos supuestos en que existen bienes comunes.

Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza urbana (Plusvalía)
El artículo 104 del RD 2/2004, de 5 de marzo, /reguladora de las Haciendas Locales, dice que no
estarán sujetas a este Impuesto las aportaciones de bienes y derechos realizadas por los cónyuges
a la sociedad conyugal, adjudicaciones que a su favor y en pago de ellas se verifiquen y
transmisiones que se hagan a los cónyuges en pago de sus haberes comunes. Tampoco se
producirá la sujeción al impuesto en los supuestos de transmisiones de bienes inmuebles entre
cónyuges o a favor de los hijos, como consecuencia del cumplimiento de sentencias en los casos
de nulidad, separación o divorcio matrimonial, sea cual sea el régimen económico matrimonial.

Aclaraciones previas

Bienes privativos / Bienes gananciales

En un proceso de liquidación de gananciales uno de los primeros pasos debería ser determinar los
bienes que son privativos y los que son gananciales. Son bienes privativos los que se tuvieran antes
del matrimonio, las donaciones, las herencias, los adquiridos con bienes privativos (ej. una casa
comprada con dinero de una herencia), las indemnizaciones por daños personales, y los objetos
personales que no sean de gran valor, así como los instrumentos para realizar una actividad
profesional salvo que sean parte integrante de una empresa de carácter ganancial. En la disolución
del régimen económico no se deben de contemplar los bienes privativos.

Deudas

En el momento del divorcio, pueden existir deudas contraídas durante el matrimonio. Así, por
ejemplo, cuando se produzca la liquidación de una sociedad de gananciales, en la formación del
pasivo de la misma se deberá incluir el importe actualizado de las cantidades que habiendo sido
pagadas por uno solo de los cónyuges, fueran de cargo de la sociedad (tal y como viene recogido
en el art.1398.3º del Código Civil). Las deudas de la sociedad de gananciales se detallan en el
apartado de Pasivo.

Y así lo explica la Dirección General de Tributos (“DGT”) en su Consulta del 17-12-1999 que, ante la
consulta de un contribuyente que, en virtud de sentencia judicial, debe abonar cantidades para el
levantamiento de las cargas familiares y, en tanto no se disuelve la sociedad, abonar la hipoteca
que grava la vivienda habitual del matrimonio separado así como un préstamo personal para la
adquisición de un coche para su cónyuge, le contesta que dado que la resolución señala que estos
pagos son recuperables con cargo a la sociedad de gananciales y que se harán efectivos al tiempo
de su liquidación, el tratamiento fiscal de éstos es que tanto en el caso del préstamo hipotecario
como del personal, no existirá ganancia patrimonial, salvo que el valor finalmente reembolsado
excediera del importe de las cantidades por él satisfechas.
Disolución de régimen matrimonial en bienes gananciales

La disolución de la sociedad de gananciales y la posterior adjudicación a cada uno de los cónyuges


de su correspondiente participación en la sociedad, no constituye ninguna alteración en la
composición de sus respectivos patrimonios que pudiera dar lugar a una ganancia o pérdida
patrimonial, siempre y cuando la adjudicación se corresponda con la respectiva cuota de
titularidad. En estos supuestos no se podrán actualizar los valores de los bienes o derechos
recibidos, que conservarán los valores de adquisición originarios, y, a efectos de futuras
transmisiones, las fechas de adquisición originarias.

Solo en el caso de que se atribuyesen a uno de los cónyuges bienes o derechos por mayor valor
que el correspondiente a su cuota de titularidad, existiría una alteración patrimonial en el otro
cónyuge, generándose una ganancia o pérdida patrimonial. Así ocurre, por ejemplo, en el caso de
que el único bien ganancial, un inmueble, se adjudica al cónyuge del consultante, quien abona a
éste último una compensación económica, lo que originará al consultante una ganancia o pérdida
patrimonial.( Consulta DGT de fecha 21 de noviembre de 2011, referencia V2757-11).

Vamos a poner un ejemplo, para aclarar mejor el concepto anteriormente definido:

Un matrimonio casado en régimen de gananciales se divorcia en 20XX. Los activos de los que
dispone la sociedad de gananciales son (están valorado al momento de la compra/adquisición):

La vivienda habitual, precio 250.000 euros

Una segunda vivienda, precio 150.000 euros

Acciones sobre sociedades mercantiles, precio 50.000 euros

Cuentas bancarias con un saldo a fecha de la disolución la sociedad de gananciales de 100.000


euros.
La suma de los activos relacionados en el inventario ascienden a 550.000 euros.

Pasivo. La sociedad de gananciales no tiene deuda alguna.

Las adjudicaciones de los bienes a cada uno de los cónyuges es:

Descripción del bien Ex-marido Ex-mujer

Vivienda habitual 250.000

Segunda vivienda 150.000

Acciones 50.000

Cuentas bancarias 25.000 75.000

TOTAL 275.000 275.000

Por tanto, tras la disolución, el ex-marido se queda con bienes por valor de 275.000€,
exactamente igual que su ex mujer. No se produce ganancia o pérdida patrimonial en el momento
de la disolución de la sociedad de gananciales, al no producirse alteración en la composición del
patrimonio. Tampoco hay actualización del valor y fecha de adquisición de los diferentes bienes,
de modo que cuando se transmitan por cualquier título(lucrativo u oneroso), se tomarán como
valor y fecha de adquisición, los originarios. En este caso no tributará la disolución de la sociedad
de gananciales ni por el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales Onerosas (ITP), ni por plusvalía
en el IRPF.

En cambio, si hay exceso de adjudicación, sea oneroso o gratuito, en la liquidación de gananciales,


se considera que hay una especie de “venta” o “donación” de un esposo al otro de la mitad del
bien ganancial, por lo que la plusvalía o minusvalía por dicha mitad sí parece estar sujeta a
gravamen en el IRPF del esposo no adjudicatario –el transmitente-. Aquí la eficacia de la
liquidación de gananciales es traslativa, excede de lo meramente particional para ser un verdadero
acto de disposición. Por tanto, dichos excesos deberían tributar por ITP, y por IRPF en el caso que
la venta supere el valor de adquisición del bien en el momento de la compra.

En ciertos casos, hay una excepción a la norma recién comentada, sobre la tributación por los
excesos de adjudicación, dado que no habría sujeción a ITP, pues en ese supuesto estaríamos ante
un exceso inevitable en los términos que resultan del artículo 1.062 del Código Civil. En principio,
podría estimarse que la compensación en metálico significa un exceso de adjudicación sujeto al
Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP). Pero ya desde 1997 el Tribunal Supremo
entiende que en estos casos realmente no existe una transmisión patrimonial, pues la cosa común
–la vivienda- resulta indivisible, por lo que el cónyuge que se atribuye su totalidad mediante el
pago de una compensación económica al que cede su parte no está “comprando” la cuota que
corresponde a la mitad del inmueble. No hay compraventa, tan sólo una adjudicación o un ajuste
interno, y el cónyuge que “redondea” la titularidad de la vivienda –adjudicándosela en su
integridad- no debe soportar por ello el ITP. El Tribunal Supremo considera que no se da un exceso
de adjudicación “verdadero”, pues la compensación económica funciona “como elemento
equilibrador de la equivalencia y proporcionalidad que deben presidir toda división o partición de
comunidad” (Sentencia de 28 de junio de 1999).

Sin embargo, en referencia al cónyuge que pierde la titularidad de la vivienda, la operación si que
le produce la tributación de la ganancia patrimonial en la declaración de la renta, el cónyuge o
comunero que pierde sus derechos en la titularidad del mismo, pues es más que posible que la
cesión le depare una ganancia patrimonial en el IRPF (que es lo que sostiene la consulta de la
Dirección General de Tributos de fecha 21 de noviembre de 2011, referencia V2757-11). El motivo
es que la Ley del IRPF considera “ganancias y pérdidas patrimoniales las variaciones en el valor del
patrimonio del contribuyente que se pongan de manifiesto con ocasión de cualquier alteración en
la composición de aquél”. Es verdad que dicha Ley entiende que no existe alteración en los
supuestos de división de la cosa común o en la disolución de la sociedad de gananciales, pero
siempre y cuando –según la Administración Tributaria- las adjudicaciones se correspondan con las
cuotas respectivas de titularidad. En otro caso (por ejemplo, cuando la vivienda común, único bien
ganancial, se adjudique a un cónyuge mediante abono por este último al otro de una
compensación económica), existirá una ganancia o una pérdida patrimonial que, en el supuesto de
la vivienda hasta entonces común, se integrará en la base del ahorro del cedente de su mitad, que
a estos efectos será considerado como un simple “vendedor” de su cuota de participación en el
inmueble.

En referencia al impuesto sobre el incremento del valor de los terrenos, por los excesos de
adjudicación a la extinción del condominio se devenga el Impuesto sobre Incremento del Valor de
los Terrenos de Naturaleza Urbana (IIVTNU). La inexistencia de hecho imponible del IIVTNU no es
en todos los supuestos de extinción de condominio, sino sólo en aquellos en los que la
adjudicación no exceda del porcentaje atribuible a la primitiva participación; cosa que no ocurre
en los supuestos de exceso de adjudicación. En el primer caso, no estamos en presencia de un acto
genuinamente traslativo, ya que no hay verdadera transmisión de un derecho preexistente, siendo
más propiamente un acto declarativo de fijación, dando certeza y concreción a la situación de cada
titular. El exceso es una transmisión jurídica.
Cuestión distinta, es que la adjudicación a los cónyuges, existiendo varios bienes o uno susceptible
de división, no respete las respectivas cuotas de participación. En este supuesto, de compensación
en metálico, constituye una auténtica transmisión de los derechos de propiedad de uno de los
cónyuges al otro, estando sujeto al IIVTNU el exceso adjudicado.

Disolución de régimen matrimonial en separaciones de bienes

Como hemos comentado en el apartado anterior, la normativa del Impuesto de transmisiones


patrimoniales (ITP) establece determinadas exenciones o beneficios fiscales para las transmisiones
fruto de las adjudicaciones de bienes comunes del matrimonio, resultantes de la disolución de
este último por divorcio o cualquier otra causa.

Ha habido desde hace tiempo una controversia sobre si dichos beneficios fiscales son aplicables
también a las adjudicaciones de bienes que no han formado parte de una sociedad conyugal
propiamente dicha (sociedad de gananciales), es decir, respecto a bienes que los cónyuges
casados en separación de bienes adquirieron en su día en común (por mitad, normalmente).

La novedad es que la reciente sentencia del Tribunal Supremo de fecha 30 de abril de 2010 ha
venido a zanjar la controversia, estableciendo que la exención prevista en el artículo 45.I.B).3 del
T.R. de la Ley del ITP y AJD no será aplicable a las adjudicaciones de bienes comunes practicadas
con motivo de la disolución de un matrimonio sujeto al régimen de separación de bienes, por no
haber en este caso una sociedad conyugal (como en el caso de la sociedad de gananciales) que se
disuelve.

Ello no afecta, no obstante, a la exención especial prevista en el artículo 32.2 del Reglamento del
ITP y AJD, por la que se declaran exentas las adjudicaciones de la vivienda habitual efectuadas con
motivo de la disolución del matrimonio, ya que dicho artículo no hace referencia a ninguna
extinción de “sociedad conyugal”, sino a la disolución del matrimonio, en general, por lo que
deberá entenderse aplicable también a los supuestos de matrimonios en régimen de separación
de bienes.

Enlaces de interés
Deudas con hacienda en relación con la declaración de la renta, implicaciones en los bienes
gananciales del matrimonio

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uda plusvalia

Matrimonio en gananciales, tienen dos hijos casados, fallece primero el padre, en mayo de 1990,
la madre disfruta del medio piso que le correspondería a los hijos, hasta que ella muera, no tienen
nada mas que el piso y la cuenta del banco, en agosto de 2008 fallece la madre, tenían testamento
y todo queda para los dos hijos, estos hacen todos los trámites, pagan impuesto de sucesiones,
aceptan la herencia, escrituran y registran el piso y lo ponen a su nombre el 50% para cada hijo y
cada uno declara su parte, también se paga la plusvalía correspondiente a los años desde que
muere el padre 1990 hasta que muere la madre 2008 es decir 18 años, sobre el valor catastral del
suelo que era de unos cinco mil y pico y por medio piso es decir la parte del padre. En julio 2013 se
vende el piso a través de una inmobiliaria por un precio (30.000€) menor que el que ponía en
escritura que estaba valorado unos 88.000€ y menor también que su valor catastral total unos
52.000€,se hace todo y se vuelve a pagar plusvalías por la parte de la madre cuatro años sobre el
valor catastral del suelo que ahora el de 35.000€ siete veces mayor, pero la duda es la parte del
padre que volemos a pagar desde que falleció que son ya hace unos 22 años pero como lo máximo
son 20 nos hacen la plusvalía sobre 20 años y sobre el otro 50% del piso y he aquí la pregunta:

¿no pagamos ya plusvalía a razón de 18 años que pasaron desde que murió el padre en 1990 hasta
que murió la madre en 2008 y solo tendríamos que haber pagado a razón de los cuatro años que
se tardo en vender el piso desde 2008 hasta 2013? sino de la parte del padre pagamos dos veces
plusvalía de esos 18 años, con la diferencia de que ahora el valor catastral del suelo es siete veces
mas
Muchas gracias, voy entendiendo mas cosas gracias a ustedes pero esto de las plusvalías se me
resiste. Saludos

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Contestar

Plus-valor o Plus-valía en teoría económica es mayor-valor, dado que el valor es creado por el
trabajo humano presente en el proceso productivo, sin trabajo humano incorporado a una materia
prima, este objeto no contiene valor. El Plusvalor es cuando el trabajador en la acción de trabajar
crea el valor adicional que supere su salario real, cuando el producto ingresa al mercado y es
vendido, en ese momento el plusvalor toma una nueva forma que es en dinero, por lo tanto el
plusvalor se transforma en ganancia de la cual es apropiada por el capitalista a su vez que el
producto se transforma en mercancia ya que adquiere la cualidad de ser vendida.

Es la forma específica que adquiere el plusproducto bajo el modo de producción capitalista y


forma la base de la acumulación capitalista.1

Este concepto fue creado por Karl Marx a partir de la crítica a los economistas clásicos precedentes
como Adam Smith, David Ricardo, Rodbertus, etc. que ya la habían enunciado pero no definido
formalmente.[cita requerida]

Uno de los elementos esenciales de un contrato de trabajo es la subordinación, y uno de los


elementos importantes en la subordinación, es la obligación de cumplir un horario, pero en
opinión de la Corte suprema de justicia, la obligación de cumplir con un horario, necesariamente
no configura la subordinación.
El cumplimiento de un horario, por sí solo no es suficiente para configurar la subordinación, ha
dicho en varias oportunidades la corte suprema de justicia. El cumplimiento de un horario, es tan
sólo un elemento indiciario más no una prueba definitiva.

Guía Laboral Gerencie.com 2015

Ha dicho la sala de casación laboral de la Corte suprema de justicia en sentencia de mayo 4 de


2001, expediente 15678 con ponencia del magistrado José Roberto Herrera Vergara

(…) Lo anterior es suficiente para desestimar este cargo en la medida en que el fallo recurrido
descartó la subordinación, pero aún admitiendo que además de los soportes fácticos antedichos,
la sentencia acusada también encuentra sustento en el razonamiento de que los horarios y la
realización de trabajos en las instalaciones de la empresa no significan per se el establecimiento de
una dependencia y subordinación, considera la Corte que aún tomando este último aserto como
jurídico, tiene razón el tribunal al emitirlo porque ciertamente la subordinación típica de la
relación de trabajo no se configura automáticamente por el hecho de que desde el inicio o en un
determinado momento del vínculo jurídico convengan los contratantes un horario de prestación
de servicios y la realización de éstos dentro de las instalaciones del beneficiario de los mismos,
puesto que si bien algunas veces ello puede ser indicio de subordinación laboral, tales
estipulaciones no son exóticas ni extrañas a negocios jurídicos diferentes a los del trabajo, y en
especial a ciertos contratos civiles de prestación de servicios o de obra en los que es razonable una
previsión de esa naturaleza para el buen suceso de lo convenido, sin que por ello se despoje
necesariamente el contratista de su independencia. Además, conviene reiterar que en orden a
esclarecer la subordinación, a menos que se pacte ella expresamente por las partes, es menester
analizar el conjunto de factores determinantes del núcleo de la vinculación jurídica, y no
aisladamente algunos de sus elementos, porque es precisamente ese contexto el que permite
detectar tanto la real voluntad de los contratantes como la primacía de la realidad sobre las
formalidades.

Lo anterior debe llevarnos a ser un poco mas cautelosos y juiciosos en el análisis de los hechos, y
en la acumulación de documentos pruebas antes de iniciar una reclamación judicial, puesto que
sobrados antecedentes hay sobre procesos que han fracasado cuando el único elemento
probatorio, cual es la obligación de cumplir con un horario, no está acompañado de otros
documentos y pruebas que lleven al sentenciador al convencimiento inequívoco respecto a la
existencia de una verdadera relación laboral oculta bajo diferentes figuras contractuales.
na de las grandes ventajas que nos ofrece Internet, es que nos permite conseguir casi cualquier
tipo de información, y este caso, formatos y modelos de contratos de trabajo.

A continuación relacionamos las direcciones donde se pueden conseguir gratuitamente los


formatos y modelos para los contratos de trabajo más importantes.

Guía Laboral Gerencie.com 2015

Contrato individual de trabajo a termino indefinido

Contrato individual de trabajo a termino fijo inferior a un año

Contrato individual a termino fijo de uno a tres años

Contrato a termino fijo con salario integral

Contrato individual de trabajo servicio domestico

Modelo de contrato individual de trabajo a término indefinido para vigilantes o celadores

Modelo de contrato de aprendizaje

Más formatos y modelos en Uniderecho.com

Esta información es de gran utilidad puesto que se presentan los modelos casi listos para
transcribir datos personales y algo más.

Los anteriores modelos y formatos están ajustados a la ley, por lo que difícilmente puede
presentarse equivocación o error en su diligenciamiento.

Resaltamos que los anteriores formatos no son de nuestra autoría; sólo nos permitimos enlazar el
documento que los contiene.

Material para complementar


¿Cuántas veces se puede renovar un contrato de trabajo a término fijo?

Contrato de trabajo a término fijo no puede ser verbal

Como saber si mi contrato de trabajo es fijo o indefinido a través de mi nomina

Contrato de trabajo a término fijo o a término indefinido

« Un trabajador no se puede tomar las vacaciones sin el consentimiento del empleador

¿Si me cambian de lugar de trabajo deben pagarme auxilio de transporte extra? »

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Siéntase libre de opinar

121 Opiniones

Lina Martinez dice:

10 diciembre, 2014 a las 8:36 pm

Buena tarde, un artesano que tenga menos de 5 trabajadores puede contratar por contrato de
prestación de servicios?

Responder

GIOVANNI dice:

11 noviembre, 2014 a las 9:37 pm

Hola buenas tardes

Agradezco su apoyo, voy a montar un restaurante y debo elaborar un contrato por prestación de
servicios , agradezco y me den la guía de como debo hacerlo...gracias
Responder

FERANDANTE dice:

12 noviembre, 2014 a las 12:07 am

Guiovanni

Buenas Noches

No puede vincular personal de cocina, mesa y aseo por Prestación de Servicios.

Deberá hacerlo mediante Contrato de Trabajo.

Responder

isabela dice:

28 octubre, 2014 a las 1:55 pm

buenas tardes necesito que me ayuden con la información de como se realizan los contratos a
termino fijo inferiores a un año

ejemplo la persona inicia 28 de octubre de 2014 yo lo haría con fecha de terminación el 27 de


enero de 2015 ò se haría con fecha de terminación 28 de enero de 2015?? solicito una pronta
respuesta

gracias

Responder

FERANDANTE dice:

12 noviembre, 2014 a las 12:07 am


Isabela

Apoyese en los links del editorial

Responder

DAVID dice:

19 julio, 2014 a las 7:44 pm

Hola. Soy empleador tengo una duda con el documento para emplear a una persona en venta
de catalogo

Responder

Martha Isabel Aldana J dice:

8 mayo, 2014 a las 4:25 pm

Buenas tardes, con respecto al modelo de contrato indivudual de trabajo a término indefinido
que ustedes tienen publicado desde febreo 26 de 2007, ete modelo al día de hoy mayo de 2014,
tiene vigencia o se ha presentado alguna variación en la legislación colombiana al respecto

Responder
CONTRATO DE TRABAJO PARA TRABAJADORES(AS) DEL HOGAR

Conste por el presente documento, el Contrato de Trabajo que, bajo los alcances de la Ley Nº
27986, Ley de los Trabajadores del Hogar y su Reglamento (aprobado por el Decreto Supremo Nº
015-2003-TR), celebran de una parte (indicar nombres y apellidos del empleador), con domicilio
real en ____________, identificado con documento de identidad (D.N.I./C.I.P./C.E.) Nº
__________ en adelante ¨EL EMPLEADOR¨; y, de la otra parte, (indicar nombres y apellidos del(la)
trabajador(a) identificado(a) con D.N.I. Nº _______, y con domicilio en _________, en adelante
¨EL(LA) TRABAJADOR(A)¨, en los términos y condiciones siguientes:

PRIMERO: EL EMPLEADOR

EL EMPLEADOR es una persona natural que requiere contar con los servicios de EL (LA)
TRABAJADOR(A), para realizar de manera específica las siguientes labores:

1. ------------------------------

2. ------------------------------

3. ------------------------------ (*)

(Detallar de manera general cada una de las labores que desempeñará l(la) trabajador(a))

SEGUNDO: EL (LA) TRABAJADOR(A)

Por el presente contrato EL(LA) TRABAJADOR(A) cumplirá las labores señaladas en la cláusula
anterior, de acuerdo a las directrices que emanen de EL EMPLEADOR, las que en todo momento
deberán respetar sus derechos y su dignidad.

TERCERO: DURACIÓN E INICIO DEL CONTRATO

La duración del contrato es por tiempo indefinido (salvo que las partes convengan que las labores
se desarrollarán en un plazo determinado, en cuyo caso, deberá constar expresamente el mismo),
iniciándose la relación laboral el día ____ de ___ de ___.

CUARTO: REMUNERACIÓN
En contraprestación por los servicios de EL (LA) TRABAJADOR(A), EL EMPLEADOR se obliga a pagar
una remuneración (indicar si la remuneración se abonará de manera semanal, quincenal o
mensual) de S/. ____ (indicar el monto en números y letras). EL (LA) TRABAJADOR(A) está
obligado(a) a extender una constancia de los pagos que reciba, la cual será suscrita por ambas
partes.

EL EMPLEADOR facilitará a EL (LA) TRABAJADOR(A) los materiales necesarios para que desarrolle
sus actividades y a otorgarle los beneficios y las condiciones de trabajo que por Ley le
corresponda.

QUINTO: BENEFICIOS LEGALES

EL (LA) TRABAJADOR(A) tiene derecho a descanso vacacional, compensación por tiempo de


servicios (CTS) y gratificaciones por fiestas patrias y navidad, beneficios que se otorgan de la
siguiente manera:

5.1. Descanso vacacional

EL EMPLEADOR otorgará a EL (LA) TRABAJADOR(A) quince (15) días de descanso vacacional


remunerado por cada año completo de servicios. Para estos efectos, EL (LA) TRABAJADOR(A)
deberá de haber cumplido el récord vacacional previsto en el Decreto Legislativo Nº 713. (**)

5.2. Compensación por Tiempo de Servicios

EL EMPLEADOR abonará a EL(LA) TRABAJADOR(A) el presente beneficio, a razón de quince (15)


días remunerados por cada año de servicios o la parte proporcional de tal cantidad por fracción de
año, al finalizar el año/al momento de la liquidación del trabajador.

5.3. Gratificaciones por Fiestas Patrias y Navidad

EL EMPLEADOR otorgará a EL (LA) TRABAJADOR(A) una gratificación por Fiestas Patrias y otra por
Navidad. Cada una ascendiente al 50% de la remuneración mensual. Las gratificaciones serán
abonadas en la primera quincena de julio y diciembre, respectivamente.

SEXTO: JORNADA DE TRABAJO


EL (LA) TRABAJADOR(A) deberá prestar sus servicios en una jornada que no podrá exceder de ocho
(8) horas diarias o cuarenta y ocho (48) horas semanales, en el siguiente horario: de ___ a ___
(indicar los días), y de ____ a ___ (indicar el horario de la jornada), bajo la modalidad de (indicar si
es cama adentro o cama afuera). Teniendo derecho a veinticuatro (24) horas continúas de
descanso semanal y al descanso en los días feriados establecidos en el Decreto Supremo Nº 003-
97-TR, para los trabajadores sujetos al régimen laboral de la actividad privada. (***)

La culminación de la jornada ordinaria implica que EL (LA) TRABAJADOR(A), puede disponer


libremente de su tiempo (indicar que podrá permanecer o retirarse de la residencia, en caso
preste servicios bajo la modalidad ¨cama adentro¨) salvo que acuerde con EL EMPLEADOR laborar
en sobretiempo. En este último caso, EL EMPLEADOR deberá de abonarle el monto
correspondiente a las horas extras realizadas, conforme con las reglas previstas en el régimen
general laboral. (****)

Se considera labor en sobretiempo o jornada extraordinaria los períodos durante los cuales los
trabajadores domésticos no disponen libremente de su tiempo y permanecen a disposición del
hogar para responder a posibles requerimientos de sus servicios.

SÉTIMO: SISTEMA PREVISIONAL

EL EMPLEADOR deberá realizar las aportaciones correspondientes al (indicar Sistema Nacional o


Sistema Privado de Pensiones, dependiendo cuál de ellos ha sido elegido por el (la) trabajador(a),
elegido por EL (LA) TRABAJADOR(A). (*****)

OCTAVO: REGISTRO Y SEGURO SOCIAL

EL EMPLEADOR se obliga a inscribir a EL (LA) TRABAJADOR(A), (a sus derechohabientes, de ser el


caso) y a sí mismo, en el Registro de Empleadores de Trabajadores del Hogar, Trabajadores del
Hogar y sus Derechohabientes, a cargo de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de
Administración Tributaria (SUNAT), a efectos de acceder a las prestaciones del Seguro Social de
Salud (ESSALUD). (******)

NOVENO: DERECHO A LA EDUCACION

En caso EL (LA) TRABAJADOR(A) decida ejercer su derecho a la educación, EL EMPLEADOR deberá


brindarle como mínimo las siguientes facilidades:
- Garantizar la asistencia regular a su centro de estudios fuera de la jornada de trabajo,
brindando las facilidades para llegar a tiempo a su centro de estudios.

- Contar con un espacio adecuado para el estudio dentro de la residencia.

- Respetar el tiempo fuera de la jornada de trabajo necesario para el cabal cumplimiento de


los trabajos y/o deberes educativos.

- Brindar la posibilidad de compensación de horas, en caso de necesitar (de manera


extraordinaria) tiempo dentro de la jornada para la realización de trabajos y/o deberes educativos.

DÉCIMO: CULMINACIÓN DEL CONTRATO

En caso EL EMPLEADOR decidiera dar por finalizada la relación laboral originada por el presente
documento, deberá cumplir con otorgar a EL (LA) TRABAJADOR(A) un plazo de preaviso de quince
(15) días laborables. En caso EL EMPLEADOR incumpla con el plazo de preaviso antes señalado,
abonará a EL (LA) TRABAJADOR(A) una indemnización equivalente a la remuneración de quince
(15) días laborables.

En caso EL (LA) TRABAJADOR(A) decidiera finalizar la presente relación laboral, deberá otorgar a EL
EMPLEADOR un plazo de preaviso de quince (15) días laborables. En el caso que EL EMPLEADOR
decidiera no exonerarlo de dicho plazo, deberá abonarle la remuneración correspondiente por los
días laborados.

DÉCIMO PRIMERO: DEBER DE DILIGENCIA Y RESERVA

EL (LA) TRABAJADOR(A) está obligado(a) a prestar sus servicios con diligencia y a guardar reserva
sobre la vida e incidentes en el hogar, salvo exigencia de la ley.

DÉCIMO SEGUNDO: REGLAS SUPLETORIAS

En todo lo no previsto por el presente contrato, se aplicarán las disposiciones del régimen laboral
de la actividad privada.

DÉCIMO TERCERO: JURISDICCIÓN


Para los efectos del presente contrato las partes se someten a la jurisdicción de los jueces y
autoridades administrativas o judiciales de Lima.

Firmado en _________ a los _____ días del mes de _____ de ______.

____________________ _________________________

EL EMPLEADOR EL (LA) TRABAJADOR(A)

Alcances y recomendaciones para la suscripción del Contrato de Trabajo para Trabajadores(as) del
Hogar

(*) Cláusula primera: Para el llenado de las labores que EL (LA) TRABAJADOR(A) va a realizar en
favor del EMPLEADOR, se citan los siguientes ejemplos:

1. Labor de limpieza de la residencia.

2. Labor de lavado y planchado de ropa

3. Labor de cocina (desayuno almuerzo y/o cena) para alimentar a los miembros que habitan
en la residencia u otros vinculados a éstos.
4. Labor de cuidado y asistencia a niños y ancianos (distinta a la labor profesional de un
médico, enfermera o similar).

(**) Cláusula quinta: A efectos del goce del descanso vacacional, EL (LA) TRABAJADOR(A) debe de
haber cumplido el récord vacacional previsto en el artículo 10° del Decreto Legislativo N° 713,
conforme con el siguiente detalle:

(i) Tratándose de trabajadores(as) cuya jornada ordinaria es de seis (6) días a la semana,
haber realizado labor efectiva por lo menos doscientos sesenta días (260) días en dicho período;

(ii) Tratándose de trabajadores(as) cuya jornada ordinaria es de cinco (5) días a la semana,

haber realizado labor efectiva por lo menos doscientos diez (210) días en dicho período;

(iii) En los casos en que el trabajo se desarrolle en sólo cuatro o tres días a la semana, los(as)
trabajadores(as)

tendrán derecho al goce vacacional, siempre que sus faltas injustificadas no excedan de diez en
dicho período.

Se consideran faltas injustificadas, las ausencias que no pueden computarse como días efectivos
de trabajo.

Para efectos del cómputo del récord vacacional, se consideran como días efectivos de trabajo los
siguientes:

no de los tipos de contratos laborales es el de tiempo determinado. Sin embargo, la LOTTT


establece los supuestos en los cuales podrá ser aplicado.

El contrato por tiempo determinado es un acuerdo laboral que se realiza con tiempo específico de
duración. Es decir, en los contratos bajo esta figura se fija la fecha de inicio y final de la relación
laboral entre patrono y empleado. Sin embargo, éste podrá ser prorrogado hasta un máximo de
dos (2) veces y puede convertirse en varias formas en un contrato por tiempo indeterminado. Esta
clase de contratos se rigen según lo que establecido los artículos 62 y 64 de la nueva Ley Orgánica
del Trabajo (LOTTT).
El artículo 62 de la nueva LOTTT establece que el contrato por tiempo determinado culminará al
llegar a la fecha de termino establecida en el mismo. De igual forma, al momento del vencimiento
del contrato éste podrá ser extendido en una ocasión, de presentarse una segunda prórroga el
contrato pasaría a ser indeterminado, salvo en aquellos caso donde se demuestre la necesidad de
extender el contrato por tiempo determinado.

Contrato por tiempo determinado

Contrato por tiempo determinado

Tiempo máximo de duración

En los contratos por tiempo determinado los trabajadores no podrán obligarse a prestar servicios
por más de un año. Es decir, este tipo de contrato especifica claramente el lapso del tiempo
durante el cual los trabajadores prestaran sus servicios al patrono. Es muchas ocasiones se abusa
de la aplicación de este tipo de contrato.

Ejemplo: Una persona es contratada por un período de 3 meses, al vencerse ese contrato se le
realiza otro contrato por 3 meses más y así sucesivamente hasta superar las dos prórrogas
(justificadas) permitidas por la Ley. Esto es llevado a cabo con la finalidad de evitar el pago de
liquidación a los empleados y esquivar la inhabilidad laboral. Lo cual es considerado por el Estado
como un fraude a la Ley.

Contrato por tiempo determinado a tiempo indeterminado

Según la LOTTT el contrato de trabajo por tiempo determinado se considerará por tiempo
indeterminado si existe la intención por parte del patrono de interrumpir la relación laboral a
través de mecanismos que impidan la continuidad de la misma. Esto presupone la intervención de
una autoridad competente como la Inspectoría del Trabajo o los tribunales que decidan al
respecto.

Si un trabajador contratado por un tiempo determinado continua laborando para una empresa o
patrono después de haberse vencido el contrato, sin que se haya realizado una prórroga, el
contrato se considerará por tiempo indeterminado aún cuando no sea lo acordado entre las
partes.
Asimismo, si luego de alcanzar la fecha de vencimiento del contrato por tiempo determinado, el
trabajador es empleado nuevamente por el mismo patrono dentro de los tres meses siguientes a
la culminación del primer contrato éste pasaría a ser por tiempo indeterminado. Excepto en
aquellos casos donde ambas partes expresen su deseo de finiquitar la relación laboral.

El artículo 62 de la LOTTT establece expresamente que los trabajadores no podrán obligarse a


trabajar más de un año bajo ésta figura, por lo tanto si continua trabajando bajo relación de
dependencia luego de este período, la Ley lo considera como un contrato a tiempo indeterminado,
aunque las partes acuerden un contrato a tiempo determinado.

Supuestos del contrato por tiempo determinado

La LOTTT en su artículo 64 establece los supuestos del contrato por tiempo determinado:

Art. 64.- El contrato de trabajo, podrá celebrarse por tiempo determinado únicamente en los
siguientes casos:

a)Cuando lo exija la naturaleza del servicio.

b)Cuando tenga por objeto sustituir provisional y lícitamente a un trabajador o trabajadora.

c)Cuando se trate de trabajadores o trabajadoras de nacionalidad venezolana que prestarán


servicios fuera del territorio del República Bolivariana de Venezuela, de conformidad con lo
establecido en esta Ley.

d)Cuando no haya terminado la labor para la que fue contratado el trabajador o trabajadora y se
siga requiriendo de los servicios, bien sea por el mismo trabajador o trabajadora u otro o otra.

Será nulo el contrato de trabajo por tiempo determinado por causas distintas a las antes
señaladas, en consecuencia, el trabajador o trabajadora se encontrará investido de la estabilidad
prevista en esta Ley.

Por lo tanto un trabajador puede ser contratado de forma temporal si sus servicios son requeridos
solo por un período de tiempo definido. En aquellos casos en los cuales el empleado continuase
laborando aún después de haber culminado la fecha límite del contrato, sin haber realizado una
renovación previa, se asume que ha sido contratado indefinidamente. Cualquier despido que se
realice en este caso será injustificado.
Contenido del contrato de trabajo

Según lo estipulado en el artículo 59 de la LOTTT el contrato de trabajo escrito se extenderá en dos


ejemplares originales, uno de los cuales se entregará al trabajador o trabajadora, mientras el otro
lo conservará el patrono o la patrona. Este contendrá las especificaciones siguientes:

El nombre, apellido, cédula de identidad, nacionalidad, edad, estado civil, domicilio y dirección
de las partes.

Personas jurídicas: deben incluir los datos correspondientes a su denominación, domicilio y la


identificación de la persona natural que la represente.

La denominación del puesto de trabajo o cargo, con una descripción de los servicios a prestar,
que se determinará con la mayor precisión posible.

La fecha de inicio de la relación de trabajo.

La indicación expresa del contrato a tiempo indeterminado, a tiempo determinado o por una
obra determinada.

La indicación del tiempo de duración, cuando se trate de un contrato a tiempo determinado.

La obra o la labor que deba realizarse, cuando se trate de un contrato para una obra
determinada.

La duración de la jornada ordinaria de trabajo.

El salario estipulado o la manera de calcularlo y su forma y lugar de pago, así como los demás
beneficios a percibir.

El lugar donde deban prestarse los servicios.

La mención de las convenciones colectivas o acuerdos colectivos aplicables, según el caso.

El lugar de celebración del contrato de trabajo.

Cualesquiera otras estipulaciones lícitas que acuerden las partes.

Los demás establecidos en los reglamentos de esta Ley.

El patrono o la patrona deberá dejar constancia de la fecha y hora de haber entregado al


trabajador o trabajadora el ejemplar del contrato de trabajo mediante acuse de recibo suscrito por
éste o ésta en un libro que llevará a tal efecto, de conformidad con los reglamentos y resoluciones
de esta Ley. El otro ejemplar del contrato de trabajo deberá ser conservado por el patrono o la
patrona desde el inicio de la relación de trabajo hasta que prescriban las acciones derivadas de
ella.

Marco legal (LOT - LOTTT)

A continuación se presenta una tabla comparativa entre ambas leyes:

LOT (1997) Nueva LOTTT (2012)

Artículo 74. El contrato celebrado por tiempo determinado concluirá por la expiración del término
convenido y no perderá su condición específica cuando fuese objeto de una prórroga.

En caso de dos (2) o más prórrogas, el contrato se considerará por tiempo indeterminado, a no ser
que existan razones especiales que justifiquen dichas prórrogas y excluyan la intención presunta
de continuar la relación.

Las previsiones de este artículo se aplicarán también cuando, vencido el término e interrumpida la
prestación del servicio, se celebre un nuevo contrato entre las partes dentro del mes siguiente al
vencimiento del anterior, salvo que se demuestre claramente la voluntad común de poner fin a la
relación. Artículo 62. El contrato celebrado por tiempo determinado concluirá por la
expiración del término convenido y no perderá su condición específica cuando fuese objeto de una
prórroga. En caso de dos prórrogas, el contrato se considerará por tiempo indeterminado, a no ser
que existan razones especiales que justifiquen dichas prórrogas y excluyan la intención presunta
de continuar la relación.

Las previsiones de este artículo se aplicarán también cuando, vencido el término e interrumpida la
prestación del servicio, se celebre un nuevo contrato entre las partes dentro de los tres meses
siguientes al vencimiento del anterior, salvo que se demuestre claramente la voluntad común de
poner fin a la relación.
El contrato de trabajo se considerará por tiempo indeterminado, si existe la intención por parte
del patrono o de la patrona de interrumpir la relación laboral a través de mecanismos que impidan
la continuidad de la misma. En los contratos por tiempo determinado los trabajadores y las
trabajadoras no podrán obligarse a prestar servicios por más de un año.

Artículo 77. El contrato de trabajo podrá celebrarse por tiempo determinado únicamente en los
siguientes casos:

a) Cuando lo exija la naturaleza del servicio;

b) Cuando tenga por objeto sustituir provisional y lícitamente a un trabajador; y

c) En el caso previsto en el artículo 78 de esta Ley. Artículo 64. El contrato de trabajo, podrá
celebrarse por tiempo determinado únicamente en los siguientes casos:

a) Cuando lo exija la naturaleza del servicio.

b) Cuando tenga por objeto sustituir provisional y lícitamente a un trabajador o trabajadora.

c) Cuando se trate de trabajadores o trabajadoras de nacionalidad venezolana que prestarán


servicios fuera del territorio del República Bolivariana de Venezuela, de conformidad con lo
establecido en esta Ley.

d) Cuando no haya terminado la labor para la que fue contratado el trabajador o trabajadora y se
siga requiriendo de los servicios, bien sea por el mismo trabajador o trabajadora u otro o otra.

Será nulo el contrato de trabajo por tiempo determinado por causas distintas a las antes
señaladas, en consecuencia, el trabajador o trabajadora se encontrará investido de la estabilidad
propia prevista en esta Ley.

Con colaboración de MN.

Publicado por: Roxelis Avila


Fecha: Martes, 10 de junio del 2014, a las 12:44.

Categoría: Legislación

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4 comentario(s)

Ivonne Guerrero dice:

Buenas Tardes, si un contrato a tiempo determinado se venció y por error no se le notifico al


trabajador y ya ha transcurrido una semana, y el motivo para la cual se contrato ya no
existe(producción de un articulo), se puede rescindir de esta persona, solo pagando la semana de
trabajo que realizo de mas?

#1(22.09.2014 15:36)(Arriba)

juliano castorina dice:

bueno en mi caso yo firme un contrato de un mes ,y lo culmine luego me retiraron , pregunto a la


empresa le coresponde liquidarme ese mes ?

#2(21.10.2014 07:38)(Arriba)

zoraida castillo dice:

Buenas tardes, el caso es de mi hermana q la contrararon por un año y tiene 7 meses trabajando,
pero saliò embarazada, ahora la empresa la esta obligando a renunciar. quisiera saber cuales son
los amparos q tiene la mujer cuando esta embarazada y es contratada.? debe renunciar y ellos
deben esperar q se venza en contrato? gracias

#3(05.01.2015 17:34)(Arriba)
Contrato de trabajo por tiempo indeterminado, determinado y obra especifica

La nueva Ley Orgánica del Trabajo de los Trabajadores y Trabajadoras (LOTTT) de Venezuela, nos
dice en su Artículo 60, que los contratos de trabajo solo se podrán celebrar por tiempo
indeterminado, por tiempo determinado o para una obra específica o determinada.

Contrato de trabajo por tiempo indeterminado

- Artículo 61 LOTTT: el contrato de trabajo por tiempo indeterminado, es cuando no se establecen


por parte del patrono o trabajador condiciones que lo vinculen con una obra determinada o por
tiempo determinado.

Contrato de trabajo por tiempo determinado

- Artículo 62 LOTTT: el contrato celebrado por tiempo determinado debe concluir con la expiración
de los términos convenidos para tal fin y no perderá su condición específica cuando fuese objeto
de una prórroga, cuando se prorrogue dos veces, el contrato pasará a considerarse por tiempo
indeterminado.

Las previsiones de este artículo también se aplicarán cuando una vez vencido o interrumpida la
prestación del servicio, se celebre un nuevo contrato entre las partes dentro de los tres meses
siguientes al vencimiento del anterior, salvo que se demuestre la voluntad común de poner fin a la
relación de trabajo.

En los contratos de trabajo por tiempo determinado los trabajadores no podrán obligarse a
prestar servicios por más de un año.

- Artículo 64 LOTTT: El contrato de trabajo por tiempo determinado, solo se podrá celebrar en los
siguientes casos:

a) Cuando así lo exija la naturaleza del servicio.


b) Sustitución provisional de un trabajador.

c) Cuando se trate de trabajadores de nacionalidad venezolana que prestarán sus servicios fuera
del territorio de la República Bolivariana de Venezuela, de conformidad con lo establecido en esta
Ley.

d) Cuando el trabajador no haya terminado la labor por la cual fue contratado y se siga requiriendo
de sus servicios, bien sea por el mismo trabajador u otro.

Contrato de trabajo para una obra determinada

- Artículo 63 LOTTT: El contrato de trabajo para una obra determinada deberá expresar con toda
precisión la obra a ejecutarse por el trabajador. El contrato tendrá la duración por todo el tiempo
necesario para la ejecución de la obra y este terminará con la conclusión de la misma. Se
considerará concluida la obra, cuándo finalice la parte que corresponde al trabajador dentro de la
totalidad proyectada por el patrono.

Si dentro de los tres meses siguientes a la terminación de un contrato de trabajo para una obra
determinada, las dos partes celebran un nuevo contrato para la ejecución de otra obra, se
entenderá que han querido obligarse desde el inicio de la relación, por tiempo indeterminado.

En la industria de la construcción, los contratos para una obra determinada no se desvirtúan, sea
cual fuere el número sucesivo de ellos.

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Etiquetas: Contabilidad General Ubicación: Venezuela

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