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Los Nuevos Movimientos Sociales y El Poder Popular: El Caso de la

Corriente Villera Independiente.

Alumno: Juan Lucas Maldonado

Legajo: 58/2011

Cátedra: Antropología Social

Licenciatura en Sociología

Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud.

Universidad Nacional de Santiago del Estero

2014
Introducción:
En este trabajo buscare ahondar los puntos en común que tienen las teorías de “Los nuevos
Movimientos Sociales” y la vanguardista teoría de “El Poder Popular”. Ambas
corresponden a formas de analizar a actores colectivos que buscan enfrentarse a la
hegemonía del poder de un momento en específico.

Este trabajo está hecho a partir de algunos acercamientos teóricos de distintas cátedras de la
carrera de Sociología de la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud de la
Universidad Nacional de Santiago del Estero; y de elementos de formación obtenidos de
distintas organización sociales que buscan abordar la cuestión del llamado “Poder Popular”.
También a partir de observaciones hechas de forma detenida en distintas salidas al campo.

Como síntesis de esto, es que buscare contar sobre el caso de la “Corriente Villera
Independiente”, una organización que nuclea diversas villas de Buenos Aires, que funciona
como un espacio de articulación en la lucha para transformar la realidad de las clases
marginales. De la cual tuve la oportunidad de dialogar con distintos referentes en varias
oportunidades y poder visitar la denominada “Carpa Villera” que se instaló durante 53 días
a los pies del Obelisco de Buenos Aires.
Acercamientos Teóricos a la “Teoria de los nuevos movimientos sociales”
y “El Poder Popular”.
Según Galafassi “la modernidad nace o se expresa materialmente a partir de procesos de
movilización social”. Son hitos como la revolución francesa, el surgimiento de los
movimientos sociales de las clases obreras, los gobiernos populistas latinoamericanos, entre
otros, los que en la historia occidental son vistos como actores principales de los grandes
cambios estructurales. Estos grupos surgen en un contexto de creciente desarrollo del
sistema capitalista. “Los procesos de industrialización, urbanización, acumulación
capitalista y desarrollo pos capitalista son el entramado dialéctico con el cual los
movimientos sociales interaccionan conformándose y conformándolos”[ CITATION Gal \l
11274 ]. Esta dialéctica de la que habla Galafassi implica una constante tensión entre las
partes que conforman este sistema, sobre todo las distintas clases sociales.

A lo largo de la historia, surgieron distintas corrientes que se dedicaron a estudiar los


movimientos sociales, entre las cuales podemos encontrar según Galafassi: La corriente
norteamericana, que consideraba a la movilización social como portadora de un
comportamiento político no institucionalizado, espontáneo e irracional por lo cual era
potencialmente peligrosa al tener la capacidad de amenazar la estabilidad del modo de vida
establecido. Según estas corrientes, los cambios estructurales generan situaciones de
colapso en los órganos de control social, o bien en la adecuación de la integración
normativa; El enfoque de La elección racional, donde lo que explicaría la acción colectiva
sería pura y sencillamente el interés individual por conseguir beneficios privados,
motivando esto la participación política en grandes grupos. Mancur Olson, elaboró un
modelo de interpretación por el cual para que los individuos participen en acciones
colectivas se tiene que dar la condición en la cual los “costos” de su acción tienen que ser
siempre menores que los “beneficios”, y es este cálculo de costos y beneficios lo que le da
el carácter de racional al comportamiento. Esto entraría en la lógica del mercado; La teoría
de la movilización de recursos, la misma se mantiene vigente hasta la actualidad. Aquí el
eje esta alrededor de la “organización” y de cómo los individuos reunidos en
organizaciones sociales gestionan los recursos de que disponen (recursos humanos, de
conocimiento, económicos, etc.) para alcanzar los objetivos propuestos.

En un contexto en que los investigadores buscaban diferenciar sus acercamientos teóricos a


los movimientos sociales post ’68 surge la Teoría de los Nuevos movimientos Sociales,
con autores como Alain Touraine, Clauss Offe y Alberto Melucci, donde Galafassi los
define como movimientos de una organización laxa y permeable, con contenidos
relacionados con el mantenimiento de la paz, el entorno, los derechos humanos y las
formas no alienadas de trabajo. Una tabla de valores que se orientan hacia la autonomía
personal e identidad en oposición al control centralizado, que en lo interno se basa en la
informalidad, la espontaneidad, el bajo grado de diferenciación horizontal y vertical, y en
lo externo, por una política de protesta basada en exigencias formuladas en términos
predominantemente negativos.

Podemos decir que los “nuevos movimientos sociales” son originados principalmente en lo
que en términos de Gramsci podríamos definir como “Clases Subalternas” 1. Estas clases
que se encuentran marginadas, subordinadas a la hegemonía de las clases dominantes, son
las que ven en su horizonte generar un cambio a través del cual puedan cambiar su
condición de dominados.

Por otro lado una variable a analizar en esta cuestión es también la de Poder popular, este
término se encuentra ligado a cuestiones que tienen que ver con la construcción de un tipo
de poder, el de las clases subalternas. Miguel Mazzeo y Fernando Stratta lo definen como:
“el proceso a través del cual los lugares de vida (de trabajo, de estudio, de
recreación, etc.) de las clases subalternas se transmutan en célula constituyente de
un poder social alternativo y liberador que les permite ganar posiciones y
modificar la disposición del poder y las relaciones de fuerza y, claro está, avanzar
en la consolidación de un campo contra-hegemónico. Se trata de espacios de
anticipación social y política, (…) espacios cuyos modos se contraponen a los ejes
principales de la política burguesa, tanto en sus versiones de derecha como en las
"progresistas" (…). El poder popular es también asumir el potencial liberador de la
propia fuerza. El poder popular es la potencia latente de las clases subalternas. El
poder popular es praxis”.

Podría decirse que el origen mismo del poder popular se da en el territorio en donde se
desarrolla la cotidianeidad de las personas que integran las clases subalternas (villa miserias
o barrios marginales principalmente). En su lucha contra-hegemónica estas clases proponen
además un paso hacia el socialismo. Pero un tipo específico al que Omar Acha lo define
como Socialismo de Abajo, dice Acha:

“Sólo una variante del socialismo parece compatible con el concepto de poder
popular: EL socialismo desde abajo. En la tradición socialista, desde sus inicios,
existió una tensión entre una idea verticalista y piramidal del socialismo y una
imagen igualitaria y popular. La primera establecía una diferencia entre la masa
inerte, atrasada ideológicamente o reaccionaria, y un vértice esclarecido,
políticamente activo y progresivo. Puesto que la dirigencia socialista debía
imponer un proyecto transformador a una población indiferente o conservadora, se
hacía necesaria una dosis de violencia, manipulación o ilustración que tornara
posibles los cambios que, al menos en teoría, beneficiarían al conjunto de la
sociedad. Esta manera de entender el socialismo está inserta en la tradición
1
“Lo subalterno nos refiere, como atributo general de subordinación, a lo que es de rango inferior, ya sea en
términos de autoridad o poder, a partir de nociones de clase, casta, edad, género, raza, cultura, lengua,
ocupación o cualquier otra forma de gradación en una escala de jerarquías. La clase subalterna, que ocupa el
lugar subordinado, y que al ser la fuerza de trabajo del bloque histórico –subproletariado, el proletariado
urbano, el rural y hasta la pequeña burguesía-, depende económica, política, ideológica y culturalmente de
la hegemonía de la clase dominante.”[ CITATION Raf \l 11274 ]
socialista (por ejemplo, mediante el estalinismo en Rusia).
La segunda línea del socialismo depositaba en la clase obrera y el pueblo la fuente
del poder social. Consideraba que si la revolución no se construía desde la base el
destino no era otro que una nueva opresión. A una dominación sucedería otra,
quizá revestida de un discurso socialista, pero en realidad igualmente opresora. En
cambio, una vía socialista de índole democrática necesitaba la auto organización
desde abajo, plebeya, que neutralizara la burocratización, garantizara los
procedimientos democráticos, y mantuviera la vocación participativa del pueblo
trabajador.”

Si consideramos que el poder popular se relaciona con la posibilidad de las clases


oprimidas de desarrollar, por sus propios medios, formas políticas, sociales, culturales y
económicas, veremos que el poder popular cuestiona centralmente la capacidad de las
clases dominantes de desarrollar su hegemonía sobre el conjunto de la sociedad, no sólo el
poder del Estado. Es en esta postura de proponer una nueva corriente hegemónica que se
toma este término tal como Gramsci lo definía: “la capacidad de una clase de imponer sus
intereses en los diferentes planos de la vida social sin necesidad de recurrir centralmente a
la fuerza, logrando que otras clases acepten como propios y legítimos esos intereses”.
Estos intereses que son reproducidos por las distintas instituciones de la sociedad, son un
objeto de lucha al que se enfrentan las clases populares en el ejercicio del poder popular.
Es ahí donde se establece una diferenciación en el “tomar el poder” y el “crear poder”.

Las más tradicionales formas revolucionarias han concebido en sus prácticas a lo largo de
la historia la acción de “tomar el poder”, esta concepción implica, y tal como lo define
Rubén Dri, entender que el poder está en manos de las clases dominantes, que algunos lo
tienen. Y así es que se trata de arrebatarlo. Que en segundo lugar, el poder está en un lugar
determinado (la casa de gobierno, la casa rosada, la bastilla), y como una cosa que está en
un determinado lugar al que hay que trasladarse para tomarlo. Donde el instrumento por
excelencia es el partido político. Y para la toma del poder se necesita un partido
revolucionario y para que éste lo sea, debe estar constituido por el sujeto o los sujetos
revolucionarios. La sociedad civil, ámbito de los vecinos, de los ciudadanos, de los clubes,
de los diversos movimientos vecinales, barriales, villeros, culturales, prácticamente es
dejada de lado. La organización revolucionaria es “política” y va directamente a lo
“político”, es decir, a las organizaciones económicas, militares, estatales, pasando por sobre
el ámbito de la sociedad civil, la que sólo puede ser un instrumento a utilizar.

Contrariamente a esto es que podemos decir que el poder popular implica una
“construcción”, que se caracteriza por entender que el poder no es una cosa, un objeto que
se encuentra en algún lugar al que es necesario ir con los instrumentos necesarios para
tomarlo, sino que pertenece al ámbito de las relaciones inter-subjetivas o relaciones
sociales. “Es una realidad propia de las relaciones humanas que, de una u otra manera
siempre son relaciones sociales, se hace, se construye de la misma manera que se construye
el sujeto.”[ CITATION Rub \l 11274 ] La construcción va de lo particular a lo universal, de la
sociedad civil a la sociedad política, del movimiento social al movimiento político, o sea,
desde abajo hacia arriba. La contribución más importante de estas reflexiones gira
alrededor del concepto de hegemonía. “Construir la hegemonía es construir poder, poder
horizontal, democrático, lo cual significa, a la vez, construirse como sujetos. La hegemonía
como consenso democrático no puede ser construida desde arriba, porque ello implica
subordinación.”[ CITATION Rub \l 11274 ]

Hacer una construcción desde abajo hacia arriba, implica una concepción de igualdad y de
participación de todos los miembros de una organización. Es por ello que lleva consigo una
organización horizontal de pleno reconocimiento mutuo de los sujetos. Esto significa
funcionar en forma asamblearia. La asamblea como método de construcción implica el
mutuo reconocimiento de sus componentes, el debate horizontal y la fijación de los grandes
ejes políticos.
El Caso de la Corriente Villera Independiente
La corriente villera independiente es una organización que nace en el año 2012 como una
instancia de articulación de las vecinas y vecinos de las villas y asentamientos de la Ciudad
de Buenos Aires. Ellos enarbolan una bandera de “lucha contra los malos gobiernos y en
pos de una urbanización que tenga como protagonistas en todo este proceso a los habitantes
de los barrios”. Llevan consigo como referentes de lucha a “El Che Guevara” y al “Padre
Carlos Múgica”.

Esta organización está conformada a su vez por organizaciones de trabajo de base de las
villas: 31 y 31 bis, retiro; villa 1-11-14 y bº Rivadavia; bajo flores ;villa 21-24 barracas;
villa 20,  lugano; playón de fraga, chacharita; villa 6, cildanez; los piletones, villa Soldatti;
villa 15, ciudad oculta; barrio Ramón carrillo, villa Soldatti; barrio los pinos; villa 3 Fátima,
villa Soldatti; barrio bermejo; barrio zavaleta, barracas. Como exprese anteriormente
funciona como un espacio de articulación de todas estas organizaciones que trabajan en
distintos barrios y buscan consensuar un mismo repertorio de lucha para obtener los
mismos beneficios.

Los miembros, se autodenominan como “villeros” y “militantes”, desde lo observado e


interpretado en un acercamiento a su espacio y en charlas con sus integrantes, estos
manifiestan por una parte de forma orgullosa, y a la vez también el sufrimiento que reciben
por el estigma que les causa el ser villero en sectores en los que interactúan con gente de
clases sociales más altas. No es para ellos motivo de vergüenza haber nacido y pertenecer a
una villa, es considerado para ellos un motivo de lucha. Emprenden su actividad militante
como un espacio de reclamo de aquellos derechos que las leyes les reconocen, pero que sin
embargo los gobiernos no lo hacen. Es importante resaltar la cuestión de la identidad que
asumen sus miembros, ya que a partir de ella es que dan forma a un mismo entramado
como organización. Que sale de una serie de pautas culturales en específica, la de las villas.
.

Podemos decir además que la forma de organización de este movimiento se da de forma


horizontal ya que las decisiones buscan ser definidas en asambleas realizadas por referentes
de las distintas organizaciones que integran esta corriente.

Algunas de las prácticas llevadas a cabo por esta organización en su repertorio de lucha se
encuentran por ejemplo: El congreso villero, que lleva ya dos ediciones, el primero
realizado en mayo de 2012 en Plaza de Mayo, donde se decidió la fundación de esta misma
organización. El segundo que se hizo en 2013 en la localidad de Barracas donde en palabras
de sus miembros.

La falta de cumplimiento de las leyes de urbanización existentes en la Ciudad de Buenos


Aires llevo a los militantes de esta agrupación a que en Abril de este año instalara la
denominada “Carpa Villera”, justo bajo el “obelisco”. La misma fue un instrumento
utilizado para visibilizar su protesta, donde se encontraban miembros de la agrupación
realizando Huelgas de hambre como forma de reclamo. Además en la carpa se realizaron
distintas actividades artísticas y formativas como manera de expandir su lucha. El objetivo
de la carpa según sus militantes es “- poner a la urbanización con radicación en el centro de
la escena, romper con la estigmatización que se vive en las villas y mostrarle al conjunto de
la sociedad que lo que queremos es lograr una vivienda digna para las familias que viven en
las villas, familias de trabajadores y estudiantes que cada día permiten que esta ciudad se
ponga en marcha-”, “- decidimos colocar la carpa y que entren compañeros en huelga de
hambre para demostrar que la violencia la ejercemos contra nuestros propios cuerpos
porque estamos decididos a llegar a las últimas consecuencias.” Tras cincuenta días de
huelga de hambre la corriente villera consiguió entablar un dialogo y poder llegar a un
acuerdo con el Gobierno de la CBA para que se concreten obras de urbanización en algunas
villas de Buenos Aires.
Conclusión:
Como forma de concluir este trabajo podemos ver que la teoría de los nuevos movimientos
sociales y lo denominado poder popular, tienen algunos ejes compartidos en cuanto a sus
formas de organizarse y de poner en práctica distintas estrategias transformadoras. El
principal punto de encuentro se da en cuanto a la horizontalidad de sus formas de
organización. Es esta quizás, el principal punto por el cual podemos analizar a ambas, ya
que a partir de las decisiones que se toman de las asambleas, es que se definen las practicas
a realizar por los movimientos o las organizaciones sociales. Otro punto de encuentro es
que ambas están conformadas por miembros de clases marginadas o subalternas, esto
implica necesariamente una serie de patrones culturales compartidos, propios del contexto
en el que se desarrollan, lo cual conlleva a una identidad en común, algo propio de los
Nuevos Movimientos Sociales. Y por último lugar podemos decir también que ambas
teorías encuentran un punto de encuentro con respecto a la lucha contra el poder o la
dominación de los sectores hegemónicos.

Es en el caso de la Corriente Villera Independiente donde podríamos sintetizar ambos


conceptos. La misma se muestra en su organización horizontal, su identidad “villera”,
perteneciente a una clase subalterna, y a en su lucha por sus derechos, un espacio de
protesta contra los sectores dominantes de la sociedad.
Bibliografía
Acha, O. (s.f.). "Poder Popular y Socialismo desde abajo".

Autores, V. (2007). Reflexiones sobre poder popular. Buenos Aires: Colectivo.

Dignidad, M. P. (s.f.). Cartilla de Formacion Politica.

Dri, R. (s.f.). Poder Popular.

Galafassi, G. (s.f.). Estudio de los movimientos sociales rurales en Argentina.

Ojeda, R. (s.f.). Diccionario del Pensamiento Alternativo II . Obtenido de


http://www.cecies.org/articulo.asp?id=135.

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