MÁS ALLÁ DEL PRESENTE: EL DESAFÍO DE ENSEÑAR HISTORIA DESDE LA ACTUALIDAD

La controversia de
una denominación
El uso educativo del
término «dictadura» para
las de Franco o Pinochet
Isidoro González Gallego
María Sánchez Agustí
Universidad de Valladolid

Durante años, en la educación española y chilena existió un temor evidente

a usar el término «dictadura» para referirse a las de Franco o Pinochet. En el
momento actual estas reservas han desaparecido. La referencia a dos hechos
que hablan de ello da pie a una actividad de «tiempo largo» relativa al uso de
los términos que se mueven en torno a este concepto que se aplicará en las
aulas según convenga.

palabras clave
•  dictadura
•  totalitarismo
•  autoritarismo
•  didáctica de la historia
•  Chile
•  España

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J
uan Linz (1964), el gran sociólogo, estable-
ció para los regímenes no democráticos dos
tipologías: autoritarios y totalitarios, preci-
samente al estudiar el régimen del general
Franco. Nunca utilizó el término «dictadura».
Posteriormente, otros prestigiosos autores acog
ieron las tesis de Linz: entre otros, Amando de
Miguel, Javier Tusell, Raymond Carr y Juan Pablo
Fussi. Estos dos últimos recibieron el Premio
«Espejo de España» por su obra España, de la
dictadura a la democracia en 1979.
PELIGROS ANTE LOS TÉRMINOS
«RÉGIMEN» Y «AUTORITARIO»
El uso del término «régimen» y del calificativo
«autoritario», en lugar de «dictadura», acabaría
revelándose como una «coartada científica» para
que algunos historiadores, apoyándose interesa-
damente en Linz, «dulcificaran» las dictaduras de
Franco y Pinochet.
En este sentido, el historiador Tuñón de Lara
(1977) ya avisaba del manejo simplista de esta
categorización para el análisis histórico, pre-
cisando que en cada caso concreto había que
considerar el tiempo, los procesos históricos,
la concatenación sucesiva de causas y efectos,
los orígenes de cada dictadura y las distintas
coyunturas temporales. Así, Franco no necesitó
un partido fascista porque «utilizó» una guerra
civil, mientras que el «perfil bajo» de sus años
finales se debió a la coyuntura histórica, que
le fue empujando en esa dirección. Del mismo
modo, Pinochet tampoco precisó de un partido:
perpetró un golpe de Estado, sometiéndose a las
urnas en 1988 sólo porque no tuvo más reme-
dio. Tuñón descalificó las tesis de Linz, pero
no en su uso aplicado a la sociología, sino a la
historia.
Íber
La controversia de una denominación
Sin duda, una calificación impersonal de estos
regímenes es difícil. Aparte de los clásicos «fas-
cismo», «nazismo» y «comunismo», para carac-
terizarlos se suele recurrir también al nombre del
dictador añadiéndole el sufijo «ismo»:1 leninis-
mo, estalinismo, maoísmo, castrismo, salazarismo,
franquismo, pinochetismo…
LAS RESERVAS CON RESPECTO AL USO
DEL TÉRMINO «DICTADURA» EN LA
EDUCACIÓN ESPAÑOLA Y CHILENA
Muerto Franco (Pinochet fue el único jefe de
Estado en sus funerales), se sucedieron las reser-
vas a utilizar el término «dictadura». Rafael Valls
(2007) observó que era un tema potencialmente
conflictivo en el ámbito escolar (e igual pasó en
Chile), de manera que entre 1975 y 1985 sólo
algunos manuales desarrollaron una mayor crítica
en relación con la dictadura franquista y su carác-
ter represor. El estudio de Valls sitúa a partir de
los años 90 la inclusión normalizada tanto de su
controvertida definición (sistema totalitario, dic-
tadura militar, estado fascista) como de su carácter
profundamente represor, así como la existencia de
una continuada oposición al mismo. Sin embargo,
la educación ya había comenzado antes a utilizar
el término «dictadura». Autores que en 1977
hablaban de «La Era de Franco», en otro libro, de
1986, ya apuntaban: «El nuevo Estado creado por
Franco fue una dictadura personal».2
En los currículos oficiales españoles de 1991 ya se
utiliza el término «franquismo» como sinónimo
de «dictadura». El Partido Popular, que llega al
poder en 1996, realiza una reforma curricular
que sigue diciendo «España durante el franquis-
mo», mientras que en el bachillerato se mantiene
el mismo epígrafe incluso anteponiéndole «la
sublevación militar».
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Por lo que respecta a Chile, esta reserva ante el
vocablo «dictadura» se manifiesta en similares
términos durante los años siguientes al fin de
la dictadura pinochetista, utilizándose en su
lugar «régimen militar». Autores como Beatriz
Areyuna, Cristina Moyano, David Aceituno o
Gabriela Vásquez, entre otros, se han preocupado
de esta cuestión.
En Chile el asunto fue más arduo porque Pinochet,
aunque derrocado en 1988, permaneció como
comandante en jefe del ejército hasta 1998. Puede
entenderse pues que el propio currículum elabora-
do por el Gobierno de la Concertación de Partidos
por la Democracia definiera este período como
un «régimen militar» y que así apareciera en los
currículos y libros de texto.
No obstante, al igual que en España, el tér-
mino comenzó a discutirse en los años 90, tal
como hizo la Comisión Nacional de Verdad y
Reconciliación creada por Patricio Aylwin (pre-
sidente de Chile entre 1990 y 1994); o el amplia-
mente consensuado Manifiesto de Historiadores
(1999) que, encabezado por Gabriel Salazar,
exigía emplear el término «dictadura».
AÑO 2011: ¿FRANCO Y PINOCHET
FUERON DICTADORES?
En el Diccionario biográfico español, editado por
la Real Academia de la Historia (RAH), apa-
■ de diciembre de 2011 que en los libros de texto
Al igual que en España, en Chile
el término «régimen militar»
comenzó a discutirse
en los años noventa
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reció en marzo de 2011 la biografía de Franco,
encargada al prestigioso medievalista Luis Suárez
Fernández, quien escribió: «Franco montó un
régimen autoritario, pero no totalitario, ya que
las fuerzas políticas que lo apoyaron quedaron
unificadas en el “movimiento” y sometidas al
Estado». Sin embargo, lo más controversial y
grave, como apuntó Ian Gibson, es que en la
biografía de Franco la palabra «dictador» no
aparecía.
La polémica fue tan monumental como la obra
(50 volúmenes). El propio Congreso de los
Diputados pidió la suspensión de toda ayuda
económica a la RAH. Suárez se negó a cambiar
nada justificándose con las tesis de Linz. Al res-
pecto, la RAH adoptó entonces una postura muy
«presentista»: si hubiese biografías controver-
siales… ¡se publicarían dos! El escándalo creció
aún más.
Juan Pablo Fussi, ante la pasividad de la RAH,
escribió que no se podía aceptar un abordaje de
la historia politizado y parcialista.3 La polémica
acabó en 2014 cuando, tras la muerte de Gonzalo
Anes, director de la RAH, le sucede en el cargo
Carmen Iglesias, quien anunció que se modifica-
ría la biografía de Franco calificándole de «dicta-
dor» y a su régimen de «dictadura autoritaria».
Un caso muy parecido al español fue un intento
del gobierno de Piñera. El Consejo Nacional de
Educación chileno (CNED) aprobó a principios
pudiera ponerse, indistintamente, «dictadura» o
«régimen militar»…, pero que, en los subvencio-
nados, siempre debía usarse «régimen militar».
El escándalo fue también mayúsculo. Sirvan de
ejemplo las palabras de Moyano (2012): «Detrás
de ello hay una intencionalidad política evidente

[…] si cambiamos el concepto de dictadura por
el de régimen militar, estamos cambiando el
campo de experiencia nominal». El CNED se
volvió atrás en su decisión por seis votos a favor,
tres en contra y una abstención, haciendo público
que había aprobado este contenido curricular
mezclado con otros asuntos, sin una decisión
específica.
El Ministerio de Educación (MINEDUC), en
agosto de 2013, presentó al CNED las nuevas bases
curriculares, de nuevo con ambos términos. Sin
embargo, ahora, la respuesta del CNED fue rotun-
da: en todos los casos había que utilizar el término
«dictadura», señalando que si bien la Unidad de
Currículum y Evaluación había sido elaborada por
prestigiosos historiadores, el CNED esperaba que
el MINEDUC aceptara su sugerencia.4
EL USO DE «DICTADURA» PARA
REFERIRSE AL PERÍODO DE PINOCHET
Nos preguntamos si hoy resultaría problemá-
tica esta decisión adoptada por el CNED y el
MINEDUC. En el ámbito de actuación del
«Proyecto TRADDEC» ha habido acercamientos
a estas cuestiones por parte de Muñoz y Aceituno,
y Sánchez Agustí y Vásquez Leyton. Asimismo,
otros autores chilenos se han preocupado igual-
mente por la cuestión del empleo del término
«dictadura» en las escuelas (por ejemplo Gazmuri,
Toledo o Magendzo). Nosotros, aprovechando
una estancia de trabajo en Chile en 2015, invitados
por la PUCV, hemos ensayado un acercamiento a
este asunto a partir de encuestas y entrevistas rea-
lizadas a 48 alumnos de pedagogía en historia y a
14 profesores de secundaria en ejercicio.
De los 48 alumnos un 70,3% se mostró partidario
de «dictadura» y un 29,7% de «régimen militar».
Íber
La controversia de una denominación
Por su parte, de los 14 profesores, doce optaron
por «dictadura» y dos añadieron «tiranía», alu-
diendo a la propuesta de Gabriel Salazar, tortura-
do en Villa Grimaldi (2013).
Pero ¿qué razones aducían? Es muy interesante
comprobar que, entre aquellos profesores (12
de 14) que calificaban al gobierno de Pinochet
como «dictadura», dos de ellos añadían «cívico-
militar» y otro más «militar», con lo cual querían
señalar la responsabilidad de amplios sectores
de la sociedad chilena, fundamentalmente entre
el ejército. A esta responsabilidad aludían tam-
bién tres de los profesores que se manifestaban
partidarios de «dictadura» simplemente. Y es
de destacar que uno de ellos señaló «régimen»,
un término utilizado por quienes defienden la
dictadura.
Entre el alumnado, la elección de una u otra
opción venía determinada más bien por la
apreciación del golpe de Estado y del gobier-
no pinochetista como responsabilidad de un
amplio conjunto de las fuerzas armadas, que por
la discusión sobre el carácter dictatorial, o no,
del régimen. Así, los que optaban por «régimen
militar» explicaban que lo hacían precisamente
para indicar el carácter corresponsable de los
militares con la dictadura. Sólo en dos casos, de
los 48, la opción por «régimen militar» escon-
día una cierta o específica disculpa del sistema
de Pinochet. En un caso, señalando: «Tengo
sentimientos encontrados con respecto a la
denominación; creo, al decidirme por “régimen
militar”, que ello da pie a la propia creación de
opinión en lugar de imponer una sola visión».
Más explícito fue el otro alumno, que dijo:
«Es un concepto que suena más neutro y libre
desde un punto de vista que no sea de izquier-
da. “Dictador” es un concepto que suena muy
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Los eufemismos no pueden que dar excesivo protagonismo a Pinochet, que

enmascarar la innecesaria
brutalidad de un gobierno
■ Finalmente, reproducimos un texto específico de
horroroso, que solamente refleja lo malo de la
época de Pinochet, y pienso que también hubo
cosas muy buenas para la sociedad. Mis padres
dicen que vivían muy bien en esa época y que
votaron por el sí en el plebiscito. Por eso, para
mí, “régimen” suena mejor».
Cabe destacar que, entre los que optaron por
«dictadura», en ocho casos añadieron «dictadura
militar» aludiendo, precisamente, a que el térmi-
no «régimen» procura un cierto halo de legiti-
midad al pinochetismo. Así, por ejemplo, una de
las contestaciones reza: «El término “régimen”
quiere suponer un “lavado de imagen”, insinuan-
do que fue un proceso casi “constitucional”». Más
aún, abundan las explicaciones del tipo: «Este
régimen autoritario no fue llevado por una sola
persona, sino también por las fuerzas armadas
[…] Decir dictadura, sin más, es demasiado per-
sonalista, porque no fue Pinochet el único […]
Mi familia y amigos nos referimos a este período
como el de una dictadura militar […] No hay
no gobernó solo».
un alumno: «Me parece más adecuado hablar
de “dic­tadura militar”. Creo que “régimen militar”, de
la misma manera que se usa “pronunciamiento
militar” en lugar de “golpe de Estado”, constituye
un eufemismo que esconde una carga ideológica
importante. Debemos analizar y estudiar los hechos
desde el rigor académico y desde los concep­
tos que nuestra disciplina ha generado, y no desde
un paradigma de “reconciliación nacional” cuyo
único fruto, en lo inmediato, será entregar una visión
poco precisa del pasado de nuestro país a las nuevas
generaciones y a nuestros estudiantes en el aula».
CONCLUSIÓN
En nuestra opinión, están claras, en la educación
chilena, las características dictatoriales del perío-
do de Pinochet. Así como que los eufemismos no
pueden enmascarar la innecesaria brutalidad de
un gobierno con el que colaboró parte del ejército.
Al respecto, Roberto Ampuero y Mauricio Rojas
(2015) han denunciado en un reciente y apasio-
nante libro esta inútil crueldad, una vez que los
sublevados estaban ya instalados en el poder.

Ocho sugerencias para actividades de tiempo largo

1. Referirse al término que sugieren dos profesores chilenos (apartado 4) para definir el gobierno de Pinochet
a propuesta de Salazar. Leer el Manifiesto de Historiadores de 1999. Comentar ese término del siglo viii a.
de C. según la definición de Aristóteles: Política (Libro VI, cap. 8).
2. Valorar lo que decía Alfonso X (siglo xiii) en el Código de las Siete Partidas (Ley 10, del Título I de la «Partida
Segunda») y si podría aplicarse a Franco o a Pinochet: llegada al poder, temores, prohibiciones, la comunicación…
3. Analicemos los términos de Linz. El primero, propio de los reyes europeos de los siglos xv y xvi, con el sufijo
de la cita número 3, desembocaría en el absolutismo (siglos xvii-xviii). Buscar en Internet la idea que sobre
el Estado tenía Luis XIV de Francia.

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4. Comentar las resistencias a utilizar el término «dictadura». Comentar los criterios de Tuñón de Lara (apar-
tado 1 sobre los peligros de la denominación) desde la óptica de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra
Fría. Subrayar con una y dos líneas, respectivamente, los dictadores en vida de Franco (1892-1975) y
Pinochet (1915-2006): Lenin, Stalin, Hitler, Mussolini, Perón, Mao Zedong, Trujillo, Fidel Castro.
5. Analicemos los argumentos esgrimidos (apartado 4) contra el término «régimen».
6. Busquemos en el diccionario «totalitarismo» y «dictadura», según sean de Estado, de un partido único
o de una persona o grupo. ¿Qué grupos de apoyo tuvieron las de España y Chile? ¿Cómo se forma un
grupo? Proyectar La Ola, filme alemán de Dennis Gansel (2008).
7. Ya Alfonso X hablaba de «matar a los sabios». Ejemplificarlo en Víctor Jara y Miguel Hernández, buscando
en YouTube «Plegaria a un labrador» y «Andaluces de Jaén», interpretado por Jarcha.
8. Destacar la definición de la RAE: «Un dictador […] por la fuerza o por la violencia […] reprime los derechos
humanos y las libertades individuales». Visionar el vídeo del «One Young World Summit» que recoge la
historia de Yeonmi Park: «Nada puede justificar una dictadura: por encima de todo está la libertad del ser
humano» (http://bit.ly/1LQJHAL).

Notas SALAZAR VERGARA, G.; GREZ, S.: Manifiesto de

1. Según el Diccionario de la RAE, «ismo» es un sufijo
que, añadido a un nombre, confiere a éste el signi-
ficado de «sistema», «modo», «partido» o «pensa-
miento», entre otros.
2. Libro de texto de 8.º de EGB (Madrid, Anaya).
3. El País, 14 de marzo de 2014.
4. Diario La Tercera, en su sección de «Educación»,
3 de octubre de 2013.
Referencias bibliográficas
AMPUERO, R.; ROJAS, M.: Diálogo de conversos.
Santiago de Chile. Editorial Sudamericana, 2015.
LINZ, J.: «An Authoritarian Regime: the case of Spain»,
en NARD, E.; LITUMEN, Y. (comps.): Cleavages,
ideologies and Party Sistems: contributions to
comparative Political Sociology. Helsinki. Western-
Mark Society, 1964. [Trad.: «Una teoría del régimen
autoritario. El caso de España», en FRAGA, M. et al.
(comps.): La España de los primeros años setenta.
El Estado y la política. Madrid. Moneda y Crédito,
1974, pp. 1.467-1.531.]
Historiadores. Santiago de Chile. LOM, 1999.
SALAZAR VERGARA, G.: Villa Grimaldi (Cuartel
Terranova). Historia, testimonio, reflexión. Santiago
de Chile. LOM, 2013.
TUÑÓN DE LARA, M.: «Algunas propuestas para el aná-
lisis del franquismo», en VII Coloquio de Pau «De la
crisis del Antiguo Régimen al franquismo». Madrid.
EDICUSA, 1977.
VALLS, R.: «La guerra civil española y la dictadura franquista:
las dificultades del tratamiento escolar de un tema poten-
cialmente conflictivo. Enseñanza de las ciencias sociales».
Revista de Investigación, núm. 6, 2007, pp. 61-73.
Direcciones de contacto
Isidoro González Gallego
María Sánchez Agustí
Universidad de Valladolid
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almagosa@sdcs.uva.es
Este artículo fue solicitado por Íber. Didáctica de las Ciencias Sociales,

MOYANO, C.: «Dictadura o régimen militar: la disputa por la Geografía e Historia en octubre de 2015 y aceptado en febrero de 2016

nominación del pasado». El Mostrador (5 enero 2012). para su publicación.

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