arqueológica Judith Zurita Noguera y Rogelio Santiago Salud
Los restos de antiguas poblaciones de plantas constituyen una gran
fuente de información sobre aspectos de la vida de las poblaciones antiguas y desaparecidas, y de su entorno. El conocimiento de la forma de vida, la dieta y el entorno natural de antiguas poblaciones es uno de los objetivos centrales de la Arqueología. Cuando se investiga una población desaparecida es fundamental entender su estrategia de subsistencia, por ejemplo, las plantas que utilizaron para alimentarse, ya que cada grupo de plantas requiere de técnicas agrícolas e instrumentos especiales para su cultivo. A partir de este conocimiento se puede definir el carácter de la organización social y la tecnología de una comunidad. Es obvio que en las antiguas poblaciones las plantas no sólo fueron usadas como fuente de alimentos, también tuvieron un papel en actividades sociales y ceremoniales, en la diferenciación social, en los rituales y en la mitología. Los materiales botánicos recuperados en contextos arqueológicos son producto también de actividades como el almacenamiento, la preparación y el consumo de alimentos; son además indicios de ritos, ceremonias y prácticas médicas. Hay restos botánicos que permiten saber cómo era la vegetación de un área que estuvo habitada alguna vez, gracias a los restos de plantas que pudieron haber estado almacenadas y que se desecharon, y finalmente por la vegetación que cubre y rellena antiguas estructuras que quedaron de paredes y techos (Zurita y Lane Rodríguez 1995).
Fig. 1 Muestreo de Perfiles en excavación para la recuperación de restos
botánicos - San Lorenzo Tenochtitlán, Veracruz.
Los paleoetnobotánicos se encargan de analizar los restos de plantas e
inferir su relación con las comunidades humanas. Recuperan los restos botánicos mediante técnicas de palinología que permiten estudiar el polen y las esporas, analizar restos macroscópicos de vegetales como semillas, maderas y de los fitolitos, cristales de sílice que se forman en la epidermis de las plantas (Pearsall, 2000, p. 11).
¿Qué es un fitolito?
En el siglo XIX algunos botánicos observaron en los tejidos de las
plantas una serie de partículas con una estructura cristalina parecida a la del ópalo. Posteriormente pudieron determinar que estos cristales de formas variadas eran células vegetales que se habían mineralizado, por lo que las llamaron fitolitos o plantas de piedra (fitos, planta y litos, piedra). Los fitolitos son cristales de sílice que se forman en la epidermis de las plantas; esto es, son restos de células vegetales que se han mineralizado y que presentan una estructura cristalina similar a la del ópalo. Se forman por la precipitación al suelo del sílice disuelto en agua que las plantas absorben. El sílice se deposita principalmente en los espacios intercelulares del tejido epidérmico de hojas, tallos y raíces. Al
depositarse esta sustancia toma la forma de las células que recubre y
encapsula. Las partículas que aún se conservan en el suelo, pese a que la materia orgánica de la planta donde se depositaron desapareció, (Piperno, Dolores, 1988), presentan todavía las formas distintivas de la planta (Pearsall, 2000, p. 249).
El análisis de fitolitos se aplicó en un principio a estudios edafológicos o
de fósiles biogenéticos en investigaciones relacionadas con la historia de la flora y el origen y desarrollo de suelos. También se aplicó a estudios paleoambientales en diversas regiones. No fue sino hasta los años 80 que se comenzó a aplicar este análisis a muestras de suelos provenientes de excavaciones arqueológicas (Piperno, Dolores, 1988).
Fig. 3 Célula Bulíforme silicíficada en muestra de suelo. (Microscopio
electrónico 600X) Microscopio electrónico
La recuperación, identificación y análisis de los fitolitos provee
información que permite determinar patrones de subsistencia, dieta, desarrollo de técnicas agrícolas, uso de plantas, identificación y reconstrucción de antiguas vegetaciones. Por ejemplo, en el Proyecto Arqueológico San Lorenzo Tenochtitlán, dirigido por la doctora Ann Cyphers, se ha prestado especial interés en recuperar restos botánicos que proporcionen información valiosa sobre la forma en que los olmecas de San Lorenzo, Tenochtitlán (1500 ? 900 a C) explotaron los recursos vegetales de su entorno. El estudio de este sitio, ubicado en el municipio de Texistepec al sureste de Veracruz, en la cuenca baja del río Coatzacoalcos, se ha enfocado en conocer el uso específico que cada población humana ha hecho de su espacio habitable (Cyphers, 1997, p. 23). Con este objetivo se está reconstruyendo y caracterizando el sistema de subsistencia olmeca desde una perspectiva interdisciplinaria, recuperando evidencias del uso de plantas como alimentos, medicinas, materiales constructivos, herramientas etcétera. Además se está obteniendo información sobre el entorno natural de aquel entonces.
Referencias
Cyphers, A., Población subsistencia y medio ambiente en San Lorenzo
Tenochtitlán, IIA/UNAM, 1997.
Pearsall, Deborah, Paleoethnobotany. A Handbook of Procedures,
Academic Press, Nueva York, 2000, segunda edición.
Piperno, Dolores, Phytolith Analysis: an Archaeological and Geological
Perspective, Academic Press, Nueva York, 1988.
Zurita J. y M. Lane, "Paleoambiente del sitio de San Lorenzo
Tenochtitlán, Veracruz", Revista Raíces, año III, vol. 21: pp. 12-15, Ediciones Biasca, 1995.
Zurita, Judith, ?Los fitolitos: indicadores sobre dieta y vivienda en San
Lorenzo Tenochtitlán", en Ann Cyphers (ed.), Población, subsistencia y medio ambiente en San Lorenzo Tenochtitlán, IIA/UNAM, México, 1997, pp. 75-87.
*Laboratorio de Fitolitos Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM