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Cultus Infernalis
Cultus Infernalis
Infernalis
Venenata Ténebris
Escucha hombre vil:
Dios marcó tu destino desde el día en el que naciste.
Tu madre te arrojó del útero al tiempo que arrojaba la
inmundicia de los intestinos manchado quedaste con ello, y
esa infecta caricia es la señal de tu existencia miserable.
No habrá compasión para ti, ni hallarás liberación alguna
cuando regreses al excremento. ¡Dios fue un miserable,
acepta pues los caminos del Diablo!
Desde hace cientos de años los iniciados en los
misterios infernales han pasado este libro de un maestro a
un discípulo. Las formulas contenidas aquí, conllevan a
una cercanía con el poderoso Príncipe de las Tinieblas.
Por ello estas palabras han de ser tratadas con el máximo
respeto, y no pueden ni deben ser dichas impunemente.
Sólo una autentica fe, en la palabra de Satán llevará
al iniciado al triunfo en esta Tierra, y caminará a su
siniestra después de su vida.
Es una falsedad que el Rey de los Infiernos fuera
desterrado de los reinos del dictador entre los dictadores:
ese farsante llamado Jehová, ¡El Dios de los Mediocres!,
mísero impotente, y cobarde. ¡No, Satán no fue expulsado
del Reino de los Cielos! Satán se fue asqueado de ese
estéril reino repleto de ángeles castrados y espíritus
deficientes. ¡No fue Dios quien lo expulso! Lo hizo el
aburrimiento.
Satán goza y se ríe por el caos en donde yace sumergido
el mundo. Satán es el verdadero dios de este mundo pues
gobierna sobre el trono del caos. Muerte y vida, guerra y
paz son las directrices que gobiernan el mundo, comer o ser
comido, matar o ser matado, ser amo o ser esclavo, en
esencia en eso se reduce la vida.
Satán y las otras deidades infernales pueden ayudar al
hombre o a la mujer que deseen triunfar en esta vida pero
para ello tendrán que rendirle homenaje al menos 5 Días a
la semana, y el Domingo se deberá realizar una burla de
los sacramentos de la Iglesia, con el fin de demostrar tu
lealtad a Satanás. Pues al Rey de este mundo le agrada la
blasfemia.
Repite tus oraciones a la luz de una vela Negra, en
completa oscuridad, con tus manos extendidas a los lados y
las palmas apuntando hacia abajo, esto a de realizase el
Lunes, el Martes, el Miércoles, el Jueves y el Sábado, a
partir de las doce de la noche.
No faltes nunca en tus rezos, pues los Demonios son
vanidosos y les agradan los homenajes.
No retrocedas nunca en tu camino, no te vuelvas a tras, o
sentirás la furia de Satán en tus carnes mortales y en la
otra vida sufrirás tremendos tormentos.
Septem
Commendatione
Diaboli
1· Sé el dueño de tus palabras y no digas nunca la
verdad. Pero hazlo de tal manera que todos los demás que
no son tus Hermanos Oscuros crean que la dices. Pues, si
les dices la verdad a aquellos que no son tus hermanos,
estos llegaran a tener cierto poder sobre ti, mientras que
ellos no te servirán para tus fines.
2· Trata de ser siempre el más poderoso para ello no
respetes ningún derecho de propiedad. Lo de los demás debe
pasar a ser tuyo si demuestras ser el más hábil o el más
fuerte. Todo es cuestión de tácticas. Sin embargo, no
olvides proclamar hasta la saciedad que la propiedad es
sagrada e inviolable. Cuando los otros te crean podrás
apoderarte de lo que codicies, y si deseas poseerlo todo, sólo
de ti dependerá que lo consigas.
3· Haz de la inmoralidad tu regla, pero sírvete de la moral
de los demás en tu propio beneficio. Debes considerar que
esa moral es una debilidad que disminuye la fuerza de tus
enemigos, puesto que han de atenerse a las reglas que a ti
te son conocidas, por lo que puedes vulnerarlas fácilmente
sin que aquellos se aperciban, si eres lo bastante cuidadoso.
Utiliza todos los medios a tu alcance, el soborno y el
cohecho regalos y obsequios, para atraer hacia a ti el favor
de los poderosos, a fin de que ellos te allanen los obstáculos
o te apoyen cuando les necesites. No olvides que es gracias
a la moral agrietada de los demás que tú podrás conseguir
los fines que te hayas propuesto alcanzar.
4·Considera que la virtud es una de las mayores
debilidades que pueden darse en ti, del mismo modo que es
una fuerza en otros.
Por esta razón procura por todos los medios incitar a los
demás al pecado, guiándoles y siendo tu el más pecador de
todos.
Pero nunca olvides que a los ojos de los otros debes
aparecer como virtuoso. Compón pues, tu actitud de forma
que puedas proclamar en público que la moral es necesaria
para la sociedad, al par que haces lo imposible para que los
demás pequen.
Consigue que sean ellos los que hagan suyo este axioma:
“Haz lo que digo, mas no hagas lo que yo hago” Cuando lo
logres acrecentarás tu poder sobre ellos.
5· Protégete con una dura coraza y hazte insensible a los
dolores y desgracias que aquejen a los demás por tu causa,
o la de otros que piensan y actúan como tú. Pero no te
confíes a estos sino que haz de mantenerte siempre en
guardia. Tú no debes amar a nadie, as de hacer que sean
los otros quien te amen. Así podrás dominarlos mejor.
6· Debes considerarte el único, el privilegiado, y por eso
situarte siempre en un plano más elevado respecto a los
otros.
Acepta la sumisión ajena como muestra de acatamiento que
te deben, si alguno osara a desafiarte no sometiéndose a tus
deseos, aplástalo y haz que la tristeza entre en su casa,
hiérele en lo que más quiera para que sea mayor su
sufrimiento, y de este modo, viendo que tú eres el más
fuerte acabará por aceptar someterse a tu influencia y a tu
poder.
Utiliza para ello todos los medios a tu alcance y no vaciles
en herir o en matar. Piensa siempre que el fin justifica los
medios.
7· Sé siempre coherente y fiel a ti mismo. Medita con
detenimiento tus acciones y establece tus planes de ataque
que luego, cuando pases a la acción no te arrepientas jamás
del daño infligido a los otros, pero rectifica tus errores si te
has equivocado y no han surtido tus acciones el efecto que
deseabas y calculaste. Lo que hayas decidido es lo que debes
realizar, sin ninguna clase de dudas, caiga quien caiga y
suceda lo que suceda. Así podrás mostrarte ante todos como
un hombre plenamente independiente, de los que no tienen
que dar cuentas a nadie de sus actos. De ese modo, gracias
a la permanente igualdad de tu proceder, a tu equilibrio,
podrás pasar por ser un hombre justo, lo que te felicitará el
que los otros se conviertan en tus esclavos sin que,
incluso, lleguen a darse cuenta de que lo son.
Septem Virtutibus
Infernalis
1· Avaricia No tiene nada de malo ser avaricioso, ya que
esto sólo significa que deseas mucho más de lo que tienes.
Mammón es el arquetipo de la avaricia, la codicia y el
materialismo, es el demonio que sonríe ante los abusos del
capitalismo salvaje, el incremento de la brecha entre ricos y
pobres y la sed desmedida por adquirir dinero, ya sea para
hundirse en las aguas del hedonismo desmesurado o para
rendir culto al estatus o el poder económico.
Mammón era el dios de las riquezas en el panteón de los
fenicios y, ligada a esa posición del dios, estaba la palabra
fenicia “mommon”, la cual se traducía como “beneficio” o
“utilidad”. Luego, por contacto cultural, pasó a ser una
palabra aramea que significaba “riqueza”, a su vez que en
hebreo “matmon” significaba “tesoro” y “Mammón” era un
nombre que se usaba comúnmente para simbolizar a la
riqueza y a la avaricia.
Este es el sello de Mammón
el cual deberá de trazase con
tinta dorada en una hoja de
laurel. Este es un hechizo sin
palabras: envuelve con esta
hoja una moneda, átala con
un pedazo de hilo dorado o
amarillo y guárdala, en tu alcancía, en tu cartera o donde
suelas esconder tus ahorros. Mientras que la moneda
permanezca envuelta en la hoja de laurel, dispondrás
siempre de dinero.
[Nota: Para incrementar el efecto, mientras estas atándolo
con el hilo dorado haz mentalmente o susurrando una
sencilla e improvisada oración a Mammón]
2· Envidia la envidia junto con la avaricia son las fuerzas
que motivan la ambición del hombre y sin ella no podrás
realizar nada importante.
Gorgona es el demonio de la envidia y del mal de ojo.
Pues envidiar implica desear lo que se desea y comenzamos
deseando con la vista. Queremos lo que vemos.
Hechizamos con los ojos, y cuando no nos gusta lo que
vemos podremos lanzar a nuestra victima un mal de ojo. Un
hechizo de destrucción que lanzaremos, tal como la Gorgona
lo hacía: con la mirada.
Este es el sello de Gorgona:
El sello de Gorgona,
la mayoría de las veces,
sólo es usado como representación
del mal de ojo, no es
usado en ningún ritual,
excepto, cuando el adepto lo ve
como el símbolo positivo de su envidia.
Una sed de superación mediante el deseo de poseer aquello
que otros tiene.
No todo el mundo es capaz de lanzar
lanzar un mal de ojo, ser
requiere una gran proyección en la mirada, el método es
bien simple. Para lanzar el mal de ojo se ha de cerrar el ojo
derecho y mirar con el ojo izquierdo a la víctima elegida.
Esto se debe hacer proyectando un odio y una ira de gran
intensidad, imaginado un gran tormento para tu víctima.
Pero este procedimiento no a de durar más de unos pocos
segundos, y tu mirada envenenada debe penetrar
penetrar en los ojos
de tu víctima.
3· Gula ¿Qué tanto tiene de malo comer más de lo que se
debe? Seguramente
ramente engordaras, pero ¿no es mucho peor
pasar hambre? Así que come hasta saciarte.
Behemoth es el demonio de la gula y además es el que
gobierna a las bestias terrestres. Su sello protege contra
indigestiones, llévalo tallando en
un cinturón de cuero,
ero, y no sufrirás
problemas estomacales. Este es su
sello, el cual también es usado por
los poderosos magos para dominar
a las bestias salvajes.
4· Soberbia Nadie está exento de este “pecado” no hay en
el mundo al que no le guste lucir bien en el vestir. Incluso
ni los clérigos escapan a la soberbia. Ni el mismísimo
Dios es inmune a este “pecado”.
Lucifer es demonio de la soberbia por excelencia. Es uno
de los cuatro demonios infernales más importantes y su
conocimiento será explicado más detenidamente en otro
capítulo de este libro. Este
es su sello:
¡Palabra de Satán!
II
Discurso de Satán
Dios está muerto y al mismo tiempo vive en el hombre pues el
hombre es dios y al mismo tiempo es la bestia.
¡Palabra de Satán!
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V
Discurso de Satán
Las banderas y las lanzas de guerra eran agitadas en presencia
de Satán las espadas ensangrentadas clamaban por la fuerza de
Belial. – ¡Guerra!, ¡Guerra!, ¡Guerra!, ¡Guerra! – Aullaban los
hombres en la Tierra. Las huestes de Satán excitadas por el
portentoso momento contemplaban la faz solemne del Rey Infernal.
Satán miraba al horizonte con una sonrisa, pasados unos
momentos su voz fue escuchada:
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Ya que la Guerra ha de ser necesaria, y es consecuente con la
naturaleza del hombre: ¡Báñate con Sangre!
¡Palabra de Satán!
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La Reina de la Lujuria
Yo soy, el fruto y así soy el primer deseo el único deseo.
Soy fuente de todo vicio.
Soy aquella que hace erguirse hacia el cielo en portentoso
miembro del hombre.
Yo soy, la que hace abrirse las entrañas de una mujer
lubrificada por el pecado.
Yo soy, la gran dadora de vida.
Yo soy, la gran otorgadora de placer.
Yo soy, la Suprema Sacerdotisa del la lujuria.
¡Atiende hombre!
Sujeta tu falo impetuoso, exaltado por mi poder y
derrama las gotas preciadas de la vida en el cáliz de la
voluptuosidad.
¡Escucha mujer!
Tu sangre enriquecida de vida no cumplida me es grata,
deposítala como ofrenda sacrificial en el cáliz de la
voluptuosidad.
Y ahora, mi joven mago: bebe de este cáliz de
voluptuosidad, bebe de la vida y de la muerte, que esta
inmundicia encierra, mientras tu cuerpo se exalta por mi
gracia y tu conciencia atraviesa los portales del placer y de
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dolor. El conocimiento llega con el sacrificio y el placer ha
de ser sacrificad a aquella que monta el Terrible Dragón.
Que sea así entendido por aquellos que arden en mi
voluntad: Mis hijos, de la lujuria encarnada.
¡Así este hecho,
bajo el nombre de Lilith!
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