Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La Percepción
La Percepción
1
Lo que captan nuestros sentidos constituye el “alimento” de nuestro aparato
psíquico: nuestra capacidad de intercomunicación con los demás y con el medio se
realiza a través de lo que percibimos.
No siempre nuestras percepciones son nítidas ni tan objetivamente veraces como
pueda parecernos. La posibilidad de ser engañados por los propios sentidos es
mayor de lo que solemos admitir.
El análisis de los fenómenos perceptivos permite al ser humano comprobar con
qué facilidad puede ser inducido al error por sus propios sentidos, y este
convencimiento facilita una actitud más abierta y permeable hacia los demás y
hacia uno mismo.
La percepción no es una mera suma de los estímulos que registran nuestros sentidos, sino
que consiste en la organización de las informaciones captadas, sobre una base subjetiva
individual.
La vida se desarrolla en un mundo de cosas y de personas. Si no fuéramos sensitivos y con
capacidad de respuesta al ambiente, seríamos incapaces de satisfacer nuestras
necesidades, de comunicarnos con nuestros semejantes o de disfrutar de las cosas que
nos rodean.
Aprendemos a conocer el mundo por medio de los datos que nos llegan a través de los
órganos de los sentidos, pero lo que percibimos depende también de lo que aportamos
nosotros mismos, de nuestras experiencias pasadas y de nuestros deseos y necesidades al
enfrentarnos con el mundo.
2
LA PERCEPCIÓN Percepción Visual. 1er. año T.G
Constancia de brillo
Los objetos visuales parecen constantes en su grado de blancura o de claroscuro. Tal
constancia de brillo tiende a ser independiente de la iluminación bajo la cual
consideramos los objetos. Aquellos que parecen blancos bajo una luz brillante lo siguen
pareciendo en condiciones de oscuridad. Y al revés, lo que aparece negro en la penumbra
lo sigue pareciendo ante una iluminación intensa: el carbón permanece negro tanto de día
como de noche. Existe una variación en la luz que refleja una superficie: un objeto blanco
la refleja en gran parte, y un objeto negro absorbe, en cambio, casi toda la radiación
luminosa. La constancia de brillo es independiente de la cantidad de luz que incide.
Constancia de forma
Cuando una puerta gira hacia nosotros, su forma rectangular pasa a través de una serie de
distorsiones. Primero se convierte en un trapezoide, pareciendo más ancho el extremo que
nos es más próximo; luego el trapezoide se hace cada vez más fino, hasta que por fin todo
lo que podemos ver es una línea vertical del grosor de una puerta. Podemos distinguir
estos cambios, pero lo que percibimos es una puerta invariable que gira. El hecho de que La constancia de brillo es
no parezca que la puerta cambia de forma recibe el nombre de constancia de forma. independiente de la cantidad de
luz que incide sobre los objetos.
Constancia de tamaño Los objetos oscuros absorven
Sabemos que, cuanto más nos alejamos de un objeto, más pequeño nos parece. También toda la radiación luminosa,
sabemos que puede producirse en la retina una imagen de tamaño constante por un mientras que los claros la
objeto cercano o por otro más grande pero que se halle situa-do a cierta distancia. reflejan casi en su totalidad.
3
Conociendo esto, sería de esperar que el tamaño percibido de un objeto cambiara al
aproximarnos a él; pero no es esto lo que ocurre: lo seguimos viendo del mismo tamaño,
aunque situado a menor distancia. La constancia del tamaño de los objetos se relaciona,
pues, con nuestra percepción de la distancia. En vez de percibir los objetos distantes como
más pequeños, los percibimos como más alejados. Si desaparecen las huellas de la
profundidad, la constancia queda eliminada, y nuestras percepciones de tamaño
corresponden a lo que podría esperarse teniendo en cuenta la geometría de la imagen
retiniana.
Constancias imperfetas
Las constancias perceptivas no son perfectas. Incluso en las condiciones más favorables,
nuestra percepción representa un compromiso entre la imagen sensorial y las propiedades
reales del objeto en sí. En la sombra vemos las cosas como menos blancas de lo que son en
realidad; y, con la lejanía los objetos nos parecen de tamaño algo mejor que el real.
Sin embargo, nuestras percepciones se ajustan más a los objetos que a las imágenes
retinianas correspondientes. Naturalmente, la constancia perceptiva nos permite
movernos por el mundo con entera facilidad. Imaginémonos lo que sería el mundo
exterior si los objetos y las personas aparecieran con el tamaño y la forma
correspondientes a las imágenes retinianas respectivas. Pensemos también que ocurriría
si variaran los colores y las intensidades luminosas. No sería posible reconocer el color de
los objetos, ni tampoco su estructura. Por lo tanto la constancia relativa de los tamaños,
de las formas y de los brillos, produce una estabilidad perceptiva que resulta La imagen que forma en nuestra
extraordinariamente provechosa. retina el edificio alejado es
menor que la que forma la
mano que está más próxima. Sin
Factores que influyen sobre la percepción embargo, no percibimos el
edificio como más pequeño,
La percepción, lejos de ser un fenómeno puro, se ve modificada por bastantes aspectos que sino como más lejano: hay una
inciden en ella. Un mismo objeto no es visto de la misma forma por constancia de tamaño.
La atención
Es indudable que la percepción tiene un punto focal o centro de conciencia. Nuestros
sentidos son excitados casi constantemente por estímulos de diversas especies: la presión
de la ropa que usamos, las voces de otras personas, etc. Sin embargo en cualquier
momento estamos conscientes solo de un número limitado de estos estímulos. Si jugamos
al ajedrez, nuestra percepción puede estar enfocada sobre las piezas en el tablero: apenas
nos damos cuenta de las personas que nos hablan, o no notamos la temperatura de la
habitación. Los determinantes de la atención, algunas veces, son internos y, en otros casos,
externos.
Factores externos. Existen ciertas características de los estímulos que con frecuencia
determinan nuestra atención y que denominamos factores externos; son estas:
c) Tamaño. Los objetos grandes, con mayor probabilidad, atraerán más nuestra
4
atención que los objetos pequeños. Un anuncio de mayor tamaño atraerá más nuestra
atención que uno pequeño.
Factores internos. De otro lado también modifican la atención varios factores internos:
a) Motivos o motivaciones. Si tenemos hambre, los estímulos que se asocian con este
motivo se convertirán en el foco de nuestra percepción. Con mayor probabilidad nos
daremos cuenta de los restaurantes que existen en una ciudad si tenemos hambre que si
acabamos de comer. Los motivos hacen nuestra percepción selectiva.
b) Los intereses y valores. Estos temas están muy relacionados con la selectividad de
la percepción. Atendemos aquellos aspectos del mundo que nos rodea que se relacionan
con nuestros intereses. Un profesor de botánica y un marinero que está de permiso,
expuestos a los mismos estímulos –por ejemplo, un parque en una tarde de verano-
atienden aspectos muy diferentes de los estímulos que intervienen. El profesor de botánica
puede atender a la flora particular que se encuentra en el parque. El marinero, en cambio,
atiende a la fauna o al ambiente
a) Necesidades. Cuando se proyecta sobre una pantalla una serie de estímulos muy
ambiguos a un grupo de personas con diversos períodos de privación de alimento, los
sujetos más hambrientos verán mayor número de objetos relacionados con la comida
que los menos hambrientos.
Mitad de un
d) Personalidad. Aunque todas las personas tratan de percibir las cosas clara y cuadrado, idea de
definidamente, hay diferencias individuales en las necesidades de claridad y precisión. división, abstracto,
Parece que existe una relación definida entre las actitudes sociales y la percepción de los matemática sin
vida, símbolo de
estímulos ambiguos. Para algunas personas, todas las cosas deben ser blancas o negras. las muerte
Las personas fijas y rígidas, que no pueden tolerar la ambigüedad, lo manifiestan no solo
en sus actitudes sociales, sino también en sus respuestas perceptuales en el laboratorio.
Las personan también difieren en la forma que mantienen su orientación en el espacio. Armonía, eternidad,
A las personas que se basan en los alrededores visuales para emitir juicios perceptivos unidad, completo.
se las llama dependientes de campo; en el otro extremo están los independientes de
campo, que aceptan la información de su propio campo y no se dejan inducir a error
por las distorsiones del campo visual. Estos resultados tienen una relación con la
personalidad: las personas dependientes muestran, en general, más ansiedad; las
independientes, más seguras de sí mismas, presentan menos. Movimiento, agre-
sión, varón, acción.
A través de la “forma de percibir” podemos explorar en psicología aspectos importantes
de la personalidad; de ello se desprenden las llamadas pruebas proyectivas, que se
basan en la presentación de una serie de estímulos ambiguos para que el individuo
proyecte su propia personalidad sobre el estímulo que se le presenta. Acostado, rigidez,
pasividad, hembra,
Maduración y aprendizaje debilidad.
a) Maduración. Es casi seguro que los umbrales de percepción (intensidad mínima para
producir un cambio en la recepción de la estimulación) son producto de las estructuras
neurales y sensoriales del sistema nervioso. Dicha especificidad anatómica sería de Asociación que media entre ciertas
carácter genético. Nosotros no podemos, por ejemplo, aumentar nuestra agudeza visual formas geométricas y ciertos
o nuestra visión nocturna. Todo lo que podemos hacer es usar al máximo nuestra factores emocionales que
capacidad. subyacen en más de una conducta
Los experimentos sobre la maduración de la percepción de la profundidad han utilizado o respuesta cultural.
el aparato del precipicio visual. Se trata de una caja muy amplia que ter-
6
mina en precipicio o desnivel y con un suelo de vidrio grueso transparente. Se observa si el
niño o el animal es capaz de cruzar por encima del precipicio. Los resultados son
uniformes: todos los niños y los animales se niegan a cruzar el precipicio visual. Es curioso
que este fenómeno se produce aunque los animales comprueben tácticamente la
presencia de un suelo de vidrio. A partir de estos experimentos podemos llegar a la
conclusión de que la percepción de la profundidad madura lo suficientemente pronto
como para ser útil ya en las fases más tempranas de la evolución del organismo. Se trata
de un resultado de la maduración: aparece en el mismo momento en que el animal es ya
capaz de moverse. La percepción, en los animales, depende más de la maduración; en el
hombre, más del aprendizaje.