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Universidad Tecnológica de Pereira (UTP)

Licenciatura en Literatura y Lengua Castellana


Facultad de Educación

Alumnos: Diego Vargas y Marianela Montoya


Espacio Curricular: Administración Educativa
Docente: Juan Carlos Salazar Ávila
Fecha de Entrega: 20 de Jun. de 2021

INFORME DE LECTURA
Fuente
Revista Diálogos de Saberes No.30,(2009).Los Maestros Colombianos como Grupos de
Presión 1958-1979. Bogotá, D.C: Henry Bocanegra.
Introducción
En este articulo el autor Henry Bocanegra, realiza una indagación sobre cómo y en qué
condiciones los maestros siendo servidores del estado se convierten en un grupo de presión en
ámbitos políticos. Partiendo desde un enfoque critico-social en la historia de Colombia entre los
años 1958-1979.
Entre los años 1958-1979 suceden grandes acontecimientos, se fundó la Federación
Colombiana de Educadores (FECODE), el Estatuto Docente, Paros ( movilizaciones) y
negociaciones. Todos estos momentos históricos son los que nos permite entender el por qué los
maestros son considerados actores políticos-grupos de presión.
Análisis del Contenido
Para abordar el tema, el autor empieza definiendo el concepto “ grupo de presión”,
apoyándose en la visión de este a través del politólogo Maurice Duverger, el cual considera
que “ los grupos de presión tratan de influenciar a los hombres que detentan el poder, pero
no buscan entregar el poder a sus hombres”, aclara que la diferencia entre estas
organizaciones y los partidos políticos es que los partidos tratan de conquistar el poder y
ejercerlo, mientras que los grupos de presión no se involucran en la toma del poder si no en
hacer presión sobre el. También resalta que hay grupos privados y públicos y como estos
influyen de forma directa e indirecta como lo es la propaganda, financiación de campañas.
Otro método de acción directa que presenta el politólogo es: “los métodos de violencia”, son
aquellos que tienen como objetivo presionar tanto a la opinión pública como también al
gobierno para que ceda, como por ejemplo los campesinos al obstaculizar carreteras. Destaca
que hay organizaciones profesionales que ejercen como grupo de presión, como las de
industria o comercio, organizaciones campesinas y de asalariados ( las
organizaciones obreras tienen capacidad de presión con el peso electoral y la huelga) que es
un arma contra los empresarios y el gobierno.
Teniendo en cuenta la conceptualización que Duverger le da a los grupos de presión,
Bocanegra plantea una pregunta: ¿Se puede afirmar que el Magisterio Colombiano entre
1958-1979 se había convertido en un grupo de presión?, para responder esto, Bocanegra
toma en cuenta la postura de Aline Helg que ha investigado la historia de la educación en
Colombia. Aline considera que es difícil señalar al cuerpo docente como grupo de presión,
antes de la fundación de FECODE”. Este punto de partida es fundamental para el
desenvolvimiento del artículo de Bocanegra.
El despertar gremial del magisterio en los años cuarenta, con la creación de las primeras
organizaciones regionales y la primera organización nacional, como lo fue la ACPES en 1942,
fueron utilizadas por los gobiernos liberales en 1940 con el fin de reclutar dirigentes
sindicales para la burocracia estatal, pero fueron paralizados por la represión del estado contra
el movimiento sindical durante los tiempos de violencia en los años cincuenta, fue tan grave
este hecho que en 1952, no hubo una sola huelga en el país. Los pocos sectores organizados
del magisterio no contaban con independencia como gremio y estaban bajo el control
ideológico de los partidos liberal y conservador y en algunas partes bajo el poder de la iglesia.
Es por esto por lo que se considera que con la fundación de FECODE los maestros empiezan a
ejercer la huelga, el cual es un elemento consustancial en las luchas reivindicativas de los
asalariados.
FECODE marca un antes y un después al cuerpo docente. La FECODE nace en1958 en medio
de un estallido de creación de sindicatos que se dio en el país. Bocanegra señala que la
violencia que ejercieron los gobiernos de Mariano Ospina Pérez y Laureano Gómez contra el
liberalismo y las organizaciones populares, fueron los motivos para la inmovilidad al
movimiento sindical.
El gobierno del General Rojas Pinilla (1953-1957), que ilegalizó el partido Comunista,
también coartó las libertades y el ejercicio del sindicalismo, considerándolo una insurgencia
comunista. Cuando se dio el frente Nacional el gobierno y los sectores empresariales
continuaba en contra de los sindicatos, siguieron algunas restricciones antidemocráticas, pero
sin la violencia que se vivió a finales de los cuarenta y los cincuenta, FECODE nace en este
periodo de expansión sindical y de la necesidad organizarse y reivindicar sus derechos.
Cuando se constituyó FECODE en 1958 a su vez se constituyeron varias organizaciones, la
creación de estos gremios y la constitución de la FECODE tienen en común que son producto
del desarrollo del capitalismo en el país después de la Segunda Guerra Mundial.
El proceso de cambio de una sociedad rural a una urbana se aceleró, debido en parte también a
la violencia política que se vivía. Los gremios nacientes eran consecuencia de ese desarrollo
capitalista, y este perjudicaría al sistema, la búsqueda de una mayor tasa de ganancia con la
explotación de los asalariados. Es un período de disminución del ingreso y del estatus de
sectores medios de la sociedad, como los empleados bancarios y los maestros.
Aline Helg señala al respecto: “En el período de 1930 a 1945 hubo una inflación elevada
mientras las remuneraciones permanecían congeladas, disminuyendo los salarios reales
urbanos y rurales. Una élite se enriqueció con el aumento de la producción y la especulación.
Este desarrollo de la economía no redundaría en beneficio de los educadores, por el
contrario, la inflación y otros factores contribuirían a la degradación de sus condiciones de
trabajo”. A mediados de la década de 1950 se agravó el problema de los salarios para el
Magisterio. La privatización creciente de la educación en primaria y secundaria, y el descuido
por parte del Estado de la educación oficial en estos niveles, también aporta para el
desprestigio de los educadores vinculados a la educación estatal. La degradación de la
profesión docente convierte en una necesidad la organización del Magisterio para defender
sus derechos. Bocanegra vuelve a citar a Aline Helg al señalar que “El magisterio hizo frente
a esta evolución negativa de su situación con una unidad y politización creciente. En los años
sesenta la Federación Colombiana de Educadores (FECODE) obtuvo gracias a numerosas
huelgas algunas alzas de salarios y posibilidades de capacitación en el empleo”.
También se dieron algunos conflictos en el magisterio, la Asociación Colombiana de
Profesores de Secundaria, ACPES, en 1958 plantea por primera vez la posibilidad de un paro,
pero ante ofrecimientos del presidente Alberto Lleras Camargo, desisten. Esto debido al
control que aún mantenían sobre el Magisterio, el liberalismo y el conservatismo en el poder.
En 1959 la Asociación Distrital de Educadores, ADE, constituida en 1957, realiza su primera
huelga con el lema de ¡Defensa de la escuela, el niño y el educador! En la que participaron
1.000 profesores durante 8 días, este movimiento triunfa a pesar de que la huelga fue
declarada ilegal al cuarto día, y recibió ataques de la prensa y el gobierno, a partir de allí daría
el paso a varias manifestaciones que se realizaron a inicios de 1960. El factor de protesta en
esta década lo constituyó la situación socioeconómica del gremio por el atraso sistemático de
los sueldos y la indiferencia de las esferas gubernamentales para concretar una solución.
De las múltiples protestas y de respaldo a los movimientos nacionales de la FECODE como
las huelgas de 1965 y 1966, se destaca la “Huelga de los Caballos” que los educadores de
Santander desarrollaron entre el 25 de junio y el 19 de julio de 1968, se llamó así por la
represión que hizo la policía contra los educadores. Es por estas manifestaciones que los
docentes van adquiriendo una posición independiente y una voluntad de lucha, actitud de
defensa de sus derechos, opuesta a la pasiva que tenían antes.
En 1961 venían desarrollándose variedad de huelgas en todo el país, y el 10 de febrero el
Ministerio del Trabajo envió una circular a las organizaciones sindicales en la que afirma: “El
sindicalismo en el país (...) se ha convertido en una respetable fuerza social”. El gobierno
quiere “dar algunas instrucciones”.
Otra huelga destacada fue “ la marcha del hambre” en la que resaltó el proceso de aprendizaje
del Magisterio que lo va ligando a la acción directa, a la movilización y a la huelga con los
sectores obreros de Colombia. Los maestros fueron aprendiendo la necesidad de tener
independencia como gremio, de organizarse y de luchar por sus derechos.
Uno de los mayores obstáculos que tuvieron que superar los maestros, fue la
concepción, por muchos aceptada dentro y fuera del Magisterio, que el maestro era un apóstol
abnegado, que debía resignarse a vivir mal, pero recibir la satisfacción del servicio prestado.
En el tiempo de la Colonia el maestro nació bajo la tutela directa de los sacerdotes y en la
mayor desprotección económica, incluso en los años 70.
En 1966 no se contaban con buenas garantías, no había legislación unificada para el
Magisterio, ni había estatuto docente único nacional. La nómina de los educadores se dividía
en nacional, departamental y municipal, no había nómina única nacional, además el servicio
médico era deficiente, diferencias entre salarios de docentes de primaria y bachiller, pocos
licenciados y casi inexistente la carrera de educación en las universidades. Es por ello por lo
que los docentes deciden formar una huelga nacional del sindicalismo, 171 mil trabajadores
pararon en el país ese año. El 8 de septiembre se firma el convenio entre el gobierno nacional
y el Comité Pro-Defensa de la Educación, que establece los aumentos salariales para el año
siguiente, pero el gobierno no cumplió y vuelven a formar otra huelga por su incumplimiento
al acuerdo.
Este paro le dio el paso a la “marcha del hambre” de los educadores del Magdalena (en este
departamento se les debía hasta 10 meses de salario a los docentes.). después de seis meses de
paros y de múltiples formas de protestas como huelgas de hambre, toma de la gobernación por
un mes, bloqueos en carreteras y calles, los maestros deciden caminar hasta Bogotá para
exigir sus derechos. “La Marcha del Hambre” fue fundamental en la visibilización de la
FECODE ante el país. En 1970 ingresa a la presidencia de la FECODE Miguel Antonio Caro.
Desde La Marcha del Hambre los grupos de izquierda habían comenzado a tener presencia en
el Magisterio, y en 1973, en el Congreso de Ibagué, estos grupos comenzarían a predominar.
De cara a la formación de un estatuto único, FECODE, así como otros sindicatos de carácter
regional, habían acordado con el gobierno una serie de leyes y decretos, gracias a paros y otros
elementos de movilización, que garantizaban mejores condiciones de vida y mejores condiciones
labores a nivel nacional. En el año 1972, ignorando los acuerdos pactados durante aquel año con
el magisterio, el gobierno propondría un estatuto docente que entre otras cosas atentaba contra la
capacidad de ascender de docentes a nivel nacional. Ante este hecho, el magisterio pasaría a
marchar y a parar lo que logró, llevar a "quitarle piso al estatuto" y haría que los docentes de las
principales organizaciones docentes participen en los comités del escalafón que determina los
ascensos. Ya hacía 1973, después del congreso de Ibagué, FECODE presentaría un pliego de
peticiones que como elemento principal incluía la expedición del estatuto único docente en
acuerdo del gobierno y las organizaciones magisteriales. Agregado a esto, aprobaría una serie de
marchas para septiembre del mismo año, que fueron opacadas por el ascenso de Pinochet al
poder en Chile, este hecho que motivaría al gobierno colombiano a promulgar nuevos decretos
que atentarían contra la movilización docente y serían catalogados como dictatoriales. Debido a
este decreto, centenares de maestros perderían sus trabajos y el magisterio colombiano sufriría su
primera derrota. Pese a sus derrotas en esos años, el magisterio hacia 1975 llevaría su exigencia
de una nacionalización de la educación a una realidad con la ley 43 de 1975, elementos que se
consideraría a futuro como una de las más grandes victorias del magisterio.
Los paros descritos al comenzar los setenta fueron encabezados por los sectores de
izquierda, que lograron así un reconocimiento y su crecimiento en el Magisterio. En 1975, el
maestro Abel Rodríguez asume la presidencia y encamina al Magisterio hacia la consecución
del estatuto docente, cuatro años después. En el Congreso de Ibagué, se discute si la FECODE
asume la posición de “¡Si no cambia el sistema no cambia la educación!”, con sus
consecuencias paralizantes para la organización, o si se toma como orientación la lucha “¡Por
una educación nacional, científica y de masas!”. La Federación asume la segunda posición y,
acorde con su filosofía, prepara un proyecto de estatuto docente y lo esgrime como bandera de
lucha y base de negociación al gobierno. Si la FECODE hubiese realizado sus paros y sus
negociaciones con la errónea percepción táctica de ¡Ni un paso atrás!, réplica en la lucha
sindical del ¡Patria o muerte! de la revolución cubana, planteada por grupos al comenzar los
sesenta y no hubiese dado ese paso ideológico tan importante de aterrizar en objetivos y
propuestas concretas, no se hubiera alcanzado el estatuto docente único en 1979 y habría sido
derrotada por el gobierno del frente nacional. Un ejemplo de una táctica de negociación
acertada es la desarrollada con el ministerio de educación en 1979.También es de anotar el
avance ideológico logrado dentro de la federación al derrotar el abstencionismo electoral, que
algunos sectores de la izquierda intentaban generalizar al conjunto del Magisterio.
En 1976 el magisterio se lanza de nuevo a la huelga. La FECODE había presentado un pliego
de peticiones y el gobierno les contestó quitándoles a los maestros el derecho al escalafón,
contemplando además suspensiones y destituciones fulminantes para quienes se atrevieran a
participar en actividades huelguísticas. Pese a ello, el 25 de marzo de 1976 el Magisterio
realizó un exitoso paro de 24 horas. Como respuesta el gobierno de Alfonso López Michelsen
declara ilegal a la Federación y a cuatro sindicatos nacionales (ACPES, ASPU, ANDEPET,
ACEINEM). Posteriormente se realizan los paros del 6 y el 7 de abril, en los que suspende a
1.629 maestros, numerosos detenidos y los organismos de inteligencia militar y policial se
toman el control de las instituciones educativas. En 1977 el Ministerio de Educación
Nacional, en desarrollo de las facultades extraordinarias concedidas al presidente de la
República, mediante el artículo 11 de la Ley 43 de 1975, promulgó el Decreto 0128 de 1977,
“por el cual se expide el Estatuto Docente de enseñanza primaria y secundaria a cargo de la
nación”, conocido como el “Estatuto Durán Dussán”. Este Estatuto es rechazado por el
Magisterio, puesto que lesiona gravemente sus derechos e intereses. La FECODE exigió su
derogación y unificación salarial y prestacional, y poner fin al atraso en los pagos.
Simultáneamente en el país se estaban desarrollando otros conflictos y luchas de los
trabajadores del Estado, en particular la librada por los trabajadores de la Empresa
Colombiana de Petróleos, ECOPETROL. La FECODE se integró a estas luchas de los
trabajadores estatales en numerosos lugares del país.
La Federación colombiana, siguió presionando en 1979 durante el gobierno del presidente César Turbay,
quién estableció medidas represivas y antidemocráticas con su proyecto de un estatuto docente a la mano.
En medio de la violenta represión y persecución a los ciudadanos, trabajadores y organizaciones
sindicales, FECODE realizaría la negociación del Estatuto docente uniendo a la mesa a docentes
anteriormente destituidos. En abril de dicho año, el ministro de Educación se sentaría a la mesa y luego de
numerosos encuentros entre este y figuras de la federación, se firmaría la aprobación del estatuto pese a
las marcadas diferencias. El 14 de septiembre el gobierno nacional expide el decreto ley 2277 de 1979
"por el cual se adoptan normas sobre el ejercicio de la profesión docente". De acuerdo a la
Federación, este estatuto pese a no consagrar los derechos sindicales y políticos atribuidos
tradicionalmente al magisterio y a no cambiar sus situaciones de trabajo, garantizaba y reivindicaba más
garantías y conquistas que anteriormente había logrado el magisterio y fueron sepultadas por el decreto
128 de 1977.Aun así, FECODE en un acta firmada por ambas partes el 12 de septiembre, ratificaría que
pese a la aceptación de numerosas normas presentes en el decreto, hacían falta elementos importantes
como lo son la articulación con directores de educación nacional. La táctica de FECODE para alcanzar el
estatuto docente presentaría complejos puntos de discrepancia que no permitirían de forma óptima la
coordinación con autoridades educativas. El estatuto, normalizó la carrera docente que cubría a todos los
maestros del país. La unificación del escalafón supuso la imposibilidad de ejercer la profesión sin un
título docente y garantizó la paridad entre docentes de secundaria y primaria. Garantizó la estabilidad de
condiciones educativas y la cualificación de docentes al necesitar de estudios especializados con el fin de
ascender en este escalafón. Un elemento importante del 2277 es la nacionalización educativa que frenaba
los intentos de municipalizar el régimen docente, a ojos de la federación, un elemento importante y
de carácter negativo es el hecho de que los docentes fungieran aún como funcionarios públicos
en un régimen antidemocrático que negaba sus derechos políticos y sindicales. Sumado a los
hechos anteriores los docentes se veían en desventaja ante las condiciones de los traslados y
otros elementos que complicarían el funcionamiento del escalafón.
Conclusiones
Desde un recorrido histórico, el artículo de Bocanegra nos permite comprender por qué los
maestros son considerados actores políticos-grupos de presión, y el antes y después que
FECODE marcó en la educación colombiana. FECODE centró sus actuaciones en influir, en
presionar al Estado para que este tomara decisiones favorables a sus intereses, es por esto por
lo que los docentes empiezan a ser considerados grupos de presión. FECODE realiza, junto a
la organización y orientación de sus afiliados, esencialmente dos formas de actividad: la
primera, la de presión sobre el Estado con los paros nacionales, regionales o locales, las
movilizaciones o acciones que propagan las reivindicaciones y propuestas de la Federación,
un constante flujo de memoriales, cartas, reuniones y exigencias verbales. El recorrido
histórico bajo el cual es posible identificar al maestro en la sociedad, se encuentra caracterizado
por situaciones de hecho político, social y cultural que marcaron de manera definitiva tanto su
profesionalización, como su reconocimiento en el ámbito educativo y en la constitución misma
del Estado. De esta manera, es necesario comprender que la formación de los maestros está
profundamente marcada por la valoración que se le da a su función en el contexto social, así
mismo, el surgimiento de instituciones y universidades pedagógicas tiene una gran influencia en
el estudio de la formación docente, no solamente por los procesos de formación en sí mismos,
sino porque han mediado en su reconocimiento a nivel social y la influencia en la opinión
pública.
Un docente asimilado como sujeto político influye significativamente en la formación de
movimientos sociales comprendidos no sólo como meras movilizaciones colectivas, sino
fundamentalmente como forjador de sujetos plenamente definidos como seres sociales,
conscientes de que su calidad de sujetos sólo se concibe en relación a otros sujetos, diversos
culturalmente y plurales políticamente, lo que ineludiblemente conlleva a una férrea defensa y
promoción de contextos democráticos de convivencia social. El maestro colombiano es, en su
capacidad como individuo, un formador del pensamiento, a la par que, como grupo
y/o colectivo es un formador de la sociedad. A lo largo de su documento, el profesor Bocanegra
da cara a las importantes luchas llevadas a cabo por los maestros desde 1958, año en el que por
primera vez estos se encontraban agrupados bajo un sindicato a nivel nacional como lo sería
FECODE, desde este año los maestros organizados construyeron en el país una fuerte imagen
gremial y una sólida organización.

Freire (1972:9) decía que “la educación es un acto de amor, de coraje; es una práctica de la libertad dirigida
hacia la realidad, a la que no teme; más bien busca transformarla, por solidaridad, por espíritu fraternal”. 

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