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Población

Programa de Capacitación en Gestión Cultural

Economías Colaborativas

En este módulo veremos una serie de fenómenos socioeconómicos de pleno impacto en


Latinoamérica y Europa que finalmente decantan en una nueva cultura de
relacionamientos culturales que creemos importante socavar. Y este es el fenómeno en
donde un nuevo comercio basado en la confianza y la buena fe otorgan un lazo
comercial redituable a ambas partes que lo conforman. Estas son las Economías
Colaborativas, nuevo flujo comercial entre personas que la mayoría de las veces no esta
mediado por el estado, ni tributado en sus agendas. Veamos una definición de Rosalía
Alfonso Sánchez, en “Economía colaborativa: un nuevo mercado para la economía
social”

“Con la expresión “economía colaborativa” se hace referencia, por regla general, a


los nuevos sistemas de producción y consumo de bienes y servicios surgidos a
principios de este siglo gracias a las posibilidades ofrecidas por los avances de la
tecnología de la información para intercambiar y compartir dichos bienes y/o
servicios, que permiten reducir las asimetrías informativas y los costes de transacción
que afectan a dichas actividades, a la vez que permiten incrementar la escala en que
se llevan a cabo y realizarlas de forma diferente a la tradicional”

Retomando la definición de Sánchez podemos afirmar que el trabajo colaborativo es un


nuevo eslabón creado entre personas en una relación horizontal no-jerárquica
desligándose de poseer jefes o empresas que establezcan condiciones verticales. Otro
factor que influye en la situación colaborativa es la no dependencia laboral, sino que
prima la autogestión y el relacionamiento múltiple a desmedro del trabajo corporativo y
unidireccional. A su vez, también se desprende de los marcos legales que comúnmente
asociaron a los trabajadores con los empresarios, y a los empresarios con los estados
nación. Rompiendo todas las cadenas de obligaciones, la economía colaborativa
propone, gracias a las nuevas tecnologías de comunicación, un nuevo modelo de
servicios y relaciones sociales que amenazan a los gobiernos en su capacidad de
imponer las tributaciones de antaño a cada actividad.
El sistema piramidal de trabajo tradicional en el cual la cima corresponde a Ceos y la base a los
Proletarios, hoy comienza a verse reemplazado por trabajadores que, con su conjunto de bienes y
servicios, se interrelacionan con otros de igual envergadura generando redes de intercambios y vínculos
sociales

Argentina como reflejo de las Economías Colaborativas

Al leer la definición de Rosalía Alfonso Sánchez, desde España, podemos observar que
traza el puntapié inicial del colaborativismo económico en el nuevo siglo de la mano de
Internet. Pero adentrándonos en nuestro país podemos observar innumerables intentos y
concreciones antes del inicio del 2000. Es así que las ferias comunitarias barriales,
intercambios vecinales, actividades comerciales en plazas o pasajes, y trueques que
irrumpieron a fines de los noventas, nos demuestran a una argentina, que tras sus crisis,
hizo inventivas mas que importantes en lo que respecta al manejo comunal de bienes y
servicios trocados sin dinero.
Muy posiblemente los trueques sucedidos en la crisis económica del 2001 nos han
dejado marcas importantes en lo que respecta a la posibilidad de generar redes de
intercambio cuando las políticas económicas ni sociales alcanzan. Casos singulares,
relacionados con estos, fueron las asambleas comunitarias generadas en el marco de los
mismos. En ellas se comenzó un fenómeno de práctica democrática en la que, con juntas
vecinales, comenzaron a debatirse los problemas comunitarios de cada barrio de manera
integral: economía, política, cultura, representatividad, alumbrado y bacheo, seguridad,
etc. Así, las asambleas barriales pudieron acercar a los vecinos en juntas deliberativas
que dentro de ellas también se consensuaban la aplicabilidad de normas para los
trueques.

Entrada a la Asamblea de Almagro, Cap. Federal.

Pero en lo más esencial, aquí nos interesa rescatar la esencia que se generaron en esas
asambleas: la posibilidad de escapar de la vida individual hacia una colectiva.
Comprendiendo que la práctica democrática se robustece con este tipo de dinamismo
social.
De esta manera, aquellos trueques de comienzos de siglo fueron un bastión que quedó
en la memoria de una generación argentina que volvieron a realizar prácticas de
comercio que hundían sus raíces en la época hispánica pero que devolvían resoluciones
en el momento presente.

Un recorrido por las economías colaborativas actuales. El mundo de las


aplicaciones y las redes sociales
Una de las virtudes que podemos obtener del uso de Internet es el apoderamiento que
las clases populares hicieron de esta red que inicialmente se vislumbraba para uso
militar y político en Estados Unidos. Hoy, gracias a su uso masivo y su explotación
logística, ha llegado no solo a los ordenadores, sino a los teléfonos, y además a las
agendas públicas: se trata de instaurar al acceso a la Web como un derecho y no un
servicio. De esta manera, Internet es inherente a las prácticas sociales y comunitarias en
todas las regiones. Apoderada por los usos más cotidianos, hoy es el impulsor más
crucial y eficiente de las nuevas economías colaborativas que proponen, nuevos
servicios, con nuevas reglas, y nuevas formas de intercambio, excluyendo muchas veces
al dinero.
Es necesario aclarar aquí el alcance de las economías colaborativas: pueden ir de una
empresa que propone una aplicación que conexiona partes (Uber), hasta un grupo de
vecinos en área rural que proponen un ciclo de intercambios de productos de su
producción. Dado su amplio espectro, citaremos algunos ejemplos por ramos:

Viajes colaborativos

Dentro del universo de viajes “sin pasajes” han primado en argentina y la región muchas
practicas que permitieron introducir la noción de sustentabilidad y consumo
colaborativo. Un ejemplo concreto ha sido la actuación de la ONG Carpoolear
ofreciendo soluciones en viajes, conectando a diferentes viajantes y, sobre todo,
comenzando a reflexionar sobre la sostenibilidad del sistema de transporte
latinoamericano, el cual no necesariamente tiene reparos ambientales.

Desde su site nos dicen:

“Carpoolear es un proyecto colaborativo sin fines de lucro de la asociación civil STS


Rosario. Es un proyecto alineado con el objetivo de minimizar el impacto ambiental de
nuestras actividades cotidianas. Se enmarca dentro de lo que se conoce como
movilidad sostenible”.
Los viajes colaborativos decantan en consumo colaborativo y sustentable

Desde su misión institucional destacan que al compartir viajes se comienzan vínculos


que muchas veces perduran. (Aquí podemos recordar a esas asambleas mas arriba
citadas en las que destacábamos la lucha contra el individualismo a favor del
colectivismo) Siendo ciertamente, hacer un viaje compartido, una experiencia
diametralmente opuesta a la de ir solo en un micro de línea sin hablar con el de al lado.

Dejamos el site, de este emprendimiento rosarino https://carpoolear.com.ar/

Otro similar https://jumpin.com.ar/

Pagina que nuclea proyectos colaborativos: http://elplanc.net/

Si bien los efectos Covid y el sinfín de consecuencias que ha tenido la epidemia en la


vida diaria han afectado los contactos estrechos, los viajes colaborativos, como
concepto, han de seguir indefectiblemente su camino iniciado por su visión de
sustentabilidad ambiental y soporte tecnológico vía redes sociales.

Lyft, Cabify y Uber

Los viajes intraurbanos entre personas han traído muchas polémicas en diferentes
ciudades latinoamericanas. Un ejemplo de ello es la ciudad de Mar del Plata en donde se
prohibieron. Y aquí queremos introducir un tema crucial que atraviesa a casi todas las
economías colaborativas: su falta de regulación estatal, y su choque directo con formas
tradicionales de comercio. Es así que plataformas como Uber o sus similares proponen
un servicio el cual entra en conflicto con otro que es histórico: los taximetreros y
remiseros. Así como muchas ferias comunitarias son repelidas por comerciantes que se
quejan por pagar más impuestos que estos, los viajes entre partes son odiados por los
viejos taxistas que claramente están enmarcados en viejas ordenanzas municipales que
les exigen todo tipo de cargas impositivas y regulaciones.
Con referencia a Uber, Lyft o Cabify muchas voces dijeron estar en contra por poder
hacer perder puestos de trabajo a taxistas y establecer condiciones de trabajo
desigual. Otros dijeron todo lo contrario: siendo que Uber justamente da trabajo a más
personas, comenzando a abaratar costos, dejando de ser un lujo para pocos subirse a
un auto, democratizando así viejos eslabones comerciales que siguen siendo elitistas.
No entrando en la discusión, nos interesa remarcar que las economías colaborativas,
dentro de su amplio espectro, pueden entrar en colisión con las ordenanzas municipales
y leyes nacionales, siendo labor del estado y sus gobiernos aggiornar su legislación a
favor de la ciudadanía, dejando de lado codificaciones anacrónicas pero manteniendo la
tutela de la seguridad social y jurídica.

Crowfunding Cultural: financiación colectiva


El financiamiento colectivo llegó para quedarse gracias a las nuevas plataformas
creadas en las que se articulan inversores y financiadores con proyectos de inversión. En
este caso nos interesa la evolución del crowfunding hacia proyectos culturales
comunitarios y sustentables.

En bioguía, comunidad de Crowfunding nos informan:

“En estos momentos difíciles, Bioguia, Ideame y distintos emprendedores se


unen para recaudar fondos a través de la venta de productos sustentables. Las
ganancias serán donadas a programas de Techo…”

En su plataforma pueden verse desde financiamientos colectivos a proyectos


sociales de diferente índole.

https://www.idea.me/bioguia

Uno de ellos, Matriarca arte nativo, se presenta especificando brevemente su sentido:

“Somos una distribuidora de productos de base cultural, un nexo entre las mujeres con
conocimientos ancestrales y el mundo. Motorizamos las comunidades originarias
argentinas y elevamos su cultura a través de la producción y comercialización de piezas
únicas. Formamos un espacio de encuentro de culturas, impulsado mediante la
innovación y el diseño. Éste se articula como una comunidad donde conviven las
artesanas, diseñadores, artistas, comerciantes y clientes.

Cartera de Chagua, Tejida por la comunidad Wichi de Formosa. Matriarca.


Lo interesante de Bioguía es la simplicidad de manejo para financiar o presentar
proyectos de toda Argentina. Poseyendo categorías que van desde las Artes Escénicas,
pasando por el cine, el diseño, las líneas editoriales, hasta los proyectos urbanísticos.

Micro y macro mecenazgo: financiamiento a creadores

Una de las nuevas modalidades en uso que utilizan las personas que crean contenidos y
proyectos culturales de mediana a baja escala es el micromecenazgo, variante del
crowfunding cultural, pero que a diferencia de financiar colectivamente proyectos de
gran escala, en este caso funciona como un financiamiento para pequeñas creaciones o
proyectos individuales y/o de grupos reducidos.
Una de ellas es Patreon, plataforma de micromecenazgo de gran penetración en
Latinoamérica, y en la actualidad en argentina. Sobre todo asociada a la financiación de
proyectos culturales y creaciones de contenidos webs. Así Youtube, o páginas que
admitan poseer canales, perfiles, y realizar post de contenidos, están financiando a
personas que viven de ello.
https://www.patreon.com/
www.kickstarter.com/
La opción opuesta de Patreon es Kickstarter, relacionada a la financiación colectiva de
proyectos de mediana o gran escala. Allí, el atractivo para fuentes de financiamiento
latinoamericanas es su paga en dólares dando buena rentabilidad en los proyectos.

Tremor: banda de Folklore argentina financiándose en Kickstarter


Crowlending: Prestamos de financiamiento colectivo.

Uno de los problemas que han tenido para financiarse la mayoría de las propuestas
culturales, o proyectos de financiamiento que requieren dinero en efectivo, es que no
están bancarizados. O, mejor dicho, no poseen el scoring suficiente para poder acceder a
una línea crediticia con tasa preferencial. Lamentablemente nuestros bancos no poseen
líneas para otorgar préstamos accesibles a solicitantes que no poseen historial ni aval
crediticio. Tampoco existen líneas de financiamiento cultural.
De esta manera nacen las finanzas colaborativas no bancarias. Ligando inversores con
solicicantes, y quitando a los bancos del medio, finalmente pueden llegar a reducirse las
condiciones, cláusulas y tasas para quienes necesiten un préstamo.
Una de ellas, que nace en Argentina, expandida a Perú y México es Afluenta. El sistema
funciona desde hace casi una década uniendo personas y financiando todo tipo de
proyectos. Una de sus características, es haber nomenclado a los solicitantes en
categorías nuevas como: proyectos e inicio de actividad independiente, préstamos
verdes, o creación de sitio de Internet, etc. Todas ellas de dudosa aplicabilidad en la
banca tradicional.
Aquí su site
https://www.afluenta.com/

En este caso, las finanzas colaborativas entran en choque con el sistema bancario,
el cual muchas veces apeló al gobierno nacional a fin de regular a su favor la
relación que tienen con estas. A pesar de esto, cada vez más proyectos
denominados Fintechs se suman y llaman a establecer una nueva convivencia entre
la vieja bancarización y las nuevas formas de financiamiento colectivo.
El sistema de finanzas no bancarias llegó para quedarse

*En este artículo pueden verse las disputas entre el sector financiero y las nuevas
iniciativas fintech
https://www.ambito.com/economia/fintech/bancos-vs-la-mayor-rivalidad-se-da-la-
oferta-credito-n5082161

Coworking: Mar del Plata como ejemplo de los espacios compartidos

En el Partido de General Pueyrredón uno de los mayores inconvenientes para poder


comenzar a realizar reuniones, trabajos, asambleas o eventos y, a tales efectos, poseer
un sitio donde comenzar a estar “físicamente” fue y son los alquileres. Alquilar un lugar
para que funcione como centro de reunión, deposito y/u oficina siempre ha sido caro y
provisto de un conjunto de cláusulas y contratos bastante costosos y muchas veces poco
sustentables.
Así nació el Coworking, el alquiler de un espacio dentro de un complejo compartido. El
cual puede ser diario, semanal o mensual, y los servicios ofrecidos varían desde una
oficina a un espacio para realizar un evento cultural. En Mar del Plata por ejemplo ya
están trabajando varios proyectos de espacios compartidos. He aquí algunos:

Indie Coworking

Este multi espacio marplatense ofrece alquiler de oficinas pequeñas, salas de reuniones
y salas para talleres.
Desde su site informan:

“El Coworking es un estilo de trabajo que implica un entorno de trabajo compartido


y actividad independiente. Es la reunión de un grupo de personas que trabajan
independientemente pero que comparten valores y están interesados en la sinergia
que puede pasar al trabajar con gente talentosa con ideas afines al mismo espacio”
Su site:
http://indiecoworking.com.ar/

Espacio Indie

Consumo colaborativo

El mercado en tu barrio.

Esta es una iniciativa de la Secretaria de Desarrollo Productivo en la cual intentan


conectar a productores comunitarios con diferentes áreas territoriales en las que
generalmente les cuesta llegar o hacerse conocer. Así, nació esta feria itinerante en
donde, según el cronograma, van llegando a diferentes barrios de la ciudad de Mar del
Plata.
Un punto interesante es que el programa se propone trabajar con productos de primera
calidad generando un lazo entre productor-consumidor alentando la vieja dinámica
comercial que dista de las cadenas intermediarias que muchas veces elevan
exponencialmente los precios.

Su site:
https://www.argentina.gob.ar/elmercadoentubarrio
Hostels en Mar del Plata

Un fenómeno de amplio crecimiento en los últimos diez años fueron los hostel. Un tipo
de vivienda compartida que abarata los costos y permite el acceso a un tipo de vivienda
mancomunada entre personas, que muchas veces, comparten los mismos intereses. En
esta última característica pueden los hostels diferenciarse de las tradicionales pensiones
de hotel o caserón de antaño. En la actualidad hay de diferentes tipos, como lo son los
de estudiantes, los paradores surfers que se encuentran generalmente cerca de las playas,
pero también hay hostels artísticos con ocupación de artistas locales o visitantes
nacionales o internacionales. Viajeros de todo el mundo. Los hostels marplatenses han
tenido una gran aceptación como forma permanente de residencia dentro de la misma
ciudad: esto es, muchas personas directamente prefieren vivir en hostels que en sus
propias casas y compartir así este modo de vida solidaria, social y de gastos moderados
gracias a su perfil colaborativo.
Hostels como Carrusel Art.-Hostel, Biarritz, el Rancho de Mar, Puerto Nómade, y
Che Lagarto son solo algunos de los muchos que hoy se encuentran en la ciudad

Carrusel Art, conocido por sus fiestas y celebraciones

Algunos sites:

https://www.carruselarthostel.com/es-ar
http://www.hostelelrefugio.com/
https://www.hosteldelmar.com.ar/
Coda

Este recorrido fue a manera de ejemplo e intención de poderles dar a las anchas
fronteras de la economía colaborativa un desglose y caracterización por misión y
función, y de allí ver el amplio margen de servicios y vinculaciones que están
manejando. Restan los cientos de vínculos que por vías sociales hoy están generando
nuevas ferias y actividades que se nutren de la dinámica social. Esta en sus manos
comentarlas, difundirlas y socializarlas en esta capacitación.

Leonardo De Angelis
Depto. Gestión Cultural Sec. Cultura MGP
Técnico Universitario en Gestión Cultural UNMDP
Diplomado en Patrimonio Cultural Comunitario UBA
Posgrado Internacional en Políticas Culturales de Base Comunitaria. Programa
Ibercultura Viva. FLACSO/SEGIB

Bibliografía

Albert Cañigueral. Vivir con menos, (2014). Barcelona. Edit. Conecta

Nick Srineck. Capitalismo de Plataformas, (2018). Buenos Aires. Edit Caja negra.
Tom Slee. Lo tuyo es Mío,(2016). Buenos Aires. Edit Taurus.
Sitios y sugerencias para leer

Articulo de Rosalía Sánchez “Economía colaborativa, un nuevo mercado para la


economía social”

https://www.researchgate.net/publication/311456775_Economia_colaborativa_un
_nuevo_mercado_para_la_economia_social

Dejamos el artículo del libro de Tom Slee en el que problematiza y define a las
economías colaborativas dentro de las ópticas del libre mercado post capitalista.

http://www.elboomeran.com/upload/ficheros/obras/lo_tuyo_es_mo.pdf

Economía Colaborativa en América Latina

http://informeeconomiacolaborativalatam.ie.edu/informe-economia-colaborativa.pdf

Un análisis del avance de las plataformas colaborativas webs en argentina

http://fundacionbmr.org.ar/wp-content/uploads/2018/09/1erpremio.pdf

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