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LA PROMESA: EL PACTO ETERNO DE DIOS

CONTENIDO
Introducción.......................................................................................................................2
1. ¿Qué ocurrió?.............................................................................................................7
2. Conceptos básicos del Pacto............................................................................18
3. “Por siglos perpetuos”.......................................................................................29
4. Un pacto eterno....................................................................................................40
5. Hijos de la promesa..............................................................................................51
6. La simiente de Abraham....................................................................................62
7. El Pacto en el Sinaí............................................................................................... 72
8. La ley del Pacto..................................................................................................... 83
9. La señal del Pacto................................................................................................94
10. El Nuevo Pacto.................................................................................................... 105
11. El Santuario del Nuevo Pacto......................................................................... 116
12. La fe del Pacto......................................................................................................127
13. La vida del Nuevo Pacto.................................................................................. 139

La oficina de las Guías de Estudio de la Biblia para Adultos de la Asociación General de


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Traducción y redacción editorial
Claudia Blath A no ser que se indique de otra manera, todas las citas bíblicas han sido tomadas de la
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Giannina Osorio
Ilustraciones
Lars Justinen
INTRODUCCIÓN

EL PACTO

T
homas Hobbes llegó a ser uno de los más grandes teóricos
políticos de Europa. Al vivir en una época en que Inglaterra
había sido sacudida por la guerra civil y la violencia religiosa
incesante, Hobbes escribió que la humanidad, sin un Gobierno
fuerte y general, existe en un estado de miedo perpetuo: miedo
a la inestabilidad, miedo a la conquista y, sobre todo, miedo a la
muerte. Que la gente vive en lo que él llamó “la guerra de todos
contra todos”, y advirtió que a menos que ocurriera algo radical,
la vida humana no sería sino “solitaria, pobre, desagradable,
brutal y corta”.
¿Cuál era la solución? Hobbes decía que solo había una: las
personas debían colocarse bajo un solo poder, que reduciría todas
sus voluntades a una sola voluntad, y esta ejercería una autoridad
completa sobre ellas. Este poder, este soberano (un solo hombre o
un conjunto de hombres), aunque ejercería una hegemonía abso-
luta sobre la nación, acabaría con el temor y la inestabilidad en la
vida de sus ciudadanos. En otras palabras, a cambio de ceder todos
sus derechos, la gente tendría paz y seguridad. Esta transferencia
de poder del pueblo al soberano es lo que Hobbes llamó el “pacto”.
Sin embargo, la idea del pacto no se originó con Hobbes. Al
contrario, miles de años antes, Dios hizo un pacto con Israel; un
pacto cuyas raíces, de hecho, se remontan aún más en el tiempo.
A diferencia del pacto de Hobbes, que inició y promulgó la gente,
a este pacto lo inició y lo promulgó el verdadero Soberano, el
Creador del cielo y de la Tierra. Además, aunque el pacto de
Hobbes estaba motivado únicamente por el miedo, el Pacto de
Dios está motivado por el amor, su amor por la raza caída; un
amor que lo llevó a la Cruz.
Por lo tanto, gracias a lo que Cristo ha hecho por nosotros
amamos a Dios, y al igual que en el pacto hobbesiano, por el que
los súbditos tenían que rendirse al soberano, nosotros también
renunciamos a nuestras costumbres pecaminosas, nuestros
miedos, nuestras nociones tergiversadas de lo bueno y lo malo.
Hacemos esto no para obtener algo a cambio, sino porque ya
recibimos lo mejor que el Soberano puede dar: a Jesucristo y la
redención que se encuentra solo en él.
¿Cómo funciona todo esto? Es tan sencillo como un trueque:
Cristo toma nuestros pecados y nos da su justicia para que, a
2
través de él, se nos considere tan justos como Dios mismo.
De esta manera, el pecado ya no se nos atribuye a nosotros;
ya no tiene que mantenernos separados de él. Los asesinos,
los adúlteros, los fanáticos, los mentirosos, los ladrones, e
incluso los incestuosos, todos pueden ser considerados
justos como el mismo Dios. Y este maravilloso regalo, esta
concesión de justicia, les llega por fe y solo mediante la fe.
De allí el concepto de “Justificación por la fe”.
Pero esto no termina allí. Cualquier tipo de pecador
puede, a través de Jesús, entablar una relación con Dios,
porque la sangre de Jesús no solo trae perdón, sino también
purificación, sanidad y restauración. A través de Cristo na-
cemos de nuevo, y mediante esta experiencia Dios escribe
su santa Ley sobre las tablas de nuestro corazón. Por ello, los
pecadores ya no hacen las cosas que solían hacer. Mediante
esta ley interior, toda la vida se amolda para el creyente.
Estas personas desean poner en práctica lo que Dios pone
dentro de ellas, y ese deseo se corresponde con la promesa
del poder divino. Esto es esencialmente lo que significa vivir
en una relación de pacto con Dios.
Este trimestre también analizaremos con más deteni-
miento cuál es el Pacto de Dios, qué ofrece, e incluso qué
exige. Aunque extraídas de muchas fuentes diferentes, las
lecciones se basan mayormente en la obra del Dr. Gerhard
Hasel, ya fallecido, cuyo conocimiento sobre la Palabra
(donde se revelan las promesas del Pacto) nos darán ánimo,
esperanza y entendimiento a fin de que podamos aprender
algo que, quizá, Hobbes nunca llegó a aprender: “En el amor
no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor”
(1 Juan 4:18).

El Dr. Gerhard F. Hasel (Universidad de Vanderbilt), primer profesor en


ser condecorado con la medalla John Nevins Andrews, enseñó Antiguo
Testamento y Teología Bíblica en el Seminario Teológico Adventista
de la Universidad Andrews. De 1981 a 1988 se desempeñó como deca-
no del seminario; y durante 27 años, como director de los programas
doctorales.

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CLAVE DE ABREVIATURAS
BJ Biblia de Jerusalén
CBA Comentario bíblico adventista, 7 tomos
CC El camino a Cristo
CS El conflicto de los siglos
DHH La Biblia, Dios Habla Hoy
DTG El Deseado de todas las gentes
FEC Fundamentos de la educación cristiana
FO Fe y obras
FV La fe por la cual vivo
HAp Los hechos de los apóstoles
HR La historia de la redención
MGD La maravillosa gracia de Dios
MS Mensajes selectos, 3 tomos
NBLA Nueva Biblia de las Américas
NTV La Biblia, Nueva Traducción Viviente
NVI La Biblia, Nueva Versión Internacional
PE Primeros escritos
PP Patriarcas y profetas
PR Profetas y reyes
PVGM Palabras de vida del gran Maestro
RVA La Biblia, Reina Valera Antigua
RVC La Biblia, Reina Valera Contemporánea
RVR La Biblia, Reina Valera 1960
SD Sons and Daughters of God
TI Testimonios para la iglesia, 9 tomos

DATOS BIBLIOGRÁFICOS
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“Reavivados por su Palabra”


Sigue el plan que consiste en leer toda la Biblia en cinco años.
Al pie de cada día encontrarás los capítulos correspondientes a esa jornada.
6
Lección 1: Para el 3 de abril de 2021

¿QUÉ OCURRIÓ?

Sábado 27 de marzo

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Salmo 100:3; Hechos 17:26; Génesis
2:7, 18–25; 1:28, 29; 3:15.

PARA MEMORIZAR:
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza [...]. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios
lo creó; varón y hembra los creó” (Gén. 1:26, 27).

E
l relato bíblico de la creación de la humanidad está lleno de esperanza,
felicidad y perfección. Cada día de la Creación terminaba con el pro-
nunciamiento divino de que era “bueno”. Desde luego, eso no incluía
tifones, terremotos, hambrunas ni enfermedades. ¿Qué ocurrió?
El sexto día de la Creación terminó con el pronunciamiento divino de
que era “bueno en gran manera”. Es que ese día el Señor creó seres a su
propia imagen: los seres humanos. Por supuesto, estos seres eran perfectos
en todo sentido. Al fin y al cabo, la humanidad fue hecha a imagen de Dios.
No había asesinos, ladrones, mentirosos, estafadores ni viles en sus filas.
La lección de esta semana analiza la Creación, lo que Dios hizo original-
mente y luego lo que sucedió con esa Creación perfecta. Finalmente, aborda
el tema del trimestre: qué está haciendo Dios con el fin de que todo vuelva
a ser como al principio.
Reseña de la semana: ¿Qué enseña la Biblia sobre los orígenes? ¿Qué
clase de relación quería tener Dios con la humanidad? ¿Cuál era el propósito
del árbol del conocimiento del bien y del mal? ¿Qué esperanza se les dio a
Adán y a Eva inmediatamente después de la Caída?
Reavivados por su Palabra: Hoy, Miqueas 4. 7
Lección 1 | Domingo 28 de marzo

TORTUGAS HASTA EL FONDO...


“En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Gén. 1:1).
El tema más crucial de la existencia humana es la naturaleza del Uni-
verso mismo. ¿Qué es este mundo en el que nos encontramos sin haberlo
elegido? ¿Por qué estamos aquí? ¿Cómo llegamos aquí? Y ¿hacia dónde nos
dirigimos todos finalmente?
Estas son las preguntas más básicas y fundamentales que la gente podría
hacerse, porque entender quiénes somos y cómo llegamos aquí afectará
nuestra comprensión de cómo vivimos y cómo actuamos mientras estemos
aquí.

Busca los siguientes versículos: Génesis 1:1; Salmo 100:3; Isaías 40:28;
Hechos 17:26; Efesios 3:9; Hebreos 1:2, 10. ¿Cómo responde cada uno, a su
manera, algunas de las preguntas anteriores? ¿Cuál es el punto en común
en todos ellos?

Lo interesante de Génesis 1:1 (e incluso de los demás versículos) es que


el Señor no intenta probar que él es el Creador. No hay elaboración de ar-
gumentos para demostrarlo. Él se expresa de manera simple y clara, sin
ningún intento de justificarlo, explicarlo ni probarlo. O lo aceptamos por fe
o no lo aceptamos. De hecho, la fe es la única forma en que podemos aceptar
la idea, por una sencilla razón: ninguno de nosotros estaba allí para ver el
proceso de Creación en sí. Obviamente, habría sido una imposibilidad lógica
para nosotros haber estado allí, en nuestra propia creación. Incluso los
secularistas, independientemente de su punto de vista sobre los orígenes,
tienen que adoptar ese enfoque con fe por la misma razón que nosotros,
como creacionistas: ninguno de nosotros estuvo allí para ver el evento.

Sin embargo, aunque Dios nos haya pedido que creamos en él como Creador, no
nos pide que creamos sin darnos buenas razones para hacerlo. Sabiendo que se
requiere una cierta cantidad de fe en casi todo lo que creemos, escribe las ra-
zones por las que tiene sentido confiar en que estamos aquí porque un Creador
nos colocó aquí con un propósito, en vez de pensar que nuestros orígenes están
enraizados en nada más que la pura casualidad o el azar.

8 Reavivados por su Palabra: Hoy, Miqueas 5.


Lunes 29 de marzo | Lección 1

A IMAGEN DEL CREADOR (GÉN. 1:27)


La Biblia declara que Dios creó a la humanidad, hombre y mujer, “a su
imagen” (Gén. 1:27). Sobre esta base, responde las siguientes preguntas:

1. ¿Qué significa que Dios nos haya creado a su imagen? ¿En qué medida
somos “a su imagen”?

2. Según el relato del Génesis, ¿creó el Señor algo más “a su imagen”,


aparte de la humanidad? ¿Qué nos dice eso sobre nuestra condición singular,
en contraste con el resto de la Creación en el planeta Tierra?

3. ¿Qué más se puede encontrar en el relato de la Creación de la huma-


nidad que distingue a la raza humana de cualquier otra creación divina?
Ver Génesis 2:7 y 18 al 25.

Todo lo que podemos decir es que en nuestra naturaleza física, mental


y espiritual reflejamos de alguna manera a nuestro Creador divino; aunque
todavía hay mucho de él que, al menos para nosotros, esté envuelto en mis-
terio. Sin embargo, la Biblia enfatiza los aspectos espirituales y psíquicos
de nuestra personalidad. Estos aspectos los podemos desarrollar y mejorar.
Es la singularidad de la mente humana lo que hace posible una relación
sustanciosa con Dios; algo que el resto de la Creación terrenal de Dios, al
parecer, no puede hacer.
Observa también el relato peculiar de cómo Dios creó a la mujer. Tanto
hombres como mujeres comparten el increíble privilegio de ser creados a
la imagen de Dios. En su creación, no hay indicios de inferioridad de uno
ni del otro. Dios mismo hizo a ambos de la misma sustancia. Dios hizo a
ambos iguales desde el principio, y los puso juntos en una relación especial
con él. Ambos tuvieron la misma oportunidad de desarrollar el carácter.
“Dios mismo dio a Adán una compañera. Le proveyó de una ‘ayuda
idónea para él’ –alguien que realmente le correspondía–, una persona digna
y apropiada para ser su compañera y que podría ser una sola cosa con él
en amor y simpatía. Eva fue creada de una costilla tomada del costado de
Adán, para significar que ella no debía dominarlo como cabeza, ni tampoco
debía ser humillada y hollada bajo sus pies como un ser inferior, sino que
más bien debía estar a su lado como su igual, para ser amada y protegida
por él” (PR 26, 27).
Reavivados por su Palabra: Hoy, Miqueas 6. 9
Lección 1 | Martes 30 de marzo

DIOS Y LA HUMANIDAD JUNTOS (GÉN. 1:28, 29)


Observa las primeras palabras que Dios dirigió a la humanidad, según
las Escrituras. Les señala su capacidad para procrear, para reproducir más
de su propia especie. También les señala la Tierra misma, la Creación, y les
indica que la colmen, que la gobiernen y la dominen. También les indica las
plantas que pueden comer. En resumen, según la Biblia, las primeras pala-
bras de Dios al hombre y la mujer tratan específicamente de su interacción
y su relación con el mundo físico.

¿Qué nos dice Génesis 1:28 y 29 sobre cómo ve Dios el mundo material?
Este pasaje ¿sugiere que hay algo malo en las cosas materiales y en el hecho
de que disfrutemos de ellas? ¿Qué lecciones podemos aprender de estas
primeras escenas de la historia humana sobre cómo deberíamos relacio-
narnos con la Creación?

Además, con estas palabras, Dios da los primeros pasos hacia una rela-
ción con la humanidad. Él les habla, les da instrucciones, les dice qué hacer.
También hay una responsabilidad implícita en las palabras. Dios les ha
pedido que sean dueños de esta maravillosa Creación que él mismo produjo.

Génesis 1:28 menciona que Dios bendijo a Adán y a Eva. ¿Qué significa
eso? ¿Qué tipo de relación sugiere entre ellos y su Creador?

Dios habló a Adán y a Eva como seres inteligentes, que podían responder
a su bondad y entrar en comunión y compañerismo con él. Además, como
criaturas e hijos suyos, Adán y Eva dependían de la bendición y el cuidado
de su Padre y Creador. Les proveyó de todo lo que necesitaban. Ellos no
hicieron nada para merecer lo que les dio; eran meramente receptores de
algo que no merecían.

Cuando leemos sobre la Creación del hombre y la mujer, podemos ver elementos
anteriores al pecado acerca del tipo de relación que Dios quiere que tengamos
con él ahora, después del pecado. Repasa el estudio de este día y fíjate qué para-
lelismos puedes encontrar que te ayuden a entender cómo podemos relacionar-
nos con él incluso en nuestra condición caída.

10 Reavivados por su Palabra: Hoy, Miqueas 7.


Miércoles 31 de marzo | Lección 1

EN EL ÁRBOL
“Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto
podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás;
porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Gén. 2:16, 17).
Esta prueba brindó a Adán y a Eva la oportunidad de ejercer su libre
albedrío. También los desafió a responder positiva o negativamente a su
relación con el Creador. Muestra, además, que Dios los había hecho seres
libres y morales. Después de todo, si no hubieran tenido oportunidad de
desobedecer, ¿por qué el Señor se habría molestado siquiera en advertirles
en contra de la desobediencia, en el principio?
“Todo lo que precede en este capítulo ha allanado el camino para este
clímax [Gén. 2:16, 17]. El futuro de la raza se centra en esta única prohibi-
ción. El hombre no tiene necesidad de confundirse con una multiplicidad
de cuestiones. Solo debe tener presente una ordenanza divina. Al limitar
así el número de mandatos a uno, Yahvéh da muestras de su misericordia.
Además, para indicar que este único mandamiento no es gravoso, el Señor
lo coloca en el contexto de un amplio permiso: ‘De todo árbol del huerto
podrás comer’ ” (H. C. Leupold, Exposition of Genesis, t. 1, p. 127).
Cuando Dios invitó a Adán y a Eva a obedecer su voluntad, les estaba
diciendo: Yo soy su Creador y los hice a mi imagen. Yo los mantengo con
vida, porque por mí viven, se mueven y son. He provisto todas las cosas
para su bienestar y felicidad (sustento, hogar, compañía humana) y los he
puesto como gobernantes de este mundo. Si están dispuestos a confirmar
esta relación conmigo porque me aman, entonces yo seré su Dios y ustedes
serán mis hijos. Y pueden confirmar esta relación y la confianza implícita
en ella simplemente obedeciendo este mandato específico.
En definitiva, nuestra relación con Dios puede ser eficaz y duradera
solo si elegimos libremente aceptar su voluntad. Rechazar su voluntad es,
en esencia, reclamar la independencia de él; indica que creemos que no lo
necesitamos. Esa es una decisión que da como resultado el conocimiento del
mal; y el mal conduce a la alienación, la soledad, la frustración y la muerte.

La prueba que Dios les dio a Adán y a Eva fue de lealtad y fe. ¿Serían leales a su
Creador, que les había dado todo lo que necesitaban, además de un mundo de
delicias, o seguirían su propio camino, independientemente de la voluntad de
Dios? ¿Tendrían suficiente fe en él como para creer en su palabra? Su lealtad y su
fe se vieron probadas ante el árbol del conocimiento del bien y del mal. ¿En qué
medida nosotros enfrentamos pruebas similares todos los días? ¿Hasta qué punto
la Ley de Dios funciona en paralelo al mandamiento dado en Génesis 2:16 y 17?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Nahúm 1. 11


Lección 1 | Jueves 1º de abril

FIN DE LA RELACIÓN
Tendemos a creer en las personas que conocemos y desconfiamos ins-
tintivamente de las que no conocemos. Eva, naturalmente, habría descon-
fiado de Satanás. Además, cualquier ataque directo contra Dios la habría
puesto a la defensiva. Por lo tanto, ¿qué medidas tomó Satanás para sortear
las defensas naturales de Eva? (Gén. 3:1-6).
“Deplorable como fue la transgresión de Eva y cargada como estuvo
de calamidades futuras para la familia humana, su decisión no abarcó
necesariamente a la humanidad en el castigo de su transgresión. Fue la
elección deliberada de Adán, en la plena comprensión de la orden expresa
de Dios –más bien que la elección de ella–, lo que hizo que el pecado y la
muerte fueran el destino inevitable de la humanidad. Eva fue engañada;
Adán no lo fue” (CBA 1:243).
Como resultado de esta flagrante transgresión y desprecio del mandato
de Dios, la relación entre Dios y la humanidad ahora se quiebra. Pasó de una
comunión abierta con Dios a huir con temor de su presencia (Gén. 3:8-10). La
alienación y la separación reemplazaron el compañerismo y la comunión.
Apareció el pecado y todos sus horribles resultados. A menos que se hiciera
algo, la humanidad se encaminaría a la ruina eterna.

En medio de esta tragedia, ¿qué palabras de esperanza y promesa pro-


nunció Dios? (Ver Gén. 3:15).

El sorprendente mensaje profético de esperanza por parte de Dios habla


de una hostilidad divinamente ordenada entre la serpiente y la mujer y sus
respectivas descendencias. Esto culmina con la aparición victoriosa de un
descendiente representativo de la simiente de la mujer que le da un golpe
mortal a la cabeza de Satanás, mientras que este solo podría herir el talón
del Mesías.
En medio de su total impotencia, Adán y Eva reciben esperanza de esta
promesa mesiánica, esperanza que transformaría su existencia, porque Dios
proveyó y respaldó esta esperanza. Esta promesa del Mesías y de la victoria
final, aunque vagamente expresada en ese momento, disipó la oscuridad en
la que el pecado los había situado.

Lee Génesis 3:9, donde Dios dice a Adán y a Eva: “¿Dónde estás?” (NVI). Dios, por
supuesto, sabía dónde estaban. Sus palabras, en lugar de estar cargadas de con-
denación, iban a atraer hacia él a la humanidad abrumada por la culpa. En resu-
men, las primeras palabras de Dios a la humanidad caída llegaron con la esperan-
za de su gracia y su misericordia. ¿Cómo notamos, incluso en la actualidad, que
Dios trata de llamarnos a su misericordia y su gracia?

12 Reavivados por su Palabra: Hoy, Nahúm 2.


Viernes 2 de abril | Lección 1

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:


La Biblia rebosa de llamados a los pecadores y descarriados. Compara
los siguientes pasajes: Salmo 95:7, 8; Isaías 55:1, 2, 6, 7; Lucas 15:3-7; 19:10. ¿Qué
otros pasajes puedes encontrar?
Lee Elena de White, Patriarcas y profetas, “La Creación”, pp. 24-33; “La
tentación y la caída”, pp. 33-47; “El plan de la redención”, pp. 48-57.
“Creo que había un sermón evangélico en esas dos palabras divinas
cuando penetraron la espesura del bosque y llegaron a los oídos hormi-
gueantes de los fugitivos: ‘¿Dónde estás?’ Tu Dios no está dispuesto a per-
derte; él ha venido a buscarte, así como pronto pretende venir en la persona
de su Hijo, no solo a buscar sino a salvar lo que ahora está perdido” (C. H.
Spurgeon, The Treasury of the Bible, t. 1, p. 11).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. Debido a que el Dios bondadoso y compasivo es quien busca a la
humanidad, ¿cómo podemos responder a esta expresión de amor
del Padre y de Jesucristo en este mismo momento? ¿Cómo espera
el Señor que respondamos?
2. Compara la perspectiva bíblica de la humanidad caída desde un
lugar elevado en la Creación de Dios, y ahora necesitada de reden-
ción, con la Teoría de la Evolución. ¿Cuál ofrece más esperanza y
por qué?
3. ¿Cuán esenciales son las relaciones cariñosas para la felicidad hu-
mana? ¿Por qué es necesaria una conexión próspera con Dios para
esas relaciones? Analicen la influencia de las relaciones humanas
saludables sobre las personas que participan de esas relaciones
(padre-hijo, amigo-amigo, esposo-esposa, empleador-empleado, etc.).
Resumen: Dios nos creó a su imagen a fin de que pudiera existir una
comunión amorosa entre él y nosotros. Aunque la entrada del pecado des-
hizo la unión original, Dios busca restaurar esa relación a través del Plan
de Redención. Como criaturas dependientes, la vida adquiere verdadero
significado y claridad solo cuando tenemos comunión con nuestro Creador.

Reavivados por su Palabra: Hoy, Nahúm 3. 13


EL SÁBADO ENSEÑARÉ...

TEXTO CLAVE: GÉNESIS 1:26, 27


RESEÑA
Dios creó a la humanidad a su imagen para que pudiera existir una
relación profunda entre él y nosotros. El desprecio de Adán y Eva por
la voluntad de Dios destrozó esa relación. Sin embargo, Dios tenía un
plan de contingencia: la restauración de la relación quebrada a través
de Jesús, su Hijo.

COMENTARIO
La curiosidad irreverente es una trampa de fe diabólica en la que
se intenta penetrar verdades que Dios nunca tuvo la intención de que
se investigaran (ver Deut. 29:29). “Pero cuando Dios dijo a su Hijo:
‘Hagamos al hombre a nuestra imagen’ [Gén. 1:26], Satanás sintió celos
de Jesús. Deseaba que se lo consultase con respecto a la formación
del hombre, y porque no fue consultado, se llenó de envidia, celos y
odio” (PE 17).

Tortugas hasta el fondo


En Génesis 1:1, el verbo hebreo especial bara (crear) expresa la ha-
bilidad de la Deidad para convertir energía en materia. Algunos creen
que el verbo bara expresa la liberación divina de energías creadoras,
las que produjeron algo de la nada. Bara se habría llevado a cabo con
“absoluta originalidad, es decir [...] un comienzo y un surgimiento de la
nada (ex nihilo), y no un mero moldeado de materia preexistente o de
premateria” (H. Kuhn, “God Makes”, p. 481).
La fe perenne prospera en la medianoche de las cosas divinas des-
conocidas, y brilla como un faro golpeado por una tormenta, que se
mantiene firme, a pesar de las olas de incredulidad. Una fe como esta
es la que sobrevive a la neblina de los sistemas de creencias no bíblicos
con respecto al origen de la humanidad.
“El espiritismo enseña ‘que el hombre es un ser susceptible de ade-
lanto’ ” (CS 610). “El darwinismo social [...] sienta las bases para que los
genetistas y biólogos, bajo el manto de la ciencia, categoricen a los seres
humanos de una manera que apoye la superioridad racial, una idea que
alcanzó su apogeo en la Alemania nazi” (C. E. Bradford, Sabbath Roots:
The African Connection, pp. 66, 67).

A imagen del Creador


En la siguiente obra, se ha sugerido que “tselem (imagen) denota el
contorno de la sombra de una figura, y damuth (semejanza), la corres-
pondencia o la semejanza de esa sombra con la figura” (H. D. M. Spence
y J. S. Excell, eds., The Pulpit Commentary, t. 1, Genesis-Exodus, p. 30).
14
Material auxiliar para el maestro // Lección 1

“A semejanza de Dios, [el hombre] tenía la capacidad de escoger,


es decir, la libertad de pensar y actuar con referencia a imperativos
morales. De este modo, era libre de amar y obedecer o de desconfiar
y desobedecer” (Asociación Ministerial de la Asociación General de los
Adventistas del Séptimo Día, Creencias de los Adventistas del Séptimo
Día, pp. 116, 117).

Dios y la humanidad juntos


En el sentido bíblico, cuando “Dios bendice”, autoriza la función o el
cumplimiento de la cosa bendecida. “Dios creó al hombre para la gloria
divina, para que después de pasar por la prueba y la aflicción la familia
humana pudiera llegar a ser una con la familia celestial. El propósito de
Dios era repoblar el cielo con la familia humana, si hubiera demostrado
obediencia a cada palabra divina” (Comentarios de Elena de White, CBA
1:1.096, énfasis añadido; ver además Isa. 43:7).

En el árbol
“Los seguidores de Satanás salieron a su encuentro, y él se levantó,
asumiendo un aire arrogante, y les informó acerca de sus planes para
apartar de Dios al noble Adán y a su compañera Eva. [...] Y si lograban
tener acceso al árbol de la vida que estaba en medio del jardín, su for-
taleza sería, según ellos, igual a la de los ángeles santos, y ni Dios mismo
podría expulsarlos de allí” (HR 29, 30).
En términos sencillos, Dios le advirtió a la inocente pareja que evitara
un árbol especial, que la Deidad se reservaba. “El Señor me dio un vista-
zo de otros mundos. Me dieron alas y un ángel me acompañó desde la
ciudad hasta un lugar brillante [...]. La hierba del lugar era de un verde
vivo y las aves gorjeaban un canto dulce. Sus moradores eran de todas
las estaturas; eran nobles, majestuosos y hermosos. [...] Después vi dos
árboles, uno de los cuales se parecía mucho al árbol de la vida en la
ciudad. El fruto de ambos lucía hermoso, pero no debían comer de uno
de ellos. Tenían derecho a comer de ambos, pero les estaba vedado
comer de uno. Entonces mi ángel acompañante me dijo: ‘Nadie en este
lugar ha probado del árbol prohibido’ ” (PE 70; ver además Gén. 2:15-17).

Fin de la relación
La teología de la rebelión humana está ligada al razonamiento impío
de Adán, que ingirió el fruto prohibido del relativismo.
El relativismo, un nuevo paradigma del mal, por el cual el yo retiene la
tendencia a decidir sus propios parámetros de moralidad, compite con
la voluntad soberana de Dios, y es totalmente invencible, salvo mediante
intervención divina (ver Juec. 21:25).

15
Lección 1 // Material auxiliar para el maestro

Los resultados fueron trágicos.


“Ambos comieron, y [...] obtuvieron [...] el conocimiento del pecado
y un sentimiento de culpa. El manto de luz que los envolvía pronto
desapareció y, presas del sentimiento de culpa y de haber perdido
la protección divina, un temblor se apoderó de ellos” (HR 39, énfasis
añadido).

APLICACIÓN A LA VIDA
Para reflexionar: Vivimos con los efectos del pecado en todos los
aspectos de nuestra vida. Existe una doctrina teológica llamada “Depra-
vación total”. Aunque no significa lo que la frase implica comúnmente
en la actualidad, no es muy diferente. Se trata de la idea de que todos
los aspectos de la existencia humana han sido afectados por el pecado.
Desafortunadamente, parece que así es.
1. ¿Cómo vemos que la realidad de esta “depravación total” se ma-
nifiesta en nuestra vida? ¿Qué podemos hacer al respecto? O, si
no podemos hacer nada en cuanto a eso, dado que es nuestra
naturaleza, ¿cómo podemos superar esa naturaleza? Y ¿hasta
qué punto podemos?
2. La Caída nos impide tener una relación perfecta con Dios. Jesús
murió para que nuestra relación con Dios pudiera restaurarse. ¿De
qué manera el poder de la Cruz nos permite recuperar esa relación?
3. Nuestro Creador dedicó tiempo y cuidados extra para crear a
Adán y a Eva. ¿Por qué crees que hizo de su creación un aconte-
cimiento del que dará para hablar, maravillarse y debatir por toda
la eternidad? Compara la creación de la humanidad por parte de
Dios con los preparativos que hacen los futuros padres para su
primogénito. ¿Cómo te ayudan estas similitudes a comprender
el amor de Dios?
4. ¿Cómo nos ayuda el hecho de tener acceso al poder de Dios en
nuestro crecimiento espiritual y en nuestra comprensión del plan
de Dios para nosotros?
5. Debido a que es omnisciente, Dios estaba muy consciente del
“riesgo” de crear a la humanidad a su imagen. Imagínate su co-
razón apesadumbrado cuando tuvo que recurrir al “Plan B: la
muerte de su Hijo unigénito”. ¿Qué significa este Plan B para ti
cuando sales de los límites de tu relación con Dios? ¿En qué se
parecen tus distracciones y tentaciones a las que enfrentaron
Adán y Eva?
6. Cuando Jesús vivió en la Tierra, su toque sanó a muchos que
creyeron. Este fue un destello de su poder creador. Antes de irse,
prometió que seguiríamos teniendo acceso a su poder creador

16
Material auxiliar para el maestro // Lección 1

(Juan 14:12-14). Esta promesa ¿es figurativa o literal? Explica.


¿Cómo puede esta promesa ser decisiva en tu vida diaria?
7. Génesis indica que originalmente la humanidad fue creada a
imagen de Dios. Esto ¿se aplica solo al estado de existencia an-
terior a la Caída, o en cierto sentido continúa siendo así hoy? Si
es así, ¿por qué?
8. Dios dijo a Adán y a Eva que señorearan y sometieran la Tierra y
las fuerzas de la naturaleza. ¿Cómo deberíamos interpretar este
mandato a la luz de la explotación irresponsable de la naturaleza
de la que la humanidad ha sido a veces culpable?
9. Adán y Eva cayeron como resultado del ejercicio de su libre albe-
drío. Este libre albedrío, aunque Dios lo concibió como un don, se
convirtió en una maldición. ¿Puedes pensar en ejemplos de otras
cosas que son buenas en sí, pero que pueden pervertirse como
resultado de las malas decisiones?
10. Adán, en lugar de seguir a Dios, siguió a Eva. ¿Qué nos dice esto
sobre el peligro de permitir que otras personas o cosas nos dis-
traigan de nuestro compromiso con Dios?

17
Lección 2: Para el 10 de abril de 2021

CONCEPTOS BÁSICOS DEL


PACTO

Sábado 3 de abril

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 9:15; Isaías 54:9; Génesis
12:1–3, Gálatas 3:6–9, 29; Éxodo 6:1–8; Jeremías 31:33, 34.

PARA MEMORIZAR:
“Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros se-
réis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra”
(Éxo. 19:5).

L
a semana pasada, nuestro análisis llegó hasta la caída de la humanidad,
causada por el pecado de nuestros primeros padres. Esta semana es un
breve resumen de todo el trimestre, ya que dedicaremos un día a cada
uno de los primeros pactos que, a su manera, fueron manifestaciones de la
verdad presente del verdadero Pacto, que se ratificó en el Calvario con la
sangre de Jesús, y que nosotros, como cristianos, hicimos con nuestro Señor.
Comenzaremos con el pacto que Dios hizo con Noé para evitar su des-
trucción y la de su familia. Continuaremos con el pacto con Abraham, tan
rico y lleno de promesas para todos nosotros; luego, con el pacto en el Sinaí
y la importancia de lo que allí se proclamó; y finalmente examinaremos el
Nuevo Pacto, al que todos los demás aludían.
Reseña de la semana: ¿Cuál fue el pacto que Dios hizo con Noé? ¿Qué
esperanza había en el pacto con Abraham? ¿Qué papel juegan la fe y las
obras en la parte del Pacto que le toca al ser humano? El Pacto ¿es solo una
transacción o involucra aspectos relacionales?
18 Reavivados por su Palabra: Hoy, Habacuc 1.
Domingo 4 de abril | Lección 2

NOCIONES BÁSICAS DEL PACTO


“Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera”
(Gén. 17:2).
“La palabra hebrea traducida como ‘pacto’ (que aparece unas 287 veces
en el Antiguo Testamento) es berith. También se puede traducir como ‘tes-
tamento’ o ‘última voluntad’. Su origen es incierto, pero ha llegado a sig-
nificar aquello que vinculaba a dos partes. Sin embargo, se utilizaba para
muchos tipos diferentes de ‘vínculo’, entre un hombre y otro, así como entre
el hombre y Dios. Tiene un uso común donde ambas partes eran hombres,
y un uso claramente religioso donde el pacto era entre Dios y el hombre. El
uso religioso en realidad era una metáfora basada en el uso común, pero con
una connotación [significado] más profunda” (J. A. Thompson, “Covenant
[OT]”, The International Standard Bible Encyclopedia, t. 1, p. 790).
Al igual que el pacto matrimonial, el Pacto bíblico define tanto una re-
lación como un acuerdo. Al ser un acuerdo, el Pacto bíblico contiene estos
elementos básicos:
1. Dios confirmó las promesas del Pacto con un juramento (Gál. 3:16;
Heb. 6:13, 17).
2. El compromiso del Pacto era la obediencia a la voluntad de Dios
según se expresa en los Diez Mandamientos (Deut. 4:13).
3. El medio por el que finalmente se cumple el compromiso del Pacto
de Dios es a través de Cristo y el plan de salvación (Isa. 42:1, 6).

Observa los tres elementos enumerados anteriormente (las promesas


de Dios, nuestra obediencia y el plan de salvación). ¿Cómo puedes ver esos
factores en acción en tu propia experiencia con el Señor? Escribe un párrafo
que describa cómo se manifiestan en tu vida ahora.

En el Antiguo Testamento, el sistema sacrificial de tipos instruía al


pueblo con respecto a todo el plan de salvación. A través de estos símbolos,
los patriarcas e Israel aprendieron a ejercer fe en el Redentor venidero. A
través de sus ritos, el penitente podía encontrar el perdón del pecado y li-
brarse de la culpa. De este modo, se podían retener las bendiciones del Pacto
y, por ende, el crecimiento espiritual (o la restauración de la imagen de Dios
en la vida) podría continuar, incluso cuando la humanidad no cumplía con
su parte del trato.

Aunque hay pactos entre personas, el uso principal de la palabra berith en la Biblia
hebrea se refiere a la relación entre Dios y la humanidad. Considerando quién es
Dios y quiénes somos nosotros en comparación con él, ¿qué tipo de relación re-
presentaría ese Pacto?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Habacuc 2. 19


Lección 2 | Lunes 5 de abril

EL PACTO CON NOÉ


“Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos,
tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo” (Gén. 6:18).
En el versículo anterior, aparece la palabra pacto por primera vez en la
Biblia, y en este contexto Dios acaba de contarle a Noé su decisión de destruir
la Tierra debido a la propagación masiva y continua del pecado. Aunque esta
destrucción vendrá como un diluvio mundial, Dios no abandona el mundo
que creó. Él sigue ofreciendo la relación del pacto puesta en marcha después
de la Caída. El “Yo” divino que ofrece el pacto es también el fundamento de
la seguridad de Noé. Como un Dios que honra sus pactos, el Señor prometió
proteger a los miembros de la familia que estuvieran dispuestos a vivir en
una relación de compromiso con él que resultara en obediencia.

El pacto con Noé ¿era unilateral? Recuerda que la idea de un pacto im-
plica más de una parte. ¿Tenía Noé que cumplir con su parte del trato? ¿Qué
lección queda para nosotros en la respuesta a estas preguntas?

Dios dice a Noé que habrá un diluvio y que el mundo será destruido. Pero
Dios hace un trato con él, en el que promete salvar a Noé y a su familia. Por
lo tanto, había mucho en juego, porque si Dios no cumplía su parte de la
promesa, sin importar lo que hiciera Noé, este habría sido aniquilado con
el resto del mundo.
Dios aseguró que haría un “pacto” con Noé. La palabra en sí implica la
intención de honrar lo que dices que harás. No es simplemente una decla-
ración caprichosa; la misma palabra está cargada de compromiso. Supon-
gamos que el Señor hubiera dicho a Noé: “Mira, el mundo va a terminar en
un diluvio terrible, y yo podría salvarte… o no. Mientras tanto, haz esto, esto
y esto, y luego veremos qué sucede. Pero no te doy ninguna garantía”. Esas
declaraciones difícilmente responden al tipo de seguridad y promesa que
se encuentra en la palabra pacto.

Algunos han argumentado que el diluvio de Noé no fue mundial, sino simple-
mente un diluvio local. Si es así, entonces, en el contexto de lo que Dios promete
en Génesis 9:15 (ver también Isa. 54:9), cada vez que hubiese otra inundación local
(y, al parecer, ocurre todo el tiempo), la promesa del pacto de Dios se rompe. En
contraste, el hecho de que no haya habido otro diluvio mundial prueba la validez
de la promesa del pacto de Dios. En resumen, ¿qué nos dice esto acerca de cómo
podemos confiar en sus promesas?

20 Reavivados por su Palabra: Hoy, Habacuc 3.


Martes 6 de abril | Lección 2

EL PACTO DE ABRAM
“Y bendeciré a los que te bendijeren, y al que te maldijere maldeciré; ​​y
serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Gén. 12:3).

Lee Génesis 12:1 al 3. Enumera las promesas específicas que Dios le hizo
a Abram.

Fíjate que entre estas promesas Dios dice a Abram que “serán benditas
en ti todas las familias de la tierra” (Gén. 12:3). ¿Qué significa eso? ¿Cómo
fueron bendecidas en Abram todas las familias de la Tierra? Ver Gálatas
3:6 al 9. ¿De qué forma puedes ver en esta promesa anterior la promesa de
Jesús, el Mesías? Ver Gálatas 3:29.
En esta, la primera revelación divina a Abram que se registra, Dios pro-
metió entablar una relación estrecha y duradera con él, incluso antes de usar
un lenguaje relacionado con hacer pactos. Las referencias directas al pacto
que Dios haría vendrían más tarde (Gén. 15:4-21; 17:1-14). Por el momento, Dios
ofrece una relación divino-humana de gran importancia. La repetición en
tiempo futuro (mostraré, haré, bendeciré, etc.) en Génesis 12:1 al 3 sugiere la
profundidad y la grandeza del ofrecimiento y la promesa de Dios.
Además, Abram recibe una orden única, pero difícil: “Vete”. Él obedeció
por fe (Heb. 11:8), pero no para lograr las bendiciones prometidas. Su obe-
diencia fue la respuesta de fe a la relación amorosa que Dios deseaba esta-
blecer. En otras palabras, Abram ya creía en Dios, ya confiaba en su Señor,
ya tenía fe en las promesas divinas. Tenía que confiar; de lo contrario, por
empezar, nunca habría dejado a su familia y su tierra ancestral para diri-
girse a lugares desconocidos. Su obediencia reveló su fe tanto a los hombres
como a los ángeles.
Abram ya entonces reveló la relación clave entre la fe y las obras. Somos
salvos por fe; una fe que da como resultado obras de obediencia. La promesa
de salvación viene primero; luego, las obras. Aunque no puede haber comu-
nión de pacto ni bendiciones sin obediencia, esa obediencia es la respuesta
de fe a lo que Dios ya ha hecho. Esa fe ilustra el principio de 1 Juan 4:19:
“Nosotros le amamos a él [a Dios], porque él nos amó primero”.

Lee Génesis 15:6. ¿Cómo muestra esto, de muchas maneras, la base de todas las
promesas del Pacto? ¿Por qué esta bendición es la más preciosa de todas?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Sofonías 1. 21


Lección 2 | Miércoles 7 de abril

EL PACTO CON MOISÉS


Lee Éxodo 6:1 al 8 y luego responde estas preguntas:

1. ¿De qué pacto hablaba? Ver Génesis 12:1 al 3.

2. El Éxodo, ¿de qué manera sería un cumplimiento, por parte de Dios,


de las promesas del Pacto?

3. ¿Qué paralelismo puedes encontrar entre lo que Dios prometió al pue-


blo aquí y lo que prometió a Noé antes del Diluvio?

Después del Éxodo, los hijos de Israel recibieron el Pacto en el Sinaí, dado
en el contexto de la redención de la esclavitud (Éxo. 20:2), y que contenía
las provisiones sacrificiales de Dios para la expiación y el perdón de los
pecados. Por lo tanto, como todos ellos, fue un pacto de gracia, la gracia de
Dios extendida a su pueblo.
Este pacto reiteró de muchas maneras los principales énfasis del pacto
con Abraham:
1. La relación especial de Dios con su pueblo (comparar Gén. 17:7, 8
con Éxo. 19:5, 6).
2. Serían una gran nación (comparar Gén. 12:2 con Éxo. 19:6).
3. Se requería obediencia (comparar Gén. 17:9-14; 22:16-18 con Éxo. 19:5).
“Nótese el orden aquí: primero el Señor salva a Israel; luego le da su Ley
para que la guarde. El mismo orden se da bajo el evangelio. Cristo primero
nos salva del pecado (Juan 1:29; 1 Cor. 15:3; Gál. 1:4); luego vive su Ley dentro
de nosotros (Gál. 2:20; Rom. 4:25; 8:1-3; 1 Ped. 2:24)” (CBA 1:613).

Lee Éxodo 6:7. ¿Qué es lo único que se manifiesta en la primera parte, donde el
Señor dice que ellos serán su pueblo; y él, su Dios? Observa la dinámica. Ellos
serán algo para Dios y Dios será algo para ellos. Dios no solo quiere relacionarse
con ellos de una manera especial; también quiere que ellos se relacionen con él
de una manera especial. ¿No busca el Señor el mismo tipo de relación con noso-
tros hoy? Esa primera parte de Éxodo 6:7, ¿refleja tu relación con el Señor o eres
simplemente alguien cuyo nombre está en los libros de la iglesia? Si tu respuesta
a la primera parte de la pregunta es sí, explica por qué.

22 Reavivados por su Palabra: Hoy, Sofonías 2.


Jueves 8 de abril | Lección 2

EL NUEVO PACTO (JER. 31:31-33)


En estos pasajes, es la primera vez que el Antiguo Testamento menciona
lo que se conoce como el “Nuevo Pacto”. Se presenta en el contexto del re-
greso del exilio de Israel y habla de las bendiciones que recibirán de Dios.
Nuevamente, como en todos los demás, es Dios quien inicia el Pacto, y
es Dios quien lo cumplirá, por su gracia.
Observa también el lenguaje. Dios se definió a sí mismo como un ma-
rido para ellos; habló de escribir su Ley en el corazón de ellos; y utiliza
lenguaje del pacto abrahámico, al decir que él será el Dios de ellos y ellos
serán su pueblo. Por lo tanto, al igual que antes, el Pacto no es simplemente
un acuerdo legal vinculante, como en los tribunales actuales; se trata de
algo más.

Lee Jeremías 31:33. Compáralo con Éxodo 6:7, que detalla parte del pacto
hecho con Israel. Nuevamente, ¿cuál es el elemento clave que surge aquí?
¿Qué quiere Dios con su pueblo?

Lee Jeremías 31:34. Compara lo que aquí dice con Juan 17:3. ¿Qué hace el
Señor que es clave para sentar las bases de esta relación?

En Jeremías 31:31 al 34, se puede ver los elementos de la gracia y la obe-


diencia, al igual que en los pactos anteriores. Dios perdonará sus pecados,
Dios entablará una relación con ellos y Dios les conferirá su gracia. Como
resultado, el pueblo simplemente obedece a Dios; no de una manera mecá-
nica, sino simplemente porque lo conocen, porque lo aman y porque quieren
servirlo. Esto capta la esencia de la relación de pacto que el Señor anhela
tener con su pueblo.

¿Cómo entiendes esta idea de que la Ley está escrita en nuestro corazón? Esto
¿implica que la Ley se vuelve subjetiva y personal, algo a interpretar y aplicar se-
gún las configuraciones individuales de nuestro corazón? ¿O significa algo más?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Sofonías 3. 23


Lección 2 | Viernes 9 de abril

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:


Lee Elena de White, Patriarcas y profetas, “Abraham en Canaán”, pp.
125-140; Profetas y reyes, “Los profetas de Dios que les ayudaban”, pp. 415-426.
“El yugo que nos une al servicio es la Ley de Dios. La gran ley de amor
revelada en el Edén, proclamada en el Sinaí, y en el Nuevo Pacto escrita en el
corazón, es la que liga al obrero humano a la voluntad de Dios. Si fuésemos
dejados para seguir nuestras propias inclinaciones, para ir simplemente
adonde nos condujera nuestra voluntad, caeríamos en las filas de Satanás
y llegaríamos a poseer sus atributos. Por lo tanto, Dios nos encierra en su
voluntad, que es superior, noble y elevadora. Él desea que asumamos con
paciencia y sabiduría los deberes de servirlo. El yugo de este servicio lo llevó
Cristo mismo en su humanidad. Él dijo: ‘Me complazco en hacer tu voluntad,
oh Dios mío, y tu ley está en medio de mi corazón’. ‘He descendido del cielo,
no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió’ (Juan 6:38). El
amor por Dios, el celo por su gloria y el amor por la humanidad caída trajeron
a Jesús a esta Tierra para sufrir y morir. Tal fue el poder dominante en su
vida. Y él nos invita a adoptar este principio” (DTG 296, 297).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. El pacto de Dios con Noé, Abram, Moisés y nosotros ¿fue una con-
tinuación de su pacto con Adán o fue algo nuevo? Comparar con
Génesis 3:15; 22:18; y Gálatas 3:8 y 16.
2. ¿Por qué es tan importante el aspecto personal y relacional del
Pacto? En otras palabras, tú puedes tener un acuerdo legalmente
vinculante, un “pacto” con alguien, sin ninguna interacción per-
sonal ni estrecha. Sin embargo, ese tipo de arreglo no es lo que el
Señor busca en su relación de pacto con su pueblo. ¿Por qué es así?
Analicen.
3. ¿En qué sentido el matrimonio es una buena analogía del Pacto?
¿En qué sentido la analogía del matrimonio es deficiente para des-
cribir el pacto?
Resumen: La entrada del pecado deshizo la relación que el Creador había
establecido originalmente con la familia humana a través de nuestros pri-
meros padres. Ahora Dios busca restablecer esa misma relación amorosa por
medio de un pacto. Este pacto representa una relación de compromiso entre
Dios y nosotros (como un vínculo matrimonial) y un acuerdo para salvarnos
y armonizar con nuestro Hacedor. Dios mismo, motivado por su gran amor
por nosotros, es el propulsor de la relación del Pacto. Mediante promesas de
gracia y actos de gracia, nos conquista para que nos unamos a él.

24 Reavivados por su Palabra: Hoy, Hageo 1.


EL SÁBADO ENSEÑARÉ...

TEXTO CLAVE: ÉXODO 19:5


RESEÑA
Originalmente Dios entabló una relación amorosa con los padres de
la humanidad, Adán y Eva. Dios busca ahora restablecer esa relación
amorosa con nosotros mediante un Nuevo Pacto: un pacto que repre-
senta una relación comprometida entre Dios y la humanidad centrada
en el plan de salvación.

COMENTARIO
El verdadero significado de la gracia se manifiesta en el concepto del
pacto. El término pacto, o la palabra hebrea berith, también enfatiza la
propia iniciativa de Dios para salvar a la humanidad. Por ende, un pacto
es un acuerdo constitucional divino, dado a los seres humanos, para
que puedan servir solo a Yahvéh. Mediante el Pacto de gracia, Cristo
se ofrece a tener una relación especial con la humanidad. Promete ser
nuestro Dios del Pacto y nuestro Emancipador redentor (ver Mat. 1:21).

Conceptos básicos del Pacto


Las Escrituras describen tres significados distintivos de “gracia”.
Gracia significa los actos amorosos de Dios hacia los pecadores que
no los merecen; gracia señala al maravilloso carácter de Dios; y gracia
sugiere que Dios nos da la fuerza para vencer. En el Nuevo Testamento,
el equivalente del término hebreo gracia (chen) es el modismo griego
diatheke, que se refiere a un testamento o a un regalo. Al igual que el
pacto, el testamento (un documento legal) es un regalo gratuito para una
persona o grupo que no tiene ningún derecho legal sobre él. Por lo tanto,
un testamento también es un modelo apropiado de la gracia de Dios.

El pacto con Noé


El concepto de pacto aparece en Génesis 6:18: “Mas estableceré mi
pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres
de tus hijos contigo”. Aquí, desde el mismo comienzo podemos ver la idea
de una relación de pacto entre la humanidad (en este caso, Noé) y Dios.
“El que habla es Dios, y Noé es el receptor. [...]
“De modo que Dios, en cumplimiento de su propósito divino, hizo un
pacto como expresión de su relación con Noé. [...]
“La relación de pacto divina y redentora que había estado en marcha
desde la Caída (Gén. 3:15) se renueva cuando Dios toma la iniciativa”
(G. F. Hasel y M. G. Hasel, The Promise: God’s Everlasting Covenant, pp.
18, 19). “Y Noé halló gracia a los ojos de Jehová” (J. P. Green [p], The
Interlinear Hebrew/Greek English Bible, t. 1, p. 14; ver Gén. 6:8).

25
Lección 2 // Material auxiliar para el maestro

El pacto de Abram
Para Abram, la promesa de protección y recompensa estaba implícita
en la dinámica de este pacto. “Dios extendió el proceso de su pacto con
Abraham en varios períodos. En Génesis 12:1 al 3 encontramos cinco
promesas de parte de Dios, que revelan la intensidad y la grandeza
del compromiso de Dios con Abraham” (G. F. Hasel y M. G. Hasel, The
Promise: God’s Everlasting Covenant, p. 19).
Cristo se presentó ante Abraham no como Dios, como una clase,
estatus o nombre, sino como Yahvéh, su nombre personal. Se identificó
como Yahvéh, “YO SOY”, un nombre que expresaba su misma esen-
cia como un Dios con existencia propia, que tiene voluntad, que tiene
un propósito. Yahvéh es el nombre del pacto del soberano Jehová, el
nombre que asume cuando se revela de la manera más personal. Aquí
también vemos que el pacto es de gracia: “El pacto abrahámico es el
pacto de la gracia” (“Comentarios de Elena G. de White”, CBA 1:1.106).

El pacto con Moisés


“Y Dios habló a Moisés y le dijo: Yo (soy) Jehová; y me aparecí a
Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Todopoderoso, y (por) mi nombre
Jehová nunca me di a conocer a ellos. Y también establecí mi pacto con
ellos, para darles la tierra de Canaán, la tierra de sus viajes, (en) la cual
viajaron. Y también he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes los
egipcios tienen esclavizados; y me he acordado de mi pacto” (The Inter-
linear Hebrew/Greek English Old Testament, t. 1, p. 153; ver Éxo. 6:1-5).
En este diálogo con Moisés, es relevante un amplio despliegue bí-
blico del nombre desconocido de Dios: “Yahvéh [es] el nombre propio
del Dios de Israel. [...] Muchos eruditos recientes explican que [Yahvéh]
es [...] (el que da vida, el dador de vida) [...] (el dador de la existencia,
el creador) [...] (el que lleva a cabo, [...] el ejecutor de sus promesas) [...]
(el que es [...] el absoluto e inmutable) [...] (el existente, que vive para
siempre, como autoconsistente e inmutable,) [...] (el que siempre se
manifiesta como el Dios de la redención) [...] lo será, [...] (se aprobará a
sí mismo [dará evidencia de ser, afirmará su ser])” (F. Brown, The New
Brown-Driver-Briggs Hebrew and English Lexicon, pp. 217, 218).
Yahvéh es “el nombre del Dios que se le reveló a Moisés en Horeb,
y se explica [como] [...] Yo seré quien seré [...] Aquel que será [...] Yo soy
el que soy, es decir, no es asunto tuyo [...] Yo soy (este es mi nombre),
dado que soy [...] Soy el que soy, el que es esencialmente innomina-
ble, inexplicable” (F. Brown, The New Brown-Driver-Briggs Hebrew and
English Lexicon, pp. 217, 218).
“Jesús le dijo: Yo soy” (Juan 4:26); [...] “Pero él les dijo: Yo soy; no
teman” (6:20); [...] “Porque si no creen que yo soy, en sus pecados mo-

26
Material auxiliar para el maestro // Lección 2

rirán” (8:24); [...] “Entonces Jesús les dijo: [...] conocerán que yo soy”;
(8:28); [...] “Jesús les dijo: De veras les digo: Antes que Abraham fuese,
yo soy” (vers. 58); [...] “Desde ahora se los digo antes que suceda [...] yo
soy” (13:19); [...] “Jesús les dijo: Yo soy” (18:5) [...] “Respondió Jesús: Les
he dicho que yo soy; entonces si me buscan a mí, dejen que estos se
vayan; para que se cumpliese aquello que había dicho” (vers. 8, 9) (The
Interlinear Hebrew-Greek-English Bible, t. 4, pp. 258-307).
El pacto que Dios deseaba para Israel era que supieran que el amor
divino no tenía un motivo encubierto, y todo lo que Dios buscaba de
su pueblo era una respuesta de amor auténtico; una respuesta que, de
hecho, se manifestaría por sus obras.

El Nuevo Pacto
“En Jeremías 31:31 al 34 encontramos la promesa bíblica más pro-
funda y emocionante del Nuevo Pacto. [...]
“Pocos comprenden que el Nuevo Testamento recibió su nombre
de este pasaje en particular. Dado que la palabra latina para pacto es
testamento, Orígenes, el famoso padre de la iglesia (c. 185-254 d.C.)
denominó Nuevo Testamento a los 27 libros de la Biblia” (G. F. Hasel y
M. G. Hasel, The Promise: God’s Everlasting Covenant, pp. 21, 22).

APLICACIÓN A LA VIDA
Para reflexionar: Antes de la Segunda Guerra Mundial, una mujer
viajaba por Georgia de camino a Moscú. Se encontró con una anciana
que vivía en una cabaña. Cuando la anciana se enteró de que la viajera
se dirigía a Moscú, le preguntó: “¿Podría usted entregarle una caja de
caramelos caseros a mi hijo?” El hijo era José Stalin. Para el resto del
mundo era el dictador de Rusia, pero a su madre no le importaba lo
que los demás pensaran de él.
1. El amor de Dios es como el de la madre de Stalin. No importa cuán
malos seamos a la vista de los demás, Dios seguirá amándonos.
Considera en qué medida esta clase de amor lo lleva a ofrecernos
una relación de pacto.
2. ¿Qué papel juega nuestra fe cuando entendemos que Dios da el
primer paso hacia la reconciliación? Cuando ejercitamos nuestra
fe, ¿cómo afecta el primer paso de Dios nuestras obras y actos
cotidianos? Da un ejemplo de los peligros que enfrentamos si
anteponemos las obras a la fe.
3. Un pacto es una relación que se establece entre dos personas, un
convenio de beneficio mutuo, un compromiso de amistad mutua.
En la Biblia, repetidamente vemos a Dios dando el primer paso
para iniciar una relación de pacto. Si es de beneficio mutuo, para

27
Lección 2 // Material auxiliar para el maestro

ambas partes, ¿por qué esperamos que Dios venga a nosotros?


¿Qué le dice al universo la persistencia de Dios en la búsqueda
de la humanidad perdida?
4. La lección compara nuestra relación de pacto con Dios con el
matrimonio. Un buen matrimonio no dura por obligación, sino por
amor. Sobre la base de esta comparación, describe la relación de
pacto “ideal” entre Dios y tú.
5. En un matrimonio, el amor aumenta en proporción a la cantidad
de tiempo de calidad que se dedica a la relación. Piensa de qué
manera se puede mejorar la calidad del tiempo que pasas con
Dios en oración y meditación. Considera la posibilidad de tener
un “compañero de crecimiento espiritual” que te anime y te re-
cuerde que debes replantearte periódicamente el tiempo que
pasas con Dios.
6. La Biblia habla de varios pactos, y culmina con el Nuevo Pacto. ¿Son
realmente distintos entre sí, o son el mismo pacto expresado de
diferentes maneras? ¿Es posible que Dios haga más de un pacto?
7. ¿Por qué crees que fue necesario que Dios reiterara los pactos con
su pueblo? El pueblo ¿se olvidó, o podría haber puntos que Dios ne-
cesitaba enfatizar de manera más categórica en algún momento?
8. Por definición, un pacto es un acuerdo entre dos o más partes.
Por lo general, estas partes existen en algún nivel de igualdad
entre sí. La relación entre el Creador y la creación normalmente
no se consideraría un ejemplo de esto, sin embargo, Dios siente
la necesidad de llegar a un acuerdo con su creación. ¿Por qué?
9. ¿Qué significa la declaración de que la Ley de Dios estará escrita
en nuestro corazón? (Ver Rom. 2:15).

28
Lección 3: Para el 17 de abril de 2021

“POR SIGLOS PERPETUOS”

Sábado 10 de abril

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 3:6; 6:5, 11; 6:18; 9:12–17; Isaías
4:3; Apocalipsis 12:17.

PARA MEMORIZAR:
“Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová” (Gén. 6:8).

L
as bacterias son organismos demasiado pequeños para verlos sin un
microscopio. Dadas las condiciones favorables para el crecimiento (su-
ficiente calor, humedad y alimento), las bacterias se multiplican a un
ritmo extremadamente rápido. Por ejemplo, algunas bacterias se reproducen
por simple fisión (división): una célula madura simplemente se divide en dos
células hijas. Cuando la fisión tiene lugar a cada hora, una bacteria puede
producir más de 18 millones de bacterias nuevas en 24 horas.
Este fenómeno microscópico en el mundo natural ilustra el rápido creci-
miento del mal en la humanidad después de la Caída. Dotada de intelectos
gigantes, salud robusta y longevidad, esta raza vigorosa abandonó a Dios
y prostituyó sus facultades excepcionales tras la iniquidad en todas sus
formas. Dios eligió detener aquella rebelión desenfrenada mediante un
diluvio universal.
Reseña de la semana: ¿Qué le hizo el pecado a la Creación de Dios?
¿Cuáles fueron algunas de las características de Noé? ¿Qué elementos in-
volucraba el pacto con Noé? ¿De qué manera se revela la gracia de Dios en
el pacto con Noé antes del Diluvio? ¿Qué nos enseña el pacto que Dios hizo
con la humanidad después del Diluvio sobre su amor universal por nosotros?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Hageo 2. 29


Lección 3 | Domingo 11 de abril

EL PRINCIPIO DEL PECADO (GÉN. 6:5)


La opinión divina al final de la Creación de Dios fue que todo “era bueno
en gran manera” (Gén. 1:31). Luego entró el pecado, y el paradigma cambió.
Las cosas ya no eran “buenas en gran manera”. La ordenada Creación de
Dios se vio empañada por el pecado y todos sus repugnantes resultados. La
rebelión alcanzó proporciones terribles en los días de Noé; el mal consumió a
la raza. Aunque la Biblia no nos da muchos detalles (ver además PP 78-81), las
transgresiones y las rebeliones evidentemente fueron algo que ni siquiera
un Dios amoroso, paciente y perdonador podía tolerar.
¿Cómo pudo empeorar todo con tanta rapidez? Quizá la respuesta no sea
tan difícil de encontrar. ¿Cuántas personas, hoy en día, al mirar sus propios
pecados, no se han preguntado lo mismo: cómo es que todo empeoró tan
rápido?
Busca los textos enumerados a continuación. Anota la cuestión que
plantean. Observa la progresión constante del pecado:
1. Gén. 3:6........................................................................................................................................................
2. Gén. 3:11-13................................................................................................................................................
3. Gén. 4:5.......................................................................................................................................................
4. Gén. 4:8.......................................................................................................................................................
5. Gén. 4:19.....................................................................................................................................................
6. Gén. 4:23....................................................................................................................................................
7. Gén. 6:2.......................................................................................................................................................
8. Gén. 6:5,11.................................................................................................................................................
Génesis 6:5 y 11 no se produjeron en el vacío; había una historia detrás.
Este terrible resultado tuvo una causa. El pecado empeoró progresivamente.
Es lo que tiende a hacer. El pecado no es como un corte o una herida, con
algún proceso automático incorporado que trae curación. Al contrario, el
pecado, si no se controla, se multiplica; nunca se satisface hasta llevar a la
ruina y la muerte. No es necesario imaginar la vida antes del Diluvio para ver
ese principio en acción; existe a nuestro alrededor incluso en la actualidad.
No es de extrañar que Dios odie el pecado; no es de extrañar que, tarde
o temprano, el pecado sea erradicado. Un Dios justo y amoroso no puede
hacer otra cosa con eso.
Por supuesto, lo bueno es que, aunque él desea deshacerse del pecado,
anhela salvar a los pecadores. De eso se trata el Pacto.

30 Reavivados por su Palabra: Hoy, Zacarías 1.


Lunes 12 de abril | Lección 3

EL HOMBRE NOÉ (GÉN. 6:9)


En medio de todos los textos sobre la maldad del mundo antediluviano
(anterior al Diluvio), el hombre Noé se destaca en contraste con quienes lo
rodeaban. Lee el pasaje anterior y fíjate en los tres puntos especiales que
la Biblia menciona sobre él. Escribe de la mejor manera lo que crees que
significa cada uno de estos puntos:
1. Era “varón justo”..................................................................................................................................
..............................................................................................................................................................................
2. Era “perfecto”........................................................................................................................................
..............................................................................................................................................................................
3. “Con Dios caminó”..............................................................................................................................
..............................................................................................................................................................................
Sin lugar a dudas, Noé era alguien que tenía una relación salvífica con el
Señor. Era alguien con quien Dios podía trabajar; alguien que lo escuchaba,
le era obediente y confiaba en él. Por eso, el Señor pudo usar a Noé para
cumplir sus propósitos, y por eso Pedro, en el Nuevo Testamento, lo llamó
“pregonero de justicia” (2 Ped. 2:5).

Lea Génesis 6:8. ¿Cómo nos ayuda ese texto a comprender la relación
entre Noé y el Señor?

La palabra gracia aparece aquí por primera vez en las Escrituras, y evi-
dentemente tiene el mismo significado que en las referencias del Nuevo
Testamento, donde se describe el favor misericordioso e inmerecido de
Dios ejercido hacia los pecadores, que no lo merecen. Por lo tanto, debemos
entender que, por muy “perfecto” y “ justo” que fuera Noé, aun así era un
pecador que necesitaba el favor inmerecido de su Dios. En ese sentido, Noé
no es diferente de cualquiera de nosotros que buscamos fervientemente
seguir al Señor.
Al entender que Noé necesitaba la gracia de Dios, al igual que el resto de
nosotros, considera tu propia vida y hazte esta pregunta: ¿Podría decirse de
mí que soy, como Noé, “ justo”, “perfecto” y que camino “con Dios”? Escribe
tus argumentos para cualquier postura que adoptes y (si te sientes cómodo)
compártelas con la clase el sábado.

Reavivados por su Palabra: Hoy, Zacarías 2. 31


Lección 3 | Martes 13 de abril

EL PACTO CON NOÉ


“Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos,
tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo” (Gén. 6:18).
En este versículo tenemos los fundamentos del Pacto bíblico que Dios
hace con la humanidad: Dios y la humanidad concertan un acuerdo. Muy
simple.
Sin embargo, hay más elementos de los que se ven a simple vista. Por
empezar, está el elemento de la obediencia por parte de la humanidad. Dios
dice a Noé que él y su familia entrarán en el arca. Tienen su parte que hacer,
y si no la cumplen, el pacto se rompería. Si el pacto se rompe, ellos serían
los perdedores en última instancia, porque son los beneficiarios del pacto.
A fin de cuentas, si Noé le hubiese dicho que no a Dios y no hubiese querido
acatar el pacto, o hubiese dicho que sí, pero luego cambiara de opinión,
¿cuáles habrían sido los resultados para él y su familia?

Dios dice que es “mi pacto”. ¿Qué nos dice esto sobre la naturaleza básica
del Pacto? ¿Qué diferencia habría en nuestro concepto del Pacto si el Señor
lo hubiera llamado “nuestro pacto”?

Independientemente de la particularidad de esta situación, aquí vemos


la dinámica básica divino-humana que se encuentra en el Pacto. Al esta-
blecer “mi pacto” con Noé, Dios muestra nuevamente su gracia. Demuestra
que está dispuesto a tomar la iniciativa para salvar a los seres humanos de
los resultados de sus pecados. En resumen, este Pacto no debe verse como
una especie de unión entre iguales, en la que cada “socio” del Pacto depende
del otro. Podríamos decir que Dios “se beneficia” del Pacto, pero solo en
un sentido radicalmente diferente del que lo hacen los seres humanos. Él
se beneficia porque aquellos a quienes ama recibirán la vida eterna, una
satisfacción no pequeña para el Señor (Isa. 53:11). Pero eso no quiere decir
que él se beneficie de la misma manera que nos beneficiamos nosotros, que
estamos en el extremo receptor del mismo Pacto.
Considera esta analogía: un hombre se cayó de un barco en medio de una
tormenta. Alguien desde la cubierta dice que le arrojará un salvavidas para
subirlo. Sin embargo, el que está en el agua tiene que estar de acuerdo con
su parte del “trato”; es decir, asir y aferrarse a lo que se le ha proporcionado.
En cierto modo, de eso se trata el Pacto entre Dios y la humanidad.

¿Cómo te ayuda esa analogía a entender el concepto de la gracia presente en el


Pacto? ¿Cómo te ayuda a comprender en qué debe basarse tu relación con Dios,
incluso en este momento?

32 Reavivados por su Palabra: Hoy, Zacarías 3.


Miércoles 14 de abril | Lección 3

LA SEÑAL DEL ARCO IRIS


“Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y
vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos:
Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y
la tierra” (Gén. 9:12, 13).
Pocos fenómenos naturales son más hermosos que el arco iris. ¿Quién
no recuerda, de cuando era niño, la primera fascinación y asombro cuando
esas asombrosas franjas de luz se arqueaban a través del firmamento como
una especie de portal místico que invita al cielo (o tal vez, simplemente como
el cinturón de un payaso)? Incluso como adultos, ver esos colores extrava-
gantes en las nubes puede dejarnos sin aliento. No es de extrañar que incluso
hoy el arco iris se utilice como símbolo para tantas cosas: desde organiza-
ciones políticas, sectas, bandas de rock, y hasta agencias de viajes (busca la
palabra “arco iris” en la web, y lo verás). Obviamente, esas hermosas franjas
de color todavía tocan acordes en nuestro corazón y en nuestra mente.
Por supuesto, ese era el objetivo de Dios.

¿Por qué dijo el Señor que el arco iris sería una señal? Génesis 9:12-17.

El Señor dijo que usaría el arco iris como una señal “del pacto mío” (Gén.
9:15). Es interesante que utilice la palabra pacto aquí porque, en este caso, el
pacto difiere de cómo se usa en otros lugares. En contraste con el pacto con
Abraham o el pacto del Sinaí, no hay una obligación específica expresada por
parte de aquellos que se beneficiarían del pacto (incluso Noé). Las palabras
de Dios aquí son para todos, para “todo ser viviente de toda carne” (Gén.
9:15) “por siglos perpetuos” (Gén. 9:12). Las palabras de Dios son universales,
abarcadoras, independientemente de si alguien elige obedecer al Señor o
no. En este sentido, el concepto de pacto no se usa como en otras partes de
la Biblia que hablan de la relación entre Dios y los seres humanos.
¿En qué sentido este pacto también revela la gracia de Dios? ¿Quién
inició este pacto? ¿Quién es el máximo benefactor?

Aunque el pacto, según se expresa aquí, no se presenta con obligaciones espe-


cíficas para la parte que nos toca a nosotros (la parte de Dios, por supuesto, es
no destruir nunca más el mundo con un diluvio), el hecho de conocer lo que sim-
boliza el arco iris, ¿cómo podría influir sobre nosotros para vivir en obediencia al
Señor? En otras palabras, ¿hay algunas obligaciones implícitas de nuestra parte
cuando miramos al cielo y vemos el arco iris? Piensa en el contexto en el que se
dio el arco iris y las lecciones que podemos aprender de ese relato.

Reavivados por su Palabra: Hoy, Zacarías 4. 33


Lección 3 | Jueves 15 de abril

“QUEDÓ SOLAMENTE NOÉ”


“Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde el
hombre hasta la bestia, los reptiles, y las aves del cielo; y fueron raídos
de la tierra, y quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca”
(Gén. 7:23).
En este versículo se encuentra la primera mención del concepto de “re-
manente” en las Escrituras. La palabra traducida “quedó” proviene de otra
palabra cuyas raíces se usan muchas veces en el Antiguo Testamento donde
se transmite la idea de un remanente.
“Dios me envió delante de ustedes para preservarles un remanente en
la tierra, y para guardarlos con vida mediante una gran liberación” (Gén.
45:7, NBLA; cursiva añadida).
“Y acontecerá que el que quedare en Sion, y el que fuere dejado en Jeru-
salén, será llamado santo; todos los que en Jerusalén estén registrados entre
los vivientes” (Isa. 4:3; énfasis añadido).
“Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová alzará otra vez su
mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede” (Isa. 11:11;
énfasis añadido).

Analiza Génesis 7:23 y los otros ejemplos. ¿Cómo entiendes el concepto


de remanente aquí? ¿Cuáles fueron las condiciones circundantes que dieron
lugar a un remanente? ¿Cómo encaja el Pacto con la idea de un remanente?

Al momento del Diluvio, el Creador del mundo llegó a ser el Juez del
mundo. El juicio mundial que se acercaba planteaba la cuestión de si toda
la vida en la Tierra, incluso la vida humana, sería destruida. Si no, ¿quiénes
serían los sobrevivientes? ¿Quién sería el remanente?
En este caso, fueron Noé y su familia. Sin embargo, la salvación de Noé
estaba vinculada al pacto de Dios con él (Gén. 6:18); un pacto que tuvo su
origen en un Dios de misericordia y gracia, y que fue ejecutado por él. So-
brevivieron solo por lo que Dios hizo por ellos, aunque su cooperación fue
importante. Más allá de cuáles fueran las obligaciones del pacto de Noé, y
sin importar con cuánta fidelidad las cumplió, su única esperanza estaba
en la misericordia de Dios.

Sobre la base de nuestra interpretación de los acontecimientos de los últimos


días, que incluye un momento en que Dios tendrá un remanente (ver Apoc. 12:17),
¿qué paralelismos podemos extraer de la historia de Noé que nos ayudarán a
prepararnos para ser parte del Remanente? ¿En qué medida tomamos decisiones
a diario que podrían impactar sobre de qué lado estaremos finalmente en ese
momento?

34 Reavivados por su Palabra: Hoy, Zacarías 5.


Viernes 16 de abril | Lección 3

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:


Lee Elena de White, Patriarcas y profetas, “El Diluvio”, pp. 78-94; y “Des-
pués del Diluvio”, pp. 95-101.
“El arco iris, un fenómeno físico natural, es un símbolo adecuado de
la promesa de Dios de no volver a destruir la Tierra mediante un diluvio.
Puesto que las condiciones climáticas serían diferentes después del Di-
luvio, y en la mayoría de las partes del mundo las lluvias tomarían el lugar
del anterior y benéfico rocío para humedecer la tierra, convenía que Dios
utilizara algún medio para aquietar los temores de los hombres cada vez
que comenzara a llover. Toda persona que así lo desee puede ver en los fenó-
menos naturales la revelacion de Dios mismo (ver Rom. 1:20). De esa manera,
el arco iris es para el creyente la evidencia de que la lluvia traerá bendición,
y no destrucción universal” (Comentarios de Elena de White en CBA 1:277).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. “En aquellos días el mundo bullía, la gente se multiplicaba, el mun-
do bramaba como un toro salvaje, y el gran dios se enardeció con el
clamor. Enlil oyó el clamor y les dijo a los dioses del concilio: ‘El al-
boroto de la humanidad es intolerable y ya no es posible dormir de-
bido a babel’. Así que los dioses acordaron exterminar al hombre”
(“The Story of the Flood”, en The Epic of Gigamesh, p. 108). Compara
esta versión sobre la razón del Diluvio con la razón que da la Biblia.
2. Noé hizo más que advertir a su generación del juicio inminente de
Dios. El propósito de su advertencia era ayudar a la gente a sentir
su necesidad de salvación. ¿Por qué las verdades de la salvación ge-
neralmente no son populares? Enumera y analiza algunas cosas
que impiden que muchos acepten el plan de Dios para su salvación.
Ver Juan 3:19; 7:47, 48; Juan 12:42, 43; Santiago 4:4.
Resumen: En el estudio de esta semana, hemos notado que los pactos
que Dios hizo con Noé son los primeros que se abordan explícitamente en la
Biblia. Muestran su misericordioso interés en la familia humana y su deseo
de entablar una relación salvífica con ella. Dios ratificó su pacto con Noé, y
fue el compromiso de Noé con Dios lo que lo protegió de la apostasía impe-
rante y finalmente salvó a él y a su familia del devastador juicio del Diluvio.
“Ese símbolo [el arco iris] que aparece en las nubes debe confirmar la fe
de todos y afianzar su confianza en Dios, pues es una prueba de la miseri-
cordia y la bondad divinas hacia el hombre; y que aunque el Señor se vio
obligado a destruir la Tierra por medio del Diluvio, su misericordia sigue
envolviendo el planeta” (HR 72, 73).

Reavivados por su Palabra: Hoy, Zacarías 6. 35


EL SÁBADO ENSEÑARÉ...

TEXTO CLAVE: GÉNESIS 6


RESEÑA
Noé respondió al pacto de Dios entregando su vida a Dios y abrien-
do su corazón al amor de Dios. El arca era un símbolo del compromiso
de Noé de apoyar el pacto que había aceptado, y Dios lo recompensó
salvando a la familia de Noé del juicio final del mundo antediluviano:
el Diluvio.

COMENTARIO

El principio del pecado


Observa las siguientes citas, teniendo en mente el pecado de Caín:
“Los pecados son como círculos en el agua cuando se arroja una piedra:
uno genera otro. Al haber ira en el corazón de Caín, el asesinato le iba
a la zaga” (P. Henry, en F. S. Mead, 12.000 Religious Quotations, p. 407).
“El pecado es un estado mental, no un acto externo” (W. Sewell, en F. S.
Mead 12.000 Religious Quotations, p. 409). “El misericordioso Creador
le perdonó la vida [a Caín] y le dio oportunidad para arrepentirse. Pero
Caín vivió solo para endurecer su corazón, para alentar la rebelión contra
la divina autoridad, y para convertirse en jefe de un linaje de osados y
réprobos pecadores. Este apóstata, dirigido por Satanás, llegó a ser un
tentador para otros; y su ejemplo e influencia hicieron sentir su fuerza
desmoralizadora, hasta que la tierra llegó a estar tan corrompida y llena
de violencia que fue necesario destruirla” (PP 64).

El hombre Noé
Como el radiante lirio Amaryllis que rocía su agradable fragancia
entre los espinos de Tierra Santa, el personaje de Noé reflejó el aroma
del Cielo durante la desafiante era antediluviana. El significado hebreo
de Noé indica que “Yahvéh trae consuelo”. Al igual que a nosotros, si
bien Noé había nacido pecador, él se había consolado con la fidelidad
de Yahvéh al pacto con Adán. Este era el único medio de esperanza y
salvación para Noé. Fue la gracia de Dios la que lo impulsó, cuando era
joven, a abrazar un estilo de vida obediente en medio de la iniquidad
decadente. “Los antediluvianos vivían muchos centenares de años, y
cuando tenían cien años eran considerados jóvenes. [...] Entraban en la
etapa de plena actividad entre los sesenta y los cien años, aproximada-
mente el tiempo en que los de mayor longevidad de hoy [...] no están
más en actividad” (“Comentarios de Elena de White”, CBA 1:1.103, 1.104).

36
Material auxiliar para el maestro // Lección 3

El pacto de Dios con Noé


“La declaración de Génesis 6:18, aunque breve, contiene conceptos
profundos. Predice disposiciones para el futuro de la humanidad. Al
establecer este pacto con el que sobreviviría al diluvio con su familia,
Dios dispensa su abundante gracia y misericordia. La seguridad de la
humanidad en el presente y la seguridad de la salvación en el futuro
surgen de la gracia de Dios y de la acción divina en su favor. [...]
“La expresión típica de la realización de un pacto no aparece en este
pasaje, a saber, [...] ‘cortar un pacto’, o [...] ‘hacer un pacto’. Aquí, el tér-
mino que se utiliza es establecer (heqîm). Una investigación cuidadosa
de este término en relación con el pacto revela el sentido de ‘mantener’
o ‘confirmar’ (comparar con Deut. 9:5; 27:26; 1 Sam. 15:11; 2 Sam. 7:25;
2 Rey. 23:3, 24, y otros). Este descubrimiento nos da la impresión de que
el establecimiento del pacto por parte de Dios implica la confirmación
de un compromiso que Dios había anunciado anteriormente” (G. F. Hasel
y M. G. Hasel, The Promise: God’s Everlasting Covenant, p. 29).

La señal del arco iris


En consecuencia, en la saga del pacto de la gracia, hay dos retratos
y lugares diferentes del arco iris bíblico y multicolor. Por un lado, en
Génesis 9, Cristo reveló un arco iris cósmico como señal de su miseri-
cordia y gracia para con el remanente de Noé que sobrevivió al diluvio.
Por otro lado, Cristo revelará al remanente, al final de los días, el arco
iris singular que rodea el Trono de Dios (ver Eze. 1:26-28; Dan. 12:1, 2).
“Luego un arco iris, que refleja la gloria del Trono de Dios, se extiende
de un lado a otro del cielo y parece envolver a cada grupo en oración. Las
multitudes encolerizadas se sienten contenidas en el acto. Sus gritos de
burla expiran en sus labios. Olvidan a los objetos de su ira sanguinaria.
Con terribles presentimientos contemplan el símbolo del pacto de Dios
y ansían ser amparadas de su deslumbrante claridad” (CS 693, 694,
énfasis añadido; ver Apoc. 6:13-17).

“Quedó solamente Noé”


“La primera mención explícita de un remanente en la Biblia aparece
en Génesis 7:23: ‘Quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el
arca’. La palabra que se traduce como ‘quedó’ deriva de la raíz hebrea
sa’ar, que de diferentes formas expresa la idea de remanente en el
Antiguo Testamento. [...]
“No podemos pasar por alto el hecho de que el remanente que
sobrevivió a la primera catástrofe mundial era gente de fe y confianza
(Gén. 6:9 y 7:1). Como la Biblia utiliza el diluvio [de Noé] como un tipo
de la destrucción del tiempo del fin, esta observación tiene mucha

37
Lección 3 // Material auxiliar para el maestro

importancia” (G. F. Hasel y M. G. Hasel, The Promise: God’s Everlasting


Covenant, p. 31).
“Algunos de los carpinteros que contrató para construir el arca cre-
yeron en el mensaje, pero murieron antes del diluvio; otros conversos
de Noé regresaron al mundo” (FEC 565).
“¡Era la afirmación de un hombre contra la sabiduría de miles! No die-
ron crédito a la advertencia [...]. Cristo declara que habrá una incredulidad
similar respecto de su segunda venida. [...] Cuando el lujo del mundo se
vuelva el lujo de la iglesia; cuando las campanas repiquen a bodas, y
todos cuenten en perspectiva con muchos años de prosperidad mun-
dana; entonces, tan repentinamente como el relámpago cruza los cielos,
se terminarán sus visiones brillantes y sus falaces esperanzas” (CS 386).

APLICACIÓN A LA VIDA
Para reflexionar: Uno de los pecadores más refinados que vivió en
la antigua Atenas fue Arístides. Arístides era justo, amable y equitativo.
Entonces, ¿por qué la mayoría votó por su destierro? El consenso fue
que se cansaron de escuchar que a Arístides lo llamaran “El justo”. El
delito de Arístides fue que su bondad contrastaba demasiado con la
“maldad” de los demás.
1. Como en el caso de Arístides, si no hubiera sido por la “bondad”
de Noé, nunca nos habríamos dado cuenta de lo malo que era el
mundo antes del Diluvio. Al igual que ocurrió con Noé, el hecho
de que reflejemos a Cristo tiene su precio. Considera el precio
que tienes que pagar por ser un verdadero cristiano hoy. ¿Tene-
mos nosotros, como Arístides y Noé, la resiliencia necesaria para
soportar el trato negativo que podamos recibir? ¿En qué medida?
2. Romanos 12:2 nos insta a no amoldarnos al mundo, sino a transfor-
marnos. Noé es un ejemplo clásico de cómo se puede lograr esto.
¿Qué podemos aprender de la vida de Noé que nos permita no
caer en el pecado de la conformidad? ¿Crees que Dios espera que
nos preocupemos por otras almas, como hizo con Noé? Explica tu
respuesta en el contexto de los desafíos modernos para testificar.
3. Si hubiera habido un hospital para enfermos mentales en la época
de Noé, sus “amigos” seguramente lo habrían internado. Todo
lo que dijo e hizo manifestaba “locura”. Este mundo considera
a menudo que la sabiduría de Dios es una locura. Como actores
del Pacto, estamos sujetos a burlas y acusaciones. ¿Cómo pode-
mos estar preparados para esos tratos? Piensa en al menos tres
promesas bíblicas que puedas reclamar durante esos momentos.
4. Génesis 6:6 afirma que Dios estaba tan consternado por la mal-
dad del mundo antediluviano, que lamentó haber creado a la

38
Material auxiliar para el maestro // Lección 3

humanidad. ¿Qué significa que Dios se haya arrepentido? El arre-


pentimiento de Dios ¿sugiere que es capaz de cometer errores?
5. En Génesis 6:9 se menciona que Noé era justo y perfecto. Estas
cualidades que poseía ¿eran innatas en él, al margen de Dios?
¿Cuál es la naturaleza de la justicia que se dice que tenía Noé?
6. El hecho de que Dios buscara tener un pacto con los seres hu-
manos ¿sugiere que nos “necesita” de alguna manera? Explica.
¿En qué sentido podría ser así?
7. El concepto de remanente es difícil para muchos, ya que insinúa
arrogancia y triunfalismo. ¿Por qué no pueden justificarse las
actitudes de arrogancia o triunfalismo a la luz de la idea bíblica
de remanente?
8. ¿Qué sugiere el arco iris en Génesis 9:12 al 17 acerca de los medios
que utiliza Dios para influir sobre la raza humana para que lo escoja?

39
Lección 4: Para el 24 de abril de 2021

UN PACTO ETERNO

Sábado 17 de abril

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Éxodo 3:14; Génesis 17:1–6; 41:45; Da-
niel 1:7; Génesis 15:7–18; 17:1–14; Apoc. 14:6, 7.

PARA MEMORIZAR:
“Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus
generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia
después de ti” (Gén. 17:7).

¿C
uántos recordamos nítidamente haber tenido de pequeños una en-
fermedad grave o un principio de neumonía, y que podría haber sido
aún peor? Al despertarnos en medio de una larga noche con fiebre,
veíamos a nuestra madre o a nuestro padre sentados en una silla junto a
nuestra cama, bajo el suave resplandor de la luz de noche.
De la misma manera, en un sentido humano figurado, Dios se “sentó
junto a la cama” de un mundo enfermo de pecado mientras la oscuridad
moral comenzaba a profundizarse en los siglos posteriores al Diluvio. Por
esta razón llamó a Abram y, a través de su fiel siervo, concibió establecer
un pueblo a quien él pudiera confiarle el conocimiento de sí mismo y darle
salvación. Por lo tanto, Dios hizo un pacto con Abram y su posteridad.
Reseña de la semana: ¿Cuál es el nombre de Dios? Qué significa? ¿Cuál
fue el significado de los nombres que Dios usó para identificarse con Abram?
¿Por qué Dios cambió el nombre de Abram a Abraham? ¿Por qué son impor-
tantes los nombres? ¿Qué condiciones u obligaciones estaban vinculadas
al Pacto?

40 Reavivados por su Palabra: Hoy, Zacarías 7.


Domingo 18 de abril | Lección 4

YAHVÉH Y EL PACTO CON ABRAHAM


“Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte
a heredar esta tierra” (Gén. 15:7).
A veces, los nombres pueden ser como marcas registradas. Las relacio-
namos tan estrechamente en nuestra mente con ciertas características que,
cuando escuchamos el nombre, inmediatamente recordamos estos rasgos.
¿Qué rasgos se te vienen a la mente, por ejemplo, cuando piensas en estos
nombres?: Albert Einstein, Martin Luther King (h), Gandhi, Dorcas. Cada
uno se relaciona con determinadas características e ideales.
Durante los tiempos bíblicos, la gente del Cercano Oriente atribuía gran
importancia al significado de los nombres. “Los hebreos siempre pensaban
que un nombre indicaba las características personales del nombrado, o los
pensamientos y las emociones del que le dio el nombre, o circunstancias que
rodeaban la ocasión cuando fue dado el nombre” (CBA 1:534, 535).
La primera vez que Dios entabló una relación de pacto con Abram, se dio
a conocer al patriarca bajo el nombre de YHWH (transcrito como Jehová en
la RVR [Gén. 15:7] y Yahvéh en la BJ). Por lo tanto, Génesis 15:7 dice literal-
mente: “Yo soy YHWH, que te saqué de...”
El nombre YHWH, aunque aparece 6.828 veces en el Antiguo Testamento,
está un tanto envuelto en misterio. Al parecer, es una forma del verbo hayah,
“ser”, en cuyo caso significaría, “el Eterno”, “el Existente”, “el Autoexistente”,
“el Autosuficiente”, o “el que vive eternamente”. Los atributos divinos que
parecen enfatizarse con este título son los de la autoexistencia y la fidelidad.
Señalan al Señor como el Dios vivo, la Fuente de la vida, en contraste con
los dioses de los paganos, que no existían más allá de la imaginación de
sus adoradores.
Dios mismo explica el significado de Yahvéh en Éxodo 3:14: “YO SOY EL
QUE SOY”. Este significado expresa la realidad de la existencia incondi-
cionada de Dios; mientras también sugiere su dominio sobre el pasado, el
presente y el futuro.
Yahvéh es además el nombre personal de Dios. La identificación de
Yahvéh como aquel que sacó a Abram de Ur se refiere al anuncio del pacto
de Dios con él en Génesis 12:1 al 3. Dios quiere que Abram conozca su nombre,
porque ese nombre revela aspectos de su identidad, su naturaleza personal
y su carácter, y de este conocimiento podemos aprender a confiar en sus
promesas (Sal. 9:10; 91:14).

Cuando piensas o escuchas el nombre Yahvéh, ¿qué rasgos o características vie-


nen a tu mente automáticamente? ¿El amor, la bondad y el cuidado o el miedo,
el rigor y la disciplina? ¿Qué pensamientos despiertan automáticamente cuando
piensas en el nombre de Jesús?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Zacarías 8. 41


Lección 4 | Lunes 19 de abril

’EL SHADDAI
“Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Je-
hová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé per-
fecto” (Gén. 17:1).
Yahvéh se le había aparecido a Abraham varias veces antes (Gén. 12:1, 7;
13:14; 15:1, 7, 18). Ahora, en el texto anterior, Yahvéh se le aparece nuevamente
a Abram (“le apareció Jehová” a “Abram”), presentándose como “Dios To-
dopoderoso”, un nombre que se usa solo en el libro de Génesis y en el libro
de Job. El nombre “Dios Todopoderoso” consiste primero en ’El, el nombre
básico de Dios utilizado entre los semitas. Aunque el significado exacto de
Shaddai no es del todo certero, la traducción “Todopoderoso” parece la más
precisa. (Comparar con Isa. 13:6 y Joel 1:15). La idea primordial en el uso de
este nombre parece ser la de contrastar la fuerza y el poder de Dios con la
debilidad y la fragilidad de la humanidad.

Lee Génesis 17:1 al 6, que ayuda a ubicar todo en un contexto más amplio.
¿Por qué querría el Señor en este momento enfatizar a Abram su fuerza y​​
su poder? ¿Qué le estaba por decir Dios que requeriría que Abram confiara
en esa fuerza y ese poder? Observa especialmente el versículo 6.

Una traducción literal de Génesis 17:1 al 6 sería,


“Jehová se apareció a Abram y le dijo: ‘Yo soy ’El-Shaddai’; anda delante
de mí y sé perfecto. Y haré mi pacto entre tú y yo, y te multiplicaré en gran
manera. [...] Y serás padre de una multitud de naciones [...] y te haré fruc-
tífero en gran manera”. Este mismo nombre aparece también en Génesis
28:3, donde Isaac dice que ’El-Shaddai bendecirá a Jacob, lo hará fecundo y
lo multiplicará.
Una promesa similar de ’El-Shaddai se encuentra en Génesis 35:11; 43:14;
y 49:25, pasajes que sugieren la prodigalidad de Dios: ’El, el Dios de poder
y autoridad, y Shaddai, el Dios de riquezas inagotables, riquezas que está
dispuesto a otorgar a quienes las busquen con fe y obediencia.

Se ha dicho que una rosa con cualquier otro nombre olería igual de dulce, con la
idea de que el nombre no importa. Sin embargo, ¿cuánto consuelo y esperanza
tendrías si el nombre del Señor fuera “El Dios Frágil” o “El Dios Débil”? Analiza
el texto de hoy. Reemplaza “Dios Todopoderoso” con estos otros dos nombres.
¿Cómo estarían tu fe y tu confianza en él si el Señor se presentara a nosotros de
esa manera? Al mismo tiempo, ¿cómo nos reconforta el nombre ’El-Shaddai?

42 Reavivados por su Palabra: Hoy, Zacarías 9.


Martes 20 de abril | Lección 4

DE ABRAM A ABRAHAM (GÉN. 17:4, 5)


Aunque los nombres de Dios entrañan un significado espiritual y teoló-
gico, este tipo de significados no se restringen solo a Dios. Los nombres de
personas en el antiguo Cercano Oriente no eran solo formas irrelevantes
de identificación como a menudo lo son para nosotros; en la actualidad, no
hay mucha diferencia al ponerle el nombre de María o Susana a una niña.
No obstante, para los antiguos semitas, los nombres personales estaban
cargados de significado espiritual. Todos los nombres semíticos de personas
tienen significado, y generalmente consisten en una frase u oración corta
que consta de un deseo o una expresión de gratitud por parte de los padres.
Por ejemplo, Daniel significa “Dios es juez”; Joel significa “Yahvéh es Dios”;
o Natán significa “Don de Dios”.
Debido a la importancia que se les da a los nombres, estos a menudo se
cambian para reflejar un cambio radical en la vida y las circunstancias de
una persona.

Busca los siguientes textos. ¿Qué situaciones abordan y por qué hubo
cambio de nombres en estas situaciones?
1. Génesis 32:28...........................................................................................................................................
2. Génesis 41:45..........................................................................................................................................
3. Daniel 1:7...................................................................................................................................................
Sin embargo, en cierto sentido, no es tan difícil, incluso para la mente
moderna, comprender la importancia del nombre de una persona. Hay
efectos sutiles y, a veces, no tan sutiles. Si a alguien constantemente le dicen
“tonto” o “feo”, y si muchos usan esos apelativos para dirigirse a esa persona
todo el tiempo, tarde o temprano esos nombres podrían tener un impacto
en cómo esa persona se ve a sí misma. De la misma manera, al ponerles
ciertos nombres a las personas, o cambiárselos, parece posible influir en su
autopercepción y, por lo tanto, influir sobre cómo actuarían.
Con esto en mente, no es tan difícil entender por qué Dios quiso cam-
biarle el nombre Abram por Abraham. Abram significa “El Padre es exaltado”;
Dios lo cambió por Abraham, que significa “Padre de una multitud”. Al
observar la promesa del pacto en la que Dios dice: “Te multiplicaré en gran
manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti” (Gén. 17:6), el cambio de
nombre tiene más sentido. Quizás haya sido la forma en que Dios ayudó
a Abraham a confiar en la promesa del pacto, que se le hizo a un hombre
de 99 años, casado con una anciana que hasta entonces había sido estéril.
En resumen, Dios lo hizo para ayudar a Abraham a aumentar la fe en sus
promesas.

Reavivados por su Palabra: Hoy, Zacarías 10. 43


Lección 4 | Miércoles 21 de abril

ETAPAS DEL PACTO (GÉN. 12:1, 2)


En esos dos versículos se revela la primera etapa de la promesa del pacto
de Dios a Abram (hay tres). Dios se acercó a Abram, le dio una orden y luego le
hizo una promesa. Ese acercamiento manifiesta que Dios, en su misericordia,
escogió a Abram para ser el primer personaje clave de su Pacto especial de
gracia. La orden implica la prueba de confianza total en Dios (Heb. 11:8). La
promesa (Gén. 12:1-3, 7), aunque fue destinada específicamente a los descen-
dientes de Abram, en última instancia incluye una promesa para toda la raza
humana (Gén. 12:3; Gál. 3:6-9).

La segunda etapa del pacto de Dios con Abram se presenta en Génesis


15:7 al 18. ¿En qué versículos encontramos algunos de los mismos pasos que
aparecieron en la primera etapa?
¿El acercamiento de Dios al hombre? ¿Versículos?
..............................................................................................................................................................................
¿El llamado a la obediencia humana? ¿Versículos?.........................................................
..............................................................................................................................................................................
¿La promesa divina? ¿Versículos? .............................................................................................
..............................................................................................................................................................................
En el solemne ritual de la segunda etapa, el Señor apareció a Abram y
pasó por entre los animales divididos cuidadosamente dispuestos. Abram
mató y dividió a cada uno de los tres animales y colocó las dos mitades una
contra la otra, con un espacio entre ellas. También mató a las aves, pero no
las dividió. Los que establecían el pacto debían caminar entre las piezas
divididas; de esta manera, prometían simbólicamente obediencia perpetua
a las disposiciones solemnemente acordadas.

Describe lo que sucedió durante la tercera y última etapa del pacto di-
vino con Abraham. (Ver Gén. 17:1-14).

El nombre Abraham pone de relieve el deseo y el propósito de Dios de salvar


a todos los pueblos. Las “muchedumbres de gentes” incluirían tanto a judíos
como a gentiles. El Nuevo Testamento deja sobradamente en claro que los
verdaderos descendientes de Abraham son quienes tienen la fe de Abraham
y confían en los méritos del Mesías prometido. (Ver Gál. 3:7, 29). Por lo tanto,
ya desde Abraham, la intención del Señor era salvar a tantos seres humanos
como fuera posible, independientemente de las naciones donde vivieran.

Lee Apocalipsis 14:6 y 7, el mensaje del primer ángel. ¿Qué paralelismos puedes
encontrar entre lo que dice el ángel y lo que sucedió en el pacto con Abraham? ¿En
qué medida los temas se asemejan?

44 Reavivados por su Palabra: Hoy, Zacarías 11.


Jueves 22 de abril | Lección 4

LAS OBLIGACIONES DEL PACTO


“Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que
guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga
venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él” (Gén. 18:19).
Como hemos visto hasta ahora, el Pacto es siempre un pacto de gracia,
por el que Dios hace por nosotros lo que nunca podríamos hacer por nosotros
mismos. No hay ninguna excepción en el pacto con Abraham.
En su gracia, Dios escogió a Abraham como instrumento suyo para
ayudar a proclamar el plan de salvación al mundo. Sin embargo, el cumpli-
miento de las promesas del Pacto por parte de Dios estaba vinculado a la
disposición de Abraham a obrar con rectitud y obedecer a Dios por fe. Sin
esa obediencia de parte de Abraham, Dios no podría utilizarlo.
Génesis 18:19 demuestra cómo se relacionan la gracia y la Ley. Se inicia
con la gracia (“Yo lo he conocido” [RVA]), y sigue con el hecho de que Abraham
es alguien que obedecerá al Señor y hará que su familia también lo haga.
Por lo tanto, la fe y las obras aparecen aquí íntimamente unidas, como debe
ser. (Ver Sant. 2:17).

Sin embargo, fíjate la redacción de Génesis 18:19, especialmente la última


frase. ¿Qué dice acerca de la obediencia de Abraham? Aunque la obediencia
no es el medio de salvación, ¿qué importancia se le da aquí? Según este texto,
¿podría cumplirse el Pacto sin aquella? Explica tu respuesta.

Las bendiciones del Pacto no se pueden disfrutar ni conservar a menos


que los beneficiarios cumplan ciertas condiciones. Aunque no hubo necesidad
de condiciones para establecer el Pacto, sí eran necesarias las respuestas de
amor, fe y obediencia. Debían ser la manifestación de una relación entre la
humanidad y Dios. La obediencia fue el medio por el que Dios pudo cumplir
las promesas de su Pacto con el pueblo.
Romper el Pacto, mediante la desobediencia, significa infidelidad a una
relación establecida. Cuando se rompe el Pacto, lo que se rompe no es la
condición de otorgamiento, sino la condición de cumplimiento.

En tu experiencia con el Señor, ¿puedes ver por qué la obediencia es tan importan-
te? ¿Puedes pensar en algún ejemplo, ya sea de la Biblia o de tu propia experiencia,
en que la desobediencia hace imposible el cumplimiento de las promesas del Pac-
to? Si es así, ¿cuáles son? y, lo más importante, ¿cuál es el remedio?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Zacarías 12. 45


Lección 4 | Viernes 23 de abril

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:


Lee Elena de White, Patriarcas y profetas, “El llamamiento de Abraham”,
pp. 117-124; Los hechos de los apóstoles, “Judíos y gentiles”, pp. 155-165.
El arco iris es una señal del pacto de Dios con Noé. Lee Génesis 17:10 para
descubrir cuál fue la señal del pacto de Dios con Abraham. La circuncisión
“estaba destinada: (1) a distinguir la descendencia de Abraham de la de los
gentiles (Efe. 2:11); (2) a perpetuar el recuerdo del Pacto de Jehová (Gén. 17:11);
(3) a fomentar el cultivo de la pureza moral (Deut. 10:16); (4) a representar la
justificación por la fe (Rom. 4:11); (5) a simbolizar la circuncisión del corazón
(2:29); y (6) a prefigurar el rito cristiano del bautismo (Col. 2:11, 12)” (CBA 1:335).
El arco iris permanecerá como una señal de la promesa de Dios hasta el
fin del mundo; pero la señal de la circuncisión, no. Según el apóstol Pablo,
Abraham recibió la circuncisión como una muestra de la justicia que había
recibido por la fe en Dios (Rom. 4:11). Sin embargo, a través de los siglos, la
circuncisión llegó a significar la salvación por la obediencia a la Ley. Para la
época del Nuevo Testamento, la circuncisión había perdido su significado.
El elemento esencial es la fe en Jesucristo, que conduce a una vida transfor-
mada y obediente. Lee Gálatas 5:6 y 6:15; y 1 Corintios 7:18 y 19.

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. Analiza la relación entre la fe y las obras. ¿Puede haber una sin la
otra? Si no, ¿por qué no?
2. “Muchos continúan siendo probados como lo fue Abraham. No
oyen la voz de Dios hablándoles directamente desde el cielo; pero,
en cambio, son llamados mediante las enseñanzas de su Palabra
y los acontecimientos de su providencia. Se les puede pedir que
abandonen una carrera que promete riquezas y honores, que dejen
afables y provechosas amistades, y que se separen de sus parientes,
para entrar en lo que parezca ser solo un sendero de abnegación,
trabajos y sacrificios. Dios tiene una obra para ellos; pero una vida
fácil y la influencia de las amistades y los parientes impediría el de-
sarrollo de los rasgos esenciales para su realización. Los llama para
que se aparten de las influencias y los auxilios humanos, y les hace
sentir la necesidad de su ayuda, y de depender solo de Dios, para que
él mismo pueda revelarse a ellos. ¿Quién está listo para renunciar
a los planes que ha abrigado y a las relaciones familiares en cuanto
lo llame la Providencia?” (PP 119). Analiza algún ejemplo contempo-
ráneo de alguien que conozcas que atendió a este mismo llamado.
Resumen: Dios llamó a Abraham a una relación especial con él, mediante
la cual revelaría el plan de salvación al mundo.

46 Reavivados por su Palabra: Hoy, Zacarías 13.


EL SÁBADO ENSEÑARÉ...

TEXTO CLAVE: GÉNESIS 17:7


RESEÑA
Al igual que con Noé, Dios llamó a Abraham a una relación de pacto
especial que tenía muchos de los mismos parámetros que el pacto de
Dios con Noé. Sin embargo, a través del pacto con Abraham, Dios esta-
bleció las bases para el pacto de salvación con toda la humanidad; al
menos, con toda la humanidad que será salva.

COMENTARIO
En Génesis 15:7 Dios brinda a Abraham una identificación de sí mismo
como Yahvéh, el Dios personal. ¿Cómo podía pensar Abraham que el
control de su vida no era asunto de Dios, cuando Dios se presentó como
el Dios personal de Abraham?

Yahvéh y el pacto con Abraham


El pacto confirmó la sumisión de Abraham al gobierno divino sobre
sus asuntos más personales. ¿Cómo podría el patriarca recibir los be-
neficios de este convenio si asumía una actitud egoísta? Él no pudo, y
nosotros tampoco. A medida que estudiamos la historia de Abraham,
hay una tendencia a perder de vista el hecho de que el pacto con él se
trataba de una fe que obraba. Al igual que con el patriarca, también
debe suceder con nosotros.

’El-Shaddai
Este término aparece por primera vez en el texto hebreo de Génesis
17:1 y 2, relacionado con Abraham. La palabra para Dios aquí es ’El-
Shaddai, que a menudo se traduce como “Dios Todopoderoso”.
Vayamos por partes. La palabra El está relacionada con Elohim (“En
el principio creó Elohim los cielos y la tierra”), y representa omnipoten-
cia, poder, trascendencia. Este título para Dios, Elohim, se ve en todo el
relato de la Creación del Génesis. La palabra El se traduce como “Dios”
unas doscientas veces; también connotaba al Dios poderoso.
Shaddai: significa “pecho”, lo que da la idea de alguien que suple, que
nutre y que satisface. Conectada con la palabra El, retrata la noción de
“el extremadamente poderoso que puede suplir y sustentar”.

De Abram a Abraham
En Génesis 17:3 al 5, el cambio de nombre indicó un cambio de rela-
ción. Por lo tanto, se había establecido una relación superior. “Abram fue
el primero de varios hombres cuyos nombres cambió Dios. Los nombres
tenían una importancia mucho mayor para los antiguos que para noso-

47
Lección 4 // Material auxiliar para el maestro

tros ahora. Todos los nombres semíticos tienen significado, y general-


mente consisten en una frase o sentencia que expresa un deseo o, quizá,
gratitud de parte de los padres. En vista de la importancia que la gente le
daba a los nombres, Dios cambió los nombres de ciertos hombres para
hacerlos armonizar con sus experiencias, pasadas y futuras. Abram, que
significa ‘Padre enaltecido’, no aparece en esta forma en ninguna otra
parte de la Biblia, pero se lo encuentra bajo la forma de Abiram, que
significa ‘Mi padre es enaltecido’ (Núm. 16:1; 1 Rey. 16:34)” (CBA 1:334).

Etapas del Pacto


A propósito de la saga de las etapas del Pacto, “Dios hizo un pacto
en tres etapas con Abraham. La primera se informa en Génesis 12:1 al 3;
la segunda, en Génesis 15:1 al 21; y la tercera, en Génesis 17:1 al 14” (G.
M. Hasel y M. G. Hasel, The Promise: God’s Everlasting Covenant, p. 34).
En Deuteronomio 10:16, este pacto también se simbolizaba con la señal
de la circuncisión: “Y circuncidarás el prepucio de tu corazón, y no en-
durecerás más la cerviz” (The Interlinear Hebrew-Greek-English Bible,
t. 1, p. 489; ver Deut. 10:16).
El término circuncidar, en la terminología hebrea, se traduce como
mool, que significa cortar el prepucio de un varón hebreo después del
nacimiento, al octavo día. Por lo tanto, el sentido espiritual del número
ocho representa la regeneración espiritual en un Yahvéh de nuevos
comienzos. Con la idea de que el “prepucio” mundano de Israel debía
cortarse, esta señal espiritual fue concebida para representar la lealtad
de Israel a Yahvéh. De allí en más, el antiguo Israel recibió la invitación
divina a participar de una relación regenerada con Yahvéh.

Las obligaciones del Pacto


“Porque yo lo he conocido, para que mande a sus hijos y a su casa
después de sí; y para que puedan observar el camino de Jehová, para
hacer justicia y derecho, a fin de que Jehová traiga sobre Abraham lo
que ha dicho de él” (The Interlinear Hebrew-Greek-English Bible, t. 1,
p. 40; ver Gén. 18:19).
La belleza de este pasaje es que está revestido de la maestría divina
de ’El-Shaddai a fin de lograr lo que la incredulidad considera imposible.
Fue el discernimiento divino lo que animó a Abraham a pastorear a Isaac
con su vara disciplinada de educador consumado. Así, después de que el
nombre de Abraham llegó a ser grande, su abnegación brilló cada vez más.
¿Cómo? ¿Por qué?
Porque el interés personal se había consumido en la sumisión a
la voluntad divina, de modo que estaba dispuesto a tratar a su “hijo
unigénito” como al cordero de una ofrenda de sacrificio; que luego

48
Material auxiliar para el maestro // Lección 4

proveería Dios mismo. Por lo tanto, la primera “ofrenda” de Abraham


tipificaba que “nada es demasiado precioso para que no se lo demos a
Dios” (“Comentarios de Elena G. de White”, CBA 1:1.108).
Para Abraham, esta provisión divina “fue la razón primordial para lla-
mar Jehová jireh a la escena de este hecho. Era un recordatorio constante
de la maravillosa gracia de Jehová que había realizado esta liberación.
[...] ¡Qué grande y gloriosa liberación era la que había proporcionado
la gracia de Jehová, y cuán inesperada y dramática! El punto límite del
hombre es siempre la oportunidad de Dios, no solo para la liberación,
sino además para enseñar también lecciones maravillosas de su propó-
sito y de su providencia” (N. Stone, Names of God, pp. 62, 63).

APLICACIÓN A LA VIDA
Para reflexionar: La diferencia entre un médico extraordinario y un
buen médico es la capacidad de recordar nombres y rostros, además de
los problemas médicos. En lugar de recordar solo alguna enfermedad,
el médico extraordinario recuerda a la mujer ansiosa por recuperarse
y así poder cuidar a su hijo recién nacido. En lugar de recordar solo el
hueso roto, el médico extraordinario recuerda al hombre preocupado
porque perdió el trabajo. Nombres y personas: ¡de eso se trata Jesús!
1. Hay porciones enteras de la Biblia llenas de nombres y conexio-
nes. En la antigüedad, la gente se tomaba los nombres en serio.
En ese contexto, explica las implicancias psicológicas y espirituales
de que Dios cambiara el nombre a Abram por Abraham. ¿Por qué
Dios se molestó en explicar el significado de su propio nombre?
¿Qué diferencia marcó el significado de su nombre para sus con-
trapartes en la relación de pacto?
2. En los tiempos bíblicos, el cambio de nombre a menudo conlle-
vaba un cambio de estatus. ¿Cómo puedes aplicar este concepto
a lo que sucede cuando alguien vuelve a nacer?
3. Nuestro lugar ante la santa presencia de Dios depende de cuán
íntimamente lo conozcamos. Las promesas de Dios son gestos
de intimidad. ¿Cómo deberíamos responder? Mientras Abraham
viajaba por tierras lejanas y extrañas, su pacto con Dios fue una
fuente de ánimo y compañerismo. ¿Cómo son las promesas de
Dios hoy? Comparte con la clase tu promesa bíblica preferida y
un momento en que esa promesa determinó la diferencia entre
el éxito y el fracaso en tu crecimiento espiritual.
4. La Biblia da muchos títulos a Jesús. Elige el que sea el más signi-
ficativo para ti. Escribe las razones por las que te ves identificado
con ese título en particular. Comparte la lista con la clase como
testimonio de lo que Jesús significa para ti.

49
Lección 4 // Material auxiliar para el maestro

5. Jesús no solo conoce tu nombre; él conoce todos tus pensamien-


tos, e incluso realiza un seguimiento de cada cabello que pierdes o
que se vuelve gris. Esto ¿te hace sentir incómodo o seguro? Explica.
6. De muchas maneras Dios intenta comunicarnos la verdad sobre su
naturaleza y su carácter. Entonces, ¿cómo es posible que adquira-
mos conceptos distorsionados, falsos, e incluso perversos, sobre
cómo es Dios? Y, lo más importante, ¿cómo podemos corregirlos?
7. En Génesis 17:1, se hace referencia a Dios como ’El-Shaddai o Dios
Todopoderoso. ¿Cómo responderías a alguien que dice que es im-
posible que Dios sea absolutamente bondadoso y todopoderoso
al mismo tiempo? ¿Existe alguna contradicción, o estos atributos
se apoyan mutuamente?
8. En Génesis 17:4 y 5, Dios cambió el nombre de Abram por Abra-
ham (“padre de muchas naciones”). ¿En qué sentido es posible
que gente de diversos orígenes sea descendiente de Abraham?
9. Si Dios es totalmente misericordioso y perdonador, ¿por qué la
obediencia a sus Mandamientos continúa siendo necesaria para
los seres humanos en la relación de pacto con él? ¿Necesita él
nuestra obediencia, o nosotros debemos ser obedientes? Explica.

50
Lección 5: Para el 1º de mayo de 2021

HIJOS DE LA PROMESA

Sábado 24 de abril

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 15:1–3; Isaías 25:8; 1 Corintios
2:9; Apocalipsis 22:1–5; 1 Pedro 2:9; Génesis 11:4; 12:2.

PARA MEMORIZAR:
“He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mat.
28:20).

“U
n padre y su hija de diez años pasaban sus vacaciones a la orilla
del mar. Un día salieron a disfrutar de un baño en el mar y, aunque
ambos eran buenos nadadores, a cierta distancia de la orilla se
separaron. El padre, al darse cuenta de que la marea los estaba adentrando
al mar, le gritó a su hija: ‘¡María, voy a la playa a buscar ayuda. Si te cansas,
ponte de espalda. Puedes flotar todo el día de esa manera. Volveré por ti!’
“En poco tiempo, había muchos buscadores y botes que recorrían la
superficie del agua en busca de la niñita. Pasaron cuatro horas antes de
que la encontraran, lejos de la costa, pero flotaba tranquilamente sobre su
espalda y no estaba para nada asustada. Con aplausos y lágrimas de alegría y
alivio, recibieron a los rescatistas cuando regresaron a tierra con su preciosa
carga, pero la niña se tomó todo con calma. Ella dijo: ‘Papá dijo que podía
flotar todo el día sobre mi espalda y que él vendría por mí; así que, nadé y
floté, porque sabía que él vendría’ ” (H. M. S. Richards, “When Jesus Comes
Back”, Voice of Prophecy News, marzo de 1949, p. 5).
Reseña de la semana: ¿Por qué el Señor dijo que era el escudo de Abram?
¿Cómo iban a ser bendecidas por medio de Abraham “todas las familias de
la Tierra”? ¿Cuál es la más grande de todas las promesas del Pacto?
Reavivados por su Palabra: Hoy, Zacarías 14. 51
Lección 5 | Domingo 25 de abril

TU ESCUDO
“Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión,
diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobrema-
nera grande” (Gén. 15:1).

Lee Génesis 15:1 al 3. Piensa en el contexto en el que se presentó. ¿Por


qué lo primero que el Señor le dice a Abram es “No temas”? ¿Por qué habría
de temer Abram?

Lo especialmente interesante aquí es que el Señor le dice a Abram “Yo


soy tu escudo”. El uso del adjetivo posesivo “tu” muestra la naturaleza per-
sonal de la relación. Dios se relacionará con él en forma individual, como
con todos nosotros.
La designación de Dios como “escudo” aparece aquí por primera vez en
la Biblia y es la única vez que Dios la utiliza para darse a conocer, aunque
otros escritores bíblicos usan el término para hablar acerca de Dios (Deut.
33:29; Sal. 18:30; 84:11; 144:2).

Cuando Dios se designa a sí mismo como escudo de alguien, ¿qué significa


eso? ¿Significó algo para Abram que quizá no signifique nada para nosotros
hoy? ¿Podemos reclamar esa promesa para nosotros? ¿Significa que no nos
sobrevendrá ningún daño físico? ¿En qué sentido Dios es un escudo? ¿Cómo
entiendes esa imagen?

“Cristo no manifiesta un interés casual en nosotros; el suyo es más fuerte


que el de una madre por su hijo [...]. Nuestro Salvador nos ha comprado con
sufrimiento y dolor, con insultos, reproches, abusos, burlas, rechazos y la
muerte. Él vela por ti, tembloroso hijo de Dios. Él te dará seguridad bajo su
protección. [...] La debilidad de nuestra naturaleza humana no nos impe-
dirá acceder al Padre celestial, porque él [Cristo] murió para interceder por
nosotros” (SD 77).

En apariencia, Rolando había sido un fiel seguidor del Señor. Luego, de pronto
murió en forma inesperada. ¿Qué pasó con Dios como su escudo? ¿O debemos
entender la idea de Dios como nuestro escudo de una manera diferente? Explica.
¿De qué nos promete Dios protegernos siempre? (Ver 1 Cor. 10:13).

52 Reavivados por su Palabra: Hoy, Malaquías 1.


Lunes 26 de abril | Lección 5

LA PROMESA DEL MESÍAS: PRIMERA PARTE


“Todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente”
(Gén. 28:14).
“Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y
herederos según la promesa” (Gál. 3:29).
Más de una vez el Señor dijo a Abraham que en su simiente –su descen-
dencia– todas las naciones de la Tierra serían bendecidas (ver además Gén.
12:3; 18:18; 22:18). Esta maravillosa promesa del Pacto se repite porque, de
todas las promesas, esta es la más importante, la más duradera, la que hace
que todas las demás valgan la pena. En cierto sentido, esta fue la promesa
del surgimiento de la nación judía, a través de la cual el Señor quería que
“todas las familias de la tierra” conocieran al Dios verdadero y su plan de
salvación. Sin embargo, la promesa alcanza su cumplimiento completo solo
en Jesucristo –quien provino de la simiente de Abraham–, aquel que en la
Cruz pagó por los pecados de “todas las familias de la tierra”.

Piensa en la promesa del Pacto hecha después del Diluvio (en la que el
Señor prometió no volver a destruir el mundo mediante agua). ¿Qué bien
supremo implicaría esto sin la promesa de redención que se encuentra en
Jesús? ¿Qué bien supremo sería cualquiera de las promesas de Dios sin la
promesa de la vida eterna que se encuentra en Cristo?

¿Cómo entiendes la noción de que en Abraham, a través de Jesús, “todas


las familias de la tierra” serían bendecidas? ¿Qué significa eso?

Indudablemente, la promesa del Pacto del Salvador del mundo es la


más grande de todas las promesas de Dios. El Redentor mismo se convierte
en el medio por el que se cumplen los compromisos del Pacto y todas sus
demás promesas. A todos (tanto judíos como gentiles) los que se unen a él se
considera la verdadera familia de Abraham y herederos de la promesa (Gál.
3:8, 9, 27-29); es decir, la promesa de vida eterna en un entorno sin pecado, en
el cual el mal, el dolor y el sufrimiento nunca volverán a surgir. ¿Te puedes
imaginar una promesa mejor que esa?

La promesa de la vida eterna en un mundo sin pecado ni sufrimiento ¿qué tie-


ne, que nos atrae tanto? ¿Podría ser que la anhelemos porque para eso fuimos
creados originalmente, y que estemos deseando algo que es esencial a nuestra
naturaleza?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Malaquías 2. 53


Lección 5 | Martes 27 de abril

LA PROMESA DEL MESÍAS: SEGUNDA PARTE


“Para disfrutar de la verdadera felicidad, debemos viajar a un país muy
lejano, e incluso fuera de nosotros mismos” (Thomas Browne).
Analiza la cita anterior, escrita en el siglo XVII. ¿Estás de acuerdo con
ella o no? Léela en el contexto de 1 Tesalonicenses 4:16 al 18 y de Apoca-
lipsis 3:12.

Agustín escribió sobre la condición humana: “Esta misma vida, si tal se


puede llamar, llena como está de tantos y tamaños males, nos atestigua que
todo el linaje humano fue condenado. ¿Qué otra cosa nos indica la espan-
tosa profundidad de la ignorancia, de donde proceden todos los errores que
abarcan en su tenebroso seno a todos los hijos de Adán, de los que no puede
librarse el hombre sin esfuerzo, dolor y temor? ¿Qué otra cosa indica el amor
de tantas cosas inútiles y nocivas, del cual proceden las punzantes preocu-
paciones, las inquietudes, tristezas, temores, gozos insensatos, discordias,
altercados, guerras, asechanzas, enojos, enemistades, engaños; la adulación,
el fraude, el hurto, rapiña, perfidia, soberbia, ambición, envidia, homicidios,
parricidios, crueldad, maldad, lujuria, petulancia, desvergüenza, fornica-
ciones, adulterios, incestos y toda serie de estupros de ambos sexos contra
la naturaleza, que sería torpe citar; los sacrilegios, las herejías, blasfemias,
perjurios, opresiones de inocentes, calumnias, asechanzas, prevaricaciones,
falsos testimonios, juicios injustos, violencias, latrocinios y todo el cúmulo
de males semejantes que no vienen ahora a la mente” (Agustín de Hipona,
Ciudad de Dios, libro 22, cap. 22, párr. 1).
La cita de Agustín podría aplicarse a la mayoría de las ciudades de la
actualidad. Sin embargo, lo escribió hace más de mil quinientos años. Poco
ha cambiado la humanidad; por eso, la gente quiere evadirse.
Afortunadamente, por más difícil que sea nuestra situación ahora, el
futuro es brillante, pero solo por lo que Dios hizo por nosotros a través de la
vida, la muerte, la resurrección y el ministerio sumosacerdotal de Jesucristo:
el cumplimiento definitivo de la promesa del pacto que hizo a Abraham de
que, en su simiente, todas las familias de la Tierra serán bendecidas.

Repasa la cita de Agustín. Escribe algo con tus propias palabras para describir la
triste situación del mundo actual. Al mismo tiempo, busca algún pasaje bíblico
que encuentres que hable de lo que Dios nos ha prometido en Jesucristo (p. ej.,
Isa. 25:8; 1 Cor. 2:9; Apoc. 22:2-5). Medita sobre esas promesas. Hazlas tuyas. Solo
entonces podrás comprender verdaderamente de qué se trata el Pacto.

54 Reavivados por su Palabra: Hoy, Malaquías 3.


Miércoles 28 de abril | Lección 5

UNA NACIÓN GRANDE Y FUERTE...


Dios no solo prometió a Abraham que en él serían benditas todas las
familias de la Tierra; el Señor aseguró que haría de él “una nación grande y
fuerte” (Gén. 18:18; ver además 12:2; 46:3); tremenda promesa para un hombre
anciano, casado con una mujer que ya no estaba en edad de procrear. Por
lo tanto, cuando Abraham no tenía descendencia ni aun un hijo, Dios le
prometió ambas cosas.
No obstante, esta promesa no se cumplió por completo mientras
Abraham vivió. Ni Isaac ni Jacob la vieron cumplirse. Dios se la repitió
a Jacob, con la información adicional de que la promesa se cumpliría en
Egipto (Gén. 46:3); aunque Jacob tampoco la vio. Finalmente, por supuesto,
esa promesa se cumplió.

¿Por qué el Señor quiso hacer de la simiente de Abraham una nación


especial? El Señor ¿solo quería otro país de determinado origen étnico?
¿Qué propósitos iba a cumplir esta nación? Lee Éxodo 19:5 y 6; Isaías 60:1
al 3; y Deuteronomio 4:6 al 8; y en las líneas siguientes, escribe la respuesta:

Resulta evidente, en las Escrituras, que Dios se propuso atraer a sí a


las naciones del mundo a través del testimonio de Israel, que sería, bajo su
bendición, un pueblo feliz, sano y santo. Una nación tal demostraría la ben-
dición resultante de la obediencia a la voluntad del Creador. Las multitudes
de la Tierra se sentirían atraídas a adorar al Dios verdadero (Isa. 56:7). Por
lo tanto, la atención de la humanidad se dirigiría hacia Israel, hacia su Dios
y al Mesías, que se manifestaría en medio de ellos, el Salvador del mundo.
“Los hijos de Israel debían ocupar todo el territorio que Dios les había
señalado. Las naciones que habían rechazado el culto y el servicio al Dios
verdadero debían ser desposeídas. Pero el propósito de Dios era que, por
medio de la revelación de su carácter a través de Israel, los hombres fueran
atraídos a él. La invitación del evangelio debía darse a todo el mundo. Por
medio de la enseñanza del sistema de sacrificios, Cristo debía ser levantado
ante las naciones, y todos los que lo miraran vivirían” (PVGM 232).

¿Puedes ver algún paralelismo entre lo que el Señor quería hacer a través de Israel
y lo que quiere hacer a través de nuestra iglesia? Si es así, ¿cuáles son esos para-
lelismos? Lee 1 Pedro 2:9.

Reavivados por su Palabra: Hoy, Malaquías 4. 55


Lección 5 | Jueves 29 de abril

“ENGRANDECERÉ TU NOMBRE”
“Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu
nombre, y serás bendición” (Gén. 12:2).

En Génesis 12:2, Dios promete engrandecer el nombre de Abram; es decir,


hacerlo famoso. ¿Por qué querría el Señor hacer eso por un pecador, sin
importar cuán obediente y fiel fuera? ¿Quién merece ser “engrandecido”?
(Ver Rom. 4:1-5; Sant. 2:21-24). ¿Lo engrandeció Dios para beneficio personal
de Abram o esto representaba algo más? Explica.

Compara Génesis 11:4 con 12:2. ¿Cuál es la gran diferencia entre los dos?
¿En qué sentido un pasaje representa la “salvación por obras”; y el otro, la
“salvación por fe”?

Por más que el plan de salvación se base solo en la obra de Cristo en


nuestro favor, nosotros también formamos parte como destinatarios de la
gracia de Dios. Tenemos un papel que desempeñar; nuestro libre albedrío
adquiere protagonismo. El Gran Conflicto, la batalla entre Cristo y Satanás,
todavía se manifiesta en nosotros y a través de nosotros. La humanidad y
los ángeles observan lo que sucede con nosotros en el Conflicto (1 Cor. 4:9).
Por ende, quiénes somos, qué decimos, qué hacemos, tiene mucha impor-
tancia más allá de nuestra esfera inmediata; de hecho, tiene implicaciones
que en cierta medida pueden repercutir en todo el Universo. Con nuestras
palabras, nuestras acciones, incluso nuestras actitudes, podemos ayudar a
glorificar al Señor, quien hizo tanto por nosotros, o podemos acarrear ver-
güenza sobre él y su nombre. Por lo tanto, cuando el Señor dijo a Abraham
que engrandecería su nombre, seguramente no lo dijo en el mismo sentido
que el mundo emplea para hablar de alguien que tiene un gran nombre.
Lo que engrandece un nombre a la vista de Dios es el carácter, la fe, la obe-
diencia, la humildad y el amor por los demás; rasgos que, si bien a menudo
el mundo los respeta, no suelen ser los factores que consideraría esenciales
para engrandecer el nombre de alguien.

Fíjate en algunos hombres y mujeres que tienen “grandes” nombres en el mundo


actual, ya sean actores, políticos, artistas, ricos, lo que sea. ¿Qué tiene esta gente
que la ha hecho famosa? Compara eso con la grandeza de Abraham. ¿Qué nos
dice eso acerca de lo distorsionado que es el concepto de grandeza del mun-
do? ¿Cuánto de esa actitud mundana también impacta en nuestra visión de la
grandeza?

56 Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 1.


Viernes 30 de abril | Lección 5

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:


Lee Elena de White, Patriarcas y profetas, “Abraham en Canaán”, pp.
125-140; “La prueba de fe”, pp. 141-151.
“No fue una prueba ligera la que soportó Abraham, ni tampoco era pe-
queño el sacrificio que se requirió de él. [...] Pero no vaciló en obedecer el
llamado. Nada preguntó en cuanto a la Tierra Prometida [...]. Dios había
hablado, y su siervo debía obedecer; para él, el lugar más feliz de la Tierra
era dónde Dios quería que estuviese” (PP 118, 119).
Cuando Abram entró en Canaán, el Señor se le apareció y le dejó en claro
que si bien él iba a residir temporalmente en la tierra, esta les sería entre-
gada a sus descendientes (Gén. 12:7). Dios repitió esta promesa varias veces
(ver Gén. 13:14, 15, 17; 15:13, 16, 18; 17:8; 28:13, 15; 35:12). Unos cuatrocientos años
después, en cumplimiento de la promesa (Gén. 15:13, 16), el Señor anunció
a Moisés que sacaría a Israel de Egipto a una tierra que fluía leche y miel
(Éxo. 3:8, 17; 6:8). Dios le repitió la promesa a Josué (Jos. 1:3), y en los días de
David se cumplió en gran parte, pero no totalmente (Gén. 15:18-21; 2 Sam.
8:1-14; 1 Rey. 4:21; 1 Crón. 19:1-19).
Ahora lee Hebreos 11:9, 10, y 13 al 16. Estos versículos dejan en claro que
Abraham y los demás patriarcas fieles veían a Canaán como un símbolo, o
un auspicio, del hogar definitivo del pueblo redimido de Dios. En el contexto
de pecado, no es posible ningún hogar permanente. La vida es pasajera,
como “neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece”
(Sant. 4:14). Como descendientes espirituales de Abraham, nosotros también
debemos darnos cuenta de que “no tenemos aquí ciudad permanente, sino
que buscamos la por venir” (Heb. 13:14). La certeza de la vida futura con
Cristo nos mantiene firmes en este mundo presente de cambio y decadencia.

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. ¿Qué efecto debería tener la promesa de Dios de una Tierra Nueva
en nuestra experiencia cristiana personal? (Comparar con Mat. 5:5;
2 Cor. 4:17, 18; Apoc. 21:9, 10; 22:17).
2. “La verdadera grandeza debía resultar del acatamiento a las órde-
nes de Dios y de la cooperación con su propósito divino” (CBA 1:306).
Analiza lo que significa esta declaración.
Resumen: ¡Promesas! ¡Cuán preciosas son para el creyente! ¿Se cum-
plirán? La fe responde que sí.

Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 2. 57


EL SÁBADO ENSEÑARÉ...

TEXTO CLAVE: MATEO 28:20


RESEÑA
Los pactos de Dios son atemporales. Aunque Noé, Abraham, Moisés y
otros ya murieron, el cumplimiento de las promesas de Dios aún continúa. Él
todavía nos brinda su promesa de salvación, si elegimos abrirle el corazón.

COMENTARIO
Cuando Yahvéh anunció que era el escudo de Abram (Gén. 15:1), esto
significaba que sería el protector de Abram. El término escudo refería
a la garantía protectora de Yahvéh para con Abram. A pesar de la idea
de Abram de que Eliezer se convertiría en el hijo de su herencia, un
hijo especial surgiría del vientre de Sarai. Este hijo produciría un linaje
abrahámico, y sería tan innumerable como “las estrellas”.

Tu escudo
“Después de estas cosas, la palabra de Jehová vino a Abram en una
visión, diciendo: ‘No temas, Abram; Yo soy tu escudo, tu recompensa
aumentará enormemente’ ” (The Interlinear Hebrew-Greek-English Bible,
t. 1, p. 32, énfasis añadido; ver Gén. 15:1).
“El ‘escudo’, o protección, que se menciona aquí no se refiere a la
protección física en la guerra ni a la protección física contra la desgracia.
Más bien, se refiere a la protección de la posibilidad de que la promesa
del pacto no se cumpliera a través de Abraham y su descendencia futura
[...]. Si nosotros somos la simiente de Abraham (y todos los que tienen la
fe de Abraham son la simiente de Abraham), entonces también tenemos
la seguridad de que Dios será nuestro escudo” (G. M. Hasel y M. G. Hasel,
The Promise: God’s Everlasting Covenant, p. 44).

La promesa del Mesías: Primera parte


Después de que se le negara la entrada a la Tierra Prometida, Moisés
se paró en la cima del esplendoroso monte al final de su odisea y se le
dio una visión del Mesías venidero: “Se le permitió mirar a través de los
tiempos futuros y contemplar el primer advenimiento de nuestro Salva-
dor. [...] Contempló la vida humilde de Cristo en Nazaret; su ministerio
de amor, simpatía y sanidades, y cómo lo rechazaba y despreciaba una
nación orgullosa e incrédula. [...] Vio cómo, en el Monte de los Olivos,
Jesús se despedía llorando de la ciudad de su amor. [...]
“Vio que [...] Dios no había desechado la simiente de Abraham; habrían
de cumplirse los propósitos gloriosos cuyo cumplimiento él había empren-
dido por medio de Israel. Todos los que llegasen a ser por Cristo hijos de
la fe habían de ser contados como simiente de Abraham” (PP 507, 508).

58
Material auxiliar para el maestro // Lección 5

La promesa del Mesías: Segunda parte


En Génesis 3:15, el Cristo preencarnado predijo el advenimiento mesiáni-
co, que ofrecería expiación para la raza humana; para demostrar a los reinos
sin pecado que no había excusa para el fracaso de Adán, y para validar
la combinación inmortal de la Ley y el evangelio por medio del Calvario.
La caída de Adán produjo en la humanidad un nuevo paradigma del
mal. La posteridad de Adán contrajo una inclinación mental natural a
rebelarse contra la soberanía divina. Por lo tanto, dado que el pecado
no puede ser un mero acto indebido, debiera describirse como una
condición psicótica espiritual que se enfurece en contra de la soberanía
divina. En Mateo 1:21, se dio la promesa de la venida de Cristo que nos
sanaría de la enfermedad de la esquizofrenia espiritual. Nacida fuera
de Cristo, la raza humana nace en una condición de psicopatología
espiritual. Cristo vino para que pudiéramos ser sanados a través de
una “transfusión de sangre”, sobre la base de su muerte en el Calvario.
Así, Cristo llegó a ser el Monogenes, o el Hijo unigénito (Juan 3:16),
en el sentido de que Cristo entró al cosmos como el único de su espe-
cie, sin ninguna competencia. En Nazaret, el Segundo Adán inició su
humilde ministerio en un mundo caído y corrupto, en contraste con la
perfección del Paraíso, donde el Adán original falló. Este Dios-hombre,
que fue tentado en todas las cosas, logró evadir a los “perros sabuesos”
infernales del pecado (ver Gén. 3:15; 1 Cor. 10:13; 15:21, 22; Heb. 4:15, 16).
Lee Elena de White, El Deseado de todas las gentes, p. 649, capítulo 75:
“Ante Anás y Caifás”.

“Engrandeceré tu nombre”
En tórrido contraste con aquellos constructores de imperios fantás-
ticos, si bien presuntuosos, en las llanuras de Sinar, Abraham evitó la
autodeificación; aunque Dios había prometido engrandecer su nombre.
“Si Nimrod es el líder político secular arquetípico del mundo posterior
al diluvio, Abraham es su líder espiritual. Abraham es [...] el instrumento
de Yahvéh para el cumplimiento de su visión para la humanidad. [...]
“Con Abraham, la historia del mundo toma un rumbo diferente; Dios
establece un nuevo patrón. Abraham es la ola del futuro para los seres
humanos y para todas las naciones. Yahvéh indica aquí su indiferencia
para con las líneas de sangre. [...]
“Se inicia una nueva línea de creyentes en el único Dios. Yahvéh elige a
Abraham, un afroasiático que vivía en la zona de influencia de Nimrod, para
ser su siervo, para bendición de sus hermanos a través de su simiente. [...]
“Un hombre ahora debe actuar en nombre de Dios y la humanidad. [...]
El plan y la inclusión en él no se basan en la etnia, sino en la relación de
pacto” (C. E. Bradford, Sabbath Roots: The African Connection, pp. 77-79).

59
Lección 5 // Material auxiliar para el maestro

APLICACIÓN A LA VIDA
Para reflexionar: Un relato rabínico de la travesía del Mar Rojo dice
así: Justo cuando el mar comenzó a ahogar a los egipcios, los ángeles
celestiales comenzaron a aplaudir, bailar y celebrar. Entonces intervino
la voz entristecida de Dios, diciendo: “¡La obra de mi mano, mi creación,
se ha hundido en el mar!” El amor de Dios es tan grande que no se
complace en la destrucción ni siquiera de los más impíos.
1. El amor de Dios se extiende a todos, incluso a quienes quebrantan
su Ley y su corazón. ¿Cómo se manifiesta este amor en la relación
de pacto que busca establecer con cada persona? ¿Cómo sigue ma-
nifestándose este amor cuando alguien rechaza el ofrecimiento de
Dios? ¿Cuál es la defensa de Satanás cuando Dios muestra tal amor?
2. Debido a que estaban oprimidos por una potencia extranjera,
el pueblo judío ansiaba un Mesías que los liberara. No obstante,
Jesús viajó a este mundo para tomar una cruz, no para ocupar un
trono. ¿Cómo encajaba su misión en el pacto que Dios nos ofreció?
3. Dios tenía muchos planes para Israel, pero ellos le fallaron muchas
veces. ¿Crees que Dios desea usarnos a nosotros como quiso usar
a Israel? Explica. ¿Qué debemos hacer individualmente y como
iglesia para que podamos “escuchar” su voz y ser sus vasos?
4. Con la venida del Mesías, la gente esperaba señales y prodigios,
milagros y misticismo. ¿En qué medida nosotros somos seme-
jantes hoy? ¿Cómo es posible que perdamos las señales sutiles
de la Segunda Venida? A nivel colectivo, ¿cómo puede la iglesia
dar pasos positivos para ser un pueblo preparado que espera?
5. Cuando aceptas la salvación de Dios, comienzas la experiencia
de llegar a ser cada vez más semejante a Cristo con cada día que
pasa. ¿Qué barómetro usas para medir tu progreso? ¿Qué criterio
piensas que utiliza Dios para medir tu progreso? Charles Swindoll
describe la lucha por el crecimiento espiritual individual como
tres pasos hacia adelante, un paso hacia atrás. Si es así, ¿cómo
podemos seguir adelante sin desanimarnos? En Génesis 15:1, Dios
dice a Abram que él es su “galardón [...] sobremanera grande”. ¿En
qué sentido Dios y nuestra relación con él no es solo un medio
para un fin, sino el fin en sí mismo?
6. Dios dice a Jacob en Génesis 28:14 que su bendición llevaría a que
todo el mundo fuese bendecido. ¿Puede una bendición ser real-
mente una bendición si no se comparte de alguna manera? Explica.
7. El pacto original de Dios con Abram parecía sugerir que él tenía en
mente a los descendientes directos de Abram. Pero más adelante
es evidente que Dios tenía en mente a diversos grupos y personas
unidos por una fe común. ¿Cambió Dios de opinión? Analicen.

60
Material auxiliar para el maestro // Lección 5

8. El hecho de que Dios eligiera a un nómada desconocido en una


de las zonas remotas del mundo (incluso en ese entonces), su-
giere que lo que Dios valora de los seres humanos es bastante
diferente de lo que nosotros valoramos de nosotros mismos y de
los demás. ¿Qué pudo haber visto Dios en Abraham?

61
Lección 6: Para el 8 de mayo de 2021

LA SIMIENTE DE ABRAHAM

Sábado 1º de mayo

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Ezequiel 16:8; Deuteronomio 28:1, 15;
Jeremías 11:8; Génesis 6:5; Juan 10:27, 28; Gálatas 3:26–29; Romanos 4:16, 17.

PARA MEMORIZAR:
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo ad-
quirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de
las tinieblas a su luz admirable” (1 Ped. 2:9).

“E
n un pueblito, el reloj del escaparate del joyero se detuvo un día a
las nueve menos cuarto. Muchos de los ciudadanos dependían de
este reloj para saber la hora. [...] Muchos llegaron tarde esa mañana
porque un relojito en la vidriera del joyero se había detenido” (C. L. Paddock,
God’s Minutes, p. 244, adaptado).
Qué representación precisa del fracaso del antiguo Israel. El Señor colocó
a Israel “en medio de las naciones” (Eze. 5:5), en el punto estratégico entre tres
continentes (África, Europa y Asia). Debían ser el “reloj” espiritual del mundo.
No obstante, Israel, al igual que el reloj del escaparate del joyero, en
cierto sentido, se detuvo. Sin embargo, no fue un fracaso total; porque en
aquel entonces, como hoy, Dios tenía un remanente fiel. El estudio de esta
semana se centra en la identidad y el papel del verdadero Israel de Dios en
cada época, incluida la nuestra.
Reseña de la semana: ¿Cuáles fueron las promesas del pacto que el Señor
hizo con Israel? ¿Cuáles eran las condiciones con las que se acompañaban?
¿Cuánto éxito tuvo la nación en cumplir esas promesas? ¿Qué pasó cuando
desobedecieron?
62 Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 3.
Domingo 2 de mayo | Lección 6

“MÁS QUE TODOS LOS PUEBLOS...”


“Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te
ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que
están sobre la tierra” (Deut. 7:6).
No cabe dudas al respecto: el Señor había elegido específicamente al
pueblo hebreo para que fuera su representante especial en la Tierra. La
palabra traducida como “especial” en el versículo anterior, segulah, puede
significar “propiedad valiosa” o “tesoro peculiar”. También es esencial re-
cordar que esta decisión fue totalmente un acto de Dios, una expresión de
su gracia. El pueblo, en sí, no tenía nada que lo hiciera merecedor de esta
gracia, porque la gracia es algo inmerecido.

Lee Ezequiel 16:8. ¿Cómo ayuda eso a explicar el hecho de que el Señor
haya escogido a Israel?

“¿Por qué Yahvéh escogió a Israel? Eso era inescrutable. Era un grupito
de gente sin gran cultura ni prestigio. No poseía cualidades personales es-
peciales que justificaran esa elección. La elección fue exclusivamente obra
de Dios [...]. La causa primordial de esa elección se encuentra en el misterio
del amor divino. Sin embargo, el hecho es que Dios amó a Israel y lo escogió,
y así cumplió su promesa hecha a los padres. [...] Había sido elegido en virtud
del amor que le tenía Yahvéh. Había sido liberado de la esclavitud de Egipto
por una demostración del poder de Yahvéh. Si alguna vez captara estos
grandes hechos, se daría cuenta de que en verdad era un pueblo santo y
sumamente apreciado. Por lo tanto, cualquier tendencia suya a renunciar
a un estatus tan noble era extremadamente reprobable” (J. A. Thompson,
Deuteronomy, pp. 130, 131).
Según el plan divino, los israelitas debían ser un linaje real y sacerdotal.
En un mundo de maldad, serían reyes, morales y espirituales, en el sentido
de que prevalecerían sobre el dominio del pecado (Apoc. 20:6). Como sacer-
dotes, debían acercarse al Señor en oración, alabanza y sacrificio. Como
intermediarios entre Dios y los paganos, debían servir como instructores,
predicadores y profetas, y debían ser ejemplos de una vida santa: los expo-
nentes celestiales de la verdadera religión.

Analiza la frase del versículo de hoy, en la que el Señor dice que debían ser “más
[especiales] que todos los pueblos que están sobre la tierra”. Si consideramos
todo lo que enseña la Palabra sobre la virtud de la humildad y el peligro del or-
gullo, ¿qué crees que significa este versículo? ¿En qué sentido iban a ser más es-
peciales que todos los pueblos? ¿Deberíamos aplicar esa idea a nosotros también,
como iglesia? Si es así, ¿de qué manera?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 4. 63


Lección 6 | Lunes 3 de mayo

ACUERDO DE TIERRAS (GÉN. 35:12)


La promesa de que se daría una tierra al pueblo de Dios, Israel, prime-
ramente la recibió Abraham y luego les fue repetida a Isaac y a Jacob. Las
palabras de José en su lecho de muerte repiten esta promesa (Gén. 50:24).
Sin embargo, Dios informó a Abraham que pasarían “cuatrocientos años”
antes de que la simiente de Abraham tomara posesión de la tierra (Gén.
15:13, 16). El cumplimiento de la promesa comenzó en los días de Moisés y
de Josué. Moisés repitió el mandato divino: “Mirad, yo os he entregado la
tierra; entrad y poseed la tierra” (Deut. 1:8).

Lee Deuteronomio 28:1 y 15. ¿Qué implican estas palabras? En resumen,


la tierra les sería dada como parte del Pacto. Un pacto implica obligaciones.
¿Qué obligaciones tenía Israel?

La primera parte de Deuteronomio 28 describe las bendiciones que re-


cibiría Israel si cumplía la voluntad de Dios. La otra parte del capítulo trata
de las maldiciones que le sobrevendrían si no cumplía. Estas maldiciones
fueron “en gran parte, aunque no totalmente, provocadas simplemente
al darle al pecado la posibilidad de concretar sus resultados malvados. [...]
‘Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción’ (Gál.
6:8). Como el agua que, por sí sola, no dejará de correr hasta encontrar su
nivel; como un reloj que, por sí solo, no dejará de funcionar hasta que se haya
agotado por completo; como un árbol que, si se deja crecer, no puede sino
dar su fruto apropiado; así también el pecado tiene un nivel que buscar, un
curso que seguir, un fruto que madurar, y ‘el fin de ell[o]s es muerte’ (Rom.
[6:] 21)” (The Pulpit Commentary: Deuteronomy, t. 3, p. 439).
A pesar de todas las promesas de tierras, esas promesas no eran incon-
dicionales; surgieron como parte de un pacto. Israel tenía que cumplir su
parte del trato; de lo contrario, las promesas podían anularse. El Señor dejó
muy en claro, más de una vez, que si desobedecía, la tierra le sería quitada.
Lee Levítico 26:27 al 33. Es difícil imaginar cómo el Señor pudo haber sido
más explícito con sus palabras.

Como cristianos, esperamos recibir y conservar la “tierra prometida” del cielo y


la Tierra renovados. Nos han sido prometidos, al igual que la Tierra Prometida
terrenal para los hebreos. Sin embargo, la diferencia es que una vez que llegamos
allí, no hay posibilidad de que los perdamos (Dan. 7:18). Al mismo tiempo, existen
condiciones para que lleguemos allí. ¿Cómo interpretas cuáles son estas condi-
ciones, especialmente en el contexto de la salvación solo por fe?

64 Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 5.


Martes 4 de mayo | Lección 6

ISRAEL Y EL PACTO
“Pero no oyeron, ni inclinaron su oído, antes se fueron cada uno tras la
imaginación de su malvado corazón; por tanto, traeré sobre ellos todas las
palabras de este pacto, el cual mandé que cumpliesen, y no lo cumplieron”
(Jer. 11:8).
Lee bien este versículo. El Señor dice que traerá sobre ellos “todas las
palabras de este pacto”. Sin embargo, ¡está hablando de algo malo! Aunque
tendemos a pensar que el Pacto nos ofrece solo algo bueno, existe la otra
cara. Este principio se vio con Noé. Dios le ofreció algo maravilloso: preser-
varlo de la destrucción; pero Noé tuvo que obedecer para recibir las bendi-
ciones de la gracia de Dios. Si no lo hacía, se aplicaría la otra parte del Pacto.

Compara el texto anterior con Génesis 6:5, relacionado con el mundo


antediluviano. ¿Cuál es el paralelismo? ¿Qué dicen estos versículos sobre
lo importante que es que controlemos los pensamientos?

Desgraciadamente, la historia de Israel como nación fue, mayormente,


un reiterado patrón de apostasía, seguido de juicios divinos, arrepenti-
miento y un período de obediencia. Solo brevemente, bajo los reinados de
David y de Salomón, controlaron la extensión total del territorio prometido.
Examina estos versículos de Jeremías sobre la apostasía de Israel. “Dicen:
Si alguno dejare a su mujer, y yéndose ésta de él se juntare a otro hombre,
¿volverá a ella más? ¿No será tal tierra del todo amancillada? Tú, pues, has
fornicado con muchos amigos; mas ¡vuélvete a mí! dice Jehová. [...] Pero
como la esposa infiel abandona a su compañero, así prevaricasteis contra
mí, oh casa de Israel, dice Jehová” (Jer. 3:1, 20, énfasis añadido).
Esto trae a colación algo que se mencionó anteriormente: el pacto que
Dios quiere hacer con nosotros no es simplemente un acuerdo legal y frío
hecho entre empresarios, por el que cada uno busca sacar la mejor tajada. La
relación de pacto es un compromiso tan serio y sagrado como el matrimonio,
razón por la cual el Señor usa las imágenes que usa.
La cuestión es que la apostasía de Israel no tuvo su causa en la desobe-
diencia, sino en una relación personal rota con el Señor; ruptura que causó
desobediencia y finalmente trajo castigo sobre ellos.

¿Por qué el aspecto relacional y personal es tan decisivo en la vida cristiana? ¿Por
qué si nuestra relación con Dios no está bien somos tan propensos a caer en el
pecado y la desobediencia? Además, ¿qué le dirías a alguien que se pregunta:
“¿Cómo puedo desarrollar una relación profunda y amante con Dios?”

Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 6. 65


Lección 6 | Miércoles 5 de mayo

EL REMANENTE
A pesar del ciclo repetido de apostasía, juicios divinos y arrepentimiento
de Israel, ¿qué esperanza se encuentra en estos textos?
Isaías 4:3.........................................................................................................................................................
Miqueas 4:6, 7.............................................................................................................................................
Sofonías 3:12, 13.........................................................................................................................................
Aunque el plan de Dios para el antiguo Israel se arruinó por la desobe-
diencia, nunca se frustró completamente. Entre las malezas, todavía crecían
algunas flores. Muchos de los profetas del Antiguo Testamento hablan de
este fiel remanente, a quien Dios reuniría para sí como un hermoso ramo.
El propósito de Dios al crear y conservar un remanente fiel fue el mismo
que para todo Israel: usarlo como instrumento divinamente designado para
declarar “mi gloria entre las naciones” (Isa. 66:19). De esta manera, otros se
unirían a los fieles para “adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos” (Zac. 14:16).
Por lo tanto, no importa cuán mala se haya vuelto la situación, Dios siempre
tiene a algunos fieles que, a pesar de la apostasía dentro de las filas del pueblo
escogido de Dios, mantuvieron firme su llamado y elección (2 Ped. 1:10). En
resumen, al margen de las deficiencias de la nación en general, todavía había
quienes trataban de cumplir lo mejor posible su parte del Pacto (ver, p. ej.,
1 Rey. 19:14-18). Y, aunque quizás hayan sufrido junto con su nación (como
el exilio de la tierra), la promesa final y suprema del Pacto será de ellos, la
de la vida eterna.

Lee Juan 10:27 y 28. ¿Qué enseña Jesús allí? Aplica las palabras de Jesús, y
las promesas en ellas expresadas, a la situación relacionada con la apostasía
del antiguo Israel. ¿Cómo ayudan estas palabras a explicar la existencia de
un remanente fiel?

Hace unos años, una joven abandonó por completo su fe cristiana, fundamental-
mente porque estaba desanimada por el pecado, la apostasía y la hipocresía que
veía en su iglesia local. “En realidad no eran cristianos”, decía, usando eso como
excusa para renunciar a todo. Responde la siguiente pregunta sobra la base de
los principios del estudio de hoy: ¿Por qué esta excusa es tan poco convincente?

66 Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 7.


Jueves 6 de mayo | Lección 6

EL ISRAEL ESPIRITUAL
Independientemente de los errores y los defectos del antiguo Israel, el
Señor no había acabado con el plan de crear un pueblo fiel para que lo sirviera.
De hecho, en el Antiguo Testamento se esperaba con ansias el momento en
que el Señor crearía un Israel espiritual, un cuerpo de creyentes fieles, judíos
y gentiles, que continuarían la obra de predicar el evangelio al mundo.

Lee Gálatas 3:26 al 29.

1. ¿De qué promesa habla Pablo en el versículo 29?

2. ¿Cuál es el elemento clave que convierte a una persona en heredera


de estas promesas? (Gál. 3:26).

3. ¿Por qué Pablo acaba con las distinciones de género, nacionalidad y


estatus social?

4. ¿Qué significa ser “uno en Cristo”?

5. Lee Romanos 4:16 y 17. ¿Cómo nos ayudan estos versículos a compren-
der lo que dice Pablo en Gálatas 3:26 al 29?

Como hijo de Abraham, Cristo llegó a ser, en un sentido especial, heredero


de las promesas del Pacto. Mediante el bautismo recibimos consanguineidad
con Cristo, y por medio de él adquirimos el derecho a participar en las pro-
mesas hechas a Abraham. Por lo tanto, todo lo que Dios prometió a Abraham
se encuentra en Cristo, y las promesas llegan a ser nuestras, no por naciona-
lidad, raza o género, sino por la gracia que Dios nos concede mediante la fe.
“La dádiva prometida a Abraham y a su simiente incluía no solo la tierra
de Canaán, sino toda la Tierra. Así dice el apóstol: ‘No por la ley fue dada a
Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo,
sino por la justicia de la fe’ (Rom. 4:13). Y la Biblia enseña claramente que
las promesas hechas a Abraham han de ser cumplidas a través de Cristo.
[…] [Los creyentes llegan a ser] ‘herederos según la promesa’ –herederos de
la ‘herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible’–, herederos de la
Tierra libre de la maldición del pecado” (PP 167). Esta promesa se cumplirá
literalmente cuando los santos vivan en la Tierra Nueva por los siglos de
los siglos con Cristo (Dan. 7:27).
Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 8. 67
Lección 6 | Viernes 7 de mayo

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:


Lee Elena de White, Profetas y reyes, “La viña del Señor”, pp. 11-16; “Espe-
ranza para los paganos”, pp. 272-280; “La casa de Israel”, pp. 519-532.
“Dios no reconoce distinción por causa de nacionalidad, raza o casta.
Él es el Hacedor de toda la humanidad. Por la Creación, todos los hombres
pertenecen a una sola familia; y todos constituyen una por la Redención.
Cristo vino para derribar el muro de separación, para abrir todos los de-
partamentos de los atrios del Templo, con el fin de que toda alma tuviese
libre acceso a Dios. Su amor es tan amplio, tan profundo y completo que
lo compenetra todo. Arrebata de la influencia satánica a los que fueron
engañados por sus seducciones, y los coloca al alcance del Trono de Dios,
al que rodea el arco iris de la promesa. En Cristo no hay judío, ni griego, ni
esclavo ni hombre libre” (PR 274).
Lee 1 Pedro 2:9 y 10 para descubrir los cuatro títulos que Pedro aplica a
la iglesia. La mayoría de estos títulos se reflejan en los siguientes textos del
Antiguo Testamento que se refieren a Israel: Éxodo 19:6 e Isaías 43:20. ¿Qué
enfatiza cada uno de estos títulos sobre la relación de la iglesia con Dios?
(Por ejemplo, el título “pueblo escogido” enfatiza el hecho de que Dios eligió
a la iglesia y tiene un destino específico para ella).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. En el antiguo Israel, los sacerdotes hacían sacrificios de animales
que remitían al Mesías. Como miembros de un sacerdocio real,
¿qué tipos de “sacrificios” deben hacer los miembros de la iglesia?
(1 Ped. 2:5).
2. Dios separó a Israel del mundo a fin de que pudiera ser una na-
ción santa. También debía compartir las verdades de la salvación
con el mundo. Lo mismo puede decirse de la iglesia actual. ¿Cómo
es posible estar separado del mundo y, al mismo tiempo, estar en
condiciones de compartir el evangelio con el mundo? ¿Cómo nos
ayudan la experiencia de Israel y el ejemplo de Jesús a responder
esta pregunta?
3. Dios siempre mantuvo un remanente con el antiguo Israel. Piensa
en Elías y el remanente que existió durante su época (1 Rey. 19; ob-
serva especialmente el vers. 18). ¿Por qué a menudo es más fácil ser
fiel a Dios en medio de gente mundana que entre los que apostatan
de nuestra familia de la iglesia?
Resumen: El verdadero Israel de Dios (ya sea antes o después de la Cruz)
es el Israel de la fe, gente que vive en una relación espiritual de pacto con
él. Estas personas actúan como representantes del Señor, al presentar al
mundo el evangelio de su gracia salvadora.

68 Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 9.


EL SÁBADO ENSEÑARÉ...

TEXTO CLAVE: 1 PEDRO 2:9


RESEÑA
Aunque Israel era la nación elegida por Dios y había heredado el
pacto de sus antepasados, no evidenciaba la misma fuerza de convicción
que a menudo tuvieron sus predecesores. En consecuencia, muchos en
Israel cometieron los mismos errores que sus antepasados, descartando
la importancia del pacto de Dios en su propia vida. Nuevamente Dios
tuvo que tamizar al remanente de sus hijos pecadores.

COMENTARIO

Más que todos los pueblos


En Deuteronomio 28, así como en los libros de Isaías, Jeremías, Sofonías
y varios profetas menores, se hicieron promesas de pacto a Israel sobre la
base de su lealtad a Yahvéh. Sin embargo, la muerte de Jesús, el Mesías
Príncipe, predicha en Daniel 9:25 al 29, con el tiempo llevó a la difusión del
Nuevo Pacto tanto para judíos como para gentiles. Ahora, por la fe en Jesús,
cualquiera podía reclamar las promesas del pacto como propias. Aunque
muchos en Israel fueron infieles a Dios, él permaneció fiel a su pueblo.

Acuerdo de tierras
“El Antiguo Testamento sistemáticamente describe la tierra prome-
tida a los patriarcas e Israel en términos teológicos: como un regalo o
bendición de la gracia de Dios para su pueblo del pacto (Gén. 12:1, 7;
13:14-17; 15:18-21; Deut. 1:5-8; Sal. 44:1-3). [...] En consecuencia, ‘Israel no
puede reclamar una relación inmediata con su tierra, no puede dispo-
ner de ella de manera autónoma, no puede idolatrar la tierra tomando
posesión absoluta de ella’. ‘Israel no es dueño de la tierra. [...]
“Aunque la tierra era un regalo de gracia para Israel, el pueblo del
pacto solo podía morar o permanecer dentro de la tierra de Dios si obe-
decía al Señor (ver Deut. 4:40; Isa. 1:19). El regalo no se puede recibir
sin recibir a su Dador” (H. K. LaRondelle, The Israel of God in Prophecy:
Principles of Prophetic Interpretation, p. 136).

Israel y el Pacto
Un matiz espiritual sobresaliente del Pacto de la gracia era: “Obedece
y vivirás; desobedece y morirás”. Para el antiguo Israel, esta temática se
había entretejido en el tapiz del Antiguo Testamento y del Nuevo Testa-
mento. Desde el pacto con Adán hasta el Nuevo Pacto, la funcionalidad
divina de la voluntad ordenada e instituida de Yahvéh había estado
vinculada a cada promesa divina.

69
Lección 6 // Material auxiliar para el maestro

La grandeza nacional de Israel y las promesas de extensión territorial


dependían de aspectos condicionales del pacto. Por cierto, esas prome-
sas nacionales que se aplicaban al futuro de Israel y su protagonismo
internacional se han vinculado a su obediencia condicional. Por un lado,
independientemente de las decisiones humanas, la voluntad instituida
por Dios depende del cumplimiento inquebrantable de una promesa
divina (Gén. 3:15). Por otro lado, Dios parece permitir que las decisiones
humanas interrumpan la intención de una promesa divina, liberando así
una cadena de amargas consecuencias (2:16, 17).

APLICACIÓN A LA VIDA
Para reflexionar: La sociedad siempre ha sido consciente de la es-
tirpe. Una estirpe impresionante recibe favores, influencia y conexiones.
Incluso en los tiempos bíblicos, a menudo se identificaba a la gente por
su linaje. Ser de la “simiente” de Abraham era motivo de gran orgullo y
prestigio para los judíos.
1. ¿Qué papel jugó el Pacto en el establecimiento de relaciones entre
Dios y la humanidad durante una época en que el linaje era un
tema importante? ¿Qué tiene que ver nuestro vínculo con Dios
con nuestra conexión con los demás? ¿Qué lecciones podemos
aprender de la relación de pacto de Israel con Jehová que puedan
fortalecer nuestra relación con él?
2. Para disipar los prejuicios comunes de su época, Jesús señaló
algunas verdades obvias, como que el sol brilla tanto sobre los
malos como sobre los buenos (Mat. 5:45). El hecho de que tuviera
que recordar lo obvio al pueblo escogido de Dios nos dice cuán
egocéntricos eran. ¿Cuáles son los peligros de que nuestra iglesia
se vuelva egocéntrica?
3. Parte de la historia ancestral de Israel era la shekina, la glo-
ria visible, divina y esplendorosa de Dios (Éxo. 40:34-38). ¿Qué
evidencia tangible tienes de Dios? ¿Realmente necesitamos un
recordatorio visible de él? Explica. ¿Qué puede ser aún más po-
deroso? ¿Qué otros elementos de tu vida hablan de la presencia
permanente de Dios?
4. Repasa 2 Corintios 11:16 al 33. Los oponentes de Pablo en Corinto
eran judíos cristianos que se habían unido a la iglesia y aspiraban
a ocupar puestos de liderazgo. Creían que debido a que eran de
la simiente de Abraham, eran superiores a los cristianos genti-
les. Sin embargo, Pablo no aceptaba esa distinción entre judíos
y gentiles en relación con su salvación y su reputación ante el
Señor. ¿Cómo podríamos sentirnos superiores a otros que tienen
tanto derecho a una relación de pacto con Dios como nosotros?

70
Material auxiliar para el maestro // Lección 6

¿Cómo pueden las expectativas “externas” que tenemos de los


demás obstaculizar la misión final de la iglesia?
5. Tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento a me-
nudo se refieren al pueblo de Dios como su esposa (Isa. 62:5;
todo Ose.). Violentar los votos matrimoniales simboliza la desobe-
diencia a Dios. Cuando se rompen los votos matrimoniales, los
corazones también se quiebran. Si aplicamos estas imágenes a tu
vida, ¿en qué medida estás fortaleciendo el vínculo entre la iglesia
y Cristo? La esposa, que es la iglesia, ¿libera de responsabilidad
al miembro individual de la iglesia? Explica.
6. ¿Cómo nos ayuda el Nuevo Pacto a ser una “mejor” esposa que
Israel? Nuestra falta de “estirpe” ¿ayuda u obstaculiza nuestro
crecimiento espiritual como esposa de Cristo? Explica.

71
Lección 7: Para el 15 de mayo de 2021

EL PACTO EN EL SINAÍ

Sábado 8 de mayo

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Deuteronomio 1:29–31; Oseas 11:1;


Apocalipsis 5:9; Deuteronomio 29:10–13; Éxodo 19:5, 6; Romanos 6:1, 2; Apo-
calipsis 14:12; Romanos 10:3.

PARA MEMORIZAR:
“Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de
águilas, y os he traído a mí” (Éxo. 19:4).

“U
n niño, uno de siete hermanos, sufrió un accidente y lo llevaron
al hospital. En su casa rara vez había suficiente, en todo sentido.
Nunca tomó más que una parte de un vaso de leche. Si el vaso
estaba lleno, lo compartían dos de los niños, y el que bebía primero debía
tener cuidado de no tomar demasiado. Después de que hicieran sentir
cómodo al pequeño en el hospital, la enfermera le trajo un gran vaso de
leche. Él lo miró con ansias por un momento y luego, con el recuerdo de
las privaciones de su casa, preguntó: ‘¿Hasta dónde puedo beber?’ La enfer-
mera, con los ojos brillantes y un nudo en la garganta, le dijo: ‘Bebe todo,
niño, ¡bébetelo todo!’ ” (H. M. S. Richards, “Free Grace”, Voice of Prophecy
News, junio de 1950, p. 4).
Al igual que este niño, era un privilegio para el antiguo Israel, como para
nosotros, beber profundamente de los manantiales de la salvación.
Reseña de la semana: ¿Qué imágenes usó el Señor para describir su
relación con Israel? ¿En qué medida las historias del Éxodo y el Sinaí son
análogas a la salvación personal? ¿Cuál era el papel de la Ley en el pacto
del Sinaí?
72 Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 10.
Domingo 9 de mayo | Lección 7

SOBRE ALAS DE ÁGUILA


Como pueblo, Israel había estado inmerso en el paganismo egipcio du-
rante muchos siglos, una experiencia que indudablemente ensombreció su
conocimiento de Dios, de su voluntad y su bondad.
¿Cómo podría el Señor reconquistarlos para sí?
En primer lugar, demostraría la autenticidad de su amor por Israel, y lo
hizo a través de sus poderosos actos de liberación. Comenzaría a cortejar
a la nación para que respondiera amorosamente a su propuesta de pacto.
Primeramente Dios recordó a la nación sus actos de gracia en su favor en
el Sinaí.

¿Qué dos ilustraciones describen la manera en que el Señor llevó a Israel


de Egipto al Sinaí?
Éxo. 19:4; Deut. 32:10-12........................................................................................................................
Deut. 1:29-31; Ose. 11:1.............................................................................................................................

¿Qué le enseñarían estas ilustraciones a Israel (y a nosotros) acerca de


la naturaleza de la actitud de Dios hacia su pueblo?

Estas ilustraciones indican que nuestro Dios es plenamente consciente


de nuestra impotencia. Lee Salmo 103:13 y 14. En la ilustración del águila y en
la del padre que trae a su hijo, notamos la preocupación de Dios por nuestro
bienestar. Tierno, solidario, protector, prometedor; su deseo es llevarnos a
la madurez plena.
“El águila era famosa por su inusual apego a sus aguiluchos. También
vivía en la cima de las montañas. Al enseñar a volar a sus polluelos, los
cargaba sobre su lomo a esas grandes alturas que dominan las llanuras
del Sinaí, y luego los dejaba caer a las profundidades. Si la cría todavía
era demasiado pequeña y estaba demasiado desconcertada para volar, el
águila padre se abalanzaba por debajo de ella, la atrapaba sobre su espalda
y volvía a volar con ella hacia el nido, en los riscos de arriba. Y así es ‘cómo
te saqué de Egipto para mí’, dice la voz divina” (G. A. F. Knight, Theology of
Narration, p. 128).

Contrasta el interés de Dios por nosotros con el interés que demostramos unos
por otros. La preocupación que Dios tiene por nosotros ¿cómo debería afectar
nuestra preocupación por los demás?
Sobre la base de tu experiencia personal, ¿qué ilustraciones se te ocurren para
describir el interés abnegado de Dios por nosotros? Inventa algunas imágenes
basadas en tus experiencias; también usa ejemplos de la cultura en la que vives.
Compártelos con la clase.

Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 11. 73


Lección 7 | Lunes 10 de mayo

EL DISEÑO DE LA SALVACIÓN
“Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de
debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y
os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes; y os tomaré por mi
pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro
Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto” (Éxo. 6:6, 7).

Considera los versículos anteriores: ¿Qué principio vemos en ellos, como


vimos anteriormente, con respecto al papel de Dios hacia la humanidad en
la relación del Pacto (céntrate en la frecuencia con la que aparece la palabra
yo en estos versículos)?

La liberación de Israel de la esclavitud en Egipto y la liberación de Noé y


su familia del Diluvio son dos acontecimientos salvíficos prominentes en los
escritos de Moisés. Ambos brindan información sobre la ciencia de la salva-
ción. Pero es el suceso del Éxodo en particular el que ofrece el diseño básico.
Cuando Dios dice a Israel (a través de Moisés) “os redimiré” (Éxo. 6:6),
literalmente dice “actuaré como pariente redentor”, o go’el.
“La palabra redimir, en el versículo 6 [de Éxo. 6], se refiere a un miembro
de una familia que compra o rescata a otro miembro de la familia, espe-
cialmente cuando ese miembro se esclavizó por deudas, o estaba a punto
de esclavizarse. Israel aparentemente no tenía ningún pariente terrenal
para que lo redimiera, pero Dios ahora era pariente de Israel, su pariente
redentor” (B. L. Ramm, His Way Out, p. 50).

¿Cómo entiendes la idea de que Dios “rescatará” o volverá a comprar a su


pueblo de la esclavitud? ¿Cuál fue el precio que hubo que pagar? ¿Qué nos
dice eso sobre nuestro valor? (Ver Mar. 10:45; 1 Tim. 2:6; Apoc. 5:9).

En Éxodo 3:8, Dios dice que ha “descendido” para rescatar a Israel. Este
es un verbo hebreo común para la interacción de Dios con la humanidad.
Dios está en el cielo y nosotros en la Tierra, y solo cuando Dios “desciende”
a la Tierra puede redimirnos. En la acepción más auténtica de la idea, solo
cuando Jesús descendió, vivió, sufrió, murió y resucitó por nosotros fuimos
redimidos. “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros” (Juan
1:14) es otra forma de decir que Dios descendió para salvarnos.

74 Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 12.


Martes 11 de mayo | Lección 7

EL PACTO DEL SINAÍ


El libro de Éxodo llama la atención del lector sobre tres acontecimientos
importantes. Como tres montes, el Éxodo en sí, el establecimiento del Pacto
y la construcción del Tabernáculo-Santuario se elevan por encima de las co-
linas de acontecimientos menores. El establecimiento del Pacto, registrado
en Éxodo 19 al 24, era el “Monte Everest” de los tres. Un breve bosquejo de
Éxodo 19 al 24 muestra la secuencia y la relación de los eventos.
Si bien quizá no tengas tiempo de buscar todos los versículos que se
enumeran a continuación, concéntrate en la secuencia de eventos:
1. La llegada y el acampamento de Israel en el Sinaí después de que el
Señor lo libró (Éxo. 19:1, 2).
2. La propuesta de Dios de un pacto con Israel (Éxo. 19:3-6).
3. La respuesta de aceptación del Pacto por parte de Israel (Éxo. 19:7, 8).
4. Preparativos para recibir el Pacto formalmente (Éxo. 19:9-25).
5. Proclamación de los Diez Mandamientos (Éxo. 20:1-17).
6. Moisés como mediador del Pacto (Éxo. 20:18-21).
7. Se detallan los principios del Pacto (Éxo. 20:22-23:22).
8. Ratificación del Pacto (Éxo. 24:1-18).
Este pacto juega un papel vital en el plan de salvación. Es el cuarto pacto
que se menciona en la Biblia (lo anteceden los de Adán, Noé y Abraham), y
en él Dios se revela más plenamente que antes, especialmente cuando se
establece todo el ritual del Santuario. Por lo tanto, el Santuario se convierte
en el medio por el que muestra al pueblo el plan de salvación que debía
revelar al mundo.
Aunque el Señor había redimido a Israel de la esclavitud en Egipto, quería
que entendiera que la Redención tenía un significado mayor y más relevante
que la mera libertad de la esclavitud física. Quería redimirlos del pecado,
la principal esclavitud, y ​​esto solo podía suceder a través del sacrificio del
Mesías, como lo enseñan los tipos y los símbolos del servicio del Santuario.
Por ende, no es de extrañar que, poco después de que fueran redimidos de
la servidumbre y se les diera la Ley, se instruyera a los israelitas para que
restablecieran el servicio del Santuario, porque en él Dios les reveló el Plan
de Redención, que es el verdadero significado y propósito del Pacto. Porque
el Pacto no es más que un pacto de salvación que el Señor ofrece a la hu-
manidad caída. Eso es lo que fue en el Edén y eso es lo que fue en el Sinaí.

¿Por qué era necesario un pacto entre Dios y el pueblo de Israel? (Ver Deut.
29:10‑13. Observa nuevamente el aspecto relacional del Pacto).

Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 13. 75


Lección 7 | Miércoles 12 de mayo

DIOS E ISRAEL
“Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros
seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la
tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas
son las palabras que dirás a los hijos de Israel” (Éxo. 19:5, 6).
En estos versículos, el Señor propone su pacto con los hijos de Israel.
Aunque en cierto sentido el Señor los ha llamado, ese llamamiento no se
les otorga automáticamente sin que ellos decidan. Tuvieron que cooperar.
Incluso su liberación de Egipto implicó que ellos cooperaran: si no hubieran
hecho lo que el Señor les dijo (como marcar con sangre los postes de las
puertas), no se habrían librado. Así de sencillo.
Aquí, el Señor tampoco les dice: “Les guste o no, serán un tesoro especial
para mí y una nación de sacerdotes”. No es así como funciona y no es lo que
dice el texto.

Lee Éxodo 19:5 y 6, citado anteriormente. ¿Cómo entiendes lo que el Señor


está diciendo en el contexto de la salvación por fe? El mandato de obedecer al
Señor ¿anula de alguna manera el concepto de salvación por gracia? ¿Cómo
te ayudan los siguientes pasajes a entender la respuesta? Romanos 3:19-24;
6:1, 2; 7:7; Apocalipsis 14:12.

“No ganamos la salvación por nuestra obediencia; porque la salvación


es el don gratuito de Dios para ser recibido por fe. Pero la obediencia es el
fruto de la fe” (CC 52).
Piensa en lo que el Señor estaba dispuesto a hacer por la nación de Israel:
no solo los libró milagrosamente de la esclavitud en Egipto, sino también
quería convertirlos en su tesoro, una nación de sacerdotes. Al basar su re-
lación con ellos en su salvación (tanto temporal, de la esclavitud en Egipto,
como eterna), el Señor buscaba elevarlos a un nivel espiritual, intelectual
y moral que los convertiría en el portento del mundo antiguo. Todo, con el
propósito de usarlos para predicar el evangelio a las naciones. Todo lo que
tenían que hacer, en respuesta, era obedecer.

¿En qué medida nuestra experiencia personal con el Señor debe reflejar ese mis-
mo principio que vemos aquí, en el estudio de hoy?

76 Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 14.


Jueves 13 de mayo | Lección 7

PROMESAS, PROMESAS... (ÉXO. 19:8)


A primera vista, todo parece estar bien. El Señor libera a su pueblo, le
ofrece las promesas del Pacto y ellos aceptan: harán todo lo que el Señor les
pida. Es un trato “hecho en el cielo”, ¿verdad?

Lee los siguientes versículos. ¿Qué percepción nos dan sobre la respues-
ta de Israel al Pacto?
Romanos 9:31, 32 ......................................................................................................................................
Romanos 10:3 .............................................................................................................................................
Hebreos 4:1, 2 ..............................................................................................................................................
Independientemente de lo que Dios nos pida que hagamos, nuestra re-
lación con él debe basarse en la fe. La fe proporciona la base sobre la cual
siguen las obras. Las obras en sí, por más pura que sea su motivación, por
más sinceras y cuantiosas que sean, no pueden hacernos aceptables a los
ojos de un Dios santo. No pudieron en la época de Israel, ni tampoco lo
pueden en la nuestra.

Sin embargo, aunque la Biblia enfatiza las obras vez tras vez, ¿por qué no
pueden hacernos aceptables a la vista de Dios? (Ver Isa. 53:6; 64:6; Rom. 3:23).

Lamentablemente, el pueblo hebreo creía que su obediencia llegaba a


ser el medio de su salvación, no el resultado de la salvación. Buscaban justi-
ficación en su obediencia a la Ley, no en la justicia de Dios, que viene por la
fe. El pacto del Sinaí, aunque contiene un conjunto de instrucciones y leyes
mucho más detalladas, fue diseñado como un pacto de gracia, al igual que
todos los pactos anteriores. Esta gracia, que se ofrece gratuitamente, pro-
duce un cambio de corazón que conduce a la obediencia. Por supuesto que
el problema no era su intento de obedecer (el Pacto exigía que obedecieran);
el problema era la clase de “obediencia” que ofrecían. Que en realidad no era
obediencia, como lo demostró la historia posterior de la nación.

Lee con atención Romanos 10:3, especialmente la última parte. ¿A qué se refiere
Pablo allí? ¿Qué pasa con quienes buscan imponer su propia justicia? ¿Por qué ese
intento conduce inevitablemente al pecado, la injusticia y la rebelión? Fíjate en
nuestra vida. ¿No corremos el peligro de hacer lo mismo?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 15. 77


Lección 7 | Viernes 14 de mayo

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:


Lee Elena de White, Patriarcas y profetas, “El Éxodo”, pp. 286-295; “Del
Mar Rojo al Sinaí”, pp. 296-309; “La ley dada a Israel”, pp. 310-324.
“El espíritu de servidumbre se engendra cuando se procura vivir de
acuerdo con una religión legal, mediante esfuerzos para cumplir las de-
mandas de la Ley por nuestra propia fuerza. Solo hay esperanza para noso-
tros cuando nos ponemos bajo el pacto hecho con Abraham, que es el Pacto
de gracia por la fe en Cristo Jesús. El evangelio predicado a Abraham, por
medio del cual tuvo esperanza, es el mismo evangelio que nos es predicado
a nosotros hoy, mediante el cual tenemos esperanza. Abraham contempló a
Jesús, quien es también el Autor y Consumador de nuestra fe” (“Comentarios
de Elena de White”, en CBA 6:1.077).
“Durante su esclavitud en Egipto, muchos de los israelitas habían per-
dido en alto grado el conocimiento de la Ley de Dios, y habían mezclado los
preceptos divinos con costumbres y tradiciones paganas. Dios los llevó al
Sinaí, y allí con su propia voz proclamó su Ley” (PP 346).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. ¿De qué manera se diseñó la relación de pacto para preservar las li-
bertades físicas y espirituales de Israel? (Ver Lev. 26:3-13; comparar
con Deut. 28:1-15).
2. Vuelve a leer Éxodo 19:5 y 6. Fíjate que el Señor hace esta declara-
ción: “Mía es toda la tierra”. ¿Por qué diría eso, especialmente en
este contexto: al intentar establecer un pacto con otros? ¿Cómo en-
caja aquí nuestra comprensión del sábado y lo que significa?
3. Nosotros entendemos que nuestros pecados son perdonados solo
por la gracia de Dios. ¿Cómo entendemos el papel de la gracia de
Dios al permitirnos vivir una vida de fe y obediencia?
Resumen: El pacto que Dios estableció con Israel en el Sinaí fue un
pacto de gracia. Luego de dar abundantes evidencias de su amor y cuidado
bondadosos mediante una liberación extraordinaria de la esclavitud en
Egipto, Dios invitó a la nación a un pacto con él que mantendría y promo-
vería sus libertades. Aunque Israel respondió afirmativamente, carecía de
una verdadera fe motivada por el amor. Su historia posterior indica que,
mayormente, no logró entender la verdadera naturaleza del pacto, y lo co-
rrompió al transformarlo en un sistema de salvación por obras. Nosotros
no necesitamos repetir el fracaso de Israel e ignorar la maravillosa gracia
que se extiende a los pecadores.

78 Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 16.


EL SÁBADO ENSEÑARÉ...

TEXTO CLAVE: ÉXODO 19:4


RESEÑA
Después de haber vivido entre los egipcios, cuya religión enseñaba
que la salvación se compraba con las obras de manos humanas, Israel
perdió de vista quién era Dios en realidad. Creían que la obediencia a
Dios era su salvación y que la redención surgía de los méritos propios,
no de su relación personal con Dios.

COMENTARIO
“Cuando un águila quiere enseñar a volar a sus pichones [...] empuja
a uno de los aguiluchos y con el pico lo saca del nido. El aguilucho em-
pieza a caer, y la gran águila vuela por debajo, extiende las alas, atrapa
al pequeño sobre su espalda y sube una milla por el aire.
“Cuando apenas se puede distinguir al águila como un punto en
el cielo, esta se gira hacia un costado y el aguilucho cae y aletea unos
trescientos metros.
“Mientras tanto, el águila da vueltas alrededor del aguilucho y debajo
de él, toma al aguilucho con sus alas y lo eleva de nuevo por el aire.
Después vuelve a soltar al aguilucho y este desciende cada vez más, a
veces a unos treinta metros del suelo.
“De nuevo la gran águila toma al pequeño en su espalda y suben
una milla más. Poco a poco el aguilucho aprenderá a volar. El águila
sabe cuándo está cansado el aguilucho; echa el aguilucho al nido, saca
al siguiente y comienza de nuevo” (P. L. Tan, Encyclopedia of 15.000
Illustrations, pp. 3.050, 3.051).

Sobre alas de águila


Con sus afiladas garras de la gracia, el Águila eterna de las montañas
sacó al aguilucho hebreo del altivo nido de la opresión egipcia. En el
Mar Rojo, el “aguilucho” se hundió en pánico al escuchar el estampido
de las ruedas de los carros de la injusticia en el desierto. Mientras la fe
del aguilucho aleteaba, contempló dos enormes muros de agua abiertos
que se elevaban con gloriosa atención, saludando la omnipotencia de
la majestuosa Águila. Entre los muros de agua clara, se había tallado un
camino seco de manera sobrenatural, que guiaba al aguilucho temblo-
roso por un paso seguro.

El diseño de la salvación
Así como la expresión hebrea go’el en Éxodo 6:6 revela que Cristo es el
Pariente-Redentor de Israel, hay cuatro términos griegos del Nuevo Testa-
mento que amplían de qué manera Cristo es nuestro Pariente-Redentor:

79
Lección 7 // Material auxiliar para el maestro

“Hay cuatro palabras diferentes que se usan para denotar ‘redención’ en


el Nuevo Testamento griego: agoridzo, exagoridzo, lutroo y apolutrosis. [...]
“La primera palabra para ‘redención’ [agoridzo] nos dice que Jesu-
cristo vino a la Tierra para localizarnos en medio de nuestra depravación
y para inspeccionar personalmente nuestra esclavitud a Satanás.
“La segunda palabra para ‘redención’ (exagoridzo) declara que Jesús
vino no solo para inspeccionar nuestra condición, sino además para
alejarnos permanentemente del poder de Satanás.
“La tercera palabra para ‘redención’ (lutroo) nos dice que Jesús es-
taba tan comprometido a librarnos del dominio de Satanás, que estuvo
dispuesto a pagar el precio del rescate con su propia sangre. [...]
“La cuarta palabra para ‘redención’ (apolutrosis) nos dice que, ade-
más de liberarnos permanentemente del dominio de Satanás, Jesús nos
restauró a la posición de ‘hijos de Dios’. El mismo Jesús nos restauró
completamente y nos hizo coherederos con él (Rom. 8:17)” (R. Renner,
Dressed to Kill: A Biblical Approach to Spiritual Warfare and Armor, pp.
81, 98, 99). (Estudia 1 Cor. 6:20; Gál. 3:13; 4:4, 5; Efe. 1:7; Tito 2:14; 1 Ped.
1:18, 19; Apoc. 5:9; 7:23).

El Pacto del Sinaí


En el Pacto del Sinaí (Éxo. 19:5, 6), había tres elementos o aspectos
fundamentales que Yahvéh reveló al dirigirse al antiguo Israel en rela-
ción con su voluntad instituida para ellos. El primer elemento de este
pacto era el deseo expresado por Dios de hacer de la nación hebrea
una posesión entrañable. “En contraste con otros tipos de posesiones,
a saber, aquellas que no se podían desplazar, como los bienes raíces,
Israel llegó a ser, mediante el amor y el afecto de Dios, su tesoro móvil”
(G. M. Hasel y M. G. Hasel, The Promise: God’s Everlasting Covenant, p. 65).
El segundo aspecto de este pacto era que Yahvéh planificó hacer de
Israel un reino de sacerdotes. En otras palabras: “Cada israelita, de una u
otra forma, debía funcionar como agente sacerdotal de Dios para llevar
bendiciones a las naciones de todo el mundo y atender sus necesidades”
(ibíd., p. 66). El tercer elemento de este pacto se enfocaba en el plan de
Yahvéh para que Israel llegara a ser una nación santificada. En esencia,
el Israel del Pacto de gracia se convertiría en una entidad santa. Aun
sabiendo de antemano que el antiguo Israel pronto rompería su pacto
(Éxo. 19:7, 8), Yahvéh inició el pacto del Sinaí. ¿Por qué? (Estudia Éxo. 32).

Dios e Israel
“Y ahora, si ciertamente escuchas mi voz, y guardas mi pacto, serás
para mí un tesoro especial sobre las naciones, porque toda la tierra es
mía. Y serás para mí un reino de sacerdotes, una nación santa. Estas

80
Material auxiliar para el maestro // Lección 7

son las palabras que dirás a los hijos de Israel” (The Interlinear Hebrew/
Greek English Bible, t. 1, p. 192; ver Éxo. 19:5, 6). “El evangelio es la Ley
desplegada, ni más ni menos. [...] La Ley señala a Cristo; Cristo señala a
la Ley. El evangelio llama a los hombres al arrepentimiento. ¿Arrepen-
timiento de qué? Del pecado. ¿Y qué es el pecado? Es la transgresión
de la Ley. Por lo tanto, el evangelio llama a los hombres [...] a volver a la
obediencia a la Ley de Dios” (Elena de White, “The Law and the Gospel”,
en The Signs of the Times, 25 de febrero de 1897).

Promesas, promesas...
“Si la fe y las obras pudieran comprar el don de la salvación para alguien,
entonces el Creador estaría obligado ante la criatura. En este punto la fal-
sedad tendría una oportunidad de ser aceptada como verdad” (FO 17, 18).
Esta es otra manera de expresar esta verdad: no es fe y obras; no
es ni fe ni obras; es una fe que obra. Revelamos nuestra fe mediante
nuestras obras; de hecho, las obras fortalecen la fe.

APLICACIÓN A LA VIDA
Para reflexionar: Durante la última semana de 1999, salon.com pu-
blicó una historia titulada “El Salón de la Infamia”. Se trataba de las diez
figuras deportivas más deshonrosas de ese año. La lista incluía de todo:
desde alguien que fue arrestado por asesinato hasta otro que había sido
sorprendido con drogas. Se trataba de hombres que habían firmado un
contrato con sus equipos y aficionados. Comenzaron sus carreras con
la mejor de las intenciones: jugar bien, vivir honradamente y demostrar
ser dignos de las firmas de sus contratos.
Antes de firmar un contrato con alguien, es importante conocer el
carácter de esa persona. ¿Qué hay en el carácter de Dios que nos hace
sentir cómodos al entablar una relación de pacto con él? ¿Crees que
él mira primero nuestro carácter antes de entablar una relación con
nosotros? Explica.
1. En la mayoría de las sociedades comerciales, los beneficios para
ambas partes son iguales. Sin embargo, cuando un Dios divino
se asocia con un ser humano pecador, la relación comienza con
un desequilibrio terrible: Dios aporta mucho más a la sociedad
de lo que nosotros podríamos aportar. ¿Cómo es posible estar
sujetos a él y aun así tener el privilegio de ser sus socios? Explica.
2. Antes de firmar un contrato, debes leer todos los requisitos y la
letra chica. Pero cuando Dios hace un pacto, es muy claro. No
hay letra chica ni lectura entre líneas. Sus palabras son una serie
de expresiones definitivas; por ejemplo, en Éxodo 6:6 y 7 dice:
“Yo os sacaré [...], os libraré [...], os redimiré [...] y os tomaré”.

81
Lección 7 // Material auxiliar para el maestro

En respuesta, ¿qué aportarás tú a la sociedad? Si estuvieras en


los zapatos de Dios, ¿cuán cómodo estarías al hacerte socio de
alguien como tú?
3. Los contratos se personalizan para adaptarlos a las partes inte-
resadas, al tipo de negocios y demás. ¿De qué manera Dios ha
personalizado su pacto contigo? ¿Cómo demuestras tu agrade-
cimiento por las “concesiones” que él ha hecho en caso de que
rompas tu contrato? ¿Cómo afecta el papel de Dios como amigo
tuyo su papel como socio? ¿Existe un conflicto entre los dos roles?
Explica. Dios reconoce nuestra fragilidad (Sal. 103:13, 14). ¿Signi-
fica esto que Dios excusa el (los) pecado(s)? Sabemos que Dios
perdona el (los) pecado(s). ¿Cuál es la diferencia?
4. La idea de que Dios desciende a nuestro nivel humano es más
obvia en el Nuevo Testamento; y la gente a menudo asume que
Dios era distante e inaccesible en el Antiguo Testamento. ¿Por
qué este concepto es inexacto?
5. Muchas de las instrucciones dadas a Israel después del Éxodo
pueden parecer irrelevantes y anticuadas para la gente moder-
na, y está claro que por lo menos algunas de ellas no se aplican
directamente hoy. ¿Cómo crees que funcionaban las normas y
los ritos dados después del Éxodo para enseñar las lecciones
que Dios quería que aprendieran? ¿Cómo saber cuáles podrían
aplicarse a nosotros hoy?
6. Muchos comentaristas bíblicos consideran que la promesa co-
lectiva de Israel de obedecer a Dios (Éxo. 19:8) es jactanciosa
y equivocada. Si es así, ¿por qué? ¿Puedes pensar en otras res-
puestas que podrían haber sido más apropiadas? ¿Qué distingue
la verdadera obediencia de la obediencia falsa o equivocada?

82
Lección 8: Para el 22 de mayo de 2021

LA LEY DEL PACTO

Sábado 15 de mayo

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Éxodo 19:6; Isaías 56:7; Hebreos 2:9;
Deuteronomio 4:13; 10:13; Amós 3:3; Génesis 18:19.

PARA MEMORIZAR:
“Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y
la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil
generaciones” (Deut. 7:9).

U
na de las frases importantes del Salmo 23 indica hacia dónde desea
llevarnos Dios. “Me guiará por sendas de justicia por amor de su
nombre”, declara David en el versículo 3 (énfasis añadido). Debido a
su integridad moral, Dios nunca nos llevará por mal camino. Él nos ofrecerá
caminos seguros para nuestra experiencia espiritual en la vida.
¿Cuáles son las “sendas de justicia” seguras? El autor de otro Salmo
responde a esta pregunta mediante un pedido de oración: “Llévame por el
camino de tus mandamientos, pues en él está mi felicidad” (Sal. 119:35, DHH,
énfasis añadido). “Todos tus mandamientos son justicia” (Sal. 119:172). La
Ley de Dios es un camino seguro y firme a través del traicionero pantano
de la existencia humana.
Nuestra lección de esta semana se centra en la Ley de Dios y su lugar
en el pacto del Sinaí.
Reseña de la semana: ¿Qué significó la elección de Israel? ¿Qué parale-
lismo hay entre la elección de Israel y la nuestra? ¿Qué importancia tenía
la Ley en el Pacto? El Pacto ¿nos llega en forma incondicional? ¿Por qué la
obediencia es una parte tan esencial de la relación del Pacto?
Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 17. 83
Lección 8 | Domingo 16 de mayo

LA ELECCIÓN DE ISRAEL (DEUT. 7:7)


La tradición judía enseñaba que Dios hizo el pacto con Israel solo porque
otras naciones lo rechazaron primero. Aunque no hay evidencias bíblicas
para esa postura, sí ayuda a entender que el Señor eligió a la nación hebrea
por alguna otra razón, pero no porque mereciera el gran honor y privilegio
que el Señor le otorgó. No tenían ningún mérito propio que los hiciera dignos
del amor de Dios ni de que los eligiera como pueblo suyo. Eran un grupo
poco numeroso, de tribus esclavizadas, y débiles política y militarmente
hablando. Además, en términos de cultura y religión, eran mixtos, insigni-
ficantes y sin mucha influencia. Por ende, la causa básica de la elección de
Israel radica en el misterio del amor y la gracia de Dios.

No obstante, al mismo tiempo, debemos tener cuidado al considerar esta


idea de la elección, porque está plagada de posibles malentendidos teológi-
cos. ¿Para qué eligió Dios a Israel? ¿Para redimirlo, mientras que todos los
demás fueron elegidos para el rechazo y la perdición? ¿O fueron elegidos
para ser vehículos que ofrecieran al mundo lo que se les había ofrecido a
ellos? ¿Cómo nos ayudan los siguientes versículos a entender las respuestas
a estas preguntas?
Éxodo 19:6 .....................................................................................................................................................
Isaías 56:7 .....................................................................................................................................................
Hebreos 2:9 ..................................................................................................................................................
Como adventistas del séptimo día, nos gusta considerarnos la contra-
parte moderna de Israel, llamados por el Señor no para ser los únicos redi-
midos, sino para proclamar el mensaje de redención al mundo, en el contexto
del mensaje de los tres ángeles. En resumen, creemos que tenemos algo
que decir que nadie más está diciendo. Básicamente, esta es la situación
con el antiguo Israel también. El propósito de la elección de Israel no era
convertir a la nación hebrea en un club exclusivo, que atesorara la promesa
de salvación y redención para sí misma. Al contrario, si creemos que Cristo
murió por toda la humanidad (Heb. 2:9), entonces la redención que el Señor
ofreció a Israel también se la ofrece a todo el mundo. Se suponía que Israel
era el vehículo por el que se daría a conocer esta redención. Nuestra iglesia
ha sido llamada a hacer lo mismo.

Analiza tu función en la iglesia. ¿Qué puedes hacer para ayudar a promover la obra
que hemos sido llamados a realizar? Recuerda, si no estás ayudando activamente,
lo más probable es que, hasta cierto punto, te interpongas en el camino.

84 Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 18.


Lunes 17 de mayo | Lección 8

LAZOS QUE UNEN


“Y él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra; los diez
mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra” (Deut. 4:13).
Por más que hayamos estado enfatizando que el Pacto es siempre un
pacto de gracia, que es solo el resultado del favor inmerecido que Dios otorga
a aquellos que entran en una relación salvífica con él, la gracia no es una
licencia para desobedecer. Al contrario, el Pacto y la Ley van de la mano; de
hecho, son inseparables.

Observa el texto que se cita arriba. ¿Cuán estrecho es el vínculo entre


el Pacto y la Ley? ¿Cuán básica es la Ley para el Pacto?

Cuando piensas en lo que es un pacto, el concepto de ley como parte


integral tiene sentido. Si entendemos un pacto como, entre otras cosas, una
relación, entonces es necesario trazar algún tipo de reglas y límites. ¿Cuánto
tiempo duraría un matrimonio, una amistad o una sociedad comercial si
no hubiera límites ni reglas, ya sea que estén expresadas específicamente o
se entiendan tácitamente? El marido decide buscar una amante, un amigo
decide servirse de la billetera del otro, o un socio comercial invita a otra
persona a unirse a su empresa sin decirle al otro. Estos actos serían una vio-
lación de las reglas, las leyes y los principios. ¿Cuánto tiempo durarían estas
relaciones en circunstancias tan anárquicas? Por eso, hay que poner límites,
trazar líneas y establecer reglas. Solo así se puede mantener la relación.
De hecho, varias expresiones como ley (Sal. 78:10), estatutos (18:22), tes-
timonios (25:10), mandamientos (103:18) y palabras de Jehová (Deut. 33:9) se
consideran paralelas o estrechamente relacionadas con la palabra pacto, o
tienen casi el mismo significado. Evidentemente, “las palabras de este pacto”
(Jer. 11:3, 6, 8) son las palabras de la Ley, los estatutos, los testimonios y los
mandamientos de Dios.
El pacto de Dios con su pueblo, Israel, contenía varios requisitos que
serían esenciales para mantener la relación especial que buscaba con su
pueblo. ¿Existe alguna diferencia hoy?

Piensa en alguien con quien tienes una relación estrecha. Ahora, imagina lo que
sucedería con esa relación si no te sintieras obligado por ninguna regla, norma o
ley; si creyeras que tienes total libertad para hacer lo que quisieras. Aunque digas
que amas a esta persona y que solo el amor decidirá cómo te relacionas con él o
ella, ¿por qué todavía se necesitan reglas? Analiza.

Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 19. 85


Lección 8 | Martes 18 de mayo

LA LEY DENTRO DEL PACTO (DEUT. 10:12, 13)


¿Cuáles son tus primeros pensamientos cuando piensas en la ley: agentes
de policía, multas de tráfico, jueces y cárcel? ¿O piensas en restricciones,
reglas, padres autoritarios y castigos? ¿O quizá piensas en orden, armonía,
estabilidad? ¿O, tal vez, incluso... amor?
La palabra hebrea torá, que se traduce como “ley” en nuestras Biblias,
significa “enseñanza”, o “instrucción”. El término puede usarse para refe-
rirse a todas las instrucciones de Dios, ya sean morales, civiles, sociales o
religiosas. Comprende todos los sabios consejos que Dios ha dado en gracia
a su pueblo, con el fin de que pueda experimentar una vida abundante tanto
física como espiritualmente. No es de extrañar que el salmista pudiera
llamar bienaventurado al hombre para quien “en la ley de Jehová está su
delicia, y en su ley medita de día y de noche” (Sal. 1:2).
Al leer la Ley, o Torá –las instrucciones y las enseñanzas registradas en
los libros de Moisés que se convirtieron en parte del pacto de Israel–, nos
impresiona la amplia gama de instrucciones. La Ley toca todos los aspectos
del estilo de vida de Israel: la agricultura, el gobierno civil, las relaciones
sociales y la adoración.

¿Por qué supones que Dios le brindó tantas instrucciones a Israel? (Ver
Deut. 10:13). ¿En qué sentido estas instrucciones eran para su “bien”?

La tarea de la “Ley” dentro del Pacto era brindar pautas para la nueva
vida del participante humano del Pacto. La Ley introduce al miembro del
Pacto en la voluntad de Dios, a quien se llega a conocer en el sentido más
pleno mediante la obediencia, que es por fe, a sus mandamientos y a otras
expresiones de su voluntad.
El papel que desempeñaba la Ley dentro de la realidad viva de la relación
del Pacto mostraba que Israel no podía seguir los caminos de otras naciones.
No podían vivir de acuerdo con la ley natural, las necesidades ni los deseos
humanos; ni siquiera de acuerdo con las necesidades sociales, políticas y
económicas en sí. Podían continuar siendo la nación santa de Dios, su reino
sacerdotal y su tesoro especial, solo mediante la obediencia incondicional
a la voluntad revelada de Dios en todas las áreas de la vida.

Al igual que el antiguo Israel, los adventistas del séptimo día han recibido una am-
plia gama de consejos relacionados con cada fase de la vida cristiana, a través de
una manifestación moderna del don profético. ¿Por qué deberíamos considerar
que estos consejos son un regalo de Dios, no un menoscabo del pensamiento y la
acción independientes? Al mismo tiempo, ¿qué peligros enfrentamos al conver-
tir ese regalo en algo legalista, como hicieron los israelitas con sus regalos? (Ver
Rom. 9:32).
86 Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 20.
Miércoles 19 de mayo | Lección 8

LA ESTABILIDAD DE LA LEY DE DIOS


La presencia de la Ley divina en la relación del Pacto, ¿qué verdad nos en-
seña acerca de la naturaleza intrínseca de Dios? Malaquías 3:6; Santiago 1:17.

La Ley de Dios es una expresión oral o escrita de su voluntad (comparar


con Sal. 40:8). Debido a que es una transcripción de su carácter, su presencia
en el Pacto nos asegura la permanencia y la confiabilidad del Señor. Aunque
quizá no siempre podamos discernir las obras de su providencia, sabemos
que él es digno de confianza. Su Universo está sujeto a leyes físicas y morales
invariables. Es este hecho el que nos da verdadera libertad y seguridad.
La “seguridad de que Dios es confiable radica en la verdad de que él es
el Dios de la Ley. Su voluntad y su Ley son una sola cosa. Dios dice que lo
que está bien está bien porque esto describe las mejores relaciones posibles.
Por lo tanto, la Ley de Dios nunca es arbitraria ni está sujeta a caprichos
ni fantasías. Es lo más estable del Universo” (W. R. Beach, Dimensions in
Salvation, p. 143).

Si la Ley de Dios no puede salvar a una persona del pecado, ¿por qué él
la incluyó como parte del Pacto? (Sugerencia: ver Amós 3:3).

Una relación requiere consenso y armonía. Debido a que Dios no solo es


el Creador del mundo, sino también su Gobernante moral, la Ley es esen-
cial para la felicidad de sus seres creados e inteligentes, con el propósito de
vivir en armonía con él. Por lo tanto, su Ley, la expresión de su voluntad,
es la Constitución de su gobierno. Naturalmente, es la norma, u obligación,
tanto del trato como de la relación del Pacto. Su propósito no es salvar, sino
definir nuestro deber hacia Dios (Mandamientos 1-4) y nuestro deber hacia
nuestros semejantes (Mandamientos 5-10). En otras palabras, establece el
estilo de vida que Dios desea que lleven sus hijos del Pacto, para su propia
felicidad y bienestar. Esta Ley impedía a Israel que sustituyera este estilo
de vida por alguna otra filosofía. El propósito de la relación del Pacto era, y
es, guiar al creyente mediante la gracia transformadora de Dios a estar en
armonía con su voluntad y su carácter.

Observa a tu alrededor. ¿No puedes ver los efectos devastadores de la anarquía?


Incluso en tu propia vida, ¿no puedes ver algún daño causado por violar la Ley de
Dios? Esta realidad ¿cómo te ayuda a afirmar la bondad de la Ley de Dios y por qué
la Ley debería ser una parte esencial de nuestra relación con él?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 21. 87


Lección 8 | Jueves 20 de mayo

SI...
Busca los siguientes versículos. ¿Cuál es el único punto que tienen en
común y qué enseña este sobre la naturaleza del Pacto?
Génesis 18:19 ...............................................................................................................................................
Génesis 26:4, 5............................................................................................................................................
Éxodo 19:5 .....................................................................................................................................................
Levítico 26:3 ...............................................................................................................................................
Dios reconoce abiertamente la fiel obediencia de Abraham a “mis man-
damientos, mis estatutos y mis leyes” (Gén. 26:5). Esto sugiere que Dios
esperaba que su socio humano en el Pacto llevara ese estilo de vida. La
declaración completa del pacto bíblico del Sinaí deja muy en claro que las
condiciones de obediencia son uno de los aspectos básicos del Pacto.
Éxodo 19:5 aclara: “Si me obedecen...” (NTV). El aspecto condicional del
Pacto es innegable. Las promesas del Pacto, si bien eran por gracia, inme-
recidas y representaban un regalo para ellos, no eran incondicionales. El
pueblo podía rechazar el regalo, resistirse a la gracia y darle la espalda a las
promesas. El Pacto, al igual que la salvación, nunca niega el libre albedrío. El
Señor no obliga a nadie a tener una relación salvífica con él; no le impone un
pacto. Él lo ofrece gratuitamente para todos, y todos están invitados a acep-
tarlo. Cuando alguien la acepta, esta alianza conlleva obligaciones, no como
una forma de ganarse la bendición del Pacto, sino como una manifestación
externa de haber recibido las bendiciones del Pacto. Israel debía obedecer, no
para ganarse las promesas, sino para que las promesas pudieran cumplirse
en él. La obediencia de Israel era una expresión de lo que significa recibir las
bendiciones del Señor. La obediencia no genera bendiciones en el sentido
de que Dios se vea obligado a otorgarlas. Al contrario, la obediencia crea un
ambiente en el que la bendición de la fe puede manifestarse.

“Andad en todo el camino que Jehová vuestro Dios os ha mandado, para que vi-
váis y os vaya bien, y tengáis largos días en la tierra que habéis de poseer” (Deut.
5:33). ¿Qué está queriendo decir el Señor aquí a Israel? ¿Que si obedecen recibirán
estas bendiciones, que estas bendiciones son lo que el pueblo se merece? ¿O está
diciendo: si obedecen, estas bendiciones son el resultado, porque la obediencia
abre el camino para que yo pueda derramar las bendiciones sobre ustedes? ¿Cuál
es la diferencia entre las dos ideas?

88 Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 22.


Viernes 21 de mayo | Lección 8

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:


Lee Elena de White, El Deseado de todas las gentes, “Controversias”, pp.
553-561; Patriarcas y profetas, “La Ley y los dos pactos”, pp. 378-390.
¿Cómo nos ayuda Mateo 22:34 al 40 a entender mejor (1) el lugar y el
significado de la Ley de Dios dentro de su Pacto, y (2) el concepto de que el
Pacto es sinónimo de relación?
“Antes de que, mediante el poder y la gracia de Cristo, una persona pueda
comenzar a observar los preceptos de la Ley divina, debe tener amor en el
corazón (cf. Rom. 8:3, 4). La obediencia a Dios que no nace del amor es tan
imposible como inútil. Donde existe el amor a Dios, la persona automá-
ticamente pondrá su vida en armonía con la voluntad divina como está
expresada en sus mandamientos” (CBA 5:472).
“En los preceptos de su santa Ley, Dios ha dado una perfecta norma de
vida; y ha declarado que hasta el fin del tiempo esa Ley, que no ha cam-
biado ni en una sola jota ni en un tilde, sostendrá su vigencia ante los seres
humanos. Cristo vino para magnificar la Ley y engrandecerla. Mostró que
se funda en el amplio conocimiento del amor a Dios y al hombre, y que la
obediencia a sus preceptos abarca todos los deberes de este. Su propia vida es
un ejemplo de obediencia a la Ley de Dios. En el Sermón del Monte demostró
que sus requerimientos se refieren no solo a las acciones externas sino tam-
bién abarcan los pensamientos y las intenciones del corazón” (HAp 416, 417).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. ¿Por qué el hilo del amor ejerce una influencia más fuerte que la
cuerda del miedo para atraer a los seres humanos hacia Dios?
2. El mandamiento de “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mat. 22:37) ¿por qué es
el “primero y el más importante de los mandamientos” (Mat. 22:38,
NVI)?
3. Simone Weil escribió una vez que “el orden es la primera necesi-
dad de todas” (citado en R. Kirk, The Roots of American Order, p. 3).
¿Cómo entiendes estas palabras en el contexto de la lección de esta
semana, especialmente en relación con la idea de la Ley?
Resumen: La Ley de Dios constituía una parte fundamental del Pacto,
aunque era un auténtico pacto de gracia. No obstante, la gracia nunca anula
la necesidad de la Ley; al contrario, la Ley es un medio por el cual la gracia
se manifiesta y se expresa en la vida de quienes la reciben.

Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 23. 89


EL SÁBADO ENSEÑARÉ...

TEXTO CLAVE: DEUTERONOMIO 7:9


RESEÑA
El pacto que Dios hizo con Israel en el Sinaí pretendía ser un ejemplo
de la gracia de Dios para que todos los que entraran en contacto con su
pueblo lo vieran. El pacto definía la relación de Israel con Dios. También
ofrecía parámetros dentro de los cuales Israel podría trabajar y vivir para
difundir mejor el mensaje de Dios.

COMENTARIO
Existen ejemplos de que Yahvéh llegó a otras naciones antes de
escoger a Israel, basados en pasajes anteriores como Génesis 20:3 al 6
y 21:32. ¿No es sorprendente descubrir, en respuesta a Yahvéh, que el
rey Abimelec, un rey filisteo, se haya referido a su nación camita como
“gente justa” (RVA)?
“Yahvéh siempre ha estado en contacto con pueblos no hebreos
y eligió hacer de los ‘paganos’ sus representantes y agentes, incluso
sacerdotes de acuerdo con su voluntad. [...]
“Yahvéh utiliza a Jetro el ceneo, quien estaba familiarizado con el
nombre de Yahvéh antes de Moisés, y de hecho, lo ayudó a entenderlo,
para facilitar sus planes y propósitos para la humanidad. [...] ¡Aquí tene-
mos a un pueblo afroasiático supuestamente pagano, que preserva esta
inteligencia vital antes de que aparecieran los hebreos!” (C. E. Bradford,
Sabbath Roots: The African Connection, p. 36, énfasis añadido).

La elección de Israel
Asimismo, la nación hebrea se había forjado a partir de un linaje
abrahámico. El antiguo Israel nació a partir de la providencia divina para
difundir su testimonio, ordenado por Dios, a las naciones circundantes.
Por lo tanto, la conexión entre la elección de Israel y la ley cósmica de
Yahvéh merece una explicación: “La promulgación de la ley es un acto
de gracia tanto como el don divino de la elección. La promulgación de
la ley es un acto de misericordia tanto como la liberación de la esclavi-
tud egipcia. El don de la ley es un acto del amor de Dios tanto como la
celebración del pacto al que pertenece la ley. La ley se convierte, así,
en un instrumento que define todas las relaciones dentro del pacto y
la comunidad del pacto” (G. F. Hasel y M. G. Hasel, The Promise: God’s
Everlasting Covenant, p. 72).

La ley dentro del Pacto


“La palabra hebrea ley (tôrāh) aparece en el Antiguo Testamento no
menos de 220 veces. No debe interpretarse como “ley” en el sentido

90
Material auxiliar para el maestro // Lección 8

latino de lex, que representa la ley del imperio. Tampoco debe interpre-
tarse como los griegos entendían su palabra para ley (nomos), a saber,
lo que siempre se había hecho. En el idioma hebreo, el término tôrāh
proviene de la palabra hôrah, que significa ‘señalar’, ‘enseñar’ o ‘instruir’.
En consecuencia, el sustantivo tôrāh significa ‘enseñanza’ o ‘instrucción’
en su acepción más amplia. En este sentido, la palabra ley significa toda
la voluntad revelada de Dios, o cualquier parte de ella.
“Dios le dio a Israel esta instrucción, esta tôrāh, en términos de ‘esta-
tutos y juicios’ (Deut. 4:14), o ‘los testimonios, los estatutos y los decretos’
(vers. 45) para regular la vida de Israel. Tôrāh con frecuencia se utiliza
en este sentido. Por lo tanto, la ley podría ser un tipo de ‘instrucción’
integral que incluía todas las leyes: moral y ética, civil y social, de sacri-
ficios y adoración, e higiénica y de salud.
“En otros casos, la ley (tôrāh), puede usarse en un sentido muy es-
tricto, es decir, solo los Diez Mandamientos o Decálogo” (ibíd., p. 73).

La estabilidad de la ley
El salmista canta: “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma.
El testimonio de Jehová es puro, hace sabio al sencillo. Los preceptos
de Jehová son rectos, alegran el corazón; los mandamientos de Jehová
son claros, alumbran los ojos. [...] Los juicios de Jehová son verdaderos,
todos ellos justos. Son más preciosos que el oro [...] y más dulces que la
miel y las gotas del panal” (The Interlinear Hebrew-Greek-English Bible,
t. 2, p. 1.400; ver Sal. 19:7-10).
Siempre debemos tener en cuenta el hecho de que nuestra necesi-
dad de la Ley de Dios está vinculada a la condición ilegal de la psiquis hu-
mana, y no simplemente por nuestra necesidad de rectificar las acciones
pecaminosas. Solo Cristo puede incorporar su serenidad y estabilidad
en la humanidad, y lo hace dirigiéndonos a sí mismo (Isa. 26:3; Mat. 12).
Al mismo tiempo, la Ley se promulgó para nuestro beneficio. ¿Quién
no ha sufrido, o no ha visto sufrir a otros, por la desobediencia a la Ley de
Dios? Piensa en cuánto mejor sería nuestro mundo si la gente obedeciera
la Ley de Dios. ¡Piensa en cuánto mejor sería si la gente obedeciera al
menos los últimos seis Mandamientos!
Mientras tanto, el apóstol Pablo nos dice lo siguiente: “Pero ahora
se reconcilió en el cuerpo de su carne, por medio de la muerte, para
presentarlos santos y sin mancha, y sin cargo ante él, si continúan en
la fe cimentados y firmes, sin moverse de la esperanza del evangelio”
(The Interlinear Greek-English New Testament, t. 4, pp. 542, 543, énfasis
añadido; ver Col. 1:21-23.)
Para el creyente, la madurez espiritual expresada en Colosenses no
se resume en un momento. Pablo percibía el crecimiento en la gracia

91
Lección 8 // Material auxiliar para el maestro

como un proceso regenerativo de por vida. Por lo tanto, este relato


paulino reafirmó los términos condicionales del Pacto de gracia que
Yahvéh había establecido con el antiguo Israel. (Estudia Éxo. 19:5; Lev.
26:3, 4, 14, 16; Deut. 5:33; 6:5; 10:12; 11:1, 13, 22; 13:3, 18).
“Por lo tanto, es evidente que el camino de la salvación en el Antiguo
Testamento y el camino de la salvación en el Nuevo Testamento son el
mismo: ambos son salvación por gracia mediante la fe, que da como
resultado la obediencia” (G. F. Hasel y M. G. Hasel, The Promise: God’s
Everlasting Covenant, p. 78).
Por otro lado, es igualmente importante tener en cuenta la absoluta
imposibilidad del arrepentimiento, al margen de Cristo, en el ámbito de
la santificación: “Ustedes no pueden tener un pensamiento sin Cristo.
No pueden tener la inclinación de acudir a él a menos que él ponga en
movimiento influencias e impresione su Espíritu en la mente humana”
(FO 73). (Estudia Juan 14:15; 15-17; Hech. 5:32; Rom. 2:4; 1 Cor. 13; Gál.
5:14-26; Efe. 2:8-10; 5; 1 Juan 4:7-21; 5:1-3; Apoc. 22:14).

APLICACIÓN A LA VIDA
Para reflexionar: William Barclay dijo que ser verdaderamente re-
ligioso es amar a Dios y amar a aquellos que Dios hizo a su propia
imagen. Este amor no es un sentimentalismo vago y nebuloso, sino un
compromiso total con Dios que brota del corazón en un servicio práctico
hacia nuestros semejantes.
1. Lee Deuteronomio 6:5. Este versículo es parte de la “Shemá”, el
credo del judaísmo. Cada servicio religioso comienza con esta
frase. Todo niño judío lo memoriza antes que ninguna otra cosa.
Es un recordatorio constante de que nuestro amor por Dios debe
estar antes que todo lo demás. Lee las palabras de Jesús en Mateo
22:34 al 40. ¿En qué nos parecemos a los fariseos que aquí se
describen? ¿Cómo enfatiza el Nuevo Pacto la aplicación del amor?
2. Dios nos da la Ley dentro del ámbito de su insondable amor.
Compara la relación entre Dios y la humanidad con la relación
entre padres e hijos. ¿Cuál es el propósito de la ley en una rela-
ción amorosa? Los límites y las expectativas expresadas ¿cómo
mejoran una relación? ¿Qué nos enseñan las leyes y los límites
de Dios sobre su carácter?
3. Menciona dos o tres incidentes específicos de la vida de Jesús
que son ejemplos de cómo amaba verdaderamente a su prójimo
como a sí mismo. ¿Qué pasaría si Jesús caminara por las calles
de tu ciudad hoy? ¿Cómo demostraría amor por los vecinos y por
qué? Cuando transgredes parte de la Ley de Dios, su gracia viene
al rescate. ¿Significa esto que la gracia anula la Ley? Explica. Piensa

92
Material auxiliar para el maestro // Lección 8

en casos en los que hayas apreciado los límites establecidos por la


Biblia, la iglesia o la sociedad. Comparte un ejemplo con la clase.
4. El Antiguo Pacto desempeñó un papel importante en el éxodo
israelita de Egipto. Este Pacto fue una señal del amor y el cuidado
protector de Dios. En tu vida espiritual, ¿cómo se traduce el Pacto
en señales del amor y el cuidado de Dios? ¿Cuál es tu rol en el
proceso de experimentar lo que significa vivir en una relación de
pacto con Cristo?
5. Vuelve a leer el pensamiento anterior de William Barclay en la
sección “Para reflexionar”. Piensa en formas específicas en las que
amamos a Dios y a la humanidad con un “sentimentalismo nebu-
loso”. ¿Qué pueden hacer en tu iglesia local para animarse unos a
otros a ser más sinceros en su amor a Dios y al prójimo? Menciona
cosas, problemas y circunstancias que interfieran con tus intentos
de ser sincero. ¿Cómo puedes protegerte de estas interferencias?
6. Como se señaló, la Ley de Dios dada a los israelitas era casi do-
lorosamente específica. ¿Por qué Dios podría estar tan preocu-
pado por la manera en que sus hijos conducen su vida? ¿Es por
nuestro  propio bien o por el suyo? Analiza. ¿Puede Dios verse
afectado por nuestras decisiones? Explica.
7. Tanto Israel como la iglesia, al ser los escogidos de Dios, estaban, y
están, en posesión de algo que el mundo en general necesitaba y
todavía necesita, pero generalmente no es consciente de ello. Por
lo general, Israel hizo poco para cambiar esto. ¿Es posible que hoy
corramos el riesgo de volvernos ineficaces o irrelevantes? Explica.
8. De tanto en tanto escuchamos decir que los Diez Mandamientos
en la actualidad se han convertido en las Diez Sugerencias. De
hecho, ¿actuamos a veces como si fuera así? Explica. ¿Cómo po-
demos distinguir entre libertad y licencia en nuestra vida?
9. La obediencia a la Ley ¿es una condición para tener una relación
con Dios? Si es así, ¿es un error decir que el don de Dios de la
vida eterna y su presencia continua son incondicionales en cierto
sentido? Explica. ¿Tenemos alguna base para creer en la incondi-
cionalidad del amor de Dios? ¿Por qué?
10. Al meditar sobre el tema de la obediencia, tendemos a pensar
en ello como algo que hacemos. ¿No es igualmente cierto que
podría ser una descripción de lo que somos cuando elegimos
relacionarnos con Dios? Explica.

93
Lección 9: Para el 29 de mayo de 2021

LA SEÑAL DEL PACTO

Sábado 22 de mayo

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 2:2, 3; Éxodo 20:11; 16; Hebreos
4:1–4; Éxodo 31:12–17; Deuteronomio 5:14.

PARA MEMORIZAR:
“Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus
generaciones por pacto perpetuo” (Éxo. 31:16).

E
l día de reposo sabático es como un clavo que (¡toc!) con una regularidad
inquebrantable nos devuelve cada semana al fundamento de todo lo
que somos o podríamos ser. Estamos tan ocupados, corriendo de un lado
a otro, gastando dinero, ganando dinero, yendo de aquí para allá, a todas
partes; y luego, ¡toc!, llega el sábado y nos reconecta con nuestro fundamento,
el punto de partida de todo lo demás, porque algo que no significa nada para
nosotros llega a ser fundamental solo porque Dios lo creó.
Con una regularidad incesante y sin excepciones, el sábado aparece si-
lenciosamente en el horizonte y en cada grieta y recodo de nuestra vida. Nos
recuerda que cada grieta y recodo pertenece a nuestro Hacedor, aquel que
nos puso aquí, aquel que “en el principio” creó los cielos y la Tierra. Un acto
que continúa siendo el fundamento irrefutable de toda creencia cristiana,
y del que el sábado (¡toc!) es la señal irrefutable, modesta e inconmovible.
Esta semana veremos esta señal en el contexto del pacto del Sinaí.
Reseña de la semana: ¿Dónde tiene su origen el sábado? ¿Qué evidencia
prueba que el sábado existió antes del Sinaí? ¿Qué hace que el sábado sea
una señal del Pacto tan apropiada?

94 Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 24.


Domingo 23 de mayo | Lección 9

LOS ORÍGENES
Muy a menudo escuchamos la expresión: el “antiguo sábado judío”. Sin
embargo, la Escritura es clara en cuanto a que el sábado existía mucho
antes de que existiera el pueblo judío. Su origen se remonta a la semana
misma de la Creación.

Busca Génesis 2:2 y 3; y Éxodo 20:11. ¿Dónde ubican, clara e inequívoca-


mente, el origen del sábado?

Aunque Génesis 2:2 y 3 no identifica el “séptimo día” como el sábado


(esta identificación aparece por primera vez en Éxo. 16:26, 29), se sugiere
claramente en la frase “reposó el día séptimo” (Gén. 2:2). La palabra reposó
(hebreo, shabat) se relaciona con el sustantivo sábado (hebreo, shabbat).
“No se emplea la palabra ‘sábado’ [en Gén. 2:2, 3], pero es cierto que el autor
quiso afirmar que Dios bendijo y santificó el séptimo día como día de re-
poso sabático” (G. F. Waterman, The Zondervan Pictorial Encyclopedia of
the Bible, t. 5, p. 183). Evidentemente, Génesis 2:2 y 3 enseña el origen divino
y la institución del sábado como día de bendición para toda la humanidad.
Lee Marcos 2:27. Jesús dice que el sábado fue hecho literalmente para el
“hombre”, término genérico que abarca a la humanidad en su conjunto, en
contraposición a los judíos solamente.

¿Por qué Dios descansó el séptimo día? ¿Lo necesitaba? ¿Qué otro pro-
pósito podría haber tenido su descanso?

Aunque algunos comentaristas han sugerido que Dios necesitaba des-


canso físico después de la Creación, el verdadero propósito del descanso de
Dios era brindar un ejemplo divino para la humanidad. La humanidad tam-
bién debe trabajar durante seis días y luego descansar el sábado. El teólogo
Karl Barth sugirió que el reposo de Dios al final de la Creación era parte del
“pacto de gracia”, en el que se invitaba a la humanidad ‘a descansar con él
[...] participar en el reposo [de Dios]’ ” (Church Dogmatics, t. 3, parte 1, p. 98).
Al día siguiente de la creación del hombre y la mujer, Dios, en su amor,
los llamó a descansar en camaradería, a establecer una comunión íntima
con él, a cuya imagen habían sido creados. Ese compañerismo y esa comu-
nión durarían para siempre. Desde la caída de la humanidad, el sábado ha
ofrecido un punto culminante semanal en nuestra vida con el Salvador.

¿Cómo responderías si alguien te preguntara cómo ha beneficiado la observancia


del sábado tu relación con el Señor?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 25. 95


Lección 9 | Lunes 24 de mayo

EL SÁBADO ANTES DEL SINAÍ


“Y él les dijo: Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo día de
reposo, el reposo consagrado a Jehová; lo que habéis de cocer, cocedlo hoy,
y lo que habéis de cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo
para mañana” (Éxo. 16:23).
Observa lo que revela este relato:
1. Solo se podía usar una porción regular de maná por día, pero al
sexto día se debía recolectar doble porción.
2. No se encontraba maná en sábado.
3. La porción extra necesaria para el sábado se conservaba intacta
desde el sexto día, pero el maná no se conservaba intacto ningún
otro día.

¿Qué revela esta historia sobre la santidad del sábado antes de la pro-
mulgación de la Ley en el Sinaí? (Ver Éxo. 16:23-28).

“De hecho, la ecuación del sábado con el séptimo día; la declaración de


que el Señor les dio a los israelitas el sábado y el registro de que el pueblo,
por orden de Dios, descansó el séptimo día; inequívocamente, todo apunta
a la institución primigenia [en la Creación] del sábado” (G. F. Waterman, The
Zondervan Pictorial Encyclopedia of the Bible, t. 5, p. 184).

1. ¿Cuál es el día de preparación para el sábado?

2. ¿Qué día de la semana es sábado?

3. ¿Qué clase de día debía ser el sábado?

4. El sábado ¿es un día de ayuno?

5. El sábado ¿es una prueba de lealtad a Dios?

Tu conocimiento del sábado en la actualidad ¿en qué medida coincide con lo que
enseña Éxodo 16 sobre el sábado?

96 Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 26.


Martes 25 de mayo | Lección 9

LA SEÑAL DEL PACTO


“Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por
sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los
hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el
séptimo día cesó y reposó” (Éxo. 31:16, 17).
Cuatro veces las Escrituras designan el sábado como una “señal” (Éxo.
31:13, 17; Eze. 20:12, 20). Una “señal” no es un “símbolo” en el sentido de que
sea algo que tipifique, represente o recuerde otra cosa naturalmente, porque
ambos comparten cualidades similares (p. ej., un símbolo de un puño a
menudo denota “poder”). En la Biblia, el sábado como “señal” funcionaba
como una marca, un objeto o condición exterior, destinado a transmitir un
mensaje distintivo. Nada de la señal en sí la vinculaba especialmente con
el Pacto. El sábado era una señal de pacto “entre mí y vosotros por vuestras
generaciones” (Éxo. 31:13) solo porque Dios dijo que así era.

¿Por qué el Señor usaría el día de reposo como una señal del Pacto? ¿Qué
tiene el sábado que lo hace un símbolo tan apropiado de la relación salvífica
con Dios? Si recordamos que un aspecto esencial del Pacto es que somos
salvos por gracia, que las obras no pueden salvarnos, ¿qué tiene el sábado
en sí que lo convierte en un símbolo tan bueno de esa relación? (Ver Gén.
2:3; Heb. 4:1-4).

Lo fascinante del sábado como señal del Pacto de gracia es que durante
siglos los judíos han entendido que el sábado es la señal de la redención
mesiánica. Veían en el sábado un anticipo de la salvación en el Mesías.
Debido a que entendemos que la Redención proviene solo de la gracia, y
porque entendemos que el Pacto es una alianza de gracia, el vínculo entre
el sábado, la Redención y el Pacto se hace evidente (ver Deut. 5:13-15). Por
lo tanto, contrariamente a la opinión común, el sábado es una señal de la
gracia salvífica de Dios; no es una señal de salvación por obras.

¿Cómo entiendes lo que significa “descansar” en sábado? ¿Cómo descansas el


sábado? ¿Qué haces diferente ese día que lo convierte en una “señal”? Alguien
que te conoce ¿podría observar tu vida y ver que el sábado es realmente un día
especial para ti?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 27. 97


Lección 9 | Miércoles 26 de mayo

SEÑAL DE SANTIFICACIÓN
“En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal
entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy
Jehová que os santifico” (Éxo. 31:13).
Un pasaje referente al sábado excepcionalmente rico es Éxodo 31:12 al 17,
que esboza las instrucciones del Señor para la construcción del Santuario
y el establecimiento de sus servicios (Éxo. 25:1-31:11).
El concepto del sábado como “señal”, una señal visible, externa y eterna
entre Dios y su pueblo, se expresa aquí de esta manera por primera vez.
El texto en sí contiene algunos conceptos fascinantes dignos de nuestro
estudio. En este texto se unen dos nuevas ideas:
1. El sábado como señal de conocimiento.
2. El sábado como señal de santificación.
Considera el aspecto de la señal relacionada con el conocimiento. La
interpretación hebrea del conocimiento incluye aspectos intelectuales, rela-
cionales y emocionales. En este sentido, “saber” no significaba simplemente
conocer un hecho, especialmente cuando este involucraba a una persona.
También implicaba mantener una relación significativa con aquel a quien se
conoce. Por lo tanto, conocer al Señor significaba tener una buena relación
con él: servirlo (1 Crón. 28:9); temerlo (Isa. 11:2); creerle (Isa. 43:10); confiar en
él y buscarlo (Sal. 9:10); e invocar su Nombre (Jer. 10:25).

Busca cada uno de los versículos del párrafo anterior. ¿De qué manera
estos textos nos ayudan a comprender lo que significa “conocer” al Señor?

Además, el sábado tiene un significado como señal de santificación. Im-


plica que Jehová “santifica” a su pueblo (comparar con Lev. 20:8) al hacerlo
“santo” (Deut. 7:6).
El proceso de santificación es tanto la obra del amor redentor de Dios
como la obra salvífica y redentora de Dios. La justificación y la santificación
son actividades de Dios: “Yo Jehová [...] os santifico” (Lev. 20:8). Por lo tanto, el
sábado es una señal que imparte el conocimiento de Dios como Santificador.
“El sábado, que fue dado al mundo como señal de que Dios es el Creador, es
también la señal de que es el Santificador” (TI 6:352).

Reflexiona sobre el día de reposo y el proceso de santificación, y el hecho de ser


santificados. ¿Qué función cumple la observancia del sábado en este proceso?
¿Cómo puede el Señor valerse de nuestra experiencia de observancia del sábado
para santificarnos?

98 Reavivados por su Palabra: Hoy, Mateo 28.


Jueves 27 de mayo | Lección 9

ACUÉRDATE DEL SÁBADO


“Acuérdate del día de reposo para santificarlo” (Éxo. 20:8).
El sábado fue y es una señal para que el hombre se acuerde, o recuerde.
El uso de la palabra acordarse puede tener varias funciones. En primer lugar,
acordarse de algo implica mirar hacia atrás, mirar hacia el pasado. En este
caso, el sábado nos señala la Creación por mandato divino, que culminó
con la institución del sábado como día de descanso semanal y de comunión
especial con Dios.
El mandato de recordar tiene implicaciones también para el presente.
No solo debemos “recordar” el sábado (Éxo. 20:8), debemos “guardarlo” y
“santificarlo” (ver Deut. 5:12). Por lo tanto, el sábado tiene importantes im-
plicaciones para nosotros ahora, en el presente.
Finalmente, recordar el sábado también nos señala hacia adelante. Quien
se acuerda de guardar el sábado tiene un futuro prometedor, rico y signi-
ficativo con el Señor del sábado; su relación de pacto permanece porque
persevera en el Señor. Nuevamente, cuando entendemos que el Pacto es
una relación entre Dios y la humanidad, el sábado, que puede ser de gran
ayuda para fortalecer esa relación, adquiere una importancia específica.
De hecho, al recordar la Creación y a su Creador, el pueblo de Dios tam-
bién recuerda los misericordiosos actos de salvación por parte de Dios (ver
Deut. 5:14, donde el sábado se considera, en este contexto, una señal de la
liberación de Egipto, y un símbolo de la salvación definitiva que se encuentra
en Dios). La Creación y la Re-Creación van juntas. La primera hace posible
la segunda. El sábado es una señal que comunica que Dios es el Creador del
mundo y el Creador de nuestra salvación.

“Mediante la santificación del sábado debemos demostrar que somos su pueblo.


Su Palabra declara que el sábado ha de ser la señal que distinguirá al pueblo que
guarda los mandamientos. [...] Los que guardan la Ley de Dios serán uno con él
en la gran controversia comenzada en el cielo entre Satanás y Dios” (MS 2:196).
Analiza esta declaración de la sierva del Señor. ¿Qué tiene el sábado que lo con-
vierte en algo que nos puede distinguir como “el pueblo que guarda los manda-
mientos” quizá más que cualquiera de los otros mandamientos?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Marcos 1. 99


Lección 9 | Viernes 28 de mayo

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:


Lee Elena de White, Comentario bíblico adventista, t. 7, pp. 978-981; Testi-
monios para la iglesia, t. 6, “La observancia del sábado”, pp. 351-353; Patriarcas
y profetas, “Del Mar Rojo al Sinaí”, pp. 301-304.
Los Diez Mandamientos definen en forma integral y fundamental las
relaciones humanas y divino-humanas. El mandamiento que está en el
centro del Decálogo es el del sábado. Este identifica al Señor del sábado de
una manera especial e indica su esfera de autoridad y propiedad. Toma nota
de estos dos aspectos: (1) la identidad de la Deidad: Yahvéh (Señor), que es
el Creador (Éxo. 20:11; 31:17) y, por lo tanto, quien ocupa un lugar único; (2) la
esfera de su propiedad y autoridad: “los cielos y la tierra, el mar, y todas las
cosas que en ellos hay” (Éxo. 20:11; comparar con 31:17). En estos dos aspectos,
el mandamiento del sábado tiene las características típicas de los sellos de
los documentos de tratados internacionales del antiguo Cercano Oriente.
Estos sellos generalmente se encuentran en el centro de los documentos de
un tratado y también contienen (1) la identidad de la deidad (generalmente,
un dios pagano) y (2) la esfera de propiedad y autoridad (generalmente, un
área geográfica delimitada).
“La santificación del Espíritu destaca la diferencia entre aquellos que
tienen el sello de Dios y los que guardan un día falso de reposo.
“Cuando llegue la prueba, se manifestará claramente qué es la marca de
la bestia: es la observancia del domingo. [...]
“Dios ha establecido el séptimo día como su día de reposo. [Se cita Éxo.
31:13, 17, 16.]
“De este modo, se traza la distinción entre los leales y los desleales. Los
que desean tener el sello de Dios en su frente deben guardar el día de re-
poso del cuarto Mandamiento” (“Comentarios de Elena de White”, en CBA
7:991, 992).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. Lee Levítico 19:30. Observa cómo se vinculan el Santuario y el sá-
bado. En vista de lo que hemos aprendido hasta ahora, ¿de qué es
señal el sábado? ¿Por qué tiene tanto sentido ese vínculo?
2. Hazte esta pregunta: Guardar el sábado ¿me ha ayudado a fortale-
cer mi experiencia con el Señor? Si no es así, ¿qué cambios puedes
hacer?
Resumen: El día de reposo es una señal del Pacto que se extiende hasta
el momento de la consumación del Plan de Salvación. Este rememora la
Creación y, como señal del Pacto de gracia, nos indica la Re-Creación final,
cuando definitivamente Dios haga nuevas todas las cosas.

100 Reavivados por su Palabra: Hoy, Marcos 2.


EL SÁBADO ENSEÑARÉ...

TEXTO CLAVE: ÉXODO 31:16


RESEÑA
El sábado es más que una mera porción de tiempo; es la promesa
de una relación rica y significativa con Dios. Es un día en que dejamos
todo de lado en nuestra vida excepto a Dios, y nos tomamos el tiempo
para fortalecer nuestra relación con él.

COMENTARIO
El sábado puede entenderse solamente si consideramos su génesis.
El término reposo en Génesis 2:3 deriva de la forma verbal hebrea sha-
bath (reposar, celebrar, cesar, desistir del trabajo, poner fin, descansar,
completar, guardar el sábado, observar). Curiosamente, este verbo está
relacionado con la observancia del shabat semanal (sábado, día de
reposo sabático). Lee Levítico 25:2.

Los orígenes
Desde el principio, los mandamientos expresados en relación con
el pecado no eran necesarios para Adán y Eva en Génesis 2, porque no
existía pecado. Por otro lado: “La ley de Dios existía antes de la creación
del hombre, de lo contrario, Adán no podría haber pecado” (Elena de
White, Signs of the Times, 14 de marzo de 1878).
Mientras tanto, el ejemplo autoritativo del Padre de Adán al guardar
el sábado era más que un mandato. Desde la perspectiva del Edén,
un hijo creado sigue el ejemplo de un Padre-Creador. Por lo tanto,
siglos antes de la existencia de los judíos, el sábado de la Creación se
convirtió en un monumento conmemorativo sin parangón en el tiempo,
ya que valida a Cristo como Creador y Soberano cósmico (Mat. 12:8;
Mar. 2:28; Juan 8:58).
Por lo tanto, el Shabbat (sábado) cumple una función cosmológica,
más que simplemente teológica. Sirve para explicar qué opinaba Yahvéh
de su creación. Básicamente, Yahvéh imprimió su sello divino en este
día como un testamento inmutable de su majestuosa función como
Artífice cósmico. Por lo tanto, cuando Yahvéh descansó el séptimo día,
lo reservó divinamente para el cosmos.
“El sábado es la pausa que refresca. El patrón es de seis días y un
día. Seis días de trabajo y un día de descanso. [...] Yahvéh, el director de
la sinfonía cósmica, ordena su composición en un compás de 6/7. ¡Uno,
dos, tres, cuatro, cinco, seis, descanso!” (C. E. Bradford, Sabbath Roots:
The African Connection, p. 58). “El día de reposo del cuarto mandamiento
fue instituido en el Edén” (HR 145).

101
Lección 9 // Material auxiliar para el maestro

El sábado antes del Sinaí


“Los misiólogos reconocen una conciencia hebraica entre los pueblos
africanos. [...] W. W. Oliphant, un líder de la iglesia africana en los pri-
meros años del siglo XX, dice que ‘el sábado en Etiopía se ha guardado
desde los días de Nimrod, alrededor de 2140 a.C. (lee Gén. 10:8, 9), es
decir, 700 años antes del nacimiento de Moisés. [...] Los africanos, o
etíopes, habían observado el sábado desde los días de Nimrod, el hijo
de Cus’ ” (C. E. Bradford, Sabbath Roots: The African Connection, p. 26).

La señal del Pacto


“El sábado es una señal de pacto ‘entre mí y vosotros por vuestras
generaciones’ (Éxo. 31:13; comparar con Eze. 20:12). [...] Que una persona
guarde el día de reposo con el espíritu correcto significa que está en
una relación salvífica con Dios.
“El sábado, como señal, imparte al creyente ante todo el conocimien-
to de que el Señor es su Dios del pacto. También indica que el Señor
‘santifica’ a su pueblo (Lev. 20:8; 21:8; 22:32; Eze. 37:28). [...]
“El sábado funciona en otro sentido como una señal. Sirve como una
marca de separación, indicando a las personas de otras religiones o a las
personas que no guardan el sábado que existe una relación única entre
Dios y su pueblo que guarda el sábado” (G. F. Hasel y M. G. Hasel, The
Promise: God’s Everlasting Covenant, pp. 86-88). (Lee Éxo. 32; Deut. 5:15).

Señal de santificación
El sábado de la Creación es sin duda el santuario de Dios consagrado
en el tiempo. En otras palabras: “Yahvéh, después de haber puesto lo
mejor en su creación, declara que es muy buena. Entonces, como artista
consumado que es, Dios toma la tela del tiempo y hace algo especial
con ella el sábado, una catedral en el tiempo, esculpida a partir de
horas y minutos y hecha de la sustancia de la eternidad. Un regalo de
su mismo corazón.
“Debe tenerse en cuenta que Dios no hace el sábado y lleva a la
humanidad hacia este. Él crea a Adán y a Eva y les trae el sábado” (C. E.
Bradford, Sabbath Roots: The African Connection, p. 51; ver Eze. 20:12, 20).

Acuérdate del sábado


“Israel conocía a sus vecinos demasiado bien para desazón de los
profetas. [...] No podemos pasar por alto el hecho de que junto al fuego
los ancianos relataban los días de la Creación e indudablemente el día al
que todos los demás apuntaban, el sábado. La ‘gran historia’ se fijó en la
psiquis colectiva de los pueblos primitivos. El conocimiento del sábado
solo puede olvidarse en rebelión contra el Dios que creó todas las cosas.

102
Material auxiliar para el maestro // Lección 9

“Por eso, el mandamiento del sábado comienza con ‘acuérdate’. El


sábado siempre se remonta al evento de la Creación (Éxo. 20:8-10).
“Si Yahvéh nos ordena hoy que recordemos el sábado, debió haber
habido un tiempo en que él ordenó su observancia por primera vez. De
hecho, este es el mensaje de la experiencia de Israel con el maná, que
Yahvéh enviaba durante seis días pero lo discontinuaba el séptimo. En
este caso, no repite el mandato porque, incluso antes del monte Sinaí,
lo conocían. [...] El hecho de que la palabra ‘acuérdate’ se inserte en
el mandamiento indica que se ha dado antes y no necesita reiterarse
constantemente” (C. E. Bradford, Sabbath Roots: The African Connec-
tion, pp. 79, 80).
La palabra acuérdate se incluyó porque necesitamos “decir ‘sí’ al
Señor del sábado poniéndo[nos] a su disposición. Significa, en vez de
confiar en nuestras propias realizaciones, reconocer lo que Dios ha
hecho por nosotros. Significa dejar de preocuparnos por las cosas que
deseamos y empezar a ocuparnos de las necesidades de los otros [...].
Significa olvidar nuestros intereses egoístas para, como María, honrar a
Cristo como nuestro huésped de honor” (S. Bacchiocchi, Reposo divino
para la inquietud humana: Estudio teológico sobre la actualidad del
mensaje del sábado, p. 96).

APLICACIÓN A LA VIDA
La Ley de Dios dice que debemos santificar el día de reposo y que
en él no debemos trabajar. Los hebreos se tomaban este mandamiento
muy en serio. Los fariseos y demás maestros de la ley enfatizaban que
“llevar una carga” se consideraba trabajo. Para evitar malentendidos,
fueron muy específicos sobre lo que era una carga. Una carga era, por
ejemplo, una comida del mismo peso que un higo seco, suficiente vino
para mezclar en una copa, suficiente leche para un trago, suficiente miel
para poner en una herida, etcétera, etcétera, etcétera.
1. Con restricciones tan estrictas, podemos imaginarnos las muchas
horas que la gente pasaba discutiendo sobre lo que el prójimo
debería haber hecho o no en sábado. ¿En qué medida estamos
atrapados en baches legalistas similares? ¿Cuáles son los peli-
gros de ser legalista? ¿Significa esto que debemos descartar las
normas de la iglesia que no sean puramente bíblicas? Explica.
2. Se ha dicho que la enseñanza es falsa si produce una religión
que consiste única o principalmente en la observancia de lo ex-
terno. ¿Cuán fácil es confundir la espiritualidad, nuestra relación
con Cristo, con las prácticas religiosas? ¿Cuáles son sus peligros?
¿Podría existir el peligro de que la Iglesia Adventista del Séptimo
Día caiga en esa trampa?

103
Lección 9 // Material auxiliar para el maestro

3. En la antigüedad, la observancia sabática por parte de los judíos


les ganó una reputación de pereza. Sobre la base de tu observan-
cia del sábado, ¿crees que la gente te considera un observador
de la Ley o un amante de Dios? ¿Cuál es la diferencia entre estas
dos características? Tus prácticas de observancia del sábado, ¿se
centran en lo que puedes y no puedes hacer? ¿O se orientan en
fortalecer tu relación con tu Salvador? Analiza.
4. El Nuevo Pacto es un acuerdo entre tú y Dios basado en una rela-
ción íntima. El sábado es un tiempo de calidad que pasas con Dios.
Entonces, obviamente, la observancia del sábado es importante
para la relación de pacto. ¿Cómo podemos restaurar la santidad
y el gozo del sábado en el estilo de vida individual y colectivo?
5. La mayoría de las personas religiosas, si se ponen a pensar, ad-
mitirán la conveniencia de dedicar un día a la semana a Dios;
de hecho, algunos dirán que dedican todos los días a Dios. Sin
embargo, ¿cuál es la evidencia de que a Dios le preocupa que
honremos no cualquier día, sino el día que él ha santificado y
apartado específicamente para ese propósito?
6. En nuestro mundo, la gente dedica una gran cantidad de tiempo
y dinero a divertirse y a hacer una infinidad de cosas que, presu-
miblemente, los ayuda a “relajarse”. ¿Cómo se puede distinguir
el descanso que se supone que disfrutamos el día de reposo del
entretenimiento y la diversión mayormente egocéntricos?
7. Como lo entendemos, Dios ciertamente no necesita descansar
porque esté cansado, en el sentido que nosotros le damos a esta
palabra. Sin embargo, Génesis nos dice que Dios descansó el sépti-
mo día. ¿Por qué Dios tuvo que apartarse de su obra y “descansar”?
8. Se nos dice en la Biblia (Éxo. 31:13, por ejemplo) que el sábado
debe ser una señal del compromiso de Israel (y podemos inferir
que también es del nuestro) con Dios. ¿Es posible que podamos
observarlo de manera tal que transmita un mensaje contrario al
que se pretende? ¿Cómo es eso posible? ¿Cómo podemos estar
seguros de que nuestra observancia del sábado representa los
ideales de Dios?
9. ¿Cómo comunica el sábado la absoluta unicidad de Dios, en com-
paración con otros dioses o cosas que la gente podría considerar
con veneración o estima especiales?
10. Usando el sábado como barómetro, verifica si basas tus creencias
religiosas en rituales o en una relación con Jesús. Las actividades
sabáticas de Jesús ¿cómo reflejaban su relación con el Padre?
¿Qué cambios específicos crees que necesitas hacer en tus prác-
ticas de observancia del sábado?

104
Lección 10: Para el 5 de junio de 2021

EL NUEVO PACTO

Sábado 29 de mayo

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Jeremías 31:31–34; Mateo 5:17–28;


Oseas 2:18–20; Isaías 56:6, 7; Hebreos 8:7, 8; 10:4; Mateo 27:51.

PARA MEMORIZAR:
“He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la
casa de Israel y con la casa de Judá” (Jer. 31:31).

H
ace años, una revista mostraba la caricatura de un empresario que
estaba en una oficina frente a un grupo de otros ejecutivos. Sostenía
una caja de detergente en las manos y se la mostraba a los demás.
Señalaba con orgullo la palabra Nuevo, que aparecía en grandes letras
rojas en la caja; lo que implicaba, por supuesto, que el producto era nuevo.
El ejecutivo, luego, dijo: “Lo que es nuevo en la caja es la palabra ‘Nuevo’ ”.
En otras palabras, todo lo que cambiaba, todo lo nuevo, simplemente era la
palabra Nuevo en la caja. Todo lo demás era igual que siempre.
En cierto sentido, se podría decir que el Nuevo Pacto es así. La base del
Pacto, la esperanza básica que tiene para nosotros, las condiciones básicas,
son las mismas que se encuentran en el Antiguo Pacto. Siempre ha sido un
pacto de la gracia y la misericordia de Dios; un pacto basado en un amor
que trasciende las debilidades y las derrotas humanas.
Reseña de la semana: ¿Qué paralelismos existen entre el Antiguo Pacto
y el Nuevo Pacto? ¿Qué papel juega la Ley en el Pacto? ¿Con quiénes se
hicieron los pactos? ¿Qué quiere decir el libro de Hebreos con un “mejor
pacto”? (Heb. 8:6). ¿Qué relación hay entre el Pacto y el Santuario celestial?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Marcos 3. 105


Lección 10 | Domingo 30 de mayo

HE AQUÍ, VIENEN LOS DÍAS...


Lee Jeremías 31:31 al 34 y responde las siguientes preguntas:

1. ¿Quién promueve el Pacto?

2. ¿De quién es la ley de la que se habla aquí? ¿Qué ley es esta?

3. ¿Qué versículos enfatizan el aspecto relacional que Dios quiere man-


tener con su pueblo?

4. ¿Qué acto de Dios en favor de su pueblo forma la base de esa relación


de pacto?

Es evidente: el Nuevo Pacto no es algo muy diferente del Antiguo Pacto


hecho con Israel en el monte Sinaí. De hecho, el problema con el pacto del
Sinaí no era que fuera antiguo o anticuado; el problema era que se había
roto (ver Jer. 31:32).
Las respuestas a las preguntas anteriores, que se encuentran en esos
cuatro versículos, prueban que muchas facetas del “Antiguo Pacto” siguen
estando en el Nuevo. El “Nuevo Pacto” es, en cierto sentido, un “pacto reno-
vado”. Es la culminación o el cumplimiento del primero.

Concéntrate en la última parte de Jeremías 31:34, en la que el Señor afir-


ma que perdonará la maldad y el pecado de su pueblo. Aunque el Señor dice
que escribirá la Ley en nuestro corazón y la colocará dentro de nosotros,
todavía enfatiza que perdonará nuestro pecado e iniquidad, que violan la
Ley escrita en el corazón. ¿Ves alguna contradicción o tensión entre estas
ideas? ¿Por qué? ¿Qué significa, como dice Romanos 2:15, tener la Ley escrita
en el corazón? (Mat. 5:17-28).

¿Cómo podrías usar los versículos de hoy para responder el argumento de que,
de alguna manera, los Diez Mandamientos (o, específicamente, el sábado) ahora
quedan anulados bajo el Nuevo Pacto? ¿Hay algo en esos pasajes que indique ese
argumento? En todo caso, ¿cómo se pueden usar esos versículos para probar la
perpetuidad de la Ley?

106 Reavivados por su Palabra: Hoy, Marcos 4.


Lunes 31 de mayo | Lección 10

OBRA DEL CORAZÓN


Cuando el Reino del Sur (Judá) estaba llegando a su fin y el pueblo fue
llevado en cautiverio por Babilonia, Dios anunció, a través de su profeta
Jeremías, el “Nuevo Pacto”. Esta es la primera vez que se expresa esta noción
en la Biblia. Sin embargo, cuando el Reino del Norte (diez tribus de Israel)
estaba a punto de ser destruido (unos 150 años antes de la época de Jere-
mías), esta vez Oseas volvió a mencionar la idea de otro pacto (Ose. 2:18-20).

Lee Oseas 2:18 al 20. Observa el paralelismo entre lo que el Señor dice a
su pueblo y lo que le dijo en Jeremías 31:31 al 34. ¿Qué imágenes comunes se
utilizan y, nuevamente, qué dice sobre el significado básico y la naturaleza
del Pacto?

En momentos de la historia en los que los planes de Dios para su pueblo


del Pacto se vieron obstaculizados por su rebelión e incredulidad, Dios envió
profetas para proclamar que la historia del Pacto con sus fieles no había
llegado a su fin. Sin importar cuán infiel haya sido el pueblo, sin importar la
apostasía, la rebelión ni la desobediencia entre ellos, el Señor aún proclama
su disposición a entablar una relación de pacto con todos los que estén
dispuestos a arrepentirse, obedecer y reclamar sus promesas.

Busca los siguientes versículos. Aunque no mencionan específicamen-


te un nuevo pacto, ¿qué elementos se encuentran en ellos que reflejan los
principios que están detrás del Nuevo Pacto?
Eze. 11:19..........................................................................................................................................................
Eze. 18:31.........................................................................................................................................................
Eze. 36:26........................................................................................................................................................
El Señor les dará un “corazón para que me conozcan que yo soy Jehová”
(Jer. 24:7). Él “quitar[á] el corazón de piedra de en medio de su carne, y les
dar[á] un corazón de carne” (Eze. 11:19); y les dará “corazón nuevo” y “espíritu
nuevo” (36:26). También dice: “Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu”
(36:27). Esta obra de Dios es la base del Nuevo Pacto.

Si alguien se acerca a ti y te dice: “Quiero un corazón nuevo, quiero la Ley escrita


en mi corazón, quiero un corazón para conocer al Señor, pero no sé cómo lograr-
lo”, ¿qué le dirías a esa persona?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Marcos 5. 107


Lección 10 | Martes 1º de junio

EL PACTO ANTIGUO Y EL NUEVO PACTO


“Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que
amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el
día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto, yo los llevaré a mi
santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus
sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa
de oración para todos los pueblos” (Isa. 56:6, 7).
Jeremías declara que el Nuevo Pacto se hará con “la casa de Israel” (Jer.
31:33). ¿Significa esto, entonces, que solo la simiente literal de Abraham, los
judíos de sangre y nacimiento, recibirían las promesas del Pacto?
¡No! De hecho, eso ni siquiera se aplicaba en los tiempos del Antiguo Tes-
tamento. Por supuesto que es cierto que a la nación hebrea, en su conjunto, se
le entregaron las promesas del Pacto. Sin embargo, nadie quedaba excluido;
al contrario, todos, judíos o gentiles, recibían la invitación a participar de
las promesas, pero tenían que estar de acuerdo para entrar en ese pacto.
Por cierto, hoy no es diferente.

Lee los versículos anteriores de Isaías. ¿Qué condiciones imponen a


quienes quieren servir al Señor? ¿Existe realmente alguna diferencia en-
tre lo que Dios les pedía a ellos y lo que nos pide a nosotros hoy? Explica tu
respuesta.

Aunque del Nuevo Pacto se dice que es “mejor” (ver el estudio del miér-
coles), realmente no hay diferencia en los elementos básicos que componen
tanto el Antiguo Pacto como el Nuevo Pacto. Es el mismo Dios, que ofrece la
salvación de la misma manera, por gracia (Éxo. 34:6; Rom. 3:24); es el mismo
Dios, que busca a un pueblo que por fe reclamará sus promesas de perdón
(Jer. 31:34, Heb. 8:12); es el mismo Dios, que busca escribir la Ley en el corazón
de quienes lo seguirán en una relación de fe (Jer. 31:33; Heb. 8:10), sean judíos
o gentiles.
En el Nuevo Testamento, los judíos, al responder a la elección de la gracia,
recibieron a Jesucristo y su evangelio. Por un tiempo fueron el corazón de
la iglesia, el “remanente escogido por gracia” (Rom. 11:5), en contraste con
aquellos que fueron “endurecidos” (11:7). Al mismo tiempo, los gentiles, que
antes no creían, aceptaron el evangelio y fueron injertados en el verdadero
pueblo de Dios, conformado por creyentes, sin importar a qué pueblo o raza
pertenecieran (11:13-24). Así que, los gentiles, “en aquel tiempo [...] sin Cristo,
alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa” (Efe.
2:12), fueron atraídos por la sangre de Cristo. Cristo es mediador del “nuevo
pacto” (Heb. 9:15) para todos los creyentes, independientemente de su na-
cionalidad o raza.
108 Reavivados por su Palabra: Hoy, Marcos 6.
Miércoles 2 de junio | Lección 10

“UN MEJOR PACTO” (HEB. 8:6)


Ayer vimos que, en lo que respecta a los elementos básicos, el Antiguo
Pacto y el Nuevo Pacto eran lo mismo. Lo esencial es la salvación por la fe en
un Dios que perdonará nuestros pecados, no porque haya algún mérito en
nosotros, sino solo por su gracia. Como resultado de este perdón, entablamos
una relación con el Señor en la que nos entregamos a él con fe y obediencia.
No obstante, el libro de Hebreos califica al Nuevo Pacto como “un mejor
pacto”. ¿Cómo entendemos lo que eso significa? ¿En qué sentido un Pacto
es mejor que otro?

¿Dónde radica la culpa del “fracaso” del Antiguo Pacto? (Heb. 8:7, 8).

El problema del Antiguo Pacto no era el pacto en sí, sino el hecho de que
el pueblo no lo aceptó por fe (Heb. 4:2). La superioridad de lo nuevo sobre lo
viejo radica en que Jesús, en lugar de revelarse solo a través de los sacrificios
de animales (como en el Antiguo Pacto), ahora aparece en la realidad de su
vida, su muerte y su ministerio sumosacerdotal. En otras palabras, la salva-
ción que se ofrece en el Antiguo Pacto es la misma que se ofrece en el Nuevo
Pacto. Sin embargo, en el Nuevo se manifiesta una revelación mayor y más
completa del Dios del Pacto y el amor que tiene por la humanidad caída. Es
mejor porque todo lo que se había enseñado a través de símbolos y tipos en
el Antiguo Testamento ha encontrado su cumplimiento en Jesús, cuya vida
sin pecado, su muerte y su ministerio sumosacerdotal se simbolizaban en
el servicio del Santuario terrenal (Heb. 9:8-14).
No obstante, ahora, en lugar de símbolos, tipos y ejemplos, tenemos al
mismo Jesús, no solo como el Cordero inmolado que derramó su sangre por
nuestro pecado (Heb. 9:12), sino además se presenta como nuestro Sumo
Sacerdote celestial que intercede en nuestro favor (7:25). Aunque la sal-
vación que ofrece es la misma, esta revelación más completa de sí mismo
y la salvación que se halla en él, según lo revela el Nuevo Pacto, la hacen
superior al Antiguo Pacto.

Lee Hebreos 8:5 y 10:1. ¿Qué palabra usa el autor para describir los servi-
cios del Santuario del Antiguo Pacto? ¿Cómo nos ayuda el uso de esa palabra
a comprender la superioridad del Nuevo Pacto?

Piensa en esto: ¿Por qué conocer la vida, la muerte y el ministerio sumosacer-


dotal de Cristo en nuestro favor nos da una mejor comprensión de Dios que si
solo contáramos con el ritual de servicios del Santuario terrenal con sacrificios
de animales?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Marcos 7. 109


Lección 10 | Jueves 3 de junio

EL SACERDOTE DEL NUEVO PACTO


El libro de Hebreos pone un gran énfasis en Jesús como nuestro Sumo
Sacerdote en el Santuario celestial. De hecho, la exposición más clara del
Nuevo Pacto en el Nuevo Testamento se encuentra en el libro de Hebreos, con
su énfasis en Cristo como Sumo Sacerdote. No es casualidad: el ministerio
celestial de Cristo está íntimamente ligado a las promesas del Nuevo Pacto.
El servicio del Santuario del Antiguo Testamento era el medio por el que
se enseñaban las verdades del Antiguo Pacto. Se centraba en el sacrificio
y la mediación. Se sacrificaban animales y los sacerdotes mediaban con su
sangre. Por supuesto, todos estos eran símbolos de la salvación que encon-
tramos solo en Jesús; no se hallaba en ellos la salvación.

Lee Hebreos 10:4. ¿Por qué no hay salvación en la muerte de estos ani-
males? ¿Por qué la muerte de un animal no es suficiente para salvar?

Todos estos sacrificios, y la mediación sacerdotal que los acompañaba,


tuvieron su cumplimiento en Cristo. Jesús se convirtió en el Sacrificio que
es la base de la sangre del Nuevo Pacto. La sangre de Cristo ratificó el Nuevo
Pacto, haciendo que el pacto del Sinaí y sus sacrificios sean “antiguos” o invá-
lidos. El verdadero sacrificio fue hecho de una vez para siempre (Heb. 9:26).
Una vez que Cristo murió, no hubo más necesidad de matar y ofrecer ningún
animal. Los servicios del Santuario terrenal habían completado su función.

Lee Mateo 27:51, que cuenta cómo se rasgó el velo del Santuario terre-
nal cuando Jesús murió. ¿Cómo nos ayuda ese hecho a entender por qué el
Santuario terrenal había quedado sin efecto?

El ministerio sacerdotal –esos levitas que ofrecían y mediaban los sacri-


ficios en el Santuario terrenal en favor del pueblo– estaba vinculado a estos
sacrificios de animales, por supuesto. Una vez que terminaron los sacrificios,
también terminó la necesidad de su ministerio. Todo se había cumplido ya
en Jesús, quien ahora administra su propia sangre en el Santuario celestial
(ver Heb. 8:1-5). Hebreos enfatiza a Cristo como Sumo Sacerdote celestial,
quien entró en el Santuario verdadero al derramar su propia sangre (9:12),
para mediar en nuestro favor. Este es el fundamento de la esperanza y la
promesa que tenemos en el Nuevo Pacto.

¿Cómo te sientes al saber que, incluso hoy, Jesús está en el cielo ministrando en
tu favor con su sangre? ¿Cuánta confianza y seguridad te da eso con respecto a la
salvación?

110 Reavivados por su Palabra: Hoy, Marcos 8.


Viernes 4 de junio | Lección 10

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:


“Al participar con sus discípulas del pan y del vino, Cristo se compro-
metió como su Redentor. Les confió el Pacto Nuevo, por medio del cual
todos los que lo reciben llegan a ser hijos de Dios, coherederos con Cristo.
Por medio de este pacto, venía a ser suya toda bendición que el Cielo podía
conceder para esta vida y la venidera. Este pacto debía ser ratificado con la
sangre de Cristo. Y la administración del sacramento debía recordar a los
discípulos el sacrificio infinito hecho por cada uno de ellos como parte del
gran conjunto de la humanidad caída” (DTG 613).
“La característica más impresionante de este Pacto de Paz es la exube-
rante riqueza de la misericordia perdonadora manifestada al pecador si se
arrepiente y se aparta de su pecado. El Espíritu Santo describe al evangelio
como salvación por medio de las tiernas misericordias de nuestro Dios.
‘Porque seré propicio a sus injusticias’, declara el Señor a los que se arre-
pienten, ‘y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades’
(Heb. 8:12). ¿Se aparta Dios de la justicia al manifestar misericordia hacia el
pecador? No; Dios no puede deshonrar su Ley permitiendo que sea trans-
gredida impunemente. Bajo el Nuevo Pacto, la perfecta obediencia es la
condición para recibir vida. Si el pecador se arrepiente y confiesa sus pe-
cados, encontrará perdón. Mediante el sacrificio de Cristo en su favor, se le
asegura el perdón. Cristo ha satisfecho las demandas de la Ley para todo
pecador arrepentido y creyente” (MGD 138)

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. ¿Cuál es la ventaja de tener la Ley escrita en el corazón en vez de
solo en tablas de piedra? ¿Qué es más fácil de olvidar, la Ley escrita
en piedras o la Ley escrita en el corazón?
2. Desde la caída de la humanidad, la salvación solo se encuentra en
Jesús; aunque la revelación de esa verdad varió en diferentes épo-
cas de la historia. Los Pactos ¿no funcionan de la misma manera?
3. Analiza la segunda cita de Elena de White en el estudio de hoy.
¿Qué quiere decir con “perfecta obediencia” como requisito para
una relación de pacto? ¿Quién es el único que ha ofrecido “perfecta
obediencia”? ¿Cómo responde esa obediencia a las demandas de la
Ley para con nosotros?
Resumen: El Nuevo Pacto es una revelación superior, más completa y
mejor del Plan de Redención. Nosotros, los que participamos de ella, lo ha-
cemos por fe, una fe que se manifestará en la obediencia a una Ley escrita
en nuestro corazón.

Reavivados por su Palabra: Hoy, Marcos 9. 111


EL SÁBADO ENSEÑARÉ...

TEXTO CLAVE: JEREMÍAS 31:31


RESEÑA
La premisa original del “pacto” no ha variado con el tiempo. Sin embar-
go, cada vez que se ha ofrecido un pacto, la humanidad, con su naturaleza
caída y pecaminosa, ha infringido el contrato. Pero Dios no se ha rendido
con nosotros; todavía nos ofrece la salvación, si decidimos aceptarla.

COMENTARIO
En realidad, no había nada de malo en el Antiguo Pacto; este fracasó
porque el antiguo Israel repetidamente incumplió con sus condiciones.
Desafortunadamente, una forma insensibilizada, dura, de adoración llama-
da ritualismo bloqueó el corazón de Israel. El problema siempre estuvo del
lado humano, no del de Dios. Así ha sido siempre y continúa siendo ahora.

He aquí, vienen días


Fue a partir de este contexto que el Espíritu guio a Jeremías, el pro-
feta llorón, para sentar las bases de las disposiciones y la funcionalidad
del Nuevo Pacto. La Ley divina se grabaría en la catedral del corazón.
Un nuevo Sacerdote del Pacto sería investido en lo alto, y actuaría en
lugar del sacerdocio levítico. La actividad mesiánica y redentora de un
mejor Pacto absorbería los servicios del Santuario terrenal.

Obra del corazón


A través de la tutela del Nuevo Pacto, Cristo, la Roca de la eternidad,
deseaba desesperadamente quitar el corazón de piedra de Israel, de una
religión de labios: “Les daré un solo corazón y pondré un espíritu nuevo en
ellos; quitaré el corazón de piedra de sus cuerpos y les daré un corazón de
carne para que sigan mis leyes y observen fielmente mis reglas. Entonces
ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios” (H. M. Orlinsky, H. L. Ginsberg,
Ephraim A. Speiser, eds., Tanakh, the Holy Scriptures. The New JPS Trans-
lation According to the Traditional Hebrew Text, p. 906; ver Eze. 11:19, 20).
El Mesías había establecido un marcado contraste entre la religión
de declaraciones formales y la religión del corazón. ¿Podría ser esta,
quizá, la razón por la que Cristo reprendió a una generación de dirigentes
eclesiásticos desafiantes bañados en un formalismo insensible? “¡Hipó-
critas! Bien profetizó Isaías acerca de ustedes, diciendo: ‘Este pueblo
se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra; pero su corazón
está lejos de mí. Pero en vano me adoran, enseñando como doctrinas
las ordenanzas de los hombres’. Y llamando a la multitud, les dijo: Oigan
y entiendan” (The Interlinear Hebrew-Greek-English Bible, t. 4, p. 44,
énfasis añadido; ver Mat. 15:7-10).

112
Material auxiliar para el maestro // Lección 10

Pactos antiguos y nuevos


El pacto del Sinaí no era un pacto de obras. En Éxodo 5:22 y 23,
la pregunta de Moisés se planteó en forma de una indagación cósmi-
ca única, que buscaba conocer el poder, las cualidades y el carácter
de Yahvéh. La respuesta de Dios reveló el significado de su nombre,
en lugar de un título o una denominación (Éxo. 6:1-8). El nombre de
Yahvéh refiere a una relación. Conocer el significado del Señor es saber
lo que él puede hacer por Israel. Ellos habían escuchado el nombre
Yahvéh, pero demostraron fe al confiar en lo que él podía hacer por
ellos como su Dios.
En Éxodo, el pacto se basaba en dos motivaciones posibles. La pri-
mera era si Israel, por sus propias fuerzas, haría lo que Dios había dicho.
La segunda era si Israel obedecería las obligaciones del pacto por fe, a
través de la gracia fortalecedora provista misericordiosamente por el
supremo YO SOY.
El dispensacionalismo también limita el tiempo del pacto de gracia.
Divide la historia de la Biblia en siete períodos, lo que enseña que Dios
obra de manera diferente en cada uno de estos períodos. Una dispensa-
ción es un lapso durante el cual se examina a la humanidad con respecto
a alguna revelación específica de la voluntad de Dios. Cada dispensación
termina con un juicio divino. Por ende, hay una dispensación de la ley
y una dispensación de la gracia en medio de las dispensaciones. Por lo
tanto, quienes sostienen tenazmente este punto de vista intentan en
vano dividir la armonía bíblica entre la ley y el evangelio.

“Un mejor Pacto”


“El Nuevo Pacto funciona mejor que el Antiguo Pacto para el pueblo
de Dios. [...]
“En contraste con el Antiguo Pacto de Israel, [...] Cristo efectúa tres
promesas básicas de Dios: (1) Internaliza la ley moral de Dios en el cora-
zón de su pueblo [...]; (2) individualiza el conocimiento salvífico de Dios,
de modo que cada israelita, sin excepción, tenga una relación personal
e inmediata con Dios (Heb. 8:11); y (3) perdona los pecados del pueblo
de Dios y ‘nunca más me acordaré de sus pecados’ (Heb. 8:12). [...]
“Según Hebreos 8 al 12, la Iglesia de Jesús representa el verdadero
cumplimiento del Nuevo Pacto predicho por Jeremías. Lejos de ser
una derogación del Nuevo Pacto de Israel, es más bien un tipo y una
garantía de la consumación final del Nuevo Pacto, cuando los verda-
deros israelitas de todas las edades se sumarán a la cena de las bodas
del Cordero en la Nueva Jerusalén (Mat. 8:11, 12; 25:34; Apoc. 19:9;
21:1-5)” (H. K. LaRondelle, Israel in Prophecy: Principles of Prophetic
Interpretation, pp. 114-121).

113
Lección 10 // Material auxiliar para el maestro

El sacerdote del Nuevo Pacto


Así como Aarón se dedicó al sacerdocio, Cristo se presentó ante el Padre.
Así como Moisés ungió a Aarón, Dios ungió a Cristo (Lev. 8:30; Sal. 45:7).
“Aun cargando con humanidad, ascendió al cielo, triunfante y vic-
torioso. Llevó la sangre de su expiación al lugar más santo de todos, la
roció sobre el propiciatorio y sus vestiduras, y bendijo al pueblo” (Elena
de White, The Youth’s Instructor, 25 de julio de 1901).
En la investidura de Jesús, el Padre le confirió el título de Sumo Sacer-
dote; porque Pablo señaló que “fue declarado por Dios sumo sacerdote”
(Heb. 5:10; en 5:4, una palabra que indica un “llamado” al ministerio),
¡así como el rector de una institución de educación superior se dirige al
graduado como “Doctor” en su graduación!
“Su oído marcado con sangre escucha la voz del Padre y responde
al clamor de su oveja desamparada, vivificado por el Espíritu. Su mano,
ensangrentada por los clavos, trabaja por el Reino de su Padre, dirigida
por el Espíritu. Sus pies desgarrados dejan huellas carmesí para que
nosotros podamos trazar nuestro camino hacia la gloria, iluminado por
el Espíritu” (L. Hardinge, With Jesus in His Sanctuary: A Walk Through
the Tabernacle Along His Way, p. 343).

APLICACIÓN A LA VIDA
Para reflexionar: Aunque el antiguo Israel, especialmente en la época de
Cristo, cayó en el legalismo, la religión que dio Yahvéh nunca fue legalista.
Desde el Edén, siempre se presentó como gracia, la gracia de Dios, ofreci-
da a quienes la aceptaran con sus términos. Al elegir aceptar la gracia de
Dios y entregarse a ella, el pueblo entabló una relación de pacto con Dios.
1. Debido a su tendencia humana, Israel interrumpía continuamente
su relación con Dios. Entonces, ¿cómo reformuló la Cruz el Antiguo
Pacto para que fuera un pacto “mejor”? ¿Cuáles eran las ventajas
del Nuevo Pacto sobre el antiguo? Explica cómo podría existir el
peligro de dar por sentada la gracia bajo el Nuevo Pacto.
2. Considerando la tendencia de quienes infringen continuamente
su parte del trato, ¿por qué crees que la historia muestra a Dios
acercándose a la humanidad vez tras vez, en un intento de en-
tablar una relación de pacto con nosotros? ¿Qué nos dice esa
perseverancia sobre el amor de Dios por nosotros?
3. ¿Por qué deberíamos hoy, con el conocimiento de Cristo y de su
sacrificio, ser más fieles a Dios que la gente de antaño? Es decir,
debido a que tenemos la asombrosa manifestación del carácter
de Dios revelado en Jesús, que los de antaño no tuvieron (al me-
nos, no en forma tan clara como nosotros), deberíamos ser aún
más fieles que ellos. Analicen esta idea en clase.

114
Material auxiliar para el maestro // Lección 10

4. Algunos quizá pregunten: “¿Cómo sabes que el acceso a Dios no


depende de los logros ni de la obediencia, sino simplemente de
aceptar el don de la gracia y el favor amoroso de Dios?” ¿Qué
ejemplos podrías usar de tu propia vida para responder esta
pregunta? ¿Qué importancia tienen nuestras historias de vida en
el cumplimiento del Nuevo Pacto?
5. ¿Por qué era tan difícil que la gente aceptara el Nuevo Pacto
cuando Jesús lo presentó originalmente? ¿Es más fácil o más
difícil que la gente lo acepte hoy? Explica.

115
Lección 11: Para el 12 de junio de 2021

EL SANTUARIO DEL NUEVO


PACTO

Sábado 5 de junio

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Éxodo 25:8; Isaías 53:4–12; Hebreos
10:4; 9:14; 8:1–6; 1 Timoteo 2:5, 6.

PARA MEMORIZAR:
“Por eso Cristo es mediador de un nuevo pacto, para que los llamados re-
ciban la herencia eterna prometida” (Heb. 9:15, NVI).

U
na noche sin luna, con el cielo ennegrecido como tinta que se derrama,
la penumbra cubría a Frank mientras caminaba por las calles vacías
de la ciudad. Después de un rato escuchó pasos detrás de él; alguien
que lo seguía en la oscuridad. A continuación, la persona lo alcanzó y le dijo:
–¿Frank, el impresor?
–Sí, soy yo. Pero ¿cómo lo supo?
–Bueno –respondió el extraño–, yo no lo conozco. Pero conozco muy bien
a su hermano, e incluso en la oscuridad sus gestos, su forma de caminar,
su figura, me recordaron tanto a él que asumí que usted era su hermano,
porque me dijo que tenía uno”.
Esta historia revela una verdad poderosa con respecto al servicio del
Santuario israelita. La Biblia dice que era una sombra, una figura, una
imagen del verdadero.
Reseña de la semana: ¿Por qué Dios quería que los israelitas constru-
yeran un Santuario? ¿Qué nos enseña el Santuario acerca de Cristo como
nuestro Sustituto? ¿Qué hace Jesús en el cielo como nuestro Representante?
116 Reavivados por su Palabra: Hoy, Marcos 10.
Domingo 6 de junio | Lección 11

RELACIONES
“Y pondré mi morada en medio de vosotros, y mi alma no os abomi-
nará; y andaré entre vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis
mi pueblo” (Lev. 26:11, 12).
Hay un tema que debería quedar en claro a estas alturas: tanto en el An-
tiguo Pacto como en el Nuevo Pacto, el Señor busca una relación cercana y
amorosa con su pueblo. De hecho, los pactos básicamente ayudan a estipular,
a formar (a falta de una palabra más apropiada) las “reglas” para esa relación.
La relación es esencial para el pacto en cualquier momento o contexto.
Sin embargo, para que exista una relación, es necesario que haya interacción,
comunicación y contacto, especialmente para los seres humanos pecadores,
falibles y dubitativos. Por supuesto, sabiendo esto, el Señor tomó la inicia-
tiva para asegurarse de que él se manifestaría de tal manera que nosotros,
dentro de los confines de la humanidad caída, pudiéramos relacionarnos
con él de una manera eficaz.

Lee Éxodo 25:8: el mandato del Señor a Israel de construir un Santuario.


¿Qué razones da el Señor para desear que ellos hicieran esto?

La respuesta a esta pregunta, por supuesto, plantea otra interrogación,


y es ¿por qué? ¿Por qué quiere el Señor morar en medio de su pueblo?
Tal vez podríamos encontrar la verdad en los dos versículos de hoy, men-
cionados anteriormente. Fíjate, el Señor “pondr[á su] morada” (o “habitará”)
entre ellos; luego dice que no los “abominará”. Además, asegura que “andar[á]”
entre ellos y será su Dios, y ellos serán su pueblo (Lev. 26:11, 12). Observa los
elementos que se encuentran en estos versículos. Nuevamente, el aspecto
relacional se manifiesta con mucha claridad.

Tómate unos minutos: desmenuza Levítico 26:11 y 12, y Éxodo 25:8. Toma nota de
cómo encajan los diferentes elementos con la noción de que el Señor busca una
relación con su pueblo.
Concéntrate específicamente en la frase en que el Señor dice: “Mi alma no os
abominará”. ¿Qué tiene el Santuario en sí que brinda los medios por los que el
Señor puede aceptar a la humanidad caída y pecadora, y por qué eso es tan im-
portante para el proceso de formación de un pacto?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Marcos 11. 117


Lección 11 | Lunes 7 de junio

PECADO, SACRIFICIO Y ACEPTACIÓN (HEB. 9:22)


La forma divinamente señalada para que el pecador del Antiguo Tes-
tamento se librara del pecado y la culpa era a través de los sacrificios de
animales. Las ofrendas de sacrificio israelitas se detallan en Levítico 1 al
7. Se prestaba especial atención al uso y la disposición de la sangre en los
diversos tipos de sacrificios. De hecho, el papel de la sangre en los rituales
de sacrificio es una de las características unificadoras de los sacrificios
israelitas.
La persona que había pecado, y por lo tanto había roto la relación del
Pacto y la Ley que lo regulaba, podía ser restaurada a la comunión plena con
Dios y con la humanidad llevando un sacrificio animal como sustituto. Los
sacrificios, con sus ritos, eran los medios designados por Dios para lograr
la purificación del pecado y la culpa. Estos se instituyeron para limpiar al
pecador, ya que se transfería el pecado y la culpa individual al Santuario al
rociar la sangre sacrificial, y así se restablecía la plena comunión y la alianza
del pacto del penitente con el Dios personal, que es el Señor que salva.

¿Cómo nos ayudan estos conceptos expresados ​​anteriormente a com-


prender las preguntas al final del estudio de ayer?

¿Qué importancia profética tenía el sacrificio de animales? (Isa. 53:4-12;


Heb. 10:4).

Los sacrificios de animales del Antiguo Testamento eran el medio or-


denado por Dios para librar al pecador del pecado y la culpa. Cambiaban el
estatus al pecador: de culpable y digno de muerte a perdonado y restaurado
en la relación de pacto entre Dios y el ser humano. Pero, había un sentido
en el que los sacrificios de animales eran de naturaleza profética. Al fin y
al cabo, ningún animal era un sustituto adecuado para expiar el pecado y
la culpa de la humanidad. El autor de Hebreos lo dice con esta palabras: “La
sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados”
(Heb. 10:4). Por lo tanto, el sacrificio de un animal tenía por objeto despertar
el anhelo de la venida del Siervo divino-humano de Dios, que moriría en
sustitución de los pecados del mundo. Es mediante este proceso que el Señor
perdona y acepta al pecador, y se establece la base de la relación del Pacto.

Ponte en el lugar de alguien que vivió en la época del Antiguo Testamento, cuan-
do sacrificaban animales en el Santuario. Al recordar también cuán importante
era el ganado para su economía, cultura y estilo de vida, ¿qué lección les enseña-
ba supuestamente sobre el costo del pecado?

118 Reavivados por su Palabra: Hoy, Marcos 12.


Martes 8 de junio | Lección 11

LA SUSTITUCIÓN
“El cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del pre-
sente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre” (Gál. 1:4).
No cabe duda: uno de los temas clave (si no el tema clave) del Nuevo Testa-
mento es que Jesucristo murió como el Sacrificio por los pecados del mundo.
Esta verdad es el fundamento de todo el Plan de Salvación. Cualquier teología
que niegue la expiación mediante la sangre de Cristo niega el corazón y el
alma del cristianismo. Una cruz sin sangre no puede salvar a nadie.

Reflexiona en el versículo de hoy y luego responde estas preguntas:


¿Se ofreció Jesús para morir? ¿Por quién murió? ¿Qué lograría su muerte?

La Sustitución es la clave de todo el Plan de Salvación. A causa de nues-


tros pecados, merecemos morir. Cristo, por su amor hacia nosotros, “se dio
a sí mismo por nuestros pecados” (Gál. 1:4). Murió la muerte que merecemos
nosotros. La muerte de Cristo como Sustituto de los pecadores es la gran
verdad de la que fluye toda otra verdad. Nuestra esperanza, la de la restau-
ración, la libertad, el perdón, la vida eterna en el Paraíso, se basa en la obra
que hizo Jesús, la de entregarse por nuestros pecados. Sin eso, nuestra fe
no tendría sentido. Bien podríamos poner nuestra esperanza y confianza
en la estatua de un pez, por ejemplo. La salvación viene solo por la sangre,
la sangre de Cristo.

Busca los siguientes pasajes: Mateo 26:28; Efesios 2:13; Hebreos 9:14;
1 Pedro 1:19. ¿Qué nos dicen de la sangre? Por lo tanto, ¿qué papel juega
la sangre en el Plan de Salvación?

“No es la voluntad de Dios que seáis desconfiados y torturéis vuestras


almas con el temor de que Dios no os aceptará porque sois pecadores e in-
dignos. [...] Podéis decir: ‘Sé que soy pecador, y esta es justamente la razón
por la cual necesito un Salvador. [...] No tengo bondad ni mérito alguno
para pretender la salvación, pero presento ante Dios la sangre expiatoria
del inmaculado Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Esta es mi
única defensa” (FV 104).

Considera la cita de Elena de White mencionada anteriormente. Vuelve a escribir-


la en tus propias palabras. Personalízala. Pon tus propios temores y pesares allí, y
luego anota lo que te brindan las promesas que contiene. ¿Qué esperanza tienes
a causa de la sangre del Nuevo Pacto?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Marcos 13. 119


Lección 11 | Miércoles 9 de junio

EL SUMO SACERDOTE DEL NUEVO PACTO


El Santuario terrenal, donde Dios eligió morar con su pueblo, giraba en
torno al sacrificio de los animales. Sin embargo, el servicio no terminaba con
la muerte de estas criaturas. El sacerdote asperjaba la sangre en el Santuario
en nombre del pecador después de ejecutar el sacrificio.
Sin embargo, todo este servicio era solo una sombra, un símbolo de lo
que Cristo haría por el mundo. Por lo tanto, así como los símbolos (el servicio
del Santuario) no terminaban con la muerte del animal, la obra de Cristo
por nosotros tampoco terminó con su muerte en la Cruz.

Hoy estudia Hebreos 8:1 al 6. Lee los versículos con oración. Pide al Señor
que te ayude a entender lo que dicen y por qué es importante que lo sepamos.
Una vez que hayas terminado, escribe con tus palabras lo que crees que es el
mensaje del Señor para nosotros en estos versículos. También pregúntate:
¿Cómo nos ayudan estos versículos a entender el Nuevo Pacto?

Así como había un Santuario, un sacerdocio y un ministerio terrenales


bajo el Antiguo Pacto, también hay un Santuario celestial, un sacerdocio
celestial y un ministerio celestial bajo el Nuevo Pacto. Sin embargo, lo que
eran solo símbolos, imágenes y una sombra (Heb. 8:5) en el Antiguo Pacto,
se hicieron realidad en el Nuevo Pacto.
Además, en lugar de un animal amoral como nuestro sustituto, tenemos
al Jesús inmaculado; en lugar de sangre animal, tenemos la sangre de Cristo;
en lugar de un Santuario hecho por el hombre, tenemos “aquel verdadero
tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre” (Heb. 8:2); y en lugar de un
sacerdote humano, pecador y sujeto a error, tenemos a Jesús, quien ministra
en nuestro favor como Sumo Sacerdote. Con todo esto en mente, medita
sobre las palabras de Pablo: “¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos
una salvación tan grande?” (Heb. 2:3).

Piénsalo: Jesús vivió una vida sin pecado por ti, murió por ti, y ahora está en el cielo
ministrando en el Santuario por ti. Todo esto lo hizo para salvarte de los terribles
resultados finales del pecado. Haz planes, para mañana o en los próximos días,
de hablar con alguien sobre esta maravillosa noticia, con alguien que pienses que
necesite escucharlo. Practica de antemano lo que vas a decir, sobre la base del
estudio de hoy.

120 Reavivados por su Palabra: Hoy, Marcos 14.


Jueves 10 de junio | Lección 11

EL MINISTERIO CELESTIAL (HEB. 9:24)


Estudia Hebreos 9:24, especialmente en el contexto en el que se da: el
de explicar el ministerio de Cristo en el cielo en nuestro favor después de
su muerte en sacrificio por nosotros. Queremos centrarnos en un punto, la
frase al final, que dice que Cristo se presenta ahora ante Dios por nosotros.
Piensa en lo que eso significa. Nosotros, la humanidad pecadora y caída;
nosotros, que seríamos consumidos por el resplandor de la gloria de Dios si
la viéramos ahora; nosotros, no importa cuán malos hayamos sido ni con
cuánto descaro hayamos violado la santa Ley de Dios, tenemos a Alguien
que se presenta ante Dios por nosotros. Tenemos un Representante ante
el Padre en nuestro favor. Piensa en el amor, el perdón y la aceptación que
Cristo demostró cuando estuvo aquí, en la Tierra. Esta misma Persona ¿es
ahora nuestro Mediador en el cielo?
Esta es la otra parte de la buena noticia. Jesús no solo pagó el castigo por
nuestros pecados al cargarlos sobre sí mismo en la Cruz (1 Ped. 2:24), sino
también ahora está en la presencia de Dios como Mediador entre el Cielo y
la Tierra, entre la humanidad y la Deidad.
Jesús, como Dios y hombre (un hombre perfecto, sin pecado), es el único
que puede salvar la brecha entre la humanidad y Dios, causada por el pe-
cado. Lo esencial que debemos recordar es que ahora hay un Hombre, un
Ser humano/divino, que puede entender todas nuestras pruebas, dolores y
tentaciones (Heb. 4:14, 15), y que nos representa ante el Padre.

“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres,
Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual
se dio testimonio a su debido tiempo” (1 Tim. 2:5, 6). ¿En qué dos roles pone
este texto a Jesús, y cómo se prefiguraban estos roles en el servicio del
Santuario terrenal?

La gran noticia del Nuevo Pacto es que ahora, gracias a Jesús, los peca-
dores arrepentidos tienen a Alguien que los representa en el cielo ante el
Padre, Alguien que ganó para ellos lo que nunca podrían haber obtenido por
sí mismos, que es la justicia perfecta, la única justicia que puede permanecer
ante la presencia de Dios. Jesús, con esa justicia perfecta, forjada en su vida
a través del sufrimiento (Heb. 2:10), se presenta delante de Dios y reclama
para nosotros el perdón del pecado y poder sobre el pecado, porque sin estos
no tendríamos ninguna esperanza, ni ahora ni en el Juicio.

Ora y medita sobre la idea de un ser humano, Alguien que ha experimentado la


tentación de pecar, de pie ante Dios en el cielo. ¿Qué significa eso para ti perso-
nalmente? ¿Qué clase de esperanza y aliento produce eso?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Marcos 15. 121


Lección 11 | Viernes 11 de junio

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:


“El ángel más encumbrado del cielo no tenía poder para pagar el rescate
de un alma perdida. Los querubines y los serafines tienen únicamente la
gloria de que han sido dotados por el Creador como criaturas suyas, y la
reconciliación del hombre con Dios solo podía ser realizada mediante un
mediador que fuera igual a Dios, que poseyera los atributos que lo digni-
ficaran y lo declararan digno de tratar con el Dios infinito en favor del
hombre, y también de representar a Dios ante un mundo caído. El sustituto
y garantía del hombre debía tener la naturaleza del hombre, un entronque
con la familia humana a quien había de representar, y como embajador de
Dios debía participar de la naturaleza divina, debía tener una unión con el
Infinito con el fin de manifestar a Dios ante el mundo y ser un mediador
entre Dios y el hombre” (MS 1:313).
“Y Jesús continúa: ‘Así como me confiesen ante los hombres, los con-
fesaré ante Dios y los santos ángeles. Han de ser mis testigos en la Tierra,
conductos a través de los cuales pueda fluir mi gracia para sanar al mundo.
Así también seré vuestro representante en el cielo. El Padre no considera
vuestro carácter deficiente, sino que los ve revestidos de mi perfección. Soy
el medio a través del cual les llegarán las bendiciones del Cielo. Todo el que
me confiese por compartir mi sacrificio por los perdidos será confesado
como participante en la gloria y el gozo de los redimidos’ ” (DTG 323, 324).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. Lee Romanos 5:2; y Efesios 2:18 y 3:12. ¿Qué dicen estos pasajes
que nos ayudan a comprender nuestro acceso al Padre a través de
Jesús?
2. Repasa la segunda cita de Elena de White que se menciona arriba.
Observa cómo explica el rol del Mediador. Cuando el Padre nos ve,
no ve nuestro carácter defectuoso, sino la perfección de Cristo. Re-
flexionen sobre lo que eso significa y analicen con la clase.
3. Al considerar lo que hemos estudiado esta semana, pregúntate
cómo responderías esta pregunta: “Bueno, Cristo está en el San-
tuario celestial. ¿Y entonces qué? ¿Qué significa eso en un nivel
práctico y diario?”
Resumen: El antiguo sistema de sacrificios del Pacto fue reemplazado
por el nuevo; en vez de que los sacerdotes pecadores sacrifiquen animales
en un santuario terrenal, ahora tenemos a Jesús, nuestro Sacrificio perfecto.
Él nos representa ante el Padre en el Santuario celestial, que forma la base
del Nuevo Pacto y sus promesas.

122 Reavivados por su Palabra: Hoy, Marcos 16.


EL SÁBADO ENSEÑARÉ...

TEXTO CLAVE: HEBREOS 9:15


RESEÑA
El santuario terrenal simboliza la obra de salvación que aún está en
marcha hoy. Cristo ocupa el rol de nuestro Sumo Sacerdote, mediando
ante Dios en el Lugar Santísimo. Su pureza es digna ante Dios, en lugar
de nuestra indigna naturaleza pecaminosa.

COMENTARIO
Mediante el sistema del santuario, la nueva relación de Israel con
Yahvéh era una muestra de cómo el Calvario se convertiría en un colchón
carmesí de gracia que contrarrestaría la intrusión sigilosa del pecado hu-
mano. Esta nueva relación se centraría en rituales ceremoniales salpicados
de sangre, que llegaron a ser el portal redentor por el cual el “yo” podría
ser arrebatado de su trono y crucificado. Este es el plan de salvación.

Relaciones
Cuando Cristo murió en la cruz, conquistó al pecado en nuestro favor.
Por lo tanto, para que nosotros podamos vivir esa victoria, en cierto
sentido debemos morir también. Muertos al yo y vivos para Dios. Cuando
Dios nos llama hacia Cristo, realmente somos llamados a “ir a morir”.
Por supuesto, morir se ve como algo malo, pero en este caso es la
muerte de todo lo que es malo en nuestra alma y carácter, de todo lo
que nos impediría tener una relación íntima de pacto con Jesús.
En consecuencia, podríamos decir que todo sacrificio ofrecido en
el servicio del santuario apuntaba a la muerte. Sí, por supuesto, era la
muerte de Cristo por nosotros. Pero al participar de ese ritual, el pecador
arrepentido aceptaba el sacrificio en su favor, y eso estaba implícito en
la aceptación de las promesas del Pacto ofrecidas por Dios a su pueblo.
Y esa promesa del Pacto también incluía la necesaria muerte al yo que
implicaba el arrepentimiento y el dolor por el pecado. Todo esto se re-
vela, o al menos se refleja, en el servicio del santuario, cuyo significado
más pleno se vio en el Nuevo Testamento y en el Nuevo Pacto.

Pecado, sacrificio y aceptación


“El pecador luego ataba las patas delanteras del animal y, colocando
un nudo corredizo alrededor de las patas traseras, juntaba las cuatro.
Así asegurada, la criatura caía de costado y su cara se volvía hacia el
Lugar Santísimo.
“El adorador luego ‘ponía’ ‘ambas’ manos [...] sobre su cabeza para
señalar la transferencia de los pecados a su representante. El verbo lo
describe apoyando todo su peso sobre la criatura. [...]

123
Lección 11 // Material auxiliar para el maestro

“Con las manos que presionaban su culpa sobre la cabeza de la vícti-


ma, cuya cara apuntaba hacia el Lugar Santísimo, el penitente confesaba
en silencio sus pecados a Dios y prometía enmendar la antigua oración
hebrea que concluía con las palabras: ‘Vuelvo arrepentido y esto sea​​
para mi expiación [literalmente, cobertura]’. [...]
“El pecador entonces agarraba el cuchillo y degollaba delibera-
damente a la víctima (Lev. 1:5, 11). Con este acto personal reconocía
que su pecado era la causa de la muerte de su sustituto. [...] Su ob-
servancia del rito demostraba que había aceptado el argumento de
la ley inmutable de Dios, que estaba de acuerdo con que la muerte
era el resultado de su transgresión y confirmaba que su único escape
era a través de la muerte vicaria de Aquel que ocuparía su lugar” (L.
Hardinge, With Jesus in His Sanctuary: A Walk Through the Tabernacle
Along His Way, pp. 371, 372).

La sustitución
“Cristo es nuestro justo sustituto.
“El plan de enviar a un segundo Adán, un sustituto, no se formuló al
momento de la primera transgresión. Fue una provisión ‘ya destinad[a]
desde antes de la fundación del mundo’ (1 Ped. 1:20).
“El Sustituto triunfaría donde Adán había fallado. Tenía que demos-
trar que Adán no tenía que pecar, que Adán podría haber prevalecido
sobre la tentación, que los Mandamientos son posibles de obedecer y
provechosos para la raza humana. [...]
“Adán cayó en un Edén perfecto, Jesús triunfó en una inicua Nazaret.
Al llevar las cargas del honor de su Padre y la redención de su pueblo,
Cristo peleó la batalla del pecado con nuestra inadecuada armadura,
este débil cuerpo humano.
“¡Y ganó! ¡El Cordero prevaleció!” (C. Rock, Seeing Christ: Windows on
His Saving Grace, pp. 65-67).

El Sumo Sacerdote del Nuevo Pacto


“Al hablar de Cristo como [...] Sumo Sacerdote, no es inapropiado
agregar que es nuestro único Sacerdote. Él tiene una relación exclusiva
con Dios: nadie más que él puede representarnos. Los sacerdotes de
los tiempos del Antiguo Testamento sirvieron como tipos del verdadero
Sacerdote venidero. A los apóstoles y pastores de los tiempos del NT
nunca se los llama sacerdotes, ni realizan las funciones de sacerdotes.
Hay un solo Mediador entre Dios y los hombres.
“La primera función importante de un sacerdote era ofrecer sacrifi-
cios, ‘para expiar los pecados del pueblo’ (Heb 2:17). [...] El único Sacrificio
perfecto que [Dios] ofreció fue él mismo.

124
Material auxiliar para el maestro // Lección 11

“Su ofrenda de sí mismo fue un acto voluntario. Él puso su vida por


voluntad propia. [...] (Juan 10:18). Llegó a ser ‘el Cordero de Dios, que quita
el pecado del mundo’ (1:29), un cordero ‘sin mancha y sin contaminación’
(1 Ped. 1:19). Hizo de sí mismo la ‘expiación por el pecado’ (Isa. 53:10). [...]
“Por lo tanto, Cristo ocupó el doble papel de oferente y ofrenda, de
sacerdote y oblación. Esta ofrenda de sacrificio de sí mismo como víctima
sobre el altar fue un acto único y de ‘una vez para siempre’ (Heb. 10:10,
12; 9:26)” (W. F. Specht, “Christ’s Session, Enthronement, and Mediatorial
and Intercessory Ministry”, en The Sanctuary and the Atonement: Biblical,
Historical, and Theological Studies, pp. 344, 345).

El ministerio celestial
“En la Epístola a los Hebreos, en particular, el autor está tratando de
desviar la mirada de los cristianos judíos del ministerio del santuario/
templo terrenal hacia un Santuario celestial, con un ministerio más per-
fecto a cargo del mismo Señor y Salvador que resucitó y ascendió” (A.
V. Wallenkampf, “A Brief Review of Some of the Internal and External
Challengers to the Seventh-day Adventist Teachings on the Sanctuary
and the Atonement”, en The Sanctuary and the Atonement, p. 582).

APLICACIÓN A LA VIDA
Para reflexionar: Es asombroso cuán gráfica e inequívocamente el
Nuevo Testamento, en especial el libro de Hebreos (e incluso el Apoca-
lipsis), enseña sobre el Santuario celestial y su función central en el plan
de salvación. En cierto sentido, es el plan de salvación, el evangelio y el
Pacto a escala mayor. No podemos entender verdaderamente de qué se
trata el Pacto, aparte de algún conocimiento del servicio del santuario
y lo que significa.
1. Sobre la base de Hebreos 8, anima a la clase a descubrir los si-
guientes puntos con respecto al Mediador. Para cada punto, pídeles
que identifiquen la diferencia entre el Antiguo y el Nuevo Pactos:
a. Posición del Mediador (Heb. 8:1, 2).
b. Desempeño del Mediador (Heb. 8:3-6).
c. Promesa del Mediador (Heb. 8:6-9).
d. Producciones del Mediador (Heb. 8:10-12).
2. Específicamente, ¿de qué manera Cristo hace que el Nuevo Pacto
sea más realista en tu vida? ¿Cuán diferente sería tu vida si el
Nuevo Pacto no existiera?
3. Una promesa es tan buena como la persona que la pronuncia.
Cuando Dios hace una promesa, es incluso más sólida que los
hechos históricos. Entonces, ¿por qué es más fácil cuestionar la
voluntad de Dios que ir a ciegas a donde él nos guíe? ¿Qué lec-

125
Lección 11 // Material auxiliar para el maestro

ciones podemos aprender de los personajes bíblicos que optaron


por cuestionar en lugar de obedecer?
4. Hebreos 8:10 dice que Cristo, el Mediador, pone la Ley de Dios en
nuestro corazón. Este acto, ¿de qué manera forma parte de nuestra
experiencia espiritual? Explica cómo el hecho de tener la Ley de
Dios en nuestro corazón nos permite conocerlo más íntimamente.
5. A través de Cristo, el Nuevo Pacto reemplaza el Antiguo Pacto. A
través de Cristo, la Ley de Dios está revestida de gracia y amor.
¿Por qué, entonces, dejamos que el legalismo se interponga en el
camino de nuestro crecimiento espiritual? Sobre la base del Nuevo
Pacto, ¿qué cosas específicas puedes hacer para desarrollar o
fortalecer tu relación con Dios, pero sin la opresión del legalismo?
6. Aunque el Nuevo Testamento nos informa que los sacrificios de
animales y otros del período del Antiguo Testamento no eran
efectivos para borrar el pecado, está claro que eran efectivos
para permitir que una persona continuara en comunión con el
pueblo de Dios. ¿Por qué será que eran eficaces en este sentido,
aunque no poseían ningún poder intrínseco? ¿Qué nos enseña
esto sobre el poder y la importancia de los rituales?
7. La idea de una expiación es fundamental en el Nuevo Testamento.
¿Por qué sería necesario que un ser inocente muriera para que
uno culpable fuera rescatado de las consecuencias? ¿Cómo podría
la muerte de esta persona inocente lograr esta expiación? ¿Es
estrictamente una transacción legal? Explica.
8. En la actualidad, Jesús nos representa ante Dios porque no somos
capaces de enfrentarnos a Dios, y mucho menos de defendernos
frente a él. ¿Sugiere esto que en algún momento futuro podremos
comparecer ante Dios sin un Mediador? ¿Por qué? ¿Cuáles son las
distintas posturas sobre esta idea? ¿Qué significaría estar ante
Dios sin un Mediador?

126
Lección 12: Para el 19 de junio de 2021

LA FE DEL PACTO

Sábado 12 de junio

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Gálatas 6:14; Romanos 6:23; 1 Juan
5:11, 13; Romanos 4:1-7; Levítico 7:18; 17:1-4; Romanos 5:1.

PARA MEMORIZAR:
“Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El
justo por la fe vivirá” (Gál. 3:11).

E
l poeta Homero (c. siglo VII a.C.) escribió La Odisea, la historia de Odiseo
(Ulises), el gran guerrero que, después de saquear la ciudad de Troya en
la guerra de Troya, inició un viaje de diez años para intentar regresar a su
Ítaca natal. El viaje le llevó tanto tiempo porque enfrentó naufragios, motines,
tormentas, monstruos y otros obstáculos, que le impidieron alcanzar su objetivo.
Finalmente, después de decidir que Ulises había sufrido lo suficiente, los dioses
acordaron permitir que el cansado guerrero regresara a su hogar y familia.
Concordaron en que sus pruebas fueron expiación suficiente por sus errores.
En cierto sentido, nosotros somos como Ulises, que emprendimos un largo
viaje a casa. Sin embargo, la diferencia primordial es que, a diferencia de Ulises,
nunca podremos “sufrir lo suficiente” para ganarnos el camino de regreso. La
distancia entre el Cielo y la Tierra es demasiado grande para que podamos
reparar nuestros errores. Si llegamos a casa, será solo por la gracia de Dios.
Reseña de la semana: ¿Por qué la salvación debe ser un regalo? ¿Por qué solo
Alguien igual a Dios podría rescatar nuestra alma? ¿Qué hace de Abraham un
gran representante de la fe? ¿Qué significa que la justicia nos es “imputada”,
o “acreditada”? ¿Cómo podemos apropiarnos de las promesas y la esperanza
que se encuentran en la Cruz?
Reavivados por su Palabra: Hoy, Lucas 1. 127
Lección 12 | Domingo 13 de junio

REFLEXIONES DEL CALVARIO


El camino de la salvación del Antiguo Testamento bajo el pacto mosaico no
es diferente del camino de la salvación del Nuevo Testamento bajo el Nuevo
Pacto. Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, en el
Antiguo Pacto como en el Nuevo Pacto, la salvación es solo por fe. Si fuera
por cualquier otra cosa, como las obras, la salvación sería algo que el Creador
estaría “obligado” a darnos. Solo quienes no entienden la gravedad del pecado
pueden creer que Dios tiene la obligación de salvarnos.
“Cuando los hombres y las mujeres puedan comprender plenamente la
magnitud del gran sacrificio que fue hecho por la Majestad del cielo al morir
en lugar del hombre, entonces será magnificado el Plan de Salvación, y al re-
flexionar en el Calvario se despertarán emociones tiernas, sagradas y vivas
en el corazón del cristiano; vibrarán en su corazón y en sus labios alabanzas
a Dios y al Cordero. El orgullo y la estima propia no pueden florecer en los
corazones que mantienen frescos los recuerdos de las escenas del Calvario.
[...] Todas las riquezas del mundo no tienen suficiente valor para redimir a un
alma que perece. ¿Quién puede medir el amor que sintió Cristo por el mundo
perdido, mientras pendía de la Cruz sufriendo por los pecados de los hombres
culpables? Este incomprensible amor de Dios fue inconmensurable, infinito.
“Cristo demostró que su amor era más fuerte que la muerte. Estaba cum-
pliendo la salvación del hombre; y aunque sostenía el más espantoso con-
flicto con las potestades de las tinieblas, en medio de todo ello su amor se
intensificaba. Soportó que se ocultase el rostro de su Padre, hasta sentirse
inducido a exclamar con amargura en el alma: ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué
me has desamparado?’ Su brazo trajo salvación. Pagó el precio para comprar
la redención del hombre cuando, en la última lucha de su alma, expresó las
palabras bienaventuradas que parecieron repercutir por toda la Creación:
‘Consumado es’. [...]
“Las escenas del Calvario despiertan la más profunda emoción. Tendrás
disculpa si manifiestas entusiasmo por este tema. Que Cristo, tan excelso
e inocente, hubiese de sufrir una muerte tan dolorosa y soportar el peso de
los pecados del mundo, es algo que nuestros pensamientos e imaginaciones
no podrán nunca comprender plenamente. No podemos medir la longitud,
anchura, altura y profundidad de un amor tan asombroso. La contemplación
de las profundidades inconmensurables del amor del Salvador deberían llenar
la mente, conmover y enternecer el alma, refinar y elevar los afectos, y trans-
formar completamente todo el carácter” (TI 2:191, 192).

Medita con oración sobre lo que Elena de White escribió aquí. Lee Gálatas 6:14 te-
niendo en mente estas líneas, y luego pregúntate: ¿De qué manera puedo gloriarme
en la Cruz de Cristo?

128 Reavivados por su Palabra: Hoy, Lucas 2.


Lunes 14 de junio | Lección 12

EL PACTO Y EL SACRIFICIO
“Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir,
la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como
oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin
mancha y sin contaminación” (1 Ped. 1:18, 19).

¿Qué tiene en mente Pedro aquí cuando dice que fuimos rescatados?

Cuando Pedro habla de la muerte expiatoria de Cristo en la Cruz, la idea


de “rescate” o precio a la que se refiere trae a la memoria la antigua práctica
de que un esclavo era liberado de la esclavitud después de que, generalmente
un pariente, pagaran un precio. En contraste, Cristo nos rescató de la escla-
vitud del pecado y su fruto final, que es la muerte, pero lo hizo con su “sangre
preciosa”, su muerte sustitutoria y voluntaria en el Calvario. Una vez más,
este es el fundamento de todos los Pactos: sin él, el Pacto se vuelve nulo y
sin efecto, porque Dios no podría haber cumplido legítimamente su parte
del trato, que es el don de la vida eterna otorgado para todos los que creen.

Busca los siguientes versículos: Romanos 6:23; 1 Juan 5:11, 13. ¿Qué men-
saje comparten entre sí?

Tenemos esta promesa de la vida eterna solo porque Jesús pudo reparar
esa brecha que inicialmente causó que perdiéramos esa vida eterna. ¿Cómo?
Porque solo la justicia y el valor infinitos del Creador mismo podrían can-
celar la deuda que teníamos con la Ley incumplida; así de grande era la
brecha causada por el pecado. A fin de cuentas, ¿qué se podría decir de la
seriedad de la eterna Ley moral de Dios si algún ser finito, temporal y creado
pudiera pagar la pena por violarla? Solo alguien que es igual a Dios mismo,
en quien existía la vida eterna original que no deriva de otra, podría haber
pagado el rescate requerido para liberarnos de la deuda contraída con la Ley.
Así es como se cumplen todas las promesas del Pacto; así es como tenemos la
promesa de la vida eterna, incluso ahora; así es como hemos sido rescatados
del pecado y de la muerte.

Imagina que el hijo de alguien, en un museo de arte, arrojara un globo lleno de


tinta sobre un cuadro de Rembrandt y lo arruinara por completo. La pintura vale
millones; los padres, por más que vendan todo lo que tienen, no podrían ni si-
quiera empezar a pagar la deuda. Esta ilustración ¿en qué medida nos ayuda a
comprender cuán grave es el abismo que ha causado el pecado, cuán impotentes
somos para solucionarlo y por qué solo el Señor pudo pagar la deuda?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Lucas 3. 129


Lección 12 | Martes 15 de junio

LA FE DE ABRAHAM: PRIMERA PARTE


“Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia” (Gén. 15:6).
Este versículo continúa siendo una de las declaraciones más profundas
de todas las Escrituras. Ayuda a establecer la verdad básica de la religión
bíblica, la de la justificación solo por la fe, y lo hace muchos siglos antes de
que Pablo escribiera sobre ella en Romanos. Todo esto ayuda a comprobar
que, desde el Edén en adelante, la salvación siempre fue de la misma manera.
El contexto inmediato del versículo nos ayuda a entender cuán grande
era la fe de Abram, al creer en la promesa de Dios de un hijo a pesar de las
evidencias físicas que a simple vista hacían que esa promesa fuese impo-
sible. Es el tipo de fe que es consciente de su absoluta impotencia; el tipo
de fe que exige una entrega completa del yo; el tipo de fe que requiere una
sumisión total al Señor; el tipo de fe que se traduce en obediencia. Esta fue
la fe de Abram, y le fue contada “por justicia”.

¿Por qué la Biblia dice que le fue “contado” por justicia? Abram ¿era
“justo” en el sentido de la justicia de Dios? ¿Qué hizo poco después de que
Dios lo declarara justo, que nos ayuda a entender por qué se le atribuyó esta
justicia, a pesar de lo que él era en realidad?

Aunque la vida de Abram fuera una vida de fe y obediencia, no fue una


vida de fe perfecta y obediencia perfecta. A veces mostró debilidad en ambas
esferas. (¿Te suena conocido?) Todo esto nos lleva al aspecto esencial, y es
que la justicia que nos salva es una justicia que se nos acredita, una justicia
que se nos imputa (para usar un término teológico elegante). Esto significa
que somos declarados justos a la vista de Dios a pesar de nuestras faltas;
significa que el Dios del cielo nos considera justos aunque no lo seamos. Esto
es lo que hizo con Abram, y esto es lo que hará con todos los que se acerquen
a él con “la fe de Abraham” (Rom. 4:16).

Lee Romanos 4: 1 al 7. Analiza el contexto en el que Pablo utiliza Génesis


15:6. Reflexiona con oración sobre esos versículos y escribe con tus palabras
lo que crees que te están diciendo.

130 Reavivados por su Palabra: Hoy, Lucas 4.


Miércoles 16 de junio | Lección 12

LA FE DE ABRAHAM: SEGUNDA PARTE


Si observamos nuevamente Génesis 15:6, podemos ver que distintas
versiones traducen el término como contado (hebreo, hasab), “reconoció”,
“aceptó” o “consideró” (NVI, DHH, NTV).
El mismo término se emplea en otros pasajes de los libros de Moisés.
Se considera que una persona o una cosa es algo que en realidad no es. Por
ejemplo, en Génesis 31:15, Raquel y Lea afirman que su padre las “considera”
(RVC) unas extrañas aunque son sus hijas. El diezmo del levita se “contará”
(“acreditará”, RVC) como si fuera el grano de la era, aunque obviamente no
es el grano (Núm. 18:27, 30).

¿Cómo se expresa la idea de “contar” en el contexto de los sacrificios?


(Lev. 7:18; 17:1-4).

La versión Reina-Valera Antigua utiliza la palabra “imputada” para tra-


ducir hasab. Si un sacrificio en particular (“sacrificios de paz”) ​​no se come
al tercer día, su valor se pierde y no será “contado” (Lev. 7:18; hebreo, hasab)
en beneficio del oferente. Levítico 7:18 habla de una situación en la que un
sacrificio es “contado” en beneficio del pecador (comparar con 17:1-4), quien
luego se presenta ante Dios justificado. Dios cuenta al pecador como justo,
aunque la persona en realidad es injusta.

Tómate un tiempo para reflexionar sobre esta maravillosa verdad de


que, a pesar de nuestras faltas, podemos ser contados, o acreditados, como
justos a los ojos de Dios. Escribe con tus palabras tu interpretación de lo
que esto significa.

La gran verdad, la de que somos considerados justos, no por ningún acto


que podamos hacer, sino solo por la fe en lo que Cristo hizo por nosotros, es
la esencia del concepto de “ justificación por la fe”. Sin embargo, no es que
nuestra fe en sí nos haga justos; la fe es el vehículo por el que obtenemos el
don de la justificación. Básicamente, esta es la belleza, el misterio y la gloria
del cristianismo. Todo lo que creemos como cristianos, como seguidores de
Cristo, halla una raíz importante en este maravilloso concepto. Por la fe,
somos considerados justos ante la vista de Dios. Todo lo que viene a conti-
nuación, la obediencia, la santificación, la santidad, el desarrollo del carácter,
el amor, deben surgir de esta verdad fundamental.

¿Cómo respondes a alguien que intenta ser cristiano y no obstante dice: “Pero no
me siento justo”?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Lucas 5. 131


Lección 12 | Jueves 17 de junio

DESCANSEMOS EN LAS PROMESAS


Se cuenta la historia del famoso cardenal Belarmino, el gran apologista
católico que durante toda su vida luchó contra el mensaje de la justificación
solo por la justicia imputada. Mientras agonizaba, le llevaron los crucifijos y
los méritos de los santos para darle seguridad antes de morir. Pero Belarmino
dijo: “Llévenselos. Creo que es más seguro confiar en los méritos de Cristo”.
Hay muchos que, al acercarse al final de su vida, miran hacia atrás y ven
cuán vanas, cuán inútiles, son sus obras para ganar la salvación ante un
Dios santo y, por lo tanto, cuánto necesitan de la justicia de Cristo.
Sin embargo, lo bueno es que no tenemos que esperar a que la muerte esté
a las puertas: podemos tener seguridad en el Señor ahora. Todo el Pacto se
basa en las seguras promesas de Dios ahora, promesas para nosotros ahora,
promesas que pueden mejorar nuestra vida ahora.

Busca los siguientes versículos y responde la pregunta que se formula


en cada uno en el contexto de desarrollar, mantener y fortalecer tu relación
de pacto con Dios:

Salmo 34:8 (¿Cómo se puede “degustar” la bondad de Dios?)

Mateo 11:30 (¿Qué es lo que Cristo ha hecho por nosotros que facilita
este yugo?)

Romanos 5:1 (¿Qué tiene que ver la justificación con la paz?)

Filipenses 2:7, 8 (¿Qué obtuviste de la experiencia de Cristo?)

Examina tu vida con oración y pregúntate: ¿Qué cosas estoy haciendo que for-
talecen mi relación con Dios y cuáles la están dañando? ¿Qué cambios necesito
hacer?

132 Reavivados por su Palabra: Hoy, Lucas 6.


Viernes 18 de junio | Lección 12

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:


“La única forma en que [el pecador] puede obtener la justicia es mediante
la fe. Por fe puede presentar a Dios los méritos de Cristo, y el Señor coloca
la obediencia de su Hijo en la cuenta del pecador. La justicia de Cristo es
aceptada en lugar del fracaso del hombre, y Dios recibe, perdona y justifica
al alma creyente y arrepentida, la trata como si fuera justa, y la ama como
ama a su Hijo. De esta manera, la fe es imputada a justicia” (MS 1:442).
“Cuando por el arrepentimiento y la fe aceptamos a Cristo como nuestro
Salvador, el Señor perdona nuestros pecados y nos libra de la penalidad
prescrita para la transgresión de la Ley. El pecador aparece delante de Dios
como una persona justa; goza del favor del Cielo, y por medio del Espíritu
tiene comunión con el Padre y con el Hijo.
“Luego hay aún otra obra que debe ser hecha, y esta es de naturaleza
progresiva. El alma debe ser santificada por la verdad. Y esto también se
logra por fe, pues es solamente por la gracia de Cristo, la cual recibimos por
la fe, como el carácter puede ser transformado” (MS 3:225).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. ¿Qué distinción se hace entre una fe viva y una fe muerta? (Sant.
2:17, 18). ¿Cómo describe Pablo una fe viva? (Rom. 16:26). ¿Cuál es la
palabra clave que ayuda a revelar lo que implica la fe?
2. ¿Cómo respondes al argumento (que tiene cierta coherencia lógica)
de que si somos salvos solo por una justicia acreditada, no por una
justicia que exista dentro de nosotros, entonces no importa lo que
hagamos o cómo actuemos?
3. “Nuestra aceptación por parte de Dios es segura solamente por me-
dio de su amado Hijo, y las buenas obras son únicamente el resul-
tado de la obra de su amor perdonador. Las obras no son ningún
crédito para nosotros, y no se nos concede nada debido a nuestras
buenas obras por lo cual podamos reclamar una parte en la sal-
vación de nuestras almas. [...] [El creyente] no puede presentar sus
buenas obras como un mérito para la salvación de su alma” (MS
3:234). Plantéate la siguiente pregunta, teniendo presente esta de-
claración de Elena de White: ¿Por qué, entonces, las buenas obras
son una parte vital de la experiencia cristiana?
Resumen: Antiguo Pacto, Nuevo Pacto: Jesús pagó la deuda que requería
la Ley, para que podamos ser justos a la vista de Dios.

Reavivados por su Palabra: Hoy, Lucas 7. 133


EL SÁBADO ENSEÑARÉ...

TEXTO CLAVE: GÁLATAS 3:11


RESEÑA
Más allá de lo que hagamos, nuestra naturaleza humana es pecami-
nosa e indigna en comparación con la pureza de la justicia de Dios. Al
aceptar la muerte sustitutiva de Cristo en nuestro favor mediante el Pacto,
podemos ser dignos ante los ojos de Dios. Y, por más que Dios nos puri-
fique, nos cambie, nos moldee hasta llegar a reflejar su imagen, siempre
debemos tener a Jesús como nuestro perfecto Sustituto. Esta es la esencia
del evangelio y nuestra gran esperanza, nuestra esperanza del Pacto.

COMENTARIO
Antes de que se pudiera ratificar el Nuevo Pacto, había que derramar
sangre. Por lo tanto, como había quedado asentado y predicho en los
archivos de las profecías mesiánicas, esa sangre vivificante, que brotó
del Calvario, validó el Nuevo Pacto.

Reflexiones del Calvario


Definidamente necesitamos que la gracia divina nos purifique, que
nos libre de la presunción y de la pecaminosidad inherentes, que aunque
prácticamente forman parte de nosotros, no necesitan dominarnos.
¿Y quién no anhela ser librado de los celos mezquinos, las envidias, la
amargura, la ira y la astucia, que causan una culpa inherente en todos
nosotros? Todo esto, y más, es lo que Dios hará por su pueblo del Pacto,
si tan solo cumplen el Pacto y descansan en él y en sus promesas.
“Su situación es ciertamente seria. No pueden limpiarse a sí mismos
del pecado (Prov. 20:9), y ninguna obra de la ley los capacitará jamás
para comparecer ante Dios justificados (Rom. 3:20; Gál. 2:16). De ahí que
la expiación, para lograr en favor de los pecadores lo que debía hacerse,
era necesario que la hiciera otra Persona en favor de ellos. Cristo es
completamente abnegado, incluso en la muerte. Él es el medio para que
regresemos a Dios. A través de él tenemos acceso al Padre (Efe. 2:18),
un acceso del que hemos de apropiarnos por la fe en él (3:12), a quien
‘Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación que se recibe por la fe
en su sangre’ (Rom. 3:25, NVI)” (R. Dederen, “Cristo, su persona y obra”,
en Tratado de teología adventista del séptimo día, t. 9, p. 198).

La fe de Abraham: Primera parte


Qué asombroso que el Antiguo Testamento, a menudo considerado
el máximo ejemplo en lo que a legalismo respecta, en realidad sea la
máxima expresión de la promesa del Pacto de salvación por fe. En Gé-
nesis 15:6, podemos ver esto en el famoso versículo: “Y creyó a Jehová,

134
Material auxiliar para el maestro // Lección 12

y le fue contado por justicia”. Esto, por supuesto, hablando de Abram


(todavía no había sido llamado Abraham). El hebreo es claro: Abraham
creyó “en” el Señor; es decir, no solo creía que existía, sino además cre-
yó en sus promesas, incluso en las que parecían imposibles, como que
algún día sería el padre de una gran nación.
¿Y qué decir de otras promesas de Dios que parecen imposibles?
Como, por ejemplo, que nosotros, siendo pecadores, podemos ser con-
siderados justos, e incluso ser justificados, a la vista de Dios. ¡Hablando
de creer en lo imposible!

La fe de Abraham: Segunda parte


“La fe se come el maná y no deja ni un bocado para que se críen
gusanos [...]
“La fe de Abraham logró llevar filas de camellos y rebaños de ovejas
de Harán a Canaán. Era una fe que podía clavar la estaca de la tienda
en un suelo extraño o enrollar la lona. [...]
“Es una fe práctica, activa, viva, de entre semana y de todos los días.
Hablaré de manera muy amplia y sencilla, y diré que necesitamos una fe
de pan y queso, [...] una fe que crea que Dios, que alimenta a los cuervos,
nos enviará nuestro pan de cada día; una fe [...] que [...] no viva en el
ámbito de la ficción” (C. Spurgeon, “Hearken and Look”, en Spurgeon’s
Expository Encyclopedia, ts. 1, 2, pp. 43, 47, 48; ver Isa. 51:2).

Descansemos en las promesas


“¿Cómo puede la Deidad arriesgar tanto en favor de la humanidad?
¿Cómo puede Dios declarar la plenitud (perfección) de gente que, aunque
esté en proceso, no la ha alcanzado totalmente? ¿Cómo puede declarar
que gente que por naturaleza es inaceptable sea aceptada? ¿Cómo pue-
de la Deidad arriesgar su reputación al extender una gracia tan osada?
“La respuesta es triple.
“En primer lugar, Dios lo hace porque acepta como perfección nues-
tras oraciones sinceras y nuestros esfuerzos para alcanzar la madurez
espiritual. [...]
“En segundo lugar, Cristo puede actuar de este modo porque la
fe que él ve en nosotros no es realmente nuestra, es de él. Él ve su fe
en nosotros y honra esa fe. Es nuestra en el sentido de que somos los
depositarios de su amor, los objetos de su gracia. Pero es suya porque
la fe salvífica es de origen divino, no humano. [...]
“En tercer lugar, Dios actúa con tanta confianza porque en el análisis
final no es en nosotros donde el Padre se centra; es en la justicia del
manto de Cristo que nos cubre” (C. Rock, Seeing Christ: Windows in His
Saving Grace, pp. 158, 159).

135
Lección 12 // Material auxiliar para el maestro

APLICACIÓN A LA VIDA
Para reflexionar: ¿Eres salvo? Para responder a esta pregunta, es
importante comprender qué es la salvación. La salvación es un sustantivo
que sugiere acción. Salvar es la raíz, que es un verbo. ¿Qué acción está
involucrada en la salvación?
Las diferentes religiones ven la salvación de diferentes maneras. Los
bautistas sitúan la salvación en el pasado; es un evento que tuvo lugar
en la Cruz. Todos los pecados fueron perdonados en ese momento. Los
que creen en la predestinación sitúan la salvación en el “Santo Concilio”,
donde ciertas personas fueron designadas para salvarse o perderse.
Los católicos romanos ubican la salvación en el futuro, después de que
una persona que muere creyendo en Jesús se purifica en el purgatorio.
Estos son puntos de vista puntuales de la salvación, lo que significa que
la salvación tiene lugar en un momento determinado.
Sin embargo, los adventistas del séptimo día tienen una visión lineal
de la salvación. La salvación tiene pasado, presente y futuro. Es un pro-
ceso, una serie de actos divinos y respuestas humanas.
Dios sabía desde el principio que Adán y Eva lo rechazarían. Los creó
con libre albedrío: la capacidad de elegir entre el bien y el mal. Asumió
la responsabilidad de rectificar el pecado que ellos habían introducido.
Jesús dio un paso adelante y dijo: Experimentaré la segunda muerte
en lugar de ellos.
Dios estableció un Pacto con su pueblo y nunca cambió sus condicio-
nes. Todas las interacciones entre Dios y su pueblo quedaron establecidas
en el Pacto. Dios ilustró el plan de salvación mediante los servicios del
santuario y, finalmente, lo cumplimentó mediante el sacrificio de Jesús.
La contribución más importante que podemos dar al mundo en este
momento es compartir con otros quién es Jesús, lo que hizo, lo que está
haciendo y lo que hará. Él no está de vacaciones ni se toma un descan-
so de quince minutos. Ahora mismo es el punto más trascendental de
nuestra salvación.
¿Qué significa la salvación para ti? ¿Cuál será tu respuesta cuando
alguien te pregunte si eres salvo?
1. Pide a la clase que responda esta pregunta: ¿Eres salvo? Analicen
las diversas respuestas y lo que revelan sobre cómo nosotros,
siendo miembros de iglesia, entendemos el plan de salvación y
cómo funciona. ¿Por qué los adventistas parecen tener problemas
con esa pregunta?
2. Elena de White ha dicho que Dios nos ama a cada uno como si
fuéramos el único ser humano existente sobre la tierra. ¿Qué nos
enseña eso sobre el amor de Dios? Reflexiona sobre las implica-
ciones de esta idea y por qué transmite tanta esperanza.

136
Material auxiliar para el maestro // Lección 12

3. Un pensamiento fundamental de algunos en la época de Cristo


era que una persona debe “ganarse” el favor de Dios. Un pen-
samiento fundamental de los cristianos es que todo lo que una
persona puede hacer es confiar en la Palabra de Dios. Considera
la diferencia entre estos dos pensamientos, y responde: ¿Por
qué crees que Pablo puso a Abraham como el mayor ejemplo
de fe (Rom. 4:1-8)?
4. El estudio del jueves nos dice que cuando las personas repasan
su vida antes de morir, ven cuán vanas e inútiles fueron sus obras
para ganar la salvación. ¿Cuáles son los elementos de la vida que
nos hacen creer que debemos depender más de nosotros mismos
que de alguna otra persona o cosa? ¿Qué podemos hacer para
llevar una vida que diga: “Jesús está al mando”? Tu vida espiritual
¿cómo refleja quién o qué está al mando?
5. “Dios no nos abandona por causa de nuestros pecados. Qui-
zás hayamos cometido errores y contristado a su Espíritu, pero
cuando nos arrepentimos y acudimos a él con corazón contrito,
no nos desdeña. Hay obstáculos que deben ser removidos. Se
han fomentado sentimientos equivocados y ha habido orgullo,
autosuficiencia, impaciencia y murmuraciones. Todo esto nos
separa de Dios. Deben confesarse los pecados; debe haber una
obra más profunda de la gracia en el corazón. Los que se sienten
débiles y desanimados pueden llegar a ser hombres fuertes en
Dios y hacer una noble obra para el Maestro” (FO 34, 35). ¿Cómo
podemos aprender a vivir con estas palabras?
6. Todos hemos sentido el rechazo y el dolor de una promesa in-
cumplida. No obstante, la Biblia está llena de promesas con las
que podemos contar al ciento por ciento. Sin embargo, somos
nosotros los que, en desobediencia, abandonamos nuestra re-
lación de pacto. Al conocer el dolor de una relación rota, ¿qué
podemos hacer para asegurarnos de no dar por sentada nuestra
relación de pacto con Dios?
7. Jesús se sacrificó a sí mismo porque nosotros teníamos una deu-
da imposible de pagar. ¿Por qué Dios no podía, simplemente,
perdonar la deuda? Si Dios no pudo hacer esto, ¿significa que de
alguna manera está sujeto a su propia Ley?
8. En 1 Pedro 1:18 y 19, el autor escribe que la sangre de Cristo
“rescató” a sus oyentes de “la vida absurda que heredaron de sus
antepasados” (NVI). ¿Estaba escribiendo estrictamente sobre la
redención del castigo futuro? ¿O también se refería al impacto
de este hecho sobre la vida que llevaban sus oyentes en ese
momento? Analicen.

137
Lección 12 // Material auxiliar para el maestro

9. Génesis 15:6 declara que la fe de Abraham en el Señor fue con-


tada como justicia. En la actualidad, la mayoría asocia la fe o la
creencia con el asentimiento a una lista de doctrinas o propo-
siciones. ¿Es esto a lo que se hace referencia aquí? ¿Por qué?
Si no es así, ¿qué parte de nuestra relación con Dios ocupan las
creencias “correctas” acerca de Dios?

138
Lección 13: Para el 26 de junio de 2021

LA VIDA DEL NUEVO PACTO

Sábado 19 de junio

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: 1 Juan 1:4; Juan 5:24; Romanos 3:24,
25; 2 Corintios 5:21; 1 Juan 4:16; Apocalipsis 2:11; 20:6, 14; 21:8.

PARA MEMORIZAR:
“Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”
(Juan 10:10).

E
ste trimestre ha sido un estudio sobre el Pacto, que (para reducirlo a
su forma más simple y pura) es, básicamente, Dios que te dice: Así es
como te salvaré del pecado, punto.
Aunque el resultado, la gran final de la promesa del Pacto, es, por su-
puesto, la vida eterna en un mundo renovado, no tenemos que esperar
hasta recibirla para disfrutar hoy de las bendiciones del Pacto. El Señor
se preocupa por nuestra vida ahora. Quiere lo mejor para nosotros ahora.
El Pacto no es un trato en el que haces esto, eso y aquello, y luego, a largo
plazo, obtendrás tu recompensa. Las recompensas, los dones: estas son
bendiciones que quienes por fe entablan la relación de pacto pueden dis-
frutar aquí y ahora.
La lección de esta semana analiza algunas de estas bendiciones inme-
diatas, algunas de las promesas que provienen de la gracia de Dios, derra-
mada en nuestro corazón porque, cuando oímos que llamaba, le abrimos
la puerta.
Reseña de la semana: ¿Por qué deberíamos sentir gozo? ¿Sobre qué base
podemos reclamar esa promesa? ¿Qué tiene el Pacto que debería librarnos
del peso de la culpa? ¿Qué significa tener un corazón nuevo?
Reavivados por su Palabra: Hoy, Lucas 8. 139
Lección 13 | Domingo 20 de junio

GOZO
“Escribimos estas cosas para que ustedes puedan participar plena-
mente de nuestra alegría” (1 Juan 1:4, NTV).
Observa lo que escribió Juan aquí. En pocas palabras, él expresa lo que
debería ser una de las grandes ventajas que tenemos, como pueblo del Pacto:
la promesa del gozo.
Como cristianos, a menudo se nos dice que no nos dejemos llevar por
los sentimientos, que la fe no es un sentimiento y que tenemos que ir más
allá de nuestros sentimientos. Todo esto es cierto, pero, al mismo tiempo,
no seríamos seres humanos si no fuéramos criaturas con sentimientos,
emociones y estados de ánimo. No podemos negar nuestros sentimientos;
lo que tenemos que hacer es entenderlos, darles el papel que les corresponde
y, en la medida de lo posible, mantenerlos bajo sano control. Pero negarlos
es negar lo que significa ser humano (es como si a un círculo le dijésemos
que no sea redondo). De hecho, como dice este versículo, no solo debemos
tener sentimientos (en este caso, gozo), sino además deberíamos tener pleno
gozo. No parece que tuviésemos que negar nuestros sentimientos, ¿verdad?

Lee el contexto del versículo anterior, comenzando por el versículo 1 del


capítulo. ¿Qué les estaba escribiendo Juan a los primeros cristianos por lo
que esperaba que se llenaran de gozo? Y ¿por qué debería darles alegría?

Juan fue uno de los Doce originales. Él estuvo allí casi desde el comienzo
del ministerio de tres años y medio de Cristo; fue testigo de algunas de
las cosas más asombrosas de Jesús (estuvo en la Cruz, en el Getsemaní y
también en la Transfiguración). Por lo tanto, como testigo ocular, sin duda
estaba sumamente capacitado para hablar sobre este tema.
Sin embargo, observa también que el énfasis no está en sí mismo, sino
en lo que Jesús había hecho por los discípulos a fin de que ahora pudieran
tener comunión no solo entre ellos, sino también con Dios mismo. Jesús
nos ha abierto el camino para entablar esta relación cercana con el Señor;
y un resultado de esta comunión, de esta relación, es el gozo. Juan quiere
que sepan que lo que han oído acerca de Jesús es la verdad (él lo vio, lo tocó,
lo sintió y lo escuchó), y por ende, ellos también pueden entablar una rela-
ción gozosa con su Padre celestial, quien los ama y se entregó a sí mismo, a
través de su Hijo, por ellos.

En cierto sentido, Juan está dando su testimonio personal. ¿Cuál es tu testimo-


nio acerca de tu relación con Jesús? ¿Qué podrías decir para ayudar a aumentar el
gozo de alguien en el Señor, como Juan trató de hacerlo aquí?

140 Reavivados por su Palabra: Hoy, Lucas 9.


Lunes 21 de junio | Lección 13

LIBRE DE CULPA
“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo
Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”
(Rom. 8:1).
Una joven había sido brutalmente asesinada, y no se sabía quién era el
asesino. La policía, para tenderle una trampa, colocó un micrófono oculto
en la tumba. Una noche, muchos meses después de su muerte, un joven se
acercó a la tumba y, arrodillado y llorando, le pidió perdón a la mujer. La
policía, por supuesto, al monitorear sus palabras, lo detuvo por el crimen.
¿Qué llevó a ese hombre a la tumba? Fue la culpa, ¿qué otra cosa?
Por supuesto, aunque ninguno de nosotros nunca haya hecho algo tan
malo como ese joven, todos somos culpables, todos hemos hecho cosas de
las que nos avergonzamos; cosas que desearíamos poder deshacer, pero
que no podemos.
Gracias a Jesús y la sangre del Nuevo Pacto, ninguno de nosotros tiene
que vivir bajo el estigma de la culpa. Según el texto de hoy, no hay ninguna
condena en contra de nosotros. El Juez Supremo nos considera libres de
culpa; nos cuenta como si no hubiéramos hecho las cosas por las que nos
sentimos culpables.

¿Cómo nos ayudan estos versículos a entender Romanos 8:1? Juan 5:24;
Romanos 3:24, 25; 2 Corintios 5:21.

Una de las grandes promesas de vivir en una relación de pacto con el Señor
es que ya no tenemos que vivir bajo el peso de la culpa. Gracias a la sangre
del Pacto, nosotros, que elegimos entablar esa relación de pacto con Dios,
que elegimos cumplir con las condiciones de la fe, el arrepentimiento y la
obediencia, podemos ver que se nos quita la carga de la culpabilidad. Cuando
Satanás busca susurrar en nuestros oídos que somos impíos, que somos malos,
que somos demasiado pecadores como para que Dios nos acepte, podemos
hacer lo que hizo Jesús cuando Satanás lo tentó en el desierto: podemos citar
las Escrituras, y uno de los mejores versículos para citar en estas ocasiones
es Romanos 8:1. Esto no significa negar la realidad del pecado en nuestra
vida; significa que gracias a la relación de pacto que tenemos con el Señor
ya no vivimos bajo la condenación de ese pecado. Jesús pagó el castigo por
nosotros, y ahora está en la presencia del Padre invocando su propia sangre
por nosotros, presentando su justicia en lugar de nuestros pecados.

¿Qué importancia tiene en tu vida el hecho de que el Señor te haya perdonado,


sean cuales fueren los pecados que cometiste? Esa realidad, ¿cómo te ayuda a
tratar con quienes han pecado contra ti?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Lucas 10. 141


Lección 13 | Martes 22 de junio

NUEVO PACTO Y NUEVO CORAZÓN


“Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que,
arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender
con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la
altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento,
para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios” (Efe. 3:17-19).
Como muestran las lecciones anteriores de este trimestre, mediante el
Nuevo Pacto el Señor instala la Ley en nuestro corazón (Jer. 31:31-33). No
solo la Ley está allí; según los textos de hoy, Cristo también está. Esto, por
supuesto, tiene sentido, porque Cristo y su Ley están estrechamente relacio-
nados. Por lo tanto, al tener la Ley de Cristo en nuestro corazón, y a Cristo
morando allí también (la palabra griega traducida en el texto anterior como
habitar también significa “establecerse”, lo que da la idea de permanencia),
llegamos a otro de los grandes beneficios del Pacto: un corazón nuevo.

¿Por qué necesitamos un corazón nuevo? ¿Qué cambios se manifestarán


en aquellos que tienen un corazón nuevo?

Vuelve a leer el pasaje de hoy. Fíjate que Pablo enfatiza el elemento del
amor al decir que debemos estar “arraigados y cimentados” en él. Estas
palabras implican estabilidad, firmeza y permanencia en el fundamento
del amor. Nuestra fe no significa nada si no está arraigada en el amor por
Dios y el amor por los demás (Mat. 22:37-39; 1 Cor. 13). Este amor no se da
en el vacío; al contrario, se da porque vislumbramos el amor de Dios por
nosotros –un amor que “sobrepasa todo entendimiento”– manifestado a
través de Jesús. Como resultado, nuestra vida cambia, el corazón cambia
y nos convertimos en personas nuevas, con pensamientos nuevos, deseos
nuevos y metas nuevas. La reacción al amor de Dios por nosotros es lo que
cambia nuestro corazón y nos infunde amor por los demás. Quizás esto
sea lo que Pablo quiere decir, al menos parcialmente, cuando habla de que
estamos llenos de “toda la plenitud de Dios”.

Lee 1 Juan 4:16. ¿Cómo se relaciona este versículo con lo que Pablo escri-
bió en Efesios 3:17 al 19?

Repasa los textos que hemos estudiado hoy. ¿Qué puedes hacer para permitir que
se cumplan en ti las promesas de estos textos? ¿Hay cosas que necesitas cambiar,
cosas que quizá te impidan experimentar “toda la plenitud de Dios” (Efe. 3:19)?
Haz una lista de los cambios que necesitas hacer en tu vida. Haz una para ti y, si
te sientes cómodo, haz una que puedas compartir con la clase. ¿Cómo pueden
ayudarse mutuamente para realizar los cambios necesarios?

142 Reavivados por su Palabra: Hoy, Lucas 11.


Miércoles 23 de junio | Lección 13

EL NUEVO PACTO Y LA VIDA ETERNA


“Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto,
vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente” (Juan
11:25, 26).
Hay dos dimensiones en la vida eterna. La dimensión presente otorga al
creyente la experiencia de la vida abundante ahora (Juan 10:10), que incluye
las muchas promesas que se nos han dado para nuestra vida ahora.
La dimensión futura es, por supuesto, la vida eterna: la promesa de la
resurrección (Juan 5:28, 29; 6:39). Aunque todavía está en el futuro, ese es el
único suceso que hace que todo lo demás valga la pena, el único aconteci-
miento que corona todas nuestras esperanzas como cristianos.

Estudia el versículo de hoy. ¿Qué está queriendo decir Jesús aquí? ¿Dón-
de se encuentra la vida eterna? ¿Cómo entendemos sus palabras de que
quienes viven y creen en él, incluso si mueren, nunca morirán? (Ver Apoc.
2:11; 20:6, 14; 21:8).

Por supuesto, todos morimos; pero, según Jesús, esta muerte es solo un
sueño, una pausa temporal, que para quienes creen en él culminará en la
resurrección de vida eterna. Cuando Cristo regrese, los muertos en Cristo
resucitarán inmortales, y los seguidores vivos de Cristo serán transfor-
mados en un abrir y cerrar de ojos a la inmortalidad. Tanto los muertos
como los vivos en Cristo poseerán el mismo tipo de cuerpo resucitado. La
inmortalidad comienza en ese momento para el pueblo de Dios.
Qué gran alegría es saber ahora que nuestro fin no está en la tumba, sino
que no hay fin, que tendremos una nueva vida que durará para siempre.
“Cristo se hizo una carne con nosotros, para que pudiésemos ser un
espíritu con él. En virtud de esta unión hemos de salir de la tumba; no
meramente como una manifestación del poder de Cristo, sino porque, a
través de la fe, su vida ha llegado a ser nuestra. Los que ven a Cristo en su
verdadero carácter y lo reciben en el corazón, tienen vida eterna. Por medio
del Espíritu es como Cristo mora en nosotros; y el Espíritu de Dios, recibido
en el corazón por la fe, es el principio de la vida eterna” (DTG 352).

¿De qué manera podemos disfrutar ahora de los beneficios de la vida eterna? En
otras palabras, esta promesa ¿qué hace en favor de nosotros en este momen-
to? Escribe algunos de los beneficios que esta promesa de vida eterna te brinda
personalmente en tu vida diaria. ¿Cómo podrías adueñarte de esta esperanza y
promesa y compartirla con alguien que tal vez está luchando con el dolor por la
muerte de un ser querido?

Reavivados por su Palabra: Hoy, Lucas 12. 143


Lección 13 | Jueves 24 de junio

NUEVO PACTO Y MISIÓN


“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos
en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que
guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros
todos los días, hasta el fin del mundo” (Mat. 28:19, 20).
En todo el mundo, la gente a menudo lucha con lo que el escritor suda-
fricano Laurens Van Der Post llamó “la carga del sinsentido”. La gente se
encuentra con el don de la vida, pero no sabe qué hacer con él; no sabe cuál
es el propósito de este don y no sabe cómo usarlo. Es como dar a alguien
una biblioteca llena de libros raros, solo para que la persona, en vez de leer
los libros, los use para hacer fogatas. ¡Qué terrible desperdicio de algo tan
precioso!
No obstante, el cristiano del Nuevo Pacto no tiene que bregar con ese
problema. Al contrario, quienes conocen (y han experimentado personal-
mente) la maravillosa noticia de un Salvador crucificado y resucitado, que
murió por los pecados de cada ser humano en todas partes con la intención
de que todos pudieran tener vida eterna, conocen el gozo. Al considerar el
inequívoco llamado de Mateo 28:19 y 20, el creyente indudablemente tiene
una misión y un propósito en la vida, y es difundir al mundo la maravi-
llosa verdad que ha experimentado personalmente en Cristo Jesús. ¡Qué
privilegio! Casi todo lo que hacemos en este mundo se acabará cuando este
mundo termine. Pero difundir el evangelio a otros es una obra que dejará
una huella en la Eternidad. ¡A propósito de sentido de misión...!

Analiza los versículos de hoy en sus diversos elementos. ¿Cuáles son


las cosas específicas que Jesús nos dice que hagamos y qué implica cada
una? ¿Qué promesa tenemos que nos dé la fe y el valor para hacer lo que
Cristo manda?

Como cristianos del Nuevo Pacto, el Señor mismo nos ha dado un mandato claro.
Más allá de quiénes somos, de nuestra posición en la vida, de nuestros límites,
todos podemos desempeñar un papel. ¿Has estado haciendo algo? ¿Puedes hacer
más? ¿Qué pueden hacer juntos, como clase, para tener un papel más importante
en esta obra?

144 Reavivados por su Palabra: Hoy, Lucas 13.


Viernes 25 de junio | Lección 13

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:


Lee Elena de White, El conflicto de los siglos, “La liberación del pueblo
de Dios”, pp. 693-710; El camino a Cristo, “La fuente de regocijo y felicidad”,
pp. 98-108.
“El santo Hijo de Dios no tenía pecados ni pesares propios que cargar:
cargaba con las aflicciones de los demás; porque sobre él recayó la iniquidad
de todos nosotros. Mediante la simpatía divina él se conecta con el hombre y,
como Representante de la raza, se somete a que lo traten como transgresor.
Él contempla el abismo de aflicción que nuestros pecados abrieron para no-
sotros y propone tender un puente a través de la separación del hombre con
Dios” (E. G. de White, Bible Echo and Signs of the Times, 1º de agosto de 1892).
“Hermano mío, venga tal como es, lleno de mancha y pecado. Ponga su
carga de culpabilidad sobre Jesús y por fe reclame sus méritos. Acérquese
ahora, mientras dura la gracia; venga confesando, venga con alma contrita, y
Dios será amplio en perdonar. No se atreva a desperdiciar otra oportunidad.
Escuche la voz misericordiosa que en estos momentos le ruega levantarse de
los muertos para que Cristo le brinde luz. Parece ser que ahora cada instante
se vincula directamente con los destinos del mundo invisible. Entonces, no
permita que su orgullo e incredulidad lo hagan rechazar aún más la mise-
ricordia ofrecida. Si lo hace, lo lamentará al final diciendo: ‘Pasó la siega,
terminó el verano, y nosotros no hemos sido salvos’ (Jer. 8:20)” (TI 5:332).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. Francisco José Moreno escribió: “Nos vemos en relación con el cos-
mos, y somos conscientes de nuestra ignorancia e impotencia final;
de allí nuestra inseguridad. Como resultado, sentimos temor” (Bet-
ween Faith and Reason: Basic Fear and the Human Condition, p. 7).
Compara esta declaración con lo que estudiamos esta semana en
Efesios 3:17 al 19. Analiza las diferencias entre los dos sentimientos.
2. Dios nos promete gozo como creyentes en Jesús. El gozo ¿es lo
mismo que la felicidad? ¿Deberíamos estar siempre felices? Si no
es así, ¿acaso tendrá algo de malo nuestra experiencia cristiana?
¿Qué puede revelar la vida de Jesús que nos ayude a entender las
respuestas a estas preguntas?
3. Analiza más a fondo esta idea de estar llenos de “toda la plenitud de
Dios” (Efe. 3:19). ¿Qué significa eso? ¿Cómo podemos experimentar
esto en nuestra vida?
Resumen: El Pacto no es solo un concepto teológico profundo. Este define
los parámetros de nuestra relación salvífica con Cristo, una relación que
nos reporta maravillosos beneficios ahora y en su Venida.

Reavivados por su Palabra: Hoy, Lucas 14. 145


EL SÁBADO ENSEÑARÉ...

TEXTO CLAVE: JUAN 10:10


RESEÑA
El Pacto entre Dios y la humanidad va más allá del dogma religio-
so y la doctrina únicamente; más bien, define nuestra relación con el
Cielo. Al aceptar el Pacto, abrimos nuestra vida al amor de Dios y su
promesa de salvación.

COMENTARIO
El pintor Willem de Kooning, que vivía en la ciudad de Nueva York,
pasó un tiempo en la zona rural de Carolina del Norte, y una noche
él y su esposa salieron de una fiesta a caminar afuera. El cielo estaba
despejado; las estrellas titilaban. “Era un espectáculo que nunca se
veía en la ciudad, donde el reflejo de las luces apagaba las estrellas
y solo una porción del cielo era visible desde una ventana del altillo.
‘Volvamos a la fiesta’, dijo de repente De Kooning: ‘El universo me pone
los pelos de punta’ ”.

¿Los pelos de punta?


¡Claro!, un lugar medido en años luz por seres como nosotros, que
medimos en metros y pulgadas, resultaría espeluznante. Y además,
inclinados durante milenios en el centro del universo (o eso pensamos),
solo para ser ignominiosamente exiliados a las márgenes de una galaxia
entre billones; ¡nuestro ego ha recibido un golpe!
David Hume se lamentaba: “La vida de un hombre no es de mayor
importancia para el universo que la de una ostra”.
En realidad, eso depende del universo... En un mundo sin sentido, sin
propósito y sin Dios, tal vez sería un argumento válido (aunque, seamos
honestos, ¿una ostra?). Pero no en el universo que la Escritura describe
así: “Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había
mandado, y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz
a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS” (Mat. 1:24, 25). La
humanidad es tan importante que el Dios que creó el universo se con-
virtió en parte misma de ella. (En comparación con lo que costó hacer
el universo de la nada, llegar a ser parte de él sería fácil). Aquel cuya
creación se mide en años luz, se redujo a Alguien medido en metros y
pulgadas, y tiempo.
Willem de Kooning, limitado por las leyes de la naturaleza, no pudo
transformarse en una de sus creaciones. Pero Dios, que no está limita-
do por esas leyes, pudo transformarse, y lo hizo, y así llegó a ser Jesús
de Nazaret. El Creador se transformó en una persona, un ser humano,
uniéndose así a nosotros con lazos que nunca se romperán.

146
Material auxiliar para el maestro // Lección 13

Lo que Cristo hizo al venir y morir fue para que nosotros tengamos
la promesa de la vida eterna; esta es toda la esencia de la promesa
del Pacto. La vida eterna es nuestra no por obras, sino por gracia, que
llega a ser nuestra por fe.
Y la fe, como la rueda de un carro, nos lleva a los portales de la
gracia. Creer en Cristo significa creer que la muerte de Cristo posee la
omnipotencia para erradicar todos los pecados pasados. Esto se llama
justificación por la fe. Creer en Cristo también significa creer que el Pa-
ráclito (el Consolador cósmico), a través del sacerdocio de Cristo, puede
impartir gracia omnipresente para superar las deficiencias de nuestro
carácter. A esto se le llama santificación por la fe. Además, creer en
Cristo significa confiar en su omnisciencia. Implica apoyar toda nuestra
personalidad sobre la mente y el corazón impecables y transformadores
de la Resurrección y la Vida. Sí, somos salvos por gracia, pero la fe es el
viaje en autobús que nos transporta al sitio de la gracia.

El Nuevo Pacto y la vida eterna


“A lo largo y ancho de todo el NT estas buenas nuevas de la resurrec-
ción son algo más que datos interesantes sobre el futuro. Transforman
la vida del presente al revestirla con significado y esperanza. Debido a
que confían en la certeza de su destino, los cristianos ya viven una nue-
va clase de vida. Los que viven en la esperanza de compartir la gloria
de Dios son transformados en personas diferentes. Pueden, incluso,
regocijarse en el sufrimiento, porque sus vidas están motivadas por
la esperanza” (J. C. Brunt, “Resurrección y glorificación”, en Tratado de
teología adventista del séptimo día, t. 9, p. 396).

Nuevo Pacto y misión


“El enfoque final de toda la profecía bíblica y de la historia de la sal-
vación es el establecimiento del Reino de Dios en la Tierra. Las Escrituras
comienzan con el paraíso creado por Dios y perdido (Gén. 1-3), y termina
en el NT con el paraíso restaurado (Apoc. 21; 22). La elección de Israel
como el elegido pueblo de Dios del Pacto no fue un fin en sí misma, sino
el camino señalado por Dios para establecer una señal visible ante las
naciones de la justicia y la paz del venidero Reino de Dios.
“Jesucristo enseñó al pueblo del Nuevo Pacto, su iglesia, a orar:
‘Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la
tierra’ (Mat. 6:10). De esa manera el mensaje del evangelio apostólico
recibió su perspectiva apocalíptica en continuidad fundamental con
el Pacto de Dios con el antiguo Israel” (H. K. LaRondelle, “Remanente
y mensajes de los tres ángeles”, en Tratado de teología adventista del
séptimo día, t. 9, p. 964).

147
Lección 13 // Material auxiliar para el maestro

APLICACIÓN A LA VIDA
Para reflexionar: Al hojear un libro de frases, quizá notes que las
citas más fascinantes muchas veces son las que formula la gente en
su lecho de muerte. Las últimas palabras de un famoso ateo fueron:
“¡A punto de dar un terrible salto hacia la oscuridad!” Todos los pactos
de Dios, todas sus promesas, están vinculadas a un simple deseo: él
quiere salvarnos del pecado. Con el final de la vida llega el veredicto
de nuestra relación de pacto.
1. Un pastor dijo: “Creo en las confesiones en el lecho de muerte. Sé
que Dios las acepta, pero debo admitir que me ponen un poco ner-
vioso. No puedo evitar preguntarme si la confesión es totalmente
auténtica”. Es natural especular sobre los motivos de los demás.
¿Cómo ve Dios al pecador que se acerca pidiendo salvación? El
hecho de que Dios conozca el futuro ¿cómo afecta su respuesta?
2. Entablar una relación de pacto con Dios nos limpia de culpa y remor-
dimiento. También nos llena de gozo. Imagínate lo que sucederá en
las cortes celestiales cuando des el primer paso hacia la eternidad
en el cielo. ¿Qué crees que podría decir tu ángel de la guarda? En
el esquema celestial de las cosas, el hecho de entablar una relación
de pacto con Dios ¿cómo afecta tu acceso a la vida eterna?
3. Dos ladrones pendían a cada lado de Jesús en la cruz. Uno se
burló de él; el otro pidió salvación. ¿Con qué confianza puede una
persona reclamar la promesa de Dios después de años de haberse
apartado de él? Observa que Jesús no se dirigió al ladrón hasta
que el ladrón le habló. ¿Qué dice esto sobre el papel del Espíritu
Santo? ¿Cómo nos ayuda esto a comprender que podemos pe-
dir la salvación sin importar cuán desesperados pensamos que
podemos estar? El ladrón vivió poco tiempo después de aceptar
a Cristo. Sin embargo, ¿qué impacto puede tener su vida como
cristiano en los demás? Entablar una relación de pacto con Dios
¿cómo afecta nuestra respuesta a las misiones y la evangelización?
4. Alguien describió la salvación del ladrón en la undécima hora como
“literalmente una irrupción en el Paraíso”. ¿Hay algunos que tratan
de sacar ventaja de la gracia de Dios esperando aceptar a Cristo
después de haber vivido como les dio la gana, como lo hizo el ladrón?
Explica. ¿Cómo convencerías a una persona de la importancia de
aceptar a Cristo ahora, en lugar de esperar hasta la hora undécima?
5. Ambrosio, uno de los primeros predicadores cristianos, dijo:
“¡Cuánto más rica fue la gracia de Cristo que la oración del malhe­
chor!” ¿Por qué a veces cuestionamos nuestro cristianismo cuando
hay más que suficiente de la gracia de Dios para compensar todos
nuestros pecados? ¿Por qué ser cristiano es más que reclamar

148
Material auxiliar para el maestro // Lección 13

el título? Ser cristiano ¿significa que serás salvo? Explica. ¿Qué


versículos podrías citar para confirmar tu salvación?
6. Muchos se pasan la vida buscando la felicidad, que suele ser bas-
tante difícil de alcanzar. El gozo, fruto del Espíritu, es algo que
debemos anhelar. ¿Cuál es la diferencia entre la felicidad y el gozo?
El gozo, como la felicidad, ¿es algo que presumiblemente podemos
lograr? ¿O es algo que recibimos, como la salvación? Explica.
7. Somos capaces de hacer muchas cosas que merecen sentimientos
de culpa. Dios, a través de Cristo, nos ofrece una manera de esca-
par de esa culpa. Esto ¿necesariamente significa que podemos, o
debemos, dejar de sentirnos culpables? ¿Es una irresponsabilidad
dejar de sentirnos culpables? Explica.
8. A menudo escuchamos la expresión: “Deja que la conciencia sea tu
guía”. Tu conciencia ¿es idéntica al corazón nuevo que Dios promete
en varios lugares de la Biblia? ¿Es realmente una guía tan confiable?
9. Jesús nos promete vida eterna mediante la fe en él. ¿Por qué es
deseable la vida eterna? ¿Significa algo más que simplemente vivir un
día tras otro, sin un final a la vista? ¿Cuán cualitativamente diferente
de nuestra existencia actual crees que será la vida eterna con Cristo?
10. Nuestra tarea actual como cristianos es difundir las buenas nuevas
de Cristo al mundo. ¿Significa esto que todos los cristianos de-
ben tener la personalidad de vendedores persuasivos? ¿Por qué?
¿Cómo puede Cristo usar todo el espectro de personalidades y
talentos para llevar su mensaje a quienes lo necesitan?

149
MOMENTO DE TODO MIEMBRO, INVOLUCRADO
¿Qué es Todo miembro, involucrado?
Todo miembro, involucrado (TMI) es un programa mundial de evangelismo a gran
escala que involucra a cada miembro, cada iglesia, cada entidad administrativa, cada
tipo de ministerio de evangelismo público, como así también la testificación personal
e institucional.
Es un plan intencional de ganancia de almas que sigue un calendario preestablecido
en busca de descubrir las necesidades de las familias, los amigos y los vecinos. Luego,
comparte cómo Dios suple cada necesidad, llevando al crecimiento de la iglesia y la plan-
tación de nuevas iglesias, con un enfoque en retener, predicar, compartir y discipular.

CÓMO IMPLEMENTAR TMI EN LA ESCUELA SABÁTICA


Dedica los primeros 15 minutos* de cada lección para planificar, orar y compartir.
TMI INTERNO: Planifiquen visitar, orar y cuidar de los miembros ausentes o
dolidos, y distribuyan territorios. Oren y comenten cómo pueden ministrar las ne-
cesidades de las familias de la iglesia, a los miembros inactivos, tanto jóvenes como
hombres y mujeres, y las diversas maneras en que pueden lograr que toda la familia
de la iglesia participe.
TMI EXTERNO: Oren y comenten maneras de alcanzar a su comunidad, su ciudad
y el mundo, cumpliendo con la comisión evangélica de sembrar, cosechar y conservar.
Involucren a todos los ministerios de la iglesia al planificar proyectos de ganancia
de almas a corto y largo plazo. TMI tiene que ver con actos intencionales de bondad.
Aquí hay algunas maneras prácticas en las que puedes involucrarte personalmente:
1) Desarrolla el hábito de descubrir necesidades en tu comunidad. 2) Haz planes para
suplir esas necesidades. 3) Ora por el derramamiento del Espíritu Santo.
TMI PERSONAL: Estudio de la lección. Anima a los miembros a estudiar la Biblia
individualmente; haz del estudio de la Biblia en la Escuela Sabática algo participativo.
Estudien en busca de transformación, no de información.

TMI TIEMPO EXPLICACIÓN


Camaradería 15 min* Orar, planificar, organizar para la acción. Cuidado de
Testificación miembros ausentes. Planificar actividad misionera.
Misión mundial Ofrenda misionera.
Estudio de la lección 45 min Involucrar a todos en el estudio de la lección. Hacer
preguntas. Resaltar los pasajes clave.
Almuerzo Planifica un almuerzo con la clase después del culto.
¡LUEGO SALGAN A MINISTRAR Y TESTIFICAR!

150
PREDICA CON PODER

11492

Biblia del predicador


Esta Biblia es una poderosa herramienta para la predicación. Además del texto bíblico,
contiene los siguientes recursos:

• 1.200 bosquejos de sermones y de la predicación, y también la forma y


disparadores homiléticos. las técnicas que deben utilizarse en la
• Introducción a cada libro bíblico, con ideas preparación y la exposición de un sermón.
de temáticas para predicar ese libro de la • Una guía sobre “Cómo hacer llamados
Biblia. evangelizadores”, preparada por el Pr.
• Un práctico índice de bosquejos, Alejandro Bullón. Contiene, además, diez
organizados según su pasaje bíblico de los mejores sermones evangelizadores
principal, el tipo de sermón y su título. del Pr. Bullón (“Modelos de sermones
• Un anexo con pautas para interpretar evangelizadores”), que el predicador puede
la Biblia, que ayudará en la etapa de adaptar y usar.
preparación del sermón. • Mapas a todo color al final, que brindan
• El manual “Cómo preparar y presentar una mejor y más amplia comprensión de los
sermones”. Aborda los aspectos espirituales tiempos, las ciudades y las tierras bíblicos.

Pídela a tu coordinador de Publicaciones.


¡NOVEDAD!
Sano y sabroso
Graciela Rung - Marien Picasso
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nuevo recetario. Encontrarás recetas prácticas, recetas típicas de cada país de
Sudamérica, recetas para todos los días, y recetas para ocasiones especiales.
Todas las recetas son vegetarianas, y tienen opciones de reemplazo sencillas
para veganos. ¡A disfrutar!

TAPA DURA

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TAPA FLEXIBLE

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