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CONFLICTO TERRITORIAL ENTRE PALESTINA E ISRAEL:

Según Porras, R. (2008) un conflicto armado se define como un enfrentamiento


mediante dos o más partes donde cada una de ellas hace uso de armas de fuego para
defender su punto de vista.

Tanto Palestina como el Estado de Israel, son Naciones pertenecientes a la región


de Asia conocida como el Medio Oriente. Los mismos se encuentran desde más de 7
décadas en una disputa por el territorio en el que ambos se encuentran. Por un lado, el
Estado de Palestina, defiende la idea de que dicho territorio siempre ha pertenecido a
la población árabe palestina, mientras que el Estado de Israel argumenta que la
porción de tierra en disputa es la tierra prometida otorgada por Dios a los judíos, esta
idea es reforzada principalmente por el movimiento Sionista a partir del S. XX y a su
vez, ha obtenido un gran apoyo internacional.

Desde entonces, la disputa se ha intensificado de manera enfatizada luego de 1948,


año en que se fundó el Estado de Israel; los conflictos bélicos han sido más repetitivos
y las acciones se tornan cada vez más violentas entre los Estados y sus aliados,
tomando por ejemplo lo ocurrido en el año 2016 por parte de los Estados Unidos de
América, al colocar su embajada para el Estado de Israel, en la ciudad de Jerusalén la
cual era una zona en disputa no reconocida para ninguna de las dos naciones.

Las últimas semanas, se ha hecho viral que militantes palestinos han dirigido a las
ciudades más importantes de Israel cientos de misiles, los cuales fueron interceptados
por los sistemas de defensa del Estado Israelí, el cual ha respondido con devastadores
ataques aéreos a múltiples zonas civiles ubicadas en la franja de gaza, donde decenas
de palestinos han muerto incluidos niños, de los cuales 6 israelíes han perdido la vida.

El conflicto armado sucede semanas después de crecientes tensiones generadas por


violentos enfrentamientos entre la policía israelí y manifestantes palestinos en un
lugar de Jerusalén que es sagrado tanto para musulmanes como judíos.

Para entender de mejor manera este conflicto es preciso plantearse una serie de
incógnitas que ayudarán a desconstruirlo, entender los distintos matices del mismo y
conocerlo desde sus inicios.
Desconstrucción del problema.

¿Cuáles fueron sus inicios, considerando el plano del proceso?

Animado por el antisemitismo sufrido por los judíos europeos, el movimiento


sionista que buscaba establecer un Estado para los judíos ganó fuerza a principios del
siglo XX.

El área palestina entre el río Jordán y el mar Mediterráneo se consideraba un área


sagrada para musulmanes, judíos y católicos, la misma pertenecía al Imperio Otomano
en ese momento y estaba ocupada principalmente por árabes y otras comunidades
musulmanas. No obstante, los inmigrantes judíos facilitados por las aspiraciones
sionistas comenzaron a generar resistencia entre las comunidades.

Después de la desintegración del Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial,


el Reino Unido obtuvo la autorización de la Liga de Naciones para administrar los
territorios palestinos, pero antes y durante la guerra, los británicos habían hecho
varias promesas a árabes y judíos, pero no las cumplieron, especialmente porque
habían dividido el Medio Oriente con Francia. Esto creó tensión entre los nacionalistas
árabes y los sionistas, lo que provocó conflictos entre los grupos paramilitares judíos y
las bandas árabes.

Después de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, la presión para establecer


un estado judío había aumentado. El plan original consideraba dividir el territorio
controlado por las potencias europeas entre judíos y palestinos.

Antes y durante la guerra, los británicos habían hecho varias promesas a árabes y
judíos, pero no las cumplieron, especialmente porque habían dividido el Medio
Oriente con Francia. Esto creó tensión entre los nacionalistas árabes y los sionistas, lo
que provocó conflictos entre los grupos paramilitares judíos y las bandas árabes.

En 1956, la crisis del Canal de Suez hizo que el Estado de Israel se enfrentara a
Egipto, lo que no se determinó en el campo de batalla, sino en la presión internacional
sobre Israel, Francia y Gran Bretaña, sin embargo, esta guerra produjo la victoria final
en la "Guerra de los Seis Días" de 1967.
Lo ocurrido entre el 5 de junio y el 10 de junio de ese año tuvo consecuencias
profundas y duraderas a distintos niveles, esta fue una victoria abrumadora para Israel
contra la Liga Árabe. Israel ocupó la Franja de Gaza y la Península del Sinaí desde
Egipto, Cisjordania (incluida Jerusalén Oriental) desde Jordania y los Altos del Golán
desde Siria.

Las diferencias aparentemente irreconciliables son las siguientes:

Jerusalén: Israel demanda soberanía sobre la ciudad de Jerusalén (sagrada para


judíos, musulmanes y cristianos) y asegura que se convierta en su capital. Esto aún no
ha sido reconocido internacionalmente.

Fronteras y terreno: los palestinos exigen que su futuro estado se ajuste a las
restricciones anteriores al 4 de junio de 1967 antes del estallido de la Guerra de los
Seis Días, que Israel rechazó.

Asentamientos: Son las casas que el gobierno israelí construyó en los territorios
ocupados por Israel bajo la guerra de 1967 que son ilegales según el derecho
internacional. Hay más de 500.000 colonos judíos en Cisjordania y Jerusalén Este.

Refugiados palestinos: el número de refugiados depende de quién los cuente. La


Organización de Liberación de Palestina dice que hay 10,6 millones, de los cuales casi
la mitad están registrados en las Naciones Unidas.

Entre los posibles medios indirectamente implicados en el conflicto tenemos la


participación de la Comunidad Internacional, tanto Estados como Organizaciones No
Gubernamentales; en cuanto a la participación de EEUU, primero, se debe considerar
la existencia de un importante y poderoso lobby pro-Israel en los Estados Unidos y el
hecho de que la opinión pública es generalmente favorable a la posición de Israel, por
lo que es casi imposible que el presidente retire su apoyo a Israel.

Además, los dos países son alianzas militares: Israel es uno de los mayores
receptores de ayuda estadounidense, la mayoría de las cuales son subvenciones para
la compra de armas. Sin embargo, en diciembre de 2016, durante la presidencia de
Barack Obama, Estados Unidos dio un paso inusual hacia la política de Israel: no vetó
una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condenaba la política de
asentamientos de Israel. Pero la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha
inyectado nueva vitalidad a la relación entre Estados Unidos e Israel, esto se reflejó en
el traslado de la embajada de Tel Aviv a Jerusalén, convirtiendo a Estados Unidos en el
primer país del mundo en reconocer a Israel.

Por su parte, el sucesor de Trump, el demócrata Joe Biden, asumió el poder con la
intención de evadir el riesgoso conflicto israelí-palestino, además de verlo como un
problema que requiere gran capital político con un retorno muy moderado. El
gobierno de Biden continúa apoyando el reconocimiento de Israel, pero ha adoptado
una diplomacia más cautelosa.

Los enfrentamientos violentos de mayo 2021, podrían poner al presidente en


aprietos con el ala más izquierdista de su partido que es más vociferante en su crítica
contra el estado judío.

Soluciones planteadas para el problema.

Finalmente, entre alguna de las soluciones propuestas para solventar las


confrontaciones que tienen lugar a la actual fecha, tendríamos que los israelíes
tendrían que apoyar al Estado soberano de los palestinos, incluido Hamas, y levantar el
bloqueo de Gaza y las restricciones de movimiento en Cisjordania y Jerusalén Este. Los
grupos palestinos deben renunciar a la violencia y reconocer al Estado de Israel. Y se
debe llegar a un acuerdo razonable sobre las fronteras, los asentamientos judíos y el
regreso de los refugiados.

Sin embargo, desde el año en que se fundó Israel en 1948, muchas cosas han
cambiado, especialmente la configuración de los territorios en disputa después de la
guerra entre árabes e israelíes. Palestina opina que la frontera a negociar debería ser la
frontera que existía antes de la guerra de 1967.

Por su parte, la intervención justa de la Organización de las Naciones Unidas de


manera equitativa, representaría de gran ayuda para ambas partes, pero por el
momento, no se ha escuchado una posición representativa de la misma en la situación
acontecida.
Indiscutiblemente, nos encontramos frente a un problema de desigualdad, ya que
Israel no reconoce a Palestina como un Estado de hecho o de derecho, y por tanto, la
llegada a un acuerdo mutuo entre las partes no logra llevarse a cabo
satisfactoriamente.

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