Está en la página 1de 8

Inspección de Educación Técnica Zona Centro I

IPET 247 ING. CARLOS A. CASSAFFOUSTH


Deán Funes 1511 Bº Alberdi
secretariaipem247@hotmail.com
cassaffousthoficial@gmail.com
TE 0351 4347845

ESPACIO CURRICULAR: Filosofía


CURSO: 6to año - Todos
AÑO LECTIVO: 2021
ACTIVIDAD MENSUAL: A realizar en el mes de Abril

Las épocas históricas de la filosofía y sus características


En este trabajo práctico revisaremos las etapas históricas de la filosofía y sus
características específicas en lo filosófico.
La Historia de la filosofía se divide en cuatro etapas, igual que la Historia
universal, aunque los acontecimientos que marcan el inicio o el fin de cada etapa sean
diferentes para una y otra. Entonces, podemos distinguir entre una época Antigua en
filosofía, una época Medieval, época Moderna y época Contemporánea. Centraremos
el estudio de todas las épocas en tres conceptos o ideas centrales: la idea de Dios, de
Ser Humano y de Mundo.

La Filosofía en la Época Antigua


Prehistoria filosófica
La filosofía no existió siempre como un saber claramente separado de los
demás conocimientos. En un principio, muchos siglos antes de la era cristiana, cuando
todavía no se hablaba de filosofía, la reflexión -el pensamiento racional- estaba
mezclada con la mitología y cosmogonías, es decir, con relatos que daban cuenta del
nacimiento del universo, fruto de la unión, combinación o separación de distintas
divinidades. No es fácil definir qué es un mito. Podemos decir que se trata de un relato
que intenta explicar algo que, en principio, no puede explicarse de un modo racional.
Para dar cuenta de la existencia pasada de una ciudad, por ejemplo, el mito nos dirá
que un dios mandó a construirla para proteger a su hijo o a su enamorada, y esta
fábula nos provee una cierta forma de comprender la existencia de ese lugar. Otro mito
lo encontramos en el Banquete de Platón -podrá decirnos que en un comienzo de los
tiempos los enamorados formaron parte de un solo ser vivo, pero como ese ser era tan
irreverente con los dioses, ellos separaron a ese ser en dos partes; en consecuencia,
cuando una de las mitades se encuentra con la otra, ambas se sienten tan atraídas que
ya no quieren separarse jamás. Así se explicaría por qué los seres humanos nos
enamoramos.
Con el correr del tiempo, el pensamiento racional y argumentativo fue
ganándole terreno al pensamiento mítico, y la filosofía se asentó sobre el logos, es
decir, sobre el pensamiento o el discurso argumentativo y razonado. Recién hacia el
Siglo V a.C., en una Atenas repleta de inquietudes y preguntas, aparecieron los
primeros filósofos y la filosofía ganó su propio lugar
El primero que se ha llamado propiamente filósofo fue Sócrates, y ha marcado
un comienzo tan fuerte que el pequeño grupo de pensadores registrados como
anteriores a él, reciben su nombre a partir de él: son presocráticos. De ellos no se sabe
mucho, porque sus obras se han perdido -si es que las han escrito-, y todo lo que
conocemos de su pensamiento es por autores posteriores, que los citaron ya sea
porque estaban de acuerdo con ellos o porque querían criticarlos.
Entre los presocráticos sobresalieron los milésicos, así llamados porque
provenían de la ciudad de Mileto: Tales, Anaximandro y Anaxímenes. Ellos se alejaron
de las explicaciones míticas para intentar dar cuenta de su realidad de una manera
racional. Sin embargo, parecen haberse mantenido en la reflexión acerca de la
naturaleza y no se centraron en cuestiones antropológicas. Heráclito de Efeso y
Parménides de Elea son, a su vez, dos figuras fundamentales de la filosofía
presocrática y tanto ellos como algunos de sus discípulos directos parecen haber
tenido marcada influencia en el pensamiento de Platón. Heráclito fue el primero que
postuló que todo cambia y nada permanece; que la realidad está integrada por pares
de opuestos que se equilibran y compensan entre sí según una medida, una ley o
proporción (el logos). Parménides, por su parte, afirmó que la realidad es una, única, y
que el movimiento y el cambio son aparentes, aunque los hombres los percibamos
como reales. Según Aristóteles, para Parménides la realidad queda conformada por el
Ser y el No-ser. Otros filósofos presocráticos como Empédocles y Anaxágoras -de los
que tenemos noticia principalmente gracias a Aristóteles- también se ocuparon de
explicar el cosmos y la naturaleza. Habría que esperar hasta la llegada de Sócrates para
encontrar testimonios de un filosofo cuya reflexión estuviera centrada en el hombre y,
más precisamente, en su accionar.

Período antiguo
Los filósofos que vivieron con posterioridad a los presocráticos son los primeros
a los que realmente se llamó “filósofos”, ya que se diferenciaron de los que
investigaban el cosmos en general. Se dice que el primer filósofo propiamente dicho
fue Sócrates, ya que él comenzó a poner al hombre en el centro de sus preguntas. Se
preocupó básicamente por cuestionamientos éticos, y las preguntas que lo
caracterizaron fueron, por ejemplo, ¿qué es la virtud?, ¿a qué llamamos justicia?, ¿es
mejor para el hombre recibir un castigo cuando ha sido injusto, o tratar de escapar a
los que quieren hacerlo pagar por lo que ha hecho? Para Sócrates lo más importante
era el conocimiento de uno mismo y la introspección, es decir, la observación, el
examen, de sí mismo. El método que aplicó se llamó “mayéutica” -en griego, dar a luz-
porque se dice que ayudaba a la gente a sacar a luz o hacer nacer las ideas en ella. El
método contaba con dos momentos: el primero servía para revisar las opiniones de la
persona con la que conversaba, y analizar si eran apropiadas o no; en el segundo,
positivo, la persona pensaba nuevamente el concepto que investigaba y construía una
respuesta más adecuada que la anterior. El método no consistía en decir qué es la
sabiduría sino en ayudar a los demás a descubrirlo por sí mismo.
En la misma época que Sócrates vivieron los llamados “sofistas”, que eran un
grupo de hombres dedicados también al saber, pero que fueron duramente criticados
por otros filósofos. Los sofistas no eran de Grecia, venían de otras ciudades y tenían
como profesión la enseñanza paga: eran maestros que vendían sus lecciones por
dinero. Parte de su mala fama, de hecho, proviene de que vendían su saber y lo
adecuaban a lo que el “cliente” quisiera “comprar”. Si alguien necesitaba hacer un
discurso que le sirviera para demostrar que la esclavitud es algo bueno, el sofista
elaboraba un discurso y se lo vendía. Pero si alguien le decía que necesitaba un
discurso capaz de argumentar que la esclavitud es algo malo, lo hacían también. Es por
eso que se los considera “relativistas”, es decir, consideraban que todo -y
especialmente el bien o el mal respecto de algo- depende enteramente de las
circunstancias, el momento, el lugar donde suceden las cosas o donde se dice un
discurso ya que no existe una verdad absoluta sobre nada. Se dice que Protágoras de
Abdera, por ejemplo, fue uno de los más prestigiosos sofistas, afirmaba que no es
posible contradecir ningún discurso, porque todos son verdaderos. Hechos como este
provocó que los filósofos -que consideraban que cada cosa es correcta de una sola
manera, y si no es así, es incorrecta- opinaran que los sofistas no eran serios y que no
debía escuchárselos. Y es en el campo de los discursos en el cual los sofistas hicieron
sus mayores desarrollos, ya que para ellos la palabra, los argumentos, y, en general los
discursos, eran capaces de modificar una realidad entera, como parece haber
sostenido el otro gran sofista, Gorgias de Leontini.
Por otro lado, sabemos que Sócrates tuvo algunos alumnos y seguidores que lo
admiraron profundamente. Entre ellos estaba Platón, que aprendió y se sintió
fuertemente influenciado por él y, consecuentemente, en una posición adversa
respecto de los sofistas. Platón hizo uno de los aportes fundamentales a la historia de
la filosofía: fundó una escuela, la Academia, en la cual se filosofaba siguiendo reglas y
requisitos, de modo que la actividad comenzó a realizarse de manera orgánica y
sistemática.
En los últimos años de vida, Platón tuvo como alumno a un joven que iba a
convertirse en un celebre filosofo -inclusive, en cierto momento de la historia, se
convertiría en El Filósofo, con mayúsculas-. Nos referimos a Aristóteles, fundador del
Liceo o Perípatos.
Además de los mencionados, otros movimientos filosóficos como el
epicureísmo, el estoicismo, los cínicos, entre otros, renovaron los estilos de respuesta
de aquellos fundamentales y de sus discípulos, platónicos y peripatéticos.

Texto extraído del libro “Filosofía” de Ivana Costa y Marisa Divenosa

● Videos: “Los filósofos presocráticos (primera parte)”


https://www.youtube.com/watch?v=TBvE6_Vto7A y “Los filósofos
presocráticos (segunda parte)”
https://www.youtube.com/watch?v=jvRHC_s3CJs.
● Video: “La Edad Antigua, resumen”. https://youtu.be/d1JYxxShF-Y

La Filosofía en la Época Medieval

Período medieval
La época medieval se conoce injustamente como la época del ‘oscurantismo’,
como un período oscuro e improductivo en la historia de las ideas. Lo que es cierto es
que, tras la prohibición de enseñar filosofía impuesta a los paganos en el 529 d.C. por
el emperador Justiniano y, el retiro de los filósofos neoplatónicos de Persia, el
cristianismo pasó a ser la enseñanza más difundida. De ahí que tanto los temas a
estudiar como los modos narrativos de encararlos estuvieran teñidos desde el inicio de
este periodo por preocupaciones teológicas.
En el siglo II d.C., los escritores cristianos, llamados apologistas porque
intentaban presentar el cristianismo de una manera comprensible al mundo
grecorromano, utilizaron la noción griega Logos (palabra, discurso, razón)
identificándola con Dios, como al comienzo del Evangelio de Juan. Así, buscaban definir
el cristianismo como la filosofía, puesto que -decían- los griegos sólo dispusieron
porciones de logos, mientras que los cristianos poseen la llave del Logos verdadero y
de la Razón perfecta, encarnada en Jesucristo. A partir de aquí, es cierto que durante
todo este período la filosofía se centró en cuestionamientos de orden teológico, es
decir, relativos a Dios, a su existencia, a su influencia en la vida de los hombres. Claro
que las preguntas de orden teológico no impidieron significativos desarrollos de la
filosofía en todos los ámbitos. En el de la teoría del conocimiento -una de las preguntas
fundamentales de la filosofía medieval fue: ¿Cuál debe ser mi guía: la fe en Dios o la
razón? ¿Qué debo hacer: creer en las Sagradas Escrituras o reflexionar por mí mismo?
-.
Durante el extenso periodo medieval, algunos autores retomaron el
pensamiento de Platón y leyeron sus obras a la luz del modo de vida del cristianismo,
como lo hizo San Anselmo de Canterbury, quien seguía, a su vez, a San Agustín. Otros
consideraron que el sistema filosófico de Aristóteles era el que mejor se adecuaba a la
visión que del hombre y la naturaleza tenía entonces el catolicismo, como ha sido el
caso de Santo Tomás de Aquino, quien intentó por todos los medios conciliar la
filosofía.

Siglo Filósofo Años de vida Obras principales


XI San Anselmo 1033 - 1109 Proslogium
XII I. Averroes 1126 - 1198 Tratado decisivo
XIII Santo Tomás de Aquino 1228 - 1274 Suma teológica
XIV Guillermo de Okham 1290 - 1349 Comentarios sobre las
sentencias de P. Lombado

Texto extraído del libro “Filosofía” de Ivana Costa y Marisa Divenosa

● Videos: “Introducción a la Filosofía Medieval”, de Educatina:


https://www.youtube.com/watch?v=PxCbM-Ms-Jw . “San Agustín y Santo Tomás”,
de Educatina: https://www.youtube.com/watch?v=aKoITgFYNM4

La Filosofía en la Etapa Moderna


Período moderno
La Modernidad está marcada por un firme e incesante proceso de
secularización en todas las áreas de la vida humana, esto es, una separación, en cada
una de las esferas de la vida -política, cognoscitiva, ética-, de la tutela religiosa que
había sido dominante en el periodo anterior. La crisis del mundo feudal, sumada a la
revolución científica y política del Renacimiento que protagonizaron pensadores de la
talla de N. Maquiavelo, J. Kepler, Galileo Galilei y otros, culminó en un nuevo modo de
pensar todas las relaciones del ser humano con el cosmos, con la naturaleza y con sus
congéneres.
Simplificando en gran medida este fascinante proceso de cambios, podríamos
decir que, durante esta época, el ser humano procura colocarse a sí mismo en el
centro de las reflexiones, en una posición de autonomía respecto de los preceptos y
autoridades que regían en el universo medieval; el hombre pasa a ser autor de su
propia vida, en tanto ser racional dotado además de libertad y voluntad. Para utilizar
la expresión de Immanuel Kant en su célebre artículo “¿Qué es la Ilustración?” (1784),
el hombre se concibe ahora como ‘mayor de edad’, dejando de lado la necesidad de
cuidado y protección del padre-Dios, en la medida en que ya puede valerse de su
razón, que es suficiente. Esta mayoría de edad consiste, precisamente, dice Kant, en el
“tener el valor de servirse de su propia razón”. Este pasaje a la mayoría de edad se
llama Ilustración y sus cultores, los ilustrados.

Texto extraído del libro “Filosofía” de Ivana Costa y Marisa Divenosa

La centralidad de la Razón –del ser humano-, que es característica de este


período moderno, implica un potente desarrollo del conocimiento, en general, y del
conocimiento científico de la ciencia, en particular. Esto impactará en un cambio de la
cosmovisión, de la visión general del mundo, el cual se presentará desde ahora como
un mundo más bien material, hecho de cuerpos y fuerzas y regido por “nuevas” leyes.
Se pondrá especial acento en ver a la naturaleza como una fuente de recursos para
aprovechar, dominar y explotar en beneficio del ser humano. Es así como, algunos años
después, llega a configurarse un nuevo método para mejorar y hacer más efectiva esta
explotación, que será el de la producción en serie, cuya cúspide será la conocida
Revolución Industrial.
La inmensa confianza que la Europa moderna otorgó a la razón humana (en la
ciencia) y a los logros que ésta era capaz de alcanzar generó el sentimiento de que el
ser humano podría desarrollar todos los ámbitos de su existencia casi ilimitadamente,
tanto en lo económico, en lo político, en lo social, en el ámbito de la medicina, en el
saber en general. Esta superconfianza en la racionalidad dio origen a lo que Lyotard
–filósofo francés- llamó los “grandes relatos” o “metarrelatos”, como por ejemplo el
marxismo o el capitalismo. Estos grandes relatos expresaron la idea de que la historia
tiene un sentido, que la historia avanza hacia una meta: la del progreso y la
emancipación de la especie humana.
En filosofía, puntualmente, los autores que expresaron estos cambios fueron
René Descartes, David Hume, Immanuel Kant, Baruch Spinoza, Willhelm Hegel, entro
muchos otros. Sus producciones dieron origen a nuevas corrientes filosóficas, en su
mayoría centradas en el problema del conocimiento humano y de la ética.

¿Qué es la Modernidad?
Lo moderno consiste en el proceso de racionalización, a partir de la centralidad
de la razón con base científico-técnica. La modernidad comienza en el siglo XVIII con el
proyecto de Ilustración que postula la centralidad de la Razón y de la ciencia para
organizar la sociedad y entender el mundo.
El proyecto de la modernidad se fundó en verdades universales que le daban un
sentido a la historia: la autodeterminación del hombre, la superación de las miserias
materiales, los derechos humanos, la libertad, el perfeccionamiento constante de la
humanidad (el progreso).
Actualmente la idea de progreso está en profunda discusión. Con el devenir de
la historia, ya no es tan simple explicar el mundo. La idea de que la historia iba a
conducir a un fin predeterminado y la creencia en el progreso empezaron a ponerse en
duda.

La Filosofía en la Etapa Contemporánea

En filosofía, suele considerarse a la obra del filósofo alemán W. Hegel como el


punto de cierre de la Modernidad y, a la vez, de inicio de la filosofía contemporánea, ya
que su racionalismo absoluto (recordemos la frase de inspiración hegeliana: “Todo lo
racional es real y todo lo real es racional”) “agota”, por decirlo de alguna manera, o
bien porque lleva las posibilidades de ese modo de filosofar al nivel extremo, a su
punto máximo. Seguiremos esta convención a los fines de contar con un punto de
referencia temporal.
Las producciones filosóficas contemporáneas son muchas, múltiples, diversas,
menos ambiciosas o pretenciosas que las anteriores, dialogan con otras disciplinas, son
menos sólidas y definidas…por lo que resulta difícil hacer una síntesis rápida, breve y
fiel de “la” filosofía contemporánea. Lo que sí podemos decir para comenzar es que la
mayoría de estas primeras producciones post-hegelianas (desde mediados del s. XIX)
tienen en común precisamente este vínculo con la filosofía de Hegel, ya sea como
reacción en contra (filosofías anti-racionalistas como el existencialismo, Schopenhauer
y Nietzsche; filosofías materialistas como el marxismo; etc.), o bien como continuación,
pero con algunas diferencias, como la filosofía fenomenológica de E. Husserl.
Nosotros nos centraremos en un movimiento que nos permitirá evaluar más
fácilmente la ruptura ¿o no? de la época contemporánea con respecto al período
anterior, la modernidad. Este movimiento se llamó “posmodernidad”. Le llamamos
“movimiento” porque se trata de un conjunto de estrategias filosóficas muy diferentes
que lo que tienen en común es su rechazo del proyecto racionalista moderno.

Posmodernidad
“El discurso posmoderno denuncia el progreso como una ilusión y expresa su
rechazo a la razón planificadora de la sociedad.
Esta lógica cultural se caracteriza por una nueva manera de percibir la realidad
cuyo principio es la incertidumbre. Los teóricos de la posmodernidad sostienen que es
imposible pensar en valores comunes para toda la humanidad.
La crítica posmoderna sirve para volver a pensar las formas de organización de
la sociedad que instauró la modernidad (las naciones, los Estados, las clases, los
ciudadanos). Pero algunos autores señalan que la crisis de confianza en la razón para
organizar el mundo, puede derivar en pensamientos irracionalistas y conservadores.
Los pensadores posmodernos postulan una pérdida de sentido, la falta de
referencias y certezas, en otros términos, que la razón no llegó a ninguna meta en
relación a la felicidad del hombre, que la historia parece no dar cuenta de hacia dónde
van las sociedades humanas (es «el fin de la historia», proclaman algunos), el futuro es
oscuro y se acabaron las utopías de cambio.
(…)
Pero, tal vez, uno de los representantes emblemáticos del pensamiento
posmoderno es Jacques Derrida (nacido en 1930) que representa la corriente llamada
«deconstruccionismo». La idea de «deconstrucción» alude a la imagen de ir
desenvolviendo papeles de varios paquetes, uno metido adentro del otro, como si al
final tuviéramos que encontrar un tesoro; o a la acción de pelar una cebolla e ir
sacando cáscara por cáscara hasta encontrar el meollo del asunto. Ante la ausencia de
criterios fijos, el deconstruccionismo reacciona frente a la idea de una «razón
universal» y entonces va «deconstruyendo» el sentido de las cosas en varias direcciones
que conducen a diversas perspectivas posibles de percibir la realidad.
Esta forma de pensamiento se opone al carácter omnipotente del racionalismo
occidental y sostiene que las estructuras de sentido involucran al observador. Por lo
tanto, todo lo razonado es provisional, situado y relativo.
Para el posmodernismo, entonces ya no hay historia (Francis Fukuyama), no hay
realidad (Baudrillard), ni verdad (Derrida).
(…)
Podemos hablar de una cultura posmoderna para caracterizar a la cultura actual
en la que predomina lo efímero, lo fugaz, lo obsoleto, una cultura sometida a la moda o
al mercado, en la que lo central es el consumo.
Actualmente, la sociedad se define en términos de comunicación (con sus
grandes redes de información), los medios ejercen una función estructurante de lo
social, vivimos entonces en una cultura mediática sometida a los dictados de los
medios masivos”.
Paradeda, Daniel y otros. Sociología. Maipue, pp 75-6.

Actividades

1. Leer y resumir todo el material de lectura.


2. Ver los videos, tomar apuntes y anotar preguntas, dudas o ideas que surjan
al verlos.
3. Elaborar un mapa conceptual con los contenidos más importantes de la
cada etapa filosófica estudiada.
4. Trazar una gran línea del tiempo, con los hechos históricos, sociales,
políticos y artísticos (investigar en Internet) que tuvieron lugar en cada una
de las épocas.
5. En relación a la Modernidad, el autor dice: “Actualmente la idea de progreso
está en profunda discusión…La idea de que la historia iba a conducir a un
fin predeterminado y la creencia en el progreso empezaron a ponerse en
duda”. ¿Por qué crees que lo dice? Busca algunos ejemplos de la historia
que apoyen tu argumentación.
6. Teniendo en cuenta la caracterización de la posmodernidad presentada,
¿creen que la cultura en la actualidad podría denominarse “posmoderna”?
¿Por qué? Busquen un ejemplo para respaldar sus afirmaciones.
7. A fin de lograr una comprensión lo más acabada posible de la idea de
posmodernidad, les proponemos que busquen una imagen o video breve
(no más de 5 minutos) en los que ustedes vean expresada la cultura
posmoderna. Una vez que lo hayan seleccionado, envíenlo junto con una
explicación de la interpretación que realizaron y cómo lo relacionaron con el
tema (es decir, justificar por qué creen que esa imagen o video es
posmoderno).

FECHA DE ENTREGA DE LAS ACTIVIDADES: VIERNES 30/04

También podría gustarte