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Observamos que los funcionarios que suscribieron el acta de reparo identificada como
SNAT/INTI/GRTI/RLA/DF/2011/ISLR/01992/02, de fecha 28 de enero de 2011, la cual inició el
presente procedimiento administrativo, son absoluta y radicalmente incompetentes, vale decir,
no tenían competencia (investidura) para suscribir dicho acto, en virtud que no demostraron, ni
en el procedimiento constitutivo del acto ni durante el procedimiento de segundo grado o de
revisión (procedimiento en segunda instancia) que habían prestado el debido juramento para
tomar posesión del cargo, limitándose incluso la alzada a repetir un formato relativo a la
competencia del SENIAT que no había ni es cuestionada por mí en ningún momento, mas sí
cuestioné la investidura de los funcionarios actuantes.
En efecto, tal como alegué en el recurso jerárquico, no estaba probada la investidura de los
funcionarios, siendo una carga ineludible de la Administración la prueba de tal cualidad.
Ciertamente, si el funcionario que suscribe el acto no aparece claramente el origen de su
nombramiento ni tampoco es este nombramiento publicado en la Gaceta Oficial, mal podría
tomar posesión de su cargo y considerar sus actuaciones ajustadas a derecho.
Ello así, se afirma que la competencia del funcionario –rectius, investidura- es requisito
indispensable para la validez de sus actuaciones, en tal sentido, si este no es juramentado o
designado legalmente, no tendrá la investidura necesaria para justificar ante los
administrados la legalidad de la actuación administrativa, viciando de nulidad absoluta
sus resultados. Por esta razón, nuestro máximo Tribunal afirmó lo siguiente:
“Articulo 20: Los vicios de los actos administrativos que no llegaren a producir la
nulidad de conformidad con el artículo anterior, los harán anulables”.
Ahora bien, siendo que en el presente caso se desprende que el acta de reparo fue
suscrita por unos funcionarios que no han demostrado la legalidad en la posesión de
su cargo, al no constar en el expediente ni su juramentación ni su nombramiento para
el momento de suscripción de los actos impugnados, los proveimientos administrativos
por ellos dictados son nulos de nulidad absoluta y la misma suerte deben correr los
actos emitidos subsiguientemente, como la resolución que resolvió el sumario
administrativo y la que decidió el recurso jerárquico. Así respetuosamente pido sea
declarado.
Por otra parte, también queremos advertir a este honorable Juzgado del evidente error en que
incurrió el órgano decisor al momento de tramitar y resolver el recurso jerárquico, ya que
consideró erróneamente que mi representada había cuestionado la legalidad de la creación de
la Administración Tributaria, lo cual llevó al acto recurrido en forma absolutamente innecesaria
a plasmar una serie de considerandos totalmente inoficiosos, tratando de justificar algo que no
ha sido cuestionado por la recurrente.
En este orden de ideas, se observa que la decisión del recurso jerárquico en forma errónea
afirma lo siguiente:
Por lo tanto, siendo que no fue probada durante el trámite del recurso jerárquico la
investidura de los funcionarios que suscribieron El Acta de Reparo identificada como
SNAT/INTI/GRTI/RLA/DF/2011/ISLR/01992/02, de fecha 28 de enero de 2011,
respetuosamente solicitamos a este honorable Tribunal Superior Contencioso
Tributario que declare la nulidad de la Resolución
SNAT/INTI/GRTI/RLA/DSA/2012/01992/0023, del 14 de marzo de 2012, emitida por la Jefa
de la División de Sumario Administrativo de la Gerencia Regional de Tributos Internos
de la Región Los Andes del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y
Tributaria (SENIAT), así como de la decisión SNAT/GGSJ/GR/DRAAT/2015-0525, de
fecha 30 de junio de 2015. Así respetuosamente pido sea declarado.