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A. Vida y obras.
c.1. La moral.
c.2. La epistemología.
c.3. La metafísica.
c.4. La ciencia.
D. El Nihilismo.
F. La voluntad de poder.
G. El superhombre.
b) Que lo único que puede salvar al hombre de esta crueldad ciega es el arte: en
especial, la música y la poesía.
Con estas dos ideas, Nietzsche va a reinterpretar la cultura griega pues va a encontrar
en los griegos anteriores a Sócrates el ejemplo perfecto de unos hombres que aceptan
esta situación. Nietzsche defiende en su primera obra “El origen de la tragedia”, que
los griegos presocráticos interpretan la realidad de acuerdo con dos principios
fundamentales representados en dos de sus dioses: Dionisos y Apolo. Dionisos es el
dios de la fuerza instintiva, el dios de la ebriedad y la desmesura, el dios de la pasión
sensual y de la creatividad. Dionisos representa, por tanto, la vida. Pero junto a lo
dionisíaco, el espíritu griego desarrolla lo apolíneo. Apolo es el dios de la belleza,
representa los valores de la razón, la medida, el equilibrio y la individualidad.
c.1. La moral.
. Es igualitaria.
. Exalta la vida.
c.3. La metafísica.
La filosofía presenta una idea del mundo totalmente inadecuada: considera el mundo
como un cosmos y no como un caos. Platón inventó un mundo perfecto, ideal,
absoluto, al que contrapone el desvalorizado mundo que se ofrece a los sentidos.
El cristianismo, al que denomina “platonismo para el pueblo”, presenta una escisión
de la realidad: por un lado, el mundo verdadero, eterno, inmutable, en donde se
realiza el bien, la verdad y la belleza, y por otro lado, el mundo aparente, cambiante,
abocado a la muerte e imperfecto; por un lado, el mundo del espíritu, por otro el
mundo de la corporeidad. El espíritu que anima al cristianismo es exactamente el
mismo que animó a Platón: la incapacidad vital para aceptar todas las dimensiones de
la existencia y el afán de encontrar un consuelo fuera de este mundo.
c.4. La ciencia.
D. El nihilismo.
. Acaba la historia antigua y empieza una nueva: en ella el hombre libre de mitologías y
supersticiones, se puede convertir en creador de su destino, y puede realizarse como
tal.
a) Si el tiempo es circular, no hay hechos que adquieran un valor moral desde una
perspectiva lineal, cada instante tiene un valor absoluto en sí mismo. No hay
premio ni castigo al final de los tiempos. El hombre superior, creador de
valores, sabe que lo que decida en un instante concreto se repetirá
eternamente. Impondrá su voluntad buscando la satisfacción propia y la
felicidad. El eterno retorno solo puede ser deseado por personas felices que
tengan apego a la tierra y vivan cada instante en toda su plenitud.
b) En sentido cosmológico implica que todos los posibles estados del universo ya
han tenido lugar.
F. La voluntad de poder.
La vida es una constante lucha entre fuerzas antagónicas que solo se pueden
interpretar desde la voluntad de poder, la voluntad de superación constante, de vivir
más. Donde hay vida, hay voluntad de poder, voluntad de querer incluso lo aparente y
afirmar una vida que se despliega en múltiples direcciones.
Es la voluntad de dominio que anima a todo ser vivo: las plantas compiten entre ellas
por alcanzar la luz del sol, las crías de una nidada por el alimento y la atención de su
madre, el hombre sano busca imponerse, busca hacer de sí mismo algo elevado que
prevalezca y lo hace porque está vivo y este es el sentido de la vida: imponerse.
G. El superhombre.
El superhombre:
. Está más allá del hombre en el sentido de que ha dejado atrás la miseria humana, el
nihilismo, el resentimiento.
. Aparece como un legislador que impone sus propias normas porque está más allá del
bien y del mal. La ética que propone Nietzsche no posee contenido material alguno, no
da orientaciones concretas a seguir, todo depende la forma que le quiera imprimir el
sujeto humano en cada caso concreto Su lema puede ser el siguiente “puedes hacer lo
que quieras, pero lo que hagas has de quererlo de verdad”.
. Asume la idea del eterno retorno: la grandeza del hombre instintivo y creador reside
en querer ser siempre como es, en el presente, en el pasado y en el futuro.