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¡QUÉ TIEMPOS DIVINOS!

Otoño americano
[PRIMER ACTO]

HERNANDO MARTÍNEZ ARIAS


 
Título
¡QUÉ TIEMPOS DIVINOS!
OTOÑO AMERICANO [ACTO I]

Formato proyectado
TRILOGÍA

Formato actual
IDEA ORIGINAL PARA UNA PUESTA EN ESCENA

Autor
HERNANDO MARTÍNEZ ARIAS

Fecha de creación
AGOSTO-OCTUBRE DEL 2011

Lugar
BOGOTÁ, COLOMBIA

Personajes
EL EXPLICADOR

SUS AMIGOS

SRI AUROBINDO (el loto rosado)

MADRE (el loto blanco)

DISCÍPULOS

COMENTARISTA

VOCES

 
No pertenezco a ninguna
nación, a ninguna civilización, a ninguna
sociedad, a ninguna raza, sólo al Divino.

No obedezco a ningún maestro, a ningún


soberano, ninguna ley, ninguna
convención social, sólo al Divino.

A Él le entregué todo, voluntad, vida y ser;


por Él estoy dispuesta a dar toda mi
sangre, gota a gota, si tal es Su Voluntad,
con una alegría total; y a Su servicio nada
puede ser un sacrificio, porque todo es un
deleite perfecto.
Madre, Palabras de hace tiempo
Japón, febrero de 1920

 
La Tierra está en el trabajo de parto
de una civilización única, incluyente y flexible,
común a toda la especie humana, en la que cada
cultura antigua y moderna aportará su
contribución y en la que cada agregado humano
claramente definido introducirá un elemento de
variación necesario. En el desenvolvimiento de
este objetivo, lo que haya de perdurar tendrá
inevitablemente que someterse a una cierta lucha.
Lo más apto para sobrevivir será todo aquello
que pueda servir mejor las tendencias que la
Naturaleza esté deseando para la humanidad
—no sólo las tendencias del momento, sino
aquellas que resucitarán del pasado y las aún
incipientes del futuro. Sobrevivirá asimismo todo
cuanto pueda ayudar eficazmente a las fuerzas de
la liberación y de la síntesis, todo aquello que
mejor tienda a adaptarse y a ajustarse y a revelar
el sentido oculto de los esfuerzos parturientos de
la Gran Madre.
Sri Aurobindo, El ideal de la unidad humana
15 de marzo de 1916

 
 
página
Acto I
[Plano terrestre]
Otoño americano 9

Escena 1
A propósito de la naturaleza divina del hombre 10

Escena 2
A propósito del Estado republicano
como un negocio privado 26

Escena 3
A propósito de la moneda
como verdadero servidor público 84

Escena 4
A propósito de la batalla de los espíritus 103

Escena 5
A propósito de nuestra revolución espiritual 127

SUPLEMENTO PARA SER DISTRIBUIDO


ENTRE LOS ESPECTADORES DE ESTA OBRA:

La Upanishad en aforismos 146


LA ISHA UPANISHAD

por Sri Aurobindo

 
 
Acto I
[Plano terrestre]

OTOÑO AMERICANO

Tras siglos de voluntaria esclavitud, los humanos se amotinan y el


descontento se propaga como pólvora alrededor del mundo; la confusión
es generalizada. Sumidos en las cavernas de la ignorancia, la penosa y
larga oscuridad los ha encadenado al mundo de las apariencias y los ha
enceguecido interiormente; pocos logran comprender lo que está
sucediendo y sus inexorables consecuencias. Entre esta minoría, hay Uno
que ve y sabe. Sus amigos lo buscan para interrogarlo, pero son
escépticos ante sus respuestas porque no los complacen; no pueden creer
que están asistiendo a la muerte de la moneda como principio rector de la
organización social; no quieren oír que esta es la hora de Dios.

9 ¡Qué tiempos divinos!


Escena 1
A propósito de la naturaleza divina del hombre

Preludio
SRI AUROBINDO: «Hay momentos en que el Espíritu se
mueve entre los hombres y el aliento del Señor se esparce
sobre las aguas de nuestro ser; hay otros en que este se
retira y deja a los hombres actuar en la fortaleza o la
debilidad de su propio egoísmo. Los primeros son
periodos en los que incluso un pequeño esfuerzo produce
grandes resultados y cambia el destino; los segundos son
espacios de tiempo en los que mucha labor conduce a la
hechura de un nimio resultado. Es verdad que estos
últimos quizás preparan los primeros, quizás son la
columna de humo del sacrificio que se eleva hacia el cielo
invocando la lluvia de la prodigalidad de Dios.
Infeliz es el hombre o la nación que, llegado el momento
divino, se encuentra durmiendo o sin preparación para
usarlo, porque la lámpara no ha sido encendida para la
bienvenida y los oídos son sordos al llamado. Pero mayor
aún la pesadumbre para quienes son fuertes y están listos,
y sin embargo desperdician la fuerza y desaprovechan el
momento; para ellos es una pérdida irreparable o una gran
destrucción.
En la hora de Dios limpia tu alma de todo autoengaño,
hipocresía y vana adulación propia para que puedas mirar
directo a tu espíritu y escuchar aquello que le convoca.
Toda insinceridad de la naturaleza, que alguna vez fue tu
defensa ante la mirada del Maestro y la luz del ideal, se
convierte ahora en un agujero en tu armadura e invita al
golpe. Aun si de momento vences, es peor para ti, porque
el golpe volverá después y te derrumbará en medio de tu
triunfo. Pero siendo puro espantas todo miedo; pues la
hora suele ser terrible, un fuego y un torbellino y una
tempestad, una pisada en el lagar de la ira de Dios; pero

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aquel que en esa hora pueda erguirse en la verdad de su
propósito es quien permanecerá; aunque caiga, se
levantará de nuevo; aunque parezca pasar sobre las alas del
viento, regresará. No permitas que mundana prudencia
susurre muy cerca de tu oído; porque esta es la hora de lo
inesperado, lo incalculable, lo inmensurable. No midas el
poder del Aliento con tus mezquinos instrumentos, solo
confía y avanza.
Ante todo mantén tu alma limpia, aunque sea a ratos, del
clamor del ego. Entonces un fuego marchará delante tuyo
en la noche y la tormenta será tu ayudante y tu bandera
ondeará en la más alta cima de la grandeza que había de
ser conquistada».
[La hora de Dios]

SUS AMIGOS: ¿QUIÉN ES EL SER HUMANO?

EL EXPLICADOR: En la puesta en escena del juego de la


creación, la Tierra es el corazón de Dios materializado. Esa
es la causa de que todo lo que habita aquí, animado o
inanimado, visible o invisible, contenga lo que conocemos
como “chispa divina”. De allí que, en el marco de la
evolución terrestre, la geografía espiritual que se
manifiesta en el ser humano consta de cuatro principios: el
ser psíquico —que no es otro que esa chispa divina
individualizada y exclusiva del hombre en la atmósfera
terrestre—, la mente, la vida y la materia.

Desde el punto de vista operacional, es decir, desde la


psicología práctica que denominamos Yoga (conciencia de
nuestro origen y de nuestra esencia divina), la realidad de
nuestra existencia da testimonio de tres poderes en

11 ¡Qué tiempos divinos!


permanente acción: mente, corazón y voluntad. Ahora
bien, como en el cosmos —en los planos Vital y Mental, por
ejemplo— residen seres que son poderes y que solo pueden
actuar en la vida de la Tierra a través nuestro, lo hacen sin
nuestro consentimiento, subrepticiamente, desde nuestro
subconsciente. Suponemos entonces, en nuestra
ignorancia, que aquellos actos que calificamos como
espontáneos provienen de nuestro interior, de nuestro
carácter, de nuestra personalidad, de las circunstancias a
que nos vemos abocados a cada momento, etcétera, cuando
en realidad estamos al servicio inconsciente de estos seres
que bien pueden ser de luz como de tiniebla. Nuestra tarea
primordial en la Tierra es, en consecuencia,
desencadenarnos de la sujeción y tiranía que estas fuerzas
ejercen sobre nuestra naturaleza inferior —física, mental y
vital—, elevándola y poniéndola conscientemente al
servicio de nuestra naturaleza superior, es decir, del alma
y de su aventura evolutiva.

SUS AMIGOS: ¿A QUÉ DIVINIDAD TE REFIERES?

EL EXPLICADOR: Al Dios que habita en mí y en todas las cosas.


Yo creo en un Ser Consciente que todo lo sabe, que todo lo
puede y que está en todas partes, que es personal y a la vez
impersonal, y que es ante todo un deleite de la existencia.

Esa es la interpretación que todas las prácticas


espirituales y todas las religiones de Oriente coinciden en
darle al atributo que denominan Ananda y que en

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Occidente limitamos al concepto de omnipresencia. Pero, si
bien es cierto que se trata del Uno que lo es Todo y está en
todas partes y en todos los seres y es la esencia de todas
las cosas, no es menos cierto que, en esta divina comedia
que es la vida, Él es la expresión del Deleite Inmortal, del
Gozo Infinito, de la Bienaventuranza Suprema. Es
indefinible, y lo limitamos cuando tratamos de definirlo. En
ese sentido me identifico con la concepción vedántica del
hombre y de la vida, es decir, creo que como origen, causa,
objeto y soporte de la existencia hay un Silencio y Paz, un
Sin-Nombre y Sin-Forma que es omnisciente, omnipotente
y omnipresente, cuyo modo natural de ser trasciende todo
lo manifiesto y que adoptó todos los nombres y todas las
máscaras el día que quiso conocerse en el mundo de la
forma. Desde esta perspectiva evolucionista, ya no es
cuestión de Creador y creación, como dos que están
separados y son distintos, uno por fuera del otro, sino de
un Dios encarnado en el universo material que se
manifiesta progresivamente, que anuncia a cada paso la
unidad intrínseca entre Él y nosotros. El máximo propósito
de nuestra estancia en la Tierra es descubrirlo.

SUS AMIGOS: ¿ENTONCES ERES HINDUISTA?

EL EXPLICADOR: No soy hinduista, soy aurobindiano. Y esta


precisión es importante porque si bien la filosofía de
Aurobindo reúne elementos tanto de las enseñanzas
védicas como de la tradición hinduista, a partir de su
experiencia como científico creador del “realismo
13 ¡Qué tiempos divinos!
espiritual” concibe una visión integral del problema de la
evolución según la cual la realidad material es la expresión
directa de la realidad espiritual, es decir, en la que ambas
son fenómenos de una misma sustancia; es por ello que él
se permite afirmar que no hay contradicción entre espíritu
y materia.

SUS AMIGOS: ¿QUIÉN ES SRI AUROBINDO Y QUÉ SIGNIFICA SER


AUROBINDIANO?

EL EXPLICADOR: Los últimos 250 años de la historia de la


humanidad los recordaremos indudablemente como los
más simbólicos de nuestro devenir. La gran tensión bajo la
que hemos vivido desde la Primera Guerra Mundial [1914-

1918] es producto de la consumación de los hechos que nos


fueron anunciados a través de las revelaciones de Juan el
Apóstol y que yo denomino “la batalla de los espíritus”. Su
verdadero significado es la lucha por la conquista del alma
de la humanidad, que se disputan las fuerzas divinas con
las fuerzas de la inconsciencia —quienes han guiado
nuestro destino desde la creación, en la medida en que
fueron ellas quienes crearon el mundo y ahora quieren
impedir a toda costa nuestro avance evolutivo.

Aurobindo y Madre hicieron presencia en la Tierra


precisamente para enfrentar a las fuerzas antidivinas y
para abrir el camino hacia el próximo estadio evolutivo, es
decir, tender el puente entre el plano Mental y el plano
Supramental (el plano de la Conciencia-de-Verdad, con el

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que nunca habíamos estado en contacto y cuya
manifestación hace factible la vida divina en la Tierra).

Ser aurobindiano significa, entonces, haberse interesado


en el estudio de la obra de un gran filósofo que da una
respuesta lógica, coherente, atractiva, sorprendente y
novedosa a los grandes interrogantes que siempre nos
hemos formulado: qué es real, qué es la evolución, de qué
manera proceder para el perfeccionamiento individual y
colectivo, cómo entender el problema del bien y del mal...

SUS AMIGOS: ¿NO TE RESPONDIERON ESAS PREGUNTAS LOS


FILÓSOFOS OCCIDENTALES? ¿TUVISTE QUE CONVERTIRTE EN
UN ORIENTALISTA PARA AVERIGUARLO?

EL EXPLICADOR: Te repito, no soy un orientalista. Es solo que,


como nos develó Aurobindo, en los últimos 3.200 años
Oriente se ha especializado en la búsqueda de la verdad del
espíritu haciendo abstracción de la materia, mientras que
Occidente se ha ocupado del proceso inverso, es decir, de
explorar a fondo la verdad de la materia, ignorando la
realidad del espíritu. Para afrontar la quiebra evidente de
la vida individual y social en el mundo, la filosofía
aurobindiana nos propone la gran síntesis
Oriente/Occidente. No en vano —sugiere él desde su
experiencia espiritual— India es el alma de la humanidad,
así como Francia es su mente.

SUS AMIGOS: ¿Y QUÉ VENDRÍA SIENDO COLOMBIA?

15 ¡Qué tiempos divinos!


EL EXPLICADOR: Esa es la pregunta más sentida y urgente que
debemos hacernos. Sri Aurobindo nos anima a formularla
y nos da indicios luminosos para emprender esta búsqueda
y hallar su respuesta.

SRI AUROBINDO: «La ley primordial y el propósito de la vida


individual es buscar su propio desarrollo. Consciente o
medio consciente o tanteando con oscura inconsciencia se
esfuerza siempre y justamente se esfuerza por formularse a sí
misma –por encontrarse, por descubrir en su interior la ley
y el poder de su propio ser y culminarlos. Este objetivo en
ella es fundamental, correcto, inevitable porque, incluso
luego de que se han sopesado todos las aclaraciones y
salvedades, el individuo no es tan solo la efímera criatura
física, una mente y un cuerpo formado que se agrega y se
disuelve, sino un ser, un poder vivo de la Verdad eterna, un
espíritu que se manifiesta. Del mismo modo, la ley
primordial y el propósito de una sociedad, comunidad o
nación, es buscar su propia culminación; ella se esfuerza
justamente por encontrarse, por percatarse al interior de sí
misma de la ley y el poder de su propio ser y por
culminarlos tan perfectamente como sea posible, por
consumar todas sus potencialidades, por vivir una vida
propia y esclarecida. La razón es la misma; pues también
ella es un ser, un poder vivo de la Verdad eterna, una
manifestación del Espíritu cósmico, y ella está ahí para
expresar y llevar a cabo a su manera y en la medida de sus
capacidades la especial verdad y el poder y el sentido del
Espíritu que lleva dentro. La nación o la sociedad, al igual
que el individuo, posee un cuerpo, una vida orgánica,
temperamento moral y estético, una mente evolutiva y un
alma detrás de todos estos signos y poderes en función de
los cuales existe. Se podría decir incluso que, al igual que el
individuo, ella es esencialmente un alma en lugar de
poseerla; es un alma grupal que, una vez que ha alcanzado
la peculiaridad que la distingue, debe volverse más y más
consciente de sí misma y encontrarse más y más

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plenamente consigo misma a medida que desarrolla su
cuerpo activo y mental, su vida orgánica y expresiva».
[El ciclo humano]

¡Sin duda es la pregunta del millón de dólares! Pero hay


que tener cuidado, no es una exploración obvia, porque
estamos acostumbrados a identificarnos como individuos
con el cuerpo y por lo tanto asumimos que la sociedad es
ante todo algo objetivo y exclusivamente regido por las
leyes de la Naturaleza.

SRI AUROBINDO: «Al igual que el hombre se ha


acostumbrado a verse a sí mismo como un cuerpo y una
vida, como un animal físico con un cierto temperamento
moral o inmoral, y a las cosas de la mente como la
delicada flor y el logro de la vida física en vez de algo
esencial o la señal de algo esencial, asimismo la
comunidad ha desdeñado esa parte de su ser subjetivo
cuando se percata de ella. Siempre se queda de hecho en
sus idiosincrasias, sus hábitos, sus prejuicios, pero al estilo
de una objetividad ciega, insistiendo en su aspecto más
externo y no yendo más allá de las apariencias hasta
aquello que representan, hasta aquello que buscan
ciegamente expresar».
[El ciclo humano]

Volviendo a tu pregunta sobre Colombia, podríamos iniciar


el camino que nos conduce a su alma, a “la fuerza subjetiva
y psicológica que obra detrás de sus individuos, su política,
sus movimientos económicos y sus instituciones”, si nos
damos el tiempo de reflexionar... y el coraje de ser sinceros.

«DISCÍPULO: ¿Podrías darme tus definiciones de las


siguientes palabras?
17 ¡Qué tiempos divinos!
1. Coraje y amor
2. Mezquindad y egoísmo
3. Nobleza y generosidad.
MADRE: 1. Coraje es la ausencia total de miedo en
cualquiera de sus formas.
2. Amor es la entrega de sí que no pide nada a cambio.
3. Mezquindad es una debilidad que calcula y exige en los
otros las virtudes que uno mismo no posee.
4. Egoísmo es situarse en el centro del universo y desear
que todo exista para su propia satisfacción personal.
5. Nobleza es negarse a todo cálculo personal.
6. Generosidad es encontrar su propia satisfacción en la
satisfacción de otros».
[Pensamientos y aforismos de Sri Aurobindo, 15 de diciembre de 1969]

SUS AMIGOS: ¿A QUÉ LLAMAS “EL JUEGO DE LA CREACIÓN”?

EL EXPLICADOR: Cuando somos niños, además de entender el


mundo como un juego, somos muy reflexivos sobre todo lo
que nos rodea. Nos gustan los milagros, porque así se nos
revela el mundo a cada paso. Nos formulamos muchas
preguntas sobre las que lamentablemente solemos no
obtener respuesta o, peor aún, cuya respuesta empaña
desde entonces el cristal de nuestra aspiración por la
verdad. Por suerte, así como cada nueva cosa nos
sorprende, con esa misma facilidad la olvidamos
temporalmente para ir sobre la siguiente y ascender cada
vez nuevos escalones en nuestro proceso de aprendizaje.

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Estos y otros mecanismos infantiles son los mecanismos de
Dios en el mundo manifiesto. Por eso Aurobindo dice que
Dios es un niño eterno jugando un juego eterno en un jardín
eterno. Hasta ahí todo está bien, incluso es bello, y si uno es
sensible puede captar la atmósfera poética. Pero cuando la
muerte, la crueldad, la ignorancia, el error y el sufrimiento
hacen su aparición, el juego se tiñe de sangre y no queremos
seguir en él; el jardín se ensombrece y nos despertamos en
un tugurio terrenal, sin risas, sin encanto, sin Dios.

Es entonces cuando exclamamos con amargura: ¡Yo no


pedí venir aquí!

Pero incluso si decidimos marcharnos antes de tiempo por


nuestros propios medios, las cartas ya están marcadas.
Entonces, más nos vale regresar al espíritu del niño que
quiere jugar, pero que sabiamente lo primero que pregunta
es: ¿Cómo se juega este juego? Pareciera que nadie sabe,
pareciera que es dando palos de ciego, pero esto no es del
todo cierto.

Hay quienes no solo conocen el instructivo, sino que lo han


venido perfeccionando durante siglos para ponerlo a
disposición de una humanidad sedienta de dejar atrás
tanta ignorancia y tanto dolor. Me refiero, en general, a
Oriente, que ha tenido por tarea de este cuerpo colectivo no
solo preservar sino afinar y llevar a sus más altas cumbres
las posibilidades espirituales del hombre.

19 ¡Qué tiempos divinos!


Pues bien, en la India específicamente, unos personajes
conocidos como los rishis, que vivieron hace alrededor de
cinco mil años, cultivaron una capacidad de visión de tal
rigor, de tal vigor y envergadura, que pudieron
identificarse con el Divino. Denominada Vedanta o Védica,
esta se convirtió en una escuela de pensamiento tan sólida,
que aún está vigente en el mundo espiritual. Ellos legaron
su conocimiento efectivo a través de la disciplina de la
Yoga, que significa unión con el Divino interior y que se ha
desarrollado en innumerables tendencias perfeccionadas
mediante los maestros o gurús y sus linajes de discípulos.
Por otro lado, la síntesis de su conocimiento espiritual ha
quedado reunida y escrita bajo la forma de textos sagrados
conocidos como las Upanishad. A partir de esta síntesis
vedántica, sobre la base de sus ideas fundamentales, surgió
otro texto sagrado, el Baghavad Guita, que construyó una
nueva armonía de los tres grandes medios y poderes a
través de los cuales el alma del hombre puede aproximarse
y fundirse en el Eterno: Amor, Conocimiento y Obras.

Ahora bien, Aurobindo sostiene que asistimos al


nacimiento de un nuevo día, por eso no estamos llamados a
convertirnos en vedantas ortodoxos o tántricos, o a
adherir a alguna de las religiones teístas del pasado, o a
atrincherarnos en cualquiera de los cuatro recodos de las
enseñanzas del Guita, “pues no pertenecemos a los
amaneceres del pasado, sino a los mediodías del futuro”.

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SRI AUROBINDO: «40- Hay cuatro acontecimientos
magníficos en la historia: el sitio de Troya, la vida y
crucifixión de Cristo, el exilio de Krishna en Brindavan y
el coloquio con Áryuna en el campo de Kurukshetra. El
sitio de Troya creó la Antigua Grecia, el exilio en
Brindavan creó la religión devocional (porque antes solo
había meditación y adoración), Cristo desde su cruz
humanizó a Europa, el coloquio en Kurukshetra un día
liberará a la humanidad. Y no obstante, se dice que estos
cuatro acontecimientos jamás sucedieron».
[Pensamientos y aforismos]

A ese hombre de hoy que prepara el mañana, Aurobindo le


resuelve las preguntas esenciales que le ayudan a
participar conscientemente del juego de la creación: (1)
¿De qué manera procedió el Divino para escenificar su
manifestación?; (2) ¿Quiénes participamos en este juego y
qué papel jugamos?; (3) ¿Qué geografía cósmica le sirve de
escenario?; (4) ¿Qué propósito tiene este juego?; (5)
¿Cuáles son sus reglas?; y finalmente, (6) ¿En qué etapa
del juego vamos?

Entonces, respondiendo a algunas de estas preguntas (y


aquí solo pretendo dar un ejemplo, hacer una especie de
pequeño diagrama que nos facilite acercarnos a la
comprensión de este asunto, para que no nos asustemos ni
pensemos que se trata de algo que nos está vedado
comprender), Aurobindo nos dice que el Divino optó por el
proceso más difícil entre todos los posibles, por supuesto,
teniendo en cuenta que esperaba el más esplendoroso de
los resultados: se permitió Él mismo, siendo Todo Lo Que

21 ¡Qué tiempos divinos!


Es y Lo Que Aún No Es, recrear su aspecto luminoso
mediante la oscuridad que origina su ausencia, es decir, se
hizo Luz y, absteniéndose de ser Luz, se hizo Oscuridad.
Dos caras de una misma moneda.

Para ello, enmarcó la existencia entre dos polos: la


Inconsciencia, esto es, su aspecto oscuro; y la
Supraconciencia, es decir, su aspecto luminoso.

De manera complementaria, distribuyó este escenario en


dos niveles: el nivel superior, que corresponde a la
Supraconciencia, donde Él se reconoce como Infinito y
Eterno; y el nivel inferior, que corresponde a la
Inconsciencia, donde Él se limita voluntariamente a
olvidarse de sí, donde Él no tiene conciencia de sí, donde se
identifica con lo finito, se somete al tiempo y se constriñe
al espacio.

Este es el origen y a la vez el código, la clave de la dualidad


en la que estamos inmersos. Y fue Él quien la planteó como
condición del juego.

Enseguida, en el plano superior, el de la Supraconciencia,


emanaron de Él los jugadores fundacionales de la creación,
que son su propio Ser y sus atributos fundamentales:
Verdad, Omnisciencia, Omnipotencia y Omnipresencia.

De estos, a su vez, surgieron en el plano inferior, el de la


Inconsciencia, sus opuestos, que son quienes en efecto

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crearon este y otros mundos: el Señor de la Falsedad, el de
las Tinieblas, el de la Muerte y el de la Crueldad.

SRI AUROBINDO: «88- La Muerte construyó este mundo


para poder vivir en él. ¿Suprimirías la muerte? Entonces
perecerá también la vida. No puedes abolir la muerte, pero
podrías transformarla en una gran vida.
89- La Crueldad construyó este mundo para aprender a
amar. ¿Suprimirías la crueldad? Entonces perecerá
también el amor. No puedes abolir la crueldad, pero
podrías transfigurarla en su contrario, en un Amor y un
Deleite ardientes.
90- La Ignorancia y el Error construyeron este mundo
para poder conocerse. ¿Suprimirías la ignorancia y el
error? Entonces perecerá también el conocimiento. No
puedes abolir la ignorancia y el error, pero podrías
transmutarlos en eso absoluto y refulgente que está más
allá de la razón.
91- Si hubiese solo Vida y no muerte, no podría haber
inmortalidad; si hubiese solo amor y no crueldad, la
alegría solo sería un embeleso tibio y efímero; si hubiese
solo razón y no ignorancia, nuestro mayor logro no
excedería un racionalismo limitado y una sabiduría
mundana.
92- Transformada, la Muerte se convierte en Vida que es
Inmortalidad; transfigurada, la Crueldad se convierte en
Amor que es éxtasis irresistible; transmutada, la
Ignorancia se convierte en Luz que sobrepasa la sabiduría
y el conocimiento».
[Pensamientos y aforismos]

Debo agregar algo cuya verdadera importancia uno tarda en


comprender y por eso solo quiero abordarlo superficial-
mente, al menos aquí, porque es un tema tan apasionante
como misterioso: el pie de balanza de este juego. ¡Ah, es un
23 ¡Qué tiempos divinos!
tema tan bello que bien vale la pena dedicarle otro momento,
no este! Digamos solo que como fueron las fuerzas de la
Inconsciencia las que recibieron el mandato de crear el
mundo, su creación emergió entintada en sufrimiento.
Advirtiéndolo y para hacerle contrapeso al dolor que nos
aguardaba, el Divino se la jugó de tres maneras:

—De su corazón hizo la Tierra y de la Tierra un laboratorio


alrededor del cual se volvieran a integrar todos los
elementos que había desplegado para la manifestación y
que componen su geografía cósmica.

—Le dio vida a los dioses y los alojó en un plano intermedio


entre los dos polos que ya había definido, al que podemos
denominar plano Sobremental, desde donde han tenido
acceso a este juego y le han hecho inimaginables aportes.

—Lo más importante: la promesa divina. Es uno de los


aspectos más inteligibles y a la vez más presentes en la
historia de la humanidad, pues cada vez que estamos
atravesando momentos difíciles, el Divino entra al juego en
persona para “desatascarlo”, por así decir, o bien para
hacer que todos a una avancemos esas casillas que de otra
manera nos tomaría más dolor y más tiempo superar. De la
promesa divina y para su cumplimiento nace la figura del
avatar, ese que desciende a la Tierra y deja su impronta en
ella bajo el nombre de Krishna, Buda, Cristo, o del que yo
personalmente y otros al igual que yo consideramos los
avatares del Supramental: Aurobindo y Madre.

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SRI AUROBINDO: «El encuentro del hombre con Dios
siempre supone una penetración, una entrada del Divino
en lo humano y una inmersión del hombre en la
Divinidad.
Pero esta inmersión no significa una inmolación. La
extinción no es el cometido de toda esta búsqueda y esta
pasión, de este sufrimiento y este delirio. El juego jamás
habría empezado si ese fuese a ser su final.
Deleitarse es el secreto. Aprende sobre el deleite absoluto
y aprenderás de Dios.
¿Cuál fue entonces el comienzo de toda esta historia? Una
existencia que se multiplicó a sí misma por el puro deleite
de ser, y que se sumergió en incontables millares de
formas para poderse hallar a sí misma incontablemente.
¿Y cuál es la mitad? Una división que se esfuerza por
abrirse paso hacia una unidad múltiple, una ignorancia
que brega en pos de un torrente de luz diversa, un dolor
que puja por alcanzar un éxtasis inimaginable. Pues todas
estas cosas son formas oscuras y perversas vibraciones.
¿Y cuál será el final de toda esta historia? Si la miel pudiera
degustarse a sí misma y a todas sus gotas juntas, y todas sus
gotas pudieran saborearse unas a otras, y cada una de ellas
degustara la totalidad del panal como a sí misma, así
terminarán Dios, el alma humana y el universo.
El Amor es la tónica, la Alegría es la melodía, el Poder es
el acorde, el Conocimiento es el ejecutante, el Todo
infinito es a la vez el compositor y la audiencia. Solo
conocemos los desacordes preliminares, que son tan
desafinados como será esplendorosa la armonía; pero con
toda seguridad llegaremos a la fuga de la Felicidad divina».
[Pensamientos y destellos]

Exeunt

25 ¡Qué tiempos divinos!


Escena 2

A propósito del Estado republicano como un negocio privado

Preludio
SRI AUROBINDO: «Dondequiera que veas un gran final,
puedes estar seguro de un gran comienzo. Cuando una
inmensa y dolorosa destrucción aterre tu mente,
consuélala con la certeza de una vasta y grandiosa
creación. Dios está allí, no solo en la imperturbable y
delicada voz interior, sino también en el fuego y el
torbellino.
Cuanto mayor la destrucción, más libres las posibilidades
de creación; pero la destrucción es a menudo larga, lenta y
opresiva, la creación tardía en su llegada o interrumpida
en su triunfo. La noche vuelve una y otra vez y el día se
detiene o incluso parece haber sido un falso amanecer. Así
que no desesperes, solo observa y obra. Quienes anhelan
con violencia, pronto desesperan: ni esperes ni temas, ten
la certeza del propósito Divino y tu voluntad para llevarlo
a cabo.
La mano del Artista divino trabaja a menudo como si
dudara de su genio y de su material. Parece tocar y probar
y abandonar, recoger y desechar y recoger de nuevo,
modelar y fracasar y estropear y volver a ensamblar.
Sorpresas y decepciones acompañan su obra antes de que
todas las cosas estén listas. Lo que fue seleccionado, se
lanza al abismo de la reprobación; lo que fue rechazado, se
convierte en piedra angular de un poderoso edificio. Pero
detrás de todo está la aguda visión de un conocimiento
que sobrepasa nuestra razón y la sonrisa lenta de una
capacidad infinita.
Dios tiene ante sí todo el tiempo y no necesita estar siempre
apurado. Él está seguro de su propósito y de su éxito y no le
importa deshacer su trabajo cientos de veces para llevarlo

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más cerca de la perfección. La paciencia es nuestra primera
gran lección necesaria, no la parsimonia de movimiento del
tímido, del escéptico, del hastiado, del negligente, del
resignado o del enclenque; la paciencia llena de una calma y
concentrada fuerza que vigila y se prepara para la hora de
los grandes e inesperados acontecimientos, pocos pero
suficientes para cambiar el destino.
¿Por qué Dios martilla tan ferozmente su mundo, lo
pisotea y lo manosea como a una argamasa, lo arroja tan a
menudo en el baño de sangre y en el enrojecido e infernal
calor de la hornaza? Porque la humanidad en la masa
sigue siendo un mineral duro, crudo y vil que de otro
modo no se dejará fundir ni moldear; tal como es su
material, así es su método. Si aquel se dejara transmutar
en un metal más noble y puro, sus maneras serían más
suaves y dulces, más ligeros y justos sus usos.
¿Por qué escogió o concibió semejante material, cuando
tenía todas las infinitas posibilidades para elegir? Porque
en su Idea divina vio ante sí no solo la belleza y la dulzura
y la pureza, sino también la fuerza, la voluntad y la
grandeza. No desprecies la fuerza, ni la odies por la fealdad
de algunas de sus caras, ni pienses que Dios es solo amor.
Toda perfecta perfección debe tener algo en ella de la
sustancia del héroe e incluso del Titán. Pero la mayor
fuerza nace de la mayor dificultad».
[Pensamientos y destellos]

SUS AMIGOS: VÉ, ¿Y VOS CÓMO TE VOLVISTE AUROBINDIANO?

EL EXPLICADOR: Se dice que nos pasamos la mitad de la vida


desaprendiendo a vivir. Aurobindo me llegó cuando
atravesaba por la crisis de los 42 años, precisamente
cuando Saturno, el Señor del Tiempo, entra a poner orden
en la naturaleza inferior. En efecto, yo había empezado a
cuestionar todo: la formación religiosa de mis primeros 18
27 ¡Qué tiempos divinos!
años transcurridos entre mi casa en El Cairo (Valle) y el
Seminario de los Padres Carmelitas en Medellín; la
educación formal en ciencia política que adquirí en Canadá
y en Inglaterra fundamentada esencialmente en la
concepción marxista; mis años como ejecutivo de
multinacional y consultor de negocios internacionales...
todo, todo perdió sentido para mí. De golpe percibí que el
mundo se encaminaba hacia un abismo de miseria y
corrupción y que quienes ostentaban el poder eran
abiertamente negligentes e insensibles al respecto.
Descubrí que yo en realidad aspiraba a principios y valores
con los cuales recrear la vida de nuestra comunidad. Me
pregunté cómo salir de la encrucijada y el consultor de
negocios que era me inspiró entonces a tomar la humanidad
por cliente y a ofrecerle diagnóstico y solución a su
problema, buscando transformar en un cielo este infierno.

Leyendo a Milan Kundera pensé que la novela podía ser un


camino para expresarme libremente.

En mayo de 1991, en medio de un ambicioso proyecto


empresarial que promocionaba con ocasión de los 500 años
del Descubrimiento de América, tuve la oportunidad de
regresar a Montreal y visitar a un gran amigo y pintor
quien —sorprendido con mi búsqueda en torno a la razón
de ser— me sugirió que leyera La síntesis de las yogas de
Aurobindo y La aventura de la conciencia de Satprem.
Encontré estos libros en París, pocos días después cuando

  28
fui a presentar ante una firma francesa el plan que estaba
promoviendo y que consistía en integrar todo el continente
americano, desde Canadá hasta Chile, mediante un sistema
ferroviario. En esa reunión aprendí que ese tipo de
emprendimientos no podían adelantarse sin consultar al
Amo, más específicamente, supe que si quería proseguir
con la propuesta debía estructurarla desde España, que es
la sede encargada de manejar los intereses del Señor del
Kapital para América Latina, porque a Francia se le han
encomendado los de África. Supe que es así como el Amo
decide la vida política y económica de la humanidad, por
intermedio de sus poderosos capataces en cada uno de los
potreros de esta finca que llamamos Tierra. Mi último
vestigio de ingenuidad se esfumó cuando mis
interlocutores preguntaron sorprendidos: “Viniendo de
donde vienes, ¿cómo no tienes claro el procedimiento?”
¡Yo, que sinceramente había llegado a creer que nuestra
condición de país subdesarrollado era la consecuencia de
nuestra falta de ideas y recursos, el fruto de una nación
indolente y discapacitada! Ahí mismo y de repente se me
despertó el colombiano: me quité la corbata, reconocí la
falsedad de una vida empeñada, hundí todos mis barcos y
sus velas, salí directo a la librería y me entregué a la más
estupenda de las aventuras de mi conciencia.

Fue cuando me percaté por primera vez de que todo,


absolutamente todo, tenía su razón de ser y su bendición,
especialmente mi naufragio. Porque Aurobindo me dijo:
29 ¡Qué tiempos divinos!
“Las dificultades son los besos que nos da la vida indicando
siempre algo en nosotros por cambiar”, y me suministró un
nuevo instrumental de navegación. Me armó con un
manual de ciencia política, El ideal de la unidad humana,
escrito entre 1915 y 1918, que no tiene parangón en
cuanto a la fidelidad al retratar las grandes tendencias de
la Naturaleza en el hombre y en su organización social en
los últimos dos mil años. Es por ello que lo equiparo con las
revelaciones de Juan y suelo llamarlo “el Apocalipsis de la
política”. Y en su tratado de psicología del desarrollo social,
El ciclo humano, encontré todos los fundamentos que
revelan el verdadero significado de la evolución del yo
individual y de nuestros “yo” colectivos. En resumen, con
Aurobindo confirmé que las religiones, las ciencias sociales,
las artes, la moral y las teorías políticas y económicas
actuales son fantasmas llamados a desaparecer.

SRI AUROBINDO: «Este mundo material nuestro, además


de las entidades plenamente encarnadas del presente, está
poblado de poderosas sombras, espectros de cosas muertas
y el espíritu de cosas que aún no han nacido. Los
espectros de las cosas muertas son realidades muy
cargantes y ahora abundan, espectros de religiones
muertas, de artes muertas, de moralidades muertas, de
teorías políticas muertas, que aún pretenden ya sea
mantener sus cuerpos en descomposición o animar
parcialmente el cuerpo existente de las cosas».
[El ideal de la unidad humana]

SUS AMIGOS: VOLVIENDO A ESTOS TIEMPOS CAÓTICOS, LO QUE

CUENTAS SOBRE LA BATALLA DE LOS ESPÍRITUS SUENA A

  30
CIENCIA FICCIÓN. ¿NO SERÁ MÁS BIEN LA INEXORABLE CRISIS

DEL CAPITALISMO?

EL EXPLICADOR: Desde un ángulo puramente económico y


político, uno puede hablar en efecto de la gran crisis del
capitalismo. Desde el punto de vista espiritual
aurobindiano, la película es otra. Empieza cuando alguien,
llamado rey, excedió su dharma. ¿Qué es el dharma? Es la
ley interior, la ley del ser, la ley fundamental de nuestra
naturaleza que secretamente condiciona todas nuestras
actividades; es el aspecto religioso o espiritual del karma.

Entonces, aquel rey, cabeza del Estado monárquico, que en


un principio era el líder natural de su pueblo, la figura que
reunía el coraje, el valor, la sabiduría y demás virtudes que
lo hacían digno de representar y unificar a su nación, se
fue transformando en un déspota, concentró tanto poder
que quiso también sojuzgar y controlar aspectos de la vida
de sus gentes que excedían su razón de ser como monarca;
por ejemplo, legisló la vida económica sin consultar el
beneficio común, suprimió las libertades civiles y religiosas
e hizo de la Iglesia su mandadera, y se sirvió de una oscura
burguesía para menoscabar el poder de la nobleza —la cual
conservó sus privilegios, pero perdió sus funciones.

No tardaron los cabecillas de dicha burguesía en sacar


provecho de este desorden. Siendo un grupo de
prestamistas que financiaban los tronos europeos y sus
acometidas colonialistas alrededor del mundo, conocían a

31 ¡Qué tiempos divinos!


fondo el funcionamiento de los imperios y sus dominios.
Esto les permitió canalizar el descontento general para
destronar al soberano, al tiempo que diseñaban y ponían a
funcionar una nueva estructura de gobierno, el Estado
republicano, legitimando el absolutismo para uso propio,
mimetizándolo tras un supuesto equilibrio de poderes.

Esta selecta manada de agiotistas, a la que yo denomino


Señor del Kapital, se agazapó a la sombra de su ingeniosa
creación, donde le dio vida a una aristocracia hecha a su
medida y encarnada en los jefes de nacientes partidos
políticos y desde donde reina como autoridad monetaria.
En suma, un verdadero Cancerbero, un monstruo de tres
poderes —ejecutivo, legislativo, judicial— y un solo Dios
verdadero —el Señor K.

COMENTARISTA: Juan de Toro, español natural de Villalba


de Alcor, donde había nacido en 1550, fue soldado
exterminador de indios en las provincias de Gualí y
Guasquia y cazador de negros en Cimitarra, y terminó
radicándose en Nuestra Señora de los Remedios, villa
fundada por el capitán Francisco de Ospina, donde se
llegó a encontrar tanto oro que, en 1596, «vino a ser el
pueblo más rico de su tamaño que existía en las Indias,
pues veinte españoles que constituían la crema y nata del
pueblo, tenían ya más de dos mil negros esclavos».
Aseguraban también que era «uno de los más ricos suelos
que han descubierto los hombres en el mundo, donde los
indios, en las madres de los arroyos y quebradas, sacaban
en la arena el oro a puñadas».
El oro —no cabe duda— convirtió al iletrado soldado Juan
de Toro en alcalde y gobernador de aquella floreciente
comarca del nordeste antioqueño. Allí mismo y en

  32
segundas nupcias desposó a Catalina Zapata Cárdenas y
Valero, quien en medio del asfixiante calor tropical logró
dar a luz a Fernando, Cristóbal, Juan, Antonia, Catalina y
Jerónima.
El oro —no cabe duda— ha logrado que obstinadamente de
esta sola cuna desciendan diecisiete “primeras damas” y
dieciséis presidentes de Colombia:
1) Timotea Carvajal Marulanda, sexta nieta, y segunda
esposa del presidente José María Obando.
2) Domitila Gómez Barrientos, sexta nieta, esposa de
Francisco Antonio Obregón, quien reemplazó como
ministro encargado al general José María Melo.
3) Marcelina Barrientos Zuláibar, séptima nieta, primera
esposa del presidente Mariano Ospina Rodríguez.
4) María del Rosario Barrientos Zuláibar, séptima nieta,
segunda esposa del presidente Mariano Ospina Rodríguez
y hermana de la anterior.
5) Enriqueta Vásquez Jaramillo, octava nieta, tercera
esposa del presidente Mariano Ospina Rodríguez.
6) Carolina Vásquez Uribe, novena nieta, esposa del
presidente Pedro Nel Ospina Vásquez.
7) Carmen Tamayo Restrepo, octava nieta, esposa de
Salvador Camacho Roldán, presidente encargado en
1868.
8) Isabel Gaviria Duque, octava nieta, esposa del
presidente Carlos E. Restrepo.
9) María Teresa Londoño Sáenz, octava nieta, esposa del
presidente Enrique Olaya Herrera.
10) Carola Correa Londoño, novena nieta, esposa del
presidente Gustavo Rojas Pinilla (abuelo del alcalde de
Bogotá Samuel Moreno Rojas).

33 ¡Qué tiempos divinos!


11) Lorencita Villegas Restrepo, décima nieta, esposa del
presidente Eduardo Santos Montejo (tíos abuelos del
presidente Juan Manuel Santos Calderón).
12) María Cristina Arango Vega, décima nieta, esposa del
presidente Misael Pastrana Borrero (padres del presidente
Andrés Pastrana Arango).
13) Ana Milena Muñoz Gómez, décima nieta, esposa del
presidente César Gaviria Trujillo.
Por la línea de sus tíos paternos, otras cuatro confirman el
papel del “matriarcado de Toro” en el relevo presidencial
de Colombia:
1) María Dorotea Durán Borrero, segunda esposa del
presidente José Hilario López.
2) Bertha Hernández Fernández, novena nieta, esposa del
presidente Mariano Ospina Pérez.
3) Felisa Santamaría Restrepo, décima nieta, primera
esposa del presidente Miguel Abadía Méndez.
4) María Michelsen Lombana, décima nieta, esposa del
presidente Alfonso López Pumarejo (padres del presidente
Alfonso López Michelsen).
[La genealogía básica se extrajo de William Jaramillo Mejía,
Antioquia bajo los Austrias, Bogotá, 1998]

No obstante, al decir de Aurobindo, en este largometraje


que es la vida de Cielo y Tierra, los seres humanos somos
simples actores de los sueños de Dios. Y si desglosamos
bien este guión, resulta que hay unos poderes que rigen
desde la geografía cósmica, entre ellos el Señor de la
Falsedad, quien tiene bajo su control la fuerza de la
moneda en la Tierra y le ha delegado este poder al Señor K,
su empleado de confianza.

  34
SRI AUROBINDO: «El Estado monárquico [...] aplastó o
subordinó las libertades religiosas de los hombres e hizo
de un orden eclesiástico servil o complaciente el sacerdote
de su derecho divino, y de la Religión la criada de un
trono seglar. Destruyó las libertades de la aristocracia y le
dejó sus privilegios, e incluso estos solo le fueron
admitidos para que apoyara o reforzara el poder del rey.
Luego de usar a la burguesía en contra de los nobles,
destruyó, donde pudo, sus libertades cívicas reales y vivas y
permitió solo algunas formas exteriores y su cuota de
derecho y privilegio especial. En cuanto al pueblo, no
tenía libertades que destruir. De esta manera el Estado
monárquico concentró en sus propias actividades la
totalidad de la vida nacional. La Iglesia lo asistió con su
influencia moral, los nobles con sus tradiciones militares y
su habilidad, la burguesía con el talento y la manipulación
de sus abogados y el genio literario o el poder
administrativo de sus eruditos, sus pensadores y sus
hombres de innata capacidad de negocios; el pueblo pagó
impuestos y alimentó con su sangre las ambiciones
personales y nacionales de la monarquía. Pero toda esta
poderosa estructura y esta organización tan estrechamente
tejida estaba condenada por su mismo triunfo y
predestinada a colapsar ya fuera por un desplome o por
una gradual abdicación más o menos renuente ante
nuevas necesidades e intervenciones. Fue tolerado y
sostenido en tanto la nación sintió consciente o
subconscientemente su necesidad y justificación; una vez
que esta fue satisfecha y cesó, inevitablemente volvieron
las viejas reivindicaciones que, ahora plenamente
conscientes, no pudieron seguir siendo suprimidas o
permanentemente reprimidas. Al transformar el viejo
orden en un mero simulacro, la monarquía había
destruido su propia base. La autoridad sacerdotal de la
Iglesia, una vez cuestionada en sus fundamentos
espirituales, no podía seguir siendo sostenida por medios
temporales, por la espada y la ley; la aristocracia, que había
conservado sus privilegios pero perdido sus funciones
reales, se tornó odiosa y dudosa para las clases inferiores;
35 ¡Qué tiempos divinos!
la burguesía, consciente de su talento, irritada por su
inferioridad social y política, despertada por la voz de sus
pensadores, lideró el movimiento de rebelión y apeló a la
ayuda de la plebe; las masas —mudas, oprimidas, sufridas—
se sublevaron con este nuevo apoyo que en otros tiempos
les había sido negado y revirtieron por completo la
jerarquía social. De allí el colapso del viejo mundo y el
nacimiento de una nueva era».
[El ideal de la unidad humana]

SUS AMIGOS: ¡GUIONISTA TU MAESTRO! ¿TAMBIÉN ORGANIZA


MARCHAS CONTRA EL FMI?

EL EXPLICADOR: Mira que el problema no es marchar contra el


FMI o protestar contra el Banco Mundial. Y aunque estemos
divididos en amos, esclavos y capataces, esa lucha
fratricida tampoco es solución. El FMI, como la OMC, como la
OTAN, como la misma ONU, son instituciones
supranacionales que se establecieron con el propósito de ir
creando la estructura de un Estado mundial al servicio del
Señor K, amo y dueño de la humanidad. Supongo,
entonces, que si Aurobindo estuviese presente hoy para
liderar la batalla política por la liberación de los pueblos y
naciones del planeta —dándole así continuidad a su gran
gesta por la independencia de la India, que él inició y
consolidó—, no la organizaría contra el FMI, sino en función
de dos preguntas fundamentales.

La primera pregunta es de forma: ¿existe una justificación


política o económica para que un puñado de prestamistas
actúe por mandato constitucional como la autoridad
  36
monetaria global a través de la operación de los Bancos
Centrales o Bancos de la República? En este sentido, la
lucha habrá de darse en el ámbito constitucional.

La segunda pregunta es de fondo: ¿qué hizo que la moneda


se convirtiera en el principio rector de la organización
social desde 1348 hasta hoy, cuando rige imperiosamente
los destinos de la humanidad? En este sentido, el nuevo
contrato social estará impelido a proclamar la moneda
como un verdadero servidor público y su poder como un
derecho social fundamental.

SUS AMIGOS: ¡ESTÁS OBNUBILADO CON TU MAESTRO! ¿CÓMO TE


ATREVES A NEGAR A GANDHI? SI EL PROPIO POETA TAGORE LO

BAUTIZÓ MAHATMA, QUE EN SÁNSCRITO SIGNIFICA “ALMA


GRANDE”, Y EL COMÚN DE LA GENTE LE LLAMABA “PADRE”
(BAPU). INCLUSO YO SÉ ESO...

EL EXPLICADOR: Claro, es el resultado de una sostenida


campaña publicitaria (por no decir propagandhista): se
dice “resistencia pacífica” y se dice “India”, y
automáticamente la gente grita “¡Gandhi!”, como si
estuvieran jugando bingo. Pocos saben que en la semana
del 16 de abril de 1907, en su periódico Bande Mataram,
Aurobindo escribió los siete capítulos que constituyen la
doctrina de la resistencia pacífica, esa que precisamente
Gandhi prostituyó al no entender que hay momentos en la
historia en los que la rebelión armada puede ser justa y

37 ¡Qué tiempos divinos!


que una contienda política no se maneja con un discurso en
torno al amor, sino en defensa de intereses específicos.

COMENTARISTA: Bande Mataram (Madre Patria, me


inclino ante ti) es un poema dentro de la novela
Anandamath, escrita en 1882 por Bankim Chandra en
una mezcla entre bengalí y sánscrito. Aurobindo lo tradujo
en 1909 y fue adoptado como el Himno Nacional de
India por el movimiento independentista.

Más aún, el mundo pretende ignorar que en marzo de


1942, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando los
ejércitos del Señor de la Falsedad estaban a punto de
tomar el control de India tras haberse apoderado de todo el
sudeste asiático, sir Stafford Cripps, ministro del Reino
Unido, le solicitó al pueblo indio en representación de la
Corona que contribuyera con un millón de soldados para
resistir este avance del nazismo, a cambio de lo cual le
ofrecía su independencia una vez concluyera el conflicto.
En respuesta, Aurobindo aceptó incondicionalmente y
envió un mensaje a Gandhi, quien ejercía como jefe del
Partido del Congreso, urgiéndole que acogiera esta oferta.
Gandhi la rechazó arguyendo que no podía “aceptar un
cheque posfechado girado por un banco en quiebra”. Y
contrariando la postura de Aurobindo, Gandhi —que instó a
Churchill a no oponerse a Hitler y a “entregarle todo
menos el alma”— inició en agosto del mismo año el
Movimiento Abandonen India, en contra del gobierno
británico, y propuso abrirle las fronteras a los japoneses

  38
con la excusa de que este imperio menor sería el aliado
ideal para deshacerse más fácilmente del amo inglés. Tal
actitud revela la inconsciencia y la miopía política de un
abogado a quien los medios han transformado en un santo,
pero quien, aún con las mejores intenciones, terminó
actuando como títere del nazismo en India. A mi entender,
así como ante el pueblo judío Pilatos planteó el dilema de
libertar a Jesús o a Barrabás y el pueblo escogió liberar a
Barrabás, para la India y para el mundo de hoy la elección
está entre Aurobindo y Gandhi.

DISCÍPULO: «El Mahatma cree que la no-violencia purifica


al hombre que la practica.
SRI AUROBINDO: Creo que Gandhi no sabe lo que
realmente sucede en la naturaleza del hombre cuando
practica satyagraha o la no-violencia. Él piensa que purifica
a los hombres. Pero cuando los hombres sufren o se
someten voluntariamente al sufrimiento, es el plano de su
ser vital el que se fortalece. Estos movimientos afectan
solo el plano del ser vital y ningún otro aspecto del ser.
Ahora bien, cuando tú no puedes oponerte a la fuerza que
te oprime, te dices a ti mismo que vas a sufrir. Ese
sufrimiento es del plano Vital y lo refuerza. Cuando el
hombre que ha sufrido así obtiene poder, se convierte en
un peor opresor. Eso es lo que escribí en los Ensayos sobre
el Guita, que cuando una nación obtiene su libertad
mediante el sufrimiento de sus líderes y demás hombres,
oprime a otras naciones a su vez. Casi siempre es el caso
de aquellos que reprimen el plano Vital de su ser. Este
plano permite la presión sobre sí mismo, se endurece y
después se desquita en otra dirección. Lo mismo pasó con
los puritanos en Inglaterra. Cromwell y sus hombres
llegaron al poder y se convirtieron en los peores opresores.
En el cristianismo el principio de la no-violencia está ahí,
pero su práctica se supone orientada al desarrollo religioso
39 ¡Qué tiempos divinos!
y espiritual. Quizás sea parcial, pero sin duda puede
desarrollar ciertos tipos de temperamentos espirituales. Lo
que uno sí puede hacer es transformar el espíritu de la
violencia. Pero con esta práctica de satyagraha el espíritu
no se transforma. Cuando uno insiste en un principio tan
unilateral lo que sucede es que la tapadera, la hipocresía y
la deshonestidad entran y no hay purificación en absoluto.
La purificación puede venir transformando el impulso de
la violencia, como dije. En este sentido el viejo sistema en
India era mucho mejor. El hombre que tenía espíritu de
lucha se convertía en el Guerrero Divino y entonces el
espíritu de lucha se elevaba por encima de la influencia
del plano Vital. El propósito era espiritualizar el espíritu
de lucha. Esto lograba lo que la resistencia pasiva no
puede y no alcanzará. El Guerrero Divino era el hombre
que no habría permitido ningún tipo de opresión, que la
combatiría y era el hombre que no oprimiría a nadie. Ese
era el ideal. [...]
DISCÍPULO: El satyagrahi solo se preocupa por permanecer
él mismo no-violento.
SRI AUROBINDO: Sí, pero cuando te vuelves no-violento,
¿por qué permites que otro ejerza la violencia sobre ti?
DISCÍPULO: Pero su postura es que no le preocupa
eliminar la violencia de otros; él quiere practicar la no-
violencia en sí mismo.
SRI AUROBINDO: Esa es una de las violencias de los
satyagrahi, que no se preocupan por la presión que
producen a los demás. Eso no es no-violencia, eso no es
ahimsa. La verdadera ahimsa es un estado mental y no
consiste en la acción física o externa o en evadir la acción.
Cualquier tipo de presión en el ser interior es una
violación de ahimsa. Por ejemplo, cuando Gandhi ayunó
en la huelga textil de Ahmedabad para resolver la
controversia entre los propietarios y los trabajadores, hubo
un tipo de violencia hacia los demás. Los propietarios no
querían ser responsables de su muerte y entonces
cedieron, sin, por supuesto, estar convencidos de su
  40
posición. Fue una forma de violencia sobre ellos. Pero tan
pronto como la situación se normalizó, volvieron a sus
viejas ideas. Lo mismo sucedió en Sudáfrica. Él obtuvo
algunas concesiones allí mediante la resistencia pasiva y
cuando regresó a la India aquello se volvió peor que
antes».
[A. B. Purani, Charlas nocturnas con Sri Aurobindo]

SUS AMIGOS: ¡CUÁNTAS MENTIRAS DISFRAZADAS DE

VERDADES! YA QUE ME ESTÁS DANDO LUCES SOBRE ESTOS

TEMAS, ADELÁNTAME LA RESPUESTA: ¿QUÉ HIZO QUE LA


PLATA SE VOLVIERA REGENTE DEL MUNDO?

EL EXPLICADOR: De acuerdo con Aurobindo, la evolución es un


proceso en ciclos espirales ascendentes y los últimos dos
mil años corresponden a la fase final del ciclo infraracional
del hombre como animal mental. Durante este lapso la
tendencia más importante ha sido en pos de la unificación
de la vida de la humanidad. La tesis central de Aurobindo
sostiene que son dos los polos de la existencia humana: el
individuo y la humanidad como un todo. Y es a través de
un proceso de agregados cada vez más complejos, que se
inicia con la familia y se va ensanchando con la tribu, el
clan, la ciudad-estado, la nación, hasta llegar al más
grande de todos —aún por estructurar— que realizaremos
este ideal.

SRI AUROBINDO: «333- Una nación no está hecha de una


sola sangre, una sola lengua o una sola religión; estas son
solo ayudas importantes y poderosas conveniencias. Pero
allí donde comunidades de hombres no ligados por lazos
41 ¡Qué tiempos divinos!
de familia se unen en un sentimiento y una aspiración
para defender una heredad común de sus ancestros o para
asegurar un futuro común a su descendencia, allí ya existe
una nación».
[Pensamientos y aforismos]

Teniendo este vasto lienzo de fondo, la pregunta que


debemos formularnos para entender el tipo de
organización social que tenemos hoy en día es: ¿Cómo ha
moldeado la Naturaleza esta individualidad consciente en
seres sujetos al hábito de la manada? Según Aurobindo, a
través de un mecanismo de compulsión biológica.

Así, en una primera etapa, la fuerza actuó como principio


rector de la organización social y tuvo por contrapartida la
esclavitud forzosa. Este método se agotó cuando los
vencedores arrasaron las culturas vivientes y la
individualidad incipiente de los vencidos hasta el punto en
que estos perdieron su vitalidad y las raíces de su fuerza.
Roma, dos mil años atrás, es el prototipo. Su caída no
necesitó un agente externo, su poder fue minado desde las
galerías subterráneas (desde las catacumbas, desde el
subconsciente, desde el descenso de una nueva fe), fue
obra de una Naturaleza que la dejó sin vida, inanimada
bajo los escombros de sus pueblos esclavos, como una
planta privada de agua, viento y sol.

En una siguiente etapa el principio rector fue el poder,


depositado en manos del señor feudal y que engendró la
servidumbre feudal. Este modelo se extenuó debido a la
  42
creciente demanda de derechos individuales y a la
aparición de ciudades-estado que preparaban el
surgimiento de las naciones regionales. La Naturaleza le
puso fin sirviéndose de una pulga que repitió la peste negra
hasta sembrar de muerte los campos de Asia y Europa.

Al desaparecer la mitad de la población, el señor feudal,


desprovisto de siervos, se vio obligado a ofrecerle al peón
de al lado una mejor paga que la de su señor y fue entonces
cuando la moneda empezó a operar como el mecanismo
rector, cuya contrapartida es el asalariado. Desde 1348 y a
cambio de un salario, el hombre ha aceptado
voluntariamente su condición de esclavo moderno del
Señor del Kapital. La difusión de esta nueva energía
llamada dinero, que arrastra consigo, además del poder y
la fuerza, la capacidad de movilizar todo tipo de recursos,
vino acompañada de la consolidación del agregado nación,
que es hasta la fecha el más abarcador y estable por su
carácter psicológico, pues toda nación es un alma. En el
actual estadio de globalización, la insolvencia bancaria y el
alto nivel de endeudamiento de ciudadanos, empresarios y
gobiernos, que prácticamente ha bloqueado toda la tubería
del sistema financiero internacional, anuncian que el
modelo está extenuado. Traducido en términos de la
Naturaleza, podríamos decir que un primer soplo de
libertad e igualdad recorrió el planeta pero se pervirtió en
una ambición sin límites que halló en la codicia la semilla y
el cénit de su propia destrucción.
43 ¡Qué tiempos divinos!
VOZ DE FRANCISCO DE QUEVEDO:

«Nace en las Indias honrado,


Donde el mundo le acompaña,
Viene a morir en España,
Y es en Génova enterrado:
Y pues quien le trae al lado
Es hermoso, aunque sea fiero,
Poderoso caballero es don dinero».
[Poderoso caballero es don Dinero, 1603]

Como yo lo veo, hasta aquí ha sido la sabiduría de la


Naturaleza la que se ha ocupado de todo, lentamente, sin
prisa, pero hemos llegado al momento en el que nosotros
tenemos la oportunidad de participar de manera
consciente y acelerar la marcha. La primera condición es
liberarnos del egoísmo que, si bien nos llegó de manos de la
propia Naturaleza, se ha convertido en un obstáculo que
nos deja rezagados y hace de nosotros dócil carnada del
Señor de la Falsedad. La segunda obligación es superar esa
gran enfermedad llamada codicia. Este no es un asunto
moral, es cuestión de estar en sintonía con los tiempos que
corren porque, una vez formada la individualidad, estamos
llamados a poner en acción nuestro segundo impulso
fundamental: la cooperación.

SRI AUROBINDO: «El problema central es si la nación —la


unidad natural más grande que la humanidad ha sido
capaz de crear y preservar para el desarrollo de su vida
colectiva— es también su unidad última y definitiva o si
puede crearse un agregado mayor que abarque a muchas,
incluso a la mayoría de las naciones y finalmente a todas
ellas, en su unidad global. El impulso a construcciones
  44
mayores, el ímpetu a la creación de agregados
considerables y aun de inmensos agregados
supranacionales no ha faltado; ha sido incluso un rasgo
permanente de los instintos vitales de la raza. Pero la
forma que asumió fue la del deseo de una nación fuerte de
dominar a las demás, de la posesión permanente de sus
territorios, del sometimiento de sus pueblos, la
explotación de sus recursos; se intentó también una semi-
asimilación, imponer la cultura de una raza dominante y,
en general, una absorción masiva o tan completa como
fuese posible. El imperio romano fue un ejemplo clásico
de este tipo de tentativa y la unidad grecorromana —un
solo modo de vida y cultura en una inmensa estructura de
unidad política y administrativa— fue la que más se
aproximó, dentro de los límites geográficos alcanzados por
esa civilización, a algo que podría considerarse una
primera apariencia, una incompleta insinuación de
unidad humana. A lo largo de la historia humana se han
realizado otros intentos semejantes, aunque no todos a
una escala tan grande y con una habilidad tan consumada,
pero nada de ello perduró más allá de un reducido
número de siglos. El método empleado fue
fundamentalmente insano en la medida en que
contravenía otros instintos vitales, necesarios para la
vitalidad y para la saludable evolución del hombre, y cuya
negación conduce al estancamiento, a la detención del
progreso. El agregado imperial no pudo lograr la
inconquistable vitalidad y el poder de supervivencia de la
unidad nación».
[El ideal de la unidad humana]

SUS AMIGOS: YO CREO QUE SON POCOS QUIENES REALMENTE

ASPIRAN A UNA UNIDAD AMERICANA, A MENOS QUE SEA

IMPUESTA POR MOTIVOS ECONÓMICOS, COMO FUE LA

EUROPEA. ¿QUÉ OPINAS TÚ DEL ACTUAL PROCESO DE


INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA?

45 ¡Qué tiempos divinos!


EL EXPLICADOR: Hasta la fecha ha sido la Naturaleza quien se
ha encargado de impulsar estos agregados
supranacionales mediante procesos mecánicos y políticos,
es decir que este tipo de integraciones no han sido
producto de las nobles aspiraciones de sus pueblos y
naciones, sino de las fuerzas del capital que actúan dentro
de la organización social mundial como autoridad
monetaria. Estas fuerzas controlan el uso de todo tipo de
recursos, incluidos los humanos, al interior de esas
empresas privadas a las que llamamos “Estados”.
Entonces, cualquier integración supranacional se reduce a
un problema de conveniencia y oportunidad en los
acuerdos entre los administradores locales de los bienes
del Señor K —no contempla, como suponemos, la voluntad
de pueblos y naciones para organizar su vida social de una
manera más eficaz y libre. Por eso, para el hombre de hoy
esta situación encarna el más grande de los riesgos, es
decir, la creación de una autoridad política global o de un
Estado mundial que eternice los privilegios del Señor del
Kapital y, por ende, la pérdida definitiva de las pocas
libertades individuales que hemos adquirido a lo largo de
todo nuestro proceso evolutivo como animales mentales.

SRI AUROBINDO: «El dinero es el signo visible de una


fuerza universal, y esta fuerza, en su manifestación terrena,
opera en los planos Vital y Físico y es indispensable para la
plena satisfacción en la vida exterior. En su origen y en su
verdadera acción pertenece al Divino. Pero, como otros
poderes del Divino, se halla aquí delegado y, a causa de la

  46
ignorancia de la naturaleza inferior, puede ser usurpado
para servir al ego o retenido por las influencias antidivinas
y pervertido en sus propósitos. Es, ciertamente, una de las
tres fuerzas —poder, riqueza, sexo— que más atraen al ego
humano y a los seres antidivinos; y suelen ser las peor
ejercidas y las peor usadas por quienes las retienen. Los
que buscan y acaparan la riqueza son a menudo más
poseídos que poseedores; pocos se libran del todo de
cierta influencia perturbadora que el antidivino ha
estampado en ella tras siglos de haberla secuestrado y
pervertido. Por esta razón, la mayoría de las disciplinas
espirituales insisten en un completo autocontrol, desapego
y renuncia a toda atadura a la riqueza y a todo deseo
personal y egoísta de poseerla. Algunas, incluso, prohíben
el dinero y las posesiones y proclaman la pobreza y una
vida de privaciones como la única condición espiritual.
Pero eso es un error que deja el poder en manos de las
fuerzas hostiles. Reconquistarlo para el Divino, a quien
pertenece, y usarlo divinamente para la vida divina es la
vía supramental del aspirante a yogui.
No debes darle la espalda con ascética displicencia al
poder del dinero, a las facilidades que ofrece y a los
objetos que trae, como tampoco cultivar un apego
apasionado hacia ellos o un espíritu de servilismo
autocomplaciente hacia sus gratificaciones. Mira la riqueza
simplemente como un poder que ha de ser ganado de
nuevo para la Madre y puesto a su servicio.
Toda riqueza pertenece al Divino y aquellos que la
detentan son sus custodios, no sus poseedores. Está con
ellos hoy, mañana puede estar en cualquier otra parte.
Todo depende del modo en que se desempeñen mientras
estén encargados de ella: con qué espíritu, con qué
conciencia la usen, para qué propósito.
Cuando el dinero sea para tu uso personal, cuida todo lo
que tienes o lo que consigues o lo que te trae como si
fuera de la Madre. No exijas nada, pero acepta lo que
recibas de ella y utilízalo para los propósitos con que te fue
dado. Sé íntegramente desprendido, íntegramente
47 ¡Qué tiempos divinos!
escrupuloso, exacto, cuidadoso en el detalle, un buen
custodio; considera siempre que estás encargado de
manejar sus posesiones y no las tuyas. Además, lo que
recibas de ella, ponlo religiosamente a sus pies; no desvíes
nada para tu propósito ni el de nadie más.
No admires a los hombres por sus posesiones ni te dejes
impresionar por la apariencia, el poder o la influencia.
Cuando pidas para la Madre, debes sentir que es ella
quien exige a través tuyo una nimia parte de lo que le
pertenece y el hombre al que le pidas será juzgado por su
respuesta.
Si estás libre de toda mancha con relación al dinero, pero
sin el rechazo ascético, tendrás mucha más fuerza para
dirigir el dinero de la obra divina. Las señales de esta
libertad son una mente ecuánime, haber dejado de exigir y
dedicarle por completo todo lo que posees y recibes y todo
tu poder de adquisición a la Divina Madre Universal y a
su obra. Cualquier perturbación mental con relación al
dinero y a su uso, cualquier reclamo, cualquier reticencia
es indicio seguro de alguna imperfección o atadura.
El ideal de este tipo de aspirante a yogui es aquel a quien,
si se le exige vivir pobremente, puede hacerlo sin que
ningún sentimiento de carencia le afecte o interfiera con
el pleno juego interior de la conciencia divina; y si se le
exige vivir en la opulencia, también puede hacerlo sin por
un instante dejarse seducir o apegarse a la riqueza o a las
cosas que usa o volverse servil con la autocomplacencia o
someterse débilmente a los hábitos que crean las
posesiones. La divina Voluntad y el divino Ananda [deleite de la
existencia] son todo para él.

En la creación supramental, la fuerza del dinero debe ser


recuperada para el Poder Divino y usada para un
verdadero y hermoso y armonioso equipamiento y
ordenamiento de una existencia física y vital nueva y
divinizada, según como lo decida la Divina Madre a partir
de su visión creativa. Pero primero, esta fuerza debe ser
reconquistada para Ella y los más aptos para esta
  48
conquista serán aquellos que en esta parte de su
naturaleza sean fuertes y vastos y libres del ego y sometidos
sin ninguna condición o reserva o duda, puros y
poderosos canales del Poder Supremo».
[La Madre]

SUS AMIGOS: AL CONTRARIO, EL RIESGO DE AUTOCRACIA Y

TOTALITARISMO LO SUPERAMOS CUANDO SE DESPLOMÓ LA

CORTINA DE HIERRO Y CAYERON LOS REGÍMENES

COMUNISTAS. EL CAPITALISMO TENDRÁ FLAQUEZAS, PERO ES

LO MEJOR QUE CONOCEMOS HASTA LA FECHA Y EL GARANTE

DE LA INDIVIDUALIDAD, LA LIBRE COMPETENCIA Y LA

AUTORREGULACIÓN DE LOS MERCADOS.

EL EXPLICADOR: Para el obrero agrícola, industrial o del sector


financiero, la libertad es sinónimo de una mera opción a la
hora de escoger capataz, y si no lo encuentra, de vivir de la
caridad pública o en un basurero. Hoy el 60% de los
humanos están sometidos a vivir en condiciones en las que
ni siquiera pueden desempeñar el papel de esclavos, son
una multitud de casi tres billones de personas a las que
podemos calificar de seres redundantes. La situación no es
menos desastrosa para un empresario cualquiera, pues se
trata de un simple capataz al interior de la estructura
económica globalizada, en el engranaje y al servicio del
Señor K. De manera que tus conceptos de libertad,
competencia y autorregulación están delimitados por las
opciones especulativas que sostienen las estrategias del

49 ¡Qué tiempos divinos!


Señor K, ya sea desde la emisión monetaria, la
disponibilidad del crédito o la competencia desleal.

George Soros, especulador financiero, inversionista y


quien señala a dedo los candidatos presidenciales en los
Estados Unidos, declaró para el Financial Times, el 23 de
octubre del 2009, la pretensión de hacer de la China la
potencia encargada de manejar la economía mundial, como
los Estados Unidos lo hicieran durante el siglo pasado. Las
condiciones que aportará China como la nueva punta de
lanza del imperio serán bajos salarios, cero libertades
ciudadanas, mano de obra desechable, un gran ejército
industrial de reserva y desprecio por la condición humana,
en contraposición a garantías a manos llenas para los
inversionistas internacionales. Si sabemos leer las
declaraciones de este ideólogo y cardenal de la iglesia del
Señor K, podemos discernir el tipo de mundo que se está
preparando para la humanidad: por un lado, una dictadura
represiva para el manejo de la población, y por el otro lado
un arrogante e ilimitado laissez faire para las industrias
del Señor K.

Yo logré entender el concepto de “sector privado” cuando a


Rodrigo Rato, ex director del FMI, se le preguntó sobre las
políticas enunciadas por el entonces candidato Evo
Morales en torno a la nacionalización de los recursos
naturales bolivianos. Rato contestó que, sin importar cuál
partido estuviera en el poder, la explotación de estos

  50
recursos tendría que hacerse necesariamente con la
participación del sector privado porque Bolivia no disponía
de los medios financieros suficientes. Ahora bien, el sector
privado, en cualquier actividad y en cualquier país, solo
puede operar si cuenta con recursos financieros. ¿Parece
obvio? Pues aunque lo parezca no lo es, porque para que un
empresario tenga recursos a su disposición debe pedirlos
en préstamo en esas prenderías que denominamos bancos,
los cuales solo se los facilitan a quienes tienen bienes o un
salario para empeñar, o a quienes ya pertenecen al
monopolio del Señor K, es decir, a esas compañías
multinacionales que suelen apresurarse a contribuir tan
generosamente con la explotación de nuestros recursos
naturales, como la BP o la EXXON o la DRUMMOND.

Volviendo al punto, salvo para asuntos de muy poca


monta, sin la aquiescencia del sector bancario
prácticamente ningún empresario puede trabajar. De allí
la importancia descomunal que adquiere el hecho de que,
ya sea como Estado o como ciudadanos, como obreros o
como empresarios, todos estemos sujetos a la voluntad de
una autoridad monetaria global. Y eso nos lleva a que,
cuando a un Estado como Bolivia se le anuncia que no
podrá desarrollarse sin la participación del sector privado,
le están diciendo que no puede proceder sin la venia del
Señor K. Entonces, así como solía decirse que todos los
caminos conducen a Roma, hoy no hay una sola industria,
servicio público, actividad o peaje que no le esté rentando a
51 ¡Qué tiempos divinos!
los intereses del Señor K en esa nueva Roma que es la City
de Londres.

Ahora bien, en cuanto a la manera de resolver los


antagonismos de la organización social hay una diferencia
abismal entre la metodología propuesta por Marx y la que
yo articulo desde una postura aurobindiana. Es decir, la
contradicción capital-trabajo. Mientras que para Marx la
consigna era desatar la lucha entre obreros y propietarios,
en mi lectura los obreros y propietarios son ambos seres
sometidos a la voluntad del Señor del Kapital.

Desde esta perspectiva, el hecho de despojar a un puñado de


prestamistas internacionales del privilegio de operar como
concesión privada los Bancos de la República del mundo, del
privilegio de manejar a su antojo los recursos humanos y
materiales a través de sus empresas multinacionales, y del
privilegio de controlar la vida política de la humanidad a
través de los Estados y los organismos supranacionales,
podría darle paso a una reestructuración libremente
consentida de la vida de la humanidad.

Pues, ¿cuándo y dónde pudo un pueblo esclavo organizar


su vida en función de sus sueños e ideales?

SUS AMIGOS: UN ECONOMISTA SERIO TE DIRÁ QUE SE TRATA DE

TEORÍAS CONSPIRATIVAS. ME SORPRENDE QUE LE PRESTES TU

INTELIGENCIA A ESTAS ESPECULACIONES, POR MÁS

PROBABLES QUE PAREZCAN.

  52
EL EXPLICADOR: Pasé muchos años de mi vida como
representante para Colombia de bancos internacionales y
asociado a personas cuyas familias han estado vinculadas
durante los últimos 160 años a los grupos de poder político
y financiero de este país. Pero fue tan solo hacia el 2003
cuando, precisamente atendiendo la lectura sociopolítica
de Aurobindo, me puse a la tarea de estudiar a fondo el
sistema financiero internacional y su evolución durante
los últimos 250 años. La fuente más lúcida de consulta
sobre este tema me la ofreció la obra del norteamericano
Eustace Mullins [1923-1910], investigador de la Biblioteca del
Congreso de los Estados Unidos, realizada bajo la dirección
del poeta Ezra Pound [1885-1972] y publicada bajo el título Los
secretos de la Reserva Federal [Secrets of the Federal Reserve,

www.apfn.org/apfn/reserve.htm]. Allí, él rastreó e identificó a la Casa


Rothschild como el grupo reinante entre los prestamistas
que se han erigido en la autoridad monetaria global desde
finales del siglo XVIII. Son tan sorprendentes sus
minuciosos detalles y sus variadas aseveraciones, que uno
se siente motivado y obligado a verificar las fuentes. ¡Yo
por supuesto corroboré todos estos datos! Después de
conocer la estrategia de que se sirvió la Casa Rothschild
para obtener la concesión del Banco de la Reserva Federal,
entendí cómo se manejan los pánicos y las crisis
financieras y le seguí el paso a la política financiera
internacional de los últimos años.

53 ¡Qué tiempos divinos!


SUS AMIGOS: COMPRENDO TU PUNTO EN CUANTO A LOS BANCOS

PRIVADOS PERO, AL MENOS EN COLOMBIA, LA JUNTA DEL

BANCO DE LA REPÚBLICA HA REUNIDO A LOS MEJORES

ECONOMISTAS DEL PAÍS, A QUIENES NO IMAGINO

TRABAJANDO PARA INTERESES FORÁNEOS.

EL EXPLICADOR: Los Bancos de la República no son, como se


nos ha hecho creer, entidades con vocación de manejo
técnico e impersonal de la moneda; por el contrario, son la
base social de poder del Señor K a escala global. Mira, yo
he podido constatar lo siguiente: los Bancos de la
República, como franquicias para el manejo de la moneda y
el crédito de una nación, surgieron inicialmente en Suecia
y Holanda. Pero fue con la concesión para emitir la libra
esterlina, a través del Banco de Inglaterra —privilegio que
el rey Guillermo de Orange le otorgó en 1694 a un grupo de
ciudadanos ingleses y holandeses—, como se consolidó este
modelo de negocio en la City, en Londres. Y fue una familia
de prestamistas que venía en ascenso desde los oscuros
callejones de Frankfurt hacia el ambiente cortesano
londinense, quienes pronto alcanzaron el estatus de
banqueros y vislumbraron en la modalidad del Banco
Central la clave para apoderarse de la vida política y
económica de los pueblos. Me refiero directamente a
Nathan Mayer Rothschild [1777-1836], quien acaparó el oro
necesario para financiar las campañas de Napoleón y de
Wellington en su disputa por la supremacía en Europa. Su

  54
estrategia de endeudar simultáneamente a ambos imperios
—Francia e Inglaterra— lo convirtió en el auténtico
vencedor de la Batalla de Waterloo. Al finalizar la
contienda [en junio de 1815], mediante una gesta magistral de
especulación financiera, Nathan se apoderó del control del
Banco de Inglaterra, consagrándose así como la autoridad
monetaria de la pujante actividad económica mundial. A
partir de entonces los acreedores Rothschild sometieron a
Europa y sus colonias. Hasta nuestros días.

SUS AMIGOS: ¿CÓMO PUEDES DEMOSTRAR QUE SE TRATÓ DE UNA


ESTRATEGIA PARA TOMAR EL CONTROL DE LOS BANCOS DE

EMISIÓN A NIVEL GLOBAL?

EL EXPLICADOR: Primero quiero dejarte claro que, aunque esta


sea una historia indignante por lo que en ella hay de
engaño, de iniquidad, de sufrimiento y miseria, desde mi
óptica aurobindiana el Señor K ha cumplido cabalmente el
papel que la Naturaleza le impuso en tanto actor
responsable de forjar al hombre como esclavo voluntario y
de arrinconar a todos los pueblos y naciones hasta
apiñarlas al interior de una economía mundial. Pero es la
hora de sacar de escena al Señor K, porque ya cumplió su
rol. De lo contrario, seremos todos, la humanidad en su
conjunto, quienes tendremos que prepararnos para vivir
de nuevo en condiciones de esclavitud forzosa y, quizás,
declararnos fracasos evolutivos.

55 ¡Qué tiempos divinos!


Entonces, te propongo que empecemos por rastrear e
identificar, sin dejar lugar a duda, los hitos de esta
enmarañada historia:

—LA CASA ROTHSCHILD SE APODERA DE LA RESERVA FEDERAL DE


LOS ESTADOS UNIDOS EN TRES ZANCADAS

1) Ya desde 1782, cuando el futuro presidente John


Adams [1735-1826] aceptó de los banqueros holandeses el
dinero para financiar la guerra de independencia, la Casa
Rothschild tenía en su mira hacer de Estados Unidos la
primera y principal sede de su banca central. Ese sueño se
hizo realidad en 1791, cuando su peón, Alexander
Hamilton, primer secretario del Tesoro de los Estados
Unidos, convenció al Congreso de ceder a terceros el
funcionamiento del Banco de los Estados Unidos, siguiendo
el modelo del Banco de Inglaterra. Sin embargo, en 1811,
una vez vencido el término de la concesión, el Congreso
norteamericano decidió no renovarla.

2) Ante esta negativa, los Rothschild urgieron al gobierno


inglés para que le declarara la guerra a los Estados Unidos.
Como el Primer Ministro inglés, Spencer Perceval, se
opuso a esta maniobra, fue asesinado [11 de mayo de 1812]. Días
después [el 18 de junio], Inglaterra le declaró la guerra a
Estados Unidos. Pero los prestamistas tienen una memoria
de largo alcance y recuerdan dónde y cuándo le hicieron
firmar el pagaré a su presa, de manera que la guerra
concluyó con el Tratado de Gantes [el 24 de diciembre de 1814], para

  56
entonces parte del Reino Unido Neerlandés, es decir, de
dónde habían salido los empréstitos en 1782, y fue firmado
por John Quincy Adams, es decir, el hijo de aquel con quien
habían pactado el negocio. Y para satisfacción del Señor K,
el Tratado incluía la renovación de la licencia del Banco
Central, que reanudó su operación en 1816. Ardua y larga
fue la lucha de incontables ciudadanos norteamericanos
por liberarse del yugo de esta camarilla; durante casi cien
años muchos visionarios anunciaron el abismo al que
conduciría esta ardid. Fue gracias a esto que en 1836, bajo
el liderazgo del presidente Andrew Jackson [1767-1845], la
concesión no se renovó.

VOZ DE ANDREW JACKSON [enfurecido por las tácticas de los banqueros que

pretendían persuadirlo de renovar la concesión para operar el Segundo Banco de Emisión de los
: «Ustedes son una guarida de víboras. Tengo la
Estados Unidos]
intención de aniquilarlos y por la Gracia de Dios los
aniquilaré. Si el pueblo entendiera la flagrante injusticia
de nuestro sistema monetario y bancario, se sublevaría de
inmediato».

3) Por eso [el 23 de diciembre de 1913] cuando el Congreso y el


presidente demócrata Woodrow Wilson [1856-1924] aprobaron
la ley que le permitió a la Casa Rothschild operar
ilimitadamente el Banco de la Reserva Federal, le
proveyeron la herramienta determinante para
posicionarse como supremo emperador, y esa noche de
Navidad su siniestra carcajada recorrió el mundo.

VOZ DEL POETA EZRA POUND [en 1950, siendo prisionero político del Señor K
bajo la artimaña de la locura en el Hospital St. Elizabeth, en Washington] : «He aquí, a
57 ¡Qué tiempos divinos!
secas, los hechos de la gran traición. Wilson y House se
dieron cuenta de que estaban haciendo algo trascendental.
Uno no puede entender los motivos de los hombres y este
par probablemente creía en lo que estaba haciendo. En lo
que no creían era en un gobierno representativo. Ellos
creían en el gobierno de una oligarquía sin control, cuyos
actos solo se manifiestan después de un intervalo tan largo
que el electorado sería por siempre incapaz de hacer algo
eficaz para remediar las depredaciones».

—LA CASA ROTHSCHILD DISEÑA Y FINANCIA LA PRIMERA GUERRA


MUNDIAL CON EL OBJETIVO DE APODERARSE DE RUSIA Y DE LAS

EMPRESAS E INDUSTRIAS EUROPEAS

Los gobiernos de Europa [en agosto de 1914] y Estados Unidos [en

1917] recibieron de la Casa Rothschild las instrucciones y


los recursos crediticios necesarios para emprender la
Primera Guerra Mundial. En ella, Alemania tuvo, entre
otras, la misión de disputarle “el potrero” al zar Nicolás. La
Casa Rothschild tenía este objetivo entre ceja y ceja desde
1818, cuando le exigió al zar Alejandro I que le entregara
la concesión de un banco emisor; dado que el zar se rehusó,
lo acosaron con innumerables tentativas internas y
externas de derrocamiento, entre ellas la Guerra de
Crimea [1853-1856], la Guerra Ruso-Japonesa [1904-1905] y la
revolución menchevique liderada por Trotsky [1905]. Todas
fueron financiadas por la Casa Rothschild: la primera
mediante los préstamos que Lionel Nathan de Rothschild
[1808-1879] le hizo a Inglaterra, Francia y Turquía; y las dos
últimas a través de Jacob Schiff, representante de los

  58
Rothschild en Nueva York y socio de Paul Warburg en el
Banco Kuhn Loeb & Cía.

¿Quién era Warburg? Paul Warburg fue el gran promotor,


arquitecto y primer vicepresidente de la Reserva Federal.
Usó las influencias de su hermano Max Warburg, quien era
asesor financiero del káiser y jefe del servicio de
inteligencia alemán, para facilitar la entrada de Lenin a
Rusia y hacer que él y Trotsky asumieran [en octubre de 1917] en
nombre y representación de la Casa Rothschild, aunque
con banderas del partido bolchevique, el control de la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

Gracias a la guerra, la Casa Rothschild adquirió en toda


Europa el control de importantes empresas industriales,
mineras, tecnológicas y de transporte marítimo a precios
de pánico y en condiciones de desesperanza.

—LA CASA ROTHSCHILD IMPONE SU PRIMERA AUTORIDAD POLÍTICA


GLOBAL BAJO LA FIGURA DE LA SOCIEDAD DE NACIONES

Con la pluma de sus abogados y consejeros —entre los que


se destacan sir William Wiseman, Edward Mandell House,
Paul Warburg, Max Warburg, Carl Melchior—, quienes se
abrogaron el derecho de actuar en nombre y
representación de los gobiernos de Estados Unidos,
Alemania, Francia e Inglaterra, entre otros, se redactó, en
el palacio del barón Edmond Benjamin James de
Rothschild [1845-1934], en París, el Tratado de Versalles que
puso fin a la Primera Guerra Mundial. Con astucia
59 ¡Qué tiempos divinos!
incomparable, este mismo tratado diseñó una Sociedad de
Naciones a través de la cual la Casa Rothschild empezó a
actuar como el primer gobierno supranacional de los
tiempos modernos.

—LA CASA ROTHSCHILD IMPONE A ESCALA GLOBAL LA FIGURA DE


LA BANCA CENTRAL INDEPENDIENTE

La Sociedad de Naciones convocó [en abril-mayo de 1922] a la


Conferencia Económica de Génova, donde se fraguó la
decisión de replicar la estructura de los Bancos de la
República a lo largo y ancho del mundo, a imagen y
semejanza del Banco de la Reserva Federal de los Estados
Unidos, con la asesoría de este y del Banco de Inglaterra.
La Casa Rothschild tipificó así la forma secreta de gobierno
que le impuso al mundo.

Acatando este acuerdo obraron diversas naciones, incluida


la recién nacida URSS de Lenin y Trotsky. Y la China del
presidente Mao, cuyo régimen contó [en 1949] con el soporte
del Señor K para su establecimiento.

¿Y qué pasaba con nosotros por entonces? A Marco Fidel


Suárez [1855-1927] lo sacaron a sombrerazos del despacho
presidencial —¿por qué habrá sido?— para poner en su
lugar a Jorge Holguín Mallarino [1848-1928], quien a título de
presidente interino avaló con solícita brevedad los
términos de la Conferencia, de la que era representante
permanente por Colombia su cuñado Francisco José
Urrutia Olano [1870-1950].
  60
COMENTARISTA: Francisco José Urrutia Olano fue quien
firmó [el 6 de abril de 1914] el Tratado Urrutia-Thompson, que es
como se conoce el acuerdo de indemnización que los
Estados Unidos le darían a Colombia por Panamá. Este
Urrutia fue el padre de Francisco José Urrutia Holguín,
quien fue el padre de Miguel Urrutia Montoya [1939],
subgerente técnico [1970-1974] , director [1991] y gerente del
Banco de la República durante doce años [1993-2005]. A su
vez padre de Isabel Urrutia Pombo, gerente de Nathan
Mayer Rothschild & Sons en Bogotá.
Además, María Ángela Holguín Cuéllar, la actual Ministra
de Relaciones Exteriores, es bisnieta de Jorge Holguín
Mallarino y cumplirá un rol similar cuando la llamen a
firmar el tratado de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y del Caribe, que contempla la
adopción de una moneda única a nivel continental y,
quizás, un Ministerio de Hacienda único como el que se le
está planteando ahora mismo a Europa.

En este ambiente de franca familiaridad, el Congreso y el


presidente Pedro Nel Ospina Vásquez [1858-1927] sancionaron
la Ley 25 [del 19 de julio] de 1923 que dio origen al Banco de la
República de Colombia. ¿Cómo fue la puesta en escena?
Para que lo entiendas bien, y aunque suene tedioso,
primero hay que hacer un breve repaso por las genealogías
locales: una línea la constituye el presidente Pedro Nel
Ospina Vásquez, quien era hijo en terceras nupcias de
Mariano Ospina Rodríguez, ex presidente y fundador del
Partido Conservador —junto a José Eusebio Caro Ibáñez
[1817-1853]. La otra línea proviene del también presidente
(aunque interino) Jorge Holguín Mallarino, quien estaba
casado con Cecilia Arboleda Mosquera, hija del también
61 ¡Qué tiempos divinos!
presidente Julio Arboleda Pombo. Y de aquí se desprende
la tercera línea: su séptima hija, Cecilia Holguín Arboleda,
era esposa de Eduardo López Pumarejo, hermano del
también presidente Alfonso López Pumarejo, hijos ambos
de Rosario Pumarejo Cortés y Pedro A. López Medina. ¡Es
una epifanía!

COMENTARISTA: Cómo no añadir aquí que Cecilia


Holguín Arboleda y Eduardo López Pumarejo tuvieron,
entre otros, un hijo al que llamaron Álvaro López
Holguín, padre de la actual alcaldesa de Bogotá en
representación del Polo Democrático Alternativo, doña
Clara Eugenia López Obregón, esposa de Carlos Romero,
ex concejal de los partidos Comunista Colombiano y Polo
Democrático Alternativo.

Hecha esta aclaración, retomemos la estrategia que se usó


para abrir aquí sede del Banco de la República, pues ya
podemos entender por qué la concesión exclusiva de este
negocio privado del Señor K ha estado desde su fundación
en manos de las familias Ospina, Holguín y López.

Pues bien, el señor Pedro A. López Medina no fue


presidente de la República, pero era dueño, entre otras
cosas, de un banco que llevaba su nombre. Así que el
primer paso fue declarar la repentina quiebra de la firma y
del Banco Pedro A. López y, a renglón seguido, predicar
que un banco estatal de emisión y prestamista de última
instancia protegería a los ahorradores de la recurrencia de
un percance semejante. Se habló incluso y con sesuda

  62
experticia de “instaurar un sistema que proveyera un
circulante suficientemente elástico para financiar las
transacciones”. Como parte del paquete de ayudas
económicas destinado a “rescatar de la crisis” a la familia
López, se le compró [el 16 de julio de 1923] el hermoso edificio que
había servido de sede a su empresa por la no despreciable
suma de 750.000 pesos oro y allí se instaló la naciente
entidad. El capital de base para tan próspera iniciativa
sumó diez millones de pesos oro en aportes privados más
el aporte estatal. Este último ascendió a cinco millones de
dólares, tomados de la “indemnización” que el Señor K-
sucursal Estados Unidos le debía [según el Tratado Urrutia-Thompson,

firmado el 6 de abril de 1914] al Señor K sucursal Colombia por la


transacción de Panamá y que hasta la fecha no se había
hecho efectiva. ¡Fue un feliz cruce de cuentas!

Ahora bien, la concesión del manejo del Banco de la


República se estipuló por veinte años, luego se amplió por
otros diez, y a estos se le añadieron veinte más. Es decir,
estaba asegurada hasta 1953. No obstante, algo sucedió
que no estaba contemplado en el libreto... Apareció en
escena un señor de apellido Gaitán y quiso dañarles el
negocio...

El 9 de abril de 1948 quedó resuelto ese problema1.

                                                                                                               
1
Jorge Eliécer Gaitán, candidato a la presidencia por el Partido Liberal, fue asesinado
saliendo de su oficina, en pleno centro de la capital. Su muerte desencadenó una ola de
disturbios que arrasaron con gran parte de la ciudad, por ello se le conoce como “El
Bogotazo”.

63 ¡Qué tiempos divinos!


El susto que pasaron los hizo correr a asegurar el alargue
de la concesión, no de otra manera se explica que el
presidente Laureano Gómez [1889-1965] haya firmado la
tercera prórroga, mediante el Decreto Legislativo 2057
desde 1951, ¡dos años antes de que se venciera la
segunda!

Yo aún no he logrado saber qué sucedió con Laureano, a


quien también relevaron del cargo un poco a trancazos,
primero por enfermedad y luego dándole el golpe de Estado
de Rojas Pinilla [1900-1975]. En todo caso “mi teniente general”
sirvió de parapeto y cumplió la labor de allanarle el camino
a su pariente Mariano Ospina Pérez [1891-1976] para que este,
desde la presidencia de una Asamblea Nacional
Constituyente hecha a su medida, le diera el toque de gracia
a la estrategia que habían puesto a andar años atrás y que
consistió en representar el teatro de la lucha partidista, de
los acérrimos enemigos que solo podrían alcanzar la paz si
el pueblo les garantizaba su alternancia en las urnas. Lo
realmente doloroso y abominable de esta parodia fue el baño
de sangre que efectivamente cubrió el territorio
colombiano2, mientras ellos, buenos amigos cuando no
parientes, sonrientes cofrades y socios amigables, lo único

                                                                                                               
2
Conocida como La Violencia, esta guerra fratricida, que incendió los campos
enfrentando a los seguidores de ambos partidos tradicionales, fue azuzada por sus jefes y
espoleada desde los púlpitos de las iglesias, se prolongó hasta bien entrada la década de los
sesenta y terminó vertiendo su caudal de sangre en las nacientes guerrillas del Llano.

  64
que vieron chocar entre sí fueron sus vasos de whisky en el
Jockey o en el Gun Club.

Al amparo del aberrante Frente Nacional3 los años


transcurrieron serenamente para esta mafia bipartidista, al
abrigo de cualquier inoportuno que intentara descalabrar su
productiva fábrica de billetes. Hasta que por fin, en 1973, el
ministro de Hacienda, Rodrigo Llorente Martínez, pariente
y heredero político del “virrey republicano” Mariano Ospina
Pérez y de Pedro Nel Ospina, diseñó la Ley 7 de 1973 de
nacionalización del Banco de la República que: 1) declara de
utilidad pública la compra de las acciones de los
particulares, y 2) libera a la corporación del riesgoso y
aburrido trámite de prórroga de un contrato de concesión,
autorizando 99 años más su existencia jurídica.

—LA CASA ROTHSCHILD CONSOLIDA SU PODER CON LA CREACIÓN DE


LA ONU, LA OTAN, EL FMI, EL BANCO MUNDIAL Y LA OMC

En este sofisticado ajedrez, la Carta de San Francisco,


consecuencia de la Segunda Guerra Mundial [1939-1945], fue
otro de los audaces movimientos del Señor K hacia la
conquista del poder absoluto global, pues de allí hizo surgir
la Organización de Naciones Unidas, un organismo que
representa a los Estados y sus gobiernos, a costa de las
naciones. Además, mediante el Tratado de Bretton Woods
                                                                                                               
3
Bajo este eufemismo conocimos los colombianos el acuerdo celebrado entre los jefes
de los dos partidos políticos tradicionales, para repartirse durante 16 años, de 1958 a
1974, por partes iguales, la presidencia de la República y su burocracia. ¿Por qué 16
años? Porque en 1973 vencía el contrato de concesión del Banco de la República.

65 ¡Qué tiempos divinos!


creó el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial
para encaminarse hacia la futura gestación de su
Ministerio de Hacienda Pública global. Estructuró también
su Ministerio de Guerra bajo la sigla OTAN, y su Ministerio
de Política Comercial, a escala mundial, con la OMC.

—LA CASA ROTHSCHILD HACE DE LA AUTONOMÍA DE SU BANCA


CENTRAL INDEPENDIENTE UNA OBLIGACIÓN CONSTITUCIONAL A

ESCALA GLOBAL

En la medida en que para la Casa Rothschild la prioridad


política está centrada en la creación de instituciones que
consoliden su poderío mundial, ¿entiendes por qué era
necesario que en cada país se reconociera a los Bancos
Centrales como una autoridad autónoma e independiente?
Sus aviesos abogados han logrado introducir en las Cartas
Políticas previsiones constitucionales que permiten el
establecimiento de órganos supranacionales a los cuales
los Estados les pueden transferir poderes y competencias
constitucionales. En otras palabras, es tal la
infraestructura constitucional que han logrado desplegar
en los últimos veinte años, que un día, sin previo aviso y
sin que se requiera ya nuestro consentimiento, nos
despertaremos y nos encontraremos con que ha entrado
en vigencia un tratado que consolida un Estado mundial.
De alguna manera y en pequeña escala, esto se viene
dando por aproximaciones sucesivas. Por ejemplo, con el
señuelo de la paz en Europa, los agentes políticos de la

  66
Casa Rothschild diseñaron el Tratado de Maastricht [firmado

en 1992] para crear la Unión Europea, pero que no hizo otra


cosa que legalizar, mediante la manipulación del voto
popular, los privilegios que habían obtenido como
autoridad monetaria por poderes de antaño. El resto de
países del mundo también han conocido reformas
constitucionales fundamentadas bajo todo tipo de excusas
políticas, pero con el verdadero fin de legitimar y
consagrar a la banca central como un poder independiente,
solo sujeto a los intereses de la Casa Rothschild.

SUS AMIGOS: ¿DÓNDE QUEDAN ENTONCES LAS IDEOLOGÍAS, LA


IZQUIERDA Y LA DERECHA, LOS CONTRARIOS POLÍTICOS, LOS

IRRECONCILIABLES CONTRADICTORES CONCEPTUALES?

EL EXPLICADOR: Todo partido político nacido al abrigo de los


Estados republicanos es cooptado y manipulado por los
intereses de este régimen fingidamente nacional y
embusteramente democrático. Incluso aquellos
movimientos sociales que tienen un origen auténtico,
incluso las ideologías que se proclaman disidentes. Esta es
una verdad absoluta: el Estado decimonónico es una
empresa privada, legal, pero ilegítima. ¿Y quién es el
ciudadano? Hoy por hoy, es un ser infraracional a quien el
Estado necesita convencer de incapaz y dependiente;
mantener ignorante, indefenso y temeroso; atolondrado
con argucias administrativas, desorientado con discursos
ambiguos, amordazado con métodos represivos, mientras

67 ¡Qué tiempos divinos!


el Señor K y sus capataces locales le desocupan los
bolsillos amparados en el formulario de la Dian, en el
recibo de Comcel, en la factura de Telmex, en la cuenta de
Codensa, en el extracto de Mastercard, en el pagaré del
BBVA o del Banco de Bogotá.

Hagamos un pequeño recuento. ¿Sabes por qué Carlos III


expulsó a los jesuitas de los territorios de la Corona? Porque
las casas reinantes de entonces se percataron de que los
Rothschild habían incluido a la Compañía de Jesús en el
diseño de su plan magistral, que consistió en apoderarse de
las colonias instigando y financiando revoluciones
independentistas con el fin de sustituir los virreinatos por
Estados republicanos sometidos a su férreo control.

COMENTARISTA: Recordemos que fue el fundador del


Partido Conservador, Mariano Ospina Rodríguez [1805-1885],
quien propició el primer regreso de los jesuitas a
Colombia en 1841, cuando ejercía como ministro de
educación durante el mandato de Pedro Alcántara Herrán
[1800-1872].

Entonces, como entenderás, el Amo tiene una visión a


corto, mediano y largo plazo. En su hacienda —el planeta
Tierra— ejerce el poder no solo mediante el control de los
Bancos de la República y de la economía en general, sino
también, fundamentalmente, a través de la política.

¿Cómo procedió a escoger los capataces que necesitaba


para atender cada potrero? La selección se inició hace

  68
alrededor de 250 años y se encaminó a la conformación de
una aristocracia vitalicia, encargada de fundar los partidos
políticos que legitimaran el Estado y lo administraran en
representación del Amo. Te repito, el derecho de sucesión
es vitalicio, y este no es un hecho menor pues explica por
qué en la escena política de todas las repúblicas se pueden
rastrear “linajes de alcurnia”, que no son otra cosa que una
recreación artificial de las aristocracias medievales. A
estos reyezuelos locales se les dio un amplio margen de
manejo en sus potreros, a cambio de reconocer a
perpetuidad al Señor K como Amo y Señor de toda la
hacienda y como única autoridad monetaria. Aunque
eventualmente ocupan cargos públicos como la
Presidencia de la República, suelen manejar imágenes de
muy bajo perfil, revestidas ante todo de sobriedad,
ecuanimidad y prestancia, acatando la regla de oro de “ser
sin parecer”. Su misión consiste, primero que todo, en
encubrir los intereses privados del Amo haciéndolos pasar
como de interés nacional; segundo, mantener a la sombra
la anónima e impenetrable pirámide de poder a la que
pertenecen; tercero, regir con milimétrica precisión a sus
huestes —haciendo valer el axioma de que “en política todo
favor se paga”—; y finalmente, organizar la burocracia
estatal para premiar a sus barones electorales, quienes la
utilizan para reclutar y alimentar desde allí a sus tropas.

¿Y quiénes son los tales barones electorales? La red de


líderes políticos regionales que se fue tejiendo a los pies de
69 ¡Qué tiempos divinos!
cada una de estas poderosas familias. Son los que ponen la
cara, el carisma y los discursos. Se encargan de canalizar
recursos, aprobar leyes y proyectos y, en general, de darle
cuerpo tangible al Estado como ente legal en toda su
geografía, porque ante todo están allí para legitimarlo. Y
esto implica, además, impedir que cualquier movimiento
verdadero o cualquier progreso real y bien intencionado
participe de manera efectiva en la administración de los
bienes que se suponen colectivos.

COMENTARISTA: «Temas excluidos de la iniciativa popular.


Escapan a la regulación por vía de iniciativa popular los
siguientes temas: grandes decisiones económicas como
gasto público, recursos fiscales, régimen cambiario y del
Banco de la República, aprobación para contratar y
negociar empréstitos, organización del crédito público,
regulación del comercio internacional y prestaciones
sociales mínimas de los trabajadores oficiales. Relaciones
internacionales, manejo del orden público y concesión de
amnistías o indultos. Esta limitación es únicamente de
orden legal y aunque fue declarada ajustada a la Carta
Política por la Corte Constitucional, no parece adecuarse
al principio de funcionamiento estatal que establece la
participación de todos en las decisiones que los afecten».
[Alcaldía Municipal de Soacha, Mecanismo de participación ciudadana]

Operan desde las tres ramas visibles del poder: son


presidentes, son ministros, son gobernadores,
embajadores, congresistas, magistrados de las Cortes...
pasan por todos los cargos, y luego repiten. Según su
capacidad para movilizar votos, van “acumulando puntos”
(como en almacenes Éxito) y se van haciendo merecedores

  70
a cuotas más o menos jugosas en la administración del
Estado, de ahí que se escuche decir entre dientes: “En esa
administración la Registraduría era de Samper... El
transporte en Bogotá siempre ha sido de Pastrana... Eso
fue cuando la Contraloría era de Turbay... El señor Plata, el
que financió la campaña de Samuel Moreno, ese se le
apuntó a las basuras en la capital de la mano de Julio
César Turbay Júnior... Tenga cuidado, acuérdese que todo
lo que tiene que ver con minas es de los Ospina y que si se
mete con el petróleo se está metiendo con los López... ¿El
Banco de la República? Ese negocito tiene tres puntas: los
Ospina, los López y los Holguín”.

VOZ DE DON QUIJOTE: «¡Tente, ladrón, malandrín, follón,


que aquí te tengo, y no te ha de valer tu cimitarra!».
[Miguel de Cervantes, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha]

Entonces, si seguimos hablando de corrupción como si se


tratara de hechos fortuitos y aislados, y encarcelando a un
despistado aquí y a otro pendejo que se dejó coger allá, y
con eso creemos solucionar esta situación de total
enajenamiento, estamos no solo lejos de apuntarle al
centro del problema, sino, peor aún, prolongando el juego
del Señor K.

Si seguimos creyendo que estas mafias están interesadas


en convertirse a ninguno de los principios sobre los que
hacen campaña, como si no estuvieran tomados hasta el

71 ¡Qué tiempos divinos!


cuello por sus propios métodos y obligados a ellos, estamos
justificando nuestra propia indolencia.

Si seguimos creyendo que en verdad el Estado no ha


derrotado a los grupos armados porque no ha podido o que
“no hace presencia en Chocó, en Amazonas, en Putumayo,
en Casanare, en los territorios fronterizos, etc., y por eso
están tan atrasados”, y no nos damos cuenta de que así es
como le ha convenido tenerlos hasta ahora y que los
grupos armados le sirven para resguardar estas como sus
“zonas de engorde”, nos habrán robado el último aire que
queda para respirar sin que hayamos estrenado nuestra
capacidad de reflexión.

Si seguimos creyendo que los desastres naturales y


económicos —que ahora no son nunca menos que
calamitosos, tanto a nivel nacional como global— son
producto del azar y no del frío cálculo, la avidez y la
codicia; de hecho si seguimos creyendo que el azar existe
en ninguna de sus formas, ¡estamos jodidos!

¿Qué escrúpulos insistimos en reclamarle a esta empresa


privada llamada Estado, diseñada al estilo feudal, basada
en el egoísmo a ultranza, practicante de la rapiña y cuyo
principio regente es pagar fraudes con favores? ¿Qué ética
cabe exigirle a la estructura de poder del Señor K?

Comprendido esto, cobra sentido que, desde que se fraguó


el tinglado republicano, se le atribuya a su fundador,
Mayer Amschel Rothschild [1744-1812], el haber acuñado el
  72
lema de los prestamistas del Viejo Mundo que la Casa
Rothschild adoptó como máxima: «Otórguenme la emisión
y el control de la moneda de una nación y no me preocupa
quién haga las leyes».

COMENTARISTA: No existe una fuente original que


corrobore la autoría de este lema, la atribución impresa
que se conoce figura en el libro The Money Creators de
Gertrude M. Coogan [1935, pág. 170]. Pero se sabe que es un
juego de palabras basado en la sentencia del patriota
escocés Andrew Fletcher [1653-1716], quien oponiéndose a la
Ley de Unión entre Escocia e Inglaterra, sostuvo: «Si a un
hombre se le permitiera hacer todas las baladas, que
podría importarle quién hace las leyes de la nación».

Uno constata que sus herederos han sabido perpetuar esa


consigna bajo cualquier bandera política cuando se entera
de que la primera cosa que hizo Lenin una vez en el poder
fue entregarle la concesión del Banco Central de la URSS a
los barones Lionel Walter y Edmond de Rothschild.

¿Ves ahora por qué al Amo jamás le ha preocupado que sea


Hitler, Stalin, Franco, Pol Pot, Ho Chi Min, Thatcher o
Bush, inclusive Obama, quien maneje los destinos de cada
país y que el partido en el poder sea el Republicano, el
Laborista, el Comunista, el Conservador, los
representantes de los paramilitares o los simpatizantes de
las FARC? ¿Entiendes ahora por qué el Grupo
Santodomingo tuvo al M-19 como su banda de
mercenarios?

73 ¡Qué tiempos divinos!


SUS AMIGOS: NO TODAS LAS NACIONES SON MEROS TÍTERES DE

UN ÚNICO PODER EN LA SOMBRA. ¿ACASO ES UNA ILUSIÓN EL


IMPERIALISMO AVASALLADOR DE EUROPA Y ESTADOS

UNIDOS?

EL EXPLICADOR: Tengamos siempre presente un hecho


fundamental: el Estado republicano suplantó a la nación.
Fue el sucedáneo natural de un régimen feudal que colapsó
apabullado por la violencia de la sublevación popular, pero
las verdaderas naciones libres y autónomas nunca
respiraron su aliento en él, porque desde antes de nacer ya
estaba bajo el dominio de otras fuerzas. Y es porque nos
costaron tanto esos muertos que pusimos a lo largo de toda
América y en todas las colonias del mundo, que hemos
querido creer que nos ganamos la libertad. Nadie pone en
duda que hasta el siglo XIX, y en algunos casos hasta bien
entrado el XX, fuimos súbditos de tronos y reyes, pero
como hubo campañas libertadoras y héroes y se corrió a
crear Congresos y a dictar leyes, nos quedamos tan
satisfechos como convencidos de que tenemos autonomía
económica y política y mental y psicológica. ¿A quién se le
ocurre que la codicia y el despotismo fueron enterrados al
tiempo con nuestros viejos soberanos?

Doscientos cincuenta años después, los pueblos que fuimos


colonias y nos erigieron en repúblicas en efecto parecemos
disfrutar de una vida independiente. Pero los Estados
republicanos son, por decir lo menos, un negocio privado.

  74
Hablemos de los Estados Unidos. Si es cierto que cada
nación está sola frente a su destino y se debate y defiende
con las herramientas que tiene para hacer valer sus
intereses, no es menos verdad que cuando se viste con el
traje del Estado republicano encaja de inmediato como una
pieza en el engranaje político del imperio del Señor K y
cumple un rol determinado en función de las prerrogativas
del Amo. En ese diagrama, desde 1823 los Estados Unidos
actúan como su sheriff, son su policía mundial. ¿Cómo se
les asignó este papel? Fue John Quincy Adams [1767-1848],

servidor de la Casa Rothschild, quien se encargó de


formular la política exterior de los Estados Unidos que se
conoce como “doctrina Monroe”, porque la redactó siendo
secretario de Estado del presidente James Monroe [1758-

1831], doctrina que se ha sintetizado en la frase “América


para los americanos”. Si esta política, aunque excesiva, se
justificó en sus inicios alegando que estaba orientada a
proteger a América toda de cualquier imperio que
intentara reconquistar sus colonias o someterla de
cualquier manera, ¿para qué ratificarla, ampliando sus
alcances, un siglo después? Porque eso fue lo que hizo en
1904 el presidente Theodore Roosevelt [1858-1919], cuando le
añadió el llamado Corolario Roosevelt. ¿Y en qué consiste?
Palabras más, palabras menos, si un país no paga sus
deudas y no cumple con sus obligaciones para con el Amo,
si pone en peligro sus derechos o propiedades, el gobierno
de EUA tiene carta blanca para invadirlo o castigarlo como

75 ¡Qué tiempos divinos!


se requiera. Entonces, del proteccionismo dieron el
vertiginoso salto al intervencionismo. Y el policía en que se
habían erigido para defender la libertad de las Américas,
se transformó en su verdugo.

VOZ DE THEODORE ROOSEVELT: «Todo lo que este país


desea es ver a los países vecinos estables, ordenados y
prósperos. Cualquier país cuyo pueblo se comporte bien
puede contar con nuestra amistad sincera. Si una nación
demuestra que sabe actuar con razonable eficiencia y
decencia en asuntos sociales y políticos, si mantiene el
orden y paga sus obligaciones, no debe temer ninguna
interferencia de los Estados Unidos. Fechorías crónicas, o
una incompetencia que resulte en un debilitamiento
general de los lazos de la sociedad civilizada, puede en
América, como en cualquier otro lugar, en última
instancia, requerir la intervención de alguna nación
civilizada, y en el Hemisferio Occidental la adhesión de los
Estados Unidos a la Doctrina Monroe puede forzar a los
Estados Unidos, aunque sea a regañadientes, en casos
flagrantes de mala conducta o incompetencia, al ejercicio
de un poder de policía internacional».
[Discurso anual dirigido al Congreso, 6 de diciembre de 1904]

Una vez más, el único beneficiario fue el Señor K. Cómo le


resultó de útil, por ejemplo, para librarse del presidente
mexicano Victoriano Huerta [1845-1916] con quien estaban
insatisfechos los Kuhn Loeb, dueños del sistema
ferroviario de México. Fue por eso que [el 12 de febrero de 1914] el
presidente Woodrow Wilson autorizó a la empresa Dodge
para embarcar un millón de dólares en armas destinadas a
la revolución encabezada por Venustiano Carranza [1860-

1920], quien abonó el camino —entre otras cosas,

  76
manteniendo a México bajo su yugo durante toda la
Primera Guerra Mundial—, para que [el 23 de febrero de 1919] se
creara el Comité Internacional de Banqueros, que pactó la
refinanciación de la deuda mexicana y acordó las nuevas
políticas de protección a la inversión extranjera. La
membresía del Comité incluyó a los representantes de J. P.
Morgan & Co.; Kuhn; Loeb & Co.; National City Bank; Chase
National Bank; Mexican Railway Co. Ltd y Banque de Paris
et des Pays-Bas, es decir, lo más granado del Señor K.

Vayamos ahora a 1916, cuando los Rothschild


patrocinaron la reelección presidencial de Wilson, como
vienen haciéndolo con todos los huéspedes de la Casa
Blanca desde 1791. Son contadas las excepciones en que
no han sido ellos quienes han señalado a dedo el ramillete
de candidatos que habrán de escenificar el libreto de las
elecciones y del mandato. Cuando se les cuela un Jefferson,
un Jackson, un Lincoln o un Garfield, suele ser un genuino
representante de los intereses de la nación, lo que termina
ocasionando, tarde o temprano, su asesinato político o
físico.

VOZ DE THOMAS JEFFERSON: «Siempre hemos condenado


el sistema bancario. Lo contemplo como una mancha
agazapada en todas nuestras constituciones, las cuales, si
no se protegen, terminarán por ser destruidas; este sistema
ya cayó en las garras de los apostadores de la corrupción, y
está arrasando consigo las fortunas y la moral de nuestros
ciudadanos».
[Carta a John Taylor, 28 de mayo de 1816]

77 ¡Qué tiempos divinos!


VOZ DE ABRAHAM LINCOLN: «Sí, podemos congratularnos
de que esta guerra cruel esté llegando a su final. Ha
costado una ingente suma de dinero y sangre... De hecho,
ha sido una hora de prueba para la República; pero veo en
el futuro cercano aproximarse una crisis que me alarma y
me hace temer por la seguridad de mi país. Como
resultado de la guerra, las corporaciones han sido
entronizadas y se iniciará una era de corrupción en las
altas esferas, y el poder monetario del país se esforzará por
prolongar su reinado sacando provecho de los prejuicios
de la gente hasta que la riqueza quede concentrada en
manos de unos pocos y la República sea destruida. Me
siento en este momento más intranquilo por la seguridad
de mi país que nunca antes, incluso en medio de la guerra.
Quiera Dios que mis sospechas resulten infundadas».
[Carta al coronel William F. Elkins, 21 de noviembre de 1864]

VOZ DE JAMES ABRAM GARFIELD [EN 1881]: «Quien controla el


volumen de emisión de dinero en cualquier país es el amo
absoluto de toda industria y comercio... y cuando ustedes
se den cuenta de que unos pocos hombres en la cima del
poder pueden, de una forma o de otra, controlar muy
fácilmente el sistema en su conjunto, no necesitarán que
les expliquen cómo se originan los períodos de inflación y
de depresión».

Volviendo a Wilson: el lema de su campaña —Él nos


mantuvo fuera de la guerra— explotaba la postura
antibélica popular entre la mayoría de los
norteamericanos, quienes, dos años después de iniciada la
Primera Guerra Mundial, aún no habían sido arrastrados
por el conflicto. No obstante, tras bambalinas, los
patrocinadores de Wilson estaban simultáneamente
negociando con los ingleses su capacidad de interceder
  78
para que los Estados Unidos se incorporaran al bloque de
sus aliados. ¿Y a cambio de qué ofrecieron su marrullería?
¡Pidieron la creación del Estado de Israel! Le exigieron a
los ingleses que les entregaran el territorio de Palestina,
como lo confirma la carta conocida como Declaración
Balfour [del 2 de noviembre de 1917], remitida por el entonces
secretario de Relaciones Exteriores británico Arthur
James Balfour [1848-1930] y dirigida al barón Lionel Walter
Rothschild [1868-1937].

«Oficina de Relaciones Exteriores


2 de noviembre de 1917.
Estimado Lord Rothschild,
Tengo el gran placer de dirigirle, en nombre del Gobierno
de Su Majestad, la siguiente declaración simpatizante con
las aspiraciones de los judíos sionistas, que ha sido
sometida al Gabinete y aprobada por el mismo.
“El Gobierno de Su Majestad contempla favorablemente
el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para
el pueblo judío, y hará sus mejores esfuerzos para facilitar
la realización de este objetivo, quedando bien entendido
que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos
civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes
en Palestina, ni los derechos y el estatuto político de que
gocen los judíos en cualquier otro país”.
Le estaré agradecido si le da a conocer esta declaración a la
Federación Sionista.
Cordialmente,
Arthur James Balfour».

Una vez pactado este acuerdo, solo se requirió el


hundimiento del Lusitania (en otra ocasión sería Pearl
79 ¡Qué tiempos divinos!
Harbor o la caída de las Torres Gemelas) para justificar
ante el pueblo norteamericano la decisión de entrar en
combate. En esta tensa atmósfera, Wilson puso el manejo
de su gobierno en manos del triunvirato impuesto por sus
patrocinadores: Paul Warburg, Bernard Baruch y Eugene
Meyer. Baruch fue nombrado jefe con plenos poderes sobre
todo el circuito industrial del país, que fue puesto al
servicio de la guerra; Eugene Meyer quedó a cargo del
programa de bonos y préstamos para financiar la guerra; y
Paul Warburg, quien ejercía el mando en la Reserva
Federal, quedó en control del sistema bancario de la
nación. La presión que esta camarilla empezó a ejercer
sobre Wilson, sumada a los horrores causados por la
guerra que atestiguó en París, cuando viajó a Europa a
firmar el Tratado de Versalles y a promover la Sociedad de
las Naciones —ambos proyectos de su amo—, generaron en
él tal desazón y arrepentimiento que lo condujeron [en 1919]

a una crisis física y emocional irreversible, hasta impedirle


cumplir con sus funciones oficiales. Su esposa Edith y su
amigo el coronel Rixey Smith, prácticamente atendieron
su despacho hasta que concluyó su periodo. Pero ya [en 1916]

Wilson había empezado a emitir señales de descontento;


así lo corroboran estas palabras que son su genuino
testimonio y que hoy tienen un valor inestimable para la
humanidad:

VOZ DE WOODROW WILSON: «Una gran nación industrial


está controlada por su sistema de crédito. Nuestro sistema

  80
crediticio está concentrado. El crecimiento de la nación,
por lo tanto, y todas nuestras actividades están en manos
de unos pocos hombres. Nos hemos convertido en uno de
los gobiernos peor manejados, uno de los más
completamente controlados y dominados gobiernos del
mundo civilizado —ya no un gobierno fruto de la libre
opinión, ni un gobierno fruto de la convicción y del voto
de la mayoría, sino un gobierno fruto de la opinión y de la
coacción de un puñado de hombres dominantes».

A Wilson se le tilda hoy de traidor por haberse entregado al


juego de los banqueros y su dictadura internacional, y
quienes conocen las sórdidas historias de los Rothschild lo
desdeñan por haberse vendido a ellos. Pero son muchos, de
todas las esferas y campos de acción, los que han sido
abusados por estos prestamistas. Además, no hay que
perder de vista que se saben valer con increíble sagacidad
de las debilidades humanas, y quienes ejercen o aspiran a
roles de poder tienen la más resbalosa de todas: la
ambición. Una vez montados en este indómito potro, se les
hace creer que el poder en verdad les pertenece y que lo
conservarán siempre. Los obnubila el espejismo, empiezan
a vivir en un mundo de fantasía y olvidan que son meros
títeres; una vez usados, se les deshecha de la manera más
displicente, se les despedaza como a chispas de arena que
revientan contra la muralla del verdadero y único Amo. Es
por eso que yo creo ver en las palabras de Wilson el dolor
ocasionado por la más alta traición, la del ideal humano. Y,
¿no contienen acaso la misma decepción de un Bolívar
rumbo a Santa Marta o de un Napoleón exiliado en Santa
81 ¡Qué tiempos divinos!
Elena? Porque también a ellos los usó y los traicionó la
Casa Rothschild.

La pregunta que uno está llamado a formularse hoy más


que nunca es: ¿saben los contribuyentes norteamericanos
que el estrepitoso nivel de endeudamiento de su Estado se
debe a que está obligado a lo largo y ancho del mundo a
cumplir con el compromiso de defender los privilegios de la
Casa Rothschild y que la más costosa de sus obligaciones es
sostener el Estado de Israel, el más privado de los Estados
al servicio de la Casa Rothschild, solo superado por Brasil?

Claro, no hay duda, Estados Unidos sí es un imperio, pero


un imperio en quiebra porque se ha gastado su platica
financiando todos los ejércitos y los ministerios de defensa
del mundo; sosteniendo a Somoza en Nicaragua, a Pinochet
en Chile, a Mubarak en Egipto, a Al-Assad en Siria, a
Chávez en Venezuela, a Uribe y a Santos en Colombia para
que sus fuerzas militares protejan las posesiones
imperiales del Señor K y para que repriman cualquier
intento de liberación de los pueblos.

VOZ DE TOMÁS MORO [PATRONO DE LOS POLÍTICOS]: «Si hubiese


servido a mi Dios con tan solo la mitad del celo que le
serví a mi rey, no me habría Él, a esta envejecida edad,
entregado desnudo al furor de mis enemigos».
[Recreado por Shakespeare en Enrique VIII, acto 3, escena 2]

Exeunt

  82
Escena 3

A propósito de la moneda como verdadero servidor público

Preludio
MADRE: «Esta mañana, mientras ojeaba el mes que
comienza y me preguntaba cómo podía servirte mejor,
escuché la vocecita interior —un murmullo en el silencio—
y esto fue lo que me dijo: “Mira qué poco importan las
circunstancias externas. ¿Por qué preocuparse y
tensionarse buscando realizar tu propia concepción de la
Verdad? Sé más flexible, más confiada. El único deber es
no dejarse perturbar por nada. Atormentarse por hacer lo
correcto causa tanto daño como tener mala voluntad. Solo
en la calma de las aguas profundas se halla la posibilidad
del Verdadero Servicio”».
[Plegarias y meditaciones, 2 de agosto de 1913]

SUS AMIGOS: ¿QUÉ HACER ANTE ESTE PANORAMA YA NO


DESOLADOR, SINO ATERRADOR? ¿CUÁL ES LA SALIDA?

EL EXPLICADOR: Tengo que confesarte que esta es LA


pregunta que ronda mi mente y mi corazón desde hace
más de veinte años. Ya te había dicho que en la obra de
Aurobindo, al igual que en la de Marx, la condición que
debe cumplirse para que podamos hacer el tránsito de esta
civilización en la que impera la ley del más fuerte a una
sociedad de la cooperación implica reorganizar la
propiedad, la producción y la distribución de tierra, bienes
y servicios superando el esquema antagónico capitalista-
proletario.

83 ¡Qué tiempos divinos!


Ya sabemos que la propuesta de Marx no es viable y que no
nos ha permitido avanzar ni un milímetro desde que la
formuló, hace 160 años, porque los empresarios no son el
capital, como él dedujo; por el contrario, al igual que sus
supuestos adversarios, los obreros, ellos saltan al ritmo
que impone el Señor K, escaldados en ese sartén que la
Casa Rothschild sostiene por el mango.

Entonces, ¿qué solución puede ser poner a batallar obreros


contra empresarios? Esto solo ha servido para mantener
al Amo oculto entre telones.

El cinismo de este juego de sombras se tipifica en el


discurso de los líderes de izquierda de nuestros países
millonarios pero sometidos al escarnio de ser llamados
“tercermundistas”, “pobres”, “en vías de desarrollo”,
“emergentes” y demás eufemismos. Mientras estos vende-
patrias predican que el enemigo de sus pueblos es el
yankee, la Casa Rothschild se pavonea de foro en
seminario, patrocinando a través de sus bancos los
ejercicios de caridad y justicia social para los que se
diseñan ONG a la medida. No ocurre distinto en los
autoproclamados países del “primer mundo”, “ricos”,
“desarrollados”, “imperialistas”, esas sociedades que
durante tantos años vivieron por cuenta de la prosperidad
al debe y que ahora aspiran a sobrevivir de las patentes del
conocimiento y la tecnología de la información porque ya el
Amo endeudó hasta el tope a sus nacionales, sus empresas

  84
medianas y sus Estados, los arrodilló políticamente con
doctrinas represivas como el Patriot Act, los amedrantó
mediante tácticas terroristas para robarles las libertades
que creían tener, los puso en una condición de penuria
para el próximo quinquenio y, luego de engrosar filas y
filas de desempleados, decidió hacer de China, Corea,
Indonesia y Brasil su parque industrial.

Es a este anochecido escenario que la filosofía social de


Aurobindo trae luz, ayudándonos a dar el primer paso en
la solución del problema, es decir, esclareciendo quiénes
son los verdaderos actores de este drama.

Diferenciar ignorancia de falsedad es el segundo paso. El


camino desde el hombre de Neandertal, desde las cuevas
de Lascaux, hasta hoy ha sido un suspiro para la
Naturaleza, pero un larguísimo trasegar para este animal
mental que no ha parado de preguntarse desde entonces
quién es. ¿Cómo pretendemos hablar de nuestra realidad
política si aún desconocemos las diferentes posibilidades
que nos ofrece nuestro propio ser? Somos materia y
mente, ¿pero también espíritu? ¿Acaso retazos de animal,
de tierra, de universo, lo inasible, lo idealizado, el sueño y...
cuánto más? ¿Dónde existe Dios, afuera y lejos, en otras
dimensiones, o se pone en pie aquí dentro al tiempo con
nosotros? Ese tanteo en la oscuridad es la ignorancia. Y
todos la padecemos. Trascenderla exige un trabajo
espiritual.

85 ¡Qué tiempos divinos!


En cuanto a la falsedad, podemos definirla ontológicamente
como una fuerza manifiesta que domina la Tierra, que tiene
por aliados principales a las tinieblas, la crueldad y la
muerte, y que ambiciona un poder tan absoluto que
desprecia al hombre por lo que es y lo teme por lo que puede
llegar a ser si despierta, de manera que engaña, manipula y
esclaviza pueblos en un intento desesperado por evitar que
asciendan libremente los peldaños de la evolución. El juego
de velos y sombras de la falsedad tiene por agente
primordial el dinero. Trascender la falsedad exige que
todos, como humanidad, recuperemos el manejo de la
moneda que nos usurpó el Señor del Kapital.

Ahora bien, un aspecto obligado en la concepción de una


nueva sociedad es el progreso en el ser humano. Para
nosotros los aurobindianos progreso significa necesaria e
inevitablemente la manifestación paulatina del Divino en
el mundo de la materia y entender que esta manifestación
está sometida a un proceso. Ya hemos dicho que hace
apenas un siglo se empezó a cerrar el primer ciclo en la
evolución del animal mental, el ciclo infraracional, que
forjó la individualidad con la herramienta del egoísmo;
pero la verdad no es un hecho estático, ella tiene piernas, y
toda verdad que se anquilosa se pervierte, eso ha ocurrido
con el egoísmo, por eso ahora la fuerza evolutiva nos
impone crear las condiciones políticas, económicas,
sociales y culturales para que florezca en nosotros el ser
racional, el cual dará paso gradual al ser espiritual capaz
  86
de superar el egoísmo y, sin ceder ni disolver nuestra
individualidad, incorporarnos como uno al Todo, como
unidad en la libre diversidad.

SRI AUROBINDO: «El remedio natural para los primeros


defectos de la teoría individualista en la práctica parecería
ser la educación; pues si el hombre no es por naturaleza,
esperaríamos por lo menos que mediante la educación y el
entrenamiento pueda hacerse de él algo parecido a un ser
racional. La educación universal, por lo tanto, es el
segundo paso inevitable del movimiento democrático en
su intento por racionalizar la sociedad humana. Pero una
educación racional significa necesariamente tres cosas:
primero, enseñarle a los hombres cómo observar y conocer
correctamente los hechos sobre los que deben apoyarse
para formar un juicio; segundo, entrenarlos para pensar
fructífera y sólidamente; tercero, equiparlos para usar su
conocimiento y su pensamiento efectivamente para el bien
propio y el común. La ciudadanía de una sociedad de
orden racional requiere capacidad de observación y
conocimiento, capacidad de inteligencia y juicio,
capacidad de acción y ética; una deficiencia general en
cualquiera de estos exigentes requisitos es una fuente
segura de fracaso. Infortunadamente —incluso si
suponemos que un entrenamiento puesto a disposición de
millones puede llegar a ser de este insólito estilo—, la
educación que se da en la actualidad en los países más
avanzados no ha tenido la menor relación con estas
necesidades».
[El ciclo humano]

Adicionalmente, dentro de la perspectiva aurobindiana dos


son los impulsos fundamentales de la existencia humana:
afirmarse como individuo y reconocerse como parte de un
todo. Es por eso que la evolución social ha sido
básicamente un tire y afloje entre la supremacía del
87 ¡Qué tiempos divinos!
individuo o la del agregado social, sea este la familia, el
clan, la tribu o el Estado. En esta lucha, el principio de la
libertad individual es una conquista que hoy se impone
como pilar de la organización social que haya de
formularse para resolver el problema de la unificación de
la vida humana.

SRI AUROBINDO: «Todo el proceso de la Naturaleza


depende de un equilibrio y una constante tendencia a la
armonía entre dos polos de la vida: el individuo, al que
alimenta la totalidad o agregado, y la totalidad o agregado,
que el individuo ayuda a constituir. La vida humana no es
una excepción a esta regla. Por ello, la perfección de la
vida humana debe implicar la elaboración de una armonía
no lograda hasta ahora entre estos dos polos de nuestra
existencia: el individuo y el agregado social. La sociedad
perfecta será aquella que favorezca más íntegramente la
perfección del individuo; la perfección del individuo será
incompleta si no contribuye al perfecto estado del
agregado social al que pertenece y eventualmente al del
más vasto agregado humano posible, la totalidad de una
humanidad unida».
[El ideal de la unidad humana]  

 
Sobra decir que no somos anarquistas; amamos la libertad
individual, pero la concebimos hermanada al orden, la
armonía y la equidad. Y como el puente entre el individuo
y la humanidad es la nación, la única manera en que
aspiramos a animar la libertad individual es dentro de un
marco de naciones auténticamente libres. ¿Cuál es, en ese
orden de ideas, el actual mapa de libertades individuales y
colectivas? Considerémoslo en los siguientes términos:

  88
1) La gente no obedece leyes, pero le teme al garrote que
hay detrás en manos de quienes hacen que se cumplan,
llámense CIA, Mossad, Interpol, DAS o Policía Nacional. Esas
leyes y esa policía surgen de un contrato social que todos
estamos obligados a acatar. ¿Quién es la autoridad máxima
dentro de este contrato social? Siendo la moneda el
principio rector de la organización social, quien la emite y
dicta las políticas financieras, económicas y fiscales es de
hecho la máxima autoridad. Lo demás es cháchara, porque
quien pone la plata, pone las condiciones.

2) Las constituciones políticas de todos los países se han


elaborado desde hace 250 años debido a la necesidad de
“legalizar” la figura del Estado republicano. Y en los
últimos 20 años vienen siendo reformadas para
pavimentar el camino al Nuevo Orden Mundial, que tiene
por destino final eternizar los privilegios del Amo en un
Estado Mundial.

[Basta ojear el libro azul de la Constitución Nacional de


Venezuela y, ¡vaya sorpresa!, palabras más, palabras
menos, el artículo 318 sobre el régimen de banca central es
exactamente el mismo artículo 371 de la Constitución
Colombiana. ¿Cómo no iba a serlo? Ambos fueron
redactados por la misma persona: Rodrigo Llorente, (a)
asesor jurídico de un puñado de Bancos Centrales de
América Latina; (b) pariente lejano de Mariano Ospina
Rodríguez, quien fundó el Partido Conservador junto a
José Eusebio Caro; (c) pariente lejano del presidente Pedro
89 ¡Qué tiempos divinos!
Nel Ospina, fundador del Banco de la República en 1923; y,
(d) quien en 1973 redactó el decreto de nacionalización del
Banco de la República].

3) Los partidos políticos —esas bandas de secuestradores


profesionales de bienes e intereses públicos— constituyen
la maleza obstinada que impide el reverdecer y
florecimiento de nuestras naciones. Además de alimentar
las arcas del Estado —es decir, del Señor K—, cumplimos
con la regla de oro del arte de la guerra, esto es,
sostenemos su ejército y le damos forraje a sus bestias al
aceptar que estos sátrapas impunemente nos obliguen a
sostenerlos a ellos, su ceguera y su voracidad sin límites:
impuesto de ingresos y patrimonio; impuesto sobre la
renta y complementarios; impuesto a la ganancia
ocasional; impuesto predial unificado; participación en
plusvalía; impuesto de delineación urbana, impuesto para
la seguridad democrática; impuesto sobre las ventas;
aranceles de aduana; arancel judicial; impuesto de
remesas; impuesto fondo al deporte; impuesto unificado de
fondo de pobres, azar y espectáculos; impuesto de
industria y comercio, avisos y tableros -ICA-; impuesto de
registro y anotación; impuesto al consumo de cervezas,
sifones y refajos; impuesto al consumo de cigarrillos y
tabaco elaborado; impuesto a la publicidad exterior visual;
gravamen a los movimientos financieros; impuesto de
vehículos automotores; sobretasa a la gasolina; sobretasa
al ACPM; transporte de gas; peaje en las carreteras; regalías
  90
por explotación de canteras; regalías por explotación de
recursos naturales no renovables; tasa aeroportuaria;
derecho de fotocopias; planos catastrales; publicación de
contratos; multas; tarifas de servicios públicos; derechos
de inhumación en jardines cementerios...

4) Merced a esa fórmula ingeniosa según la cual el


subsuelo es propiedad del Estado, el Señor K llega a
cualquier nación disfrazado de EXXON, BP, Texaco, Bechtel,
Westinghouse o General Electric a negociar con su
aristocracia local el derecho a manejar los recursos del
subsuelo.

[Un día cualquiera de septiembre de 2011, por ejemplo, la


EXXON anuncia una inversión de tres billones de dólares en
alianza con el gobierno ruso para extraer los recursos
petroleros de la zona ártica. Los analistas económicos
informan en esos mismos periódicos que este acuerdo le
reportará a dicha multinacional beneficios de más de 500
billones de dólares. Y no obstante, el problema no es solo
esta desmesura entre la inversión y la ganancia. El
problema lo agudizarán las consecuencias que acarreará
para la salud y la estabilidad del planeta que unos
capataces por contrato se adentren en una región frágil y
casi virgen como el ártico, sin ningún respeto por su
ecosistema, guiados solo por la voracidad y el desprecio;
estas mega depredaciones se replican en el antártico, en la
tundra, en el Amazonas, en los bosques húmedos
tropicales, en los humedales, en los lechos marinos, en
91 ¡Qué tiempos divinos!
todos los biomas, hasta alcanzar calamitosas
proporciones].

Pero si alguien intenta defender su territorio de estas


incursiones letales, debe confrontar en primera instancia
los silogismos y falacias de los sacerdotes del Señor K
oficiando como ministros de Estado, tipo Carlos Caballero
Argáez, ex ministro de Minas y Energía de Colombia, para
quienes lo que vale no son los recursos naturales en el
subsuelo, sino el dinero con que se extraen. Estos mismos
apologistas dictan las cátedras de economía y ciencias
políticas que contaminan con sus “saberes” las mentes más
jóvenes de la nación.

SRI AUROBINDO: «16- Al igual que tantos polemistas


modernos, no sofoques el pensamiento con polisílabos
ni con preguntas insulsas que hipnotizan mediante
fórmulas y palabras hipócritas. Busca siempre; descubre
la razón de las cosas que a simple vista parecen ser mera
casualidad o ilusión».
[Pensamientos y aforismos]

Pues bien, me preguntas cuál es la salida. «La dificultad y la


presión hacen que un individuo o una nación alcancen su
verdadera estatura», dice Aurobindo. Y la historia nos ha
demostrado que las libertades no se otorgan, ¡se
conquistan! Aunque el Estado republicano se haya
legalizado, es y seguirá siendo ilegítimo. La legitimidad le
pertenece por derecho propio a la nación que suplantó. Y
nuestra calidad de ciudadanos nos apremia a todos

  92
—esclavos, capataces y redundantes— a una salida
pragmática que abarca dos movimientos distintos, pero
asociados: la disolución de los Bancos Centrales y la
demolición del Estado y su maquinaria de falsedad. ¿Suena
a utopía? Quizás, pero el legítimo patriotismo y la razón
dictan que solo recuperando el poder de la moneda y su
emisión para ponerla al servicio de las comunidades, y
simultánea o sucesivamente desmontando los Estados
para recuperar las soberanías nacionales habremos
despojado de sus privilegios al Señor K y a su aristocracia
política y financiera de manera rotunda y pertinaz. De lo
contrario nuestra nación nonata, esa alma múltiple
privada de libre expresión, esa madre común que ha sido
secuestrada, perderá su última oportunidad de realizarse.

SRI AUROBINDO: «¿Qué debería hacer un hijo cuando un


cafre, sentado sobre los pechos de su madre, se dispone a
chuparle la sangre? ¿Correr a rescatarla o sentarse a comer
a la mesa tranquila y alegremente en compañía de su
esposa e hijos?»
[Carta a Mrinalini Devi, 30 de agosto de 1905]

SUS AMIGOS: ¿QUÉ PAPEL JUEGAN LOS MEDIOS DE

COMUNICACIÓN EN TODO ESTO?

EL EXPLICADOR: Es moneda corriente que los medios son el


quinto poder, pero al igual que sus cuatro pares —el
ejecutivo, el legislativo, el judicial y el monetario—,
tampoco es independiente. Como en todas las demás
actividades económicas, la propiedad de los medios de

93 ¡Qué tiempos divinos!


comunicación está concentrada en manos del Señor K. La
prensa es su Iglesia. Desde los editoriales, las columnas de
opinión y los titulares de primera página se alaba, se
condena, se juzga, se inhabilita o rehabilita de acuerdo con
las necesidades del momento. Y como el orden del Señor K
se nutre en nuestro caos y en ese viejo adagio que reza
“divide y reinarás”, nuestro egoísmo individual, germen
original del egoísmo colectivo, sirve de leña para mantener
encendido el fogón de la noticia. Por eso no es de poca monta
la labor doctrinaria que adelantan los medios cuando desde
cada país las fuerzas del odio se empeñan en hacer valer y
afirmar egoísmos nacionales: qué mejor púlpito que el de la
prensa para incendiar las pasiones, para espolear a las
comunidades a lanzarse una contra otra, en esa guerra civil
de la humanidad que estalla aquí y allá impunemente, y que
con esmero y sin la menor restricción se nos transmite en
vivo y en directo, día y noche.

En los últimos meses, por ejemplo, la casa imperial del


Señor K está en proceso de atender, entre otras, dos
preocupaciones importantes: primero, y por inadmisible
que parezca a la luz de la razón, el Señor K está inmerso en
la tarea de revivir el imperio romano. El aspecto
decorativo de esta pretensión lo cumplirá un Mediterráneo
unido y transformado en un gran eje, en un bastión desde
el cual encumbrarse sobre África y el Medio Oriente. Mare
nostrum, evocaba Mussolini. “Sueño con ello”, dice hoy
inspiradamente el presidente Sarkozy. ¿Y cómo se nos
  94
persuade de que somos socios de este y otros “sueños”, y
que son en beneficio nuestro? Primero, nos levantamos
una mañana oyendo hablar de vientos de libertad que
recorren los desiertos del Magreb. A ritmo de noticieros
pronto asistimos con total naturalidad al derrumbe de
gobiernos y sistemas, de manera que los Mubarak de
antaño, cuyo poder se nos había mostrado legítimo, al
anochecer serán viejos dictadores que ni tú ni yo queremos
más. En pocos días ya estaremos apoyando a pueblos
alzados en armas cuyos destinos hasta ayer nos
importaban un rábano (como nos siguen siendo
indiferentes hambrunas y genocidios). El régimen de
transición asomará espontáneamente, ante las cámaras de
televisión, prometiendo cambios por doquier, salvo, ¡oh
sorpresa!, en la constitución, al menos en su política
monetaria, y estableciendo el apurado compromiso de
llamar a elecciones. Todo habrá concluido cuando los
sonrientes presidentes de Francia e Inglaterra, por
ejemplo, aparezcan retratados acogiendo al nuevo líder
con ese abrazo de bienvenida al monopolio del Estado que
le otorga estatus legal a lo ilegítimo, al espurio negocio del
Señor K. ¡Es magia pura!

Obnubilados y adormecidos por los medios, ¿en verdad nos


dejamos convencer de que la OTAN y sus aliados se
movilizarían una vez más para rescatar a un puñado de
campesinos ignorantes y a sus famélicos rebaños de
cabras? ¿No sería más oportuno preguntar quién y por qué
95 ¡Qué tiempos divinos!
cayó en desgracia con el Señor K para que tuviera lugar
esta intempestiva incursión? ¿Decidió cambiar de
administrador en esa sede? Porque Noriega, Hussein,
Osama bin Laden, Mubarak y Gadafi, entre tantos otros y
como todos, empezaron siendo sus compañeros de
andanzas; de hecho el asesor financiero de los
multimillonarios negocios de Gadafi era Jacob Rothschild y
a los altos ejecutivos de Libia se les preparaba en la
prestigiosa London School of Economics, allí mismo donde
se adoctrinan sus ideólogos y testaferros de confianza. No
en vano como encargado de las relaciones Inglaterra-Libia
tenía a David Garro Trefgarne, segundo Barón Trefgarne,
un político del Partido Conservador británico, miembro
vitalicio de la Cámara de los Lores, que durante la
administración de Margaret Thatcher [solo para hablar de la década

de 1980-1990] ocupó los más altos cargos en los ministerios de


Industria y Comercio, Asuntos Exteriores, Salud y
Seguridad Social, Gobierno y Defensa.

El otro proyecto que últimamente tiene atareado al Señor


K es ambientar la aparición de una autoridad mundial y
única que sea capaz de supervisar y controlar el más leve
movimiento monetario y de paso sacar ventaja del caos
financiero que él mismo orquestó, pero que esta vez se le
salió de las manos e hizo estruendosa detonación [en agosto del

2007] jalonado por el fraude de las hipotecas, la feria de la


piramidación de deudas, los derivados y demás nuevos
productos financieros. ¿Cómo pudo ser posible, se
  96
pregunta uno, que al dueño de la finca se le enredaran las
cosas hasta ese punto? Sin duda, esta debacle es producto
de diversas circunstancias, pero creo que puede asimilarse
al reconocido rubro de gastos de representación. Me
explico: como a los pies de los jefes de los partidos políticos
ronda una manada de barones electorales con la función de
legitimar las franquicias de Estado republicano, ellos y sus
prácticas —la compra de votos, los auxilios
parlamentarios, los sobornos consuetudinarios, el pillaje
en las contrataciones de obras públicas y créditos
estatales, etcétera— han terminado por romper el saco de
la codicia y desbordar cualquier límite que pudiera
aconsejar la vergüenza. Uno de los principales órganos de
difusión doctrinaria de la Iglesia del Señor K, la revista
The Economist, nos hizo saber en sus páginas editoriales
[un día cualquiera de 1994] que la experiencia del siglo XX había
demostrado de manera contundente que, de todas las
empresas, la peor administrada eran los Estados. De
manera que no es una simple metáfora decir que el Señor
K y sus huestes políticas y financieras se enredaron en su
propia telaraña. Y es tal la confusión que los medios, en su
afán del “tapen, tapen, tapen”, no se cansan de recitar el
discurso del yen contra el yuan, del euro contra el dólar,
del peso o la libra esterlina, como si fuesen sinfonías
autónomas e independientes, como si todos los bancos de
emisión no estuviesen bajo la batuta del Señor K.

97 ¡Qué tiempos divinos!


SRI AUROBINDO: «Para la moderna concepción económica
de la vida, la cultura y sus productos tienen
principalmente un valor decorativo; son lujos costosos y
deseables, de ninguna manera necesidades indispensables.
La religión es, en esta óptica, un derivado de la mente
humana con una utilidad muy restringida —si acaso no es
un derroche y un estorbo. La educación tiene una
importancia reconocida, pero su objeto y forma ya no son
tan culturales como científicos, utilitaristas y económicos;
su valor radica en preparar la unidad individual eficiente
para que tome su lugar en el cuerpo del organismo
económico. La ciencia es de suma importancia no porque
descubra los secretos de la Naturaleza para el avance del
conocimiento, sino porque los utiliza para la creación de
maquinaria y desarrolla y organiza los recursos
económicos de la comunidad. El poder-de-pensamiento de
la sociedad, casi su poder-de-alma —si es que conserva algo
tan insubstancial e improductivo como un alma—, no está
en su religión o su literatura, a pesar de que la primera
arrastra una existencia lánguida y la segunda crece como
maleza, sino en la prensa cotidiana, primordialmente
instrumento del mercantilismo, regida por el espíritu
político y comercial, y no como la literatura, instrumento
directo de la cultura».
[El ideal de la unidad humana]

SUS AMIGOS: Y YA QUE TOCASTE EL TEMA DE LA QUIEBRA...

EL EXPLICADOR: ¡Ojo! El debate que se está adelantando en


Europa y los Estados Unidos sobre este aspecto que sí pone
el dedo en la llaga, no ha infiltrado la academia ni los
medios en su verdadera e integral dimensión.

Para empezar, se nos está haciendo creer —si no


imponiendo— que la única salida a la crisis actual es la
creación de una autoridad fiscal centralizada que: (1)
  98
sustituya las autoridades fiscales nacionales, (2) que sea el
único deudor que tome los créditos; y (3) que se
responsabilice del recaudo de impuestos. Si esta política
prospera en Europa, necesariamente se erigirá en el
antecedente paradigmático que habrán de adoptar los
demás modelos integracionistas continentales que se están
gestando en el resto del mundo, en primera instancia la
comunidad latinoamericana y del Caribe, cuyo tratado
debió haberse firmado en Caracas [el pasado 5 de julio], pero que
se ha postergado bajo la excusa de los quebrantos de salud
de Chávez...

Ahora bien, si logramos aunque solo por un momento dejar


de jugar el rol de la ingenuidad, y si recuperamos también
aunque solo por un instante la dignidad que la propia
penuria nos ha enajenado, ¿no veríamos aquí al absolutismo
mostrando sus colmillos? Y si hemos dicho que el rey de
antaño excedió su dharma, este monarca absolutista de hoy
también lo hizo. Visto desde la óptica de las fuerzas de la
Naturaleza que propician y empujan la evolución, el
primero nos permitió dejar atrás el feudalismo; a este otro,
una vez que lo superemos, habremos de agradecerle que
merced a su codicia nos haya traído hasta el punto actual, a
la fase extrema y última del egoísmo, pero también del
poder de la moneda y, por ende, a la más alta
interdependencia económica de la vida de los pueblos.

Esta crisis es la oportunidad única para evaluar qué


alternativas tenemos de estructurar una nueva Hacienda
99 ¡Qué tiempos divinos!
Pública dentro de un nuevo acuerdo social global,
incluyente y en consonancia con el espíritu de los tiempos,
que no es otro que la unidad humana en la libre diversidad
de individuos y naciones. Alan Greenspan, quien fuera
presidente de la Reserva Federal, ha venido predicando
que es la complejidad de los productos del sistema
financiero la que le aporta valor agregado a la actividad
bancaria. En pocas palabras, que el dinero y su manejo es
tema que solo compete a expertos. Pues llegó la hora de
derrumbar esta perversa concepción que ha arrojado
excelentes frutos especulativos y ha contribuido a
maquillar el fraude. Por paradójico que parezca, el
financiamiento de la producción de bienes y servicios no
requiere inversionistas ni es función del ahorro. Esa es una
mera apología del capitalismo. Tampoco necesitamos
seguir constatando que la teoría de una moneda sana no es
precisamente la que practican los sistemas de banca
central independiente.

¿Qué podríamos esperar, en cambio, de un nuevo orden de


cosas en el que el poder de la moneda sea consagrado como
el verdadero servidor público? Que todos y cada uno de los
ciudadanos del mundo tengan la oportunidad de participar
libremente en la vida de la nación a través de una
actividad que consulte su dharma, su ley interior, porque
la emisión de moneda tendría por objetivo único y
vocacional el de patrocinar la producción de sus bienes y
servicios.
  100
Estos tiempos divinos nos exhortan a una toma de
conciencia generalizada, a encarar verdades de a puño,
como el papel que los europeos han jugado en los últimos
500 años, durante los que han desdeñado y desatendido el
desequilibrio que ocasionan sus masacres, su rapiña y su
abuso de poder; estos tiempos divinos nos recuerdan que
existe la ley del karma, una ley de causa y efecto que
impide que, de manera impune, prediquemos libertad para
nosotros al tiempo que pisoteamos la de los demás.

VOZ DE PAUL KRUGMAN [PREMIO NOBEL DE ECONOMÍA 2008]:


«En la hora
actual, me parece que muchos economistas no están
siquiera tratando de aproximarse a la verdad. Cuando leo
todo lo que los más prestigiosos economistas han escrito
en respuesta a la crisis económica por la que estamos
atravesando, no veo ninguna señal de malestar intelectual,
ni el menor signo de que les alarme el desastre ocasionado
por la falta de previsión de sus modelos; no veo más que
una despreocupada invención de historias para
racionalizar el desastre de tal manera que apoye su postura
partidista. [...] Y todo esto me lleva a preguntarme a qué
tipo de empresa he dedicado mi vida».
[The New York Times, 27 de septiembre de 2011]

Exeunt

Escena 4

A propósito de la batalla de los espíritus

Preludio

«DISCÍPULO: Sri Aurobindo escribió: “Aquel que elige el


Infinito ha sido elegido por el Infinito”. ¿Y qué pasa
101 ¡Qué tiempos divinos!
entonces con los demás, Madre? ¿Para qué la vida si el
Divino no nos quiere? En verdad, yo creo que el Divino
nos ha escogido a todos; pero, ¿cuál es entonces el sentido
de esta frase?
MADRE: En verdad, el Divino nos ha escogido a todos y a
todo, y todo y todos regresaremos a Él. Pero a algunos les
tomará miles de vidas, mientras que a otros les sucederá
precisamente en esta. He ahí la diferencia».
[Respuestas de Madre, 23 de mayo de 1960]

SUS AMIGOS: ¿QUIÉN ES EL TAL SEÑOR DE LA FALSEDAD? ¿POR


QUÉ NOS CUESTA TANTO DISCERNIR LA VERDAD DE LA

MENTIRA?

EL EXPLICADOR: Vivimos en un mundo de división y dualidad,


y en este momento del proceso evolutivo la Naturaleza
tiene por tarea transformar el animal mental que somos en
una individualidad consciente de su esencia divina. La
Tierra es el laboratorio donde se sintetiza todo el proceso
evolutivo, entendiendo por evolución la manifestación
progresiva del Divino en el plano Material.

A diferencia de la corriente evolucionista o de la


creacionista, Aurobindo sostiene que el hombre, en cuanto
espíritu, es un ser mental que habita en un animal, es
decir, que aunque su naturaleza es la de un animal
evolucionado, en la línea evolutiva no representa a un
mamífero superior. El hombre parecería estar destinado a
evolucionar entonces en tres etapas: la infraracional, la
racional y la supraracional. Nuestra psicología de hoy es la

  102
de un ser infraracional. En esta primera etapa, en la que
llevamos millones de años, somos sin embargo como bebés
de un año porque perdimos la intuición instintiva
característica del animal que hace que su vida no esté
sujeta a error, dejamos atrás ese útil conocimiento
espontáneo para caminar, torpemente, de la inconsciencia
a la ignorancia con el fin de desarrollar y ejercitar los
invisibles músculos de la mente. Necesitaremos mucho
mejores herramientas si pretendemos salir de la
ignorancia y encaminarnos hacia la conciencia. El único
maestro que hemos tenido en este largo trecho es el error.
Nos jalonan las necesidades físicas, emocionales, vitales y
mentales y su apremiante satisfacción, al tiempo que
carecemos de la menor capacidad de conocimiento, más
allá de esta mente dividida, ignorante y egoísta, que nada
sabe y todo lo justifica. Desde este punto de vista, el
egoísmo ha sido entonces una verdad de la Naturaleza.

¿Pero por qué vivimos en un mundo de división y


dualidad? Aurobindo nos explica que el Divino quiso
conocerse la pinta en el mundo de la forma de manera que
optó por olvidarse de sí mismo y allí arrancó el proceso de
creación. Consideremos entonces que quizás uno de los
propósitos del Divino en su manifestación es el de
reconstruirse en su integridad, es decir, volver a ser Uno.
Ese ser que es Todo, que es una Conciencia-Verdad, es un
ser supramental, y es cada uno de nosotros.

103 ¡Qué tiempos divinos!


SRI AUROBINDO: «Hemos visto que hay necesariamente tres
etapas en la evolución social o, más generalmente, en la
evolución humana tanto individual como social. Nuestra
evolución comienza con una etapa infraracional en la que
los hombres todavía no han aprendido a referir su vida y su
acción en sus principios y sus formas al juicio de la
inteligencia esclarecida, porque aún actúan movidos sobre
todo por los instintos, los impulsos, las ideas espontáneas,
las intuiciones vitales, o para obedecer a una respuesta
habitual al deseo, la necesidad y la circunstancia, y son estas
las cosas que las instituciones sociales cristalizan o
canalizan. Atravesando diversas fases, el hombre llega a una
edad racional en la que su voluntad inteligente más o
menos desarrollada se convierte en el juez, árbitro y
elemento rector de sus pensamientos, sentimientos y actos;
es ella la que forja, destruye y vuelve a crear sus ideas
fundamentales, sus objetivos y sus intuiciones. Por último,
si nuestro análisis y nuestra predicción son correctos, la
evolución humana, pasando por una edad subjetiva, debe
ascender hacia una edad supraracional o espiritual, en la
que el hombre desarrollará progresivamente una conciencia
más grande, espiritual, supraintelectual e intuitiva, y quizá,
por último, más allá de la conciencia intuitiva, una
conciencia gnóstica».
[El ciclo humano]

SUS AMIGOS: SE ANUNCIA Y SE TEME UN FIN CERCANO Y

ESTRUENDOSO. ALGUNOS EVOCAN PROFECÍAS, OTROS

CONSTATAMOS QUE LA INSANIA HUMANA NO CONOCE

LÍMITES. PERO SI DICES QUE HAY UN PROGRAMA DE

EVOLUCIÓN EN EL QUE EL HOMBRE SUPERARÁ SU ACTUAL

IRRACIONALIDAD, ¿ESTÁS AFIRMANDO TAMBIÉN QUE AL


MENOS POR AHORA ESTA TIERRA ESTÁ A SALVO?

  104
EL EXPLICADOR: Por ser el corazón de Dios, la metrópolis de
Ananda en el plano Material, la Tierra siempre ha estado a
salvo. Y precisamente aquí cabría introducir la idea de que
las noches son más oscuras un minuto antes del amanecer;
en mi lectura, es eso lo que ha ocurrido durante los últimos
cien años de la historia de la humanidad. Ese amanecer es
nuestra promesa, no es una utopía, en mi opinión es más
utópico pretender que las cosas permanezcan tal como
están.

Hablando de profecías, existe una según la cual el primer


día del año bengalí 1313 se iniciaría la lucha por la
Independencia de la India. Pues bien, en el calendario
occidental ese día fue el 16 de abril de 1907 y Aurobindo
anunció en su periódico Bande Mataram que, puesto que la
lucha por la liberación del alma de la humanidad había
comenzado, no debían sorprendernos los grandes
conflictos que empezaban a desatarse: la guerra ruso-
japonesa, la revolución menchevique y el pánico financiero
de Nueva York, entre otros. A este último hecho
personalmente lo considero piedra angular en el devenir
de la moneda como principio rector de la humanidad y en
la conversión de la Casa Rothschild como el primo inter
pares de los banqueros y el Sumo Sacerdote del Señor de la
Falsedad.

Pero vamos por partes y tengamos presente que, siendo el


objetivo del Señor de la Falsedad tomar el control de la
vida de la humanidad e impedir su evolución espiritual,
105 ¡Qué tiempos divinos!
sus sacerdotes han diseñado estrategias como la de crear
instituciones que dictan decretos y expiden leyes y que nos
hemos obligado a obedecer, y tácticas infalibles, entre ellas
la de crear un problema y predicar una solución hasta
implementarla como si fuese la única.

Lo de Nueva York fue una crisis diseñada y provocada


para hacerle sentir al pueblo de los Estados Unidos de
América que sin la existencia de un Banco Central no
habría blindaje contra las crisis financieras. Fue tan
exitosa esta artimaña que, sumada a otras, hizo que el
Congreso y el presidente Wilson le otorgaran a los
testaferros y asociados de la Casa Rothschild el control de
la Reserva Federal [el 23 de diciembre de 1913]. Con semejante
poder, apenas unos meses más tarde [el 2 de agosto de 1914]

financiaron y prendieron la mecha del primer Armagedón,


denominado Primera Guerra Mundial, un terrorismo de
Estado bajo el cual sometieron a Europa para luego
comprarla a precio de quiebra. Pero unas son de cal y otras
son de arena. Entonces no es menos sorprendente que
para el 15 de agosto de ese mismo año se pronunciasen las
fuerzas divinas, encarnadas en Aurobindo y Madre,
quienes presentaron la filosofía de la vida divina como
promesa para la Tierra y revivificaron un proceso de
perfeccionamiento del individuo en las aguas frescas del
espíritu al que denominaron Yoga Integral.

MADRE: «¡Supremo, Maestro eterno!

  106
Los hombres, empujados por el conflicto de fuerzas,
cometen un sacrificio sublime, ofrecen sus vidas en
sangriento holocausto...
Supremo, Maestro eterno, permite que todo eso no sea en
vano, que los inagotables torrentes de Tu Fuerza Divina se
expandan sobre la Tierra, penetrando la enrarecida
atmósfera, las energías en lucha, todo el violento caos de
los elementos en batalla; ¡y que la luz pura de Tu
Conocimiento y el inextinguible amor de Tu Bendición
colmen los corazones, penetren las almas, iluminen las
conciencias y hagan surgir de esta oscuridad, de estas
sombrías, terribles y recias tinieblas, el esplendor de Tu
majestuosa Presencia!
Mi ser está ante Ti en un holocausto integral con el fin de
hacer efectivo su holocausto inconsciente.
Acepta esta ofrenda, responde a nuestro llamado: ¡Ven!»
[Plegarias y meditaciones, 4 de agosto de 1914]

Al segundo Armagedón o Segunda Guerra Mundial,


Aurobindo lo denominó “la Guerra de la Madre” aludiendo
al hecho de que la Madre Creadora, cuya conciencia es la
partera de los mundos, era quien estaba siendo
directamente retada por las fuerzas adversas. Esta
conflagración comprometía todo cuanto la humanidad
había alcanzado en su empeño evolutivo, es decir, que el
futuro de la Tierra podía quedar ya no delante, sino en el
pasado más remoto. Entonces, ya desde 1939, en su poema
Hitler, el Napoleón enano, Aurobindo le reveló al mundo
que el sentido espiritual de esta hecatombe era misión del
Señor de la Falsedad empeñado en retroceder la
humanidad a sus orígenes salvajes.

107 ¡Qué tiempos divinos!


Sabemos por intermedio de Madre que durante los catorce
meses que transcurrieron entre el 1º de enero de 1955 y el
29 de febrero de 1956 se desarrolló un silencioso y tenso
tercer Armagedón. En este lapso de tiempo las fuerzas
antidivinas debían decidir una eventual cooperación. Pero
no sucedió. ¡Ellas se lo perdieron! En la fecha pactada, al
tiempo que se conocía su rechazo a cualquier forma de
sometimiento y su anuncio de salir del juego destrozando
cuanto puedan a su paso, Madre tuvo la experiencia
espiritual del descenso del principio Supramental al físico
sutil de la Tierra. Fue como haber prendido un fósforo en
un cuarto en tinieblas: el nivel de conciencia de la Tierra
fue elevado de golpe a un plano tan alto que ya es del todo
inaccesible para las fuerzas de la inconsciencia. Por
supuesto que estas siguen y seguirán dando palos de ciego
y causando muchos estragos, pero desde ese glorioso día
perdieron la batalla.

SRI AUROBINDO:

«El Napoleón enano (Hitler, octubre de 1939)


Mirad, por voluntad de la fantasía de Maya4
Un milagro violento tiene repentino nacimiento,
                                                                                                               
4
COMENTARISTA: Según las escrituras védicas, hay un Maya superior y un maya inferior.
El Maya superior es el poder creador, la verdadera magia del Mago Supremo, del Mago
Divino; es el poder de la creación fenoménica mediante el cual «emerge del Ser
Supremo (en el que todo es todo, sin la barrera de la conciencia separatista) el ser
fenoménico (en el que el todo está en la parte y la parte está en el todo) para el juego de
la existencia con la existencia, de la conciencia con la conciencia, de la fuerza con la
fuerza, del placer con el placer». El maya inferior es el poder creador utilizado por las
  108
Lo real crece uno con lo increíble.
Bajo el control de su varita mágica
El pequeño logra cosas espléndidas, el vil cosas grandes.
Esta enclenque criatura montaría a horcajadas la tierra
Igual que el coloso inmenso del pasado.
La mente de Napoleón era rápida y audaz y vasta,
Su corazón era calmo y tormentoso como el mar,
Su voluntad dinámica en empuñadura y abrazo.
Su ojo podía abarcar el mundo en un parpadeo
Y ver grandes y pequeñas cosas con soberanía.
Acometió un movimiento de gigantesca profundidad y
alcance
y le dio coherencia a esa esperanza.
Bien distinta esta otra criatura de una arcilla inferior,
Vacía de toda grandeza, como un gnomo de teatrino,
Su naturaleza de hierro y de barro mezclada,
Un diminuto cerebro de estrecho visionario
Astuto y hábil en su mezquino talante,
Un egoísta sentimental pobre y rudo,
Cuyo corazón nunca fue dulce y fresco y joven,
Un precipitado espíritu manejado por anhelos y temores,
Neurótico intenso con sus gritos y lágrimas,
Violento y cruel, malvado, infantil y bruto,
Este chillón orador con su lengua estridente,
Este profeta de una precaria idea fija,
Juega ahora al líder de nuestra marcha humana;
Su poder construirá el futuro arco del triunfo.
Ahora el mundo es para su boca una fruta madura.
Su sombra cae de Londres a Corea.
Ciudades y naciones se derrumban a su paso.
El terror mantiene a los pueblos bajo su control:
El destino del mundo atiende expectante este labio
espumoso.
El poder de un Titán sostiene a este pigmeo,
                                                                                                                                                                                                                                             
Fuerzas [Rakshasa] para el artificio, la ilusión y el arte de engañar; es la ilusión, es «una
conciencia parcial perpleja, incapaz de aprehender la realidad completa, pues vive en el
fenómeno de la Naturaleza móvil [Prakriti] y no tiene la visión del Espíritu [Purusha], de
quien es potencia activa».

109 ¡Qué tiempos divinos!


Tosco instrumento enano de una Fuerza poderosa.
Una Voluntad de envilecer la humanidad hasta la arcilla
Y unificar la Tierra bajo un dominio férreo,
Enemiga de la alegría y la luz del espíritu libre,
Hecha solo de dureza y habilidad y gigantesco poder,
Se empeña en su feroz y descomunal plan.
Apisonando la mente y la voluntad del hombre en un solo
molde
Dócil y rendido a un dominio atroz,
Ella grita sus consignas demoníacas a la multitud.
Pero si su imperio tenebroso fuese tolerado,
Esa supremacía prepararía la hora funesta
En que el Inconsciente recuperaría su derecho,
Y el hombre surgido como el poder consciente de la
Naturaleza,
Se hundiría en la profunda noche original
Compartiendo como todas las formas que lo precedieron,
La fatalidad del mamut y el dinosaurio.
Es la sombra de la túnica del Titán
Que se cierne sobre un mundo presa del pánico.
En su villa en lo alto de la fatal colina
Solitario escucha esa Voz soberana,
que le impone la elección repentina de su acción,
El salto de tigre de una habilidad demoníaca.
Una energía que su cuerpo no puede asimilar
—Demasiado pequeño y humano para tan tremendo
huésped,
Un torturado canal, no un receptáculo feliz—
Le impele a pensar y actuar y llorar y revolcarse.
Así impulsado debe apurarse a conquistarlo todo,
Amenazador y vociferante, brutal, invencible,
Hasta que se topa en su borrascoso camino
Con un demonio mayor —o el rayo fulminante de Dios».
[Obra poética]

SUS AMIGOS: ¿CUÁL ES NUESTRA ARQUITECTURA PSICOLÓGICA?

  110
EL EXPLICADOR: La verdadera diferencia entre nosotros, seres
humanos, y el mundo animal radica en que nosotros somos
un espíritu individualizado que habita un ser animal. Un
caballo, por ejemplo, no es un alma individual, el espíritu
que lo anima es el espíritu de su especie. Por el contrario,
el atavío que nuestra alma ha construido y desarrollado
hasta hoy en el mundo de la forma está compuesto, además
de otros y básicamente por tres seres distintos, cada uno
con su psicología propia:

—El ser material (tamas), cuya psicología es la inercia,


exterioriza la estupidez de la naturaleza física, la falta de
inteligencia, la oscuridad, la duda, la ausencia de fe, la
obstinación, la pereza, la negación de la acción (rajas) y de
la luz (sattva), la resistencia a la transformación, la
ceguera, la inconsciencia, la sandez, la torpeza, la
indolencia, la inactividad, la rutina mecánica; es «la mente
nublada, la vida soñolienta y el alma aletargada».

—El ser vital (rajas), cuyo principio psicológico es el deseo


y la acción, para quien toda faena asume la naturaleza de
un esfuerzo, una lucha, una angustia por apoderarse de
todo asediada por la impotencia; es él quien enciende el
motor de la posesión, la queja, las reclamaciones, la
frustración, la decepción, el sufrimiento, la depresión, el
desánimo, las ansias, las sensaciones, las pasiones, la
lujuria, el egoísmo, el orgullo, la arrogancia, la injuria, la
avaricia, los celos, la envidia, la hostilidad a la verdad y
todos los enemigos del alma.
111 ¡Qué tiempos divinos!
—El ser mental (sattva), cuyo principio psicológico es la
inteligencia, instrumenta y organiza la acción, representa
la más pura cualidad de la Naturaleza, conduce hacia la
asimilación y la mutualidad, el correcto conocimiento y el
conveniente manejo, la armonía, el equilibrio, la justa ley
de acción, la adecuada posesión, pero su conocimiento y
voluntad han sido hasta ahora la luz de una mentalidad
limitada, sirviendo de morada a las preferencias, los
prejuicios, las opiniones, los hábitos, las ideas, las
sugestiones, los señalamientos, los esquemas y las
construcciones mentales.

Esta es la materia prima que alimenta, la que llamamos


“nuestra” personalidad frontal, y tales son los impulsos
que la gobiernan cuando no hemos emprendido el trabajo
de educar y transformar nuestra naturaleza inferior.

SRI AUROBINDO: «Su purificación, no su destrucción —su


transformación, control y utilización es el objetivo que se
persigue, con el que han sido creadas y desarrolladas en
nosotros».
[La síntesis de las yogas]

Por lo demás, también posee magníficos elementos de


fuerza, de luminosidad, de belleza, de nobleza, de bondad,
de sacrificio, de fervor, de divinidad.

No obstante, lo verdaderamente importante es que no


somos ni el cuerpo, ni la vida, ni la mente; ellos son solo los
instrumentos a través de los cuales el alma —que los viene
perfeccionando y que los sostiene— podrá algún día

  112
expresarse en todo el esplendor de una conciencia
divinizada. Hoy aún se conjugan de forma irracional,
mañana lo harán ineludiblemente de forma racional y
algún día en todo el esplendor supramental.

VOZ DE SATPREM: «La mente no es nuestro ser, pues todos


nuestros pensamientos provienen de una mente más vasta
que la nuestra, universal; nuestro cuerpo vital no es
nuestro ser, ni lo son nuestros sentimientos ni nuestros
actos, pues todos nuestros impulsos dimanan de un
cuerpo vital más extenso que el nuestro, universal; nuestro
cuerpo físico tampoco es nuestro ser, pues sus elementos
proceden de una materia y obedecen a unas leyes más
amplias que las nuestras, universales. ¿Qué es, pues, en
nosotros, eso que no es nuestro medio, nuestra familia,
nuestras tradiciones, nuestro matrimonio, nuestro oficio,
ni es el juego de la Naturaleza universal o de las
circunstancias y que hace que cada uno de nosotros sea
“Yo”, aún en el caso de que todo lo demás se desplome? Y,
sobre todo, que sigue siendo yo cuando todo lo demás se
derrumba, porque es la hora de nuestra verdad».
[Sri Aurobindo o la aventura de la conciencia]

SUS AMIGOS: ME EXPLICASTE QUÉ ES EL DHARMA. DIME

ENTONCES QUÉ ES EL KARMA.

EL EXPLICADOR: Es una ley. En todos los planos de la


existencia, no solo el material: cada acción genera su
reacción. Esta ley opera constantemente y rige tanto para
el individuo, como para las colectividades, incluidas las
naciones. Es por eso que se afirma que el karma moldea
nuestro destino. Pero aclaremos algo antes de ir adelante:
se suele hablar del karma como de una especie de castigo

113 ¡Qué tiempos divinos!


moral debido a anteriores acciones, como una nota
reprobatoria que el universo nos adjudica por habernos
portado mal, y tras esta definición precaria e incorrecta se
pretenden excusar incapacidades, desigualdades o
abiertas injusticias. Nada más errado.

Pongámonos de acuerdo sobre algunos principios básicos:


primero, que existe el alma; segundo, que nosotros somos
un alma habitando un cuerpo; tercero, que uno de los
propósitos innegables del alma es su aspiración a
evolucionar hacia planos de existencia superiores, es
decir, que tiende o busca o anhela o aspira a reencontrarse
con su fuente o su origen divino.

Ahora bien, hay quienes creen que esto sucede en el


transcurso de una sola vida —sea longeva o francamente
corta—, lo creen porque están inmersos en el aspecto
material de su existencia y eso es lo que les dictan los
sentidos. Creen lo que ven: que uno nace, uno vive más o
menos bien, más o menos largo o corto, uno se muere y ya.
Aclaro: no me estoy refiriendo a los ateos o a los
agnósticos. Me refiero a personas que se llaman creyentes
pero que no conciben la reencarnación, entre otras cosas
porque nadie les ha contado que era dogma del cristianismo
hasta que un Papa decidió excluirla por inconveniente.
Bueno, el caso es que ellos creen también en un Dios
separado de su Creación, distinto de ella, tan distinto que Él
es bueno pero su Creación es mala, y debe ser por eso que

  114
vive en otro barrio, lejos de ellos, fuera del mundo, en unas
alturas más bien brumosas e inalcanzables mientras se está
con vida. Para estos creyentes el regreso al origen, el
contacto con la fuente, la percepción de la existencia divina,
la experiencia de Dios solo puede darse cuando mueren y
van al Cielo. (No siempre derecho, también han adoptado la
opción transitoria del Purgatorio e incluso la menos
atractiva del Infierno).

Y estamos, entre muchos otros, quienes creemos que


efectivamente el karma es una especie de rueda cíclica,
como se le suele describir, que gira y gira sin fin, pero lo
entendemos como ese largo proceso que se requiere para
que este animal mental reconozca que su cuerpo es la
habitación transitoria de su espíritu, para que recuerde la
eternidad de su alma y se identifique con ella. Porque
creemos que esta es la tarea que venimos a hacer a la
Tierra, por eso nos referimos a este planeta como el
laboratorio divino de la evolución. Pues bien, este
mecanismo del karma suele tardar: una y otra
personalidad, uno y otro cuerpo, en una familia de aquí y
en otra cruzando el Índico, una vez rey y otra mendigo,
una poeta y otra asesino hacen que el alma crezca, por así
decirlo, hacen que experimente y absorba y sintetice todas
las experiencias que su Ser demanda hasta hacer de ella
una individualidad perfecta. Este proceso de
concientización en el tiempo de una existencia física
terrestre es la reencarnación: el alma es eterna, pero como
115 ¡Qué tiempos divinos!
la materia es finita, el cuerpo no puede sostenerle el ritmo
y se envejece y se muere y se funde de nuevo con la
sustancia material, de manera que el alma tiene que
mudar de cuerpo; ella empieza siendo una chispa y,
sirviéndose de este cambio de vehículo, va creciendo y
perfilando su unicidad hasta convertirse en un afinado
instrumento divino en la Tierra. Porque cada ser, cada uno
de nosotros es un aspecto único e irrepetible de Dios. Nada
ni nadie puede copiar, reemplazar o privarnos de esa
unicidad divina, y esta no se repite aquí ni en ningún
rincón del universo manifiesto.

Entonces no es una personalidad mortal, deleznable y


sometida a una u otra debilidad, ni es un ego, ni es una
destreza, ni una forma cualquiera de la vanidad, ni un
apellido, ni una tradición, por magníficos que sean, los que
vuelve a nacer, ES EL ALMA, cuya esencia divina, eterna e
infinita, porta en ella el extracto experiencial de todo lo
vivido. Y nuestras diferencias humanas solo ratifican el
libre juego de la diversidad y hablan del estado de
evolución de cada uno, no de su capacidad para
evolucionar ni de que sea indigno de escalar los peldaños
de la conciencia ni de su falta de merecimiento espiritual
ni de su valor divino e intrínseco, porque en ello todos
somos iguales y es a lo que aluden las diversas religiones
cuando dicen que estamos hechos a imagen y semejanza
del Creador. ¿Qué le aportaría al Divino, al cosmos y a la
existencia misma hacer reencarnar eternamente a Juan
  116
Pérez, con su carácter deplorable, con sus mismas manías,
con sus supercherías, con su rabia congénita, con su tos
crónica, y nombrarlo indefinidamente el vicepresidente
administrativo o jurídico de la Casa Rothschild?

SRI AUROBINDO: «Nuestra existencia es una suerte de


refracción de la existencia divina, en un orden invertido
de ascenso y descenso, organizado de la siguiente manera:
Existencia Materia
Conciencia-Fuerza Vida
Deleite Psíquico
Supramente Mente
El Divino desciende desde la existencia pura, a través del
juego de la Conciencia-Fuerza y el Deleite, y el medio
creador de la Supramente, hasta convertirse en un ser
cósmico; nosotros ascendemos desde la Materia, a través
de una vida, alma y mente en evolución, y del medio
iluminador de la Supramente, hacia el ser divino. El
punto de unión entre los dos hemisferios —el superior y el
inferior— es allí donde la mente y la Supramente
coinciden, separadas por un velo. Para que la humanidad
pueda llevar una vida divina en la Tierra la condición es la
rasgadura del velo; porque mediante esta rasgadura,
mediante el luminoso descenso de la naturaleza del ser
superior hasta la del inferior y el ineludible ascenso del ser
inferior hacia la naturaleza del superior, la mente puede
recuperar su luz divina en la Supramente que todo lo
abarca, el alma puede consumar su naturaleza divina en el
omnipresente Deleite de la existencia, la vida puede volver
a poseer su poder divino en el juego de la omnipotente
Conciencia-Fuerza, y la Materia puede abrirse a su libertad
como una forma de la Existencia divina. Y si hubiese un
propósito para la evolución que halle aquí su actual
corona y cabeza en el ser humano, distinto del eterno girar
cíclico o del escape individual de aquella rueda; si el

117 ¡Qué tiempos divinos!


potencial infinito de esta criatura, que aquí se yergue sola
entre el Espíritu y la Materia con el poder para mediar
entre ambos, tiene cualquier otro significado distinto del
despertar definitivo de la ilusión de la vida mediante la
desesperación y el disgusto del esfuerzo cósmico y su total
rechazo, entonces incluso una transfiguración tan
luminosa y potente y un surgimiento del Divino en la
criatura debe ser aquel propósito elevado y aquella
significación suprema».
[La vida divina]

Cada alma viene a saborear todas y cada una de las


posibilidades de la presencia y de la ausencia de Dios, todos
y cada uno de sus aspectos y sus atributos manifiestos, en
otras palabras, de la Luz y de la Oscuridad. Haber iniciado
este camino desde la absoluta Inconsciencia e Ignorancia
engendró el sufrimiento, y este lo ha hecho aún más largo,
pero es también, aunque todavía nos parezca cruel y difícil
aceptarlo, lo que nos ha concedido el tiempo para probarlo
todo, para vivirlo todo.

SRI AUROBINDO:
«El hombre en la vida del mundo da forma a los sueños de
Dios.
Pero todo está allí, incluso los opuestos divinos;
Él es una pequeña fachada de las obras de la Naturaleza,
Un contorno pensante de una Fuerza críptica.
En él ella revela todo lo que en ella es,
Sus glorias caminan en él y sus tinieblas».
[Savitri, VII:2]

¿Qué le añadimos a esta dinámica los aurobindianos? Que


estamos totalmente seguros del concepto del Paraíso en la

  118
Tierra, en cuanto creemos que parte del propósito del alma
es precisamente recordar a Dios desde la materia,
despertarlo desde la célula misma, y poner a su servicio, al
servicio del dios individual e interior que nos constituye,
nuestra mente, nuestro corazón y nuestra voluntad.

MADRE: «O Tú a quien puedo llamar mi Dios, Tú que eres


la forma personal del Trascendental Eterno, Causa,
Fuente y Realidad de mi ser individual, Tú que, a través
de los siglos y milenios lentamente, sutilmente, has
amasado esta Materia, de manera que un día pudiera
identificarse conscientemente Contigo, no ser sino Tú; O
Tú que te has aparecido ante mí en todo Tu divino
esplendor —este ser individual en toda su complejidad se
ofrece a Ti en un acto de suprema adoración; aspira en su
totalidad a identificarse Contigo, a ser Tú mismo,
eternamente Tú, a sumergirse para siempre en Tu
Realidad. ¿Pero está listo para eso? ¿Se ha consumado
plenamente Tu obra? ¿No hay ya en él sombra alguna,
ignorancia alguna, limitación alguna? ¿Puedes Tú por fin
tomar posesión definitiva de él y, en la transformación
más sublime, más integral, arrancarlo para siempre del
mundo de la Ignorancia y hacerlo vivir en el mundo de la
Verdad?
O quizás Tú eres yo misma despojada de todo error y
limitación. ¿Me he convertido integralmente en este “yo”
verdadero en todos los átomos de mi ser? ¿Efectuarás Tú
una transformación fulminante, o será esta aún una
acción lenta en la que célula tras célula deba ser
arrebatada a su noche y a sus límites?...
Tú eres el Soberano listo a tomar posesión de Tu reino;
¿no hallas aún Tu reino suficientemente preparado para
incorporarlo a Ti del todo, para fundirlo en Ti?
¿Se realizará por fin el gran milagro de la Vida Divina
integral e individual?»
[Plegarias y meditaciones, 15 de enero de 1916]

119 ¡Qué tiempos divinos!


Creemos también que el tiempo de esa divinización de la
materia ya está aquí y que es definitivo el despertar
permanente de nuestra conciencia, y entendemos lo que
sucede en el mundo desde 1956 como el doble movimiento
de la ascensión de nuestro ser mental y del descenso de la
conciencia supramental.

SRI AUROBINDO: «Todo cambiaría si de una vez por todas


el hombre consintiera en ser espiritualizado; pero su
naturaleza mental y vital y física es rebelde a la ley
superior. El hombre ama su imperfección.
El Espíritu es la verdad de nuestro ser; la mente y la vida y
el cuerpo en su imperfección son sus máscaras, pero en su
perfección deberían ser sus moldes. Ser solo espiritual no
es suficiente; eso prepara una serie de almas para el cielo,
pero deja a la Tierra justo donde estaba. Tampoco un
compromiso es el camino de la salvación.
El mundo conoce tres tipos de revolución. La material
tiene fuertes resultados, la moral y la intelectual son
infinitamente más amplias en su alcance y más ricas en sus
frutos, pero las espirituales son las grandes siembras.
Si el triple cambio pudiera coincidir en una perfecta
correspondencia, un trabajo impecable se llevaría a cabo,
pero la mente y el cuerpo de la humanidad no pueden
aguantar perfectamente una fuerte irrupción espiritual: la
mayoría se desperdicia, y casi todo el resto se corrompe. Se
necesitan muchas removidas intelectuales y físicas de
nuestro suelo para obrar un nimio resultado a partir de
una extensa siembra espiritual.
Cada religión ha ayudado a la humanidad. El paganismo
acrecentó en el hombre la luz de la belleza, la grandeza y la
altura de su vida, su mira puesta en una perfección
carismática; el cristianismo le dio una visión del amor

  120
divino y de la caridad; el budismo le ha mostrado una
manera noble de ser más sabio, más gentil, más puro; el
judaísmo y el islamismo cómo ser religiosamente fiel en la
acción y celosamente devoto a Dios; el hinduismo le ha
abierto las más amplias y profundas posibilidades
espirituales. Se lograría una gran cosa si todas estas
visiones de Dios pudieran abrazarse y fundirse la una en la
otra; pero el dogma intelectual y el egoísmo de los cultos
se interponen en el camino.
Todas las religiones han salvado un número de almas,
pero todavía ninguna ha sido capaz de espiritualizar a la
humanidad. Para ello no se requieren cultos ni credos,
sino un esfuerzo sostenido e integral del individuo en su
evolución espiritual.
Los cambios que hoy vemos en el mundo son
intelectuales, morales, físicos en su ideal y en su intención:
la revolución espiritual espera su hora, y mientras tanto
expele sus ondas aquí y allá. Hasta que llegue, el
significado de esos cambios no se puede entender y hasta
entonces todas las interpretaciones de los eventos actuales
y los pronósticos sobre el futuro del hombre son cosas
vanas. Porque su naturaleza, su poder y su suceso son
aquello que determinará el próximo ciclo de nuestra
humanidad».
[Pensamientos y destellos]

MADRE: «Estas cosas no se pueden armonizar ni sintetizar


en la conciencia mental. Para esto hace falta elevarse hasta
encontrar la idea que está detrás del pensamiento. Sri
Aurobindo muestra aquí, por ejemplo, lo que cada una de
estas religiones representa en esfuerzo humano, aspiración
y realización. En lugar de tomar estas religiones en sus
formas externas, que son precisamente los dogmas y
conceptos intelectuales, si las tomamos en su espíritu, en
el principio que representan, no hay dificultad para
unificarlas. Son simplemente diversos aspectos del
progreso humano que se complementan mutuamente muy

121 ¡Qué tiempos divinos!


bien y deberían estar unidos incluso a muchos otros más
para formar un progreso más total y más completo, una
comprensión más perfecta de la vida, una aproximación
más integral al Divino. E incluso no basta con esta
unificación, que ya exige un retorno al espíritu que
respalda las cosas; hay que añadirle una visión del futuro,
la meta hacia la cual se está moviendo la humanidad, la
futura realización del mundo, esa última “revolución
espiritual” de la que habla Sri Aurobindo, que abrirá una
nueva era, es decir, la revolución supramental.
En la conciencia supramental todas estas cosas dejan de
ser contradictorias o excluyentes. Todas ellas se tornan
complementarias. Es solo la forma mental la que divide.
Lo que esta forma mental representa debería estar unido a
lo que todas las formas mentales representan, con el fin de
hacer un todo armónico. Y esa es la diferencia esencial
entre una religión y una verdadera vida espiritual.
La religión existe casi exclusivamente en sus formas, sus
cultos, en un determinado conjunto de ideas, y se hace
grandiosa solo a través de la espiritualidad de unos pocos
individuos excepcionales, mientras que la verdadera vida
espiritual, y sobre todo lo que será la realización
supramental, es independiente de toda forma precisa,
intelectual, de toda forma de vida limitada. Abarca todas
las posibilidades y manifestaciones, y las convierte en la
expresión, el vehículo de una verdad superior y universal.
Una nueva religión no solo sería inútil, sino muy
perjudicial. Hay que crear una nueva vida; hay que
expresar una nueva conciencia. Esto es algo que va más
allá de los límites intelectuales y las fórmulas mentales. Es
una verdad viviente la que debe manifestarse.
Todo en su esencia y su verdad debería ser incluido en
esta realización. Esta realización debe ser una expresión
tan total, tan completa, tan universal como sea posible de
la realidad divina. Solo eso puede salvar a la humanidad y
al mundo. Es la gran revolución espiritual de la que habla
Sri Aurobindo. Y es lo que él ha querido que realicemos».
  122
[Preguntas y respuestas, 3 de abril de 1957]

En este escenario, el Señor K representando una fuerza de


la Naturaleza, todos nosotros en calidad de individuos, y el
Señor K junto a nosotros a título de humanidad,
necesitamos integrar un mismo equipo, dejar atrás el ciclo
de la competitividad, del egoísmo, de la codicia, de las
pasiones, del todos contra todos, e inaugurar juntos el
juego de la manifestación divina en la Tierra.

Fuerza, poder y moneda sustentaron el proceso de


compulsión biológica que necesitó la Naturaleza para hacer
del hombre lo que somos hoy. Por eso el Señor K fue el
Señor del Kapital (el Amo de la moneda). Pero no podemos
olvidar que su jefe en la escena cósmica ha sido el Señor de
la Falsedad. Nuestra obligación es, entonces, hacerle saber
al Señor K que si no abdica de buena gana, la humanidad se
batirá para hacer valer sus derechos y sus privilegios. En
términos de práctica política esto significa que
abandonaremos finalmente la vieja postura del perro, que
consistía en ladrar en las calles, en aullar consignas
agresivas, en gruñir mientras se profieren insultos y se
responde con violencia a la violencia. De qué vale actuar
así si el Señor K tiene sus propios perros, pues en eso ha
convertido a todos nuestros hermanos que hoy le sirven de
policías, de guardaespaldas, ejércitos enteros que aseguran
su estructura absolutista, y a los que nosotros
alimentamos no solo con nuestros impuestos, sino con
123 ¡Qué tiempos divinos!
nuestra confusión y nuestra tendencia a ver y juzgar en el
otro la debilidad que no hemos podido resolver en nosotros
mismos.

VOZ DE UN PERIODISTA NORTEAMERICANO: «Informamos


hace poco más de una semana que J. P. Morgan había
hecho una donación inquietantemente grande (4,6
millones de dólares) a la Fundación de la Policía de Nueva
York. [...] Y resulta que las grandes firmas de servicios
financieros también han estado comprando protección
policíaca en Nueva York. Literalmente. Pam Martens [...]
describe un programa que permite a las empresas privadas
pagarle a la alcaldía de la ciudad para que les ponga un
policía en su calle. No, no me lo estoy inventando. Ah, y
los policías de camisa blanca, que parecen ser los que con
mayor agresividad persiguen a los manifestantes (sobre
todo, el que infamemente cogió a bolillo a un grupo de
mujeres), se dice que son los supervisores y que están al
servicio de las empresas. [...] Esta noticia me parece muy
preocupante. Y aunque he escrito cómo los EUA se están
volviendo una corpocracia estilo Mussolini, hemos
avanzado mucho más en esa dirección de lo que hasta
ahora me había percatado».
[Policía privada ronda Wall Street vestida con uniformes del
Departamento de Policía de Nueva York, Internet,
publicado el 10 de octubre de 2011, 09:47 PM PDT]

¿Qué figura le opondremos a esta postura política de


perros rabiosos, que hasta ahora solo ha servido para
ahondar las diferencias y las divisiones, para nutrir odios
y rencores en beneficio del Señor de la Falsedad? Yo
propongo una nueva actitud y la llamo la postura del león.
Se basa en un silencio sereno, en una completa calma, en la
confianza absoluta en nuestro Dios interior, en la certeza

  124
de nuestro destino divino en esta Tierra, en la
inquebrantable convicción de que un torrente de Fuerza
paciente, constante, firme, perseverante, activa, despierta,
consciente y corajuda alimenta el espíritu indomable y
victorioso del guerrero sagrado que ha de surgir de
nosotros para dar la lucha final en esta batalla de los
espíritus. Pero, y esto debo decirlo con firmeza, si la razón
no logra vencer la irracionalidad, ninguno de nosotros
aceptará ser violentado, ninguno agachará la cabeza ni se
dejará doblegar pasivamente, y es entonces cuando saldrá
a flote nuestra real y genuina solidaridad social.

Porque recuerda, ¡esta es la hora de Dios!

Exeunt

125 ¡Qué tiempos divinos!


Escena 5
A propósito de nuestra revolución espiritual

SRI AUROBINDO: «Una religión de la humanidad puede


ser o bien un ideal intelectual y sentimental, un dogma
vivo con efectos intelectuales, psicológicos y prácticos, o
bien una aspiración espiritual y una norma de vida, en
parte la señal, en parte la causa de un cambio de alma en
la humanidad. La religión intelectual de la humanidad
hasta cierto punto ya existe, parcialmente como un credo
consciente en las mentes de unos pocos, parcialmente
como una potente proyección en la conciencia de la raza.
Es la proyección de un espíritu que aún no ha nacido,
pero que está preparando su nacimiento. Este mundo
material nuestro, además de las entidades plenamente
encarnadas del presente, está poblado de poderosas
sombras, espectros de cosas muertas y el espíritu de cosas
que aún no han nacido. Los espectros de las cosas muertas
son realidades muy cargantes y ahora abundan, espectros
de religiones muertas, de artes muertas, de moralidades
muertas, de teorías políticas muertas, que aún pretenden
ya sea mantener sus cuerpos en descomposición o animar
parcialmente el cuerpo existente de las cosas. Existen esos
espíritus no natos que aún son incapaces de tomar un
cuerpo definido, pero que ya nacieron en la mente y
existen como influencias de las que la mente humana está
consciente y a las que ahora responde en un estilo errático
y confuso. La religión de la humanidad nació en la mente
de los pensadores racionalistas del siglo XVIII, quienes la
presentaron como un sustituto para el espiritualismo
formal de la cristiandad eclesiástica. Ella trató de darse a sí
misma un cuerpo dentro del positivismo, el cual fue a su
vez un intento por formular los dogmas de esta religión,
pero sobre una base demasiado pesada y severamente
racionalista para ser aceptada incluso por una Edad de la
Razón. El humanismo ha sido su resultado emocional más
prominente. La filantropía, el servicio social y otras
  126
actividades relacionadas han sido la expresión manifiesta
de sus buenas obras. La democracia, el socialismo y el
pacifismo son, en gran medida, sus derivados o al menos
deben mucho de su vigor a su presencia interior.
Su idea fundamental sostiene que la humanidad es la
divinidad que debe ser adorada y servida por el hombre y
que el respeto, el servicio, el progreso del ser humano y de
la vida humana son el deber principal y el objetivo
principal del espíritu humano. Ningún otro ídolo, ni la
nación, ni el Estado, ni la familia, nada más debe tomar su
lugar; todos ellos son dignos de respeto únicamente en
cuanto son imágenes del espíritu humano y enaltecen su
presencia y ayudan a su automanifestación. Pero allí
donde el culto de estos ídolos busca usurpar el lugar del
espíritu y hace demandas inconsistentes con su servicio,
estos deben dejarse a un lado. Ningún precepto de viejos
credos, religiosos, políticos, sociales o culturales, es válido
cuando contradice los derechos del espíritu. Incluso a la
ciencia, a pesar de ser uno de los principales ídolos
modernos, no se le debe permitir hacer exigencias
contrarias al temperamento ético y a sus fines morales,
pues la ciencia solo es valiosa en cuanto contribuye y sirve
mediante el conocimiento y el progreso a la religión de la
humanidad. La guerra, la pena de muerte, la destrucción
de la vida humana, la crueldad bajo todas sus formas ya
sea cometida por el individuo, el Estado o la sociedad, no
solo la crueldad física, sino la crueldad moral, la
degradación de cualquier ser humano o de cualquier clase
de seres humanos bajo cualquier dudosa invocación o en
nombre de cualquier interés, la opresión y la explotación
del hombre por el hombre, de una clase por otra, de una
nación por otra y todas esas costumbres de la vida e
instituciones de la sociedad de un tipo similar a los que la
religión y la ética antes toleraban o incluso cuya práctica
favorecían, sea lo que sea que puedan hacer en su norma o
credo ideal, son crímenes contra la religión de la
humanidad, abominables para su mente ética, prohibidos
por sus principios básicos, siempre han de combatirse, en
ningún grado han de ser tolerados. El hombre debe ser
127 ¡Qué tiempos divinos!
sagrado para el hombre, independientemente de toda
distinción de raza, credo, color, nacionalidad, estatus,
posición política o social. El cuerpo del hombre debe ser
respetado, preservado de la violencia y el ultraje,
fortalecido por la ciencia contra la enfermedad y frente a
una muerte evitable. La vida del hombre debe
considerarse sagrada, ser preservada, consolidada,
ennoblecida, exaltada. El corazón del hombre debe
considerarse sagrado también, dársele campo de acción,
protegerlo de la profanación, de la opresión, de la
mecanización, librarlo de influencias empequeñecedoras.
La mente del hombre debe ser liberada de todas las
ataduras, permitírsele libertad y alcance y oportunidades,
dársele todos los medios de auto-entrenamiento y
autodesarrollo, y organizar el juego de sus poderes al
servicio de la humanidad. Y además todo esto no debe
considerarse como una abstracción o como un
sentimiento piadoso, sino ser reconocido práctica y
plenamente en la persona de los hombres, de las naciones
y del género humano. Tal es, en líneas generales, la idea y
el espíritu de la religión intelectual de la humanidad.
Basta comparar la vida, el pensamiento y los sentimientos
del hombre de hace uno o dos siglos con la vida,
pensamiento y sentimientos del hombre de antes de la
Primera Guerra Mundial [este texto fue publicado el 15 de junio de 1918]
para ver la gran influencia que ha ejercido esta religión de
la humanidad y el fructífero trabajo que ha hecho. Ella
llevó a cabo con rapidez muchas cosas que la religión
ortodoxa fue incapaz de concretar, sobre todo porque
actuó constantemente como un disolvente crítico e
intelectual, un adversario implacable de lo que es, un
campeón inquebrantable de lo que será, siempre fiel al
futuro, mientras que la religión ortodoxa se alió con las
potencias del presente e incluso del pasado, se encadenó a
un pacto con ellos y solo pudo actuar en el mejor de los
casos como una fuerza moderadora y no como una fuerza
reformadora. Más aún, esta religión tiene fe en la
humanidad y en su futuro terrestre y en consecuencia

  128
puede ayudar al progreso humano en la Tierra, mientras
que las religiones ortodoxas miraban la vida terrenal del
hombre con ojos de piadoso dolor y aflicción y se
apresuraban a invitarlo a soportar quieta y resignadamente
—incluso a darles la bienvenida a— sus crudezas, sus
crueldades, sus opresiones, sus tribulaciones como un
medio para aprender a apreciar y a merecer la mejor vida
que nos será dada en el más allá. La fe, incluso una fe
intelectual, siempre debe ser una trabajadora de milagros,
y esta religión de la humanidad, aún sin haber tomado
forma corporal ni apariencia militante o un medio visible
de autorrealización, fue sin embargo capaz de efectuar en
gran parte lo que se propuso. Hasta cierto punto
humanizó la sociedad, humanizó la ley y el castigo,
humanizó la actitud del hombre hacia el hombre, abolió la
tortura legal y las formas más crudas de esclavitud, levantó
a los deprimidos y reivindicó a los humillados, le dio
grandes esperanzas a la humanidad, estimuló la filantropía
y la caridad y el servicio a la humanidad, alentó por
doquier el deseo de libertad, puso un freno a la opresión y
redujo considerablemente sus manifestaciones más
brutales. Casi tuvo éxito en humanizar la guerra y quizás
lo habría logrado del todo de no haber sido por la
tendencia opuesta de la ciencia moderna. Hizo posible
que el hombre concibiera que un mundo sin guerra era
imaginable sin tener que esperar la Edad de Oro cristiana.
En todo caso, el cambio que se produjo fue tal que,
mientras la paz solía ser un raro interludio en medio de
una guerra constante, la guerra se convirtió en un
interludio, si bien un interludio bastante frecuente, en
medio de una paz, si bien hasta ahora solo de una paz
armada. Ese puede que no sea un gran paso, pero es, de
todas maneras, un paso hacia adelante. Ella aportó nuevos
conceptos sobre la dignidad del ser humano y abrió ideas
y perspectivas nuevas para su educación, su desarrollo y
sus potencialidades. Ella impartió luz; hizo al hombre más
sensible a su responsabilidad frente al progreso y la
felicidad de la especie; elevó el nivel promedio del respeto
de sí y de las capacidades de la humanidad; le dio
129 ¡Qué tiempos divinos!
esperanza al siervo, autoafirmación al oprimido e hizo del
trabajador, en su condición de hombre, un igual en
potencia del rico y del poderoso. Cierto, si comparamos lo
que es con lo que debería ser, lo alcanzado hasta hoy con
el ideal, todo esto nos parecerá un exiguo trabajo de
preparación. Pero fue un récord notable para un siglo y
medio o un poco más y para un espíritu desprovisto de
cuerpo que tuvo que trabajar con los instrumentos que
pudo encontrar y que aún no tenía ni forma, ni
habitación ni motor visible que le permitiera una acción
concentrada. Aunque quizás fue en ello que residió su
poder y su ventaja, dado que la salvó de cristalizarse en
una forma y de petrificarse o por lo menos de perder la
mayor libertad y sutileza de su acción.
Sin embargo, para hacer realidad todo su futuro esta idea
y religión de la humanidad debe volverse más explícita,
más insistente y más categóricamente imperativa. De lo
contrario solo actuará con claridad en las mentes de unos
pocos y con las masas será apenas una influencia
modificadora, pero no se convertirá en la norma de vida
humana. Y en tanto que esto sea así, ella no puede
prevalecer por completo sobre su enemigo principal. Este
enemigo, el enemigo de toda religión real, es el egoísmo
humano, el egoísmo del individuo, el egoísmo de clase y el
de la nación. Durante un tiempo ella pudo suavizarlos,
atenuarlos, forzarlos a frenar sus manifestaciones más
arrogantes, abiertas y brutales, obligarlos a adoptar
mejores instituciones, pero no a abrirle espacio al amor de
la humanidad, ni a reconocer una unidad real entre los
hombres. Pues tal debe ser esencialmente la meta de la
religión de la humanidad, al igual que debe ser la meta
terrestre de toda religión humana: amor, reconocimiento
mutuo de una fraternidad humana, vivo sentido de la
unicidad y praxis de la unicidad humana en el
pensamiento, los sentimientos y la vida, ideal que fue
expresado por primera vez hace unos miles de años en el
antiguo himno védico y que siempre debe permanecer
como el más alto precepto del espíritu en nosotros para

  130
con la vida humana en la Tierra. Hasta que esto no se
haya dado, la religión de la humanidad seguirá sin
consumarse. Una vez dado esto, el único cambio
psicológico necesario se habrá efectuado, el cambio
psicológico sin el cual ninguna unidad formal y mecánica,
política y administrativa puede ser real y segura. Si este
solo cambio se efectúa, la unificación externa de la
humanidad podría incluso no ser indispensable o, si lo es,
se producirá naturalmente, no por medios catastróficos,
como parece probable hasta ahora, sino por la sola
insistencia de la mente humana, y tal unificación estará
garantizada por una necesidad esencial de nuestra
naturaleza humana, más perfeccionada y más desarrollada.
Pero es este el dilema: si una religión de la humanidad,
una religión puramente intelectual y sentimental, bastará
para provocar un cambio de tal magnitud en nuestra
psicología. La debilidad de la idea intelectual, incluso
cuando se apoya en un llamado a los sentimientos y las
emociones, consiste en que no penetra hasta el centro del
ser humano. El intelecto y los sentimientos son solo
instrumentos del ser y pueden ser o bien los instrumentos
de su forma inferior y exterior o bien del hombre interior
y superior: siervos del ego o canales del alma. El propósito
de la religión de la humanidad se formuló en el siglo XVIII
mediante una especie de intuición básica; ese propósito
era y continúa siendo recrear la sociedad humana a
imagen de tres ideas afines: libertad, igualdad y
fraternidad. Ninguna de ellas ha sido realmente
conquistada a pesar de todos los progresos. La libertad,
que ha sido tan ruidosamente proclamada como esencial
al progreso moderno, es una libertad externa, mecánica e
irreal. La igualdad, que ha sido tan perseguida y batallada,
es asimismo externa y mecánica y terminará siendo una
igualdad irreal. En cuanto a la fraternidad, ni siquiera se
considera como un principio práctico de organización de
la vida y lo que se nos presenta como su substituto es un
principio externo y mecánico de asociación paritaria o, en
el mejor de los casos, una camaradería laboral. Esto es
porque la idea de humanidad en una edad intelectual ha
131 ¡Qué tiempos divinos!
sido obligada a enmascarar su verdadero carácter de
religión, de cosa del alma y del espíritu, y a apelar a la
mente vital y física del hombre y no a su ser interior. Su
esfuerzo se ha limitado a intentar revolucionar las
instituciones políticas y sociales y a modificar las ideas y
sentimientos de la mente humana común con el fin de
volver prácticas estas instituciones; ha obrado sobre el
mecanismo de la vida humana y sobre la mente externa
más que sobre el alma de la especie. Ha trabajado para
establecer libertad, igualdad y ayuda mutua políticas,
sociales y legales en el seno de una asociación paritaria.
Pero aunque estos objetivos tienen gran importancia en su
propio campo, no son el asunto central; ellos solo pueden
garantizarse cuando se fundamentan en un cambio de la
naturaleza interior del hombre y en su manera interior de
vivir; en sí mismos solo tienen importancia como medios
para dar una más amplia perspectiva y un mejor campo al
desarrollo del hombre hacia ese cambio y, una vez
alcanzado, como la manifestación exterior de una vida
interior más vasta. Libertad, igualdad, fraternidad son tres
divinidades del alma; no se pueden alcanzar realmente a
través de los mecanismos exteriores de la sociedad ni el
hombre las puede realizar mientras viva exclusivamente en
el ego individual o colectivo. Cuando el ego reclama
libertad, termina en un individualismo competitivo.
Cuando reivindica igualdad, se topa primero con el
conflicto, y luego, en un esfuerzo por ignorar las
variaciones de la Naturaleza y como único medio que le da
resultado, construye una sociedad artificial y mecánica.
Una sociedad que persigue la libertad como su ideal es
incapaz de llevar a cabo la igualdad; una sociedad que
aspira a la igualdad estará obligada a sacrificar la libertad.
Y para el ego hablar de fraternidad es hablar de algo
opuesto a su naturaleza. Todo lo que conoce es la
asociación encaminada a la búsqueda de fines egoístas
comunes y lo máximo que puede alcanzar es una
organización más rigurosa para la distribución pareja del
trabajo, la producción, el consumo y la diversión.

  132
No obstante, la fraternidad es la clave real del triple
evangelio de la idea de humanidad. La unión de la
libertad y la igualdad solo puede lograrse mediante el
poder de la fraternidad humana y no puede basarse en
nada distinto. Pero la fraternidad existe solo en el alma y
por el alma; no puede existir por nada más. Pues esta
fraternidad no es un asunto de parentesco físico, ni de
asociación vital ni de acuerdo intelectual. Cuando el alma
exige libertad, es la libertad de desarrollarse, de desarrollar
el divino en el hombre y en todo su ser. Cuando demanda
igualdad, lo que está demandando es esa libertad para
todos por igual y el reconocimiento de la misma alma, la
misma divinidad en todos los seres humanos. Cuando
pugna por fraternidad, está basando esa igual libertad de
desarrollo en un objetivo común, una vida común, una
unidad de pensamiento y de sentimiento fundada en el
reconocimiento de esta unidad espiritual interior. De
hecho, esta trinidad constituye la naturaleza misma del
alma; porque la libertad, la igualdad y la unidad son los
atributos eternos del Espíritu. Reconocer prácticamente
esta verdad, despertar el alma en el hombre y tratar de
hacerlo vivir en su alma y no en su ego es el significado
más profundo de la religión, y es a ello que debe llegar la
religión de la humanidad si desea consumarse plenamente
en la vida de la especie».
[El ideal de la unidad humana]

SUS AMIGOS: GRACIAS, QUÉ BIEN ME HA HECHO ESCUCHARTE. SI

HE DE FORMULARTE OTRAS PREGUNTAS SERÁ PARA SABER

MÁS Y CONOCER MEJOR, NO POR FALTA DE CONFIANZA.

EMPIEZA PARA MÍ ESTE OTOÑO AMERICANO, ADHIERO DESDE

HOY AL 99%.

EL EXPLICADOR: Gracias a ti por derrotar a los tres terribles


enemigos: el miedo, la duda y el escepticismo. Y por darme

133 ¡Qué tiempos divinos!


la oportunidad de hacerte esta aclaración: este otoño
americano, que ya se extiende desde Santiago hasta Nueva
York, pero que abrazará nuestra América toda, sin dejar
resquicio, es para mí la lucha del 100% de la humanidad,
porque nadie debe quedar ni ha de quedar por fuera.

Este despertar que apenas se inicia me da el coraje para


decir en voz alta cosas que he estado guardando en mi
corazón. Por ejemplo, que desde el punto de vista de la
evolución social, un día no muy lejano entenderemos por
qué los años 1919 y 1956 fueron tal vez los más
importantes de toda la historia de la humanidad.

El primero de ellos, 1919, porque acunó la aparición de la


Sociedad de Naciones, herramienta que dio vida al proceso
que denominamos globalización cuando solo podíamos ver
en él su aspecto de concentración económica, de
dominación política, de homogeneización cultural y de
control imperial, pero que en términos aurobindianos ya
podemos entender desde un nivel más alto de conciencia, y
entonces ahora sabemos que no es otra cosa que la
Naturaleza juntando todos los elementos que han de ser
parte de la gestación de una nueva civilización humana.

En cuanto a 1956, fue un año trascendental porque el 29


de febrero la Naturaleza confirmó a quienes supieron
escucharla que había creado ya las condiciones especiales
en la vida de la Tierra para que surgiera una nueva
especie, para que estos elementos que encarnamos como

  134
raza humana fueran mejorados, amplificados y
transformados quizás tanto que producirán otra especie,
pero aquí mismo, sin necesidad de volver a iniciar el ciclo
evolutivo o de excluirnos de él.

SUS AMIGOS: ¿Y CON QUÉ CONTAMOS AHORA MISMO PARA


CONSTRUIR ESA NUEVA CIVILIZACIÓN Y ESA NUEVA ESPECIE?

EL EXPLICADOR: El espíritu de los tiempos ya descendió, está


entre nosotros, busca un cuerpo colectivo lo
suficientemente estable, abarcador y robusto dónde
encarnar, y su mantra reza: “A problemas globales,
soluciones globales”. Quien lo escuche atentamente, quien
le ponga a disposición un esqueleto, aunque precario, para
que él lo insufle de vida, quien primero se sirva de él, será
quien le de cuerpo a la nueva civilización. Reitero esa frase
de Aurobindo cuando nos habla de lo que está por suceder
y nos dice que «su naturaleza, su poder y su suceso son
aquello que determinará el próximo ciclo de nuestra
humanidad». En otras palabras, dependiendo de quién
acoja, absorba e incorpore este espíritu a la vida de la
Tierra, así mismo será el cambio. Y ahora, en este
momento del juego de la manifestación divina, solo hay dos
opciones: el Señor K o el 100%.

Nuestras herramientas y con ellas los pasos a seguir


emanan de tres síntesis:

135 ¡Qué tiempos divinos!


1) Tomar el control de la vida en la Tierra. Sin eso nada se
puede hacer. ¿Qué significa? Sintetizar la contradicción
capital-trabajo.

2) Deshacerse del amo y poner la moneda al servicio de la


humanidad. El nuevo principio rector sería entonces la
autodeterminación. Su realización es probable al interior
de una organización política mundial, idealmente de tipo
federal, originada en el alma liberta del individuo y de cada
nación o agregado social que surja de manera espontánea.
Aquí la síntesis se expresa en el agregado social más vasto
que podamos soñar: la Tierra regida por el principio de
unidad en la libre diversidad.

3) La superación del animal mental y su transformación


en la verdadera Persona Divina. Este proceso de
perfeccionamiento material y espiritual del ser humano, le
permitirá participar consciente y voluntariamente en el
diseño de su nueva especie. Aurobindo nos reveló la
fórmula para lograr esta síntesis: se llama La síntesis de
las yogas.

  136
EL EXPLICADOR: SRI AUROBINDO, ¿HACIA QUÉ TIPO DE SOCIEDAD
NOS DIRIGIMOS?

SRI AUROBINDO: «La sociedad ideal es el vehículo de la


Divinidad que habita dentro de un agregado humano, el
carruaje para la travesía de Jagannatha5. Unidad, Libertad,
Conocimiento y Poder constituyen las cuatro ruedas de
este carruaje.
La sociedad creada por el intelecto humano o por el juego
de los impulsos vitales impuros de la Naturaleza pertenece
a un orden diferente: aquí no es el carruaje de Dios el que
dirige el destino de la colectividad, sino una deidad
disfrazada que deforma la intuición divina encubriendo al
Dios interior; es más bien el vehículo del ego colectivo.
Vaga sin rumbo a lo largo de un camino abarrotado de
placeres, arrastrado por las decisiones inmaduras y
parciales del intelecto, y por los lerdos impulsos, tanto
viejos como nuevos, de la naturaleza inferior. Mientras el
ego es el amo, no es posible encontrar el objetivo —incluso
cuando se ha visto el objetivo no es posible encaminar el
carruaje directo en esa dirección. El ego es un obstáculo a
la plenitud divina, y esta verdad se aplica no solo al
individuo sino que es igualmente buena para el caso de la
colectividad.
Se destacan tres grandes divisiones de la sociedad humana
ordinaria.
La primera es el carruaje bien construido, pulido, brillante,
limpio y cómodo, diseñado por artesanos expertos, tirado
por caballos fuertes y bien entrenados, que avanza con
cautela a un ritmo tranquilo sin ninguna prisa a lo largo de
una carretera en buen estado. El ego sáttvico es su pasajero-

                                                                                                               
5
Jagannatha es uno de los nombres sánscritos usados para denominar al Divino.
Significa “señor” (natha) del “universo” (jagat). La imagen del carruaje, por su parte, ha
sido usada por la tradición vedanta como una metáfora del cuerpo. En consecuencia,
cuando se hace referencia al “carruaje de Jagannatha” se alude a la relación alma-cuerpo
bien sea de un individuo o de una comunidad.

137 ¡Qué tiempos divinos!


propietario. Este carruaje hace el circuito del templo de
Dios, situado en una región elevada muy por encima de él.
Incapaz de acercarse mucho a la cumbre, se queda dando
vueltas a cierta distancia. Si alguien quiere subir, la regla es
bajarse del carruaje y trepar a pie. A la antigua sociedad
aria, que surgió tras la época védica, se le puede comparar
con un carruaje de este tipo.
El segundo es el automóvil del trabajador eficiente y
amante del lujo. Avanza rápido, excitado e infatigable, a
una velocidad exigente, rugiendo a través de la tormenta
de polvo y deteriorando la calle a su paso. Los oídos se
ensordecen con el ruido de su bocina, prosigue
incansablemente su ruta derribando y atropellando a
cualquiera que se cruce en su camino. La vida de los
pasajeros corre peligro; los accidentes son frecuentes; el
automóvil se golpea con frecuencia y es reparado con
dificultad, y aún así continúa orgulloso. No hay una meta
fija, pero cada vez que se avista un nuevo panorama no
muy lejano, de inmediato el dueño del carro, el ego
rajásico, conduce en esa dirección gritando: “Ese es el
objetivo, ese es el objetivo”. Conducir este automóvil es
placentero y divertido; sin embargo, el peligro es
inevitable, como es imposible alcanzar al Divino. La
sociedad moderna de Occidente es un carruaje de estas
características.
El tercero es la sucia, vieja, destartalada carreta de bueyes,
lenta como una tortuga, jalonada por bueyes escuálidos,
hambrientos y extenuados, que rueda por los estrechos
caminos carreteables; en ella va sentado un hombre
perezoso, ciego, barrigón y decrépito vistiendo ropas
andrajosas; fumando con gusto su narguile manchado de
barro y escuchando el crujido chillón de su carreta,
perdido en una nube de recuerdos vagos y distorsionados
de días lejanos.
El nombre del propietario es el ego tamásico y el del
carretero es conocimiento libresco. Él consulta un
almanaque para fijar la hora y la dirección de su partida.

  138
Sus labios repiten la sentencia: “Más vale malo conocido,
que bueno por conocer”. En este carruaje hay una
perspectiva brillante y clara de alcanzar, aunque no al
Divino, el Vacío de Brahman.
La carreta de bueyes del ego tamásico es segura siempre y
cuando ruede en los polvorientos caminos destapados de
las aldeas. Nos estremece pensar lo que podría pasarle si
un día toma las avenidas del mundo donde transitan
presurosos cientos de automóviles. El peligro radica en el
hecho de que está más allá del conocimiento y de la
capacidad del ego tamásico el reconocer o admitir cuándo
es tiempo de cambiar de vehículo. No es proclive a
hacerlo, pues, entonces, su negocio y su propiedad se
perderían. Cuando surge una dificultad, unos cuantos
pasajeros dicen: “No, déjalo así. Nos sirve porque es
nuestro”. Estos son patriotas ortodoxos o sentimentales.
Algunos dicen: “¿Por qué no hacerle unos cuantos
arreglitos?”, como si mediante este simple recurso, la
carreta de bueyes se pudiera transformar de inmediato en
una perfecta e inapreciable limusina. A tales patriotas se
les conoce como reformadores. Otros dicen: “Tengamos
de nuevo nuestro hermoso carruaje de antaño”. A veces,
incluso tratan de encontrar la manera y los medios de
llevar a cabo esta imposibilidad. No existe la menor señal
en ninguna parte que garantice que sus esperanzas alguna
vez se harán realidad.
Si tenemos que elegir uno de estos tres vehículos,
renunciando a empeños aún mayores, entonces es lógico
construir un nuevo carruaje del ego sáttvico. Pero mientras
el carruaje de Jagannatha no se haya construido, la
sociedad ideal tampoco tendrá forma. Esa es la imagen
ideal y máxima, la manifestación de la verdad más elevada
y profunda. Impulsada por la Deidad Universal, la raza
humana se esfuerza por crearla, pero debido a la
ignorancia de la Naturaleza solo consigue crear una
imagen diferente, ya sea deformada, cruda y fea o, si es
medianamente aceptable, incompleta a pesar de su belleza.
En lugar de crear una Shiva, modela un enano o un
139 ¡Qué tiempos divinos!
demonio o una deidad inferior de los mundos
intermedios.
Nadie conoce la verdadera forma o el diseño del carruaje
de Jagannatha, ningún artista de la vida es capaz de
dibujarlo. Oculta bajo muchas capas, esta imagen
resplandece en el corazón de la Deidad Universal. La
intención de Dios es manifestarla y establecerla en el
mundo material, progresivamente, a través del esfuerzo de
muchos Enviados Divinos, videntes y creadores.
El verdadero nombre del carruaje de Jagannatha no es
sociedad, sino comuna. No una asociación informal
humana con diversas tendencias o una mera multitud,
sino una organización indivisible sin convencionalismos;
comunidad gnóstica creada por el deleite y el poder
unificador del auto-conocimiento y del conocimiento
divino.
Sociedad (sawa) es el nombre dado a la organización, a ese
dispositivo que permite que una colectividad humana
trabaje junta. Al comprender la raíz de la palabra, también
podemos aprehender su significado. El sufijo sama
significa unidos, la raíz aj significa ir, correr, luchar. Miles
de personas se unen en aras del trabajo y para satisfacer
sus deseos. Ellos persiguen objetivos múltiples en el
mismo campo —¿quién puede llegar primero?, ¿quién
puede llegar a la cima?— y a causa de esto hay lucha,
competencia, disputas y peleas no solo entre ellos sino
también con otras sociedades. Para poner orden en este
caos, para obtener ayuda y satisfacer las tendencias
mentales, se establecen diversas relaciones e ideales; el
resultado es algo temporal, incompleto y que se ha logrado
con dificultad. Esta es la imagen de la sociedad, de la
existencia inferior.
La sociedad inferior se basa en la división. Una unidad
parcial, incierta y de corta duración se construye sobre esa
división. La estructura de la sociedad ideal es todo lo
contrario. La unidad es la base, hay un juego de
diferenciación en pro del placer multiforme, no de la
  140
división. En la sociedad encontramos un indicio de la
unidad física y mentalmente concebida que surge del
trabajo, pero la unidad basada en el ser es el alma de la
comuna espiritual.
Ha habido varios intentos parciales y sin éxito de
establecer una comunidad en un campo limitado, ya sea
inspirado en las ideas intelectuales de Occidente o con el
fin de practicar sin impedimentos la disciplina de la
inacción que conduce al Nirvana como entre los budistas,
o debido a la intensidad de los sentimientos espirituales
como en las comunidades cristianas primitivas. Pero al
poco tiempo todos los defectos, las imperfecciones y las
tendencias normales de la sociedad infiltraron la comuna
espiritual y la redujeron a la sociedad ordinaria. La idea de
un intelecto inquieto no puede perdurar; es arrastrado por
la corriente irresistible de viejos y nuevos impulsos vitales.
La intensidad emocional no puede dar resultado en este
empeño; a la emoción la desgasta su propio ímpetu. Uno
debe buscar el Nirvana por sí solo; formar una comuna en
busca del Nirvana es una acción contradictoria. Una
comuna espiritual es, debido a su misma naturaleza, el
campo de juego del trabajo y la reciprocidad.
El día que la unidad fundamentada en el alma nazca
mediante la armonía y la integración del conocimiento, la
dedicación y las obras, tal como las impulsa la voluntad del
Supremo, la Persona Universal, ese día el carruaje de
Jagannatha aparecerá en las avenidas del mundo, irradiando
su luz en todas las direcciones. Satya Yuga, la Era de la
Verdad, descenderá sobre la Tierra, el mundo del hombre
mortal se convertirá en el campo de juego del Divino, en la
ciudad-templo de Dios, en la metrópolis de Ananda».
[El carruaje de Jagannatha]

EL EXPLICADOR: MADRE, ¿Y QUÉ ESPIRITUALIDAD NOS

AGUARDA?

141 ¡Qué tiempos divinos!


MADRE: «Para empezar, no es solo una “nueva
concepción” de la vida espiritual y de la Realidad divina.
Esta concepción fue expresada por Sri Aurobindo, yo
misma me he referido a ella muchas veces, y podría
formularse de esta manera: la vieja espiritualidad era una
evasión fuera de la vida, hacia la Realidad divina, dejando
el mundo justo donde estaba y tal como estaba, mientras
que nuestra nueva visión, por el contrario, es una
divinización de la vida, una transformación del mundo
material en un mundo divino. Esto se ha dicho, se ha
repetido, se ha comprendido más o menos, en fin, es la
idea básica de lo que queremos hacer. Pero eso podría ser
una prolongación con algunas mejoras, una ampliación
del viejo mundo tal como era (mientras sea un concepto
allá arriba, en el ámbito del pensamiento, en el fondo no
es más que eso), pero lo que ha ocurrido, la cosa
verdaderamente nueva, es que un nuevo mundo nació,
nació, nació. No es el viejo mundo que se transforma, es un
mundo nuevo que nació. Y nosotros estamos justo en la
mitad de este periodo de transición en el que ambos se
superponen; en el que el otro persiste aún todopoderoso y
dominando completamente la conciencia ordinaria, pero
en el que el nuevo se cuela, aún muy modesto,
desapercibido —desapercibido al punto que exteriormente
no perturba para nada hasta el momento, y que incluso,
en la conciencia de la mayoría, es totalmente
imperceptible. Y sin embargo está obrando, creciendo.
Hasta cuando sea lo bastante fuerte para imponerse
visiblemente.
En todo caso, se puede decir, para simplificar, que de una
manera característica el viejo mundo, la creación de lo que
Sri Aurobindo llama “el Sobremental”, fue una edad de
los dioses y en consecuencia la edad de las religiones. La
flor, como dije, del esfuerzo humano por ascender hacia
aquello que lo superaba dio origen a innumerables formas
religiosas, a una relación religiosa entre un selecto grupo
de almas y el mundo invisible. Y en la cima de todo ello,
como un esfuerzo hacia una realización más elevada,

  142
surgió esta idea de la unidad de las religiones, de “esta
cosa única” que está detrás de todas estas manifestaciones;
y esta idea ha sido, por así decirlo, el tope de la aspiración
humana. Y bien, eso, eso está en la frontera, es algo que
aún pertenece completamente al mundo sobremental, a la
creación sobremental y que, desde allí, parece estar
mirando hacia “esta otra cosa” que es una nueva creación
y que no puede asir. Para asirla se requiere un vuelco. Hay
que salir de la creación sobremental. Hacía falta que la
nueva creación, la creación supramental, tuviera lugar.
Y ahora, todas esas vejeces lucen tan viejas, tan caducas,
tan arbitrarias... todo un travestismo de la verdadera
verdad.
En la creación supramental ya no habrá religiones. La vida
entera será la expresión, el florecimiento en cada forma,
de la Unidad divina manifestándose en el mundo. Y ya no
habrá más eso que ahora los hombres llaman dioses.
Esos portentosos seres divinos podrán participar en la
nueva creación; pero para ello, tendrán que revestirse
sobre la Tierra de lo que podemos denominar “la
sustancia supramental”. Y si hay entre ellos quienes
escojan permanecer en sus mundos tal cual son, si deciden
no manifestarse físicamente, su relación con los seres de
un mundo terrestre supramental será una relación de
amigos, de colaboradores, de iguales, porque la esencia
divina más elevada será manifestada en los seres del nuevo
mundo supramental sobre la Tierra.
Cuando la sustancia física sea supramentalizada, encarnar
en la Tierra ya no será causa de inferioridad, todo lo
contrario. Allí se ganará una plenitud imposible de
obtener de otra manera.
Pero todo eso es el futuro; es un futuro... que ya comenzó,
pero que tomará cierto tiempo para realizarse
integralmente. Entre tanto, estamos en una situación muy
especial, extremadamente especial, sin precedente.
Asistimos al nacimiento de un mundo nuevo, jovencito,
débil —no en su esencia, sino en su manifestación
143 ¡Qué tiempos divinos!
exterior— aún no reconocido, ni siquiera sentido, negado
por la mayoría. Pero está aquí. Está aquí, haciendo un
esfuerzo por crecer, absolutamente seguro del resultado.
Pero el camino para llegar allí es un camino
completamente nuevo, que aún no ha sido trazado
—¡nadie ha ido allí, nadie ha hecho eso! Es un debut, un
debut universal. En resumen, es una aventura
absolutamente inesperada e impredecible.
Hay quienes aman la aventura. Acudo a ellos y les digo:
“Los invito a la gran aventura”.
No es cuestión de rehacer espiritualmente lo que otros
han hecho antes que nosotros, pues nuestra aventura
comienza mucho más allá. Se trata de una nueva creación,
enteramente nueva, con todo lo que implica de
imprevistos, de riesgos, de albures —una verdadera aventura,
cuyo objetivo es una victoria cierta, pero cuya ruta es
desconocida y debe ser abierta paso a paso entre lo
inexplorado. Algo que nunca ha sido en este actual
universo y que nunca se dará de nuevo de la misma
manera. Si les interesa... pues bien, embarquémonos. Lo
que les suceda mañana, no tengo idea.
Hay que dejar a un lado todo cuanto se ha previsto, todo
cuanto se ha ensayado, todo cuanto se ha construido, y
así... empezar a caminar hacia lo desconocido. ¡Y que sea
lo que sea! Voilà».
[Preguntas y respuestas, 10 de julio de 1957]

Cortina

  144
SUPLEMENTO PARA SER DISTRIBUIDO ENTRE LOS ESPECTADORES DE ESTA OBRA

La1 Upanishad2 en aforismos3

LA ISHA UPANISHAD

Por Sri Aurobindo

Para el Señor todo esto es un recinto sea cual sea aquella móvil cosa
que en él se mueva.
¿Por qué dices que hay un cosmos? No hay cosmos, solo el Uno en
movimiento.
Lo que tú llamas cosmos es el movimiento de Kali4; asume así tu
existencia en el mundo. En tu visión de inabarcable quietud eres
Espíritu y habitas; en tu movimiento y acción exterior eres Materia y
constructor del recinto. Contempla así a tu ser.
El movimiento tiene muchos nudos y tus ojos ven cada nudo como un
objeto; muchas corrientes y tu mente ve cada corriente como una fuerza
y una tendencia. Fuerzas y objetos son las formas de Kali.
A cada una de sus formas le damos un nombre. ¿Qué nombre? Palabra,
sonido, vibración del ser, el hijo del infinito y el padre del

                                                                                                               
1
Aunque en sánscrito el término Upanishad es femenino, también es usual su
traducción al género masculino.
2
La Upanishad (del sánscrito upa, desplazamiento físico, ni, movimiento hacia abajo y
shad, sentarse, quiere decir literalmente “venir a sentarse respetuosamente al pie del
maestro para escuchar su enseñanza”) es cada uno de los más de 200 libros sagrados
hindúes conocidos desde el siglo VII. Consisten en especulaciones filosóficas sobre
textos de los Vedas. Dado que Isha significa “Ser Supremo”, Isha Upanishad puede
interpretarse como “Escuchar la Palabra de Dios”.
3
El aforismo es una frase breve y concisa que expresa de manera completa un principio
o una regla de alguna ciencia o arte. Sri Aurobindo tradujo, analizó y comentó La Isha
Upanishad de forma exhaustiva, a partir de 1900 y durante los siguientes quince años,
debido a la identificación especial que tuvo con esta obra vedántica. Dentro de esa
copiosa producción, estos aforismos pueden considerarse la quintaesencia de su
interpretación sobre esta Upanishad.
4
Kali, término sánscrito que significa “la Madre oscura”, es el nombre con que se
conoce en la tradición hindú a la “Energía suprema, benéfica incluso cuando usa la
máscara de la destrucción”. Simboliza la fuerza de la Naturaleza.
pensamiento. Antes de que la forma pueda ser, el nombre y la idea
deben haber existido.
Los iluminados a medias dicen “A cualquier forma que se construye, el
Señor entra a habitar”; pero el Vidente sabe que aquello que el Señor
ve en Su propio ser, se convierte en Idea y busca una forma y un
recinto.
El universo es una vibración rítmica de existencia infinita que se
multiplica a sí mismo en muchas armonías y las sostiene bien
ordenadas en el tipo original de movimiento.
Tú miras una piedra y dices: “Es inmóvil”. Así es, pero solo para la
experiencia sensorial. Para el ojo que ve, está construida de movimiento
y se compone de movimiento. En la repetición ordenada de los
movimientos atómicos que la componen reside su aparente quietud.
Toda estabilidad es un ritmo en equilibrio fijo. Alteras el ritmo, la
estabilidad se disuelve y se torna inestable.
No hay un solo ritmo que pueda ser eternamente estable; por lo tanto
el universo es un océano en continuo flujo, y todo en él es mutable y
transitorio. Cada cosa en la Naturaleza persiste hasta que el propósito
de Kali se cumple en ella; luego se disuelve y se transforma en un
componente de alguna otra armonía.
La Manifestación es eterna, pero todo universo pasa. La necesidad de
universo persiste por siempre, pero ningún mundo particular de cosas
puede permanecer; pues cada universo es solo un ritmo extraído de un
número infinito de movimientos posibles. Cualquier sistema en la
Naturaleza o de la Naturaleza que ha sido completamente resuelto,
debe ceder lugar a una nueva armonía.
No obstante, todo mundo y en cada mundo todo es eterno en su ser
esencial; pues toda existencia esencial es el Ser Supremo sin fin ni
principio.
Las formas y los nombres también son Dios y eternos; pero, en el
cosmos, su eternidad es recurrente, no de persistencia ininterrumpida.
Cada forma y cada idea que alguna vez ha sido, existe todavía y puede
volver a ocurrir de nuevo; cada forma o idea que ha de ser, ya existe y
fue desde el principio. El tiempo es una convención del movimiento,
no una condición de la existencia.
  146
Aquello que habita las formas de Kali es Ser y Señor del Movimiento.
El Espíritu es el amo de la Materia, no su siervo; el Alma determina la
Forma & la Acción y no está determinada por ellas. El Espíritu refleja
en su conocimiento la actividad de la Naturaleza, pero solo aquellas
actividades que él mismo ha compelido a la Naturaleza a iniciar.
El alma en el cuerpo es soberana del cuerpo y no está sometida a sus
leyes ni limitada por sus experiencias.
El alma no está constituida por la mente y sus actividades, ya que estas
también son partes de la Naturaleza y meros movimientos.
La mente y el cuerpo son instrumentos del omnisciente y omnipotente
Ser secreto dentro de nosotros.
El alma en el cuerpo no está limitada en el espacio por el cuerpo ni en
la experiencia por la mente; el universo entero es su recinto.
Solo hay un Ser de las cosas, un alma en multitudinarias formas. De
cuerpo y mente estoy separado incluso de mi hermano o mi amante,
pero al sobrepasar el cuerpo y la mente me puedo convertir en ser y en
experiencia en uno con todas las cosas, incluso con la piedra y el árbol.
Mi alma universal ya no necesita estar limitada por mi mente y cuerpo
individual, como tampoco mi conciencia individual está limitada por
las experiencias de una sola célula de mi cuerpo. Las paredes que nos
aprisionan han sido construidas por la Naturaleza en su movimiento y
solo existen en sus reinos inferiores. A medida que uno asciende se
convierten en fronteras convencionales que siempre podemos atravesar
y, en las cumbres, ellas se limitan a demarcar compartimentos en
nuestra conciencia universal.
El alma no se mueve, pero el movimiento de la Naturaleza tiene lugar
en su perfecta quietud.
El movimiento de la Naturaleza no es un movimiento real o material,
sino la vibración de la autoconciencia del alma.
La Naturaleza es Conciencia-Fuerza, el poder expresivo de
autoconciencia del Ser Supremo, mediante el cual todo lo que Él ve en
Sí Mismo, se convierte en forma de conciencia.

147 ¡Qué tiempos divinos!


Cada cosa en la Naturaleza es un devenir del Espíritu uno quien es el
único Ser. Nosotros y todas las cosas en la Naturaleza somos devenires
de Dios.
Aunque para la experiencia terrestre hay multitud de almas en el
universo, todas ellas son solo un Alma disfrazada tras muchas formas
de Su conciencia.
Cada alma en sí misma es enteramente Dios, cada grupo de almas es
colectivamente Dios; las modalidades de movimiento de la Naturaleza
crean su separación y sus diferencias externas.
Dios trasciende el mundo y no está condicionado por ninguna ley de la
Naturaleza. Él se sirve de las leyes, las leyes no se sirven de Él.
Dios trasciende el cosmos y no está condicionado por ningún estado de
conciencia en el mundo. Él no es conciencia unitaria ni conciencia
múltiple, Personalidad ni Impersonalidad, quietud ni movimiento, sino
que simultáneamente incluye todas estas autoexpresiones de Su ser
absoluto.
Dios trasciende simultáneamente el cosmos, lo contiene y lo informa;
el alma en el cuerpo puede llegar a la conciencia de Dios y a la vez
trascender, contener e informar su universo.
La conciencia de Dios no es exclusiva de la conciencia cósmica; la
Naturaleza no es un paria del Espíritu, sino su Imagen; el cosmos no es
una falsedad contradiciendo al Ser Supremo, sino el símbolo de una
existencia divina.
Dios es el reverso de la Naturaleza, la Naturaleza es la otra cara de Dios.
Dado que el alma en el cuerpo es eterna e inalienablemente libre, su
esclavitud al egoísmo, a la ley de la naturaleza corporal, a la ley de la
naturaleza mental, a la ley del placer y el dolor, a la ley de la vida y la
muerte, solo puede ser aparente y no una esclavitud real. Nuestras
cadenas son un juego o una ilusión, o tanto un juego como una ilusión.
El secreto de nuestra aparente esclavitud es el juego del Espíritu
mediante el cual Él acepta olvidar la Conciencia Divina en el proceso
de absorber el movimiento de la Naturaleza.

  148
El movimiento de la Naturaleza es un séptuple flujo, cada corriente
sometida a su propia ley de movimiento, pero conteniendo latente,
expresada o insinuada en sí misma a sus seis hermanas o compañeras.
La Naturaleza se compone de Ser, Voluntad o Fuerza, Deleite,
Supramente, Mente, Vida y Materia.
El Alma puede asentarse en cualquiera de estos principios y, de acuerdo
con su ubicación, su perspectiva cambia y ve un mundo diferente; todo
mundo es una simple perspectiva organizada y armonizada del Espíritu.
Lo que Dios ve, existe; lo que Él ve con orden y armonía, se convierte
en un mundo.
Hay siete mundos: el del Puro Ser; el de la Pura Voluntad o Fuerza; el
del Puro Deleite Creativo; el Supramental; el del Puro Pensamiento; el
de la Pura Vitalidad; el de la Pura Materia.
El alma en el Mundo del Puro Ser es pura verdad de ser y se percibe a sí
misma como una en la multiplicidad del cosmos.
El alma en el Mundo de la Pura Voluntad o Fuerza es pura fuerza de
voluntad y conocimiento divinos y posee al universo omnisciente y
omnipotentemente como su ser extendido.
El alma en el Mundo del Puro Deleite se multiplica a sí misma en la
autocreación universal y la inalterable alegría de ser.
El alma en el Mundo Supramental se percibe a sí misma en el orden y
la disposición de unidad comprendida en la multiplicidad, todas las
cosas en su unidad y cada cosa en su lugar, tiempo y circunstancia
correctos. No está sometida a la tiranía de las impresiones, sino que
contiene y abarca los objetos que conoce.
El alma en el Mundo del Puro Pensamiento recibe la impresión pura
de objetos separados y de su suma recibe la impresión de la totalidad.
Es la mente quien mide, limita y divide.
El alma en el Mundo de la Pura Vitalidad se vierte a sí misma en
variada energía vital.
El alma en el Mundo de la Pura Materia olvida la fuerza de la
conciencia en la forma de conciencia.
La materia es el último peldaño de la escalera y el alma que ha
descendido hasta la Materia tiende, por su naturaleza secreta e impulso
149 ¡Qué tiempos divinos!
propio inevitable, a volver a emerger desde la forma hacia la libertad del
puro ser universal. Estos son los dos movimientos que rigen la
existencia cósmica: el descenso hasta la materia o mera forma y el
ascenso hacia el Espíritu y Dios.
El hombre es un Ser Mental que ha penetrado un cuerpo material
vitalizado y está buscando facultarlo de pensamiento e idealidad
infinitos para que se convierta en el perfecto instrumento, sede y
recinto del Ser Supremo manifiesto.
La mente en el mundo material está atenta a dos tipos de
conocimiento: los impactos provenientes del exterior, corporales o
mentales, recibidos por el pensamiento individual y traducidos a
valores mentales, y el conocimiento proveniente del interior, espiritual,
ideal o mental, traducido de manera similar.
Los cuerpos físicos inertes reciben todos los impactos que recibe la
mente, pero al estar desprovistos de pensamiento organizado, los
retienen solo en la mente absorta en la materia y son incapaces de
traducirlos en símbolos mentales.
Nuestros cuerpos, inertes por naturaleza, son cuerpos físicos movidos
por la vida y la mente. También reciben todos los impactos, pero no
todos ellos se traducen en valores mentales. De los que se traducen,
algunos son interpretados de manera imperfecta, otros perfectamente,
algunos de inmediato, otros solo después de una más o menos
prolongada incubación dentro de la mente absorta en la materia. Con
respecto al conocimiento interior se presentan los mismos fenómenos
variables: allí todo el conocimiento que se traduce en valores mentales
constituye la sustancia de nuestra conciencia de vigilia. Esta conciencia
de vigilia que el Ser Mental acepta como sí mismo y que está organizada
alrededor de la sensación de un yo central es el ego.
El Ser Mental encarnado es en su conciencia mucho más vasto que el
ego; tiene una amplia cobertura de conocimiento y experiencia del
pasado, el presente y el futuro, de lo cercano y lo distante, de esta y
otras vidas, de este y otros mundos, todo lo cual no está disponible para
el ego. Al ego se le escapan muchas cosas y olvida las que advierte; el
Ser Mental nota y recuerda todas las experiencias.
Eso que acontece en nuestra energía vital y en nuestros cuerpos por
debajo del nivel de la mente de vigilia es nuestro ser subconsciente en
  150
el mundo; eso que acontece en nuestra mente y en nuestros principios
superiores por encima del nivel de nuestra mente de vigilia es nuestro
ser supraconsciente. El ego a menudo recibe indicios, más o menos
oscuros, de una u otra fuente cuyo origen es incapaz de rastrear.
El hombre progresa a medida que expande su conciencia y hace que
cada vez más amplias y más agudas experiencias estén disponibles para
la percepción y el deleite de la conciencia de vigilia; y a medida que
puede ascender a cumbres más altas de la mente y más allá de la mente
hacia la idealidad y el espíritu.
La manera más rápida y más eficaz de avanzar y autorrealizarse es
disolver el ego en el goce de una conciencia infinita, al principio de
manera mental en el Ser Mental Universal, pero luego de manera ideal
y espiritual en el Supramental Personal e Impersonal.
La trascendencia y disolución del yo mental en el cuerpo es, por lo
tanto, el primer objetivo de toda práctica Vedanta.
Esta trascendencia y disolución puede resultar ya sea en la pérdida del
yo mental y el hundimiento en una especie de adormecimiento, de
indiferenciado desinterés por lo material; o bien en la pérdida del yo
cósmico en el Nirvana, en una dilución trascendental del sentido de la
existencia; o bien en la universalización del yo mental y la alegría de la
manifestación divina en el cosmos y más allá, en una identificación
plena con la Creación. Esta última es la meta que le propone al hombre
la Isha Upanishad.
El ego, identificando al Ser Mental con sus experiencias corporales,
vitales y mentales que hacen parte de la corriente del movimiento de la
Naturaleza y que están sometidas a la Naturaleza y al proceso del
movimiento, cree erróneamente que el alma es esclava de la Naturaleza
y no su soberana. Esta es la ilusión de la esclavitud que el Ser Mental
acepta o busca destruir. Quienes la aceptan son almas esclavas, quienes
tratan de destruirla son almas libertarias, quienes la han destruido son
almas libres de toda ilusión y limitación.
En realidad, ningún alma es esclava y por lo tanto ninguna está
buscando la liberación o ser liberada de la esclavitud; estas son todas
condiciones de la mente de vigilia y no del ser o espíritu que es el Ser
Supremo, eternamente soberano y libre.

151 ¡Qué tiempos divinos!


La esencia de la esclavitud es la limitación y las circunstancias
primordiales de la limitación son la muerte, el sufrimiento y la
ignorancia.
La muerte, el sufrimiento y la ignorancia son circunstancias de la mente
en el cuerpo vitalizado y no afectan la conciencia del alma en sus cuatro
miembros superiores (supramental, de deleite, de voluntad o fuerza y de
ser). La combinación de los tres miembros inferiores —mente, vida y
cuerpo— se denomina reino inferior o, en jerga cristiana, el reino de la
muerte y el pecado, los cuatro miembros superiores se denominan el
reino superior o, en jerga cristiana, el reino de los cielos. Liberar al
hombre de la muerte, el sufrimiento y la ignorancia e imponer la
naturaleza bienaventurada y luminosa del reino superior sobre el
inferior es el objetivo del Vidente en la Isha Upanishad.
Esta liberación se efectuará disolviendo el ego en el Ser Divino
Manifiesto y experimentando completamente nuestra unidad con todo
lo existente y con Aquel que es Dios, Alma y Ser Supremo.
Toda existencia individual es objeto de movimiento en corriente de
movimiento y obedece las leyes y procesos de ese movimiento.
El cuerpo es un objeto de movimiento en la corriente de la conciencia
material, cuya ley principal es nacimiento y muerte. Por tanto, todos los
cuerpos están sometidos a formación y desintegración.
La vida es un torrente de movimiento en la corriente de la conciencia
vital compuesta de energía vital eterna. La vida en sí misma no está
sometida a la muerte —pues la muerte no es una ley de la energía vital—,
solo a ser expulsada de la forma que ocupa y, por lo tanto, a la
experiencia física de la muerte de su cuerpo.
Toda materia aquí está llena de una energía vital con mayor o menor
intensidad de acción, pero la organización de la vida animada
individual comienza más adelante en el proceso del mundo material
mediante la aparición primero de la planta, luego del animal. Esta
evolución de la vida es causada y apoyada por la presión de los dioses
del Mundo de la Pura Vitalidad sobre el Mundo de la Materia.
La vida que penetra un cuerpo está dominada parcialmente por las
leyes del cuerpo, por ello es incapaz de impartirle su propia, total e

  152
ininterrumpida energía. En consecuencia, no existe la inmortalidad
física.
La organización de la vida animada individual tiende a acelerar el
periodo de desintegración al introducir choques de una intensidad de
fuerza ajena a la materia, la cual desgasta su forma material por medio
de su actividad. Por lo tanto, la planta se desintegra mientras que la
piedra y el metal perseveran en su propio equilibrio.
Al penetrar en el cuerpo vitalizado, la mente tiende a acelerar aún más
el periodo de desintegración debido a que sus altas vibraciones son
exigentes para el cuerpo.
La mente es un nudo de movimiento en la corriente de la conciencia
mental. Al igual que la vida, la mente en sí misma no está sometida a la
muerte, solo a ser expulsada del cuerpo vitalizado que ha ocupado. Sin
embargo, debido a que el ego se identifica con el cuerpo y entiende su
vida solo como esta residencia en su actual cuerpo físico burdo y
perecedero, tiene la experiencia mental de una muerte física.
La experiencia de la muerte es por lo tanto una combinación entre la
aparente ignorancia de la mente mortal sobre su verdadera naturaleza
inmortal y la limitación de energía en el cuerpo a raíz de la cual la
forma que habitamos se envejece debido a los choques vibratorios de
energía vital y a la vibración del pensamiento. Entendemos por muerte
no la disolución de la vida o de la mente, sino la desintegración de la
forma o cuerpo.
La desintegración del cuerpo no es la verdadera muerte del ser mental
llamado hombre; es solo una mudanza en la dimensión y en las
vecindades de la conciencia. La materia del cuerpo cambia sus
componentes y agregados, el ser mental persiste tanto en su esencia
como en su personalidad y encarna en otras formas y entornos.

153 ¡Qué tiempos divinos!


La mayoría de citas reproducidas aquí han sido traducidas del inglés o del francés a partir de las
fuentes enunciadas entre corchetes al final de cada fragmento.

Todos los libros de Sri Aurobindo y Madre son publicaciones originales del Sri Aurobindo
Ashram Publication Department –SABDA– (Pondicherry, India), y pueden consultarse o
descargarse gratuitamente en su sitio: www.sriaurobindoashram.com.
Los derechos de autor de todos los extractos y las citas de las obras escritas de Sri Aurobindo y
Madre pertenecen al Sri Aurobindo Ashram Trust, Pondicherry, 605002, India.

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