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Agujero de gusano

Después de revelar su teoría general de la relatividad en 1915, Albert Einstein quedó preocupado por un
gran agujero en su argumento.

"Concibió una nueva teoría sobre todo el Universo, en la que también decía que cuando las estrellas
colapsaban formaban agujeros negros", le dijo a la BBC el físico Jim Al-Khalili.

"En esa época, y por varios años más, se creía que lo agujeros negros no existían, que eran artefactos de
las matemáticas. Incluso Einstein pensaba así. Pero algo le molestaba:

"En el centro del agujero negro, alcanzabas la singularidad, el punto en el que toda la materia se
comprime a tamaño 0 y, por ende, densidad infinita. A Einstein, como buen físico, no le gustaba algo que
contiene materia pero cuyo tamaño es 0. Es como cuando divides algo por 0 en tu calculadora y te dice
que cometiste un error.

"Entonces, con el físico estadounidense-israelí Nathan Rosen, publicaron un artículo en el que señalaron


que si cambiaban un poco las matemáticas, esa singularidad se convierte en un puente que lleva del
centro del agujero negro a otro lugar, quizás a otro agujero negro o incluso a un agujero blanco", explica
Al-Khalili.

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