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Título del trabajo: Los Medios de

Comunicación y su efecto en la formación


de identidad y la comunicación Intercultural.
Nombre: José Luis Martínez Rosas.
Semestre: 1.
Fecha: 13 de marzo de 2021.

¡Qué pertinente! Al realizar este escrito circula en las noticias de Milenio Digital la solicitud de
Charles Blow, columnista del New York Times, de cancelar dos dibujos animados: Pepe Le
Pew y Speed Gonzales. Muy pronto, por características obvias también llegará a su final
Johnny Bravo, como en antaño lo fue el cambio de nombre del Negrito Bimbo por Nito, a fin
de evitar la denigración y ofensa a los integrantes de la comunidad Afroamericana. Asistimos
hoy a las acciones de lo políticamente correcto, que en sí mismas tienden a velar y paliar las
contradicciones de un sistema económico, político y social que fomenta el abuso que realizan
las Estructuras del Poder: no resuelven de fondo ni generan transformación, pero, ¡que grandes
válvulas de escape y herramientas de división ideológica y disfunción de la comunicación son!

Este trabajo representa mi reencuentro con la Televisión: más de un lustro sin mirarla a ella o a
las pantallas inteligentes, sin saber de las novelas, la barra de comedia (que casi desaparecía),
las películas taquilleras, las series importadas... los comerciales. No tengo televisión. Así que
tuve que acercarme a familiares para decir: ¿qué hay de nuevo? Sentí nostalgia al mirar y
confrontar los programas con los del ayer, había un sinsabor en lo que veía, una
automatización que arrebataba mis emociones de niño o adolescente.

Cinco largos días permanecí sentado frente a la Smart TV y me enteré que hoy existe ADN 40
de TV Azteca y que el Canal 4 de Televisa es su acérrimo rival. La programación está
compuesta por varios noticieros de carácter nacional e internacional, además de transmitir,
como lo dice su página de internet, “documentales de ciencia ficción, tecnología, historia y
crimen”. También puedo agregar que estos dos canales son los amos de los infomerciales. Así
que de 3 a 5 de la tarde ví dos noticieros: Es tendencia con Max Espejel y Noticias con
Viridiana Hernández, mientras que en el canal 4 se presentaban las Noticias, una hora de
Infomerciales y por último Cuide su Salud. A parte de sentir la necesidad de comprar una
batería de cocina indestructible, Kit con tapete para hacerle frente al COVID 19, cremas
antivejez para el cuidado de la piel, mágicos calcetines para los enfermos de diabetes, súper
protectores de colchón, almohadas para mejorar postura, herramientas y, los famosos Eagle
Eyes que son avalados por la NASA, pude dar cuenta que esos segmentos se dirigían a
ancianos (personas de la tercera edad, adultos en plenitud o nuestros queridos viejecitos -como
si envejecer fuera una afrenta o de otro mundo-), amas de casa y adultos que realizan labores
de bricolaje. En consecuencia y para generar identificación con el público, las edades de los
actores fluctúan entre los 40 a 70 años, personas de piel blanca, sin defectos aparentes y
dinámicos (¡Claro! Después de que se aplicaban los ungüentos, ponían los calcetines mágicos
o dormían en sorprendentes colchones que les reponían sus fuerzas).

De igual forma me adentre, a través del ojo del cíclope (expresión de Ray Bradbury para
referirse a la televisión), a sus locaciones, colonias, barrios o fraccionamientos de Clase Media,
nada que ver con las casas de interés social de la zona oriente de Aguascalientes, Chalco, el
bordo de Xochiaca o Ecatepec, sólo por nombrar la oposición. Ví cocinas iluminadas, isla para
la estufa, grandes alacenas para guardar las joyas tipo baterías de acero Inoxidable e
indestructible (Le pasaba el camión de la basura a un sartén y ni un rayón. –¡imagínese, ni un
huevo se le pega!, decía el presentador, porque ahora con la revolución de géneros todos le
entramos a las labores del hogar), las alcobas finamente adornadas y los pisos relucientes.

Pero, esas casas tan enormes y espaciosas, necesitan un ejército para su mantenimiento y no,
no está bien mencionar a quien realiza las labores del hogar y no es el “ama de la casa”; existe,
pero no debe nombrarse porque es políticamente incorrecto y puede sentirse menospreciado o
menospreciada. No aparece en los infomerciales la clase trabajadora, pues los productos que
muestran sobrepasan varios salarios mínimos diarios y, como decía Carlos Puig en el Podcast
Así como suena, es caro ser pobre. Las ofertas son para aquellos que poseen tarjetas de
crédito y pueden financiar los meses sin intereses, pero que carecen del poder adquisitivo de
los dueños y magnates empresariales.

Entonces, el rol de hombre trabajador que toma Centrum para su día a día, que es dinámico,
atiende su trabajo, vela y da cariño a su esposa e hijos, es para el ciudadano de poder medio.
Y su esposa es la mujer que siempre se muestra arreglada, sonriente, emprendedora, cariñosa
y comprometida (No regresé en el tiempo ni es el American Way of Life). Si, a pesar de las
luchas revolucionarias de la mujer por dejar de ser objeto y sombra, los Medios de
Comunicación, en una actitud cínica, continúan manejando los estereotipos y roles de género,
clasifican conductas en buenas o malas, dan modelos de comportamiento aceptables, nos
muestran la plenitud y la felicidad al despertar (¡Ay, de aquel que piense distinto!). Todavía nos
muestran que el ser está en el poseer.

Esos medios se mueven silenciosamente, acatando las nuevas ideologías, jugando en lo


correcto, congraciándose con las mayorías y siendo aliados de las minorías del poder,
coqueteando con los temas de la libertad pero siendo acérrimos conservadores, mostrándonos
qué hacer, qué decir y cómo hemos de vivir... Aún hoy cantan esa canción que nunca
pronunciaron, porque las sirenas de Odiseo jamás cantaron, él nunca tuvo que soportar en sus
oídos los cánticos del mar, soportó, si, su soledad, el vacío del silencio, el no saber qué hacer y
decidir ante un mundo que tiene un mapa de ninguna parte.

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