Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
¿Qué haces tú
que vienes de tu nido
para ver cómo un hombre se devora?
¿Qué haces tú
golondrina suave
con tanto plumaje de invierno
que te calienta el cuerpo
viniendo aquí
donde mueren de frío los desnudos?
¿Qué haces tú
con la boca cerrada
y los ojos abiertos
esperando el regalo de la voz de un pobre?
¿Quieres el grito
después de la mordida?
¿Qué haces tú
que vienes de tu nido
de tan lejos
para ver cómo un hombre se devora?
Suena una flauta que
excita un serpentino
arrastrarse en el Poeta. El
Demonio de la flauta,
niño, está tocando.
El Demonio. Hoy es el día de tu juicio.
El Poeta. Que es mi juicio, dice el niño…
El Demonio. Hoy se hará un tribunal que duré para siempre.
El Poeta. Para siempre dice el niño… (Suena la flauta incitando al baile.)
Para siempre…
Conozco esa canción
ecos perdidos
de ayer y del jardín
sí, la recuerdo
ella se fue
y vi el piano vacío
ella se fue
vacío en el espejo.
y no hay unión
hay baile
al filo del abrazo
y un par de voces que hacen el silencio.
SILENCIO
La Mujer se levanta, toda de blanco: ahora es la madre del Poeta, el Ángel de
la poesía. El Ángel toma al Poeta en sus brazos maternalmente. Entra
correteando el Demonio de la flauta: un niño con frac negro y flauta en mano,
como preparado por la madre preocupada para su primer concierto. El
Demonio va de un lado a otro, dando trompicones, juega con la falda del Ángel
y ella le sonríe. Finalmente, este queda atónito y curioso mirando muy de cerca
el cuerpo del Poeta.
El Ángel. (Da un beso en la frente al Demonio. Llena de gracia maternal.)
Ve. Dale. Ayúdame.
El Demonio. (Lleno de alegría.) ¡Haremos tribunal que dure para siempre!
El Demonio de la flauta sale corriendo y regresa con una palangana y una jarra
llena de agua. El Ángel lava la suciedad del Poeta. «En el silencio más grande
se oye la suave carrera del agua, la silenciosa sonrisa de la madre, la inquieta
curiosidad del hijo, la respiración descansada del hombre que despierta» …
El Ángel. (A los espectadores. Una vez que el Poeta ha despertado,
sosteniéndolo aun en sus brazos.) A veces es saludable el terror. Conviene que
se asiente en el ánimo, y que allí esté vigilante; que los remordimientos ayudan
a aprender a vivir. ¿Qué ciudad, ni qué persona, rendirá culto a la justicia si se
crían sin ningún temor de corazón, y solo en la bien andanza?
JORNADA II
En el teatro / Descenso a los Infiernos