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En la Historia de las comunicaciones vía satélite pueden distinguirse 4 etapas, cuya duración
cronológica se describe a continuación:
1. 1945-1957: Ciencia ficción.
El novelista Arthur C. Clark, en su novela "2001: una odisea del Espacio" propone un
sistema con cobertura global formado por 3 satélites geoestacionarios orbitando a una
altura de 36.000 km.
2. 1957-1964: Etapa experimental.
Comienzan los lanzamientos. La URSS pone en órbita los primeros Sputnik, y los EE.UU. los
Skolek. Esto supone el inicio de la carrera espacial. Se trata de satélites de órbita baja (100
km), dedicados a la retransmisión de un canal telefónico en tiempo no real.
1960: Se lanza el satélite "Echo", un globo metálico de 30 m de diámetro que actuaba
como repetidor pasivo. Las antenas terrestres tenían 20 m de diámetro y se usaban
potencias de transmisión de 10 kW.
1964: "Sincomm". Primer satélite de comunicaciones geoestacionario, activo. Trabajaba en
la banda de 4-6 GHz, recibiendo la señal por el canal ascendente, cambiándola de banda y
amplificándola (fig.1).
Los circuitos vía satélite se caracterizan por su elevada calidad y estabilidad y su capacidad para
enlazar grandes distancias. a cobertura máxima de un satélite geoestacionario es de 1/3 de la
superficie terrestre.
El satélite es una solución cara por diversos motivos:
• Hay que usar dispositivos de alta fiabilidad, con redundancia, ya que existe dificultad en
hacer reparaciones.
• Los equipos están expuestos a un alto nivel de radiación y a un gradiente de temperatura
considerable. Como no hay convección, no hay disipación.
• La vida útil de los satélites es limitada, debido en parte a que el combustible a bordo es
limitado (mayor precio a mayor peso).
• La puesta en órbita incrementa mucho el coste, que es función lineal del peso: el coste
total de puesta en órbita de un satélite se reparte aproximadamente a partes iguales entre
el coste del lanzamiento y el coste del propio satélite, resultando ser de de unos 9 millones
de pesetas por kg.
No obstante, en diversas situaciones el satélite resulta una solución ventajosa. A veces el satélite
es una solución complementaria a redes terrestres ya existentes (por ejemplo, el sistema de
telefonìa móvil por satélite Iridium complementa a las redes GSM terrestres). En lo referente a la
cobertura, es necesario considerar además que si el ángulo de elevación es pequeño, el satélite
puede no ser apto en entornos urbanos.
En lo referente a la vida útil de un satélite, ésta se ve limitada por diversos factores:
• El combustible a bordo es escaso.
• El tubo de ondas progresivas (TWT), encargado de la transmisión por microondas, tiene
una vida limitada a 6 ó 7 años.
• En ocasiones el satélite queda eclipsado y no puede recurrir a los paneles solares, teniendo
que usar baterías cuya vida también es limitada.
• Los paneles solares envejecen y su rendimiento es cada vez menor.
• Cambios tecnológicos y de demanda. Se van requiriendo nuevos tipos de servicio que se
han de atender con nuevas tecnologías.
Puesta en órbita
1. El lanzador deja al satélite a unos 100~ 200 km de altura. Después se sitúa al satélite en una
órbita de transferencia intermedia de forma elíptica (fig.3), con la Tierra situada en uno de los
focos.
Fig.3: Órbita de transferencia.
2. En un momento dado, cerca del apogeo, se activa el motor de satélite hasta situarlo en
órbita geoestacionaria.
El perigeo interesa que sea lo más bajo posible, ya que el coste será menor. Suele situarse
en el límite de la atmósfera (90~ 120 km).
Otro parámetro que caracteriza a una órbita es la inclinación (fig.5), que se define como el
ángulo formado por el plano de la misma con el plano del Ecuador (las órbitas ecuatoriales tienen
0º de inclinación). Como las órbitas geoestacionarias son ecuatoriales, interesa que los centros de
lanzamiento estén próximos al Ecuador, para reducir el coste posterior de dirigir el satélite a su
órbita definitiva.
Una vez puesto en órbita, el satélite necesita estabilización, es decir, ha de estar quieto, sin
moverse de forma anárquica. Hay dos formas de conseguir la estabilización:
En un sistema de comunicaciones vía satélite convencional, sin procesado a bordo, las funciones
básicas son:
RECEPCION (Banda 1) + AMPLIFICACIÓN + RETRANSMISIÓN (Banda 2)
Los sistemas que forman parte de cualquier enlace de comunicaciones vía satélite se dividen en
dos segmentos (fig.7): el segmento espacial y el segmento terreno.
El segmento espacial está formado por el satélite y la estación del control. El resto de sistemas
terrestres forman el segmento terreno. Existe un compromiso entre los tamaños de antena
utilizados en ambos segmentos, debido a las elevadas pérdidas de propagación (si reducimos el
tamaño de una antena casi seguro que tendremos que aumentar el de la otra). El enlace
ascendente (uplink) y el descendente (downlink) utilizan frecuencias separadas.
Subsistema de comunicaciones
Básicamente, la señal que llega por el enlace ascendente es filtrada y amplificada por un LNA
(Low Noise Amplifier). Después se realiza el cambio de banda con un mezclador (atacado con un
oscilador local), se filtra y se pasa por una etapa de amplificación formada por un preamplificador
y un amplificador de potencia, para después pasar a la antena del enlace descendente.
El hecho de tener que trabajar con niveles de potencia limitados, debido a la utilización de
paneles solares, hace que el amplificador de potencia tenga que ser pequeño y lo más eficaz
posible, lo cual implica que tendrá que trabajar en zona altamente no lineal.
Como se requiere una elevada fiabilidad, se divide el ancho de banda de trabajo en varios
segmentos que serán tratados y amplificados por separado por los correspondientes subsistemas
del satélite, denominados transpondedores (régimen monoportadora). Así, al tener varios
transpondedores se dispone de redundancia en caso de fallos (fiabilidad elevada) y además se
evita que un solo amplificador trabajando en zona no lineal genere demasiados productos de
intermodulación que interfieran en los canales adyacentes (régimen multiportadora). Por estas
razones se trabaja con varias portadoras a la vez multiplexando en frecuencia (FDMA, Frequency
Domain Multiple Access), tal y como se indica en el diagrama frecuencial de la fig.9.:
Fig.9: Acceso múltiple por división en frecuencia (FDMA) con varias portadoras.
Cada transpondedor trabaja con anchos de banda muy grandes y por eso requiere igualadores de
retardo para conseguir misma respuesta en fase en todo el canal, y de amplitud, para conseguir
misma respuesta en amplitud en todo el canal.
El último amplificador suele ser un tubo de ondas progresivas (TWT, Traveling Wave Tube), capaz
de proporcionar 200W a 4 GHz. Lleva un atenuador delante para controlar la potencia de salida.
Este atenuador es controlado desde Tierra y es necesario porque a veces no interesa que el TWT
trabaje en zona no lineal, donde genera muchos productos de intermodulación. Existen otros
dispositivos empleados como amplificadores, como los amplificadores de potencia de estado
sólido (SSPA, Solid State Power Amplifier) y los tubos Klystron o HPA (High Power Amplifier).
Subsistema de misión
El satélite cuenta con una serie de sensores que detectan hacia dónde está apuntando en
cada momento, tomando como referencia el Sol, por ejemplo, para hacer las correciones
oportunas. Otra forma de hacerlo es detectando la temperatura de ruido o la radiación
infrarroja (IR) de la Tierra con una antena o con sensores ópticos, respectivamente.
La corrección de la posición se hace gracias a unos ejes de referencia fijos proporcionados
por un giróscopo. El giróscopo está formado por unos discos de masa muy elevada que
giran continuamente con un momento de inercia muy grande. Por el principio de
conservación del momento de inercia, dicho momento de inercia será dificilmente
modificable, es decir, será muy dificil que el eje de referencia perpendicular al disco sufra
rotaciones. Existen dos tipos de sistemas de estabilización:
• Estabilización por spin (fig.11.):
Este tipo de células solares se utilizaban
con los primeros satélites. El eje de
rotación del satélite ha de estar
perpendicular al plano del Ecuador para
que los rayos solares incidan en las
células por lo menos en los equinoccios,
que es cuando el Sol está situado en el
plano del Ecuador. El problema es que la
antena también gira con el satélite y por
tanto ha de ser onmidireccional.
Estabilización por tres ejes (fig.12.): Es la más utilizada actualmente. Se utilizan tres
giróscopos con sus ejes de rotación perpendiculares entre sí. Permite alcanzar una mayor
precisión. Con este sistema sólo giran los giróscopos, no el satélite entero. Esta configuración
cuenta con la ventaja adicional de que los paneles solares no rotan.
• SISTEMA DE PROPULSIÓN:
Tiene tres objetivos: Paso de órbita de transferencia a órbita geoestacionaria, mantenimiento de
la posición orbital y control de asiento (que el satélite tenga la orientación adecuada).
Para los motores el combustible utilizado suele ser HIDRACINA, que no proporciona demasiada
potencia pero cuenta con la ventaja de pesar poco. Suelen llevarse unos 150~ 200kg, siendo este
factor determinante en la vida útil del satélite.
Cuando el Sol se encuentra en los solsticios, los paneles reciben menos radiación, ya que su
superficie de cara al sol cambia (es menor). Este efecto podría corregirse haciendo girar al panel
respecto a otro eje adicional, pero esta solución no suele implementarse porque sus repercusiones
son mínimas y además es complejo.
Todos los efectos descritos anteriormente se resumen en la gráfica de la fig.13:
Fig.13: Limitación de la vida útil de un satélite por degradación de los paneles solares.
La potencia suministrada por los paneles sufre ciclos debido a los equinoccios y a los solsticios.
Además, con el paso del tiempo del rendimiento es cada vez menor (envolvente decreciente).
Existe un valor umbral de potencia necesaria para que el satélite funcione, que nos da su vida
útil. Además de todos estos efectos, habría que considerar el de los eclipses solares.
• SISTEMAS PIROTÉCNICOS:
Son los encargados de realizar el despliegue de los paneles solares y de excitar las válvulas del
sistema de propulsión. Dada la gran importancia de estas dos operaciones para el éxito de la
misión, los pirotécnicos se instalan con alto grado de redundancia.
Siempre que hablemos de LEO se entiende que la órbita es circular. Se define la inclinación del
plano orbital como el ángulo formado por el plano orbital con el plano del Ecuador. Podemos
distinguir entre:
• Órbitas polares. Tienen inclinación = 90º.
• Órbitas ecuatoriales. Tienen inclinación = 0º.
Las órbitas polares no son muy aconsejables porque se produce mucha concentración de satélites
en los polos (todas las órbitas polares confluyen en los polos).
Entre las ventajas de las LEOs podemos citar:
• Al ser de baja altura y usarlas satélites pequeños, el lanzamiento es fácil y el coste mínimo.
• La atenuación por propagación en espacio libre es pequeña.
• Los retardos de propagación son pequeños.
Las desventajas principales de las LEOs son:
• Pequeña cobertura. Hace falta una constelación para cubrir grandes extensiones.
• El satélite tendrá velocidad relativa respecto a un punto fijo de la superficie terrestre. Esto
hace que pueda ser necesario un seguimiento del satélite por parte de la estación
terrestre, y además aparece el efecto Doppler.
Los usos más característicos de estas órbitas son los servicios de comunicaciones móviles por
satélite (IRIDIUM, con 66 satélites), los de radiodeterminación (constelación NAVSTAR GPS) y las
estaciones espaciales (MIR, ISS).
La órbita polar no suele utilizarse en comunicaciones móviles, ya que da mucha cobertura en las
zonas polares (donde el tráfico es pequeño) y poca en las zonas ecuatoriales, donde la densidad
de tráfico es mayor. Las órbitas polares las suelen usar los satélites de reconocimiento:
meteorológicos, de exploración del suelo, militares, etc.
Suelen ser órbitas circulares. Al ser más altas que las LEO, la cobertura de cada satélite es mayor
y por tanto se necesitan menos satélites para cubrir un área determinada, con el inconveniente
de tener mayor atenuación por propagación en el espacio libre.
Se trata de una única órbita ecuatorial, situada a una altura de 36.184 km sobre la superficie
terrestre. Al estar situada a esta altura, se consigue que el satélite gire síncronamente con la
Tierra (dándole además el mismo sentido de rotación, claro está).
Proporciona una cobertura de aproximadamente 1/3 de la superficie terrestre, lo que la hace
apropiada para enlaces fijos y de radiodifusión DBS (Direct Broadcast System).
La principal desventaja es que está muy lejos de la Tierra y por tanto se producen elevadas
pérdidas por propagación en espacio libre, lo cual hace que se necesiten ganancias de antena
muy grandes tanto en el satélite como en la estación terrena. Además, la GEO es única, sólo hay
un arco geoestacionario donde poder situar los satélites, lo cual limita la cantidad de satélites que
pueden situarse en GEO y obliga a trabajar con anchos de haz muy estrechos en la estación
terrena para no interferir con los satélites vecinos. Los satélites suelen situarse a una distancia de
arco de 2º tomando la Tierra como referencia (unos 200 km entre cada par) y esto sólo puede
conseguirse con un control muy preciso.
La latitud donde se situa el satélite dentro de la órbita geoestacionaria se ha de corresponder
con la latitud de la zona geográfica de la Tierra a la que se quiere dar cobertura. Esto supone un
problema añadido en zonas de alta densidad de servicio, como Europa. Por ejemplo, el HISPASAT
está situado a una latitud 30ºW para dar cobertura a España y Sudamérica.
Debido a las irregularidades en el campo gravitatorio terrestre (la Tierra no es una esfera sino una
geoide), existen dos puntos estables y puntos no estables dentro de la GEO. Cualquier cuerpo no
situado en un punto estable sufre derivas en latitud en dirección hacia el punto estable más
cercano. Esto hace que se tengan posiciones prohibidas dentro del arco geoestacionario.
El ángulo de elevación es el formado por la visual de la estación terrestre con el satélite, y la
superficie terrestre. Si es negativo, no existe visual con el satélite.
Los puntos de la Tierra situados en latitudes superiores a los 70º-80º tienen ángulo de elevación
negativo con la GEO y por tanto no se les proporciona cobertura. Este problema lo tienen algunos
países como Rusia, que ha de utilizar órbitas HEO en lugar de GEO.
Un tipo de órbita utilizada en este caso es la órbita Molniya, cuyo apogeo coincide con la GEO.
Dado que el campo gravitatorio terrestre no es uniforme, como ya dijimos, los planos orbitales
elípticos no se mantienen en una posición constante, sino que giran (cambia su argumento del
perigeo), eso sí, manteniendo la inclinación.
Las órbitas elípticas pueden tener cualquier inclinación, pero suele utilizarse una inclinación de
63.4º, debido a que en ese caso el efecto de variación del argumento del perigeo es mínimo.
Se define una constelación como el conjunto de órbitas de satélites que operan conjuntamente.
Una constelación está en fase si todos sus planos orbitales tienen la misma inclinación y dentro
de cada plano orbital se distribuyen de forma uniforme los satélites, dando distancias iguales en
argumento de perigeo entre cada pareja de satélites. En una constelación la inclinación de todos
los planos orbitales ha de ser la misma para que las perturbaciones del campo magnético
terrestre afecten de forma similar a todos los satélites de la constelación. El número total de
satélites que caben en una órbita es función de la altitud de la misma.
Localización del satélite en el espacio: elementos keplerianos
Necesitamos un punto fijo en el espacio que sirva como referencia para definir las coordenadas de
una órbita. Previamente, conviene repasar los siguientes conceptos astronómicos:
• La eclíptica es la órbita que sigue la Tierra alrededor del Sol en su movimiento de
traslación. Está inclinada 23.2º respecto al plano del Ecuador, siendo esta inclinación la
causante de la existencia de las estaciones del año.
• La dirección del Polo Norte celeste es la de la prolongación del eje de rotación de la
Tierra, que en este momento coincide con la estrella Polar.
• Los equinoccios son los puntos de intersección de la eclíptica con el plano del Ecuador
El punto que usaremos como referencia es el llamado punto vernal o punto de Aries, que
queda definido por la dirección marcada por la recta resultante del corte del plano del Ecuador
con el plano de la eclíptica, prolongada en la dirección del equinoccio de primavera. En su día, en
esta dirección se encontraba la constelación de Aries, aunque actualmente apunta en la dirección
de Piscis. Esto es debido al movimiento de precesión de los equinoccios, causado por el
hecho de que el eje de rotación de la Tierra no es fijo (y por tanto, el plano del Ecuador tampoco
permanece fijo).
Así pues, el eje Xi dado por la dirección en la que se encuentra el punto vernal, se utiliza como
referencia para dar las coordenadas de los cuerpos celestes.
A continuación se describen brevemente algunos parámetros de interés considerando una órbita
satelital con forma de elipse (fig.15.):
a = semieje mayor
b = semieje menor
CT = Tierra (uno de los focos)
Apogeo = punto más lejano a la Tierra
Perigeo = punto más próximo a la Tierra.
ELEMENTOS KEPLERIANOS:
• ÉPOCA (Epoch, T0).
Es un número que indica para qué momento son válidos los elementos keplerianos que se
dan.
• ASCENSIÓN RECTA DEL NODO ASCENDENTE (Right Ascension of Ascending Node,
RAAN, O0, W ):
Los nodos son los dos puntos de corte de la órbita del satélite con el plano del Ecuador. El
nodo ascendente es aquel en el que el satélite lleva la dirección del Polo Norte celeste. La
ascención recta es el ángulo formado por la dirección del nodo ascendente con el eje X i. No
está definida para órbitas ecuatoriales (no existe nodo ascendente, ya que el plano orbital
coincide con el plano del Ecuador)
Órbita T i e
La cobertura proporcionada por un satélite depende del tipo de diagrama de radiación de las
antenas que se utilice:
• Haz global. Proporciona la mayor cobertura posible. En GEO con 17.4º de ancho de haz se
cubre 1/3 de la superficie terrestre, lo cual no es mejorable incrementándolo.
• Haces perfilados. Se perfila el diagrama de radiación de la antena del satélite para
conseguir dar cobertura a un área geográfica concreta. (Haz nacional) Usado en el ARSAT-1
, BRASILSAT , HISPASAT , AMS-6 y otros.
• Haz pincel. Iluminación de superficies pequeñas. En GEO, con un ancho de haz de
aproximadamente 1º se consigue cubrir un área de 600~ 800 km2. Se usa ampliamente en
comunicaciones móviles, ya que de forma similar a un sistema celular permite una mayor
reutilización frecuencial. Este tipo de haces suelen ser sintéticos, es decir, su forma puede
variarse electrónicamente en función del área a la que se quiera dar cobertura. Por
ejemplo, se aumenta el tamaño de haz al sobrevolar áreas con escaso tráfico (desiertos,
etc) y se disminuye al atravesar áreas densamente pobladas.
En el ejemplo de la figura, que muestra un satélite en órbita GEO, los puntos con latitud superior a
81º no tienen cobertura geométrica (elevación negativa). Si además se considera la cobertura
radioeléctrica (elevación mínima 5º) la latitud umbral se hace menor, de unos 70º.
La longitud geográfica de un punto también influye en su cobertura geométrica.
Habitualmente el ANCHO DE BANDA total utilizado por un satélite es de unos 500 MHz,
pudiendo llegar en ocasiones hasta los 1000 MHz ó 2500 MHz. Se divide en segmentos, cada uno
de ellos tratado separadamente por un transpondedor (fig.17.):
Fig.19: Diversidad
en polarización.
La POTENCIA de transmisión del satélite está limitada por varios factores:
• Es un recurso escaso porque se obtiene de los paneles solares y éstos son de superficie
limitada por su peso. A mayor peso, mayor coste de lanzamiento.
• El dispositivo amplificador de microondas normalmente no se puede llevar a saturación
trabajando en régimen multiportadora, debido a que genera productos de intermodulación
que interfieren en los canales adyacentes. Si, por el contrario, se trabaja en zona lineal, la
potencia de salida es menor.
• Existe un límite de flujo máximo de potencia sobre la superficie de la Tierra, establecido
por las regulaciones internacionales, lo cual hace que la PIRE del satélite esté limitada y
consecuentemente su potencia de transmisión y/o ganancia de antena. Esto se debe a que
las bandas utilizadas por los satélites se comparten con los servicios de
radiocomunicaciones terrestres.
En estos servicios y en estas bandas se utilizan antenas directivas (parábolas) con un ángulo de
elevación muy pequeño, por lo que prácticamente no interfieren al satélite. En cambio, un satélite
emitiendo con alta potencia sí que puede interferir a dichos servicios, como es el caso de los DBS
que emiten con gran potencia para que los receptores terrestres puedan utilizar parabólicas de
pequeña apertura.
Satélites Argentinos
La historia de los Satélites de la Argentina comienza en 1990 cuando el cohete Ariane dejó en
órbita espacial al pequeño Lusat I, el primer satélite argentino puesto en órbita. Fue la obra de
radioaficionados pertenecientes a la filial argentina de AMSAT.
Después de 20 años en órbita, con la batería ya agotada, continuó
funcionando.
El segundo fue µSAT-1, primer satélite artificial concebido, diseñado, calificado e integrado en
Argentina. Fue llamado Víctor una vez en órbita en homenaje al ingeniero Víctor Aruani,
integrante del equipo, fallecido antes de terminar el
proyecto.
Satélite experimental con fines educativos y como
demostrador tecnológico. Llevaba a bordo dos cámaras para
tomar imágenes de la Tierra, una de campo amplio y otra de
campo estrecho, una baliza en VHF, un transmisor-receptor
en UHF para telemetría y telecomando y otro en banda S
para la bajada de las imágenes, su principal propósito fue
probar los sistemas y evaluarlos.
Tenía capacidad para actualizar el software de la
computadora en forma remota una vez puesto en órbita.
Fue desarrollado en el Centro de Investigaciones Aplicadas
del Instituto Universitario Aeronáutico de Córdoba y lanzado
el 29 de agosto de 1996 desde el cosmódromo Plesetsk en
Rusia por el lanzador ruso Molniya junto a los satélites
Magion-5 y Prognoz-M2.1
El primer satélite «profesional» de aplicaciones científicas (física del Sol) fue el SAC-B, lanzado en
cumplimiento del plan Espacial de CONAE en 1996. Esta misión fracasó porque el satélite no pudo
desprenderse de la última etapa del lanzador, pero se logró probar el normal funcionamiento de
todos los sistemas de a bordo, de modo que el acontecimiento se consideró un éxito para la
tecnología empleada y para INVAP como constructor de satélites de observación terrestre o
astronómica.
El satélite de Comunicaciones Nahuel 1-
A llegó al espacio en enero de 1997 pero
no fue hecho por argentinos. El
Nahuelsat 1-A es un satélite de
fabricación extranjera (Canadá), usado
por una empresa privada para
comunicaciones satelitales.
El Cubebug 1 fue puesto en òrbita el 26 de abril de 2013, lanzado desde Jiuquen en China,
mientras que el Cubebug 2 lo hizo el 21 de Noviembre de 2013, lanado desde Rusia.
Por otra parte la empresa estatal AR-SAT (Soluciones Satelitales), ha encargado a INVAP el
desarrollo y la construcción del primer satélite argentino de comunicaciones, este satélite
geoestacionario, ocupará la posición orbital reservada por la Argentina.
Arsat 1 entraría en servicio en el segundo semestre de 2014.
Al leer esta reseña histórica, se debe tener en cuenta que se trata de varios proyectos de
complejidad y finalidades muy diferentes.
El satélite SAC-A es un pequeño satélite, diseñado, integrado y construido por la empresa INVAP,
en los laboratorios de Villa Golf, bajo un contrato con la CONAE. El SAC-A posee un peso de 68 kg,
y sirvió para probar sistemas ópticos, de energía, de navegación y de guiado de control.
Transportado por el transbordador Endeavour, en diciembre de 1998, llegó a exceder su vida útil
de 8 meses sin presentar problemas técnicos. El satélite se quemó al entrar en la atmósfera en
octubre de 1999, habiendo transmitido de manera correcta datos e imágenes.
SAC-B Astronómico
SAC-D Acuarius
El SAC D, también conocido como Aquarius, es uno de los satélites diseñados y construidos en la
Argentina que integran la serie SAC. Su objetivo es estudiar la salinidad del mar y detectar zonas
de riesgo de incendios e inundaciones.
SAC-D / Aquarius
SAC-D transporta ocho instrumentos, siendo el principal de ellos el Aquarius, aportado por la
NASA, que se encargará de medir la salinidad superficial del mar y la humedad de suelo.
Las cargas más importantes que lleva la misión son:
Radiómetro de Microondas, provisto por CONAE.
Sensor Infrarrojo de nueva tecnología (CONAE).
Cámara de Alta Sensibilidad (INVAP).
Sistema de Recolección de Datos (CONAE).
Sensores de Demostración Tecnológica (CONAE).
Sonda atmosférica por radio-ocultación (Agencia Espacial Italiana (ASI)).
CARMEN-1. Estudio de los efectos de la radiación sobre componentes electrónicos y sensor
para detectar el daño ocasionado por micropartículas presentes en el espacio. Agencia Espacial
Francesa (CNES).
Corrección de la radiometría
Es propia del sistema con base en las calibraciones de prelanzamiento y sus actualizaciones
mensuales a partir de recalibraciones de la cámara mediante adquisiciones posteriores,
programadas para esos fines.
Correcciones geométricas
Son debidas a alteraciones conocidas del sistema (correcciones sistemáticas). Se realizan las
correcciones de los efectos producidos por cambio de actitud del satélite:
• movimientos de cabeceo (pitch).
• balanceo (roll).
• guiñada (yaw), por variaciones de altura y velocidad del satélite.
• sesgo (skew) producido por la rotación terrestre. Las correcciones se basan en la
determinación de la actitud y el estado orbital a partir de datos medidos a bordo del
satélite a lo largo de toda su trayectoria, y en particular en el momento de la captura de
imágenes. Estos datos adicionales son comúnmente denominados de telemetría o de
housekeeping.
Está prevista para antes del año 2015 la creación de dos estaciones satelitales más, posiblemente
en Tierra del Fuego y en la Antártida, y los siguientes satélites:
SAC E (SABIA-MAR)
De misión óptica. Satélite argentino-brasileño de información sobre agua, ambiente y producción
de alimentos en la zona del Mercosur
Los nanosatélites Cube-Bug fueron realizados con tecnología argentina. Es un desarrollo nacional
financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y concebido, diseñado
y producido por la empresa Satellogic en colaboración con INVAP. Se tiene proyectado lanzar un
tercer satélite de esta gama en abril de 2014.
El lanzamiento del nanosatélite lo realizó un cohete chino tipo Larga marcha 2. El “Capitán Beto”
será monitoreado desde el Radio Club Bariloche de la ciudad homónima. Orbitará la Tierra cada
93 minutos a una altitud de 650 km permitiendo que radioaficcionados de todo el mundo
descarguen los datos que genera y transmite. Se lo concibió con fines educativos.
El satélite posee tres equipos de estudio: una rueda de inercia (para controlar comportamiento),
un startracker (obtiene fotos para determinar su posición) y una computadora para su
navegación. En intervalo de 15 o 30 segundos emite un paquete de datos denominado baliza o
'beacon'.
ARSAT I, II y III
Por otra parte las autoridades de INVAP y Ar-Sat firmaron un contrato por el cual el INVAP
construirá tres satélites de comunicaciones en los próximos diez años. La inversión total será de
entre 150 y 200 millones de dólares.
Mientras tanto también se trabaja en ARSAT-2, el cuál cubrirá tanto Sudámerica como gran parte
de América del Norte. Y, posteriormente ARSAT-3, el objetivo será abarcar todo el continente
americano.
Pire de ARSAT 2 (Haz Sur) Pire de ARSAT 2 (Haz Norte)
Tronador II
La Argentina tiene previsto el lanzamiento del Tronador II. Se trata de un vehículo de unos 33
metros de alto que puede transportar una carga útil de 200 a 400 kg a una altura de 600 a 700
km. El Tronador II será un vehículo de trayectoria controlada para lo que dispondrá de los
correspondientes sistemas de navegación, de guiado y control, diseñados y construidos en la
Argentina.
A diferencia de ensayos realizados en el siglo XX (durante los
controvertidos experimentos del misil Cóndor, desactivado en 1993),
usará combustible líquido, que permite encendidos y apagados
durante el vuelo que hacen más precisa la programación de las
órbitas en el espacio.
El desarrollo se está haciendo íntegramente en la Argentina y está en
manos de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE,
que coordina el trabajo de numerosas instituciones del sistema
científico nacional, entre las que se cuentan el Centro de
Investigaciones Ópticas (CIOP) y el Instituto Argentino de
Radioastronomía - IAR (ambos del CONICET), el Instituto Balseiro, el
Instituto Universitario Aeronáutico de Córdoba y el Grupo de Ensayos
Mecánicos Aplicados (GEMA) de la Facultad de Ingeniería, de la
Universidad Nacional de La Plata.
Se cumplieron exitosamente dos etapas del programa Tronador. En
mayo de 2007 se lanzó un cohete de prueba, más pequeño, desde la
base naval Puerto Belgrano, a 30 kilómetros de Bahía Blanca. Y otro algo más grande, el Tronador
Ib, se lanzó en mayo del 2009. Dado que la órbita más conveniente para la Argentina es la órbita
polar, la base de lanzamiento del cohete definitivo estaría en la Puerto Belgrano, cerca de Bahía
Blanca. El primer prototipo (denominado VEX1) se lanzaría a mediados de 2013 aunque se
esperan lanzar otros cinco prototipos adicionales. En tanto, la primera misión de satélites de
estructura segmentada podría realizarse durante el bienio 2014/15.
En este momento, los países que cuentan con lanzadores propios son, por orden alfabético: Brasil,
China, Estados Unidos, Francia, India, Irán, Israel, Japón, Rusia y Ucrania. La Agencia Espacial
Europea utiliza los lanzadores franceses Ariane.