Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
María es la Madre de Jesús, y en todo momento fue verdaderamente fiel servidora a los
planes de Dios donde ella tenía participación directa.
Esta actitud de servicio fiel de María era de total resignación fuera cual fuera la decisión
que tenía que cumplir. Todo ello lo lograba fácilmente, ya que era una mujer noble y las
virtudes de María la hacían cumplirlas con fervor y sin queja alguna.
A continuación, vamos a determinar las virtudes de María, las cuales son doce,
precisamente, como estrellas tiene en su corona, y doce como los meses del año.
1. Modelo de fe
La Virgen María tuvo siempre una fe íntegra, aceptó el plan de Dios y confió plenamente en su
Palabra. Debemos pedir a nuestra Madre que sea nuestra maestra en la fe, para que como
Ella sepamos confiar en que Él siempre sabe mejor que nosotros lo que nos conviene, que
nos ayude a acercarnos a Dios, a aceptarle como un Padre bueno, a creer en su Amor y en
que jamás nos abandonará.
2. Modelo de esperanza
3. Modelo de amor
La vida de la Virgen María se podría resumir precisamente en el amor. Ella solo y siempre
amó, nunca le faltó el Amor. Pero ese amor no fue un amor abstracto, sino que se concretó en
dos actitudes: generosidad y laboriosidad. La primera porque siempre entendió que todo lo
que tenemos es porque Dios nos lo ha dado, y vivió con la actitud de «dar hasta que duela»;
la segunda en cuanto a que su amor también se dio en lo sencillo, en el trabajo del día a día.
4. Modelo de castidad
María fue virgen antes, durante y después del parto. La castidad en Ella es una llamada de
atención para nosotros, especialmente para los jóvenes de hoy en día. Su castidad estaba
unida al Amor, vivía en castidad para servir al amor, para amar más y mejor.
5. Modelo de pobreza
La madre de Dios fue pobre por su generosidad y su amor. En ella la pobreza está ligada a la
austeridad, a la sencillez. Ella, en un mundo como el nuestro, no caería en el consumismo, en
el gastar por gastar. Ella vivía su vida con sencillez viviendo la pobreza también con una
dimensión de justicia hacia los que no tienen nada.
6. Modelo de obediencia
La obediencia no es solo una virtud para la vida religiosa, es una virtud esencial para todo
cristiano. Es una ayuda para cumplir la voluntad de Dios ante mis deseos y apegos. La Virgen
no tenía una actitud de obediencia por resignación, sino por confianza en manos de Dios. En
el pasaje de la Anunciación vemos como ella obedece incluso a pesar de que la petición de
Dios no entraba en sus planes. Aprendamos de la Virgen María a obedecer la voluntad del
Señor tal y como Ella hizo: «Aquí está la esclava del Señor».
7. Modelo de humildad
María en todo momento aceptó su condición de criatura ante Dios, entendía perfectamente
cuál era su lugar y cuál era el de Dios. Nuestra Madre puede enseñarnos a vivir, como Ella
hizo, haciendo todas las cosas solo para mayor gloria de Dios, entendiendo que solo somos
un pobre lápiz en manos de Dios. La virgen María es modelo de humildad especialmente en
Belén y en la Cruz, donde aceptó la situación que le tocó vivir, con confianza en Dios, sin
quejas ni exigencias.
8. Modelo de paciencia
9. Modelo de misericordia
Nuestra Madre supo acoger y tener misericordia con todos: con los novios de la boda de
Caná, con los apóstoles cuando estaban asustados tras la muerte de Jesús, con nosotros
cada vez que pecamos, etc. Ella nos acoge, no nos juzga y no deja de interceder por
nosotros. María todo lo cree, todo lo tolera, todo lo perdona. Pidámosle que nos enseñe a
hacer el bien siempre y a ser compasivo con el que sufre.
10. Modelo de alegría
María vivió con una alegría especial, no superficial, una alegría interna. Está contenta por lo
que tiene y acoge con felicidad todo lo que el Señor le regala. De la alegría de María nace la
esperanza. Ella es capaz de ver lo esencial y de agradecer a Dios todo lo que tiene, porque
Ella siempre estuvo unida a Dios, fuente de la verdadera alegría.
La Virgen vivió en continua acción de gracias por todo lo que el Señor le dio. Ella puede
enseñarnos a imitar esa actitud de agradecimiento al Señor por su infinita misericordia y
generosidad con nosotros, que nos ayuda a dar el máximo a Dios y a disfrutar de todo lo que
tenemos. Una buena práctica es no irse a dormir sin haber dado gracias a Dios por al menos
10 cosas que te hayan pasado ese día.
Nuestra Madre es maestra de oración, ella fue la primera en vivir en intimidad con Dios, y toda
su vida era unión con su Hijo. Pidamos a María que nos ayude a unir nuestro corazón al de
Jesús en todos los momentos de nuestra vida, a hacer todo por Cristo, en Cristo y para Cristo.