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Alto IX Buenosi;Aires, Febrero de 1943 “No 93 PUBLICGACION MENSUAL JEDREZ Y PROPAGANDA, — Que Ja permanencia de los maestros in- ternacionales .actualmente en nuestro pais no ha sido bien aprovechada, es yerdad, por sabida, in- necesaria de repetir. Sal- yo los torneos magistra- les organizados por el Cireulo de Ajedrez, na- ds se ha hecho de seric en Ia Gapital para orga- ROBERTO GRAU'y LUIS PALAU _ Temay dos, pere el ensayo probé precisamen- te Ja inutilidad de competencias entre capacidades tan desproporcionades. En Rosario ha sucedido igual cosa, y has- t el presente no se ha realizado un verdadero forneo selecto, donde solo actiien ajedrecistas de indiscutida calidad Por qué no orgenizar un torneo limitado a 10 nizar actividades que del @ 12 jugadores, en et permitan explotar esta que solo actiien maes- feliz consecuencia para Momento tros de reconocila y pro- el deporte nacional, que se ha derivado de la desdichada contienda mundial. Los torneos de Mar del Plate han logrado atemperar la po- bre opinién acerca de la capacidad or- ganizadora de los directores del aje- drez nacional. Pero el wltimo de elloz fué malograde por Ia extraordinaria desproporcién de fuerzas de los partici- pantes, acentuada por la absurda in- clusién de algunos jugadores que nada tienen que hacer en competencias de es- te jaez. En Cordoba se jugs ur torneo de me mores proporciones, ya que se deseaba que los ajedrecistas de ‘a provincia al- ternaran cor algunos valores consagra- ox bada calidad, tales co- mo Sthalherg, Najdorf, Frydman, Michel, Lucis © Gzerniak, por mencio- nar a los que en reali- dad estén en permanente actividad, ¥ a elementos locales que no excedan de los hermanos Bolbochén, Guimard. Pil- nik. Rossetto, Grau y Maderna por ejemplo? Bsto seria un verdadero acontecimien- to y wna verdadera pulsacién de fue zas de ajedrecistas calificados. Con es- to se haria propaganda al par que se realizarfa un gran torneo. Y se brinda- via a quienes ven la posibilidad de he- cer del ajedrez un medio de propaganda turistics, wh especticulo a fono con el esfuerzo qué se exige. 84 EL AJEDREZ AMERICANO Las ventajas y desventajas que ofrece el alfil malo La necesidad que existe de crear esa aparente deficiencia técnica. En in dad de casos, es inconveniente ‘a salida del alfil dama negro. Por ROBERTO GRAU EI estudio estratégico que hemos ini- ciado es de suma importancia. y por cierto novedoso en muchos de sus as- pectos. El aficionado y aun el maestro de velativa calidad han hecho suponer que el encierro de un alfil era una des- dichada necesidad de las posiciones y sctros tratamos de probar que el en- cierro dei alfil dama es wna exigencia de Ja posicién y una mariobra necesaria para poder seguir posteriormente con Jos planes meduiares de la partida. En nuestro niimero anterior nos ocu- pamos de esto ampliamente al iniciar el tema y¥ explicarlo. Dfjimos que el al- fil dama es una pieza de reserva que es predente mantener en su cuadro ini- cial. Oportunamente ros ocuparemos de Ta ausencia de buenge casillas de des- arrollo que tiene esta pieza en todos los planteos, para refirmar lo dicho. Pero ahora sélo nos interesa demostrar por- qué en algunos planteos es mucho me- jor mantener el alfil encerrado que fue- za de la cadena de peones, y antes que esto, probar que no se resuelven las di- dicultades aparentes que surgen del en- cierro del alfil, sacindolo prematura- mente fuera de la cadena de peones. Veamos wna partida jugada hace al- gunos afios on ek pais, que en este as- pecto ofrece detalles instructivos, puesto que Jas negras trataron de poner en jue. go rapidamente cl alfi! dama explotando un planteo pasivo de las blancas, y sdlo lograron debilitar su ala dama por la ausencia del menciounde alfil, que, por otra parte, quedé relegado a un papel poco airoso. PARTIDA N? 1824 P. Dama- Irregular Grau - Corte 1 P4D, ABC. Hn realidad, es ésta una jugada que todo invita a realizar. Se gana un tiem- po, pues se ataca la dama. Si se cubre con el caballo, el xlfil quedard muy firme en esa situacién y si se juega P8AR, como sucedié en esta oportuni- dad, se debilita un tanto la configura- cién de peones blancos. Ademas, ese avance quita su casilla natural al ca ballo rey, y esto ha de nermitir a las negras jugar rapidamente P4R. Pero todo esto tiene wna desarmonia estra- tégica seria. Claro esté que la jugada A5CR o A4AR en otros casos, sélo puede hacer- se con la apertura del pedn dama y no contra el: gambito de Ia dama (1 P4D, P4D; 2 P4AD) por la fuerza que en ese caso tiene Ja posibilidad de las blancas de jugar rapidamente D3C, vulnerando el pedn caballo dama, que el desarrojia del alfil siempre debilita. 4 P8AR, A4T; 5 C8TR, P4AD, PAR. Tenemos aqui un planteo muy rare e mteresante. Lag negras han desarrollado més piezas que las blancas y han hecho jugadas mas ldgicas. Han efectuado s6- lo dos movimientos de peén y las blan- cas cuatro, lo que en realidad es un defecto estratégico, El Dr. Tarrasch di- jo uma vez que las jugadas de peones en las primeras jugadas era perder P4D; 2 P3R, C3AR; 3 A3D, cpap; 6 &L AJEDREZ AMERICANO liempos. ;Cual es Ja razén, pues, para que on este caso lus blancas logren pronto la iniciativa? Pues simplemente las debilidades creadas on el ala dama por la ausencia del alfil dama en su casilla de origen. 7 PXPD, ABC-+; 8 A2D, AXA+; 9 DXA, GXP; 10 3A, 6(4D)3A. No era posible P3AD, jugada ldgica en casi todas las posiciones de este ti- po, precisamente porque se haria sentir la-ausencia del alfil dsma en su di snacl tipica. Veamos: 10 ... P3AD; 11 CXC, PKC; 12 PXP, CXP; 13 ASC+, C34; 14 C44, atacando el alfil y el peén de JD, y ganando material. 11 PSD. Con este avance las blancas bloquean en parte e! centro y expresan st pro- pésito de crear una cadena de peones en blanca. Se dira que esto encierra al propio alfil blanco, pero no es asi, ya que mientras esta pieza mantenga po- sibilidades de actuar por via 50D se- va eficaz, Por otra parte, el pedn de 5D blanco no es un pedn rigido, ya que oportunamente podria ser avanzado y en ese caso el alfil jugaria eficazmente sobre una zona importante. Hn cambio el alfil negro es bueno tedticamente, pues esté en casilla de distinto color al peén més avanzado, pero es malo porque fué desarrollado antes de tiem- po y se encuentra radiado en una zona del tablero, La ventaja de los alfites en el centro, sobre los aifiles en los flan- cos, radica en su mayor vapidez en las maniobras. 11... TIAD, Preparando el avance del pedn al- ‘il dama, pero esta manivbra uo es muy feliz. Lo exacto eva enroear. 12 O—0, D2R; 13 TRIA. Y ahora la lucha adquiere otro ma- tiz, Las blancas traturdn de evitar el avance del ped alfi! dema para mam tener la fiscalizacién central 13... P8TD. No era posibie P3AD, por PXP, se guido de ASC y CSD. creando compli. caciones a las negras por Ja debilidad de su estructura posicional en el ala dama, deriyada de ja ansencia de al- 35 fi, que ahora esta en 47R y por cierto nala de promisorio realiza. 14 P4R, O—O. Tampoco servia P8AD por la réplica CID, seguido de PXP, aislando los. peo- . nes, y luego C3R. com gran fuerza 15 C1D, D3D. Las negras persisten en su plah mo dular de avanzar él peén alfil dama, pe- ro las blancas lo impiden, ya que esa jugada significarfa el equilibrio absolu- to de lei lucha. 16 C3R, ASC. Para evitar C5A, que ganaria calidad, por la amenaza C7R+. 17 C4A, D4A+; 18 C2A, D2T; 19 CST. ¥ las blancas. mediante una ingenio- sa maniobra con el caballo, han impe- dido definitivamente, 0 poco menos, ef avance del pedn alfil dama. Ademas, esta jugada encierra un plan de! agre- sién al pedn caballo dama, debilitade desde que el aifil se alej6 de su cus- todia en busca de otros horixontes. Y los otros hovizontes fueron estar reple- gado en 8CR, sin accién, y totalmente desvinculado del ala data. 19... C1R (amenazo defender el PCD y P4AR, pero...); 20 PAGR. Greando ln armazén tipica de peones para anular un alfil en este tipo de posiciones al impedir el avance del peén alfil rey. 20... C8D; 21 T2A, D&C; 22 TDIAR P3AR. : Buscandole accién al desventurado al- fil que quiso. ilegalmento, en el princi- pio de Ja partida, actuar en otras zonas que las trazadas por la estrategia de este tipo de planteos 23 R2C, AIR. I Corte sigue fiel a su plan de jugar P8AD. Lleva su alfil para que coopere a ja accién y mds tarde olva pleza meror Jo secundard, pero hay wn pro verbio en ajedrez y en la vida que dice que las cosas hay que hacerlas a su tiempo o no hacerlas, y éste es un ejemplo tipico de la verdad del mismo. 24 C1D, C1C; 26 CSR, A4C. Cansado ya de la inocuidad de su “mal” alfil bueno, Corte lo cambia por el “buen” alfil malo de las blancas. Hs- to parece un juego‘de palabras, pero en real.dad expresa lo relative de las afir- maciones que se pueden hacer en aje- avez aferréndose al dogma tedrico. Era, sin embargo, algo mejor P3AD; pero luego de A1A cun la amenaza de PXP las blancas quedarian m:cho mejor, ya aue si C4, seguiria C(3)44, seguido de P6D. ete, 25 AXA, GXA Obsérvese que las negras han efec tuado cinco jugadas con su alfil para cambiarlo por otro que sélo efectué un movimiento. ;Cudénto mejor habria sido dejarlo en su casilla de origen para tan magra finalidad, 27 C5A, PSC, Las negras pierden calidad. La au- sencia del famoso alfil dama en su dia- gonal de origen se hace sentir siempre cuando se avanza el peén a 4R. y esta posicién es un ejemplo tipico. Si 27..., TDIR; 28. PATD, C5D; 29. TXP, y no seria posible CXC, por TXPCD ni tam- poco C3AD, por TXPC+, seguido de TXPT+, D6T+ y D7C, mate. 28 C7R+, R2C; 29 CXT, TXC; 30 C4A, D5D; 31 DXD, GXD; 82 CED y las negras abandonaron. Hs evidente yue no hay resistencia posible. Si CXT, seguirfa o~T y luego TXPA+-, ete. Sila torre nezra se mue- ve, entonces TXPA-+, etc, La “partida es instructiva en varios de sus detalles estratégicos, pero lo mas fundamental es, en’ nuestra opinién, la maniobra del alfil dama. negro, buena en apariencia pero inocua, como casi tudas las de es- te tipo en las aperturas del peén dama, y luego el sistema’ de anulacién de esa pieza y Ja maniobra dobilitadora del ala dama negra, que carecia del necesa. rio coneurso del Namado “‘alfil malo’ Que es precisamente bueno en esas cunstancias y no fuera de la cadena de peones. ‘Muchas veces el aficionado que ya comprende bastante de ajédrez se pre gunta: ;Por qué causa debe encerrarse el alfil dama en las aperturas modernas cuando hay tantos sistemas para po- nerlo en juego rapidamente? Y tiene vaz6n en hacerse la pregunta, ya que no AL AJHDREZ AMBRICANO es facil demostrar 1a bondad o desven- taja de ciertos sistemas de defensa oxis- tentes, que tienden a desarrollar el, al- fil rapidamente. Quien mds se empefid en lograrlo entre los maestros antiguos fué Tschigorin, que contra el peén da- ma empleaba la siguiente defensa:. 1 PAD. PAD; 2 C3AR, C3AD; 8 P4A, ASCR. Sacaba asi el alfil dama antes de jugar P3R, pero para lograr esto torefa toda la estrategia de las nesras y vealizaba la ildgica jugada C3AD, tra- bando el pedn alfil dama. No quiere de- cir que esto sea un disparate ni mucho menos, pero si que sdlo es aceptable conto sorpresa, y que entre dos jugado- res de idéntica tuerza y de calidad, las negras deben atravesar por dificultades permanentes, ¥ sia esto agregamos que de haber planteado las blancas directamente el gambito (mucho mas dindmico qué 2 C3AR), el sistema Tschigorin es poco menes que imposible de realizar, por la posibilidad de poner en juego rapide mente la dama, se observara lo endeble del éxito de este sistema. Més tarde, el mismo Tschigorin ensayé el otro sista ma, en la defensa Philidor, de seguir con 1 P4D, C8AR; 2 P4AD, P8D, para Ine- go jugar A4A o ASG. Pero la experien- cia probé que después de una maniobra de las blancas para jugar P4R, ya por medio de P3AR, 0 de P83GR y A2G, el alfil negro quedaba radiado en 8CR. La defensa Eslava— Como no era posible jugar 1 P4D, P4D; 2 P4AD, A4A por la fuerza de la réplica D3C, se ensayé eso en la de- fensa Hslava, con mucho més fuerza, pues luego de 1 P4D, P4D; 2 P4AD, P3AD; 3 C8AR, C3AR; 4 PSR, se jugd durante mucho tiempo A4A, Pero tam- bién decay6 el prestigio de esta jugada, pues la experiencia probé su insuficien- cia, Se continué con 5 PXP!, PXP! (si CXP; 6 CD2D, DIT; 7 A4A, CSC; 8 P4R, AXP; 9 CKA, CTA+; 10 Ria, CXT; 11 A2D, D4AD; 12 A8D, y las blancas quedan mejor); 6 C34, P3R; 7 D3C, D1A; 8 A2D, seguido de T1AD, y EL AJEDREZ AMERICANO Jas blancas siguen la presién, mientras el alfil de 4AR de las negras nada de eficaz hace para su bando, en su apa- rentemente airosa situacién. Bn el afan de hallar un medio para sacar el alfil se encontré en Ja Hslava oe] sistema, pero si las blancas juegan, en lugar de 4 P3R, que es excelente, Ja ju- gada mas comprometida para ambos, 4 C3AD. Esto permite aceptar el pedn del gambito transitoriamente. mediante 4... PXP, para seguir con 5 PAT) para evitar el sostén, del mismo con A4A, porque es imposible la réplica DBC, y porque la jugada P3AD 4a mayores se- gurifades defensivas siempre al pedn caballo dama negro, que en tiltimo casu puede ser defendido contra. una even- tual jugada D380, con D&C, oponiendo Jas damas, Pero estd lejos de haherse probado Ja bondad absoluta de este sistema, que, por otra parte, depende de las blancas se pueda adoptar o ne. Creemos que es mucho mejor jugar P3R, encerrarse el propio alfil, transitoriamente, ya que nadie podré impedir el avance del pen rey en el momento oportuno y no se corre el riesgo de tener que cambiar un alfil rapidamente, También se ha intentado como recur- so tictico, mas que como maniobra es- tratégica de real valfa, sacar el alfil en el gambito aceptado, explotando ta cir- cunstancia de que el poén desde 5AD impide la réplica D3C, Se ha jugado 1 P4D, PAD; 2 P4AD, PXP; 3 CB8AR, ASC. pero también fracasé Ja tentativa luego de 4 CSR, para seguir con OXPAD, en sw oportunidad, ya que el affil fué a parar a 30, desde donde no amenazaba nada importante, como sucede habitual- mente en el gambito dama cuando se desarrolla inocuamente. El alfil debe jugar encerrado— Muchos més ensayos se han realiza- do, pero Ja tendencia moderna, légica y ‘téenicamente irreprochable es aquella que se resigna a jugar con el alfil en- cerrado entre sus propios peones, y no por cierto como una desgracia estratégi- aT ca, sino como parte de un plan légico. Hl alfil debe estar listo para eubriv los claros que los avances de pedn, espe- cialmente del peén rey, dejan en el ia- blero, y en 1AD tiene a su disposicién dos rutas a elegir, la de 2CD\ 0 la de 1AD a 5OR, que escogeré cuando le convenga. ¥ tanto se ha aceniuace esta tenden- cia que, actualmente,-con las blancas, merudean las partidas en las que sin ninguna necesided se encierra el al No hablemos de la Eslava, que ya he mos visto (1 P4D, P4D; 2 P4AD, P3AD; 3 PSR), que significa Ja determinaciéu de jugar con el alfil encerrado, tactica de Capablanca, que logré resultados magnificos hasta que la variante Me- rano dié nueva vida al juego negro, sino de la propia Ortodoxa. Hay un grupo de maestros jévenes, que luego de 1 PAD, P3D; 2 P4AD, PSR; 8 OBAD. CBAR; 4 C34, A2R, sigue, no ya con ABOR, sino con P8R. Sostienen que A5C debe jugarse si las blancas efectiian CD2D. pero que contra A2R no es tan eficaz, porque las negras al sostener el cabello con el alfil se reservan el deve- cho de jugar en su oportunidad CD2D o O8AD, nego de una serie de escaramu- zas centrales. Bs propable’que esto sea mas teoria que otra cosa, pero la ver- dad eg que las partidas que se han ju- gado con el alfil blanco encerrado en 1AD no han arrojado un saldo desfavo- yable para las blaneas, ni mucho menos. EI verdadero sentido del tema— En esto no discrepamos, afirmaran muchos jugadores, ya que el alfil den- tro de la cadena de peones no significa alfil malo, ni ‘mucho menos. El alfil en- cerrado es un germen de alfil malo, pe- yo ya hemos visto cémo el alfil fuera de la cadena de peones suele ser muy poco eficez cuando los peones rivales lo anu- lan y mantionen radiado en un sector del tablero. El dilema del alfil es a me- nudo éste: o quedar desvinenlado de un sector del tablero, pero en contacto con sus piezas o préximo a actuar apenas se avancé el propio pedn que lo traba; 38 © jugar fuera de Ia cadena de peones, pero igualmente separado del sector de- fensivo del ‘tablero, por ejemplo, A4AR y P3R), ya que un propio pedn le im- pide replegarse. Sucede que en estos ca- sos el alfil es expulsado més tarde a 30 0 debe camblarse. Si se cambia, el avance de P4R es muy delicado, pues ha desaparecido el alfil que sostiene esa casifla naturaznente, y si se repliega, ha de costarle mucho poder acudir en auxilio ‘del ala dama, ci ésta lo re- quiere. Eu nuestra opinién, es mucho mejor encerrarse el alfil, especialmente con las negras, que necesitan még recursos defensivos. Hay que permitir que el vi- rus de la parélisis lo ataque. pero hay que evitar que ésta lo invada totalmen- te. ¥ aun en casos en que parece estar definitivamente radiado, lo hemos visto y lo veremos actus: pujantemente en ios finales de combinaciones En sinte- sis, que en nuestra opinién el problema del elfil dama se vesuelye encerrandolo al principio de la Iucba, y gue no hay que tener excesiva preocupacién por liberarlo prematuramonte. Es un cuerpo de ejéreito que obra como factor de re- serva en los ataques y es imprescindi- ble para poder proyectar cualauier con foriracién en el esqueleto de peones. Un ejemplo de alfil malo desarrollado— Pero antes de entrar en el tema en si, veremos otra partida en la que un alfil fuera de la cadena de peones na- da puede hacer para cooperar a la ac- cién, Y veremos céme es rematadamen- te malo, precisamente por no serlo en apariencia en el planteo. PARTIDA N° 1835 Apertura Ponziani Grau-Maderna 1 P4R, P4R; 2 C3AR, C8AD; 3 PSAD, C8AR; 4 D4T, P8D; 5 P4D, AgD. ‘Bl planteo de las blancas fué califica- do de “bluff”, Las negras quedaban con ventaja aparente luego de CXPR, pues KL AJEDREZ AMERICANO si 6 PSD seguiria C4A; 7 DBC, P8TD, mantenieudo el pedn de ventaja. Pero Jas blancas habrian seguido a 5... CXPR con 6 A&D, P4AR; 7 D24 con posicién agresiva, que er la mayoria de las variantes dehe bastar para recobrar el pedn. 6 D2A, PXP; 7 BXP, A2R; 8 C3A, O—0; 9 A2R, ABC. He aquf el error téenico. Bl alfil-es- taba muy bien en 2D, donde ejercia una aceién de fiscalizacién poderosa sobre una diagonal importante. Al ir a 5C se crea la obligacién de cambiarlo por el caballo, lo que: significa dejar al blanco con Ia indiscutible ventaja de dos alfi- Jes en Jas posiciones abiertas, o reple- garse a 4T y 3C, desde donde queda envuelto por la maraiia de peones blan- cos, El plan de las negras no es claro, pere sin duda C1R para seguir con RIT y P4AR, debe ser mas punzante que el del texto. Eni realidad, la posicién negra tiene un defecto y es el punto débil de 2CD. que impide la realizacién de PAAR sin perder un tiempo, para evitar D3C-+ Hs evidente que el -alfil negro estaria mejor en 1AD que en 5C. 10 A3R, D2D; 11 TID, RIT; 12 0O—0, TDID; 13 PSD! Esta es una jugada que sdlo puede hacerse cuando se esti muy seguro de sus consecuencias, pues significa fijar la cadena de peones, crearles rigidez, anu- lar aparentemente el alfil blanco y ce- der al rival un “hole” en 4R. Pero las blancas especulan con que C4A es tinica jugada aceptable, ya que contra CLC po- dria seguir, entre otras, AXPT, ganan- do un peén, porque no seria posible P8C, encerrandolo, a causa de AXC. Siendo C4R mica jugada aceptable, luego del cambio de caballos desapare- ce el peligroso “hole” de 4R, porque en- tra a ubicarse un pedn rival. Pero lo que en realidad husca el blanco, eg anu- Jar el alfil dama negro como pieza de combate. 13... C4R; 14 CXC, PXG; 15 PSA. La relatividad de! ajedrez— Jas blancas pudieron haber jugado pri-

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