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Nuestro Tiempo

CIENCIAS Y ARTES—POLÍTICA Y HACIENDA

A f t o X X I V II M A O R I D . MAF%ZO OB < « S * NUM. 30S

Vilson ante el derecho internacional

El ex presidente norteamericano que actaba de fallecer


pasará a Ja Historia con una personalidad bien definida
en el campo del Derecho y de la política internacional.
La iniciativa de Wilson para la creación de una Liga o
Sociedad de Naciones significó una rectificación radical en
las orientaciones de la política exterior norteamericana.
El germen de toda doctrina y de toda norma de actua-
ción práctica de los Estados Unidos en la vida interna-
cional es necesario buscarlo en el mensaje del presidente
Monroe al Senado norteamericano en 1823. El principio
lundamental de aquel famoso mensaje puede condensarse
en la no intervención de los Estados de Europa en los ne-
gocios de América.
-•^tt la doctrina de Monroe latían dos ideas cardinales:
una, generosa, de afirmación de la personalidad y de la
independencia de los EstaxJos americanos frente a cual-
quier posible intervención de sus antiguas metrópolis eu-
18
258 ITOESTBO TIEMPO

Topeas; otra, egoísta, de secreto anhelo de hegemonía nor-


teamericana en el Nuevo Mundo.
Cada una de estas dos ideas, latentes poteneialmente en
la doctrina de Monroe, ha sido el primer eslabón de larga
serie de interpretaciones y de hechos en la política de
América.
La idea generosa encontró eco en Bolívar, moviéndole
a convocar el Congreso de Panamá de 1826, cuyo progra-
ma esencial consistía en que el principio de no interven-
ción, proclamado por Monroe frente a Europa, fuese adop-
tado asimismo en las relaciones de los Estados americanos
entre sí.
El entronque jurídico y lógico de la idea de Bolívar con
la doctrina de Monroe es irreprochable. Tendía a asegu-
rar la independencia de los Estados de América, no ya
sólo frente a sus antiguas metrópolis, sino frente a sus
propios vecinos continentales. Pero este noble propósito de
Bolívar chocaba con la otra segunda idea: con la idea im-
perialista, latente también en el mensaje de Monroe. Los
políticos de Washington consideraron que la doctrina mon-
roísta obtenía demasiado éxito en la interpretación de Bo-
lívar, y el Congreso de Panamá fracasó.
Ijas posteriores conferencias panamericanas, iniciadas el
año 1889 en Washington y repetidas, dentro ya del siglo
actual, en Méjico, en Eío Janeiro, en Buenos Aires y últi-
mamente en Santiago de Chile, han dado forma al princi-
pio del panamericanismo como sistema de coo]>eraeión in-
ternacional. Los Estados Unidos han procedido con exqui-
sito tacto y cautela en la preparación y en el desarrollo de
esta labor, procurando desvanecer los recelos que aquella
política suscitaba en los Estados del Centro y Sudamérica.
Sin dejar de advertir en el fondo de esta organización pan-
WIL80N ANTE EL DEBECHO IMTBRNACIOKAL 259

americana un designio político, justo ea reconocer su obra


constructiva de aproximación, de respeto recíproco y de
afirmación del principio de arbitraje obligatorio.
En €6ta labor d^ cooperación y de organización jurídica
internacional han colaborado las instituciones oficiales del
panamericanismo, tales como las conferencias panameri-
canas, la Unión Panamericana, la Alta Comisión Interna-
cional, los congresos financieros panamericanos y la Co-
misión Internacional de Jurisconsultos. También han co-
laborado de manera eficaz las instituciones no oficiales, muy
singularmente el Instituto Americano de Derecho Interna-
cional, cuya Declaración de los derechos y deberes de las
naciones, en la sesión de la Habana de 1917 señala, una pá-
gina meritísima en la historia del Derecho internacional.
Esta tendencia generosa la hallamos en M. Brown Scott.,
presidente del Instituto; en el gran jurisconsulto y político
Mr, Elihu Eoot, secretario de Estado que fué en la Repú-
blica norteamericana, y en Mr. Lansing, secretario de Es-
tado bajo la presidencia de Wilson.
Esta cadena, que tiene su engarce primitivo en la pri-
mera de las ideas, en la idea jurídica e intemacionalista
de la doctrina de Monroe, encontró el último de los eslabo-
nes, hasta ahora, en la iniciativa del presidente Wilson.
En un discurso pronunciado el 27 de Mayo de 1916, en
el banquete de clausura anual de la "Lfcague to enf orce pea-
oe", en "Washington, el presidente Wilson afirmó lo que
sigue:
"Nosotros creemos en tres cosas fundamentales: 1.*, que
todo pueblo tiene el derecho de elegir la soberanía bajo la
cual ha de vivir; 2.% que los pequeños Estados del mundo
tienen el derecho de gozar del mismo respeto para su so-
beranía y para su integridad territorial que las grandes
260 NXTESTRO TIEMPO

y poderosas nacionee esperen y exijan para sí misma»; y


3.*, que el mundo tiene el derecho de verse libre de toda
amenaza para su paz que tenga su origen en la agresión,
eíi el desprecio de los derechos de los pueblos y de las
naciones."
En un discurso pronunciado en el Senado el 22 de Ene-
ro de 1917, el presidente Wilson propuso "que las naciones
adopten, mediante un acuerdo común, la doctrina del pre-
sidente Monroe como doctrina mundial; que ninguna na-
ción trate de imponer su política a una nación o un pueblo
cualquiera; que cada pueblo sea dejado en libertad para de-
terminar por sí mismo su propia política y la manera como
quiere desarrollarse, sin verse intervenido, amenazado ni
constreñido, lo mismo el pequeño que el grande y po-
deroso".
Puede advertirse en esta exposición de las ideas de Wil-
son el entronque de las mismas con la doctrina monroísta
en lo que aquélla tiene de puro y levantado. Bolívar quiso
convertir en principio continental americano lo que en el
mensaje de Monroe podía ser una medida defensiva de
América frente a Europa por razones de índole histórica.
El presidente Wilson intentó universalizar la doctrina de
Monroe, llevando a sus consecuencias lógicas más extre-
mas la doctrina de su famoso antecesor.
El alto propósito de Wilson chocó, como había chocado
en su día el de Bolívar, con la s^egunda idea contenida en
el mensaje de Monroe. La afirmación del principio de in-
dependencia de todos los Estados, en los términos cate-
góricos que el presidente Wilson definía, era una barrera
opuesta al designio imperialista norteamericano en rela-
ción con los demás Estados de América. La iniciativa de
organizar una liga o sociedad de naciones, universal y hu-
WILSOX ANTE EL DERECHO INTERNACIONAL 261

Baana, en la que estuviesen representado® los pueblos de


todos los continentes, unidos por un lazo de solidaridad
mundial, acariciada por Wilson, desviaba asimismo la tra-
yectoria de la política exterior de los Estados Unidos, en-
derezada al aislamiento de América con relación a los de-
más continentes, para imponer con más desembarazo saa
hegemonía en el Nuevo Mundo.
El intento de "Wilson fracasó por los mismos motivos
que había fracasado el intento de Bolívar. Los políticos
afiliados a la tendencia imperialista en Washington consi-
deraron que la doctrina de Monroe en la interpretación do
Wilson obtenía, como antes había obtenido en la de Bolí-
var, demasiado éxito. Y el propósito de Wilson se frustró,
y Wilson perdió la presidencia de la gran República nor-
teamericana.
Quedaron separados de la gobernación aquellos hom-
bres que representaban la tendencia universalista y de or-
ganización mundial. Los Estados Unidos no ingresaron, en
definitiva, en la Sociedad de las Naciones. Prevaleció la
tendencia imperialista; la que había encontrado intérpre-
tes celosos en el presidente Polck; en el secretario de Es-
tado del presidente Cleveland, Olney; en el presidente Roo-
sevelt; la misma tendencia imperialista que determinó la
intervencin en Cuba, en Haití, en Santo Domingo; que se
impuso en la apertura del Canal de Panamá; que ha aso-
mado muy recientemente, y con toda claridad, en las decla^
raciones del secretario de Estado en Washington, frente a
cualquier posible intento de apertura de un nuevo canal
interoceánico, al afirmar que ninguna vía de esta índole
podrá ser abierta a través de ningún país de América sin
el asentimiento y el control de los Estados Unidos.
Gomo hombres amantes de un ideal de derecho en la
262 MUESTRO rnasro

vida internacional y como españoles interesados en que los


pueblos hispanoamericanos conserven íntegra y vigorosa
su personalidad frente a todo intento de hegemonía, hemos
de anotar con pena el fracaso de la generosa idea de Wil-
son en la política de su país, y hemos de descubrimos con
respeto ante la memoria del ilustre pensador y estadista.

Josa DE YANGUAS T MBSSÍA


Catedrático de la ÜDivt-rsidad,

Madrid, 22 Febrero 1924.


Los combustibles líquidos
Todas las nacionies consideran como materia de primera nece-
sidad, el carburante^ o sea los combustibles líquidos^ para moto-
res a explosión y dte combustión interna, aplieados a la navega-
ción, a la aviación, al automovilismo, al submariamo y a los
transportes e indust<rias, extendiéndose con tal rapidez su em-
pleo, cfue la falta repTesentaría la paralización dte la vida comer-
cial diefl Edtado: aún es más grave el riesgo, si se presenta en
época de guerra, porqtue la defensa nacional em^plea combusti-
blies líquidos en los elementos más indispensables para el Ejér-
cito y Armada-
Es así el problema de los coTObustibles líquidos, de los más
importantes que afectan a la eooaiomía y a la seguridad de un
pueblo, pudiendo aseguorairae que ai en tiempo d)e paz son nece-
sarios, en caso de guerra son indispen^ahleg.
Las nacionea que disponen de petróleo naituraíl, emoueinitran en
la psencia de ese hidrocarburo, conocido por el nomibre die gaso-
lina o bencina, el combustible líquido apropiado para Utenar las
exigencias del consumo, pero aun éstaa atíeodén a buscar susti-
tutivos, por si llegase a dificultarse el aprovisionamiento.
Las principales fuentes para obtener esa sustitución, son el
alcohol y los carbones minerales abundantes en materias voláti-
les, que diestMados a baja tíemperatura dan productos en toda
©qoiivalenites all petróleo y sus derivados, gracias a los grandes
adelantos recientes de la química industrial.
Hay Estados, cual Francia, Inglaterra, Alemania, Estados
Unidles y Espaíía, donde pueden utilizarse, adiemás de los pe-
tróleos naturales importados o producidos en sus territorios^
esos dos orígenes, o sea el que tiene por base él alcohol y el que
264 NUESTRO TIEMPO

ae deriva de la destilaoiáQ d© materias carbonosas; otros, cual


Italia, donde hay pooos yacimientos de carbón mineral, sólo dis-
ponen del alcohol. Ninguno puede sustraerse a la imperiosa exi-
gencia d!e buscar mn carburante nacional que reemplace al pe-
tróleo natural, cuyo consumió es tan creciente, que en Francia,
por ejenuplo, pasó de 5 millones de francos en 1902 a 781 millo-
n ^ de francos en 1920, aproximándose en 1923 a los mil millo-
nes. En Italia, la importación die petróleo excede de 300 millo-
nes de liras al año.
En España, según el gráfico estadístico que puiblioamos de
las importa,ciones diuirante los diez años últimos (1), han cre-
cido láe tal modo que llegaron eJ año 1923 a 150.000.000 de pe-
setas ; solamente la gasolina pasó, de 43 toneladas en 1913 con
Uin valor de 13.187 pesetas, a 66.012 toneladas con valor de
83.175,109 pesetas en 1922, y la progresión sigue siendo ascen-
<lenite, pues durante los ocho primeros meses de 1923, los que
alcanzan las estadísticas, íse han importado 59.119 toneladas que
costaron 74.490.251 pesetas, no siendo, por tanto, aventurado
asegurar, quie al terminar el año referidlo de 1923, habrán pasado
las imiportaciones de esencia, de 100 millones de pesetas, siendo
digno de señaílarse que además ge ha hecho uso en ese año, máa
que en los anteriores, de comibustibles líquidos de producción
nacional en los motores—Diessel y Semi-Diesael—que se van
generalizando en las industrias, en la tracción y en la marina
militar y mercante, pudiendo citarse entre las grandes empresas
que usan aceites oombustibles obtenidos por destilación de car-
bones y materias carbonosas nacionales d Metropolitano de Ma-
drid en su Central de energía eléctrica y la Compañía Trans-
mtediterránea de Navegación, que está transformando loa mo-
tores a vapor de su flota ipor otros de combustión interna. Con-
signamos aquí con adimáiración el nombre del sabio químico, in-
geniero indtistrial español D. Antonio Mora, apóstol de esas
destilaciones.

(1) lEste gT&fi«o ha sido fonnmdo cora diatoe rennlidos a instancias


noestitas por el loapectixc general de la Direoddn gianerail de Bstaidístlca,
D. JoBé Mera, Jefe de la Seooldn de lEstaidfetloaa eapedalee y antiguo
oflotal lauíraajdo deü EJéreMo.
Convaoctorxu

ORDEnnción ofi HÉÜÍS üflCKmfli


^ 9 l^tpwtvdoftma dm Ata pifvófos afai^oo y amjon9s

yf O Amér/ca
!/nporfm:JorHta éo/ Cmncni y óatf

m u \^f«AaJitMm eKt>/o^acione9

ALKWCÍHAMIEMTO ClSTBIBUCKHI MEDIDAS BE at6U«IOAD (^Aonio • O c T i i e n e 1925


ySnromo Moi^m.
LOS OOlfBUSTIBLE» LÍQUIDOS 265

Es natural qu© todas las Naciones traten dle «vitar esas one-
rosas importaciones de petróleos y sus esencias, o al menos de
dismin'uírla'3, creando dentro de su territorio el carburante na-
cional, y aún hay otro motivo que lo jtistifica, a saber, que la
producción miundial de petróleo natural no guarda relación
con el aumento enorme y rápido dtel consumió, qu© va invadien-
do no sollo a la marina de guerra y a la mercante, sino a todos
los transportes aéreos y terrestres civiles y militares. Como dato
significativo por lo que tiene de convincente, diremos, que el
material flotante de Inglaterra, de buques, que usaban combus-
tible líquido en 1913, no pasaba de unos 3 millones de tonela-
<ias, en tanto que hoy excede de 15 millones.
De aquí que se vislumbre tan colosal crecimiento del con-
sumo de petróleo, que dará lugar a que se agoten los yacimien-
tos naturales: se comprende quie eso pueda llegar pronto, ante
la cifra enorme que representa el movimiento de dinero que
arra.stra la inidustria mundial del petróleo, la que se ©valúa en
más de 600 millonee de doUares al año, de los que ©1 60 por 100
correpondle a los Estados Unidos del Norte de América y el 22
por 100 a Médico, ya que la produooión de Rusia ha disminuido
durante estos últimos años.
Presiéntese oeroana la llegada d^e la crisis del petróleo, con
tal certeza, que el ilustre químico Daniel Berthelol afirma que
si nuestra generación ha visto naoer y agigantarse la produc-
ción industrial de ese combustible, la generación venidera la
verá probaiblemeaute declinar y morir.
Se comprende, por consiguiente—'escribe el ilustre iaigeniero
italiano Felice Garelly—, que en los Estados Unidos de Améri-
*•», centro de la máxima prodiucción petrolífera dtel orbe, hayan
surgido potentes iniciativas para sustituir el petróleo natural
por otros carburantes.
Por fortuna en España reunimos las dos fuentes principales
•die primeras materias para preparar esa sustitución: el benzol
y gasolinas procedentes de la destilación de pizarras y de mía-
tenas cai4>onosas ricas en elementos volátiles y el alcohol ex-
traído d'e prodlictos agrícolaa
266 NUESTRO TIEMPO

CARBURANTE A BASE DE ALCOHOL Y BENZOL

Las primeras experiencias, oooi el caj-burant© a base d© alco-


hol, se hicáeron ed año 1894 en Alemania.
Prosiguiólas la Asociación de destiladores dte aquella nación,
con el propósito de utilizarlo en los motores para la agriculta-
ra, y ©1 año 1898 siguió análogo camino el ministro de ese ramo
dte Francia, secundadlo por las Sociedades de agricultores y
por la Asociación de qiiíinicos azucareros y destiladores.
Los productos fueron estudiados con esmerado método cien-
tífico, y en 1900, se hizo una prueba importante, en las carre-
ras die automóviles al aLcohoil París-Euen, y en 1902 otra en el
circuito del Norte, con ibuenos resultados, pues la velocidad de
72 kilómetros por hora que se obtuvo, era muy satisfactoria en
aquella época (865 kilómetros en doce horas, con un Panhard-
Levasseur de 40 caballos); el motor era el mismo que se había
iisudo para gasolina, con Hgerísimas modificaciones en el car-
burador. Por último, la Compañía General de Ómnibus de
París, diesde 1906 a 1907, consumió muchos millones de litros,
(3.000 toneladas al año) dte una mezcla de alcohol y benzol a
partes iguales, haciendo con ese combustible 100 millones de
kilómetros: el benzol provenía de la destilación de carbonee
fósiles. Después decayó la aplicación del alcohol como oaoHbu-
rante, nio por razones técnicas, sino por motivos económicos,
dimanados diel precio alto que, en parte, fué dielbido a manejos
de los negociantes en petróleo, en tiempos en que, siendo aún
el consumo relativamente pequeño, América lo proveía con gran
abundancia, no vislumbrándose peligro de guerra miundial, lo
que permitía régimen de camibioa favorable. Ningún motivo
justificaba entonces la sustitución de la esencia de petróleo por
el alcohol, que costaba más y rendía menos.
La situación del problema durante la guerra europea y des-
pués de ella, la sintetiza Garelli en los siguientes términos:
Durante la guerra.—Antes de la guerra se hdbían hecho algu-
nos ensayos en Italia, recordándose el ooncuirso promovido en
el año 1904 en Eoma, por el Círculo enófilo italiano para wp&-
IX)S COBIBU8TIBLB8 IJQUIDOS 267

ratoa de alumbrado y calecEacción por alcohiol, en «1 cual se pre-


sentó una motocicleta movida por alcohol. Poco aotes die esta-
llar el conflicto armado, la Oficina especial dJe ferrocarrilies del
Estado, experimentó, con buen resultado, uxm mezcla propues-
ta por el profesor Purgotti, bautizada con el nombre de Ete-
rol, compuesta de 62 por 100 de alcohol desnaturalizado, 33 por
100 de éter auifúrico y 5 por 100 de aoeiite de vaselina, la que
se ensayó en los coches dtel servicio público Macerata-Ancona.
El consuiniio era 35 por 100 mayor quie el de bencina, pero no ¡se
observó ninguna dificultad en el motor, ni explosiones moles-
tas, de manera que, descontando el aumento de consumo, la
prueba resultó favorable. Casi idéntica composición tenía la
raezicla conocida con el nombre de Natalita (40 por 100 de éter,
60 par 100 de alcohol, 0,5 por 100 de amoníaco), empleada mu-
cho durante la guerra en las colonias inglesas del Sur de Áfri-
ca, la que podría ser pana Italia un carburante enteramente
nacional, puesto que el éter ge obtiene del alcohol por métodos
que aictuialmente son muy Sencillos y económicos. Entablada la
guerra, los produotos agrícolas propios para obtener alcohol
encarecían extraordinariamente y además el alcohol era nece-
sario para fabricar explosivos, gases axfisiantes, etc., por lo
cual, tanto Francia como Italia, continuaron proveyéndose de
gasolina de América, aninque pasando períodos de gran angus-
tia y escasez. Alemania, que desdé principio de siglo empleaba
el alcohol como combustible en gran escala, se vio privada por
el bloqueo del petróleo de América, maa pudo aprovechar por
algún tiempo los petróleos procedentes de Galizia y Rumania,
adoptando pana los motores \m. carburante compuesto de alco-
hiol, benzol y tetraJina, siendo esta última un dierivado de la
naiftalina.
^os Estados neutrales sufrieron durante las Ivostilidladeg la ee-
^'^^z de petróleo y tuvieron que buscar un carburante nacional.
Todos recordamos en España, cnando los Estados Unidos pro-
hibieron la exportación de petróleo a los países neutrales (1918)
co*no, ante las esoasis reservas de que disponíamos, hubo que
improvisar austitutivos, encontrándolo al principio en el al-
cohol asociado a la naftalina y a la esencia de trementina, en
268 vxmarBo TIEMFO

proporciones variables. Exudóos más detenidos dieron naci-


miiento a nuevas raeaclias d« aloohíd y benzod, en susbituoión d©
la gasolina, siendio las principales las siguientes, debiendo anO"
tarse que el benzol era nacáonal, proveniente de la dei^ilación!
de carbones.
Sustitutivos d!e la gasolina empleados en España durante 1»
pasada guerra.
Por el Centro Electrotécnico y de Comunicaciones.
Fórmulas:
a): 75 de alcohol y 25 por 100 de benzol.
&): 70 de alcohol y 30 por 100 de benzol.
c): 65 de alcohol y 35 por 100 de benzol.
d): 50 de alcohol y 50 por 100 de benzol.
Esta últiima es la más aproximada a la gasolina.
Por la Comisión de experiencias de Artillería.
Informe sobre siustitutivos:
Carhurol núm. O (benzol).—'Puede austituir a la gasolina por
lo menos en el verano (que es cuando se hicieron las experien-
cias.)
Bemol al 26 por 100 de alcohol.—Buena mezcla; desde el pufli-
to de vista mecánico la mejor solución.
Bemol al Ifi ó 50 de dcohol.—Convenientes per consumar me-
nos benzol.
Alcohol-gasolina.—^Puede emplearse en el automovilismo rá-
pido.
Al emplear las meadas a base de alcohol y benzol es muy
canveniente aiumentar la compresión en el motor.
- Después de la guerra.—'El Gkibiemo francés, para siuplir a la
fabricación die explosivos, gases asfixiantes y otros elementos de
combate, promulgó, el año 1916, una ley monopolizando el co-
raercio del alcohol industrial, convirtiéndose en único compra-
dor y vendedor y obligándose a no dedicarlo a la preparación de
tóicores ni bebidas. Heuroía así millón y medio de hectolitros qn©
diejaban de hacer concurrencia a la viticuitura, consiguiendo re-
sultados socialea y morales de importancia: el consumo de lico-
res se redujo en Francia a la tercera parte dy. que sts hacía a
principios de 1914.
liOS (XatBUSTIBLEH LÍQUIDOS 269

Bebemos reooirdaír qu© en Francia se hacía una distinción ar-


tificiosa entre el alcohol procedente del vino, de la sidra y de
las frutas frescas, y el extraído de la remolacha, die las melazas
d)e los cereales, (alcohol deil Norte), llamando al primero alcohol
Tiatural o de bamche y al segundo alcohol industrial. En reali-
dad, no hay diferencia entre los alcoholes de diversas proceden-
cias, tanto que, bien rectificados, el ainálisifl químico es impo-
tente para disitingiuirlos (1).
Terminada la lucha, después de haiber destinado a usos indus-
triales el alcohol adquirido anualmente, quedaba a Francia un
remanente de 600 a 700.000 hectolitros que la guerra no había
Uiegado a gastar, y era preciso enconitrarle apUoación.
Concurso de Besieres.—Con objeto d© facilitar al Estado la
colocación de ese alcohol, ©1 Consejo Agrícola de Bezieres re-
unió por gusoripción 400.000 francos, dedicándolos a organizar
el año 1922 un concurso para el carburante nacional, adaptable
a grandies pruebas exportivas, confiando el estudio científico y
técnico del asunto a un numeroso Comité presidido por el ilus-
tre físico Daniel Berthelot, en el que figuran eminentes físicos,
químicos e ingenieros, y es© Comité, disponiendo de los expre-
sados medios ©conómioos abundantes, distribuyó las investiga-
ciones y las experiencias comprobatorias a 15 laboratorios que
ensayaron más de cien fórmulas de carburantes, su estabilidad,
sus resultados, sus propiedades, llegando a las conclusiones qiue
víamos a resumir.
El alcohol puro empleado en los motores actuales presenta el
inconveniente de reducir el rendimiento o, por lo menos, exige
wodifioaciones notables en el motor. El aumento de consumo de
alcohol puro comparado con el de bencina es cerca de 40 por
IW. Hay un medio de acrecer la potencia y disminuir el con-
sumo: consiste en aiumentar la compresión en los cilindros del
motor, lo que puede hacerse porque con el alcohol no hay pe-
ligro a la, autoasoensión. Con motores a supercompresión los
resultados son óptimos y el consumo de alcohol casi igual al de

(1) Por reciente decreito, a consecuencia de informe d©! Conse-


jo Supeirior de Samildad, se declara la Inoouidaid del allooihol indus-
trial para el encabezamiento de vimos.
270 NUESTBO TIEMPO

la beoicina. Taaiibién se ha aictididio a otro m«düo: eH de añadir


al alcohol un líquido oombustible fácilmiente volatilizable y do-
tado dte podler caiorífico muy alto, consiguiéndose así evitar ese
auimenito de consumo tan grande. El número de ios propuestos
al efecto, es muy extenso; los más comunes y experimeaiitados en
mayor escala son «i benzol iprovenáente diel alquitrán de hulla,
la bencina de petróleo y el éter etílico (éter sulfúrico). De la
mezcla de éter y alcohol reguJita la natalina y ei eterol, de que
ya hemos hablado.
La primera condicdón para que urna mezdla cariburant© se
pueda eraplmir es la de ser estable y conservarBe así, tanto a ba-
jas como a altas tempeiraturaa. Esta condición es aigo difícil.
Se presentaron al concurso mezclas tan inestaibles que, según
una típica expresión, lloraban por divorciarse. El Comité cien-
tífico se oauípó die resolver el inconveinieinite graive die ia inesta-
bilidad de la mezcla de alcohol y gasolina. Las mezclas de al-
cohol con esenciías muy ligeras, que son las quie se obtienen al
principio de ia destilación como primeros productos—usados en
servicios cual la aviación, donde es preciso emplear combusti-
bles muy puros—, son muy estables, pero tales esencias son es-
casas en el mercado y excesivamente caras, por lo cual, sólo
puedto aplicarse en esos usos especiales.
El consumo de Gasolina en Francia arrojaba die seis a ¿ete
millones de hectolitros, mienitras que el stock sobrante de al-
cohol que poseía el Estado era de 600 a 700.000 hectolitros, y
como la gasolina admite sin desventaja 10 por 100 de alcohol,
se resolvió el problema adicionándola en esa proporción. Tal
mezcla fiué empleada en las pruebas sobre carretera deil concur-
so de Bezieres de 1922, en el que tomaron parte automóviles de
turismo, autocarros, mototraotores, tanques y aeroplanos con
satisfactorios resultados, tanto respecto a las propiedades deil
carburante como a su rendimiento, que resultó igual al obteni-
do con bencina sola, sin que se notara ningún inconveniente. De
tres mil bidones gastados en la prueba sobre carretera, no se re-
gistiPÓ queja más que áe tres, reconocáéndoee que era debida a
que en ellos se había. introdHicido agua. Por último, en el Con-
greso Internacional de Combustibles Líquidos, oelebrado en Pa-
IX)S OOMBCSTIBLES LÍgUIDOS 271

rís en Octubre de 1922, se probó, documentalmeinite, que hacía


trece meses que la Compañía parisina de tnanspoites alimenta-
ba los motores oomiunes de sus 1.500 autobuses con mezcla de
aleoliol-'benzol ail 50 por 100, batoiendo recorrido 75 millones de
kilómetros con excelente resultado.
Ál referido Congreso Internacional de Combustibl«s Líqui-
diog asistieron como dielegados áe España los señores Hauaser
^ingeniero de Minas), Gamir (ingeniíero de Minas) y Mora (in-
geniero industrial), químicos los tres db renombre. Los trabajos
99 han publicado en el Boletín Oficial de Minas y Metalurgia.
La ley francesa {Marzo 1923).—^En vista de esos hechos, el
Gobierno francés promulgó una Ley oMigando a los importa-
dores de bencina a adquirir del Estado el 10 por 100 de alcohol,
dlejándole-a en libertad paira mezclarlos en las proporciones y ^
modo que tuvieran por conveniente. Esta mezcla no es estable
fJe manera aihsoluta: lo es en la estación cáilidia y seca, pero con
el frío y la humedad se separan sus dos elementos constituyen-
tes, lo que se puede evitar añadiéndole un tercero soluble en él
alcohol y en la bencina y el benzol, qute sirva die ligazón.
Con tal fin, se propuso el alcohol .amílico, el butílico, el buitil-
cresol, el cresol, la dieoalina y tetralina derivados de la naftali-
na : todavía no se producen estos compuestos en cantidad y pre-
cio adiecuadcs.
Otro medio de dar estabilidad a la mezcla es el de emplear
alcohol anhidro, es decir alcohol absoluto^ solución que ahora
se abriga en Francia, el cuial se mezcla con la esencia en todas
las proporciones y se mezcla asimismo con la bencina pesada y
también con el peitiPÓleo.
Preconizada esita solución, los productores se han dedicado a
J u d i a r procedimientos para preparar indtisbriaumente y a mó-
dico precio el alcohol absoluto que hasta ahora era aun prodiic-
*o w laboratorio. Las investigaciones parecen coronadas por el
éxito y ya se han pa/tenitado varios procesos con los que se ob-
tiene fácilmente alcohol anhidro en condiciones económicaa Este
Comité científico francés ensalza la mezcla oon 40 a 50 por 100
de alcohol aJbsoluto, asegurando que ofrece garantía de perfecta
estahilidad.
272 NUESTRO TIESfFO

La mencioniaida Ley franceaa diel oanburonite nacional, pro-


mulgada en Marzo de 1923, no fué recibida con completo en-
tusia»no: parte de la Prensa hizo contra ella violenta cam-
paña.
El problema en Italia.—.No se muestra Felice G ^ T O U J , parti-
dario de que en Italia se dicte una Ley pairecida a la de F r a n d a ,
que presenta el inconveniente de suscitar protestas y oposiráón
violenta en dañk) de la mejor causa, considerando preferible d
sistema de convencer al público d© que el problema técnico está
resuelto y que las trabas que se oponen por interés o por oposi-
ción a las cosas nuevas, aJ caíburaaite nacioniai, o no tienen ra-
zón de existir o son fácilmente remediables, así como que el al-
cohol exento de tasa cabe ahora producirlo en aquella nación,
a tal precio, qu© su empleo, mezcladb con bencina o oon otro
combustible líquido puede dar economía apreciaible. Es un hecho
que mientras ed alcohoil poco después del armisticio valía 10 ó
12 veces más que antes d© la guerra y en 1921 se cotizaba aún
a cuatro liras el litro, hay ahora plétora de producción y la in-
duíitrin dte las destilaciones atraviesa penosa crisis, existiendo en
alimactiTes grandes cantidades que tienen difícil salida. Duran-
te este año se paralizaron algunos establecimientos y se renunció
a destilar desperdicios de materias averiadas, subproducto que
no puede tener otra aplicación.
E n el ejercicio 1921-22 se produjeron 428.000 hectolitros y
quedaran 150.000 sin vender, y para el 1923-24 se calauia habrá
disponibles 500.000 de diferentes procedencias.
Las materias primas de que se produce aíoohol en Italia son
las melazas residuo de azucareras, los granos die cereales diver-
sos, la remolacha, la algarroba, el higo de India (higo ohrumbo),
los residuos de la viniñcación y otros de menos importancia, re^
cientemente experiimentados. De todias, la más barata es la me-
laza azucarera. De ella es difícil conocer el precio con seguridad;
©1 año pasado era de 50 liras quintal; recientemente se asegura
que bajó a 35 liras. Ocn ese precio de materia prima, el costo de
producción del alcohol de melaza no pasa de 1,70 liras el litro y,
por tanto, puede venderse p a r a la confección de mezclas carbu-
rantes a dos liras el litro. E n Francia el precio medio a que el
IX)S COMBUSTIBLES LÍQUIDoe 273

Estado adquáere el alcohol indlustrial es d« 165 fra,noos por hec-


tolitro, que, al caimbio oorriente, equivalen a 206 liras.
La campaña azucarera de Italia, próxima a terminar, dlejará
lo menos 1.200.000 quintales de melazas, de las que se puede ex-
traer 350.000 hectolitros de alcohol. En €sas condiciones, el pre-
cio de venta de la imela25a no deberá pasar de 30 liras por qxiintal^
-—casi triple del de antes de la guerra—^y el alcohol podría darsie
a 1,60 liras el litro, en cuyo caso la conveniencia de usarlo en loe
motores resultaría evidente. Sin tal empleo, no teniendo, por
ahora, otra aplicación imdnstrial capaz de absorver tan gran
cantidad, todo el alcohol de las varias procedencias, tenídría que
dedicarse al consumo humano, y el aflicohol de vino y de los re-
siduos de la industria enológica, más caro, no podría sostener la
concurrencia, y la destilación, válvula de seguridad die la viti-
cultura, no podría funcionar, resulltanido una gran crisis econó-
mica y social.
La cantidad dé alcohol industrial que existe actualmente en
Italia y su precáfo de costo, permite emplear en gran escala la
mezda. alcohólica em los ajuitamóviles, en los autocarros y en los?
tractores agrícolas, así que en el porvenir no puede haber temor
de que falte en la agricultura la provisión de alcohol para sus
motores, aumque se generalice su empleo. Emtrefcanto, una más
completa y raoionail utilización de los reeidtios agrícolas, de la
algarroba averiada, del higo de India y de otras plantas que
crecen casi expontáneamente, sobre todo en la Italia meridional
y en sus islas, dará cantidades mayores, de condicáones adecua-
das. Mas para fundar en bases seguras la gran producción del
alcohol industrial hace falta, como en Francia y Bélgica, inten-
sificar el cultivo de la remolacha azucarera. La remolacha es,
en el clima italiano, la maiteriia prima más conveniente para pro-
ducir azúcar y alcohol y la planta qiule da por hectárea la ma-
yor cantidad de materia seca nutritiva, cuatro o cinco veces
más que una hectárea sembrado de grano. En Francia, donde
se cuiltibaban en el Departamento Norte, antes de la guerra,
más de 300.000 hectáreas de remolacha para fabricar azúcar y
para destilar, ge ha proclamado recientemente la conveniencia
de cultivar otras 400.000, para producir 10 millones de hecto-
t8
214: NÜESTBO TIEMtO

litres de alcohol, extendiendo tal cultivo al Oentro y al Me-


diodía.
Itialia, dondie ae ouiltivan 90 mil hectáreas, no bastarían otrsu3
60 mili (no llegan al medio p w cienito del área dediicada a sem-
bradío), para proveer anualmeaite miilión y medio dé hectolitros
de alcohoi, q.uie agregados ail medio millón quie actadimeinte ipro-
ducen, serían suficientes duirante muidho tieanapo pana llenar to-
das las neo^idiades. Nadie piensa, sin embargo, en eliminar dtel
todo el automovilismio a esencia dte petróleo.
La solución dtel problema del oarburante naoianial en Italia,
ae puede iniciar con urgencia sin i-ecturrir, como se ha hecho en
Francia, a leyes coercitivas. Es un hepcho qiue ya en diversos si-
tios se preparan y se expendien, para motores, mezclas a base de
alcohol a precio iníerior al de bencina oomúm gravada con tasa.
En suma, este mezcla da reaulitados satiafactoriog y rendimien-
tos aproximadoH a loa die la bencina, siendo necesario impulsar
y coordinar esas iniciativas aisladas, suscitar otras nue¡vas y
aujetanka a un riguroso control, sin el cual podría suceder que
el fracaso didbido ai iiso de mezclas aJbsurdas, preparadas por
itucompetesnities o especuladores poco esoruiptáosos, torpes o codi-
ciosos, acarrearan el diescrédito del empleo del aloohol en los
loctores de explosión. Por otra parte, es preciso incitar a. los
desrtiiladores a que organicen y perfeocionein la técnica de pro-
dnioción de alcohol en graindies eantidadtes y al precio más bajo
posible.
C!on ese fin, el Círculo enófilo subalpino, ha tomado la inicia-
tiva de organizar, con la presidencia honoraria del Ministro de
Estado Mr. Eossi, con la ayuda dteil Ministerio de la Economía
nacional y bajo el patronato del TaTming y del Automóvil Obulb
d>e Italia, un concurso nacionial para elegir un carburajnite a
base de alcohol. El Círculo enófilo, qiule para el estudio y d con-
trol del carburante nacdonai cuenta con personal técmiico comipe-
iente y dispone diel Laboratorio Politécnico, se ha .dirigido a las
entidaidies y a ios industriales en demanda de ios medios finaai-
cieroa indispensables para aplicar del modo más completo sui
obra, dirigida a favorecer la agricultura, la eooniomía macional
y a diar al mismo tiempo incremenrto al turismo.
LOS COMBUSTIBUES LÍQUIDOS 273

EL PHCfflLEMA EN ESPAÑA

Por los daitos que dejamos expuestos, se oompa-eode la iiapor-


tancia quie se otorga, <aá carburantie obtenido con la mezcla de
benzol y alooihoil. Indudablemente la tien© en todas las Nacáo-
nies, pero es claro quie la adquiera mayor en Itelia,, porque ade-
más de lio contar en su territorio con petróleo matuiral, tam-
poco puede iiecuirrir en gran escala a la destilación de carbones,
l^or careceo" casi die 'minerales de esa oíase, así que cdtfra princi-
palmente en el alcohol el iieourso para fabricar el carhv/rante
nacional.
En España, aparte de las exploraciones en busca de petródeo
Uíutural, que actuaLmente se realizan con verdadero afán, diapo-
nemos de abundante carbón niinerad, rico en miateriías gaseosas,
que puede dar eom'busitibks líquidos por destilación; es decir,
que contam'cs con ese otro reourso capaz de producir combus-
tibles exaotamiente iguales al petróleo natural y a sus esencias
—^gasolina o bencina—, y desde luego podiemos tener prodnc-
<íián nacional d© ,benzol con suficiente abumidanoia.
Eaa riqueza de caiTburante nacional, a base de carbón mine-
j'al, nos coloca en condiciones ventajosas, y antes de entrar a
(••('uparnvs d;» tüa, direnucs algo acerca dte las disponibilidades
que también )>oseemos dte alcohol, ya que de todo habremos me-
nester para el adelanto die nuestras industrias y para la defensa
nacional, aiun en el caso de encontrar petróleo natuirail «¡n el sub-
suelo peninsuiiar.
Las misiiuvs fuentes de alcohol que poseen Italia y Francia,
las cuenta España ein su territorio, en el que a la gran extensión
'te la viticultura, se une el cultivo de la remolacha azucarera.
De ese tubéreuio se sembraron en la í^aifra de 1921-22, unas
34 mil hectáreas, y en la de 1922-23, sulbió la superficie cultivada
ii '^3 mil hectáreas, notándose tendencia a aumentar. La melaza
prod'ucida eomo residuo de las fábricas de azúcar, alcanzó en
1921-22 a 37.1037.933 kilogramos y en 1922-23 llegó a 48.728.866
kilogramos. Aún han de aumenitarse a esas cifras que se refieren
sólo a lia "Socdedad general azucarera", las que provengan de
Jas fábricas libres que ipuiedan existir. Hay, pues, abundante
276 NUESTBO TIEMPO

primera materia, de esa díase, para producir aloahol por desti-


lación. Ed precio a que se vendió la melaza fué a 197,68 pesetas
la tonelada en 1921-22 y 174,45 pesetas en 1922-23, que se apro-
ximan a los que se asignan en Italia. El único comprador fué
en esos años la Unión Alcoholera.
En cuanto a la otra materia principal destilada, procedente
de la vitioulitfura, acnisan, los daitos que siguen, los Aínuarioe qu©
publica la Dirección general d© Estadística í
Litros.
1918 64.634.699
1919 40.111.563
1920 32.337.367
1921 37.390.950
1922 29.316.618
El total dte deatüaciones comprendiendo el aguardiente y al-
cohol neutro de vino, los mismos rectificados, el aguardiente y al-
cohol neutro no vínico, él aguardiente de caña y eil alcohol dtes-
naturalizadk) dtesde 1907 a 1922, es:
Prodncoión de
alcohol.
ANOS - Números
Litros. ijQ dices.
1907 73.442.315 100
1908 64.029.949 87
1909 64.475.231 88
1910 52.218.820 71
1911 47.771.869 65
1912 61.790.990 84
1913 57.840.402 79
1914 55.362.560 75
1915 54.498.470 74
1916 62.552.945 85
1917 71.188.274 97
1918 100.907.129 137
1919 68.863.747 94
1920 56.775.727 78
1921 54.223.292 74
1922 53.935.310 73
t o s COSIBtrSTIBLES LÍQUIDOS 277

Las demás materias dtestilables, puedten asimismo obtenerse


«n España, ©n el protectorado de Marruecos y en las islas y
colonias españoilas dte África, sin ninguna dificultad y en gran
abundancia, y atún aumeintarse la lista de la aigarroba, higos
chiumbos, etc., loon el plátano que se produce en el archipiélago
Canariio, así que por esta parte, puede contarse oon que en nues-
tra patria hay medio fácil dte faibricar todo ed alcohol que pueda
necesitarse.
Política petrolífera.—^Así se llama en el extranjero al con-
junto die Leyes, reglamentos y medidas die gobierno, que afian-
zan la provisión de combustibles líquidos para el consumo na-
cional en paz y en guert'a, regulando su comercio, transporte,
almacenaje y aplicación, con tendencia a que no pueda nunca
faltar ese elemento tan indispensable para la vida y la defensa
nacional.
Olaro es que la base de la legislación ha sido, hasta ahora,
mejor dicho, hasta hace poco tiempo, el petróleo natural (1) im-
portado para todos aquellos Estados qiue no poseen en su territo-
rio pozos die donde extraerlo, y aiun para los que disponen de
ellos.
En España no tenemos petróleos natuirailes, pero los expertos

(1) \ja, paJaibra "petráleo" se deriva de la griega "petra" y sig-


nifica "aceite de piedra". Su descubrimiiento se remonta a tiempos
antiquísiimos. Es un liquido negro o parduzoo, liígeramente verde 5
muy raramemite límpido. El asfalto, cuyo empleo señala "La Biblia"
«a la coinetrucoióa del Arca de No.é y de la Torre de Babel, es lUi
oallcáreo impregnado de betún, y eil betún es un petróleo viscoeo,
oxidado. Herodoto—cuatrocientos cincuenta años antes de Jesucristo—
h^bla deil aceite mineral de Zanta, en eil mar Jónico. Diodoro y Pli-
nio—años 14 y 79 de la Era Cristiana—imencionan los manantiales de
•Aigriígente, que daban el aceite de Sicilia. En Rueda, las fuentes de
gasies combustibles de Apseheron (Mar Caspio-Bakú) son oonocidas
desde más de dos mil quinientoe años.
__ El "kerosene" y la "gasolina", son producto de la refinación del
petróleo bruto", que, a su vez, es una ¡mezcla de "hidrocarburos",
ue la serie del metano (gas de loe pantanos), o de la paraflna, del
etllemo, de los naftaJlemos y del benzol.
La mcdeirna industria en grande de,l petróleo, que ya había sido
bastante intensa en 1300 (Mairco Polo) en las reglones de Bakú (Ru-
^ ^ ^^^ establecida el año 1875 por los hermanos Nobel en dicha re-
gión, colo<5amdo tuberíaB para conducirlo a las refinerías y construyen-
do el primer buque-cisterna, que navegó el año 1879 soibre ©1 mar Cas-
pio paira suplir «1 tráfloo sobre el Volga.
278 NUESTRO TIEMPO

aseguram qiie existen eoi nueabrio subsuelo. La cuestión estriba


en dar con ellos, oosa qtiie en la mayor parte de los países donde
hoj' 96 explotan, suirge por casualidad. Acerca de esta indius-
tria, ha publicado nm interesantísimo libro el gerente die una de
las sociedades recientemente formadas p a r a hacer exploracio-
nes; la Compañía británica dIe petróleos, domiciliada en Ma-
drid (1). E n idioma francés, alliemán e inglés se han puiblieado
numerosos libros sobre esta materia.
Esa compañía, ha repartida uin prospecto en el qute se regis-
tran las empresas que se dedican a investigaciones petrolíferas
en nuestro país, mencionando la Sociedad petrolífeira España,
domiciliada en Vitoria, a la que se ha asociado la Compañía in-
gíiesa Oiil FieJs England, para sondieos eai Álava, Navarra y
Burgos: la Sociedad Soivai y Compañía, que hizo perforaciones
del terreno en Barreda (Santa'nder); los sondeos realizados en
Elorrio (Vizicaya). Estas Compañías cuentan con el asesora-
miento de expertos geólogos e ingenieros de minas nació:
y extranjeros, y están en relación con imiporíantes casas dedi-
cadas a sondeos, pasando hoy die 40.000 hectáreas los terrenos
denunciados. Taimbién en África, en Casablanca y en el Valle
ddl Lucus se h a n hecho exploraciones.
Además de la Compañía hispano-imtánica de petróleos, son
pues variías las Empresas que hoy realizan sondleos en España
en busca dte petróleo natural, valiéndoee de material moderno de
perforación, siendo sus campos principales de operación, seña-
lados por técnicos y geólogos: Burgos (Basconcillos del Toro),
Giiadalajara (Sigiienza y Molina de Aragón), Sevilla, Cádiz.
Santander, Vizcaya (Elorrio), Gnamada, Almería y Marruecos
(riberas del Lucus). E l Estado ha concedido 129.000 pesetas de
subvención a 1« Compañía Española dé Petróleos die Bilbao para
sondeos en la provincia de Burgt» (K. O. de 16 de Noviembre de
1922) y h a dtedarado qne todo oonioesioMario de un coto minero

(1) Wh PE/TRODEO.—Hásrtoíria, origen, «eollogía, iqutaíca, ex-


plotíwyióa, comercio, monoipoilio, legisilaoióin, por Rufino Duque, di-
rector gerente de la Compañía Hlspano-Briitáiiloa de Petróleo». S. A.,
miembro del Instituto de Eleotrotéonicos Sudiaanerioano y experto en
petróleos.—^Madrid, Arties de la IluBtraciftn, ProTieiotaee, 12, 1923.
LOS COMBUSTIBLES LÍQUIDOS 279

denunciado •como (petrolífero, que demuestre que ha hecho in-


vestigaciones o com,pra de maquinaria para sondeos por oOO.OOO
pesetas, tiene derecho a solicitar la exención del pago del canon
(R. D. de 2 de Diciembre de 1922) (1).
Exploraoiones y trabajos de perforación del terreno análogos
a los que actualmente se practican en España, se están efectuan-
do en Italia, en la región jDetrolífeira deil Apemino Septentrio-
nal, con esperanzas taimibién de encontrar los depósitos dte pe-
tróleo natural. E l ilustre teólogo italiano Federico Sacco, pro-
nostica posibilidiafl de éxito. Las investigaciones se dirigen prin-
cii>aílmente haicia Valle Padana (la Emilia), diotnde surgen ga-
ses inflamables que al encenderlos producen llama, fenómenos
caloríficos que eran conocidos die antiguo; y en otras partes,
oral en Val leja. Sassuno, Barigazo, Pietramala, Porreta etc., son
conocidos los fuiegos fátaios, ki fuente ai'diente y las erupciones
die gases en agua fangosa, que produicen pequeños conos, como
los de Salse. Barlovi, Bombi, Bolitore, Biilcami, VuloaneJli, Vul-
caoio d i fango, etc. E l primer pozo de petróleo italiano, se seña-
laba en Monteggilini, allá por ed siglo X V , pero paréete que se

(2) Adenlás s« ha pramulgaido el R. D. siguiente:


"Artículo 1.° Los oanoesiomarioe de minas de petróleo, fommaado
coto, que haiyajii justificado o justifiquen hasta 31 de Diciemhre del co-
rriente haber practioaido trabajos de Investíg'acióin o preparación ouyo
coste llegue o exceda de 500.000 pesetas, teimdrá-n dereohoi a que se les
compute entre lois años de exención a que se refiere eí Real decreto de
1.» de Diciemibre de 1922, en reüaoión con el Reiglaimento de los impues-
tos mineros, el camón de euperfloie correspondiente al año actuaU
de 192.S.
En ad«lainte pod:rá computarse en las exencloines la amuailidad co-
rrespondiente lail año en que atquélla se otorgue, sin rebasar nunca el
límite de las Sieis anualidades a que, como máximo, piiede extenderBe,
quedando así modlflcaido el artículo 30 del Beglaimento de dichos im-
puestos de 23 de Mayo de 1911.
Art. 2.» Queda en suspenso la exacción del canon de superficie co-
rrespondiente ail año actual para tailee conoesionarioB de minas, siem-
pre que tengan solicitado la exención aludida, fundada en haber gas-
tado en investígaciones o preparaciones de labores las 500.000 pesetas
expresadas, sin perjuicio del derecho de la Hacienda a exigirlo o no, en
vista del resultado de su soJicltuid.
Art. 3.» Quedan derogadas todas Jas disposiciones de cualquier cla-
se que se opongan a lo preveaido en este Real decreto.
Dado em PaJaclo a vfeioHouaitro'die Diciembre de miíl novecientos vein-
titrés.—ALFONSO.—.El Presidente dél Dinectorlo HTlUtar, M i ^ e l Pri-
mo de Bivera y Orbaneja."
280 NXTES3TB0 TIEMPO

trataba de excavacálones de pocos laetros de profundíidad, hechas


a mano, de Xas que manaban materias oleosas usadas en farma-
cia como medioaimento vermífugo y anitiséptico para 'las heri-
das (1).
Loe fenómenos antes dichos son originados por emanaciones
del suibsuelo de elementos combustibles naturales, gaseosos o lí-
quidos, análogos a los que en nuestra patria se observan en las
miariamas de Lebrija, cercanas al Guadalquiivir y en otras co-
marcas, qiue dieilatan la posibilddiad de dar con depósitos de ma-
yor cantidad.
Sondeos importantes se llevan a cabo, entre otros parajes, en
Sailsoniaggiore y en Vaileza, cerca de Fornovo di Taro, punto
este último donde se hizo activa busca del petróleo durante el
Congreso geológico de P!la«enza, en Septiembre de 1923.
Lfis revistas cienitíficas italianas dan extensas informaciones
ilustradlas de esas pesquisas, que tienen allí mayor interés aún
que en España, porque no hay existencias de carbones fósiles
que, por destilación, podrían d a r combustibles líquidos.
Ojalá que las bellas espenanzas se conviertan en realidadea
Sería para España una gran suerte que entrañaría inmensos
beneficios, que se diese con depósitos petrolíferos naturales;
mas en tanto, y aunque así sucediera, debemos aprovechar la
enorme rilqueza que nuestro sulbsuelo nos brinda de carbones y
materias carbonosas, abundantes en elementos volátiles, para
diestilarlas y extraer los aceites minerales combustible, asego-
rando la posesión del carburante nacional a base dfe benzol y
demás esencias minerailes dte producción naJtural en la primera
etapa, para llegar en la segunda fase de nuestras destilaciones
a la seguridad de obtener estos mismos hidrocarburos que mez-
clados con alcohol nos emancipan de la importación de pe-
tróleo.
Téngast! ¡pi-esente que Inglaiterra, Francia, Alemania, Italia,
Bélgica y Holanda, aulboirdinan a su política petrolífera todos
los recuraos que a ese fin disponen, organizándolos con vigorosa
(1) Los chinos empleabají desde reimotcs tiempos petróleo para
ailumibnado. Los indígenas de Moesoul y de Baigdad, aplicaban una
"variedad llamada "moum" para curar las heridas gravee. El aoeiite de
Gabian, petrollfearo, ee usa en el Mediodía d© Francia.
liOS COMBUSTIBLES LÍQUIDOS 281

actividad, siguiendo la gradación conveniente para asegoiipar la


producción nacional, prabegiéndola por todos los medios con
objeito de disponer en cuaílquier momento de un "stock" del
producto importado extranjero, asegurando su almacenaje y
transporte en oondicioiDes de seguridad, fácil suministro al ejér-
cito, a la marina y a las aplicaciones civiles terrestres y navales.
En lo ooncerniecate a la prodiuoeióai nacionall, hay ¡naciones
cual Alemania e Inglaterra, donde se iniciaron y mayor des-
arrollo han tenido las d^üaciones de cartxHiies, que consiguie-
ron rápidamente disminiuír las importaciones d© petróleos. Ale-
mania, por ejemplo, que importó en 1919 por 1.215.724 tonela-
das, sólo ha importado 425.529 en 1920 (1).
Nunca mejor aplicadas que a este caso las Leyes protectoras
de nuestro país, con el propósito de que sin gravamen para el
Estadio se diese impulso a esta industria nacional, que permiti-
ría la explotación dé nuestros carbones de inferior calidad y de
sus residuos (menudos de lavado, slams, bórraseos y pizarras),
lignitos, esquistos (2) carburosos, turbas, etc., creando) una gran
riqueza en cuencas hoy abandonadas en muchas regiones de la
península, expendiendo procedimientos técnicos modernos que
por fortuna están en plena explotación en algunas comarcas
carboníferas españolas.
Puede calcularse la importancia que este problema reviste
en Francia, por las sigiuientes resoluciones recientemente edi-
tadas por el Gobierno de la Eepública, a propuesta de la Comi-
sáón de carbonización que allí funciona hace tiempo.

(1) Dol "PetroJeium Times".


(2) La extracción del aceite de "osquisto" es anterior a la In-
dustria del "petróleo". E51 primero que lo encontró fué el DT. Nfewbe-
ry, en Meca (Ohlo-B. U. de Amérioa). el afio 1854, quien aJ'deiscu-
•brir un aceite que broteba del suelo, lo remitió a un fabricante de
aceite de esquisto, eíl que no le dio impoirtancia. Ya el año 1845, ca-
raindo un pozo para emcointrar agua em PemsiilTiania (Unión City) BO
encontró petróleo, pero tampoco se ocupó nadie de ese descubrimien-
to. De 1845 a 1855, em "Tarentun, haciendo sondeos para extraer
aguas saladas, saMa con ellas petróleo. En 1855 se empezó a destllaír
petróileo, aplicatndo ell producto afl alumbrado. Em 1811, se realiiza-
roiu ©xporiimenitos en Praga, también para alumbrado. Ed año 1863,
se ideecubrió un nuevo derivado deí petróleo, Ta ozoquerita, de uso
muy extendido. i ,i i
282 NUESTRO TIEMPO

El Journal Offidel, diel 30 de Noviemlbre último, publica, con


el objeto de dáfundirlos en la masa del país, los consejos que
hace la Comisión dte referencia a las Administraciones públicas.
Después de necomiendar la destilación como proceso químioo
indispensaible para utilizar los cafbonieB ricos en materias volá-
tiles y obtener d© «ste modo laa oreosotas, fenoles, naftalinas,
etcétera, obteniiiendo así diversas calddades de coqiuie, liega a las
conclusiones siguientes:
1." No qauemiar ninguna hulla que contenga más dtel 18 por
100 de materias volátiles y sea susoeptiihle de explotarse econó-
raioaniiente por destilación.
2.* Evitar el em^pleo de lias antracitas de procedencia eadran-
jiera; y
3." Reempla2ar, según ios casos, los combustibles ricos en
productos volá4;iles por los carbones antracitosos o por el coque.
Además, por otra disposición miniaterial de 21 dte Agosto die
lí)21, se iprohibió la exportación de benzol, a menos que fuese en
productos derivados, cual materias colorantes, dte aplicación
directa.
Es dé justicia reconocer, que el giran incremenito dé las in-
dlustrias de carbonización, y, sobre todo, su perfeccionamiento
reciente y rápido, se debe a la oapaoidad técnica de los sabic»
alemianee: la ocupación del Ruhr y las entregas dé carbón dé
aquella rica cuenca a Francia, obligároráee a tascar ei aprove-
chamiento industrial de los residuos de lavado y dé los lignitos
que allí tanto abundan (1) medíante nuevos procedimientos de

(1) Según íla neinista "Coails BMiedd Of Th© World" las reservas de
Alemania en illguitos son loa siguientes en tonellaidiaB imétricais:
Beservas «ier- ><aplcmonto
<••»"• )>rob«bl8.

Prusla y Ailemainia deil Norte 6.070.000.000 3.676.000.000


Sajottiía. 3.000.000.000 Desoomocddías a t o
BaTiea-a 75.000.000 293.000.000
Hesse....'.",'.'.".'.'.'.'.'.'.'..' 150.000.000 99.000.000

9.319.000.000 3.968.000.000
La producción de ligniltoB y carbón en Memania, ha creoldo vA ea
IJOS COMBUSTIBLES LÍQUIDOS 283

destilación a baja femperatuiia, que faieilitan la utilización cte


las materias gaseosas que aquellas oontiieneai.

LA P O L Í T I C A PHrrROLIFBRA EN ESPAÑA

La síntesis die lo que los gObiteirnos extranjeros practican, pue-


de adia|>tarse a miestra nación oon ventaja por las facilidades
que se derivan de las oondiciones especiales de las reservas natu-
ralles carbonosas con quíe contamíos. Da también medida de la
importancáa quie a este asunto ooncedfen, y si el ejemplo no bas-
tase, sería suficiente para cooivencier a los más reacios, el gráfico
quie puiblioamios dte las importaciones dte petróleo, gasolina y acei-
tes combustibles y Inlbrifioamtes minerales, duirante los diez últi-
mos años, que evidencia el crecimiento enorme del consiumio, jus-
tificado por los 150 millones de pesetas que a España cuestan,
y como esa sangnía dte dinero puede evitarse, es nuestro deber

progresáón asambrosa, seigún eompnieiban los diatas aiíguientes:


Koaerv»» oier- uplf^mpnto
tas. probAhi«.
1 '

1906 56.419.567 137.117.926


1913 87.233.100 190.104.400
1919 93.648.264 116.707.234
1920 123.011.000 145.601.000
1922 136.000.000

Por parte de luglaterm se han. seguido oom cnectenite Interés ee-


toa adelaintois, aJentanidio a la Sociedad "íteaw Temipenatur Carbooilsa-
tlon S. T. D." El Gotbiemio inglés, de acu»Pdo oom lo dispuesto en au
iegr de pPoteiccdOni a ta Imdtiatria "Tradies FaicUites", etc., aoaiba de
accindar un apoyo a la Sociedad ein cuestión que produce el coque
"Ooailiite" y el aceite "Coailiíae", que remide al precio de un cbcilta el
gaildn.
La capacidad de la fáibríoa de BameJey (Staffordah.ire) «s actual-
mente de 3.000 tooeiladias de coaJiíbe por sennana y va a «er amipliíada
a 10.000.
Los rendlniíieatos de oarMn son los siguientes:
Una tonelada inglesa (1.016 fcilogrannos) produce:
Coalite 680 kilogr^moB.
Aqelte .'.' 95 MtroB.
Gas V. 4.650 pies cúbiooe.
El precio de costo de cada tonJeílada de oomtoustdble carbonizado es
de 61 «lieilinieB 4, aunortlsgaciión oomiprendida.
284 NUESTRO TIEMPO

jwnei" manos a la obra y hacer qme llegue ai conocimiento die la


opinión pública lel procedimiienito seguro para oonsegiuárlo.
Una feliz casualidad permite acometer el problema del carbu-
rante nacional, por la destilación industrial de materias carbo-
nosas abandantes que la natuiraleza nos concedió: tenemos un
hombre de oompentencia química-indlustrial extraordinaria, el
ingeniero D. Antonio Mora, que ha realizíadó fuera de España
empresas de esa índole, adquirieindo una preparación técnica de
fama mundial, y que en la actualidad, aunque disfrute de bien-
estar bien ganado con su ímprobo trabajo de miuichos años, lejos
de entregarse al dulce disfrute del descanso, ¡aplica a ese proble-
ma d!e las destilaciones todo ei alma, ansioso de dar a su patria
un nuevo elemento de riqueza, positiviamente calculado, que haga
que queden en casa esos muchísimos millones de pesetas que salen
de ella para el pago de oomlbustiblea líquidos y aceites minerales
importados (1).
(1) Nuestras mayores reservas de materias carbonosas destilableis
radloan em Ciudad Real (cuencas de Puerto Llamo y Pefiarroya), Mála-
ga y Cádiz (Serranía de Ronda), Teruel (cueBoas de Librois y Rubielos
de Mora), Castellón (cuenca de Rivesalbee), Aragón y Navarra (cor-
dillera pirenaica, valles del Blssera, Cinoa y Gallego), Córdoba, Sevilla
y Badajoz (cuencas de Bélmez, Viar y Fuente del Arco), Asturias (mi-
nas de hulla en explotación), I^eón (cuencas de Villablino y Caboalles),
Burgos y Palencla (cuencas carboníferas).
Da idea del interés que esta industria desipierta los siguientes datos,
tomados del "Boletín Oficial de Minas y Metalurgia" del mes de Di-
ciembre de 1923, a los que podríamos agregar otras numerosiaB denun-
cias de imeses y años anteriores, citando esios únicamente como demos-
tración de la "fiebre" petrolífera que en España existe, t a n t o en perfo-
raciones del terreno en busca de petróleos naituraJes, como en acapa-
ramientos de imaterias destilaJbles:
Concesiones tituladas en Diciembre de 1923
Super-
ficie.
Provincia Sombre de Ii mina Sabstaucia Término municipal Propietario
fiesta
max.

Santander PetriSleo.. 700 D. F e l i p e A H n n .


Toni i'etrólen . Ofti D. E z e q u i e l H o c a .
Iddm... , . Z u a z o ( C u a r t a n g o ) l.dOO Idoui.
ídem ír!<ini SfXl Ídem.
800 Ídem.
A m p l i a c i ó n 11
ABf.tlt'.. . 20 D , J . I g l e s i a s .
Lola L i g n i t o , . . V i l l a m a tíxi 5S0 D . M . L ó p e z A c e d o
I'itjm Ohioiana a.9SB D. M a u n e l U r e o h .
L a Oasolinera PizH rr- B
bitamino-
sas Grazíiiírma y Bo-
180 D . J . B . T a r g h e t t a
U>S CX)MBÜSTIBI.ES LÍQUIDOS 285

Alguien, muy español, csonooedor d« sus excepcionales condi-


cion«9, cansignió, pese a su modestia, ponerle en relación con el
Directorio, al que propuso el plan que debería seguirse para lle-
gar a producir el carburaaoite nacionai.
En resumen, abarca los extremos siguientes:
1.° Organismo cívico-niilitar que debería crearse.
2." Finalidad específica que se propondría.
3." Medios para la realización.
El organismo podría emoarnar en una sección de la Junta, de
Movilización die Industrias Civiles (1), quie dispondría de las
estadísticas del consumo total y del parcial respectivo de cada
servicio militar y de la Armada, y de las necesidades probables
del porvemir, de las de producción y de las de posibilidades de
su incremento, obligiándos© los productores a dar cuenta perió-
dica de su desenvolvimiento. Se preocuparía, a su vez, esta Co-
misión de que las necesidades actuales fueran ya atendidas con
ios combustibles nacionales, bien para tener hecho así el eludió
d!e la necesaria adaptación, cuanto por proteger a esta impor-
tante indmgtria did piaís, y solicitaría, por tüitimo, de los Poderes
públicos el mantenimiento en "stock" die una cierta prop<wci6iit
de las gasolinas imlportadas (régimen de favor die que gom el
ejército francés.).
La finaJidad propiiesta se sintetizaría así: asegrarajp la dispo-
nibilidad de estos combustibles por dos procedimientos: 1.°, el
más esencial, por ©1 dlesarrollo de la producción española, prote-
giéndola convenientemente; 2.", ol de disponer en todo momento
d^e un mínimo de existencias del producto extranjero en España,
y 3.», propugnar ante la Superioridad por cuanto tienda a ase-
gurar los sumisnistros de referencia, y qiuie entre otras cuestio-
nes, comprende las de transporte a lo largo de todo el país, alma-
cenaje, condiciones de seguridad para aquél y éste, facilidad de
suministro de las bases navales, de la zona del Protectorado de
Marruecos, d:c., islas Baleares y Canarias.
Los medios que para la realización de este auxilio demanda el

(1) Es presidente de esta J u n t a e(l heroico teniente general don


José Marina.
286 , NUESTRO TIEMPO

prodiJctor aacioaall, aerían, además d* h, eactriota aplicacdón dte


las Leyes de proteociótni que a esbe efecto rigeai en el país, el auxi-
lio en forma qoiie sin gravar al Enario públioo diera un vigoroso
im;pu¡lso a esta industria naidonal y con eila a la explotación d«
nuestros carbones de calidad inferior y de sus reaiduios (slams,
bórraseos y pizaiTas), lignitos, esquistos carbonosos, turbas, me-
nudos de todos los materiallies carbonosos, eba, llevando la rique-
za a cuencas hoy abandonadas en la mayoría de las regiones de
España y cuyo resurgir sódo es poeüble, dada la insuficiencia de
los tramisportes, con la aplicación de los procedimientos de ia mo-
dterna técnica, que felizimiente están ensayándosie y aun en plena
explotación en determinadas regiones.
Esas taies bases, las concrata el Sr. Mora en el gráfico que tam-
biéai ipublicamos, tituiado Política petrolífera que interesa a Es-
paña.
Keviela asomlbrosa iníuicióax, y su expicación es la siguiente:
el área circular más pequeña representa las realidades de que
ahora disponemos, esto es, la proporción de materiales idóneos
para dar combustibles Líquidos que ya estáax en proceso de des-
tilación : la siguiente aérea anular que envuellve a la interior, se
refiere a las seguras disponibilidades para inmediata destilación;
y la qiiae rodea a ésta, las disponibilidades probables paira incre-
mentar las dlestilaciones con materiales nacionales. Otau aérea
circular separada, señala los países de origen latino, de los cua-
les, por conveaiiios especiales de intercambio oomereial, podíamos
traer petróleos naturales a precios relativameaite reducidos; y
la superficie anular exteriior representa los tpaíses de raaa sajona
y eslava proveedores dte petróleo, a los que .podían aplicarse con-
venios comerciales, y los petróleos naituiraliea nacionales si dan
con ellos las empresas que están biacieaido tralbajos de perfora-
ción.
En ese grá.fico se 'bosqueja el sistema de distribución, partien-
do de granldes depósitos en las tres bases navales—'FeírTol-Cádiz-
Cajtagemia—y en las islas Baleares; las refinerías y los depósitos
más pequeños de suministro. Migados todos por comunicación fá-
cil y segura, para simplificar el reparto y los transportes, auxi-
liándose unos a otros.
LOS OOMBtrSTIBLEs LÍQUIDOS 287

La siiriiplie observación de ese gráfico ibaaba para darse cuenta


del (plan, qme oomplemenitan los ibuiquies cisternas para la impor-
tación, dtíbiendo exigjrae a los importadores, al igual que en
Fraincia, que siempre tengan exásbemcias en depósito, a mantera
de reservas a disposición del Gobiierno, para caso de guerra. Al
pie de la representación gráfica se resumen las cuestiones deri-
vadas, cual régimen arancelario, almaioenamieinito, disbribucióm,
medidas de seguridad, líneas de vapores taníquies nacionales, de-
pósitos en los principales centros de consumo y en las bases na-
vales, refinerías en ©1 Norte, Suir y Este de la península, servicáo
de vagones tanques o culbas, y legislación petrolífera, que tienen
en vigor todos los países.
Bl otro gráfico, que así mismio damos a. conocer, titulado El
problema rmcional del aprovechamiento de los materiales carbo-
nosos de calidad inferior—sw dosificación, naturaleza, yaci-
mientos, aplicaciones—, condlemea. la forma len que puede ooncre-
tarse la estadística de la riqueza oairbonífera, que emoierra el sfub-
suieilo de las regiones de España, así para la pix>duoeión de ener-
gía eléatricia, como en pumifco a las destilaciones para extraer acei-
tes minerales y siis derivados.
El menos avezado a esta clase de estudios científicos, podrá
entecarse gin fatiga, a la vista de esos gráficos, de la importan-
cia que para la economía y la defensa nacional entraña la ma-
tenia a que se iiefieren, y de la sencillez con que puedle ejecutarse
el plan propuesto, o sea la política petrolífera. Nosotras, sin
pretensiones do sabiduría, dedicamos el esfuerzo a la viuigari-
zación die lo que logramos aprender, y en tal concepto, no que-
remos terminar la exposición de este tema interesante de los
combustibles líquidos sin ofrendar elogios entusiastas al hom-
bre excepcional que así se preocuipa del pofrveniiir de su patria.
Víamos, pues, a dar a la publicidad un extiracto de lo que lleva
alcamzado (1).

(1) Graciías a D. Antonio Mora, pudo durante la guerra última


proveerse la fábrica nacional d© Granada de tolueno para te fabrica-
r o n de la trilita, fatorlcáindollo en la destilería que esrta.bleci6 en el
Pulg, oeroa de Vailenda.
Poír esos serrvicioB fué reoompeinsado con !la Gran Cruz del Mérito
Militar.
288 NUESTRO TIEMPO

Acogidas suB iniciativas con gran beneplácito por el Presi-


dente del Directorio militar, creyó éste que no bastaba la teo-
ría. P a r a que las idteas luiminiosas piiedan aprovechar a los pue-
blos hay que consolidarlas con la práctica. E l Sr. Mora, des-
pués de ímprioiba y concieaizuda labor, consiguió la federación
de todas las entidades que en España venían dedicándose, ais-
ladamente, a la industria dte la destilación de materias carbo-
nosas constituyendo una entidad con el nombre de FOMENTO
DE LA PRODUCCIÓN DE ACEITES Y ESENCIAS MINERALES DE ESPAÑA,
en la que e n t r a n : Altos hornos de Vizcaya.—Siderúrgica del
Mediterráneo. — Sociedad Duro Felguera. — Sociedad Minero-
Metalúrgica de Peñarroya.—Fábrica de Mieres.—Nueva Mon-
taña.—Carhones de la Nueva.—Fábricas de Moreda y Gijón.—
Hulleras de Riosa.—Aceites Minerales NacionMes. S. A,
E s a agrupación, de la que es consejero delegado el Sr. Mora,
deseando compenetrar los intereses die la industria de las desti-
laciones con el de la P a i r i a y resolver conjuntiamente el sumi-
nistro oficial de los combustibles líquidlos, p¡ropuso a l a J u n t a
Central de Movilizacilón de industrias la manera que podría ser
utilizada au aobuiacióin p a r a responder a las necesidades nacio-
nales (1), la saiber; que en los concursos die los ministerios de
Guerra y Marina, p a r a los suministros de aceites comibustibles
líquidos, se consulte previamente a la indiustiia nacional p a r a
conocer la posilbilidlad de atenderlos en aquél momento, parcial
o totalflnenlte; y que se disponga que en los Cüenitros oficiales de
consumo se prajctiquien ensayos comparativos de estos produc-
tos nacioniailies y de los que hoy se uitilizan de importación, a
presencia de uno de los repreoentantee de los i>rodudx)res, con
el fin de que tales trabajos puedan servir al Estado para el co-
nooimienito de lo que puede obtenerse de los elementos natura-
les del país, para la satisfacción de las necesidades nacionar
les (2) de aviación, submarinos, hidroaviones, automovilismo,
tractores de todas clases, motores Diesel para la marina d*e gue-

(1) Con arreglo a lo dlspu€sto en el artículo 2.°, dispoB;ici6n 4.',


d«l Real deoreto de coostitudón de la Junta, fecha 21 Junio de 1920.
(2) Facilita, (además, ese estudio la utilización de aquelloe moto-
res que rindam un mayar aprovechamiento.
FLFR^nlñri^Mi
^U 0LB3incngÚH:llli!iiBlJ!!!!!i^^

^ PBODUCTOSOUf'n'Ct»
S EXPiOSMOS
IOS OOMBrrSTIBUS IÍQT7ID0S 289

rra y miercante, en suma, para todas las aiplicacáones da los


oombustiibles líquidos, ya que, por diesgracia, hasfca la hora pre-
eente, carecemos d« riqueza petroilífera propia, y loe yacímienr
tos (juie en el miuudo están explotándose, se hallan en poder de
otras naciones.
Son a tal exitreano razonables y paitríáticos esos propósitoB,
que oibluvieron rápida sancdón favoraMe: por disposición del
Presidente d d Directorio militar, del 28 de Enero éA afio ac-
tual, se nombra tnnia Junta mixta de Guerra, Marina y repre-
sentación de los Productores (1) para entender en el estudio
de los combustibles líquidos. Es presidente de esa Junta ed Ge-
neral Jefe de la Sección de movilización dte industrias civiles,
ilustre artillero D. Julio Naranjo.
Seguramente, la menciooiada Junta mixta, en la que los pro-
ductores pueden aportar sus conocimieaitos, sobre lo que de es-
pecífico y característico tienen los oombustábles líquidos que
fabrican, será tm gran factor para el progreso nacional y un
ejemplo de organización y desenvolvimiento, digno de imitarse,
paira el desarrollo de otros ramos de la riqueza que contiene el
subsuelo de España.
La industria de las destilaCionies lleva inherentes otras indus-
trias derivadas simultáneas: la ée producir energía térmica ba-
rata para aplicaciones a motores eléctricos, y la de dar prime-
ras materias nitrogenadas jMura la preparación de explosivos d©
guerra y de mina.
Véase, por último, die qué suerte, sin gastos ni subvenciones
por parte del Estado, tan sólo con buena volxmtad, trabajo,
competencia, honradez y espíritu patrio, puede U ^ a r nuestra
nación a disponer, en breve, de combustibles líquidos aibundan-
tes para todas las necesidades civiles y militares, resolviendo
de modo seguro el inaplazable y arduo problema del carburante
nacional.
SEVERO GÓMEZ NÚÑEZ.
( G e n e r a l de A r t l l T Í B .
JLioenoiadu e n C i e n c i a s )
Madrid-Febrero-192Ji..
(1) En esa orden se desigiiu al Sr. Mora, con gran acierto, re-
presentante de los productores.
19
SOIIDHB [SllIUfll iPIlHe-illllCil
ASPIBACIOKES RACIAMa

En lo3 últiimos años y muy eapeciaflmente en la post^erra se


ha ido dibujando, cada vez con relieve más vigoroso, luma aspi-
ración racial d© loa pueblos, que, obedientes a un instinto histó-
rico de conservación, pretenden la unión espiritual de sus des-
tino"? convencidos de que son semejantes por imperio del origen
«omún.
Las naciones como los individuos, son, en parte, regidas por
un imipiuílso misterioso que, en aquéllas, es la resultante de la
peculiar psicologíia del conjunto de los últimos. En éstos, todas
las operaciones de au vivir llevan el timbre de una influencia
ancestral derivada de las generaciones quie les precedieron y
que se patentiza en cualidades y defectos parecidos que engen-
dran, natUiTalmente, inclinaciones y anhelos iguales. En los pue-
blos estas inclinaciones y estos amhelos revisten idénticos carac-
teres qiue el tronco de donde proceden, sin más diferencias que
aquellas obligadas por el transcurso del tiempo y la conquista
de ideales más progresivos.
No importa que circunstanoialmente se presenten accidentes
modificativos de estas tendencias. Acaso se dará con relativa
frecuencia el fenómeno de que unos países arrastren a otros de
abolengo distinto a solidarizarse en actitudes opuestas a las
sugestiones geográficas, como sucede entre las que puetelaa un
mismo continente. Pero estas atraccionies cederán su lugar al
imperativo racial, tan pronto como determinados hechos seña-
len el peligro de absorción, que, en definátiva, implica snipedi-
SOIJDAKIDAS ESPIRITUAL HISPANO-AMEKICANA 291

tarae unos pueblos a otros que quieran «jeaictór una hegemonía


diaixnuilada coin pretextos oomerciales o de otro género.
Las BepúMioaa hispanoamericamas recuerdan cada día con
más perfecta darivideincia que loa pueiblos, lo mismo que los
individuos, como comipueetos de alma y materia, no han me-
nester tan sólo del ailimento productor de vivificantes oallorías,
aino que, al propio tiempo, necesitan die alientos espiritaiales,
porque el aentimiento patrio, conexo con el de las afinidades
de raza, se forma por la sucesiva serie de hechos históricos
anteriores al momento actual.
La Argentina, grande y poderosa; Chile, el país perseve-
rante que halló los caminos del progreso; Cuba, la isla riente;
Puerto Eioo, cada día más español; Haití; México, fuerte y
bravo, como la raza que civilizó sus tierras; Santo Domingo;
las repúbdicas del Ecuador, Colombia, Venieziuiela, Costa Rica,
Guaiteanala, El Salvador, Nicaragua y Pamamá, Uamadaa a
los más altos destinos; ed Paraguay y el Uruguay, ricos y espe-
ranzados en el mañana; el Perú y Solivia, pueblos llenos de
vitalidad y de energía.
He aquí una pléyade de jóvenes naciones en las que está ci-
frado el porvenir de los hispanoamericanos.

liA OBHA DE ESPAÑA

¡Qué bermeja la obra civilizadona die España en América!


Poooa la han descrito con más honda emoción y sinceridad, que
el ilustre maestro de periodistas D. José Francos Rodríguez.
Frente al monumento de Magallanes, erigido en Punta Are-
nas por esfuerzos, entre los que aparece como principal—^ha
«ecnto—el de un español, D. José Menéndiez; después de haber
corrido de Norte a Sur la RepúbEoa de Chile, sus comarcas mi-
nieraa y sus campos cultivados y de ganadería; sus bellas <¿u-
dades y sus pintorescos rincones; tras dte haber tratado a no-
bles representante* de todas las clases sociales, es lícito hablar
«MI orgullo de España, pidiendo para ella, además del profun-
do amor que le dedican las nacionea americamas, hijas suyas,
292 xcxtrrBo n m o o

la jiUBticúi que no pueden regaAeai'Ie, que no le regatoaiáa, cuan-


tos conocen el asomibroso Coutinente, todo él sembrado con hue»
sos de compatriotas nueirtros, reliquias que estimular&u nuestra
fe si alguna vez sufriéramos la diesgracia de que se amortigua-
se. Los que llevaron malas pasiones a la histeria; quieites la
escribieron de espaldas a La verdad, cuantos intentan o consu-
man el agravio de pintar los descubrimientos y conquistas di*
los españoles en el nuevo contimente como emipresas de codicia
o de tiranía, están vencidios por las realidades. Ellas proclaman
con pruiebaa inconcusas el legítimo carácter de la acción espar
ñola en América, la obra más tratoscendental die todas cuantas
guardan los amalea humanos. Fué ensanchar el mundo y lleivar
al que nacía los resplandor^ del conocido. Fué dilatar la tí»-
rra, y a un tiempo empeño de acierto milagroso, de impode-
rables he«roísmo3, de humanidad y de civilización. En sólo un
siglo surgieron sobre la barbarie muchos pueblos civilizados, se
crearon escuelas, universidades, templos, talleres; se difundió
la imprenta; se imprimieron libros; se puso Iva en millouies d»
almas suimidas en las tinieblas. ¡ Y todo por obra de españoles!
Ellos rompieron los ^ r e t o s de países desconocidos en uaa.a ex-
tensión que sería formidable aun comparada con los más dila-
tados imperios; ellos vieron y rodearon el mayor de los golfos;
surcaron los ríos más caudalosos del mundo; se extasiaron ante
el Pacífico, hasta entonces resguardado para las miradas de los
euiTopeos; conocieron el camino magallánico, y desde él dieron
por prianera vez la vuelta al mundo, penetrando al través de
bosques vírgenes, de lagos recónditos, de áridos desiertos, de
parajes que parecían destinados a eterna soledad.
Tales empresas se acometieron, no por mera ambición, a n o
con idealismos avasalladores; porque en el gran continente que
España desaubrió, conquistó, exploró y civilizó a fueraa de san-
gre valerosamente vertida, de generoaidud noblemente prodi-
gada, dejaron los españoles religión, saber, leyes, raza, pueblos,
oamiiios, navegíición, industria, comercio. Doude arraigaron no
quisieron la extinción de los naturales del país, y atín están allí
las razas primitivas para testimoniarlo. En ellas fundieron la
su;ya los que de España procedían, y a ellas llevaron creencias,
SOIiIDARn>AD leXTXnVUj MXS»ANO-AH£RICANA 2fó

iideas, aspiracdones, Ixtcoa espirituatlee, q\x& tvueaxm^ mx duda, el


germen de «gtas Paitrias florecientes de hoy, a quien'ee nos he-
mos aoercadio los nepreaentanies d«il Bey y del pueblo hispano
con emoción y con alegría.
Viaitando la región magallánioa se comprende bi«n la subli-
midad dé nmestpa acción en América. Hace ooatro siglos que
abniegados españoles en ruines, estrechas y débiles naves Bur-
earon «d Océano, bravo y temible, tanteairon Üas hendiduras que
ocnltoD los pasos, como &. Dios huibi«se dispueeto que sódo pu-
diera dar con ellos el poder del genio. Ahora, con loa poderosos
medios presentes, todas las precauciones son pocas, y aun con
ellaa, muchas veces los navios se deshacen contra las peñas; se
pierdan en las sombras que proyectan los montes sobre las aguas
tranquilas. Nuestros navegantes, los que partían animosos die
Sanlúcar de Barrameda, no en barcos como los actuales, gino en
frágiles y angostas quillas, en verdaderas cascaras de nuez, sin
vituallas suficientes, sin el agua necesaria para la vida, dispues-
tos a correrías de años enteros, a desouibrir mundos, a rasgar
velos que ocultaban tierras esplendorosas, a circundar el globo,
en toda su redondez, supieron conquistar gloria, que explica
bien por qué el nombre de España se impone contra todiai las
adversidades e injusticias, y flota y prospera, a pesar de los re-
petidos intentos de anonadarla y sumergirla por los siglos de
los siglos.
Una excursión por los canales patagónicos, obscuros caminos
que se retuercen entre cumbres pobladas por malezas vírgenes;
una navegación por el estrecho que comunica dos Océanos a los
cuales la ignorancia suipuso durante muchos siglos separados,
es el mejor testimonio que puede alegarse entre los varios que
se guardan de los títulos que España tiene para ocupar el pues-
to principal que le pertenece en la historia del mumdo. Cuando
se ha ensanchado la tierra; cuando se ha dilatado el escenario
dande el hombre representa la vida; cuando se ha dado a luz
nacianes y se ha difundido culturas, multiplicando razas, ideas
y creencias, entonces no se puede morir; y la immortalidad no
sóJo 96 ostenta en loe recuerdos, sino cfoe además palpita en las
294 ÜTÜESTRO TIEMPO

realidades presentes y ae oolumibra len las adivinaciones para


lo futuro.
España, que nadia quiere que impUquie aumento territorial,
está sedienta de la expansión espiritual de su alma, y como ma-
dre que dio al mundo liijas quieridísimas, sólo pide qnie éstas,
ya emanxjiípadas, recuerden que tomaron vida en sus entrañas y
que en el suelo ^bendito americano fué dejando pedazos de su
corazón, que a pesar del transcurso de los siglos y de los años
conservaron aroma pasional que envuelve amorosamente a sus
;hijog, hablando a sus almas con ios dulcísimos acentos de loa
trovadores castellanos.

EL CENTENAHIO DE AYACUCHO

Voy ahora a molestar viuiestra atención trayendo a cuento el


Centén airio de Ayacucho, que se oelebra en este año, y que debe
señalar una etapa de la confraiternidad iberoamericana.
Un representante Cíonsular del Perú en Europa, hombre tasn.
amante de su patria como de España, madre de todos los his-
panoamerioamcs, ha lanzado un llamamiento quie yo me com-
plazco en recoger y comentar desde esta tribuna, porque estimo
que es hacer patria, la patria grande del porvenir, el apoyar loS
anheiloa generosos de unión y de confraternidad q'ue surgen de
todos los rincones del mundo hispamoam^erioano en lum germinal
bendito, borrando viejas diferencias cirauíistainciales, para de-
jar lilbre el paso al amor.
A fines deJ año que comienza—el 9 del próximo diciembre—
ha escrito el Sr. Pauleit: "El Nuevo Mundo va a celebrar pom-
posaimente, junto con el primer centenario dte la batalla de Aya-
cucho, eil de la Independencia de toda la América del Sur, que
ahí quedó definitivamente consumada. Los diversos centenarios
que se han festejado recientemente—el de Solivia, en 1909, el
de Argentina, en 1910, el de Chile, en 1918, el del Perú y el de
México, en 1921—, han sidto particulares a cada, una de esas
repúblicas y de importancia parcial en su Contineint©. El Cen-
tenario de Ayaaucho, por su parte, tiene un carácter general e
SOUl>AKIDAD ESPIRITUAL HI8PAN0-AMEKICANA 295

intercontinental^ cuya importancia es superior y, políticamen'te,


única en su género. ¿Qué habría ocurrido, en ©feoto, á en Aya-
cucho, el derrotado no hubiera sido el úlümo gran ejército rea-
lista que aún domiiniaiba en las estratégicas cordilleras, sino el
ejército de los patriotas conupuesto dte las mejores fitórzas de
las naicientes repúblicas? ¿Qué si el Perú, con sus auiantioaos
recursos, hubiera conitinxiado algunos años más como el baluarte
supremo de los derechos de España, dando así tiempo a qu© ésta,
con su victoriosa restauración en Europa, enviara nuevas tro-
pas y maniobrara diplomáticamente, tras la inaíUidita pesadilla
d© la invasión napoleónica que la había mantenido ©n tanta im-
potencia y despretigio en ultramar?
Como se sabe, la independencia del Reino—más qu© colonia—
de las indias occidental, se realizó en tres actos simultáneos.
Por el Norte, en México, cuya acción separada no influyó casi
en el resto del Continente. Por el Centro, en "Tierra Firme",
donde, tras 1.a tremenda "lucha a muerte", Bolívar llegó a inde-
pendizar Venezuela, Colombia y el Ecuador. Por ©1 Sur, en fin,
en la Plata, de donde obtenida la autonomía argentina, surgió
San Martín para ir a libertar a Chile y proclamar después la
independencia del Perú, en 1821. Pero esta proclamaición resul-
taba platónica cuando, en el interior del territorio, compactos
ejércitos realistas, bajo lias óirden^ de un legítimo virrey, se da-
ban la mano entre poblaciones indígenas no hostiles. Los rea-
listas reouperairoai, por lo demás, transitoriamente, Lima, y fué
necesario Uamiar a Bolívar, quien mientras los dos primeros Pre-
sidentes cfue el Perú eligió—^Riva Agüero y, después. Torre Ta-
gle—aún trataban de negociar con el Virrey, reunió nuevos ejér-
citos y salió a campaña, ©n trance visilblement© diesesperado.
Las tropas regulares del Virrey sumaban cerca de 24.000 hom
bres; los patriotas no llegaban ni a la mitad de esa cáfra. Pero
Bolívar desbarató en Junín la caballería contraria, y, cuatro
nieses después, el general Sucre, al frente de los núdeos de las
fuerzas patriotas, logró atraer ai Virrejr y su principal ejército
a la jomada de Ayacucho, "die la que pendía—^según propia
proclamación dIe Sucre ai inicdiarse ©1 combate—ej porvenir d© k
América deü Sur". Pocas batallas cuenta la Historia taa enca¡r-
296 KUnSTBO TISIIIO

nizaidae como ésta, pues la cuairta parte de los combatientes que-


daron muertos o heiridios. Pero arrollados y deshechos los me-
jores regimientos lieaJes, prisioneiros el V i r r ^ y sus grandes
capitanes, cortada la retirada, el desastre realista, fué completo
y definitivo. En lo suioeeávo, los "litiertiadores" no encontraron
sino pequeñas y esporádicas reeistencias realistas pronto so-
focadas, y , entonces, los patriotas... comenzaron a peJear en-
tre ellos.
La guerra por la independencia d© la América ing^lesa co-
menzó al soaioro grito de ¡ Viva la libertad! y terminó con d
de "Vivan los Estados-Unidos" •, las guerras emancipadoras di
la América hispánica se iniciaron, en oaibildos aibiertos, con
• Viva Fernando V I I ! y resuiltaron, no con ¡ Viva América! o
por lo menos ,¡Viva Sudamérica!, sino ¡Viva Argentina!, ¡Vi-
va el Paraguiay!, ¡Viva Chile!, ¡Viva «1 Perú!, ¡Viva Boli-
via!, i Viva el Ecuador!, ¡Viva el Uruguay!, ¡Viva Colombia!,
i Viva Venezuela! En la Imcha angloamerioana, las trece colo-
nias se su'Mevaron contra la metrópoli para libertarse de im-
puestos prohibitivos, formaron bloque compacto oooitra les in-
sulares británicos y, ayudados por la Fayette y otros extranje-
ros, dtesbarataron cuanto ejército envió Inglaterra hasta conven-
cerla que era imposible continuar la lucha, no obstante que
dominaba los mares; en las luchas hispanoamericanias, que du-
raron el doble de íha, anterior, España maniatada, bregando por
su propia independencda, no pudo enviar otra gran tropa que
loe 10.000 hombres die Morillo, que fueron a perderse en los
llanos y monites de Nueva Granada; la guerra no fué de penin-
sulares contra americanos, sino entre hispanoamericanos rea-
listas e háspanoamericaaios patriotas, cuando no, como en Mé-
xico, entre albsolutisbas y liberales. Y si al principio vemos a
generales peruanos, como Goyeneche, combatir victoriosamen-
te, en nombre del Bey, a los argentinos ya ©mancipados, mien-
tras en el Norte, Boves con sus 20.000 Uaaieros venezolanos des-
trozan las fuerzas patriotas, hasta eJ fin Oanterac, el gran lu-
garteniente diel Virrey postrero, no español y el último qiue
sostiene el estamdarte real, en eJ Alto Perú, aun después de
Ayacucho, es Olañeta, un sudamericano. Por otira parte, liber-
SOLIDARIDAD WBPnOTÜÁl. HI8PAN0-AMEBICAKA 297

taiioB los Esfcadoa Uiuidos, Washington, su primer Presidente,


fAeg^éo doa veces gobernó en paz ooho años y ya en su segundo
período, logró extienda ©1 territorio dte su país hastia el Miasissi-
pi; cuatro liistros después ese territorio se dTrpIica:ba con la com-
pra de la Luisiana. y no cesó d© crecer en seguida a expensas^
salvo eai AJaska, deJ Mundo español. En cambio "los precurso-
res" hispanoamericanos acaban en el olvido o en el martirio: dé
loa "libertadores", unos mueren expatriados y otros asesinados,
por ejemplo, de los de Ayaeucho, Sucre y Córdova fueron ase-
fflnados; La Mar, diesterrado, eta Las rivalidades entre patrio-
tas miiiltiplioan la resistencia die los peaiUstas; y, a raíz de la in-
dependencia, la lucha fratricida perdura años, décadas, hasta
hoy en México, Centro América, el Paraguay. De los cuatro vi^
rreinatos hispánicos se forman 8, 12 y 20 repúblicas; y el Nue-
vo Mundo hispánico pierde sucesivamente la Florida, varias An-
tillas, Texas, Alto CaJifornia, Nuevo México, inmensos bosques
de la región amazónica, Panamá, Puerto Eáco, mientras con-
quistadores extranjeros continúan impávidamente en el golfo
de México, en las Guayanas, en Honduras, en las Islas Malvinas.
•Cuando más tarde, ante los portentos tal vez del mundo his-
pánico en fin fedieraüizadio se coffiítemplen todos estos aconted-
mientos ooai la serenidad con que ya se aprecia a Italia antes de
Oavour y Alemania antes de Bismarck, la historia los explicará
muy sencillamente, diciendo como lo dice Marius André, que
las guerras de emancipación hispanoamericanas fueron guerras
civiles entre americanos que aspiraban, unoS, a la continuación
del régimen español y otros, a la autonomía con el Rey o imo
de sus parientes, o hajo un régimen republicano. Y es posible
que se agregue que "tales guerras civiles continuaron durante
vsn siglo entre los repuMicanos vencedores y hasta entre los re-
publicanos hermanos, por caprichos de caiudillos o amibiciones
de predominio, son atención al peligro de los imperialismos ex-
tranjeros". Y sólo entonces se destacará, de naá« en más iumi-
noea, la gran importancia y significado de la- batalla, de Aya-
caicho.
En Ayaoucho, en efecto, el último Virrey español de Améri-
ca, «1 frente de um ejémsito die hispanoaaiiiericanos realistas, fué
298 NUESTHO TIEMPO

vencido por un ejército compuesto die elamentoa repuiblicanos ve-


nidos de todias las regiones hispánicas. Niunoa se vio tal amalga-
ma a:un entre los jefes que comandaban. En la división La Mar.
por ejemplo, a la que se atribuye la victoria, La Mar mismo era
ecuatoriíano y los otros cuatro jefes: un argentino, un peruano^
un chileno y un español: Sucre, el generai en jefe, era venezola-
no y Gamarra ed jefe de Estado Mayor, peruano. ¿Que supremo
ideal unía a todos esos héroes en luno y otro campo ? Pues el más
puro PANHISPANISMO, pero que en unos era REALISTA,
y en los otros REPUBLICANO. Mas ¡qué efímeramente brilló
ese idead que, con justicia, podríamos llamar "el sol de Ayacu-
cho"! Ya antes de ir a libertar al Perú, Bolívar lo amputaba de
Gruayaquil, mientras Sucre, al salir de Ayaoucho lo amputaba de
toda Bolivia. Y las cosas han ido después a extremos que segura-
mente "ios de Ayacucho ni sospecharon". ¿Qué hubieran dicho,
por ejemplo, al saber que, poco más de medio siglo dtepués, un
chileno consideraría a un peruano, a un iboHviano más extran-
jero y «nemigo que a un yanque, a un alemán o a un japonés?
Si los vencedores de Ayaoucho hubieran continuado hasta
Buemos Aires y Santiago, no multiplicando repúblicas, si no
aipilacando caudillos aimbiciosos y federalizando Estados, otra
sería indudablemente la suerte de la Raza, otro su actual pode-
río y otro au iporvenir. Por no iluminarse con el Sol de Ayacu-
cho, la América española ha perdido un siglo con inmensos te-
rritorios y ha descendido del primer puesto que ocupaba en el
Continiente al teroero, porque la América anglosajona y la lusi-
tana son más vertebradas, mes potentes y más expanáonistas.
La conmemoración de Ayaoucho constituye así un acontecimien-
to impoitantísimo porque evoca una cumbre abandonada y le-
jos de cuyo ideal Hispanoamérica no ha conocido sino calami-
dades, desmembraciones, pobreza y desprestigio, y esa importan-
cia será mundial si logra revivir, afirmar e intensificar el ideal
de los conmemorados; la salvadora SOLIDARIDAD HISPA-
ÍÍOAMERICANA extendida hasta la antigua metorópoli que
continua a ser la "Madre patria" y esto frente a frente de las
otras potentes razas y especialmente dle las imperialistas. Al re-
nunciar a una dinastía, que era por lo menos unificadora, la
SOIJDAEEOAD ESPrRITDAL HI8PANO-AMERICANA 299

América española se hubiera salvado rfeemplazándola por ese


ideal de la solidaridad hiapanoamericana. Si «sbe año tal idea
predomina en la conmemoración, volverá a brillar el sol de Aya-
cucho. Y el mundo entero podrá, en fin, notar que la América
española no es ya luna nebulosa, sino una flamante constelación
con la que hay que contar en la política, en ©1 progreso y en el
porvenir de la humanidad.

ESTADO ACTUAl, DE LA BAZA EN AMEHIOA

Hasta aquí ©1 Sr. Paulet en su admirable excursión por los


campos de la Historia. Luego pasa a estudiar el estado actual
de la raza hispánica en América.
El aspecto actual de la América española, especialmente en
su costa atlántica, reconforta y hasta entusiasma. Buenos Aires,
con sus dos millonies de habitanities, es la segunda capital latina.
Montevideo, La Hata, etc., son otras tantas bellas, higiénicas
y confortables ciudíades, cuyas estadísticas prueban que crecen
aún más qu© las estadunidenses. Todas esas poblaciones se
amueblan con grandiosos monuimentos, ostentan instituciones
modelos, se precian de una cultura refinada y seductivai. La
América Ratina no ha producido aún un Newton ni un Pasteur,
un Bembrandt o um Wagner, un Shakespeare o lun Goethe; no
ha inventado un nuevo estilo; no cuenta con la proporción de
superhombres ooin qu© otras razas. Pero ahí fermenta una plé-
yade de escritores, artistas y aun sabios y pensadores d© gran
vuelo, originales y vigorosos, de entre los quie es probable que,
por una feliz seleoaión, surjan genios d© mundial influencia-
En cambio, desde ahora, en ©1 campo d d desarrollo material
die la industria y del oomeroio nadie puede negar que los pro-
gresos son constantes y coneiderabdes, según diagramas con
desarrollos inauditos en Europa.
Pero, al mismo tiempo, y especialmente en tal campo eco-
nómico, se notan ciertas contradiccdones y destemples. Oon ese
sorprendiente progreso material coinciden presuipuestos naciona-
les en déficit, crisis constantes, sofocaciones de un protecoionis-
300 ircasTBo masro

too «xageiradjo y agraTaaniíeinto anárquico en la cuestión sociaL


La Amérioa «spañola progresa repleta de vida y de ambiciones;
pero no maraiifiíestja política externa diefinida, no imxxxn© en él
oonderto mundial, se deja exdfljntr de las "cuestiones del Pací-
fico", DO obstante que un teredo die las costas sobre este océano
le pertenece y no cullmina, como debiera en el eudatlántico y
el mar Caribe. En las asambleas internacionales, como los Con-
gresos Panamericanos y la Sociedad de Naciones, donde más
podría destacarse y hasta presiden personajes sudamericanos,
se i'csuelven problemas balkánicos y asiáticos, pero no los que
convendría a Sudamérica, solucionar inimediajtamente, como la
cargante "cuestión de Tacna y Arica", el oonvenio intercon-
tinental de emigración, la habilitación de las profundidades
aimazónicas con cuyos ingtentes recursos se podría reponer lo
perdido en la gran guerra y ha^a la "cuestión de las reparacio-
nes". La Amérioa española no es una potencia política, ni mili-
tar, ni naval; es algo invertebrado, coro desigual que se detiene
en las antesalas diplomáticas, que los imperialismos no temen y
que gravita en órbitas de satélites.
En otros tiempos se vio espectáculo igual en la Italia del Ee-
nacimiento y en las Alemanias del Santo Imperio. También
eran Estados con brillante cultura y exuberancia económica,
bellas capitales y presuntuosos fueros, Y los condottieri y bur-
graves no eran frecuentememte, como se cree, unos facinetrosos.
Pero todas esas ricas democracias, tan aventajadas en su épo-
ca como en la actual las hispanoaimericanas, y lo mismo que las
similares de la Grecia antigua, acabaron fatalmente por ane-
miarse en luchas intestinas y servir de fácil presa a dominado-
res extranjeros que — fijémonos en ello—, fueron llamados o
provocados por unos partidos en pugna con otros. En el cora-
zón de Italia, había, sin embargo, un Papa, y, en las Alema-
nias, un Emperador; y eso es tal vez lo que mejor explica la
persistencia de la nacionalidad y de la lengua, a través de si-
glos de opresión, hasta la salvadora unidad y ©1 consiguiente
progreso que presenciamos.
La falta de ese núcleo centrípeto en la modlema América es-
pañola es un hecho muy grave, sobre todo si se tiene en ciien-
SOLIDARIOAD ESnSITITAIi HISPANO-AHERICANA 301

ta qasQ l>as otras d!os Amiéricas: la angliosajoDia' y la portuguesa,


foonimn organismos oompl«tos con caibeza y corazón propios, re-
cursos formidables y un ideal expansivo tan legítimo como
virulento. Otro hecho amenazante es que I03 Erados Unidos,
que aún no tienen la cuarta pairbe de la densidad d© polylación
de Europa, comiieínizan a enviar emigrantes a despoblados de
hispanoamérica. Otros hechos deaconoertantes: que expioracio-
nes, administraciones y aun fiscaiizacianes píMicas en Súdame-
rica, sean emprendidas por aventuireros y aun hasta funciooa-
rioa norteamericanos; qu© la flor de la juventud hispanoameri-
cana no venga a educarse a Euiropa, ano vaya a Estados Uni-
dos ; que sea ya en Filadelfia y en Boston, y no en Sevilla, donde
loa surdamerioanos estudian su historia; que, por otra parte, el
oro, la industria química y la mecánica^ es decir, las grandes ar-
mas modernas de conquista se acumuien egoistaimente en los Es-
tados Unidos. Pero lo más grave, lo verdaderamente espeluznan-
te, es, lo que Ev/ropa ignora y yanques y brasileños ya saben: que
j MEDIA AMEEICA ESPAÑOLA, SI NO LAS T R E S
CUARTAS PARTES ESTA TODAVÍA POR CONQUIS-
TAR!...
Tenemos un mapa de Sudamérica, que ^ la que menos ame-
nazada parece. Si representamos por tintes hlancos las super-
ficies pobladas con más de cinco habitantes blancos o mestizos
por kilómetro cuadrado; por grises las superficies pobladas por
indios analfabetos y "no inteligentes en oastellano", y por
negros los despoblados, obtendremos el cuadro ágiuiente: Una
serie de puntos blancos, frecuentemente interrumpida, siguien-
do el contomo de toda la costa sudamericana y en que la aglo-
meración de la Plata aparece como un pulpo; algunos otros
puintcs blancos de más en más débiles, tierra adentro; manchas
grises a lo largo de la cordillera, y en todo el centro, enorme
superficie negra correspondiente a lunos doce millones de kiló-
metros cuadrados, o sea, a más de veinticinco veces la extensión
de España. ¿Qué encierran tan tremjendas profundidades inha-
bitadas? No desiertos, como el África, ni heleros como el norte
de Asia, ni cumbres innaccesibles como el Tíbet, sino bosques
vírgenes, llanuras ubérrimas, aluviones auríferos, petróleo, etcé-
302 KÜESTKO TIEMPO

t€ra, etc., eJ Dorado, en fin, y esas regiones paradisiacaa no son


inabordaiWes como el oerttro d© África o los poilaires; al contra-
rio, toda uma red d© ríos navegables, sin rápidos ni cascadas en
que pueden circular barcos de alto bordo, permite internarse a
distancias imaginables. Una escuadra de trasatlánticos puede
ir así directamente de Baraélona y vía Amazonas—"el mar de
agua duloe"—^hasta más allá de Iquiítos, en el interior del Perú,
y eoger miles de toneladjas de madierag preciosas, de frutos va-
liosos, de petróleo, d!e apenas quie, con simple lavado, rinden de
5 a 10 d!álares de oro puro por tonelada.

EL PELIGRO 7 SUS KEHEDIOS

"La naturalleza tiene horror dted vacío"; ios financieros del


Wall Street, los comisionistas del Brasil y los fabricantes japo-
neses también lo tienen. Por otra parte, en Europa y en Extremo-
Oriente sobran hombres; cuinde el hambre; no ee sabe cómo re-
poner la cantidad incalculable de productos sacrificados por la
graai guerra y la peor paz. En nomibre, pues, de la Huimanidad,
qiiie avasalla fronteras nacionajles, los millones de famélicos pue-
den perfectamente acudir a esas reservas valioeas que se pier-
den, en ed tan abandonado ooono prodigioso Centro sudameri-
cano, y donde no se necesita conquistar, sino colonizar senci-
llamente. Que u¡n grupo numeroso y prolífico se establezca en
esos parajes con perpetua primavera e impondrá sw lengua, aca-
parará sus recursos, disputará ventajosamente su propiedad a
las lejanas caipitales hispánicas. Roma pudo así por su posición
central, creando y explotando rivalidades, dominar todo el con-
torno del Mediiterráneo con sus civilizaciones milenarias, sus
¡hermosas capitales, sus democracias y sus imperios. Esa his-
toria puede volver a repetirse, ¿por qué no? Es eJemental e in-
controvertibile que el pueblo que domine la región amazónica
daminará é. continente sudamericano. Ahora bien, basta ahora
la raza h i ^ n i c a no sólo no lo domina, sino que lo deaoonoce.
Ese dorado eatá aún a disposición del más emprendedor y orga-
nizador, i Podemos pretender a este título?
SOUDARIJDA» ESPIKITUAl, HI8PAN0-AMEBICANA 303

Luego, el Sr. Paulet, patriota, se ocupa de la acción hispano-


amiericana con motivo del Centenario.
"La anterior digresión era necesaria, traitándose de la con-
memoración de Ayaoucho, porque ésta no interesará al mundo,
ni menos a los hispánicos, si no revela a unos y afirma a otros,
la solidaridad de la Baza, y porque, por otra parte, esta soli-
daridad constituye el único medio visible de salvar los peligros
d» que hemos hablado. Pero al decirlo, no nos referimos a la
sola solemnidad de los festejos y ceremonias con que va a cele-
brarse el Oentemario. El actual Gobierno del Perú, cuyo terri-
tiorio será el esoenaxio de tal celebraioión, es uno de los más his-
paawSfiloe que se conoce. El hace eregir en Lima, y con fondos
nadoJiales, un gran monuanento a España, ha obsequiadlo con un
palacio a la Emibajadia de este Eeino en el Perú, ha confiado la
I>olicía y guardia civil a una misión española, y no tardará, es
seguro, en invitar oficialmente al Gobierno y al pueblo español,
no sólo a que concurran a las fiestas del Centenario, sino a que
figuren en primera línea en todas las ceremonias.
Ei actual Gobierno del Perú, está en las certeras manos dlel
hábil y enérgico Argusto B. Leguía, ya dos veces elegido a la
Presidencia dte la República, y al que los patriotas y clarividen-
tes pieruianos se aprestaoi a reelegir una vez más para que pue-
da, por lo menos, concluir una gran cantidad de obras públicas
y reformas que ha iniciado, dtespués de dotar a su país con nue-
va constitución, moneda sana y presuipuegto-programa. El Pre-
sidente Leguía, aunque educado en um medio anglosajón, ha
comprendido muy pronto las ventajas del Panhispanismo y no
pierde ocasión de manifestar su afecto a la Eaza. Así, cuando
entre sus dos períodos presidenciales, se retiró a Londres, du-
rajite la gran guerra, fué él quien fundó y preddió, hasta su
regreso al Perú, la gran "Cámara de Comercio britanohispano-
americana" y quien se convirtió en el mejor consejero de Lloyd
George en todo lo concerniente a los pueblos de habla española.
Al recuperar la Presidencia, f uó él, igualmente, quien preparó
y realizó, oon inesperado brillo, la celebración del Centenario
de la Independíenla del Perú en 1921, cuyos inolvidables fes-
tejos fueron constantemente piiesididos por el Preádente Le-
SCA NtJESTRO TIEMPO

guía, dando, por decirlio así, una mano al Nuncio del Pa»pa y, la
otra, al Embajadior Extraordinario d« España. En esas cere-
monias, a laa que los Estados Unidos concurrieron con una Mi-
sión EJapecial y una esouadra, ©n que Francia fué representada
por ei general Mamgín y un acorazado y los demás países del
mundo con Eníbajadae extraordinarias, todos notaron una maes-
tría y lun lujo insuperables. No es asíí aventurado asegurar que,
ea la celebración del Centemario de Ayacuoho — mucho mis
amplio que el de 1921 por no referirse a um solo país, sano s
todo ei Continente sudaimfiTicano—esa organización será aún
mejor y sus restfltadlos más sensacionales y fecundos.
El Gobierno y el pueblo del Perú—'la predilecita colonia de
CSasbilla—tienen profundos motivos de arfeocionar a España.
Pero este salvador sentido de la Raza, cunde y se mani&esta
ya en todas las regiones sudamericanas. Tal opinión expresan
laa siguientes palabras de Juan Moiíbalvo, uno é& los mejores
escritores del Nuevo Mundo: "¡España! ¡España! ¡España!
Lo que hay de puro en nuestra sangre, de noble en nuestro co-
razón, de olaro en nuestra inteligencia, de ti lo tenemos, a ti
te lo debemos".
Es la lógica de la tradición. Pero ¿se le ajprecia bien en Es-
paña misma? Los españoles todos se dan cuenta de la inmensa
significación mundial de Panhispanismo? ¿A cuántos de ellos
se sorprende anunciándoles que nuestra lengua es ya hablada
por cien millones de hombres, que nuciros territorios 3(ai lo?
más ricos del planeta, que el miundo español es el único que,
solidarizado, podría bastarse a sí mismo?

GRANDES ACONTECIMIENTOS

En el Nuevo Mundo, sobre todo después de la guerra, las


tendencias a solidarizar la Eaza se revelan incontenibles. "Di-
rijamos toda actividad como una flecha—dice la poetisa chi-
lena Gabriela Mistral en su célebre "Grito"—a ese futuro in-
evitable; la América española, unificada por dos lazos prodi-
,7'if>3os: )la lengua que le dio y el dolor que el norte le da". A
80LIDAKIDAD ESPIRITUAL HISPANO-ASIERICANA 305

títuilo de Madre Patria, o, como quieren otros, de Heirmana


Mayor, España no puede, sin suicidarse, ignonar tan vital es-
fuerzo, del que los mejores p^o^'echo3 serán para ella. Por eso
oreemos que iiwJependientiemente dte contribuir con el mayoi
entuaiasmo a la cefleibración del Centeíaario de Ayacucho, don-
de se va a prodamar urbi et orbi la sdlidaxidad dle la Raza, los
vspañoles deben uniánimemente asociarse a la realización de
los graindes proyectos que, con este motivo, se han lanzado y
de los que los tres principales pareceoí ser log siguiientes:
1.» El viaje de S. M. el Rey de España a Sudaméñca y su
presencia en la celebración del Centenaño. Ese viaje que no
tiene precediente, porque jiustamente se trata de abrir nueva
Era, será el gran medio die dar al Centenario su significado
Pamhispánico; de imponer solemn© tregua a las rivalidades
entre partidos y repúblicas hispanoamericanas; de situar a la
Península a la cabeza de laa veinte naciones dfe su sangre que
allá crecen como gigantes; de contener las audacias de los im-
perialismos extranjeros; crear, en fiín, lo que más falta: una
política solidaria hispanoamericana, con efectivo radio mun-
dial.
2." La jmrticipación sobresaliente del Episcopado y de los
intelectuales españoles en los actos del Centenario. La Raza,
en efecto, no tiene de comiin sólo la lengua; oree, además, en
la misma religión y alienta la misma mentalidad. Por otra
parte, no se debe olvidar la gran acción de)l sacerdocio español
en la colonización dte Amérioa, en la salvación de la Raza in-
dígena y aun en la adquisición de la independencia. Y en cuan-
to a los intelectiuales, básteles notar que mal pueden ser los vo-
ceros y personeros de ia Raza en Europa si no conocen perso-
nalmente do mejor dle sus territorios.
3.° La fundación de una CIUDAD INTERNACIONAL
que strva de centro común a los ibéricos de Ultramar. Se trata
d© crear una ciudad modelo, en la frontera misma entre el Perú
y el Brasil, -con puerto libre sobre el río Amazonas que ahí ya
midie más de nn kilómetro de ancho y es abordalble por buques
m gran caladlo en toda época en vastos terrenos cedidos por él
Perú y el Brasil y en una región tan oercana de Europa como
306 Kü£STBO TIEaiPO

Biienoe Aires, adonde puedan dirigirse dárectaimente grandes


m»sas d© lemigraiiítes seleccionados por un orgianismo interaa-
cionaü. Débé saberse que, en salo Alemania, hay inscritos más
die dos millones de emigranties para Sudajnéri<?a, la mayoría ya
aigrupados en coloniías cooperativas con capital y equipos pro-
pios, y qiie ai no se adoptan naedidas extraordinarias para or-
denar y neutralizar esa verdadera invasión germánica, la Raza
corre incaüculaibles riesgos. Hay que saber, adlemás, que las
seiscientas grandes asociaciones internacionales que poco o nada
tifenen die común con la Sociedad dte Niacionies, buscan hace años
a improvisar un centro mundial de acción, que iimitilmente han
pretendido construir en Bruselas y otras capitales europei\s,
cuya neuitralidad resulta un mito. Hay qaie saber, en fin, que
con la Vienta urbana de los terrenos a las colonias de emigrantes
y la emisión de bonos hipotecarios fácilmente aceptables por
grandtes Empresas de construcción europeas, la cuestión del
capital puede resolverse sin alborotar a la finanza interna-
cional.
Algunos han oibjetado contra este proyecto por su carácter
mixto hispanolusátano, pretendiendo que sería más conforme
a nuestros intereses realizarlo sólo en Amazonas peruano, sin
participación dJel Brasil. Nada habría miás aventurado. En Amé-
rica coexisten tres razas y es loco fomentar lia rivaJidad de las
dos ibéricas, porque quien aprovecharía de tal discordia no
os uam dé elks, sino el tercero, que es precisamente el más fuer-
te. Los sudaimericanos no pueden tampoco olvidar a la ligera
que el Brasil portugués fué el primero en fomentar su autono-
mía y que el gran progreso dte ese Coaitinente se dfeberá a la
armonía, y no a la separación, dfe las dos faimilias ibéricas.
Tales son los (tres principales proyectos para la digna cele-
bración dbl Oeratenario de Ayacucho. Tienen origen sudaime-
ricano. Corresponde a Espaüa y a sus mejores hijos contribuir
poderosamente a realizarlos.
SOLIDARIDAD ESPIBITUAL HISPAJfO-AMERICANA 307

POR LA PAZ Y HACIA LA PAZ

Voy a tienninar esta diaertaición sobre la unilón ibero-ameri-


cana, como suipremo ideaü d« la raza, afirmando qme debemos
ir nüás lejos, porque no sólo debemos apetecer la rniión' cordial
entre los pueblos procedlenibes del mismo troneo, que hundien-
do su raíz en Iberia, madre de naciones, extáendien sus ramas
lozanas y fuertes, a través diell Océano, por las fértiles tierras
fecundas de la virgen América; hemos de ir más allá; hemos
de apetecer la amistad, la fratemidiad entre todos los países
del mundo, de este plameta cada día más pequeño, más redu-
cido, por los adelantos en las oomunicaciones, que están bo-
rrando las distancias; es necesario que donde ayer retoñaba
la cizaña infame d)e la guerra, florezcan hoy las rosas blancas
de la paz. Elevemos los corazones, pensemos en una humani-
dad mejor y más consciente y que sean sólo un triste sueño del
ayer, que no puede reprodtioirse, las páginas n e ^ a s db da his-
toria que demuestran que los hombres ee muerden como lobos,
olvidando la máxima sublime de amiar al prójimo como a sí
mismos. Y, España, con sus jóvenes hijas aimericanas, está
llamada a representar un gran papel en esa obra de concor-
dia y de paz entre los pueblos todos. Tengamos fe en España
y en el porvenir de la hnmanidlad. En España, madre de pue-
blos, grandte, aOentadora, vigorosa, lo mismo cuando en uña
época bizarra defiende a la Euaxjpa, hiaciendo valladar de los
pechos de sus hijos, dfe las invasiones exóticas del África; que
cuando dteecuibre y conquista y civiliza un continente, donde
florecen, plenas de savia hid'aliga dte Iberia, veinte naciones;
que cuando, por último, diespués dte haiber derrochado por el
mundo entero su eefuer23o y su genio, aiún le resta energías
volviendo al cumplimiento de sus destimoe históricos, y se
asoma ail África negra, frontera y vecina a sus costas, a ese
Oontinente que unas veces fué una amenaza, obras una pro-
mesa y siempre una esperanza para la grandeza de nuestra
Patria.
D B . IGNACIO BAUER
8-2-21^.
REVISTA DE REVISTAS

LA SITUACIÓN ECONÓMICA T FINANCIEBA DEL JAPÓN EN 1922

Journal dts Economitte* (1).

Georges de Nouvion escribe en la notable revista francesa un documen-


tado artículo acerca del tema que encabeza este extracto.
Gomienza tributando entusiastas elogios al genio perseverante y pro-
gresivo de este pueblo, cuyo grandioso desarrollo ba llamado la atención
del mundo, y «iogia su espíritu liberal en el período de la gran guerra y
los servicios valiosos que prestó a la causa de la «ivilijíaciOTí y el derecho.
Dice que la reciente catástrofe producida por los temiblores de tierra
no ha debilitado la energía del Japón, el cual en pocos días ha sabido re-
parar loa daños causados por el cataclismo, restalbleieiendo los caminos
de hierro y tomando las cosas a su estado anterior. Por considerables que
sean las pérdidas causadas por el movimiento sísmico, no representan más
aillá de 1,9 por 100 de la fortuna total del imperio, y la deuda pública es
muy poco elevada.
La agricultura está muy desarrollada en el Japón.
La superficie cultivada es de 3.100.000 hectáreas, y la produoción anual
oscila alrededor de 100 millones de hectolitros.
El cultivo de diversos cereales ocupa unas 1.700.000 hectáreas, y solar
mente de trigo se recogen 10 millones de hectolitros y 34 de otras espe-
cies. Al cultivo del te se consagran 47.000 heetáíeas.
La sericultura recoge una produieción anual de 11 ó 12 millones de hec-

(1) Noviambre.
KETISTA DE KBVIflTAS ^"®

tolitioB de glósanos, y la producción de la seda ha sido de 25 millones de


kilogramos en 1921.
El número die (manufacturas y famiMas que preparan la seda alcanza
cerca de 240.000. , ,
Nada pone tanto de relieve «1 d«saTrollo comercial del Japón que Jas
cifras que arroja su comercio: en 1886, el valor total de las mercancías
exportadas «ra de 48.836.313 yens, y la de las mercancías importadas de
87.044.745 yens; en 1921, el total de las exportaciones japonesas era de
1252 237.715 yens, y el de las importaciones d« 1.614.154.832 yens.
En la exportación y la importación, las relaciones dtei Japón con el
Asia la CJhina y las posesiones británicas representan casi la mitad del
coanOTcio exterior. De la otra mitad, la mayor parte corresponde a la
Amiériea, y principalmente a los Estados Unidos, que son loe más im-
portantes clientes y proveedores del Japón.
Las eiqporta^iones japonesas en Europa se elevaron en 1921 a
75.443.000 yens, en lugar de 195590.000 yens en 1920. El total de las
importaciones europeas en el Japón ha sido de 282 millones de yens en
1921, en lugar de 305 millones en 1920. , ,^ o„. ^<
Han entrado en 1921 en los puertos abiertos d«l Japón 11.894 navios
de vapor prominentes del extranjero; la disminución, respecto a las en-
tradas en 1920, es do 329 unidades; pero la capacidad se ha elevado a
27.930.507 toneladas, con un aumento de 1.847.678 toneladas, lo que se
explica por la preflerencia que viene comeediéndose al envío de barcos
de grand«s dimensiones.
Los bületes de Banco en circulación a fines de 1921 representaban
una sumía de 1.546.545.808 yens.
La población del Imperio era len 1920 de 76.927.000 habitantes, de los
cuales corresponden 56 millones al Jaipón, 17 millones a la Corea y el
resto a la Formosa y la iSakbalina jaiponesa.
Estas cifras acusan una disminulción insignificante de 600.000 habi-
tantes respecto a la suma total alcanzada en 1919.
El autor recoge al final die su trabajo algunas cifras estadísticas del
"Annual Statistical Report", de la Cámara de Comercio de Tolno.
La Rupei«(5ie de esta villa es i ^ a l a la de París (7.710 hectáreas) y
su población es de 2.437.000 habitantes.
El valor de sus propiedadies privadas se estima «n 95.172.000 yens.
El mimero de sociedades existentes en Tokio era de 2.642, con un capi-
tal autorizado de 3.067 millones de yens. y el t^tal de sociedades japo-
nesas en 1921 era de 34.400, con un capital de 14.937 millones de yens.
Se calcula que las perdidas resultantes del temblor de tierra son tres
veces más fuertes que las que resultaron del tem,bloT de tierra de San
JVanciseo de California, que costó 250 millones de duros a las Comroa-
ñías aseguradoras; pero las IComtDañí'as no han asesrnrado sino ex^'ep-
cionalmente, v hay tasas especiales en el Jaipón para los incendios re-
sultantes de los terremotos.
310 NUESTRO TIEMPO

El Gran Hotel y L'United Clmb de Yokohama se encuentran en esta


situación. Las villas manufactureras del Japón y sua filaturas kan sido
respetadas por los temblores.

T. G. MASAEYK, RESTAURADOR DE LA LIBERTAD TCHECO-


ESLOVACA

La Vie des Pouplea (l;

Louis Eisenmann escribe un extenso artículo en elogio de la persona-


lidad de este insigne liom'bre de Estado, lia república tcheeoeslovaca
celebró el 35 de Octubre el quinto aniversario de su independencia, y
Masaryk el 14 de Noviembre su qiánto tóo die presidencia. El primer
viaje oficial del Presidente a las naciones y golbiemos de la Europa Oc-
cidental ha sido feliz siendo acogida su presencia con un calor de sim-
patías extraoi^dinario. En estos momientos la figura de Masaryk resalta
en el primer plano de la política tdhecoeslovaica e internacional. Eisen-
miann dice que Masaryk posee dos títulos que son inseparables de su
nombre: el de liberador de la nación tchecoeslovaca y destructor del
Austria Hungría. Masaryk ha hecho esta admirable obra imiprimiéndole
un sentado más moral que material. Si él pudo restaurar la indepen-
dencia política de su pueblo, es porque él había conseguido de ante-
mano su independencia intelectual y antes que la guerra hundiese el
imiperio de los Habsburgos, él lo había minado quebrantóndolo por
completo.
El fondo del duelo cuatro veces secular entre los tchecos y los aus-
tríacos era menos una lucha de intereses que una lucha é'e ideas o me-
jor una lucha de la id'ea contra la fuerza bruta y del espíritu de liber-
tad democrática contra una voluntad egoísta de dominacdón y de opre-
sión. Masaryk ha encarnado «1 sentimiento de dignidad nacional de su
país llevándolo a la victoria. Al letaiígo en que yacía bajo el poder de
Austria ha sucedido la más «íficaz acción. Desde 1909 la 1914, él ha lle-
vado a Austria Hungría ante el tribunal de la conciencia universal y
echado los dimiientos d« una nueva Europa central. Durante la guerra
ha triunfado de dos peligros i^rualroente graves: las intrigas y las ilu-
siones austriacas. La paraidoja y el daiño de la situación de los tchecos

(1) Novi«mbr«.
REVISTA DE REVISTAS 311

en 1878, residía en una contradicefón interna. Nación demoerática se


veía encadenada a un programa (poiítico más que conservador, fran-
camente reacoionario. Pueblo de labrantines y de [pequeños burgueses,
toda su política estaba de hecho diri^da por una aristocracia de ori-
gen extranjero desconocedora de su espíritu nacional. Contra esta intro-
misión luchó Masaryk con todas sus fuerzas secundado por hombres
inteligjentes y valerosos que tenían puesto su pensamiento en el egregio
Juan Hus, el héroe nacional. Todos los tchecos rinden culto a la memo-
ria de este gran precursor de su libertad. Para la nobleza del país, dó-
cil a las sugestiones y terrores de la corte de Viena, Hus fué siempre el
hereje, el demagogo, objeto de horror y de ira. ¡Era una cruzada cons-
tituida por los profanadores de la religión, del patriotismo nacional y
fomentada por la influencia austríaca. Efecto de ella, la patria t>Cheea
había caído en una especie de resignación fatalista, aceptando pasiva-
mente su servidumbre y llegando al vergonzoso estado de una esi)ecie
de abdicación de la voluntad.
La TTniversidad tcheca, fundada en 1822 por la división de la anti-
gua Universidad de Praga entre alemanes y tchecos, produjo el segan-
do choque entre las ideas de dominación austríaca y las de redención
naoional. Entre la falanje de sabios que se aiprestaron a lu»har ardien-
temente por la autonomía del país, el más esclarecido, el más enérgico
fué el joven profesor de Filosofía Masaryk, el cual, a los treinta años,
entró en la vida pública, al tomar posesión de su cátedra, y fué el em-
blema nacional, adquiriendo carácter de jefe de escuela^ o más bien, de
fundador de secta.
Al servicio del espíritu nuevo, al par cordial y científico, puso las
dos cualidades que posee en grado eminentísimo: la independencia de
carácter y la libertad de pensamiento.
Estudia Eiseimann su personalidad, en todos los aspectos, con atinado
análisis y abundante documentación y la visión clarísima que tenía de
las necesidades y aspiraciones de su pueblo.
Los tchecos poseían, o creían poseer, una epopeya nacional. Conte-
nida en dos manuscritos descubiertos en 1817, ella atestiguaba la exis-
tencia antigua entre los eslavos del país de una civilización original
y nacional.
Las dudas que en varias ocasiones habían surgido sobrie la autentici-
dad de los citados manuscritos habían sido reducidas al silencio, no
por argumentos, sino por gritos y anatemas del sentimiento nacional.
Pero en 1886, en la revista crítica que Masaryk había fundado en Pra-
ga ("Ath¡aenem.ur"), tres de los más estimados entre los profesores de
la Universidad, el ilustre filólogo Gebaner, el jefe de la joven escuela
histórica y Masaryk, establecieron irrefutablemente, por la lingüística,
la historia, la soeiol(^ía y la estética, que los manniseritos no podían
ser auténticos y llevaban la marca de fábrica de una verdadera falsifi-
cación.
312 NUESTRO TIEMPO

Esto pinta el eoMuster del ilustre Masaryk. Por enüima del interés y
del honor de la nación, empeñadoa en dar por cierta esta patriótica sn-
permhería, puso el grande hombre los fueros de la verdad.
Masarik es un idealista en cuestiones sociales. El ha reprochado al
mardamo su grosería esencial, aicusándole de no considerar las cuestio-
nas sociales más que desde lun punto de vista material. iSu hermoso libro
"La cuestión social", aparecido en 1898, muestra la necesidad d« orga-
nizar la democraicia social, no sobre el (princápio de la lucha de clases,
sino sobre el de la solidaridad; y esta opinión cristiana del gran político
y maestro lés seguida por la más escogida parte de la intelectualidad
tcheca.
Últimamente ha expresado en el Parlamento la necesidad de que los
tchecos salgan de su estrecho provincialismo, aspirando a estudiar y co-
nocer el mundo. El quiere que su República sea por virtud del esfuerito
reflexivo, sino el mJás perfecto, uno de los más perfectos Estados.
El político aconseja hoy a su pueblo lo mismo que el catedrático ilustre
de Praga aconsejaba a sus alumnos.
NtüESTíBO TIEMPO rinde el debido homenaje a este profesor de
enei^as, gran cerebro y gran patriota que ha sabido trocar un rebaño en
un puelblo de hombres libres.

DE UN VIAJE POR LA ESTEPA CENTRAL

Revista Calasancia (1)

El ilustrado religioso Benjamín Navarro, Sch. P., pubfea en esta doc-


ta Revista las observaciones por él recogidas en /cierto penoso viaje
hecho por él a los lugares de la Estepa central. El trabajo dol escolapio
es notable por más de un concepto y de buen grado lo rei(>roduciriamo8
íntegro, porque además de su interés científico se deducen de él verda-
des de un gran valor económico para España. Entre las regiones natu-
rales espaiñolas—dice el fraile—son típicas las estepas que en Europa
no tienen parecido más que en las "puzstas" de Hungría y ocupan una
extensión de 72.000 kilómetros.

(1) NoTiembre.
KEVI8TA DE REVISTAS 313"

Son las estepas—añade—extensiones de territorio cuyo suelo con-


tiene cantidades excesivamente gnandcs de arcilla y cal y carece casi
en absoluto de mantillo; cuya atmósfera y subsuelo son muy secos y en
cuya vegetación faltan los árboles y escasean los arbustos.. Así las de-
fine el sabio doctor Reyes Prosper. Si en esos suelos «xiste la sal comiin,.
tenemos las estepas salinas; nombre que puede aplicarse a las más de
las esteipas españolas. Los terrenos esteparios mejor estudiados y limi-
tados son la estepa catalana, la ibérica con sus anejos vallisoletana,
zamorana, central, béticas, granadinas, del litoral y de Adra, El aná-
lisis físico de estos terrenos revela una composición muy discordante
por el predominio del calcáreo o el silíceo; el análisis químico baila
enorme projxwíeión de cal y además sales sódicas, potásicas y magné-
sicas en las formas de sulfato o cloruro. La falta de humedad es casi
completa en la capa somera del suelo, pero en el subsuelo se encuentra
a menudo a ^ a aunque en malas condiciones de potabilidad. Geológi-
camente consideradas las estepas corresponden a sedimentos terciarios
eocenos o miocenos; también las bay sobre sedimentos triásicos, depó-
sitos diluviales y manabas cretáceas, pero las más desoladas son las
miocenas. Cuando en los suelos esteparios dominan la caliza, el yeso, o
las areillaa y margas de color blanco, o gris claro, reciben el nombre
vulgar de "calveros", y si predominan yesos rojos, arcillas o margas
ferra^nosas se denominan "rubiales". Unas y otras tienen sus plan-
tas típicas y si la misma planta vive en ambos sitios la foi-ma con qae
se presenta es muy diversa.
Los suelos esteparios a pesar de su composición pueden ser produc-
tivos si de algún modo se logran el aiproveehamiento de las aguas de
lluvia o del subsiielo para el riego. El ilustre doctor Reyes Prosper con-
sagró su existencia al estudio de las estepas españolas y su vegetación
en más de 800 correrías por las regiones esteparias de España.
Examina a continuación la Estepa central de la que considera los
lugares más típicos el Cerro Negro, próximo a Madrid, los famosos ce-
rros de Alcalá, los calveros de Taranoón, los montículos y arroyos de
Belinebón, las llanuras de Corral de Almoguer y las lagunas de Quero
y Ontígola. Trata de la flora, el clima y el suelo de las estepas y de las
lagunas más importantes que hay en ellas, y se detiene especialmente
en la localidad de Tarancón, patria de! insigne teólogo Melchor Cano.
Dice que los <>alveros que hay a la salida en el camino de Belinchón
debieran ser declarados monumentos nacionales. No hay en todo el pla-
neta cerros como éstos. Su vegetación se compone de gramináceas, li-
liáceas, orquidáceas, solsoláceas, cariofiláceas, cruciferas, etc., que cons-
tituyen excelente pasto para los ganados cabrío y lanar. Entre las or-
quidáceas cita como típicas las bellísimas "Ophyrs Scolopax", O ara-
nífera, y O lúitea. Allí donde se ha plantado árboles y se cultiva dili-
gentemente el suelo, la estepa pierde su desconsolador aspecto. Habla
luego de los terrenos próximos a las Salinas que encomia grandemente..
'¿li NUESTRO TIEMPO

Las salinas son grandes eras o tablazas (llamadas vasasi) de tierra ar-
cillosa, gran extensión y poca profundidad a los que se conduce el agua
salada que por evaporación deja incalculables cantidades de cloruro de
sodio, junto con pequeñas cantidades de sulfato sódico y magnésico y
bromuro sódieo. El manantial de Belinobón es uno de los más ripos del
mundo; «1 pesa-sales acusa 26 grados y el análisis químico halla 200
gramos de sales por litro. La cantidad de agua es de 30.000 litros por
hora. La explotación de la sal en Belindh'ón es muy antigua y estuvo a
cargo del Estado hasta mediados del pasado siglo; hoy es propiedad
de una Empresa particular. Estas aguas merecen miás detenido estudio
por su aspecto científico tan original y extraño. También son mal apro-
vechadas. Las aguas se evaporan desigualmente y se abandona por
completo el bíromuro sódico. Es lástima porque este manantial es el se-
gundo del mundo (el primero es el de Krenznacni, en Alemania). Tam-
bién incumbe a la medicina el estudio del valor terapéutico de estas
aguas densísimas, tan mineralizadas y que tan escelentes resultados
dieron en algunas experiencias.

DATOS PARA LA HISTORIA ECONÓMICA


DE LA COLONIZACIÓN ESPAÑOLA
REQIMEN DEL TRABAJO MINERO

Revista Nacional de Economía.

Sobre este aspecto importantísimo de la obra económica de España


en América, como sobre los demás, contiene un caudal de curiosos da-
tos y valiosas enseñanzas el notable trabajo del iSr. Viñas Mey.
La explotación de las minas de América—dice—realizóse casi exclu-
sivamente por medio de los indios. Un sentimiento liumanitario, que hon-
ra a nuestros colonizadores, inspiró una popciión de cédulas prohibitivas
<}ue tendían a evitar las opresiones y vejámenes que el trabajo en las
minas ocasionaba a los indios. En el Archivo de la Historia Nacional
(Cedukrio índico, tomo X, núm. 559) se lee que aquélla® se dieron para
aliviar el gran tralbajo que en las minas pesaba sobre loa indios, acor-
tando sus vidas y dificultando su conversión. Esta medida se revocó
•después a petición de los propios indios, los cuales, en nombre de la
SEVISTA DE REVISl'AS - 315

libertad del trabajo, solicitaron se les dejara laborar a su placer en


las minas del Potosí. El servicio personal organizóse definitivamente en
1563 y 1609. E l tiempo de duración del trabajo obligado era de un año.
La visita se admitía como institución transitoria; íbanse rebajando in-
dios obligados a medida que se fueran presentando voluntarios, y se
concedieron tierras, de las que no disfrutaban sino en el caso de que
trabajaran en las minas; rebaja de tributos, tasación de alimentos a
precios miás bajos, dotación de la doctrina y hospitales y regalos sufi-
cientes a estimular su voluntad de trabajo.
El jornal era a voluntad de los indios; y cuando éstos se mostra-
ban ¡harto injustos o exigentes, los tasaban los justicias. En caso de
conflictos entre indios y mineros, solía preferirse siempre a los prime-
ros. El jornal se pagaba en dinero y no en especie, y se pagalba los sá-
bados; disposiciones que rigen hoy en la casi totalidad de los pueblos,
y cuya conveniencia abona la ciencia económica.
La duración de la jomada era fijada por los virreyes y estaba regu-
lada por la robustez de icada trabajador y por el plausible deseo de que
no descuidase el laboreo de sus propias haciendaa por atender exclusi-
vamente a las ajenas. Al objeto de abaratar las subsistencias se dispuso
l a creación de economatos o albóndigas para los obreros indios, "don-
de debían recogerse todas las rentas y especies en que tributaban los
indios, y que entraban en l a s cajas de las Encomiendas, para vender
por cuenta del Eetado español, y sin percibir ganancia alguna, a los
indios las substancias y vestidos a precios moderados. Los patronos "de-
bían dar a los obreros, a mág del jornal, comida, cena y cama y tener
médicos para la cura de trabajadores enfermos y doctrineros que los
instruyesen y costear su entierro en caso de muerte. Existía el llamado
"socorro de medicina", y el obrero que se "descalabraba" recibía del
patrono, durante el tiempo de su curación, la mitad del jornal. Exis-
tían hospitales obreros sostenidos por el Estado, y a su mantenimiento
contriíbuían los indios con el descuento do un marco de su jornal. Esta-
lla prohibido, bajo pena de muerte, que loa indios trabajasen en el
desagüe de las minas y en pesquerías de perlas.
La población indígena dé Suramériea era, por este tiempo, de
880.000 alma«. La carga del servicio x^rsonal no podía comprender, como
miáximo, más que la séptima parte del número total de indios en el Perú
y la cuarta parto en Méjico.
En el siglo XVTI, la jomada de trabajo era de doce horas diarias. La
b.iratura de los mantenimientos para los indios del Potosí era grandí-
sima. De una matanza sola, dice Ovando, se mataiban mil reses y se
hacía a arrobas un ehanquí muy regalado, que se vendía a cada uno de
los indios en tres patacones. E l Gobierno español redujo progresiva-
mente las mitas, dejándolas limitadas a las de Potosí, Huancavehca,
Guanajato y alguna otra. Los medios de estímulo p a r a que los indios
trabajasen voluntariamente en las minas produjeron excelentes resnl-
316 IÍÜE8TR0 TIEBIPO '

tados; por ejemplo, a principios del siglo XVII, en HnaneaTebca, to-


dos los obreros eran volxmtarioa, salvo 620 mitagos.
El mismo florecimienito que en la minería, en la agricultura y en la
ganadería, observábase en las mianufacturas e industrias artísticas, be-
nefieiando al par a la Metrópoli y a las colonias.
El iSr. Viñas Mey cierra su interesantísimo estudio con estas pala-
bras de Colmeiro:
"Hay mucho digno de alabanza en la política de España respecto a
sus colonias. Mientras Inglaterra desterraba de sus posesiones de Amé-
rica las manufacturas y las artes necesarias, nosotros teníamos fábri-
cas de paños bastos en la «iud'ad de Los Angeles, de Nueiva España; in-
genios de azocar en la Española y abundancia de paños en Cliile y,
sobre todo, de lino y «áñamo, de qae se proiveían die jarcia y velamen
las armadas del Nuevo Mundo; y bien que las leyes fomentasen la in-
dustria de las colonias, olvidando el monopolio de la madre patria,
todavía consagran el principio noble y generoso de que "importa me-
nos que icesen algunas fábricas que el menor agraivio que puedan reci-
bir los indios» (ley IV, tít. XXV, lib. IV).

LAS DOS OBRAS DRAMÁTICAS DE UNAMUNO


La Renaituance d'Occident (1)

Nuestro distinguido colalborador el docto crítico Camilo PitoUet, que


tan bien conoee nuestra historia literaria, escribe un juicio sobre las
dos obras dramáticas del ilustj^ profesor de Salamanca.
Dice qae ha releído en la paz de los caampos las Obras teatrales de don
Miguel, que aún no son conocidas en Eraiicia, pero sí en Italia, por ha-
berlas traducido—por cierto bastante mal—Gilberto Becari.
•lia intitulada "La esfinge" es un drama; la otra, que lleva el nom-
bre famoso de Pedra, aspira a la dignidad trágica. No le parecen via-
bles como obras de teatro. Espíritu esencialmente x>aradojal, el ex rec-
tor de Salamanca, no podía concebir a priori la escena sino como una
nueva tribuna apta para la divulgación de sus ideas, siempre en ebu-
llición.

(1) Diciembre
KEVISTA DE REVISTAS 317

Mas se emcuentra—^y la cosa no deja de ser curiosa—con que "La es-


finge" parece representar el origen de la carrera literaria mundial de
nuestro protfesor, y que "Fedra" sería su última palabra si la última
palabra pudiera ser jamás pronunciada por este hombre «xtraordina-
riamente renovable.
"La esfinge" es el drama de un jefe proletario, d« uü rebelde^ que,
habiéndose propuesto conducir al triunfo de eru ideal a las miasas que le
siguen, abandona su redentora tarea obsesionado por el pensamiento de
la muerte. (Es justo reconocer que esta extraña crisis espiritual está
harto bien estudiada por lo que al protagonista se refiere; en cambio,
los seres que se mueven alrededor de él no son otra cosa que figuras
esquemáticas desnudas de realidad y de vida, y cuya misi'ón no es
otra que la de provocar las reacciones, más escénicas que psíeológicag,
del personaje central.
Advierte sagazmente Pitoillet que este drama es anterior a la "Vida
de Don Quijote y Sancho", que apareció en 1905, donde sostiene la te-
sis de la belleza y necesidad del heroísmo inútil, y en que las actitudes
de Don Quijote son elevadas por él a la altura de ona religión.
iSe podrá objetar que el prota^nista de ILa esfinge", creyendo que
la muerte anula la vida y sus esfuerzos, no hace sino representar el
primer estado del pensamiento de Unamuno, el cual, en el comentario
a la obra cumbre de Cervantes, osa, por el contrario, afirmar que a la
luz d« la muerte «s como hay que juzgar de la vida, porque toda exis-
tencia encuentra en la muerte su coronamiento y justificación; pero
ello sería exagerar y refinar el análisis y conceder demasiado valor sis-
temático a un espíritu tan enamorado de los camibioa y las contradic-
ciones.
Comprendemos que los admiradores impenitenteis de Unamuno preten-
dan que el héroe de "La esfinge" represente, tanto por su muerte como
por su vida, una cantidad negativa, y por la cual se contienen en g«r-
•men las teorías de la vida; mas ignoramos cómo justificarían a "Fe-
dra". Cuando apareció esta obra en la revista "La Pluma", de Ma-
drid, un crítico italiano muy perspicaz, M. Etoni de Zuani, escribía en
el número 2 del año I de la revista romana "iEl Bsipectador" que don
Migiuel de TJnamxtno había creado una psicología absolutamente nue-
va. Este bondadoso señor confundía lastimosamente la psicología con
la intriga. Lo único nuevo en la obra de nuestro helenista era la adai>-
tación a nuestra época de un argumento tomado de Eurípides, sino
de Bacine. Este era, en puridad, la novedad esencial de la obra. Allí
se desarrollaba una tragedia burguesa adocenada, en la cual una mujer,
después de haber resistido a su amor y pedido en vano ayuda a los
cielos, concluye por suicidarse. El marido se resigna a su muerte harto
filosóficamente y diciéndose que, después de todo, esta "santa mártir"
había encontrado "su muerte". Puede ser que pensara que tal muerte"
era para él una solución más feliz y más airosa que la de llevar toda la
318 NtrESTBO TIEMPO

vida los cuernos. Y añade HtoUet que esta vulgar profanación de u n


tema antigno consagrado está agravada por un diálogo de tonos alta-
mente ramplones. Así comprende PitoUet que un espíritu tan devoto
del reclamo como Grómez Carrillo no haya incluido a D. Miguel en la
lista de dramaturgos no profesionales que, según él, sacarán al arte dra-
mático del lamentable estado en que hoy se encuentra.

DEL REAL MONASTERIO DE U0LE8

Ciudad de Dios (1).

P . A. iC. Vega escribe un interesante y patriótico artículo acerca de


este monumento, verdadera gloria de España.
Dice ique, a pesar de los saqueos de que ha sido objeto por propios y
extraños, aún conserva sus colosales muros, su espacioso y bellísimo
patio, su sacristía, con magníficos relieves en piedra de extraordinario
mérito; su famosa cajonería y su grandioso templo de cruz latina; su
admirable monumento de Jueves Santo y cuadros de RÍK-CÍ, Carduci,
Tristén, discípulo del Greco, etc. También el tiempo ha conservado la
forma de sus muros, que recuerdan las grandezas d'el Escorial y justi-
fican el sobrenombre de Escorial de la Mancha con que el vulgo le
llama. No es de extrañar esto, porque en él trabajaron manos tan há-
biles como las de Francisco de Mora, discípulo de Herrera, y Pedro
de Tolosa, aparejador que fué en la fábrica de San "Lorenzo.
Uclés no tiene línea de ferrocarril ni carreteras decorosas y, dis-
tando sólo de Madrid noventa kilómetros, hay que emplear día y no-
che para visitarle por breves horas.
Las serenísimas infantas d e España han trabajado por que esta an-
tigua casa santiaguista sea declarada monumento nacional, y algunos
delegados del Gobierno han prometido gestionar alguna subvención del
Estado para repararlo debidamente. La infanta Paz hizo la reseña de
él en una de sus emocionantes crónicas de " A B C", y la esipañolísima
infanta doña Isabel le ha honrado con su visita este mismo año.
Lo más importante de Uclés es su valor representativo y espiritual.
La historia de üelég marcha unida a la historia de la gloriosa orden

(1) NoviemlíTe."
BEVISTA DE REVISTAS 319'

militar de Santiago. Al pie de sus murallas se realizaron hechos me-


morables y corrió abundantemente la sangre de los defensores del ca-
tolicismo y de la Bbertad.
Como dice eon elocuencia el autor de este artículo, la visión de sus
murallas, medio desnudas; de sus castillos cuarteaidos; de sus silla-
res vetustos, inmortalizados por cruento sacrificio obligan al espíritu
más desaprensivo a trasladarse a épocas de luchas y de í e y a presen-
ciar hechos y contemplar figuras que, al contacto de su espíritu, pare-
cen tomar movimiento y vida. Las sublimes estrofas—añade—sobre la
vanidad mundana qae empiezan "Despierte el alma dormida", etc., nos
traen la memoria del ilustre conde d e Paredes, Jorge Manrique, el
esforzado caballero que supo morir heroicamente en defensa de la jus-
ticia y de su rey; y como por misterioso conjuro parecen resurgir las
aombras del hijo de Alfonso VI y del conde de Cabra, muertos en la
batalla de Uclés, a las puertas del monasterio, al pie de la torre albar-
zana, defendiendo con su espada y su sangre el santo pendón de Es-
paña, que, si bien humillado esta vez, no tardó en levantarse glorioso
en las Nacías de Tolosa. Los muros de la iglesia nos recuerdan en
uno de sus cuadros la gran figura del gran inaestre Pelayo y las d e
Santo Domingo y San Francisco de Borja, cabailleros profesos de la
orden santiaguista de est« convento.
iEl ilustre articulista concluye haciendo un llamamiento a los aman-
tes del Arte para que de algún modo contribuyan a su reparación. E s
necesario evitar que este edificio desaparezca. Causa bochorno oír a
extranjeros las palabras de admiración y sorpresa cuando se contesta
a sus preguntas que ni este monumento es nacional ni tiene dotación
alguna del Estado. El ipríncipe iLuis de Baviera ha dicho: "Si en mi
patria tuviéramos este edificio lo cuidaríamos mucho y lo visitarían
todos los alemanes."
Uclés no es uno de tantos monumentos. A más de su valor histórico.
él constituye, después del Escorial, el mejor ejemplar del arte greeo-
romano del rena^cimeinto español.
Tus urgentísimo remediar el abandono •en que se le tiene dotándole
de medios de comunicación y de una subvención que ipermita reparar
la influencias demoledoras del tiempo sobre su bella fábrica. Que no
se escriba el día de mañana sobre sus m i n a s el e p i ^ a f e insultante, gra-
bado por mano enemica sobre los ruinosos sillares de uno de nuestros-
Tíionumentos: " T u mayor desgracia fué haber nacido español."
-Sáü NUESTBO TIEMPO

LA CUESTIÓN DE LOS LIBROS DE TEXTO

Sazón y Fe (1).
Ramón Ruiz Amado escribe un buen artículo sobre esta debatida
•cuestión.
Hace ihistoria de los libros de texto, cuya invención fué—dice con
gracia—^faustísima para los estudiantes, algo así (Como la invención de
la imprenta; pues antes de su arparición (muy entrado el siglo XVIII)
se veían obligados a copiar en clase los "dictados" del profesor. Fue-
ron los jesuítas quienes por primera vez introdujeron el texto impreso
en los estudios de Artes.
Examina a continuación la le^ de Instrucción pública de Moyano
(1857), vigente todavía, aunque cortada acá y acullá por numerosos
reales decretos y reales órdenes, y capia el juicioso título V de la
sección primera, que trata de los libros de texto. Cita después el real
decreto de Julio de 1900, en que García Alix mandó al Consejo de
Instrucción púbfea formar un cuestionario general para dar unifor-
midad a los libros de texto; la real orden de 1901; la de 1 de Febrero
de 1901 declarando no *'obligatoria" la adquisición de los mismos y el
real decreto de 1921 en que se preceptúa que el profesor no "podrá"
señalar un determinado liibro para la enseñanza. Demuestra que el tex-
to único sería ineficaz, porque ninguna ley puede impedir al profesor
que explique el texto propio o ajeno, impuesto o libremente escogido,
aunque siempre deberá exigirles que lo entiendan conforme a sus ex-
plicaciones. Además, impuesto el texto único, comenzarían a salir apun-
tes de las ejqplicaciones, lo cual no puede imjpedir el catedrático. Trata
después el aspecto pedagógico de la cuestión, afirmando que es veja-
torio para la dignidad de un profesor obligarle a ser mero "repetidor"
del texto del eatedirático oficial. Cita los norntees del P. Teodoro Ro-
dríguez, profesor de Física, y el P. Eduardo Vitoria, competentísimo
catedrático de Química, que se ven obligados a explicar a sus alum-
nos libros ajenos inferiores a los suyos. Habla del concurso abierto
sobre el libro de la patria, al que concurrieron eminentes escritores y
pedagogos, cuyos libros fueron rechazados, y dice que sería curioso
saber en qué se han empleado las 75.000 pesetas destinadas a los ven-
cedores.
Examinando el problema desde su aspecto eeonóamco, dice que el
privilegio en todas las industrias conduce a la paralización de los pro-
gresos y al embotamiento de los talentos, cortando el vuelo a legítimas
ambiciones. Dice que entre los institutos de España sólo bay ocbo o

(1) Dieiembre.
REVISTA DE REVISTAS S21

diez donde, por razón del número de alumnos matriculados, la indus-


tria del libro de texto puede ser rica en provechos. Pero—añade—da
la coincidencia que precisamente los catedráticos de esos centros que
están en ciudades populosas, donde la vida es cara, tienen mayores ne-
cesidades económicas, de las cuales no se iiaee cargo el Estado al se-
ñalar a todos los de un mismo grado en el escalafón idéntico sueldo.
Vota por el cuestionario único y por la supresión del monopolio del
examen, que, contra toda justicia, se concede al catedrático oficial para
que juzgue, como arbitro inapelable, el fruto de su labor y de la ajena.
Cita numerosos ejemplos para demostrar la equidaid de esta reforma,
pues aceptando los viejos procedimientos, resulta algo contrario al sen-
tido común, por ejemplo, que la Historia de España que se da en Huel-
va no es la misma que la que se da en Granada, Cita también el caso
verídico de un padre—militar de profesión—que le decía que sus hi-
jos, que cursaban en Melilla, por estar él con empleo en África, ha-
bían tenido que inutilizar todos sus libros escolares, al venir con su
padre, destinado a la Península, y a los pocos meses otro cambio de
destino le había obligado a cambiar nuevamente de libros. Cita el real
decreto de 6 de Julio de 1900; inserta notables disposiciones qne pue-
den servir de pauta al legislador futuro para llevar a cabo la transfor-
mación que la lógica, la utilidad y la justicia exigen. He aquí las dis-
posiciones a que alude:
^ "Artículo primero. El Gobierno, por medio del Consejo de Instruc-
ción pública, redactará un cuestionario para cada asignatura que com-
prenda el oaráfter y extensión de la misma, a fin de que no se desna-
turalice su exposición en la cátedra o en el libro de texto y no resulte
duplicada una enseñanza u omitida la que el legislador ha querido
establecer. Este cuestionario, único ipara el examen de toda clase de
alumnos, será redactado de manera que no implique un determinado
sentido doctrinal ni un determinado método, y no trazará en ningún
caso más que las líneas generales de la asignatura.
Art. 2.° A fin de que resulte la necesaria unidad en los exámenes
de todos los alumnos, oficiales y no oficiales, tendrán aquéllos lugar con
sujeción al cuestionario de qoie trata el artículo anterir y con entera
independencia do los programas redactados por los profesores del es-
tablecimiento en que los alumnos sean examinados.
Art. 3.» Mientras no se establezca, con tres meses de antieipacidn a
los exámenes, el cuestionario único de que se trata, o mientras siga
rigiendo en cualquier clase de exámenes el programa particular del
profesor o profesores del establecimiento que examina, los alumnos de
enseñanza no oficial podrán adoptar para su examen en cualquier esta-
blecimiento público los textos y programas oficiales o de los profeso-
res del Estado que mejor estimen."

21
322 NUESTRO TIEMPO

LA PROPIEDAD TERRITORIAL EN EL JAPÓN

Boletín de Instituciones económicas y sociales del


Instiéuto Internacional de Agricultura [1).
De un artículo muy documentado de Guido Parris extractamos los
siguientes datos relativos al estado actual de la propiedad territorial
en el imperio japonés.
Después de hablamos del origen y desarrollo de la sociedad japonesa
desde la base patriarcal que la caracterizó antes del año 645 hasta la
supresión de los feudos en 1869, reforma altamente política, de la eual
arranca el inmenso progreso del país, el Sr. Parris describe la situa^
eión del Jaipón, imperio insular situado en el Océano Paeíflico, en el 50
del continente asiático, enumera sug cuatro islas más importantes (Hou-
shú, SMkoku, Kynshu y Hokkaido) y nos da noticias de su superficie
territorial (382.409 kilómetros) y de su población, que, según el censo
de 1920, ascendía a 55.963.053 haibitantes, o sea 155 habitantes por
kilómetro cuadrado, siendo el coeficiente medio de población de 12,176
por 1.000 habitantes. El territorio eg largo y estrecho, atravesado por
cadenas de montañas. Su clima es moderado, y las lluvias abundantes,
poseyendo además numerosas corrientes de aguas que facilitan el es-
merado riego de sus tierras.
En 1918 la superficie territorial se calculaba en 38.864.000 eiho y la
de las tierras cultivadas (Kochi) ascendía a 6.020.000 hectáreas
(6.081.000 oho), o sea el 15,6 por 100. Los pastizales (bokujo) y las 11a-
nuras incultas o utilizadas como pastizales naturales (genya) tenían
una extensión de 3.516.000 hectáreas (3.552.000 cho), representando un
9 por 100. De la superficie de las tierras caltivadas, 2.985.000 hectáreas
(3.010.000 cho) son arrozales, mientras que 3.044.000 hectáreas son
campos de regadío (hataqa). En 1918, la población rural formaba
5.561.053 familias agrícolas que comprendían 29.584.000 personas, o sea
el 52 \por 100 de la población total del imperio.
El lautor dice que la agriculutra japonesa tiene un carácter rústico
muy notable, y es la de no estar casi nunca asociada a la cría del gana-
do. T^a hacienda se limita al cultivo del suelo; la sericultura está ordi-
nariamente acompañada de la cría de gusanos de seda. El cultivo del
arroz exige un trabajo muy intensivo, que es casi todo manual. Por cada
hectárea de arrozal se necesitan, por término medio, du doscientos a
trescientos días de trabajo y a veces más de 500. El terreno es traba-
jado a mano por medio de arados muy sencillos. Sólo 1.842.000 hectá-

(1) Octubre-Diciescílire.
. -".VISTA DE REVISTAS 323

reas <Je arrozales y 1.104.000 hectáreas de campos de regadío se culti-


van con el auxilio de caballos y de bueyes, representando el 61.89
por 100 y el 38,97 por 100 de su respectiva superficie. Depende este
resultado de la escasa extensión de las hacieitdafi rurales y de la dis-
tribueión harto fraiceionada e irregular de la propiedad, que rio per-
mite mayor uso de animales de labor y mucflio menos de máquinas para
la agrieulutra. La propiedad territorial en el Japón esté excesivamente
dividida. El 49 por 100 de los propdetaa^ios poseen una extensión de su-
perficie inferior a 0,49 h. (0,5 clió); el 42 por 100, de 0,49 a 2,97 hec-
táreas, y el 7,7 por 100 solamente poseen de 2,97 a 9,9. Existen tres
categorías de cultivadores: el 28 por 100 está constituido por arrenda-
tarios; el 41 por 100, por prapieitarios-arrendatardos, o sea por los que
cultivan el terreno propio más un trozo arrendado, y sólo el 31 por 100
está formado por propietarios que cultivan directamente su propiedad.
Adviértese en los últimos tiempos una tendencia a la formación de
grandes propiedades territoriales, entendiéndose •como tales las de una
extensión superior a 50 ehó. Tu 1918. los grandes propietarios territo-
riales eran 3.223 y poseían una superficie total de unOs 423.000 eho: en
1921 había 4.277. He aquí la profesión ejercida por esos grandes pro-
pietarios en 1918:

Comerciantes en general 462


Usureros 144
Banqueros y accionistas 112
Industriales y mineros 27
Fabricantes de sake, eto 120
Industriales forestales 18
Piseieultoires 24
Propietarios eultivadoresdirectos. 1.135
Propietarios sin profesión 1.068
Puneionarios del Estado 71
Otros clasifi'cados 42

Total 3.223

iConcluye el Sr. Perris afirmando que los eaimpeeiaos que habían lle-
gado a ser propietarios de Im tierras que cultivaban no han conseguido
conservar el derecho de propiedad, sino que se han visto obligados a
vender sus fincas o a otros agricultores miás hábiles y más afortunados
o a acaparadores de tierras, complicando así cada vez más la situación
desdichada de los terrenos agrícolas en el Japón. Existen, además, dos
millones de "ehó" de tierras incultas, aunque justo es decir que el Go-
bierno, por medio de hábiles proeedimientos, ha conseguido un aumento
324 NUESTRO TIEMPO

de las superficies medias de las haciendas rurales, otro de la superficie


de las tierras cultivadas y un tercero de la productividad de los te-
rrenos.

SOBRE UNA PRETENDIDA ALIANZA HISPANOITALIANA

Bevista gentral de Marina (1).

Se ha echado a volar la fantasía por algunos periodistas franceses


con motivo del reciente viaje de nuestros reyes a IbaÜa y las grandes
simpatías despertadas por su presencia. Se ha hablado de hegemonías
navales, de alianzas firmes y hasta de imperialismos más o menos pró-
ximos.
"La Revista de Marina" escribe, a proposito die estas alharacas, un
sensato artículo qu« debieran leer y meditar los alarmistas de Fran-
cia y patrioteros de España. Al hablar del pretendido dominio del Me-
diterráneo que nos atribuyen los franceses, recuerda que este dominio
es el sueño de IVancia, la cual ve siempre con profundo disgusto y hasta
con miedo la pre.sen«da de una flota poderosa en a ^ a s del mar latino.
No hay motivo para alarma. No eremos existan media docena de
españoles tocados de neurosis bélica. Todos pensamos en la paz y en la
reconstitución interna de nuestro país.
Nuestras fuerzas navales son casi nulas, y harto haremos con procu-
ramos las necesarias para defender nuestro litoral. No olvidemos que
nuestras Baleares se hallan sobre la derrota Marsella-Argel, y Cerde-
ña sobre la derrota Tolón-Bizerta.
Bastaría—dice la docta revista—«na seria base aérea y submarina
para dejar reducida la aspiración de un Mediterráneo francés a los lí-
mites de una ilusión puerilmente patriótica.
Quien domina el Mcditemáneo actualmiente no es IVancia sino In-
glaterra, que posee Gibraltar, Mialta y Egipto, y que puede pulverizar
el comercio marítimo francés cuando en gana le venga.
He aquí lo que sobre este asunto dice Bywater en una revista profe-
sional inglesa:

(1) Diciembre.
REVISTA DE BEVISTAS 325

" A causa de la reciente visita de los reyes de España a la corte ita-


liana se reunieron en alta mar los mejores buques de guerra de lag dos
naciones, circunstancia que utilizaron sus periódicos para fantasear
caprichosamente sombre las posibilidades estratégieas del futuro.
En el diario de Madrid " E l Sol" apareció hace ya algunos meses un
artículo, firmado por el corresponsal del "The Times", en el que ha-
blaba de los programas navales de Italia y España—que ambos com-
prendían cruceros rápidos, torpederos, submarinos y aeroplanos—, y
añadía: "Unido el poder naval de ambos países y utilizando las islas
Baleares como base, formarían una línea inquebrantable al través del
Mediterráneo occidental, o sea—lo que es mucho más importante—cor-
taban la línea principal de comunicaciones que Francia tiene con sus
colonias de África."
Dada la gran distancia que media entre las costas españolas e ita-
lianas, no es fácil hacerse cargo de cómo podría establecerse esa "in-
quebrantable línea" con los recursos navales unidos de ambas nacio-
nes. El flanco oriental se hallaría amenazado por flotillas y aeroplanos
operando desde Bizerta, mienflras que en el occidental estaría expuesta
la línea de bloqueo a los ataques de las fuerzas francesas procedentes
de Tolón por el Norte y de los puertos de Argelia por el Sur. Más fácil
sería en realidad para la marina francesa interponer una inquebran-
tablbe barrera a las comunicaciones de España e Italia.
Al escribir loa periódicos italianos, ensalzando el actual estado de la
marina española, como "fuerza lo suficientemente poderosa ya para in-
clinar la balanza del dominio en el Mediterráneo" violentan algo los
hechos^ Pese al relativo gran gasto que ha hecho España en los últimos
diez años, no posee una flota icapaz de jugar papel serio, en concepto
de alta estrategia, ni en el Mediterráneo ni en parte alguna.
ÍEn el instante ^actual, perdido el "España", no cuenta más que con
dos acorazados, y éstos son ya de un tipo anticuado, y a pesar del ar-
mamento de 30,.5 centímetros de que van provistos los acorazados "Al-
fonso X n i " y "Jaime I", su protección inadecuada liaría que en lucha
con los franceses del tipo " J e a n Bart". que montan cañones de igual
calibre, tuviesen pocas probabilidades de éxito.
Aparte de estos dos buques, sólo tiene España tres cruceros moder-
nos (en vía de alistamiento); menog de una docena de destroyers efec-
tivos: alrededor de una veintena de pequeños torpederos, útiles sola-
mente para el servicio de costas, y diez submarinos.
" cnanto a su aviación naval cuenta con muy corto número de
aparatos y es problemática su eficiencia. La fuerza de la Marina de
Italia reside princiipalmente en sug flotillas rápidas que se ha desarro-
llado con notable vigor durante y desde la guerra. Los cinco acoraza-
dos no son ""omroarables a las seis unidades francesas en calidad ex-
cepto su velocidad, en cruceros ránidos la Marina francesa será del
todo superior cuando los tres del tiroo Bngnay Trouin est/én listos; es
326 NUESTRO TIEMPO

también mucho más fuerte en todas las variedades de la "poussiere


naval", lo cual es de valor inestimable en una campaña mediterránea.
Italia tiene ligera ventaja en el número de sua tlestroyers, pero en
submarinos es Francia notablemente superior en número y calidad. La
combinación de las fuerzas italianas y españolas suponiéndola practi-
cable sería inferior a la flota francesa en material, teniendo ésta ade-
más una posición estrafcégdca altamente ventajosa para hacer frente a
tal hostil eoali'ción. No tiene, pues, razón "El Sol" para decir que la
hegemonía del Mediterráneo se haJla en la alianza italo-española, ni
los periódicos fascistas de Italia que opinaban con él. Gantreau en
"The Naval and Military Record", dice que la aproximación Ítalo es-
pañola iniciada en la recepción entusiasta que ¡Roma ha hecho a los
soberanos españoles se considera como prólogo de un concierto naval
entre las dos Potencias, preparado cuidadosamente por los Estados
Mayores de Madrid y de Roma en el curso de estos últimos años y que
ha tomado forma en la subida al Pod«r del general Primo de Rivera,
eontraflgura española de Mussolini. Estos dos hombres de alto patrio-
tismo representan la legítima aspiración de dos pueblos hermanos que
tratan de aumentar su influencia y prestigio en el mundo.
Y añade: las islas Baleares se atraviesan en la derrota Tolón-Ar-
gel, y tienen "actualmente" (subraya la Repasta) "más importancia
estratégica que tenían en tiemjpos de Nelson"; Cerdeña y Sicilia do-
minan la derrota Tolón-Bizerta. El articulista expresa que Francia no
tiene rencor para Italia sino al contrario, sentimientos afectuosos lo
que no deja de ser divertido si se compara con la actitud agriamente
hostil adoptada contra Francia .por la prensa italiana; pero los mari-
nos franceses no pueden ignorar que ciertos sentimientos han de su-
bordinarse al máximo interés de la defensa nacional. FVaneia posee en
el Norte de África más de mil millas de rico litoral y para ella es «ues-
tión de vida o muerte mantener segura comunicación entre ambos paí-
ses. No !ha mucho afirm/ó el ministro de Marina francés Raiberti "que
el dominio del Mediterráneo francés es la principal política, la polí-
tica vital de la República, porque Francia tiene menos población que
Alemania y ha de buscar reiPuerzos de hombres y de material en su
imperio africano. Así la opinión excita al ministro a construir cuanto
antes cruceros de 10.000 toneladas y destroyers y a apresurar en la
Cámara la votación del programa aeronáutico que organizara cincuen-
ta escuadrillas de aeroplanos. Francia fía sobre todo en el arma aérea
que puede procurarle medios de m a ^ a ofensiva, de incalcxilable valor
estratégico. El sueño de una alianza latina que una a España, Francia
e Italia, tiene mnohos devotos en los tres ¡pafees, y algTÍn político es-
pañol como el ex ministro Sr. Pérez Calballero lo ha patrocinado en-
tusiastamente. Dos obstáculos de gravedad se aponen a que el sueño se
realice por aJtora; Francia habrá de concentrar sus esfuerzos en el
Rhin, asunto vital en que sus hermanas latinas pueden m.uy poco, y
REVISTA DE BEVISTAS 32T

por lo que toca a Mussolini, éste, como buen imitador d© Bismarck, con-
sidera que los Tratados y Convenios antiguos son papeles mojados, y
aspira a intervenir en sitios como Tánger, Suiza, etc., donde Italia
carece de derechos legales, lo cual disgusta mucho a los franceses que
creen la buena fe internacional necesaria para el arreglo definitivo
del mundo".
La Eevista de Marina no quiere comentar el artículo del señor Gan-
treau, el cual decimos nosotros, no necesita ser comentado. Y concluye
reproduciendo las siguientes afirmaciones del "Moniteur de la Plotte".
"Es innegable que los españoles estén en extremo preocupados con
los sucesos de Marruecos, y conocidas son por otra parte las vastas
ambiciones de Italia en materia mediterránea. Un pacto que uniera en
un solo sisteima estratégico las bases navales de la costa española, Ba-
leares, Cerdefia y Si<ália, no podría menos de interesar a Francia. "El
Moniteur" dice que ha leído en un periódico inglés que España ha en-
cargado a Italia un crucero de 8.000 toneladas, cuatro destroyers de
1.000 y cuatro submarinos".
Este pedido—dice la Revista—es pnro invento.

Í?HE EEAI>ER
REVISTA BIBLIOGRÁFICA

UNE AME DE LUMIÉRE. L E BARÓN FRANQOIS D'IVOIRE. Preface (VHenry


Bordeaux, de rAcademie Franijaise. París, Pierre Tequi, editor.

El Barón Frangois d'Ivoire fué un gran cristiano práctico, que pre-


'diieó con elocuentes ejemplos. Nada más lejos de su espíritu que ese
fariseísmo en boga: que ese catolicismo ritualista preñado de vanas
fórmulas y vacío de puras esenoias apostólicas.
Sentía a Cristo con intensidad de verdadero devoto y fué en obras y
palabras fidelísimo disdipulo del crucificado. Su epistolario saturado
de rectas pensamientos, y honda poesía proclama su fimne religiosidad
y su noble vida bienhechora la confirma. No dejó aipologías como las
de Augusto Nicolás y CJhateaubriand, pero luchó por los desposeídos,
alentó a los vacilantes, socorrió a los pobres y defendió a toda hora la
integridad de las doctrinas libertadoras. Su mejor obra fué su vida.
Como dice el ilustre prologuista de este libro Henry Bordeaux, se nos
aparece durante cuarenta años, desde su castillo de Ivodre al borde del
lago Lemán, como un faro irradiador de ideas luminosas, como un vi-
gía de las conciencias desorientadas. Pudo subir muy alto en el mundo
de las vanidadles y las ambiciones, pero prefirió saierificarse por los otros
y pensó con el sagrado libro "que bástale a cada día su propio afán".
Poseíale un ardiente afán de perfeicción y de proselitismo cristiano y
eonsa^ó los ochenta y tres años de su edificante vida a la tutela de las
almas y la defensa de la religión. Tuvo enemigos como todos los hom-
bres excepcionales, pero la amistad de espíritus egregios como los de
REVISTA BIBLIOGRÁFICA S2&'

iin Dupanloup y un Montalembert y la gratitud que floreció sobre sus


fecundas siembras benéficas confortaron su voluntad tonificando su
generoso y ¡a ratos angustiado corazón.
El barón I^angois d'Ivoire no podía ser un político al uiso esclavo
de apetitos y ganoso de bonores cuando no encendido por el fuego de
pasiones partidistas, pero fué un gran político que pretendió cristia-
nizar la República, una República cuya bandera simbolizaba más que
una fe política, el odio a las ideas religiosas. Quería un gobierno nacional^
fuera monárquico o republicano, cimentado sobre la base <?iclópea de la
autonomía cívica y religiosa de las conciencias individuales.
Polemista notable, epistológrafo eminente, probo diputado por la
Saboya, su país natal, paladín de los derechos del vicario de Cristo,
patrocinador de obras caritativas, sociólogo de ptira cepa evangélica,
buen esposo y padre, y ciudadano ejemplar, el Barón fué como dijo de
él una ruda y noble campesina "une páte de Bon Dieu". M. de Leval su
admirador y cordialísimo biógrafo traza en este bello libro de cerca
de cuatrocientas páginas el retrato moral del hombre sin tacha, del
gran siervo de Jesucristo.
Nada más efusivo, delicaclo y convincente que esta biografía enri-
quecida por un copioso eipistolario del biografiado donde se dibuja con
vigorosos trazos la grandeza de su alma. M. de Leval ha escrito la obra
con el cariño y la alteza de miras de un buen discípulo del muerto. Tja
hemos leído con creciente interés y al concluir su lectura Ihemos senti-
do vehementemente toda la magnitud y elevación del alma selecta en
ella estampada.

n
Alexandre l'Ivoire nació el 18 de Febrero de 1834, en el ca,stillo de
Loex en la Alta Saboya. Desde niño vivió en la pura atmósfera moral
de las antiguas familias de Saboya devotas de la fe y de la amistad,
sobrias y laboriosas como pedía su estirpe cristiana. El baroncito po-
seía un alma sensible y poética. Enviado por sus padres al colegio de
Chambery, regentado por los jesuítas, pasaba log días de vacaciones en
Ivoire al lado del lago Lemán, donde su retina y su alma se bañaban
en las delicias y hermosuras de un paisaje incomparable. ¡Cuan bien
conocía el baroncito—dice su bi<^afo—^los furores y la calma del la-
go! I Cómo lo amaba! Los bellos paisajes—añade—evocan los grandes
pensamientos y sobre todo el pensamiento del Creador en las almas re-
ligiosas. Espíritu noblemente inquieto y ricamente dotado de las más
raras aptitudes FrancÍ8co d'Ivoire vivía en plena vibra«i6n mental;
•330 NUESTRO TIEMPO

Todo le seducía, todo lo amaba como un franciscano; los esplendores y


lujos de una naturaleza pródiga en especies animadas, vistosas plan-
tas y magníficas perspectivas; la gracia d)e las cosas y las aspiraciones
y sueños de laa almas. Hacía lindos versos; leía libros devotos y pro-
fanos y al par cultivaba la filosofía resolviendo con precoz dialéctica
fuera de las aulas laa dudas y objeciones de sus condiscípulos que veían
en él un paqueño maestro y como a tal le consultaban. Pensó su padre
dedicarle a la magistratura pero a TVancisco no le atraían las fórmulas
forenses y faramallas eoirialescas, aunque su rectitud moral pudiera
haber servido de modelo a los juzgadores. Distraía sus ocios en el dibujo
y la pintura y más tarde se apasionó de la poesía.
Nada babía bajo y vulgar para él. Lo bello y lo útil eran la guía de
su poderosa actividad y podía también decir como Terencio que todo
lo humano le interesaba. Desde muy joven dio muestras de una impar-
cialidad e independencia de juicio rarísimas y de un amor al bien pú-
blico, a prueba de reveses y deceiKsiones. Creía que la felicidad no es-
taba en el contenido de las instituciones sino en el continente ideal y
cordial que las animaba.
Hubiera sido imperialista con imperiales honrados y republicano con
repúblieos probos. Sobre todo, le preocupaba la idtea de fortificar sus
nativos sentdimientos religiosos con los más profundos análisis teoló-
gicos.
"Tenía—dice elocuentemente M. de Lewal—sed ardentísima de Dios."
Y por tenerla, buscaba con ansia el manantial divino que podía apa-
garla : la fuente de aguas vivas que eternamente mana ofreciendo sus
linfas a los espíritus puros. Y Dios oyó sus súplicas y templó su sed, en-
viándole un ángel con forma humana que había de ejercer inmensa y
decisiva influencia en su destino.
Este hombíe angélico fué Mr. Dupanloup, el insigne obispo, gloria de
la cristiandad y dlel Francia. Con él sostuvo el barón correspondencia,
al par sabia y cordial.
Las cartas del prelado son breves, como de un homibre solicitado por
múltiples obligacione», al paso que las de Francois d'Ivoire son ex-
tensas y desbordan do pensamientos y otoservaciones sobre los hechos
sociales y políticos. El barón era un escritor fácil y ameno, sin pizca de
pedantería; y por ello sus cartas son en extremo atraetivas. Frangois
d'Ivoire «ra también excelente conversador y ba dejado muy bellas
descripciones de paisajes, entre los cuales sobresalen las que hizo del
curso del Rhin y de las tietrras de Italia. Su llegada a Eoma de noche
le produjo gran dece(pción. No le parecieron la Basílica de San Pedro
ni el Coliseo tan grandes como los soñó su hermosa fantasía de poeta.
En cambio, Pompeya Uena de tiágicos iwcuerdos, le produjo profundí-
sima impiresión. De vuelta a Roma, asistió a las ceremonias d« Semana
Santa y presenció el conmovedor espectáculo de la bendición paipai en
REVISTA BIBLIOGRÁFICA 331

la inmensa plaza ée¡ San Pedro, acto que le inspira muy elocuentes pa-
labras.
Florencia, Bolonia, Ferrara y Parma también sedujeron a su alma
de artista, arrancándole cálidos elogios, auiw¡[ue deplora, como nuestro
poeta Béequer, quifl el industrialismo moderno vaya, poco a poco, aca-
bando con las lindas reliquias del pasado.
•Sus primeros ensayos periodísticos los hizo en el "Journal des Villes
•et des Campales", cuya dirección le fué conferida por el eximio Du-
panloup.
He aquí el programa del diario, que es como la síntesis anímica del
barón:
"Nosotros somos simplemente—dice—iciudadanos profundamente adic-
tos a los intereses de Dios y a los de los hombres; a la verdad y a la
caridad; a la justicia suprema y a la felicidad de nuestra patria; en
Tina palabra, a los deretíbos de Dios y a los derechos de los hombres en-
tre sí. Y ponemos por encima de todo el respeto de la verdad, la im-
parcialidad y todas las convenienicias morales."
En el periódico colaboraban plumas del fuste de las de Cochin, Al-
berto de Boyso, et<-. El gran Montalembert le honró con su amistad.
Cincuenta años más tarde el barón reasumía su concepto acerca de
este heroico paladín del catoliciismo diciendo de él que era el miás sim-
pático de todos los hombres supesriorea que había tenido la dicha de
conocer".
También trató al ilustre político y sociólogo Thiers, quedando encan-
tado de su clarividencia y buen sentido, sencillez y elevación de miras.
Elegido diputado por su pafa natal, a pesar de la encarnizada opo-
sición (ie los elementos ateos y revolucionarios, dirigió a sus electores
una bellísima proclama, arquetipo de sinceridad.
Sigue M. de Leval historiando la vida de este batallador benemérito,
de este espíritu excelso que, por confesión propia, piadecía la "locura
de la Cruz". Y nos habla de sus impresiones acerca del Cuerpo legisla-
tivo, de sus trabajos y relaciones parlamentarias; de sus siniesti-as y
acertadas prediociones sobre la guerra que acabó con la tierriWe rota
de Sedán; de la lúgubre sesión del 4 de Sieptiesnbre; de su nueva c in-
fructuosa candidatura para la Asamiblea constituyente, de los horrores
de la Commune y del furor de aquellos enei^r'iin*¡'i<'s» herederos de las
hidras de 1793, que soñaban con arrasar a París, como si este acto van-
dálico pudiera ennoblecer y juafeiflcar sus Sibsurdas quimeras de una
igualdad aritmética, reñida con la voluntad de Dios y con las leyes in-
declinables de la biolo^a. .
Reproduce después la nota enviada ipor Fran?ois divoire al P. Le-
^jannet sobre la fundación de la Defensa, donde se hace un ad'mirable
resumen de la situanión dlel país y estudia las ideas i»lítica8 del Ba-
rón, condensadas en esta frase: "Qoibiemo nacional". Nos ilustra so-
Ture acontecimientos como el abandono de la dirección de la Defensa y
332 NUESTRO TIEMPO

la muerte de six esposa y del gran Dupanloup, que laceraron su alma,


produciéndiole una doble crisis corpórea y espiritual que le forzó a
buscar alivio en Roma, donde compuso las "Eevis de Roma", en cuya
obra, bajo la cobertura de una novela amorosa, bnisica y propone solu-
ción al problema de la independencia del Vicario de Cristo, que tanto
interesaba a isu alma ardiente de fidelísimo cristiano.
La pluma ágil y elegante de M. de Leval nos entera a icontinuación
del segundo matrimonio del Barón, de isu nueva campaña periodística
en el "Journal", de Roma, de sus recuerdos de esta ciudad y de sn vida en
Ivoire, de los agradables e instructivos relatos que escribió en "L'Union
Savoisiene", de sn nueva candidatuna y la correspondencia que sostuvo
con el filósofo Ernesto Najville; de su espíritu equitativo y celoso de
la grandeza de Francia; de su amor a la verdad, que le impulsaba a
romper lanzas en pro de todos los calumniados, sin reiparar en el nú-
mero y la taJla de los calumniadones. Describe isu vida semcUla, sobria
y pura como la de un esenio y nos informa de su comercio espiritual con
los artistas, de sus aficiones agrícolas, de su devoción a las piedras precio-
sas y del entusiasmo que las lecturas religiosas y los relatos de las vi-
das edificantes le producían.
Su credo en las cuestiones sociales era el mismo del egregio León XIII,
cuya hermosísima encíclica sdbve la condición de los obreros había
estudiado profundamente. Todas las reformas que tendieran a mejo-
rar la triste condioión de los trabajadores le parecían de perlas, a con-
dición de que se respetaran los principios del derecho natural de pro-
piedad y no se emplearan jamás procedimientos de violencia.
(La caridad, esa virtud de que a menudo se burlan procazmente los
sociólogos de tres al cuarto que padecemos, le parecía un instrumento-
de altísima eficacia social, que no riñe, sino que casa felizmente con
la razón y la justicia. Pensaba, cotaio nuestro MonesciUo, que pedazos
de pan y hojas de catecismo bastan a resolver el problema social. T no
se equivocaba, porque las leyes por sí solas son aihstracciones frías y
fórmulas secas, si el amor no las vivifica con su fuego divino. No pelea-
ba por los derechos supuestos de una clase, sino por el cumplimiento
fle los deberes de todos, que es la mejor manera de implantar el reina-
do de la armonía.
El Estado no es Dios, y nunca puede hacer milagros, sino, a lo sumo,
reprimir abusos.
"Por ser todos hijos de Dios—decía el conde—, le debemos cuenta
de los bienes que nos ha dispensado y d« la asistencia de que nuestros
hermanos tienen necesidad."
Estas palabras se asemejan muciho a las de Tertuliano: ".Los ricos
no son otra cosa que los tesorieros de Dios."
En «1 último capítulo nos refiere M. de Leval los sucesos de los úl-
timos años de aquel esforzado cristiano, y describe con elocuencia con-
HEVISTA BIBLIOGRÁFICA 333

movedora la hora de su miiierte, dulce y serena, como la "euthanaaia"


de los griegos.
He aquí las palabras finales ée aquella alma eiwjelsa: "¡Dios mío, soy
todo die vos; todo entero para vos!"

m
Si el libro de M. de Leval es digno del gran cristiano, en el biogra-
fiado, el prólogo, del eminente escritor D 'Henry Bordeaux, es también
digno de entrambos.
Con la amenidad y soltura características del estilo galo, reforzadas
por una diecián impecaJble y un gracejo encantador, el gran literato
francés habla de sus relaciones icon el barón; nos refiere deliciosos re-
cuerdos de sus años de mocedad; reproduce fragmentos de su epístola^
rio y hace un análisis psicológico admárable del egregio católico sa-
boyano.
No hay una sola frase afectada ni un latiguillo retórico en el hermoso
prologo de sesenta páginas de Bordeaux. La eliegancda suprema de la
frase alterna con la agudeza de la dialéctica y la finura del sentimiento.
En el arte de exipresar las emociones y encontrar las palabras repre-
aentativas de las ideas no tienen rival nuestros vecinos, y estas pre-
ciadas dotes resaltan con maestría imdiscutible en el insigne académi-
co francés. Felicitamos al autor y al prologuista y damos gracias por el
regalo de este lindo libro al prestigioso director de "Le Correspon-
dant", la más docta revista católica europea.

BOLETÍN DE LA SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. México. Segundo


semestre de 1923.

Esta importante publicación reflejo de la váda cultural de la simpá-


tica República, constituye un volumen de más de 600 páginas en el
que se hace documentada reseña de todos los sucesos, iniciativas y re-
formas relacionados con el movimiento educativo.
334 NTIESTHO TIEMPO

Divídese en las siguientes secciones: Secretaría, Departamento es-


colar: Universidad Nacional: Departamento de Bibliotecas: Departa-
mento de Bellas Artes: Cultura indígena: Caanipaña contra el analfa-
betismo: Departamento adiministrativo y Sección Iberoamericana. No
omite un soloaspeicto interesante al problema de la vida intelectual de
la Repúbliea y en sus página» está, por decirlo así, estampado el espí-
ritu de renovación y progreso que anima a la bella nación hermana
y a su benemérito maestro y director el por tantos títulos ilustre Vas-
eoncellos. En la sección de Cultura ind%ena se insertan notables tra-
bajos sobre la psicología de los indios, su lamentable situación en al-
gunas regiones y los tormentos de que son aun objeto por parte de
ciertos espíritu?, cruelmente atávicos, para quienes el tiempo parece
haber pasado en vano, a juzgar por el desprecio que hacen de los prin-
cipios humanitarios, alma del derecho de gentes moderno. No estaría
de más que nuestros centros de instrulceión y educación, saturados
a menudo de verbalismo y do rutina; imitasen el ejemplo del Ministerio
mejicano, dando a luz anualmente los balances de su estado científico,
económico y ético para conocimiento del pueblo, que los sostiene y de
los gobiernos que han de velar por su racional evolución. Aquí estamos
a oscuras respecto a datos de índole cultural y por ignorar hasta ig-
noramos el número de licenciados que salen anualmente de nuestras
imáquinas incubadoras de Galenos, Justinianos y Bherfchelots. Me han
asegurado que los médicos crecen hoy en )a misma proporción que los
saineteros y abogados; lo cual no me extraña porque el español "puro"
es un hombre que vive en franca guerra con las leyes biológicas y hace
todo lo posible por morirse antes de tiemipo ILo ique sí sorprende y hasta
conforta es el fenóm,eno de que a ipesar de existir un médico por cada
diez españoles, la mortalidad nacional ha decrecido. ¡Indudablemente
Dios vela por nosotros! Alguien me objietará que todos los años mueren
doscientos mil niños en íEspaña, x)ero esta heeaton^e infantil no es obra
de los médicos sino de la incuria de las madres y del Estado. La ex-
clamación ¡Angelitos al ci^lo! es mray española, aunque no sea muy
cristiana. Aquí matamos o dejamos morir a los niños que representan
la esperanza y conservamos cuidadosamente a los viejos, acotados o
ladinos que simbolizan el desengaño. Pero noto que me he extraviado.
Hablaba del "Boletín de Educación miejicana", y me Ihe ido al campo-
santo. Sin embargo, acaso sean hoy de actaalidad las palabras del gran
Larra refiriéndose al mismo sagrado lugar: "Aquí yace media España;
murió de la otra media". ¡Bienaventurados los españoles que siendo
médicos, no han dado muerte a ningún compatriota suyo! No se rían
los escépticos. To conoaco a más de un doctor aue se encuentra en ese
caso. ;,Lo dudan? Pueg ahí tienen a don José Francos Rodríguez, so-
cióloso. dramaturgo, periodista, orador, ex alcalde, ex ministro, ex di-
rector académico, etc., etc., y sobre todoi, conciencia médica sin man-
cha. Este hombre mosaico, arquetipo de actividades, no ha extendido
BEVISTA BIBLIOGRÁFICA 335

que yo sepa, una (mala receta, ni esgrimido un cuchillo operatorio. Ig-


noro si hubiera sido el mejor de los médicos españoles, pero estoy cierto
de que es el español más inofensivo entre los médicos.

HOMENAJE A LA MEMORIA DE POTTIER, por los escritores del grupo de


democracia cristiana. {Asturias Agraria, revista quincenal de cues-
tiones sociales.)

Esta docta revista, quie dirige un excelente soldado de Cristo, el bene-


mérito M. Arboleya Martínez, cuya obra de justicia y padflcaeión so-
cial en España nunca será bastante encomiada, consagra su primer nú-
mero del año corriente a enaltecer la gloriosa memoria del catedrático y
demócrata belga monseñor Pottier. Este hombre, de rostro aniñado y
ojos de expresión dulce, que tal como aparece en el grabado de la re-
vista semeja un seminarista encogido y cuasi avergonzado entre el gru-
po de doctores laicos y eclesiásticos que le rodean, fué una personali-
dad extraordinaria, una voluntad d'e hierro, puesta al servicio de una
inteligencia clara y peneírante y de una conciencia inflexible como la
linea recta. Publicista, orador y hombre de ax?ción, valía él solo por un
ejercito die ludhadores. No era un ideólogo ni un agitador, sino un sa-
bio con el corazón de un apóstol.
Su estudio, "Lo que hay de legítimo en las reivindicaciones obreras",
donde preconizó la excelencia del salario mínimo y del salario fami-
liar, constátuye el primer asalto a la fortaleza dIe los viejos errores eco-
nómicos, y su obra de "Jure et justitia" es como el credo de la socio-
logía cristiana.
Ma querido eondiscípulo en las escuelas de Granada el erudito y elo-
cuente Castroviejo le llama, con justicia, teólogo del catolicismo social.
Pottier fué un verdadero revolucionario de los que, sin derramar una
sola gota de sangre ni dejarse poseer por las furias diel rencor parti-
dista, lanzaron en log surcos sociales las semillas de una noble rebel-
día contra los egoísmos de clase. Su doctrina y sus ejemplos le conquis-
taron a d ^ o s y admiradores, aunque nunca tantos como enemigos rui-
nes y fariseos de toda laya que esgrimieron contra él las armas del so-
fisma, de la calumnia y de la bellaquería.
Se le tildó de "modernista" icon vistas a la herejía, envolviendo en
esta cobarde y falsa acusación a los legionarios de la democracia cris-
taana que, como fieles ovejas, a la voz del pastor, le seguían.
El tiempo le ha de3agra.viado. y hoy es Pottier, para los cristianos-
33G NUESTEO TIEMPO

prácticos, un santo guerrero por la causa d^l bien público; un vidente


de la sooiologísi positiva, de esa ciencia en formación que pondrá de
acuerdo los postulados biológicos con las enseñanzas sublimes del Cru-
cificado.
He diebo sociología "positiva", porque no hay nada más positivo
como norma de ética social que el amor, y así pudo decir el egregio
obispo de Hipona: "Amad, y despruiés haced lo que queráis, que todo
lo que hagáis amando será bueno."
Pottier no luchaba por intereses de grupo o bandería, sino por todos
los hombres, pues no hay forma más pura del amor que la caridad y
hay más caridad en la reprensión justa que en la zalamería necia. Por
defender a los humildes atacó a los poderosos y se revolvió contra los
primeros cuando pre*dicaban el odio a los segundos. En una sociedad
tupida de privilegios odiosos y enferma de anemia moral, surgió el
insigne sacerdote como un verdadero paladín del derecho y la libertad
cristianos, y descargando con la maza de su dialéofciea pwderosa gol-
pes decisivos sobre todas las oligarquías económicas. Donde vio el mal lo
combatió sin reparar en la vestimenta de los malos ni en el color de
sug enseñas. Y como golpeó con igual equidad a tirios y troyanos, fe-
tiches del oro y fetiohes del escándalo, eruditos a la violeta y demago-
gos energúmenos, todos se revolvieron contra él, colgándole los más va-
rios y pintoresco."! sambenitos.
Mal subdito del Papa, espíritu díscolo, comunista, renovador, soció-
logo alocado, de todo se le calificó y tan espesa granizada de injurias
si no pudo quebrantar la coraza de su fe amargó su alma y perturbó
su salud física.
El fenómeno es eterno, tan eterno como la envidia y la estolidez
humanas. Pero no es verdad aquello de "calumnia que algo queda".
No: la calumnia pasa; la vertJad y el bien quedan y los hombres su-
periores resucitan como Cristo, aunque por desgracia un poco después
del tercer día. La historia es un perpetuo juicio de revisión de valores
sociales e individuales. No importa que el juicdo se prolongue demasia-
do si a la larga el fallo ha de ser justo.
En el número homenaje a Pottier con que nos toa obsequiado la "Re-
vista Asturiana de Cuestiones sociales", colaboran un puñado de se-
lectos escritores del grupo de la democracia cristiana. El infatigable
Severino Aznar, el culto y enérgico Arboleya, el ponderado y sabio
Zaragüeta, mi querido amigo el doctísimo Castroviejo y los no menos
competentes Amor (Gregorio), Bofarull, P. GeraUdo Gil, Hinojosa, Ji-
ménez, Jordana, Leal Ramos, Le Brun, Beig, Saohagmin y un admirador
del Maestro. Todos ellos tejen una heimosa corona de gratitud al llo-
rado maestro, enalteciendo su obra imperecediera.
Yo sólo diré lo siguiente: con media docena de hombres del temple
-de monseñor Pottier se acabarían en nuestra patria los santones del
REVISTA BIBLIOGRÁFICA 337

n S X n Í Í ' ' . ' ' !' ' i ^ ^ ^ " ^ ^'"'"'^^•'«' y - < ^ - - - - el triste
ñaTasea r ^ i T ? ' " ' ; ' ' ' ' "^V^^**^^" ^^^ «iendo de estirpe cristia-
«nseñToLJ . ' de sus ciudades y los surcos de sixs cVmpos las
«asenas odiosas de un culto idolátrico a la codicia a la fn^^^» « lo
sensualidad y a todas las groserías carnales y e T p i H t i l e Í r ' p i Í

PASCUAL SANTACRUZ

22
CRÓNICA GENERAL

REFLEXIONES SOBRE NUESTRA POLÍTICA INTERIOR

A m«dida que pasan ios meses sin cfue el paréntesis albierito en


la vida polítiea de España en 13 de Septitmiibre del pasado año
se cdierre, las gentes qvud. se ipreocupam dte la cosa pública, pocas
por desgracia, se muestran más afamosas por desouibrir el porve-
nir que esta situación die cosas puedia tener. Los que la encar-
nan son loa primtiros en advertir qu« esta es y no puede ser
más que una interinidad, aiuiniquie estén resueltos a mantenerla
mientras su conciencia les diga quie es necesaria para el logro de
losfiíniesa que respondió el movimiento; pero claro es que no
'hay q;ue pensar en que ella termine sin que s© vea la posibilidad
de una solución fecunda para el bilen de la paitria, y el paso Miz
de uno de ,los Kubicones qwe en la miarcbía del Directorio militai
se temían por unos y ae señadabain gozosamente por otros, diebe
enseñar a todos «fuie el desenlajoe no puede vienir, afortunada-
mente, die una división fragorosa entre los elementos que asu-
mieron lia iniciativa del 13 dte Seíptiembre.
Ya se oomprenderá que el Rubioón a que aludo es el primer
proceso aoleomie despaohaxib ante «1 Consejo Suipnemo de Gue-
rra y Marina por los sucesos die África en 1921. El buen sentido
y el patrioitismo de todos han hecho que la sentencia recaída en
ese primer asunito sea por todos acogida con el respeto que me-
recen a una loa juedes que la diiotan y loe hombres sobne los cua-
CRÓNICA GENEHAI^ 839

les recae, con suficiente prestigio todos en la historia, de la 'pro-


pala conducta para que una actitud momentánea y epdisódica pu-
diera borrarlo, si es que puedle llaimarae juBtaanente actitud lo
que depeixie, más que de la voluntad de aqu«l a quáen en ella
contemplamos, die mil circunstancias anterioíres y actuales, pró-
ximas y remotos que en la comiplejidiad de un movimiento de
ejércitos con servicio obligatorio tienen tan decisiva influencia.
Todo lia sido con acierto ponderado, sobirefponiéndfose todo el
mundo a aiqiaal ambiente ficticio qiue, por torpezas imperdona-
bles de loa gobernantes, sie había pretendido tejer alrededor dte
ias qoie se llamaban respotnBaibilidades die! desastre, cual si' uno
die tal magmittid hubiera podido producirse sin una formidable
aulpalbi'Iidad colectiva que sería inicuo y temerario pretender
liquidar en ningima dase de procesos individuales.
La división diel Ejército haibría sido un terrilMe desastre en
Septiemibre d^l pasado año y lo sería igualmente hoy. Entonces,
porque no había una opinión civil ni una autoridad civil a la
que el Eey hubiera podido confi'arse para dominar sih choque
alguno el movimiento. Hoy, porque el secnerto del porvenir está
en que cuando llegue la hora dte reanuidaír la vida normal de la
política española—que no es decir ni con nsuldhio la vida dé ios
líltimos años, que, precisameaiibe por sus anormalidades mons-
truosas, die un soplo o de una manotada desapareció—, el Ejér-
cito Tímido e íntelgramente vuelva a sus ocupaciones propias,
como unido e íntegramente se saldó die ellas por asumir las de
5a gobernación del pais en cuanto el Eey depositó eni él para
tales funciones su confianza. La única garaaítía die que entonces
se rtestiablezoa el necesario dteslinde entre unas y otras funciones,
las propias diel Poder público, quie no es ni piuedle ser civil en
contraposición a militar ni militar en contraposición la civil, y
las propias d¡el brazo armado de ese propio Podter público, está
precisamente en la unión fiírane y cordial entre todos los elemen-
tos del Ejército.

* * *
340 NTJESTEO TIEMPO

Por esto no se concibe que haya espíritu alguno rectamente


"<}ivil" que no sienta el afán .d© que esa unidad se mantenga y
de qme desapanezca cuanto pueda peínenla en peligro, y es claro
qiue para ella representa un riesgo el prolongaír indefinidamente
la presente situacióin anormal, aparte las dificultades que dentro
die ésta han de ofreceirse para eO. desairrollo de una fecunda acción
de gobierno con todos los complejísimos problemas en todas las
naciones planteados a la hora presente. A todo se acude con rec-
titud visible de intención; pero es evidente que eso no basta para
la marcha desembarazada de um Estado ni paira la eficacia de su
Administración, sobre todo cuando ésta y aquél se han reco-
gido en las condiciones que justifican la satisfacción con quie
umos y el silencio oon que otros han visto desapairecer de su ge-
rencia y dirección a los que por tantos años las tuvieran a su
cargo.
Pbr lo que se refiere al Estado, ^ dónde esta;ban las orienta-
ciones de una verdadiera política nacional ni en lo interior, ni
em lo exterior, ni en lo económico, ni en lo cuJituxiail, ni en lo
social? Sa no para todios eses órdenes, para aJlgunos de ellos,
en las naciontes que pueden tomarse como modelo que envidiar
o como ejemplo que seguir, hay unas líneas directrices genera-
les de política a las duales se amoldan los sucesivos gobiernos,
sean cuales sean las luchas entre los partidos. No solamente en
la política exterior, que obliga a todos, en la misma política
económica en que oaibe tanita divensádadi de doctrinas, hay siem-
pre en aquellas naciones algo que se transmite inmutable de
unos a otros gobernantes, j Quién podrá decir qué línieas direc-
trices seriamente trazadlas y fiírmiemente seguidas encontró el
Directorio militar «1 hatíerse cargo de la diineoción del Estado
español ? Así y todo, no podrá acusarse a sus homibries de falta
dle continuidad, no podrá hacérseles el reproche dte temerarios
en la inoioviación de lo que encontraron establecido. ¡ Si yo csreo
quie, por el contrario, la posteridad les iieprocihará la timidez con
qnie ham proctedido, la, modestia con que en miuiehas cosas trans-
oendentaleg no han osado romper con gravísimos errores de lo
que se llama el antiguo régimen!
iQvá político de los quie gobermaron oon ese antiguo régianien
OEÓiaCA GENERAL 341

podrá ©char en cara a loe hombres dtel nuevo la indecisión y


las contradicciones de una polítioa oooniercial inteirnacional en
la que se oonfunden y enitreiazam uñera aranoeleg proteocionisbas
con unos tratados de oomercm que haicen, sin i^eciprooidad, al-
moneda de toda píxjitección; ni la tendencia ísuiperficiallmente
obrerista de una polítioa social sin substancia alguna econó-
mica ni jmrídica, mucho más propicia al aliento d© las reinvl-
dicacdones revolaicionarias que a la evolución indispensable de
la sociedad hacia un legítimo socialismo en verdadera demo-
cracia ; ni las vacilaciones en el problema de Marruecos, siquie-
ra ahora las justifique la neceádad de una preparación que no-
toriamente se va haciendo de los íclementos necesarios para
acometerlo; ni la atención desmedida a los donaires o a los chis-
mes de la prensa y de ios círculos de Madlrid, que no tienen va-
lor algmno específico en la vida de España; ni el empeño gene-
roso, pero fatiailmente infecundo, de resolver con arbitrios de
poder público un encarecimiento de la vida producido por infle-
xibles leyes naturales o por equivocadas disposiciones humanas
a cuya rectifioación radical no se toca; ni ninguna otra cosa
que son una herencia laimientable de los últimos años de desgo-
bierno y que miuestran la carencia de aiquellas orieintaciones efi-
cientes del Estado a que antes laludía?
Pues en lo que se refiere a la A.dministración, i qué ha encon-
trado el Directorio militar, como no sea ouei^os del Estado ©n
los que, por falta de estímulo y de selección, no se han formado
verdaderos direotores; re^amentos absurdos y procedimientos
emlbarazosos sólo útiles paira desesperaír a los ciudadlanos e hin-
char artificiosaimente los escalafones; desidias en ¡La conducta
y estrecheces en el espíritu buroorátioo, que han de esterilijsar
las mejor inspiTadas y más certeras reformas que en la legisla-
ción se introduzcan?
Claro es que si el Estado y la Administración no huibieanan
estado como digo, no habría existido en d paía id .malestar ge-
neral que dio extensísimos lasenltimientos die esperanza encen-
dida o de venganza satisfecha al movimiento del 13 dle Sep-
tiamlbre; peno daro es asímiismo que estando áe ital suerte la
Administración y el Estado, no puedie la máquina funcionar
842 NTJESTBO TIEMPO

oon €il debido rendiimiieiítio, ni ipuiedlen dos hoiubreB dtel Directo-


rio militar, inexpertos y no preparados para, estas funciona,
Ifegar tan pronto en loe heclios, como con el ainihelo lliegam, al re-
medio de los malea púMioos, dando all Estado y a su Adminis-
tración ninia efioaicia que iw) acertaron a darles los que durante
tantos años estuivieron a su frente, presumiendo die taaiita pre-
paración y pugnando tanto por apoderarse del mando para sal-
var ai país.
Por esto miamo es preciso no prolongar iadefinidiamenite una
sibuacáón die interinidad, un paréntesis en la nonmailidad polí-
tica y constitucional de España, que retrasa las reformas indis-
pensables y que embaraza las funciones del Estado y de su Ad-
ministración ©n el servicio del piaís, y es claro que ello no ha de
suoieder si no cuando sea posible un Gobiemo d'e ¡homibree pú-
blicos a quien pueda entregar confiadamente el Poder el Di-
reatorio militar, el cual, naturalmente, no ba dfe creer que esté su
sucesión eiái:te los que, en la forma die quie puedan disponer, de-
nigren su acción o sistemáiticamente combatan su obra o se dte-
claren con él en insoluble incompatibilidad dte colaboración y
d¡e armónica sucesión.

» 4< *

Ya es hora dte deponer ias hosquedades quie se ostentan por


unos y las recriminaciones que se prodigan por ofax», y de quie
nadie rehuse implacablemente una odaboracdón o luna asisten-
cia que dtóoorosamente ae puieda prestar, o una sucesión que hon-
radamente se pueda asumir, con los respetos y las obligaciones
que imipone la leal continuidiad en la obra die los gobiernos.
Es natural que ddiera la flaigela«ión recibida y que escuezan
todiaviía las acusaciones formuladas y reiteradas; pero, i no de-
beirá. dcllier mucho más el recuierdio del eco estensífflmo die pro-
fundla simpaltía que ello enoonitjrá en el país, y el desamfpairo en
que éste dejó a flagelados y acusados?
Yo creo, y sinceramente lo he dicho ya, que es urna, eiquiToca-
ción el Ibuscar eil remedio de los míales púMioos en lo que se
GBÓmCA GBNBBAIi 343

llama la extirpación del oaciquismo codicioso y die La inmoirali-


dad de los polítiooe, por no ser lo lujuo ni Lo otro tan extenso
como se imiagina, ni otra cosa quie síntomas del verdadero mail,
pero, ¿dónde han aprendido los hom-bi-es del Directorio a aáx)-
minar dte todo ello más que ©n l-os discursos dIe unos hombras
políticos contra otros? ¿Qué homlbre político del antiguo régi-
men, cuiando estaba en la oposición, no decía de la aotuiación
electonal de los que estaban en «1 Poder y muciías veces tam-
bién dte su oomduoba adiministrativa cosas tan graves, cuando
no más enojosas, que las que se ban dicho ahora? ¿En qué
dlecreto ni en qué preámbulo dtel Directorio hay mayor viru-
lencia ajcuaatoria que en ios discursos de Maura antes de incor-
porarse al partido coínservador, móentras fué jefe de éste, y des-
pués de haberse separado? Pues ha sido jefe del partido con-
servador, arbitro de la política española, presidente dte dos Gk)-
biernos nacionailes, con el aoataimiento de todos los hombres y
pairtidos de La Monarquía, y dedarado repetidiameonte la má-
xima autoridad dentro de ésta! Tampooo ha llevadlo el Direc-
toráo a la Gaceta, contra el conjuinto de los homlbres políticos,
cosas más dluras de las dichas o acogidas por ciertos iperiádicos,
por cuya amistad, sin emlbargo, han beibido siemprie los vientos
y han hecho no poco daño al ipaía esos mismos hombres políticos!
¿ Por qué reservar trato de rencor precisamente pana los únicos
agravios qiue se formulan desinteresadamiente de tod^a airibicdón
o de todo designio personal t
Imaginar quie die la situaeióin presente se puedia sa;lir una ma-
ñaaxa iporque el Rey llamie al partido oonaervadlor o al pactidb
liberal, por haber dimitido el Directorio militar La noche antes,
sería laawentaible desatino e impenitendja imperdonable; pero
tampoco debe creerse que de esta situaxáón se puieda salir en
paz coono no sea reincorporándose a la goberntiaLón del país
ibombpeg políticas, viejos o nuevos, con un idleairio por realizar
y tum obra por servir, sin viotenta discontinuidad con cuanto
en Eapaña ha suicedfidb dlesde el 13 de Septiembre d d pasaxio
año. íQailéin levantará, ese ideario? ¿Quién formulará esa ohra?
Ya «8 ¡hora de que lo piensen y lo dtecidan los que se sienitan. con
alientos y con capacidad pana rescatar la reeiponsabilidad dé lo
34é NUESTRO TIEMPO

ocurrido no contrayendo la áe do que puede oauírrir. Puesto que


se consideran injustas áas aousaciones de incapacidad prodiga-
das poi- el movimiento triunfante hace seis m^es, hay que de-
mostrar la injusticia de tales acusaciones concibiendo y facili-
tando una salida del peligroso pairéntesis.

LOS QUEBRANTOS DE LA MARINA MERCANTE


ANTECEDENTES r ANÁLISIS DEL HEAL DECRETO DE 1 8 DE DICIEMBRE
DE 1923

La guerra y la Marina merccmte.

Cien veces se ha recordado cómo se prodiujo, inmediatamente


después de estallar la gran guerra, la descomposioion del trans-
por'te marítimo, su crisis a un tiempo dte escasez y de carestía.
Cruzáronse las oomiumicaciones de rompimiento, y en el acto
quedaran embotellados en ©1 puerto más próximo ai lugar en
que estuvieran todos los buques mercamtes de Alemania y die
Austria-Huingría, dtescartándose así instantáneamente de la
circulación y dted trauco unos seis millones de toneladias. Ape-
nas rotas las hostUidiad'es, unos cuiaiufcdg marinos alemiaaies se
lanzaiTOii a (la temeridad dte la guerra en coirao, y laiquiellas baza-
ñas bastairan para que en: todbs los miares se coimenzara a cotizar
otro factor de emcarecimientio: iel riesgo de guierra para ia nave-
giación y la consiguieinite deviación dld coste diel seguro, aun
antea de reflejarse en é^fce el "vertiginoso crecer de los valores a
asegurao". En seguida, por la necesidad de transportar a Europa
a los emigrantes en ediad militar y a los ejércitos coloniales,
y d!e asBguipar el abastecimiento de las tropas y de la poblaci^Sln
civil, se comieinKÓ por las nacioinieg ibéligierantes la vequisa de
CRÓKIOA GENERAL 345

buques propios y la contraita dJe los ajenos, pudiéndose aseguirar


que al primer año de guerra, a medliados dfe 1915, estaba fuera
d d tráfico iibne mercantil luma mitad del total tonelaje del mun-
do, y la otra mjitad que podía dtedicarse a él veía micrmada sai
eficacia de transporte por la falta de brazos en los puiertos; por
la congestión de las vías férreas requeridas por el servicio prefe-
rente de la guerra; por las mecñdas de precaución que la vio-
lencia de ésta imponía a los Gobiernos en altar mar y en los
puertos propios y a veces en los ajenos; por las trabas en el
abastecimiento de carbón; por las servidumbres a qu© los Es-
tados beligerantes sometían a los barcos neutrales que llegaban
a su litoral, como condición inexcusable para lograr su abaste-
cimiento. Así en la primavera de 1916 se calculaba que la capa-
cidad de transporite disponible para el comercio era una tercera
parte de la que había antes de la guerra. La producción se babía
contraído también, y había, por tanto, disminuido la necesidad
de medios de transporte; pero esto era a la vez otra causa de
enoarecimienito, porque no se hacía a la mar un barco en nin-
guna dirección con la seguridad' de flete para él retorno, ni con
esperanzas de regularidiad, ni con garantía de fecha, y todo esto
tenía que pesar sobre el cargador y sobre la mercancía. Aunque
el carbón no hubiera encarecido en Inglaterra, aiídes de tocarlo
el flete, en un 333 por 100; aunque no hubieran encarecido todas
las demás miaterias de consumo a bordo; aun<jue no hubieraii su-
bido enormemeJite los costes die la tripulación, joómo no había
de encarecerse y de enrareoersfe «1 transporte marítimo?
Toda esa reaiHdad palmaria desaparecía, sin embaipgo, de la
consideración dlel vulgo, y se altribuían las dificuilitad'es y los en-
caiiecimientos a la mala voluntad o a la codUcia de los ¡Qavieros,
y se confiaba en la viírtud milagrosa dIe las leyes paira remediarlo
todo, y por las nuestaias llamadas de Subsistencias, d© 7 de Ene-
ro y de 11 de Novieníbre de 1916, fué el Gobierno autorizado
para regularizar el tráfico marítimo en servicio dlel abasteci-
miento nacional, miediante requisa o inoautaoión del toneiaje
mercante necesapio y mediante tasa de los fletes oOTrespondien-
tes, asumaiénidose ipaa?a él Estado, por aKfuiellas iey«s, oomio era
consiguienite, la obligación die indemnizar, y estaibleciéndase en
346 KT7E8TBO TTEMPO

la segunda die las ciifcadias, que la mdedtnmizacióin debería ser sa-


tístfecha dientro de los treinta días siguáemítes a ila determinioción
de gu cuantía. En «1 apartadb B diel art, 4." die la iprimera de
esas leiy^ se dice rotuindamiente: "La inoaiutaaión dte las flotas
y minas se ipracticaiiá aiemipre a salvo dte fijar la indemnización
correspondiente a los parfcicullaipes y «ntádadies propietarios o
benieíiciiarios dé aquéllas". "La oantidadl oorrespondiente (a esa
indemnizedión) será aJbomiadla por la Adminiatración dentro pre-
cisaomemite dte los treinta días a contar diesde el de ^ resolucdón
minisberiail quie fije aquella suima."

Lo que mandó la, ley.

Es decir, que lo qiue dais Oontee com el Bey esfcaibleoieron, den-


tro de la legitimidad diel régimen oonstítucional, fué, con la fa-
cultad de incauíbarse, la obligación de indtenmizar el Estado y el
dteber de pagar la Adimámistración de éste, dtentro dte los treinta
días aáguienites a, su determinación, esa indlemnización consi-
guiente. Pero muy pronto se discurrió la mianeim de desvirtuar
esos preoepitos dictados dte acuerdo con la Constitución del Eei-
no, endosando a 'la. propia indxistria, que por oaiisa dte inbeirés
pú'bllico se hacía objeto de incautación, el pago die tales indem-
nizaciones. En efecto, ipor el art. 10 del Eead decreto die 3 de
Marzo de 1916, para ejecución de la primera dte las citadas le-
yes, tse ordenó ilo siguiente: "Tanibién se concertarán libre-
mente los niavieroe entre ellos ipar,a la daiátribueión proporcio-
nÉl, con a r r e ^ a su tonelaje de registro respectivo, de las
(juotas necesarias para resarcir a los Ibuques que hagan servicio
ordenado por la Administración del quebranto que con motivo
de él se les produzca, deducido del flete corriente qiue a cada
viaje corresponda."
Lo de conoerta/rse libremente los navieros era una sangrienta
ironía, cuando tal concierto se les imponía por miandato del
Poder piiblico exoediéndose de las facultaldies qu© «- &*« híüMa
otorgado la, dey, pues ad imponer ésta la obligación de indtem-
ORÓiaCA OBNSRAI. 347

nizar, dé acuierdio con el precepto terimnaate d© ia Conatitu-


ción, es evidente que no autorizaba paara crear un impuesto con
que sufragar talles indemnizaciones, e impniesbo precisamente
sobre los que <febían aer objiato die las indlenmizacáiones mismas.
La ley ordienaba a los naivieros que se soanetieran a los que-
brantos que la incautación y la, tasa díel flete representaban;
pero ordenandlo, a la viez, a la AdiminisbraoLón que indemni-
zara dte taáes quietorantoe. La Administración:, por su parte, aña-
día al quebranto individual de oajda naviero y dte cada buque,
el qu^toraaito coleaüvo sobre toda la industria dIe la navegadión
que a prorrata del toneliaje habría de ¿sufrir las derramas que
sirvieran para sufragar las indiemnizaoiones.

Lo que hicieron los Gobiernos.

CJonatitiuían las derramas, sin duda, luma exacción ilegal, tan-


to máis irritante paira la Mairina mercante cuanto que a ninguna
otra indiusbria nacional quie fuera objeto de incautacióm o de
tasa se le imponía esa forma verdaderamente extraña de indem-
nizar los daños inferidos en servicio del interfe general, mejor
o peor entendido; pero loa navieroa teníain que someterse a ella
como mal menor, dadla la hostilidad visible contra ellos de lo
que se puede considerar la opinión política die Madrid, pagando
por ese concepto mucho más de lo que les hubiera correapondido
si hiubiera sido ley el proyecto de gravamen sobre los llaimados
beneficios extraordinarios dé lia guerra. No cabía recurso ailgiuino
contra la amplísimia potestad' discrecional que el Grobiemo se
atribuyó en la ejecución de las leyes de subsistencias, y cuando
se injtjemtó acudir al Tribunal Supremo, éste déclainó por senten-
cia del 5 de 'Febrero de 1918 {Gaceta del 11 de Junio), la incom-
petencia de la jurisdicción contenciosa, y en el Real decreto de
SI de Mayo tamibién dle 1918 se declaró que no se daiha ulterior
recuirso de ninguna especie contra las I^BOIUIOÍOIÍKI qxie se dicta-
ram por la Comisaría General de Aibastecimientos, dteaptués Mi-
^ 8 KTTESTRO TIEMPO

uisterio, en apelaciones contra acuerdos del Comité de Tráfico


JMarlítimo.
Este Comité de Tráfico Marítimo, constituido por represen-
tantes del Estado y de ios navieros y costeado por éstos, deter-
minaba k cuantía dfe los quebrantos, que eran la diferencia en-
tre el flete reducido, impuesto de acuerdo con el precio a que
se quería que resultara el producto transportado, no con el
coate efectivo del transporte, y él flete corriente que el Estado
admitía por tal, no el efectivo del mercado libre regulado úni-
oaimente por la ley de la oferta y la demanda. E l total de los
queibrantos así resultantes se repartía entre el tonelaje total ins-
crito, compuitándolo con arreglo a coeficientes de relatividad
merced a los cuales se alcanzaba toda la posible equidad y la
máxima Justicia en la distribución. P o r este sistema se estable-
cieron y pagaron los quebrantos liquidados hasta 30 de Junio
de 1918, por un total de pesetas 50.643.807,20, ahorráindose el
Estado, que, es decir, el país, merced a la conformidad de los
navieras con esa tributación extraordinaria y no establecida
por las Cortes con el Rey, no solamente esa cdtfra, sino también
lo que por encima de eso hubiera cositado él servicio a no inter-
venir aquella especie de fondo común constituido por los pro-
pios navierc^ a sus expensas para indemnizarse d e los daños
sufridos.
Terminó la guerra, y los beneficios comenzaron a meronarse,
porque subsistiendo y aun agravándose los grandes costes de la
navegación, se atenuó la necesidad' qme obOjiígaba al pago de los
altos fletes, y muy pronto comenzó p a r a la Marina mercante la
crisis que viene atravesando. Precisamente por aquellos años
de 1919 y de 1920 se quiso intensificar en España la imiportación
de trigos a flete reducido, con la agravante dte que al prohibirse
exportaciones como la del aceite se mermiaban cuanitíosamente
los fletes díe salida. No era ya fácil n i siquiera posible practicar
aquel sistema de fondo común, y aiumquie se llegó a u n acuerdo
d!e maiyoría en la dieterminación die los coeficdentes p a r a la de-
rrama, la agravación de la crisis marítima pesó dé tal modo
en él ánimo de todos, de los navieros acreedores por soJidíaridad
con lois dieud'ores y die los gobiernos todos p o r su indiecisión ante
CRÓNICA GENERAL 349^

todo probleomia die interés, aunque lo fuera a la vez de justicia,,


que no se decidió naidie al empleo de la vía de apremio para
haoer efectivas las di^rramas, y así se ha llegado al Decreto del
pasado Diciembre sin que se viera cuando menos el modo de ha-
cer efectivas aquellas indemnizaciones coiutraídas por los dere-
cho habientes hace cuatro y cinco años, a pesar de que la ley
mandaba pagarlas dentro de los treinta días siguientes a su
determinación!

El nudo de la cuestión.

Importan esos quebrantos por liquidar la suma de pesetas


75.401.925,75, que unidas a la cifra anterior, arrojan un total de
más de CIENTO VEINTISÉIS MILLONES DE PESETAS,
aportación extraordinaria de la Marina miercante al servicio de
la oolectividad nacional durante los años de la guerra y en los
primerc» de la post-guerra, aparte el enorme servicio que para
el país representó ©1 hecho de no haber carecido de nada de lo
preciso para su abastecimiento y el de baiber podido vender en
el extranjero todo lo que se consintió exporitar y ©n el mundo
hallaba comprador, y aun puede añadirse en el haber de la Ma-
rina mercante nacional, por lo que a ese período miemorable con-
ciernfe, la incorporacáón a la economía piaitria de los millones de-
vengandos en el ^rvdcio d© necesidadles extranjeras sin mengua
del de las nacionales.
En la relación aneja se establee© la cuenta die los diversos
navieros inscritos en loe registros del Comibé d© Tráfico Maríti-
mo. De ese estado se dfesprendie qu© eran 349 los navieros regis-
tradioe, y que de ©Ut» 270, por no haber prestado sus buque»
servicio alguno directo, no acreditaban qwébramtos^ pero de-
fbían con)trib)uiír a inldlemnizar los suifridos por los demás con
7.270.197,89; qu© otros 49 n)avi©ros hiabían suírido quebrantos
por valor d© 14.601.255,98, pero tenían que oontribuár al fondo-
común con 33u766.335,62, y qu© 30 navá«iro9,finaílmeinibe,ade-
míáa del quebranto directo de 60.800.669,77, tenían qu© pechar
350 NUESTRO TIEMPO

oon él indireofco por dierramaa de 34.365.392,24. Los salidos se


esfcabliecíaní, en resumen, de este modo:

NBviar»!. Qnebr«ntna. Derrama*. Paldsi.

270 " 7J270J197,89 — 7£70.197,89


49 14.601J255,98 33/r66.335,62 — 19.165.079,64
'30 60.'80O.669/r7 (34J36i6.39l2,24 ;+ 2651435,277,53
— , — : — f — ( — , ^ ^ .

349 75.401.925,T5 75.401.1925,75 O

Se ha dtesbarraido muoho al eíplTwar o pretendier explicar esa


diferente posición de los navieroB en esa cuenta, diesdie los que
presentan a dos qtne tíeiien saildo acreedlor como gente codicicea
que iba a axjuellos tráificos forzosos para emriquieoerse, hasta
los quie, por el contrario, acusBín a los navieros dé los dos pri-
meros girupos de haber desertado dtel servicio de la economía
nacional. Es claro que no podía dejar de producárse aJiguma
quie otra nota dje cosa tan hiumaana como el egoísmo; como tam-
poco faltaron en esa aatiuación notas ddicad'as dJe sacrificio por
parte dé algunos; pero pocas veces se habrá desenvuelto con
igual espíritu dé solidaridaid una obra colectiva dé intereses, a
la quie .unos contribuían con pesetas y otros oon servicios y otros
con servicios y con pesetas, pero en la que era preciso contar
también con el faictor objetivo del servicio mismo pana la dis-
tribución de tales saciriflcioa. Armador quie sólo tenía uno o
dos barcos y especializados en un servicio d»telrminadd, habría
quedado arruánaido si se le hubiera sometido a prestar por sí
los ofidalea Vapores die oaniaicteríaticas económicas incompati-
bles con la navegación de altura, habrían sido en ésta tan per-
judiciailies para los armadores como para el servicio mismo.
El hecho es que, urna vez praotícada esa liquidación, eü Es-
tado resultaiba deudor de inidiemjiizaciones por valor de los in-
dicados 75 millones de pesetas, y como era totalmente imposi-
ble constítraár ese fondb comiún que a escote habían formado
i<»i armadores para liberar aH Tesoro de esa carga, di Estadb,
como veiidadéro deudor y peeponaaMe sdbsidSario debió levan-
OBÓNICA OENERAI. 351

tarla, renunciando a todas las derraimais y satisfaciendo de un»


vez o en varios plazos los quehraatos y hacieodk) IIOTKW a aque-
lla rortiimda disposición d)e las Cortes con d Eey que al prin-
cipio de este eetoidiio quieda reproducidla.

La sohición Cambó.

Después dle TMia larga y penosa peregrinación por los despa-


chos ministeriaJlies en busca die una solución cpe todos juzgaban
precisa, que algunos además ofrecían, pero que nadie daba, se
logró quie el Gobierno ooniatituiído en Aigosto dle 1921 dJeliberase
sobre el paaticuiair, y llegara len las postrimierías dle su vida, en
Febrero o Marzo die 1922, >a la redacción de xai proyecto d© Ijey
que ni sáquáiera tuvo tiempo aquel Gabinete de leer ante las
Cortes. La solución propuieata en aquel proyecto, firmado por
el Sr. Cambó como ministro die Haciendia, era dé verdadero
oportunismo. Eeconociéndose en el preáanlbulo la obligación áe
indteminiziar, limitaba, sin embargo, su cumplimiento a los saldos
acreedores, y aun eso lo palgiaiba por cuenta db los navieros mis-
mos mediante un araticipo que haibía dle reintegrajrse por éstos
con un arbitrio anuía, a razón de 2 pesetas piara los buques de
vapor y de 0,50 para los de vela por tonelada dte registro bruto,
y limitado a los que alcanzasen ouaíndo míenos 125 toneladas. Es
decir quie, con arreglo a ese proyecto de Ley, 270 navieros se
hubieran visto libres de pagiar las derramas die 7.270.197 pe-
setas; 49 hubieran dejado de pagar las 33.766.335 de sus de-
rramas, pero dejando de percdbir las 14.601.255 dfe sus quebran-
tos, y los otiTos 30, finalmente, reconocidamente quebraaiftados en
sus intereses por más dte 60 millones, sólo percibirían unos 26 y
medio, y todos quedarían sometidlos a laquid aibitrio anual de
las dos pesetas o de los cincuenta céntimos por tonelada, verda-
dero derecho diferenoial dte ibajritdera... al revés, puesto que de
él quedarían exentos los buqfues extranjeros que vinieran a ha-
cer la competiencia a ios nacionales.
352 NUESTRO TIEMPO

I*u<ís a pesar de ser tan parcx> en las cono^ones aquél pro-


yecto de Ley, el mkiástro dte Hacienda que suicedáó al Sr. Cam-
bó ni siquiera se atrevió a suscriHilo, dándose él oaso realmente
nuevo de que al leerlo en la tribuna del Congreso, 1© dejara la
firma del autor, como si la responsabilidad no se asumiiera al
presentarlo a las Cortes. Esa singularísima manera de presen-
tarlo prejuzgaba la suerte q/uie el proyecto había de correr.

ün dictamen de mayoría.

Al examinarlo la Comisión permanente de Haciendia diel Con-


gi'eso dfe los Diputados, en las varias sesiones que al asunto
consagró, se dibujaron concretamente dos tendencias, una de
mayoría favorable a la intervemción deil Estado en la solución»
y otra de minoría, partidaria de d:ejar que el sistema estableci-
do y apilioaido a los primeros períodos se diesenvolviera por st
mismo, apelándose al procedimiento de apremio ipara que aquel
fondo común de indlemnizacáones se nutriera con las derramas
liquidadas y con cargo a él se pagaran los quebrantos suifiidos
e igualmente liquidados. Pero en la nDayoTÍa partidaria die una
intervención legislativa no hubo nunca unanimidlad sobre el ca-
rácter ni sobre la forma die tal intervencióai. Quien opinaba,
de acuerdo oon al'guinas indicaciones del preámbulo del proyec-
to de Ley, que el Estado debería recoger la obliígación de in-
demnizar, derivada de las leyes de Subsistencias y que no se
podía considerar cancelada por el endoso forzoso a los propios
navieros; quien sostenía que, no a título de indemnización, pues-
to que se había asentido (!) a aqiuel sistema de ipagarla a expen-
sas de la coleotividad misma que autfiría el quebranto, pero sí
a modo de auixiHo a la industria en su actual crisis, debía pa-
gar el Estado, y qmen, finaümeiute, ni convencádb de que el re-
parto de 26 ni dte 75 millones en unos cuantos años, entre 30 O
79 navieros, pudiera ser auxilio estimable en crisis como la que
se presenciaba, ni dispuesto a romper lanzas coantramn amibiente
OHÓSTICA GENEKAL 353

rabiosamente lioetál al iprincipio jurídico y al criterio honrado


de la indemnización, adoptaba el término medio ecléctico del
proyecto de Ley sin otro alcance que el dfe acabar con una si-
tuación enojosa para la Marina mercante y liquidar definitiva-
mente una desdidiada aventura del intervencionismo del Estado.
En cuanto ai modo de servir eSte criterio de liquidación, se
repugnaba por todos el anticipo reinitegrable, y por los más todo
desembolso directo e inmediato del Tesoro, así como unánime-
mente se reconocía la improcedtencia de gravar a la propia Ma-
rina mercante con un impuesto sobre el tonelaje que, como se
ha dicho, al ipesar sólo sobre la nacional, agravaría su situiación
en la competencia desenfrenadla de la extranjera. Con el siste-
ma del proyecto de Ley, habríase tardado más de cuarenta años
en reunir la cantidad precisa para pagar aquellos saldos acree-
dores, o para reintegrar al Tesoro la cantidad que con tal ob-
jeto anticipara, con lo cual claramiente se advierte que lo do
reintegraible no habría sido más que un piadoso eufemismo,
como respecto de otros anticipos dtíl Estado.
Al fin de muchas deliberaciones y de muchos apremios, se
llegó en 8 ée Junio d¡e 1922 a un diobamen de mayoría en el cual
se suprimía el anticipo reintegrable y se suistituía el impuesto
sobre el tonelaje de registro propuesto por el ministro con un
recargo de dos décimas sobre las tarifas a la sazón vigentes del
impuesto de transporte marítimo; pero se acentuaba, en cuanto
al fondo jurídico de la resolución, el edecticismo de la iniciati-
va ministerial desde el momento en que se dejaba vivo d cré-
dito por derramas contra las Empresas con saMos deuidores, sin
que lo que por tal concepto se ingresara ¡sirviera para pagar a
lus actreedioras desgravando el recargo tributario, sino que se lo
quedaba el Tesoro como si la deuda hulbiera sido contraída con
él. A las Emjpresas con saldo acreedor, aidemás, se les recono-
cía el derecho die un interés del 5 por 100 anual sobre su crédito
y a partir dle la fecha en que el dictamen quedara convertido en
Ley. Es decár, que paanecía, de una iparte, que el Estado asumía
para sí la oMigación de indiemnizar, iniduso con intereses de de-
mora, respondiendo a la Ley en virtud de la cual se había in-
ferida d quebrambo a la p«)(piediad privada; peiro, por otra par-
354 JÍÜBSTKO TIElfFO

te, rechazaba tal obligación desde el momento en que dejaba


viva la de pagar las derramas para todos aquellos navieros en
cuya contabilidad superaba d importe de óátas al de los que-
brantos. Por esto presenté yo voto particular en el sentido de
que se dieran por cancelados todos los débitos y por dtefinitiva-
mente liquidado aquel llamentalbl© eipisodio dfe intervencionismo
del Estado tan pronto como los acreedores quedaran satisfechos
y con lo cual no se restablecía el principio justo d^ la indemni-
zación, pero no se le agraviaiba con aquella desiguiaildad de in-
demnizar a unos por cuenta del Tesoro y de quedarse éste con
lo que los otros pagaran.
El criterio hostil dte todos los gmiipoa de la izquierda en la
Comisión de Hacienda y ©n la de Pnesuipuiestos, aunque no im-
pidió aquiél 'dictaanen de mayoría, impidió sí su discusión por
falta de resolución en él Gobierno para afronitar aquella ene-
miga, a pesar dte su fundamento exclusivamente pasional, y
las Cortes se cerraron, y algunos meses después se disolvieron
sin haber deliberado sotore la propuesta dé] Gobierno soane-
tida a tantas vicisitudtes. Es decir, <ju)e cuando en todas las
naciones marítimas del munido, incluso las más modestas, se
hacían los mayores esfuerzos por ayudar a la Marina mer-
cante a salir de la crisis universal qufe la afligía, aquí ni si-
quiera nos decidíamos a liquidar los agravios y los daños que
por la propia iniciativa dé los Gobiernos dé la nación se le
habían inferido.

El Real decreto da menos que aquel


^ proyecto y aquel dictamen, yero li-
quida una cuestión enojosa.

He ah/í la situación a que vino a poner término el Eeal De-


creto de 18 de Diciembre pasado, acogiendo la propuesta que
por los navieiios se había elevado al anterior Gobierno en 26
de Junio del propio pasado año y que resulta para ellos mu-
CBÓNICA GENEKAIi 355

cho menos f avoralMe que el iproyecto del Sr. CWnbló y que el dic-
tamen de mayoría que queda reseñado, aunque es claro que se
aparta del criterio de hostilidad en que se inapiraban las mino-
rías die aquellas Cortes.
Por el aiPtículo primero del Real decreto se orea un graTa-
men sobre el tráfico marítimo que realicen en puertos españo-
les todos los buques, nacionales o extranijeroe, ouyo producto
se destina a pagar aquellos quebrantos. Por el artículo segun-
do se fija ese gravamen en estos términiosí
Pasajeros.—¡Cabotaje nacional, diez céntimos por cada uno;
Tráfico con Canarias, Gran Calbotaje y Altuna, dos pesetas por
pasajero.
Mercancías-—Caboitaje nacional, 0,25 por tonelalda en los
cargamentos a granel, ó 0,05 por bulto que pese hasta 200 ki-
los, computándose por fracciones de 200 kilos en los que ex-
cedan de este peso. Gran cabotaije, 0,35 ó 0,007 en las mismas
condiciones, y Altura, 0,50 y 0,10 tamibién a tenor d© lo dicho
para el cabotaje nacional.
Por el artículo tercero se recuerda lo usuial en equivalencia
entre peso y volumen, cuando el flete se ajusta por éste y no
por aquél, y el artículo cuarto dispone textraalmenlte lo que
sigue: Este gravamen será siem/pre de cuenta del huque, sin
que jnteda servir de pretexto para awnento de fletes ni de pr*'
do de pasaje.
Con él producto del impuesto se pagará por trimestres, en
primer término, los saldos acreedores dIe que se viene hacien-
do raencián, a prorrata de su crédito entre los respectivos na-
vieros, y una vez liquidados esos saldos, entre tod(» log que
acrediten quebrantos, también a prorrata, desapareciendo el
Mntpuesto tan pronto como se haya llegado a la liquidación
total.
Es decir, que desaparece el anticipo reintegrable que se acor-
dió proponer a las Cortes por un Gobierno en d que era mi-
nistro db Marina el Sr. Marqués de Cortina, y que desapare-
cen igualmente los intereses de demora, y que no se grava el
tráfico marítimo en las personas o en las cosas que sean obje-
to de él, como de hecho acontece con el impuesto dé transpor-
356 mxESTBo TOSUPO

te que siempre se computa en su precio. Los navienos van a


ser indemnizados con un impuesto que pagarán ellos mismos
y que terminantementie se les prohibe qu© endosen ai flete o
al pasaje.
Ello significa que los navieros perjudicados por aquella in-
terviención del Estado en aras del interés general se resignan
a qu© no les indemnice el Estado, como por Ley se estalblecdó,
y se someten de nnievo al régimen de las derramas qu© sirvió
para pagar los primeros cincuenta millones die talles indem-
nizaciones, sin más que estas diferencias qu© nadie podtá en
justicia censurar: primera, qu© en vez de pagarse las derra-
mas inmediatamente y en razón diel tonelaje qu© se posee, en
aotividad o amarrado, se pagarán en función del transporte
qu© se haga, d© la aictividad mercantil qu© se desarroU© y en
todo el tiempo que sea menester, y segunda, qu© no se trata
de un gravamen diferencial en daño dte la marina española,^
sino qu© pesará sobre todas las que hagan los tráficos de Es-
paña o para Españía.
Es, pules, evidente que lo qu© los navieros propusieron en
26 de Junio y lo qu© el Directorio Militar ha acordado y de-
cretado en 18 de Diciemibre último es mucho míenos favora-
ble para los intereses particulares d© los propios navieros que
lo que un Gobierno acordó y que lo que la mayoría db las pe-
núltimas Cortes propusiera ©omo solución y término de un
dieplorabl© problema creadb por ©1 intervencionismo del Es-
tado durante la guerra. La Ley mandó indemnizar, e indem-
niziar en plazo perenterio, los dtóos que con las incautaciones
por interés público caiusara. Eleváronse los daños a 126 millo-
nes de pesetas, y los perjudicados se reágaaron a pagárselas
poír sí mismos los unos a los otros, y, en ©fecto, por ese sistema
liquidaron cincuenta millones, y dle hecho se resignan a liqui-
dar del mismo modo loe 76 millones pendientes, ya qu© el fon-
do para pagar los qufiibrantos, en ©1 tiempo qu© sea menester,
se ba de nuitrir con vn impuesto qu© no pueden endosar al
transporte, sino que han dle deducir, como carga financiera, de
los beneficios brultos qiue el transporte les produzca, o qu© car-
. gar al negocio cuiandlo el flete no consienta tañes ibeneficios.
CKÓNIOA GBNKKAL 357

i Dónde está el egoísmo codicioso de ios navieros? ¿Itónde la


complacencia con que el G<*bierno les ha sacrificado el interés
público? Sólo en la fantasía de los maldicientes y en ei me-
nosprecio insensato o en el odio inoonoebSlble de la que se ha
llamado den veces "mentalidad de tierra adentro", contra todo
lo que se relaciona oon la Marina y ángularmenlfce con la Ma-
rina mercante, a pesar de que merced a ella prado ser España
durante los años pavorosos d!e la guerra la única nación eu-
ropea que conservó y aumentó un general bienestar eoonómico.

SALVADOR CANALS.
CUADRO ANEJO os

00

ARMADORES Derramas Quebrantos Acreedores Deudores

Altos Hornos de Vizcaya 1.652.810,62 373.674,22 1.275.236,40


2. Amaya, Compañía Naviera 80.219,65 319.971,99 239.762,34
3. Ampuero, Zubiria y Compañía 37.939,95 60.663,18 12.723,23
4. Astilleros Eraso 31.920,06 3.880,80 28.039,26
5. Auxiliar Marítima, S. A 601.322,51 208.193,77 393.128,74
6, Bachí, Compañía Naviera 956.574,60 1.301.346,46 344.771,86
7. Ballesteros, Compañía Marítima... 582.865,36 635.862,52 » 47.012,84
8. Barcelonesa de Navegación 886.050,07 960.584,46 74.534,39 »
9. Bengolés, Compañía de Navegación. 901.592,54 374.590,21 o
527.002,33
10. Bermeo, Compañía Naviera 216.836,34 173.912,29 » 41,924,05 ti
U. Bidasoa, Compañía Naviera 60.843,46 229.301,26 178.467,79 »
12. Bilbaína de Navegación 216.593,73 29.027,78 187.565,96
13. Bilbao, Compañía Marítima 586.698,81 540.617,69 46.081,22
14. Bueno, Matutano, Tabernero 16.841,16 1.673,78 15.167,37
15. Castroalem (Compañía del vapor).. 216.322,38 23.412 192.910,38
16. Deza (Hijos de Francisco) 199.305,25 153.030,20 46.276,06
17. Elcano, Sociedad Naviera 1.926.608,63 963.254,13 962.354,50
18. El Pilar, Compañía Marítima 99.857,61 5.146,13 94,711,48
19. Euskalduna, Compañía Marítima.. 19.900,89 47.165,56 27.264,67
20. Euskera, Compañía Naviera 585.424,72 964.422,76 368.998,03
21. Fábregas y Garcías 656.260,39 1.542.982,90 887.722,61
22. Ferreirós (D. Rogelio) 120,068,89 20.612,48 » 99.646,40
23. Q-arrigós e Hijos (D. José) 419.358,16 438.670,55 19.312,39
24. General d© Navegación, Compañía. 577.706,44 79.176,02 498.629,42
26. Gironella (Hijos de Enrique) 372.181,28 50.811,60 321.369,68
26. González Garra (Wenceslao) 804.429,68 9^9.3^0,20 184.930,62
42L. 1=
2.119.807,46 1.390.485,59 729.321,86
28. Guipuzooana, Compañía Naviera..
40.319,44 2,191,28 38.128,16
29. Gutiérrez Otero. 291.075,98
30] Fierro, Compañía Naviera 366.203,82 75.127,84
3.935,74 2.270,66 1.665,02
3li Freixas (D. Enrique) 13.900,09
32. Interinsulares Canarios, Compañía. 59.951,04 46.050,95
857.897,57 263.318,86 594,578,71
33. Iturri, Compañía Naviera 17,957,57
34] Itxaso, Compañía Naviera 21.431,81 3.474,24
1.562.623,63 677.222,72 885.300,91
35* La Blanca, Compañía Naviera 61.437,29
83.495,69 22.058,40
36. La Previsión Naval 106.260,48
112.234,22 5.983,74
37. Linatti (D. Alejandro) ^ »
1.669,88 3.682,72 2.012,84
38! Lizasoain (Hijos de Joaquín) 203.698,28
295.906,13 92.207,86
39! Llusa y R- Masiá, Vda. de 11.088 7,431,25
40. Martínez Peiró, D. Benito 18.619,25
1.441,23 2.608,28 1.167,05 »
41. Moriyón, D. Antonio 169.874,14
42. Mambrú, D. Domingo, S. A 817.546,36
647.672,52
43. Mundaoa, Compañía Naviera
44. Nervión, Compañía Marítima del...
1.336.989,74
3.336.949,20
189.180,42
1.485411,61
1.445.861,13
212.117,88
149.421,87

22.937,46 1.891.088,07
I
45. Noguera Plá, José Antonio
46. Otegui, D. Santiago 19.561,72 9.966,67 » e
1.355.430,77 2.399.339,65 1.043.908,88
47. Pérez, D. Ángel P 10.560 7.813,32
48. Pérez Iglesias 2.746,68 9.696,06
150498,30 75.892,80 »
49. Pesca y Navegación 7.565.081,42 4.117.917,88
3.447,163,64
50. Pinillos, Izquierdo y Compañía 2.119,77 488,21
1.631,56 74.605,60
61. Puig y Escalas 31.356,25 > 49.769,17
81.116,42
52. llamos (Hijos de llamón A.) 48.814,90 48.224,98
53. Rezóla (Hijos de J . M.) 97 039,88
30.775,93 61.898,80 31.122,87
54. Rueda, D. Domingo 1.794.368,53 728.894,06
55. Serra (Línea de Vapores). •• • 1.065.474,48
205.354,09 153.801,35 51,642,74
56. Sevillana de Navegación a vapor... 17.735.363,79 8,400.655,17
9.334.808,62
57. Sota y Aznar, Compañía Naviera., 79.984,40 497.439,96
677,424,36
58. Tabacos Filipinos, Compañía gene 09
ral de • 240.863,49 2,360.438,10
2.601,291,69
59. Tayá, Hijos de José, S. en O
^ • 1
ARMADORES Oerramis Quebrantos Acreedores Deudores

144.963,46 4.464,80 140.488,66


6 1 . Trasatlántica 1.950.847,44 6.296.965,79 4.346.118,35
6.948.611,11 3.241.969,99 » 3.706.661,12
63. Trillo, Galiano y del Valle 3.441,62 10.346,95 6.904,33
64. Unión, 0. A. Marítima 3.294.817,85 4.030.356,12 736.537,27 »
15.726,32 2.482,40 » 13.243,92
252.230,70 468.904,94 216.674,24
450.796,91 530.240,86 79.443,95 »
68.
69.
Urquijo y Uompañia, D. José María.
Vasco-Asturiana, C* de Navegación.
2.006.378,97
1.190.841,64
3.764.292,32 1,767.913,35
656.468,60 »
»
534.373,04 i
70. Vasco-Cantábrica de Navegación... 928.872,59 1.307.266,80 »
71. Vascongada (Compañía Naviera)... 2.328.399,55 1.321.003,82 378.393,21 1.007.396,73
713.422,77 649.431,76 63.991,02
73. Vizcaya, Compañía de Navegación. 246,750,93 212.921,06 33.829,88
17.193,13 6.841,12 10.352,01
4.153.100,19 6.106.288,69 1.952.188,50 »
76. Zallide y Zulaica 48.105,80 8.582,71 39.523.09
26.152,69 8.266,08 > 17.896,61
266.468,73 95 585,60 » 160.883,23
83.181,91 4.747,38 78.434,53
7.270.197,89 > > 7.270.197,89
75.401.925,75 75.401.926,75 26.435.227,53 26.436.227,53
Crónica financiera

MISCELÁNEA ESTADÍSTICA

Durante el mea d© Febrero los valores nominailes movidos en


la Bolsa de Madrid' se cifran: para los d© Deiud'a del Estado
en pesetas 23.843.400; para lias cédulas hipotecarias en 4.050.500
y para obliigaciones de ferirooarrilea en 4.210.00O pesetas.
Las cantidades viendidas en Btílsa dé las principales mone-
das extranjeras han sido las siguientes:

Petatai.

Francos... 11.945.000 al cambio medio de 34,77 = 4.153.276,50


Liras 2.0O5.0O0 — — 34,17 = 685.108,50
Libras es-
terlinas. 95.078 — — 34,18 == 3.249.766.04
Dólliairg... 234.000 — — 7,84 = 1.824.560

Total 9.912.711,04
362 NUESTRO TIEMPO

Para el camibio oficial del oro en el mes de Marzo se exoedte el


entero 51.

* * *

Comercio Internacional de 1923 en millones de la respectiva


moneda.

1928

-r,,, . _ , _ ílmportaciióln.... 12.563


Belgica-LuxemibiiTigo. Francos...L ^ ., „ „„„
^ ^ |Exportación 8.889

BaMo — 3.674

Bl considerable déficit de la balanza se explica por la falta


dé entregas alemanas de carbón. En ppodtKjfcos industriales,
Bélgica tiene en 1923 una exportación dé 5.370 miiUones con-
tra una importación dte sólo 3.510. El dato es elocuente y nuuy
halagüeño para el trabajo belga.

r^ . ^ (Imiportacióni.... 1.136
buecia. Coronas 1^ '• , ., i o.n
|Export.acalón.... 1.342
Saldo + 206

La corona sueca tenía en el pasado mes ide Enero un valor


promedio de francos 5,87 equivalentes entonces a pesetas 2,05.

^ _^ , . „ (Importación 10.129
Clieco-Eslovaquia. Coronas { ., ^^^-.o
^ jExportación 12.518

S(ddo + 2.389
CRÓNIOA FINANCIEHA 363

Alemania y Austria son los grandles proveedores y clientes


de Checo-'Eslovaqiaia, absorbiendo la primera el 41 por 100 de
las importaciones.

. ,, (Importación 6.069
Alemania. Marcos oro L ^ ., /.^«^
íExiportacion 6.064

ScMo — 5

Es muy initeresante la distribución d© €Ste comercio de Ale-


mania en las cinco categorías en que sus estadísticas clasifican
los productos. He aquí él valor de importaciones y exportacio-
nes en millones dfe marcos oro:

ImpoTtación. Exportación.

Animales vivos 32.542 3.122


Substancias alimenticias 1.203.725 131.367
Primeras materias 3.106.878 367.499
Semimanfufaoturais 806.016 362.670
Manufacturas acabadas 920.391 5.199.731

Destácase vigorosamente el hecho de que las manufacturas


acabadas, lo que más trabajo y mayor valor representa para
una economía, son el 85 por 100 de las exportaciones de Alema-
nia en el pasado año, a pesar de todas las vicisituidles.

T^ . ^ llimportacdón 29.536
Francia. Francos {^ ^ , ., oc oci
)Exportacajon 26.361

Saldo — 3.175

El mayor valor del comercio internacional de Francia en


1923 respecto del año precediente se cifra para las importacio-
nes en cerca dte 8.000 millones y en más die 8.000 para las ex-
portaciones.
d64 KUI»TRO TIEBEPO

T:^ ;- j TT -j -r» 11 ÍIraportajción 3,788


Estados ÜBidos. DoUars J„ , ., , ,„.
íExportacaon 4,164

S(ddo + 376

Los periódicos americanos más iponidieradios advierten que


no hay que ¡hacerse ilusiones sobre e^ia cifra (M saldo, pues es
más casual que otra cosa. El primeír semestre deil año pasado
se oerró con un saldo contrario de 140 millones de doilars. Si el
saldó se ha invertido en el segundo semestre hiatíta compensar
aquello y resulta favorable en 376 millones se debe a loa altos
precios del algodón y a las compras extraordinarias del Japón
por efecto dte los terremotos.
El oro entrado en los Estados Unidos en 1923 y aculniulado
a sus ya formidables reservas asciende a la cantidad die 298
millones de dolíais, oomtiía 238 en 1922.

* * *

T^- ^ (Importaciónu.... 1.973


Dinamarca. Coronas. J„ , ., . .^
lExpoírtjación 1.616
Saldo — 367

PROGRESO DB LA FABRICACIÓN DE MAQUINARIA EN FRANCIA

El siguiente estado otfpece el total de maquinaria (miáquinas


y piezas para las mismas) impoitad'as y exportadas en Fran-
cia en el último año de la pr^ueirra, y en 1922 y 1923. lias d-
fjfls represenían kilos, para que la «xaotitud! dé la compaira-
CRÓNICA riNAlíCtEEA 36&

ción sea mayor, por la variación de los YSilores de un aüo i>ara


otro y dente) de cada año:
Importaciones. ExpOTtaciones.

1913 300.098.600 231.557.600


1922 273.724.300 275.156.500
1923 246.805.100 451.093.000
El progreso, como se vie, de la industria de maquinaria es
enonne, dado el desarrollo dfe la exportación y la disminución
de las importaciones, pues como coincide con esta disminución
el diesarrollo de las industrias todas, es evidente <ju)e fetas lian
sustituido la maquinaria importada por otra elaborada en el
país.
Los valores promedio por kilo registrados en las estadísti-
cas oficiales han sido los siguientes, en fraaioos:
A la im- A la ex-
portación, portación.

1913 1,39 1,12


1922 4,31 3,96
1923 5,18 3,69

Esta evolución d© los valores y la diferencia entre el que re-


sulta para la importación y para la exportación, respectiva-
mente, sugieren muchas reflexiones que no caben en estas notas.

PRODUCCIÓN SIDERÚRGICA DE FRANCIA EN 1 9 2 3 COMPARADA


CON 1922 T 1913, EN TONELADAS:

Fandición
de hierro. Acero.

1913 5.207.000 4.687.000


1922 5.128.608 4.471.275
1923 5.299.581 4.976.869
1.867.100 1.563.059

3.432.481 3.413.810
366 NtJBSTBO TIEMPO

Es decir que, prescindiendo de la Lorena, aún no ha alcan-


zado Francia la producción siderúrgica de la preguerra.

SINrESTROS MARÍTIMOS EN 1923

Según las estaidiístiaas de la Asociación de Aseguradores de


Liverpool, el total die taquies pierdidos en 1923 ascieiid» a 222,
con un tonelaje bruito total de 489.358, contra 216 unidades y
407.756 toneladas brutas en 1922 y 282 y 479.119 en 1921.
En las partidas de 1923 corresponden a Inigüaterra 54 bar-
coa y 144.748 toneladas; a los Estados Unidos, 48 y 90.154; al
Japón, 20 y 48.681. El resto hasta log totales dichos se reparte
entre todas las diemás nadon^.

* « *

Producción de papel para periódicos en 1923, según estadís-


tica alemana:

Estados Unidos 2.000.000 toneladas.


Canadá 1.300.000 —
Alemania 580.000 —
Inglaterra 300.000 —
Checo-Esloraquia 220.000 —
Suecia 210.000 —
Austria 180.000 —
Finlandia 160.000 —
Francia 150JD00 —
Bélgica 150.000 —
Nonueiga 120.000 —
BOLSA DE MADRID
Cotizaciones por ciento en Febrero de 1924.
VALORES Y KOMINAIi Apertura. Cierre. Háiima. Kinima.

Deuda Perpt. intr., a l 4 . . 500 70,75 71,30 71,50 70,76


» » extr., al 4.. ; .000 86,75 87,75 S7,75 86
» Amortizable, al 4.. 500 89 90,60 91 88,75
> » alB.. 500 95,75 95,30 96,26 94,80
. (1917), al 5.. 500 96 95,15 96,25 94.80
Bonos del Tesoro, alB.. BOO 101 101
Canal de Isabel I I , al 4.. 500 98,75 98,75
Caja de emisiones, al 5.. 500 85,50 85,50
Empréstito mejoras urba-
nas de Madrid, al B'6.. BOO 92 94 94 92
Cédulas hipotecarias, al 4. 500 90,16 89,60 92 89,50
» » al 6. 500 101,40 100,90 101,40 100,90
» » al 6. 500 108 108,50 107,90 108,50
Banco España, Acciones. BOO 654 660 661 664
Id. id. Bonos . . . 500 357 359 359 357
Id.Hipotecario, Acciones. 500 272 283 283 272
Id. Hispano Americano, id. 500 160 156 160 156
Id.Español de Crédito, id. 250 148 148 160 148
Tabacalera, id 500 243 248 250 243
Explosivos id 100 351 368 358 351
Azucarera preferentes, i d. 500 71 79 79 71
» ordinarias, id. 600 27 30,25 30,25 27
Unión Alcoholera, id 500 94,50 94,75 94,75 94,50
Norte, id 475 65,05 66,31 66,62 64,63
M. Z. A., id 47B 63,01 65,91 65,91 63,01
Andaluces, id 500 57,05 57,05
OBLIGACIONES
M. Z. A, , a l 3 47B 60 60,50 60,50 60
al4, D 500 70,50 71,25 71,25 70,50
al4'5, E 600 77,50 77,65 77,66 77,50
alB, F 500 87,80 87,50 88,16 87,50
al 6, G. 500 100,75 101,40 101,60 100,75
Norte, al 3 , 1 . " serie 500 66,45 66 66,45 66,50
. al 3,2." . 600 64,75 64,35 64,76 64,35
. al 3,3.» . 600 64,25 64,60 64,60 64,26
» al 3,4.» . 500 64 64
» al 3, 6.* » 600 63,26 65,50 65,50 63,25
Andaluces, al 3, Córdoba
Málaga 476 84,26 84,25
VALOBES Y NOMINAL Apertura. Cierre. Máxima. Vinima.

Andaluces, al 3'6, fijo.. . . 300 50 50


ídem, al 4'6, Bobadilla.,. 500 75 76 76 75
ídem, al 5,1918 500 78,65 78,65 78,66 78,63
ídem, al 6, 1921 500 80,26 80,26 80,25 80,26
Central de Aragón, al 4 . . 500 79 79
Metropolitano A l f o n s o
X I I Í , Madrid, a l 6 . . . . 500 92,60 93 93 92,50
Id. id., al 6 500 106,60 106,60 106,50 106,60
Trasatlántica, 1910, al 4. 500 93,26 93,25
1913, al 5. 500
1920, al 6. 500 100,76 101,75 101,75 100,75
1922, al 6. 500 106,25 107 107 105,26
Constructora Naval, 1913,
al 5 500 98 98 98 98
Id. ÍH., 1920, al 6 600 97,76 97,76 97,76 97,75
Id. ídl, bonos, 1916, al 6. 600 97,50 97,75 97,75 97,60
Id. id., » 1917, al 6. 600 97,60 97,50 97,50 97,50
Id. id., . 1921, al 6. 500 97,60 97,75 97,76 97,50
Altos H."" Vizcaya, al 6. 600 9i 94
al 6. 600 101 101
Transmediterránea, al 6. 600 93 93,50 93,60 93
Riegos de Levante, al 6, 500 93 93 93 93
Hidroeléctrica-Chorro, al
6, 1920 600 98,50 98,50 98,50 98,50
Hidroeléctrica S a n t i l l a -
na, al 6 500 86 86 86 86
Mengemor, 1919, al 6 . . . . 600 100,25 100,66 100,65 100,26
Unión Eléctrica Madrile-
ña, 1913, al 6 500 99,60 102 102 99,60
H. A. de Electricidad,
al 6 500 101,75 101,26 101,75 101,26
Hidroeléctrica Española,
al 6 500 96 100,60 100,60 96
CAMBIO BN PESETAS
100 francos franceses 37,04 33,20 37,04 32,53
100 » belgas 32,20 28,75 32,26 27,10
100 » suizos 136,60 137,50 137,60 136,50
100 liras 34 34,05 34,35 34
Una libra esterlina 33,78 34,10 34,65 33,69
Un doUar 7,86 7,91 7,91 7,77
Bolsa de Londres

29 Febrero 1924.

La simple vista die los cuadros que siguen demuestra lo preca-


rio dfe la situación económioa dIe Europa, y qu© la parte aleatoña
de todios los negocios es miás decisiva en estos momentos que el
-oállcuio y la previsión. La enunciación basta,. Podrán concertarse
plazos para €4 pago, y dado será al diendor o al acreedor cubrirse;
pero el uno y el otro, o quiienes les sucedieireni, quedará siempre
expuesto uno de ellos a la oscilación exagerada dtel medio de
oamlbk), que en último término significa afpartamiento de la tran-
saoión justa y que entregue más de lo que debería dentro de la
normialidad. Las ventajas, a veces tan decantadas, de la baja del
cambio, como equivalente a dierecbog protectores, que en cierta
irnaaiera lo son (de .ulna manera inconsciente), no aprovechan ya a
país alguno; lian traspasadlo el iímiite proteccionista y no son
otra cosa que remoras que ahuyentan las esperanzas de mejora.
Berlín y Paros, que eran antes de la guerra oenitros dé cambio
en cierta manera sulbsidiarios dtd de Londres, pero de grande
importancia, han dejado de funicionar como tales. Berna y Ho-
landa, ouyas monedas conservan fijeza notable, no cuentan con
la extensión die comercio y dé actividiad banoaria indiapenaable
para llenar el vacío. Niuieva York empieza a competir con Lon-
dlrea, y tiene el oro, qu© entrega sin traba alguna, mas carece
aún de la práctica requierida para «ata fundón, aun cuando, de
370 NtlESTKO TIEMPO

continuar las cosas «n su estado actual, no tardlairá, seguraanente^


en adquirirla.
Por ©1 momento, sin embargo, sigue Londres siendo ed centara
del interoambdo monetario para la mayor píurte del mundo. Lo
consiguie por precauoiones saibias, de carácter esenciaimente <ÁT-
ouinstancial, quñ conviene exponer a fin de formar idiea exacta,
de los problemas <jue bafbrán de planteare en lo futuro.
Anbes de la guerra, como es de eoíbra sabido, él Bajaoo entre-
gaba £ 3-17-9 por onza de oro standard y camibiaba sus billetCB
por este metal sin restricción alguna a razón de í 3-17-10 i^.
No existía la prohibición de exportarlo sin licencia previa, y la
afirmación d© que Londires era mercado libre tenía plena de-
mostración en la práctíca. Al ipresemte, el precio del oro, coti-
zado por on^a troy fino, quie entra en el país procedente die sus
territorios y colonias, vale Jo -que reprensenta el cambio del
dólax por Ubra, menos loe gastos insignifioantes de flete y de-
más e iatereses, y sui precio se fija a diario (excepto los saba-
dlos) por los Sres. N. M. Rothschild & Sons, en consulta coa
loe corredores, a las once y cuarto de la mañana.
El ejemplo de la operación aclarará toda duda que pudiera
suirgir.
Precio del oro para las fábricas de moneda en los Estados
Unidos, $ 20,67183.

X chelines = 1 onuía oro fino.


1 onza oro fino = $ 20,67183.
$ 4,35 % cotizfljción d)e f en Nueva York = 20 cbelinee.
20,67183 X 20
= 94 cheUíOes 11 peniques 532 milésimas.
4,35375

Se deducen siempre de este precio ios gastos antes expresa-


dos, y a veces se agrega al mismo una pequieña fracoión díe pe-
nique, cuand'o la demanda no procede de casas inglesas que
necesiitan remesar aro a los Estados Unidos.
Los produiotorea recSbem $ 20,67 por onza fino, después de
restar los gastos d© transporte a África y los qu© quedan apun-
OBÓNIOA FtNANOiBBA 371

tadoe. Hasta aquí, pu€s, el efecto conseguido no es otro que el


de fadlitar, por medio die Londres, la acuñaíción libre en Aimé-
rica del Norte. Ha de tenerse presente, no oblante, que está pro-
hibida la exportación dte la moneda y metal de oro, en todas
sus formas, sin el (permiso previo dfel Tesoro, que ha delegado
esta función en el Banco de Inglaterra; que el mismo Tesoro se
reserva el derecho dle adquirirlo, sin privilegio alguno, para sus
pagos por la deuda contraída con los Estados Unidos (consoli-
dada) ; y que la mayor 'parte de este metal precioso procede de
territorios bajo la influencia británica. El resulitado de todo
ello, habida cuenta de la eficacia de Londres como centro, es que
ia niiayoría de las monedas europeas dependen en cierta manera
dlel caanbio de la libra, y que sobre ésta influye, a su' vez, el cata-
clismo dfe las demias divisas. Ello explicará cómo, para la opi-
nión juiciosa, el problema más transcendental para Europia en-
tera es la estalbilidad de los oamibios, que después de todo, tanto
quiere dtecir como que todas las naciones procuren poner la casa
en orden y que se lea consienta el procurarlo, porque lo uno es
consecuencia de lo otro.

PRECIO DEL ORO-ONZA FINO EN FEBRERO

{Troy 12 en libra.)

COTIZACIÓN POE DÍAS EN CHEUNES T PENIQTXB5S


;•• I

Día L% 95-10 Día 11 95-10 Día 19 96-2


4..,, .. 95-1 12 .. 96-1 — 21 95-9
5 .. 95-9 13. ,, .. 95-8 — 22 95-8
6 , .. 95-9 14, , .. 96-2 — 25 95-8
7 ,,,. 95-4: 15. ,. ., 96 — 26 96
8 . 95-6 18 .. 96-2 ~ 27 96-3
m NtTESTfiO TIEMPO

MOVIMIENTO DEL COMERCIO HE ORO


{Estadística oficial de Aduanas. 24 Enero a W Febrero de 192^..)
IMPORTACIONES

PASTAS MONEDA TOTAL

PBODOBBNOIAS Sin reñnar Refinadas Con onrao Sin enrío


legal en el legal en
eto. en barras. Beino Uni- el Beino Iiibrai.
do. Unido.

7.900 3.858 » 11.758


85.682 » 85.682
Estados Unidos de
140 » 174 814
África inglesa del
248.712 2.963.320 3.212 032
í d e m id. del Oeste. 132.201 132.201
115 2.672 1.062 202 4.051
TOTAL valor decla-
424.750 2.969.850 1.062 376 3.396.038

EXPORTACIONES
DESTINO
Noruega 155 165
Dinamarca 750 750
Alemania 13.195 13.195
Holanda 262.887 17.885 280.272
Suiza 53.848 53.848
Egipto 300.000 800.000
Estados Unidos de
América 5.909.958 8.325 5.918.288
India Inglesa 662.975 127.077 790.062
Ceilán 500 500
Establecí m i e n t e s
del Estrecho... 35.432 876 86.808
Colonia Kenya 1.701 1.701
Costa de Oro 2.970 2.970
Otros países 2.806 326 2.631
TOTAL valor decla-
rado 6.907.811 483.689 8.701 7.400.201
Cambios por libra esterlina durante el mes de Febrero de 1924

PLAZA Par co-


Moneda. mercial. Día 8. Dia 18. Día 20. Día 27.

Nueva York Dollars... 4.86 «/s 4.29» 4.30 Vi 4.29 V2 4.29 Vi


Madrid Pesetas.. 26.22 V2 33.73 33.68 33.77 33.95
París Francos. 93 94.60 101.20 101.50
Bruselas.... > 105.20 110 120.26 117
Milán Liras 98 V, 98 V2 100 99 Vü
Berna Francos.. 24.71 VI 24.Í2 24.80 24.79
Atenas Dracmas. 240 248 258 250
Helsingfors. Marcos.. 172 170'/4 170 '/, 170 *U
Rig» Lats 22,10 22.05 22.15
838 750 22 14
Bucarest... Leis 840 805
Belgrado... Dinars... 362 353 340
680 550 336
Sofía Lev. . . 560 575
Amsterdam, Florines 12.107 II.48V2 11.49 11.52
19.20 b 11.51
Berlín Marcos . 20.43 18V,b 18Vjb. 19.20 b .
Varsovia. .. ídem.. .. 37 m. 36 m. 38 m .
300.000 38Vím.
Viena Coronas,. 24.02 300.000 300.000 300 000
Budapest... Lei 110 000 110.000 150.000 175 000
Praga Coronas.. 147'/s 148 148
148
Cristianía.. 18.159 32 32.10 32.45
16.43 32.55
Stocolmo,.. 16.38 16.40 27.10 16.44
Copenhague 26,45 27 27

Algunos valores del mes de Febrero.


VALORES Pai Dial DI» 27 Máa alto M&s bajo

Consola 2 V2 % . • •. Libra 100 57 56 Vi 57 56 V4


WarLoanSO/o.,.. 100 V4 100 Vs 100 «/g 100
China 5 "/o 1913 . . . 71 V2 72 Va 73 711/2
E g y p i Unified,.. 73 74 747, 78
Germán 3 0/0 1V.6 IVa IVs V»
I t a l i a n 3 V2 "/o • • • 20 % 20 21 20
Japón 6 0/0 1923 . . . 90% 901/2
Turkish Unified . . 18'/, 173/, 19 89 V*
Canadian Paciñe.. Peso 100 172 Va 171 172 '4 17»/,
Shell oil L. 1 4"/ie 171
Mexican E a g l e . . , . P . 10 71 18/9 20/, 4"/3,
RoyalDutch 100 florín. 89 87% 41 17/-
Río Tinto L. 5 31 33 7« 86 37 %
Tharsis L. 2 8'/ie 3 'V,6 4'/8 81
De Bersdefd L. 2.10/- 11'/8 12 % 12'/. 3»/.6
R a n d Minea . . . . 35/- 3V32 8V.6 3V4 11 Vs
Mex Mines El Oro. L 1
Aramayo Tranke..
Marcan Wirelers..
25 franco.
L. 1
4 "/16
4'/l6 r//f. 4'/8
4'/l6
4V3
8V16
4 7l6
4 Ve
Brit. American To- 891 89/- 87/-
bacco L. 1 104/e 108/-
103/6 104/,
374 NÜESTBO TIEMPO '

De loa 25 millones dé libras esterlinas reservadas para la emi-


3Íón del empréstito jiaiponés al 6 por 100, se destinaron 12 al can-
je, por converaióoi, dé las oMigaciones 414. El resto de 13 millo-
nes por subscripto a metálico y los pedidos ascendieron a libras
43 milUoiies.
Eli empréatáito atratriaco al 6 por 100 ha subido dfesdie 85 %
hasta 89.
Las acciones de cobre y lias de estaño han sido objeto de nray
activa oontraitaición como consecuencia dé la mejora de loa pre-
cios de estos metales.
índice alfabético de autores

BAUER (Ignacio).—Solidaridad espiritual hispanoamericana, 290.


BauK (LUIS)—Revista teatral, 156.
CANAL8 (Salvador).—Tánger, 101.
Las elecciones inglesa, 108.
" " Los decretos-leyes de Francia y la nivelación del
" (presupuesto en España, 243.
" " Reflexiones sobre política interior, 338.
" " Los quebrantos de la Marina naercante, 345.
GÓMEZ NúÑEZ (Severo).—¡Los comto'Ustilblee líquido», 263.
MARFIL (Mariano).—^La interesante experiencia del fajscis.mo italiano,
página 229.
OssoRio Y GALLARDO (Ángel).—En justicia y por la justicia, 5.
PARDO (Luis).—^La repoblación pisoícola y la pesca fluvial, 129.
SUBIRÁ (José).—Una obra de cultura (I), 23.
"VARIOS.—jRefvista de Revistas, 56, 187 y 308.
Revista Bibliográfica, 81, 211 y 328.
" Orónica financiera, 120, 263 y 361.
YANGUAS Y MESSÍA (José).—Wilson ante el derecho internacional, 257.
indios de materias. W

CIENCIAS
* Una obra de cultura (I), por José Subirá, 23.
Historia ecanómicíi de la colonizaición española, E., 56, 187, 203 y 314.
La senilidad normail y la patológica, ÍE., 74.
La despoblación en su aspecto médico legal, iE., 75.
Sobre la muerte del general Alvarez de Castro, E., 78.
El feminismo japonés, E., 195.
La enseñanza en Filipinas, E., 197.
Protección social del niño en España, E., 199.
Un viaje por la estepa central, E., 312.
La cuestión dé loe libros de texto, E., 320.

ARTES
Las analogías predil^tas de iSanta Teresa de Jesús, E., 60.
El último libro de Papini, E., 62.
Una gran poetisa chilena, E., 68.
Los jardines de Roma, E., 70.
Píarraciones misteriosas, N. B., 87.
Bajo la tapa comba..., N. B., 92.
La trampa del arenal, N. B., 94.
* Revista teatral, por Luis Brun, 156.
Maurice Barres, E., 201.
El sentimieiKto de tristeza en la literatura contemporánea), N. B., 211.
María Jesús, casada y mártir, N. B., 218.
Une ame de lumifíre, N. B., 328.

POLÍTICA
* En justicia y por la justicia, por Ángel Ossorio y Gallardo, 5.
Sobre el porvenir de la Sociedad de Naciones, E., 64.
Algo sobre la Rusia actual, E., 66.

(1) Iiog titnlol prooedidoi de •itariiooi son de artienlos originalea. ho» Beeoidoi
de nn» B . , estraotoe de revlstai y lo» leguidos de nna X. B., reviitai bibliogrAfioai.
ÍNDIOB 377

La Grecia de hoy, E., 72.


Ua aapecto olvid,a4o de la actuación de España y Francia en Marrue-
cos, N. B., 81.
Porvenir militar de Almería, N. B., 84.
Apuntes para una orientación de la política de España en Marrue-
cos, N. B. 85.
Los fundamento geográflco-económipos de la cuestión de la Alta Si-
lesia, N. B., 99.
* Tánger, por Salvador Clanals, 101.
* La crisis inglesa y la situación de Europa, por Salvador Ganáis, pá-
gina 108.
Para que Alemania pague, E., 189.
La opinión escandinava en los sucesos de Alemania, E., 191.
El centenario de la doctrina de Monroe, E., 193.
La sociedad de naciones britájnicas, E., 205.
La Iglesia como potencia, E., 209.
Francisco Silvela, N. B., 223.
* La interesante experieoioia del fascismo en Italia, por Mariano
Marfil, 225.
* Wilson ante el Dereicho initernacional, por José de Yanguas, 257.
* Solidaridad espiritual hispanoamericana, por el Dr. Ignacio Bauer,
página 290.
Masaryk, restaurador de la libertad checoeslovaca, E., 310.
* Reflexiones sobre la política interior, por Salvador Ganáis, 338.

HAGIETfDA
La crisis algodonra^, N. B., 87.
Crónica financiera, 120, 248 y 361.
* La repoblación piscícola y la pesca fluvial, por Luis Pardo, 129.
* Los decretos-leyes de Francia y la nivelación del presupuesto en
España, por Salvador Ganáis, 243.
* Los combustibles líquidos, por Severo Gómez Núñez, 263.
La situación económica y financiera del Japón, E., 308.
La propiedad territorial en ©1 Japón, E., 322.
Los quebrantos de la Marina mercante, por Salvador Ganáis, 345.
índice de libros registrados.

AGOSTA (José M.° de).—^El porvenir militar de Almería, 84.


ARNALDO (Trinidad).—^Consideraciones acerca de la segunda ense-
ñanza, 91.
CALDERÓN ESCOBAR (Juan).—^Bajo la tapa comba, 92.
CORRALIZA (José V.)—^El ideal de los conquistadores, 89.
DKLEITO Y PIÑUELA (José).—^El sentimiento de tristeza en la litera-
tura contemporánea, 210.
GHELDEROLDE (Michel de).—iL'histoire comique de Kaizer Karel, 216.
GONZÁLEZ-BLANCO (Andrés).—^María Jesús, casada y mártir, 218.
GRAELL (Guillermo).—^La crisis algodonera, 87.
LEVAL ( E . de).—^Le Barón Frangois d'Ivoire, 328.
LLANOS Y TORRIGLIA (Félix).—^Fram;isco Silvela (III), 222.
LLÓRENTE (Luis Gonzaga).—^Pepdta, la espaldañera, 217.
MÁS (Joeé).—^Narraciones misteriosas, 87.
MORO MUZA.—^Un aspecto olvidado d« la actuación de España y Fran-
cia en Marruecos, 81.
NELKEN (Margarita).—'La trampa en el arenal, 94.
SUBIRA (José).—jMozart y Gluck, 218.
VARIOS.—^Boletín de la Secretaría de Instrucción Pública de México,
338.
— Homenaje a la memoria de Pottier, 335.
VoLZ (Wilhelm).—iLos fundamentos geográflcos-económioos de la
cuestión de la Alta Silesia, 99.
ZADIG.—(Apuntes para una orientación de la política de ÍEispaña en
Marruecos, 85.
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de la Palma, Poerto Rico, Habana, he. ga el 28 y de Cfidia el 30 para New-York,
Guayra, Puerto Cabello, Curasao, Saba- Habama y Veracruz.
nilla, Col6n, y por el Oanail dJe Panamá
I>ara Guayaquil, Callao, Moliendo, Arica,
Iquique, Antofagasta y Valparaíso. Linea a Fernando Póo
Servicio mensual saliendo de Baroeío-
Línea a Filipinas y puertos de na el día 15 para Valencia, Alicante, Cá-
diz, Las Palma.8, Santa Cruz de Teneri-
China y Japón fe, Santa Crua de la Palma, demás esca-
Siete expediciones al año saliendo los la.s intermedias y Femando Póo.
buques de Corana para Vigo, Lisboa, Cá- Este servicio tiene enlace en C¿diz con
diz, Cartagena, Valencia, Barcelona, Port obro vapor de la Compañía que admite
Said, Suez," Colombo, Singapore, Mam'a, carga y pasaje de los puertos del Narte
Hong-Kong, Shanghai, Nagasaki, Kobe y y Noroeste de España pana todos los de
Yokohama. escala de esta línea.

A V I S O S U V I P O R T A N T E í S
Rebajas a familias y en pasajes de ida y vuelta.—Precios conivencionaies por ca-
marotes especiales.—^Los vaporea tienen instalada la telegrafía sin hilos y aparatos
para sefiaí«s submarinas, estando dotados de los más modernos adelantos, tanto para
la seguridad de los viajeros como para su confort y agrado.—^Tod'os los vapores tie-
nen médico y Capellán.
Las comodidades y trato de que disfruta el pasaje de tercera, se mantienen a la
aíltura tradicional de la Compañía.
Rebajas en los fletes de exportación^—ÍLa Compañía hace rebajas de SO por 100 en
los fletes de determinados artículos, de acuerdo con las vigentes disposdciones para el
Servicio de OomunMíacionee Marítimas.
SERVICIOS COMBINADOS
Esta Oom,pañta tiene establecida una red die servicios coonbinados para los princi-
palea puertos, servidos por líneas regulares, qne le permite admitir pasajeros y c a i ^
para:
Liverpool y puertos del Mar Báltico y Mar del Norte.—^Siamelbar, Mozambiq'Uie y
Oapetown.—Puertos del Asia Menor, Golfo Pérsico, India, Sumatra, Java y Cochim-
china.—Australia y Nueva Zelandia.—lio lio, ,Oebü, Port Artírar y Vladivostock.—'
New Orl^ens, Savannah, Oharleston, Gíéorgetown, Baltimore, BUladelfia, Boston, Qne-
beo y Montreal.—Puertos de América Central y Norte América em el Pacífico, de Pa-
namá a San Francisco de California.—^Punta Arenas, Coronel y Valparaíso por el
Estrecho de Magallanes.
SERVICIOS COMERCIALES
La Secoito que pera estos servicios tiene establecida la Comipaiñía, se encargará del
transporte y exhibición en TJltramaír dá los Muestrarios que le sean «ntr^ados a di-
cSio objeto y de la colocacióni de los artículos, cuya venta, como ensayo, deaean hacer
loa espoTtadores,
]LA EQUITATIVA
(FUNDACIÓN ROSILLO)

CeiñeHspaolilelHfiWrHUffliJ
SOCIEDAD MERCANTIL DE SEGUROS
SOBEE LA VIDA, Á PEIMA FIJA
Y BAJO UN SÉGIMEN MIXTO

BAJO LA INSPECCIÓN DEL ESTADO

Autorizada por Rsal Orden de 29 de Septiembre dé 1922,


para trabajar el Ramo de Incendios.

DIBECTOK GENERAL

ROSILLO HERMANOS

BANQUÉEOS DEPOSITABIOS

Banco de España, Banco Urquijo y Banco Central.

Dirección Postal: Giros y cheques á la orden


Apartado núm. 2, (central). de
Id. telegráfica: EQUITATIVA. LA EQUITATITA (Fundación
Id. telefónica: S n.° 1886. Rosillo),

DOMICILIO SOCIAL:
Montalbán, 2 2 , praL—MADRID

1^ (Véase hú|a taladros en primera página). jJ

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