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UNVERSIDAD NACIONAL DEL COMAHUE

FACULTAD DE HUMANIDADES
PROFESORADO EN LETRAS
CÁTEDRA: FILOLOGÍA HISPÁNICA
Dra Ángela Di Tullio – Prof. María Eugenia Llambí

“El español como lengua


internacional:
su situación en América.”

ALUMNA: Andrea Gabriela Germano


Leg. N° 50007
INTRODUCCIÓN

El presente trabajo intentará dar cuenta de la situación del español como lengua internacional,
desde sus orígenes a la actualidad. Por último se hará referencia brevemente a la situación del
español americano.

DESARROLLO

Como ya plantea Rafael Cano Aguilar en “La historia del español”, la expansión del
castellano, ya español, no se agota en los límites de la Península. Se convierte en idioma
internacional, gracias a la hegemonía que la Corona española pasa a tener en Europa, sobre
todo tras la vinculación dinástica al Imperio germánico. Y así, el español se extiende por el
mundo. A su vez, el proceso de descubrimiento, conquista y colonización de América
supuso la mayor expansión que esta lengua iba a conocer. El español fue la única lengua que
se llevó al Nuevo Mundo y esta expansión planteó un nuevo proceso de nivelación y
homogeneización de la lengua, de aglutinación de lo que eran antes diferencias internas

No obstante, en conjunto, puede afirmarse que el español de América ha mantenido en todas


partes su entidad, sin dar lugar a idiomas “criollos” o mixtos con lenguas indígenas.

Naturalmente, la expansión del idioma no es sólo geográfica, sino que atañe a aspectos
internos. En primer lugar, debido a quizá a su nueva función de lengua común, en la que
entran aportes de muy varia procedencia, en la lengua se producen importantes procesos de
reorganización e incluso de simplificación, que parecen llevar a una estructura más cómoda y
manejable.
Por otra parte, la extensión espacial y humana del español y la importancia que, pese a
todos los avatares históricos, tienen hoy los pueblos hispánicos está provocando, sobre todo
en los últimos años, un impresionante incremento de su enseñanza en otros países: en
Alemania, Suecia o Estados Unidos el español gana continuamente terreno como lengua
objeto de aprendizaje.
Sin embargo, los problemas no son pocos ni de escasa entidad. El principal parece ser
que en el mundo de hoy el prestigio de una lengua va asociado no sólo al hecho de ser la
lengua de una potencia dominante en lo político, lo económico y lo militar, sino, sobre todo,
al de ser la lengua en que se expresan la ciencia y los avances tecnológicos. Ninguna de las
dos ventajas tiene hoy por hoy el español, ni parece que vaya a tenerlas en un futuro próximo.
De ahí su posición subordinada, dependiente ante el inglés, que sí reúne ambos privilegios.
La posición subordinada del español puede verse intensificada no sólo por no ser la lengua en
que se produce la ciencia y la técnica modernas, sino por ver deformadas sus propias
estructuras debido a la acción de la lengua dominante (neologismos, nuevo lenguaje científico
y técnico).

Juan R. En “El estudio del español en el extranjero” Lodares llama la atención acerca de el
interés que está suscitando el español en el extranjero. Sin embargo, si se repasan algunos
datos, la sorpresa inicial empieza a serlo menos: en número de hablantes, el español es una de
las cuatro grandes lenguas del mundo y en los tres o cuatro próximos decenios va a doblar su
población, plazo relativamente breve tras el que cerca de un nueve por ciento de los habitantes
del mundo tendrá el español como lengua materna.
Junto con el inglés forma la genuina pareja de lenguas multinacionales, lo que añade
valor a su dimensión demográfica. Geográficamente, lo que importa más de lo que en
principio parece, puede advertirse su ámbito americano y europeo con una proyección
africana cada vez más notable y una presencia que va siendo sólida, a través del Pacífico, en
Asia.
El progresivo peso internacional que ha ido adquiriendo desde el primer tercio del siglo XX
la ha ido dotando de las características que hacen que una lengua cuente fuera de su medio y
que pueden resumirse en una palabra: utilidad; es decir, una lengua a la que se tenga aprecio
no sólo por afición intelectual, sino por necesidades materiales concretas favorecidas por
intereses comerciales, laborales, tecnológicos, diplomáticos y otros de distinta índole; todo
esto sin entrar a otras cuestiones, como la de que el español sea una lengua relativamente fácil
de aprender, con una ortografía sencilla y una fonética poco dada a los equívocos.
Si bien el interés internacional por la cultura española viene de antiguo, el estudio
sistemático, el que originará todo un campo de doctrina, comienza a principios del XIX.
Incluso podrían establecerse dos etapas en esta época de orígenes: a la primera mitad del
citado siglo correspondería un hispanismo idealista o romántico; durante su segunda mitad y
principios del XX se irá forjando otro moderno de carácter más imparcial y científico acorde
con las necesidades de una época en la que el conocimiento de idiomas se hace
imprescindible.
El hispanismo moderno se canalizó principalmente a través de EEUU, Francia,
Alemania, Gran Bretaña e Italia . En cuanto a la situación de la enseñanza del español en el
extranjero, en EEUU, por ejemplo, el español se enseña con bastante éxito desde los últimos
veinte años. Período en el que empieza a aventajar sistemáticamente a los demás idiomas
enseñados como segunda lengua. En Brasil, el español volvió a la escuela y se lo incluye
como idioma optativo junto al inglés y el francés. Por su parte, el hispanismo académico tiene
en Europa larga tradición. Aunque no haya sido una lengua tradicionalmente presente en el
norte y en centroeuropa, donde el inglés, francés y alemán son los códigos habituales, el caso
es que empieza a solicitarse cada vez más en esas zonas, es la única lengua sureuropea que se
aprende y está ganando espacios reservados tradicionalmente al francés; se está mostrando
por ella no sólo interés cultural, sino tecnológico y comercial. En general, es a principios de
los años setenta cuando el español comienza a situarse entre el grupo de lenguas extranjeras
más solicitadas en Europa.
Además, se destaca el creciente interés de los países asiáticos por el español, aunque la
hegemonía del inglés parezca asegurada. En los próximos años las dos lenguas con mayor
número de hablantes nativos en esa zona serán el chino y el español, previsión que ya se está
cumpliendo. Las motivaciones a la hora de elegir el español suelen ser eminentemente
prácticas: comercio con países hispanoamericanos, emigración y turismo, rango de segunda
lengua en EEUU, lengua puente para otros códigos románicos (francés y portugués
principalmente) etc.
Paralelo al de los países asiáticos es el caso de Oriente Medio, donde el español va
ganando terreno como lengua comercial y de relación internacional. A su vez, el interés por el
español en ciertos países del continente africano es una sorpresa agradable y a la vez un reto
para el porvenir de nuestra lengua como idioma extranjero con posibilidades de futuro.
Sin embargo, el optimismo, totalmente fundado, por el futuro del español como lengua
extranjera no debe ocultarnos algunos aspectos que pudieran ensombrecer su desarrollo: hay
que tener en cuenta que en muchos países ajenos a nuestro ámbito lingüístico el germen del
español se ha mantenido gracias a la labor de profesores y estudiantes sin más apoyo que su
interés y entusiasmo. La demanda creciente del español no se ha visto satisfecha por la
iniciativa privada ni por la pública de quienes deberían ser sus rectores. El interés por la
lengua española ha crecido tanto los últimos años que ha desbordado muchas previsiones y
todos los medios que estaban al servicio de su aprendizaje.
Según Francisco A. Marcos Marín en “El español, lengua internacional”, por un lado
una lengua es internacional cuando se habla en dos o más naciones, de acuerdo con la
definición del diccionario académico y efectivamente el español cumple con ese requisito. Al
mismo tiempo, la definición demográfica precisa la anterior ya que plantea que un número de
hablantes superior a un nivel confieren el carácter de internacionalidad a una lengua. Y el
nivel trescientos millones le confieren ese carácter. Así, el español es una lengua
internacional.
El ser hablada por más de trescientos millones de personas en varias naciones hace de
la lengua española castellana internacional: la única lengua internacional de todo el dominio
histórico español. De hecho, hay un gran número de países que no tienen a la lengua española
como propia pero la aceptan y utilizan como lengua de intercambio, por su presencia en la
comunidad internacional y en las organizaciones internacionales.
El español es una de las lenguas de Naciones Unidas y de los organismos que de ella
dependen o con ella se relacionan, como UNESCO. Además, en el Conjunto de la Comunidad
Europea es una de las once lenguas comunitarias, entre los quince países.
Otro aspecto interesante es el que se refiere a su empleo como lengua de producción e
intercambio de los resultados de las ciencias (tanto humanas y sociales como exactas y
físicas). Aunque parte de la producción científica de los hispanohablantes no se escribe en
español sino principalmente en inglés y no hay producción científica foránea en español. Así,
la internacionalidad del español es más relativa que absoluta, aunque esta consecuencia no
sólo depende la utilización, sino también de la falta de inversión. El español podría ser
realmente una lengua internacional si se considerara la rentabilidad de la inversión lingüística.

Recapitulación histórica
El español ha gozado en Europa de una presencia y un prestigio que no son en nada inferiores
a los actuales. La política de los Habsburgo en el siglo XVI y primer tercio del XVIII otorgó
al español una posición clara de lengua internacional en Europa; aunque el latín era,
oficialmente, la lengua de intercambio de los documentos oficiales internacionales, la
conveniencia de conocer y usar el español quedaba clara.
La presencia de los ejércitos españoles en Europa lleva la lengua de Castilla, ya de
España, a más territorios que la griega y latina, sin contar el mundo recién descubierto.
También afloraron las gramáticas, los diccionarios y los métodos para aprender el español,
desde las más variadas lenguas europeas, al mismo tiempo que obras escritas en castellano
resonaron en Europa.
Pero inmediatamente después, el francés pasó a ocupar la posición de lengua
diplomática y se convirtió en la lengua internacional hasta hace pocos años, en que ha sido
sustituida por el inglés. Así, el español desaparece de la escena europea, a donde regresa en el
siglo XIX.
En la etapa histórica el prestigio era de base peninsular, América sólo era vista en el
mundo como una prolongación de España. Esta situación continúa hasta mediados del siglo
XX, cuando se introducen dos factores de cambio: el progresivo interés por la literatura
hispanoamericana y la actitud de la Real Academia Española a favor de una acción común, lo
que conduce a la formación de la Asociación de Academias y la creación de la Comisión
permanente.
Lo que también se produce es un cambio de escenario de la lengua, vista desde afuera.
A lo largo del XIX van estableciéndose puntos de referencia del español: emigrados de
España y América, nuevas relaciones comerciales y culturales con más países. El mundo
hispánico aparece como mercado también cultural. El paso al siglo XX no aporta una gran
mejora, como causas externas de la popularidad del español pasamos a tener las guerras
mundiales y las política neutrales de Hispanoamérica y España, la revolución mexicana o la
guerra civil, a uno y otro lado del océano. La gran novedad es que América desplaza a Europa
como centro de atención, no sólo como centro demográfico.
La incidencia económica de una lengua se medía en función de su potencial de
lectores, entre otros aspectos. La importancia de una lengua ya no depende sólo de un hecho
cultural como su calidad literaria, sino de su peso económico, medido por otros indicadores.
Por eso parece necesario lanzar una llamada de atención sobre la situación de la lengua
española castellana, frente a tal desbordado como falso optimismo basado en los míticos
trescientos millones de hablantes. No se trata del riesgo de que la lengua pueda estar en
peligro sino de que la lengua es un bien económico e interesa a todos saber quién va a
manejar esa industria lingüística
En el año dos mil serán entre veintisiete y treinta y tres millones los ciudadanos
norteamericanos que hablen español como lengua de su origen hispánico. Los Estados Unidos
están casi al límite de un país hispánico y ello provoca en la sociedad mayoritaria
anglohablante, una natural reacción de autodefensa. Las leyes actuales sobre enseñanza
bilingüe, dirigidas fundamentalmente al español, han causado que no sólo se estudie el
español en todos los niveles, desde la primaria a la universidad sino que se estudie en español.
Japón se está convirtiendo en una de las potencias editoras de libros en español. Han
crecido los departamentos de español en las universidades. Nuestra lengua se estudia en
escuelas de economía y en otras escuelas universitarias, en centros comerciales y en parte del
sistema secundario.
Es en Europa donde la situación del español resulta más preocupante. Dentro de la
Comunidad Europea ocupa el quinto lugar, demográficamente; pero en otros aspectos se sitúa
en un lugar inferior.
Una lengua se consolida internacionalmente en la actualidad, por sus facilidades de
intercambio tecnológico; no hay lengua internacional que no sea lengua de la ciencia y la
tecnología. La informatización de las lenguas y las relaciones entre los hablantes es un hecho.
La Comunidad Europea comenzó a apoyar proyectos de tecnología en el área de la lengua
natural.
La lengua española es hoy una realidad mundial incuestionable que se sostendría en
términos económicos sólo por el movimiento dinerario que genera en los EEUU,
prescindiendo de España y de los restantes países hispanohablantes. Es una seña de identidad
de los pueblos hispanoamericanos avalada por logros en ciencia y arte, expresados en español,
bien conocidos de la comunidad internacional.

Angel López García en “La unidad del español: historia y actualidad de un problema”
Plantea que el español es probablemente dentro de las grandes lenguas de cultura, la menos
diversificada de todas ellas, a pesar de que la condiciones en que tuvo lugar su fragmentación
dialectal, y aun su propia existencia actual, fueron y han sido contrarias al ideal de unidad.
La extensión del español por el mundo se produce en fecha más temprana que la del inglés o
el francés.

Rafael Lapesa en El español moderno y contemporáneo – Estudios lingüísticos, Madrid,


1996, Crítica
“America y la unidad de la lengua española
sostiene que lo singular del español americano es la presencia conjunta de rasgos que en
España aparecen disgregados, y su combinación con indigenismos, supervivencias e
vinnovaciones extraños a los hábitos peninsulares de hoy. Las diferencias de lenguaje entre
uno y otro lado del Océano, o entre unos y otros países hispanoamericanos, se hacen más o
menos ostensibles según los diferentes niveles de cultura y los distintos ambientes sociales. El
lenguaje escrito de la ciencia, la filosofía, el ensayo y la crítica es el que da mayor sensación
de unidad. Pero la uniformidad gráfica oculta la rica variedad existente en la fonética y
entonación del lenguaje oral, incluso del más ilustrado.
En ninguno de los niveles del habla encontramos, pues, completa unidad; pero en
todos el fondo común es hasta ahora mucho más poderoso que los particularismos. Aquel es
lo general, estos la excepción
“unidad y variedad de la lengua española”
En América, la lengua española se extiende imparablemente, sobreponiéndose a las lenguas
indígenas que han sobrevivido juntamente con peculiaridades étnicas y sin pretensión de
alcanzar rango de lenguas cultas
Como rasgos comunes a toda Hispanoamérica, habríamos de limitarnos, en la fonética,
a la indistinción de eses y ces o zetas; y en la morfosintaxis, a la eliminación de vosotros-as,
os y vuestro-a y sus plurales, en beneficio respectivo de ustedes, les o los, las y su, suyo; y
todos estos rasgos coinciden con el uso general de la mayor parte de Andalucía y son
normales en Canarias. Añádase que la entonación y el ritmo del español americano, a pesar
de sus variedades, dan la impresión de mayor musicalidad y menor energía que los habituales
en el norte y centro peninsulares
En La lengua española ante el V centenario, , discurso leído en 1988 en Madrid ante su Alteza
el Príncipe de Asturias, Lapesa dijo que en el panorama lingüístico mundial, el español, por el
número de sus hablantes, se sitúa hoy en el segundo puesto entre las lenguas europeas
extendidas a otros continentes. El crecimiento demográfico hispanoamericano acorta
progresivamente la distancia que lo separa del ingles. Pero no debemos olvidar casi su
extinción en Filipinas y su amenazadora decadencia en Marruecos y Guinea Ecuatorial,
causadas unas y otras por la incuria de nuestra administración, antes de 1898 en Filipinas,
recientemente en Marruecos y Guinea. Saquemos provecho de esta dura lección: es necesario
mantener y fomentar la enseñanza del español en los países de otra lengua oficial donde hay
hispanohablantes, como los hispanos nativos o emigrados en los EEUU; alentar y cooperar
con el Estado Libre Asociado de Puerto Rico en su ejemplar apego a la lengua y cultura
hispánicas; avivar la supervivencia del español en Filipinas y Guinea; y atender a los
españoles emigrados a países europeos, evitando que sus hijos carezcan de educación en
nuestra lengua

Según Lapesa el español, lejos de manifestar síntomas de decadencia, ha quintuplicado su


número de hablantes en los último ciento cincuenta años. Hoy es la lengua oficial y de cultura
de más de 250 millones de seres humanos, de lso cuales unos 220 millones lo tienen por
lengua materna. Estas cifras lo sitúan a la cabeza de la familia románica, seguido a gran
distancia por el portugués, con unos 100 millones, el francés, con unos 75, y el italiano, que
cuenta alrededor de los 55. La extensión geográfica del español es también extraordinaria:
fuera del suelo español, comprende parte del suroeste de EEUU, todo Méjico, América
Central y Meridional, a excepción de Brasil y Guayanas; Cuba, Santo Domingo y Puerto
Rico; hay además una minoría hispanohablante en Filipinas. El español, es por tanto, el
instrumento expresivo de una comunidad que abraza dos mundos y en la que entran hombres
de todas las razas

José G. Moreno de Alba en “El español americano” sostiene que aunque actualmente y en el
pasado haya bastante pesimismo sobre el futuro de la lengua española en el mundo, y
particularmente en América, el español tiende más hacia la unidad que hacia la diversidad. Al
menos en los aspectos fonológicos y gramaticales. Aunque es innegable que los aspectos
fonéticos y léxicos, la lengua española en América se nos muestra rica en variedades
regionales y locales.
Es en el léxico donde quizá haya mayor riesgo de fragmentación, no sólo en el español
americano sino en la lengua en general, particularmente en el vocabulario técnico y en los
numerosos neologismos y extranjerismos. Dado que las innovaciones tecnológicas casi nunca
son hispánicas, nos limitamos a tomar las voces que nos dan otras lenguas.
No hay el mismo riesgo de fragmentación por lo que respecta al vocabulario
tradicional de cada región ni alos fenómenos de pronunciación. De hecho, la lengua española,
toda ella, la americana y la europea, tiene un importante léxico general y cada región conserva
sus peculiaridades de vocabulario, que en nada impiden la comunicación entre todos. A lo
largo y a lo ancho de América hay una unidad cultural básica, una misma lengua, que
conserva prácticamente uniforme, en casi todo el territorio, el sistema fonológioco y el
morfosintáctico. Pero esa unidad esencial no impide, una variedad accidental riquísima en
matices. Esta condición, unidad y variedad, se conservará, sin duda, por mucho tiempo.

BIBLIOGRAFÍA

 SECO, Manuel, SALVADOR, Gregorio (Coordinación) La lengua española, hoy ,


Fundación Juan March, Madrid, 1995

 LAPESA, Rafael . El español moderno y contemporáneo – Estudios lingüísticos,


Crítica, Madrid, 1996.

 ---------------------- Historia de la lengua española, Gredos, Madrid, 1980

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