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Un equilibrio entre las grasas Omega-3 y Omega-6

mejora la salud física y mental


por Dr. Joseph Mercola

Un nuevo estudio confirma de nuevo la evidencia que sugiere que el desequilibrio en los ácidos
grasos en la dieta puede estar asociada a un incremento de las patologías cardiacas y la
depresión durante el último siglo.

Cuanto mayor era el porcentaje de grasas omega-6 en sangre respecto a grasas omega-3,
mayor era la probabilidad que tenían los participantes de sufrir de depresión y más probable
era que sufrieran de tensión alta y que produjeran una mayor cantidad de compuestos
inflamatorios.

Compuestos que promueven la inflamación, como el factor de necrosis tumoral alfa e interlukin-
6 se han relacionado con problemas cardiacos, Diabetes de tipo 2, Artritis y otras
enfermedades.

Las grasas Omega-3 se encuentran en alimentos como el pescado, el aceite de lino y las
nueces. Las grasas Omega-6 se encuentran en los aceites refinados, que se usan hoy en día
en muchos productos procesados, desde la margarina a productos de panadería.

La cantidad de grasas Omega-6 de la dieta occidental se incrementó de forma sustancial


cuando los aceites vegetales refinados (girasol, maíz, soja) empezaron a formar parte de la
dieta en los albores del siglo XX.

Extraído del artículo de la revista Psychosomatic Medicine Marzo 2007

Comentario del Dr. Mercola.

El vínculo entre las grasas Omega-3 y la prevención de la depresión, problemas


cardiovasculares y muchas otras enfermedades se hace cada día más evidente.

Este último estudio muestra, entre otras cosas, que 6 pacientes a los que se diagnosticó
depresión tenían casi 18 veces más cantidad de grasas Omega-6 en su sangre. Según los
resultados de los estudios, depresión y una dieta poco saludable van de la mano, lo que
significa que la gente que come comida nutritiva evita generalmente las enfermedades.

Nuestros antepasados subsistieron en una dieta que tenía una cantidad equilibrada de grasas
Omega-6 y Omega-3 (en un ratio de 1:1). Sin embargo, la actual dieta occidental es muy alta
en grasas Omega-6. El ratio de Omega-6: Omega-3 se acerca a 20 a 1, e incluso, en mucha
gente es de 50 a 1.

Recuerde, que consumir más ácidos grasos Omega-3 no significa comer alimentos procesados
enriquecidos con Omega-3, puesto que su cuerpo no está preparado para procesar ácidos
grasos aislados que no se encuentran en la naturaleza. La mejor solución es equilibrar la
ingesta de ácidos grasos omega-3 tomando los alimentos más adecuados para su tipo
metabólico y suplementar su dieta con aceite Omega-3.

Mi fuente favorita de Omega-3 es el aceite de Krill, pero el aceite de pescado también funciona
bien. Ambas soluciones son mucho mejores que confiar en el lino como fuente principal de
grasas Omega-3

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