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(TITULAR)

Elecciones 2021: cuidado con el espejismo digital

(BAJADA)
Las limitaciones de la pandemia y la imposibilidad de una reelección dan como resultado un
panorama electoral más incierto que nunca. Y las redes complican más las proyecciones y el
análisis del escenario de abril.

(CRÉDITO)
Sandro Mairata
Periodista

(TEXTO)
En el Perú que elegirá presidente en 2021 estamos a merced de diversos espejismo digitales.
Tenemos 25 millones de electores y 13 millones de usuarios de redes sociales. Pero las encuestas
se enfocan en los presidenciables, con cifras más o menos estables en proporción desde hace
unos meses, sin saber a ciencia cierta qué ocurrirá con la avalancha de candidatos al Congreso.

No podemos confiar en las redes. La mecánica de fiabilidad que nos dan se basa en nuestros
propias simpatías y rechazos, y el ruido puede ser alto aunque la realidad sea otra. Pasó en 2016
cuando nadie vio en Estados Unidos la posible victoria de Donald Trump. En el Perú de 2020,
estábamos siguiendo a los de siempre y se nos pasó la fuerza real con la que el FREPAP llegó al
Congreso.

Sin posibilidad de hacer mítines sino pequeños eventos de 30 o 40 personas, los candidatos del
Perú pandémico buscan el amplificador de las redes pagando pautas focalizadas para sus
regiones y han regresado las eternas pintas en muros y cerros. Han vuelto los volantes ya que los
potenciales electores no recorren las ciudades como antes. ¿A quién no estamos viendo?

A demasiados desconocidos.

Sin reelección posible, el interior del país se ha llenado de candidatos noveles que combinan los
viejos trucos del mundo real con apariciones en redes como bien puedan, con promesas de salud
ante el virus y bienestar regional. Las campañas en Facebook pueden ser focalizadas
geográficamente, el problema es que las nuevas generaciones ven esta red como red de viejos y
estamos presuponiendo un acceso a Internet homogéneo que no existe.

La fuerza de Tik Tok e Instagram se sintió en el movimiento juvenil que en noviembre sacó a
Manuel Merino, pero eso no ha servido para a encumbrar nuevos líderes sino para afianzar a
quienes ya estaban. Alguien como Sigrid Bazán, de Juntos por el Perú, tomó nota que Tik Tok
fue la que más creció durante la cuarentena (la segunda fue Facebook) y baila reggaetón y
canciones pop en inglés: en el medio peruano esta red es más diversa. Si estos esfuerzos le sirven
para ganar una curul será también por su presencia como periodista y líder de opinión previos.

Recordemos que en 2016 a Julio Guzmán se le apodaba “el candidato de Internet”; para muchos
la experiencia en esas presidenciales les pareció experimento interesante. Pero hace poco, su
video al volante de un bus tuvo más críticas que aplausos. Por estos días, Daniel Olivares se ha
ganado un lugar en el debate por su admisión de que consume marihuana “desde hace 20 años”.
Los puntos a favor o en contra son para Olivares, no para su líder, y Olivares no postula.

Entonces, estemos preparados para la avalancha de marzo. Las balas publicitarias se guardan aún
para la recta final y veremos historias de Instagram compitiendo con sablazos verbales en
Twitter, afirmaciones dudosas en Facebook y más curiosidades en Tik Tok que darán vergüenza
en un futuro cercano. Es más el Perú de Josi (el tik toker en quien los jóvenes sí confían) que el
de Julio Guzmán, la otrora estrella digital de 2016.

Al ritmo que van las cosas, esos eran tiempos de cavernas digitales.

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