En las últimas décadas, la división de recursos humanos pasó de ser un ente operativo
con funciones solo de administración de nómina y desarrollo de actividades de bienestar
empresarial a generar un nuevo papel que apoya mano a mano las decisiones sobre el norte del negocio y los virajes que debe dar. Es por esto, que las mejores prácticas de recursos humanos van dirigidas a formular programas de gestión de conocimientos en las organizaciones modernas lo que obliga a ejecutivos, accionistas y colaboradores a generar una cultura de cambio en su proceder y de esta manera alinear la productividad interna con un mundo en constante cambio y que solo el individuo con su capacidad de análisis e innovación lo afrontará. A manera de conclusión quiero decir que la administración de recursos humanos se debe enfocar en la obtención de resultados mediante la alineación de los objetivos personales de cada individuo o colaborador con los objetivos de la organización. Si esto se logra, estos tendrán una mayor disposición, compromiso y conocerán a tal punto cómo y en qué grado su trabajo y desempeño estarán generando una maximización de valor de la compañía. El reto de recursos humanos está en la transformación de la cultura organizacional, donde sus colaboradores desarrollen las competencias requeridas a partir de sus conocimientos y habilidades, tengan un mayor sentido de pertenencia, sean líderes y se conviertan en personas generadoras de valor agregado para la compañía. Lo anterior, apunta al éxito que buscan constantemente las organizaciones si quieren sobrevivir en un mundo, donde solo sobrevivirá el que este en la capacidad de adaptarse a los diversos cambios que posee el entorno.