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ASIGNATURA: Economía Social

ALUMNO: Hugo Noel Vera de la Calleja


MATRICULA: ES172015723
UNIDAD 1: Definición y alcances de la economía social

ACTIVIDAD 1. Cuadro resumen de economía social


CARRERA: Políticas y Proyectos Sociales

Octubre del 2020.


INTRODUCCION.

Los desafíos actuales el desempleo, la exclusión, la desigualdad, la pobreza y el


calentamiento global nos obligan a reconsiderar la forma en la que hacemos negocios. Ni
los mercados convencionales ni el Estado cubren eficazmente las necesidades de grandes
grupos de la sociedad en los países industrializados y en desarrollo. Un producto de este
replanteamiento ha sido el surgimiento de empresas sociales negocios cuyos objetivos son
principalmente sociales como parte de una creciente "economía social y solidaria# que
también incluye las actividades económicas de las organizaciones voluntarias y
comunitarias. Las empresas de la economía social y solidaria complementan otros canales
de suministro de bienes y servicios. Esto incluye la reinserción de los grupos vulnerables
en la vida laboral y la extensión de la protección social.
DESARROLLO

PRINCIPALES CORRIENTES TEORICAS SOBRE ECONOMIA SOCIAL


Socioeconomía de la solidaridad Economía de la Solidaridad como un modo especial y distinto de hacer
economía, que por sus características propias consideramos alternativas
( Dr. Pablo Guerra ) respecto de los modos capitalista y estatista predominantes en los
mercados determinados.

Pretende dos grandes objetivos, uno de carácter práctico y otro de carácter


teórico:
 El primero, consiste en rescatar las diversas experiencias de hacer
economía en sus diversas fases (producción, distribución, consumo y
acumulación) caracterizadas por vertebrarse en torno a valores
solidarios.
 El segundo objetivo es construir el herramental teórico necesario para
dar correcta cuenta de esas experiencias.
La economía de la solidaridad, por lo tanto, reúne a las diversas
experiencias de hacer economía en todas sus etapas (producción,
distribución, consumo y ahorro) que se caracterizan por vertebrarse en
torno a la solidaridad como valor supremo.
Nótese como la economía de la solidaridad es mucho más que la reunión
de determinadas experiencias. Pretende ser en tal sentido, una corriente
crítica de la forma y los valores que imperan hoy en nuestros mercados. Allí
donde se exacerba el individualismo, la economía solidaria promueve el
comunitarismo; allí donde se exacerba la competencia, la economía
solidaria promueve la cooperación; allí donde se exacerba el lucro, la
economía solidaria promueve un justo beneficio; allí donde se exacerba el
materialismo, la economía solidaria promueve la satisfacción de todas las
necesidades humanas; allí donde se exacerba el consumismo, la economía
solidaria promueve el consumo responsable; allí donde se exacerba el libre
comercio, la economía solidaria promueve el comercio justo; en fin, cuando
solo se habla de crecimiento económico, la economía solidaria prefiere
hablar de desarrollo a escala humana.

en América Latina, los orígenes de las prácticas de economía solidaria son


distintos. Nacen, como vimos, básicamente en ambientes populares, y en
los hechos muchas veces se originan no tanto como una alternativa guiada
por el deseo de cambiar la forma de hacer economía de nuestras
sociedades, sino fundamentalmente como una estrategia de sobrevivencia:
o nos juntamos y cooperamos, o estamos liquidados!, parecería ser la
disyuntiva en muchos casos. Es así que la mayoría de las cooperativas de
producción nacen como fruto de la crisis de una empresa, ahí está el caso
de las empresas recuperadas en los últimos años, o de numerosas
prácticas asociativas. Esto no quiere decir que los valores alternativos no
estén presentes. De hecho, existen en nuestros países, numerosas
experiencias notables donde la asociatividad comienza siendo un mero
recurso de sobrevivencia, pero donde la propia dinámica socioeconómica
termina por situar determinados valores, no solo como medios sino también
como fines en sí mismos. En América Latina estamos viviendo un momento
histórico clave donde se están ensayando diversos mecanismos de
integración social mediante políticas públicas específicas de distinto tipo.
En esa materia estamos convencidos que no hay mejor mecanismo de
integración social que aquel realizado mediante el trabajo, descartando por
lo tanto el mecanismo de los ingresos monetarios sin contraprestación. En
ese sentido creemos que las salidas laborales de carácter asociativo
deberían tener un mayor peso en nuestras políticas públicas. El desafío
aquí consiste, sin embargo, en reconocer que las pautas culturales muchas
veces juegan en contra de los proyectos comunitarios, de donde se deduce
la importancia de invertir en educación específica en valores aplicados a la
actividad económica, así como en la conformación de grupos humanos
solidarios.
El tercer Sector como sector no El Tercer sector social y la economía social dos componentes de una
lucrativo misma realidad. Se unen unas características y objetivos comunes.
Ambas son organizaciones privadas que centran su actividad en trabajar
Teresa Crespo Julia para mejorar la sociedad y atender las necesidades de la persona y no las
del capital; aplican criterios de gestión para optimizar su actividad y no para
conseguir un mayor margen económico; buscan el beneficio de la
comunidad y no el propio; focalizan su actuación en incrementar la
rentabilidad y aprovechamiento de los recursos y no en dominar el
mercado y priorizan los resultados sociales y no los económicos, que si
los tuvieren los reinvierten en la propia organización, una institución
puede ser considerada del Tercer sector social si cumple los siguientes
criterios:

a) Organización formal con objetivos, estructura y estatuto legal.


b) Privada, no formando parte del sector público, aunque éste pueda ser
uno de los principales recursos económicos.
c) No lucrativa, que significa que no se reparten beneficios, que se destinan
a los fines de la entidad.
d) Autogobierno de la propia entidad, disponiendo de una regulación
propia.
e) Participación voluntaria y donaciones altruistas para el desarrollo de sus
actividades que junto al trabajo remunerado llevan a cabo sus objetivos.

La consideración relevante es que se trata de formas de economía,


diferente a las mercantiles, que son desconocidas o poco conocidas en la
sociedad. La función de la Ley de Economía social busca una mejor
definición de las entidades que la componen, así como fomentar su
desarrollo y su visibilidad. Sin embargo, todavía existen resistencias, a
pesar de las cuales el Tercer sector ha sabido profesionalizarse y
organizarse en los últimos años, convirtiéndose en un sector con
potencialidad económica que ha mejorado extraordinariamente su gestión
y su capacidad de respuesta eficaz y de calidad. Los cambios que están
obligados a realizar en la forma de gestión, tanto el Tercer Sector como la
Economía social en el periodo de crisis actual, no van a alterar en estas
entidades los valores de solidaridad, inclusión social, utilidad pública y
cohesión social y territorial, porque forman parte de la naturaleza y los
principios de estas entidades. No hay que olvidar que el Tercer sector tiene
entre sus objetivos principales conseguir oportunidades que permitan la
inserción laboral de aquellas personas que tienen dificultades para trabajar.
La economía social se contempla como una vía de inserción activa de las
personas en riesgo de exclusión y con déficits personales para incorporarse
al mercado laboral ordinario y ejercer sus derechos de ciudadanía.
El Tercer sector social, Se fundamenta en que éste es generador de
valores, detecta nuevas necesidades sociales, instrumentaliza la
existencia de vías de participación, incrementa la cohesión e inclusión
social, implementa los servicios sociales de acuerdo con las necesidades,
evalúa los servicios prestados, fomenta la iniciativa social, y sobre todo
focaliza su acción en la persona, en responder a sus necesidades de la
manera más rápida y adecuada. En definitiva, el Tercer sector
desempeña un papel relevante en el desarrollo social y esa idea se
consolida a través del incremento continuado del número de beneficiarios
directos, gracias a la acción de las entidades sociales, aunque todavía con
escaso impacto en el conjunto del sector, que hoy se encuentra con una
débil base social, y muchas dificultades para disponer de la financiación
que necesita. Dicho valor añadido que acabamos de describir lo
podemos identificar de manera muy parecida en la economía social, porque
es parte integrante en ambas opciones que tienen como objetivo prioritario
luchar contra las desigualdades y conseguir una sociedad más justa y
equitativa.

Inserción por el trabajo actuando Se caracteriza por un conjunto de prácticas que se focalizan en lograr la
a nivel microeconómico. integración social, y en el alivio de la pobreza vía reinserción (o la primera
(José Luis Coraggio) inserción) de grupos de personas excluidas del mercado de trabajo. Así,
promover y apoyar el surgimiento de emprendimientos asociativos locales,
gestionados por sus trabajadores-propietarios, va en la dirección del
autoempleo. Para las estadísticas dejarán de aparecer como desocupados,
aunque puedan ser sub-ocupados o “improductivos” según las categorías
neoclásicas del análisis de este cuasi-mercado. Eso va acompañado de una
serie de prácticas más específicas, en buena medida ya institucionalizadas
(véanse las cartillas que enseñan cómo promover o cómo organizar micro-
emprendimientos), que intentan crear las condiciones que requieren esos
emprendimientos para prosperar.

En general, esta corriente, preocupada por lograr la sustentabilidad de los


emprendimientos mercantiles, tiene como paradigma la empresa de capital
(explícita o implícitamente): su modo de cálculo de los costos y resultados,
el concepto de “ganancia” y de “capital”, pero sobre todo su concepto de
eficiencia y por tanto de racionalidad.

Esto da lugar a prácticas que ya están claramente institucionalizadas: el


microcrédito, las incubadoras de emprendimientos mercantiles, las mismas
cartillas de formación, etc. y a la búsqueda de regulaciones que reconozcan
a estas formas en su especificidad y faciliten su funcionamiento: que
puedan facturar sus compras y ventas, pagar o ser exentos de impuestos,
recibir apoyos del estado, tener acceso a crédito, etc.

Procura la creación de un sector Está conformada por las prácticas que, iniciadas como las anteriormente
orgánico (subsistema) de ESS. descriptas o saltando “etapas”, van más allá, al advertir que la sostenibilidad
de las formas económicas promovidas no se logra sólo con; la eventual
(José Luis Coraggio) articulación de los micro-emprendimientos asociativos a través de
relaciones oportunistas de mercado, y una mayor eficiencia definida como
la de las empresas (rentabilidad monetaria). Se advierte que hacen falta
redes no meramente económicas, sino de reciprocidades, de solidaridades
sociales y políticas. Esas solidaridades se espera que se concreten en la
formación de sujetos colectivos, como asociaciones locales pro desarrollo
local, o diversas sectoriales y transversales de trabajadores
autogestionados.

Se trata también de incluir el proceso económico en su conjunto:


producción, distribución, circulación y consumo, generando asociaciones
de productores, de comerciantes, de financiadores, de consumidores, pero
además articulaciones conscientes entre todos ellos como actores o
sujetos. Se trata además de incluir las acciones para lograr mejores
relaciones de reciprocidad y redistribución a través del estado:
asignaciones monetarias, ingreso ciudadano, tasas de interés, tasas e
impuestos, acceso a bienes públicos (salud, educación, servicios
subsidiados como el de transporte, energía, agua, etc.). Pues sin ellas
faltaría un piso básico que protege a los productores contra la alta
vulnerabilidad de sus emprendimientos.

Pretende evitar la fragmentación de los emprendimientos y promover la


conformación de un sector articulado orgánico, entendido como algo más
que una sumatoria mecánica.

El enfoque meso-socioeconómico permite superar la reducción al micro


emprendimiento al mirar lo micro desde una visión de la articulación
económica posible en base a relaciones de solidaridad. Asimismo, conlleva
una visión del sistema económico (economía mixta) en el cual puede
conceptualizar la ubicación de la economía popular realmente existente y
su potencial como parte de un sector/subsistema de economía solidaria. Es
una base para advertir la necesidad de la lucha contra hegemónica dentro
del sistema con predominancia capitalista buscando modificar las
estructuras para ampliar la economía solidaria y poniendo límites a los otros
dos sectores/subsistemas.
Piensa y actúa también a nivel Procura la construcción de Otra Economía (otro sistema económico).
sistémico. Aquí se trata de buscar formas de “superación” del sistema económico, pero
(José Luis Coraggio) también cultural capitalista, que impulsa no sólo la crítica teórica y práctica
de las relaciones de explotación capitalista del trabajo sino también las
propias del patriarcado y otras formas de explotación, y pretende establecer
una relación de contradicción y conflicto continuo con la economía del
capital y la estatal. Esto implica no sólo diferenciarse y separarse sino
proponerse como forma superior a las prácticas propias del capital,
disputando el sentido de criterios, prácticas, propuestas a nivel micro y
mesoeconómico, en una lucha donde economía, política y cultura se ven
fuertemente imbricadas.
Se trata de construir otro sistema económico (Otra Economía), que
substituya al actual, sobre conformando las relaciones de competencia
entre intereses particulares con relaciones de redistribución, solidaridad y
reciprocidad y el predominio de un bien común legítimamente establecido.
En la transición, se puede hablar de una “economía plural”, donde, aun
cuando se haya expandido un sector orgánico de ESS, no se haya
conformado una hegemonía de signo popular.
La definición de esa economía plural tendría que saldar debates
importantes respecto a, entre otros: el papel del estado, el grado admitido
de automatismo de mercado, las formas de propiedad y apropiación, el
papel y control del dinero y el grado de mercantilización del trabajo y la
naturaleza, así como a los valores morales propugnados como constitutivos
de la nueva economía.
CONCLUSION.
Las corrientes específicamente identificadas desde la perspectiva de las visiones y
prácticas de la ESS, pueden estar atravesadas por corrientes y proyectos ideológico
políticos particulares orientados, es decir, por la acumulación de poder partidario, o por la
emancipación humana. Por lo pronto, no presumimos que haya una correspondencia
unívoca entre el pensamiento sistémico y una orientación de izquierda, ni que la acción a
nivel microeconómico relativamente alienada sea de por sí políticamente regresiva. Los
niveles pueden darse dentro de proyectos de motivación utilitarista o de afirmación del
reconocimiento del otro y la solidaridad democrática. Esto tiene que ver con la política.

BIBLIOGRAFIA.
UNADM 2020. Unidad 1. Definición y alcances de la economía social, recuperado;
https://campus.unadmexico.mx/contenidos/DCSA/BLOQUE2/PPS/06/PES/recursos/unida
d_01/descargables/PES_U1_Contenido.pdf
Guerra, P. (2002). Economía de la solidaridad. Una introducción a sus diversas
manifestaciones técnicas. Recuperado; tacuru.ourproject.org/documentos/guerra.pdf
Crespo, J. (2013). Una nueva relación del Tercer Sector y la Economía Social. Revista
Cuadernos de Trabajo Social, 26(1). recuperado;
https://revistas.ucm.es/index.php/CUTS/article/view/40751/40090
Coraggio, J. (2011). La economía social y solidaria. El trabajo antes que el capital. Quito:
Abya-Yala. Recuperado de
http://www.coraggioeconomia.org/jlc/archivos%20para%20descargar/economiasocial.pdf

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