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¿Qué relación existe entre los derechos humanos y la ciudadanía?

Las sociedades actuales, plurales y multiculturales, se alejan cada vez más del ideal
modélico de un orden culturalmente homogéneo. Ellas presentan, como uno de sus
rasgos fundamentales, la existencia de minorías étnicas, raciales y sexuales que
demandan a la cultura mayoritaria políticas de reconocimiento orientadas a la
protección de sus derechos diferenciados. El auge de estas formas de vida diferenciadas
cuestiona la primacía que otorga la política liberal a los derechos y libertades negativas
y, al mismo tiempo, pone en entredicho la neutralidad que el Estado liberal reclama
respecto a los grupos y minorías anticulturales. Este doble cuestionamiento al núcleo
central de las democracias liberales afecta la idea de ciudadanía entendida
universalmente como la garantía de igualdad de todos los individuos ante la ley. Will
Kymlicka con su tesis sobre la ciudadanía multicultural muestra, sin embargo, que el
reclamo por los derechos diferenciados de las minorías nacionales y las minorías
culturales puede ser compatible con los principios liberales de la ciudadanía pues, para
este autor, una teoría democrática liberal de la ciudadanía no sólo se refiere a la relación
de los individuos con el Estado sino, también, al necesario reconocimiento del estatuto
legal y político de los grupos etnoculturales16. Una de las razones que lleva a los
liberales a oponerse a los derechos de grupo, entendidos equivocadamente como
derechos colectivos, se encuentra en los tendencialmente, deberían ser válidos para
todos los Estados del mundo y tener como beneficiarios a todos los seres humanos. 16.
Véase: W. Kymlicka. Ciudadanía multicultural. Una teoría liberal de los derechos de las
minorías. Barcelona, Paidós, 1996. LILIANA MARÍA LÓPEZ LOPERA 117 riesgos
que para la garantía de los derechos individuales tienen el uso y el abuso de los derechos
de las minorías (caso de los fundamentalismos, la segregación racial y el apartheid).
Con su argumento Kymlicka intenta demostrar que es posible desarrollar una teoría
liberal de los derechos de las minorías en la cual los derechos de los grupos étnicos y
nacionales coexistan con los derechos humanos y, complementariamente, se vean
limitados por los principios de la autonomía individual, de la democracia y de la justicia
social.

La discusión contemporánea sobre ciudadanía y derechos sociales, y por extensión


prácticamente toda la discusión en teoría y filosofía política, tiene como referentes
conceptuales al Estado y a la sociedad civil. Más precisamente, rompiendo el modelo
hegeliano-marxista que construyó dicha antinomia, se ha introducido una distinción
triádica que presenta diversos subsistemas sociales como la economía, la administración
pública y la sociedad civil1 o mercado, Estado y sociedad, en otras versiones. Las
formas de regulación social tradicionales del poder administrativo (gobierno y derecho)
y la solidaridad (sociedad civil), se ven acompañadas, de hecho, invadidas, por el dinero
como mecanismo parcialmente articulador de las relaciones so1. J. Habermas.
Facticidad y validez. Madrid, Trotta, 1998. 188 LA CIUDADANÍA Y LOS
DERECHOS SOCIALES RESPECTO AL HECHO DE LA GUERRA cuales, gracias a
las nuevas formas del capitalismo y a la autonomía creciente del mercado. Esta
producción teórica, a la que con frecuencia atribuimos alcances universales —al menos
en el dominio de la cultura y las sociedades occidentales—, ha sido explícitamente
formulada, en los casos más representativos, como una reflexión situada en las
condiciones de los países industrializados de Europa Occidental y Norteamérica. En este
sentido es que John Rawls acuñó su fórmula de «sociedad bien ordenada»2 , Richard
Rorty habla de un «nosotros liberal»3 o Jürgen Habermas de países con una
«socialización política de tipo ilustrado»4 . Estos presupuestos empíricos no se cumplen
cabalmente en Latinoamérica. Ya es corriente hablar de la precariedad de los mercados,
las limitaciones de los Estados y la debilidad de las sociedades civiles en la región,
cuando no —y en interpretaciones radicales— de la inexistencia de ellos. Debido a esto
cualquier discusión sobre el tema entre nosotros debe atender las trayectorias peculiares
que estos tres sistemas han seguido en nuestro continente. Mi preocupación, sin
embargo, en este artículo va dirigida a discutir algunas implicaciones de la aparición de
un cuarto sistema de regulación social: la guerra, y específicamente la guerra civil. ¿Por
qué es relevante la guerra en relación con la ciudadanía y los derechos humanos
sociales? Básicamente por su extensión y permanencia. La segunda mitad del siglo XX
2. J. Rawls. Liberalismo político. Barcelona, Crítica, 1996, §6. 3. R. Rorty. Objetividad,
relativismo y verdad. Barcelona, Paidós, 1996, p. 239. 4. J. Habermas. Op. Cit., p. 379.
JORGE GIRALDO RAMÍREZ 189 fue un período prolífico en guerras civiles5 , la
inmensa mayoría de las cuales se presentaron en ese Sur económico y cultural que se
extiende —aproximadamente— desde los 35 grados de latitud norte hacia el Polo Sur.
Latinoamérica conoció en este período guerras civiles en nueve países y conatos de ellas
en otros seis Algunas de esas guerras se desarrollaron intensamente en lapsos de tiempo
apenas superiores a una década (Perú y El Salvador), mientras otras se han prolongado
por más de 30 años (Guatemala y Colombia). Colombia sobresale «en primer lugar,
porque pone de manifiesto una continuidad histórica sin parangón en otros países de la
región; segundo, porque el número de víctimas causadas por actos violentos excede
marcadamente las cifras de otras naciones; tercero, porque también el círculo de actores
colectivos violentos es más amplio que en otros casos próximos». El hecho de la guerra
y su permanencia hacen que los sistemas de la economía, la administración pública y la
sociedad civil se adapten

Bibliografía
B. Ackerman. Social justice in the liberal State. New Haven & London, Yale University
Press, 1980.
R. Alexy. Theorie der Grundrechte. Frankfurt, Suhrkamp, 1986. _________. La
institucionalización de los derechos humanos en el Estado constitucional democrático.
Manuscrito, 1998.
Teoría de los derechos fundamentales. Madrid, Centro de Estudios Constitucionales,
1997

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