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FACULTAD DE HUMANIDADES

DEPARTAMENTO DE HISTORIA

PRIMER EXAMEN PARCIAL GRUPAL DOMICILIARIO. 2021

Cátedra: Historia de España.

Fecha inicio: 11/05. Fecha entrega: 14/05, 20 hs.

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El presente parcial ha sido estructurado en forma grupal de manera domiciliaria con el


objetivo que el mismo demuestre la lectura del material aportado por la cátedra, tanto en el
desarrollo del teórico como del práctico.

Por ello la propuesta es que cada una de las respuestas indiquen específicamente, con
citas, la bibliografía de la cual han tomado los conceptos que se vierten en el parcial. Este
es un requisito indispensable y la cita deberá estar completa, con todos los datos que se
requieren.

Alumnos:

Altabe Sebastián Darío. DNI: 25.518.476

Bello, Fernanda Paola. DNI: 34.168.439

Fernandez Espinola, Micaela. DNI: 51.217.753

Piedrabuena, Luis Eduardo. DNI: 37.703.821

Tema 1:

1. Señalar los distintos procesos que conducen al advenimiento de los Reyes Católicos
en el trono de España y cómo se organizan los reinos durante esta etapa.
2. Caracterizar a la principal actividad económica española desde su producción hasta
su comercialización (siglos XVI y XVII).
3. Identificar a quiénes se consideraban “pobres verdaderos” y “pobres falsos”
4. Analizar cuáles son los factores que influyen en el crecimiento de la pobreza en la
segunda mitad del siglo XVI y durante el siglo XVII.

Respuestas:

1.

La llegada de los reyes Católicos se produjo en el marco de diferentes procesos que culminan
en la instauración de una monarquía doble, constituida por los Reinos de Aragón y Castilla, y
personalizada en Fernando de Aragón e Isabel de Castilla. Entre aquellos procesos previos
que consideramos más importantes podemos mencionar la disputa por la sucesión de Enrique
IV, fallecido en Madrid el 12 de diciembre de 1474, entre Isabel y la hija de aquel, llamada
Juana la Beltraneja, apodo que hacía referencia a su origen extramatrimonial y que fuera
esgrimido por los partidarios de Isabel a favor de los derechos sucesorios de esta. La disputa
entre ambas va a dar lugar a la Guerra de Sucesión, guerra civil que sacudirá al reino de
Castilla entre 1475 y 1479. Previamente Isabel había contraído matrimonio con Fernando de
Aragón, a instancias de una alianza de poder entre el padre de Fernando, Juan II y el
arzobispo de Toledo. La importancia de este matrimonio estaba dado por la posibilidad
concreta de unir las coronas de Aragón y Castilla, frente a las pretensiones de Portugal y de
Francia, quienes sostendrán los derechos hereditarios de Juana, Esta guerra se constituía no
solo como una disputa hereditaria, sino que revestía importancia geopolítica, desde que
Enrique IV deseaba asociar a Juana, considerada en principio su legítima heredera, con el
reino de Portugal o Francia. Por parte de la corona de Aragón, el objetivo de Juan II estaba
dado en la posibilidad de realizar una alianza de las dos casas, debido a los graves problemas
políticos a los que debía hacer frente, sea la revolución catalana, la ambición expansionista de
Luis XI de Francia, así como la situación internacional, con el fin de la guerra de los cien
años y la subsiguiente reanudación de las presiones francesas. Este panorama interno e
internacional indicaba a Juan II que sus verdaderas chances se encontraban en una alianza
con Castilla, a través del matrimonio de Fernando con Isabel. Al mismo tiempo en el cual
Enrique IV reconoce a Isabel como heredera del trono, desencadena dos hechos muy
particulares e importantísimos como lo fue en primer lugar, su matrimonio, como asunto de
interés internacional, llevando a tres pretendientes a pedir su mano; Carlos de Valois de
Francia, Alfonso V de Portugal y Fernando, hijo y heredero de Juan II de Aragón. Por ello
“el 19 de noviembre de 1469, Isabel, heredera del trono de Castilla, contrajo matrimonio
con Fernado, hijo y heredero de Juan II de Aragón”(Lynch, 1993, p. 9).

Por otro lado, es destacable que la dinastía Trastámara gobernara en ambos reinos de Aragón
y Castilla desde el compromiso de Caspe en 1412, con lo cual la alianza de ambos territorios
en base a un matrimonio no estaba fuera de las posibilidades. A estos factores se sumaba la
existencia en ambas ramas de la dinastía de aspiraciones de unificación territorial, mediante
la reedición de la antigua Hispania Romana conformada por la Hispania Citerior e Hispania
Ulterior. La alianza mediante el matrimonio de los llamados Reyes Catolicos satisfacía estos
deseos de reunificación y de contención de las aspiraciones expansionistas de los reinos de
Portugal y Francia.

Las dos coronas


Cada uno de estos reinos llegaba a este punto con sus propias estructuras de gobierno,
manteniéndose la estructura y formas de gobierno que les eran propias, es decir, conservando
su identidad y leyes propias. Mediante el acuerdo de Segovia de 1475 la política exterior de
Aragón y Castilla quedaba a cargo de Fernando, en tanto que Isabel tenía bajo su mando la
política interior de Castilla, así como correspondía a Fernando el manejo de los asuntos
internos de Aragón. En conjunto, se otorgaba el manejo a ambos monarcas de asuntos
relativos a la administración de justicia.

El reino de Aragón estaba organizado bajo la forma de provincias semiautónomas, y poseía


un orden fundado en un pacto de unidad entre el patriciado urbano y la nobleza, consolidado
en la organización de las Cortes. Estas funcionaban como unidades en los estados miembros
de la corona aragonesa en Cataluña, Valencia y Aragón, lo que no impedía que fuesen
convocadas Cortes Generales a solicitud del monarca. En el caso de Aragón, las libertades
individuales encontraban su protección bajo el cargo del Justicia, figura no encontrada en
otra sociedad europea de la época. Como órganos de representación del pueblo los otros dos
reinos se agrupaban bajo la figura de generalitat o diputado. En el caso de Aragón, su
formación institucional venía ligada de antes de la mano de la burguesía comercial que se
había enriquecido merced al comercio, impulsado por Cataluña principalmente. Los textiles
en primer lugar, y el hierro catalán, constituían la base de su expansión marítima y
comercial, habiendo tocado puertos en la propia península, África, Cerdeña y Sicilia, que se
había incluso anexionado al reino aragonés.

La Corona de Castilla, por el contrario, se encontraba más sujeta a los grandes grupos
terratenientes que habían alcanzado mayor estatus social mediante la Mesta, y el desarrollo
extraordinario de la producción lanar con la introducción de ganado merino. Esta situación se
había consolidado merced a las grandes extensiones de tierra no aptas para la agricultura, que
determinó otra forma de estructuración económica y de poder. Grandes extensiones de tierra,
una posición estratégica dentro de la península, y una población que superaba ampliamente a
la de su socio, dieron una preeminencia natural a Castilla. Esta supremacía se extenderá a
otros ámbitos, como la imposición lenta del castellano como lengua mayoritaria, y mediante
la cual se expresará un intento más de unificación territorial.

La tarea de gobierno requirió asimismo la necesidad de llevar adelante reformas de distinto


tipo que terminaran con el predominio que sobre la corona de Castilla ejercían las
aristocracias que se habían enriquecido durante la Reconquista. Como expresión de este
intento de realzar el poder regio se destacan la creación de la Santa Hermandad, el Consejo
de Hermandad, la destrucción de castillos feudales, centralización de la justicia; todas
reformas que apuntaban a disminuir el poder de la nobleza a favor del poder real.

2. Entre los siglos XVI y XVII la principal actividad económica de España fue; la actividad
ganadera, al ser el ingreso económico más importante y rentable, desarrollando la ganadería
estante por una parte, que tenía como objetivo mantenerse fijo en un lugar y era utilizado
para pequeñas y medianas explotaciones campesinas. Al mismo tiempo los vecinos dueños
de dicho ganado tuvieron libertad para aprovecharse de los montes, el corte de madera y leña,
fue de uso en común como el derecho de hoz para el sostenimiento del ganado estante, al
mismo tiempo dicho ganado fue beneficioso al obtener alimentos entre ellos carne y leche.
Además la cabaña de ganados estante, que desempeñó un importante papel económico en el
desarrollo de la actividad agraria y al mismo tiempo contribuyeron complementos
indispensables para el desarrollo de la agricultura, tales como; el abono y animales de tiro
para labranza.
Por otra parte la ganadería Trashumante, con un objetivo puramente comercial, consistía en la
venta de lana fuera de la península. El 60% de este ganado era ovino, que estaban agrupados
en cabañas y rebaños. El mismo estaba representado por una institución llamada el Honrado
Concejo, ya en el año 1273, conformada por los llamados hermanos de la Mesta, el cual en
principio presentaba un carácter democrático, donde sus integrantes se reunían en las
llamadas Juntas Generales; dos veces al año, en el cual se llevaba a cabo la acción de votar,
cuyo derecho era reservado para quienes pagaban servicio y montazgo, a la vez de quienes
mostrasen la posesión de por lo menos 150 ovejos y cabras. Sin embargo, la capacidad de
decisión correspondía en las Juntas Generales a los grandes propietarios de rebaños, que
generalmente pertenecían a la alta nobleza o eran instituciones eclesiásticas.

Debido a la importancia que representaba la Mesta, poseía el derecho y/o privilegio de pastar
sus rebaños en tierras baldías de los municipios y en los comunales, así como la prohibición
de realizar acotamientos y cerramientos de tierras con la finalidad de ponerlas en cultivo,
pasando por las prohibiciones de roturar los pastizales de modo que subordinan a la
agricultura y favorecía a la ganadería trashumante por sobre la ganadería estante,
ocasionando conflictos entre agricultores y ganaderos, pero donde el estado protegía a los
ganaderos por su importante papel en el programa político de la corona y por ello; “La
Mesta se convirtió en un instrumento de monopolización, en una institución que jugaba el
papel de ser agente de la actividad política centralizadora de la Corona”. (Rodriguez
Sanchez, 1991, p.152). Debido a que desde medio siglo antes de la gran peste ya hay
explotaciones de lana española y donde los merinos se introducen la península y llegando la
consolidación del progreso industrial y comercial durante el siglo XVI, a partir de un medio
desfavorable para la actividad agraria, desarrollaron una industria textil muy especializada,
logrando a fines del siglo XVI jerarquizar las lanas castellanas.

Por todo ello se Arraigó una explotación compleja a partir de la dedicación de amplios
territorios, desde los inviernos y los veranaderos que se ubican en la Extremadura, Castilla-
La Mancha y al sur de la Cordillera Cantábrica; estableciéndose la zona de esquileo en
Segovia, Soria, Cuenca. Sin embargo también se requería una mano de obra especializada
para el esquileo, donde se procedía a la formación de cuadrillas conformada por los ligadores
y luego eran trasladados por los velloneros a los almacenes, que eran colocados por los
apiladores, concluyendo con “la selección y clasificación de los velones para su lavado y
posterior comercialización” ( Rodríguez Sánchez, 1991, p.156). El traslado del ganado se
desarrollaba a través de las principales cañadas las cuales eran, la leonesa, segoviana,
soriana.

Los centros productivos se localizaron en Segovia y en Córdoba y eran el centro castellano de


lana, donde todo el desarrollo del siglo XVI fueron para Castilla la mayor fábrica de paños,
sin embargo la producción cordobesa era una lana de inferior calidad .

3 ) La identificación que se tenía en cuenta para diferenciar de un pobre verdadero a un


pobre falso. Un pobre verdadero era todo aquel que se veía impedido de poder trabajar por
sus propios medios como un problema físico, o representara alguna dolencia que le impidiera
poder sustentar su familia en el cual importante observar que no solo sea un “pobre
verdadero porque sufra de una enfermedad sino basta con que este hombre sea un hombre
flaco” (Sierra, 2003, pág 84). Además también de las dificultades que la propia situación le
establece no tener las fuerzas necesarias para luchar por sus causas.

Un pobre falso era identificado, como aquella persona que podía trabajar sin necesidad de
estar mendigando o vagabundeando o lo que también suele denominarse andar de ocioso es
decir andar por ahí sin hacer nada cuando no tiene ningún impedimento que lo inhabilite de
realizar una labor. durante el siglo XVI y hasta incluso el siglo XVII la pobreza en la
sociedad española era importante porque el sector privilegiado necesita del pobre para llevar
a cabo las buenas obras para su salvación entonces la pobreza era un mal necesario sin
embargo estaba sacralizada por carácter divino porque Dios dispuso que los pobres son el
camino en el cual una persona podía hacer las buenas obras por ende el pobre era la
salvación y no un castigo divino para llegar al reino eterno.

A su vez dentro de la estructura eclesiástica, se establece un debate sobre los pobres, a partir
de la aprobación de la ley Tavera en 1540 por parte de dos monjes. Domingo de Soto un
monje Dominico, que no estaba de acuerdo con la ley un punto especialmente que era la
distinción de pobres del lugares que quiere decir con esto pues bien la situación era diferente
en caso de que fueran pobres extranjeros o foráneos de la ciudad donde mendigaban debían
ser expulsados para Soto no debía ser así porque se podía diferenciar entre verdaderos o
falsos pero entre naturales y no naturales donde todos eran pobres legítimos, entonces es
cuando él plantea la necesidad de tener como fundamento a su respuesta el de castigar al que
finge y ayudar al verdadero pero no ir en contra de la libertad. Por lo que él defendiendo la
misericordia dice que hay que socorrer a todos y no hacer una distinción entre buenos y
malos que solo eso le corresponde a la justicia.

En cambio Juan de Robles un monje Bendictino, quien está de acuerdo con la ley, sin
ninguna objeción plantea la necesidad identificar a los pobres, y así tener un control sobre
ellos. Tomando el a San Agustín como principal fuente para argumentar sus dichos de que
no se debía dar limosnas aquellos que no fueran pobres verdaderos porque lo que era alentar a
las personas a ser ociosa en el cual solo preferían mendigar o vagabundear sin trabajar para
poder ganarse su sustento para sobrevivir.

Para el siglo XVIII la identificación de la pobreza no estará sujeta a una diferenciación tan
rigurosa como en los siglo XVI y XVII ni tampoco estaba sacralizada porque con la llegada
los Borbones al trono español quienes eran frances traen consigo las ideas de la Ilustración y
la nueva teoría económica la fisiocracia por el cual pretenden implementar una serie de
reformas como la organización de la fiscalidad, entonces se establecieron censos con la
finalidad de tener un panorama de la situación en España incluidos todos los sectores sociales
como los pobres y las viudas. Los censos permitieron también observar la cuestión
demográfica que durante este periodo hubo un crecimiento vegetativo de la población y
relacionado con el aumento de la pobreza con que la monarquía pretende erradicar mediante
políticas como asignación en lugares o espacios de trabajo como “el ejército, las minas o
también la construcción de obras públicas, en los talleres artesanales” ( Beltran,
2000, pág 132). Con un claro objetivo de controlar y sobre todo evitar la ociosidad para
obtener más personas para recaudar impuestos.

4 .Por lo que se refiere a los factores que influyeron en el crecimiento de la pobreza en la segunda
mitad del siglo XVI y durante el siglo XVII, debemos antes que nada hacer referencia a la situación
de España la primera mitad del siglo XVI, en la cual que se caracterizó por la presencia de escasez y
el hambre que se hizo tan cotidiana y que se asoció a las enfermedades y al nacimiento de nuevos
contingentes de pobres, debido a una sociedad dirigente y una especulación del mercado de los
productos necesarios, legitimando como inevitable el hambre, la pobreza, la escasez y la
insolidaridad, produciendo a la vez conflictos sociales. Con todo y lo anterior la situación de la
pobreza se incrementa en la segunda mitad del Siglo XVI; con la disminución crítica de la
producción, debido al encadenamiento negativo de factores medioambientales como plagas y sequías,
así como la disminución de la población activa por causa de una crisis de mortalidad. Al mismo
tiempo se presencia y/o destaca la insolidaridad especulativa, por parte de la presión señorial,
mediante el portazgos, la apropiación de partes del diezmo eclesiástico, que se legitiman como
expresión del derecho de patronato, los derechos sobre alcabalas, y al mismo tiempo se gravaba los
productos alimenticios especialmente a fines del siglo XVI, con el establecimiento del impuesto de los
millones, donde se hace tan insolidario, ya que la presión señorial; que domina, acapara, y es
inflexible en el cobro de deudas, “control del municipio mediante el nombramiento de su clientela
para los cargos públicas y una larga lista de vedas, prohibiciones, incautaciones” (Rodríguez Sánchez,
1991, p. 111). Al mismo tiempo a fines del siglo XVI la situación empeora especialmente con el
desastre de la Armada Invencible en 1588, así como la peste funicular desencadenando un incremento
del número de parados y consecuentemente la pérdidas de las pequeñas propiedades de tierras que
pasaron a los propietarios de los censos, el éxodo del campo a la ciudad, acrecentando el aumento de
vagabundos y de mendigos en las ciudades.

Así mismo en el siglo XVII los factores que más influyeron y que agudizaron la situación y el
crecimiento de la pobreza fue la expulsión de los Moriscos, la revuelta de los catalanes y la guerra de
Restauración portuguesa. Antes que nada la expulsión de los Moriscos fue por decisión del “Consejo
de Estado el 4 de abril de 1609, afectó a cerca de 300.000 personas”( Rodríguez Sánchez, 1991, p.
121), donde el 64 por ciento de la población de los moriscos vivían en territorios de la Corona de
Aragón y ello significó un porcentaje elevado con respecto a la pérdida importante de población
activa y de mano de obra especializada, causando el desabastecimiento de los mercados y de la merma
de los cultivos de caña de azúcar, arroz, y de mayor importancia en Murcia en la especial dedicación
de los moriscos al cuidado del gusano de la seda, y en Aragón se perdió la mano de obra que
trabajaba en las tierras más fértiles. Así mismo las consecuencias fueron demasiadas desde una
disminución de la actividad industrial y mercantil, despoblación, paralización de determinadas
actividades productivas, la esclavitud de los moriscos que permanecieron y los conflictos que planteo
la repoblación de cristianos viejos, aparición de bandolerismo popular, y nuevas tensiones sociales,
todos y cada uno de ellas fueron las consecuencias económicas de una medida política-religiosa que
agudizo la situación.

Además hay que sumar a la situación sombría, la guerra castellano-portuguesa desde 1640 que
ocasionará un incremento del hambre, la miseria y de la escasez a partir agresiones y prejuicios a la
población a partir;” del paso y alojamientos de tropas, obligaciones que se impone a la población
civil y a las instituciones municipales, en forma de requisas y de imposiciones fiscales
extraordinarios” (Rodríguez Sánchez, 1991, p. 123), en el cual se debía tolerar, alimentar y alojar a las
tropas, que tendrá su fin el 13 de febrero de 1668, que se reconoce oficialmente la independencia de
Portugal. Una de las ciudades que sufrieron de sobremanera las consecuencias de la guerra fue
Extremadura, donde se requisaron cereales y animales, además de ser esta la ciudad que más aporto
para sufragar los gastos de dicho guerra, ya que se encontraba en la frontera. Sin embargo no fue la
única, sino que el Principado de Cataluña debió enfrentar las consecuencias de las realidades
fronterizas desde el indicador militar, donde el gobierno decidió alojar durante todo el invierno de
1640 a las tropas y consecuentemente tenían la obligación de alimentar, y pagar un real diario a cada
soldado, desencadenado el incumplimiento de estas medidas ya que concedió con una sequía,
provocando la revuelta catalana organizada contra el alojamiento militar, sin dejar de lado el indicador
fiscal y sumado el inconveniente en lo que respecta con la monarquía desde años anteriores , quien a
partir del auge castellano de exportación de lana, aposto por el monopolio castellano en detrimento de
los comerciantes Catalanes, por medio de medidas desde prohibiciones como; “utilizar navíos
catalanes para embarcar mercancías en puertos castellanos, como exportar paños a las indias o negar
el permiso para abrir en Barcelona una feria propia”( Rodríguez Sánchez, 1991, p. 125). Todo ello
condujo a una reproducción de catástrofe desde el hambre, las despoblaciones, las pérdidas
territoriales, la destrucción de la marina mercante; al mismo tiempo presentó una escasez en el
terreno de lo espiritual, a partir de todo lo que se vivía, en la cual la vida que se cree que existe en el
más allá, hay que pagarla con liquidez suficiente en este mundo, por eso se acaparan sufragios, se
almacenan misas y se compran méritos excedentes justificados con Dios. Entre las últimas voluntades
se aferran a elementos inmateriales como las cinco llagas, las ánimas del purgatorio entre otras y los
elementos materializados en forma de ofrendas: la perpetuidad, los novenarios, etc.

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