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El oficio de historiador Estudiar, ensefar, investigar Enrique Moradiellos akal Escaneado con CamScanner De género literario a cien- sia humana Himologia indoeuropea y sriega de chistorian 1.3. LA CIENCIA DE LAHISTORIA La historia, desde principios del siglo XIX, con la labor de h cuela histérica alemana, quedd constituida como una de las g eenanas en el sentido antedicho. Previamente, hubo sin dyge'* actividad Hamada «historia» € «historiadores». Pero hay una dn’ rencia de grado, cualitativa, entre el género literario y Natratiyg g._ desde Herodoto de Halicarnaso escribe «sobre las cosas de| Pasady, y la prictica del gremio profesional que surge y se consolida duran, el siglo xix en el mundo occidental”, , Etimolégicamente, la palabra «historia» deriva en todas las | guas romances y en inglés del término gtiego antiguo istopin, (ise, rie), en dialecto j6nico, adaptado al latin clasico como «histor, Esa forma griega original deriva a su vez de una rafz indoeurop, wid-, weid-, cuyo campo semantico esta relacionado con el sentidy de [a vista, con la actividad de «ver» o «percibit ocularmente», py festa rafz parece que surgi6 en griego iotip (ister), «testigon, en sentido de «el que ve»: el testigo ocular y presencial, y por eso isn fidedigno, de un hecho pretérito. A partir de ese nticleo, probable mente por su uso en la técnica procesal y judicial ordinaria dela tribunales, se desarroll6 el significado de «historia» como «testims. nio directo probatorio» y labor de aquel «que examina a los testign y obtiene la verdad a través de averiguaciones e indagaciones», He» rodoto, «el padre de la historia» al decir de Cicerén, acuité en el s- glo v a.C. el término historia en ese sentido de actividad de «indas: cién>, «averiguacién», «pesquisa» e «investigacién» sobre la verds! de acontecimientos humanos pretéritos. Muy pronto, la palabra pat a tener dos significados diferentes pero conexos que atin hoy se mar tienen: 1.° las acciones humanas del pasado en sf mismas (res geste historia como pasado); 2.° la indagacién y relato sobre esas accion humanas pretéritas (historiam rerum gestarum: historia como relato)" En su calidad de ciencia humana (0 social), la historia (o mejor ® disciplinas hist6ricas en plural) tiene un campo de trabajo pect! que no es, ni puede ser, el «pasado». Y ello porque el pasado, por niciGn, no existe, es tiempo finito, perfecto acabado y como tal ms noscible cientfficamente porque no tiene presencia fisiea ¥ eT actual y material. El pasado no existe en la actualidad (en la dine sidn presente de un observador) porque es un «fantast imaginacién» y no puede haber conocimiento cientifico de alge oe i respecto el capitulo siguiente de esta obra y nuestt? 822g Nogrifico: E. Moradiellos, Las earas de Clio, Una ineroduceion a ka hist dri, ilo XXI de Espana, 2009, paws |. Arendt, «The Concept of History: Ancient and Moderns & ga Pat and Future, Londres, Faber, 161, i. 228 29] Le Golf, Pensa” bie Sreeloma, Paidés, 1991, pp. 21-22. J. Lozano, El discurse MSO 6g PH Ra LP: 15-18. Vox +Historys en Harry Ritter, Dictiona ot 127, Nueva York, Greenwood Press, 1986. E. Lledé, Lente, tet Barcelona, Ariel, 1978 Led yméiodo, Barcelona. Csbecs voce eRe La ivesicion Escaneado con CamScanner ho Tene presencia ni existencia hic et nunc (aqui y ahor ie cho conacnien epi we ce ea abso construinse y conformarse. En palabras de John Lewis Gaddis. «El ps, \ sado es algo que nunca podemos capturars; «no podemos revivit ‘ recuperarlo ni volver a ello como podrfamos hacerlo con un expen mento de laboratorio o una simulacidn de ordenadors!”. De ah ones la imposibilidad radical de conocer el pasado «tal y como realmente 0 ealmente sucedié» (en frase memorable de Leopold von Ranke) y la consecuen. te incapacidad para alcanzar una verdad absoluta, completa y totaliza- dora (carente de mrgenes de incertidumbre) sobre cualquler suceso Pretérito porque este es inabordable fisicamente desde el presente. Si la materia de conocimiento de la historia no es ni puede ser el pasado, queda por establecer cual es el campo y los términos categoria- les dedicha disciplina. Pues bien, este campo esté constituido por aque. los restos, trazas y vestigios del pasado que perviven en nuestro presen- te en la forma de residuos materiales, huellas corpdreas y ceremonias , Visibles. En otras palabras: las reliquias del pasado (relinquere: lo que — Reliquias del pasado } Permanece, lo que resta tras el paso del tiempo)'*, Como ha subrayado David Lowenthal, «el pasado es un pais extrafio» y «se ha ido; todo lo que sobrevive son sus residuos materiales y los relatos de aquellos que o experimentaron»'?. Esos residuos y remanentes fisicos que permiten la presencia viva del pasado son el material sobre el que trabaja el his- toriador y con el que construye su relato histérico: la raedera prehisté- rica, la tablilla de arcilla sumeria, una momia egipcia, una moneda ro- mana, [2 iglesia medieval de los Templarios, el c6dice manuscrito gético, la fortaleza militar renacentista, el periddico parisino de 1848, + el documento diplomético alemdn de 1914... son tan presentes, fisicos 5 yactuales como nuestra propia corporeidad de observadores y analistas. Esas «reliquias» que podemos tocar y manejar son la presencia viva del pasado que hace posible el conocimiento histérico porque pueden con- siderarse los significantes (presentes) de unos significados (pretéritos): los signos que representan algo distinto de ellos mismos, un reflejo pé- Iido e imperfecto del pasado perfecto y finito en cl que fueron elabora- dos y generados. Las «teliquias» del pasado, heterogéneas, plurals, _____ fragmentarias, inconexas y limitadas son las «fuentes» informativas del Fuentes informatvas conocimiento histérico y se hallan dispersas entre otros cuerpos y ma- terales de nuestro propio presente corpéreo y temporal, Sin ellas no hay conocimiento histérico y solo gracias a ellas cabe intentar elaborar- lo con minimas garantfas de seguridad, certeza y rigor. Por consiguiente, solo podré hacerse historia y lograrse conoci- miento histérico de aquellos sucesos, personas, acciones, instituciones, John Lewis Gaddis Leopold von Ranke e) El el pasado, Barcelona, Ana 4 G. Bueno, «Reliquias y ménica, El Bales, 1974, pp. 5-16. ©. Gonailes del Tejo, La presencia del * pasado, troduced a fio dea Psa de aliuvea, Ciel, Penal, 190, ‘(Chr las voces «Past» y «History* ‘en H. Ritter, Dicnunary of Concepts in Hastury, cit TD. Lowenthal, El pasado es un pais extraio, Madrl, Akal, 2010, p. 15 la 35 Escaneado con CamScanner Pruebas y evidencias estructuras y procesos de los que se conserven sefiales, trazas y veg en nuestra propia dimensi6n temporal. En palabras de la tradicign hi totiogrifica: Quod non est in actis, rion est in mundo (De lo que nip , ddan pruebas, no cabe hablar con rigor 0 propiedad). Porque el pay, “ehistérico» solo se nos ofrece a la contemplacién como presente fic. lista a través de las reliquias materiales legadas por el paso del tiem, 1a primera tarea del oficio de historiador es descubrir,identifca, discriminar esas reliquias dispersas, que pasardn a ser las pruebas, ¢y, dencias y «fuentes informativas primarias» sobre las que levantari relato, su construccién narrativa del pasado histérico (véase en el ag. dro adjunto una clasificacién de esas fuentes segtin su naturaleza). Fr cisamente, la realidad actual de las reliquias convertidas en pru evidentes es lo que permite concebir con sentido un pasado que ex ti6 una vez, que tuvo su lugar y su fecha: las reliquias generadas end pasado impiden que la no actualidad de lo que tuvo un lugar y ux fecha se identifique con su irrealidad e inexistencia absolura, pem tiendo asf la diferenciacién entre el pasado histérico (que fue aunge ya no es) y la mera ficci6n o el mito imaginario y arbitrario. Naturaleza de las fuentes histéricas Documentos manuscritos Documentos impresos Documentos grabados (en piedra, meal u otro soporte) Prensa diaria y periédica Libros y publicaciones Fuentes textuales y escritas Dibujos | Pinturas Fuentes icénicas Esculturas ¢ imégenes Grabados Fotografias y soportes anslogos Videos y peliculas cinematografico® Fuentes estaditicos Pearones y numéricas Repertorios estadisticos oficiale* Cuadros y tablas elaborados seria! Testimonios transmitidos directae™ Fuentes orales Testimonios grabados en soport® magnético o digital Edificaciones y monumentos fuentes materiales Instrumentos y utiles ‘Objetos de uso diario y cotidian® oa Restos arqueologicos FURicTt: E. Moruiel Nistéinicoe, en J Prat dsciplinar, Be . Barcelona, ¢ Hos, «Mécalosytécnicas de conatruccisn del consti ts (coord.), Geografia e Historia. Complementos de {° 2011, p. 60. Escaneado con CamScanner Ese acto as fi eo cae ne identificacién de las reliquias de un tiem- , co es la primera tarea de cualquier historiador y solia Hamarse heuristica (utilicando un neologismo derivado de la voz grieza evpioxw: hallar, descubrir). El historiador puede ejercer esta tarea de identificacién porque es capa: de percibir esos residuos ma- teriales como fabricados y elaborados por hombres pretéritos y resul- tado de operaciones humanas (dadas en la misma escala operatoria del observador). Y ello porque existe homogeneidad entre historia- dor y agente pretérito: las reliquias son restos de acciones realizadas por individuos como él, dotados de un sistema de operaciones simi- lares al suyo, capaces de pensar, planificar, ejecutar, construir, des- tnuir, etc. En otras palabras: tanto el historiador presente como los agentes hist6ricos analizados son parte del género Homo, primates bipedos que estan dotados de una inteligencia tecnolégica gracias a su mano libre con pulgar oponible y a su capacidad fénica para el lenguaje articulado. Tal homogeneidad es condicién de posibilidad del conocimiento histérico, porque permite que el historiador utilice las reliquias como base de su relato mediante una metodologia pro- pia de las ciencias humanas, tratando de reactualizar las operaciones del agente (o agentes) cuyos restos estudia, atribuyéndoles una razén y propésito, dando cuenta de las circunstancias y acciones que pu- dicron haber conducido al surgimiento de ese residuo material, offe- ciendo una interpretacion del cémo, cuando, dénde y porqué de los acontecimientos y procesos. De hecho, un historiador no podré investigar, analizar y explicar un suceso (el asesinato de Julio César), un proceso (la conquista y colonizacién de América) o una estructura (el sistema de partidos de la II Republica espafiola), si desconoce lo que significan operativa- mente expresiones tales como «reunirse en secreto», «emigrar forzo- samente del pais» o «suftir los efectos del voto ail»; conceptos que deberd extraer de la conciencia operatoria de su propio presente. ‘Aqui reside el fundamento gnoseolégico de la conocida resis de que toda historia es en realidad historia contemporinea. Y de aqui deriva el modus operandi propio de los historiadores: tratar de dar cuenta y razon de la génesis de esas reliquias que investigan, procurando po- herse en el lugar del sujeto (o sujetos) pretérito y reactualizar sus acciones para comprender y explicar su sentido y los motivos y cit cunstancias que pudieron haber conducido al surgimiento de esos residuos materia >, Esta inexcusable y personal labor de interpretacién, por inferencia logica y exégess razon apert de las pruebas disponibles, es lo que designa el concepto de hering neu ta (derivado del vocablo griego eppnventixoa: interprete, (Nt tor, explicador), la segunda fase del trabajo historice tras ' fase heurfstica segtin la precepuva candnica clisica, La sinvients cita del historiador y filésofo inglés Robin George Collingwood permi- te comprender el procedimiento de reactualizaciin hermenéuie Cinverpreraién) de las eeliquias ypruchas que practica el west dor en su trabajo: aw Escaneado con CamScanner ——— Enere ef escepticismo y el rama Verdad y prueba hisvorica sa histricamente, Hene ante si cien, Faquas cel ast: Gu area es descubtir que pasa gy ede af estas relia: {Por ejemplo, supongamos ga - leyenda el Codigo Feodosiano y que tiene ante ya” Pict del emperadoF Bl simple hecho dele tas palabras y taj ee vale mificacion historia. A fin de hace Jas no representarse in que el emperador trataba de Pi, que representarsela tal como dl emperador lo acta, Ly * como sila situacin del emperadr iy, por su cucnt2s ‘i fa manera como podria resolverse semejantesiuacig in hombre pier’ Cuando 0 tiene que nar, y tiene tiene que ver Ja suya propia, fa mat Os tiene que ver !as posibles altermativas, y las razones para elegir una tip preferenciaa las otras y, por tanto, tiene que pasar por el mismo proces, que el emperador al decidir fabre este caso particular. Asi, esté rae, Jisando en su propia mente Ia experiencia del emperador;y solo en medida en que haga esto, tiene algdn conocimiento hist6rico, en cuants Uistinto del meramente filolOgiCOs del significado del texto". En definitiva, yal contrario de lo que predicaba el empirismo px tivista del siglo XIX, €3 evidente que la labor del historiador noes ua ve deseripcién de los whechos» del pasado (como si solo fueras notario muy fiel levantando acta de lo que ve -0 NO” ve). Su tara motsiste en la construccién de un pasado histérico en forma de reas cone va ya partir de las reliquas, de las pruebas y fuentes inform vas primariaslegadas por el pasado, mediante un ‘método inferencale sae retativo en el cuales imposible eliminar al propio sueto logico. Y de ello surge la imposibilidad del investigador de presciniz a aterpretacion de su sistema de valores filosbticos¢ ides i de su experiencia politica y social, de su grado de formacién ct Pero esa irreductibilidad del componente subjetivo no ¢ puro excepticismo (abriendo la via al «todo vale» y «todo P se! al crudo nihilismo («nada se sabe> y «nada se puede saber») soteed conocimiento del pasado aleanzado por los historiadores- __ Noen vano, sibien la labor interpretativa, fa tarea de henner ie sonal e imposible de neutralizar, el relato histére* 1 hee a puede ser abitrario, ni caprichoso, ni fiction SHY ree arte apoyado y contrastado por ls we dwar historia iquias, que existan al respecto. Por tanto eos lic twiksuina cofiere al pasado en st, que e! Ine F aanlles ne i fe del mismo se preservan eM el Pe ath ¢ woros(mt nterpetativa, aguel relato histérico, que Mad i serail pares fk acuento con las pruebas disponibles Scr eenneeTen tanto ne aparezcan nuevas TT gs BE choiieice enna desmentirlo o contradecitlo- Be dar GEA te eee ole s verdaderos que otros pormdye er we ero de pruebas verificables por otros i " R.G. Coll mica, 1952 colt ling allingwood, dea de a historia, México, Foro d® Escaneado con CamScanner dores y resultan coherentes con el conocimiento acumulado como resultado de otras investigaciones. Las reliquias, el material primario , los «documentos» o «fuentes» (en la jerga profesional) la base sobre la que el historiador inicia su investigacién y construye su relato sobre el pasado, ademis de ser el criterio al que acudira para demostrar In necesidad de los resultados ¢ interpreta- cidn ofrecida en el mismo. Eso sf: esa historia construida «es menos gue el Pasado en sf por razones ya apuntadas que David Lowenthal ha sintetizado perfectamente: son, pue: ‘Ninguna de esas evidencias (histéricas) puede hablamos acerca del pasado con una certeza absoluta, porque sus supervivencias sobre el te- reno, en los libros y en nuestras cabezas estan conservadas de forma selectiva desde el principio y estén, ademds, alteradas por el paso del tiempo. [...] La narrativa histérica no es un retrato de lo que ocurrié sino una historia acerca de lo que ocurrié. El historiador ni siquiera se- lecciona la totalidad de lo que ocurtié (res gestae), sino otros informes de lo que ocurrié (historia rerum gestanim) [...J. Ningtin proceso de veri- ficacién puede dejarnos del todo satisfechos pensando que conocemos la verdad sobre el pasado!®. En el transcurso de esa labor, el historiador construye su pasado chistéricor que gnoseoldgicamente no es un reflejo de pasado real e incognoscible sino el resultado de sus operaciones légicas de inferen- cia e interpretacion a partir de las reliquias con las que trabaja. En este sentido, el historiador puebla las reliquias de «fantasmas», de sespectros» (por cuanto que no existen en el presente), en su come- tido profesional de dar raz6n del surgimiento de esos restos del pasa- do mediante un relato narrativo. Este uso de «fantasmas», tanto per- sonas (Julio César, Felipe Il, Adolf Hitler, etc.) como formaciones socioculturales (la quiebra del municipio romano, la querella de las investiduras tardomedieval, la inflacién de la Espaiia del siglo XVI, la batalla de Inglaterra de 1940, etc.) es imprescindible para dar cuenta racional de las reliquias en un relato historico. Esos «fantasmas» y sespectros» tienen la funci6n de constituir un «revestimiento imagi- hario» que conforma el contexto de explicacin de las propias reliquias, la proyeccin imaginaria (pero no arbitraria, ni ficticia, ni capricho- a) de una dimensidn temporal pretérita e inaccesible de otro modo ¥ manera: un mundo posible y plausible a partic de las reliquias y justificativo de estas mists. Esa construccién forzosa y forada de un pasado ractonalmente imaginado que sirva de contexto envolvente y justiheative de las reliquias disponibles en nuestra dimensidn temporal est en el nil: cleo del proceso mismo de labor cientitice-I speioaratts! Aqut feside su componente constructivo mibxiino y superior: en el NEE: fio regreso gnoseol6gico dese ka materiaidad de Lay reliquias pre- 1 1 Lowenthal, op: cit., pp: 15 y 313. David Lowenthal EI pasado chistorico» es tun contexto de explicacien imaginado racionalmente Escaneado con CamScanner Georges Duby Tret prncpios delacencaciplina cientffico-humanista es también tributaria de tres principi* hastorica ménico preverito que les debe very, _ Esa construcci6n racion,y {%, fabricadas las reliquias ey" Jiquias (que, a su vez, Timi « jmaginacion Y Jo someten al imperio de i discursive): restos elaborados por hop! ramen fantos, nexistentes, AYE NO Pueden he pretérites DO EARS OT ver a fabricarlas 0 explicar sus rg ante nosotros Pay 65 esta inexcusable faceta ray) janet ies Duby subray operaciones. oOo Eber vioriogréfica con acierto y Precisin imaginativa el Ambito feno" el Abie erat ae en el que fueron ai cualidad de Tas rreament sencia y del 7 recer a gu de los que me Ocupo, que han viv, el i a han dejado ciertas huellas. Algunas i elas son total ‘s econcretas», estan inscritas en. el paisaje, eon objetos materiale, Fevela In arqueotogta, [.--]. Después hay otras huellas, estas son de los contempordneos sobre ellos mismos iscurss. DiscUrsos eer « al lado del otro, frases. [...] Un cierongay, Jabras, signos puestos uni rane ells, [1 De esta forma, yo que hablo, estoy ante et nig so ents; algunos podemos situartos en el espacio y en el tiempo, tun lugar impreciso, en una fecha imprecisa; hay otros que flotan, cay Jocalizacién sigue siendo muy vaga. Esto, evidentemente, ¢s «reabg testimonio irrefutable: procede de la gente que ha vivido y actuadoe: ‘otro tiempo. Lo que intento hacer, basdndome en estos testimonio, es, en primer lugar, establecer cualquier tipo de relacién entre em huellas. A partir de ese momento interviene Ja imaginacién: cuands ato de llenar estas lagunas, estos intersticios, de tender puentay rellenat las fallas, este no dicho, este silencio, de alguna manera, a déndome de lo que ya sé”. e los hombres Aparte de esas caracteristicas gnoseolégicas, la historia comods axiomaticos inexcusables que solo comenzaron a observarse coniu tamente a partir de finales del siglo xvi, cuando la escuela histo germénica protagoniz6 la conversin del género literario histo gréfico en ciencia social y humana. Estos principios constitutt la racionalidad histérica delimitaban conceptualmente el nb gnoseolégico del campo eategorial de la realidad sobre la que ht de desplegarse la «razén histérica» en sus labores indagatorss \* set conrrucelomes de «verdades» histéricas. De hecho, toavi# dohiiodnns cone sagen una trilogia de axiomas que el" pla a c nna i co esenciales y definitories des larcualquier alae la ausencia o negacivin de ai tirve de criteria de preity © con pret nsién, histdico-ch Aa acid frente a los relatos sobre & d le naturaleza mitica, religiosa o novelesca. a ® G. Duby yG, ‘ 7.3839 YY G: Lardreu, Didlogo sobre la historia, Madrid, Allan , Escaneado con CamScanner Principio seméntica El Primero de tales axiomas es un principio semdntico de naturale- i do del aclate ace Prugmitiea, A tenor del mismo, el conte- pice cate Yaron hitb lebe estar apoyado y soportado was y evidencias materiales que sean fisicas, veriticabl cotejables y comprobables empiricamente por los diversos inves tigadores potenciales. Por tanto, toda obra histérica, con inde- pendencladlesn. earn naratva (desu condi de stelata» faint ean Si artical arse a partir de «fuentes» de inf son «teliquias»: vestigios y testimonios del pasado finitos y fragmentarios pero disponibles en nuestro tiempo y sus- ceptibles de estudio, observacién y andlisis recurrente por todos los investigadores interesados. Son los llamados documentos histéri- cos (del latin docere: enseiiar, instruir, revelar) que deben localizar- se, cribarse, analizarse y depurarse a tono con las exigencias de la- bor heuristica: textos escritas en papiros 0 cédices, restos arqueolégicos degradados o bien conservados, monedas y piezas ce- ramicas, monumentos, ceremonias inmemoriales, rastros topont- micos, cuadros o fotografias, etcétera. Sobre la base material y primaria de estas reliquias y testimonios del pasado, el historiador, gracias a un procedimiento hetmenéuti- co, a un método de inferencia légica ¢ interpretativa, construye su relato sobre el pasado histérico que trata de servir como contexto explicativo imaginado para esas reliquias y que no puede ser arbitra- rio ni caprichoso porque esta limitado por las pruebas disponibles y por su grado de coherencia con el conocimiento acumulado por otras investigaciones solventes. Las reliquias materiales son, asf pues, la base finita, limitada y fragmentaria sobre la que el historia- dor inicia su investigacién y el criterio al que acudiré para demos- trar la necesidad, veracidad y coherencia de los resultados a los que llega en su investigacién y en su narracién correspondiente. En otras palabras: las reliquias son la presencia viva del pasado que Relig presence vie del hace posible el conocimiento histérico en In medida en que pueden Pee ser consideradas como los significances (presentes) de unos signifi- cados (pretéritos) que subsisten mas alld de ellos. Por tanto, como hemes visto, no puede haber conocimiento histérico de hechos y process pretéritos de los que no se canserven huellas y vestigios et Pa actualidad. Y el pasado histérico es, asf pues, un pasado imagine do, elaborado interpretativamente, a partir de lay reliquias disponi- bles en el presente actual desde el que estuxtiamos e investigamos No ec un reflejo original y fiel del auténtico pasitdo realmente suce- dido, que es por definicidn incoynoscible por inabordable y por st condicién de pretérito perfecto. No hay maquina del tiempo posible que nos pueda retsotraer al pasado para «verlo en director y solo cUbe conocer este por sus reliquias legaday en el presente con todas sus imperfecciones y limitaciones. El segundo axioma operative que te fr eanifea es el Hamad principio determnusta genéicn (a Ue ne- Pine getsen r on de la generacion espontinea y de la acién de la magia y exclusion de la generac ye Pescion ‘ex nihilo). En virtud del mismo, es un postulado necesario Reliquias y relatos ula la moderna prictica his- Escaneado con CamScanner Biixqueda de conexiones £2 riétions y causales en proce sn hiotéricos Principio temporal Primacia de Ia cronotegia Exclusion de angeronision que cualquier acontecimnient a suceso} humane surge, brota, Toso emerge a partir de condiciones PY s homogéneas y Freceso de desarollointemo, inmanenirs encligeno y secgf Pr ce mpresindible en labor de inenpeetacin yg cign histérica suponer que hay una concatenacién interna a lig. case evolutivo de las formas de las vociedades humanas y ogy? coi ie caus ¥ razones del mismo en ese orden humano yy misma escala y proporcion. 1H Fl vorolaro Logica de este cierre del campo de inmanenci minista es igualmente necesari : descartar la intervencin de t a sativa causes facroresomotivos ex6zen0s en el deve recede los procesos hurmanos, como pudieran ser la Divina Py Gencia, el Destino Manifesto, la influencia de las conjunciones trales, {a voluntad de seres extracerrestres andnimos ¢ innominaig re mero azar absoluto, totalizador y caprichoso. Bn consecuencis velato historico cientifico tiene que limitarse a tratar de establecs vinculaciones y conexiones genéticas (de cardcter causal, aleatotiog probabilfstico) entre los fendmenos, acontecimientos y procea: dentro del propio ambito material de la historia humana. ¥ no puede ergar ni siquicra como posibilidad diltima la intervencin de fe tones exduenos inefables, innombrables, insondables o por comples incognoscibles. El tercer y tltimo de los axiomas operativos constitutive dls ciencia hist6rica es el llamado principio de significacién temporal me versible, En otras palabras, la investigacién y la marracién histéoe tienen que respetar escrupulosamente la Hamada «flecha del ties poo: la naturaleza direccional y acumulativa del paso del tier ventide necesnrlo desde un pasado fijo y cerrado a un futuro abies? através de un presente en construccisn y sin efectuat bucls Jos o regresiones azarosas. Esta novedosa concepeisn tempen” a sida de ia revolucién cientéfica y recroldgica del siglo XVty 8 dida al compas de la Hustracién en el xvil, implica la neg superacién de otras concepciones sobre el fluir del tem hee ates en la historia hasta entonces. Por ejemplo, la conse ca del Presente Eterno que suponta la inmutabilihe ve Jas condiciones de existencin social y natural. © More 1 del Eterna Retorno, derivada del curse de kT, orgtnicos naturales y siempre recurrentes (sucesion eel 1 che o de las eat yest etcétera) EL principio de significacién temporal convierte 8 aan ga (Lu medica Huan del paser del tiemper stron te) tory factor de evoluctén histirica irreversible © U8t de cualquier anacron imo (incompatibilichiel de mete les diferentes) o de cualquier ucromin (auiseracis be COT ih pals) en fv interprets yaa chon fai lente. For Aa daracion cronolger 5 vistoriogtitice hasicey previe st cualetet OF bie cidn, ¥ solo enmarcacks en ef rrerapo puede teatar 4 tones, regularidad de li salida y lar pete WWE ee rust - Escaneado con CamScanner comprenderse un fenémeno histérico: Veritas filia temporis (La ver- dad solo puede ser hija del tiempo). La historia, en su sentido de res gestae, se presenta como un pro- ceso evolutivo de las formas de sociedad humanas sobre el espacio terrestre, como una sucesién de cambios y continuidades en las es- tructuras sociales de los grupos humanos a Io largo del tiempo y en determinados espacios habitados. Las disciplinas hist6ricas preten- den analizar, comprender y explicar narrativamente ese proceso di- némico, sobre la base del estudio e interpretacién de las pruebas per- tinentes legadas y disponibles sobre el pasado. Pero esta tarea seria inabordable en su globalidad si no hubiera criterios para discriminar qué es lo que se debe analizar, comprender y reexponer de toda la infinita variedad de sucesos y fenémenos que acontecieron en el pa- sado. Escribir historia serfa una empresa vana, inacabable e iniitil si no se contara con criterios para saber qué interesa conocer del pasa- do infinito, qué pruebas son las pertinentes de entre toda la masa de reliquias disponibles y cudles deben seleccionarse como significati- vas para utilizar en la explicacién histérica. A fin de realizar esta tarea de modo factible, los historiadores adoptan un «ideal regulativo» que les permite guiar su esfuerzo de investigacién y seleccin de pruebas y de elaboracién del relato his- t6rico explicativo. Se trata de un horizonte metodolégico que conci- be las sociedades humanas como sistemas dindmicos y complejos conformados por individuos operativos y grupos colectivos y com- Puestos por esferas de actividad distintas, que se pueden tratar sepa- radamente, pero que estén conexas y son interdependientes en algu- na medida y proporcién. Por ejemplo, hace afios una comisién de historiadores britdnicos encargada de la reforma de la ensefianza de la Historia para los escola- tes y bachilleres propuso como modelo orientativo docente la denomi- nada «férmula PESC», identificando en Ia Historia cuatro dimensio- nes significativas de atencién preferente: politica (relaciones de dominacién entre individuos y grupos), economia (relaciones de pro- duccién, distribucién y consumo de bicnes y servicios), sociedad (rela- ciones de convivencia entre sujetos heterogéneos 0 vinculados fami- liarmente) y cultura (relaciones de comunicacién entre individuos y grupos), Por su parte, el antropélogo britnico Emest Gellner ha defi- nido la «estructura de la historia humaniv» bajo el prisma de tres ambi- tos de actividad siempre presentes y operantes en cualquier sociedad grupo humano organizado: «la produccién, la coercién y el conoci- miento» (o, como reza el tftulo, mas literario, de su libro: «EL arado, la espada y el libro»). EI historiador aleman Hans Ulrich Wehler también percihe tres dimensiones distintay en el campo de lay relaciones esta blecidas por los hombres que forman una sociedad: «la dominacisn, el trabajo y la cultura», Karl Marx habfa propuesto en 1859 como canon interpretativo de la historia humana una triparticién muy similar: El conjunto de estas relaciones de produccidn constituye la estruc- tura econdémica de la sociedad, la base real, sobre la cual se eleva una Historia: proceso evolutivo de bs formas de la socie- dad humana Ideales regulativos para fa comprension de procesos histéricos Ernest Gelloer Hans Utrich Webler Karl Marx Escaneado con CamScanner ctura jurilica y politica y a la que correspond 5 on s de concienct! May, a J supetest Jes determin esps casos, como ED el conjunto de la préctic, grea, se postula ka nece idad ie catesbie esas dimension netividad de Los hombres como esferas diferentes pero Coney, ruamente influyentes ¢ interdependientes. Nunca como gm. mizados que tuvieran su propia Idgica interna y auténoma con cién y transformacion separada. En otras palabras: | 5 a investi, histériea, aun reconociendo la exis En todos encia individual de esx fe" Sri sociedades y estulisndolas como tales, tambien de descubrir y establecer la dialéctica de las relaciones cause, ae ames ¥ significativas que Ligan a unas con otras ene rey general evolutivo de las sociedades humanas. Ese principio de cp. Ridn entre las distintas actividades humanas est presente tarog, la explicacidn ofrecida por Ia sintesis histérica global, con intenas. thes divulgativas, como en la oftecida por la monografia eet: dda, ditigida a un pablico mas restringido o al propio gremio rss nal de historiadores. 1.4, LA NECESIDAD SOCIAL DE UNA CONCIENCIA DEL PASADO La ciencia humana de la historia cumple una funcional» cial y cultural de primera importancia en nuestros tiempos ¥ des, como fo hizo la previa literatura historica desde la Ants hasta la Edad Contemporinea, Desde luego, esta practcibl! historia cientifica no reside en el hecho de que permit « jacur a n todo caso, como hemos visto, la investigacioa hese? «posdice» y «re a quis. Teary retrodice» el pasado cuando puede y cuenta qwins, Tampoco es posible admitir que la histor conti sett de magia tae portadora de lecciones y enset™ ‘ adorns pam, Petibles en circunstancias histricas posteriores- a Poyarrraer unghie de la historia cienttico-humanista 107 at Treden ¥ apovarse sobre una necesichl sock y culture deo pana gativa en todo grupo huruano de tenet UA Tralee eng ectivo. Y ello porque los grupos human’ * stdatibtce dg det $Y andmalos en su compost pF de yn distintas edades y de varias generactones: AY keupo colectivo formad rarlas genera jos va las soctedades hi ado por hombres y mujeres: a sempre tienen un pasado que exe La historia no epredicey ——_ ” K Man, Ck ach sin, 1979 tne Commbucin ala ertca de La eeamomia pts Mati ue Stationery Cyt Reber hy the History Wonkmg Group, Lore He st Te of Hain THesid OP 1. E:Geelines, Pong, Swared a Ba yc Oo Ménico, Bate, Londres, Palidin, 1988 fed, east: ELaraly wht History of Sent de Cultura Econdmica, 1992) 11. U. Werle Ma 51? Seslety Stra della Sonora (Nin), 1.18 97 Escaneado con CamScanner

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