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ADOLECE – TRES

Comedia en un acto
Autor: Clemar S. Murphy

En escena una habitación de estudiantes. Dos camas “cucheta” y una cama “turca” de
una plaza. Luciana se encuentra tirada en una de las camas. De repente entra Paula,
demostrando gran entusiasmo. Tira la cartera en el suelo. Se saca la campera y la
“revolea” sobre una cama.

PAULA: Llegó la única, la más, la mejor... ¡Llegué yo! La única más mejor... ¡Sufran,
señores! ¡Muéranse de rabia, señoras! ¡Niños, adolescentes, jóvenes...hooombres!
Mayores, viejos pelados y no pelados se van a hacer el bocho conmigo, con la nueva
diosa del... ¡Showwwww...! Chan Chan Chananan, Chan Chan Chananan (canta y baila)
Con ustedes... ¡Paula Fernández! ¡No! Ne tengo que cambiar el apellido... Todas se lo
cambian. El nombre no. El nombre no importa. Pero el apellido... el apellido me lo
tengo que cambiar. Paula... Paula... Paula Urteaga... ¡Paula Urteaga!... ¡No! No suena
bien, no. Tiene que ser doble apellido. Paula Urteaga... ¡Méndez! ¡Sí! Paula Urteaga
Méndez!. No. No me gusta mucho como suena. Paula... Paula... ¡Ortega! ¡Ortega
Méndez! Ahí’ ta... Paula Ortega Méndez. ¡Qué categoría, papá! Chan Chan Chananan...
Cuando vengan las chic... (Descubre a Luciana) ¿Qué hacés vos ahí? No te había visto.
¿Hace mucho que estás ahí?
LUCIANA: ¿Vos me preguntás en tiempo sentimental o en tiempo real?
PAULA: ¿Qué? ¿Qué decís? Cuánto hace que estás ahí. ¡Ahí... en la cama!
LUCIANA: Bueno, te explico. En tiempo sentimental hace más o menos unos
novecientos años. En tiempo real... ¿Qué hora es?
PAULA: Las siete y media.
LUCIANA: ¿De la mañana o de la tarde?
PAULA: ¡De la tarde!
LUCIANA: Entonces son las 19, 30. Hace...
PAULA: (La mira no pudiendo creer lo que está escuchando) ¡Bueno! La cosa no da
para másss... Me voy a bañar. Chaaau... (Sale)
LUCIANA: Esperá... Esperá Paula... ¡Paula! (Se levanta y va hasta la supuesta puerta
del baño) ¡Paula esperá! (Se escucha a Paula cantando) ¡Paula escuchame! (Paula sigue
cantando) Perdoname, Pauli. ¡Dale, che!
PAULA: (Sale) Si tenés algo positivo que decir, te escucho. Si no... te vas a la mierda.
¡¿Está claro?!
LUCIANA: Perdoname, estoy depre.
PAULA: ¿Y yo tengo la culpa?
LUCIANA: ¡No! Vos no tenés la culpa.
PAULA: ¿Y entonces?
LUCIANA: ¡¿Y con quién querés que me la agarre?! Vos sos una de mis mejores
amigas.
PAULA: ¡Ah! (Se hace la dura) ¿Ese es el concepto que tenés de la amistad?
LUCIANA: ¡Dejá de hacerte la “erudita”! Si sabés de lo que te hablo.
PAULA: (Sigue con la actuación) Bueno, si no entendí mal... yo sería una especie
deee... cloaca imaginaria, donde vos volcás toda tuuu... ¡mierda mental! (Hace gesto con
la mano) ¿Es más o menos por ahí?
LUCIANA: (Se larga a llorar desconsoladamente) ¡Nadie me entiende! ¡Nadie me
quiere! ¡Y vos encima que me forreáaaaas... ha, haaaaaa...!
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PAULA: ¡Dejá de hacerte la pava, que te conozco bien! (Luciana llora más fuerte) ¡Pará
un poquito, pará! (Luciana sigue llorando) ¡Pará, che!
LUCIANA: ¡No paro nada! ¡No paro nada!
PAULA: ¿Pero por qué?
LUCIANA: ¡Porque estoy sola! ¡Por eso!
PAULA: Pero...
LUCIANA: ¡Sola estoy! ¡Sola!
PAULA; No estás sola sola, Luchi.
LUCIANA: Sí.
PAULA: No. Estoy yo. Está Vicky.
LUCIANA: (Lloriqueando) Mentira.
PAULA: Escuchame. (Luciana lloriquea) Escuchame, Luchi. Yo te entiendo. Pero vos
también entendeme a mí.
LUCIANA: Siempre yo. Siempre yo.
PAULA: ¿Siempre yo qué?
LUCIANA: ¡Siempre soy yo la que tengo que entender!
PAULA: Y... siempre fuiste “cortita” (Hace gestos aludiendo a la estatura. Luciana
intenta levantarse para irse. Paula la toma de un brazo, la vuelve a sentar en la cama y la
abraza) No te enojés. No te enojés, che. Fue un chistecito. (Con suma ternura) Fue un
chistecito, nada más.(Quedan en esa posición unos instantes).
LUCIANA: ¿Qué tengo que entender ahora?
PAULA: Y... yo venía feliz por la nueva noticia, y vos me salís con esa boludez de (la
imita) “Entonces son las 19,30”. No me digas que vos no hubieras “montado en cólera”.
“Erudíticamente” hablando. (Luciana la mira unos segundos y luego se largan a reír
desaforadamente).
VICTORIA: (Entrando) Hola. Ustedes siempre de joda, ¿eh? (Tropieza con la cartera de
Paula) No acomoden nunca, es pecado. (Se saca la mochila, la cuelga. Ídem con la
campera. Va a sentarse a su cama y se encuentra con ropa de las demás desparramadas.
Las toma con la punta de los dedos como si tuviera miedo de contagiarse. Levanta la
cartera del suelo, lleva todo hasta un cesto que hay en un rincón de la habitación y las
tira adentro.
PAULA Y LUCIANA: ¡Qué hacés!
VICTORIA: Tiro la basura.
PAULA: ¿Qué basura, si es mi camisa?
LUCIANA: ¡Y mi campera!
VICTORIA; ¡Pero estaban tiradas en “mi” cama!
PAULA Y LUCIANA: ¡No estaban tiradas!
VICTORIA: (Se acerca a ambas, dispuesta a iniciar una charla) ¿Ustedes saben lo que
es “convivencia”?
PAULA: ¡Y...!
LUCIANA: Una obra de teatro de Oscar Viale.
VICTORIA: ¡Bueh! Es un chiste pavo, pero no deja de demostrarnos que “algún”
conocimiento tenés.
PAULA: Esta se va a recibir un sopapo un día de éstos...
LUCIANA: ¿No será muy poco uno solo?
VICTORIA: Pero escúchenme una cosa... ¡Cada vez que llego, tengo que “evacuar” mi
cama porque me la llenan de ropa porque no tienen ganas de guardarla y se quieren
acostar cómodamente en sus camas! ¿Y yo qué? ¿No tengo ningún derecho acá?
¡Contesten! ¿Tengo o no tengo?
PAULA Y LUCIANA: Y... sí.
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VICTORIA: ¿Y entonces? (Se va hacia el baño)


LUCIANA: (Luego de una pausa) Y... sí... razón, tiene razón.
PAULA: Y... sí. Pero cuando uno viene feliz de la calle porque conseguiste trabajo, no
te podés poner a pensar en acomodar la ropa.
VICTORIA: (Entrando) No, no pará. Yo soy muy realista. No te voy a pedir que pensés.
Que acomodés nada más, ¿eh?. Que acomodés. Para eso no hace falta “pensar”.
PAULA: A esta la mato. ¡La mato! (Va sobre Victoria como para pegarle)
LUCIANA: ¡No! ¡Pará! (La detiene. Victoria no se inmuta) No se peleen por cualquier
cosa.
PAULA: ¡Cualquier cosa! ¡Ella es cualquier cosa!
LUCIANA: Pará, pará. Terminen de pelear.
VICTORIA: Yo no estoy peleando. Digo lo que es, nada más.
LUCIANA: (Sosteniendo a Paula) ¡Bueno, basta! ¡Terminala Victoria! ¡Terminala!
¿Dónde quedó el discursito de la convivencia, eh?
VICTORIA: Pero escuchame. Yo llego del laburo. Porque yo trabajo y estudio. No sé si
lo sabían. Llego acá y ustedes están de joda, muertas de risa, y yo encima tengo que
ponerme a acomodar la ropa de ustedes.
LUCIANA: No estábamos de joda.
PAULA: Yo también ahora voy a trabajar.
LUCIANA: Ella me estaba consolando porque... (Se larga a llorar exageradamente)
PAULA: ¿Pero por qué llorás tan desconsoladamente? ¿Te pasó algo grave?
VICTORIA: (Minimizando la situación) Se habrá peleado con el novio.
LUCIANA: ¡No tengo novio, sabés! ¡No tengo novio!
PAULA: Pero eso no es tan grave.
LUCIANA: ¡Nadie me quiere a mí! ¡Nadie me quiere!
PAULA: Pero...
LUCIANA: ¡Soy fea!
PAULA: Pero...
LUCIANA: ¡Horrible soy!
PAULA: ¿Pero, por qué decís eso?
VICTORIA: Para que le digamos lo contrario.
LCUCIANA: ¡Terminala vos, eh! Terminala. Mirá que le digo a la Pauli que te pegue.
VICTORIA: (Le hace burla) “Mirá que le digo a la Pauli que te pegue”.
PAULA: ¡Pará Victoria! En serio... pará. Dejala hablar. ¿Qué te pasa, Luchi?
LUCIANA: (Lloriqueando) Nada.
PAULA: (Gesto de hartazgo de Victoria. Gesto reprobatorio de Paula a Victoria)
Vamos, dale, contá.
LUCIANA: Soy una frustrada.
PAULA: (Ídem escena anterior) Pero cómo con dieciocho años vas a ser una frustrada.
No seas pava.
LUCIANA: ¿Vos tenés novio?
PAULA: Sí.
LUCIANA: ¿Vicky tiene novio?
PAULA: Sí.
LUCIANA: ¡Yo noooo... oh, ohooooo...! (llora)
PAULA: ¿Y... cuál es el problema?
LUCIANA: ¿Qué yo quiero tener novio! ¿Entendés?
PAULA: ¿Y?
LUCIANA: ¡Y... que no tengo! Ese es el problema. ¿Te parece poco?
VICTORIA: Claro. (Se burla) ¿Te parece poco?
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PAULA: Pero eso no es un problema grave. Puede ser una preocupación, pero... a tu
edad, no es problema grave.
VICTORIA: ¿Y se puede saber por qué no tenés novio? Porque no me vengas con esa
historia de que sos fea, que nadie te quiere, porque esas son mentiras. Tartamuda no sos,
y así lo fueras... Yo conozco mucha gente que tiene un problema físico y sin embargo...
“tiene novio”. Ahora, claro, si tu problema es “mental”...
PAULA: ¡¿Cómo te gusta meter púa a vos, eh?!
VICTORIA: Pero que diga algo coherente, si no... no la podemos ayudar.
LUCIANA: Escuchame una cosa... ¡Ubicate!... Camilo Aldao, Córdoba, Argentina. Mi
pueblo. Sábado. Once de la noche. Vienen todas mis amigas a mi casa. ¡Como diez,
somos! Que patapín, que patapán, que me compré esta pilcha, que me conseguí estos
zapatos, que a mí me gustan las botas, porque a Gustavo, un novio, le gusta así, que a
Ignacio, otro novio, le gusta “asá”, que a Carlitos, otro novio, a ese dicho sea de paso lo
tengo acá (se toma la garganta), le gusta “asó”. Todas... ¡Todas te refriegan el novio por
la cara! ¿Entnedés? ¡Todas! Y yo me hago la pelotuda. ¿Qué voy a hacer?
PAULA Y VICTORIA: (Se miran. Luego a Luciana) ¿Yyyy?
LUCIANA: ¡Dos de la mañana! Salimos para Carmelo. Carmelo es el bar donde nos
juntamos todos. Nos sentamos a una mesa. Y otra vez la misma historia. Que yo tomo
esto porque a Sergito le gusta mucho...
PAULA Y VICTORIA: ¡¿A quién?!
LUCIANA: “Sergito”... diminutivo de Sergio, ¡otro novio! Que yo pido lo otro porque a
Diego le gusta. Todas... ¿me entendés? (Se larga a llorar) Todas tienen novio menos
yooo...ho...hoooooo... (Paula la abraza)
PAULA: Bueno, bueno, calmate.
VICTORIA: Ahora, digo yo... ¿Podemos saber de una vez por todas por qué carajo no
tenés novio?
LUCIANA: ¡Tres de la mañana! Estamos en el Pub todas juntas boludeando. Miro,
miro, miro, miro... ¡Y nadie! Me entendés, está claro... ¡Nadie se me acerca!
VICTORIA: ¿Nadie se te acerca?
LUCIANA: ¡Bueno... se me acercan, pero a joder! Nadie me “chamuya”, ¿me entendés?
PAULA: ¿Nadie te qué...?
LCUIANA: Chamuya... lo decía mi viejo... quiere decir que nadie te charla con otra
intención.
PAULA: ...Nadie te “transa”...
LUCIANA: Sí, no... más o menos.
VICTORIA: Explicate.
LUCIANA: Nadie me chamuya, me dice cosas al oído, me tira frasecitas de Benedetti,
de Neruda...
PAULA: ¡De Arjona!
LUCIANA Y VICTORIA: ¡Noooo...!
PAULA: Bueno...
LUCIANA: ¡Cinco de la mañana! (Parodia) ¡Chau, Luchi... me voy con Gustavo! Chau
Lauri... ¡Chau Luchi... me voy con Diego! ¡Chau Mary! Chau, chau, chau... y yo... el
requecho, el desecho humano... sola! ¿Te “llevamos” Luchi? No, Nati, gracias... me
quedo un ratito más... ¡Me quedo un ratito más para que ninguna de mis amigas me vea
que me voy sola! ¡Sola... ahahaha...!
VICTORIA: (Se acerca a Luciana) Che... no sabía que leías a Neruda y a Benedetti.
PAULA: (Indignada) ¿Lo único que te interesa es lo que lee? ¡Vos no tenés corazón!
LUCIANA: Sí... ¡No leí todo...!
VICTORIA: ¿Qué leíste?
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LUCIANA: Bueno, leí... “Los Veinte Poemas”, “Inventario”...


VICTORIA: ¿El Uno?
LUCIANA: ¿Cómo el uno? ¿El uno qué?
VICTORIA: “Inventario Uno”.
LUCIANA: SÍ.. ¿Qué? ¿También está el Dos?
VICTORIA: Sí. Es buenísimo.
LUCIANA: ¿Sabés cuál es el que me gustó mucho...? Me costó un poco porque...
viste... es diferente... ¡”Cien Sonetos de Amor”!
VICTORIA: De Neruda.
LUCIANA: Sí. Y también...
PAULA: (Que ha quedado afuera de la conversación, interrumpiendo) ¡Conseguí
trabajo! ¿Les dije? (La miran. Mueven la cabeza negando) Hace un mes me hice una
prueba en una agencia y me llamaron.
VICTORIA: ¿Una Agencia?
PAULA: De modelos.
LUCIANA: Claro... si estudia para modelo. ¿Y?
PAULA: Y... me hicieron unas pruebas... me tomaron fotos... Y después me llamaron
para decirme que tenía muchas posibilidades...
VICTORIA: (Desconfiada) ¡Ah! Todavía no te tomaron.
PAULA: No. Tengo que solucionar un problemita.
LUCIANA: ¿Qué problemita?
PAULA: (Con un poco de vergüenza) Tengo... que... bajar de peso.
LUCIANA: ¿Y... mucho?
PAULA: Cinco quilos.
VICTORIA: ¿Cinco quilos?
PAULA: Sí...
VICTORIA: ¡Pero vos estás loca!
LUCIANA: ¿Por qué?
VICTORIA: ¡Porque se va a enfermar!
PAULA: ¡Cómo me voy a enfermar! Por un poco que baje no me voy a enfermar.
LUCIANA: Claro.
VICTORIA: Pero... ¿Por qué no estudiás otra cosa?
PAULA: ¡Porque me gusta eso!
LUCIANA: ¿Y qué tiene de malo?
PAULA: ¿Vos no estudiás “Arte” acaso?
VICTORIA: Es diferente.
PAULA: ¿Por qué es diferente?
VICTORIA: Si estudiás Arte, o Medicina o Abogacía o lo que sea, siempre vas a tener
dos opciones. Podés ser un hijo de puta o podés ofrecer un servicio a la sociedad, a la
humanidad, eso dependerá de tu conciencia. Pero si sos modelo, siempre vas a ser una
boluda, sin opciones.
PAULA: ¡Esa es “tu” opinión!
LUCIANA: Claro.
PAULA: ¿Y qué servicio podés ofrecer con el Arte?
LCUIANA: Eso.
VICTORIA: El Arte “es” un servicio. O por lo menos debería serlo. El arte tiene... debe
tener el compromiso de hacer pensar, de abrir las mentes de la gente... de... de ser
disparador de la liberación de los pueblos...
PAULA Y LUCIANA: ¡Paaaaa...!
VICTORIA: (Se entusiasma) ¡El arte es la identidad de los pueblos...!
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PAULA Y LUCIANA: (Hacen sonido de violines) ¡Ñiñiñiiiiii...!


VICTORIA: El arte...
PAULA Y LUCIANA: ¡Es cagarte de frío!
VICTORIA: ¡Váyanse a la mierda! (Se acurruca en su cama)
LUCIANA: Bueno, no te enojés. (Se sienta a su lado, en la cama) En serio... no te
enojés, te cargamos pero... yo te entiendo... (Victoria la mira) En serio. Cada vez que
hablo con vos, aprendo algo nuevo. Quiero decir... empiezo a ver algunas cosas de una
manera diferente... quiero decir... desde otro ángulo.
VICTORIA: ¿Me lo decís en serio?
LUCIANA: Sí. Bueno, no me pidas que mi mente se abra mucho, mucho, pero...
VICTORIA: ¿Ves? Esa es la función del arte: hacer que veas las cosas desde ángulos
diferentes... ¡”Creatividad” que le llaman! (Esto último lo dice en tono de broma, pero
va en serio. Se ríen) ¿Te puedo decir algo?
LUCIANA: Por supuesto.
VICTORIA: No te apurés a conseguir novio. No es fácil encontrar a alguien que lea a
Benedetti o a Neruda... pero... es como las brujas, ¿viste?. Yo no creo en las brujas, pero
que las hay, las hay! (Vuelven a reírse).
PAULA: (Se acerca y se sienta en el suelo frente a ellas) Yo... yo no sé si voy a ser una
boluda toda la vida...
VICTORIA: (Se levanta y se arrodilla junto a Paula) No... no te tomés tan a pecho lo
que te dije... una persona feliz también brinda un servicio... y si eso te hace feliz...
LUCIANA: Es cierto.
PAULA: No, no. Sí, sí, pero... Vamos a hacernos una promesa. Sea lo que sea lo que
lleguemos a ser... ¡Valga la redundancia! (Se largan a reír) Elijamos la misma opción.
Hagamos de nuestro trabajo un servicio. ¿Vale?
LUCIANA: Vale.
VICTORIA: Vale... pero... si vas a hacer eso... ¡No trabajes con Giordano! ¿Vale?
TODAS: ¡Vale! (Risas)
LUCIANA: ¡Una demostración! (Levanta a Paula de un brazo) ¡Queremos una
demostración!
PAULA: ¿Qué? ¿Una demostración de qué?
LUCIANA: ¡De modelo! ¿O vos no vas a ser modelo? ¡Dale! (La empuja hacia el baño)
PAULA: (Se resiste. Intenta volver) ¡No! ¡No! ¡Yo no voy a hacer ninguna
demostración...!
LUCIANA: (Mientras Paula protesta, la empuja otra ves hacia el baño. Paula sale)
¡Dale, Vicky! ¡Ayudame! (Va hacia una de las camas y la toma de un extremo para
correrla)
VICTORIA: ¿Qué vamos a hacer?
LUCIANA: La pasarela. Armemos la pasarela. Agarrá de esa punta. (Corren una cama)
Dale con la otra. (Colocan las dos camas en diagonal en el escenario a los efectos de un
desfile. Luciana actúa como una presentadora) Y ahora la modelo más famosa del
paíssss...
VICTORIA: (Se suma al juego de Luciana) ¡Del mundo!
LUCIANA: ¡Eso! ¡Del mundo...!
PAULA: (Entrando) ¡Del universo... Porque cuando yo sea modelo... ¡Vamos a viajar a
Marte...! (Suena música y Paula comienza a transitar la pasarela. Las demás la toman
de ambas manos y la ayudan a caminar)
TODAS: ¡¡Del mundo!! (Quedan congeladas en pose alegre) - APAGÓN -

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