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6-La sociedad terrateniente eran quienes tenían eran dueñas de grandes tierras o fincas
rurales, esto generó lo que pasó a llamarse oligarquía, un sector social de clase alta, adinerada,
que estaba formada por los dueños del latifundio, el comercio exterior y la posesión del
estado, además de tener una alianza con el poder extranjero, en especial con el poder
británico y el norteamericano. El poder de los oligarcas no era en todos los casos altísimo,
como en todo había diferentes clases y estatus de poder. En Perú los dueños de las tierras de
la costa hacían negocios con el guano que es el excremento de las aves y salitre que es la sal
del océano y eran ricos mientras que los de la sierra que trabajaban con cultivos tradicionales
no obtenían la misma cantidad de dinero. En Brasil la elite de San Pablo trabajando con el café
era rica y poderosa, mientras que la oligarquía de Río de Janeiro tenía trabajos administrativos.
En Argentina la elite pampeana que trabajaba con la ganadería y la agricultura era rica
mientras que la elite del interior que trabajaba con madera, azúcar y ganadería lo era pero
menos. Las elites copiaban el estilo de vida de las burguesías inglesas y francesas en la
educación, en los viajes y en los deseos culturales. Pero este tipo de vida no era para nada
abundante, la clase oligarca solo representaba al 5% de la sociedad. Y también hacían que su
entorno se mueva entre sí, y que sus riquezas quedaran entre el sector oligárquico por
ejemplo con el matrimonio, usaban este mecanismo para casarse solamente entre miembros
de la elite. Otro mecanismo era el mayorazgo, el cual significaba la herencia a el hermano
mayor, el control sobre el mundo profesional con las universidades, y sobre las instituciones
tradicionales como la iglesia. También contaban con sus clubes sociales privados donde
hablaban de política y realizaban sus reuniones sociales. En todo este periodo de tiempo las
elites mantienen el pensamiento liberal, usan la idea del progreso indefinido basándose en la
experiencia europea, el darwinismo social como manera de entender las diferencias humanas,
los europeos como la raza superior y los indígenas y mestizos americanos como raza inferior.
La idea del libre comercio como base para el progreso económico y la división internacional
del trabajo como modo de organizar la economía mundial. También usan las libertades
individuales, digamos que la vivienda, el juicio con garantías y la libertad de expresión se
respetan si sus portadores son los miembros de la elite. No ocurre lo mismo con los pobres, los
indígenas y los mestizos en general.
Durante este periodo de tiempo de 1880 a 1930 los sectores populares se vieron perjudicados,
empobrecidos. En las zonas rurales la ampliación del latifundio les dio a los terratenientes la
posibilidad de tener mayor control sobre los peones y trabajadores. La relación entre los
patrones y los peones y trabajadores rurales tenía una mezcla de paternalismo, algunos tratos
de familiaridad como el padrinazgo y una fuerte represión legal por la aplicación de leyes que
limitaban los movimientos de los peones o ilegal por la existencia de fuerzas para-policiales en
las haciendas. Los peones y campesinos podían ser “colonos” pudiendo trabajar dentro de las
haciendas por una parte de la producción para los terratenientes, los braceros que trabajaban
por un salario (usualmente entregado en vales o en especie). En las zonas de Plantación
(azúcar, café, tabaco, cacao) la esclavitud dio paso al trabajo de peonaje asalariado aunque
con altas tasas de migración en las épocas de cosecha. En los sectores urbanos la clase popular
tuvo otra modalidad de trabajo y organización. En las zonas mineras y el centro urbanos cerca
de las mismas surgirá una clase obrera asalariada capitalista. En particular en las zonas de
Perú, Chile y Bolivia. La migración de las zonas rurales a la ciudad y la inmigración europea
hacia el mismo lugar generó una clase trabajadora urbana que hasta la primera década del
siglo XX trabajó en pequeños talleres, comercios y actividades de tipo artesanal y, a partir de la
Primera Guerra Mundial se incorporó al trabajo en las incipientes actividades industriales
como frigorífico, textil y minería creando así una nueva clase social latinoamericana, la clase
obrera. Esta adquirió tempranamente modos propios de organización gremial y modos
propios de pensar la realidad económica social. Junto con el surgimiento de la clase obrera
surge la ideología de socialismo y anarquismo en América Latina. Estas ideologías luego de la
primera guerra mundial y revolución soviética son un gran desafío político ideológico para la
oligarquía. Dado que los obreros sindicalizados ya no debaten sobre los alcances del
capitalismo sino que proponen un modelo económico social alternativo y contradictorio con el
capitalismo, el socialismo y/o el comunismo. Por estas razones la clase obrera es reprimida por
la oligarquía.
La clase media surge en las grandes ciudades. Son de carácter urbano y surgen a partir de la
necesidad de desarrollo de los procesos de alfabetización y educación pública, como
profesionales con capacidad de manejar la administración pública, también prestando
servicios de salud y contaduría, pequeños y medianos comerciantes, abogados y, en las zonas
rurales, propietarios medianos de tierras. Estas clases medias se constituyen con la población
urbana mestiza y mulata que accedían a la educación profesional y técnica y, en los países del
Cono Sur con los descendientes de migrantes europeos. La clase media carece de autonomía
económica ya que para poder insertarse en el ciclo económico agro minero exportador
dependían del crecimiento de las exportaciones. Como sus actividades se basaban en servicios
y en la administración pública dependen de los recursos del estado oligárquico. La clase media
adopta el patrón cultural oligárquico, el eurocentrismo y el darwinismo social. Aunque
también, en las grandes ciudades serán un factor de modernización cultural al adscribir al
laicismo, las perspectivas liberales democráticas y socialistas, el periodismo y la divulgación de
la educación pública y el cientificismo. Al mismo tiempo, para hacer más contradictorio su rol,
los sectores medios serán fuertemente antipopulares.
A partir de la primera década del siglo XX la clase media empieza a presionar a la elite por la
ampliación de su autonomía política con programas liberales democráticos y de modernización
social, lo que llevo a la clase media en Argentina, Chile, Uruguay y México a enfrentarse con el
poder político de las elites oligárquicas.