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PLAN VI

NUCLEO DE SERVICIO

FICHA Nº 2 Barreras arquitectónicas


Digitalización: Arq. Cristina Pavón

T.V.3 – INSTALACIONES II – PLAN VI – AÑO 2019 1


Arquitectura - Adaptación de instalaciones - Ayudas técnicas y
barreras arquitectónicas
Un minusválido que tenga dificultades para el desplazamiento, o simplemente que utilice silla de
ruedas para el mismo, se va a encontrar con una dificultad añadida si las instalaciones deportivas
no se encuentran adaptadas, lo que impediría la práctica deportiva.
La solución a ese problema es sencilla, y consiste en eliminar las barreras existentes, o bien evitar
que se produzcan desde un principio, por lo que desde aquí animo a los arquitectos que realicen
proyectos de instalaciones deportivas para que tengan en cuenta las pautas marcadas por la Carta
Europea de Deporte para los minusválidos, ya que en ella se encuentran todos los criterios que han
de seguirse para evitar esas barreras, y que a continuación vamos a resumir de una forma muy
básica.

Adaptación de los accesos


Lo primero que hay que
observar es la eliminación de
barreras en los accesos.
Un inconveniente importante se
puede encontrar en la falta de
adaptación de los
aparcamientos, que deben
situarse lo más cerca posible de
la entrada al edificio, y en ningún
caso a más de 40 metros de
distancia. Cada veinticinco
plazas de aparcamiento, como
mínimo, habrá una reservada a
minusválidos.
Las dimensiones de esas plazas
de aparcamiento tendrán, como
mínimo, 3 metros de anchura
por 6 metros de longitud. En
caso de plazas cercadas. la anchura mínima será de 3,30 metros.

Los accesos y zonas circundantes a


la instalación tendrán rebajes en sus
aceras, con una inclinación máxima
del 10 por 100, evitando los bordillos
en rampa o ángulo, que son
peligrosos para el acceso de
minusválidos.
El tipo de plaquetas utilizado en esa
zona deberá ser diferente al del
contorno, tanto en estructura como
en color, para ser apreciable al tacto,
favoreciendo su reconocimiento, de
esta forma, a personas con
capacidad visual reducida.

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Adaptación de vestuarios, duchas y servicios

Una vez dentro de la instalación, el minusválido, como


cualquier otro deportista o usuario, tiene derecho a la
utilización de los vestuarios, duchas y servicios, por lo
que éstos deberán estar adaptados a sus condiciones
de desplazamiento.

Los espacios interiores deberán tener una amplitud


mínima de 2 por 2 metros, ya que para poder realizar
un giro de 360 grados, en una silla convencional, se
necesita un radio de alrededor de 1,70 metros.

Del mismo modo, se tendrá en cuenta la altura máxima de los utensilios, llaves, etc..., ya que por
encima de 1,40 metros es difícil que el usuario en silla de ruedas pueda manipularlos.

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En los mostradores habrá que tener en cuenta un espacio libre, por debajo, para poder introducir
las piernas, de unos 50 centímetros de profundidad, 70 centímetros de altura por debajo, y un
máximo de 95 centímetros en la superficie de los mismos en cuanto a su altura.
Las personas que utilizan muletas emplean alrededor de 90 centímetros de anchura en su
deambulación, y todos los utensilios deberán encontrarse a una altura entre los 60 centímetros
como mínimo, y los 160 centímetros como máximo.

Los vestuarios tendrán su espacio mayor contiguo al pasillo, y en él estará la entrada.


Se instalará una barandilla situada a una altura de 90 centímetros en torno al perímetro interior de
la cabina, así como una barra transversal con tiradores en el techo.
Los suelos serán antideslizantes, sin ningún tipo de esteras sueltas, muy peligrosas al poder
ocasionar caídas.
Se debe instalar un banco situado a una altura de 50 centímetros, con una anchura mínima de 60
centímetros, y una longitud mínima de 2 metros.
También es aconsejable instalar cabinas de vestuario del tipo familiar, propias para los casos de
ausencia de autonomía personal en cuanto el aseo se refiere.

En lo que a las duchas se


refiere, éstas tendrán unas
dimensiones mínimas de
1,80 por 1,65 metros,con las
oportunas barras y la ducha
tipo "teléfono", situada a una
altura, junto al banco para
ducharse, lo suficientemente
idónea para poder ser asida
por el usuario.

La situación del retrete


permitirá su utilización,
instalando barras de tipo
abatible, con el equipo
sanitario instalado como
viene señalado en el gráfico
adjunto. Hay que tener en
cuenta que según la
minusvalía, así se podrá
acceder al retrete, por lo que
las barras deben suponer

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una ayuda y nunca un estorbo.
Los lavabos tendrán la altura adecuada, y serán diáfanos en su parte inferior para poder acercarse
al grifo lo suficiente, introduciendo las piernas por debajo.

Adaptación de las instalaciones o pistas deportivas

Todas las instalaciones deberán tener fácil acceso en silla de ruedas, evitando todo tipo de
escalones, bien con la utilización de rampas, o con la instalación de ascensores, o mejor,
montacargas, que posteriormente van a poder tener más funcionalidad, incluso para poder
transportar materiales pesados.
Lo anteriormente descrito nos muestra la funcionalidad que se consigue en una instalación con la
eliminación de barreras, que no sólo se eliminan para los minusválidos, sino que los propios
trabajadores lo agradecerán en gran medida.
En el caso especial de las piscinas, se debe evitar instalar molinos de control de entrada, por donde
las sillas de ruedas no van a poder entrar, o bien tener un acceso alternativo para estas personas.
El acceso a la pileta se soluciona de dos formas, bien instalando una rampa por la que descender
con una silla al efecto a la propia instalación, o bien mediante una grúa, mecánica o manual, que
nos ayude a descender al minusválido hasta el agua.
Del mismo modo, en las gradas de cualquier instalación deben habilitarse localidades específicas
para minusválidos, así como servicios adaptados.

Ayudas técnicas para el transporte

Habría que concienciar a las Administraciones públicas de la necesidad de adaptar algunos


autobuses, el metro, el tren, etc., pero eso supone un gasto que parece imposible de cubrir. Una
solución muy económica es la utilización de rampas que van a la altura de la puerta del autobús, y
con la simple eliminación de alguno de los asientos convencionales, y la colocación de unos
cinturones de seguridad anclados a la pared del vehículo, se soluciona de forma sencilla ese
problema.
En el caso de vehículos privados, la instalación de un dispositivo de grúa, manejable desde dentro
del propio vehículo, puede ayudar en gran medida a guardar la silla, algo que en muchos casos
resulta imposible de realizar por el minusválido sin una ayuda de otra persona.
o material deportivo específico
Como hemos ido diciendo a lo largo de la obra, la adaptación del material deportivo específico es
algo que se ha de tener muy en cuenta a la hora de comenzar a realizar ejercicios.
La elección de una silla apropiada, a la medida antropométrica del sujeto, así como la adaptación
de utensilios y prótesis correctas, es algo tan importante que posteriormente va a evitar sufrir
desagradables lesiones.
Todo tipo de adaptación en mangos, de cintas adhesivas que ayuden a una correcta sujeción en el
caso de no poder hacerlo de manera natural, y la correcta elección del material, es el primer paso
que se ha de realizar antes de comenzar a ejercitarse en el deporte elegido.

Fuente:
Libro; Actividades Físicas y deporte para Minusválidos Autor: José Antonio García
de Mingo

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BARRERAS ARQUITECTONICAS
Gráficos y Dimensiones

“La integración social de las personas con discapacidad es una tarea no sólo de los Estados, sino
de toda la sociedad en su conjunto, de sus miembros e instituciones.

En el Art.24 de la Ley 10.592 (Régimen Jurídico e Integral para personas discapacitadas), se


considera: “que en toda obra pública que se destine a actividades que suponga el ingreso de
público, deberá preverse, accesos, medios de circulación e instalaciones adecuadas para
personas discapacitadas que utilicen sillas de ruedas y en los ya existente deberán adecuar sus
instalaciones, accesos y medios de circulación para permitir el desplazamiento de los
discapacitados”.
Es por ello que se sugiere, como objetivo prioritario de la integración social de las personas con
discapacidad, la normalización de las barreras arquitectónicas y sociales existen en la
comunidad……
Se debe planificar la ciudad, garantizando la accesibilidad a todo lugar para sus habitantes, como
espacio de convivencia común y solidaria.

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