Para Carl Jung existen cuatro funciones psicológicas básicas: pensar, sentir,
intuir y percibir. En cada persona una o varias de estas funciones tienen
particular énfasis. A partir de las cuatro funciones básicas, Jung postula que se conforman dos grandes tipos de carácter: el introvertido y el extravertido. Cada uno de ellos tiene rasgos específicos, que lo diferencian del otro. El extravertido se caracteriza por: Su interés se enfoca hacia la realidad exterior, antes que, hacia el mundo interno, las decisiones se toman pensando en su efecto en la realidad externa, antes que en la propia existencia. El introvertido por su parte siente interés por sí mismo, por sus sentimientos y pensamientos, orienta su conducta de acuerdo con lo que siente y piensa, aunque vaya en contravía de la realidad exterior. Las cuatro funciones psicológicas describen los procesos cognoscitivos fundamentales que todo mundo emplea y son: Pensamiento y sentimiento Como Freud, Jung observó que la emoción y el pensamiento no son siempre consistentes. El pensamiento y el sentimiento son formas alternativas de tomar decisiones de valor o juicios. Algunas personas deciden qué es lo que vale la pena mediante el cómo se sienten emocionalmente. Sensación e intuición La sensación y la intuición son formas complementarias de conseguir información acerca del mundo. El tipo sensitivo pone atención a los detalles y conoce lo que llega a través de los cinco sentidos: lo que se ve, escucha, toca, saborea o huele. El tipo sensitivo es improbable que se dirija por corazonadas, ya que para hacerlo tiene que hacer una inferencia más allá de los detalles concretos.