Está en la página 1de 12

"TEOLOGÍA DE ÚLTIMA GENERACIÓN: ¿ANTI-

EVANGELIO O VERDAD BÍBLICA?"

Teología de última generación:


La definición de Bent y la victoria de Akeem
James

SECCIÓN DE MUERTE Y PECADO

Al mirar el tema de la salvació n y có mo ocurre, en la vida de uno, es


fundamental entender primero la definició n, que se da en la palabra de Dios,
en lo que respecta al pecado. La forma en que entendemos la naturaleza del
pecado determina nuestra comprensió n de la soteriología o la salvació n.
Nuestra comprensió n de si nacemos pecadores o no, depende de nuestra
comprensió n de la definició n de pecado. También nos ayudará a comprender
si estamos condenados por la naturaleza pecaminosa que todos poseemos o si
nuestra condenació n está relacionada ú nicamente con nuestras elecciones.

El primer texto al que iremos, para que podamos obtener una


comprensió n aguda de este tema es Ezequiel 18:20, dice allí:

“El alma que pecare, esa morirá . El hijo no llevará la iniquidad del padre, ni el
padre llevará la iniquidad del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la
iniquidad de los impíos será sobre él ".

Note que el texto dice “el alma (individuo) que peca, morirá …” entendemos
que este “morir” es una referencia a la muerte o pérdida eterna. Es sinó nimo
del que perece en Juan 3:16. Los hijos no son culpados por los pecados de sus
padres ni viceversa. Sin embargo, algunos pueden mirar este texto y recordar
un segmento del segundo mandamiento que dice lo siguiente, con respecto a
la prohibició n de adorar imá genes esculpidas:

"No te inclinará s ante ellos, ni les servirá s; porque yo, el Señ or tu Dios, soy un
Dios celoso, que visito la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la
tercera y cuarta generació n de los que me aborrecen ..." (É xodo 20 : 5)
Ahora bien, si bien este texto parece indicar que Dios visita o "juzga"
contextualmente a los niñ os por los pecados que cometió su antepasado, es
exactamente lo contrario. Una comprensió n de la historia de los israelitas y los
cananeos nos da nuestra respuesta. Lo que Dios realmente está tratando de
describir en esta secció n del segundo mandamiento es, no que É l juzga a las
generaciones presentes por los pecados de las generaciones pasadas, sino que
É l juzga a las generaciones presentes en relació n con los pecados de sus
antepasados, porque ellos [el presente generació n] continuó cometiendo o
practicando esos mismos pecados. Debido a que durante un período de
tiempo de 400 añ os, los descendientes cananeos perpetuaron las
abominaciones de las generaciones anteriores, Dios los juzgó y se cerró su
período de prueba para arrepentirse.

Si esta es la lectura verdadera de É xodo 20: 5, entonces encaja perfectamente


con Ezequiel 18:20. En otras palabras, el alma (en el caso de É xodo 20: 5, el
israelita) que elija cometer los mismos pecados de generaciones anteriores,
será juzgada ... no porque su padre lo hizo, sino porque él / ella (que alma)
pecaron durante su vida.

La misma idea se repite aú n má s en el Nuevo Testamento, en Romanos 5:12.


Dice lo siguiente:

“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre [ADÁ N], y por el
pecado la muerte; y así la muerte pasó a todos los hombres ... "

AVISO LA RAZÓN POR LA QUE

"... Por [o PORQUE] que todos pecaron ..."

Pensarías que el versículo habría terminado diciendo que la muerte pasó a


todos los hombres, porque Adá n pecó . Má s bien, el texto apunta a la poderosa
realidad de que hombres y mujeres pueden experimentar la paga del pecado,
que es la muerte eterna, porque ellos mismos eligen pecar. Por lo tanto, no
somos juzgados ni condenados por el pecado de Adá n, sino porque elegimos
seguir el ejemplo de Adá n.

El pensamiento poderoso es que todo lo demá s en Romanos 5, desde el


versículo 12 en adelante, debe leerse a través de la lente del versículo 12. Por
ejemplo, dice en el versículo 17:
“Porque si por la ofensa de uno reinó la muerte por uno; mucho má s los que
reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia reinará n en vida por
uno, Jesucristo ”.

Ahora, algunos podrían decir: "Mire ... el texto muestra que la muerte reinó
sobre todos los hombres, debido a la transgresió n de Adá n". Si bien al
principio se ve así, es por eso que el versículo 12 es importante. En este
versículo se revelan dos cosas.

1. La muerte a la que se hace referencia aquí no es la muerte temporal de


esta vida, sino la "muerte eterna". La forma en que sabemos esto es
porque la muerte del versículo 17 contrasta con la "vida" en la que
reinaremos, con Jesucristo. Esta “vida” se menciona al final del versículo
17. Apocalipsis 5:10 se refiere a esta vida eterna cuando dice “Y nos has
hecho reyes y sacerdotes para nuestro Dios; Y reinaremos sobre la
tierra ". Note que el texto dice "... reinaremos sobre la tierra". La idea
que se está comunicando es que el tiempo de los santos que reinará n en
la tierra aú n es futuro. Sabemos que ese futuro será después del milenio,
cuando Jesú s declara que “los mansos heredará n la tierra”, en Mateo 5:
5.
2. Si leemos el versículo 17, a través de la lente del versículo 12, lo que el
versículo 17 realmente está diciendo es que “por la ofensa de uno
(Adá n) reinó la muerte, porque todos, después de Adá n, eligieron seguir
los pasos de Adá n. Eligieron seguir su ejemplo. Otra cosa también es que
si la vida a la que se hace referencia al final del versículo 17 es la vida
eterna, entonces sabemos que la vida eterna no se transmite
simplemente. No solo pasa de una generació n a la siguiente. La vida
eterna, aunque se da como un regalo, el individuo que la recibe, primero
debe elegir recibirla. Por lo tanto, la ú ltima parte del versículo 17 dice
"mucho má s los que RECIBEN abundancia de gracia y del don de la
justicia REINARÁ N en vida por uno, Jesucristo". Por lo tanto, la
recepció n de la vida eterna o de la muerte eterna se basa en que uno
elija una u otra.

El versículo 18 es otro versículo que se usa comú nmente para propagar la idea
de que el juicio viene sobre todos debido a la transgresió n de Adá n. El verso
dice:
“Por tanto, como por la transgresió n de uno vino la condenació n a todos los
hombres; así también por la justicia de uno vino a todos los hombres la
justificació n de vida ”.

Observe que en la Biblia King James, las palabras “vino el juicio” y “vino la
dá diva”, está n ambas en cursiva, lo que significa que fueron suministradas.
Cuando se lee el versículo sin estas frases, se conecta y concuerda fá cilmente
con el contexto en el que está bamos leyendo el versículo 18. El versículo 18 se
leería entonces:

“Por tanto, como por la ofensa de uno… sobre todos los hombres para
condenació n; así por la justicia de uno ... sobre todos los hombres para
justificació n de vida ".

Entonces… lo que estamos viendo aquí es exactamente lo que vimos en los


versículos 12 y 17, la ofensa de uno (Adá n), resultó en la condena de todos.
¿Por qué? El versículo 12 nos dice que debido a que todos han pecado, todos
los hombres eligieron seguir el ejemplo de Adá n. Por lo tanto, la condenació n
les llega, no por el pecado de Adá n, sino por el suyo.

Algunos también mirará n la ú ltima parte del versículo 18 y afirmará n que por
la vida justa de Cristo todos son justificados, porque dice "así por la justicia de
uno (Jesú s) ... sobre todos los hombres para la justificació n de vida". Pero
leemos quién es el "todos", quién recibe la justificació n o justicia que lleva a la
vida, específicamente en el versículo 17. Donde dice

“… Mucho má s los que RECIBEN 1) la abundancia de la gracia y 2) del DON DE


LA JUSTICIA reinará n en vida por uno, Jesucristo”.

Por lo tanto, quienes son “todos” los condenados, son particularmente los que
eligieron el pecado y siguieron el ejemplo de Adá n. Quienes son “todos” que
son justificados para vida, nada menos que aquellos que eligieron recibir la
justicia de Cristo, que resulta en vida eterna. Sin duda, al recibir la justicia de
Jesú s, también recibimos el poder de seguir Su ejemplo.

Por lo tanto, mediante este aná lisis contextual, entendemos lo que significa el
versículo 19 cuando dice:

"Porque así como por la desobediencia de un hombre muchos fueron hechos


pecadores, así por la obediencia de uno muchos será n justificados".
Lo que vimos antes no tiene nada que ver con ser hecho pecador por
nacimiento. La antítesis también es cierta, nadie es justo por nacimiento.
Muchos fueron hechos pecadores, segú n los versículos 12-17… por elecció n. Y
muchos fueron hechos justos ... por elecció n. Incluso el nuevo nacimiento
viene con la condició n de recibir a Cristo en el corazó n. Tanto la elecció n de
pecar como la elecció n de recibir la justicia del Hijo de Dios es nuestra. Elena
de White lo expresa de esta manera:

“Los seres humanos se han degenerado. Caen uno tras otro bajo la maldició n,
porque el pecado ha entrado en el mundo, y la muerte por el pecado. . . .
PODEMOS ELEGIR el camino y la vida de Dios; PODEMOS ELEGIR nuestro
propio camino, y saber [la idea que se describe aquí es saber 'por experiencia'
como Adá n] que el pecado ha entrado en el mundo y la muerte por el pecado ”.
[Signs of the Times, 27 de junio de 1900]

EL SIGNIFICADO DE LA ELECCIÓN Y EL PESO DE LA FUERZA

Elecció n, como estamos viendo…. es un componente importante cuando se


habla del tema del pecado. Santiago 1:14, 15 también señ ala esta realidad con
aú n má s fuerza, a la luz de todo lo que hemos cubierto. Afirma:

“Pero todo hombre es tentado cuando es atraído y seducido por su propia


concupiscencia. Entonces, cuando la concupiscencia concibe, trae el pecado; y
el pecado, cuando es consumado, trae la muerte ”.

La idea que se comunica en estos versículos es que hay una secuencia que
sucede y que conduce al pecado. Todos se enfrentan a la tentació n, cuando el
individuo es atraído por su propia lujuria y seducido, pero note que esto no se
llama pecado. En otras palabras, la tentació n no es pecado. Este punto se
revela aú n má s en Hebreos 4:15, cuando se habla de Jesú s como nuestro sumo
sacerdote. Allí aprendemos acerca de nuestro gran Salvador que “… no
tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras
debilidades; pero fui tentado en todo como nosotros, PERO SIN PECADO ”.
Jesú s fue tentado, pero no pecó , lo que significa que la tentació n no es pecado.

Tenga en cuenta cuando el pecado se introduce y se convierte en un factor,


segú n Santiago 1:15. Es cuando la lujuria interior ha sido concebida, que es
cuando el pecado surge. Ahora comencé a preguntarme qué significa
realmente la palabra "concebido". La palabra griega usada contextualmente
significa y se refiere a "lujuria o deseos negativos cuyos impulsos el hombre se
entrega". En otras palabras, cuando llega una tentació n y es complacida o
apreciada, es entonces cuando hemos pecado. Los escritos inspirados ratifican
aú n má s este punto al decir en las siguientes declaraciones:

“Hay pensamientos y sentimientos sugeridos y despertados por Sataná s que


molestan incluso al mejor de los hombres; pero si no son apreciados, si son
rechazados por odiosos, el alma no se contamina con la culpa y nadie má s se
contamina por su influencia ”. [Para que yo le conozca, pá g. 140]

El pecado de hablar mal comienza con albergar pensamientos malvados. La


astucia incluye la impureza en todas sus formas. Un pensamiento impuro
tolerado, un deseo impío acariciado, y el alma se contamina, su integridad
comprometida. [Testimonios, vol. 5, pá g. 177]

Basado en estas dos declaraciones inspiradas, estamos viendo que:

 La excitació n de los impulsos pecaminosos no es pecado.


 La manifestació n de pensamientos pecaminosos no es pecado en sí
mismo.
 Lo que constituye pecado es cuando estos pensamientos e impulsos son
complacidos por la voluntad. Cuando con el libre albedrío que Dios nos
ha dado, elegimos ceder a esos impulsos y pensamientos pecaminosos,
complacerlos o apreciarlos, es entonces cuando pecamos contra Dios.

También es importante señ alar que incluso esa "voluntad o libertad de elegir"
no puede ser forzada. El diablo no puede obligarnos a pecar, ni heredamos el
pecado de Adá n sin una opció n en el asunto. Sin embargo, hay ocasiones en las
que se utilizan ciertas declaraciones de Elena de White para comunicar una
idea que es totalmente contraria a esto. Por ejemplo, las dos siguientes
declaraciones parecen dar la idea de que los hombres nacen pecadores, que el
pecado de Adá n ha sido heredado por su posteridad. Dice lo siguiente:

“La caída de Adá n en el jardín del Edén hizo que todos pecaran; pero en el
huerto de Getsemaní, Cristo bebió la amarga copa del sufrimiento y la muerte,
y todo aquel que en él cree, no se pierda, sino que tenga vida eterna ”. [Signs of
the Times, 13 de junio de 1900]

Otra declaració n que parece dar la misma idea dice lo siguiente:


"Como resultado de la desobediencia de Adá n, todo ser humano es un
transgresor de la ley, vendido al pecado". [En los lugares celestiales, pá g. 146]

Sin embargo, recuerde que de acuerdo con Romanos 5:12 y Ezequiel 18:20,
vimos que la razó n de esto se debió al hecho de que todos los hombres
eligieron seguir el ejemplo de Adá n. No solo eso, sino que debemos tomar
estas declaraciones inspiradas y unirlas a las muchas otras declaraciones que
está n conectadas con este mismo tema, para que podamos tener una imagen
má s completa. Tales declaraciones SON:

“Ningú n hombre puede ser obligado a transgredir. Primero debe obtenerse su


propio consentimiento, el alma debe proponer el acto pecaminoso, antes de
que la pasió n pueda dominar la razó n, o la iniquidad triunfe sobre la
conciencia ”. [5T, pá g. 177]

“No está en el poder de Sataná s forzar a alguien a pecar. El pecado es el acto


individual del pecador. Antes de que el pecado exista en el corazó n, se debe
dar el consentimiento de la voluntad, y tan pronto como se da, el pecado
triunfa y el infierno se regocija ". [Signs of the Times, 18 de diciembre de
1893]

“Sataná s sabe que no puede vencer al hombre a menos que pueda controlar su
voluntad. Puede hacer esto engañ ando al hombre para que coopere con él en
transgredir las leyes de la naturaleza al comer y beber, lo cual es transgresió n
de la ley de Dios ”. [Templanza, pá g. dieciséis]

"Aunque el pecado era la cosa terrible que había abierto las compuertas del ay
sobre el mundo, É l (Cristo) se convertiría en la propiciació n de una raza que
había DESEADO pecar". [Desde el corazó n, pá g. 253]

Por lo tanto, nadie fue forzado a heredar el pecado o la culpa de Adá n por
nacimiento, ni un solo humano, es forzado a pecar contra Dios, ni siquiera por
el enemigo de las almas. Má s bien, vemos que somos pecadores, por elecció n.
¡¡¡OH EL AMOR DE JESÚ S, QUE VINO AL MUNDO, A MORIR POR UNA
CARRERA, QUE QUIERA PECAR !!!

Desde el corazó n, pá g. 151, lo expresa así: “La luz de la vida se ofrece


gratuitamente a todos. Todos los que quieran pueden ser guiados por los
brillantes rayos del Sol de Justicia. Cristo es el gran remedio para el pecado.
Nadie puede alegar sus circunstancias, su educació n o su temperamento como
excusa para vivir en rebelió n contra Dios. Los pecadores son tales por su
propia elecció n deliberada ".

Definiciones

A la luz de todo lo que hemos cubierto con respecto al pecado y có mo nos ha


afectado y có mo no, es crucial definir qué es el pecado. La Biblia nos dice
claramente la definició n del pecado, al decir en 1 Juan 3: 4:

"Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; porque el pecado es
infracció n de la ley".

La idea detrá s de la palabra "transgresió n" es "desprecio y violació n de la ley,


iniquidad, maldad". Ahora lo interesante es que uno escudriñ ará los
voluminosos escritos de la mensajera del Señ or y verá que cada vez que ella
define el pecado, dice lo siguiente:

"El pecado es transgresió n de la ley". É sta es la ú nica definició n de pecado.


[Comentario Bíblico Adventista, vol. 7, pá g. 951]

Nuestra ú nica definició n de pecado es la que se da en la palabra de Dios: es "la


transgresió n de la ley"; es el resultado de un principio en guerra con la gran
ley del amor que es el fundamento del gobierno divino. [El Gran Conflicto, pá g.
493]

¿Qué es lo que lleva al pecador al conocimiento de sus pecados, a menos que


sepa qué es el pecado? La ú nica definició n de pecado en la Palabra de Dios se
nos da en I Juan 3: 4: “El pecado es la transgresió n de la ley” [Our High Calling,
pá g. 141]

La ú nica definició n de pecado, dada en la Palabra de Dios, es la transgresió n


de la ley. No es excusable y no tiene defensa ni justificació n. [Boletín de la
Asociació n General, 2 de marzo de 1897]

Para dejar entrar a Jesú s en nuestro corazó n, debemos dejar de pecar. La


ú nica definició n de pecado que tenemos en la Biblia es que es la transgresió n
de la ley. [Signos del tiempo, 3 de marzo de 1890]
A la luz de esta clara definició n que es dada tanto por la Biblia como por el
Espíritu de Profecía, algunos podrían preguntarse, bueno, ¿qué pasa con
Romanos 14:23? Este texto parece dar otra definició n de pecado. Afirma:

"Y el que duda, si come, es condenado, porque no come por fe; porque todo lo
que no es por fe, es pecado".

Sin embargo, este texto se vuelve má s claro cuando se conecta con Hebreos
11: 6. Allí, la Biblia dice que "sin fe es imposible agradarle [a Dios]". Es cuando
uno posee fe en la palabra de Dios, que es la extrapolació n adicional de su ley,
que podemos obedecer y agradar a Dios. Sin embargo, si falta el ingrediente de
la fe en Dios y sus mandamientos… entonces nos falta el ú nico poder
disponible para resistir la tentació n. Como nos dice 1 Juan 5: 4:

"Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que
vence al mundo, nuestra fe".

Por lo tanto, 1 Juan 3: 4 y Romanos 14:23 dicen lo mismo ... incluso que el
pecado [la decisió n voluntaria de violar los principios de Dios] sucede, donde
falta el ingrediente de la fe.

La obra continua, de ejercer una fe viva, en la palabra de Dios, en sus leyes y


principios, durará hasta que el Hijo de Dios aparezca en las nubes de gloria. El
trabajo continuo de subyugar al yo, por el poder de Dios, será un trabajo de
por vida. Nos dijeron:

“Mientras Sataná s reine, tendremos que someternos a nosotros mismos, y


vencer los pecados que nos acosan; mientras dure la vida, no habrá lugar para
detenerse, ningú n punto al que podamos llegar y decir, he alcanzado
plenamente ”. [Hechos de los Apó stoles, pá g. 560-561]

“Mientras Sataná s nos insista en sus tentaciones, la batalla por la conquista de


nosotros mismos tendrá que librarse una y otra vez; pero por la obediencia, la
verdad santificará el alma ”. [Desde el corazó n, pá g. 297]

Ahora que hemos definido el pecado como una decisió n voluntaria, un acto
que primero ocurre en el corazó n, debemos ver otro factor crucial, ya que se
refiere a lo que juega el diablo, en un esfuerzo por inducirnos a caer en el
pecado, a saber, el pecado. naturaleza. Como hemos visto hasta ahora, no
hemos heredado el pecado o la culpa de Adá n. Sin embargo, el pecado de Adá n
dejó a su posteridad con una predisposició n al pecado, una inclinació n hacia el
mal. A esto se refiere la Biblia cuando usa los términos "yo" y "carne".

Cuando Jesú s le dijo a Nicodemo “Lo que es nacido de la carne, carne es…” É l
bá sicamente estaba ayudando a Nicodemo a ver la realidad de que el primer
nacimiento, fue uno en el que hombres, mujeres y niñ os tienden a seguir la
carne, también conocido como la naturaleza pecaminosa. De ahí la necesidad
de nacer de nuevo. Porque en el nuevo nacimiento, en lugar de seguir nuestra
naturaleza pecaminosa, por el poder del Espíritu, seguimos la naturaleza
divina. Dos nacimientos, dos naturalezas distintas. Uno nos atrae a la maldad,
el otro nos atrae a la justicia. El libro Educació n lo expresa de esta manera:

“No só lo el poder intelectual sino espiritual, una percepció n de lo correcto, un


deseo de bondad, existe en cada corazó n. Pero contra estos principios lucha
un poder antagó nico. El resultado de comer del á rbol del conocimiento del
bien y del mal se manifiesta en la experiencia de cada hombre. Hay en su
naturaleza una inclinació n hacia el mal, una fuerza a la que, sin ayuda, no
puede resistir. Para resistir esta fuerza, para alcanzar ese ideal que en lo má s
íntimo de su alma acepta como ú nico digno, puede encontrar ayuda en un solo
poder. Ese poder es Cristo. La cooperació n con ese poder es la mayor
necesidad del hombre. En todo esfuerzo educativo, ¿no debería ser esta
cooperació n el objetivo má s alto? ” [Ed 29.1]

Entonces, ¿qué estamos viendo aquí? Estamos viendo la realidad de que


heredamos algo de Adá n, como resultado de su caída. Sin embargo, no fue su
pecado o culpa, sino su naturaleza caída, la predisposició n al pecado, que se
adquirió después de la caída del hombre.

Ahora, algunos pueden decir, entonces, ¿qué pasa con el Salmo 51: 5 y el
Salmo 58: 3? Cuando David declara en el Salmo 51: 5 “He aquí, en maldad fui
formado; y en pecado me concibió mi madre ”, debemos tener en cuenta que
no hay en ninguna parte del texto que haya nacido pecador, má s bien
asumimos que esto es lo que significa. Sin embargo, al comparar Escritura con
Escritura y testimonio con testimonio, hemos visto lo contrario. Lo que el
texto realmente está señ alando es el contexto en el que nació David, incluso
un mundo pecaminoso. El texto se refiere má s al entorno que rodea a David
que a su condició n.
El Salmo 58: 3 dice: "Los impíos se apartaron desde el vientre; se extraviaron
desde que nacieron, hablando mentiras". Note que el texto dice "LOS MALOS",
y no toda la humanidad. Observe por qué se extravían:

“A los niñ os se les deja crecer en lugar de ser entrenados. Se cree que los
pobres niñ itos no conocen ni comprenden una correcció n a los diez o doce
meses de edad, y EMPIEZAN a mostrar terquedad desde muy pequeñ os.
[Review and Herald, 28 de marzo de 1893]

“Tiemblo especialmente por las madres, ya que las veo tan ciegas y sintiendo
tan poco las responsabilidades que recaen sobre una madre. Ven a Sataná s
obrando en el niñ o obstinado de incluso unos pocos meses de edad. Lleno de
una pasió n rencorosa, Sataná s parece estar tomando plena posesió n.
[Orientació n infantil, pá g. 289]

Otra declaració n que se usa para impulsar la idea de la culpa y el pecado


involuntarios, heredados por los descendientes de Adá n, es:

“Es inevitable que los niñ os sufran las consecuencias de las malas acciones de
los padres, pero no son castigados por la culpa de los padres, excepto cuando
participan en sus pecados. Sin embargo, suele ocurrir que los niñ os sigan los
pasos de sus padres ". [Patriarcas y profetas, pá g. 306]

Pero observe en la declaració n dos cosas "pero ellos [refiriéndose a los hijos]
no son castigados por la culpa de los padres, excepto cuando PARTICIPAN en
sus pecados". Entonces, la noció n de que el niñ o hereda la culpa de los padres
o incluso es castigado por ello, se tira por la ventana. En segundo lugar, la
declaració n establece que "es inevitable que los niñ os sufran las
consecuencias de las malas acciones de los padres". Observe que los niñ os
sufren las CONSECUENCIAS de las malas acciones de los padres. Entonces, hay
una transmisió n de las consecuencias del pecado, pero en ninguna parte la
declaració n dice que hay una transmisió n del PECADO MISMO.

CONCLUSIÓN

A la luz de todo lo que hemos visto hasta ahora, ¿qué podemos concluir?

1. Hombres y mujeres, experimentan la muerte eterna, no por el pecado de


Adá n, sino porque TODOS HAN PECADO. Hemos elegido seguir el
ejemplo de Adá n, por lo tanto, a menos que elijamos recibir a Jesú s, que
es nuestra vida, la ú nica otra opció n es la ausencia de la vida misma,
incluso la paga del pecado, que es la muerte eterna.
2. La tentació n no es pecado. Es solo cuando uno elige complacer o
acariciar un pensamiento o tentació n malvados, que se convierte en
pecado en el corazó n y finalmente surge en la vida. Si se resiste por
dentro, no se manifestará por fuera.
3. La ú nica definició n de pecado es "la transgresió n de la ley". Al violar los
principios de Dios, nos convertimos en pecadores. Si bien nacemos con
una naturaleza degenerada o pecaminosa, inclinados al mal, esto no
constituye pecado en sí mismo. No nacemos pecadores, sino que nos
convertimos en pecadores, al ceder a la fuerza de la naturaleza
pecaminosa, también conocida en las Escrituras como nuestra carne. La
ú nica forma de vencer la naturaleza pecaminosa es participando de la
naturaleza divina. Solo a través del poder de Jesucristo podemos
resistir.

Al participar del poder del Hijo de Dios, podemos seguir el ejemplo de Su vida
santa. Que recordemos esta declaració n al cerrar:
"Como vemos la condició n de la humanidad hoy, surge la pregunta en la mente
de algunos," ¿Es el hombre por naturaleza total y totalmente depravado? "
¿Está irremediablemente arruinado? No, no es. El Señ or Jesú s dejó las cortes
reales y, tomando nuestra naturaleza humana, vivió una vida como la que
todos pueden vivir en la humanidad, siguiendo Su ejemplo. Podemos
perfeccionar una vida en este mundo que es un ejemplo de justicia, y vencer
como Cristo nos ha dado un ejemplo en Su vida, revelando que la humanidad
puede conquistar como É l, el gran Modelo conquistó ". [Manuscript Releases,
vol. 9, pá g. 238]

También podría gustarte