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Cada vez que enviamos un correo, subimos fotos, videos y reflexiones a las
redes sociales o nos registramos en distintos sitios –es decir, prácticamente
siempre que utilizamos la red–, dejamos un montón de datos a nuestro
alrededor, que luego olvidamos o creemos borrados. Todas nuestras acciones
en internet, especialmente aquellas en las que no nos preocupamos por la
privacidad, quedan almacenadas. Y todo ello va conformando una huella
online de quiénes somos.
Para Jugar
Para comenzar a trabajar el tema de la huella digital o la
identidad online les proponemos realizar un breve juego.
Para Pensar
¿Qué es una huella digital? ¿Para qué se utiliza? La huella digital o dactilar, la que nos piden registrar
en nuestro documento de identidad, se utiliza hace muchos años para identificar a las personas.
En las civilizaciones antiguas se utilizaban grabadas en arcilla como comprobantes de intercambios
y acuerdos comerciales y hoy en día se sigue recurriendo a ellas en las investigaciones policiales.
Es decir que la huella digital (en su sentido tradicional) tiene una relación directa con la identidad, el
reconocimiento y la firma. ¿Qué características comparte con la huella digital en las TIC y qué
diferencias tiene?
La identidad digital, por suerte y a diferencia de las huellas dactilares, puede ser elegida. Se vuelve
peligrosa si no sabemos administrarla correctamente, pero también puede (y debe) ser positiva: la
participación en foros, redes sociales, espacios académicos online, etc., también se almacena y
aporta para construir la imagen de cada uno en la red.
FICHAS DE TRABAJO PARA EL AULA
Para Participar
Les proponemos entonces invitar a los chicos a que imaginen qué información les gustaría que se
encuentre en la web sobre ellos mismos en el futuro. Si sus nietos los googlearan dentro de cincuen-
ta años, ¿qué encontrarían?
Luego de que cada uno haya terminado de completar su ficha, colgarlos y organizar una galería de
perfiles para que todos los vean.
Para Debatir
¿Qué información eligió compartir cada uno? ¿Creen que eso es lo que aparecerá en la web en el futuro?
¿Van camino a eso? ¿Qué se encuentra hoy en Internet sobre cada uno? ¿Qué datos conviene que sean
públicos y cuáles no?:
Al postear o enviar algo por Internet, preguntarse: ¿con quién quiero de verdad compartir esto?
¿Podrían verlo también otras personas?
Las cosas que se publican online pueden reaparecer en Internet después de muchos años. Antes
de publicar algo, entonces, conviene preguntarse: ¿esto podría perjudicarme cuando sea grande?
Las redes sociales permiten regular los niveles de privacidad en los perfiles. Estas opciones son
para decidir quién nos puede contactar, quién puede mirar y leer lo que posteamos, y quién puede
agregar comentarios, etc.
Además de tomar recaudos personales, también conviene cuidar la privacidad de los demás: no
publicar información personal y fotos de otros sin su consentimiento, no difundir ni apoyar la exhibición
de imágenes íntimas de otras personas y sacar las fotos de otras personas si estas nos lo solicitan.