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Como complemento de esta primera clase les propongo la lectura de un


texto inédito de Bion para que puedan ir haciendo el ejercicio del contacto emocional
con su obra y el intento de observar qué ideas, preguntas o asociaciones les surgen.

W. R. Bion
Artículo inédito 1976
“Silencio Penetrante”
Derechos de autor Patrimonio Bion

“Para revelar la peculiaridad de un diamante, un cortador de diamantes


experto sabe cómo obtener el máximo brillo del mismo. Intenta cortarlo de tal manera
que la luz que penetra en el diamante desde afuera se refleje de nuevo a través del
mismo camino por el cual entra.
Del mismo modo, el analista busca el vértice desde el cual una declaración
hecha por el grupo o el individuo se refleje de la manera más eficaz. Pero también hay
un foco interno que el oyente, el receptor, tiene la capacidad de oír o ver o intuir con el
máximo de brillo.
Uso este modelo como una forma de tratar de llamar la atención hacia la difícil
situación, el difícil problema – espero que no sea el imposible problema – que
nosotros, como psicoanalistas, tenemos que resolver. En principio, debemos estar en
una posición en la que podamos recibir las impresiones disponibles por el breve
tiempo en que un grupo o individuo están presentes. Al mismo tiempo, debemos
situarnos de tal modo que, lo que tengamos que decir, le esté reflejando al paciente la
información que él nos suministró. Ahora bien, aunque no intentemos decirle nada
absolutamente nuevo, ese reflejo debe llamar su atención sobre lo que él ya sabe,
pero para darnos información que es imposible que nosotros tengamos, tratamos de
que el reflejo vuelva a través del mismo camino desde el cual viajó desde el paciente
hacia nosotros.
Echando mano a la verbalización tradicional del psicoanálisis uno podría decir
que el paciente menciona algo que nosotros pensamos que se origina en la
profundidad del inconsciente del paciente, no necesariamente en el pasado - aunque
bien podría haber sido - sino también en el presente.
Es decir, entre toda esta multitud de información que nuestro paciente ha
recogido en el curso de su vida hay algo que sentimos que queremos reflejarle a dicho
paciente, pero reflejarlo con más brillo, no pálido, no oscurecido por todo tipo de
materias extrañas que hacen imposible que tanto él como otro se beneficie de la
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experiencia que ya ha absorbido, y que está y siempre ha estado disponible


potencialmente para él.
Obviamente, cualquier conocimiento estaba disponible para el paciente cuando
feto o niño recién nacido o aun como un niño de cinco, seis, siete, diez, veinte, treinta,
cuarenta, cincuenta; sin embargo, no está disponible con el brillo suficiente para que él
lo pueda reconocer.
Si consideran esta cuestión comprenderán por qué ser un psicoanalista es un
trabajo tan difícil y por qué requiere una formación difícil de lograr aún en los años
disponibles incluso a lo largo de una larga vida.”

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