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Sentencia T-642/08

DERECHO A LA SALUD DEL MENOR-Fundamental autónomo

DERECHO A LA SALUD DE NIÑOS Y NIÑAS-Instrumentos


internacionales de protección

DERECHO A LA SALUD DEL MENOR DISCAPACITADO-


Protección especial

ENTIDAD PROMOTORA DE SALUD-Condiciones que se deben


acreditar para llevar a cabo el transporte de pacientes

La jurisprudencia constitucional se ha detenido en señalar los elementos que


deberán observarse para establecer, bajo qué circunstancias, el servicio de
transporte y los gastos de manutención, en principio a cargo del paciente o de
sus familiares más cercanos, pueden ser asumidos por las entidades
administradoras del régimen de salud. En virtud de lo anterior esa
responsabilidad es trasladada a las entidades promotoras únicamente en los
eventos concretos donde se acredite (i) que el procedimiento o tratamiento se
considere indispensable para garantizar los derechos a la salud y a la
integridad, en conexidad con la vida de la persona; (ii) que el paciente y sus
familiares cercanos no cuenten con los recursos económicos para atenderlos,
y (iii) que de no efectuarse la remisión, se ponga en riesgo la vida, la
integridad física o el estado de salud del afectado. En consecuencia, cuando
deba prestarse servicios médicos en lugares diferentes al de la sede del
paciente; el paciente ni su familia disponen de los recursos suficientes para
tal fin y se comprometen sus derechos fundamentales, procede la acción de
tutela para ordenar a la EPS que pague los costos pertinentes.”

DERECHO A LA SALUD DEL MENOR DISCAPACITADO-


Autorización de una suma prudencial para los gastos de transporte urbano
cada vez que el menor sea requerido en el Instituto Roosevelt de Bogotá

Referencia: expediente T-1837346.

Acción de tutela instaurada por Jairo


Agudelo Osorio, en representacion del
menor Juan David Agudelo Duque, contra
el Instituto de Seguro Social, EPS,
seccional Risaralda.

Procedencia: Tribunal Superior de Pereira,


Sala Civil Familia.

Magistrado Ponente:
Dr. NILSON PINILLA PINILLA.
Expediente T-1837346. 2

Bogotá, D. C., veintiséis (26) junio de dos mil ocho (2008).

La Sala Séptima de Revisión de la Corte Constitucional, integrada por los


magistrados Nilson Pinilla Pinilla, Humberto Antonio Sierra Porto y Clara
Inés Vargas Hernández, en ejercicio de sus competencias constitucionales y
legales ha proferido la siguiente

SENTENCIA

en la revisión del fallo proferido por el Tribunal Superior de Pereira, Sala


Civil Familia, confirmatorio del adoptado por el Juzgado Segundo de Familia
de la misma de ciudad, dentro de la acción de tutela instaurada por el señor
Jairo Agudelo Osorio a nombre de su hijo menor de edad Juan David Agudelo
Duque, contra la EPS Instituto de Seguro Social, Seccional Risaralda.

El expediente arribó a la Corte Constitucional por remisión que hizo la


referida corporación de segunda instancia, en virtud de lo ordenado por el
inciso final del artículo 32 del Decreto 2591 de 1991. La Sala de Selección Nº
3 de la Corte, el 31 de marzo de 2008, eligió este asunto para su revisión.

I. ANTECEDENTES

El señor Jairo Agudelo Osorio como representante legal del menor Juan David
Agudelo Duque, elevó acción de tutela en septiembre 26 de 2007, contra la
EPS Instituto de Seguro Social, Seccional Risaralda, aduciendo vulneración
de los derechos a la vida, a la salud y de los niños discapacitados, por los
hechos que a continuación son resumidos.

A. Hechos y relato contenido en la demanda

Señala el demandante que su hijo de 7 años de edad, sufre “Diplejía


Espática” (sic), por lo cual antes de la interposición de la presente solicitud de
amparo, formuló otra acción de tutela con el fin de obtener autorización para
la práctica de una prueba de marcha en el Instituto Roosevelt de Bogotá,
ordenada por el médico tratante, siendo concedida en esa ocasión y
otorgándosele además los tiquetes aéreos para el traslado a esta ciudad.

En esta oportunidad, aduciendo pretensiones diferentes y considerando


nuevamente vulnerados los derechos de su hijo, solicita “traslados
permanentes a la ciudad de Bogotá para cirugías y terapias”, para lo cual
afirma que “no contamos con familiares ni conocidos, demandando gastos de
alojamiento y manutención hasta por espacios de más de 15 días, y nuestro
presupuesto se ve muy limitado para asumir constantemente esos costos”;
aunque la entidad demandada asume el pago del transporte aéreo, el actor
argumenta que tiene que correr con los gastos “de transporte urbano en la
ciudad… deben hacerse en taxi… sumado al costo de alojamiento y
manutención sin contar adiciones”.
Expediente T-1837346. 3

Afirma haber pasado cuenta de cobro al ISS para obtener el reconocimiento de


las sumas canceladas por el concepto antes referido, siendo negada dicha
solicitud, razón por la cual aduce que “existe un déficit grande en nuestro
presupuesto al tener que recurrir a préstamos con terceros desmejorando la
calidad de vida y vida con dignidad que merece Juan David”.

Por otra parte, asevera que el infante asiste “a una institución educativa
privada”, donde cancela $150.000 mensuales, cuyo reembolso solicita, toda
vez que la accionada no posee instituciones adscritas que puedan brindarle
ayuda formativa, argumentando que “aunque no se trata de un servicio de
salud, por tratarse de un menor disminuido físico, aspectos presupuestales o
administrativos no pueden estar por encima del interés superior del niño” (f.
38 cd. inicial).

En consecuencia, pide ordenar a la entidad demandada cubrirle el 100% del


costo del tratamiento, procedimientos y medicamentos que el menor requiera,
sean POS o no POS, y que se le exima del pago “de las cuotas de
recuperación, ante la falta de recursos económicos de su familia”, toda vez
que no tiene la capacidad para sufragarlas, durante el tiempo y con la
intensidad que demande la rehabilitación hospitalaria o extra hospitalaria.

Además, insta reconocer al menor y a un acompañante “los gastos de


transporte, alojamiento y manutención en que tengan que incurrir desde su
lugar de residencia hasta cualquier ciudad; para el tratamiento médico que
requiera” (f. 37 ib.).

B. Documentos relevantes cuyas copias obran dentro del expediente

1. “Reporte Laboratorio de Marcha” (fs. 5 a 8 cd. inicial).

2. “Laboratorio Análisis de Movimiento” (fs. 9 a 12 ib.).

3. Relación manuscrita de gastos mensuales de Jairo Agudelo Osorio, padre


del menor (f. 13 ib.).

4. “Referencia y Contrareferencia del Paciente” Juan David Agudelo Duque,


del Instituto de Ortopedia Infantil Roosevelt (fs. 14 a 16 ib.).

5. “Resumen Final de Epicrisis” (fs. 17, 21 y 22 ib.).

6. Solicitud de autorización de tratamiento quirúrgico (f. 20 ib.).

7. Informe de Junta Médica (f. 24 ib.).

C. Respuesta de la entidad demandada


Expediente T-1837346. 4

Mediante escrito de octubre 8 de 2007, el apoderado judicial de la EPS Seguro


Social, solicitó al Juez de conocimiento “denegar todas y cada una de las
pretensiones” de la tutela, al considerar que el demandante nuevamente
interpuso una acción para que se preste atención integral al menor, “cuando
ya se le está prestando el servicio integral, así las cosas la presente acción de
tutela es temeraria”.

En cuanto a los gastos de transporte, no estima “viable la acción”, toda vez


que al menor se le han suministrado “tiquetes aéreos ida y regreso junto con
un acompañante a la ciudad de Bogotá cada vez que lo han requerido”, y en
cuanto al desplazamiento en esta ciudad, anota que la entidad “no maneja
caja menor”, ni “tiene rubro destinado al pago de transporte urbano”.

Finalmente, respecto al reembolso de los gastos de educación, expresa que el


actor “está confundido con la pretensión, ya que el seguro social no maneja
rubro para suministrar educación a los afiliados discapacitados, porque
somos una entidad prestadora de servicios de salud y no un ente que maneja
recursos de educación”, por lo cual recomienda al accionante presentar “la
solicitud de reembolso de los gastos de educación” ante la Secretaria de
Educación Departamental (fs. 78 a 80 ib.).

D. Sentencia de primera instancia

Mediante fallo de octubre 12 de 2007, el Juzgado 2° de Familia de Pereira,


negó el amparo al considerar que “sobre la prestación integral del servicio de
salud, se tiene que el razonamiento del actor resulta equívoco, pues la acción
tiene su origen en el padecimiento crónico que sufre Juan David (Diaplejía
Espática) (sic), que fue el motivo de la tutela anterior, donde además de
garantizarse la realización de un específico procedimiento, se ordenó también
la prestación de los servicios asistenciales necesarios para proteger su salud
y vida… no hay lugar a realizar nuevo pronunciamiento acerca de un asunto
que ya fue objeto de estudio y decisión de fondo; constituyendo en la
actualidad cosa juzgada” (f. 94 ib.).

Resalta que el actor “no hace mención alguna a procedimiento o


medicamento que haya sido negado por el ISS, amenazando o vulnerando con
tal omisión los derechos fundamentales a la salud e integridad del menor; es
más, acepta en forma expresa que la entidad provee los gastos de transporte
aéreo a Bogotá para el tratamiento. Situación que corrobora igualmente el
Gerente de la entidad cuando enfatizó que se ha acatado estrictamente la
orden de tutela y en todo momento se ha cumplido con la prestación del
servicio integral de salud en beneficio del menor” (f. 94 ib.).

Con respecto a la pretensión encaminada a obtener “el reconocimiento y pago


de las sumas de dinero en que se incurra por concepto de transporte urbano
(taxi), alojamiento y demás gastos adicionales en virtud de los traslados”,
argumenta que el padre del menor devenga un salario mensual de $1.800.000,
tornándose “improcedente la demanda con sustento en una presunta
Expediente T-1837346. 5

incapacidad económica, para buscar el reconocimiento y pago de la totalidad


de los gastos que genera la enfermedad del menor, hasta el punto de
pretender se cancele los costos de los taxis en la ciudad de Bogotá; más aún
cuando el Seguro Social ha venido cancelando cumplidamente los tiquetes
aéreos de ida y vuelta (menor y acompañante), que han sido necesarios para
el tratamiento del menor en dicha capital” (fs. 95 y 96 ib.).

Señala que la accionada tampoco es la encargada de solventar los costos de


educación, “como bien lo aprecia su Gerente Seccional al precisar que la
entidad a su cargo no maneja recursos para tal efecto” (f. 98 ib.).

Concluye aclarando “que no hubo temeridad al instaurarse la presente


demanda… pues el peticionario avisó y allegó prueba sumaria de la
existencia de tutela anterior” (f. 99 ib.).

E. Impugnación

En octubre 24 de 2007, el actor impugnó el fallo de primera instancia


señalando (fs. 104, 105 y 109 ib.):

“Frente al argumento aceptado por el Despacho de la prueba de la


capacidad económica del acciónate, en reiteradas ocasiones la H.
Corte Constitucional ha dicho que la carga de la prueba no
corresponde al accionante sino que por el contrario es la
accionada quien debe probarlo.

………

Nunca oculté al despacho mi salario y en qué se invierte, por lo


tanto las solas manifestaciones de la accionada no pueden darse
por válidas.

………

Si la EPS ha entendido el fallo del juzgado 5° Civil del Circuito de


Pereira como fallo integral, porque (sic) razones no ha proveído el
alojamiento y los traslados interurbanos en procura de las
condiciones dignas en que debe movilizarse mi hijo y un
acompañante? Porque (sic) razón solo hasta la presentación de
esta acción de tutela, la accionada ofreció los servicios educativos
para mi hijo Juan David en la ciudad de Bogotá, sin importarle
fragmentar la familia que tenemos conformada y ante la negativa
de mi esposa de trasladarnos para esa ciudad donde no contamos
con familiares, oculto este ofrecimiento al señor Juez? Si la EPS
tiene medios de defensa yo también pido que sean tenidos en cuenta
los míos. La salud de mi hijo no es solo su derecho a su
rehabilitación física, debe proveerse para su salud mental todos los
medios y todo componente que requiera su rehabilitación.
Expediente T-1837346. 6

El fallo que se pretende debe anunciarse como integral para una


atención permanente y oportuna con el fin de evitar estar
presentando tutelas por cada evento.

………

Esta tutela no puede ser tratada como improcedente por existencia


de un fallo o decisión anterior porque son varias las pretensiones y
no como lo interpreta la accionada que si brinda atención integral.

No estoy manifestando que se ha negado procedimiento alguno,


solamente he solicitado que no se opongan trámites como copagos,
faltas de cubrimiento de costos de transporte, alojamiento y
manutención, atención en educación para mi hijo JUAN DAVID,
para fortalecer la salud física y síquica.”

Concluye comentando el padre del menor que “existen convenios de varias EPS
con la Cruz Roja en la ciudad de Bogotá, donde alojan niños con acompañante
en la ciudad de Bogotá y les brindan la manutención, servicios de enfermería y
refrigerios? Solo le costaría a la accionada 34.000 pesos adultos mensualidad y
17.000 pesos mensualidad niños? Los costos de traslado interurbanos también
son costos de transporte y ni que decir de los derechos de educación por la
misma discapacidad del menor” (f. 110 ib.).

F. Sentencia de segunda instancia

El Tribunal Superior de Pereira, Sala Civil Familia, confirmó el fallo en


diciembre 14 de 2007, manifestando (fs. 7 a 9 cd. respectivo):

“Respecto a los derechos fundamentales a la salud y a la vida del


menor en cuyo interés se promovió la acción, no se señaló hecho
alguno del que pueda deducirse que la entidad demandada los haya
vulnerado o que se encuentren amenazados y que por ende resulte
procedente otorgar la protección solicitada.

…pretende el actor se brinde protección a su hijo frente a


eventuales violaciones, cuando el objeto de la acción constitucional
es proteger a las personas por transgresiones o amenazas
concretas, no hipotéticas, de derechos fundamentales protegidos de
manera directa por la Constitución.

………

Además, porque como lo consideró la misma funcionaria, en la


sentencia proferida el 23 de junio de 2006 se garantizó la atención
médica que requiere el menor como consecuencia de la enfermedad
que lo aqueja y por ende, no procedía la formulación de una nueva
Expediente T-1837346. 7

acción, pues de producirse un incumplimiento de la decisión


adoptada en ese fallo, debe acudirse al trámite de un incidente por
desacato.

………

La entidad accionada suscribió contrato con el Instituto de


Ortopedia Infantil Roosevelt de la cuidad de Bogotá, que le brinda
la atención médica que ha necesitado, como lo demuestran los
documentos que se aportaron con el escrito por medio del cual la
entidad de seguridad social se pronunció sobre la demanda
instaurada, hecho que además confirmó el promotor de la acción...

………

Son pues los gastos de transporte urbano, de alojamiento y


alimentación los que pretende el actor se ordene a la entidad
accionada suministrar mientras el menor se encuentre en
tratamiento en la ciudad de Bogotá, pero tales gastos no
corresponde asumirlos a ella sino a la familia del paciente, quien
por ley debe atender su manutención.”

Finaliza comentando que “si es o no deber de la EPS demandada atender la


educación de menores discapacitados, no es la acción de amparo medio para
obtener el reembolso de sumas de dinero… por ende, si considera tener
derechos a su reconocimiento y pago, deberá acudir ante la jurisdicción
ordinaria para obtener lo pretendido” (f. 10 ib.).

II. CONSIDERACIONES DE LA CORTE CONSTITUCIONAL.

Primera. Competencia

Esta corporación es competente para decidir este asunto, en Sala de Revisión,


de conformidad con lo dispuesto en los artículos 86 y 241, numeral 9°, de la
Constitución, y 31 a 36 del Decreto 2591 de 1991.

Segunda. El asunto objeto de análisis

Como se sintetizó en los antecedentes, el padre de Juan David Agudelo Duque


interpuso acción de tutela para que la EPS del Instituto de Seguro Social
autorice el pago del alojamiento, transporte urbano y manutención del niño y
un acompañante en Bogotá, pidiendo a su vez el reembolso de los dineros
gastados y “$150.000 mensuales” por concepto de la educación del menor.

Corresponde ahora a esta Sala revisar si en el caso bajo estudio procede el


amparo solicitado.

Tercera. Protección a los niños, en especial los discapacitados


Expediente T-1837346. 8

Además de que cualquier persona “está legitimada para interponer acción de


tutela en nombre de un menor, siempre y cuando en el escrito o petición
verbal conste la inminencia de la violación a los derechos fundamentales del
niño”1, esta corporación en múltiples pronunciamientos ha puntualizado que
los derechos de los niños, por mandato expreso de la Constitución Política
(art. 44), prevalecen sobre los de los demás, por lo cual la familia, la sociedad
y el Estado tienen la obligación de asistirlos y protegerlos, para garantizar su
desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos.

También ha expresado la Corte que el mantenimiento de la buena salud,


particularmente cuando se trata de menores de edad, “es en sí mismo un
derecho fundamental”, principio que fue así reiterado en la sentencia T-973 de
noviembre 24 de 2006, M. P. Humberto Antonio Sierra Porto:

“Con fundamento en los postulados constitucionales favorables a


los niños, la jurisprudencia constitucional ha establecido que éstos
son sujetos de especial protección constitucional. Por ello, sus
derechos e intereses son de orden superior y prevaleciente y la
vigencia de los mismos debe ser promovida en el ámbito de las
actuaciones públicas o privadas.

12.- En este contexto, en virtud de las cláusulas constitucionales de


protección de los derechos de los menores, la Corte Constitucional
ha afirmado que el derecho a la salud de niños y niñas es de
carácter autónomo y debe ser garantizado de manera inmediata y
prioritaria. En concordancia con el mismo, las necesidades de
niñas y niños deben ser cubiertas eficazmente.

13.- En este ámbito, no obstante la autonomía del Estado para


diseñar políticas públicas orientadas a organizar la prestación del
servicio público de salud, no es posible oponer obstáculos de tipo
legal ni económico para garantizar tratamientos médicos a
menores de edad. Igualmente, la asistencia en salud que requieren
niños y niñas debe ser prestada de manera preferente y expedita
dada la situación de indefensión en que se encuentran.

14.- Por otra parte, el alcance del derecho constitucional a la salud


de niños y niñas ha sido interpretado por la Corte Constitucional,
de conformidad con los instrumentos internacionales de derechos
humanos de los cuales es parte el Estado colombiano. Dentro de
éstos importa señalar el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos aprobado mediante la Ley 74 de 1968, la Convención
Internacional sobre los Derechos del Niño, aprobada mediante Ley
12 de 1991, cuyo artículo 11 prescribe que la niñez tiene ‘derecho
al disfrute del más alto nivel posible de salud y a servicios para el
tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación de la salud’ y
1
Cfr. T-408 de 1995 (septiembre 12), M. P. Eduardo Cifuentes Muñoz., entre otras providencias.
Expediente T-1837346. 9

la Observación General No. 14, del Comité de Derechos


Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas 2, donde
fueron definidos los elementos que comprenden el derecho a la
salud, a saber: -disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y
calidad-.” (No está resaltado en negrilla en el texto original.)

De igual forma, en sentencia T-417 de mayo 24 de 2007, M. P. Álvaro Tafur


Galvis, se señaló cómo “es claro que en los casos en que está de por medio la
salud de un niño, independientemente de la edad que tenga, por el sólo hecho
de ser un menor tiene derecho a recibir una atención adecuada y de forma
regular por parte de las entidades que tienen a su cargo esa función, sin
dilaciones injustificadas, pues, de lo contrario, se vulneran los derechos
fundamentales del niño al no permitirle el acceso efectivo a la prestación del
servicio de salud que demanda”.

Así, no cabe duda que el Estado debe brindar protección prevaleciente a los
derechos fundamentales de los niños, y si están discapacitados, es necesario
que exista cabal ayuda efectiva, para remediar eficazmente la situación de
inferioridad o desventaja.

El artículo 47 de la Constitución, califica a los “disminuidos físicos,


sensoriales y psíquicos” como merecedores de atención especializada, ante
toda clase de novedades de salud y en sentencia T-179 de febrero 24 de 2000,
M. P. Alejandro Martínez Caballero, se expresó que “hay que darles el
servicio eficiente, integral, óptimo en tratamiento y rehabilitación para que
mejore las condiciones de vida, valor éste que está en la Constitución y es una
facultad inherente a todos los seres humanos, con mayor razón a aquellos que
padecen enfermedades y no ofrezcan perspectiva de derrota de la dolencia.
De todas maneras son seres humanos que tienen derecho a encontrarle un
sentido a la vida. Y una manera para neutralizar la impotencia frente a las
circunstancias es facilitar cuestiones elementales como por ejemplo crear en
ese ser humano comportamientos efectivos de dignidad y autodefensa
(aprender a vestirse, a cuidarse, a caminar, a reconocer a los padres y su
entorno)”.

Se aprecian así circunstancias que otorgan al derecho a la salud un carácter


fundamental, más aún tratándose de menores con discapacidad, para quienes
el Estado tiene que brindar la máxima atención, encaminada a lograr
integración social y rehabilitación, hasta donde sea posible.

Cuarta. Traslado y alojamiento de usuarios de EPS en otras ciudades,


para recibir tratamientos médicos

En diferentes pronunciamientos esta corporación ha previsto que en casos


especiales, las empresas que se encargan de impartir las autorizaciones para
que a los usuarios del sistema de salud les sean prestados servicios médico
2
“Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas. Documento E/C.12/2000/4
de Agosto 11 de 2000.”
Expediente T-1837346. 10

asistenciales, ya sea en el régimen contributivo (EPS), o en el subsidiado


(ARS), tienen la obligación de proveer los medios que permitan al usuario
transportarse a ciudades en donde se les pueda facilitar un tratamiento que no
se halle a disposición en su sede habitual, y hospedarse por el tiempo
indispensable, con un acompañante si no pueden valerse por sí mismos.

Al Juez constitucional le puede corresponder entonces, frente a un caso


concreto, “evaluar la pertinencia y viabilidad que tiene ordenar que una
empresa prestadora de servicios de salud facilite transporte a sus pacientes”3.

Esta corporación señaló en sentencia T-755 de agosto 28 de 2003, M. P.


Rodrigo Escobar Gil:

“La correspondiente EPS está obligada a cubrir el costo del


transporte de sus afiliados cuando: i) se está ante el
incumplimiento de la regulación sobre transporte de pacientes que
obligue a la entidad a prestar el servicio bajo ciertas
características, ii) el paciente no pueda desplazarse por sus
propios medios, ni su familia cuente con los recursos económicos
suficientes para el traslado, iii) el no traslado ponga en peligro la
vida o integridad del paciente, y iv) pese a haber desplegado la
EPS o la ARS todos sus esfuerzos, no exista una posibilidad real y
razonable para cubrir el tratamiento médico en el lugar donde
reside el afiliado.”

Por otro lado, en sentencia T-1296 de diciembre 7 de 2005, M. P. Clara Inés


Vargas Hernández expresó:

“…la obligación de acudir a un tratamiento corresponde de forma


principal al paciente y en virtud del principio de solidaridad a su
familia, quienes deben asumir el costo natural que ello supone,
salvo en eventos en los cuales la ley prevé que es la entidad
prestadora del servicio la encargada de suministrar… a los
usuarios4 o cuando ni el paciente ni su familia disponen de los
recursos suficientes para tal fin, puesto que se comprometerían en
alto grado sus derechos fundamentales.5 A manera ilustrativa
pueden traerse a colación algunos ejemplos.

………
3
T-467 de 2002 M. P. Eduardo Montealegre Lynett.
4
“Según el parágrafo del artículo 2 de la Resolución 5261 de 1994, expedida por el Ministerio de Salud (hoy
Ministerio de la Protección Social), ‘Cuando en el municipio de residencia del paciente no se cuente con
algún servicio requerido, éste podrá ser remitido al municipio más cercano que cuente con él. Los gastos de
desplazamiento generados en las remisiones serán de responsabilidad del paciente, salvo en los casos de
urgencia debidamente certificada o en los pacientes internados que requieran atención complementaria. Se
exceptúan de esta norma las zonas donde se paga una UPC diferencial mayor, en donde todos los gastos de
transporte estarán a cargo de la EPS’.”
5
“Sobre el mismo tema, cfr. T-467 de 2002, MP Eduardo Montealegre Lynett, T-900 de 2002 y T-1071 de
2002, MP. Alfredo Beltrán Sierra, T-755 de 2003, MP. Rodrigo Escobar Gil y T-739 de 2004, MP. Jaime
Córdoba Triviño, entre otras.”
Expediente T-1837346. 11

…si la atención médica sólo se ofrece en un lugar diferente a la


residencia del paciente y se comprueba que la persona carece de
medios económicos para acceder al mismo, las entidades
prestadoras de los servicios de salud deben procurar los medios
económicos para asegurar la realización del tratamiento
ordenado.”

En el mismo sentido, en sentencia T-206 de febrero 28 de 2008, M. P Clara


Inés Vargas Hernández se puntualizó:

“La jurisprudencia constitucional se ha detenido en señalar los


elementos que deberán observarse para establecer, bajo qué
circunstancias, el servicio de transporte y los gastos de
manutención, en principio a cargo del paciente o de sus familiares
más cercanos, pueden ser asumidos por las entidades
administradoras del régimen de salud.

En virtud de lo anterior esa responsabilidad es trasladada a las


entidades promotoras únicamente en los eventos concretos donde se
acredite6 (i) que el procedimiento o tratamiento se considere
indispensable para garantizar los derechos a la salud y a la
integridad, en conexidad con la vida de la persona; (ii) que el
paciente y sus familiares cercanos no cuenten con los recursos
económicos para atenderlos, y (iii) que de no efectuarse la
remisión, se ponga en riesgo la vida, la integridad física o el estado
de salud del afectado.

En consecuencia, cuando deba prestarse servicios médicos en


lugares diferentes al de la sede del paciente; el paciente ni su
familia disponen de los recursos suficientes para tal fin y se
comprometen sus derechos fundamentales, procede la acción de
tutela para ordenar a la EPS que pague los costos pertinentes.”

De tal manera, por vía de tutela se puede impartir, de acuerdo con el material
probatorio existente en el expediente, la orden para que la empresa prestadora
del servicio de salud cubra el transporte, alojamiento y manutención especial,
del afiliado y de su acompañante cuando el paciente lo requiera, de forma que
pueda recibir oportunamente los servicios médico asistenciales que sólo le
puedan ser prestados fuera de su sede.

6
“Resolución No. 3797 de 2004, ‘Por la cual se reglamentan los Comités Técnicos Científicos y se establece el
procedimiento de recobro ante el Fondo de Solidaridad y Garantía Fosyga, por concepto de suministro de medicamentos
no incluidos en el Plan Obligatorio de Salud POS y de fallos de tutela’.”
“Cfr. T-900/02 M.P. Alfredo Beltrán Sierra. En esta decisión se analizaron algunos casos donde los usuarios, al ser
remitidos a lugares distintos al de su residencia para la práctica de distintos procedimientos médicos, pretendían que las
respectivas EPS asumieran el valor de su transporte, solicitud que fue desestimada por la Corte ante la falta de
concurrencia de los requisitos de incapacidad económica del paciente y su familia y conexidad entre el tratamiento y la
vida e integridad física del mismo. Esta regla jurisprudencial también fue utilizada en un caso similar contenido en la
sentencia T-1079/01, M.P. Alfredo Beltrán Sierra.”
Expediente T-1837346. 12

Quinta. Caso concreto.

De las pruebas allegadas al expediente y lo manifestado por el actor en su


demanda, se puede colegir que no cuenta con el presupuesto que demandan
los gastos de transporte, alojamiento y manutención en Bogotá, pese a que ya
el ISS le está suministrando los tiquetes aéreos, pero dicha EPS manifestó que
no podía cubrir lo adicional, por lo cual Jairo Agudelo Osorio instauró una
nueva acción de tutela en representación de su hijo Juan David Agudelo
Duque, para lograr que mediante una orden al ente demandado, le sean
cubiertos los otros gastos que pretende.

Uno de los servicios no incluidos en el POS constituye el costo de traslado de


los pacientes de una ciudad a otra, cuando no se cuente con el servicio de
salud reclamado en la localidad donde dicho paciente reside. Esta exclusión
del POS está determinada como regla general en la Resolución Nº 5261 de
1994, antes citada.

Sin embargo, la garantía del derecho fundamental debe materializarse, frente a


lo cual y para no hacer nugatoria su protección, es necesario en excepcionales
ocasiones ampliar el espectro de amparo del derecho con el fin de que su
ejercicio sea real y efectivo.

La no desvirtuada estrechez económica, complicada por la limitación física


del niño y su efecto sobre las posibilidades de desplazamiento, dificulta
asumir los gastos de traslado, manutención y alojamiento que el viaje a
Bogotá demanda.

De tal manera, dado que los jueces de instancia negaron el amparo solicitado
por el accionante, esa denegación tendrá que ser revocada, toda vez que como
lo ha establecido la Corte Constitucional, la tutela procede en aquellos casos en
que, como consecuencia de la limitación del acceso a la seguridad social, se
afectan otros derechos como la vida digna y el mínimo vital, que es lo que
ocurre en el caso bajo estudio, cuando, como lo manifestó el actor, no cuenta
con los medios económicos suficientes para asumir cabalmente las
erogaciones.

Por lo expuesto, como suma prudencial se le concederán cien mil pesos


($100.000) para sufragar los gastos de transporte urbano, cada vez que su
menor hijo sea requerido en el Instituto Roosevelt, y adicionalmente para el
alojamiento se tendrán en cuenta las tarifas que la institución tenga establecidas
para situaciones equiparables a ésta.

Respecto al reembolso de los dineros gastados y la suma de “$150.000


mensuales” por concepto educativo del menor, no es procedente por esta vía,
lo primero por tratarse de una pretensión actualmente sólo económica, y lo
segundo, por no corresponderle al Instituto accionado.
Expediente T-1837346. 13

En conclusión, la Sala revocará el fallo proferido por el Tribunal Superior de


Pereira, Sala Civil Familia, en diciembre 14 de 2007, confirmatorio del
adoptado por el Juzgado Segundo de Familia de la misma ciudad en octubre 12
del mismo año, que negó el amparo impetrado.

En su lugar, concederá la tutela y ordenará al representante legal del Seguro


Social EPS, seccional Risaralda, o quien haga sus veces, que en caso de que no
lo hubiere efectuado, en el término de cuarenta y ocho (48) horas contadas a
partir de la notificación de esta providencia proceda a autorizar, a favor del
señor Jairo Agudelo Osorio, en representación de su menor hijo Juan David
Agudelo Duque, el cubrimiento de los gastos de desplazamiento urbano a razón
de $ 100.000 por cada viaje a la capital de la República y alojamiento en la
ciudad de Bogotá, así como de su acompañante, mientras se requiera su
permanencia, para lo cual se aplicarán las tarifas que la institución tenga
establecidas para situaciones equiparables a ésta, o en su defecto, las que
determine razonablemente, tomando en cuenta las especiales condiciones de
discapacidad del menor Juan David Agudelo Duque, así como los gastos que
demanda mantenerse en una ciudad como la capital de la Republica.

III.- DECISIÓN.

En mérito de lo expuesto, la Sala Séptima de Revisión de la Corte


Constitucional, administrando justicia en nombre del pueblo y por mandato
de la Constitución,

RESUELVE

Primero: REVOCAR el fallo proferido por el Tribunal Superior de Pereira,


Sala Civil Familia en diciembre 14 de 2007, confirmatorio del adoptado por el
Juzgado Segundo de Familia de la misma ciudad en octubre 12 del mismo
año, que denegó la tutela interpuesta por Jairo Agudelo Osorio como
representante de su menor hijo Juan David Agudelo Duque, contra el Seguro
Social seccional Risaralda.

Segundo: En su lugar, ORDÉNASE al representante legal del Seguro Social,


seccional Risaralda, o a quien haga sus veces, que en caso de que no se
hubiere hecho, en el término de cuarenta y ocho (48) horas contadas a partir
de la notificación de esta providencia, autorice al menor Juan David Agudelo
Duque y a un acompañante, como se indicó en el último párrafo de la parte
motiva, los gastos de desplazamiento a razón de cien mil pesos ($100.000) por
cada vez que deban venir a Bogotá y el alojamiento en esta ciudad, el tiempo
que ineludiblemente se requiera para el tratamiento de la que padece Juan
David.

Tercero.- Por Secretaría General, LÍBRESE la comunicación a que se refiere


el artículo 36 del Decreto 2591 de 1991.
Expediente T-1837346. 14

Notifíquese, comuníquese y publíquese en la Gaceta de la Corte


Constitucional. Cúmplase.

NILSON PINILLA PINILLA


Magistrado

HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO


Magistrado
Con salvamento de voto

CLARA INÉS VARGAS HERNÁNDEZ


Magistrada

MARTHA VICTORIA SÁCHICA DE MONCALEANO


Secretaria General

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