CARTOPERU Bienes Comunes

El Sistema de Información sobre Cartografía Socio ambiental en la Gestión de la Ama- El Instituto del Bien Común (IBC)

cartografía
Comunidades Nativas de la Ama- zonía peruana reúne una muestra de la rica y original es una asociación civil peruana
zonía Peruana (SICNA) es una producción cartográfica desarrollada por el Instituto fundada en 1998 que trabaja con
base de datos georreferenciada del Bien Común (IBC) empleando tecnología cartográ- comunidades rurales para promo-
que contiene información geo- fica de punta y una innovadora metodología partici- ver la adecuada gestión de los
gráfica y socioeconómica sobre pativa para registro en terreno de información social, bienes comunes, tales como terri-
comunidades nativas. El uso y ambiental e histórico-cultural. torios comunales, cuerpos de

socio ambiental
difusión del SICNA facilita la titu- agua, bosques, pesquerías y áreas

socio ambiental en la gestión de la Amazonía peruana

lación de comunidades nativas y Con este título de la serie CartoPerú Bienes Comunes, naturales protegidas.
promueven el ordenamiento el Instituto del Bien Común continúa generando
territorial y la defensa de dere- herramientas cartográficas que permiten visualizar lo El IBC trabaja en la Amazonía
chos de los pueblos indígenas. El que ocurre actualmente sobre el espacio amazónico, andina, norte y central del Perú,
SICNA es impulsado por el Institu- así como proyectarse en el tiempo. Los mapas así con- donde desarrolla proyectos de
to del Bien Común para suplir la
falta de mapas catastrales y de
cebidos arrojan importantes claves para el análisis de
los actuales procesos de transformación a nivel am-
en la gestión ordenamiento y planificación
territorial, gobernanza para el
información precisa sobre comu- biental y social, con miras a lograr el ordenamiento del de la Amazonía cuidado de los bienes comunes,
nidades nativas de la Amazonía
peruana.
territorio, una mejor gestión de la Amazonía peruana y
el respeto de los derechos territoriales y culturales de peruana conservación del medio ambien-
te, desarrollo sostenible, respeto
las comunidades rurales amazónicas. de los derechos y la cultura de las
poblaciones rurales –indígenas y
Este trabajo se asienta sobre la labor del Sistema de no indígenas–, y el conocimiento
Información sobre Comunidades Nativas (SICNA), del científico y local.
IBC, que a lo largo de quince años ha mapeado los
linderos de gran parte de las comunidades nativas de
la Amazonía peruana, constituyendo un catastro de
propiedades indígenas que ya es un referente a nivel
nacional e internacional.

ISBN: 978-9972-2702-9-1

9 789972 270291

OT. 12132 / IBC- CARTOGRAFÍA SOCIO AMBIENTAL / MEDIDA 82.45 x 40 cm/ LOMO 0.45cm OK 60pp Couche MATE 130gr. Cosido a la francesa
cartografía
socio ambiental
en la gestión
de la Amazonía
peruana
CARTOGRAFÍA SOCIOAMBIENTAL
EN LA GESTIÓN DE LA AMAZONÍA PERUANA

Primera edición, Lima noviembre de 2012

Tiraje 1000 ejemplares.

©Instituto del Bien Común y Richard Chase Smith, 2012

Av. Petit Thouars 4377, Miraflores, Lima 18, Perú
Tels. (511) 421 7579 – 440 0006
www.ibcperu.org

La publicación de este libro ha sido posible gracias a la Fundación Avina y la Fundación Gordon y Betty Moore

COORDINACIÓN GENERAL
Richard Chase Smith, Valeria Biffi, María Rosa Montes y Carla Soria

INVESTIGACIÓN
Valeria Biffi

INFORMANTES
Magaly Aldave, Espíritu Bautista, Edgardo Castro, Luis Collado, Mario Osorio, Janina Reátegui, Sandra Ríos, Vanessa Rodríguez, Ana Rosa Sáenz, Richard Chase
Smith, Carla Soria, Pedro Tipula, Andrés Treneman y Ermeto Tuesta.

ELABORACIÓN DE MAPAS
Magaly Aldave, Carla Soria, Mario Osorio, Janina Reátegui, Pedro Tipula, Ermeto Tuesta, Edgardo Castro, Richard Chase Smith y Sandra Ríos.

DISEÑO GRÁFICO
Ariana Canepa

FOTOGRAFÍA
Magaly Aldave, Edgardo Castro, Cappy Hotchkiss, Instituto del Bien Común, Heinz Plenge, Sandra Ríos, José Saíto, Richard Chase Smith, Pedro Tipula y Ermeto Tuesta.

CORRECCIÓN DE ESTILO Y CUIDADO DE LA EDICIÓN

Maria Rosa Montes

AGRADECIMIENTOS
ESRI, por la donación de valioso software especializado, Fermín Apikai, Noé Aujtukai, Margarita Benavides, Cornelio Chigkim, Maria Elena Chuco, Nancy Chup, Es-
píritu Bautista, Freddy Ferreyra, Jorge Gallardo, Rolando Gallardo, Guillermo Gómez Canayo, Mónica Hidalgo, Julio Hinojosa, Eloy Ismiño, Zebelio Kayap, Lander
Loja, Rafael Lomas Rojas, Margarita Medina, Valbina Miguel, Francisco Nava, Ricardo Navarro, Martín Napo, Andres Noningo, Juan Noningo, Santiago Nunta Cauper,
Denis Orihuela, Divina Petsa, Jerónimo Petsain, Javier Santa, José Saito, Carlos Soria, Pamela Talledo, Angela Tapia, Luis A. Tenazoa García, Cesar Tii, Dan Vásquez
Cairuna y Tito Yagkur.

IMPRESIÓN
Tarea Asociación Gráfica Educativa
Pse. María Auxiliadora 156, Lima 5-Perú

ISBN 978-9972-2702-9-1
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2012-14061
Índice
Introducción: Plasmando en mapas la realidad socioambiental de la Amazonía peruana 05

1. Visibilizando los territorios de los pueblos indígenas

09

2. Mapeo de recursos naturales y uso del territorio 17

2.1. Uso tradicional del bosque, creación y gestión de áreas de conservación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
2.2. La gestión del territorio comunal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

2.3. Frente a las amenazas a los ecosistemas acuáticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25

2.4. Áreas de pesca y recursos bioacuáticos en la cuenca del Pachitea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .28

3. Mapeo del espacio histórico-cultural de los pueblos indígenas 31

3.1. Por donde caminaban los ancestros Yánesha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .32

3.2. Los ancestros en la educación intercultural bilingüe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37

4. En defensa de los últimos indígenas en aislamiento 43

4.1. Por la protección de los indígenas Kakataibo en aislamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .45

5. Seguimiento a las amenazas sobre el espacio amazónico 51

5.1. Mapeo de presiones sobre la Amazonía peruana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .52

5.2. Deforestación en el Mosaico Kakataibo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .54

Bibliografía 59
 Introducción

Plasmando en mapas la realidad socioambiental de la Amazonía peruana

Con una superficie de casi 80 millones de hectáreas, la Amazonía peruana abarca el 61% del territorio nacional. Esta vasta extensión es
superlativa en más de un sentido: alberga una alta concentración de diversidad biológica, constituye una enorme reserva de agua dulce
y reviste una gran importancia estratégica como sumidero global de carbono. Además, presenta una considerable diversidad cultural, con
cerca de 300.000 indígenas de casi 50 pueblos diferentes, entre los que se cuenta indígenas en aislamiento voluntario, que han buscado
refugio en los bosques más inaccesibles.

Hoy en día éste es un escenario altamente dinámico, con una complejidad socioambiental sin precedentes. Por un lado, la Amazonía es
sujeto de grandes inversiones en proyectos viales y energéticos, hidrocarburos y minería; también es el blanco de extractores de recursos
naturales, especialmente forestales, muchos de ellos informales. A su vez, el movimiento indígena amazónico viene cobrando fuerza en
la palestra política, haciendo constante el reclamo sobre sus derechos territoriales y culturales, además de la reivindicación de un medio
ambiente sano. En esta línea, tanto los pobladores nativos como los no nativos tienen cada vez mayor interés en obtener sus títulos de
propiedad y gestionar mejor sus territorios y recursos. En general, apuestan por un adecuado ordenamiento territorial.

En este contexto cambiante y a la vez conflictivo, se hace urgente la adopción de herramientas que, como la cartografía social, permiten
visualizar lo que realmente está ocurriendo sobre el espacio amazónico, al tiempo que arrojan importantes claves para el análisis de los
actuales procesos de transformación a nivel ambiental y social, con miras a lograr el ordenamiento del territorio y una mejor gestión y con-
servación de la Amazonía peruana.

La cartografía social es una disciplina orientada a la producción y sistematización de conocimiento geográfico sobre un espacio, plasmán-
dolo sobre mapas y permitiendo así su visualización. Como se puede apreciar en este libro, los mapas sirven para representar gráficamente
un amplio rango de información socioambiental. Para los pueblos indígenas que habitan la Amazonía peruana, por ejemplo, la delimitación
de los linderos de su propiedad comunal y la precisa ubicación de éstos sobre mapas es una manera de legitimar la posesión territorial y
diferenciar lo ajeno de lo propio. Además, los mapas temáticos brindan la posibilidad de representar diversos aspectos del territorio, como
recursos naturales, cuerpos de agua, centros poblados, amenazas a la biodiversidad, entre otros. También permiten introducir la dimensión
temporal, con proyecciones al pasado y futuro.

En tal sentido, resulta de particular interés proyectar una mirada en profundidad al amplio uso del mapa como herramienta de ordenamiento
y gestión del territorio que viene haciendo el Instituto del Bien Común (IBC), institución orientada a promover el cuidado y manejo óptimo
de los bienes comunes, tales como territorios comunales, cuerpos de agua, pesquerías y áreas naturales protegidas. De acuerdo con esta
perspectiva socioambiental, en los últimos quince años los especialistas del IBC vienen mapeando los linderos de las comunidades nativas
tituladas, creando así un catastro de propiedades indígenas que sirve de base para muchas otras iniciativas de cartografía socioambiental.
Este amplio repositorio de información sistematizada y actualizada es conocido como Sistema de Información sobre Comunidades Nativas
(SICNA). Sobre dicha base se viene mapeando en el terreno otros tipos de información que son fundamentales para los procesos de orde-
namiento y gestión territorial.

5
El IBC ha recopilado información cartográfica georreferenciada que se encontraba dispersa en otras instituciones públicas y privadas, a las
cuales ha accedido mediante convenios de intercambio de información. Tales datos se refieren a áreas naturales protegidas, bosques de
producción permanente, concesiones forestales, concesiones mineras y de hidrocarburos, así como grandes proyectos de infraestructura
vial y energética, como IIRSA. El resultado de este trabajo ha permitido poner en evidencia los frecuentes casos de superposición que se
presentan entre los territorios y propiedades de la población rural y los proyectos de extracción de recursos forestales y de hidrocarburos,
entre otros.

Para los pobladores de comunidades nativas y ribereñas, los mapas son herramientas importantes de acción política porque precisan los
límites de sus territorios y los hacen visibles a la hora de reclamarlos y defenderlos, al tiempo que permiten conocer y cuidar los recursos que
éstos contienen. Desgraciadamente, el no figurar en el mapa equivale para muchos a la no existencia y, en consecuencia, a la falta de prue-
bas sobre el derecho de uso y propiedad de los recursos de dicho espacio (Fox et al 2005). Hasta hace apenas una década, las comunida-
des nativas y ribereñas no habían sido registradas en los mapas del Perú, razón por la cual era imposible visualizarlas. Esta situación dio pie
al supuesto erróneo de que estos territorios son espacios vacíos que están allí para ser copados en nombre del desarrollo. Dicho supuesto
está en vigencia aún hoy en día y es el fundamento para la planificación y puesta en marcha de una variedad de proyectos de desarrollo.
Invocando ese falso vacío se ha otorgado a terceros incontables concesiones mineras, forestales y de hidrocarburos. En consecuencia, el
figurar en el mapa, el tenerlo y usarlo, permite a las comunidades afirmar sus derechos políticos, sociales, territoriales y culturales.

Los mapas que desarrolla el Instituto del Bien Común combinan la metodología cartográfica clásica con la cartografía social, que se ca-
racteriza por la participación activa de poblaciones usuarias, beneficiarias o propietarias del espacio a mapear. Para este tipo de mapeo
participativo es indispensable la inclusión del conocimiento ambiental, geográfico y cultural de las poblaciones con las que se trabaja. De
este modo, los mapas son productos sociales que dependen de la relación e intercambio de información entre personas, y entre éstas y
el territorio y sus recursos naturales. Los alcances de la cartografía social permiten forjar diferentes tipos de conocimientos geográficos
que acortan la brecha entre productores de mapas, usuarios de mapas y las personas que se relacionan directamente con el espacio
representado en el mapa. Además, esta cartografía supone una veta nueva que apunta a una mejor y más democrática forma de enten-
der el territorio amazónico.

La finalidad de la cartografía es la composición de un mapa que proyecte una mirada específica sobre un espacio delimitado. Un mapa
debe comunicar a los usuarios los hallazgos de un diagnóstico sobre un espacio geográfico puntual. El mapa, al ser un documento visual,
debe utilizar un lenguaje simbólico apto para diferentes públicos, que permita entender el contenido, analizar la relación entre los ele-
mentos mapeados e interpretar el conjunto, para luego orientar la toma de decisiones pertinentes. Los mapas son especialmente útiles
en escenarios de conflictividad, donde la visualización de la relación entre las partes en conflicto puede convertirse en una oportunidad
para encontrar soluciones. En el caso de la Amazonía, donde existen numerosos casos de superposición de intereses y derechos, los
mapas sirven para ver qué tipo de intervención y uso del espacio conviene priorizar, tomando en consideración factores ambientales,
políticos, sociales y culturales.

No obstante, los mapas nunca son documentos terminados. Su naturaleza es dinámica ya que los espacios representados en ellos cam-
bian a lo largo del tiempo, como también las formas de interpretarlos. Es ampliamente conocido que en la Amazonía los ríos cambian de

6
 Introducción

curso, las cochas o lagunas se secan, las zonas de cacería se alejan por efecto de la presión humana, y las fronteras de la deforestación
avanzan continuamente, empujadas por el proceso de colonización.

Por otro lado, la cartografía social supone un proceso de aprendizaje y empoderamiento para los participantes, tanto en la fase de pro-
ducción del mapa como en la interpretación del mismo. Así, es particularmente valioso analizar el contenido del mapa con la población
local, desencadenando un proceso de reflexión sobre el espacio, sobre lo que se quiere representar y con qué fines. Ello puede motivar
el debate –a nivel de comunidad, distrito o paisaje– sobre lo que se debe hacer en dicho espacio para lograr una mejor gestión y cuidado
del territorio.

Así concebido, el proceso de elaboración de un mapa puede incluso incidir en la identidad colectiva, en la medida que la discusión para
gestionar y cuidar un espacio común en beneficio de una colectividad pone en evidencia la necesidad de fortalecer los vínculos cultura-
les y sociales en pro de una mejor gestión de los bienes comunes. De otro lado, el trabajo de mapeo desarrolla habilidades técnicas y
analíticas en cuanto al entendimiento de lo inmediatamente local y sobre su compleja relación con el espacio más amplio, tanto a nivel
regional como nacional.

En la presente publicación abordamos los diferentes tipos de mapeo que, a lo largo de quince años, el Instituto del Bien Común ha venido
desarrollando desde diferentes perspectivas, pero con el fin común de contribuir a la gestión del territorio. El primer capítulo explora la
georreferenciación de los linderos de las comunidades nativas y la ubicación de las comunidades ribereñas a lo ancho de la selva perua-
na. El segundo capítulo desarrolla el mapeo de recursos naturales y uso de territorio. En él se analizan distintas aplicaciones al mapa de
recursos, como la creación y gestión de un área de conservación en Loreto, la gestión territorial en una comunidad en Ucayali, la identifi-
cación de recursos y amenazas a ecosistemas acuáticos en Huánuco y la ubicación de áreas de pesca y recursos bioacuáticos en Pasco.
El tercer capítulo presenta dos casos de mapeo del espacio histórico-cultural, referentes a los pueblos indígenas Yánesha, Awajún y
Wampis. El cuarto capítulo aborda el mapeo de distintos tipos de avistamiento de indígenas Kakataibo en aislamiento, efectuado con el
propósito de delimitar áreas de protección. El quinto y último capítulo aborda las diversas amenazas y presiones, como la deforestación,
que actualmente se ejercen sobre el entorno socioambiental amazónico, subrayando la importancia de plasmarlas en mapas a gran es-
cala para contribuir así a su monitoreo. Aquí se examina como estudio de caso un proceso participativo con las comunidades Kakataibo
de Ucayali y Huánuco para registrar el avance de la deforestación dentro de su territorio.

7
8
 1
VISIBILIZANDO

LOS TERRITORIOS

DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS

9
 1
La falta de un mapa catastral de las comu-
nidades nativas y ribereñas de la Amazonía
peruana es una realidad preocupante que
obstaculiza el proceso de ordenamiento te-
rritorial y la debida implementación de polí-
ticas sociales y económicas en favor de las
poblaciones que habitan en la Amazonía.
Es una tarea urgente construir un mapa ca-
tastral de comunidades georreferenciando
los linderos en el campo, dado que las acti-
vidades agropecuarias, forestales, petrole-
ras y mineras se expanden con gran rapi-
dez y sin planificación, invadiendo territorios
comunales. Lo anterior es particularmente
apremiante en aquellas áreas donde aún no
se ha titulado territorios a favor de las co-
munidades y que, consecuentemente, son
consideradas de “libre disponibilidad”. Esta
situación es agravada por el hecho de que
las decisiones de otorgar títulos y/o conce-
siones a terceros son tomadas muchas ve-
ces sin previa verificación en campo, dando
lugar a situaciones de superposición y, por
ende, generando numerosos conflictos.
miento físico-legal y gestión territorial, y
2. Proporciona a las autoridades del Es-
tado peruano información imprescindible
para conducir procesos de planificación y
proyectos de desarrollo y de extracción de
recursos.
Hoy en día, la base de datos del Sistema
de Información de Comunidades Nativas
(SICNA) constituye una de las principales
fuentes de información georreferenciada
de comunidades del Perú. También es el
principal referente para organizaciones in-
dígenas, instituciones estatales y organiza-
ciones sin fines de lucro en cuanto a instru-
mentos que permitan visualizar y ubicar en
el espacio a las comunidades nativas y no
nativas de la Amazonía peruana.
La construcción de un mapa
catastral de comunidades nativas
Un importante paso del mapeo de comuni-
dades, previo al trabajo de campo, es es-
tablecer acuerdos con las organizaciones
indígenas que representan a nivel local y
regional a las comunidades a mapear. Ello
implica exponer los alcances del trabajo,
fijar los compromisos de las partes y acor-
dar los derechos de uso de la información.
Una vez resueltos estos detalles, se ela-
bora un mapa base de la zona de las co-
munidades a georreferenciar, el cual debe
contener múltiples elementos referenciales
que ayuden a identificar con precisión los
principales hitos de los linderos, siendo los
más importantes: ríos, quebradas, carrete-
ras y curvas de nivel. Estos datos son to-
mados de la carta nacional a escala 1:100
000 elaborada por el Instituto Geográfico
Nacional (IGN) y digitalizada por el Minis-
terio de Educación. Si la carta nacional no
contiene suficiente información precisa, se
utiliza impresiones de imágenes de satélite
LandSat o de radar1, de 90 metros de re-
solución.
Es también necesario contar con el plano
y otros documentos originales obtenidos

Foto: Ermeto Tuesta Foto: Ermeto Tuesta

La invisibilidad a la que han estado con-
denadas las comunidades amazónicas,
reflejada en la falta de mapas oficiales de
comunidades, impulsó al Instituto del Bien
Común a iniciar un trabajo largo y complejo
de georreferenciación de comunidades en
campo. La producción de este tipo de datos
geográficos tiene como finalidad permitir la
visualización de las comunidades asenta-
das en la Amazonía peruana, afirmando
así su existencia, y proyectar un panorama
claro y unívoco de los espacios que éstas
poseen y ocupan. Tal esfuerzo contribuye
de dos maneras al proceso de ordenamien-
to territorial en la Amazonía peruana:

1. Pone en manos de la población rural Indígenas de la comunidad Alfonso Ugarte, del pue- Comuneros de Pirumba Cocha, del pueblo Kandoshi,
blo Awajún, ubican en campo los hitos del territorio identifican sobre una imagen satelital los linderos de
información sobre sus territorios que les comunal para georreferenciarlos con GPS. Loreto. su comunidad. Loreto.
permite emprender procesos de sanea-

1
Cuya fuente es la página web de la National Aeronautics and Space Administration (NASA) de los Estados Unidos.

10
11
 1
Foto: Pedro Tipula
durante el proceso de titulación de la co-
munidad. En caso de que las comunidades
no dispongan de copias de sus títulos, se
requiere rastrear dichos documentos en
diversas fuentes2. Es frecuente que en los
planos no figuren las coordenadas de los
linderos, lo cual pone en evidencia la falta
de rigor en que ha incurrido el Estado du-
rante el proceso de ordenamiento territorial
de las comunidades, y de ahí la importan-
cia de georreferenciarlas en campo. Una
vez reunida la mencionada información, se
organiza el equipo de trabajo en campo, el
cual está generalmente constituido por uno
o dos técnicos del IBC y dirigentes de la or-
ganización indígena local.

En cada comunidad a mapear se expone a

los pobladores los objetivos del mapeo. Por lo
general, se encuentra en ellos buena disposi-
ción, ya que reconocen la utilidad del proceso
y sus resultados. Más tarde, en el marco de
la asamblea comunal, se aplica una encues-
ta para recoger información socioeconómica
y legal de la comunidad. La encuesta cons-
ta de 260 preguntas e incluye datos sobre el
nombre de la comunidad, federación a la que
está afiliada, año de fundación, población,
situación legal y administrativa, servicios de
educación y salud, actividades económicas
y principales productos para la venta, entre
otros. Cabe señalar que en algunas ocasio-
nes los pobladores se muestran reticentes
a revelar información sobre la ubicación de
lugares de caza, pesca, recolección y extrac-
ción, ante la posibilidad de que esa informa-
ción sea usada por foráneos para invadir su
propiedad. Luego, las autoridades ubican en
el mapa el centro poblado de la comunidad
y seleccionan los hitos que resulten más ac-
cesibles, con el fin de georreferenciarlos en
campo.
Vista de la comunidad nativa Sinchi Roca, del pueblo Kakataibo. Ucayali.
A continuación, los técnicos del IBC, las
autoridades y los comuneros que tienen
mayor conocimiento de los límites de la

2
Hasta el 2009, la información se buscaba en el PETT, COFOPRI, Dirección Regional Agraria y Registros Públicos. Con posterioridad a esa fecha, esta información ha pasado a la
sede de los gobiernos regionales.

12
13
 1
comunidad recorren los hitos seleccionados
para registrarlos con GPS. De preferencia,
se georreferencia los linderos que coinciden
con elementos geográficos identificables
sobre la carta nacional o la imagen de sa-
télite, como ríos, quebradas y cerros. Otros
puntos a registrar con GPS pueden ser las
intersecciones de quebradas que no cam-
bian de curso, pistas de aterrizaje, carrete-
ras y puentes. Esta fase suele ser la más
larga y tediosa del proceso. A veces los co-
muneros no conocen con precisión los lími-
tes de su comunidad, particularmente cuan-
do los linderos se encuentran en zonas de
poco tránsito.
Una vez finalizado el trabajo de campo, los
resultados de las encuestas socioeconómi-
cas son ingresados en la base de datos del
SICNA. Simultáneamente, se procesa con
ayuda del sistema de información geográfi-
ca SIG la información de los puntos toma-
dos con GPS en campo. Luego, se genera
el polígono que representa a la comunidad
mapeada, para lo cual se combinan los da-
Foto: Pedro Tipula
En Loreto, indígenas huitoto de la comunidad Tierra
Firme delimitan el área que solicitarán para ampliar
el territorio comunal.
3
El SICNA incluye también información de ubicación de comunidades nativas generada por otras instituciones, como la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana
(AIDESEP),GEF/PNUD (Global Environment Facility / Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), el GOREL (Gobierno Regional de Loreto), el GOREU (Gobierno Regional
de Ucayali), el Centro para el Desarrollo del Indígena Amazónico (CEDIA) y la Asociación para la Conservación del Patrimonio del Cutivireni (ACPC) y el Programa Frontera Selva
(PFS).
14
tos tomados en campo con la información
que figura en el plano de titulación. Segui-
damente, se une la base de datos socioe-
conómica a la base de datos espacial y,
finalmente, se diseñan los mapas según
las necesidades del usuario. A las organi-
zaciones indígenas regionales que acom-
pañaron el proceso se les entrega un mapa
del conjunto de las comunidades a las que
representan y una copia de la base de da-
tos impresa.
La información reunida por el IBC como re-
sultado de este trabajo cartográfico sobre
comunidades nativas y comunidades ribe-
reñas se encuentra albergada en la base
de datos del Sistema de Información sobre
Comunidades Nativas (SICNA), creado en
1996. SICNA contiene dos tipos de infor-
mación: la que ha sido generada en campo
directamente por el IBC y la generada en
gabinete o en campo por otras institucio-
nes3. La información levantada por el IBC
directamente en cada comunidad es de
dos tipos:
Foto: Ermeto Tuesta
Ancianos de la comunidad Santa María de Man-
chari, del pueblo Achuar, responden a la encuesta
socioeconómica del SICNA. Loreto.
1. La georreferenciación del perímetro del
territorio titulado a la comunidad o, en caso
que ésta no haya sido titulada, se registra
el punto que marca la escuela en el centro
poblado de la comunidad; y
2. Una encuesta de información socioeco-
nómica de 260 campos para comunidades
nativas y otra de 30 campos para comuni-
dades ribereñas. A abril de 2012, SICNA
contiene datos sobre 1.914 comunidades,
de las cuales 1.250 fueron georreferencia-
das en campo por el IBC. El restante ha sido
georreferenciado en gabinete por el IBC y
otras instituciones, y aún debe ser verifica-
do en campo. De las 1.914 comunidades re-
gistradas, 1.287 han sido tituladas y 627 se
encuentran sin demarcar ni titular.
Con respecto a los asentamientos no in-
dígenas (ribereños, colonos y comunida-
des campesinas), a abril del 2012, SICNA
cuenta con información georreferenciada de
999 asentamientos no nativos ubicados en
las riberas de los ríos Amazonas, Ucayali y
Foto: Ermeto Tuesta
Trabajo de georreferenciación de los linderos de los
territorios comunales de la comunidad nativa 70, del
pueblo Awajún, Loreto.
15
 1
Marañón. Ninguna de estas comunidades
ha sido demarcada ni titulada.

Conclusiones

El proceso de construcción de un mapa ca-

tastral de comunidades nativas constituye un
valioso aporte al ordenamiento del territorio
y, en particular, a la regulación del estado le-
gal de la propiedad en la Amazonía. De cara
a las comunidades, el mapeo de sus linde-
ros es una importante herramienta para afir-
mar su existencia y su ubicación geográfica,
defender sus derechos territoriales, conocer
sus límites, identificar los espacios libres que
quedan en la vecindad y evitar así la super-
posición con otros intereses. Además, los
mapas han servido en algunas comunidades
para gestionar sus escuelas y postas de sa-
lud y para planificar rutas de comunicación
con otras comunidades.

Los resultados de quince años de recolec-

ción y sistematización de información sobre
comunidades nativas son accesibles al públi-
co en forma permanente a través de la pági-
na web4 del IBC y son distribuidos semestral-
mente a más de 150 instituciones en soporte
de CD. También han sido recogidos en una
serie de tres atlas de comunidades nativas,
dos de ellos ya publicados5. Por otro lado, la
información del SICNA es utilizada por fede-
raciones indígenas, instituciones públicas y
privadas con relación a diversos proyectos.
El Ministerio del Ambiente ha incorporado
la información del SICNA a su geoservidor,
el cual es utilizado por diversos ministerios
y proyectos gubernamentales. Más reciente-
mente, la información de SICNA está siendo
incorporada a la Base de Datos de Pueblos
Indígenas, del Ministerio de Cultura.

4
http://www.ibcperu.org/mapas/
5
Atlas de Comunidades Nativas de la Selva Central. Instituto del Bien Común, Lima 2006; Atlas de Comunidades Nativas y Áreas Naturales Protegidas del Nordeste de la
Amazonía Peruana. Instituto del Bien Común, Lima 2010

16
 2
MAPEO DE

RECURSOS NATURALES

Y USO DEL TERRITORIO

17
 Mapeo de
recursos naturales
y uso del territorio
Los pueblos indígenas son los principales
usuarios directos del bosque amazónico.
Por razones diversas, como el crecimiento
demográfico, el cambio en el tipo de asen-
tamiento –de disperso a nucleado–, la deli-
mitación de sus territorios y el acceso a la
economía de mercado, ellos ejercen cada
vez mayor presión sobre sus territorios y re-
cursos, lo cual significa una amenaza para
su propia subsistencia. En este escenario,
para evitar el uso desordenado de los re-
cursos naturales y apostar más bien por un
manejo sostenible, es importante elaborar
nuevos sistemas de regulación del acceso
a los recursos a través del fortalecimiento
y redefinición de normas locales, regionales
y nacionales que permitan el uso adecuado
del bosque y los cuerpos de agua. Para ello,
resulta fundamental conocer con precisión
el espacio e identificar el uso que la pobla-
ción hace de él, a partir de una técnica prác-
tica, útil y transmisible.
El mapeo participativo de recursos natura-
les y uso del territorio es una forma de hacer
mapas que requiere necesariamente el co-
nocimiento espacial, geográfico, ambiental
y cultural de la población que habita en el
Foto: IBC
Vista del río Apayacu, afluente del Amazonas –
Loreto.
18
espacio que se quiere mapear. El compro-
miso de los pobladores es necesario, ya que
se trata de identificar y ubicar los recursos
naturales que ellos extraen de los bosques,
ya sea para consumo directo o comercio. El
resultado de este trabajo permite visualizar
sobre el mapa la ubicación de los recursos,
los métodos de obtención (pesca, caza, re-
colección, etc.) y las circunstancias en que
son usados (por ejemplo, según temporada
seca o de lluvia). Una vez diagnosticado
el estado del recurso, se puede identificar
aquellas zonas donde se hace sobreuso o
subuso de los recursos. La visualización en
mapa de esta información contribuye a que
la población local tome conciencia sobre los
riesgos a los que están sometidos los recur-
sos y los mecanismos que pueden conducir
a su deterioro.
Los mapas de recursos y uso del territo-
rio son útiles para fines de gestión territo-
rial local participativa, tanto a nivel de cada
comunidad como de un conjunto de comu-
nidades, y ofrecen una visión integral del
paisaje más amplio. Este proceso conduce
a la población hacia un espíritu de discusión
participativa, intercambio de opiniones y, de
ser posible, al consenso sobre usos y medi-
das de protección del territorio. Todos estos
elementos tienden a fortalecer el concepto
de participación como un mecanismo im-
portante para hallar soluciones sostenibles,
no solamente en la gestión de los recursos
naturales, sino también en la planificación
territorial.
2.1.
Uso tradicional del bosque,
creación y gestión de
áreas de conservación
Por más de una década, pobladores de las
comunidades nativas Bora, Huitoto, Ocaí-
na y Yaguas, asentadas en el curso bajo de
los ríos Apayacu y Ampiyacu, en el noreste
de la región Loreto, manifestaron su interés
por promover medidas de conservación para
dichas cuencas ante la continua presen-
cia de madereros, cazadores y pescadores
19
 Mapeo de
recursos naturales
y uso del territorio

20
foráneos en un espacio que ha sido tradicio-
nalmente usado por ellos para su subsisten-
cia, pero considerado de libre disponibilidad
por el Estado. El auge en las incursiones de
extractores foráneos en estos bosques ame-
nazaba con destruir el principal sustento de
estas comunidades, sin que ellas contaran
con el respaldo legal que las habilitara para
ejercer el control efectivo sobre el acceso a
las áreas localizadas fuera de sus territorios
comunales.
En 1999, la organización regional de AI-
DESEP en Iquitos (ORAI), junto con la Fe-
deración de Pueblos Yaguas de los ríos
Foto: IBC
Comunero de Huitotos del Estirón teje la hoja del ira-
pay para techar una vivienda. Loreto.
6
Del proyecto Shuttle Radar Topography Mission (SRTM)
Orosa y Apayacu (FEPYROA) y la Federa-
ción de Comunidades Nativas del Ampiyacu
(FECONA) solicitaron el apoyo técnico del
Instituto del Bien Común para reconocer,
delimitar y proponer al Estado peruano un
área de conservación que comprendiera las
cuencas de los ríos Ampiyacu y Apayacu.
La creación de esta área protegida permiti-
ría a las poblaciones locales mayor control
sobre el acceso a dicho territorio y el uso
de los recursos naturales. Así fue como se
desarrolló un trabajo de mapeo participativo
para conocer el uso que hacía de los recur-
sos del bosque la población indígena local:
qué recursos utilizaba, con qué fin, en qué
circunstancias y dónde los obtenía. El estu-
dio fue conducido por el IBC y las mencio-
nadas organizaciones, con la participación
de las poblaciones locales asentadas sobre
las cuencas del Ampiyacu y el Apayacu.
El proceso del mapeo de recursos natura-
les tuvo dos fases. La primera se llevó a
cabo en el 2000, con dos fines: primero,
demostrar que efectivamente las poblacio-
nes indígenas usaban tradicionalmente un
área extensiva fuera de los límites de sus
comunidades tituladas y, segundo, solicitar
al Estado la creación de una Reserva Co-
munal. Se trabajó mediante la modalidad de
asambleas comunales con los pobladores
de cada una de las 16 comunidades de las
cuencas de los ríos Ampiyacu y Apayacu.
Antes de emprender el trabajo de campo,
se elaboró un mapa base para cada comu-
nidad a una escala 1/50.000, en formato A0.
Se utilizó información de diferentes fuentes
para maximizar la precisión de los mapas:
la Carta Nacional del Instituto Geográfico
Nacional (IGN), imágenes LandSat, infor-
mación topográfica del modelo de elevación
digital de la NASA6 e información de la base
de datos del SICNA. El mapa base no in-
cluía información de los límites de las co-
munidades, de modo que los participantes
representaran los recursos y el territorio en
uso, sin limitarse al territorio titulado.
21
 Mapeo de
recursos naturales
y uso del territorio
En cada asamblea comunal, los participan-
tes identificaron ríos, quebradas, cerros y
otros elementos geográficos. Una vez re-
gistrada esta información, se pusieron de
acuerdo sobre los recursos utilizados y
crearon símbolos para representarlos. Se-
guidamente, los recursos fueron ubicados
sobre el mapa mediante el código elabo-
rado. Finalmente, algunos participantes,
autoridades y técnicos del IBC hicieron un
recorrido en campo para georreferenciar
los puntos ubicados en el mapa.
Usando el programa ArcGis, la información
recogida en campo fue sistematizada para
crear mapas de uso de recursos natura-
les, uno para cada comunidad. Primero se
sistematizó la hidrografía, incluyendo los
nombres de los ríos y quebradas en idioma
Foto: IBC
Artesana de la comunidad nativa Boras de Pucaur-
quillo teje una cesta con fibra de chambira. Loreto.
indígena y en castellano. Sobre esta base
hídrica se colocó la información referente
a la ubicación de los lugares de obtención
de los recursos empleados. Luego, los da-
tos relativos a las 16 comunidades fue in-
tegrada en un mapa que abarcaba las dos
cuencas. El mapa resultante fue utilizado
en el año 2001 para sustentar la solicitud
de creación de la Reserva Comunal Ampi-
22
yacu-Apayacu y el expediente técnico de
la misma.
La propuesta recibió la aprobación del Go-
bierno Regional de Loreto a fines de 2007 y
fue elevada al gobierno central. En 2010, el
Consejo de Ministros aprobó la creación del
Área de Conservación Regional Ampiyacu-
Apayacu (ACRAA), en virtud de la cual las
comunidades locales asumen una respon-
sabilidad conjunta con el Gobierno Regional
de Loreto para la conservación y uso soste-
nible de los recursos naturales contenidos
en dicha área.
Una vez creada el área de Conservación
Regional, se inició en 2010 la segunda
fase del mapeo, en la cual se actualizó la
información, se validó el mapa y se propu-
Foto: IBC
Mujer de la comunidad Huitotos del Estirón prepara
las fibras de chambira que empleará para tejer arte-
sanías. Loreto.
so la zonificación del ACRAA para fines de
uso directo y conservación. En esta fase,
además de actualizar la ubicación y uso de
los recursos, se identificó las amenazas,
lo cual permitió reconocer las zonas más
afectadas por sobreuso y las más frágiles
y susceptibles al deterioro. La identifica-
ción de las amenazas estimuló la reflexión
en torno al qué hacer y cómo cuidar estos
espacios. El resultado de la reflexión sirvió
posteriormente para definir espacialmen-
te las zonas sujetas a protección priori-
taria y las dispuestas para uso cotidiano,
en concordancia con las características y
objetivos del área de conservación y las
necesidades de la población local. Si bien
se esperaba obtener durante el ejercicio
buena cantidad de información, ya que los
participantes estaban familiarizados con la
metodología del mapeo, éstos se mostra-
ron reticentes a revelar las zonas de caza
y de extracción de madera para fines co-
merciales.
Con los mapas actualizados, en la oficina
del IBC se compuso tres nuevos mapas: un
primer mapa de uso de recursos en las dos
cuencas, otro para las amenazas, y un tercero
para la propuesta de zonificación del ACRAA.
El material fue entregado a representantes de
las comunidades involucradas, para su va-
lidación. Con base en esta información, los
participantes decidieron zonificar el ACR en
dos áreas: zona silvestre, con restricciones
de uso, y zona de aprovechamiento directo,
de la cual pueden extraer recursos para fines
de subsistencia y comercio, bajo planes de
manejo. El mapa final fue entregado a las au-
toridades de las federaciones nativas ORAI,
FEPYROA y FECONA. Actualmente forma
parte del Plan Maestro del ACRAA.
Conclusiones
La referida experiencia de mapeo permitió
definir de manera participativa y consensua-
da el uso ordenado de un área establecida
para la conservación y manejo sostenible
de los recursos, promovida principalmente
por pobladores indígenas y sus organiza-
ciones. El proceso de elaboración de los
mapas sirvió para fortalecer la capacidad
de organización de los pobladores de las
comunidades en torno a la defensa y con-
servación de sus territorios. Además, la vi-
sualización de la ubicación de los recursos,
de su estado y de las amenazas que pesan
sobre ellos, les ayudó a tomar conciencia
sobre la importancia de crear planes de uso
para garantizar larga vida al bosque, el cual
sustenta su vida y su cultura. Por último, el
proceso de mapeo derivó en acciones de
vigilancia territorial, pues gracias a los ma-
pas fue posible ubicar puestos de control
en las vías de acceso a los recursos, contri-
buyéndose así a la disminución de las pre-
siones que afectan el área.
2.2.
La gestión del territorio comunal
La comunidad nativa Nuevo Saposoa, ubi-
cada en el distrito de Callería, provincia
Coronel Portillo, Ucayali, es una comuni-
dad shipiba que, como muchas otras, tie-
ne conflictos limítrofes con sus vecinos.
Además, desde hace años viene lidiando
con pescadores foráneos que pescan con
químicos y grandes redes en sus cuerpos
de agua, prácticas que afectan la salud de
las comunidades de peces, principal fuente
de proteína en la dieta familiar. Ante dicho
escenario, los pobladores de Nuevo Sapo-
soa tomaron conciencia de la necesidad de
lograr mayor control sobre su territorio para
garantizar la abundancia de sus recursos
y, por lo tanto, una buena calidad de vida.
Ello implicaba conocer el estado actual de
su territorio, como punto de partida para
concretar acciones en favor de la gestión
y conservación del territorio, incidiendo en
las constantes presiones que ejerce sobre
sus territorios la explotación no sostenible
y/o ilegal de los recursos naturales.
La herramienta empleada para conocer el
estado actual del territorio comunal fue el
mapeo participativo. Así, se buscaba obte-
ner un diagnóstico colectivo visual sobre la
situación actual del territorio con una mira-
da al estado de distintos recursos, las zo-
nas de uso, las zonas de conservación y
las amenazas. Además, se esperaba que el
proceso promovería la toma de acuerdos y
planificación de acciones para el monitoreo
y vigilancia del territorio, a fin de asegurar el
bienestar de los recursos para la población
actual y las generaciones futuras.
El mapeo participativo del territorio co-
munal es una variante del mapeo de uso
de recursos naturales que permite mayor
libertad sobre los elementos a ser ma-
peados. Es un ejercicio fundamental en
la definición de acciones para la gestión
del territorio mediante la identificación
de conflictos relacionados a la seguri-
dad y al control del territorio, las proyec-
Artesanas de la comunidad Boras de Pucaurquillo despliegan una hamaca tejida con fibra de chambira.
Loreto.
ciones sobre éste y los elementos que le
dan significado cultural. Al inicio del mapeo
territorial comunal se trabajó en reuniones
con dirigentes y pobladores para completar
en el mapa base la información hidrográfi-
ca y los principales caminos que conectan
a Nuevo Saposoa con otras comunidades y
centros poblados. Es interesante observar
que no sólo se incluyeron las trochas sino
también los ríos, por considerarlos como
caminos.
Luego, los participantes definieron los ele-
mentos a incluirse en el mapa, para lo cual
enumeraron las actividades realizadas a lo
largo del año en la obtención de recursos,
tanto los de consumo familiar como los des-
tinados al comercio, y luego los espacios
recorridos para obtener dichos recursos.
Después, trabajando en grupos ubicaron
los recursos sobre el mapa, representándo-
los con símbolos. Al desarrollar este ejerci-
cio entre hombres y mujeres por separado,
afloraron las diferencias en cuanto a prio-
ridades: los hombres se enfocaron en ubi-
car y promover el cuidado de zonas donde
había madera, en tanto que las mujeres se
Foto: IBC
concentraron en las zonas donde había pre-
sencia de plantas medicinales.
Con todos los elementos ubicados en el
mapa, los participantes pudieron identificar
los cambios ocurridos en su territorio a lo
largo del tiempo y reflexionar acerca de los
problemas que lo afectan. Así, señalaron
como principales amenazas la presión de
las actividades extractivas y el agotamien-
to de los recursos naturales por efecto de
la sobreexplotación. El debate que provocó
este ejercicio los motivó a concertar planes
de gestión del territorio, que luego plas-
maron sobre el mapa. En tal sentido, los
talleres de mapeo constituyeron una plata-
forma para generar acuerdos y componer
una agenda comunal de trabajo sobre la
23
 Mapeo de
recursos naturales
y uso del territorio
Ilustración de técnicas tradicionales de pesca de los indígenas Bora y Huitoto de la cuenta del Ampiyacu, Loreto.
gestión territorial, usando el mapa como
soporte visual.
Como siguiente paso, los miembros de la
comunidad ubicaron en el campo aquellos
elementos mapeados que consideraron im-
portantes para la gestión del territorio. Una
vez en la oficina, se procesó la información
24
y se hizo un nuevo mapa, el cual fue vali-
dado en presencia de comuneros que no
habían participado hasta el momento, lo
cual permitió contar con una mirada fres-
ca. Para completar el trabajo, se reinició la
discusión sobre las amenazas al territorio
comunal y los planes de gestión del mismo,
identificándose los espacios prioritarios,
Dibujos: Percy Díaz
determinados por la presencia de recursos
necesarios para la subsistencia. Así, se lo-
gró acuerdos en torno al cuidado del agua,
incluyendo determinadas acciones para
el control y vigilancia. Los pobladores de
Nuevo Saposoa continúan empleando el
mapa para la toma de decisiones sobre la
gestión de sus territorios.
 Dibujos: Percy Díaz
Conclusiones
El mapeo del territorio comunal en la co-
munidad shipiba Nuevo Saposoa sirvió
para conocer el estado de los recursos
naturales y visualizar los espacios de ma-
yor uso e importancia para fines de pro-
tección. En esta experiencia, más impor-
tante que los productos cartográficos fue
el efecto que tuvo el proceso mismo en la
población, generando interés en torno al
territorio y suscitando debate y reflexión
sobre el presente y futuro de la comunidad
y las acciones necesarias para enfrentar
sus dificultades. El que la participación in-
dígena estuviera basada en la propia or-
ganización facilitó el trabajo de mapeo. El
proceso resultó especialmente interesante
para los jóvenes. Su activa participación
condujo a algunos de ellos a intervenir en
la toma de decisiones sobre la protección
de su comunidad, perfilándose así como
líderes potenciales.
Gracias a esta experiencia, los pobladores
shipibos de Nuevo Saposoa y su federación
pueden sustentar mejor ante el gobierno sus
demandas de titulación de las áreas solicita-
das para ampliar el territorio comunal. Para
lograr dicha meta, se debe continuar forta-
leciendo las capacidades de los dirigentes
y comuneros en el uso de la herramienta y
seguir conduciendo la gestión del territorio.
Queda pendiente el reto de aplicar este tipo
de mapeo a otras comunidades shipibas,
con miras a la gestión del territorio indígena
como gran paisaje.
2.3.
Frente a las amenazas de
los ecosistemas acuáticos
Para la población amazónica, los ecosis-
temas acuáticos asociados a los ríos, la-
gunas o cochas y otros cuerpos de agua
revisten una importancia enorme, no sólo
por ser fuente de agua dulce, sino también
por las numerosas plantas, peces y otros
animales acuáticos que proveen para su
subsistencia. Los bosques ribereños que
se desarrollan en áreas contiguas a los
cuerpos de agua cumplen importantes fun-
ciones ecológicas, proporcionando hábitat
y refugio para especies acuáticas y terres-
tres, controlando la temperatura del agua,
las inundaciones y reduciendo el riesgo de
erosión de las orillas.
Los ecosistemas acuáticos de la cuenca del
río Pichis, ubicada en la provincia Oxapam-
pa, Pasco, sufren transformaciones preo-
cupantes, sobre todo en las riberas de sus
cursos de agua, las cuales afectan directa-
mente a los peces. Entre los factores que
impactan sobre las comunidades de peces
figuran la pérdida de refugio y alimento ve-
getal debido principalmente al uso de las
riberas para agricultura. Ello origina la pér-
dida y fragmentación de los bosques ribere-
ños y conduce a mayor erosión de las ori-
llas y sedimentación del curso del río. Como
resultado de este proceso impulsado por el
ser humano, disminuyen las comunidades
de peces, ya que la discontinuidad en el pai-
saje interrumpe las migraciones que hacen
para reproducirse.
Para comprender en mayor detalle por qué
ocurren estos hechos y acordar planes de
intervención local, era necesario elaborar
un mapeo participativo de uso de recursos
y amenazas sobre los ecosistemas acuá-
ticos y los bosques ribereños. Mediante la
elaboración de este mapa se buscó generar
un diagnóstico de lo que venía ocurriendo
en este ecosistema y facilitar información y
herramientas para una mejor gestión de los
recursos, buscando como resultado la bue-
na calidad del agua, abundancia de peces
y, en general, ecosistemas saludables.
Se eligió la zona del río Nazarategui, afluen-
te del río Pichis, que drena una de las áreas
de la cuenca más deforestadas, por el uso
que hacen de las riberas las familias allí
asentadas, al destinarlas a la agricultura en
vista de la gran productividad de sus suelos.
A la vez, se ha comprobado que sus recur-
sos pesqueros son sometidos a una fuerte
presión. Los líderes de las comunidades
de esta zona y la población local deseaban
buscar mecanismos para resolver sus pro-
blemas relativos a la pérdida de bosques ri-
bereños, erosión de orillas y disminución de
peces. Con ellos se acordó realizar un ma-
peo de uso de recursos y amenazas a los
ecosistemas acuáticos, en las comunidades
asháninkas de San Pedro, Tres Unidos, Flo-
rida y el asentamiento colono Fundo Edita.
25
 Mapeo de
recursos naturales
y uso del territorio
El trabajo arrancó en cada una de las co-
munidades con una reunión donde se ex-
plicó los objetivos y el proceso del mapa a
crear, obteniendo el consentimiento de la
población local. El primer paso del trabajo
de mapeo propiamente fue completar la in-
formación hidrográfica sobre el mapa base,
identificando los nombres de los cuerpos de
Foto: Magaly Aldave
Indígenas asháninka de la comunidad nativa San
Pedro mapean el uso del territorio para identificar
amenazas a los bosques ribereños y recursos bioa-
cuáticos. Pasco.
agua en idioma asháninka, si fuera el caso,
y en castellano. Para identificar el uso de re-
cursos forestales, agrícolas y pesqueros, así
como su distribución, se trabajó en grupos de
entre seis y diez personas. Cada grupo ubica-
ba los recursos sobre un mapa y los marca-
ba mediante un código de símbolos –figuras
geométricas– para representar a cada uno de
los diferentes usos de recursos. Además, se
identificó las amenazas que afectan la calidad
del agua y la supervivencia de los peces, ta-
26
les como determinadas prácticas de pesca, el
uso del suelo en las riberas y los desastres
naturales, como inundaciones y erosiones
USOS Y AMENAZAS EN LAS COM
naturales. También se creó símbolos para
representarlas. La información generada en
los mapas fue complementada con encuestas
personales, conversaciones informales y ob-
servaciones hechas por los técnicos del IBC.
Una vez rellenado el mapa con la infor-
mación pertinente, se hizo un recorrido en
campo siguiendo los puntos ubicados en
el mapa a lo largo de las márgenes del río
Nazarategui. En dichos tramos se georre-
ferenció cada tipo de ecosistema presente:
bosques primarios remanentes, bosques
secundarios adultos y bosques secundarios
jóvenes. Además, se registró en el mapa
las zonas donde se desarrollaban activida-
des de agricultura temporal o permanente,
así como la presencia de pastos, playas,
islas y derrumbes naturales. Como siguien-
te paso, se sistematizó la información re-
cogida para elaborar un primer mapa en
borrador, el cual fue validado durante una
segunda reunión.
El taller de validación, integrando a los dife-
rentes grupos que habían participando an-
teriormente, tuvo lugar un año después, y
sirvió para actualizar algunos puntos en el
mapa, principalmente las nuevas activida-
des realizadas en las riberas. Se evidenció
que en el transcurso del año se habían ge-
nerado acuerdos comunales para el cambio
de prácticas agrícolas en zonas de riberas,
a partir de la delimitación de una faja mar-
ginal de los cauces de los ríos. Esta nueva
reunión fue de gran utilidad para fomentar
la discusión entre la población sobre inicia-
tivas de control y veda de pesca en las que-
bradas. En ella se logró acuerdos para la
formación de los Comités de Vigilancia de
Pesca, primero a nivel sectorial y posterior-
mente integrando a todas las comunidades
nativas y de parcelarios del río Nazarategui.
Los mapas corregidos fueron entregados a
las autoridades de la Asociación de Nacio-
nalidad Asháninka del Pichis (ANAP) y a la
Comisión Ambiental Municipal del distrito de
Puerto Bermúdez.
 Conclusiones

UNIDADES ASHÁNINKAS DEL RÍO PICHIS

Mediante el trabajo de mapeo fueron iden-
tificadas las amenazas sobre los ecosiste-
mas acuáticos de la parte media baja del
río Nazarategui, principalmente las prácti-
cas de pesca con dinamita, barbasco y red
“tramposera”. Las amenazas identificadas
para los bosques ribereños fueron: la agri-
cultura de roza y quema, especialmente de
maíz, la construcción de puertos y los de-
rrumbes naturales.

El proceso de mapeo contribuyó a empode-

rar a la población local, en la medida que les
permitió visualizar el estado del ecosistema
acuático-ribereño y el impacto de sus activi-
dades. Uno de los beneficios más importan-
tes fue la reflexión en torno a estos impactos.
Por ejemplo, se discutió sobre la pérdida de
la calidad y cantidad de agua, así como la no-
table ausencia de algunos peces y la dismi-
nución en su tamaño. Un efecto inesperado
sobre la población local fue la preocupación
surgida al constatarse la pérdida de conoci-
miento sobre la toponimia que sus antepa-
sados usaban para referirse a los cuerpos
de agua y otros elementos geográficos. De
otra parte, el comprobar que muchas de las
plantas que crecen en las riberas tienen uso
medicinal los impulsó a rescatar saberes de
la medicina tradicional.

Como consecuencia de la reflexión, los

pobladores y autoridades locales que inte-
gran el Sistema Local de Gestión Ambien-
tal (SLGA) llegaron a acuerdos para mitigar
y conservar los ecosistemas ribereños. De
esta manera, se consiguió fortalecer los co-
mités de vigilancia de pesca y desarrollar
acciones de delimitación y reforestación de
corredores de bosques ribereños. El ma-
peo, complementado con otras actividades
realizadas por el IBC en la misma zona,
constituye un modelo de gestión de los re-
cursos acuáticos que emplea diferentes
herramientas para fomentar compromisos
entre las comunidades y las autoridades gu-
bernamentales sobre el manejo de bosques
ribereños, peces y agua.

27
 Mapeo de
recursos naturales
y uso del territorio
2.4.
Áreas de pesca y
recursos bioacuáticos
en la cuenca del Pachitea
Una de las principales cuencas andino-ama-
zónicas del Perú es la del río Pachitea, ubi-
cada en los departamentos de Pasco y Huá-
nuco. Considerada como un hotspot por la
gran biodiversidad que alberga (Myers et al.
2000 en Pinedo y Soria 2008), esta cuenca
merece una adecuada gestión para conser-
var su diversidad, especialmente la bioacuá-
tica, y garantizar el sustento de vida de las
familias de la zona. La importancia de esta
tarea radica en dos hechos: que el pescado
es la principal fuente de proteína de origen
animal en la dieta familiar de las poblaciones
rurales y, segundo, que la pesca es una im-
portante actividad socioeconómica. Sin em-
bargo, la adecuada gestión de la cuenca con
miras a garantizar la buena calidad de agua
y abundancia de peces se enfrenta a la au-
Identificación de áreas y métodos de pesca. Pobladores de la comunidad asháninka San Pedro pescan con redes de arrastre en el río Azupizú, Pasco.
28
sencia de instituciones, normas y acuerdos
entre los distintos sectores sociales sobre la
regulación de la pesca y la protección de los
ambientes acuáticos. Estos vacíos se refle-
jan en una serie de prácticas, como la sobre-
pesca, la deforestación de áreas ribereñas y
la contaminación del sistema fluvial, que de-
terminan el deterioro de la calidad del agua y
la merma de las poblaciones de peces.
Para desarrollar un plan ordenado de mane-
jo de la cuenca y conservación de la diver-
sidad bioacuática, es necesario generar las
condiciones políticas, institucionales y edu-
cativas favorables a su cuidado. También
son claves los conocimientos científicos so-
bre la diversidad, ecología y biología de las
principales especies piscícolas de consumo
local, así como conocer las normas e institu-
cionalidad local referidas a las prácticas de
pesca. En esta línea, el IBC desarrolló una
investigación participativa que combinó co-
nocimiento local con información científica,
con la finalidad de establecer un diagnóstico
preciso sobre la problemática de la cuenca,
capaz de orientar la toma de decisiones y la
creación de normas para su gestión. Para
ello era clave identificar las principales áreas
de pesca y los recursos bioacuáticos más im-
portantes para las poblaciones locales. Una
de las técnicas de investigación utilizadas
fue el mapeo de áreas de pesca y recursos
bioacuáticos.
Se condujo dos mapeos participativos, uno
en la comunidad nativa shipiba de Dos Uni-
dos y el otro en el caserío colono Antiguo Ho-
noria, ambos ubicados cerca a la boca del río
Pachitea, en la provincia Puerto Inca, Huánu-
co. El primero buscaba determinar las áreas
de pesca y su importancia según la estacio-
nalidad (vaciante, época cuando baja el río, y
creciente, época cuando el nivel del río sube
por efecto de las lluvias) y su importancia a lo
largo del tiempo: en la actualidad y diez años
atrás. El segundo mapeo apuntaba a identi-
ficar otros recursos bioacuáticos importantes
y determinar su abundancia.
Foto: IBC
Tanto en Dos Unidos como en Antiguo
Honoria la salud de los recursos bioa-
cuáticos estaba siendo afectada, al igual
que en otros ambientes acuáticos del
bajo Pachitea. Por un lado, los pescado-
res comerciales foráneos sobreexplota-
ban el recurso al emplear grandes redes
e incluso tóxicos químicos, en las mismas
cochas donde pescaban los lugareños
para el autoconsumo. Asimismo, se ve-
nía presentando un continuo proceso de
deforestación ribereña debido a la siem-
bra de productos agrícolas en las orillas
de los ríos. Por otro lado, los sedimentos
provenientes de la erosión producida por
el cambio de uso en toda la cuenca se de-
positan continuamente a lo largo del cau-
ce del río Pachitea, ocasionando que los
peces, al encontrar sus hábitats naturales
sedimentados, se dispersen hacia otras
cuencas. La sobrepesca y la agricultura
en riberas ocasionaron una significativa
reducción en la cantidad y calidad de los
peces en la zona.
Foto: IBC
Mapeo de recursos bioacuáticos en el río Azupizú,
Pasco. Captura e identificación de especímenes.
En el mapeo en Dos Unidos y en Antigua
Honoria participaron entre 12 y 18 perso-
nas. A cada comunidad se llegó con dos
mapas base producidos previamente, uno
para identificar en la zona de estudio las
áreas de pesca y otro para los recursos
bioacuáticos. La metodología fue la mis-
ma en ambas comunidades: se comenzó
identificando en papelógrafos las actuales
áreas de pesca de la comunidad, así como
aquellas utilizadas diez años atrás. Luego,
se ordenó las áreas según su grado de im-
portancia para la población. Con relación
a las áreas de pesca actuales, se trabajó
además la variable estacionalidad, lográn-
dose identificar las áreas más importantes
en época de vaciante y creciente. Poste-
riormente, se ubicaron las áreas de pesca
en el mapa base.
Primero, los pobladores completaron el
mapa base, dibujando aquellas áreas que
no figuraban en él. Luego, fueron identifican-
do los ambientes acuáticos en el mapa, los
Pescador de subsistencia exhibe un ejemplar de Cichla Monoculus, especie de consumo característica del
bajo Pachitea.
más frecuentes resultaron ser las quebradas
y cochas pequeñas, aquellas que se secan
en época de vaciante. También identificaron
aquellos ambientes donde se practicaba la
pesca diez años atrás, de los cuales la pobla-
ción guardaba una clara memoria. Asimismo,
ubicaron en el mapa otros recursos bioacuá-
ticos presentes en la zona, como animales
invertebrados (camarones y cangrejos), rep-
tiles (tortugas y lagartos), mamíferos (nutrias
y manatíes) y otros animales asociados lo-
calmente al medio acuático. Seguidamente,
se categorizó los recursos según su cantidad
y se los ubicó en el mapa base.
Una vez mapeadas las áreas de pesca y re-
cursos bioacuáticos, se procedió a validar
la información in situ, visitando y georrefe-
renciando las áreas previamente ubicadas
sobre los mapas. Para el caso de las áreas
de pesca, dicho trabajo fue complementado
con una evaluación de las características
físico-químicas de los ambientes acuáticos
y su entorno. Toda la información recogida
Foto: Edgardo Castro
29
 Mapeo de
recursos naturales
y uso del territorio
en los talleres y en el reconocimiento de
campo fue procesada para componer los
mapas finales correspondientes a las áreas
de pesca actuales, según la estacionalidad,
las áreas de pesca usadas en el pasado y el
estado de abundancia de los recursos bio-
acuáticos.
Conclusiones
El mapeo permitió hacer algunas importan-
tes constataciones. En el poblado de An-
tiguo Honoria las áreas de pesca han dis-
minuido en un lapso de diez años debido
principalmente al asentamiento de pobla-
ciones colonas alrededor de las cochas o
lagunas. En cuanto a la estacionalidad, en
30
esta comunidad las zonas de pesca son las
mismas en época de vaciante y creciente.
En Dos Unidos, las áreas de pesca han
presentado algunos cambios en un interva-
lo de diez años. Los pescadores redujeron
su área de influencia y se concentraron en
ambientes acuáticos más cercanos. Res-
pecto a la estacionalidad, se constató que
en época de vaciante la actividad se rea-
liza en quebradas y cochas más grandes,
mientras que en época de creciente se in-
corporan a la pesca cuerpos de agua tem-
porales que mantienen por algunos meses
agua y peces. No se puede precisar que
haya diferencias entre poblaciones colonas
y nativas respecto a las preferencias por
el uso de determinados tipos de ambientes
acuáticos para la pesca. De acuerdo con
esta evaluación, el acceso y la disponibili-
dad temporal de ambientes acuáticos son
los principales factores que influyen en el
uso de las áreas de pesca entre poblacio-
nes colonas y nativas.
Esta experiencia evidencia que los trabajos
de mapeo participativo son valiosos tanto
para proyectos de gestión y uso de recursos
como para fines de investigación científica.
Su gran utilidad radica en la capacidad para
obtener información diversificada en forma
relativamente rápida, lo cual es favorecido
por la participación de personas de diferen-
tes edades y sexo en el proceso de mapeo.
Este caso de mapeo ejemplifica la versati-
lidad y facilidad del uso de mapas, incluso
para registro de ambientes acuáticos.
 3
MAPEO DEL ESPACIO

HISTÓRICO - CULTURAL

DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS

31
 3 Mapeo del espacio
histórico-cultural
de los pueblos indígenas

El mapeo del espacio histórico-cultural per-
mite a un pueblo indígena reconstruir el es-
pacio recorrido por sus ancestros y recuperar
la historia oral, el conocimiento de lugares y
la toponimia ligados a dicho espacio. Esta
herramienta ha demostrado su utilidad para
reafirmar los vínculos históricos y culturales
de los pueblos indígenas con aquellos es-
pacios que, en muchos casos, han perdido
a lo largo de la historia. Asimismo, constitu-
ye un instrumento poderoso para fortalecer
la identidad étnica. Finalmente, la recons-
trucción del espacio histórico-cultural puede
servir para consolidar procesos de ordena-
miento territorial, saneamiento físico legal
y protección de los sitios sagrados de los
pueblos. Los dos casos que expondremos
a continuación, sobre el mapeo sistemático
de espacios histórico-culturales mediante el
uso de tecnología de información geográfi-
ca georreferenciada, constituyen prácticas
pioneras en el Perú, que se espera puedan
ser replicadas en otras zonas y con otros
grupos indígenas.
forma de enseñanza a los niños. En el
proceso, las nuevas generaciones han
ido perdiendo la visión de la amplitud de
su historia y sus paisajes ancestrales.
Sin embargo, aún viven ancianos que
mantienen esa visión y los conocimientos
que la acompañan.
En la década de los setenta, Espíritu Bau-
tista, un joven yánesha preocupado por el
devenir de su cultura, se propuso recopilar
las historias sobre sus ancestros. Su inte-
rés era registrar este conocimiento mien-
tras los abuelos, principales custodios de
los saberes tradicionales, estuvieran aún
vivos, para evitar que con ellos se perdiera
la historia de los Yánesha. Esta tarea no
sería fácil, pues para muchos pobladores
de este pueblo el rescate del conocimiento
cultural tradicional estaba relacionado con
el atraso y era percibido como contrario al
Foto: Cappy Hotchkiss
desarrollo. En esa misma época, Richard
Chase Smith, antropólogo estadouniden-
se radicado en Oxapampa, empezó a do-
cumentar la historia oral, las canciones
sagradas y los nombres e historias de lu-
gares, con la idea de registrar sobre ma-
pas su historia y sus reclamos territoriales.
Gracias a sus intereses comunes, ambos
investigadores empezaron a trabajar juntos
en la Casa Cultural Yánesha a mediados
de los setenta, con el fin de motivar el inte-
rés de los jóvenes por conocer y rescatar
su historia y riqueza cultural.
Veinte años después, Bautista y Smith reto-
maron su antigua colaboración para desa-
rrollar un proceso de mapeo sobre el espa-
cio histórico-cultural yánesha, aplicando las
ventajas ofrecidas por la tecnología del Sis-
tema de Información Geográfica (SIG) y las
bases de datos digitales. Para entonces, el
Foto: Cappy Hotchkiss

3.1.
Por donde caminaban
los ancestros Yánesha

Los Yánesha pertenecen a la familia etno-

lingüística Arawak y hoy viven en la selva
central del Perú. Hasta hace medio siglo,
una de las aulas de enseñanza y aprendiza-
je más importantes para la transmisión del
conocimiento yánesha sobre la historia de
su pueblo, la geografía de los territorios an-
cestrales y la ubicación de recursos natura-
les y sitios sagrados era la caminata en fa-
milia por los caminos antiguos que unen las
comunidades, cubriendo a veces grandes
distancias. Mientras caminaban, los mayo-
res iban señalando los hitos geográficos im-
portantes, relataban las historias vinculadas
a ellos y, a menudo, cantaban versos que
revelaban los poderes escondidos en cada
uno de aquellos lugares.
Jóvenes de la comunidad yánesha de Loma Linda, Anciano que compartió su saber sobre la historia,
Hoy, las escuelas estatales han ido des- distrito de Iscosazín, Pasco. cultura y el territorio ancestral del pueblo Yánesha.
plazando esas aulas caminantes como Comunidad Loma Linda, Pasco.

32
33
 3 Mapeo del espacio
histórico-cultural
de los pueblos indígenas

Foto: Richard Chase Smith

primero era el secretario de cultura de la Fe-
deración de Comunidades Nativas Yánesha
(FECONAYA) y el segundo era el director
ejecutivo del Instituto del Bien Común. Para
el éxito de este trabajo fue clave el apoyo
de la FECONAYA y el valor que ésta asigna
a la revaloración de la cultura de su pueblo.

El mapeo del espacio histórico-cultural yá-

nesha se propuso documentar los principa-
les lugares recorridos por los ancestros, los
elementos geográficos que resguardan im-
portantes significados culturales y la historia
oral yánesha inscrita en el propio paisaje
natural. Asimismo, se esperaba reconocer
en qué medida la identidad cultural yánes-
ha estaba ligada al paisaje natural y a un
espacio geográfico específico. Este trabajo
partió del rescate de la tradición oral, de las
narraciones y cantos que formaban parte de
la memoria colectiva, especialmente custo-
diada por los ancianos. También se hizo un
estudio minucioso de los elementos geográ-
ficos con sus topónimos, identificándolos
tanto sobre el terreno como sobre la carta
nacional. Este saber transmitido oralmente
por generaciones sería luego representado
en los mapas y compartido con la comuni-
dad yánesha, de modo que las nuevas ge-
neraciones puedan reconocerlo, mantener-
lo vivo y honrar su pasado.

La metodología fue construyéndose sobre

la marcha. Espíritu Bautista lideró el trabajo
de campo, armado de un mapa base de la
cartografía nacional, un GPS, una cámara
fotográfica, una grabadora de audio y una
libreta de notas. Su entusiasmo por investi-
gar la historia de su pueblo era contagioso.
Además, su conocimiento del idioma nativo
hizo posible que los ancianos y ancianas
pudieran expresarse mejor y más cómoda-
mente en su propia lengua.

El primer paso fue ubicar en cada una de

las zonas establecidas para el estudio a
los ancianos y ancianas conocedores de
los elementos geográficos y la historia oral
Montañas de Pusapno, importante hito del paisa-
que estuvieran dispuestos a compartir su
je ancestral del pueblo Yánesha. Paucartambo –
conocimiento. Los primeros mapeos se rea- Pasco.
lizaron en los valles de Cacazú y Bocas, y

34
35
 3 Mapeo del espacio
histórico-cultural
de los pueblos indígenas

luego en torno a las ciudades de Villa Rica

y Oxapampa, por ser sitio de numerosos
santuarios históricos.

A continuación, los ancianos participantes

recorrieron las áreas previamente seleccio-
nadas, identificando los elementos geográ-
ficos, anotándolos sobre los mapas base y
grabando la historia oral relacionada con
cada uno de ellos. Algunas visitas implica-
ron largos viajes, y nadie contaba con que
estos desplazamientos los llevarían even-
tualmente a lugares tan alejados como la
cordillera de Ticlio o la costa de Lima. Las
visitas a los lugares mapeados fueron com-
plementadas con el registro audiovisual de
testimonios, historias orales y cantos que
narraban los hechos históricos.

Una vez terminado el trabajo de campo, y

con los elementos ubicados sobre el mapa,
se trabajó en gabinete, clasificando la infor-
mación recogida. Pronto, la lista de topóni-
mos se volvió inmanejable por su gran ex-
tensión, por lo que se diseñó un software
en español y en yánesha para almacenar la
información sobre los elementos y lugares
mapeados. Los elementos rescatados fue-
ron agrupados según cuatro aspectos: Dibujo: Prof. Anselmo Cruz

1. Geográfico, como ríos, quebradas, ce-

rros, peñas y cavernas;
2. Histórico, como caminos antiguos y lu-
gares donde había muerto mucha gente, o
donde tuvieron lugar batallas;
3. Presencia de recursos naturales en de-
terminados lugares, como árboles, colpas,
mamíferos o abundancia de peces de cierta
especie; y
4. Cultural, como lugares donde se escon-
den personajes ancestrales o donde existía
antiguamente un templo.

Cada grupo fue subdividido en varios niveles

y clases, obteniéndose 54 clases de elemen-
tos, que fueron representados por símbolos
vinculados a la cultura yánesha, específica-
mente creados para el mapeo. Luego se in-
gresó la información en la base de datos: el La historia y tradiciones del pueblo Yánesha continúan siendo transmitidas oralmente de padres a hijos. Arriba:
Templos y laguna sagrada Porromno, donde bajó a la tierra Yompor Pártsesha, El Sol. Abajo: El territorio de
topónimo, la descripción y la clase de cada
los yánesha fue ordenado por Yompor Pártsesha. En esta escena, aplana el cerro Matehueshepen, creando
elemento. Hoy esta base de datos cuenta así la gran llanura amazónica.

36
con más de cinco mil elementos mapeados
y, doce años después de iniciado el mapeo,
sigue creciendo.
En forma paralela, se trabajó con la tecnolo-
gía SIG para construir 54 shapefile o archi-
vos de información espacial, con la ubica-
ción geográfica para cada elemento, según
su clase. Estos shapefile permiten compo-
ner mapas de cualquier zona del espacio
yánesha, en el formato y con la combina-
ción de elementos que se elija. Cabe des-
tacar que los mapas han sido modificados
muchas veces, conforme se ha ido contan-
do con mayor información y en la medida
en que la tecnología SIG permite componer
mapas con mayor capacidad de detalle.
Hasta la fecha el mapeo ha permitido do-
cumentar y reconstruir la visión yánesha
para 85% de su paisaje ancestral; aún falta
aplicar el proceso a la zona del río Pachi-
tea. Más de cien ancianos y ancianas de al
menos 25 comunidades participaron en el
proceso y aportaron sus saberes para lo-
grar la representación de su paisaje ances-
tral en mapas y para recopilar más de cinco
mil elementos relacionados con el espacio
histórico-cultural yánesha. Este rico patri-
monio se encuentra registrado y documen-
tado en mapas y en bases de datos digita-
les que han sido puestos a disposición del
pueblo Yánesha. Los ancianos fueron los
primeros en apropiarse del mapa, orgullo-
sos de que sus saberes pueden ser con-
templados por los demás miembros de su
pueblo, ahora y en el futuro. La visualiza-
ción de los mapas ha servido para evocar
más relatos sobre el pasado e identificar
nuevos lugares de importancia histórica,
así como para reflexionar acerca de la im-
portancia del paisaje.
En 2011 se elaboró mapas de gran forma-
to que muestran en detalle todo el espacio
7
Es un grupo constituido por los ancianos y ancianas que mejor conocen su cultura y que son respetados y valorados como depositarios de los conocimientos transmitidos oralmente
de generación en generación.
histórico-cultural yánesha. Dicho material
fue distribuido en escuelas primarias en co-
munidades yánesha. Inicialmente, niños,
profesores y padres de familia no termina-
ban de captar el sentido de los mapas, pero
gradualmente fueron entendiendo el tipo de
representación que significa un mapa y en-
contraron potenciales usos para el manejo
de su propio repertorio cultural-histórico.
Actualmente, en las escuelas primarias se
enseña mediante estos mapas los elemen-
tos geográficos del entorno, en idioma yá-
nesha. En los colegios secundarios éstos
son utilizados para motivar el interés de
los jóvenes por las historias de sus ante-
pasados.
Este trabajo de mapeo permite entender
que la historia yánesha se desarrolló en un
espacio geográfico específico, donde luga-
res y elementos geográficos fueron funda-
mentales para el devenir de sus ancestros.
Asimismo, el proceso de recuperación de la
historia oral de este pueblo puso de mani-
fiesto la profunda relación que lo une con el
paisaje, donde montañas, acantilados, pe-
ñas y lagos son a la vez obra y morada de
ancestros poderosos.
De otro lado, reveló que el espacio an-
cestral yánesha trasciende por mucho los
límites actuales del territorio de sus co-
munidades. Uno de los resultados más
sorprendentes fue el descubrimiento de al
menos treinta personajes ancestrales que
están conectados directamente con espa-
cios altoandinos y otros veinticinco que es-
tán ligados con las yungas y con la costa
de Lurín, Rímac y Chillón. La acumulación
de evidencias a partir de una variedad de
fuentes sugiere que el pueblo Yánesha y
su visión del mundo fue parte del auge de
la civilización de los Andes centrales. Ellos
trajeron consigo del pasado una historia
oral que está vinculada con ambos flancos
de los Andes y con estructuras simbólicas
y un sentido del orden propio de la civiliza-
ción centroandina.
3.2.
Recordando a los ancestros
para la educación
intercultural bilingüe
El proceso tradicional de transmisión de
conocimientos culturales viene siendo res-
catado y revalorado en algunas comunida-
des de los pueblos Awajún y Wampis, de
la familia lingüística Jíbara, ubicadas sobre
el río Santiago, provincia de Condorcanqui,
Amazonas. En décadas pasadas, estas co-
munidades delegaron a la escuela formal la
responsabilidad de transmitir el saber a las
nuevas generaciones, lo que significó un
cambio en la forma de preservación y con-
tinuidad del conocimiento tradicional. Ello
también produjo una ruptura generacional al
quebrar la forma tradicional de transferencia
oral de conocimiento, de padres y abuelos a
hijos y nietos.
Preocupados por rescatar y valorar los co-
nocimientos ancestrales de los Awajún y
Wampis, docentes especialistas en la ela-
boración de materiales educativos del Área
de Coordinación de Instituciones Educativas
del Río Santiago (ACIE-RS / UGEL Condor-
canqui), en coordinación con el Consejo
de Visionarios7 Wampis Awajún / Tarimat /
Tajimat Pújut del río Santiago, tomaron la
iniciativa de elaborar un mapeo del espacio
histórico-cultural de los pueblos Awajún y
Wampis del río Santiago. El interés de los
docentes por rescatar los saberes sobre el
espacio ancestral y su historia era doble,
pues por un lado permitiría contar con in-
sumos para elaborar materiales educativos
culturalmente pertinentes sobre historia,
37
 3 Mapeo del espacio
histórico-cultural
de los pueblos indígenas
geografía y cosmología, para ser usados en
las escuelas interculturales bilingües de la
zona. Por otro lado, proveería a los pueblos
Awajún y Wampis de herramientas para do-
cumentar su historia y cultura con el fin de
reafirmar su identidad como pueblos indíge-
nas y rescatar los conocimientos ancestra-
les que han sido transmitidos oralmente de
generación en generación.
Al conocer de la experiencia de mapeo del
espacio histórico-cultural yánesha, los docen-
tes del río Santiago pidieron la asesoría del
Instituto del Bien Común. Contaron además
con el apoyo de UNICEF y el respaldo de la
Federación de Comunidades Huambisas del
Río Santiago (FECOHRSA) y de la subsede
del Consejo Aguaruna Huambisa (CAH).
El proceso empezó con la investigación biblio-
gráfica sobre la historia, etnografía y mitología
de los pueblos Awajún y Wampis, que se re-
monta a tiempos prehispánicos y coloniales.
Luego, se capacitó al grupo encargado de
conducir el mapeo, compuesto por jóvenes
wampis y awajún (hombres y mujeres). La ca-
pacitación y asesoría estuvo a cargo de dos
especialistas en lengua y cultura wampis y
awajún y dos especialistas indígenas yánes-
ha que habían trabajado previamente en el
mapeo del espacio cultural yánesha, así como
técnicos del IBC en cartografía social. La ca-
Foto: Ermeto Tuesta
Los ancianos fueron fuente fundamental de informa-
ción del mapeo histórico cultural Wampis Awajún,
por su amplio conocimiento del territorio, historia y
cultura de sus pueblos.
38
pacitación incluyó aspectos conceptuales y
metodológicos sobre el registro y sistematiza-
ción de la información de campo, manejo de
base de datos y equipos de cómputo, uso de
GPS y herramientas SIG.
La labor de mapeo histórico-cultural compren-
dió al total de las 56 comunidades y anexos del
río Santiago. Al estar ligado al mejoramiento
de la educación, el proyecto fue recibido con
mucho entusiasmo y contó con la aproba-
ción y apoyo de todas las comunidades. En
cada una de ellas se organizó sesiones de
presentación del proyecto, donde se selec-
cionó a los ancianos y ancianas reconocidos
por el conocimiento de su espacio e historia.
Los participantes identificaron los elementos
más importantes del espacio recorrido por sus
ancestros, los que fueron ubicados sobre los
mapas base.
De los numerosos elementos identificados
se priorizó 41 tipos, que fueron organiza-
dos en tres grandes categorías: geográfica,
histórico-cultural y recursos naturales. Para
cada elemento, los participantes diseñaron
un símbolo, dando lugar a un código a ser
empleado en mapas y cuadernos de campo.
Entre los elementos geográficos figuran tan-
to elementos acuáticos –quebradas, catara-
tas y manantiales– como elementos terres-
tres –cerros, cuevas y peñas–. En cuanto a
Foto: Ermeto Tuesta
Miembros del equipo de mapeo sistematizan la infor-
mación recogida de los ancianos, antes de volcarla
en los mapas.
los recursos naturales, se registró los lugares
donde animales y aves beben agua, las tro-
chas que se utilizan para ir de cacería y las
fuentes de sal, entre otros. En cuanto a los
lugares de interés histórico-cultural, se iden-
tificó los caminos antiguos, los sitios donde la
gente vivía antiguamente, donde enterraba a
sus muertos y donde ocurrieron batallas, en-
tre otros.
Para cada elemento identificado en el mapa,
los participantes relataban anécdotas, histo-
rias de sus ancestros o mencionaban el ori-
gen cultural de los elementos geográficos.
Fue interesante observar que los ancianos
wampis, al momento de identificar lugares
donde ocurrieron acontecimientos relaciona-
dos a eventos míticos, ubicaron dichos espa-
cios en la zona de Coangos, que pertenece
hoy en día a Ecuador, donde supuestamente
habrían evidencias geográficas, como cue-
vas y cerros, relacionadas con personajes
ancestrales y hechos significativos de acuer-
do a su cosmovisión. También se identificó
varios caminos antiguos que comunicaban el
territorio wampis a través de la cordillera de
Kampankis, ubicada entre las cuencas de los
ríos Santiago y Morona. Este hecho constitu-
ye una evidencia de la ocupación antigua y
permanente de dicho espacio, y revela que
el territorio wampis no estaba delimitado por la
cordillera, sino que ésta permitía la comunica-
Foto: Ermeto Tuesta
Bajo la supervisión del experto yánesha en mapeo
histórico cultural, una joven wampis registra en el
mapa los datos obtenidos sobre los pueblos Wampis
y Awajún.
N

0 400 800 Km

COLOMBIA
ECUADOR

BRASIL
OC
EA
NO

LIMA
PA
CI
FI

BOLIVIA
CO

39
 3 Mapeo del espacio
histórico-cultural
de los pueblos indígenas

▲
78°0'0"W
MAPEO DEL ESPACIO HISTÓRICO CULTURAL

4°0'0"S
DE LOS PUEBLOS AWAJUN Y WAMPIS
Selva Nororiental del Marañón - Río Santiago
Equipo técnico Equipo AECIE Equipo capacitadores:
Wampis: Awajun: -Javier Santa -Richard Ch. Smith ▲
-Tito Yagkur -Cesar Tii -Ricardo Navarro -Andres Treneman ▲
-Nancy Chup
-Noé Aujtukai
-Divina Petsa
-Eloy Ismiño
-Ermeto Tuesta
-Balbina Miguel
▲
-Jerónimo Petsain -Espiritu Bautista
Fuentes:
- Carta nacional, escala 1:100 000 - IGN digitalizada por MINEDU e IBC.
- Información de comuneros del Río Santiago
N
- Límite Regional é internacional - INEI
▲
- Plano de comunidades nativas tituladas - Ministerio de Agricultura - PETT
- Georeferenciación de comunidades nativas - SICNA
▲
Elaborado por:
Área de Ordenamiento Territorial del Instituto del Bien Común, bajo la
▲
responsabilidad técnica de Richard Ch. Smith y Ermeto Tuesta
Auspiciado por:

AECIE
INSTITUTO DEL Río Santiago
BIEN COMUN

▲ ▲

▲
▲

▲
▲

▲ ▲

▲
Elemento Recursos Naturales

Colpa donde animales y aves beben agua ▲

Colpa donde animales y aves lamen minerales

Lugar donde animales se revuelcan en el polvo ▲

Lugar donde se bañan animales

Zona que sirve de refugio / reproducción de animales

Cueva que sirve de refugio de animales y/o aves

Peña donde las aves ponen sus huevos (sugka)

Tambo para cazar

Isla dormidero de aves

Lugar donde se congregan peces

Lugar donde abundan árboles y palmeras grandes

Lugar donde abundan plantas medicinales

Bosque de los niños

Fuente de sal

Fuente de arcilla

Fuente de kerosone

fuente de Tierra para pintura

Trocha para cazar
78°0'0"W

ción y el tránsito, desde tiempos antiguos,
entre las familias wampis que habitaban am-
bas cuencas. Ante dicha constatación, los
ancianos plantearon la posibilidad de exten-
der el mapeo también sobre el río Morona.
A diferencia del caso del mapeo del pueblo
Yánesha, la goerreferenciación se hizo en
su mayoría en gabinete, usando la ubica-
ción aproximada establecida en las reunio- mapas. Además, se elaboró un registro de
nes con los comuneros, y solo el 10% de los archivos audiovisuales con los testimonios
puntos fue georreferenciado en campo. La de historia oral y cantos recogidos durante
información sobre cada elemento mapeado el trabajo de campo.
fue ingresada en una base de datos en idio-
mas awajún, wampis y castellano, organiza- En menos de un año se logró mapear casi
da de manera similar a la del caso yánes- cinco mil elementos, información que fue
ha. Una vez mapeados los elementos, se volcada en cuatro mapas: uno general para
sistematizó la información para diseñar los la cuenca del río Santiago y tres mapas es-

40
 ▲ #

4°0'0"S
COLOMBIA
ECUADOR

BRASIL #
OC
EA
NO

LIMA
PA
CI

BOLIVIA
FI
CO

#
#

Elemento Acuático - Terrestre

Catarata

Manantial

Cocha

Poza

Pongo

Cerro
▲
Cueva

Peña

Fuente de puzanga ( wakagki)

Islas

Ríos

▲ Quebradas

Elemento Histórico - Cultural

Descansadero de camino
Cruce de ríos quebradas

Lugar donde la gente vivia antiguamente

Lugar donde enterraron muertos antiguamente

Lugar donde ocurrió una batalla de guerra

Lugar donde asesinaron a un guerrero

Lugar donde afilaban lanzas para la guerra

Lugar relacionado con un evento o personaje ancestral

Lugar con restos de pobladores antiguos

Lugar de búsqueda de visión

Lugar donde la boa comió gente

Lugar donde aparecen seres extraños

0 340 680 Km
Camino antiguo

pecíficos, uno para cada sector de la cuenca y distritos de la provincia de Condorcanqui, y Awajún y Wampis del río Santiago compro-
del río Santiago (alto, medio y bajo). Los ma- de articularlos a actividades de aprendizaje bar que está vivo y vigente el conocimiento
pas fueron distribuidos entre las instituciones en numerosas escuelas. sobre el paisaje recorrido por sus ances-
educativas de primaria y secundaria del río tros y sobre los elementos geográficos que
Santiago, para ser usados como insumo de son importantes para su cultura. La idea
actividades de aprendizaje. Los mapas fina- Conclusiones que motivó el mapeo inicialmente, de res-
les llegaron también a manos de actores lo- catar el conocimiento, se fue transforman-
cales en Santa María de Nieva, suscitando el La experiencia del mapeo del espacio his- do en una preocupación por documentar el
pedido de ampliar el mapeo a otras cuencas tórico-cultural les ha permitido a los pueblos conocimiento para fortalecer y reafirmar la

41
 3 Mapeo del espacio
histórico-cultural
de los pueblos indígenas
identidad cultural. Si bien los ancianos son
los principales depositarios de estos sabe-
res, en esta experiencia un número consi-
derable de jóvenes reveló sus conocimien-
tos y, para sorpresa general, ellos resultaron
ser custodios de un amplio repertorio de
historias. Así, el mapeo permitió tender un
puente de transmisión de conocimientos
culturales entre los ancianos, los jovenes
y los niños. Además, promovió el respeto
y valoración hacia los ancianos y ancianas,
por ser los principales guardianes del cono-
cimiento tradicional cultural.
Vista del río Santiago, que atraviesa de sur a norte el territorio de los pueblos Wampis y Awajún, en la región Amazonas.
42
Por obra de esta experiencia, quienes partici-
paron en ella resultaron empoderados. Poste-
riormente, muchos de ellos aceptaron nuevos
retos y asumieron cargos en sus comunida-
des y organizaciones. Actualmente, trabajan
para registrar y valorar su cultura y reafirmar
su identidad. En cuanto a los mapas resultan-
tes, también han sido de utilidad para la de-
fensa de derechos territoriales, y están siendo
empleados en los procesos de zonificación
ecológica económica y ordenamiento territo-
rial desarrollados por los gobiernos locales.
En tal sentido, estos mapas son herramientas
importantes para afirmar la ocupación históri-
ca de dichos pueblos sobre sus territorios.
A la luz del éxito de esta primera experiencia,
los Awajún y Wampis del río Santiago aspiran
a dar continuidad al trabajo de mapeo del es-
pacio histórico-cultural, ampliando el ámbito a
mapear, de modo que abarque todo el territo-
rio ancestral de los pueblos Awajún y Wampis,
y articulando este trabajo a los procesos de
mejoramiento de la calidad de la educación y
ordenamiento territorial, a nivel local y regional.
Foto: Ermeto Tuesta
 4
EN DEFENSA DE

LOS ÚLTIMOS GRUPOS

EN AISLAMIENTO

43
 4 En defensa de
los últimos grupos
en aislamiento

En la Amazonía hay grupos indígenas que

han optado por vivir aislados del resto de
la sociedad. Hasta la fecha, en Perú se
han identificado indígenas en aislamiento
voluntario de los grupos etnolingüísticos
Kugapakori, Nahua, Nanti, Kirineri, Ashá-
ninka y Poyenitzare –de la familia lingüís-
tica Arahuaca–, y Chitonahua, Maxonahua,
Morunahua, Marinahua, Sharanahua, Isco-
nahua, Kapanahua y Kakataibo –de la fami-
lia lingüística Pano–. Se estima la existencia
de hasta 5.000 individuos viviendo en aisla-
miento en las regiones de Cusco, Madre de
Dios, Apurímac, Ucayali, Huánuco y Loreto.
Los indígenas en aislamiento suelen des-
plazarse por territorios extensos en busca
de recursos naturales para su subsistencia.
Estos grupos se encuentran en una situa-
ción altamente vulnerable debido a que, de
entrar en contacto con gente foránea, corren
el riesgo de contagio de enfermedades tan
comunes como la gripe, que a ellos pueden
causarles la muerte. Su estilo de vida es
constantemente amenazado por la invasión
de terceros a sus territorios para extraer re-
cursos forestales e hidrocarburos, o con fi-
nes de colonización. Una tarea fundamental
para poder velar por la salud y bienestar de
las poblaciones indígenas aisladas es iden-
tificar los territorios por donde éstas se des-
plazan, con miras a resguardarlos y evitar
así incursiones.

El Instituto del Bien Común ha elabora-

do una metodología que permite mapear
áreas de desplazamiento de indígenas en
aislamiento sin establecer contacto con
ellos y sin invadir su territorio. Dicho ma-
peo se basa en la obtención y sistemati-
zación de testimonios de avistamientos de
indicios de su existencia. Los puntos apro-
ximados donde ocurrieron los avistamien-
tos son registrados en mapas base duran-
te las entrevistas con los testigos. Luego,
en gabinete, son transferidos a una base
de datos en SIG. Los testimonios son re-
cogidos tanto de manera directa como por
referencia de terceros, e involucran a per-
sonas que por circunstancias diversas han
recorrido áreas ocupadas y transitadas por
los indígenas en aislamiento, tales como

44
miembros de comunidades nativas, made-
reros y trabajadores de empresas de hidro-
carburos, entre otros.
La lucha por conseguir medidas significati-
vas de protección a los pueblos indígenas
en aislamiento que habitan en la Amazonía
peruana enfrenta una serie de obstáculos,
que van desde la falta de políticas públi-
cas adecuadas, los intereses de grandes
empresas de extracción de hidrocarburos o
madera sobre territorios de desplazamien-
to de los pueblos en aislamiento, hasta la
falta de métodos consensuados que per-
mitan identificar dónde se encuentran los
pueblos en aislamiento. La difusión de ma-
pas ayuda a introducir en la agenda públi-
ca la discusión sobre la existencia de los
pueblos indígenas en aislamiento, generar
sensibilización en la sociedad y promover
medidas de protección hacia uno de los
grupos humanos más vulnerables del país.
Este tipo de mapa constituye un documen-
to que puede convertirse en un importan-
te aliado de la defensa y protección de los
pueblos en aislamiento, sin necesidad de
contactarlos ni ponerlos en riesgo.
4.1.
Por la protección de
los indígenas Kakataibo
en aislamiento
Los indígenas Kakataibo en aislamiento
son parte del pueblo Kakataibo (cuya gran
mayoría vive asentada en comunidades
nativas), de la familia etnolingüística Pano.
Fuerte evidencia sugiere que existen por
lo menos dos grupos de Kakataibo en ais-
lamiento. Uno vive al norte de la carretera
Lima-Pucallpa, entre el río Aguaytía y la
Cordillera Azul, y el otro grupo se encuen-
tra al sur de la carretera, también entre las
cabeceras del río Aguaytía y la Cordille-
ra Azul, en la confluencia de las regiones
Loreto, Huánuco y Ucayali. El territorio
que actualmente usan los Kakataibo en
aislamiento combina diversas formas de
propiedad: pública (áreas naturales pro-
tegidas y áreas de libre disponibilidad) y
propiedad comunal (comunidades nativas
y predios rurales).
Hoy en día, sobre las dos zonas de despla-
N
zamiento de los Kakataibo en aislamiento
se superponen intereses de empresas de
hidrocarburos. Tal como ocurrió durante
la fase de exploración de hidrocarburos,
se teme que las actividades de extracción
podrían poner en riesgo la salud de los
Kakataibo, al exponerlos a contactos for-
zados y al consecuente contagio masivo
de enfermedades. Además, la fragmen-
tación del bosque afectaría la capacidad
de esta población indígena de disponer
de amplios territorios para poder acceder
a diversas fuentes de alimentación, e in-
terrumpiría los corredores a través de los
cuales sus individuos se desplazan en el
curso de sus prácticas de subsistencia.
La Federación Nativa de Comunidades
Kakataibo (FENACOCA) y el IBC traba-
jaron conjuntamente en la identificación
del territorio de desplazamiento de indí-
genas Kakataibo en aislamiento mediante Líneas sismicas superpuestas a la Propuestas de
el mapeo de avistamientos. El objetivo fue Reserva Territorial Kakataibo, 2007.
promover la creación de dos reservas te-
rritoriales para su protección, una en las nica y sus características etnográficas, así
cabeceras de los ríos Aguaytía, Zungaru- como el proceso que los condujo a la actual
yacu y San Alejandro, y otra en las cabe- situación de aislamiento. Además, se reco-
ceras del Pisqui y medio Aguaytía, entre piló información social, económica y cultural
las regiones Ucayali y Huánuco. con el fin de entender mejor el contexto de
la zona e identificar las posibles interven-
El trabajo de campo del mapeo de zonas ciones que pudieran estar sucediendo en el
de desplazamiento de los Kakataibo en área y que podrían amenazar su existencia,
aislamiento se llevó a cabo en comunida- tales como presencia de madereros, colo-
des nativas Kakataibo, Shipibo y Yánes- nos, empresas mineras o de hidrocarburos,
ha, asentamientos no indígenas y cam- misioneros, entre otros. Por otro lado, se
pamentos madereros, en las provincias compuso dos mapas: un mapa base com-
Contamana y Padre Abad, en Ucayali, y binando imágenes satélite de la zona y otro
en las provincias Puerto Inca y Leoncio mapa conteniendo la ubicación de los dere-
Prado, en Huánuco. El proceso duró cerca chos otorgados, como concesiones made-
de cuatro años. reras, petroleras, mineras, áreas naturales
protegidas, comunidades nativas y otros
Antes de emprender la labor de mapeo fue centros poblados.
necesario revisar la información antropoló-
gica, histórica y cartográfica existente para Se hizo presentaciones del trabajo de ma-
ganar mayor comprensión sobre los indíge- peo en las comunidades adyacentes a las
nas en aislamiento: su posible filiación ét- zonas donde podrían haberse producido
45
 4 En defensa de
los últimos grupos
en aislamiento
avistamientos de Kakataibos en aislamien-
to o encontrarse alguna evidencia de su
presencia. A continuación, sobre los mapas
base se fue completando la información hí-
drica, con el fin de facilitar la tarea de los
informantes, de modo que éstos pudieran
orientarse coadyuvara en el mapa y ubicar
con precisión el lugar del avistamiento. Los
nombres de los ríos y quebradas fueron re-
gistrados en castellano y lengua kakataibo.
Además de la hidrografía y la toponimia, el
Líder indígena Kakataibo e informante del mapeo de zonas de desplazamiento de los Kakataibo en aislamiento. Comunidad nativa Puerto Nuevo, Ucayali.
mapa contaba con información sobre cur-
vas de nivel, caminos, centros poblados y
comunidades nativas, con el fin de añadir
precisión a la ubicación de los puntos de
avistamientos.
Una vez completo el mapa base, se reco-
gió testimonios sobre los avistamientos y
se obtuvo la información necesaria para
ubicar sobre el mapa los puntos de los
avistamientos. A diferencia de los otros ca-
sos de mapeo, en éste se trabajó a nivel
individual, aplicando entrevistas persona-
46
les grabadas. Durante la recolección de los
testimonios, primero se ubicó en el mapa el
punto donde ocurrió el suceso. Por tratarse
de una pieza de información fundamental,
se puso especial cuidado en localizar cuer-
pos de agua sobre el mapa, para ganar pre-
cisión al registrar el punto del avistamiento.
Luego, se le pidió al informante describir
el avistamiento en detalle, narrando todos
los hechos que pudieran estar relaciona-
Foto: IBC
dos al suceso de avistamiento. Se tomó
nota de diversos aspectos, como fecha,
hora, tipo de testimonio (directo, cuando
el avistamiento es contado por la misma
persona que tuvo el contacto, o indirecto,
cuando otra persona cuenta acerca del
mismo). Si la persona vio a los indígenas
aislados, se pidió precisiones sobre su as-
pecto: cabello, vestimenta, piel, estatura,
etc. Se indagó si la persona escuchó soni-
dos como imitación de aves, si hubo robo
de comida, si halló huellas, si encontró
instrumentos, caminos, chozas, chacras,
fogata, armas, y si hubo intento de rapto,
etc.
Por otro lado, se indagó sobre las circuns-
tancias en las que se dio el suceso y qué
la actividad que realizaba en ese momento
el informante: desplazamiento de una co-
munidad a otra, pesca, caza, reforestación,
agricultura, extracción de madera, extrac-
ción de oro, linderamiento, supervisión de
territorio, entre otros. En caso que el avis-
Foto: IBC
tamiento se hubiera producido en un sitio
cercano al lugar de la entrevista, se lo visi-
tó, para registrar in situ la información con-
siderada relevante.
Una vez obtenidos los testimonios y ubi-
cados los puntos de avistamiento sobre
el mapa, se sistematizó la información re-
copilada: las entrevistas, el mapa donde
los informantes ubicaron el lugar de los
avistamientos y las notas del investiga-
dor. Para elaborar los mapas se combinó
información de las coordenadas obtenidas
47
 4 En defensa de
los últimos grupos
en aislamiento
a partir de los testimonios, las cartas na-
cionales 1:100.000 del Instituto Geográfi-
co Nacional, los planos de titulación de las
comunidades nativas, las imágenes sateli-
tales LandSat y el mapa de comunidades
nativas georreferenciadas elaborado por el
Sistema de Información de Comunidades
Nativas (SICNA) del IBC.
En total, se obtuvo arriba de ciento trein-
ta testimonios, en cerca de veinte centros
poblados. Más gente de la esperada esta-
ba dispuesta a brindar su testimonio. Los
pobladores Kakataibo asentados en co-
munidades se incentivaban unos a otros
a compartir sus experiencias, recientes o
antiguas. Muchos ancianos querían con-
tar sus testimonios, incluso las de hace
más de treinta años. Esta población sentía
la obligación de colaborar con el mapeo,
dada la situación de extrema vulnerabilidad
en que se encuentran estos miembros de
su mismo pueblo indígena. Sin embargo,
fue distinta la actitud de los pobladores del
grupo Shipibo, ubicado sobre el río Pisqui,
que históricamente ha sido el grupo ene-
migo de los Kakataibo. Pero los testimo-
nios más difíciles de obtener fueron los de
trabajadores de madera de la zona, quie-
nes temían que participar en el estudio les
causaría problemas para continuar con sus
actividades o restringiría su acceso a las
zonas de extracción, ya fuera que operaran
de manera legal o ilegal. Cabe destacar lo
difícil que fue realizar esta investigación,
particularmente por el hecho de desarro-
llarse en un espacio donde los derechos de
los indígenas en aislamiento están en di-
recta competencia con los intereses de los
extractores de recursos forestales, energé-
ticos o proyectos viales.
Luego de terminar el trabajo de campo,
se compusieron los mapas de las zonas
de avistamiento, los cuales han sido de
utilidad para emprender acciones de inci-
dencia buscando la protección efectiva de
los espacios utilizados por este pueblo en
aislamiento. Posteriormente, se ha conti-
nuado obteniendo nueva información en el
marco de actividades de otros programas
48
Foto: Pedro Tipula
del IBC. Los mapas resultantes y la infor-
mación recolectada sustentaron la solicitud
cursada por la Federación de Comunida-
des Nativas Kakataibo (FENACOCA) y el
IBC buscando la creación de dos reservas
territoriales para los Kakataibo en aisla-
miento. El Expediente Técnico en soporte
a este pedido fue entregado al INDEPA en
el año 2006, sin que hasta la publicación
de este libro el mismo haya sido atendido
adecuadamente.
Conclusiones
Durante el trabajo de mapeo emergieron
evidencias suficientes de la existencia de
los Kakataibo en aislamiento. El tipo de
avistamiento más común fue el tránsito de
individuos varones hacia sus lugares de
caza o pesca. Asimismo, fueron frecuentes
los avistamientos de pisadas y de señali-
zación de caminos con vegetación dobla-
da o cortada. Los resultados del trabajo de
mapeo permiten suponer que los Kakatai-
bo en aislamiento se movilizan constante-
mente en grupos familiares buscando re-
cursos para su subsistencia y que habitan
en viviendas precarias, de carácter tempo-
ral, construidas con hojas de palmera. La
investigación permite asumir que disponen
de flechas, arpones para pescar, hachas de
piedra, tinajas de barro y canastas tejidas.
También permite suponer que se alimen-
tan de camote, yuca, lúcuma silvestre, hue-
vos de tortuga, carne ahumada, diferentes
tipos de mono, pescado y recursos del
monte cultivados; y que, además, domes-
tican la huangana. De otro lado, el estudio
reveló que la creciente presencia humana
ha causado la pérdida de continuidad de su
territorio, y que éste se halla actualmente
dividido en dos zonas, separadas por un
área de colonización establecida a lo largo
de la carretera Federico Basadre.
Los resultados del trabajo de mapeo sobre
el perfil de los Kakataibo en aislamiento, así
Registrando en el mapa eventos de avistamiento del
como el del registro y visibilización sobre el
pueblo indígena Kakataibo en aislamiento. Comuni-
mapa de sus áreas de desplazamiento han dad nativa Sinchi Roca, Ucayali.
sido incluidos en la propuesta de creación
49
 4 En defensa de
los últimos grupos
en aislamiento

Foto: Heinz Plenge

de dos reservas territoriales. Se espera
que con el establecimiento y efectivo moni-
toreo de las mismas, los Kakataibo podrán
desplazarse sin temor y sin ver amenaza-
dos su territorio ni su salud, especialmente
por efecto de las actividades de extracción
de hidrocarburos que se hallan superpues-
tas a sus áreas de tránsito. Este tipo de
mapeo se ha convertido en un importante
referente para legitimar la existencia de las
poblaciones indígenas en aislamiento ante
gobernantes incrédulos, razón por la cual
el presente trabajo de mapeo proporciona
no solo importante información social y cul-
tural, sino también de carácter político.

Vista aérea de un campamento de verano de los indígenas Mashko sobre una playa del río Las Piedras, en el
departamento de Madre de Dios.

Foto: Heinz Plenge

Los Mashko son uno de los 14 grupos étnicos que se estima aún viven en situación de aislamiento en el Perú. Habitan en la zona fronteriza que colinda con el Estado
brasileño del Acre. Su territorio tradicional ha sido reducido por efecto de la extracción ilegal de madera, lo cual ha provocado migraciones hacia territorio brasileño.

50
 5
SEGUIMIENTO A LAS AMENAZAS

SOBRE EL ESPACIO

AMAZÓNICO

51
 5 Seguimiento a las amenazas
sobre el espacio
amazónico
5.1. deseable, repercuten en una creciente si-
Mapeo de presiones
sobre la Amazonía peruana
Cerca de tres cuartas partes de la Amazonía
peruana se encontraban ocupadas por lotes
de hidrocarburos en el año 2010, gran parte
de los cuales se hallaban superpuestos so-
bre los territorios de comunidades nativas,
áreas naturales protegidas (salvo parques
nacionales), bosques de producción perma-
nente y asentamientos no indígenas (Bena-
vides 2010). La actividad minera se desa-
rrolla en más de 2 millones de hectáreas del
territorio amazónico nacional. Existen casi
8.000 kilómetros de carreteras construidas
y se prevé para un futuro próximo la cons-
trucción de 880 km adicionales, el asfaltado
de 2.089 km y la mejora de otros 1.517 km.
Por otro lado, se planea la construcción de
4.200 km de hidrovías. En el sector agroin-
dustrial, se proyecta desarrollar plantacio-
nes para biocombustibles en casi medio mi-
llón de hectáreas, y en el sector forestal han
sido concedidas 7,7 millones de hectáreas
para explotación formal de madera, siendo
que la extracción informal se da a todo lo
ancho de la Amazonía (Dourojeanni et al
2010)8.
A pesar de la complejidad del contexto, la-
mentablemente el Estado peruano no ma-
neja información precisa sobre los territorios
indígenas. Es así como, al no contar con una
base catastral oficial ni tener mayor conoci-
miento socioambiental de gran parte de la
Amazonia peruana, la concesión de áreas
por parte del Estado conduce a que sobre
un mismo espacio se superpongan diversos
intereses y derechos. En este contexto, los
variados proyectos de inversión aplicados
sobre la base de información imprecisa, le-
jos de promover un desarrollo sostenible y
6
Amazonía Peruana en 2011. Disponible en: http://www.actualidadambiental.pe/documentos/amazonia_peruana_dourojeanni.pdf
9
Feature class del software ArcGis 9.3
52
Foto: Heinz Plenge
tuación de conflictividad.
Desde hace más de una década, el equi-
po del IBC viene elaborando mapas de las
principales presiones presentes en la selva
amazónica del país. La composición de es-
tos mapas es enteramente una labor de ga-
binete. Primero, la información obtenida es
homogenizada al mismo formato9 y luego,
ordenada y guardada en una base de datos
digital, según ubicación geográfica, tema y
fuente. Esta sistematización facilita el uso
de los datos necesarios para componer di-
ferentes clases de mapas, conforme al tipo
de presión que se desee representar. Más
tarde, mediante el uso de tecnología SIG,
se selecciona y superpone las capas de in-
formación, lo cual permite representar en
mapas las diferentes capas temáticas. Así,
se evidencian por ejemplo proyectos de ex-
tracción de recursos naturales superpues-
tos a territorios indígenas, o carreteras que
atraviesan áreas naturales protegidas, o
emprendimientos mineros operando sobre
una zona de alta biodiversidad. Es recomen-
dable componer mapas de presiones con
cierta frecuencia, en especial si registran la
superposición de lotes de hidrocarburos, ya
que los cambios en éstos son frecuentes.
A fines de 2010, y bajo el auspicio de la Red
Amazónica de Información Socio Ambiental
Georreferenciada (RAISG), el IBC inició la
ambiciosa tarea de sistematizar la geodata
sobre presiones humanas en la Amazonía
peruana. El producto de esta iniciativa, jun-
to a datos similares del resto de los países
amazónicos, dio lugar a la publicación en
2012 del atlas Amazonía Bajo Presión, so-
bre la gran cuenca amazónica. Con la pro-
ducción de información y mapas acerca de
este tema se espera contribuir a subsanar la
falta de conocimiento y generar reflexión, de- Aserradero cercano al puerto de Iquitos. Loreto.
bate y toma de decisiones adecuadas para
0°0'

0°0'
80°0'W 75°0'W 70°0'W

MAPEO DE PRESIONES Y GRANDES PROYECTOS

E C UA D O R C O LO M B I A
5°0'S

5°0'S
BRASIL
O
10°0'S

10°0'S
C
É
A
N
O
P
A
C
Í F
I C
O

BOLIVIA

N
15°0'S

15°0'S

COMUNIDADES NATIVAS DEMARCADAS Y TITULADAS

RESERVAS TERRITORIALES PARA PUEBLOS INDÍGENAS EN AISLAMIENTO

PROPUESTA DE RESERVAS TERRITORIALES

ÁREAS NATURALES PROTEGIDAS

BOSQUES DE PRODUCCIÓN PERMANENTE

UNIDADES DE APROVECHAMIENTO

LOTES DE HIDROCARBUROS
0 100 200Km
CONCESIONES MINERAS

CHILE
80°0'W 75°0'W 70°0'W

53
 5 Seguimiento a las amenazas
sobre el espacio
amazónico

5.2.
80°0'W 70°0'W
0°0'

0°0'
Deforestación
LOTES DE HIDROCARBUROS

C O L O M B I A
en el Mosaico Kakataibo
E C U A D O R

N Como se mencionó anteriormente, en las úl-

timas décadas la Amazonía peruana se ha
convertido en importante magneto de pro-
yectos de aprovechamiento de recursos na-
turales renovables y no renovables. Estas
grandes inversiones extractivistas sumadas
al avance de la frontera agrícola se traducen
en deforestación. Al respecto, resulta preocu-
pante la falta de un análisis actualizado y va-
lidado, que arroje cifras reales sobre la evo-
lución de la deforestación, a la cual se suma
la tendencia a visualizar a las amenazas y
B R A S I L
presiones de manera individual. Tal situación
impide medir la magnitud real del problema
existente y no permite tomar decisiones para
controlar y revertir este proceso destructivo.
Durante casi dos años, entre 2010 y 2011,
y con el auspicio y la orientación técnica de
10°0'S

10°0'S

miembros de la red RAISG, el IBC realizó un

trabajo de análisis multitemporal (2000, 2005
y 2010) para medir la evolución de la defo-
restación en toda la Amazonía peruana en
O
C

base a imágenes satelitales LandSat. Dicho

É

análisis, traducido en mapas, permite visua-

A
N

lizar la presión que las actividades humanas

O
P

ejercen sobre la cobertura forestal, incluyen-

A
C

do los territorios indígenas, las áreas protegi-

Í

B O L I V I A
F

das y los bosques de producción permanen-

I
C

te. Asimismo, permite identificar las zonas de

O

expansión de actividades humanas (la fron-

ACTUAL
FUTURO
POTENCIAL
0 160
garantizar una Amazonía deseable desde
el punto de vista social y ambientalmente
sostenible. Es altamente recomendable
que, antes de otorgar concesiones, las
autoridades comprueben cuidadosamente
tera agrícola, la extracción ilegal de madera,
etc.) y la consecuente destrucción de la co-
bertura forestal. En este sentido, los mapas
de deforestación son valiosas herramientas
en la elaboración de planes de ordenamiento
320 Km C H I L E territorial. Los resultados del análisis y ma-
peo de la deforestación a nivel nacional se-
70°0'W
rán publicados próximamente en un esfuerzo
conjunto de los miembros de la RAISG para
visualizar el estado del bosque amazónico
en toda la cuenca.
su ubicación, verificando si dichas conce-
siones generan o no casos de superposi- En forma paralela, el IBC realizó un estudio
ción, y que analicen los riesgos que esto de caso de deforestación a mayor detalle en
conllevaría en los planos social y am- el paisaje indígena kakataibo, ubicado entre
biental. las regiones de Ucayali, Huánuco y Loreto,

54

buscando identificar las causas de la defo-
restación y las tendencias futuras. El análi-
sis incluyó los períodos 1995, 2000, 2005
y 2010. Este paisaje indígena, denominado
Mosaico kakataibo, tiene una extensión de
1´700.000 hectáreas y está compuesto por
los territorios de siete comunidades nativas
kakataibo, tres comunidades nativas shipi-
bo, el área propuesta para la protección de
indígenas kakataibo en aislamiento median-
te la creación de dos reservas territoriales
kakataibo (Norte y Sur), parte del Parque
Nacional Cordillera Azul, así como parcelas
de colonos, concesiones madereras y áreas
libres del Estado.
El territorio indígena kakataibo compren-
dido en este mosaico presenta conflictos
similares a los de otros pueblos indígenas
de la Amazonía, al habérsele superpues-
to concesiones forestales, dos lotes petro-
leros y zonas certificadas como posesión
particular. Grandes porciones del mosaico
sufren la degradación y fragmentación casi
descontrolada de sus bosques. La causa
principal del estado lamentable de dichos
bosques es que, desde el año 1940 atra-
viesa el mosaico la carretera principal que
une Lima y Pucallpa, la cual facilitó el ac-
ceso de decenas de miles de colonos, la
consecuente construcción de varias carre-
teras secundarias y la resultante invasión
del territorio indígena.
El resultado de este análisis y mapeo par-
ticipativo será empleado por las comuni-
dades y la Federación Nativa de Comu-
nidades Kakataibo (FENACOCA) como
herramienta de diagnóstico de la situación
de sus bosques y en la defensa, gestión
y monitoreo de su territorio. Asimismo, el
mapa resultante será de utilidad para los
gobiernos locales, otras instancias del Es-
tado y organizaciones civiles en apoyo a
la elaboración de planes de gestión de re-
cursos destinados a frenar el avance de la
deforestación en el área. Finalmente, se
espera que la metodología sea replicada
en otros mosaicos indígenas y no indíge-
nas para los propósitos mencionados.
El primer paso de este estudio de caso fue
Foto: Sandra Ríos
la clasificación de la cobertura vegetal de la
superficie de la Amazonia peruana en dos
categorías: bosque y superficie no bosco-
sa, utilizando la herramienta IMGTOOLS
desarrollada en Brasil por Carlos Souza,
del Instituto do Homem e Meio Ambiente
da Amazônia (IMAZON) para el análisis de
imágenes satelitales LandSat de resolución
de 30m. El mapa obtenido fue acondiciona-
do y validado con ayuda del software ENVI.
El IBC viene utilizando dichas herramientas
juntamente con la RAISG en el marco del
proyecto Mapa de Deforestación de la Pan
Amazonía. A partir de este mapa se recortó
el área del Mosaico Kakataibo para el estu-
dio de caso en detalle.
Como segundo paso, se elaboró una meto-
dología para la verificación de los resultados
en campo. Mediante un análisis estadístico
realizado en ArcGis se identificó las princi-
pales vías de acceso al Mosaico Kakataibo,
tales como carreteras, trochas, ríos y que-
bradas. Sobre esta base se determinó en
el área del mosaico cien puntos de control,
los mismos que durante la fase de campo
debían ser visitados para constatar la defo-
restación y determinar su causa.
Como tercer paso, se llevó a cabo un taller,
con presencia de representantes de las
comunidades kakataibo, la organización
FENACOCA y un gran número de poblado-
res interesados en el tema. En ese marco
fueron presentados los objetivos del estu-
dio, el mapa elaborado en gabinete y el plan
para su verificación en campo. También se
solicitó y obtuvo de los presentes autoriza-
ción para desplazarse en su territorio. Más
adelante, un pequeño equipo compuesto
por personal de IBC y líderes y miembros
Comunidad nativa Yamino, del pueblo Kakataibo, al
de las comunidades se internó en el bos-
pie de la Cordillera Azul. Ucayali.
que, durante varias semanas, en busca de
los puntos previamente seleccionados, con
el fin de verificar en ellos la existencia o
no de bosque y determinar las causas de
la deforestación. De este modo, los resul-
tados obtenidos previamente en gabinete
fueron contrastados con observaciones re-
cogidas en el terreno. Una vez en la oficina,
se comparó la información de campo con
55
5 Seguimiento a las amenazas
sobre el espacio
amazónico

56
 Foto: José Saito
el mapa derivado del análisis de las imá-
genes satelitales de la zona y con mapas
de uso de recursos de la zona previamente
elaborados por el IBC y las comunidades.
Este proceso de comparación permitió in-
terpretar mejor la información de la imagen
de satélite y corregir el mapa.

El mapa resultante fue presentado nueva-

mente a los representantes de las comu-
nidades kakataibo que habían participado
anteriormente. Con ellos se realizó un ejer-
cicio de revisión de resultados e identifica-
ción de causas y efectos de la deforesta-
ción por cada subzona del mosaico. Para
fines de comparación temporal, también se
presentó mapas de uso del mismo espa-
cio elaborados por el IBC en años anterio-
res. Así, se pudo comprobar que las zonas
que en el pasado habían sido identificadas
como objeto de sobreexplotación o como
áreas amenazadas por agentes externos,
coincidían con las áreas de deforestación
del mapa actual. La visualización del mapa
de deforestación ayudó a los pobladores Presentación de resultados del mapeo de deforestación e identificación de Amenazas. Comunidad nativa
kakataibo a reconocer el estado de salud Yamino. Ucayali.
del bosque, al tiempo que estimuló la dis-
cusión en torno al uso y conservación del
mismo a futuro. Finalmente, se identificó como evidencia de la presión que ejercen de colonización y de libre disposición, al-
los flancos más vulnerables a la deforesta- las invasiones colonas sobre los territorios canzándose el 30,8%. De otro lado, este
ción, aquellos que ameritan mayor protec- indígenas, y de qué manera éstas causan trabajo de mapeo permitió constatar que
ción y vigilancia. deforestación. Asimismo, el mapa puso en las áreas menos deforestadas coinciden
evidencia que la situación requiere de ac- con zonas sin acceso carretero e, inversa-
Conclusiones ciones políticas pertinentes. mente, las más deforestadas son las que
se encuentran cerca de vías de comunica-
La presentación visual del proceso de de- El análisis de la deforestación permitió ción (ríos o carreteras). La réplica de este
forestación a través del uso de colores apreciar que las comunidades nativas jue- tipo de ejercicio en otros mosaicos indí-
(verde para el bosque y rojo para defo- gan un papel muy importante en el uso genas permitirá corroborar si esta es una
restación) demostró ser una herramienta sostenible del bosque, siendo que la ex- situación general o si es limitada al caso
muy impactante y poderosa para generar tensión de bosque que se mantiene en pie de las comunidades kakataibo.
reflexión sobre el proceso de degradación dentro del territorio de las comunidades
de los bosques, que permitió a los comu- indígenas es muy superior a la que se ad-
neros analizar el rol que ellos mismos vie- vierte en áreas de colonización y áreas de
nen jugando en dicho proceso. Este ejerci- libre disposición. Así, hasta el año 2010
cio dio lugar a una reflexión sobre los usos había sido deforestada aproximadamen-
que podría tener el mapa y cómo serviría te el 17% del total del área del mosaico
para futuros planes comunales de acción, estudiado. Sin embargo, para el caso del
orientados principalmente a lograr el con- área total del territorio de las comunida-
trol y vigilancia comunal y la mejor ges- des nativas, la deforestación era muy infe-
tión de los recursos. El mapa resultante rior, del orden del 6,6%. El mayor nivel de
fue presentado a las autoridades locales deforestación se evidenciaba en las áreas

57
58

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Se terminó de imprimir en los talleres gráficos de
T area A sociación G ráfica E ducativa
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Teléf. 332-3229 Fax: 424-1582
 CARTOPERU Bienes Comunes
El Sistema de Información sobre Cartografía Socio ambiental en la Gestión de la Ama- El Instituto del Bien Común (IBC)

cartografía
Comunidades Nativas de la Ama- zonía peruana reúne una muestra de la rica y original es una asociación civil peruana
zonía Peruana (SICNA) es una producción cartográfica desarrollada por el Instituto fundada en 1998 que trabaja con
base de datos georreferenciada del Bien Común (IBC) empleando tecnología cartográ- comunidades rurales para promo-
que contiene información geo- fica de punta y una innovadora metodología partici- ver la adecuada gestión de los
gráfica y socioeconómica sobre pativa para registro en terreno de información social, bienes comunes, tales como terri-
comunidades nativas. El uso y ambiental e histórico-cultural. torios comunales, cuerpos de

socio ambiental
difusión del SICNA facilita la titu- agua, bosques, pesquerías y áreas

socio ambiental en la gestión de la Amazonía peruana

lación de comunidades nativas y Con este título de la serie CartoPerú Bienes Comunes, naturales protegidas.
promueven el ordenamiento el Instituto del Bien Común continúa generando
territorial y la defensa de dere- herramientas cartográficas que permiten visualizar lo El IBC trabaja en la Amazonía
chos de los pueblos indígenas. El que ocurre actualmente sobre el espacio amazónico, andina, norte y central del Perú,
SICNA es impulsado por el Institu- así como proyectarse en el tiempo. Los mapas así con- donde desarrolla proyectos de
to del Bien Común para suplir la
falta de mapas catastrales y de
cebidos arrojan importantes claves para el análisis de
los actuales procesos de transformación a nivel am-
en la gestión ordenamiento y planificación
territorial, gobernanza para el
información precisa sobre comu- biental y social, con miras a lograr el ordenamiento del de la Amazonía cuidado de los bienes comunes,
nidades nativas de la Amazonía
peruana.
territorio, una mejor gestión de la Amazonía peruana y
el respeto de los derechos territoriales y culturales de peruana conservación del medio ambien-
te, desarrollo sostenible, respeto
las comunidades rurales amazónicas. de los derechos y la cultura de las
poblaciones rurales –indígenas y
Este trabajo se asienta sobre la labor del Sistema de no indígenas–, y el conocimiento
Información sobre Comunidades Nativas (SICNA), del científico y local.
IBC, que a lo largo de quince años ha mapeado los
linderos de gran parte de las comunidades nativas de
la Amazonía peruana, constituyendo un catastro de
propiedades indígenas que ya es un referente a nivel
nacional e internacional.

ISBN: 978-9972-2702-9-1

9 789972 270291

OT. 12132 / IBC- CARTOGRAFÍA SOCIO AMBIENTAL / MEDIDA 82.45 x 40 cm/ LOMO 0.45cm OK 60pp Couche MATE 130gr. Cosido a la francesa