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156 arte coneiuee aaa coneebida como un proceso teleoligico donde se homologs cl estado de esclavitud y opzesién de Ia Colonia cot la imi tacidm literaria, y In Replica y Ia libertad con la. posi lidad de una Titeratura 1. Entonces lo nacional era 4o original, y fo original fandamentaba In existonoia del x. tado nacional. Sin lugar a dudas este enfoque del proceso histérico de Is literatura nacional justtiesba. politioaente Ja apologia que los sectores dominantes hcian dol presente ‘en términos absolutos, con Io cual so perdia la interpretacién dialéetica que Juan Maria Gutigrrer le habia dado al. ame- eanisimo Hiterario, 4. El concepto de literatura nacional Aspecto desisivo, no silo para la fectura de toda historia le Ia Titerntura sino por el papel que dentro de la nueva situacisn politica habia de eumplir Ia cultura en general, fue la nocién de literatura que los intelectuales fiberales \ebatieron sin eansenoio a Jo largo de Ia eenturia, La cons- ‘rueciém de une historia de la literatura puede darse siempre y cuando se eonceptuslice previamento cl objeto a historia, lin pregunte clave deseansa sobre el qué se va a sistematizar, ¥ cuales son los criterios que definen ese objeto, ‘La foncién particular que la historia literaria va a tener en la modelaciin y refuerzo idoolégioo de Ie formaciéa del cstado nacional estd muy ligada a Ia concepeiéa socialmente dleierminante del echo literario: ‘Nosotros coucebiimos que la literatura en una naciéa Joven, es umo de lor mis eficaces clementos de" que puede valerse la educacisn publica (...) Para nosotros su definiciin debe ser més social, mie stil, mis del nso, sera el retreto de la individualidad nacional ('..) Pensamos que tas Repablicas Americanas, hija. del sable y det movimiento. progresivo do la inteligensia demorrética del mundo, necesitan una Literatura fuerte ¥ Varonil, como Ia politica que las gobierna, y las bra- a x ii ac i sr gic ln nti Mel Cant Lit if ran Lo misma concepcién idealista que los ceotores lberales tenian de los cambios histsrieos. ocurridos jerarquizabs, en primer término, las formaciones ideoldgieas discursivas como responsables de llevar a eabo Ja verdedere emancipation so- cial, Se depositaba en la «literatura» In eapacidad de aperar sobre Jas condiciones materiales para hacer efectivo el pro- szreso de Tas nuevas sociedades. «No debemos ocuparnas de ‘a literatura de lo bello —continéa Miguel. Cané—, que para Jos antiguos era todo, siné como uno de los accesories puede dar mis valor 4 Ia obra. Ante todo la verdad, In justieia, la mejora de nuestra pobre condicién kamancy cen fin, todo lo que, aun saerifieando la perfeccién nos de tun progres» moral ¢ intelectual.» (p. 51.) Entonees, asi como se vela la Iiteratuen como un instru ‘mento promisor hacia una historia por realizar, también se ‘considers la Titeraturs como el medio mas fidedigno para re- istrar los cambios que habian ocurrido en el pasado, y de- feetar, a través de lla, las suicesivas fases ovolutives y tam- big fos sucesivos progreses de In sociedad. La wliteraturay se coneibié como cl termémetro més sensible de la vida so- cial, de su existencia histsriea, y sobre todo, era el respaldo ‘de la nacionalidad: En donde no hay patria no hoy ver donde unos cuantos mandan como somo esclavos envilecdes, en donde no hay, en fin, toda Ia iberad que es compatible con el orden, con ln moralidad, los talentos mismos parteipan de Ia opr sign y de la afventa, (Lis de In Rose, en Ia Ierairs,satices, eunfus no ‘excluyentes y tampoco contradictorios, registran una textuc qian 5 te ae) frat elem gee pr ‘ra pate, rauestzen el expectro abigaralo que eral ms i Uberalane. che Para unos —como Allmsdi y Echeverin—, l acento de Ae. Bieratura nacional ecia en que dcbia sr cca y ei isante, de aportclads"y de propaganda» por In moral erie fiana sue la inspiraba; «progresi r la fe en Ja perfecti- UBlod tasenatn de ie epcens cptones fe tt oe Giahforenis se In Amésionn; cdowocrdticn'y popular por ertilo y el lengunjes; més atenia al fondo, al pensamiento, 14 mistoneneriy avexsnia oe. 264 4 Ja elles st que la forma, al estilo, a la bo. Mesa en si. (J.B. Alberdly Esertn tre excize, 4 303 Sarmiento esata dela nueva escuela (el Romnaticiome) In «pricta enérica y solamente contra ls salageane 2) aque el antguo expiita social habia encerralo In ecco Ahora, el arto seré cxcilistan, es devi, ela nececided te Tacer concurs I iene artsy la polite sl nie he tojorar la suerte de los pueblos, to favorecer Is tendeneag Uberales, 26. cambiar lan preocupecones seidgradae de rchabiltar al pueblo, al mulato y'a todos los gee aatrene Pero no uos dejemor engaiar aqui ser tcialistan ene ck. sentido de chacer concurir los contnientos del erase lar ices do Ia intetijencia, y In actividad do In acelin al tte siniento de un gobltrno democrtin, en el tno dein libertad y de tas la docisinasIibwrales (~)>, (De. Sar tiento, Sermfonto en el deste, pp. 138.136) Para otos, menes radiates —como Tuan Crar Varela— l ardter nacional de In Mieratura debe traunen la dese Gin dl piso y del slo do América. «Una vegeacién pida y prodigies. Un suolo siempre verde y Tevido todos estos objets san propio para inflamar le imapinacion dle os poctasyproduix genus elles deseriiones (Cit, por B. Serio, p. 123.) Se privlegin una concopeiin de Ja itertaredond ti elemento sll htt hs ucts relegado para dat pao al elemento netural y googssicn de 1a realidad, Hay una carga deoligicn en estos rasgos semdntins que trasponen tna concopisn mis bien etlca y abistrten de Ta realidad social. Bl Hberalismo conservadar ol sone sadusisme Liberal inpondrd eden ee nas Fura, de maura vngenes smu pore Wabajsda,—— Ja_contrapartida jdeoligica de la uolernlaacién stco motos Iteraroe se pueden 5 Aaa tn. Com ‘estar a una vsién nstalgion y peratiate o progrsisin. C floc cones el mn nine que el eosin Hm a a eultiv oro iio"de mus aiomas iieoldgicos: Amico Gano espacio in historia, mundé nuevo. fers dal aleance fle la eivilizaciin, Vatela ratifies: eyo-no creo que para que Ja literatura sea nacional es necesario que tome en Ia patria todos los asuntes quo trata, que copie solamente ‘uestra aiataralesa, que refleje siempre nuestros caraeteres, nuestros ‘eastembress. (Cit. por B, Serlo, p- 62.) AL parecer, wt eoiteepeiin del hecho Iieratio terkains ‘por iraponerse, y no es de txtrafiex: Gonewerda con el viraje ‘onservador qus va a tomar cl liberaismo de las primeras ‘ends. Tuego, el modelo de Tas historias de Le Iiterstura sertebrarén I bistoricidad literaria nacional sobre equelles sotivos (y obras) que ealzegden una imagen naturalizada ite la realidad, es decir, portadoras de todos aquellos elemen- tos que desde una perspectiva una oligarquice-buzcuesa constiraye lo «folelérioo». La exaltaciin de Io particular y lush como banderas de To nacional se hace evidente. Esto revela una problemdtica ideoligica que escuda més bien la seosibilidad extranjerizante de las élites dominantes. ‘José Enrique Rodé advertir’ a fines de siglo que no ¢ DPrecisamente en la deseripcidn de Ia naturaleca donde debe- Hin descansar el nacionalismo literario: «(F)I mis general allo concepto del americanisme literdrio se funda, efectiva- Imenle, en cierta Emitada acepeidn que le reduce alas fngpiraciones Werivadas del aspecto del suelo, az formas ori- Binales do vide en los eamjos donde nin Tucha Ie porsistoncia el retotio salvaje (..) Atributy Ia magnitud de una reivin- ‘icaeiGa del esprit de nacionalidad a lo preferencia otoegeds 4 esas inspiraelones tiene mucho de exelusivo y quimérico. Es induidable que el earécter nacional de wna Witeratura no hha de buscar silo en el vflejo de las pecubiaridades de le ‘usturalena extetior, wi en la expresién dremétiea o deserip- {iva de las costumbres, ai oa la idealizactén de Tas tradicio eh Mino mis bien la Milratara debe expreae las ideas v fentidlentos que floten en el ambiente de une dete “ies I otontucin do Te march etna sociead sans (2) io es tanto Ta Torsada limitectin w iestos temas ¥ aerepamg not 160 ae Sees: 3 acces ise <= eae Sn ae el — Tia exageraciin del esphits de nacionalidad, entendido de la manera insficiente a que hemos: aludido, pucd> evar en América a. los extromos del_ regionalism fnfeeundo y receloso que silo da de sf xa originaldad ‘htenida, al precio de Smcomunioasiones e intlerancias: fl de Ia literatura que se adhiere ala tesra come, wna Segetecién (.-) (Rods, oH ameriesnismo Iiterari, p78.) En. cambio, en el otro extremo, 1s preoeupacisn de Alberdi ‘era postular una literatura, que reflexionase sobre Jo social lo incorporase como. tema, No esta en posicion de aconsejar fina literatura nacional inspirada ca la naturalera, como también guarda una distancia del, romanticismo reaceionario ¥ contervador: Hi dan oe Se oa rae. ni feo tees (Ee Mere Se Eee ee eee ron ce eee OE a ep eomempeares iw pears conzsisn Hera Gat posal, dt veneno, de tx mite; det eto, ds toa eo cifla do sarandajas cu ride. voce hulsrio comstiaye Ia ettien romdntion. (Cit. por Ac Op sels graare ox Yossi da tard Cate pass) Es evidente que Alberdi rochaza todos los elementos de ‘un arte —bien sean del romanticismo egolétrico, © bien sean ddl clasicismo bueslico— que no tengan que ver directa- ‘mente.con Io social. En el fondo, es tin problema do posi- ciones ideoldgicas al interior del Iiberalismo; tunas, més cer feanas a-un realismo social, , otras, més inseritas dentro de luna esiétiea liberal. hurguse Pero también el soctor conservador se promuncié « favor de-una literatura nacional. En Ia conosida polémica que iaituvieron Manuel Altaminaro y Franeisoo Pimentel en el Liceo Hidalgo, este ultimo sostoaia como aspecto determi- nante que la literatura mexicana dehia eseribires en castellano puro despejindola de todo neologismo o giro dialectal, ne- ‘gando por completo la vigoncia de las lenguas indigenas y In existencia de sus literatures. Representaba In aetitud aea- émsien y casticsta, ‘Todas estas propuestas giraban alrededor de un supuesto: Ia aparicin de alguna obra que, colmando las tives de uno 1 otro hando, podia justificar la definitisé existencia e Ia iteratura nacional. Pero quien advierte esta ilusién dptiea, y por demés falacia en cuanto a Ia correceiGn teériea en plantear las con iciones de existéncia de una Titeratura nacional, es Juan ‘Thompson. Pertenecionte a la generacién del 37 y discipulo do Echeverria, en un articulo publieado en el Diario de la Tarde, ef 24 de noviembre de 1884, plantea cl problema en otros términos: si bien se puede contar con eadmirables inspiraciones del genio mas atrevidos, con adiscursos elocuen- HE fon Was trio de bres, caso no basta para creer que tuna literaturas, En otras palabras, una golondrina pe hace verano; un par de obras no constituyen una litera: as ¥ 1 nsronOGRArK niet ue fie ‘ura! La concepeién positivista subyacente en todas estas discusiones quedaba en entredicho, Para ‘Thompson era necesario saber de qué manera una ‘obra se integraban o no en una tradieion Bterara, yayeriguar si esa tradicién oxistia realmente, Nioga la existencia de esa iiteratura porque opina que para que una literatura oxista es negesario algo més que un nimero de obras y una eocriente de produccidn. So sta en una posieiin desde el momento en que exige una coherencis dentzo de Ia produccién, adecua- cion de In literatura con el medio ambiente, para considerar que el conjunto de obras, pueda lamarse literetura de un pais determinad: no es Tteratura basta. que partcipe de un Inimero do eavacteristicas y planter sieso ipo do. proble- ities. (Cit, por B. Sarl, pp. 59-61.) ‘Aungue Thompson no lo kaya plantealo de ests forma —tlemis de que nadie ba reparado en las importantes con- seeuencias de ello—, povdemos aeriesgar al respecto algunse ‘bservaciones que estén en juego ca sus planteamientos: 1. Une literatura no so define a pasts de la existoncia em piriea do Tes obras. 2. Una Titerstura es el resuliado de wna actividad teérica, aque las estudi, las ponga en relacién, establezea los conjuntos Titererios, disene el sistema en el cual se insertan y eobran sentido. 3. Una tradicion literaria, 5 decir, una historia de la Tite- atitra, € una eonstrueelin tedrien, és una abstraccisn, no cs una realidad dada. 4, “Pora Ia existoncia do una Hiteretura quo. sea nacional debe haber con entelacién tina serie de condiciones de nive= Tes diferenciables por sus cualidades: una realidad nacional orginicemente acticulada y une critic e histori literaria. La Titeratura de un pais 9 el resultado de la itelecekin que 5° hha hecho sobre ella 2 Podemes arpendernos si campers ls idews de Thorton con Ins que Octavio Par dijern a proparto den vite Inari ‘sou rele a critica Io que conttoye eo que Mamsmor wn tee no ce tanto a uma des obras como el stems _— 6. arse, consis seems En esta misma direceién, José Marti diri algo similar: Porque tenemos aluvdes y vagidos de Literatura propia, ¥ materia prima de ella, y notas sueltas vibrantes y po. Aerosisimas —mix no Liveratura propia. No hay letras, ‘que no son expresisn, hasta que no hay esencia que ex. ‘prose en elas. Ni haba Literatura Hispano Americana, hasta que ao finya Hispano América, (Mactf, Obra He. p. 404.) Bl idenlismo det pensamiento liberal’'va_ agotando sus premisas para dar a wn pensomionto que hundiré sus funda. ‘nentos en el examen previo de las condiciones materiales de la realidad americans Una literatura nacional no se inaugura por decreto; no se Inace a partir de an recctatio o a base de formulas. Pero, de {odes midos, corrieron paralelemente, a vores sin estar de acuerdo, tas bistoras Tterarias —que entregaban una imagen al parecer definitiva do Ia Literatura nacional y que la vida institucional del pais demandaba— y la historiografia Tite aria —que siguié problematizando Tos presupuestos bisicos eo Ins historias Titerarias, EI recomocimiento de las literaturas indigenas EL ponsamiento liberal, que controlaba idcoldgicamente os debates sobre literatura nacional, no dejaba margen algune Sie oesorcon dontineerneriee (ieee eee ee eee eee ar nei lopment psn entre omni de: ac Se eed Basar en vo fc mun vce ieee 2 tm de nar Et lo qu rtm co mre eri. oc etary {sina en cmjaio Smportte de abean En Corrente a in (Msc! Sn XXI i 1967), pos SOA scandens de Po mina e do Tope: oa rv 1a fttrtsante dl cane eer im stants oso adn 0 rom lb, eating, et vsadan, oles ores do coo teak rine {ue svontnen fe ishnso1n aor i etn sore Geno Uc tiie leat Mf Mreute el ogads©npreoncn Tan Slo temfca de Ti tin Inge. “ato pe agin Pints gus ean Taira por evenel ideneeda con al epitte Bashan we rose Alor tena gu oc se pcteiny por f a Wiatire ws slehfica Son Bi tatcsto Prope Gata cic, que eres Too Cena Bea neron ce nts wife Cs Hert he eae, costes; clo tn de Cetlon sy poe toneliaies ou cl puvinwo del ion el olor Socal fintoenquicno>— somo porn Tos eoneepeiones abr comer kits —feaaaiite Manlio has’ opleaben { pasjinun desesptivo--y Ia ponbibidad do conebir a ecignaiady dol eratira nacional con el tatleno Gl Scferenteindigene eat. cxclido, Taispocs quelos spensson en tn rofst de histor rei oe putes Peiodn, as acs uation de I evolicion eal pre- emattaren ton squire De covsdeacn de Tan cuir ingens. Gan el sntcptlion Ta ena de 6 moder Iu sda a melon earpos no updo, ne propiié I Cruprn no slo con el pasado exp sao thin con tl In'rdiin hiiea atevor EL iberine en émoee srl ge dbl at ono se spel po tania con To cutee ndigems atime pare Heroin Tel nede 13, como un psa candi, Snail, er tes som liner doe cuss emo one ates eProhip Mieed in yrdaerahtre dl coment gus = alas ok omni, : Me fe cn srr ue I oder de aiganes sors cts mportostes 1consterasons stent psn esota, omn ue etapa formal Mt Se ptr ys eur aon» tied iceoliien'y pseeie) det dieu Men Moe taeda aa ane penmaente eral dire ee ee erect ss whielde ili, pe aa a earns conziure STERN inion alternativa para demostra Ja legitimidad y poskilidad Yenfan Tos poeulos del «Nuevo Mundo» de-participar aia historia de Ja civilinaiin occidental. BI pensamiento Tiberat como el conservador estuvieron intinseeamente lim fhdos para similar las cultura: indigena, Habria que agregar (que se partia de In base que sélo aquellos pueblos que tenian cei jen y erature impress tenien Historia. Trajinedo exyuema escolar que divide Tas fpucblos uprvhisicricosy © eomviven en una tension, de fuerass centrifuge. Do acuerdo com este xezonamiento, ls sociedades amé- leans indigenas, al earecer de eortura alfabética, caresian de historias eran sociedades aaalvajes» que no podian sor tomas en eventa para nada. "Sin embargo, Is tndenea americanista, que se desazollé al interior del pensamniento liberal, considers en casos exeep- toniales — come Jo es ol de Juan Maria Gutiérrez las eul- tras indigenas, pero slo edmo win pasado remoto y anterior al periodo hispinico que labia de quedar cancelado a pesar de haberse reconocido. Pero lo que interesa destacar es que el fentide devprejuicindo con que Guigerez emprende Ia inves- ‘tigacién del pasado y del presente cultural lo Ileva a establecer ‘una totalidad histéren del eontinente més plena, integradora, en Y ameriesnista quo muchos otros hisoriadores ‘uk mistonioononic FERARIA wet ie iberales: Reconoce que las culturasindigenss prehispinias Fabian desurvollado cel talento posto»; tenian una lite ature. En el prloge desu Andries ptt (146) tra wo intamente una breve hisiora de Ta Meratura de América, y feomo se trata de epoesian, ubica su existensia —y también el fnicio dem historia— a partir do los antiguos mexieas, fneas y araucanos: ‘ Algunos emporadores mejieanos, como los Sacerdotes ddel Asia antigua, risticron las miximas de Ja moral y ‘espliearon Ie naturaleza con as formas de Ta, poesi El nombre de Haravicus, que Hevaron los vates me- iaute el zeinndo de los Theas poruanos, significaba, en Tengua de los mismos, inventor, probando en esto que fexijian de sus ean(ores ol ejereicio de Ia mas alta facul- tad del espirita hurmano, La voz do los haravieus, segut fl testimonio de Garcilaso, se alzaba et los triunfos, cen les grandes solemnidades del imperio; y sus poesits, servian, como la historia, para perpetuar el recuerdo de Tas hazafier y de Tos acontecimientos nacionales. (Gu: ister, «Prilogen, p- VI) Probeblé teguidot de las leosiones de Herder, no deja de reconotér y apreciar que también otras etnisé indigenas me- hhos'desarrolladss gozaban por igual dol talento postico: “Mis no por esd estaba eschisivamente encerrada Is ‘poesia de’ Ameériea en el smbito de aquellos emporios ‘antigua, La tribus ind6mitas que ing avon a-Ercilla octaves inmortales, teniam sus Jempin, hombre espresivo que significa . pp. VEVIT, Subrayado B. Cou: lez.) ero luego, Ia producehn posten certs le Ta Asnérice Fadependicate os mie deuora del Tegndo espaol qu dl Bilge: {tee ccsvciments ws jnie Go sad eae dominate fue eles, yey a eaves dale qu se lees tantener Ia uaidad del ontinente En otros taj de Guticrea, «Do la poesia, In elo: sensi de Ins ths do -osrieay ie Kaela Tit Bienos AiresJ, tnsisic ea que os eivilizaciones autéctonas Teaian cierto tipo eipesial de production de Ta imaginaclon. (ase ets ta cade ge ida clcarncia te pesin fuera eulivadan por ox silts do Moctesinay Atahstpa, silos ates que a Shilactin europea eehare en meldeerisione lite Tigencia de mero pasaoc, 1s antsy arenges do principe Netvabuslcoyotly ol degna andoine th, Ina cOtlatay(.-) nstarien por 3 solo por dates fisonomia notables Isler de les pace del nuevo mando, que, faeroa dominia de Expats, (Cit. por B. Sarlo, pp. 104-106.) A diferencia, do otros historadores, que 50 sefiee Ssto= puchlos en, términos de, esemisslvajese (Behevesr ‘Plmitivos, bcharos (Sarmiento}y—o, eval denota un {ncimniento.fundado ex una superioidad racial y_ de close ‘ome ssnultado de In Inicriovizagign do-ta,porspoativa, exo: | Sentilta Gutigeres hace una. selosion saméatien -—cmi- Miuas:de a moraly, «rwinado do Jos Kneas, eattafaouliad del ' im “espns, eYatoues opirados, icons, eijtlgon. | eiay— que io “ingrin todo weyietra ‘una perspectiva dent _grtoria, Por el contrario; te ésfersa en dcementir aquellos “rasgos pucstos cn dudavo nhs por'el consenso secial de ‘a épora. “Wingue 16 lo Wegue a afirmar, & lenguaje regiatea coo Bitflesa Tos aleances de su ameticanismo: en primer Inger 1 Anidrica poitica anicloga eomporiciones en verso de mito. #65 de todo el continrnte desde la Independencia: segundo, c! “apsesianismo Lerario tiene un sentido que supera Tas fro “eras necionales y ce proyecta ci una anldad politio-culturel “de-stes puchlor; tercero, en cl prilogn, Jn estructura de Ii “tetalidad de Ia cadena de la poesia americana se inicia desde el pastdo indigena, aunque Gutiérrez es cuidadoso en aseys. “Fale; euro, 1a poesia de los antiguos mixicanos y peru. “Ros sity para perpetuar cl recuerdo de Tos acontecinientos ‘Racionales. Desde Ta perspectiva de Gutiérez la nacién es toda 4s América, pero también hace eslturalmente suyo el legady “ndigena al tasladar a estee el término nnacidns. Reto es uns “eperacién ideolégica delicads, eacurridiza, que reside en Ja ‘earge semiduitien lel lenguaje y que siilo-hemos querido pro sentar a manera de sugerencia, ___Hn ol terreno de ls historias ‘Iiterarias nacionalee lain ‘earporaciGn.o el reconocimiento de lus cultures indigenas 2: ‘Peto frecuente, Solo en alguncs casos es reoupecads por la ‘Mia del. pensarnicato ultramontano, par el peso de ciety afin radito positivista —sobre toca en slguna® icloras iosiea ‘Bas que reciclan el trabajo de Bguiara y Eguren y Botuch. 40 et istoras libeesles, que valoraa el reforente Hud Bee mediatizado « través del legado'hispénte, “uit itl, Joss Marth, seéreina Udfensor Wat ono alto ds To nuestro, seri muy enlético alsefalar que ela ‘iora'de ‘América, de los incas woh, ha de ‘easefarse al de- ube no se cseic la Ue ls sreontes de Grecia, Nues Be Gresis es preferible u la Grecia que no es nusstea. Now Sia eats (iat Na ee

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