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Sobre La Incorporacion Del Yo
Sobre La Incorporacion Del Yo
Incorporation and the constitution of Ego Ideal: the possibility of body // Por Nora María Bolis
Incorporación y constitución
del Ideal del yo: La posibilidad
de un cuerpo
Incorporation and the constitution of
Ego Ideal: the possibility of body
Por Nora María Bolis
RESUMEN SUMMARY
En el siguiente trabajo intentaremos In the following work we will try to show
mostrar un recorrido sobre el concepto a way of interpretation about Freud’s
de identificación primaria o primordial concept of the Primary Identification
en Freud, y ciertas formulaciones de and Lacan’s certain formulations on
Lacan sobre el Ideal del yo en relación the Ego Ideal in relation to the body.
al cuerpo. Encontramos en nuestra We find in our reading that the concept
lectura que el concepto de Ideal del of Ego Ideal , both in Freud and Lacan,
Yo, tanto en Freud como en Lacan, allws us to articulate the incorporation
nos permite articular la incorporación as the fundamental operation of the
como operación fundante de la identi- Primary Identification with the prob-
ficación primordial con la problemática lems of the body.
del cuerpo. The Freudian notion of incorporation,
La noción freudiana de incorporación, its dark points and the reading that
sus puntos oscuros y la lectura que Lacan realizes, articulating the Prima-
realiza Lacan, articulando la identifica- ry Identification with the possibility that
ción primordial con la posibilidad de the body is constituted as such; they
que el cuerpo se constituya como tal, will be the threads that lead our inter-
serán los hilos que conduzcan nuestra rogation.
interrogación.
Key words: Ego Ideal - Primary iden-
Palabras clave: Ideal del yo - Identifi- tification - Incorporation - Body - Voice
cación primaria - Incorporación - Cuer-
po - Voz
las mujeres, el padre violento que ex- tatuto de la voz se pone en juego
pulsa a los varones cuando crecen. Ese cuando nos referimos al superyó?
padre es el que se elimina, y en su ase- En el capítulo “Los vasallajes del yo”,
sinato y posterior manducación se lo Freud explica la particular posición del
constituye como mítico. La incorpora- superyó respecto del yo, adjudicándo-
ción como búsqueda de identidad pro- lo al hecho de que su conformación no
duce la mayor alteridad, casi como una es de una sola vez, se produce en al
condición necesaria de lo originario. menos dos tiempos. Lo ordena de es-
Desde esa perspectiva entendemos a te modo, un primer momento de la
Freud en El yo y el ello, cuando ubica identificación inicial, allí donde todavía
la génesis del Ideal del yo en la identi- no hay un yo constituido, dice “el yo
ficación primaria al padre de la prehis- era todavía endeble” y un segundo
toria personal. La génesis del Ideal, es tiempo donde ya es herencia del com-
esa exterioridad necesaria para el ori- plejo de Edipo, es decir que ya está en
gen del yo freudiano, o más bien la juego la identificación secundaria, co-
condición del Ideal es la constitución mo identificación a un rasgo del objeto
de una exterioridad. Aquello de lo que de amor perdido. El superyó se exte-
se apropia en la incorporación es aje- rioriza esencialmente como crítica, de
no al yo, punto de inicio de la produc- allí su dimensión, su estatuto de voz o
ción de un vacío. de voces.
En este texto Freud utiliza el término En este mismo capítulo, vincula la faz
Ideal del yo para designar tanto al inconsciente del superyó, más preci-
Ideal del yo como al superyó. samente su conexión con el ello, con
Ambas instancias o como él las llama el carácter particular que toman las re-
diferenciaciones -marcas de exteriori- presentaciones palabra, lo oído, en la
dad- en el interior del yo, requieren de constitución de la instancia crítica:
esta instauración de una exterioridad “Ahora bien teniendo en vista la sig-
interna, pero su estatuto se diferencia. nificatividad que atribuimos a los
El Ideal del yo nos remite al narcisismo restos preconscientes de palabra
y a la posibilidad de conformación de en el yo, surge una pregunta: el su-
la imagen especular, mientras que el peryó, toda vez que es inconscien-
superyó nos remite a la voz, a la incor- te, ¿consiste en tales representa-
poración de la voz del Otro. La articu- ciones palabra, o en qué otra cosa?
lación de ambas instancias está en La respuesta es que el superyó no
esas dos frases que indican la “doble puede desmentir que proviene tam-
faz” del Ideal del yo. El Ideal se yergue bién de lo oído, es sin duda una
ante el yo como inalcanzable y plantea parte del yo, y permanece accesible
una tensión indisoluble cuyo fenóme- a la conciencia desde esas repre-
no más evidente es la crítica del su- sentaciones- palabra (conceptos,
peryó. abstracciones) pero la energía de
Pero al hablar de incorporación de la investidura no les es aportada a es-
voz del Otro, ¿qué es lo que se incor- tos contenidos del superyó por la
pora, o de qué dimensión estamos ha- percepción auditiva, la instrucción,
blando al decir voz del Otro? ¿Qué es- la lectura sino que la aportan las
yo, y se fija como residuo del Edipo, en Este vacío se modela siguiendo la me-
la constitución fantasmática, ya ahí co- táfora de la dafnia, por la incorpora-
mo un borde recortado desde la signi- ción, no la asimilación de la voz del
ficación singular que se haya tramado Otro, en su dimensión de mandato, de
en ese recorrido. llamado al sujeto a responder.
La incorporación y los objetos pulsio- Para que algo resuene debe estable-
nales, la ajenidad en lo íntimo. cerse un tubo, un conducto vacío. Lo
Para ampliar la dirección que toma inaudito también puede entenderse co-
nuestra lectura del concepto de incor- mo lo imposible de escuchar. Modula-
poración recurrimos a Lacan en El Se- ción que recubre-descubre, el punto in-
minario 10. La angustia, cuando al teo- abordable para el sujeto del deseo del
rizar la constitución del objeto voz, in- Otro. El vacío del Otro como tal, el ex
dica con precisión esta noción freudia- nihilo, permite la resonancia, es decir la
na de incorporación: constitución de la voz como objeto se-
“Una voz no se asimila, pero se in- parado, que separa, divide el cuerpo.
corpora y esto es lo que puede dar- Entonces por la vía de la constitución
le una función al modelar nuestro del superyó como incorporación de la
vacío” (Lacan, 1963, p. 51).4 voz del Otro, podemos arribar a este
otro sesgo de la noción de incorpora-
La incorporación no es asimilación si- ción, como producción de un vacío del
no más bien la condición de posibili- lado del sujeto, en el que “resuena”,
dad para la producción de un vacío. ese punto de pura alteridad del campo
Del vacío del que se trata es el vacío del Otro. Incorporación como creación
del Otro. Lacan toma la cuestión fisio- de un vacío, anterior lógicamente a la
lógica del funcionamiento del oído pa- posibilidad de producción de sentido.
ra pensar la operación de la creación Voz y mirada, objetos que se despren-
de un vacío del lado del sujeto. Para den del Otro, constituyendo el cuerpo,
que exista resonancia debe haber co- delimitando bordes, aberturas.
mo aparato resonador un tubo vacío Pensando la identificación primordial
que presente ciertas características, lo como origen del Ideal del Yo, la fun-
que resuena es eso que se constituye ción del Ideal del Yo en el estadio del
como aparato, es decir como vacío. espejo, es la de ese ojo que figura La-
Dice Lacan: can en su esquema del florero inverti-
“La evocación está destinada, sin do, punto de vista que me permite ver-
embargo a actualizar el hecho de me, pero que no veo. Entonces, el
que en la forma, en la forma orgáni- Ideal del Yo como diferenciación inter-
ca, hay algo que nos parece empa- na del yo, como aquella instancia que
rentado con esos datos primarios, en términos freudianos es interior y ex-
topológicos, transespaciales, que terna al yo al mismo tiempo, o podría-
nos hicieron interesarnos muy es- mos decir que permite que el yo se de-
pecialmente por la forma más ele- fina como tal.
mental de la constitución creada y Lacan (1961) en El Seminario 8. La
creadora de un vacío...” (Lacan, transferencia define la función del
1963, p. 50). Ideal del yo por lo que él designa como
“se quita” para poder decirse. Asimis- Lacan, J. (1978-1979), “El Seminario 26. La to-
pología y el tiempo”. Versión completa de la Es-
mo sólo podemos pensar la posibili- cuela Freudiana de Buenos Aires.
dad de un cuerpo, en tanto cuerpo eró- Lacan, J. (1966), “Introducción al comentario de
geno, cuerpo sintiente, a partir de la Jean Hyppolite sobre la Verneinung de Freud”.
En Escritos I, Siglo XXI, Buenos Aires, 1985.
incorporación de esa dimensión nega-
Lacan, J. 1966, “Respuesta al comentario de
tiva del lenguaje. Jean Hyppolite sobre la Verneinung de Freud”.
En Escritos I, Siglo XXI, Buenos Aires, 1985.
Nancy, J. L. (1994), “Del alma”. Conferencia del
8 de abril, en la Escuela Regional de Arte de Le
Mans, durante un coloquio sobre “El cuerpo”. En
Revista Nadja Nº 6, El cuerpo de las pasiones,
NOTAS
1
Clase del 28 de marzo de 1962.
2
Clase del 3 de marzo de 1965.
3
El juicio de existencia, como afirmación de la
marca de la exterioridad que se incorpora a partir
de la simbolización primordial, podría pensarse a
partir de lo que Lacan va a ir formulando como
función del nombre propio. Lo que se sustrae y a
su vez es condición del campo de la representa-
ción.
4
Clase del 5 de junio de 1963.
5
Clase Nº 11, de “El Seminario 9. La identificación”
(1961-1962). Versión completa de la Escuela
Freudiana de Buenos Aires.