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Acerca de la arquitectura del cine

Ariana Velásquez Lozano 20180412

Paz, J. M. (2004). EL CINE HA MUERTO. ¡VIVA LA REALIDAD...VIRTUAL! (1.a ed., Vol. 1). Universidad de A
Coruña.

Romero, S. M. A. (2009). Granada: El cine y su arquitectura. Dialnet.


https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=68346

Barrios, G. (2018). La arquitectura de los cines de caracas. Cinco casos emblemáticos: 125-1960. Apuntes,
31(1), 8-23. https://doi.org/10.11144/Javeriana.apc31-1.accc

Los tres textos escogidos anteriormente tratan temas directamente relacionados con el cine y su
desempeño en la sociedad actual, tomando ejemplos más específicos que buscan transmitir la
dramática historia de edificios en decadencia en el caso de la ciudad de Caracas (Barrios), la
evolución de la teoría arquitectónica de los cines desde sus primeras apariciones en Granada
(Romero) y finalmente desde un enfoque más tecnológico (Paz), en el que se cuestiona el futuro
del cine frente a una industria digital aparentemente más cautivadora.

Debido a la coyuntura actual y tomando como eje el caso de estudio, el Edificio Pacífico de
Fernando de Osma, se ha propuesto realizar una investigación más profunda sobre el cine, su
influencia y analizar las cuestiones referentes a su futuro frente a un mundo que se encuentra en
constante evolución, uno en el que las personas ya no necesitan ir a una sala de proyección para
ver la premier de la última película de la temporada. Con respecto a ello, José María Paz plantea
este tema desde la perspectiva en la que las posibilidades virtuales sobrepasan las que puede
ofrecer una sala de cine clásica, entonces, el autor consigue ver el futuro de la cinematografía en
el arte digital, pero no confunde el concepto de “cine” con el de las “TVfilms” que no se comparan
en calidad visual ni narrativa, cuyos recursos son más limitados y, por tanto, el presupuesto
también es menor, es decir, es necesario incluir las cambiantes nuevas tecnologías digitales para
evitar que el arte cinematográfico se mantenga analógico y que de esta forma no se concrete su
“defunción”. Por otro lado, desde un punto de vista más arquitectónico, Romero hace alusión a
que, en un principio, en la época en que se realizaron las primeras construcciones que albergarían
las proyecciones cinematográficas en Granada se tomó como referencia principal la estructura
del teatro clásico con todo lo que ello implica, las butacas organizadas en escalones y en forma
de herradura , un escenario contrapuesto a una pared de la que se sujetaba la “pantalla”, una
calidad de sonidos que variaba con respecto a la posición del espectador y un proyector
posicionado en la misma sala en la que se ubicaban los asistentes. Con esto se advierte que, desde
un principio, al menos en ese lugar, no existía una arquitectura específicamente creada con el
propósito de ser un cine, sino que, por el contrario, muchas veces se copió fielmente la
arquitectura del teatro y se experimentó desde allí, es así que la arquitectura en ese tiempo era
más conocida por no ser determinada y por sus características muchas veces contradictorias,
como que la posición de algunas butacas fuese totalmente perpendicular a la pantalla. De este
texto podemos rescatar la fase experimental en que se encontraba la arquitectura del cine, lo
que posteriormente conllevó a definir diseños especializados para este uso con arquitectos como
Francisco Prieto Moreno, Miguel Olmedo Collantes y Fernando Wihelmi Manzano.

En adición a ello, uno de los puntos en los que los tres autores coinciden es en que muchas veces
la arquitectura de los cines es cuestionablemente infravalorada, con esto no se refieren a que se
le otorga poco reconocimiento a las buenas obras, sino que cuando la capacidad de sus salas es
sobrepasada o se ve afectada por el abandono debido a la falta de uso progresivo, de estas
edificaciones, que alguna vez representaron un punto clave en la parte de la ciudad en que se
ubicaban, ahora solo quedan las ruinas o cascarones. Sombras de lo que alguna vez albergó las
maravillas del séptimo arte. De esta manera tan sensible y nostálgica Guillermo Barrios presenta
los cinco casos de cines destacados que fueron trágicamente abandonados por la ciudad por
distintas razones. En su texto se ahonda en la historia que brindan los cines Ayacucho, Rex,
Hollywood, el Teatro Junín y el Teatro Caribe en sus respectivas épocas, haciendo comparaciones
de lo que antes fueron con el futuro que les aguardó como resultado del desgaste del tiempo y
la obsolescencia.

Acerca del tono presente en los textos, estos difieren en la forma en que manifiestan sus ideas,
en primer lugar, José María Paz sentencia que la digitalización del cine en el futuro es una realidad
palpable basándose en citas y publicaciones académicas que sustentan sus afirmaciones. En
segundo lugar, Romero tiene un enfoque de corte histórico e informativo evidenciado en los
ejemplos que ilustran los cambios en la arquitectura y distribución del programa del cine a través
del tiempo, sin embargo, no presenta una postura parcial porque explica tanto las fallas
experimentales e imitaciones como los excelentes resultados obtenidos a partir de ellas.
Finalmente, Guillermo barrios trata el tema de la historia y el estado de conservación actual de 5
edificios emblemáticos desde una perspectiva más romántica, en la que se percibe su opinión y
un fuerte sentimiento de melancolía que representa algo preciado que se ha perdido, también
tiene características históricas porque basa sus argumentos en hechos del pasado y su
desenvolvimiento con miras hacia el mundo moderno.

En resumen, los puntos fuertes comunes de los autores son los hechos históricos que podrían
contextualizar la creación y las razones por las que el entorno del caso en cuestión (Edificio El
Pacífico) se comporta de una u otra manera, las intenciones detrás de su composición
arquitectónica y estructural al momento de su creación y la incorporación del mismo en una
vivienda multifamiliar. En la misma línea, los aportes personales de cada publicación son
importantes para discutir ideas, por ejemplo, en qué medida el hecho de que cine se digitalice
completamente, en términos de efectos especiales post-producción, sería perjudicial para la
calidad de las cintas cinematográficas en el contexto en el que cada vez se estrenan más películas
con artes visuales impresionantes, pero con una actuación o línea narrativa mediocre. Y si este es
el caso, ¿cada vez menos personas preferirán ir a una sala de cine a verlas? ¿o por el contrario?
No obstante, a pesar de toda la información discutida, aún quedan cuestiones por cubrir como,
después de haber perfeccionado la arquitectura para los cines a través del tiempo las salas de
proyección se han vuelto cada vez más genéricas, entonces ¿qué es lo que hace que un cine sea
extraordinario? ¿o es que este tipo de arquitectura está destinada a no sobresalir lo suficiente
como para mantener su uso en el tiempo? Tomando estas como preguntas de hipótesis podría
aventurarme a responder que particularmente pienso que el cine efectivamente se ha convertido
en un espacio repetitivo en la cotidianidad, uno que ya no se diferencia de otros por la
arquitectura de sus espacios sino por la calidad del equipamiento, y en cuanto a su permanencia
en el tiempo, definitivamente el futuro de los cines como los conocemos es incierto puesto que
ahora no son precisamente necesarios para consumir películas cuando podemos encontrarlas por
otros medios, sin embargo, algo importante que si mantiene el cine es esa sensación de
convivencia en la que el espectador se encuentra con individuos que comparten sus gustos, esa
sensación de formar parte de un grupo es lo que realmente hace que un cine público multiplique
su valor. Y creo que ese es el aspecto en el que deberíamos concentrarnos.

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