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MÉXICO Y LA MIGRACIÓN

E n este ensayo se aborda el problema de la migració n con un enfoque

propiamente general, ofreciendo una tipologı́a de las formas de migra- ció n, en tanto
no existe un solo tipo de migració n y cada una de estas formas muestra sus
particularidades. Tambié n, a la par, aludimos a los grandes temas migratorios, tanto
nacionales como internacionales, para concluir con una breve reflexió n, a manera de
conclusió n, sobre un tema polé mico,

pero de plena vigencia nacional e internacional.


Asimismo, es preciso puntualizar que no pretendemos presentar un

aná lisis exhaustivo ni docto, sino ú nicamente poner sobre la mesa algunos de los
puntos que, a nuestro parecer, resultan má s relevantes; ya que esta-
mosconcientesdequeentodosellosexistenposturasdiferentesquepueden generar cierta
polé mica.

En primer lugar, asumimos que la migració n es un tema universal; de hecho, es una


prá ctica inherente al ser humano. Segú n algunas investiga- ciones sobre el origen de
la humanidad, los primeros nú cleos fueron disper- sá ndose por el mundo, llegando a
poblar los lugares má s recó nditos del planeta. En un principio, se permitió el
desarrollo de la diversidad é tnica y
cultural,paramá sadelanteconfirmarlaunidaddelaespecieyelintercambio de culturas, el
dominio y el comercio.1

La expansió n de los grandes imperios, por un lado, llevaba grupos y tro- pas a nuevas
regiones y, por otro, empujaba a los pueblos hacia zonas má s seguras o hacia donde se
pudieran encontrar horizontes qué apropiarse o dó nde refugiarse. Ası́, toda la historia
universal habla de los movimientos
depoblació nmotivadosporunauotrarazó n.Losgrandesdescubrimientos generaron
desplazamientos masivos, dando lugar a la creació n de nuevas naciones y
combinaciones culturales. Entre los paı́ses que má s deben su existencia a la migració n
encontramos a canadá , Australia y, en primera instancia, a los Estados Unidos, una
nació n conformada por emigrantes, incluida la misma població n autó ctona, que fue
removida de su há bitat na- tural hacia las reservaciones indias que aú n se conservan
en nuestros dı́as.

El mundo actual no podı́a ser la excepció n: los movimientos migratorios ocurren en


todos sentidos, tanto de Oriente a Occidente como de norte a
Suryviceversa,generando,entodosloscasos,hechosysituacionessociales,

Vé ase Robert Ardrey, La evolució n del hombre.


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polı́ticas y econó micas que inciden en la conformació n de un nuevo mo- mento
histó rico.

Resulta evidente que las causas de la migració n van variando segú n las distintas
é pocas, naciones y regiones. Por ejemplo, podemos citar entre
lascausasmá simportantes:lasambientales(comolosdesastresnaturales,las sequı́as,
etc.); las tecnoló gicas (como el crecimiento y la mejora en los me-
diosdetransporteycomunicació n);lasterritoriales(comolaubicació n,el acceso a
recursos y espacios); las econó micas (como las crisis); las socio- culturales (que
implican lazos de identidad y comunicació n) y las polı́ticas (exilio, solicitud de asilo);
a las cuales podemos agregar, actualmente, los
efectosdelaglobalizació n,queademá sdeampliarlascomunicacionesyel intercambio,
generan expectativas reales y virtuales.

Hoy en dı́a, debemos distinguir entre diferentes modalidades. En un primer enfoque,


la migració n permanente y temporal; la voluntaria y la forzada; la legal y la“ilegal”.2 La
migració n ilegal es uno de los grandes temas que suscita mayor polé mica y necesidad
de reflexiones profundas.

Paraimportantescorrientes(sobretodoideoló gicasypolı́ticas),noexistela
emigració nilegal,queespercibidacomounaespeciedeaberració nqueespre-
cisonegaryantelacualhayqueoponerse.noobstante,desdelaperspectivade
paı́sesreceptores,comoEstadosUnidos,deacuerdoconsulegislació nvigente, todo
emigrante que ingrese en calidad de indocumentado es jurı́dicamente
ilegalyestá sujetoaqueseletratecomotal:esaprehendido,deportado,vejado de mú ltiples
formas y sus derechos humanos se ven seriamente dañ ados.
Es posible que decidamos negar o cuestionar, en un plano ideoló gico, la migració n
ilegal; sin embargo, ello no redundará en su desaparició n. Para naciones como
Estados Unidos o la mayorı́a de los paı́ses europeos, la mi- gració n ilegal se hace
patente cuando individuos o grupos de personas extranjeras pretenden ingresar a su
territorio, sobre todo en busca de trabajo o de mejores ingresos, todo ello sin contar
con los requisitos y los documen- tos oficiales que exige cada uno de los paı́ses
receptores.3

José Gazca Zamora y cé sar Raú l Pé rez Marcial,“El fenó meno migratorio y su relevancia en los estudios socia-
les”,enGuillermocamposetal.,Globalizació nmercadodetrabajoymigració ndetrabajadoresmexicanosaEstados Unidos, pp. 99-101.
EnMé xico,apenasenabrilde2008,lamigració nilegaldejó deconsiderarsecomoundelitograve,transformá n- dose en una falta de
cará cter administrativo, lo que beneficia sobre todo a los emigrantes de centroamé rica.

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Porotrolado,podemoshablartambié ndelaemigració npermanente,que implica la
necesidad de los individuos de ambientarse y, a la vez, abandonar muchas de las
costumbres de su paı́s de origen. Este desarraigo incide en ambos polos, en la nació n
original y en la de destino; y tiene efectos en los á mbitos econó mico, social y cultural.
Sin embargo, no es só lo la migració n permanente la que exige un profundo proceso de
adaptació n; tambié n la temporal presupone cambios culturales, sobre todo para la
cultura original, debido a la influencia de los emigrantes que, al regresar al seno de
sus comu- nidades, llevan consigo las nuevas prá cticas adoptadas en el paı́s de
destino.

Finalmente,lamigració nvoluntariasuponelasalidaintencional,delibera-
dayconcientedelpaı́spropio,sinningunacoerció ndepormedio.Sinembar-
go,engeneral,lamayorı́adelosmigrantesabandonansuspaı́sesobligadospor las
circunstancias, ya que si no lo hicieran sucumbirı́an al hambre y a la nece- sidad; o
bien, en los casos de la violencia (en medio de una dictadura o de
conflictosraciales,polı́ticosoreligiosos)lamigració ntambié nseconvierteen
unasolució nforzada:debenabandonarsupaı́socorrerelriesgodeenfrentar la muerte o,
incluso, la extinció n del grupo o nú cleo familiar.

Por otra parte, tambié n debemos aludir a las caracterı́sticas generales que guardan
los espacios de origen y destino entre los que se mueve el mi- grante. A este respecto,
y con el fin de comprender la clase de procesos
migratoriosqueocurrenennuestropaı́s,nosreferiremosalasiguientetipo- logı́a
migratoria.4

a) Migració n campo-ciudad

Es una de las formas de migració n má s comunes y se refiere al proceso de expulsió n


de las zonas rurales a las urbes, preferentemente grandes, como

Las ciencias Sociales han propuesto una gran variedad de tipologı́as al respecto, como son las de Henry Fairchild y William
Petersen (1925) o W. Zelinsky (1971), quien propone la movilidad desde el punto de vista del desarrollo urbano. En los añ os
ochenta se reconoció un papel fundamental al Estado. Tambié n existen teorı́as que parten de analizar el capital social de corte
neomarxista, o las neoclá sicas, que consideran la mi- gració n como un movimiento en busca de maximizar beneficios, a
consecuencia de fallas en los mercados de
segurosycré ditos.Tambié nestá lateorı́adelosmercadossegmentados,lossistemasmundiales,lamigració n como generadora de
capital social y la causació n acumulativa en relació n con las redes migratorias. Vé ase
Joaquı́nArango,“Laexplicació nteó ricadelasmigraciones,luzysombra”,enMigracionesydesarrollo,Revista de la Red internacional
Migració n y desarrollo, nú m. 1.

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resultadodelatransformació ndelasregionesdepredominioagrı́colatradi- cional,
comú nmente habitadas por campesinos que, si no logran moderni- zarse, pierden la
oportunidad de explotar sus tierras y se ven obligados a salir de la regió n en busca de
nuevos horizontes.
Es cierto, las caracterı́sticas que enunciamos ahora son repetició n de los elementos de
aná lisis que se aplicaron durante el siglo pasado o má s allá ; sin embargo,
consideramos que, a pesar de la“globalizació n y la modernidad”, mientras sigan
existiendo resabios de las formas tradicionales de produc- ció n, este enfoque de
aná lisis que exponemos conser vará su validez, quizá s no como dogma, pero sı́ como
punto de partida de nuevos aná lisis de reali- dades especı́ficas.

En los paı́ses con una diná mica de modernizació n alta, la tendencia es absoluta e
irreversible, ya sea por el aumento de miembros de la familia (que supera las
posibilidades de sustento en las parcelas), por la introducció n de té cnicas modernas
(que desplazan la mano de obra tradicional), por la im- posibilidad de mantenerse en
competencia con las empresas modernas de producció n y por el avance de los
monopolios (encarnados en los grupos dominantes), que se imponen ya sea por la
violencia, directa o indirecta, o
porlaaplicació ndenuevaslegislacionesquebeneficianaestosmonopolios y afectan
mayormente a quienes poseen y usufructú an la tierra.

La agricultura tradicional se caracteriza –con sus particularidades en cada regió n–


por el predominio del trabajo familiar, tierras de temporal o riego rú stico, abonos
verdes y animales, transmisió n de conocimientos y
té cnicasdegeneració nengeneració n,rotació nsimpledecultivosomono-
cultivoyunatecnologı́alimitada,conpredominiodetracció nanimal(yunta)
yhumana.Todosestosrasgosconducenaunadisminució ndelaproducti- vidad, en
contraste con la tendencia al aumento de la població n; y a ello se suma la competencia
inevitable con los productores modernos y la expan- sió n de la propiedad empresarial
en todas sus formas. como consecuencia, los productores tradicionales se ven
orillados a recurrir, casi de manera inevitable, a la emigració n hacia zonas urbanas.5

Esta situació n se agudizó aú n má s con la entrada en vigor del Tratado de Libre
comercio con Estados Unidos y canadá , ya que tanto los estilos

Vé ase Roberto bermú dez, Teorı́a y prá ctica de la cuestió n agraria.
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detrabajoagrı́colacomolospequeñ osymedianosproductoresempresaria-
lesquedaronexpuestosaunavulnerabilidadextrema,yunefectoinmediato de ello es el
abandono de sus parcelas y, luego de esto, la emigració n.

Enlasgrandesurbes,sonpocosquienesencuentrancondicionesfavora- bles, logrando


mejoras en su calidad de vida, integrá ndose a las urbes y a los entornos no rurales; no
obstante, nadie puede negar que muchos má s se enfrentanacondicionesadversasque–
aunquepuedaparecermateriadela nota roja– constituyen hechos palpables que
ocurren no só lo en Mé xico, sino en otros paı́ses de Amé rica Latina, Asia y AS frica. Por
supuesto, ello no
implicaquelosemigrantesysusfamiliasseanculpablesdesusdesventuras, sino que son
objeto directo de la adversidad propiciada por el entorno en el cual se insertan, que
puede conducirlos a situaciones negativas que –inde- pendientemente de constituir
causales de acció n policı́aca– merecen un estudio má s allá de ideologizaciones
romá nticas.

Entre algunas de las situaciones que pueden enfrentar los migrantes se encuentran:
hacinamiento, viviendas con servicios deficientes o sin ellos, promiscuidad, ambientes
insalubres y su inserció n en nú cleos antisociales que tienden a integrar a los niñ os y
jó venes recié n llegados. Asimismo, las familias sufren alteraciones en su estructura
original y, en muchos casos, terminan por desintegrarse.

Ademá s, muchos emigrantes tienden a perder identidad en razó n de sus orı́genes y


cultura, en un esfuerzo por ser asimilado (y asimilar) la cultura del paı́s de destino. En
muchos casos, la identidad original es sustituida por
unanueva,ubicadaenuná mbitosocialdeaceptació neinclusodemejorade estatus y
prestigio, pero en otros casos esta nueva identidad es producto
deunprocesodedesarraigoquedejaatrá selmododevida,lascostumbres, de la familia y la
comunidad de origen. Este proceso produce efectos psicoló gi- cos que se manifiestan
en conductas que podrı́an reflejar resentimiento so-
cial,unsı́ntomapatentequepuedeapreciarseenlosbarriosmarginalesyen las zonas de
captació n de emigrantes.

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