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Introducción

La capacidad de goce hace posible ostentar derechos y entrar bajo la protección


de la Ley; por ejemplo, usted tiene derecho a la educación, a un nombre, porque
usted tiene derechos (capacidad de ejercicio). La capacidad de ejercicio, en
cambio, se refleja al momento de contraer obligaciones como préstamos de
dinero, hipotecar un bien inmueble, comparecer en juicio, es decir, es el
instrumento para que la persona protagonice su vida jurídica.

La capacidad de ejercicio se configura de acuerdo con el entendimiento que la


persona tiene con respecto al mundo y a sus actos, las personas físicas
interactúan en el mundo jurídico en una medida diversa, a lo cual
llamamos grados, los cuales son: mayoría de edad, emancipado, interdicto y
ausente, instituciones jurídicas que son materia de estudio de la presente unidad,
donde se abordará el concepto, evolución histórica, así como el trámite o proceso
para declarar la interdicción de una persona o declarar su ausencia, según sea el
caso.

Objetivo particular

El alumnado delimitará la pertenencia al Derecho de las Personas jurídicas físicas


la mayoría de edad, la emancipación, la interdicción y la ausencia, su
reglamentación y aplicará prácticamente los efectos de cada una de estas
instituciones y su regulación en el Código Civil de la Ciudad de México del siglo
XXI y en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

La mayoría de edad

Antes de 1969 la mayoría de edad se adquiría a los 21 años, pero luego de ese
año se reformó el artículo 34 constitucional para que el goce de los derechos
políticos pasara de los 21 años a los 18. Antes de esta última reforma, era
requisito para obtener la ciudadanía “haber cumplido 18 años siendo casados o 21
si no lo son”. Una vez prevista la modificación en la Constitución y presentada la
propuesta para las modificaciones pertinentes en los artículos 52 y 60 de la Ley
Federal Electoral, el 29 de enero de 1970, durante la gestión del presidente
Gustavo Díaz Ordaz, se expidió el decreto que establecía la edad de 18 años
para adquirir la ciudadanía y ser mayor de edad.

De acuerdo con la Ley, la mayoría de edad se adquiere al cumplir los 18 años de


edad, en ese momento se eliminan las limitaciones a la capacidad de ejercicio
para que la persona física pueda desplegar dicha capacidad, de conformidad con
los siguientes artículos del Código Civil del Distrito Federal:

Artículo 24. El mayor de edad tiene la facultad de disponer libremente de su


persona y de sus bienes, salvo las limitaciones que establece la ley.
Artículo 646. La mayor edad comienza a los dieciocho años cumplidos.
Artículo 647. El mayor de edad dispone libremente de su persona y de sus
bienes.

De acuerdo con el artículo 34 de la Constitución Política de los Estados


Unidos Mexicanos, son ciudadanos de la república los varones y mujeres que,
teniendo la calidad de personas mexicanas, reúnan, además, los siguientes
requisitos:

I. Haber cumplido 18 años.


II. Tener un modo honesto de vivir.

La mayoría de edad permite ejercer los derechos políticos de votar y ser votado,
pues la persona ya cuenta con ciudadanía.

La emancipación

En los códigos de 1870, 1884 y 1928, así como en la Ley de Relaciones


Familiares de 1917, se establecía que la emancipación se generaba por
matrimonio (en el Código de 1870 se permitía el matrimonio desde los 10 años) o
a solicitud de quien ejercía la patria potestad. Recuerde que la mayoría de edad se
adquiría a los 21 años.

Tanto en los códigos de 1870 y 1884 quien ejercía la patria potestad la


demandaba. En cambio, en el código de 1928, el menor de edad podía solicitarla
siempre y cuando demostrara buena conducta y aptitud para el manejo de sus
intereses, mientras que con la reforma de 1970 se derogó la acción procesal para
solicitarla ante el juez.

Se consideraba que, teniendo 16 años el hombre y 14 años la mujer, si estaba


embarazada, al casarse prescindían de inmediato de la patria potestad, a pesar de
no ser mayores de 18 años.

De igual forma, la Ley marca determinadas excepciones, como el reconocimiento


de hijos o la libre administración de sus bienes; sin embargo, para enajenar,
gravar o hipotecar, necesitan de la autorización judicial que los habilita para llevar
a cabo el acto jurídico. El objetivo es proveer de lo necesario al emancipado para
que lo lleve a cabo, es decir, eliminar el obstáculo, además de valorar la
conveniencia de llevar a cabo tal acto jurídico.

La figura del emancipado en la Ciudad de México no existe desde 2016, pues la


edad mínima para contraer matrimonio es 18 años. De acuerdo con el artículo
148 del CCDF, para contraer matrimonio es necesario que ambos contrayentes
hayan cumplido los 18 años de edad.

La interdicción

Roma

La interdicción en Roma consistía en los interdicta, que eran disposiciones


temporales del magistrado que ordenaban o prohibían ciertos actos, en tanto
desaparecían las causas que le daban origen.

Edad Media
En este periodo, el derecho canónico continuó con la tradición del interdicta.

Más adelante, el código civil italiano de 1865 articuló jurídicamente una nueva


figura: la inhabilidad, que debía ser declarada por un tribunal cuando un sujeto no
estaba plenamente habilitado para administrar sus intereses.

España

El Código Civil español, en su proyecto de 1885, es de las primeras


codificaciones que reglamentaron a la institución de la interdicción para proteger a
los incapaces. Los interdictos eran, entonces, “los locos”, “los imbéciles”, “los
dementes”, “los sordomudos” y “los pródigos”; en su sistema legal la interdicción
tendía a la reintegración de la capacidad con el paso del tiempo.

Francia

En Code, en el título XI “De la mayor edad, del estado de interdicción y del


consejo judicial”, se regula al estado de interdicción como en Roma; Francia
consideraba que existían algunas personas que eran íntegras, o sea personas que
estaban incompletas porque carecían de razón o les faltaba alguna capacidad
física. Al respecto rezaba el artículo 489 que el mayor de edad, el cual se
encuentra en un estado habitual de imbecilidad, de demencia, o locura, debe ser
interdicto, aun cuando se presentan momentos de lucidez.

Alemania

En Alemania, por su parte, de la mano de Savigny, se establece en el Código


Civil de 1900 la capacidad jurídica simple y la capacidad de ejercicio, principio
que sólo se concedía a las personas dotadas de razón y voluntad. La manera de
compensar la capacidad de ejercicio es mediante la interdicción.

México
En nuestro país, el Código de 1870 y el Código de Procedimientos Civiles de
1871 se legislaron sobre el estado de interdicción considerando como incapaces a
los pródigos declarados conforme a la Ley y a los menores de edad legalmente
emancipados, para los negocios judiciales, estableciéndose dos procedimientos
distintos para cada uno de estos casos.

El Código Civil y Código de Procedimientos Civiles de 1884 suprimió los


artículos que regulaban el procedimiento de interdicción, por ser materia exclusiva
del Código de Procedimientos Civiles.

Finalmente, el Código de 1928 reguló la figura de nuevo y hasta la fecha


prevalecen sus disposiciones legales en el Código Civil de 2000.

Es así que la palabra interdicción proviene del latín interdictio-onis, que


significa "prohibición". Se refiere a la obstrucción para que una persona
administre o disponga libremente de sus bienes. Esto quiere decir que la
interdicción se define de la siguiente manera:

Interdicción
Situación jurídica en la que se encuentra una persona impedida para comprender
sus acciones y gobernarse a sí misma, lo que conlleva que no puede administrar
ni disponer libremente de sus bienes.

Dicho estado o situación jurídica deriva de un juicio previo en el que, por medio de
sentencia judicial, se priva a la persona mayor de edad de su capacidad de
ejercicio, es decir, es declarada incapaz en términos de la fracción II del artículo
450 del CCDF, con el fin de que la persona incapaz quede bajo la guarda de un
tutor que la asistirá en la toma de decisiones y cuidará de su bienestar, puesto que
se considera que carece de aptitud para formar y manifestar su voluntad
jurídicamente.

El juicio de interdicción se substancia por medio de una jurisdicción


voluntaria en una primera fase, pues, de haber controversia u oposición, se
substanciará mediante juicio, de acuerdo con el artículo 904 del Código de
Procedimientos Civiles del Distrito Federal. Interpretado a la luz de
los derechos humanos, este juicio resulta invasivo de la intimidad de la persona,
además de pugnar por sustituir su voluntad en vez de asistirla, esto de acuerdo
con la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.

Interpretación de la ley

Al respecto se tiene el siguiente criterio de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación:

“Estado de interdicción. Los artículos 23 y 450, fracción II, del Código Civil
para eñ Distrito Federal, son constitucionales siempre y cuando se
interpreten a la luz del modelo social de discapacidad”.

Para llevar a cabo la interdicción, se necesita promover la jurisdicción


voluntaria en tribunales familiares, en la cual se anexa el dictamen de dos peritos
en psiquiatría o en neurología, sugiriéndose internacionalmente que sea un
dictamen de neurólogo y uno de psiquiatra. Recibido el escrito inicial, el juez dicta
medidas para asegurar los bienes y el bienestar de la persona, mientras que los
peritos son determinados por el juez, de conformidad con los artículos 904-
906 del CPCDF. Este tema será profundizado en su materia de derecho familiar.

El marco legal de la interdicción se encuentra en los artículos 464, 466 a 468, 546


y 635 del CCDF.

De la ausencia

Los antecedentes no existen, lo que existe son sistemas procesales de la


ausencia y presunción de muerte, pero no son antecedentes históricos como tal,
más bien es un ejercicio de derecho comparado de la ausencia.
El Código Civil francés, “distinguía entre un periodo de absence déclarée, cuyo
efecto principal consistía en hacer posible la entrega en posesión provisional de
los bienes del ausente a sus herederos presuntos, y la posterior entrega en
posesión definitiva, suprimiendo las restricciones impuestas a los herederos
presuntos. La reforma de 1977 introdujo con carácter general una declaración de
ausencia con el efecto típico de la declaración de fallecimiento” (artículos 112-121)
(De Miguel, 1995: 8-9).

Por su parte, en el Código Civil alemán se le da el nombre


de Abwesenheitspfleger, el trámite se llevaba a cabo por medio de una resolución
judicial que tenía como efecto básico reputar muerto al ausente a partir de una
determinada fecha. La resolución revestía eficacia erga omnes y general (no
limitada a un sector específico del ordenamiento). “La eficacia es definitiva (de
modo que tiende a garantizarse la tutela de los intereses de los terceros afectados
por la incertidumbre que genera la ausencia, salvaguardando la seguridad
jurídica), si bien cabe la posibilidad de revocar la decisión si resulta que los
presupuestos de la misma en realidad no se cumplían” (De Miguel, 1995: 8).

Es el caso del ordenamiento italiano (arts. 49-57 Codice civile), la declaración de


ausencia -que requiere que hayan pasado dos años desde las últimas noticias-
motiva la entrega en posesión provisional de los bienes del ausente a los
presuntos herederos del mismo -para lo que ordena la apertura de sus actos de
última voluntad-; los poseedores provisionales sólo podrán realizar actos de
disposición con autorización judicial. Efectos similares -dejando a un lado la
posibilidad de la posterior entrega en posesión definitiva- produce -tras plazos más
largos- la declaración de ausencia de los sistemas basados en el modelo del
Código civil francés originario (De Miguel, 1995: 13).

A la par, el derecho italiano siguió los preceptos del derecho canónico, que al


respecto estableció lo siguiente:

“La Sagrada Congregación del Santo Oficio recopiló los criterios [...], en la
Instrucción llamada Matrimoniii Vinculo, que constituye la regulación orgánica y
completa del problema de la desaparición de uno de los cónyuges y de la forma de
autorizar las nuevas nupcias del otro en el ordenamiento canónico” (Corral, 1998:
91), ello quedó asentado en la Instrucción del 13 de mayo de 1868. “El Codex Iuris
Canonici de 1917 no reguló específicamente la llamada muerte presunta, por lo
que se estimó vigente la Instrucción Matrimonii Vinculo” (Corral, 1998: 91).

...el Código Canónico [de 1983] reguló el <<proceso sobre la muerte presunta del
cónyuge<<: Cap. IV, título I (De los Procesos Matrimoniales), Parte III (De algunos
procesos especiales), del libro VII (De los Procesos). […] Lo que el Código regula,
en realidad, es la prueba de la muerte ante la desaparición del cadáver. De allí que
no establezca plazos de espera y que, al revés, determine que no basta la
ausencia por prolongada que sea. Y, aunque es muy flexible en la admisión de los
medios de prueba (testigos, indicios, fama), lo importante es la exigencia de que el
juez <<alcance la certeza moral sobre la muerte del cónyuge<< (Corral, 1998: 92).

Cuando la muerte de un cónyuge no puede probarse por documento auténtico,


eclesiástico o civil, el otro cónyuge no puede considerarse libre del vínculo
matrimonial antes de que el obispo diocesano haya emitido la declaración de
muerte presunta (Corral, 1998: 92 y 93).

La legislación española contempla tres situaciones:

1. Defensa de los bienes del desaparecido (que en México equivale a las


medidas provisionales).
2. Declaración de ausencia.
3. Declaración del fallecimiento (en México equivale a la presunción de
muerte); en esta etapa, se extingue por completo la personalidad jurídica.

En México, la figura está regulada desde el Código Civil de 1870, al respecto


cabe señalar que en la exposición de motivos de la Ley de Relaciones
Familiares de 1917, Venustiano Carranza pugnaba por la reducción de los
tiempos establecidos por dicho código, que se reproducían en el Código de 1884.
El 28 de diciembre de 1985 se emite el decreto publicado en el Diario Oficial de
la Federación del 10 de enero de 1986 para reformar el artículo 705 y agregar
dos párrafos en los que se establecía que a causa de un sismo la presunción de
muerte se dictaría en un plazo de seis meses sin necesidad de declarar la
ausencia previamente, esto debido al penoso temblor de 1985.

A continuación, señalaremos las diversas etapas de la ausencia:

Etapa preliminar

1. A la persona que se ha ausentado de su lugar de residencia se le


denominará ignorada. Si cuenta con representante, apoderada o
apoderado, se le tendrá como presente para todos los efectos legales.
2. El juez o jueza citará a la persona ignorada por medio de edictos
(publicaciones en diarios de mayor circulación del último domicilio de la
persona ignorada, donde se señala su nombre y número de juzgado que lo
está llamando). En éstos se indica que debe presentarse en un término no
menor a tres meses ni mayor a seis meses. Una copia de los edictos se
remite a los consulados mexicanos de aquellos lugares donde se presuma
que la persona ignorada pueda encontrarse.
3. Asimismo, se asigna una depositaria o depositario para los bienes de la
persona ignorada, por lo regular, será a quien se nombre de acuerdo a la
Ley.
4. Si hay hijos o hijas menores de edad o incapaces, serán cuidados por quien
ejerza la patria potestad o ascendientes (abuelos o abuelas). Si no, se
nombra tutor o tutora.
5. Si se cumple el término de los edictos y no aparece la persona, se
nombrará representante (si ya se cuenta con alguien, se continúa con la
jurisdicción voluntaria, sino el juez o jueza designará a una persona) quien
será legítimo administrador (hombre o mujer) de los bienes antes de entrar
en funciones, además de que deberá asegurar su gestión mediante una
hipoteca, prenda, fianza o depósito. Esto con la finalidad de dar seguridad
jurídica a los intereses de la persona ignorada, en caso de insolvencia o
incumplimiento.
6. Cada año, contado desde el día en que se nombró representante, se
publicarán nuevos edictos con los datos de éste, durante dos meses, en un
intervalo de 15 días.

Declaración de ausencia

1. Pasados dos años desde el nombramiento de representante, se inicia la


acción para pedir la declaración de ausencia. Si había representante
anteriormente (instituido por la persona ignorada) serán tres años, y no dos.
2. Se publicará (en los diarios de mayor circulación y en la gaceta local)
durante tres meses la demanda de declaración de ausencia.
3. Pasados cuatro meses desde la última publicación, si no hubieren noticias,
se declarará la ausencia, publicándola tres veces en los periódicos, en
intervalos de 15 días y remitiéndolos a los consulados mexicanos. Las
publicaciones se repetirán cada dos años, hasta que se declare la
presunción de muerte.
4. Declarada la ausencia, si hay testamento público (el que se otorga en la
notaría pública) o testamento ológrafo (el que se escribe a mano y se
deposita en el archivo judicial), se abrirá con las formalidades indicadas
para el juicio sucesorio.
5. Se interrumpirá la sociedad conyugal (los bienes conjuntos del matrimonio)
para poder abrir la sucesión y, provisionalmente, se entregarán los bienes.

Presunción de muerte

Transcurridos seis años a partir de la declaración de ausencia, se abre esta última


etapa.

1. En este momento se verifica la posesión definitiva de las personas


herederas, y se extingue la sociedad conyugal.
2. Se inicia la liquidación de la sociedad conyugal, observando la presencia de
capitulaciones matrimoniales; en caso de no haberlas (lo más común) el 50
% de los bienes pertenecen al cónyuge (hombre o mujer) supérstite
(superviviente) y el otro 50 % a la masa hereditaria, la cual se reparte
según la Ley o el testamento, en caso de haberlo.
3. Se termina el matrimonio y el o la cónyuge recobra su aptitud para casarse.
4. Si la persona regresara, se termina la posesión definitiva, con la
certidumbre de su muerte o cuando cause estado la sentencia de
presunción de muerte (causar estado es cuando no hay más recursos por
tramitar para atacar la sentencia).

Excepciones

 En caso de guerra o naufragio de un buque, sólo se deben computar dos


años a partir de la tragedia, sin necesidad de declarar previamente la
ausencia para declarar la presunción de muerte.
 Cuando la desaparición se deba a un terremoto, incendio, explosión,
catástrofe ferroviaria o aérea, bastará con que transcurran seis meses a
partir del trágico acontecimiento, en cuyo caso no se requiere previo trámite
de la declaración de ausencia. El o la juez publicará la presunción de
muerte sin costo para las partes.

Los efectos de la ausencia son:

 La posesión provisional, la apertura del testamento público u ológrafo y la


interrupción de la sociedad conyugal.

Los efectos de la presunción de muerte son:

 La posesión definitiva y la liquidación de la sociedad conyugal.

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