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César Vallejo nació en Santiago de Chuco el 16 de marzo de 1892, una “típica población

andina” situada a unos 3100 m.s.n.m, capital de la provincia del mismo nombre en el
departamento de La Libertad. La región, agrícola y minera, no tenía ningún centro educativo
de importancia, tan solo una escuela primaria (¿municipal, privada?) donde concurrió este
niño, hijo del alguna vez gobernador de la ciudad. Santiago de Chuco recién en el año 1900
pasó a ser una provincia, lo que le otorgó una mayor jerarquía política y administrativa;
anteriormente era tan solo un apartado distrito norteño. Al no contar con una escuela
secundaria, el joven Vallejo a los 13 años de edad tuvo que migrar a la ciudad de Huamachuco
para poder continuar sus estudios en el Colegio Nacional de San Nicolás, por lo que debió
alejarse de la familia paterna y vivir alojado en una pensión “en la calle del Chorro”. Solo en los
meses de vacaciones podía retornar a su hogar, aunque en 1907 logró matricularse como
alumno libre obligándosele nada más que a rendir los exámenes finales. Empero, esto no lo
libró de que en el último año tuviese que volver a asistir obligatoriamente a clases y separarse
de nuevo de su familia.

José Deustua y José Luis Rénique, Intelectuales, indigenismo y descentralismo…, op. cit., p.
24.

Según Cornejo Polar, esta inserción de Vallejo en la modernidad internacional no es paralela a


su conciencia sobre la experiencia 18 Deustua y Rénique, op. cit., p. 28. 163 nacional, sino que
esta es su punto de partida y su meta, de modo que va así creando «una modernidad otra, no
nacida solo del impulso internacional, sino, mucho más decisivamente, del complejo proceso a
través del cual, en esa época, se rearticula la conciencia de la historia nacional en su conjunto y
se reformula específicamente la interpretación de la tradición literaria peruana».19}

Antonio Cornejo Polar La formación de la tradición literaria en el Perú. Lima: Centro de


Estudios y Publicaciones (CEP), 1989; p. 150

¿Qué posición ocupa César Vallejo en este encuentro entre arte y política?, ¿cómo entiende el
desarrollo sociocultural que se estaba produciendo en Europa y en América Latina? Si bien este
trabajo no se centrará en su trayecto político durante los años treinta, existe un aspecto básico
en todos sus textos —en algunos más explícito que en otros—, y es el del artista como sujeto
político. Vallejo entiende que no se puede supeditar el arte a la política, pero afirma que «el
pensamiento abstracto y desinteresado no existe», puesto que el creador no puede evadirse
del compromiso político. Por consiguiente, no existe un arte puro, pues siempre sirve de una u
otra manera a «los intereses y realidades de la vida», mientras que el intelectual influye
activamente en la realidad que le rodea.

Beigel, La epopeya de una generación y una revista, op. cit., p. 25.


Como señala Coyné, Vallejo no se limitó a ser testigo del mundo artístico que le rodeaba, sino
que quiso juzgarlo y muchas veces oponerse a él. A partir de los hechos literarios, el cronista
encara el problema del ser latinoamericano o, en un sentido a la vez más amplio y más
restricto, indoiberoamericano. Se refiere a los debates entre intelectuales de credos más
diversos, que desean sacar a sus respectivos países del estado de «sociedades coloniales» en
que perviven.

André Coyné, Medio siglo con Vallejo, op. cit., p. 213.

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