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Citas

1)

“o bien la presencia del extranjero es positiva para el país (de lo cual se infiere que el
nativo debe hacer lo que esté en sus manos para ayudarlo), o bien que dicha presencia es
nociva y que la decisión de abrir las puertas al extranjero constituye un gran error (de lo
cual se infiere que el extranjero debe hacer todo lo posible para dificultar su integración).”
(Villanueva 2005, 2)

2)

“De cabeza grande, de facciones chatas, ganchuda la nariz, saliente el labio inferior, en la
expresión aviesa de sus ojos chicos y sumidos, una rapacidad de buitre se acusaba”
(Cambaceres, p. 4)

3)

“Poco a poco, en su lucha tenaz y paciente por vivir, llegó así hasta el extremo Sud de la
ciudad penetró a una casa de la calle San Juan entre Bolívar y Defensa.

Dos hileras de cuartos de pared de tabla y techo de cinc, semejantes a los nichos de algún
inmenso palomar, bordeaban el patio angosto y largo.

Acá y allá entre las basuras del suelo, inmundo, ardía el fuego de un brasero, humeaba
una olla, chirriaba la grasa de una sartén, mientras bajo el ambiente abrasador de un sol
de enero, numerosos grupos de vecinos se formaban, alegres, chacotones los hombres las
mujeres azoradas cuchicheando.” (Cambaceres, p. 4)

4)

“Así nació, llamáronle Genaro y haraposo y raquítico, con la marca de la anemia en el


semblante, con esa palidez amarillenta de las criaturas mal comidas, creció hasta cumplir
cinco años.” (Cambaceres, p. 6)

5)

“Y víctima de las sugestiones imperiosas de la sangre, de la irresistible influencia


hereditaria, del patrimonio de la raza que fatalmente con la vida, al ver la luz, le fuera
transmitido, las malas, las bajas pasiones de la humanidad hicieron de pronto explosión en
su alma.

¿Por qué el desdén al nombre de su padre recaía sobre él, por qué había sido arrojado al
mundo marcado de antemano por el dedo de la fatalidad, condenado a ser menos que los
demás, nacido de un ente despreciable, de un napolitano degradado y ruin? (Cambaceres,
P. 24)

6)

“Es preciso aclarar previamente que si durante muchos años los personajes originarios de
toda la zona del llamado litoral argentino (es decir los hablantes del dialecto rioplatense
del español) en la literatura casi siempre dijeron “tú”, en la realidad exterior a los
libros siempre dijeron “vos”, aunque algunos intelectuales se hayan obstinado en negarlo
con argumentos supuestamente científicos y aunque la academia y el sistema escolar se
hayan empeñado durante muchos años en presentar al voseo como un rasgo de
inferioridad del idioma de los argentinos. Este matiz desvalorizador (que no es el único,
pero que es muy frecuente en la percepción del voseo) aparece en la literatura de tesis
contra el extranjero cuando personajes degradados y, en particular, inmigrantes o hijos de
inmigrantes dicen vos.“ (Villanueva, 2005, p. 6)

7)

“Cambaceres es quien verdaderamente logra superar en la ficción todas las amenazas


que las demás novelas solo sugirieron, porque ese temible personaje logra mezclarse y
ascender socialmente. El ascenso social era la situación preocupante para algunos
sectores de poder de la época” (López, 2018, p. 2)

8)

“Muchas veces madama Clémence suspendía la tarea y quedaba parada y cabizbaja.


Era madama Clémence la planchadora de fino, que en el portal de aquella casa vieja de la
calle de Charcas, poco antes de llegar a la plaza del Carmen, se anunciaba con negro
escudo de hoja de lata, en el que una plancha malamente pintada y unas letras peor
agrupadas decían a los que sabían leer y a los analfabetos: Planchadora francesa, dejando,
si acaso, a éstos en la ignorancia de la nacionalidad, pero bien enterados del oficio por el
plomizo y orondo utensilio allí plantado... El progreso no sufre piedra sobre piedra, fea,
inútil o ruinosa, en la gran ciudad bonaerense, y hace muchos años dio en tierra con esta
casona baja, edificando otra en su lugar con trazas de palacio; pero, lo menos hasta el
ochenta y tantos se mantuvo tal cual, y era de las mejores del barrio, con sus tres patios
enlosados, huerta, corral, aljibe y pozo, y aire y luz, de quienes el susodicho progreso
parece enemigo por lo mucho que les persigue y ahuyenta.” (Ocantos, p.2)
9)

“Empezó para ellos el proceso de la asimilación, y, gotas de agua que la tierra sedienta
absorbe y purifica, poco a poco, sin esfuerzo ni violencia, se amoldaban a las costumbres,
desaparecían las obscuridades del idioma, la gratitud hacia el país hospitalario germinaba
en sus corazones y ambos se despabilaban asombrosamente; que en esto los aires
americanos ejercen influjo maravilloso. Pusieron el obrador en aquella casa de la calle de
Charcas, donde alquilaron dos piezas muy modestas, una dedicada al planchado y la otra
a alcoba conyugal, ambas alhajadas decentemente y con aseo esmeradísimo. (Ocantos
p.4)

10)

“Luego se sentó, recostando sobre la mano robusta su cabeza, aquella cabeza de diosa de
Rubens, de cabello azafranado, carrillos de manzana, nariz audaz, labios picarescos y
cuello de sonrosado mármol.” (Ocantos p. 8)

11)

“Bueno, ¡ya estás aquí! y me alegro, pues te habíamos mandado a buscar: muerta la
pobre madre Celeste, no íbamos a dejarte ganduleando, librado a tus malos instintos.
Pero, si vienes creyendo que aquí vas a estar de canónigo y tus hermanos te van a llenar la
tripa sin trabajar, buen chasco te llevas. Hijo, desengáñate: ni tienen tus hermanos tales
millones, ni el oro de América se ha hecho para los haraganes: aquí, el que no trabaja no
come, y todos comen porque para todos hay trabajo ¿Entiendes?” ( Ocantos p. 10)

12)

“En la ficción argentina sobre el extranjero los nombres propios en general y los nombres
de los extranjeros en particular tienen una importancia capital, ya que el procedimiento
que podemos llamar de motivación onomástica se verifica una y otra vez. Dicho en
términos muy simples: no es lo mismo llamarse Máxima o Crescencia que Genaro o
Angustias, ni es lo mismo ser Severi que Pelagatti. “ (Villanueva2005, p. 5)

13)

“Se reía él cuando los oía hablar de patria a los otros, de patria y de patriotismo, decir con
orgullo, llenándoseles la boca, que eran argentinos... ¿Qué más tenía ser argentino que
cafre, haber nacido en Buenos Aires que en la China?... ¡La patria... la patria era uno, lo
suyo, su casa, la mejor de las patrias, donde más gorda se pasaba la vida y más feliz!”
(Cambaceres, p. 98)
14)

“Poner en una caldera, al fuego lento de los años, un español, un francés, un inglés, un
alemán, un ruso, un dinamarqués, un portugués, un italiano, un noruego, representantes
todos de la raza caucásica... de ahí saldrá el arquetipo del argentino futuro.” (Ocantos p.
31)

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