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Ensayo

Capítulo 5. Control fiscal ambiental en las regiones Colombianas

Este estudio parte de información producida por la Contraloría General de la República en los
informes de Auditoria de Desempeño (CGR, 2018 a) y (CGR, 2018 b). El panorama de la situación
ambiental de esta región se completó con los Informes de Calidad Ambiental Urbana (MADS,
2015) (MADS, 2016), así como los reportes de información de las diferentes Autoridades
Ambientales. La región Andina, para este estudio, comprende la categorización realizada por el
Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible acorde a las competencias constitucionales y
legales asignadas a las autoridades ambientales y entes territoriales, consideradas en el informe
de calidad ambiental urbana (MADS, 2016).

Los estudios del MADS mostraron que de las 25 ciudades con población por encima de los 100.000
habitantes que había en la región Andina, ninguna tenía Calidad Ambiental Urbana de las
categorías ‘muy alta’ o ‘alta’. Solo 11 (el 44%) tenían Calidad Ambiental Urbana calificada como
‘media’; en otras 12 (48%) era baja y en los 2 restantes (8%) ‘muy baja’.

La Política Nacional de Gestión Integral de Residuos Sólidos contempla como eje estratégico: “…la
promoción de la reutilización, aprovechamiento y tratamiento de residuos sólidos” y como uno de
sus objetivos específicos: “Promover la cultura ciudadana, la educación e innovación en gestión
integral de residuos con el fin de prevenir la generación de residuos, promover la reutilización e
incrementar los niveles de separación en la fuente y de aprovechamiento.”

La construcción de Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) en las ciudades que están
ubicadas en la región Andina, así como su correcto funcionamiento, que permita que el efluente
de las mismas cumpla la normatividad de vertimientos vigente, son actividades que junto con
otras, como la formulación de Planes Maestros de Acueducto y Alcantarillado (PMAA), la
separación de redes de alcantarillado en redes de aguas residuales y de aguas lluvias, así como la
formulación de Planes de Saneamiento y Manejo de Vertimientos (PSMV), van en la vía de obtener
la mejor calidad del agua superficial posible en los centros urbanos.

La mala calidad del aire es preocupación importante en las ciudades más grandes y en los centros
industriales de la región andina. La Contraloría General de la República (CGR, 2018 a), se
pronunció sobre la gestión que desarrollan las autoridades ambientales ante la mala calidad del
aire en estas áreas y sus consecuencias sobre la salud humana. Entre otros aspectos se
reconocieron los escasos avances en temas regulatorios, la desarticulación de la política sobre
calidad del aire con las políticas sectoriales y las deficiencias del diseño de la política pública de
calidad del aire que no cuenta con metas medibles y no permite hacer seguimiento; por ejemplo,
se identificaron los problemas crecientes de movilidad por alta concentración de parque
automotor y bajas velocidades de desplazamiento, que incrementan las emisiones.

La Contraloría General de la República ha realizado pronunciamientos desde el ejercicio del


control fiscal (CGR, 2013), relacionados con las afectaciones medio ambientales y sociales,
ocasionadas por la construcción de hidroeléctricas en el país, especialmente en la zona Andina, sus
resultados generaron conclusiones comunes en las que refieren diversos aspectos como:
afectaciones al sostenimiento ecosistémico y de los recursos naturales que ponen en riesgo el
sustento de la población circundante, gran demanda de recurso hídrico afectando la fauna por la
intervención en su hábitat, debido a la fragmentación del ecosistema.

Como lo deja ver la revisión realizada a algunos aspectos de la gestión de las autoridades
ambientales para el manejo de residuos sólidos y vertimientos y la calidad del aire, los esfuerzos
de estas entidades no han sido suficientes para lograr las mejoras necesarias en procura del
bienestar y la reducción de los impactos ambientales. Se evidenciaron bajas tasas de
aprovechamiento de residuos sólidos y de tratamiento de vertimientos, así como la mala
condición del aire en las ciudades más pobladas de la región.

La Orinoquía colombiana permitió al país recuperar su suficiencia energética y gozar de


significativos ingresos fiscales en los últimos 40 años gracias a sucesivos hallazgos de
hidrocarburos; II. sin embargo, la renta petrolera no condujo a la superación de las desventajas
estructurales de la región frente a otras zonas del país con mejores niveles de bienestar y
desarrollo económico. III. Por el contrario, las actividades de exploración, explotación y de
servicios conexos, han acarreado numerosos y significativos impactos ambientales, IV. Que ponen
en riesgo las opciones de desarrollo futuro, la salud de la población y la biodiversidad de la región.

Una de las situaciones observadas en la Corporación Autónoma Regional de la Orinoquia –


CORPORINOQUIA, que generó mayor atención y alarma por parte de la Contraloría General, fue el
cambio de medidas compensatorias impuestas en licencias ambientales y otras autorizaciones, por
dinero; lo anterior, se ha soporta en la revisión de actos administrativos proferidos por
CORPORINOQUIA, y visitas de campo, donde se verificaron las obligaciones de carácter legal.

Se evidencia que la región de la Orinoquia no ha tenido un nivel de compensación proporcional a


su aporte a la economía del país, ni a los impactos ambientales generados en la región, como
resultado del desarrollo de las actividades extractivas.

El bioma amazónico colombiano definido por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios


Ambientales (IDEAM), cubre un área de 458.961 km2, un poco más del 40% del área continental
del país. Este bioma cuenta con 11 áreas protegidas que corresponden a 9.762.664 hectáreas,
distribuidas en los departamentos de Putumayo, sur del Meta, Guainía, Caquetá, Guaviare,
Vichada, Vaupés y Amazonas.

El propósito del programa es prevenir la deforestación en 9,1 millones ha, y asegurar los medios
de vida de comunidades campesinas e indígenas, el programa Corazón Amazonía tiene como
objetivo promover usos sostenibles de la tierra para reducir la deforestación y estimular la
conservación de la biodiversidad en los bosques de la Amazonía colombiana, fortaleciendo
mecanismos sociales como la autonomía y la gobernanza de los ecosistemas.
La región de la Amazonía es un ecosistema frágil y estratégico para la vida en el planeta, la cual
está en grave riesgo entre otros factores por la deforestación acelerada, la minería ilegal, la
ampliación de la frontera agropecuaria; en tanto que las acciones gubernamentales se tornan
insuficientes para contener la degradación de los suelos que soporta la biodiversidad y la
sostenibilidad del territorio que ha perdido durante los últimos dos años (2017 y 2018) 417.132
hectáreas.

Bibliografía:

https://www.contraloria.gov.co/documents/20181/1853952/Informe+sobre+el+estado+de+los+re
cursos+naturales+y+del+ambiente+2019.pdf/03431adc-e4c6-4097-85f2-117bb5afc3ef?
version=1.1

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