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Los adolescentes son el grupo de edad que presenta los niveles más altos de
consumo de alcohol de manera consuetudinaria, es decir, que beben por lo menos
una vez a la semana o grandes cantidades en una sola ocasión. El alcoholismo
es una problemática muy frecuente en la población joven y explicó que entre los
universitarios se han detectado tres patrones de consumo: el social, de abuso y de
dependencia.
Por lo anterior, el tratamiento para esta enfermedad debe ser integral e incluir las
partes médica, psiquiátrica, psicológica y de apoyo de grupo, pues cuando esto
sucede el éxito que se obtiene con los pacientes es mayor. El alcohol proporciona
un efecto tranquilizante que está relacionado con circuitos neurobiológicos de
recompensa y de placer, así como con la dopamina, sustancia producida en el
sistema nervioso. Cuando aumenta su consumo se producen cambios en estos
circuitos que a su vez provocarán modificaciones a nivel cerebral, pero también
hepático y corporal.
El alcoholismo es una enfermedad que se conoce como dependencia a alcohol, la
cual está relacionada con dos factores: un síndrome de abstinencia y un síntoma
de tolerancia. El primero significa que el organismo necesita esa sustancia para
funcionar normalmente y que cuando no la tiene se generan reacciones como
temblor, inquietud y desesperación, que sólo desaparecen cuando la persona
vuelve a consumir alcohol. El “80 por ciento de los jóvenes consume alcohol, pero
es difícil determinar cuánto. Lo importante es saber cuántas personas con
patrones de abuso y dependencia habría en la universidad, para identificarlos y
saber cuáles serían las prioridades de tratamiento y de intervención que podemos
brindarles.”
El síntoma de tolerancia es cuando el organismo va adaptándose a consumir
mayores cantidades de alcohol, generando cambios biológicos y bioquímicos que
permiten que la persona ingiera cada vez más esta sustancia.
Algunos trastornos como la depresión o la ansiedad generan problemas de
alcoholismo o viceversa. Aunado a esto, el especialista señaló que cada vez son
más las mujeres quienes consumen alcohol como una forma de disminuir el dolor
emocional durante sus estados depresivos; Cabe señalar que para que un
alcohólico se vuelva agresivo, desinhibido o violento dependerá del tiempo y la
cantidad de alcohol consumido, así como de qué tan dañado se encuentre su
cerebro. Uno de los problemas a los que se enfrenta una persona con alcoholismo
es que siente que tiene control sobre su patrón de consumo, cuando no es así y,
por lo tanto, no reconoce su dependencia al alcohol y no podrá iniciar un
tratamiento.
Muchos de los tratamientos no funcionan si no existe la conciencia de que tiene un
problema con el consumo de la sustancia, dijo el investigador universitario, quien
agregó que esta etapa es lo que grupos como Alcohólicos Anónimos conocen
como tocar fondo, la cual es muy variable en cada persona, pero que es
importante para iniciar con un tratamiento de alcoholismo, el cual debe ser integral
e incluir distintas especialidades. Cada uno de los tratamientos debe ser
individualizado y personalizado.
En México existen centros de atención llamados anexos que no están regulados
por instancias gubernamentales y en los cuales no se cuenta con la infraestructura
necesaria para brindar un tratamiento integral para personas con alcoholismo. El
especialista explicó que en estos lugares muchas ocasiones tratan de forzar al
paciente a dejar su dependencia a alcohol y emplean medidas que le dejan
secuelas de resentimiento hacia la familia y la misma sociedad.
http://ciencia.unam.mx/leer/123/Alcoholismo_enfermedad_que_gana_victimas_jov
enes
Entre las causas del consumo de alcohol en jóvenes, las más comunes son:
https://www.centro-psicologia.com/es/alcoholismo-adolescentes.html
https://www.who.int/features/factfiles/adolescent_health/facts/es/index6.html
El alcohol, sustancia psicoactiva con propiedades causantes de dependencia, se
ha utilizado ampliamente en muchas culturas durante siglos. El consumo nocivo
de alcohol conlleva una pesada carga social y económica para las sociedades. El
consumo de alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y
trastornos. Está asociado con el riesgo de desarrollar problemas de salud tales
como trastornos mentales y comportamentales, incluido el alcoholismo,
importantes enfermedades no transmisibles tales como la cirrosis hepática,
algunos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares, así como traumatismos
derivados de la violencia y los accidentes de tránsito.
Más de una cuarta parte (27%) de los jóvenes de 15-19 años son bebedores. Las
mayores tasas de consumo de alcohol entre los jóvenes de 15-19 años
corresponden a Europa (44%), las Américas (38%) y el Pacífico Occidental (38%).
Las encuestas escolares indican que, en muchos países, el consumo de alcohol
comienza antes de los 15 años, con diferencias muy pequeñas entre niños y
niñas.
https://www.who.int/es/news-room/detail/21-09-2018-harmful-use-of-alcohol-kills-
more-than-3-million-people-each-year--most-of-them-men?
fbclid=IwAR2_eXr_jxux7rZF_ODwOWkrGcMkXIW1eSLGmC5Wx3P8rx3SLmGJsu
FYmSw
Los jóvenes con baja autoestima, problemas familiares o académicos pueden ser
más susceptibles a ser influenciados por sus compañeros para consumir alcohol,
pues encuentran en las bebidas embriagantes una equivocada forma de olvidar
sus problemas. Es un problema que afecta a toda la familia y a las personas que
rodean al alcohólico, de modo que tiene índole social.
Hay factores de riesgo para caer en las adicciones, y en la adolescencia los
jóvenes que tienen baja autoestima, problemas familiares, académicos o de
aprendizaje pueden ser influenciados con mayor facilidad para consumir alcohol,
https://www.yucatan.com.mx/merida/advierten-factores-de-riesgo-para-el-
alcoholismo-en-los-jovenes
https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.cgi?IDARTICULO
Los patrones de consumo de alcohol en menores de edad se deben a una
variedad de factores: la familia, los amigos, los medios de comunicación, las
normas culturales y la religión, así como las políticas gubernamentales. Por
ejemplo, se ha comprobado que la promoción de bebidas alcohólicas en los
medios publicitarios influye en la decisión que toman los adolescentes para beber,
y existe evidencia que demuestra que esta publicidad aumenta las probabilidades
de que los adolescentes y jóvenes comiencen a beber, o aumenten su consumo
de alcohol.2 Las políticas gubernamentales pueden influir en estos patrones a
través de diversas formas, inclusive mediante estrategias de fijación de precios,
restringiendo el abastecimiento de bebidas alcohólicas y regulando de forma
rigurosa la comercialización de bebidas alcohólicas. 3
https://www.saberdealcohol.mx/content/consumo-de-alcohol-en-la-
adolescencia