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LA RUPTURA DEL SOL Y LA LUNA

En el origen de los tiempos, el Sol y la Luna vivían


juntos y dicen que... se amaban muchísimo, que eran
un matrimonio muy bien avenido.

Sin embargo, sus vecinos al verlos tan felices,


estaban celosos de su felicidad, y empezaron a hacer
circular el siguiente rumor:

Al parecer, la Luna le había sido infiel al Sol y fruto de


aquella infidelidad había dado a luz a las estrellas.

Un día, volviendo a casa, el Sol sorprendió a dos personas que lo estaban comentando, y se
entristeció.

Furioso y triste, entró corriendo en su casa y le pidió explicaciones a su mujer.

Ella, no podía creer todo lo que su marido le estaba diciendo. Entristecida la Luna quiso disuadirlo
de sus pensamientos... le dijo que era mentira, que no hiciera caso de los rumores... que era por
envidia y celos lo que la gente decía, pero... él no quiso creerla... y empezó a preguntar a sus
amigos más cercanos.

Se marchó corriendo e Interrogó a las Nubes... al Trueno... a la Lluvia... al Viento...

Pero... ¡Ay!... con ello sólo consiguió agarrar un buen catarro.

Todos ellos, intentaron por todos los medios aconsejar al celoso Sol y liberarlo de las
preocupaciones que tanto le inquietaban...

Pero... como las explicaciones que todos ellos le dieron, no lo dejaron convencido... no le habían
servido de nada. Sin apenas pensarlo, se fue a ver a Dios Todopoderoso.

Se llevó con él a la Luna, y estuvieron hablando más de dos horas, en el despacho del Señor.

Fueron muchos los curiosos que se acercaron a escuchar, pero... Dios había cerrado la puerta a
cal y canto y no se podía oía nada.

Cuando salieron, el Sol y la Luna tenían muy mala cara... Se les veía de bastante mal humor... Se
reflejaba una cierta tristeza en su rostro...

Dios les había impuesto una dura condena:

"Desde aquel día, el uno iría siempre detrás del otro, pero... nunca, nunca volverían a encontrarse".

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