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Cualidades esenciales

Los que tienen el deber de escoger maestros, deberían ejercer cuidado, y no insistir en que
entren en la escuela personas que no estén preparadas para ejercer una buena influencia.
¿Cómo se comporta el maestro? ¿Es puntual? ¿Es aseado y esmerado? Es menester fijarse en
estas cosas; porque estas cualidades son esenciales en un maestro. ¿Cómo puede él imponer
estos requisitos necesarios a su clase, a menos que ésta tenga delante de sí un ejemplo de
puntualidad, de prolijidad, compostura y orden? Si el maestro no se halla en su lugar y deja que
la clase se distraiga, y entra precipitadamente, sin aliento y tarde, se fomenta la falta de
puntualidad y el desorden. (COES, 101)

Es privilegio del maestro fiel cosechar, día tras día, los resultados de su paciente y perseverante
trabajo de amor. Tiene la oportunidad de observar el crecimiento de las tiernas plantas mientras
echan sus brotes y florecen, y dan frutos de orden, puntualidad, fidelidad, esmero y verdadera
nobleza de carácter. Tiene la oportunidad de ver crecer y fortalecerse el amor por la verdad y la
justicia en aquellos niños y jóvenes de los cuales es responsable. ¿Qué podría darle mayor
recompensa que ver a sus alumnos desarrollar un carácter que los hará hombres y mujeres
nobles y útiles, idóneos para ocupar posiciones de responsabilidad y confianza, hombres y
mujeres en lo futuro ejercerán el poder de mantener en jaque a las malas influencias, y ayudarán
a disipar las tinieblas morales del mundo? (CM, 100)

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