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ORÍGENES DE LA JURISPRUDENCIA MODERNA

Las bases de los sistemas legales modernos en nuestra cultura se encuentran en los
comienzos de la historia. A continuación, cuatro ejemplos de los intentos de los seres humanos
por proveerse mecanismos de justicia aceptables a todos.

El primero proviene de la cultura de Mesopotamia (hoy Iraq) de la ciudad de Babilonia, centro


económico y cultural del Mediano Oriente hace cuatro mil años.

“En aquel tiempo, [los dioses] Anu y Bel me llamaron a mí, Hammurabi, el
príncipe exaltado, el adorador de los dioses, a hacer que la justicia prevalezca en las
tierras, a destruir al malvado, a evitar que el fuerte oprima al débil, a dar luz a las
tierras y extender el bienestar del pueblo. Estas son las leyes justas que
Hammurabi, el Rey Sabio, estableció y le dio a las tierras soporte y gobierno... en mi
sabiduría los restringí, que el fuerte no pudiera oprimir al débil, y que dieran
justicia al huérfano y a la viuda... ¡Dejad que cualquier hombre oprimido, que tenga
justa causa, venga ante mi imagen como Rey de Justicia! ¡Qué mi monumento inscrito
ilumine su causa y le de entendimiento a su caso!”

El Código de Hammurabi, Rey de Babilonia, 2000 a. C.

El segundo es la ley de las tribus hebreas, originada de acuerdo a sus sacerdotes, hace tres mil
quinientos años en una revelación directa de Dios a su pueblo. Esta Ley es la base de las tres
grandes religiones monoteístas, el judaísmo, el cristianismo y el Islam
“Y dióme YHWH las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios y en ellas
estaban todas las palabras que os habló YHWH en la Montaña, de en medio del
Fuego, el Día de la Congregación.
Porque YHWH vuestro Dios es Dios grande, poderoso y que inspira temor, que
no trata a nadie con parcialidad ni acepta soborno, que hace justicia al huérfano
y a la viuda y que ama al forastero que reside entre ustedes dándole pan y
vestido. Así pues ustedes también tienen que amar al forastero que reside entre
ustedes pues ustedes fueron forasteros en la Tierra de Egipto.
Porque este mandamiento que te estoy mandando hoy no es demasiado difícil
para ti ni está lejos. Porque la palabra está muy cerca de ti, en tu propia boca y en
tu propio corazón para que la pongas por obra.
He aquí que Yo pongo hoy delante de ustedes la Vida y el Bien, la Muerte y
el Mal. Escojan…

La Biblia: el libro del Deuteronomio, 1000 a. C.

La que sigue es el fundamento jurídico de la cultura occidental, a partir de la concepción griega


del gobierno de la ciudad (polis), de ahí la palabra política, o arte de gobernar la ciudad.
Nuestra forma de gobierno no emula las leyes de las ciudades vecinas; antes es
modelo que copia de las demás. Se llama democracia porque la administración no
está en los menos sino en los más; conforme a la ley todos gozan de igualdad en sus
diferencias privadas; conforme al valor, a la excelencia en que cada cual descuella, no
se prefiere en la cosa pública el rango sino el mérito, ni tampoco se juzga por la
pobreza, pues nadie que pueda beneficiar a la ciudad se ve impedido por la tacha de
oscuridad de linaje. Vivimos libremente en lo que toca a la comunidad, no menos que
en cuanto al recelo de los ciudadanos entre sí por sus acciones cotidianas, sin
encolerizarnos con nuestro vecino si vive a su albedrío, ni ponerle semblante airado
que, aunque inofensivo es enfadoso. Sin estar sometidos a obligación en nuestras
relaciones particulares, no infringimos las ordenanzas públicas, principalmente
por reverencia y por obedecer los magistrados y las leyes, sobre todo a las que
han sido dictadas en beneficio de los agraviados, y a las que por no estar escritas
causan general afrenta al que las quebranta.

Discurso de Pericles a los atenienses, siglo IV a. C.

Finalmente, la culminación de esta tradición jurídica se dio durante la hegemonía del Imperio
Romano que unificó las culturas alrededor del Mar Mediterráneo en un solo Estado. Los
romanos sentaron las bases de nuestro sistema de leyes dentro de la civilización occidental.
Cualquiera que intente estudiar el derecho (ius), tendrá que saber primero de
donde se deriva la palabra ius. Se llamó ius, de justicia, 'el derecho es el arte de lo
bueno y lo justo'. Debido a esto, se nos puede muy bien llamar sacerdotes porque
nosotros rendimos culto a la justicia, tenemos conocimiento de lo que es bueno
y justo, separamos lo justo de lo injusto, discriminamos entre lo que está
permitido y lo que no está permitido, con el propósito de hacer buenos a los
hombres, no sólo por temor al castigo, sino también por el estímulo de la
recompensa. Aspiramos a una verdadera filosofía, no a una filosofía aparente.
.
El Digesto (código de leyes) romano, a partir del siglo I d. C.

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